impacto economico de la cultura en el peru

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El impacto econmico de la cultura en Per

Equipo del Instituto de Investigacin de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelera de la Universidad de San Martn de Porres

El impacto econmico de la cultura en PerEdicin del Convenio Andrs Bello. Unidad Editorial Convenio Andrs Bello Ana Milena Escobar Arajo Secretaria Ejecutiva Omar Jos Muoz Ramrez Secretario Adjunto Pedro Querejazu Leyton Coordinador rea de Cultura David Gmez Villasante Coordinador rea de Ciencia y Tecnologa Holger Ramos Olmedo Coordinador rea de Educacin Proyecto de Economa y Cultura Coordinador 1999-2002: David Melo Torres Coordinadora 2002-2005: Sylvia Amaya Londoo Economista: Omar Lpez Olarte Asesor: Germn Rey Escuela Profesional de Turismo y Hotelera de la Universidad de San Martn de Porres Dr. Johan Leuridan Huys Decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicacin, Turismo y de Psicologa Mg. Juan Carlos Paredes Izquierdo Director de Escuela Mg. Abigail Ibez Cabrera Jefa del Departamento Acadmico Dr. Henrique Urbano Director del Instituto de Investigacin Mg. Alejandro Reyes Hurtado Director de Maestra Equipo del Instituto de investigacin de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelera de la Universidad de San Martn de Porres Director del Instituto de Investigacin Dr. Henrique Urbano Investigadores Jos Marsano, Ana Alemn, Guisela Alva, Jessica Figueroa, Natalia Iju, Erica Camella, Mercedes Patroni, Janelle Serrano, Liz Guisella Truyenque, Rossana del Valle Direccin editorial: Jos Antonio Carbonell Blanco Diseo de coleccin: Mnica Uribe Diagramacin: Marco Robayo Imagen de portada: Susana Carri Revisin de textos: Margarita Rosa Londoo M. Impresin: Grupo OP Grficas S. A. 2005, Universidad de San Martn de Porres. Escuela Profesional de Turismo y Hotelera. Instituto de Investigacin 2005, Convenio Andrs Bello Derechos reservados. Prohibida la reproduccin parcial o total de su contenido, sin la previa autorizacin de los editores. ISBN 9000000000000000000000000000000000 Impreso en Colombia Printed in Colombia Primera edicin: marzo de 2005 Convenio Andrs Bello Avda. 13 (Paralela de la autopista) No. 85-60 Telfono: (571) 6449292 Fax: (571) 6100139 Pgina web: http://www.cab.int.co Bogot, D. C. - Colombia

Universidad de San Martn de Porres. Escuela Profesional de Turismo y Hotelera. Instituto de Investigacin El impacto econmico de la cultura en Per / Instituto de Investigacin de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelera de la Universidad de San Martn de Porres. Bogot: Convenio Andrs Bello, 2005 265 p. (Coleccin Economa y Cultura; No. 11) ISBN: 958-698-xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx 1. INDUSTRIA CULTURAL - PER. 2. ACTIVIDADES CULTURALES. 3. INDICADORES CULTURALES. 4. CULTURA Y ECONOMA. 5. MEDIOS DE COMUNICACIN. 6. INSTITUCIONES CULTURALES. 7. CONSUMO CULTURAL CDD 301.24

NDICE DE CONTENIDO

Presentacin Prefacio Introduccin La cultura en el espacio de la economa. Aproximaciones tericas. Consideraciones sobre el Producto Bruto Interno y el Producto Bruto Interno cultural. Nota metodolgica. Captulo I La edicin y el libro 1.1. Introduccin 1.2. Antecedentes 1.2.1. El libro en Per 1.2.2. Definiciones e instituciones 1.2.2.1. Cmara Peruana del Libro (CPL) 1.2.2.2. Subsectores editoriales 1.2.2.3. Editor 1.2.2.4. Impresor 1.2.2.5. Librero 1.2.2.6. Libro 1.2.2.7. Productos editoriales afines 1.2.3. Hbitos de lectura 1.2.3.1. Categoras de lectura 1.2.4. Marco Legal 1.2.4.1. Promolibro 1.2.4.2. Fondolibro 1.3. Anlisis Econmico 1.3.1. El consumo editorial peruano durante el perodo 1996-2001 1.3.1.1. El consumo en unidades monetarias constantes 1.3.1.2. El consumo en unidades fsicas 1.3.1.3. Estructura del consumo en trminos monetarios 1.3.1.4. Estructura del consumo en trminos de unidades fsicas 1.3.1.5. El consumo editorial per cpita escolar y universitario 1.3.2. La piratera editorial 1.3.3. El nivel de empleos en las industrias editoriales, durante el perodo 1996-2001 1.3.4. El Producto Bruto Interno del sector editorial peruano 1.4. Conclusiones 1.5. Siglas 1.6. Anexos 1.6.1. Ley de democratizacin del libro y de fomento de la lectura 1.6.2. Reglamento de la Ley de democratizacin del libro y de fomento de la lectura

11 13

15

25 27 27 27 28 28 28 28 28 28 29 29 29 30 31 31 31 31 31 31 32 32 32 33 35 36 36 37 37 38 38 47

Captulo II Las artes escnicas 2.1. Introduccin 2.2. Antecedentes 2.2.1. El artista 2.2.2. Situacin actual de la actividad cultural 2.2.3. Espectculos de difusin cultural organizados por el Instituto Nacional de Cultura 2.2.4. Marco legal 2.3. Anlisis econmico 2.3.1. Presentaciones de espectculos 2.3.2. Asistencia a espectculos 2.3.3. Ingresos de taquilla a espectculos 2.3.4. El aporte de las artes escnicas al PBI (Producto Bruto Interno) 2.4. Conclusiones 2.5. Siglas 2.6. Entrevistas 2.7. Anexos 2.7.1. Resolucin Directoral Nacional 341/INC 2.7.2. Ley del artista intrprete y ejecutante 28131 Captulo III La radio 3.1. Introduccin 3.2. Antecedentes 3.2.1. La radio en Per. Inicios y evolucin 3.2.2. Marco legal 3.3. Anlisis econmico 3.3.1. La oferta radial 3.3.1.1. Servicios de radiodifusin comercial 3.3.1.1.1. Los grupos radiales 3.3.1.1.2. Las radios locales-distritales 3.3.1.2. Radios comunitarias y educativas 3.3.1.2.1. Coordinadora Nacional de Radio 3.3.1.3. El Estado y la radiodifusin sonora 3.3.1.4. La piratera radial 3.3.1.5. Pagos de derechos de autor 3.3.2. La demanda de las audiencias en la radio 3.3.3. El aporte de la industria radial al PBI (Producto Bruto Interno) 3.4. Conclusiones 3.5. Siglas 3.6. Entrevistas 3.7. Anexos 3.7.1. Ley de radio y televisin 28278 Captulo IV La fonografa 4.1. Antecedentes 4.1.1. La msica sector de produccin cultural 4.1.2. La msica como actividad econmica 4.1.3. La propiedad intelectual y los derechos de autor y conexos

61 63 63 63 63 64 65 65 65 67 68 69 69 69 69 69 69 73

85 87 87 87 88 89 89 91 92 94 94 95 95 96 96 96 98 99 99 99 99 99

117 119 119 119 120

4.2.

4.3. 4.4. 4.5.

4.1.3.1. Sociedades de gestin colectivaAsociacin Peruana de Autores y Compositores (APDAYC) Anlisis econmico 4.2.1. Venta de fonogramas en el mercado formal 4.2.2. El PBI ficto del sector fonogrfico 4.2.3. La piratera fonogrfica en Per 4.2.3.1. Situacin general 4.2.3.2. Acciones realizadas en contra de la piratera 4.2.3.3. Importaciones de discos en blanco 4.2.3.4. Niveles y prdidas estimadas debido a la piratera 4.2.4. La piratera musical a nivel mundial Conclusiones Siglas Anexos 4.5.1. Ley sobre el derecho de autor 822

121 122 122 124 124 124 125 125 126 127 128 128 128 128

Captulo V La cinematografa 5.1. Introduccin 5.2. Antecedentes 5.2.1. El cine en Per: inicios y evolucin 5.2.2. Marco legal 5.3. Anlisis econmico 5.3.1. La oferta cinematogrfica 5.3.1.1. La oferta por pases 5.3.1.2. Gneros ofertados 5.3.1.3. Estructura 5.3.1.3.1. Productores 5.3.1.3.1.1.La produccin peruana en el mbito latinoamericano 5.3.1.3.2. Distribuidores 5.3.1.3.3. Exhibidores 5.3.2. La demanda cinematogrfica 5.3.2.1. Preferencia de los espectadores 5.3.3. El impacto de la piratera en el sector cinematogrfico 5.3.4. El aporte de la industria cinematogrfica al PBI (Producto Bruto Interno) 5.4. Conclusiones 5.5. Siglas 5.6. Anexos 5.6.1. Ley de cinematografa peruana, Ley 26370 Captulo VI Las publicaciones peridicas 6.1. Introduccin 6.2. Antecedentes 6.2.1. La importancia de las publicaciones peridicas 6.2.2. Marco legal 6.3. Anlisis econmico de la industria de las publicaciones peridicas 6.3.1. Diarios 6.3.1.1. Oferta de diarios 6.3.1.2. Demanda de diarios 6.3.1.3. El aporte de las publicaciones peridicas al PBI

165 167 167 167 168 169 169 169 169 171 171 172 172 172 173 174 174 175 175 176 176 176

183 185 185 185 185 185 185 185 187 188

6.4. 6.5. 6.6. 6.7.

6.3.2 Las Revistas 6.3.2.1. Oferta de las revistas 6.3.2.3. Demanda de las revistas Conclusiones Siglas Entrevistas Anexos 6.7.1. De los derechos fundamentales de la persona. Artculo 2

188 188 189 189 190 190 190 190

Captulo VII La televisin 7.1. Introduccin 7.2. Antecedentes 7.2.1. La televisin en Per. Inicios y Evolucin 7.2.2. Marco legal 7.3. Anlisis Econmico 7.3.1. La oferta televisiva existente en la televisin peruana 7.3.1.1. La televisin de seal abierta 7.3.1.1.1. La programacin en la seal abierta 7.3.1.2. La televisin de seal cerrada (cable) 7.3.1.2.1. Las empresas operadoras de seal cerrada 7.3.1.2.2. La oferta de canales de cable 7.3.1.3. La televisin comunitaria 7.3.1.4. El Estado y la televisin 7.3.2. La audiencia televisiva (La demanda) 7.3.2.1. Caractersticas de la audiencia de la televisin de seal abierta 7.3.2.2. Caractersticas de la audiencia de la televisin de seal cerrada (cable) 7.3.3. La piratera de la televisin por cable 7.3.4. El aporte de la industria televisiva al PBI (Producto Bruto Interno) 7.3.4.1. Televisin de seal abierta 7.3.4.2. Televisin de seal cerrada (cable) 7.4. Conclusiones 7.5. Siglas 7.6. Entrevistas 7.7. Anexos 7.7.1. Ley de radio y televisin 28278 Captulo VIII La artesana 8.1. Introduccin 8.2. Antecedentes 8.2.1. Las artesanas peruanas 8.2.2. El artesano 8.2.3. Clasificacin de las lneas artesanales 8.2.4. Marco legal 8.2.4.1. Proyecto de Ley 10481 8.2.4.2. Reglamento de organizacin y funciones de MINCETUR

191 193 193 193 195 196 196 196 197 199 199 200 201 201 202 202 204 210 212 212 212 214 214 215 215 215

217 219 219 219 219 220 220 220 220

8.3.

8.4. 8.5.

Anlisis econmico 8.3.1. De las cuencas productivas y densidades por regiones 8.3.2. Produccin de las principales cuencas artesanales 8.3.3. Condiciones de empleo 8.3.4. Caractersticas de los artesanos 8.3.5. El mercado 8.3.5.1. Principales lneas de exportacin 8.3.5.2. De los mercados consumidores 8.3.5.2.1. Mercados consumidores empresariales 8.3.5.2.2. Mercado consumidor turstico 8.3.6. El consumo per cpita artesanal turstico 8.3.7. El consumo artesanal interno 8.3.8. El aporte del sector artesanal al PBI (Producto Bruto Interno) Conclusiones Siglas

221 221 222 222 223 223 223 224 224 224 225 225 225 227 227

Captulo IX Los museos y museografa 9.1. Introduccin 9.2. Antecedentes 9.2.1. Breve resea histrica de los museos en Per 9.2.2. Marco legal 9.2.2.1. La creacin del Sistema Nacional de Museos del Estado 9.2.2.2. La Ley General del Patrimonio Cultural de la Nacin 9.3. Anlisis econmico 9.3.1. Los museos en Per 9.3.1.1. Distribucin de los museos por departamento 9.3.1.2. Tipos de museos 9.3.1.2.1. Museos, complejos y sitios arqueolgicos 9.3.1.2.2. Museos histricos 9.3.1.2.3. Museos de historia natural 9.3.1.2.4. Museos de arte y de arte religioso 9.3.2. Los visitantes de los museos 9.3.2.1. Los visitantes nacionales y extranjeros 9.3.2.2. Las preferencias de los visitantes 9.3.2.3. Tipos de visitantes 9.3.2.4. Tipo de museo visitado por categora de visitante 9.3.2.4.1. Adulto 9.3.2.4.2. Estudiante 9.3.2.4.3. Nios 9.3.2.4.4. Extranjeros 9.3.3. El aporte del sector museolgico al PBI 9.3.3.1. Total de ingresos por venta de entradas 9.4. Conclusiones 9.5. Siglas

229 231 231 231 232 232 232 232 232 232 232 232 233 233 234 234 234 234 235 235 235 235 235 236 236 236 237 237

Captulo X La publicidad 10.1. Introduccin 10.2. Antecedentes 10.2.1. Historia de la publicidad en Per 10.2.2. Marco legal 10.2.3. La publicidad y su entorno 10.3. Anlisis econmico 10.3.1. La oferta 10.3.2. La demanda 10.3.3. El aporte de la publicidad al PBI (Producto Bruto Interno) 10.4. Conclusiones 10.5. Siglas 10.6. Entrevistas 10.7. Anexos 10.7.1. Texto nico ordenado del Decreto Legislativo 691 Captulo XI Perspectivas del impacto econmico de la cultura en Per 11.1. En el campo de la industria editorial 11.2. En el campo de las artes escnicas 11.3. En el campo de la industria de la radio 11.4. En el campo de la industria fonogrfica 11.5. En el campo del cine 11.6. En el campo de las publicaciones peridicas 11.7. En el campo de la televisin 11.8. En el campo de las artesanas 11.9. En el campo de los museos y museografa 11.10. En el campo de la publicidad 11.11. En el campo de las cuentas satlite 11.11.1. El concepto de las cuentas satlite y el Producto Bruto Interno 11.12. En el campo de los Tratados de Libre Comercio 11.12.1. Los riesgos Bibliografa

239 241 241 241 241 242 242 242 243 244 245 245 245 245 245

251 253 253 254 254 254 255 255 256 256 257 257 257 259 259 261

P R E S E N TA C I N

E

l Proyecto de ECONOMA Y CULTURA, que lleva adelante el Convenio Andrs Bello junto con la mayora de los pases miembros y en beneficio de los mismos, es una investigacin que tiene por finalidad realizar un aporte definitivo en el campo de las relaciones entre economa y cultura mediante indicadores comparativos que puedan medir, cuantitativa y cualitativamente, los efectos de la actividad cultural, de diversos sectores, en la economa de los pases y en la regin. El proyecto busca, as mismo, estudiar las repercusiones sociales de las industrias culturales indicadores sociales y profundizar en campos estratgicos para su evolucin, tales como la identificacin de polticas para su desarrollo, asesora y asistencia a experiencias locales, entre otras. Tambin busca identificar propuestas referidas a las industrias culturales asociadas a diversas iniciativas de integracin, as como herramientas que fortalezcan las Mipymes culturales, el sistema de crdito para el sector cultural y la posibilidad de convertirlo en Cuenta de Estado en cada pas, de modo que los resultados de las actividades econmicas de la cultura se muestren claramente en las estadsticas de los pases y sea visible su contribucin real al PIB. La investigacin est destinada esencialmente a recabar informacin que pueda ser utilizada para la formulacin de adecuadas polticas culturales, para que los pases tomen conciencia de la importancia y la magnitud que el desarrollo de su cultura tiene con las dinmicas de negociacin social y econmica tanto interna como con los otros pases y regiones, en momentos en que la cultura adquiere una centralidad en la visin y gestin, ya sea como elemento de construccin de nacin y de identidad en un mundo globalizado, ya como instrumento de desarrollo social y econmico a travs de la mirada sobre el patrimonio cultural y natural, y la creacin cultural que constantemente hacen las sociedades. Por todo ello, la investigacin ha sido realizada por economistas e investigadores sociales y est destinada a la planificacin de polticas pblicas culturales as como a la gestin pblica y a la planificacin del desarrollo. En una primera fase del proyecto se llev a cabo la investigacin en cinco pases, Chile, Colombia, Ecuador, Per y Venezuela. El trabajo se hizo con un equipo central del CAB que coordin el desarrollo y aplicacin de una metodologa concertada y equipos nacionales en cada pas. Tras la entrega de los informes de cada uno de ellos, en los que se midieron ocho industrias culturales con cinco indicadores econmicos, se public un Informe Ejecutivo consolidado que permiti tener una mirada preliminar sobre la contribucin de la cultura al PIB de cada pas as como las tendencias generales y peculiaridades de las industrias culturales de cada uno, adems de una visin de conjunto en la regin. La revisin comparada de los informes de los cinco pases permiti, por un lado, examinar la metodologa de la investigacin y ajustar los indicadores econmicos y, por otro, retroalimentar la informacin a los equipos nacionales. Parte esencial del proyecto es la publicacin y difusin de la informacin recopilada y construida, de modo que pueda ser usada tanto por los gestores de las polticas pblicas, como por los propios productores y actores culturales cuyos sectores fueron analizados, dando pie a la construccin de otras visiones.

Las definiciones que hacen, tanto la institucionalidad como los correspondientes equipos de investigacin nacionales, de las actividades culturales y relacionadas, varan de acuerdo a diversos conceptos, requerimientos y polticas culturales de cada pas. Frente a la necesidad de poder comparar resultados, y a la vez tomar en cuenta los diferentes enfoques de cada pas, el equipo central del Proyecto E CONOMA Y CULTURA del Convenio Andrs Bello ha concertado y proporcionado a cada uno de ellos una metodologa flexible con

distintos escenarios. En el presente estudio sobre la dinmica econmica de la cultura en Per, el equipo investigador ha analizado diferentes mbitos, en los que la inclusin de actividades vara, conforme a esos enfoques peculiares inherentes a la realidad actual del Per, aportes muy valiosos que marcan rutas a seguir en futuros trabajos tanto de este mismo equipo nacional como el de los otros pases. Se ha trabajado sobre el sector del libro, las artes escnicas, la radiodifusin, la industria fonogrfica, la industria cinematogrfica, las publicaciones peridicas, la televisin, la artesana, los museos y la museografa y la publicidad. En un captulo final aporta diferentes perspectivas del impacto econmico de la cultura en el Per. En esta oportunidad se presenta el libro IMPACTO ECONMICO DE LA CULTURA EN PER, producido por el equipo de investigacin de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelera de la facultad de Ciencias de Comunicacin, Turismo y Psicologa de la Universidad San Martn de Porres, de Lima, con el apoyo del equipo central de Economa y Cultura del CAB y el del Instituto Nacional de Cultura del Per, INC. Esperamos seguir adelante con esta labor investigativa, de la cual, sin lugar a dudas, surgirn nuevas aproximaciones y miradas del sector cultural. Bogot, diciembre de 2004 ANA MILENA ESCOBAR ARAJO Secretaria Ejecutiva Convenio Andrs Bello PEDRO QUEREJAZU LEYTON Coordinador del rea de Cultura Convenio Andrs Bello

P R E FA C I O

L

a investigacin, cuyos resultados damos a conocer en la presente publicacin, fue realizada por un equipo de la Facultad de Ciencias de la Comunicacin, Turismo y de Psicologa de la Universidad de San Martn de Porres (Lima, Per). El Convenio Andrs Bello public anteriormente estudios llevados a cabo en otros pases del rea andina, Colombia, Venezuela y Chile entre otros, los cuales aportaron a este documento la experiencia y las perspectivas por ellos abiertas, sobre todo en lo que atae al esquema general de investigacin empleado en cada uno de los pases mencionados. La recopilacin de informacin, documentacin y material estadstico se llev a cabo de mayo a septiembre de 2004. Los problemas planteados por esa etapa de investigacin, que obviamente era indispensable para la elaboracin de un diagnstico slido y firme sobre el impacto de la cultura en el espacio econmico peruano, han sido numerosos. Se deben, en gran parte, a la ausencia de organismos rectores que recaben peridicamente y de manera rigurosa los ndices estadsticos de carcter cultural y econmico. Por consiguiente, hemos tenido que recurrir a mltiples fuentes de informacin, tanto oficiales como privadas. Per no cuenta con un Ministerio de la Cultura. Y el Instituto Nacional de Cultura recaba muy poca informacin acerca de las artes y de las actividades artsticas. Las llamadas industrias culturales no estn registradas en sus inventarios estadsticos, excepto las que hacen parte del presupuesto de sus grupos de actividad institucional, mnimas y marginales al conjunto del mundo de las expresiones culturales peruanas. Participaron en los trabajos de investigacin, Ana Alemn, Guisela Alva, Jessica Figueroa, Natalia Iju, Erica Kameya, Mercedes Patroni, Janelle Serrano, Liz Guisella Truyenque, Rossana del Valle, Jos Marsano y Henrique Urbano, todos miembros del Instituto de Investigacin de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelera, de la Facultad de Ciencias de la Comunicacin, Turismo y Psicologa. Muchas personas nos permitieron acceder a datos estadsticos que por iniciativa propia haban recabado. Asimismo, hemos podido llenar algunos vacos de informacin a travs de datos que nos proporcionaron investigadores individuales que se interesaron por distintos temas de la cultura y del arte y muchas organizaciones y empresas. A todos agradecemos la colaboracin: Instituciones: Cmara Peruana del Libro (CPL), Centro Cultural de la Universidad Catlica, Centro Cultural Peruano Japons, Instituto Brasileo de Opinin Pblica y Estadstica (IBOPE), Instituto Nacional de Cultura (INC), Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Proteccin de la Propiedad Intelectual (INDECOPI)

Personas: Reynaldo Damore, Director del Club de Teatro de Lima; Marco Paredes, INC; Fernando Faedo, INC; Alejandro Falcon Valdivia, Gerente General INC; Juan Manuel Calvi, Grupo RPP, Jefe de Responsabilidad Social; Percy Valladares; Pedro Rosales, Centro Cultural de la Universidad Catlica; Ichi Terukina, cineasta, Centro Cultural Peruano Japons; Alfredo Luna, Centro Cultural de la Universidad Catlica; Carmen Rosa Silva, Centro Cultural de la Universidad Catlica; Patricia Takeda, Centro Cultural Peruano Japons; Jorge Akira Yamashiro, Centro Cultural Peruano Japons; Arturo Fras, programador del rea de ventas,

Warner Bros Inc. Per; Carlos Aguilar, Secretario General de la FENVENDRELP; Rubn Ahomed, Jefe de Marketing de la Empresa Periodstica Nacional (EPENSA); Ricardo Ayestas Butler, Diario Oficial El Peruano; Carlos Ganoza, Gerente Comercial del Grupo La Repblica; Aldo Yanahura, Administrador de Programas, Frecuencia Latina; Juan Adaniya, Productor, Frecuencia Latina; Eduardo Cceres, Jefe de Marketing y Relaciones Pblicas, Andina de Televisin (ATV); Mnica Morales, Productora, Televisin Nacional del Per (TNP); Francisco de Crdenas, Gerente de Marketing, Telefnica Multimedia (Cable Mgico); Miluztka Bueno Cortez, Jefe de Servicio al Cliente, IBOPE TIME PER S.A.; Carola Miyoshi R., Ejecutiva Atencin al Cliente, IBOPE TIME PER S.A.; Mary Arismendiz, IBOPE TIME PER S.A.; Teresa Barrenechea, Gerente General, Asociacin Peruana de Agencias de Publicidad (APAP); Luis Mahuad, ex presidente de la Asociacin Peruana de Agencias de Publicidad APAP; Marcos Nores, Gerente del rea de Sistemas, Media Check e Ilva Villavicencio. En el Instituto Nacional de Cultura, sede Lima, el apoyo constante del historiador Guillermo Cortez fue invalorable. De igual manera, hemos recibido los agudos comentarios de Sylvia Martnez y Carlos Vsquez, de la seccin del Ministerio de Educacin, encargado del Convenio Andrs Bello, con quien nos reunimos en varias ocasiones. Sylvia Amaya y Omar Lpez, de la sede del Convenio Andrs Bello de Bogot, han estado presentes en el diseo inicial de la investigacin. Las reuniones que con ellos tuvimos en la Universidad de San Martn de Porres, en Lima, fueron decisivas para la elaboracin de las orientaciones del trabajo de investigacin. En las postrimeras de los trabajos de revisin del manuscrito, el Dr. Ismael Pinto Vargas, del Instituto de Investigacin de la Escuela Profesional de Ciencias de la Comunicacin, de la Facultad de Ciencias de la Comunicacin, Turismo y de Psicologa, de la Universidad de San Martn de Porres, tuvo la paciencia de leer atentamente los trabajos y de sugerir cambios que mejoraron el manuscrito. La investigacin no hubiera sido posible sin el apoyo institucional de la Universidad de San Martn de Porres. El Dr. Johan Leuridan Huys, Decano de la Facultad de las Ciencias de la Comunicacin, Turismo y de Psicologa, ha hecho posible que se llegue a un acuerdo con el Convenio Andrs Bello y se abran las puertas para una colaboracin eficaz entre las dos instituciones. Sin l, no hubiera podido llevarse a cabo el proyecto.

DR. HENRIQUE OSWALDO URBANO Director del Instituto de Investigacin

INTRODUCCIN

La cultura en el espacio de la economa Aproximaciones tericasConsideraciones generalesEl impacto econmico de lo que suele llamarse la cultura en general tiene un trasfondo sociohistrico que genera algunos malentendidos, en medio de los esfuerzos por objetivar los campos o sectores, tanto de la cultura como de la economa.1 No fue fcil aunar los trminos. Y el origen de lo que luego se defini como industria cultural levant algunas suspicacias.2 La Escuela de Frankfurt, teniendo a la cabeza a Adorno y Horkheimer, llam la atencin para los sntomas de cambio de lo que en ese entonces se defina como cultura.3 La expresin era muy genrica y poco precisa. Y los antroplogos, que se haban de alguna manera apropiado de ella, respondan parcialmente a los cambios que las sociedades contemporneas les exigan.4 El trmino industria cultural debe ser entendido, en primer lugar, en ese contexto sociohistrico.5 Esa era la primera seal de alerta. Con el transcurso de los aos, y con el desarrollo que los pases industriales conocieron a partir de la dcada de 1950, la presencia de los medios masivos de comunicacin o mass media, ampliaron todas las experiencias que hasta ese entonces se haban hecho. Naca la idea de aldea global.6 Muy pocos se daban cuenta de lo que ocurrira dcadas ms tarde, la radio que se abra a todos los rincones de la tierra, la televi-

sin que fascinaba los ojos de millones de individuos, el cine que se afirmaba como la manera ms popular de recrearse. Adorno y Horkheimer haban imaginado un terreno de confrontacin entre dos expresiones culturales, las de la masa y la de las lites. Resulta que no fue eso lo que ocurri. El fenmeno result ser mucho ms complejo. De todo ello qued claro, entre muchos hechos, que las primeras experiencias de difusin masiva de fenmenos inscritos en el espacio, hasta ese entonces definido como cultural hablamos de la segunda mitad del siglo XX, los procesos de masificacin resultaron ser mucho ms eficaces y amplios de lo que se haba credo antes de la Segunda Guerra Mundial. Hoy da empleamos la palabra globalizacin para designar muchos de esos hechos.7 Hay que reconocer que ella se inscribe en el desarrollo de todo lo que de cerca o de lejos se relaciona con lo que Castoriadis llam el imaginario social.8 El tema es objeto de polmicas. Lo cierto es que los hechos culturales que en el siglo XIX, y hasta avanzado el siglo XX, permanecan como coto cerrado fueron invadidos paulatinamente por expresiones filosficas y artsticas corrosivas que le mermaron los fundamentos. El ejemplo ms aleccionador fue el de las industrias cinematogrficas, que apoyadas por la radio y luego por la televisin, inundaron las ms variadas regiones y los ms lejanos territorios. Las fronteras se derrumbaron. Y los personajes mostrados en las salas de proyeccin o en

1 Franoise Benhamou, Lconomie de la culture, Pars, La Dcouverte, 2001. 2 Teixeira Coelho, O que indstria cultural, Sao Paulo, Brasiliense, 2003. 3 Th. W. Adorno; M. Horkheimer, Dialektik der Aufklarung, Amsterdam, 1947; A indstria cultural: o Iluminismo como mis-

tificao de massa, en Teoria da cultura de massa, Ro de Janeiro, L.C. Lima, ed., Paz e Terra, 1978. 4 Roque de Barros Laraia, Cultura. Um conceito antropolgico, Ro de Janeiro, Zahar, 2003. 5 Denise Lemieux, ed., Trait de la culture, Qubec, Les ditions de lIQRC, 2002, pgs. 97-260.

6 Marshall MacLuhan; B.R. Powors, The Global Village. Transformations in World, Life and Media in the 21st Century, New York, Oxford University Press, 1989. 7 Arjun Appadurai, La modernidad desbordada. Dimensiones culturales de la globalizacin, Montevideo/Mxico, Trilce/ FCE, 2001; Paul Du Gay, ed.,

Production of Culture-Cultures of Production. Culture, Media and Identities, Londres, Sage, 1997; Grard Leclerc, La mondialisation culturelle. Les civilisations lpreuve, Pars, PUF, 2000. 8 Cornelius Castoriadis, LInstitution imaginaire de la socit, Pars, Seuil, 1975.

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la pantalla chica se volvieron hroes cotidianos donde antes slo existan parientes, familiares, amigos y las celebraciones religiosas que servan de modelos de conducta social.9 Asida a esa experiencia artstica, iba un hecho que se volvi ms evidente con el paso del tiempo. La industria cinematogrfica abra los ojos de muchos, para la existencia de un mercado que obedeca a las reglas generales de todas las actividades econmicas y financieras. Y poco a poco cunda la idea que por detrs de esas actividades artsticas se escondan grandes inversiones financieras. Nadie se equivoc. Hoy da es una de las industrias ms prsperas del mundo. Hollywood es su icono.10 En sus inicios, all por los aos veinte, pocos haban soado en apostar por tan exitosa existencia. Pero los hechos ah estn. En Estados Unidos, la produccin cinematogrfica compite con los ms altos ndices de contribucin al comercio mundial. En Per, esas manifestaciones artsticas fueron siempre producto de grupos ms o menos restringidos y elitistas. Las actividades culturales hacan parte de los grupos sociales que definan las orientaciones ideolgicas de la sociedad peruana. Sin embargo, el advenimiento de los medios masivos de comunicacin o mass media, integrados por la radio, televisin y cinema, permitieron que la poblacin en su conjunto accediera a los productos artsticos que, en sus primeras manifestaciones, eran consumidos por grupos restringidos y locales, mxime limeos. Contribua a ese aislamiento o fragmentacin de grupos sociales, la propia geografa. Territorio muy accidentado, el espacio peruano no permita un acceso fcil a sus bolsas poblacionales. La sierra y la Amazona estaban separados de la Costa por muros fsicos inexpugnables.11 A inicios del siglo XX, la va frrea permiti conectar algunos pue-

blos y regiones. Cuzco, en los aos 1940, estaba ms cerca de Buenos Aires que de Lima. La vida artstica y cultural del surandino se nutra de peridicos y noticias bonaerenses. Y el Teatro Coln de Buenos Aires aplaudi la representacin de la pieza de teatro Ollanta antes que los propios peruanos la conocieran.12 La ampliacin de la red elctrica permiti cambiar la situacin. A partir de los aos 1950, se hacen ingentes esfuerzos para modernizar el pas.13 Los resultados son interesantes dentro de las posibilidades que la economa mundial y continental otorga a pases en vas de desarrollo. Estamos hablando de fenmenos aislados. Y las fechas que los ubican en el tiempo no son muy lejanas. La dcada 1940 es una buena seal. No se dio una revolucin en las costumbres culturales, pero, poco a poco, la radio, y luego la televisin cubrieron grandes movimientos de migracin interna que cambiaran las estructuras socioculturales peruanas y las formas de vida tradicionales. La coincidencia es manifiesta. Simultneamente, grandes masas de campesinos accedieron a las ciudades costeas, principalmente a Lima, y all se dieron las condiciones de mestizaje nunca antes experimentadas en Per. No slo porque esas poblaciones accedan a los nuevos medios de comunicacin de masa, sino tambin porque consuman productos de toda ndole, entre los cuales estaban los propalados por la radio, la televisin y el cine. Esos hechos aislados a que hacemos referencia tienen una caracterstica: se derramaron en el espacio global al mismo tiempo que introdujeron elementos dispersos en los discursos que nutran la cultura tradicional. De ah su importancia creciente hasta devenir un lenguaje tambin global como existe en el mundo contemporneo. Pero vamos por partes.

9 Armand Mattelart, Linvention de la communication, Pars, La dcouverte, 1994. 10 Tino Balio, Grand Design: Hollywood as a Modern Business Enterprise, 1930-1939, Los Angeles/Berkeley, California University Press, 1995.

11 Javier Pulgar Vidal, Geografa del Per. Las ocho regiones naturales. La regionalizacin transversal. La microrregionalizacin, Lima, Peisa, 1987; Carlos Peaherrera, Geografa, Enciclopedia temtica del Per, Lima, El Comercio, 2004; Olivier Dollfus, Territorios andinos. Reto y memoria, Lima, IEP, 1991.

12 Luis E. Valcrcel, Memorias, Lima, IEP, 1981. 13 Jos Luis Rnique, Los sueos de la sierra. Cuzco en el siglo XX, Lima, CEPES, 1991.

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INTRODUCCIN

La cultura como horizonteEl hecho ms significativo de las ltimas dcadas es precisamente la cultura que, como dicen los manuales de marketing, se vuelve producto y como tal, objeto de consumo. Garca Canclini14 y otros autores latinoamericanos se abocaron al anlisis de ese tema. Participan tambin en esas discusiones que se originaron hace una dcada, George Ydice 15 y Melo.16 Todos parten del hecho de que lo que se define como cultura es un campo muy vasto, que engloba distintas dimensiones del imaginario social. De todo ello, y en medio de algunas confusiones y ambigedades que son muy frecuentes cuando se trata de esos temas, resulta que lo que se entiende como cultura es una nocin que llega a las Ciencias Humanas en el siglo XIX. Y que todava no desapareci. Qu consecuencias puede tener ese hecho sencillo sobre el mundo contemporneo? Primero. Se considera la cultura como algo que est ah, como una totalidad, con sus normas y valores a que acceden los individuos y los grupos, como un objeto que sirve de forma de identificacin para cada uno de ellos y para todos en general. Por eso es tan frecuente escuchar hablar de identidad cultural cuando se trata de analizar los procesos sociales actuales. Esa visin es decimonnica y arcaica. Es la perspectiva que muchos definen como antropolgica.17 Segundo. Las sociedades contemporneas no son totalidades homogneas, mucho menos la gran mayora de las occidentales. Son sociedades fragmentadas y con distintos focos de desarrollo sociocultural. Pero tambin lo son los ncleos humanos que se conectan indistintamente con mltiples fuentes de valores, normas, maneras de ser y de actuar. Y la

gran novedad de todo ello, a inicios del siglo XXI, es precisamente la de crear horizontes culturales mltiples y cada da ms desterritorializados.18 Es decir, as como un rabe puede escuchar en una mezquita de Nueva York los discursos religiosos de una eminencia religiosa del Yemen, as tambin un creyente yemenita puede acceder a un ulema de Nueva York para leer por internet su discurso. Tercero. Siendo la cultura un horizonte, no un modelo o paradigma, es, por definicin, fuente de creacin e innovacin, porque en ella se dan las condiciones necesarias para la construccin de nuevos discursos y formas simblicas.19 Si los horizontes culturales proporcionan el marco donde se construyen los lenguajes y las expresiones simblicas ms variadas, es simplemente porque ellos poseen los ingredientes para que eso ocurra. Sin ese horizonte no se podran multiplicar, desarrollar y solidificar los complejos elementos que cada lenguaje o formacin simblica adquiere. Por ejemplo, un japons no accedera a las expresiones musicales de Michael Jackson, si en su horizonte cultural no existen elementos que puedan convertir la msica del americano en lenguaje del ciudadano nipn. Y ah reside precisamente la versatilidad de la cultura como horizonte.20

Cultura e industrias culturalesLo que se designa con la expresin industrias culturales no agota el campo de la cultura, menos aun si aceptamos la definicin de la cultura como horizonte que acabamos de proponer. De hecho, ese gnero de industria se refiere a un sector del campo de la cultura, principalmente a las que hoy da se conocen como mass media. La discusin tiene un trasfondo ideolgico, porque la Escuela de Frankfurt

14 Nstor Garca Canclini, La globalizacin imaginada, Buenos Aires, Paids, 1999. 15 George Ydice, El recurso de la cultura. Usos de la cultura en la era global, Barcelona, Gedisa, 2002. 16 Alexandre Melo, Globalizao cultural, Lisboa, Quimera, 2002.

17 William H.Sewell Jr, The Concept of Culture, en Beyond the Cultural Turn, Victoria E. Bonnel and Lynn Hunt, eds., Berkeley, University of California Press, 1999; Robert Wuthnow; Martsha Witten, New Directions in the Study of Culture, en Annual Review of Sociology, n 14, 1988, pgs. 49-67.

18 Appadurai, op. cit. 19 Fernand Dumont, Le lieu de lhomme. La culture comme distance et mmoire, Montreal, HMH, 1968. 20 Henrique Urbano, La cultura como horizonte. Entre la tradicin y modernidad, en Turismo y Patrimonio, n 4, julio, 2004, pgs. 11-20.

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que la emple, subentenda que haba la cultura elitista opuesta a la cultura popular, siendo la de las masas un producto deleznable.21 Hay varias maneras de enfocar esa cuestin. Algunos manuales importantes clasifican la radio, la fonografa, la cinematografa, el periodismo y la televisin como industrias propiamente dichas. Sin embargo, tambin consideran como producciones culturales la edicin de libros, las artes visuales, la arquitectura y el design, la msica, las artes de la escena, el circo.22 Quiz convendra distinguir entre produccin cultural e industria cultural. Y la razn salta a la vista: producir no se inscribe necesariamente en un ciclo industrial, ni obedece en todos los casos a las leyes de un mercado. Asimismo, algunas actividades artsticas se adecuan poco a una visin industrial de la cultura, como por ejemplo, la pintura, el teatro o el museo. Si bien es cierto que las artes plsticas entran en un juego de mercado a travs de galeras que las cotizan, no es menos cierto tambin, que no es la venta de tres o cuatro piezas las que definen esa produccin como una industria. Y en el caso del teatro, se podra hacer valer el mismo argumento. Generalmente, no se trata de producciones masivas, si es que alguna vez lo son. Claro, si tomamos como ejemplo, las grandes producciones escnicas como, en los ltimos aos Les miserables o Cats, que se presentaron en Londres durante meses y hasta aos, hay un acercamiento a la idea de industria que se podra retener. Son las representaciones del Metropolitan Opera de Nueva York o de la pera de Miln productos de una industria cultural? No nos atreveramos a definirla en esos trminos. Los casos a los que aludimos, para dar ms profundidad a la expresin industria cultural, nos hacen pensar que, hablando con propiedad, no todos los productos artsticos son la consecuencia de formas de trabajo y produccin industriales. Y en ese caso, convendra reservar esa designacin para lo

que fue usada en sus primigenios tiempos, es decir, para la expresin masiva de una actividad de corte simblico o artstico. El caso es an ms llamativo a propsito del mundo de la produccin artesanal. No cabe duda que hay ejemplos en que el artesano construye sus talleres donde la gran mayora de los trabajadores son familiares. Sin embargo, no faltan tambin ejemplos de una actividad de corte industrial y masivo que se difunde en los mercados tursticos. No se podra decir, sin matices, que los maestros artesanos del retablo, por ejemplo, en sus inicios, producan industrialmente, aunque hay que reconocer que muchos de ellos entraron en las reglas de un mercado de productos artsticos. Por un lado, el simple hecho de entrar en las redes de un mercado no determina la aplicacin del afiche industrial al producto; por otro lado, la masificacin de la produccin es la seal ms evidente de que los objetos expuestos al pblico obedecen a una intencin de reproduccin infinita de los objetos.

La cultura en el mercado: capital simblico y capital culturalHay dos aspectos que conviene distinguir. Primero, la cultura como horizonte donde se forjan los elementos del lenguaje que hacen del arte o de las expresiones artsticas un universo sui generis. Y segundo, la cultura en sus expresiones reales que corresponden a la introduccin de una obra artstica en el mercado; el producto, o sea, una pintura, una pelcula, una sinfona, una obra de teatro, una novela. Mientras lo que se entiende por cultura, en el primer caso, es el horizonte de creacin, en el segundo, el acto ya est dado. De alguna manera, se podra recordar la distincin de Saussure sobre la lengua y los actos de habla. Se refiere la primera a la forma sistemtica de la lengua, la segunda, al acto que le presta existencia.23 Nos inclinaramos por la nocin de estilo, o de estilizacin del universo cultural.24 Por ejemplo, la obra literaria de Jos Mara Arguedas o la Escuela Cuzquea de pintura son

21 Teixeira Coelho, op. cit., pgs. 13-26. 22 Lemieux, ed., op. cit.

23 Ferdinand de Saussure, Cours de linguistique gnrale, Pars, Payot, 1960. 24 Dumont, op. cit.

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INTRODUCCIN

definiciones estilsticas de la cultura peruana, en cuanto horizonte amplio e indefinido. Dicho esto, la proyeccin de la cultura en el mercado es una etapa posterior a la creacin y produccin de una obra hecha pblica. El proceso es otro. Se trata de acoger la obra de arte en la red de intercambio de productos y de valorarlos en trminos econmicos. La obra de arte se transforma en producto, que es objeto de oferta. Es el proceso de marketing que Colbert y Cuadrado analizaron con detenimiento.25 Los mencionados especialistas distinguen dos orientaciones: la primera es la que busca en el mercado sacar el mximo provecho financiero posible como si las artes o los productos artsticos fueran iguales o semejantes a cualquier tipo de producto; la segunda es la que concibe el producto artstico como distinto de otros productos, porque sus caractersticas lo definen como una obra que no pretende alcanzar el mximo beneficio econmico en el mercado. En otras palabras, una expresin artstica no es un simple producto que se echa al mercado para consumo. Es algo ms. Y es ese algo ms lo que lo hace singular. Bourdieu introdujo la nocin de capital simblico cuando trataba de comprender lo que significaban en el espacio social las prcticas culturales. No lo ha hecho en trminos de produccin econmica, aunque l explora la relacin que existe entre gustos musicales o artsticos en general y la capacidad econmica de clase o de grupos de clase. Sin embargo, el capital simblico, en el sentido estricto de la expresin, designa precisamente lo contrario, es decir el rechazo o negacin de la moneda o capital fsico como norma de cambio de productos.26 Y contrariamente a lo que parece afirmar Throsby, fue Bourdieu tambin quien se interes por lo que l llama capital cultural, pero dndole un contenido muy distinto al que pretende darle el economista australiano. Throsby simplifica el problema. Y termina por

reducir los hechos simblicos a simples hechos de mercado. No slo no entiende lo que le sugiere Bourdieu, sino que tambin niega, a una parte de los hechos culturales, su derecho a existir.27 Para Throsby, la expresin capital cultural se refiere a la capacidad que tienen los objetos artsticos artes plsticas, expresiones musicales, literatura, adems de todas las industrias culturales para transformarse en productos que se pueden consumir en trminos monetarios. O sea, una pintura por ejemplo, es un capital cultural en la medida que su existencia est, en trminos econmicos, tasada. Y una partitura de Beethoven tambin lo es, no por su estructura armnica, sino por aqul que vende papeles musicales a los coleccionistas y anticuarios. En ese sentido, la expresin de capital cultural de Throsby es inadecuada para definir lo que pretende designar.28

Consumo cultural, bienes de ostentacin y gusto artsticoHay varios caminos por los que se puede llegar a comprender mejor los efectos de la apertura de las obras de arte o expresiones masivas de productos artsticos a una economa de mercado. Hablando con propiedad, no debe pensarse que se trata de un hecho reciente. Las artes, mal que bien, se sometieron al imperio de las leyes de intercambio de productos y del uso de moneda para sobrevivir y desarrollarse. Y ya en plena economa capitalista se adoptaron mecanismos que entregaron los objetos de actividades artsticas para ser comercializados como cualquier otro producto. Sin embargo, las caractersticas de los objetos artsticos, de las artes en general, como lo subray Colbert a propsito del marketing en el campo de las artes y de lo que l llama cultura, cambian, hasta cierto punto, las reglas aceptadas en el mercado. Mencionaremos una que, pese a su remota existencia en sociedades antiguas, arro-

25 Franois Colbert; Manuel Cuadrado, Marketing de las artes y la cultura, Madrid, Ariel Patrimonio, 2003. 26 Pierre Bourdieu, Le sens pratique, Pars, Minuit, 1980 : ...le

capital symbolique est ce capital dni, reconnu comme lgitime, mconnu comme capital... , pg. 200. 27 David Throsby, Cultural Capital, en Journal of Cultural Eco-

nomics, n 23, 1999, pgs. 3-12; Economics and Culture, Cambridge, Cambridge University Press, 2001; Pierre Bordieu, Capital cultural, escuela y espacio social, Buenos Aires, Siglo XXI, 2003.

28 David Throsby, Sustainability and Culture: Some Theoretical Issues, en International Journal of Cultural Policy, n 4, pgs. 7-20.

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ja alguna luz sobre los procesos contemporneos. Nos referimos a los bienes o productos de ostentacin en que se desarrollaron siempre muchas de las actividades artsticas. Y entre ellas, por ejemplo, cabe bien las que se refieren a ciertos dominios de la artesana y del arte, sobre todo la pintura. Los coleccionistas y los merchants conocen bien esta dimensin del mercado de la cultura. Y las enormes sumas pagadas por magnates de la empresa y finanzas por objetos y obras de arte se mueven en un campo en el que las reglas de demanda y oferta del mercado obedecen a principios algo distintos del mercado comn y corriente. Hay otra dimensin especfica al mundo de la cultura en general, y a las artes en particular. Se refiere a lo que, en trminos muy generales, se entiende por gusto, o gusto artstico. Lo estudi con detenimiento Pierre Bourdieu, en Francia.29 Sabido es que, en el campo de las producciones artsticas y en el mercado del arte se cultivan formas de evaluar y ponderar la belleza o perfeccin de las obras a partir de criterios compartidos por individuos o grupos que aceptan el veredicto de los crticos expertos en la materia. En el caso de la pintura, por ejemplo, las galeras desempean un papel importante. Pero lo mismo ocurre en otras circunstancias y en variadas experiencias artsticas. Los festivales cinematogrficos o teatrales tienen esa funcin normativa al premiar las mejores obras y elegir las que cumplen con los requisitos artsticos de los comits de seleccin. La publicidad utiliza los premios para lanzar al mercado esas obras o productos, agregndoles el valor que le corresponde.

to de lo que se define como industria, no es menos cierto tambin que el pblico que asiste a sus representaciones contribuye a la economa global de las producciones artsticas. En ese sentido, se podra hablar de consumo en los trminos que hemos definido prrafos arriba, sin que se pueda calificar de consumo masivo de pera. En los trminos empleados por Pierre Bourdieu, asistir a ese gnero de actividad artstica sera acumular un capital simblico que da prestigio social y permite mostrar los modales de conducta ostentosa.30 En la gran mayora de los casos, las actividades relacionadas con las obras de arte entran en el juego del mercado por el pblico que las frecuenta o las consume, si se trata de espectculos masivos. Los espectculos de grupos de msica rock o la atraccin que ejercen sobre el pblico joven ciertos conjuntos musicales, sobre todo extranjeros, da una dimensin econmica a las actividades artsticas de corte popular hasta hace unos aos, imprevisible. Woodstock fue el inicio de una nueva generacin de jvenes estrellas que electrizaban a millones de asistentes.31 Los empresarios promotores de ese gnero de shows aprendieron la leccin. Y desde ese entonces gastan sumas importantes en publicidad. De suerte que un simple anlisis de esas actividades nos dara el tamao de las transacciones econmicas y financieras que se mueven en ese campo de la produccin musical. Ah reside uno de los elementos ms espectaculares de la economa de la produccin artstica. Via del Mar en Chile o Luna Park en Buenos Aires son ejemplos particularmente significativos para definir esa tradicin artstica. Sin embargo, el desarrollo ms espectacular est en la capacidad de crear pblicos casi cautivos a travs de empresas gigantescas de informacin y produccin de bienes simblicos. Hablamos de periodismo, de cinematografa, de televisin y radio. Segn la Unesco, de 1980 a 1998, las exportaciones de lo que ella llama bienes culturales, se multiplicaron por cuatro, pasando de 47,5 billones de dla-

Pblicos de la culturaAunque la palabra industria se aplica mal a ciertos gneros de actividades artsticas, es a travs del pblico que se puede definir la entrada de las artes en el mercado. Si bien es cierto, como acabamos de recordar, que una produccin de la Metropolitan Opera de Nueva York no cabe muy bien en el mbi-

29 Pierre Bourdieu, La distinction. Critique sociale du jugement, Pars, Minuit, 1979.

30 Pierre Bourdieu, Le sens pratique, Pars, Minuit, 1980, pg. 191 y ss.

31 Elliot Landy, Woodstock: The Spirit of a Generation, Nueva York, 1998.

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INTRODUCCIN

res a 174 billones; las importaciones, en ese mismo perodo, han pasado de 48 billones a 240 billones de dlares. Ahora bien, el 80% de esa produccin y comercializacin est en trece pases desarrollados. Y siete megaconsorcios concentran en sus manos toda la produccin del planeta.32 Y finalmente el impacto de la publicidad sobre el pblico.33 Segn Ouiller, la revista Forbes escribe que, entre 1950 y 1996, los gastos publicitarios mundiales se multiplicaron por siete, ultrapasando, en 2002, el cabo de los cien mil millones de dlares.34 Hay, pues, ms all de todas las disquisiciones que se puedan hacer en torno a las producciones artsticas, hechos irrefutables que cambian todas las perspectivas conocidas sobre los pblicos y sus gustos por bienes simblicos.35

los valores agregados de la economa; que no es otra cosa que la retribucin al precio de los factores de produccin que contribuyen a la elaboracin. (Mano de obra, utilidades, impuestos) Para explicar claramente lo expuesto, los conceptos antes mencionados deben ser diferenciados del Valor Bruto de la Produccin, el cual, a diferencia del PBI, s comprende los bienes intermedios de la economa, es decir aquellos que se utilizan para producir otros y que en realidad vienen a ser los bienes finales. En resumen, en el valor bruto de la produccin, se incluye todo aquello que es vendido por las empresas en forma indiscriminada, sean estos productos o servicios terminados para el consumo, o productos y servicios que sern utilizados para la produccin de nuevos productos o servicios. El PBI es el resultado de la diferencia entre el valor bruto de la produccin y el total de bienes y servicios intermedios producidos.

Consideraciones sobre el Producto Bruto Interno y el Producto Bruto Interno Cultural. Nota metodolgicaDefinicionesEl Producto Bruto Interno (PBI) es la unidad de medida monetaria de todos los bienes y servicios finales que la economa de un pas produce en un perodo determinado. Es pues, la sumatoria de los valores monetarios del consumo, inversin bruta privada, compra de bienes y servicios por parte del Estado, la inversin bruta estatal y las exportaciones menos las importaciones. Existen dos metodologas para el clculo del PBI cuyos resultados matemticos son exactamente iguales. La primera de ellas es a travs de los flujos de productos y la segunda a travs de la sumatoria de

El Producto Bruto Interno de las industrias culturalesA efectos de medir el PBI de las industrias culturales, y ante la falta de estadsticas serias que nos permitieran medirlo a travs de los valores agregados, se decidi seguir la primera metodologa, es decir la sumatoria de las demandas finales del consumo cultural, ms las inversiones que se realizan en el sector, aunndole a ello las exportaciones, como es el caso de los servicios museolgicos y visitas a restos arqueolgicos por parte de los visitantes extranjeros, netando las importaciones de espectculos tipificados como culturales, o insumos extranjeros de los correspondientes sectores culturales objeto del estudio.

32 Unesco, International Flows of Selected Cultural Goods, 19801998, Pars, Unesco, 2000. 33 Olivier Donnat et al., Le(s) public(s) de la culture, Pars, Sciences Po, 1990.

34 Oliver Ouiller, Le neuromarketing est-il lavenir de la publicit, en Le monde, Pars, 2003. 35 Stuart Ewen, Captains of Consciousness. Advertising and Social

Roots of the Consumer Culture, New York, McGraw-Hill, 1977.

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1LA EDICIN Y EL LIBRO

1.1. IntroduccinEl presente estudio tiene como objetivo medir el impacto econmico del sector interno de la produccin editorial peruana, permitindonos de esta manera visualizar el aporte del mismo al Producto Bruto Interno del pas. Dentro de las industrias editoriales se considera el proceso de creacin literaria, las actividades relacionadas con la impresin, la difusin y comercializacin, estas ltimas vinculadas con el quehacer de los editores y libreros. La importancia de conocer la situacin real de la industria editorial en el pas radica no slo en lo econmico, sino tambin en el hecho de que los libros cumplen una funcin primordial en el proceso de formacin del individuo, a travs de la motivacin y el incremento de las capacidades de anlisis, de crtica y de abstraccin, desarrollando la sensibilidad y la creatividad. Con respecto a los hbitos de lectura, se puede decir que hasta ahora el libro no pierde vigencia como protagonista en el quehacer educativo y cultural. Pero cun vigente es hoy en da con respecto a la idea de deleite y entretenimiento? Han subido los ndices de lectura por encontrarse muchos libros en internet? Las posturas con respecto al papel de internet como agente promotor del hbito de lectura son variadas y opuestas en muchas ocasiones. Debemos considerar que a travs de ste es posible tomar contacto con autores y libros que en muchas ocasiones, lamentablemente, no podemos encontrar en forma impresa en las libreras de Lima y de Per en general. Sin embargo,

hay algo que se pierde en este proceso, el precioso contacto con el cuerpo del libro. Otro punto en contra de la lectura a travs de la pantalla de una computadora es el desgaste visual. Es innegable que el esfuerzo de nuestra vista frente a los destellos que se producen en la pantalla hace complicado, por no decir, a veces imposible, la lectura calmada y reflexiva que necesitan muchos textos, sobre todo en el quehacer profesional.

1.2. Antecedentes1.2.1. El libro en PerSegn estudios recientes, la primera imprenta en el espacio peruano funcion en 1582 y 1583. Durante estos aos se celebr el tercer concilio limeo el cual orden en su sesin 1583, que se imprimiera el catecismo de la Doctrina Cristiana, lo que hace evidente el que ya en esas fechas exista una imprenta bien organizada en Lima. En 1584 se public la Doctrina Cristiana por el impresor Antonio Ricardo de Turn, cuyo verdadero apellido era Ricardi, habindolo castellanizado, como era el uso de la poca.36 sta es la primera imprenta que se asienta en el territorio peruano. La segunda imprenta se debi a los jesuitas, en Juli (Puno), que funcion durante los aos de 16101613, que trabajaron con los moldes del tipgrafo limeo Francisco del Canto, quien adems tena un taller en Lima.37 En el taller de Juli se public el Vocabulario de la lengua aymara, de Ludovico Bertonio.

36 Ral Porras Barrenechea; Rubn Vargas Ugarte et al. , Historia general de los Peruanos: II/ El Per Virreinal, Lima, Peisa, 1986.

37 Jos Toribio Medina, La imprenta en Lima (1584-1824) I, Santiago de Chile, 1904.

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Arequipa fue la tercera ciudad de Per en contar con imprenta a fines del siglo XVIII.38

cias aplicadas, de ciencias puras, ciencias sociales, ecologa, geografa, historia. Religiosos: Incluye todo tipo de material religioso de las diversas religiones y sectas.1.2.2.3. Editor40

1.2.2. Definiciones e instituciones1.2.2.1. Cmara Peruana del Libro (CPL)

Viene funcionando desde 1946. Es una asociacin gremial sin fines de lucro, que representa al sector editorial y librero de Per. Agrupando a los editores, importadores, distribuidores, libreros, impresores y otras entidades o personas que se dedican a labores editoriales, difusin bibliogrfica o promocin de la lectura. Dentro de sus actividades se encuentran la realizacin de las ferias del libro, la Ricardo Palma que ya lleva 24 ediciones, y la Feria Internacional del Libro de Lima que va por su novena edicin. Tambin fomenta hbitos de lectura y el impulso de la educacin.1.2.2.2. Subsectores editoriales

Persona natural o jurdica domiciliada en el pas que, en virtud de contrato celebrado con el autor o sus derechohabientes, adquiere facultad de utilizar y explotar la obra intelectual, asumiendo la iniciativa y la responsabilidad de editarla en forma de libro o formatos editoriales afines con la finalidad de divulgarla. Mediante un proceso tcnico y creativo, el editor conduce y financia el proyecto editorial hasta darle forma de libro, o de producto editorial afn, a la obra intelectual a su cargo, con el objeto de ponerla a disposicin del pblico. Es tambin el promotor de las obras de los autores con los que contrata. El editor, como parte de la actividad editorial, articula los procesos de correccin, diagramacin, diseo grfico y fijacin del texto en los soportes correspondientes (preprensa). Es el responsable de la calidad material del producto final.1.2.2.4. Impresor

La Cmara Peruana del Libro divide los libros en los siguientes sectores: textos escolares, inters general y plascismo.39 Estos, a su vez, se subdividen en: Didcticos: En este subsector se ubican las empresas que producen textos escolares, en todos sus niveles. Tambin estn considerados los textos paraescolares y para-didcticos. Inters general: Es esta categora estn incluidas los libros de literatura infantil, juvenil y adulta, artes, superacin personal, deportes y entretenimiento, bienestar, salud, turismo, culinaria, nutricin, adems de obras de referencia y consulta. Cientficos, tcnicos y profesionales: Estn incluidos los libros universitarios, libros cientficos y tcnicos, de filosofa y psicologa, de tecnologa y cien-

Persona natural o jurdica domiciliada en el pas, a cargo de la reproduccin grfica del libro o productos editoriales afines, mediante los procesos propios de la industria grfica.1.2.2.5. Librero

Persona natural o jurdica domiciliada en el pas, que se dedica principalmente a la venta de libros y productos editoriales afines en establecimientos legalmente habilitados y de libre acceso al pblico.

38 Barrenechea; Ugarte et al. , op. cit. 39 El trmino plascismo se refiere a la venta a plazos de libros y/o colecciones.

40 Las siguientes definiciones han sido tomadas del captulo II, artculo 5 de la Ley 28086 (Ley de democratizacin del libro y de fomento de la lectura).

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LA EDICIN Y EL LIBRO

1.2.2.6. Libro

1.2.2.7. Productos editoriales afines

Medio unitario, no peridico, a travs del cual el autor comunica su obra con el fin de transmitir conocimientos, opiniones, experiencias y creaciones cientficas, artsticas o literarias. Es el objeto de la actividad editorial, tanto en su formato impreso como en su formato digital (libros en edicin electrnica), o en formatos de audio o audiovisuales (libros hablados en casetes, discos compactos u otros soportes), o en escritura en relieve (sistema Braille); comprende todas las formas de libre expresin creativa, educativa o de difusin cientfica, cultural y turstica. Libro de viejo: El libro usado puesto nuevamente en circulacin comercial. Libro pirata: El que transgrede los derechos de autor y/o las disposiciones legales vigentes, que se publica en forma no autorizada y/o falsificando diseos o caractersticas editoriales registradas. Libro electrnico: Texto editado y reproducido por medios electrnicos para su transmisin, utilizacin y explotacin total o parcial a travs de internet u otras vas informticas. El libro electrnico tiene el mismo rgimen de proteccin que el libro impreso y los productos editoriales afines. Se consideran como soportes para libros electrnicos el disco compacto o CD (Compact Disc), la cinta digital de audio o DAT (Digital Audio Tape), el disco digital de video o DVD (Digital Video Disc), as como todo soporte en material o tecnologa conocida o por conocerse, apto para la fijacin y reproduccin intelectual.

Son productos adicionales afines al libro las publicaciones peridicas no noticiosas, los fascculos coleccionables y las publicaciones en sistema Braille, que en todos los casos sean de contenido estrictamente cientfico, educativo o cultural. As mismo, las guas tursticas y las publicaciones de partituras de obras musicales. Se exceptan de la definicin anterior los catlogos informativos y comerciales no bibliogrficos, las publicaciones que contengan horscopos, fotonovelas, modas, juegos de azar y las publicaciones pornogrficas y sucedneas.1.2.3. Hbitos de lectura

El Instituto de Investigaciones Econmicas y Sociales de la Universidad Nacional de Ingeniera realiz, en el ao 2003, por encargo de la Biblioteca Nacional de Per, un estudio sobre hbitos de lectura en Lima metropolitana y el Callao. El tamao de la muestra del estudio estuvo conformado por 500 hogares al nivel de Lima metropolitana, 350 para la regin Lima y 150 para la regin Callao. En total se entrevistaron 1.446 personas en Lima metropolitana: 999 en la regin de Lima y 447 en la regin del Callao. (ver cuadro 1). As mismo, la distribucin de la muestra al nivel de hogares se realiz de manera proporcional de

Cuadro 1 Composicin y tamaos de muestra de la regin Lima y la regin Callao en Lima metropolitana Miembros del hogar Miembros dependientes 649 297 946

Muestra Regin Lima Regin Callao Total Lima metropolitanaFuente: IECOS-UNI Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

Hogares totales 350 150 500

Jefe de familia 350 150 500

Total 999 447 1446

29

E L I M P A C T O E C O N M I C O D E L A C U LT U R A E N P E R

acuerdo con la composicin de niveles socioeconmicos utilizados por el Instituto de Investigaciones Econmica y Sociales, la cual se puede observar en el cuadro 2. Estos niveles son asignados de acuerdo al ingreso familiar mensual: nivel alto: ingresos de 3.001 a ms de 5.000 soles; nivel medio alto: ingresos desde 1.000 a 3.000 soles; nivel medio: ingresos de 501 a 1.000 soles; nivel medio bajo: ingresos de 351 a 500 soles; nivel bajo: ingresos de 101 a 350 soles. De los resultados a los que llegaron se tiene que el 92% de los encuestados revel que lee habitualmente, desagregando el resultado en tres categoras de lectura: libros, revistas y peridicos e internet. El hbito de lectura de libros ha sido creado en mayor porcentaje por iniciativa propia (43,1%); el promedio de horas ledas diarias es de 1,3 horas del universo, siendo la noche el horario favorito para la lectura (37,1%); en los ltimos tres meses la cantidad de libros que se ha ledo, en mayor porcentaje son dos (32,4%). De los libros, el 44,8% son en su mayora libros propios nuevos. Del cuadro 3 se desprende que el estudio es el principal motivo para leer con un 29,4%, seguido por los motivos de entretenimiento, desarrollo personal y cultura general. En el cuadro 4 observamos que del 8% que no lee, el 29,1% aduce la falta de tiempo. Tambin existe un alto porcentaje de personas que manifiesta no saber el motivo por el que no lee o simplemente no quisieron responder a la pregunta (24,6%). El tercer motivo por el que no leen es por la falta de hbito de lectura o desinters, 12,7%.

Cuadro 3 Motivaciones para leer Motivos Por trabajo Por ayudar a los nios, jvenes Por estudio Por desarrollo personal Por entretenimiento y/o gusto Por cultura general Por otras razones TotalFuente: IECOS-UNI Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

% 8,9% 4,9% 29,4% 18,7% 19,7% 17,8% 0,6% 100%

Cuadro 4 Motivos por los que no leen Motivos Por falta de tiempo Por la falta de hbitos de lectura o desinters No dispone de dinero para comprar libros, revistas o peridicos Otras preferencias Enfermedad No sabe leer bien No les gusta leer Por cansancio No sabe/ no responde TotalFuente: IECOS-UNI Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

% 29,1% 12,7% 3,4% 4,5% 9,6% 7,1% 7,9% 1,1% 24,6% 100%

1.2.3.1 Categoras de lectura

Lectura de libros Por regin: la regin Callao lee libros en un 47,4% y la regin Lima lo hace en un 46,7%. Por nivel socioeconmico: el nivel que ms lee libros es el alto con un 67,3% y el que menos lee libros es el nivel medio bajo con un 32,3%. Sexo: los hombres (48,1%) leen ms que las mujeres (45,4%).

Cuadro 2 Composicin de hogares de la regin Lima y la regin Callao segn nivel socioeconmico Nivel socioeconmico Medio 25% 31%

Regin Regin Lima Regin CallaoFuente: IECOS-UNI Elaboracin: IECOS-UNI

Alto 5% 1%

Medio alto 19% 15%

Bajo 32% 35%

Medio bajo 19% 18%

TOTAL 100% 100%

30

LA EDICIN Y EL LIBRO

Edad: el grupo que ms lee libros es el de 12 a 16 aos (73,2%) y el que menos lee es el de ms de 72 aos (26,1%). Actividad principal: los que slo estudian son los que ms leen libros (75,4%) y las amas de casa son las que menos leen (17,4%). Nivel educativo: las personas que tienen un nivel de postgrado son las que ms leen libros (92,5%) mientras que los que menos lo hacen son los que no tienen ningn nivel educativo aprobado (3%). Otros medios de lectura Lee internet habitualmente el 15,9% y no lo hace el 84,1%. Lee revistas habitualmente el 23,8% y no lo hace el 76,2%. Lee peridicos habitualmente un 48,1% y no lo hace un 51,9%. Lee la Biblia habitualmente slo un 4,2%.

La propuesta de programas dirigidos a la promocin del libro y la lectura as como al desarrollo de la industria editorial; el apoyar el fortalecimiento del Sistema Nacional de Bibliotecas, adems de la conservacin del patrimonio bibliogrfico y documental de la Nacin. El consejo ser integrado por representantes de las principales instituciones involucradas en las labores editoriales, al fomento de la lectura y a la preservacin del patrimonio editorial y documental, ejerciendo una funcin ad honrem.1.2.4.2. Fondolibro

El Fondo Nacional de Democratizacin del Libro y de Fomento de la Lectura depende de la Biblioteca Nacional y est destinado a financiar los programas y acciones de promocin y difusin del libro y otros productos editoriales afines, as como el fomento de la lectura. Los recursos para que pueda cumplir con sus funciones provendrn de diversas fuentes: el tesoro pblico de acuerdo a las normas presupuestales vigentes; donaciones de instituciones nacionales y extranjeras; de la cooperacin internacional; ingresos de las propias actividades del fondo, as como los intereses que pueda generar.

1.2.4. Marco LegalLa Ley de Democratizacin del Libro y de Fomento de la Lectura tiene como objetivos principales el promover el desarrollo de la industria editorial en Per a travs de beneficios tributarios a las empresas. Adems, busca masificar los hbitos de lectura en la poblacin creando para ello PROMOLIBRO y FONDOLIBRO. En lo que respecta a los derechos de autor, la ley contempla una serie de medidas para combatir la piratera, entre ellas la incautacin de los libros piratas y previa autorizacin de los autores y/o editores su distribucin a travs de PROMOLIBRO al Sistema Nacional de Bibliotecas y a la Biblioteca Nacional de Per. Los libros que sean distribuidos debern llevar una inscripcin en un lugar visible que los identifique como ejemplares no autorizados e incautados.1.2.4.1. Promolibro

1.3. Anlisis econmico1.3.1. El consumo editorial peruano durante el perodo 1996-2001Para efectos del anlisis econmico de las industrias editoriales se escogi el perodo comprendido entre los aos 1996 y 2001, porque lamentablemente no existen estadsticas valederas para perodos anteriores y las posteriores se encuentran en proceso de elaboracin.1.3.1.1. El consumo en unidades monetarias constante

El Consejo Nacional de Democratizacin del Libro y Fomento de la Lectura es un rgano consultivo de del Ministerio de Educacin y tiene entre sus funciones:

Si analizamos el cuadro 5 y el grfico 1 se puede observar que el consumo en trminos de dlares constantes en la venta de textos escolares, sufri una contraccin del 22,89% en tan slo cinco aos. Los libros de inters general tambin sufrieron mer-

31

E L I M P A C T O E C O N M I C O D E L A C U LT U R A E N P E R

mas importantes en el consumo, siendo en este caso de 23,81%. Los textos cientficos, profesionales y tcnicos, muestran una reduccin del 22,88%, los de orientacin religiosa, tambin, en trminos reales se redujeron en 22,34%. El consumo total de los cuatro gneros implic un decremento del 22,89%. Es decir el consumidor formal peruano destin durante el periodo 1996-2001 menos recursos de sus ingresos disponibles al consumo editorial. Es evidente que el paulatino deterioro de los ingresos del consumidor peruano ha influido en ello, pero no es la nica razn, podramos tambin sealar el deterioro en los niveles educacionales en el pas.1.3.1.2. El consumo en unidades fsicas

1.3.1.3. Estructura del consumo en trminos monetarios

Del anlisis de los cuadros 7 y 8 resulta que, durante el perodo de anlisis (1996-2001), la estructura de participacin entre el consumo de libros importados y nacionales se mantuvo constante, habiendo sido la media del 46,0% para el consumo de libros importados, en tanto que la de los libros nacionales fue del 54%. De los porcentajes antes mencionados, tenemos que, al analizar el cuadro 9, la estructura de textos escolares entre importados y nacionales, se mantuvo en un porcentaje de 38,19% para los libros importados, en tanto que los nacionales mantuvieron un porcentaje del 44,81%. Los textos de inters general mostraron los siguientes porcentajes: 0,92% para los textos importados y 1,08% para los nacionales. Los textos cientficos, profesionales y tcnicos nos sealan las siguientes participaciones, 5,52% y 6,48%; para los textos religiosos, 1,38% para los importados y 1,62% para los nacionales.1.3.1.4. Estructura del consumo en trminos de unidades fsicas

En trminos de unidades consumidas, podemos inferir del anlisis del cuadro 6 y del grfico 2 lo siguiente: la contraccin del consumo en textos escolares fue del 22,52%; la contraccin del consumo en textos de inters general fue del 16,67%; la contraccin del consumo de textos cientficos, profesionales y tcnicos fue de 22,67%; la contraccin del consumo de textos religiosos fue de 26,32%. La contraccin global de unidades consumidas ascendi a un 22,54%. En trminos reales, la contraccin de las ventas fue del 22,89%, como ya lo hemos visto, y en trminos de unidades consumidas fue del 22,54%. Lo que significa un encarecimiento relativo en los niveles de precios en el sector editorial.

Del anlisis de los cuadros 10 y 11 se deduce que, en trminos de unidades fsicas, se consumi un total de 34.450.000 libros, de los cuales 12.340.000 correspondieron a textos importados, y 22.110.000 a textos nacionales, lo que implic una relacin porcentual de 35,82% para los libros importados y de 64,18% para los nacionales.

Cuadro 5 Industria Editorial: Ventas en millones de dlares constantes Concepto Textos escolares Inters general Cientficos, Profesionales y Tcnicos Religioso TotalFuente: CPL Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

1996 52,26 1,26 7,56 1,88 62,96

1997 57,65 1,39 8,33 2,08 69,45

1998 51,29 1,24 7,41 1,85 61,79

1999 45,62 1,10 6,60 1,65 54,97

2000 43,08 1,04 6,23 1,56 51,91

2001 40,30 0,96 5,83 1,46 48,55

32

LA EDICIN Y EL LIBRO

Cuadro 6 Industria editorial: ventas en millones de unidades Concepto Textos escolares Inters general Cientficos, Profesionales y Tcnicos Religioso TotalFuente: CPL Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

1996 5,15 0,12 0,75 0,19 6,21

1997 5,66 0,14 0,82 0,2 6,82

1998 5,04 0,12 0,73 0,18 6,07

1999 4,49 0,11 0,65 0,16 5,41

2000 4,26 0,10 0,62 0,15 5,13

2001 3,99 0,10 0,58 0,14 4,81

Grfico 1 Venta de libros en millones de dlares (constantes)60 50 40 30 20 10 0

Grfico 2 Venta de libros en millonesde unidades

6 5Cantidad vendida

Venta en millones de dlares

4 3 2 1 0

1996

1997

1998 Aos

1999

2000

2001

1996

1997

1998 Aos

1999

2000

2001

Textos escolares Cientficos, profesionales y tcnicos

Inters general Religioso

Textos escolares Cientficos, profesionales y tcnicos

Inters general Religioso

Fuente: CPL Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

Fuente: CPL Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

Si comparamos las relaciones porcentuales fsicas con las relaciones porcentuales monetarias, podemos inferir que el coste de los libros nacionales muestra un menor precio en relacin a los importados, y ello lo vemos en funcin a la elasticidad precio y consumo de los textos importados y nacionales. Corroborando lo antes expuesto, verificamos que el consumo de textos escolares importados ascendi a 29,72%, en tanto que el de nacionales a 53,32%. Para los libros de inters general, el consumo de textos importados signific un 0,73% mientras que los nacionales significaron el 1,28.

En lo referido a textos cientficos, profesionales y tcnicos los porcentajes correspondientes fueron del 4,33% y del 7,66%. En cuanto a las unidades religiosas tenemos 1,04 para los importados y 1, 92% para los nacionales. El Cuadro N11 no hace sino ratificar lo expuesto lneas arriba.1.3.1.5. El consumo editorial per cpita escolar y universitario

El consumo per cpita escolar, en el sistema educativo peruano, se muestra en trminos cuantitativos sumamente pobre.

33

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Cuadro 7 Ventas totales de libros importados (Millones de dlares americanos) Venta libros importados Textos escolares Inters general Cientficos, Profesionales y Tcnicos Religioso TotalFuente: CPL Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

1996 23,88 0,58 3,45 0,86 28,77

1997 26,68 0,64 3,86 0,96 32,14

1998 23,96 0,58 3,47 0,87 28,88

1999 21,26 0,51 3,07 0,77 25,61

2000 19,61 0,47 2,83 0,71 23,62

2001 18,13 0,44 2,62 0,66 21,85

Total 133,52 3,22 19,3 4,83 160,87

Cuadro 8 Ventas totales de libros nacionales (Millones de dlares americanos) Venta libros nacionales Textos escolares Inters general Cientficos, Profesionales y Tcnicos Religioso TotalFuente: CPL Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

1996 28,38 0,68 4,1 1,03 34,19

1997 30,96 0,75 4,48 1,12 37,31

1998 27,3 0,66 3,95 0,99 32,9

1999 24,38 0,59 3,52 0,88 29,37

2000 23,48 0,57 3,39 0,85 28,29

2001 22,17 0,53 3,2 0,8 26,70

Total 156,68 3,78 22,64 5,67 188,77

Cuadro 9 Estructura porcentual de las ventas Subsector editorial Textos escolares Inters general Cientficos, profesionales y tcnicos Religiosos TotalesFuente: CPL Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

Venta importados 38,19% 0,92% 5,52% 1,38% 46,01%

Venta nacionales 44,81% 1,08% 6,48% 1,62% 53,99%

Totales 83,00% 2,00% 12,00% 3,00% 100,00%

Cuadro 10 Consumo de libros importados (Millones de unidades) Consumo libros importados Textos escolares Inters general Cientficos, Profesionales y Tcnicos Religioso TotalFuente: CPL Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

1996 1,84 0,04 0,27 0,06 2,21

1997 2,04 0,05 0,29 0,07 2,45

1998 1,84 0,04 0,27 0,07 2,22

1999 1,63 0,04 0,24 0,06 1,97

2000 1,50 0,04 0,22 0,05 1,81

2001 1,39 0,04 0,20 0,05 1,68

Total 10,24 0,25 1,49 0,36 12,34

34

LA EDICIN Y EL LIBRO

Cuadro 11 Consumo de libros nacionales (Millones de unidades) Consumo libros nacionales Textos escolares Inters general Cientficos, Profesionales y Tcnicos Religioso TotalFuente: CPL Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

1996 3,33 0,08 0,48 0,12 4,01

1997 3,63 0,09 0,52 0,13 4,37

1998 3,20 0,08 0,45 0,12 3,85

1999 2,86 0,07 0,41 0,10 3,44

2000 2,75 0,06 0,40 0,10 3,31

2001 2,60 0,06 0,38 0,09 3,13

Total 18,37 0,44 2,64 0,66 22,11

Cuadro 12 Estructura porcentual del consumo fsico Subsector editorial Textos escolares Inters general Cientficos, profesionales y tcnicos Religiosos TotalesFuente: CPL Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

Unidades importadas 29,72% 0,73% 4,33% 1,04% 35,82%

Unidades nacionales 53,32% 1,28% 7,66% 1,92% 64,18%

Totales 83,04% 2,01% 11,99% 2,96% 100,00%

Cuadro 13 Consumo per cpita de libros escolares Ao Consumo de libros escolares 5.150.000 5.660.000 5.040.000 4.490.000 4.260.000 3.990.000 Escolares que cursan estudios 7.977.753 8.012.224 8.140.939 8.304.348 8.435.879 8.558.276 Consumo per cpita 0,646 0,706 0,619 0,541 0,505 0,466

1996 1997 1998 1999 2000 2001Fuente: BADATUR e INEI Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

Si se analiza el cuadro 13 veremos que el consumo anual no supera a una unidad por alumno, considerando todos los niveles educativos escolares. La media se encuentra a razn de medio libro por alumno. El consumo editorial universitario tambin se muestra muy bajo, la media se encuentra en un libro y medio por alumno en toda su carrera universitaria.

1.3.2. La piratera editorialLa piratera editorial, en los ltimos aos, se ha concentrado en los textos escolares y universitarios habindose estimado el valor de la misma para el ao 2001 en el equivalente del PBI anual de ese mismo ao, o sea 16,40% de las ventas de textos escolares. Es menester sealar que la piratera editorial cedi

35

E L I M P A C T O E C O N M I C O D E L A C U LT U R A E N P E R

Cuadro 14 Consumo per cpita de libros universitarios Ao Consumo de libros universitarios 750.000 820.000 730.000 650.000 620.000 580.000 Alumnos de estudios superiores 411.651 406.577 400.253 412.127 426.029 435.639 consumo per cpita 1,82 2,02 1,82 1,58 1,46 1,33

1996 1997 1998 1999 2000 2001Fuente: BADATUR e INEI Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

campo a la industria editorial de inters general, probablemente por ser menos rentable, y por contar con una gran demanda en los otros dos sectores ya mencionados.

cia con los cuadros 15 y 16, no hacen otra cosa que confirmar lo antes expuesto.

1.3.4. El Producto Bruto Interno del sector editorialEl PBI editorial peruano muestra un descenso continuo durante el perodo 1996-2001. El mismo se explica por el hecho de que gran parte de los insumos que utiliza el sector son importados. Por eso no existe contradiccin alguna entre el incremento de los libros de origen nacional, como se observa en el cuadro 17 y en el grfico 3.

1.3.3. El nivel de empleos en las industrias editoriales, durante el perodo 1996-2001Dada la alta tecnologa que se utiliza actualmente, y desde hace ms de veinte aos, en el sector editorial el uso intensivo de la mano de obra lamentablemente se ha ido sustituyendo por el uso de bienes de capital. Es tan cierto ello que, si vemos el promedio de empleo en el sector editorial, en concordan-

Cuadro 15 Nivel de empleo directo en el sector editorial Concepto Nmero de trabajadoresFuente: PEISA Elaboracin: IDI-EPTH-USM

1996 1.600

1997 1.250

1998 980

1999 1.050

2000 950

2001 950

Cuadro 16 Nivel de empleo directo por empresas Concepto Promedio por empresaFuente: PEISA Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

1996 14

1997 11

1998 8

1999 9

2000 8

2001 8

36

LA EDICIN Y EL LIBRO

Cuadro 17 PBI editorial y su participacin en el PBI nacional Aos P.B.I. (editorial) Dlares americanos constantes 8.460.000 9.220.000 8.130.000 7.260.000 7.000.000 6.610.000 Participacin en el P.B.I.

Grfico 3 Participacin porcentual de la industria0.0180

Participacin porcentual

0.0160 0.0140 0.0120 0.0100 0.0080 0.0060 0.0040 0.0020

1996 1997 1998 1999 2000 2001

0,0162% 0,0154% 0,0137% 0,0138% 0,0130% 0,0124%

Fuente: BADATUR Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

0.0000 1996 1997 1998 Aos 1999 2000 2001

Fuente: CPL Elaboracin: IDI-EPTH-USMP

1.4. ConclusionesDel anterior anlisis podemos concluir que el rubro editorial que ha presentado los mayores niveles de consumo durante los cinco aos de anlisis es el de textos escolares. Sin embargo, el consumo per cpita de los escolares est por debajo de un libro por alumno. Lo que significa que, en Per, las oportunidades de formacin educativa estn siendo restringidas por factores presupuestales en la educacin pblica, sobre todo, en las regiones andinas y amaznicas. En el rubro de textos cientficos, profesionales y tcnicos, existe una relacin similar a la anterior; los universitarios y profesionales del pas cuentan con aproximadamente libro y medio para su formacin. Sin embargo, en este caso, cabe la posibilidad de que los estudiantes adquieran los libros en el mercado informal sobre el cual no hay control alguno, por lo que es imposible identificar la proporcin de la participacin de este rubro en l. No obstante, las averiguaciones hechas en el mercado informal no elevaran este consumo per cpita a dos libros por alumno durante toda su preparacin acadmica. Los libros de inters general y religioso presentan una baja participacin en la composicin del consumo, de lo que podra desprenderse que la prioridad en el presupuesto asignado para la compra de libros est destinada a los de uso acadmico.

Contrariamente a lo que se hubiera podido pensar, la mayor parte de la produccin en textos escolares y cientficos, profesionales y tcnicos, es nacional. Pero se debe considerar que si bien estos se imprimen en el pas, su aporte a la generacin de riqueza no es significativo; el aporte al producto bruto interno es de 0,012%, realmente un porcentaje inconmensurable, ya que gran parte de los insumos utilizados y de los derechos de autor son importados. La piratera corresponde a 16,40 % de las ventas totales de los textos escolares, que es lo que se infiere como la cantidad que no se vende formalmente. Ello, como se puede observar, no soluciona el dficit que hemos encontrado en el consumo de textos escolares. Igual proporcin podramos estimar para los textos de educacin superior, con los consecuentes e iguales resultados.

1.5. SiglasCPL: FONDOLIBRO: Cmara Peruana del Libro. Consejo Nacional de Democratizacin del Libro y Fomento de la Lectura. Instituto de Investigaciones de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelera de la Universidad de San Martn de Porres.

IDI-EPTH-USMP:

37

E L I M P A C T O E C O N M I C O D E L A C U LT U R A E N P E R

IECOS-UNI:

PBI: PROMOLIBRO:

Instituto de Investigaciones Econmicas y Sociales de la Universidad Nacional de Ingeniera. Producto Bruto Interno. Fondo Nacional de Democratizacin del Libro y Fomento de la Lectura.

1.6. Anexos1.6.1. LEY 28086 DE 10 DE OCTUBRE DE 2003 Ley de democratizacin del libro y de fomento de la lecturaEl Presidente de la Repblica Por cuanto: El Congreso de la Repblica ha dado la Ley siguiente: LEY DE DEMOCRATIZACIN DEL LIBRO Y DE FOMENTO DE LA LECTURA TTULO I Aspectos generales CAPTULO I Declaracin y objetivos Artculo 1. Declaratoria de inters y necesidad pblicos. Declranse de inters y necesidad pblicos: 1. La creacin y proteccin del libro y los productos editoriales afines, como instrumentos que propician y difunden la creatividad intelectual, el conocimiento y la cultura. 2. El fomento de la creacin cientfica y literaria, de la lectura y el conocimiento del patrimonio bibliogrfico y documental de la Nacin. 3. El desarrollo de la industria editorial del libro, que comprende la edicin, impresin, produccin, diseo grfico, diagramacin e ilustracin, sin perjuicio de la proteccin que les corresponda en el mbito de la propiedad intelectual. Artculo 2. Objetivos. Son objetivos de la presente ley:

1. Crear conciencia pblica del valor y funcin del libro como agente fundamental en el desarrollo integral de la persona, en la transmisin del conocimiento, en la afirmacin de la identidad nacional, en la difusin cultural y en la promocin y estmulo de la investigacin cientfica y social. 2. Incentivar la creatividad de los autores peruanos, estableciendo los mecanismos necesarios para la difusin nacional e internacional de sus obras. 3. Democratizar el acceso al libro y fomentar el hbito de la lectura. 4. Crear las condiciones esenciales para que en el pas se desarrolle una industria editorial del libro que contribuya a satisfacer las necesidades culturales, educativas, cientficas, tecnolgicas, espirituales o de recreacin. 5. Garantizar la libre circulacin del libro y de los productos editoriales afines. 6. Promover la difusin, dentro y fuera del territorio nacional, de los libros y productos editoriales afines producidos y/o editados en el pas, mediante cualquier tecnologa creada o por crearse. 7. Favorecer y promover el Sistema Nacional de Bibliotecas y la conservacin del patrimonio bibliogrfico y documental de la Nacin. 8. Apoyar la capacitacin y el estmulo de los agentes que intervienen en la produccin y divulgacin del libro y productos editoriales afines. 9. Propiciar las condiciones necesarias para incorporar a la legalidad, la produccin de libros y productos editoriales afines, que actualmente se encuentren al margen de la misma. Artculo 3. Promocin del libro y de fomento de la lectura. Para el cumplimiento de los objetivos establecidos en la presente ley, el Estado favorece: 1. La creacin, edicin, difusin, comercializacin y exportacin del libro y los productos editoriales afines editados o impresos en el pas, en soporte material, o elaborados por medios electrnicos. 2. La creacin, implementacin y desarrollo de una red de bibliotecas a nivel nacional, as como libreras y establecimientos de venta de libros y productos editoriales afines, y el fortalecimiento de los existentes.

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LA EDICIN Y EL LIBRO

3. La asignacin presupuestal y de recursos tcnicos que asegure el normal desenvolvimiento de las bibliotecas escolares, pblicas, municipales, comunales, de educacin superior y universitaria estatales, el incremento y actualizacin permanente de sus catlogos bibliogrficos y el desarrollo de los servicios nacionales de bibliografa, archivo y documentacin, para lograr el acceso de todos los ciudadanos en igualdad de oportunidades. 4. La formacin y capacitacin de editores, libreros, diseadores grficos, biblioteclogos, bibliotecarios y en general de quienes desarrollen actividades relacionadas con la edicin, produccin y comercializacin del libro y productos editoriales afines, as como las relacionadas con los servicios que brindan las bibliotecas pblicas. 5. La edicin de libros infantiles y juveniles, y productos editoriales afines. 6. La realizacin de campaas nacionales de fomento de la lectura, especialmente entre nios y jvenes y eventos de promocin del libro a nivel nacional e internacional. 7. Organizar concursos y otorgar premios y estmulos para autores, editores y personas que contribuyan al objetivo de los fines de la presente ley, de acuerdo al Reglamento. Artculo 4. Circulacin del libro. La circulacin del libro y de los productos editoriales afines en el territorio nacional es libre; slo podr ser prohibida o limitada por mandato de la autoridad administrativa o judicial, de acuerdo a ley. CAPTULO II Definiciones Artculo 5. Definicin de trminos. Para efectos de la presente ley, las expresiones que siguen y sus formas derivadas tienen el significado siguiente: 1. Actividad editorial: Conjunto de operaciones a cargo de la industria editorial que permiten el proceso de fijacin de la obra o creacin intelectual en un soporte material o su almacenamiento por medios electrnicos, con la finalidad de divulgarla. Comprende las fases de edicin, produccin, distribucin y comercializacin en libreras o por medios electrnicos.

2. Artes grficas: Acciones mediante las cuales, valindose del dibujo, la pintura, el grabado, el diseo, la fotografa u otro medio similar, se cumplen los fines de ilustracin del libro o productos editoriales afines. 3. Autor: Creador intelectual de una obra, en los trminos que establece la Ley sobre el Derecho de Autor. 4. Biblioteca: Lugar donde se conserva un considerable nmero de libros ordenados para su lectura. 5. Biblioteca virtual: Sitio en internet u otra va virtual que posee una seccin especializada que contiene un nmero considerable de libros virtuales o productos editoriales afines, ordenados para su lectura. 6. Corrector: Persona encargada de corregir las pruebas en el proceso de impresin de un libro y verificar su conformidad con el texto original. 7. Corrector de estilo: Persona que se ocupa de revisar la redaccin y de hacer aportes para el mejoramiento del estilo. 8. Diagramador: Persona que realiza un dibujo, un grfico o un esquema de la distribucin de una composicin tipogrfica. 9. Distribuidor de libros: Persona natural o jurdica domiciliada en el pas, encargada de la comercializacin mayorista de libros y productos editoriales afines. 10. Edicin: Proceso tcnico y creativo por el que el editor conduce y financia el proyecto editorial hasta darle forma de libro o de producto editorial afn, con el objeto de ponerlo a disposicin del pblico. 11. Editor: Persona natural o jurdica domiciliada en el pas que, en virtud de contrato celebrado con el autor o sus derechohabientes, adquiere la facultad de utilizar y explotar la obra intelectual, asumiendo la iniciativa y la responsabilidad de editarla en forma de libro o formatos editoriales afines con la finalidad de divulgarla. Mediante un proceso tcnico y creativo, el editor conduce y financia el proyecto editorial hasta darle forma de libro, o de producto editorial afn, a la obra intelectual a su cargo, con el objeto de ponerla a disposicin del pblico. Es tambin el promotor de las obras de los autores con los que contrata. El editor, como parte de la actividad editorial, ar-

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E L I M P A C T O E C O N M I C O D