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Informe 0100DGT21349
Evaluación del deterioro cognitivo en el ámbito de la
exploración de conductores a través de una plataforma web.
Validación y baremación de una batería neuropsicológica.
ÍNDICE
--- Prólogo
…………………………………………………………… 3
--- Resumen
…………………………………………………………… 4
--- Objetivos
…………………………………………………………… 6
--- Significado
del Estudio
…………………………………………………………… 8
--- Equipo
Científico
…………………………………………………………… 10
1. Introducción
…………………………………………………………… 13
2. Método
…………………………………………………………… 23
3. Resultados
…………………………………………………………… 44
4. Discusión
…………………………………………………………… 81
5. Conclusiones
…………………………………………………………… 104
6. Referencias
…………………………………………………………… 111
S. Material
Suplementario
……………………………………………………………. 122
--- ANEXOS
……………………………………………………………. 131
PRÓLOGO
Este informe ha sido realizado por el grupo multidisciplinar de trabajo formado
por el Centro de Rehabilitación de Daño cerebral CRECER (www.neurocrecer.es) y el
laboratorio de Neuropsicología Humana de la Universidad de Sevilla
(www.useneurolab.es) sobre el proyecto de investigación titulado Evaluación del
deterioro cognitivo en el ámbito de la exploración de conductores a través de una
plataforma web. Validación y baremación de una batería neuropsicológica
financiado por la Dirección General de Tráfico (DGT) con número de expediente:
0100DGT21349.
Autores
Prof. Dr. Don José León Carrión, Profesor Titular de la Universidad de Sevilla. Director del Laboratorio de
Neuropsicología Humana de dicha Universidad. Vice-Chairman de la International Brain Injury Association
(IBIA). Director/Asesor del Departamento de I+D+I del Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral CRECER
de Sevilla.
Don Umberto León Domínguez. Licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, Máster en
Neuropsicología por la Universidad de Sevilla, y Máster en Cerebro y Conducta por la Universidad de Sevilla.
Don Ignacio Solís Marcos. Licenciado en Psicología por la Universidad de Sevilla, Máster en
Neuropsicología por la Universidad de Sevilla, y Máster en Cerebro y Conducta por la Universidad de Sevilla.
Prof. Dr. Don Juan Manuel Barroso y Martin. Profesor Titular de la Universidad de Sevilla. Máster en
Neuropsicología por la Universidad de Sevilla.
Doña María del Rosario Domínguez Morales. Licenciada en Medicina. Directora del Centro de Rehabilitación
de Daño Cerebral CRECER.
RESUMEN
En la presente investigación se lleva a cabo una evaluación neuropsicológica y de
personalidad de una muestra de conductores españoles. El objetivo principal es realizar
una baremación y validación de una batería neuropsicológica. Los objetivos secundarios
son llevar a cabo un estudio comparativo sobre las diferentes habilidades
neuropsicológicas y de personalidad entre diferentes grupos de conductores. El grupo
control (A) se encuentra compuesto por conductores con más de dos años de permiso de
circulación y que no han perdido nunca ningún punto de carné. El primer grupo
experimental (B) se encuentra compuesto por conductores que han perdido uno o más
puntos del permiso de circulación, sin haber llegado a perder todos los puntos. El
segundo grupo experimental (C) se encuentra compuesto por conductores que han
perdido todos los puntos del permiso de circulación. Todos los grupos completaron las
diferentes pruebas neuropsicológicas y, cuestionarios de personalidad y conductas o
actitudes en la conducción. Para las comparaciones inter-grupos se realizaron contrastes
de medias (ANOVA y post-hocs) o rangos (tests de Kruskal-Wallis y U de Mann
Whitney) dependiendo de la parametricidad de los datos.. En todos los casos el valor de
alfa fue corregido siguiendo el método de Bonferroni con objeto de reducir la
probabilidad deñ error tipo I. La asociación lineal entre variables cuantitativas fue
analizada mediante correlación de Pearson o Spearman. Los resultados generales de la
investigación muestran diferencias en la ejecución de las pruebas entre los 3 grupos,
siendo los conductores del grupo A los que mejores resultados han obtenido. Se han
encontrado diferencias significativas en los tiempos reacción y en la flexibilidad
cognitiva, siendo esta última peor en los conductores que han perdido tanto parcial
como totalmente los puntos del permiso de circulación. Con la presente investigación se
obtienen los datos necesarios para realizar un grupo normativo de la población de
conductores españoles, con el que poder comparar la ejecución de diferentes grupos que
quieran acceder a la renovación o licitación de un permiso de circulación (personas que
han sufrido un ictus o un traumatismo craneoencefálico y personas ancianas).
OBJETIVOS
La presente investigación se centra en encontrar aquellas variables
neuropsicológicas y de personalidad que puedan ayudar a detectar precozmente el perfil
de conductores que pueden suponer un riesgo para la seguridad vial. La integridad de
las funciones neuropsicológicas, y en especial las funciones ejecutivas, pueden
determinar la eficacia de un individuo cuando tiene que resolver las distintas
eventualidades que pueden ocurrir durante la conducción. Funciones cognitivas como la
atención, la velocidad de reacción, la alerta, la planificación y la capacidad de
autocontrol de ciertos automatismos pueden ayudar a resolver con eficacia situaciones
que no se pueden prever. Por tanto, el objetivo general de este estudio es la validación
de instrumentos de evaluación de deterioro cognitivo y rasgos de personalidad en el
ámbito de la exploración de conductores a través de una plataforma web. Los objetivos
específicos son encontrar diferencias neuropsicológicas y de personalidad cuantitativas
significativas en los diferentes resultados de las pruebas neuropsicológicas entre los tres
grupos. El primer grupo estuvo formado por aquellos conductores con más de 2 años de
experiencia al volante y que no han perdido ningún punto del carné (A) y el segundo
grupo por aquellos conductores que han perdido todos los puntos del carné (C). Y habrá
un tercer grupo que perdieron algún punto del carné, pero no todos (B). A estos tres
grupos se le va a administró una batería de tests neuropsicológicos para valorar las
funciones ejecutivas, así como varios cuestionarios que exploran rasgos de
personalidad.
El objetivo específico de esta investigación es ofrecer un instrumento de
evaluación válido y fiable, rápido y útil, para detectar la aptitud para conducir por
primera vez o para verificar esa aptitud en personas a las que ya se les ha reconocido y
necesita ser revisada por motivos médicos, legales u otros. Ofrecer un instrumento y
guía a los profesionales y organizaciones que trabajan en el ámbito de la salud, médicos
y psicólogos, así como a terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, en el marco de
referencias específico de la conducción.
SIGNIFICADO DEL ESTUDIO
La detección temprana de conductores de “riesgo” ese determinante para
mejorar la seguridad vial. Funciones cognitivas como la atención, la velocidad de
reacción, la alerta, la planificación, la capacidad de autocontrol de ciertos automatismos
pueden ayudar a resolver con eficacia eventualidades imprevisibles durante la
conducción. El posible deterioro de ciertas funciones neuropsicológicas puede ayudar a
identificar aquellos conductores que pueden presentar ciertas conductas de riesgo en la
circulación, y tomar ciertas acciones en forma de cursos de refuerzo o clases adicionales
para reducir el riesgo que puedan presentar estos individuos en el futuro. Incluso para
los sujetos que presenten puntuaciones muy alejadas de la media, se puede sugerir la
realización de una evaluación neuropsicológica más exhaustiva, así como pruebas de
neuroimagen para descartar ciertas patologías neurológicas que identifiquen al sujeto
como conductor de riesgo. En cualquier caso, existen otras variables de riesgo que
también influyen en la calidad de la conducción y en consecuencia deben tomarse en
consideración. La edad, la experiencia como conductor, caracteres de personalidad, el
nivel educativo, las habilidades visuoespaciales, las funciones ejecutivas son algunos de
los factores que están implicados, y deberían ser tenidos en cuenta a la hora de evaluar
la capacidad para conducir vehículos rodados. Procedimientos de screening más
eficientes así como buenos programas de evaluación de las funciones cognitivas se
estima que reducirían el costo social, personal y económicos de la siniestralidad en
carretera.
APLICABILIDAD EN EL CAMPO DE LA SEGURIDAD VIAL O LA MOVILIDAD
Desde el punto de vista neuropsicológico, la conducción requiere que el
conductor conserve una buena integridad de los sistemas sensorial y perceptivo, motor y
cognitivo. Cualquier proceso que modifique o altere estas características, limitará la
capacidad del conductor, por lo que estos aspectos deben ser evaluados. Por ello la
investigación tiene una gran aplicabilidad práctica, ya que al identificar qué variables
neuropsicológicas se asocian a sujetos que normalmente incumplen las normas viales
se pueden reducir el número de futuras víctimas, reducir los altos costes médicos que
estos generan, reducir el impacto negativo social que producen los accidentes de tráfico
y mejorar la seguridad vial. La introducción de la evaluación neuropsicológica como
parte integrante de la exploración médica y psicológica puede ayudar a identificar a
estos conductores y definir mejor el tipo de actividad reeducativa que puedan necesitar.
EQUIPO CIENTÍFICO
Investigador principal
Jose León Carrión. Laboratorio de Neuropsicología humana, departamento de
psicología experimental. Universidad de Sevilla, Sevilla (España). Tel.: Tel.:
+34954557689; fax: +34954551784.
E-mail address: [email protected]
Instituto, empresa o entidad firmante del contrato
Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral (CRECER)
c/Torneo 23, Sevilla (España)
Teléfono: 95 457 41 37
NIF/CIF: B-41857491
Investigador/es principal/es del estudio
1. Dr. Jose León-Carrión (Universidad de Sevilla y Centro de Rehabilitación de Daño
Cerebral (CRECER) Diseño de la investigación, seguimiento e interpretación de los
datos. DNI: : 28453343-C
2. D. Umberto León Domínguez (Universidad Autonónoma de Madrid y Centro de
Rehabilitación de Daño Cerebral (CRECER) Diseño de la investigación, seguimiento
e interpretación de los datos. DNI: 14329203-L
Investigadores asociados
3.D. Ignacio Solís Marcos (Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral (CRECER)
Análisis estadístico y seguimiento. DNI: 77809818-J
4. D.Juan Manuel Barroso y Martín (Universidad de Sevilla) Diseño de la
investigación e interpretación de los datos. DNI: 28855667 - M
5. Dr. María del Rosario Domínguez Morales (Centro de Rehabilitación de Daño
Cerebral (CRECER) Apoyo logístico y aporte de material humano. DNI: 28514928-
B
Técnicos
6. Dña.María Eugenia Sánchez Cózar. Neuropsicóloga clínica. DNI: 32060904-P
7. D.Carlos Manuel Leal Leal. Neuropsicólogo clínico. DNI: 51374086-K
8. Dña.Africa Rodriguez Perez. Neuropsicóloga clínica. DNI: 47018094-E
9. Dña.Carmen Véliz Redondo. Neuropsicóloga clínica. DNI: 05696426-Q
10. Dña.Raquel Murillo Martínez. Neuropsicóloga clínica: DNI: 05680937-Y
11. Dña.Gloria Gutiérrez Parras. Neuropsicóloga clínica. DNI: 44050841-E
12. Dña.Asunción Verónica García Marañón. Neuropsicóloga clínica. DNI: 11962101-P
Autoescuelas colaboradoras
1. Autoescuela “Arenal” (nº 11026). Jerez de la Frontera, Cádiz. (Centro de referencia y
principal colaborador: D.Ángel Bocarando Chacón). [email protected]
2. Autoescuela “Goya” (nº 28218). Madrid, Madrid. [email protected].
Responsable colaboradora: D. Pedro César Arribas Hufarte
3. Autoescuela “Rayo” (nº 00799).. Madrid. [email protected].
Responsable colaborador: D. Karin Crespo.
4. Autoescuela “Case” (nº 11260). Sevilla, Sevilla. [email protected].
Responsable colaborador: D. Miguel Márquez
Evaluación del deterioro cognitivo en el ámbito de la
exploración de conductores a través de una plataforma web.
Validación y baremación de una batería neuropsicológica.
José León-Carrión1,2
Umberto León-Domínguez1,2
Ignacio Solís-Marcos1,2
Juan Manuel Barroso y Martín1
Maria del Rosario Domínguez-Morales2
(1) Laboratorio de Neuropsicología Humana, Psicología Experimental, Facultad de
Psicología. Universidad de Sevilla. España.
(2) Centro de rehabilitación de Daño Cerebral (CRECER). Sevilla, España
Este trabajo ha sido financiado por la Dirección General de Tráfico (DGT) con número
de expediente: 0100DGT21349
1. INTRODUCCIÓN
Una realidad común presente en todas las sociedades actuales es la libertad de
movimientos y la autonomía personal, y conducir es sin lugar a dudas crucial en el
estilo de vida actual. De igual manera volver a conducir después de haber sufrido un
daño neurológico (traumatismo craneoencefálico, un trastorno cerebrovascular o ictus)
no es sólo un problema personal o familiar, sino que ciertamente implica una
perspectiva más amplia de seguridad pública, y salud general, debido a los riesgos y a
los costos relacionados con los accidentes de tráfico. Para ser conscientes de la realidad
de esta cuestión, indicar que aproximadamente 1,3 millones de personas mueren cada
año por motivos viales en el mundo, mientras otras 50 millones de personas sufren
heridas de diferente índole, entre las que se incluyen daños neurológicos (World Health
Organisation, 2009). La Organización Mundial de la Salud estima que para el 2020, las
colisiones de tráfico en carretera podrían suponer una de las principales causas de
muerte a nivel global. No obstante, la mayoría de las colisiones de tráfico se pueden
prevenir ya que la mayoría son atribuidas a factores humanos (Boyce & Geller, 2002).
Por tanto, debe ser un imperativo social y moral el tomar políticas nacionales e
internacionales que ayuden o prevengan la siniestralidad vial.
En España, en el año 2010, se produjeron un total de 85.503 accidentes de
circulación. En dichos accidentes fallecieron 2.478 personas, y 120.345 resultaron
heridas, de las cuales, 11.995 lo fueron gravemente, es decir, necesitaron más de 24
horas de hospitalización. La media de fallecidos ese mismo año fue de 2,9 muertos por
cada 100 accidentes con víctimas (Dirección General de Tráfico, 2010). Otro factor que
indica la gravedad y el impacto de los accidentes de circulación en nuestra sociedad es
su elevado coste económico. Un estudio del 2005 estima que el gasto medio por cada
fallecido en accidente de circulación asciende a 1,3 millones de euros, a lo que hay que
añadir otros 100.000 euros por pérdida de productividad en su trabajo y los costes
médicos (Matines-Pérez et al., 2005). Por tanto, la inversión en seguridad vial debe ser
un imperativo moral, que además de reducir el sufrimiento social, ayudaría también a
reducir los costes económicos que estas muertes conllevan al estado y a las familias.
Requisitos legales para la obtención del permiso de conducir
EDAD:
La edad mínima requerida para la obtención del permiso de conducción será la siguiente:
14 años cumplidos para el permiso de la clase AM; a partir del 01/09/2010 se
exigirá haber cumplido 15 años. No obstante, hasta los 18 años cumplidos no
autoriza a transportar pasajeros.
16 años cumplidos para el permiso de la clase A1
18 años cumplidos para el permiso de la clase A2, B, B+E, BTP, C1, C1+E
20 años cumplidos para el permiso de la clase A
21 años cumplidos para el permiso de la clase C, C+E, D1, D1+E
24 años cumplidos para el permiso de la clase D, D+E
OTROS REQUISITOS:
Tener la residencia normal en España o, de ser estudiante, demostrar la
calidad de tal durante un período mínimo continuado de seis meses en
territorio español, y haber cumplido la edad requerida.
No estar privado por resolución judicial del derecho a conducir vehículos a
motor y ciclomotores, ni hallarse sometido a suspensión o intervención del
que se posea
Reunir las aptitudes psicofísicas requeridas en relación con la clase de
permiso que se solicite.
Ser declarado apto por la Jefatura Provincial o Local de Tráfico en las
pruebas teóricas y prácticas, en relación con la clase del permiso solicitado.
Los requerimientos legales para la obtención del permiso de conducir difieren
internacionalmente. El primer permiso de conducir fue requerido ya al inventor de los
automóviles actuales Karl Benz en 1888. Debido al olor y al ruido que su coche a motor
realizaba los vecinos de la ciudad de Mannheim le requirieron un permiso oficial, por
escrito, para poder condicir su coche en calles y caminos públicos. La mayoría de los
países europeos fueron introduciendo el permiso de conducir a principios del siglo XX,
siendo el primero en evaluar (especialmente aptitudes mecánicas) y conceder la licencia
de conducir Prusia, el 29 de septiembre de 1903, y el ultimo Bélgica en 1977. En
Estados Unidos el primer requerimiento obligatorio para todos los conductores de pasar
un examen de aptitud para la conducción fue en 1913 debido al impacto que tuvo en la
opinión pública el número de muertes relacionadas con la conducción.
En muchos casos, los peritos médicos y psicólogos, que intervienen en asuntos
relacionados con la conducción y la accidentabilidad, pueden tener una formación muy
reducida o nula sobre los aspectos neurocognitivos implicados en la conducción. Estos
suelen ser médicos generalistas o forenses generalistas, probablemente con poca o
escasa experiencia en trastornos cognitivos, psiquiátricos, o neuropsicológicos. Otros de
los aspectos técnicos importantes que acompañan a la valoración cognitiva de los
sujetos son los aspectos éticos y morales. Recientemente, ciertas resoluciones judiciales
han ordenado que los profesionales de la salud mental que evalúan o están tratando, a
personas con riesgo de accidentabilidad, deben informar por escrito sobre aquellas
personas que puedan ser potencialmente dañinas para otros sujetos durante la
conducción. En este sentido, el desacuerdo reside en quien recae la responsabilidad de
advertir a la sociedad que un sujeto no se encuentra apto para conducir un vehiculo a
motor debido a deterioro cognitivo, si a las agencias gubernamentales o a los
profesionales de la salud mental (Love et al., 2008).
El papel de los profesionales de la salud mental en determinar la capacidad
funcional de un individuo con deterioro cognitivo para operar con un vehículo ha
causado una gran controversia (Carr et al., 2000; Lampman, 2002). Un ejemplo de
regulación legislativa, la encontramos en el código vial californiano, que vincula
claramente la capacidad mental de un individuo con su habilidad para conducir, y
minimizar así los riesgos al volante para él y para el resto de personas. El código vial
californiano (CVC) confiere autoridad al departamento californiano de vehículos a
motor a denegar o rechazar la renovación de permisos de circulación a individuos que
presenten problemas de alerta (se refiere a la activación del individuo y capacidad de
responder rápidamente ante una eventualidad) o que presentan un trastorno que le
incapacita para manejar con seguridad un vehículo a motor. El CVC autoriza a
profesionales médicos del departamento californiano de vehículos a motor, a presentar
evidencias de que la persona sufre trastornos que pudiesen afectar a la seguridad vial.
Esta regulación apoya una interpretación basada en evidencias científicas de las
habilidades cognitivas que pudieran ser evaluadas a través de los tests de conducción.
De todas formas, esta ley deja abierta la posibilidad de que un conductor pueda
demostrar su capacidad potencial para operar un vehículo a motor a pesar de los
informes médicos, neuropsicológicos o psiquiátricos que puedan comprometer sus
habilidades al volante (Love et al., 2008).
Por tanto, las funciones cognitivas se encuentran inexorablemente vinculadas a
la conducción. Los déficits cognitivos en memoria, atención, toma de decisiones,
control inhibitorio, entre otros, inciden directamente en la habilidad de operar con un
vehículo a motor. Cuando los sujetos experimentan un deterioro de las funciones
cognitivas [este deterioro cognitivo suele ser habitual en personas ancianas (Ravdin et
al., 2004)], muchas facetas de su vida diaria también se ven afectadas. Uno de los
cambios más frustrantes se refiere a las habilidades para la conducción. Cuando la
habilidad en la conducción disminuye hay que sospechar que pueda deberse a un
deterioro cognitivo (Lloyd et al., 2001). La literatura científica ofrece numerosos
ejemplos de un aumento de la dificultad para conducir y del riesgo para conductores que
continúan conduciendo incluso cuando el deterioro cognitivo es evidente (Carr, 1997;
Dubinsky et al., 2000). Aun así, los profesionales de la salud mental pueden encontrar
individuos con déficits cognitivos y que son reacios a renunciar a sus privilegios de
conducción. Si esto ocurriese, los profesionales se encontrarían en la tesitura de tener
que decidir si el sujeto es un riesgo previsible para la sociedad si continua conduciendo,
y si como profesional deberá acudir a las herramientas legales que tuviese a disposición
para que eso no suceda.
La integridad de las funciones cognitivas, básicas para una conducción segura,
deben ser un pre-requisito a la hora de manejar un vehículo a motor. Dentro de éstas, las
funciones ejecutivas son un constructo propuesto para explicar la regulación de los
procesos cognitivos superiores. Este conjunto de habilidades engloban la atención, la
memoria de trabajo, el control inhibitorio, la velocidad de procesamiento, la flexibilidad
cognitiva y la planificación (Anderson et al., 2008; Fuster, 2008). Se ha demostrado que
diferencias en el desarrollo evolutivo de las funciones ejecutivas puede aumentar la tasa
de siniestralidad al volante (Mäntylä et al., 2009) La corteza prefrontal es la región
cerebral encargada de controlar a través de las funciones ejecutivas el flujo de
información necesaria para que el sujeto pueda responder a las situaciones que se le
pueda presentar durante la conducción. La corteza prefrontal controla las funciones
ejecutivas a través de múltiples conexiones bidireccionales con numerosas regiones
corticales, límbicas y subcorticales (Goldman-Rakic et al., 1984; Friedman et al., 1994;
Zikopoulos et al., 2006; Fuster, 2008). Lesiones en este área pueden causar trastornos
atencionales, una disminución de la velocidad del procesamiento cognitivo y síndrome
disejecutivo (Brooks, 1984; Van Zomeren et al., 1984; Stuss et al., 1985; Zikopoulos et
al., 2006, 2007) que pueden afectar a la conducción (Withaar, 2000; Barkley et al.,
2002; Daigneault et al., 2002).
La velocidad de procesamiento es una habilidad destacada para la conducción.
El conductor tiene que manejar simultáneamente múltiples estímulos, seleccionando
aquellos que son relevantes, y filtrando los irrelevantes. Todas estas operaciones tienen
que ocurrir en un corto periodo de tiempo. Por lo que el proceso de conducción suele
estar compuesto por extensos esquemas automatizados y mentales (Ranney, 1994). Los
procesos no automáticos (o conscientes) son requeridos cuando tiene lugar un evento no
esperado en el tráfico, o cuando el contexto vial se vuelve complejo para el conductor
(Michon, 1979). Por tanto, el cambio de procesos automáticos a conscientes se
encuentra continuamente demandado durante la conducción debido a los cambios de la
situación vial y/o a la propia experiencia del conductor. Los procesos conscientes son
solicitados cuando los procesos automáticos son insuficientes, y se requiere un control
atencional y ejecutivo de la situación. Este cambio requiere de un control ejecutivo
atencional, el cual es necesario para una conducción eficiente y segura (Lundqvist et al.,
2001).
Por otro lado, debido a las características propias de la conducción, el
procesamiento consciente va a depender del tiempo que el sujeto tenga para procesar la
información. La información procesada conscientemente se debe mantener y manipular
en la memoria de trabajo en períodos corto de tiempo para dar respuestas a las
eventualidades del tráfico. Por lo tanto, la velocidad de procesamiento durante la
conducción es dependiente de la memoria de trabajo y de su capacidad para mantener,
manipular y recuperar la información. Así pues, procesos ejecutivos como la atención,
la memoria de trabajo y la velocidad de procesamiento se encuentran significativamente
relacionados con la ejecución y la habilidad del conductor al volante. Por tanto el
deterioro de las funciones ejecutivas se encuentra asociado con la limitación personal
para el manejo de vehículos a motor.
Aunque la capacidad cognitiva es un buen marcador predictivo de la habilidad
al volante, otras características individuales pueden incidir, asimismo, en la conducción
(Lundqvist et al., 2001). Una de estas diferencias individuales pueden ser características
propias de la personalidad, e incidir directamente en el riesgo de sufrir un accidente
(Selzer et al., 1968). Se ha demostrado que la diferencia de personalidad, y de edad, son
críticas a la hora de valorar el riesgo que tiene un conductor en la carretera (Guo et al.,
2012). Estas diferencias en los rasgos de personalidad que conllevan a un aumento del
riesgo al volante están bien documentadas (Deery et al., 1999; Ulleberg, 2001; Dingus,
2006), siendo el factor de impulsividad-agresividad uno de los principales candidatos a
ser un rasgo de personalidad que aumenta las posibilidades de padecer un accidente de
tráfico (Dumais et al., 2005).
Encontrar los diferentes factores predictivos para la conducción por carretera es
una necesidad para reducir el número de conductores no seguros en circulación. Se
necesitan instrumentos como tests, escalas, medidas y procedimientos capaces de
demostrarse como predictivos de mediano o alto riesgo de incurrir en un accidente, o en
una violación, de tráfico. Muchas variables están implicadas en ello, por lo que no debe
considerarse sólo un simple factor como determinante de la propensión a sufrir
accidentes (Galski et al., 1992). Procedimientos de screening más eficientes, así como
buenos programas de rehabilitación y reentrenamiento se estima que reducirían el costo
social, personal, y los riesgos de la conducción. Todos los pacientes con trastornos
neurológicos tienen afectadas, con mayor, moderada o menor intensidad, las funciones
cognitivas y afectivas que comprometen la capacidad de los mismos para conducir un
vehículo.
La notificación legal sobre los déficits cognitivos que incapacitan temporalmente
para conducir no está aún resuelta en España, ya que puede que el paciente no tenga que
someterse a revisión, para prorrogar su carné, hasta dentro de bastantes años.
Normalmente un médico no informa a la DGT de que un paciente no es apto para
conducir, especialmente si esa incapacidad es temporal, aunque sí suele recomendar al
paciente que no conduzca mientras permanezca el trastorno que le aqueja. Médicos,
psicólogos, legisladores y profesionales de la salud mental, se encuentran ante una
situación ética y legal, donde la falta de normativa o consenso sobre como notificar
eficientemente sobre el deterioro, o sobre la incapacidad cognitiva para conducir,
expone a los demás a graves riesgos de salud.
El diseño de la presente investigación se basa en los resultados de un meta-
análisis sobre los mejores predictores o marcadores de accidentabilidad que identifica el
procesamiento de la información, las habilidades cognitivas, la personalidad y las
variables demográficas y biográficas como variables de riesgo para sufrir un accidente
(Winfred et al., 1991). La selección de las pruebas y la toma de datos se han adaptado a
las necesidades de esta investigación. El presente estudio pretende encontrar aquellas
variables neuropsicológicas, de personalidad y socio-demográficas que puedan ayudar a
detectar precozmente conductores que puedan suponer un riesgo para la seguridad vial.
La integridad de las funciones neuropsicológicas, y en especial las funciones ejecutivas,
pueden determinar la eficacia de un individuo a la hora de resolver ciertas
eventualidades que pueden ocurrir durante la conducción. Funciones cognitivas como la
atención, la velocidad de reacción, la alerta, la planificación, la capacidad de autocontrol
de ciertos automatismos pueden ayudar a resolver con eficacia imprevistos en la
carretera. Por tanto, el objetivo general de este estudio es la validación de instrumentos
para la evaluación de deterioro cognitivo y de los rasgos de personalidad, en el ámbito
de la exploración de conductores, a través de una plataforma web. Los objetivos
específicos son encontrar diferencias neuropsicológicas y de personalidad cuantitativas
significativas en los diferentes resultados de las pruebas neuropsicológicas entre los 3
grupos poblacionales distintos. Los resultados de la evaluación deben asegurar la
capacidad cognitiva de los sujetos de las habilidades estimadas necesarias para
conducir.
Para alcanzar nuestros objetivos hemos seleccionado como muestra poblacional
a los conductores de España, y los hemos dividido en 3 grupos. Desde que se instauró el
carné por puntos en Julio del 2006, han pasado más de 5 años, pudiendo obtener así una
amplia muestra representativa del estado de los conductores en España a través de la
valoración del número de puntos que conservan en el permiso de circulación. El primer
grupo serán aquellos conductores con más de 2 años de experiencia al volante y que no
han perdido ningún punto del carné. El segundo grupo estará formado por aquellos
conductores que han perdido todos los puntos del carné. Y habrá un tercer grupo que
han perdido algún punto del carné , pero no todos. A estos tres grupos se le va a
administrar una batería de tests neuropsicológicos para valorar las funciones ejecutivas
y los rasgos de personalidad. Los resultados de estos tests, se compararán entre los tres
grupos para buscar diferencias significativas en alguna variable neuropsicológica o de
personalidad que pueda ayudarnos a identificar en un futuro aquellos sujetos que tienen
más posibilidades de cometer conductas de riesgo al volante, poniendo en peligro su
propia seguridad y la de los demás.
2.1. SUJETOS
La muestra de estudio estuvo compuesta por 300 participantes adultos con
edades comprendidas entre los 18 a los 71 años.
Los criterios de inclusión en el estudio fueron:
- Estar en posesión del permiso de conducir durante un período mínimo de 2 años.
- Encontrarse actualmente matriculado en los cursos reglamentarios para la
recuperación de puntos del carné.
-
Como criterios de exclusión establecimos:
- Conductores con antecedentes o en presencia de enfermedad/condición
neurológica tales como traumatismo craneoencefálico (TCE), accidentes
cerebrovasculares (ACV), tumor, demencia, etc.
En función de los objetivos del estudio anteriormente planteados, fueron analizados tres
grupos de conductores distintos:
- Grupo “Control” (Grupo A): Conductores en posesión de todos los puntos, y que
no hayan sido penalizados con la pérdida de los mismos o retirada del carné en los
últimos años
- Grupo “Pérdida parcial de puntos” (Grupo B): Personas que han perdido algunos
puntos del carné y que se encuentran voluntariamente inscritos en los cursos de
recuperación. Tienen el permiso de circulación desde hace más de 24 meses.
- Grupo “Pérdida total de puntos” (Grupo C): Sujetos que han perdido todos los
puntos del permiso de circulación y se encuentran en proceso de recuperación de los
mismos.
El número de sujetos estuvo balanceado entre los tres grupos, de forma que cada uno
estuviera conformado por 100 sujetos.
En todo momento, se trató de buscar la similitud entre el grupo control y los dos grupos
de conductores cuanto a las variables sexo, edad y nivel educativo, entre los tres grupos.
2.1.1. Datos demográficos globales.
De los 300 participantes el número de hombres fue muy superior al de mujeres
(90% hombres, 10% mujeres). La edad media global fue de 36,88 años (D.T.=12,7),
siendo el más joven de 18 años y el mayor de 71. El nivel de escolaridad medio fue de
15 años (equivalente a estudios secundarios). Actualmente, el 25% de los participantes
se encontraba en situación de desempleo.
2.1.2.Datos demográficos por grupo.
Si atendemos a los datos demográficos correspondientes a cada grupo,
observamos que el de mayor edad fue el grupo B (38,49 años), seguido del A y el C
(37,18 y 35,32), respectivamente. Los estadísticos de contraste indican que no existen
diferencias significativas entre ellos, y que las edades pueden considerarse similares
(p=0.226)
En cuanto al nivel de escolaridad, el grupo control mostró una media superior
(3,55±0,76) en comparación a los demás grupos. Los estadísticos de contraste utilizados
indican que, efectivamente, este dato es significativo (p<0.001) y que por tanto, los
grupos B y C muestran niveles escolares inferiores a los sujetos control. Por su parte,
estos dos últimos son similares en esta variable (p>0,05)
La distribución de hombres y mujeres en cada uno de los grupos fue similar
(Chi2=4,57). Igualmente lo fue para la variable “ocupación” que consta de dos valores,
empleado y desempleado (Chi2=4,6).
En conclusión, en cuanto a las variables demográficas recogidas, los tres grupos
muestran bastante similitud, lo que resulta beneficioso para la posterior comparación de
todas las variables neuropsicológicas y de personalidad analizadas. No obstante, el
grupo control mostró un nivel educativo superior. Dada la conocida influencia de dicha
variable sobre el funcionamiento cognitivo en general resulta oportuno controlar
cualquier efecto que pudiera tener sobre la ejecución en las pruebas cognitivas
utilizadas. Para ello, se realizaran procedimientos estadísticos (Análisis de la
covarianza, ANCOVA) que garanticen dicha corrección.
Tabla 2.1.1. Variables demográficas globales y por grupos.
Variables demográficas Global (N=300)
A (n=100)
B (n=100)
C (n=100)
P
Sexo (%hombres) 90 91 84 94 0,09
Ocupación (%desempleados) 21,33 20 21 23 0,839
Edad 36,9
(12,63) 37,18
(12,56) 38,49
(12,03) 35,32
(12,09) 0,226
Nivel educativo 3,23 (0,9)
3,55 (0,76)
3,2 (0,83)
2,95 (0,91)
0,000
2.1.3. Gráficos de edad y nivel educativo.
2.2.
Gráfico 2.1.1. Edad media de cada grupo de estudio.
Grfico 2.1.2.. Nivel educativo de cada grupo de estudio (diferencias significativas marcadas con asterisco).
MATERIAL
Para el análisis de las variables de interés en nuestro estudio, se utilizaron diferentes
cuestionarios y una batería de pruebas neuropsicológicas.
Concretamente, la valoración del deterioro cognitivo se realizó mediante la Batería
Neuropsicológica de Sevilla. Se trata de una batería computarizada que reúne pruebas
neuropsicológicas ampliamente utilizadas en diferentes investigaciones para la
valoración del deterioro cognitivo (Leon-Carrion et al., 2012, 2010, 2008), de las cuales
se obtienen diferentes índices sólo obtenibles mediante administración por ordenador
(p.ej. tiempos de reacción). Las pruebas incluidas en la batería fueron: Atención Simple,
Atención Condicional, Torre de Hanoi, Test de Stroop y NECHAPI.
2.2.1. Test de Atención Simple
Esta es una prueba clásica de evaluación de los mecanismos atencionales: la
cancelación simple de letras adaptada al ordenador. El test mide la capacidad atencional
simple, y en su ejecución están implicadas la selectividad visual, la rapidez motora y la
puesta en juego de mecanismos simples de atención. Las puntuaciones deficitarias
estarían indicando un deterioro o lesión de estos mecanismos y podrían reflejar algún
tipo de disfunción a nivel troncoencefálico, un daño difuso en el cerebro o una respuesta
a una condición aguda del cerebro, por ejemplo, a una intoxicación por drogas, alcohol,
etc...
Cuando los resultados obtenidos en esta prueba son deficitarios o patológicas, es
previsible que también lo sean los de las demás pruebas cognitivas que se le puedan
aplicar al paciente. Sin embargo un déficit en otras pruebas cognitivas, por ejemplo,
razonamiento, no quiere decir que el problema central sea de razonamiento sino que
pudiera relacionarse con un deterioro de los procesos atencionales. Se parte de que la
atención es la base de todos los procesos cognitivos; todos los procesos cognitivos
consumen y necesitan atención; si ésta, por cualquier motivo, se deteriora, todos los
demás procesos se verán afectados.
Las instrucciones para esta tarea son las siguientes:
“En el centro de la pantalla irán apareciendo de manera secuencial distintas
letras del abecedario. La tarea consiste que usted pulse la tecla space cuando vea
aparecer la letra O. Es importante que responda tan rápido como pueda, ya que los
estímulos aparecen y desaparecen rápidamente.”
Un ejemplo de la hoja de recogida de los resultados es la siguiente:
Las variables que se analizan en la prueba de atención simple son las siguientes:
Aciertos: Número de targets que el sujeto identifica y pulsa la tecla de respuesta. Este
valor indica si el nivel de alerta general del sujeto es normal, leve o deficitario; puede
complementarse añadiendo el porcentaje al nivel. Un nivel atencional por debajo del
90% indicaría que el sujeto padece un déficit de tónica patológica. A menor puntuación,
mayor índice de gravedad.
Verdaderos negativos: Número de veces que el sujeto no pulsa la tecla cuando no
aparece el target. Este dato sirve para valorar la capacidad de discriminación del sujeto.
Mientras mayor sea el número de verdaderos negativos, menor será la capacidad
discriminativa.
Falsos positivos o Errores: Número de veces que el sujeto teclea una letra como target
sin serla. Puntuaciones deficitarias en esta variable están indicando la posibilidad de que
el paciente presente un problema de focalización
Omisiones: Número de veces que el paciente no pulsa sobre el target. Puntuaciones
bajas indican la posibilidad de que el sujeto tenga un problema general de alerta tónica.
Tiempo de reacción medio: Tiempo de latencia entre la aparición del target y la
respuesta del sujeto. Esta puntuación indica la velocidad de transmisión de información
y procesamiento atencional simple. La respuesta del sujeto y el tiempo de reacción en
milisegundos. El tiempo de reacción medio es una media del tiempo de reacción de las
respuestas correctas.
2.2.2. Atención Condicional
Se trata de una tarea de atención sostenida con discriminación: vigilancia. Esta
prueba permite conocer como es la capacidad de vigilancia de una persona, por lo tanto
evalúa la capacidad de atención sostenida, la capacidad de resistencia ante tareas sin
atractivo, la capacidad de activación e inhibición motora selectiva y la capacidad de
activación silente. Puntuaciones bajas podrían estar indicando un déficit de la capacidad
de vigilancia y de los circuitos fronto-reticulares implicados en este mecanismo.
Las instrucciones para esta tarea son las siguientes:
“En el centro de la pantalla irán apareciendo de manera secuencial distintas letras
del abecedario. La tarea consiste que usted pulse la tecla space cuando vea aparecer la
letra O, pero siempre y cuando venga precedida por la letra X. Es importante que
responda tan rápido como pueda, ya que los estímulos aparecen y desaparecen
rápidamente”
Un ejemplo de la hoja de recogida de los resultados es la siguiente:
Las variables recogidas durante esta prueba son las siguientes:
Aciertos: Número de targets que el sujeto identifica correctamente.
Omisiones: Número de targets no identificados.
Errores de anticipación: El sujeto pulsa la tecla de respuesta durante el tiempo de
exposición de la clave en pantalla. Una puntuación alta en este error puede indicar
problemas de impulsividad y control.
Errores ejecutivos: El sujeto pulsa la tecla de respuesta durante el tiempo de exposición
en pantalla de un target, el cual ha sido precedida de una no-clave. Un alto número de
este tipo de errores indica que el sujeto puede no haber entendido la tarea, o que
padezca un trastorno de la atención severo.
Errores de identificación: El sujeto pulsa la tecla de respuesta durante el tiempo de
exposición en pantalla de un no-target, el cual ha sido precedido de una clave. Una cifra
elevada de errores indicando la posibilidad de que el paciente presente un problema de
focalización y monitorización de la atención.
Tiempo de reacción medio: Tiempo de latencia entre la aparición del target y la
respuesta del sujeto. Esta puntuación indica la velocidad de transmisión de información
y procesamiento atencional simple. La respuesta del sujeto y el tiempo de reacción en
milisegundos. El tiempo de reacción medio es una media del tiempo de reacción de las
respuestas correctas.
2.2.3. Test de Stroop
El Test de Stroop es una las pruebas más conocidas para la evaluación de las
funciones ejecutivas. Concretamente, está dirigida a evaluar procesos de inhibición de
impulsos y atención divida de diferentes estímulos. El sujeto debe ser capaz de
reconocer el color con el que está escrito una palabra que significa otro color (p.ej.
ROJO escrito en color verde). La adecuada ejecución de la prueba requiere la puesta en
marcha del procesamiento atencional de diferentes tipos de información así como de la
inhibición de respuestas automáticas.
Las instrucciones para esta tarea son las siguientes:
“Indique en voz alta el color con el está escrita la palabra que aparece en pantalla,
ignorando su significado.”
Un ejemplo de la hoja de recogida de los resultados es la siguiente:
Las variables recogidas durante esta prueba son las siguientes
Errores totales: resultado de sumar los errores para los estímulos coherentes y los
errores para los estímulos incoherentes. Éstos se definen de la siguiente manera:
Errores para estímulos coherentes: Número de veces que el sujeto falla
en identificar cuando el color de la tinta y el significado de la palabra
coincide.
Errores para los estímulos incoherentes: Número de veces que el sujeto
falla en identificar cuando el color de la tinta y el significado de la
palabra no coincide.
Tiempo medio total. Se calcula obteniendo la media del tiempo de reacción para los
estímulos coherentes y del tiempo de reacción para los incoherentes. Éstos se definen a
continuación:
Tiempo de reacción medio para los estímulos coherentes: Tiempo en
milisegundos que tarda el sujeto en responder para la respuesta correcta
en estímulos coherentes.
Tiempo de reacción medio para los estímulos incoherentes: Tiempo en
milisegundos que tarda el sujeto en responder para la respuesta correcta
en estímulos incoherentes.
2.2.4. Torre de Hanoi
La estructura de las tareas que parten de una situación inicial para llegar a una
situación final según reglas han permitido estudiar diferentes procesos cognitivos como
la capacidad de planificación, el pensamiento estratégico, o la flexibilidad cognitiva.
Dentro de las pruebas que se utilizan para evaluar la capacidad de planificación y el
funcionamiento ejecutivo asociado al lóbulo frontal se encuentra la Torre de
Hanoi/Sevilla (THS). Entre las características de la THS se encuentra tanto la rapidez y
facilidad de aplicación, análisis, evaluación e interpretación, además de permitir
seleccionar diferentes niveles de dificultad, así como de manipular sus reglas de
aplicación. El sujeto tiene que resolver un problema de transformación que requiere un
esfuerzo para llegar a una meta ejecutando una serie de movimientos. Para resolver esta
tarea necesita razonamiento complejo en resolución de problemas y procedimientos de
aprendizaje.
La denominación de la prueba como Torre de Hanoi/Sevilla se debe a las
variaciones introducidas, que no alteran la dinámica de dicho juego, pero que aportan
importantes argumentos de evaluación neurocognitiva, tales como la medición de
tiempos de respuesta, número de intentos realizados para lograr el objetivo propuesto, la
secuencia de movimientos realizados, etc. y especialmente las diferentes instrucciones
que se le dan al sujeto. El objetivo de la prueba es conseguir desplazar la torre desde la
primera varilla a la tercera. La torre está segmentada en bloques, que son los que
realmente se mueven para reconstruirla de nuevo en la posición final. Para realizar esta
operación se cuenta con una varilla de apoyo, la número 2, que está situada entre las
extremas (1 y 3). Esta tarea es necesario realizarla en el menor número de movimientos
posibles y cometiendo el menor número de errores.
Los movimientos de los bloques están condicionados por dos restricciones:
- no está permitido colocar un bloque de tamaño mayor sobre otro de tamaño
menor.
- sólo se pueden mover los bloques en el orden en el que están situados en la
varilla, comenzando por el que se encuentra primero por arriba.
Un intento de movimiento que implique la ruptura de una de las restricciones
expuestas no será llevado a cabo por el ordenador produciendo un error que será
contabilizado y notificado mediante una señal sonora y acústica.
Las instrucciones para esta tarea son las siguientes:
“En la pantalla aparecerán tres barras, numeradas con los números 1, 2 y 3. En
la barra número 1 hay una torre formada por varios discos. Lo que tiene que hacer es
formar la misma torre, con los discos en el mismo orden, en la barra número 3. Para
hacerlo, tiene que mover los discos de uno en uno, tecleando primero el número de la
barra donde esté el disco que quiere mover, y después el número de la barra hacia
donde lo quiere mover. Puede mover los discos hacia la derecha o hacia la izquierda, y
puede usar las tres barras.
Tiene que tener en cuenta que para mover el disco que está abajo -el más
grande-, primero tiene que quitar los que estén encima.”
Un ejemplo de la hoja de recogida de los resultados es la siguiente:
Las variables recogidas durante esta prueba son las siguientes:
Numero de movimientos: Número total de movimiento hasta finalizar la prueba. El
número total de movimientos puede ser útil en la evaluación de la habilidad para usar
estrategias de aprendizaje y el uso de los mecanismos neurofisiológicos de
retroalimentación implicados en la tarea.
Tiempo total: Tiempo total necesitado en segundos para ejecutar la prueba. El tiempo
total empleado para resolver la tarea es un índice de la velocidad de procesamiento y de
la integridad general del sistema. Cuanto más bajas sean las puntuaciones mayor será la
rapidez, integridad y efectividad del sistema.
Error tipo I o de percepción: Se comete cuando el sujeto pretende mover un bloque
desde una varilla que está vacía. Los Errores Tipo 1 y Tipo 2 son un índice de la
integridad general del sistema. Pueden cometerse por diversos motivos:
• El sujeto no ha comprendido las reglas de la tarea
• Se encuentra cognitivamente confuso e incapaz de seguir adecuadamente
la secuencia
• Por falta de atención
• Por falta de la memoria de trabajo necesaria
• Por la propia impulsividad del sujeto
Error tipo 2 o arrepentimientos: Consiste en el intento de movimiento de una pieza
desde una varilla hasta la misma varilla.
Error tipo 3 o de aprendizaje: Se produce cuando el sujeto intenta colocar una pieza de
mayor tamaño sobre otra menor. El Error Tipo 3 es un índice de la capacidad de
aprendizaje, que será mayor cuantos menos errores de este tipo se cometan. También
pueden producirse como resultado de la distracción, la impulsividad, la confusión o una
programación motora deficiente
2.2.5. Inventario de Cambios de Personalidad Neurológicos (ICPN o NECHAPI)
Por último, se administró el Inventario de cambios de personalidad neurológicos
(NECHAPI), el cual permite conocer los niveles de Irritabilidad, Búsqueda de
sensaciones, Vulnerabilidad Emocional, Indiferencia y Sociabilidad de los conductores.
Estos índices se consiguen gracias a 40 afirmaciones en las que los sujetos deben
contestar el grado de acuerdo con las mimas (ANEXO I).
Las instrucciones para esta tarea son las siguientes:
“Me gustaría que usted puntúe si cada una de las frases está en desacuerdo o acuerdo
con su forma de ser y de comportarse. Cuanto más de acuerdo más cerca marcará de 5,
cuanto menos de acuerdo más cerca marcará de 1. Trate de responder lo más
sinceramente posible. Sus contestaciones son muy importantes para nosotros.”
Un ejemplo de la hoja de recogida de los resultados es la siguiente:
Las variables recogidas durante esta prueba son las siguientes:
Irritabilidad: Este factor está asociado a una persona que tiende a la irritabilidad, cínico
y sensible a los desaires. Esta persona tiende a interpretar de manera negativa y como
una ofensa las acciones de los demás. Una alta puntuación en este factor se da en
persona que frecuentemente tienden a percibir situaciones normales como molestas o de
amenaza, por lo que suelen estar en alerta y son fácilmente provocables. En el mismo
sentido, situaciones sociales mal o pobremente definidas son a menudo interpretadas
como amenazantes, por lo que resultaría fácilmente en una conducta agresiva.
Búsqueda de sensaciones: La búsqueda de sensaciones está asociada con aquellos
individuos que tienden a la búsqueda de experiencias y sensaciones nuevas, complejas e
intensas. Estas personas muestran una voluntad de correr riesgos para la búsqueda de
tales experiencias. De acuerdo con Zuckerman, los buscadores de sensaciones son de
carácter normal, incluso en aquéllos con una puntación alta o baja, y no hay nada
intrínsecamente psicopatológicos o antisocial en su conducta. Sin embargo, ciertos tipos
de psicopatologías están asociadas con una mayor búsqueda del riesgo, incluyendo una
personalidad antisocial, abusos de sustancias o trastornos bipolares. Cuando el sujeto
puntúa alto en este factor debido al daño neurológico es necesario analizar a la familia y
su ambiente. Existen indicaciones que a menudo personas jóvenes víctimas de daño
cerebral ya eran buscadoras de sensaciones antes de que se produjese la lesión. Una alta
puntuación en este factor debe alertar al especialista de que el paciente se puede exponer
a ciertos riesgos o emitir ciertas conductas de riesgos.
Vulnerabilidad: Este factor está relacionado con las experiencias emocionales, las
cuales son fuertemente negativas para el individuo. Los sujetos que puntúen alto en este
factor experimentan sus relaciones interpersonales muy intensamente. Ellos son
emotivos y fácilmente influenciables, con una alta tendencia a la negatividad la
frustración y a la depresión.
Sociabilidad: La sociabilidad está asociada a individuos que realizan una gran multitud
de actividades sociales con familiares y/o amigos. Sujetos que puntúen alto en este
factor generalmente disfrutan teniendo muchas relaciones y se suelen rodear de
personas con los cuales se siente cómodo. Estas personas generalmente son sociables y
tienden a ser bastantes agradables.
Indiferencia: En los anteriores factores, una puntuación alta indicaba valoraciones
positivas en aquel factor. Sin embargo, en este factor, una puntuación alta indica una
mala valoración. Sujetos con altas puntuaciones en este factor pueden ser descritos
como personas que tienen gran dificultad en ser motivados por cualquier actividad, área
de interés o situaciones fuera de su propia atmósfera de intereses. Pueden parecer
emocionalmente fríos, y que no están interesados en lo que otras personas puedan
pensar, hacer o proponer. Parecen estar únicamente interesados en sus propios interés
particulares sobre cualquier otro interés. Son pacientes que resultan muy difícil
motivarles en cualquier asunto externo a él.
2.2.6. Escala de la Ira al Conducir (EIC)
Para una valoración más específica sobre actitudes ante diferentes situaciones en
la conducción, los participantes del estudio rellenaron la formato breve de 14 ítems de la
Escala de la Ira al Conducir (EIC) (Deffenbacher et al., 1994) (ANEXO II). Un gran
número de investigaciones apoyan la utilidad del EIC para la predicción de la
agresividad dirigida a otros conductores, impaciencia en el tráfico, conducción agresiva
y peligrosa, y el incumplimiento de las normas viales (Blanchard et al., 2000;
Deffenbacher et al., 2000, 2001; Knee et al., 2001; Lajunen et al., 2001; Underwood et
al., 1999). Los ítems del EIC describen escenarios de riesgo para conductas de ira que
pueden ocurrir durante la conducción. Los sujetos califican casa ítem como el grado de
irritabilidad que les produce los escenarios mostrados, siendo la puntuación de 1 como
“nada irritado” y 5 como “muy irritado”. En la versión original del EIC se encuentra
compuesta por 33 ítems distribuidos es 6 categorías: gestos hostiles, conducción ilegal,
presencia policial, conducción enlentecida, descortesía y obstrucción del tráfico. El
formato breve del EIC ha sido desarrollada seleccionado los ítems de cada categoría que
se encuentran altamente correlacionado con la categoría misma y la puntuación total del
EIC original (33 ítems). El formato breve no permite la diferenciación en diferentes
categorías, por lo que se basa en un único resultado general. El EIC ha sido validado por
diferentes estudios, los cuales han encontrado relación entre la puntuación del EIC y el
rasgo de irritabilidad, agresividad, conducción temeraria y accidentabilidad
(Deffenbacher et al., 2000, 2001). En la presente investigación se ha utilizado la
adaptación al español realizada por el grupo METRAS. METRAS es el grupo de
investigación del INTRAS (Instituto de Investigación de Tráfico y Seguridad Vial de la
Universidad de Valencia) especializada en los métodos y aplicaciones prácticas del
Proceso de Medición, Evaluación, Análisis y Datos de Accidentes de Tráfico y
Seguridad Vial. Entre sus líneas de investigación se encuentra la medición y evaluación
del factor humano en el tráfico y la seguridad vial.
2.2.7. Cuestionario de responsabilidad
Por último se realizó una breve entrevista telefónica con diferentes profesores de
autoescuelas con el objetivo de discernir características neuropsicológicas y de
personalidad que comparten los conductores que han perdido la totalidad o algún punto
del permiso de circulación. Tras un análisis cualitativo de las entrevistas se valoró el
rasgo de personalidad de “irresponsabilidad” como rasgo común de los sujetos que han
perdido la totalidad o algún punto del permiso de circulación. Después de una revisión
bibliográfica no se encontró ningún cuestionario o test que midieses el rasgo de
“responsabilidad/irresponsabilidad”, por lo que el equipo de investigación elaboró un
cuestionario propio. El cuestionario se compone de 4 ítems de valoración cualitativa y
un cuestionario compuesto de 12 ítems que se analiza cuantitativamente (ANEXO III).
Al no estar validado estadísticamente, los resultados y la valoración de los resultados se
muestran en el último apartado llamado “Material Suplementario”.
2.3. PROCEDIMIENTO
Para la selección de las autoescuelas se contactó telefónicamente con todos
aquellos centros previamente proporcionados por la Confederación Nacional de
Autoescuelas (CNAE). Una vez confirmada la participación por parte de los
responsables de cada autoescuela, se asignaron los técnicos que realizaron las
evaluaciones en cada una de ellas. Todos los evaluadores contaban con amplia
experiencia en la administración e interpretación de pruebas neuropsicológicas y
específicamente en relación a la Batería Neuropsicológica de Sevilla (BNS).
A fin de optimizar el tiempo de evaluación y alterar lo mínimo posible la
dinámica del curso, se optó por la administración grupal de las pruebas. Para ello se
requirió que todas las autoescuelas dispusieran de aulas con múltiples ordenadores y
acceso a internet.
Las evaluaciones se llevaron a cabo en los días y horas determinados por los
propios coordinadores de las autoescuelas, y tuvieron una duración aproximada de 1
hora y media cada una. Al comienzo de las mismas, los conductores fueron informados
sobre los objetivos del estudio y de cada una de las pruebas y posteriormente
distribuidos de forma que hubiera un ordenador por conductor. El orden de
administración de las tareas neuropsicológicas fue el mismo en todas las autoescuelas y
para todos los participantes, y se procuró que fueran realizadas al mismo tiempo.
2.4. ANÁLISIS DE DATOS.
Se calcularon medias, medianas, desviaciones típicas y percentiles para las
variables demográficas y neuropsicológicas. Se utilizó ANOVA de un factor o Krukal-
Wallis, según la distribución normal o no de las variables, para la comparación global
de los tres grupos. Las comparaciones entre pares de grupos se llevó a cabo mediante la
prueba t de Student para dos muestras independientes (para variables paramétricas) o
test de Mann-Whitney (para variables no paramétricas). Se aplicó el método de
corrección Bonferroni con el objetivo de disminuir el error tipo I para las
comparaciones múltiples. Analizamos la asociación de lineal entre algunas variables
cuantitativas de interés mediante la correlación de Pearson o Spearman, según
correspondiera.
En aquellos casos donde fue necesario controlar el efecto de variables conocidas
por su fuerte influencia en las capacidades cognitivas (p.ej. edad y nivel educativo), se
realizó el procedimiento de Análisis de la Covarianza (ANCOVA). De esta forma, la
interpretación de los resultados adquiere mayor fiabilidad.
Todos los análisis estadísticos fueron reportados mediante el software IBM 2.0
para Windows.
3.1. VARIABLES RELACIONADAS CON LA SUSTRACCIÓN DE LOS
PUNTOS.
A través de los cuestionarios administrados a los conductores se recabó información
relacionada con la sustracción de los puntos. A continuación se comentarán los
resultados obtenidos tanto en la muestra global como en cada uno de los grupos. . El
grupo A (control) no perdió ningún punto del carné, por lo que será descrito pero no
incluido en las comparaciones inter-grupos.
3.1.1. Datos globales.
Como se observa en la tabla 3.1.1., la media de años con carné en la muestra global fue
de 15,29 años. El 7% habían perdido previamente el permiso de circulación, y el 9,3%
se encuentra recuperando puntos por causas considerada delito (ver tabla 3.1.1.). Las
causas principales de pérdida de puntos fueron la velocidad (32,2%) seguido del
consumo de alcohol por encima del límite permitido y el caso (28,1% y 10,5%,
respectivamente).
3.1.2. Datos por grupo.
En el estudio intra-grupal se observó que el grupo con mayor número de años de carné
fue el grupo B (Media=18,21 años), superior al grupo A y C, y siendo significativo
cuando se compara con este último (Z U de Mann Whitney= -2,9, p=0.016).
El 10% de los conductores tanto del grupo B como del grupo C habían perdido
anteriormente el permiso de circulación. Estas frecuencias fueron muy superiores al
grupo A, donde no se observó ningún caso.
Por otro lado, todos los conductores que cometieron alguna infracción considerada
delito provienen del grupo C (28%).
Como se puede observar en dicha tabla, los motivos principales de sustracción de
puntos en los grupos B y C son diferentes. Mientras que en el primero las causas
principales son, por orden, la velocidad, el alcohol y el móvil, en el grupo B varía,
siendo la principal el alcohol seguido de la velocidad, y el casco. Es precisamente en
estas tres últimas causas donde los estadísticos categóricos (Chi2) han mostrado
significación estadística.
Podemos concluir que las razones por las que los conductores de un grupo u otro se
encuentran matriculados en los cursos son distintas. Aquéllos que solicitan la
recuperación parcial de los puntos (grupo B) suelen haber cometido infracciones
relacionadas con la velocidad, mientras que en los que han perdido todos los puntos
(grupo C) la causa suele estar más relacionada con la conducción ebria.
Tabla 3.1.1. Variables relacionadas con la sustracción de los puntos.
Global A B C Pa
Años con el carné 15,29 14,52 18,21 13,58 *B≠C
Pérdida anterior de puntos (% si) 7 0 0 10 *A≠B,C
Delitos (%sí) 9,3 0 0 28 *C≠A,B
Tipo permiso más frecuente (%) B(83,5%) B(94%) B(76,55%) B(80%)
Motivos de la sustracción de puntos
Velocidad 32,2 - 50,7 17,5 **
Alcohol 28,1 - 15,1 38,1 **
Casco 10,5 - 4,1 15,5 *
Móvil 8,2 - 12,3 5,2
Cinturón 7,6 - 5,5 9,3
C. Temeraria 7,0 - 6,8 7,2
Semáforo 4,1 - 5,5 3,1
Otros 2,4 - 0 4,1
a. Contrastes de medias corregidos por método Bonferroni.
*p<0.05; **p<0.01
3.1.3. Gráficos de variables relacionas con la sustracción de puntos.
A continuación, quedan representados gráficamente los datos porcentuales de los
principales motivos de la sustracción de puntos, tanto en la muestra global como los
diferentes grupos.
Gráfico 3.1.1. Porcentajes de principales causas de sustracción de puntos en la
muestra global.
Gráfico 3.1.2. Porcentajes de principales causas de sustracción de puntos en los
grupos B y C (diferencias significativas indicadas mediante asteriscos).
3.2. ATENCIÓN SIMPLE
3.2.1. Estadísticos descriptivos.
Tabla 3.2.1. Medianas y rangos intercuartílicos de las puntuaciones
Grupos Atención Simple:
Aciertos
Atención simple:
Omisiones
Atención
simple:
Errores
Atención simple:
Tiempos de reacción
medio
A 51 (51-51) 0(0-0) 1(0-2) 441,2 (409,21-477,68)
B 51(51-51) 0(0-0) 1(0-2) 413,35(395,02-442,23)
C 51(50.75-51) 0(0-0.25) 1(0-2) 404,51(380,47-428,49)
Puntuaciones muy similares en casi todos los índices, aunque se observan leves
diferencias en los rangos intercuartílicos. Las principales diferencias se encuentran en
las medianas de los tiempos de reacción.
3.2.2. Análisis estadísticos globales.
Se realizó un análisis múltiple de la varianza a partir de las puntuaciones transformadas
en rangos de cada uno de los índices neuropsicológicos. Además, se controló el efecto
de dos variables asociadas linealmente con las variables dependientes: nivel educativo y
edad (MANCOVA no paramétrico).
Tabla 3.2.2. MANCOVA de los rangos de las puntuaciones obtenidas en Atención
Simple.
Covariables introducidas: edad y nivel educativo.
Suma
cuadrados gl
Media
cuadrática F Sig.
Grupo
Atención Simple:
Aciertos 3517,932 2 1758,966 ,726 ,485
Atención Simple:
Omisiones 3575,650 2 1787,825 ,727 ,485
Atención Simple:
Errores 4956,000 2 2478,000 ,494 ,611
Atención Simple:
Tiempos de
Reacción
186828,524 2 93414,262 19,999 ,000
Como se observa en la tabla 3.2., sólo existe efecto de la variable Grupo para los
tiempos de reacción. Ninguna de los índices restantes alcanza la significación
estadística.
A continuación se realizarán los post-hocs correspondientes al índice “tiempos de
reacción”.
3.2.3.Comparaciones entre grupos (post-hocs).
Tabla 3.2.3. Comparaciones por pares en los tiempos de reacción.
Comparaciones Atención Simple: Tiempos reacción
Sig.
A-B ,002
A-C ,000
B-C ,470
Post-hocs mediante método Bonferroni para corregir Error tipo I.
En la comparación por pares de grupos para el índice “tiempos de reacción”
encontramos que el grupo Control se diferencia de forma significativa de los otros dos,
no existiendo diferencias entre los últimos (p=0,47).
3.2.4. Conclusiones sobre Atención Simple.
No existen diferencias en cuanto al rendimiento en la prueba de Atención Simple. En
líneas generales todos los conductores realizaron una buena ejecución de la prueba en
tanto que no existen diferencias en el número de aciertos y errores. Lo más destacable
son las diferencias en los tiempos de reacción, donde los grupos B y C obtuvieron
tiempos más cortos de repuesta.
3.2.5. Gráficos de la prueba de Atención Simple.
Gráfico 3.2.1. Atención Simple: Omisiones.
Gráfico 3.2.2. Atención Simple: Errores
3.3. ATENCIÓN CONDICIONAL
3.3.1. Estadísticos descriptivos
Tabla 3.3.1. Medianas y rangos intercuartílicos de las puntuaciones
Atención
Condicional:
Aciertos
Atención
Condicional:
Omisiones
Atención
Condicional:
Errores
Atención
Condicional:
Tiempos de Reacción
A 37(36-37) 0(0-1) 1(0-1) 391,5(340,5-429,6)
B 37(36-37) 0(0-1) 0(0-1,25) 357,59(327,1-385)
C 36(36-37) 1(0-1) 1(0-2) 348,47(325,62-383)
Puntuaciones muy similares en casi todos los índices, aunque se observan leves
diferencias en los rangos intercuartílicos. En líneas generales, el grupo C parece haber
tenido un rendimiento algo inferior a los demás. A su vez, este mismo grupo presenta
los tiempos de reacción más rápidos.
3.3.2. Análisis estadísticos globales.
Se realizó un análisis múltiple de la varianza a partir de las puntuaciones transformadas
en rangos de cada uno de los índices neuropsicológicos. Además, se controló el efecto
de dos variables asociadas linealmente con las variables dependientes: nivel educativo y
edad. (MANCOVA no paramétrico)
Tabla 3.3.2. MANCOVA de los rangos de las puntuaciones.
Covariables introducidas: edad y nivel educativo.
Suma
cuadrados gl
Media
cuadrática F Sig.
Grupo
Atención Condicional:
Aciertos 17129,172 2 8564,586 1,971 0,142
Atención
Condicional:
Omisiones
17329,916 2 8664,958 1,971 0,142
Atención
Condicional:
Tiempos de Reacción
64696,407 2 32348,204 6,715 0,001
Atención
Condicional:
Errores
6547,688 2 3273,844 0,673 0,511
Como se observa en la tabla 3.3., sólo existe efecto de la variable Grupo para los
tiempos de reacción. Ninguna de los índices restantes alcanza la significación
estadística.
A continuación se realizarán los post-hocs correspondientes al índice “tiempos de
reacción”.
3.3.3. Comparaciones entre grupos (post-hocs)
Tabla 3.3.3. Comparaciones por pares en los tiempos de reacción.
Comparaciones Atención Simple: Tiempos reacción
Sig.
A-B ,003
A-C ,001
B-C ,697
Post-hocs mediante método Bonferroni para corregir Error tipo I.
En la comparación por pares de grupos para el índice “tiempos de reacción”
encontramos que el grupo A se diferencia de forma significativa de los otros dos, no
existiendo diferencias entre los últimos (p=0.697)
3.3.4. Conclusiones sobre Atención Condicional.
No existen diferencias en cuanto al rendimiento en la prueba de Atención Condicional.
En líneas generales todos los conductores realizaron una buena ejecución. Además, al
igual que en la prueba de Atención Simple, los grupos B y C fueron más rápidos que los
conductores en sus respuestas, aunque ello no conllevó a un incremento de los errores u
omisiones.
3.3.5. Gráficos de la prueba de Atención Condicional.
Gráfico 3.3.1. Atención Condicional: Omisiones.
Gráfico 3.3.2. Atención Condicional: Errores
3.4. TORRE DE HANOI
3.4.1. Estadísticos descriptivos
Tabla 3.4.1. Medianas y rangos intercuartílicos de las puntuaciones.
GRUPOS Tiempo total
(sgs) Errores tipo 1
Errores
tipo 2 Errores tipo 3
Nª de movimientos
A 59464,5(28917-
112466) 0(0-1) 0(0-0,5) 0(0-1) 11(8-16)
B 72312(37813-
92414) 0(0-1) 0(0-1) 2,5(0-5) 13(8-16,5)
C 72590,5(33531-
128847) 0(0-1) 0(0-1) 1(0-4) 13(9-22)
Si atendemos a las medianas de cada uno de los índices observamos que en líneas
generales el grupo A realizó la prueba en menor tiempo, número de movimientos y con
un menor número de fallos. Entre los grupos B y C no existen muchas diferencias. Tan
sólo en los errores tipo 3 se observa un peor rendimiento del primero.
3.4.2. Análisis estadísticos globales.
Se realizó un análisis múltiple de la varianza a partir de las puntuaciones transformadas
en rangos de cada uno de los índices neuropsicológicos. Además, se controló el efecto
de dos variables asociadas linealmente con las variables dependientes: nivel educativo y
edad. (MANCOVA no paramétrico)
Tabla 3.4.2. MANCOVA de los rangos de las puntuaciones en Torre de Hanoi.
Covariables introducidas: edad y nivel educativo.
Suma
cuadrados gl
Media
cuadrática F Sig.
Grupo
Tiempo Total 1632,571 2 816,286 ,141 ,869
Error tipo 1 5248,237 2 2624,119 ,665 ,515
Error tipo 2 9451,512 2 4725,756 1,318 ,270
Error tipo 3 70748,314 2 35374,157 7,400 ,001
Nº movimientos 16833,041 2 8416,521 1,463 ,234
Como se puede apreciar en la Tabla 3.4.2 el efecto principal de la variable Grupo sólo
resulta significativo para el índice de Error tipo 3 o error ejecutivo. Para las demás
variables, las diferencias observadas en la tabla descriptiva no alcanzan significación
por lo que se considera que los tres grupos han realizado una ejecución similar.
A continuación se realizarán los post-hocs correspondientes al índice “error tipo 3”.
3.4.3.. Comparaciones entre grupos (post-hocs)
Tabla 3.4.3. Comparaciones por pares en los tiempos de reacción.
Comparaciones Error tipo 3
Sig.
A-B ,000
A-C ,089
B-C ,262
Post-hocs mediante método Bonferroni para corregir Error tipo I.
En la comparación por pares de grupos para el índice “error tipo 3” encontramos que el
grupo Control se diferencia de forma significativa de los otros dos, no existiendo
diferencias entre los últimos (p=0.262)
3.4.4. Conclusiones sobre Torre de Hanoi.
No existen diferencias en cuanto al rendimiento en la atención simple. En líneas
generales todos los conductores realizaron una buena ejecución. Además el grupo B y C
obtuvieron tiempos de reacción inferiores a los controles. Los resultados en la prueba de
Atención Condicional son idénticos a los observados en la de Atención Simple.
3.4.5. Gráficos de la prueba Torre de Hanoi.
Gráfico 3.4.1. Torre de Hanoi: Tiempo Total.
Gráfico 3.4.2. Torre de Hanoi: Error tipo 1.
3.5. STROOP
3.5.1. Estadísticos descriptivos
Tabla 3.5.1. Medianas y rangos intercuartílicos de las puntuaciones.
Errores Tiempos reacción
A 1(0-2) 779,11(674,6-925,83)
B 1(0-3) 781,36(708,62-859,96)
C 2(0-3) 773,9154(627,2-904,2)
Si atendemos a las medianas de cada uno de los índices observamos que en líneas
generales el grupo A realizó la prueba con un menor número de errores (Mediana=1 y
P75=2). El grupo C por su parte, cometió un mayor número de equivocaciones.
En cuanto a los tiempos de reacción, éstos son muy similares en los diferentes grupos.
3.5.2. Análisis estadísticos globales.
Se realizó un análisis múltiple de la varianza a partir de las puntuaciones transformadas
en rangos de cada uno de los índices neuropsicológicos. Además, se controló el efecto
de dos variables asociadas linealmente con las variables dependientes: nivel educativo y
edad (MANCOVA no paramétrico).
Tabla 3.5.2. MANCOVA de los rangos de las puntuaciones en Stroop.
Covariables introducidas: edad y nivel educativo.
Como se puede observar en la Tabla 3.5.2. no existen diferencias entre los tres grupos
en cuanto a número de errores o tiempo de reacción.
Suma
cuadrados gl
Media
cuadrática F Sig.
Grupo Errores 6648,279 2 3324,140 ,641 ,528
Tiempo Reacción 2265,085 2 1132,542 ,204 ,815
3.5.3. Conclusiones sobre Stroop.
Los tres grupos de conductores ejecutaron la prueba de forma similar, con errores y
tiempos casi idénticos.
3.5.4. Gráficos de la prueba de Stroop.
Gráfico 3.5.1 . Stroop: Errores.
Gráfico 3.5.2-. Stroop: Tiempos de reacción.
3.6. NECHAPI
3.6.1. Estadísticos descriptivos
Tabla 3.6.1. Media y desviación típica de cada una de las puntuaciones
Irritabilidad Búsqueda
sensaciones
Vulnerabilidad Sociabilidad Indiferencia
A 0,17(0,2) 0,57(0,16) 0,42(0,15) 0,53(0,17) 0,35(0,15)
B 0,23(0,19) 0,52(0,18) 0,40(0,17) 0,53(0,18) 0,34(0,16)
C 0,15(0,15) 0,56(0,19) 0,32(0,16) 0,53(0,22) 0,32(0,19)
A partir de los datos descriptivos mostrados en la tabla 3.6.1. podemos observar algunas
diferencias intergrupales. La irritabilidad es mayor en el grupo B que en los demás
(media=0.23, DT=0.19). La búsqueda de sensaciones presenta puntuaciones muy
similares en todos los grupos (en torno a 0.5), lo mismo ocurre para otros factores
medidos como la sociabilidad y la motivación. En el caso de la vulnerabilidad cabe
resaltar la escasa puntuación obtenida por el grupo C en comparación a los otros dos.
3.6.2. Análisis estadísticos globales.
Se realizó un análisis múltiple de la varianza a partir de las puntuaciones transformadas
en rangos de cada uno de los índices neuropsicológicos. Además, se controló el efecto
de dos variables asociadas linealmente con las variables dependientes: nivel educativo y
edad.
Tabla 3.6.2. ANOVA de un factor de las puntuaciones
Suma de
cuadrados
gl Media
cuadrática
F Sig.
Irritabilidad
Inter-grupos 0,272 2 0,136 3,931 0,021
Intra-grupos 8,418 290 0,035
Total 8,69 292
Búsqueda
sensaciones
Inter-grupos 0,103 2 0,051 1,574 0,209
Intra-grupos 7,945 290 0,033
Total 8,048 292
Vulnerabilidad Inter-grupos 0,442 2 0,221 8,352 0,000
Intra-grupos 6,426 290 0,026
Total 6,867 292
Sociabilidad Inter-grupos 0,001 2 0 0,007 0,993
Intra-grupos 8,767 290 0,036
Total 8,767 292
Indiferencia Inter-grupos 0,035 2 0,018 0,583 0,559
Intra-grupos 7,328 290 0,03
Total 7,363 292
Según se observa en la tabla de ANOVA, las variables de personalidad que presentan
diferencias entre los tres grupos de estudio fueron la irritabilidad y la vulnerabilidad. A
continuación se procederá al análisis de los post-hocs para conocer entre qué grupos
realmente se dan estas diferencias.
3.6.3. Comparaciones entre grupos (post-hocs)
Tabla 3.6.3. Comparaciones por pares en los tiempos de reacción (valores P)
Comparaciones Irritabilidad (Sig.) Vulnerabilidad (Sig.)
A-B 0,098 1
A-C 1 0,000
B-C 0,027 0,007
Post-hocs mediante método Bonferroni para corregir Error tipo I.
Si atendemos a los valores de probabilidad obtenidos en las comparaciones por pares de
los grupos, comprobamos que las diferencias en la irritabilidad se encuentran
principalmente entre los grupos B y C. En cuanto a la vulnerabilidad observamos que el
grupo C difiere significativamente de los grupos A y B, los cuales a su vez son muy
similares.
3.6.4. Conclusiones sobre NECHAPI
A partir de los datos obtenidos y analizados podemos concluir que el grupo B es
particularmente irritable en comparación a los demás. Es decir, se trata de un grupo que
destaca por adoptar una actitud más defensiva y reactiva al entorno. En cambio, el
grupo C muestra menor vulnerabilidad que los demás.
3.6.5. Gráficos del cuestionario NECHAPI.
Gráfico 3.6.1. Puntuaciones medias de cada grupo en los diferentes factores del
NECHAPI. (Comparaciones significativas señaladas con asterisco).
3.7. ESCALA DE LA IRA EN LA CONDUCCIÓN (EIC)
3.7.1. Estadísticos descriptivos
Tabla 3.7.1. Media y desviación típica de cada una de las puntuaciones.
Grupos Puntuación
A 41,94(9,39)
B 38,62(9,14)
C 35,(10,68)
Como puede observarse, el grupo con mayor puntuación en el cuestionario de EIC fue
el grupo A, seguido del B y posteriormente del C. Parece existir por tanto, cierta
linealidad entre el número de puntos perdidos y un estilo de conducción más
inadecuado. Esto último queda ilustrado en el apartado de gráficos.
3.7.2. Análisis estadísticos globales.
Se realizó un análisis múltiple de la varianza a partir de las puntuaciones transformadas
en rangos de cada uno de los índices neuropsicológicos. Además, se controló el efecto
de dos variables asociadas linealmente con las variables dependientes: nivel educativo y
edad.
Tabla 3.7.2. ANOVA de un factor de las puntuaciones.
Suma de
cuadrados
gl Media
cuadrática
F Sig.
Inter-grupos 1522,373 2 761,186 7,896 ,000
Intra-grupos 23040,788 295 96,405
Total 24563,161 297
Según el análisis de la varianza, existen diferencias significativas en las puntuaciones
obtenidas por los diferentes grupos en el EIC.
3.7.3. Comparaciones entre grupos (post-hocs)
Tabla 3.7.3. Comparaciones por pares en los tiempos de reacción (valores P)
Comparaciones Estilo conducción (Sig.)
A-B 0,114
A-C 0.000
B-C 0,191
Post-hocs mediante método Bonferroni para corregir Error tipo I.
Cuando se lleva a cabo el análisis de post-hocs observamos que las diferencias existen
únicamente cuando se comparan a los grupos A y C. A pesar de las diferencias
observadas en las medias de los grupos B y C, éstas no alcanzan la significación
estadística.
3.7.4. Conclusiones sobre el EIC.
Si bien no existen diferencias entre los grupos B y C, sí parece existir cierta relación
lineal entre un mayor número de puntos perdidos y mayor puntuación en el
cuestionario, asociándose a una conducta al volante más desadaptativa
3.7.5. Gráficos del EIC
Gráfico. Puntuaciones medias de cada grupo en el cuestionario “Estilos de
conducción”.
3.8. ANÁLISIS COMPLEMENTARIOS
Hasta ahora los análisis realizados han estado dirigidos a conocer las diferencias
existentes entre los tres grupos de estudio en cada una de las variables recogidas
(demográficas, relacionadas con el permiso, neuropsicológicas y de personalidad). Sin
embargo, y con objeto de conocer mejor la/s causa/s que expliquen las diferencias
observadas, resulta de gran interés conocer cómo se relacionan las variables recogidas
entre ellas.
3.8.1. Correlaciones entre índices neuropsicológicos (BNS), edad, y cuestionarios
de responsabilidad y estilo de conducción.
La asociación lineal entre cada uno de los índices neuropsicológicos y las variables
edad y EIC fue analizada mediante la correlación de Spearman, dado el incumplimiento
del supuesto de parametricidad de los datos.
La variable edad correlacionó de forma positiva con los tiempos de reacción de todas
las pruebas donde se registró este dato (Atención Simple, Atención Condicional y
Stroop). Es decir, a mayor edad, mayores tiempos. Sin embargo, la mayor edad no se
asoció a peores rendimientos atencionales o ejecutivos ya que no correlacionó con
variables de acierto o error.
En cuanto a los cuestionarios administrados, ninguno de ellos parece asociarse
linealmente con las puntuaciones en los índices neuropsicológicos.
Tabla 3.8.1. Correlaciones entre BNS, edad y EIC.
3.8.2. Correlación entre índices neuropsicológicos (BNS) y factores de personalidad
(NECHAPI).
El objetivo de este epígrafe es estudiar las posibles relaciones que existen entre
diferentes aspectos de la personalidad e índices neuropsicológicos. Es decir, en qué
medida, ser más irritable, buscador de sensaciones o vulnerable, influye o se asocia a
nuestra capacidad atencional, planificación o de control inhibitorio.
Para ello se realizó un estudio de correlación (Spearman) entre las variables de
personalidad y neuropsicológicas. Todos los coeficientes obtenidos quedan ilustrados en
la Tabla 3.8.2.
BNS Edad EIC
Atención Simple
Aciertos 0,067 0,094
Omisiones -0,067 -0,094
Errores 0,053 0,090
Tiempos de Reacción ,242**
0,084
Atención Condicional
Aciertos -0,033 0,072
Omisiones 0,033 -0,072
Errores -0,058 -0,121
Tiempos de Reacción ,230**
0,098
Torre de Hanoi
Tiempo total 0,127 0,055
Error tipo 1 -0,099 0,043
Error tipo 2 -,186**
-0,067
Error tipo 3 -0,045 0,011
Número de movimientos -0,09 0,004
Stroop
Errores -,208**
0,017
Tiempos de Reacción ,166* -0,069
*p<0.05;**p<0.01.
Si observamos la irritabilidad vemos que guarda una relación inversa con los tiempos
de reacción tanto de las pruebas de Atención Simple como Condicional. En este sentido,
puede decirse que las personas con mayor irritabilidad reaccionan de forma más rápida.
Además, mayores puntuaciones en este factor se asocian a más errores en ambas
pruebas de atención, aunque sólo en el caso de la atención condicional llega a alcanzar
significación.
Por otro lado, los conductores con mayores puntuaciones en el factor búsqueda de
sensaciones presentaron a su vez menor número aciertos y mayor número de omisiones
en Atención Simple, y menores tiempos de reacción en Atención Condicional.
El factor vulnerabilidad no se asoció linealmente con ningún índice neuropsicológico.
Sólo podría destacarse el mayor número de errores en atención condicional cuanto
mayor puntuación en dicho factor. Sin embargo, dicha relación no se encuentra por
debajo de 0.05.
En cuanto a la sociabilidad, se observó que los conductores con mayor puntuación en
este factor presentaron menores tiempos de reacción en la prueba de atención
condicional.
Por último, el factor indiferencia se asoció a mayores tiempos de reacción en la prueba
de Atención Simple, y una peor ejecución en la de Atención Condicional.
Tabla 3.8.2. Correlaciones entre índices neuropsicológicos (BNS) y factores de
personalidad (NECHAPI).
3.8.3. Correlaciones entre factores de personalidad y EIC
Se llevó a cabo un análisis de correlación para ver la asociación que puede existir entre
ciertos aspectos de la personalidad medidos a través del NECHAPI y otros relacionados
con la responsabilidad y el estilo de conducción.
Tabla 3.8.3. Correlaciones entre factores de personalidad y EIC.
BNS Irritabilidad Búsqueda de
Sensaciones
Vulnerabilidad Sociabilidad Indiferencia
Atención Simple
Aciertos -,082 -,137* -,042 -,013 -,095
Omisiones ,082 ,137* ,031 ,049 ,082
Errores ,127* ,024 ,066 -,015 ,038
Tiempos de Reacción -,182**
-,011 ,087 -,059 ,206**
Atención Condicional
Aciertos -,008 -,021 -,033 -,016 -,161*
Omisiones ,008 ,021 ,029 ,016 ,161*
Errores ,146* ,041 ,120 ,033 ,034
Tiempos de Reacción -,172**
-,150* ,065
* -,202
** ,105
Torre de Hanoi
Tiempo total -,053 -,077 ,050 -,049 -,034
Error tipo 1 ,043 ,038 ,002 ,041 -,032
Error tipo 2 ,091 -,038 ,094 -,070 -,024
Error tipo 3 ,091 -,040 ,009 ,019 -,079
Número de movimientos ,006 ,006 ,002 ,024 ,005
Stroop
Errores ,095 ,078 -,017 ,084 -,023
Tiempos de Reacción -,092 -,091 ,067 -,048 ,023
*p<0.05; **p<0.01
Irritabilidad Búsqueda de
Sensaciones
Vulnerabili
dad
Sociabili
dad
Indifere
ncia
Cuestionario de estilo de
conducción ,122 ,098 ,235
** ,081 ,244
**
Cuestionario de
responsabilidad ,394
** ,186
** ,188
** 0,03 ,155
*
*p<0.05; **p<0.01
3.8.5. Gráficos correspondientes a los análisis complementarios.
Seguidamente se presentan algunos de los gráficos más ilustrativos en relación a este
apartado.
Gráfico 3.8.1. Correlación entre edad y tiempo de reacción (rho=0.242).
Gráfico 3.8.2. Correlación entre EIC e indiferencia (NECHAPI)(rho=0.244)
4.1. DIMENSIÓN DEMOGRÁFICA
La muestra total de sujetos del estudio estuvo compuesta por 300 personas,
donde el 90% eran varones y el 10% eran mujeres (ver tabla 2.1.1.). Estos resultados
coinciden con los datos mostrados en otras investigaciones, donde se sugiere que las
mujeres tienden a tener menos conductas de riesgo al volante que los varones, por lo
que las infracciones y, por tanto, su inclusión en cursos para la recuperación de puntos
del permiso de circulación también será menor (Deffenbacher et al., 2003). La edad
media de la muestra total del estudio fue de 36,9 años y, como promedio habían cursado
estudios de secundaria. Además el 21.33% de la muestra se encontraba en situación de
desempleo. La muestra recolectada para la investigación presenta un cierto paralelismo
con la situación actual del mercado laboral español.
Si realizamos un análisis más pormenorizado por grupos de las variables
demográficas encontramos que el grupo A (conductores que no han perdido ningún
punto del permiso de circulación) estuvo compuesto por un 91% de varones, en los
grupos B y C estos porcentajes fueron del 84% y 94%, respectivamente. (ver tabla
2.1.1.). Referente a los años de escolaridad, los conductores del grupo A cursaron de
media estudios universitarios, mientras que los conductores del grupo B y C cursaron de
media estudios secundarios. No se encontraron diferencias de edad entre los grupos. En
cambio, sí que se encontraron diferencias significativas en los años de escolaridad entre
el grupo A, con el grupo B y C. Entre el grupo B y C no mostraron. Las variables edad y
nivel educativo fueron controladas mediante un análisis de la covarianza (ANCOVA).
En cuanto a la situación laboral de los conductores no se encontró diferencias
significativas entre los grupos (p=0.839).
Por otro lado también se recabaron datos relacionados con la conducción y el
motivo principal de presencia en los cursos de recuperación de puntos del permiso de
circulación. La gran mayoría de los conductores evaluado presentaban un permiso de
circulación del tipo B1 (79,8%) (ver tabla 3.1.1.). Las principales causas de la pérdida
de puntos fueron velocidad excesiva (32,2%), presentar tasas de alcohol más altas que
las permitidas (28,1%), y carencia del casco obligatorio (10,5%) (ver tabla 3.1.1). Si
realizamos un análisis por grupos observamos que las multas de velocidad son
significativamente predominantes en el grupo B, mientras que las multas por superar la
tasa de alcohol permitido y la carencia de casco obligatorio son lo más característico del
grupo C. Entre las tres suman el 70,8% del total de las infracciones realizadas por los
conductores que han perdido algún o todos los puntos del permiso de circulación. Es
decir, la probabilidad de que un conductor del grupo B sea multado por velocidad se
encuentra por encima de lo que se consideraría azar. Mientras que los conductores del
grupo C tienen más probabilidades de ser multado por superar la tasa de alcoholemia
permitida y la carencia del casco obligatorio (ver gráfica 3.1.2.). Este hecho podría
quedar explicado simplemente porque la retirada de puntos debida a la superación de las
tasas de alcohol permitidas es superior a la retirada de puntos debido a infracciones de
velocidad. Aún así ambas conductas son consideradas como temerarias, y suponen un
riesgo para la propia seguridad del conductor y para la circulación en general . Además
el 7% (17) de la muestra evaluada ya había perdido con anterioridad el permiso de
circulación, por lo que son considerados como reincidentes (Tabla 3.1.1). Referente a si
las causas de la infracción cometida supusieron una sanción por la vía penal (delito),
sólo los conductores del grupo C presentaron este tipo de infracción, siendo
significativamente superior en frecuencia a las del grupo A y B. Estos datos sugieren
que los conductores del grupo C son más propensos a repetir y mantener conductas
temerarias a pesar de las sanciones percibidas.
4.1. DIMENSIÓN NEUROPSICOLÓGICA
Antes de comenzar con la lectura de la discusión, recordar que el análisis
estadístico realizado ha sido lo más ortodoxo posible. Se ha usado el estadístico de
corrección de Bonferroni, el cual reduce la posibilidad de ocurrencia de los errores de
tipo I (es decir, la presencia de falsos positivos). Los resultados de la evaluación
neuropsicológica del deterioro cognitivo que presenta cada grupo, difiere según la
función cognitiva evaluada. El primer y principal proceso cognitivo que debe ser
evaluado para valorar el deterioro cognitivo es la atención. Los procesos atencionales
son funciones cognitivas imprescindibles para el manejo correcto y eficiente en la
conducción. La atención es una función cognitiva básica que se puede describir a través
de 3 funciones neurocognitivas, las cuales se encuentran asociada a una red cerebral en
concreto (Petersen & Posner, 2012). La primera gran función de los procesos
atencionales se refiere a la capacidad de un sujeto de estar alerta de su entorno próximo.
La atención monitoriza el entorno de un individuo y permite al sujeto detectar los
estímulos relevantes del entorno para un momento en concreto. De esta manera el sujeto
focaliza la atención o lleva a la conciencia aquellos estímulos que de alguna manera son
relevantes para la tarea que está realizando. En el caso de la conducción, esta función
permite a los conductores estar atentos a las señales de tráfico, peatones, incidentes
imprevisto en la carretera… La segunda gran función de la atención es la focalización y
dirección de los recursos cognitivos hacia el estímulo detectado o relevante. Una vez
que se detecta un estímulo, la atención se focaliza en el estímulo suprimiendo
parcialmente la monitorización del entorno y de los estímulos irrelevantes en esas
circunstancias. Un ejemplo sería cuando un conductor detecta un peatón cerca de un
paso de cebra. El conductor, una vez que los detecta dirige la atención visual al peatón y
al entorno que comparte con él. Es en este momento neurológico cuando entra en
funcionamiento la tercera gran función de la atención, y es dirigir y controlar las
funciones ejecutivas (atención ejecutiva). Las funciones ejecutivas permiten al
individuo crear un plan de acción y ponerlo en marcha para responder a una demanda
externa. Cuando un conductor detecta un peatón cerca de un paso de cebra, el conductor
pone en marcha distintos recursos cognitivos dirigidos por la atención y controlados por
las funciones ejecutivas, de forma que considera todas las variables presente en la
escena, desarrolla un plan de acción y lo ejecuta (Petersen & Posner, 2012). Por
ejemplo, en el caso del peatón, el conductor tendrá que valorar las posibilidades reales
de que el peatón vaya a cruzar la calle, si con la velocidad a la que circula un frenazo
brusco pudiera tener consecuencias no deseables en el tráfico, etc.
Debido a la importancia de los procesos atencionales, la atención ha sido
evaluada a través de dos pruebas neuropsicológicas: atención simple y condicional. El
test de Atención Simple se encuentra relacionado con la reactividad visual y la rapidez
motora, mientras que el test de Atención Condicional se encuentra relacionado con la
vigilancia. Esta prueba permite conocer como se encuentra la capacidad de vigilancia de
una persona, por lo tanto evalúa la capacidad de atención sostenida, la capacidad de
suprimir los estímulos irrelevantes, la capacidad de activación e inhibición motora
selectiva y la capacidad de activación silente. Nuestros resultados muestran que tanto
para la prueba de atención simple como condicional la eficacia en la ejecución de la
tarea se asemeja en los tres grupos (valorado en el número de aciertos, omisiones y
errores) (ver tabla 3.2.1. y 3.3.1.). La única diferencia significativa se encontró en los
tiempos de reacción en ambas pruebas, siendo el grupo de conductores que no habían
perdido ningún punto como los que tienen los tiempos de reacción más enlentecidos,
seguido por el grupo de conductores que han perdido algún punto y por último el grupo
de conductores que han perdido todos los puntos (ver tablas Atención Simple: 3.2.2. y
3.2.3.) (ver tablas Atención Condicional: 3.3.2. y 3.3.3.). Los tiempos de reacción se
encuentran relacionados con la velocidad de procesamiento. Una primera lectura podría
interpretar que este resultado no es positivo en cuanto a que los sujetos del grupo A
(conductores con todos los puntos del permiso de circulación) procesa más lentamente
la información. Según nuestros datos, esta interpretación sería errónea, ya que una
mayor velocidad de procesamiento no siempre indica una mejor ejecución de la tarea.
Esta afirmación se puede contrastar con los resultados que obtienen los sujetos del
grupo A en la prueba de atención simple y condicional, ya que a pesar de los tiempos de
reacción se encuentran más enlentecidos, la ejecución en la tarea es igual, y en algunos
caso mejor (aunque no significativo) que en los grupos de los sujetos que han perdido
algún o todo los puntos del permiso de circulación. Por tanto, los sujetos que no han
perdido ningún punto del carné, a pesar de responder más lentamente a los estímulos, la
ejecución final de la tarea es igual o más efectiva.
Como hemos dicho, otras de las funciones cognitivas básica para la conducción
es la capacidad que tenga el conductor a la hora de generar un plan de acción y
ejecutarlo eficientemente. Las funciones ejecutivas es el constructo neuropsicológico
que engloban todas las funciones cognitivas necesarias para alcanzar una meta
eficientemente. Las funciones ejecutivas es la habilidad de organizar temporalmente
conductas intencionales, lenguaje y razonamiento (Fuster, 2008). Diferentes funciones
cognitivas trabajan conjunta y sincrónicamente para la realización de un plan de acción
y ejecutarlo en el momento deseado. Entre las funciones cognitivas que participan en las
funciones ejecutivas se encuentra la flexibilidad cognitiva, el control cognitivo, el
control inhibitorio, la memoria de trabajo, y la atención (Wilson, 2010; Anderson et al.,
2008; Fuster, 2008). El papel de la atención en las funciones ejecutivas difiere de las
pruebas atencionales clásicas, en que en las funciones ejecutivas actúa como la
capacidad cognitiva que dirige la creación del plan de acción, mientras que en las
pruebas de atención simplemente es la capacidad de detectar y reaccionar ante un
estímulo relevante (Lundqvist et al., 2001). Por tanto, las funciones ejecutivas van a
determinar la capacidad de un individuo de enfrentarse ante las distintas eventualidades
que se puedan presentar durante la conducción, y que en muchos casos no han sido
previstas. Un conductor con unas buenas funciones ejecutivas tomará la solución más
adecuada y eficaz. Por ejemplo, en una calle del centro de un núcleo urbano repleta de
personas que circulan por la acera, y con tráfico rodado, reducirá su velocidad por si
surge una eventualidad no prevista (personas que cruzan la calle por el paso indebido,
objetos que se derrumban sobre la calzada…), de manera que si tiene que frenar
bruscamente, no se produzca una colisión con los vehículos que se encuentran detrás del
suyo. En la presente investigación se ha usado la prueba de la Torre de Hanoi Sevilla
(THS) y la prueba de Stroop para valorar la integridad de las funciones ejecutivas. La
prueba THS consiste en que el sujeto debe ser capaz de resolver un problema con unas
condiciones iniciales desconocidas. El sujeto tiene que resolver un problema de
transformación que requiere un esfuerzo cognitivo para llegar a una meta determinada
ejecutando una serie de movimientos. Para resolver esta tarea necesita razonamiento
complejo en resolución de problemas y procedimientos de aprendizaje. Una de las
peculiaridades de la THS, es que en la versión administrada a los conductores de la
investigación, estos deben inferir o descubrir cuál es la regla que hace posible la
solución del problema y que no se le ha mencionado en las instrucciones. Esta
inferencia podría ser una analogía con muchas situaciones vehiculares y situacionales en
donde el sujeto debe responder en la carretera e inferir la solución por sí solo. Por tanto,
la THS valora la capacidad de planificación dirigida a una meta, el aprendizaje, el
control cognitivo y la flexibilidad cognitiva. En la THS, la efectividad o la capacidad de
los sujetos para resolver la tarea se valora mediante el número de movimientos y el
tiempo total empleado. En términos generales, se puede observar como los conductores
del grupo A muestran unos mejores resultados (no significativo) en la THS que los
conductores del grupo B y C (ver tabla 3.4.1.). Esto indica cómo los conductores que no
han perdido ningún punto del permiso de circulación son capaces de resolver tareas
mejores que los conductores que han perdido algún punto. Esto indica como los
conductores del grupo A pueden enfrentarse de forma más eficaz ante tareas que
requieren de las funciones ejecutivas para ser resueltas (eventualidades no previstas
durante la conducción). Sólo se han encontrado diferencias significativas entre el grupo
A con el grupo B en la variable de errores de tipo III o de aprendizaje. También se
muestra una diferencia con tendencia a la significación entre el grupo A y C, mientras
que no existen diferencias significativas entre el grupo B y C (ver tabla 3.4.2. y 3.4.3.).
Este error aparece cuando el sujeto no infiere o comprende la regla oculta en la tarea,
que en nuestro caso es la incapacidad de poner un disco mayor sobre uno más pequeño.
El error tipo III es un índice de la capacidad de aprendizaje, que será mayor cuantos
menos errores de este tipo se cometan. También pueden producirse como resultado de la
distracción, la impulsividad, la confusión o una programación motora deficiente. En una
situación al volante estos errores se relacionarían con la capacidad del sujeto de resolver
de manera efectiva eventualidades no previstas. El error de tipo III mide la flexibilidad
cognitiva. Este resultado indica como los conductores que han perdido algún o todos los
puntos del permiso de circulación pueden presentar dificultades para desarrollar nuevas
estrategias de actuación cuando la estrategia realizada no ha sido exitosa durante alguna
eventualidad no prevista.
Por último, también se administró la prueba de Stroop. La tarea de Stroop es un
test válido para la valoración de la atención selectiva y el control inhibitorio, que se
encuentran involucrados con redes neurales frontales que median la respuesta
inhibitoria, la interferencia cognitiva y la resolución de conflictos comportamentales
(Stroop, 1935). Para resolver los conflictos que se pueden presentar durante la
conducción se necesita que el conductor pase por varios procesos neurológicos. El
primero de ellos es inhibir las conductas que se activan automáticamente. Según los
resultados de la prueba de Stroop, los errores y los tiempos de reacción entre los grupos
son prácticamente similares (ver tabla 3.5.1.), y no existen diferencias significativas
entre los grupos (ver tabla 3.5.2.), por lo que todos los conductores evaluados en el
estudio mantienen intactos los mecanismos neurológicos para inhibir las conductas
automáticas. Posteriormente a la inhibición de las respuestas automáticas, el sujeto debe
presentar flexibilidad cognitiva, de manera que sea capaz de desarrollar nuevas
estrategias para resolver el conflicto presentado. Según los resultados de la THS en la
variable de errores tipo III, es en este proceso neurológico donde los conductores que
han perdido algún o todos los puntos del permiso de circulación presentan ciertas
dificultades. Por lo tanto, los sujetos del grupo B y C presentaran más problemas para
resolver las eventualidades no previstas durante la conducción, pudiendo ser un riesgo
para su seguridad y para la seguridad en la circulación.
4.2.1. EFECTO DE LA EDAD EN LA DIMENSIÓN
NEUROPSICOLÓGICA
Uno de los tópicos más estudiados sobre el deterioro cognitivo es el efecto que
la edad posee en la integridad de las funciones cognitivas (Haninen et al., 1996:
Koivisto et al., 1995). Humanos, como otros mamíferos, son vulnerables al deterioro
cognitivo debido al envejecimiento sin la necesidad de desarrollar el trastorno de
Alzheimer u otras formas de trastornos neurodegenerativos. Los procesos cognitivos
mediados por el hipocampo (por ejemplo la memoria declarativa) y la corteza
dorsolateral prefrontal (dlCPF) son susceptibles de deteriorarse por el envejecimiento
del organismo. Estudios en humanos y en modelos animales sugieren que el deterioro
cognitivo debido a la edad se encuentra más asociado con la alteración de la
conectividad sináptica que con la pérdida o muerte de neuronas (Morrison & Baxter,
2012). En nuestra investigación se han valorado exclusivamente las funciones
cognitivas asociadas a la corteza prefrontal y a la dlCPF. La dlCPF es el núcleo neural
principal de una amplia red neuronal que se encuentra asociada con la memoria de
trabajo (Owen et al., 2005). Existe un elemento temporal del dominio cognitivo
mediado por la dlPFC, el cual indica cómo esta región cortical es la responsable de la
organización de la temporalización y ejecución de los procesos neurales y conductuales
necesarios para alcanzar el objetivo propuesto (Fuster, 2008). La temporalización y
ejecución de los procesos neurales en una secuencia ordenada es quizás uno de las
tareas cognitivas más complejas que el cortex cerebral pueda realizar. Tal tarea
cognitiva necesita una circuitería neural compleja, la cual parece ser altamente
vulnerable al envejecimiento (Moore et al., 2006; Lyons-Warren et al., 2004; Voytko,
1999; Herndon et al., 1997; Rapp, 1990; Rapp & Amaral, 1989). Tanto en humano
como en primates, estas funciones cognitivas son las que antes se afecta por la edad,
siendo el dlCPF más vulnerable que el hipocampo al deterioro cognitivo debido al
envejecimiento (Moore et al., 2006; Lyons-Warren et al., 2004; Voytko, 1999; Herndon
et al., 1997; Rapp, 1990; Rapp & Amaral, 1989). Si atendemos a los resultados de la
presente investigación podemos observar como la edad correlaciona positivamente con
un deterioro en los tiempos de reacción de las pruebas atencionales y de la prueba de
Stroop, aunque la ejecución y la eficacia no se hayan visto mermadas (ver tabla 3.8.1.).
Sorprendentemente, nuestros resultados muestran una mejora en la variable de errores
tipo II o de arrepentimiento de la THS, y en el número de errores cometidos en la tarea
de Stroop (ver tabla 3.8.1.). Es decir, a más edad, menos errores. Si trasladamos estos
resultados a la conducción, lo que nos sugiere es que los conductores de más edad
toman más tiempo en realizar ciertas tareas relacionadas con la conducción, pero
mantienen o incluso mejoran la eficacia de las mismas. Los errores tipo II o de
arrepentimiento son aquéllos en los que el sujeto ha tenido que deshacer una acción
debido a que una vez seleccionado el movimiento deseado se han dado cuenta que no
era el más apropiado. Mientras que la reducción del número de errores de Stroop
muestra una mayor eficacia en la supresión de los automatismos. Estas evidencias
sugieren como las personas de más edad tardan más tiempo en tomar las decisiones,
pero mejoran la ejecución en algunas variables de las pruebas neuropsicológicas. Una
posible explicación se puede encontrar en que aunque los sujetos tarden más en
reaccionar, la experiencia al volante les hace tomar mejores decisiones. De todas
formas, con los resultados de la presente investigación no podemos discernir claramente
si el enlentecimiento de los tiempos de reacción se debe a un deterioro cognitivo o que
se toman más tiempo de reflexión antes de emprender una acción. Una posible
explicación a este hecho la podemos encontrar en una reciente investigación, donde se
mide las variabilidad intraindividual de pilotos para valorar la ejecución de la tarea de
volar en un simulador (Kennedy et al., 2013). Esta investigación sugiere como los
tiempos de reacción es un buen indicador para diferenciar aquellos pilotos de edad
mediana de los de edad anciana. Existe un cierto paralelismo cognitivo y motor entre
pilotar un avión y conducir un vehículo, ya que aunque conducir un avión es un proceso
comportamental y cognitivo más complejo, al final se acaba automatizando el proceso
motor, por lo que la ejecución sería similar. Por tanto, el enlentecimiento de los tiempos
de reacción de las personas de más edad se puede deber a un deterioro cognitivo
causado por el envejecimiento. De todas formas, futuras investigaciones sobre el
deterioro cognitivo asociado a la edad y su repercusión en la eficacia de la conducción
deberán ser realizadas para valorar más específicamente la diferencia de eficacia entre
conductores jóvenes y ancianos.
4.3. DIMENSIÓN DE PERSONALIDAD
Otras de las variables que pueden predecir la accidentabilidad o el riesgo de un
conductor para la seguridad vial es la personalidad (Winfred et al., 1991). Como la
personalidad de un individuo afecta a su estilo de conducción es un tema de interés para
psicología, y también para la seguridad vial (Ulleberg & Rundmo 2003; Lajunen, 2001).
La habilidad de identificar estilos de conducción basados en rasgos de personalidad
tiene importantes aplicaciones prácticas. Por ejemplo, la de detectar precozmente
aquellos conductores que pueden presentar una conducción temeraria, de forma que se
pueda segmentar a la población y diseñar intervenciones que tomen en consideración los
rasgos de personalidad. Para valorar los rasgos de personalidad se ha usado la prueba de
Nechapi (Leon-Carrion, 1998). Por otro lado, también se ha valorado con otro
cuestionario independiente la agresividad de los conductores al volante mediante la
adaptación al español en su forma breve de la Escala de la Ira al Conducir (EIC)
(Deffenbacher et al., 1994). La agresividad al volante tiende a correlacionar
positivamente con las violaciones de las normas de tráfico en general (Underwood,
Chapman, Wright, & Crundall, 1999) y con accidentes relacionados con conductas
agresivas y no agresivas (Lajunen, Parker, & Stradling, 1998).
Los resultados del Nechapi muestran diferencias significativas en dos rasgos de
personalidad: irritabilidad y vulnerabilidad. En irritabilidad, las diferencias se
encuentran entre el grupo B y C (ver tabla 3.6.3.). La puntuación en irritabilidad del
grupo B es mayor que la del grupo A (no significativa) (ver tabla 3.6.1.), y
significativamente mayor que las del grupo C (ver tabla 3.6.3.). No se ha encontrado
diferencias significativas entre el grupo A y C. Estos resultados sugieren que los
conductores del grupo B son personas más propensas a irritarse ante situaciones
estresantes de la vida diaria. El factor de irritabilidad está asociado a una persona que
tiende a la irritabilidad, cinismo y sensibilidad a los desaires. Esta persona tiende a
interpretar de manera negativa y como una ofensa las acciones de los demás. Una alta
puntuación en este factor se da en personas que frecuentemente tienden a percibir
situaciones normales como molestas o de amenaza, por lo que suelen estar en alerta y
son fácilmente provocados. En el mismo sentido, situaciones sociales mal o pobremente
definidas son a menudo interpretadas como amenazantes, por lo que resultaría
fácilmente en una conducta agresiva. Los conductores propensos a irritarse ante
situaciones que se pueden presentar con facilidad en la carretera, son sujetos que pueden
acometer más conductas de riesgo al volante. Según la literatura existente, era de
esperar que los conductores del grupo A fueran los que menos puntuasen en este rasgo,
seguido de los conductores del grupo B y finalmente del grupo C (Underwood,
Chapman, Wright, & Crundall, 1999). El resultado en el rasgo de irritabilidad del
Nechapi puede quedar explicado por factores socio-demográficos y psicológicos
característico de los conductores del grupo B. Según nuestra experiencia durante la
recolección de los datos, los conductores de este grupo suelen ser personas con un
mayor poder adquisitivo que pueden permitirse, sin tener la necesidad de ello, de
pagarse un curso de recuperación de los puntos de carné. Por tanto, esta conducta puede
ser interpretada como que los conductores pertenecientes al grupo B, al tener un mayor
poder adquisitivo y la necesidad de recuperar los puntos del permiso de circulación
perdidos, pueden presentar niveles mayores de estrés que los restantes grupos. Existe
una relación entre los niveles de estrés y la condición psicológica del individuo (Guidi
et al., 2013), por lo que el factor de irritabilidad del grupo B ha podido ser mayor por
los niveles de estrés de sus componentes. En el futuro se deberían incluir la valoración
de la ansiedad de rasgo o estado en las investigaciones que relacionen características de
la personalidad con estilos de conducción. El siguiente factor que muestra diferencias
significativas entre grupos es rasgo de personalidad de vulnerabilidad. Los conductores
del grupo A fueron quienes presentaron de media más puntuación en este factor de
vulnerabilidad, seguido del grupo B y finalmente el grupo C fueron los que menos
puntuaron en este factor (ver tabla 3.6.1.). No hay diferencias significativas entre el
grupo A y B, en cambio sí que se ha encontrado diferencias significativas entre los
conductores del grupo A y B con el grupo C (ver tabla 3.6.3.). Por tanto, el grupo A es
el más vulnerable, mientras que el grupo C es el menos vulnerable. El factor de
vulnerabilidad se refiere a la facilidad con la que se siente afectado emocionalmente por
factores externos. Los conductores del grupo A (no han perdido ningún punto) son
sujetos más vulnerables a las normas de circulación y a los riesgos (tanto económicos
como físicos) que pueda suponer su incumplimiento. El ser más vulnerables que otros
respecto a las normas de circulación puede tener varias causas. La primera de ella es que
son conductores que pueden tener miedo a la sanción económica. Además de la sanción
económica, los conductores que puntúan alto en vulnerabilidad pueden sentir vergüenza
al ser observado por otras personas o al ser amonestado durante la realización de una
infracción de tráfico (sanción social). Por último, estos sujetos pueden ser más
precavidos debido a que son conscientes de los peligros a los que se expone su
integridad física si incumple las normas de circulación. Por tanto, los resultados de los
conductores del grupo A sugieren como estos pueden ser más vulnerables a las normas
viales por diferentes razones sociales y psicológicas. En cambio, los conductores del
grupo C (perdida de todos los puntos) presentan la puntuación más baja en el factor de
vulnerabilidad. Esto se puede deber a que estos sujetos se sienten menos vulnerables
emocionalmente a factores externos. En la conducción esto significaría que los
conductores del grupo C se sienten menos vulnerables a las normas de circulación, y por
tanto a las sanciones socio-económicas y/o daños físicos que puede acarrear su
incumplimiento. Por tanto, los conductores del grupo C se pueden sentir más impune
ante la ley. De hecho, si observamos la tabla 3.6.3. vemos cómo el factor vulnerabilidad
también se muestra significativo cuando comparamos las puntuaciones obtenidas por
los conductores del grupo A con los conductores del grupo C al que le han retirado el
permiso de circulación principalmente por superar la tasa del alcohol permitido.
Además, si comparamos a los conductores del grupo C que le han retirado el permiso de
circulación por superar la tasa de alcohol permitido, con los conductores del grupo B
que se encuentran recuperando los puntos del permiso de circulación por superar los
límites de velocidad, observamos que los conductores del grupo C muestran
puntuaciones más significativas que los conductores del grupo B en el factor de
vulnerabilidad. Si tomamos en conjunto todas estas evidencias, podemos inferir como el
factor de vulnerabilidad es un buen indicador de las probabilidades que tiene un
conductor de cometer una infracción circulatoria que ponga en riesgo su seguridad y la
de los demás. Una buena meida para reducir el número de siniestros sería el de realizar
campañas informativas para aumentar la vulnerabilidad percibida de estos conductores
hacia las sanciones socio-económicas y daño físico que pueden acarrear la infracción de
las normas de circulación. Un ejemplo del diseño de una de estas campañas sería el
mostrar el número de sanciones realizadas, las condenas y años sentenciados, el importe
de las multas de tráfico… El objetivo de dichas campañas es el de concienciar al grupo
de conductores con baja vulnerabilidad en que no inmunes al cumplimiento de las leyes
de tráfico.
Para valorar la ira durante la conducción también se administró la Escala de la
Ira al Conducir (EIC). Los resultados muestran como los conductores del grupo A son
los sujetos que presentan mayores puntuaciones en el EIC, siendo significativamente
superiores a las del grupo C (ver tabla 3.7.3.). A diferencia del factor de irritabilidad del
Nechapi, en el EIC los resultados del grupo B y C son similares estadísticamente
hablando (ver tabla 3.7.3.). El resultado de que los conductores del grupo A son los que
muestran una mayor ira durante la conducción es un resultado paradójico. Para entender
este resultado, primero de todo nos deberíamos fijar en la redacción y configuración de
los ítems del EIC. A diferencia del Nechapi, que plantea situaciones de la vida diaria
que no se encuentran relacionados con la conducción, los ítems del EIC muestran
situaciones que pueden ocurrir durante la circulación. Muchas de estas situaciones se
refieren a acciones que están realizando otros conductores o situaciones circunstanciales
del tráfico que pueden llegar a irritar al conductor. El grupo C pueden haber mostrado
bajas puntuaciones en el EIC por dos razones. La primera de ella es que se reconocen en
las situaciones que plantea el EIC, y se identifican con el individuo que está cometiendo
la infracción. La segunda razón, y más posible, es que se pueda deber también a la
deseabilidad social que conlleva rellenar esta escala durante la realización de los cursos
de recuperación de los puntos del permiso de circulación. Al estar realizando dichos
cursos, los sujetos tienden a responder los ítems del EIC de la forma en que el
examinador mejor consideraría para una evaluación positiva. Por otro lado, las altas
puntuaciones obtenidas por el grupo A en el EIC se puede deber también por dos
razones. La primera de ellas es que las puntuaciones obtenidas en el factor de
vulnerabilidad del grupo A pueden explicar cómo estos conductores se alteran
emocionalmente ante las situaciones que presenta el EIC, de forma que el
incumplimiento de las normas por parte de otros conductores les lleva a un estado de
ira. La segunda razón es que los conductores del grupo A presenten niveles normales en
las puntuaciones del EIC, y que hayan sido los conductores del grupo C motivados por
la deseabilidad social quienes hayan mostrado puntuaciones atípicamente bajas. Todas
estas consideraciones sugieren como la evaluación y valoración de los rasgos de
personalidad de los conductores que comenten infracciones circulatorias es un tema
bastante complejo. Tanto la redacción de los ítems, como la localización de la
evaluación como el propio evaluador son variables que pueden incidir directamente en
la respuesta de los cuestionarios de personalidad. Estos factores deben ser estudiados en
profundidad para mejorar la eficacia de los estudios de personalidad de conductores que
hayan cometido alguna infracción o pérdida de algún punto del permiso de circulación.
La deseabilidad social, y la inequívoca obviedad de que están siendo valorados
conforme a unas expectativas, puede llevar a estos conductores a mentir en los
cuestionarios de personalidad.
4.4. EFECTO DE LA PERSONALIDAD EN LAS VARIABLES
NEUROPSICOLÓGICAS
Uno de los mayores tópicos a la hora de estudiar los estilos de conducción es
asociarlo con variables de personalidad y habilidades cognitivas (Winfred, 1991), pero
desde nuestro conocimiento no hemos encontrado ninguna investigación que vincule el
efecto de las variables de personalidad sobre la habilidad cognitiva, medida a través de
diferentes pruebas neuropsicológicas. En término generales, si observamos la tabla
3.9.2. encontramos una clara interacción de las variables de personalidad sólo con la
integridad de los procesos atencionales. Esta interacción se encuentra ausente cuando
observamos la relación que mantiene las variables de personalidad con los resultados de
la THS (funciones ejecutivas) y el Stroop (control inhibitorio). En la literatura científica
se puede encontrar claramente artículos que relacionan trastornos psicopatológicos con
variables neuropsicológicas (Beaver et al., 2012; Savitz et al., 2009), pero no hemos
podido encontrar ninguna investigación que relaciones rasgos de personalidad con
variables neuropsicológicas en sujetos sanos.
La atención es la puerta de entrada de la información sensorial al complejo
entramado neurológico del individuo, donde a través de diferentes mecanismos neurales
alcanza la conciencia (León-Domínguez et al., 2013). La focalización o la atención
selectiva de un estímulo no es un proceso meramente aleatorio o accidental, sino que se
encuentra relacionado con diferentes rasgos de personalidad como la motivación (Fiske,
1995). Nuestros resultados muestran como los diferentes rasgos de personalidad
valoradas por el Nechapi correlacionan de distinta manera con las diferentes variables
neuropsicológicas. Este resultado coincide con otras investigaciones que muestran como
la emoción afecta a la cognición (Stolltorf et al., 2013). Por ejemplo, el rasgo de
irritabilidad correlaciona positivamente con los errores de la prueba de atención simple
y condicional, y negativamente con los tiempos de reacción de la prueba de atención
simple y condicional (ver tabla 3.9.2.). Esto indica como las personas que han puntuado
más alto en irritabilidad, tienden a cometer más errores en las pruebas atencionales.
Recordemos que el rasgo de irritabilidad se define por personas que son fácilmente
provocables, y que alteran su tono emocional muy fácilmente. Ser una persona
fácilmente irritable y con un alto temperamento provoca que se cometan más errores
atencionales. Por tanto, mantener la calma bajo situaciones de estrés puede ser una de
las claves para identificar mejor los estímulos viales, y así mejorar la eficacia en la
conducción. Por otro lado, nuestros resultados muestran como las personas que puntúan
más alto en irritabilidad tienden a presentar tiempos de reacción menores. Tal como
hemos dicho anteriormente, unos tiempos de reacción reducidos no quiere indicar que
se ejecute mejor la prueba. Un estado emocional alterado o fácilmente alterable puede
provocar que se reflexione menos y que se tienda a actuar automáticamente.
Puntuaciones altas en el rasgo de personalidad de búsqueda de sensaciones
correlacionan negativamente con los tiempos de reacción de la prueba de atención
condicional, negativamente con los aciertos de la prueba de atención condicional, y
positivamente con las omisiones (ver tabla 3.9.2.). Los conductores buscadores de
sensaciones se encuentran caracterizado por una tendencia a conducir a gran velocidad y
dar la apariencia de que se encuentran en un apuro (Poó & Ledesma, 2013). La
búsqueda de sensaciones ha sido muy estudiado como variables de personalidad que
afecta a los estilos de conducción. Los conductores de búsqueda de sensaciones tienen
un componente de impulsividad (Poó & Ledesma, 2013), el cual afecta a la
organización de estrategias para alcanzar metas, falta de atención y toma de decisiones.
Además los buscadores de sensaciones son propensos a riesgos a encontrarse en
situaciones que tienen un claro riesgo físico, social, legal y financiero (Poó & Ledesma,
2013). Debido a estas características se relaciona el rasgo de personalidad búsqueda de
sensaciones con estilos de conducción de riesgo (Dahlen et al. 2005; Iversen & Rundmo
2002; Jonah et al. 2001; Ryb et al. 2006). Debido al componente de impulsividad que
tienen los buscadores de sensaciones, los tiempos de reacción son menores (ver tabla
3.9.2.). De hecho, este es un claro ejemplo de que unos tiempos de reacción menores, no
siempre indican mejor función cognitiva. Los conductores con una alta puntuación en el
rasgo de buscador de sensaciones presentan una peor ejecución en la prueba de atención
condicional.
Por otro lado, los conductores que han puntuado alto en vulnerabilidad suelen
presentar también un número mayor de errores en la prueba de atención simple (ver
tabla 3.9.2.). Este hecho se puede deber a que los conductores más vulnerables son más
propensos a la frustración, y pueden sentir la realización de la prueba como una fuente
de presión, lo que les provoca a cometer más errores. En cambio, los conductores que
han puntuado alto en sociabilidad, presentan unos tiempos de reacción reducidos (ver
tabla 3.9.2.). Al contrario que les sucede a los conductores vulnerables, los conductores
con una alta sociabilidad son sujetos más seguros de si mismo debido al grado de
extroversión y de relaciones sociales que mantienen. La seguridad que les aporta el
tener una vida llena de relaciones sociales y gratificante, les puede llevar a responder
con más seguridad, y por tanto más rápido. Finalmente, el rasgo de indiferencia
correlaciona negativamente con los aciertos de la prueba de atención condicional,
positivamente con las omisiones de la prueba de atención condicional, y positivamente
con los tiempo de reacción de la prueba de atención simple (ver tabla 3.9.2.). Las
personas que puntúan alto en indiferencia, son personas que frías, que se mueven por el
propio interés y que presentan dificultades para relacionarse. Las conductores que
puntúan alto en el factor de indiferencia, son sujetos que encuentran difícil motivarse
para la realización de una tarea. Este característica de la ausencia de motivación provoca
que presenten menos aciertos, más omisiones y que los tiempos de reacción se
encuentren aumentados.
La conclusión principal de este apartado es que los rasgos de personalidad
inciden en la eficacia en la ejecución de las pruebas atencionales (atención simple y
atención condicional), y no sobre las pruebas restantes (THS y Stroop). Esto se puede
deber a que mientras las pruebas atencionales valoran procesos cognitivos más
automáticos y estereotipados, la THS y el Stroop implican procesos cognitivos más
consciente y que necesitan un procesamiento más complejo de la información. Por
tanto, la personalidad puede tener un mayor efecto a medida que el proceso cognitivo
evaluado sea más automático. Resaltar que los procesos atencionales es una función
cognitiva básica determinante en la calidad de la conducción. Conocer que la ejecución
en las pruebas atencionales no depende únicamente de la integridad de los mecanismos
neuropsicológicos, sino también de la personalidad abre una puerta hacia un nuevo tipo
de investigación que valoren el peso cognitivo que poseen las variables de personalidad
en las distintas funciones cognitivas. Una de las formas en que las funciones cognitivas
se pueden ver afectados por los rasgos de personalidad es a través de la emoción
(Wadlinger & Isaacowitz , 2011). Por el contrario, intentar explicar y relacionar con el
diseño de esta investigación el efecto de la personalidad con las diferentes funciones
cognitivas es de escasa relevancia teórica, práctica y clínica. La personalidad es un
constructo complicado, en que distintos fenómenos ambientales, sociales y genéticos
interactúan para definir y comprender la conducta de un sujeto. Los múltiples procesos
neurológicos y psicológicos que subyacen a la personalidad nos imposibilita dar una
explicación válida y fiable con la que comprender las interacciones y correlaciones con
el diseño de la presente investigación.
4.5. LIMITACIONES DEL ESTUDIO
Durante la realización del pertinente estudio se presentaron ciertas variables
extrañas que de alguna manera pudieron afectar a los resultados finales y que deberían
ser controladas en futuras investigaciones. La primera de ella, y más importante es del
tiempo dispuesto para la evaluación neuropsicológica y de personalidad. En un
principio se diseño una evaluación mucho más amplia, la cual se tuvo que ver reducida
por cuestiones logísticas. Los conductores del grupo B y C fueron recolectados en las
autoescuelas para la recuperación de los puntos del permiso de circulación. Dicho
entorno, y con el objetivo de no entorpecer la dinámica y las horas de las clases, se les
solicito a los conductores permanecer una hora más para la evaluación neuropsicológica
y de personalidad. Al recolectar los datos en un entorno no agradable y negativo para
los conductores, la motivación de estos se vio mermada, y por tanto pudo también
presentar un efecto sobre los resultados generales. Además, el uso de terminología
neuropsicológica para explicar las tareas a los conductores entorpeció y paralizó en
muchos momentos la marcha normal de la evaluación neuropsicológica y de
personalidad. Muchos conductores no se encontraban familiarizados con dicha
terminología. También se encontró dificultades a la hora de recolectar las autoescuelas
que iban a colaborar con el estudio. Muchas de ellas no contestaron a nuestros emails
y/o llamadas, y otras presentaban dudas sobre la conveniencia de realizar dicha
evaluación en su autoescuela. En cambio, las que se prestaron a colaborar, su
disposición para la investigación fue excelente, y algunas de ellas dispuestas a seguir
colaborando en futuras investigaciones. Una vez que se encontró a las autoescuelas que
querían participar en el estudio, se tuvo que realizar una criba para seleccionar aquellas
que podían evaluar a los sujetos de forma grupal. No todas las autoescuelas tenían a su
disposición o el número de ordenadores necesarios para realizar la evaluación global, o
no tenían conectados los ordenadores a Internet. La elección de evaluar a los sujetos de
forma global se realizó para no entorpecer el ritmo normal de la autoescuela y reducir el
tiempo, recursos y costes necesario de la investigación.
5. CONCLUSIONES
Hasta nuestro conocimiento esta es la primera investigación que se realiza para
valorar las diferencias neuropsicológicas y de personalidad en la población de
conductores españoles que han perdido algún o todos los puntos del permiso de
circulación. La muestra final de conductores se dividió en tres grupos: conductores que
más de 2 años de permiso de circulación y que no han perdido ningún punto (grupo A),
conductores que han algún punto (grupo B) y conductores que han perdido todos los
puntos del permiso de circulación (grupo C). Además, el análisis estadístico usado para
la interpretación de los datos es el más ortodoxo posible, por lo que las conclusiones
que se han alcanzado tienen una gran fiabilidad. Los resultados que se muestran en la
presente investigación tienen un interés tanto para mejorar la seguridad vial como de
carácter propiamente neurocientífico. Las principales conclusiones son las siguientes:
1. Los conductores del grupo A presentan de media unos mejores resultados en la
ejecución de las pruebas atencionales que los conductores del grupo B y C. Sólo
se encontró diferencias significativas en los tiempos de reacción, siendo el grupo
A el más lento, seguido del grupo B, y finalmente el grupo C, los cuales tenían
los tiempos de reacción más rápidos. Tomando en consideración todos estos
resultados, se observa que aunque los conductores del grupo C tengan los
tiempos de reacción más reducidos, no se traduce en una mejor ejecución de las
pruebas. Los factores de personalidad como la impulsividad podrían explicar
estos resultados.
2. Los conductores del grupo B y C muestra en términos generales peores
puntuaciones medias en las tareas ejecutivas (no significativo). La única
diferencia significativa se encontró en los errores tipo III o de aprendizaje entre
el grupo A con el grupo B y C. Esto indica como los conductores que han
perdido parcial o completamente todos los puntos del permiso de circulación
presentan una menor flexibilidad cognitiva, y por tanto una mayor dificultad a la
hora de resolver problemas eventuales no previstos durante la conducción.
3. La edad correlaciona positivamente con un aumento de los tiempos de reacción
en todas las pruebas evaluadas. En cambio, la ejecución de las pruebas se
mantiene, incluso se mejora en algunas variables como un menor número de
errores en Stroop y un menor número de errores de tipo II o de arrepentimiento
en la THS. Esto indica como el envejecimiento enlentece los tiempos de
reacción, lo que puede suponer un mayor riesgo durante la conducción ya que
reaccionan más tarde a las eventualidades no previstas en la carretera. Por otro
lado, la mejora en ciertas variables neuropsicológicas puede suponer que la
experiencia al volante y los años de conducción pueden suponer un grado a la
hora de tomar las decisiones correctas.
4. Los conductores del grupo B son los que han mostrado una mayor puntuación en
el factor de irritabilidad. Este resultado se puede deber a factores socio-
demográficos de los conductores que acceden voluntariamente a realizar los
cursos de recuperación de los puntos del permiso de circulación. Su alta
puntuación en irritabilidad se puede deber a que estos conductores comparten
algunas características no valoradas por la presente investigación, que les
provoca ser un grupo más estresado que los conductores del grupo A y C. Por
tanto, en futuras investigaciones sería recomendable evaluar la ansiedad de rasgo
o de estado de los conductores.
5. Los conductores del grupo C se sienten menos vulnerables a las normas de
circulación, y por tanto a las sanciones socio-económicas que puedan acarrear su
incumplimiento. En cambio, los conductores del grupo A son quienes han
presentado mayores puntuaciones en el factor de vulnerabilidad, por lo que son
más sensibles a las normas de circulación y a los perjuicios socio-económicos y
físicos que puede llevar el incumplimiento de las normas de circulación.
6. El factor de vulnerabilidad es un buen indicador para predecir aquellos
conductores que puedan presentar conductas de riesgo durante la conducción.
Los conductores del grupo C que fueron multados por superar las tasas de
alcohol permitida muestran diferencias significativas con los conductores del
grupo A y los conductores del grupo B que fueron multados por superar los
límites de velocidad. Este resultado junto con los del punto 5 sugieren como se
debería diseñar campañas informativas que persigan el objetivo de aumentar la
vulnerabilidad o sensibilidad de los potenciales conductores del grupo C.
7. La Escala de la Ira al Conducir (EIC) muestra como los conductores del grupo A
son quienes muestran un mayor grado de ira durante la conducción. Estos
resultados son confusos ya que no confirman la bibliografía científica existente
(a más puntuaciones en el EIC, mayores conductas de riesgo al volante). Una
posible explicación de estos resultados se puede deber al diseño y redacción de
los ítems del cuestionario, a la localización donde se ha realizado el test
(escuelas para la recuperación de los puntos del permiso de circulación), quien
era el destinatario final de los resultados (DGT) y a la presencia del profesor de
autoescuela durante la realización de los mismos. Todos estos factores pudieron
inducir en los conductores del grupo C el efecto de deseabilidad social, de
manera que el EIC fue rellenado conforme a la expectativa percibida. Por tanto,
en futuras investigaciones se debe prestar especial atención a todos estos
factores a la hora de confeccionar un cuestionario sobre estilos de conducción y
la localización donde se vayan a administrar, con el fin de reducir el efecto de
deseabilidad social.
8. La personalidad afecta a la eficacia en la ejecución de ciertas funciones
cognitivas. Los procesos atencionales correlacionan positivamente con los
diferentes rasgos de personalidad, mientras que las funciones ejecutivas y el
control inhibitorio no. Estos resultados muestran como la personalidad puede
tener un mayor efecto a medida que la función cognitiva sea de ejecución más
automática.
9. En la presente investigación se ha recogido una amplia y representativa muestra
de la población de conductores en España. La muestra recogida durante la
evaluación puede servir para normalizar las pruebas realizadas y tener una base
de datos con la que poder comparar la integridad de las funciones cognitivas de
futuros conductores.
Como principal conclusión es que los conductores que han perdido algún o todos los
puntos del permiso de circulación presentan peores puntuaciones medias en las pruebas
neuropsicológicas, siendo sólo significativo en los tiempos de reacción y en los errores
de tipo III o de aprendizaje. La presente investigación puede servir de referencia para
futuras investigaciones que pretendan evaluar las diferencias neuropsicológicas y de
personalidad de la población de conductores en España. A partir de este estudio se
puede abrir diferentes líneas de investigación:
1. Comparar distintas poblaciones con la base de datos recolectada. Un ejemplo
sería poblaciones de personas ancianas o personas que hayan sufrido un ictus o
traumatismo craneoencefálico y quieran volver a conducir.
2. Evaluar neuropsicológicamente la población anciana de conductores para
determinar si sus habilidades al volante se han visto mermadas desde un punto
de vista funcional.
3. Investigar variables de personalidad, neuropsicológicas y de inteligencia de los
conductores reincidentes. El objetivo es encontrar una variable que pueda ayudar
a predecir aquellos conductores que puedan presentar un mayor riesgo para la
circulación.
4. Evaluar neuropsicológica y psicológicamente aquellos conductores que han
perdido el permiso de circulación por infracciones consideradas delito. A esta
población sería recomendable hacerle un estudio de neuroimagen como prueba
complementaria.
5. Relacionar cómo influye la personalidad sobre las funciones cognitivas. Esta
investigación es de interés meramente neurocientífico. Recordar que nuestros
resultados muestran como las funciones cognitivas más básicas se ven más
afectada por la personalidad.
6. Relacionar los diferentes tipos de multas con variables de la personalidad y
neuropsicológicas.
7. Investigar más profundamente el rasgo de personalidad de vulnerabilidad.
Además, los resultados recogidos en este trabajo de investigación pueden dividirse
en 3 artículos de publicación en diferentes revistas de carácter neurocientífico. El primer
artículo trataría sobre los resultados generales de la presente investigación. El segundo
artículo uniría los grupos B y C en un nuevo grupo y se compararía con los controles, de
forma que se valore las funciones cognitivas y de personalidad de sujetos que no han
perdido ningún punto, con sujetos que han perdido uno o todos los puntos del permiso
de circulación. La última investigación versaría sobre la normalización de los resultados
recolectados durante la investigación, para crear un grupo normativo de conductores de
la población española.
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S.1. INTRODUCCIÓN MATERIAL SUPLEMENTARIO
En el presente apartado se muestra los resultados de un cuestionario realizado
por nuestro grupo de investigación para valorar el grado de responsabilidad de los
conductores en su vida diaria. Después de una entrevista de investigación realizada
telefónicamente y con varios profesores de autoescuela, se llegó a la conclusión de que
los conductores con pérdida total de puntos del permiso de circulación presentaban una
serie de patrones conductuales que se podrían reunir en la categoría de
responsabilidad/irresponsabilidad (ver ANEXO III). El método de entrevista es una
técnica usada con el propósito de recoger datos útiles para la investigación que se esta
llevando a cabo (Acevedo & Lopez, 2000). Al no estar validado este test
científicamente se ha decidido añadirlo a la investigación como material suplementario.
Los resultados aquí obtenidos deben ser considerados para completar el análisis de la
personalidad de los conductores que conforman los diferentes grupos. Estos resultados
no deben ser considerados como parte de las conclusiones generales de la investigación
principal, sino como resultados complementarios a esta.
S.2. MÉTODO
El cuestionario fue realizado por todos los conductores participantes del estudio.
La administración del cuestionario de responsabilidad/irresponsabilidad fue
administrado durante la última fase de la primera parte de la toma de datos, es decir
contigua y contingentemente a la recolección de los datos socio-demográficos.
S.3. RESULTADOS CUESTIONARIO DE
RESPONSABILIDAD/IRRESPONSABILIDAD
S.3.1. Estadísticos descriptivos
Tabla S.3.1. Medianas y rangos intercuartílicso de cada una de las puntuaciones.
Grupos Puntuación
A 1(0-2)
B 2(1-4)
C 2(1-3)
El grupo control (A) obtuvo puntuaciones algo inferiores a los demás en el cuestionario,
lo que indica una mayor responsabilidad ante el volante. Los grupos B y C no difieren
prácticamente.
S.3.2. Análisis estadísticos globales.
Dado el incumplimiento del supuesto de parametricidad de los datos se optará por la
realización de estadística no paramétrica con el fin de obtener conclusiones más fiables.
Tabla S.3.2. Análisis Kruskal-Wallis de comparación intergrupos en el
cuestionario de responsabilidad.
Cuestionario de Responsabilidad
Chi-cuadrado 7,892
gl 2
Sig. asintót. ,019
a. Prueba de Kruskal-Wallis
b. Variable de agrupación: GRUPO
Según el estadístico de contraste utilizado (H de Kruskal-Wallis), existen diferencias
grupales en las puntuaciones del Cuestionario de Responsabilidad. Consecuentemente,
se llevarán a cabo el estudio individual de los post-hocs.
S.3.3. Comparaciones entre grupos (post-hocs)
El análisis de los post-hocs se llevó a cabo en este caso mediante comparaciones
múltiples entre los tres grupos. Se utilizó el estadístico de contraste U de Mann-
Whitney. A fin de reducir el error tipo I se llevó a cabo una corrección por Bonferroni
de los valores P obtenidos en cada contraste, de forma que cada uno fue multiplicado
por el número total de comparaciones (3 en total).
Tabla S.3.3.1. Comparaciones por pares (valores P)
Comparaciones Cuestionario Responsabilidad (Sig.)
A-B 0,015
A-C 0,12
B-C 1
Post-hocs mediante método Bonferroni para corregir Error tipo I.
Cuando se lleva a cabo el análisis de post-hocs observamos que las diferencias existen
únicamente cuando se comparan a los grupos A y B. Cuando se comparan los grupos A
y C, se obtiene inicialmente una Sig. <0.05, sin embargo, esta significación se pierde
cuando queda corregida por Bonferroni (Sig.=0.12). En cuanto a los grupos B y C,
puede decirse que obtuvieron puntuaciones muy similares.
Tabla S.3.3.2. Correlaciones entre factores de personalidad (NECHAPI) y
cuestionario de responsabilidad (correlación de Spearman).
*p<0.05; **p<0.01
Irritabilidad Búsqueda de
Sensaciones
Vulnerabili
dad
Sociabili
dad
Indifere
ncia
Cuestionario de
responsabilidad ,394
** ,186
** ,188
** 0,03 ,155
*
Tabla S.3.3.3. Correlaciones entre BNS y edad, cuestionario de personalidad y
estilo de conducción.
S.3.4. Conclusiones sobre el Cuestionario de Responsabilidad
El grupo con la puntuación más baja en el cuestionario fue el grupo control (A), lo que
indica una mayor responsabilidad al volante. Los demás grupos obtuvieron
puntuaciones muy similares, no obstante, sólo el grupo B presentó puntuaciones
significativamente superiores a los controles.
BNS Cuestionario de
Responsabilidad
Atención Simple
Aciertos -0,085
Omisiones 0,085
Errores 0,038
Tiempos de Reacción -0,035
Atención Condicional
Aciertos -0,036
Omisiones 0,036
Errores -0,052
Tiempos de Reacción -0,093
Torre de Hanoi
Tiempo total 0,059
Error tipo 1 0,046
Error tipo 2 0,08
Error tipo 3 0,1
Número de movimientos 0,093
Stroop
Errores 0,114*
Tiempos de Reacción -0,156*
S.3.5. Gráfico de las puntuaciones en el Cuestionario de Responsabilidad.
A continuación se graficarán algunos de los resultados más llamativos.
Gráfico S.3.5.1. Puntuaciones obtenidas en el cuestionario de responsabilidad por
cada grupo.
Gráfico S.3.5.2. Correlación entre irritabilidad (NECHAPI) y cuestionario de
responsabilidad (rho=0.394)
S.4. DISCUSIÓN
La mediana de los grupos A, B y C muestran como los conductores del grupo A
presentan puntuaciones más bajas que la de los grupos B y C en el cuestionario de
irresponsabilidad (ver tabla S.3.1.). En cambio, esta diferencia en las medianas no se
encuentran entre los grupos B y C (ver tabla S.3.1.). Esta diferencia en las medianas del
grupo A con los grupos B son significativas (ver tabla S.3.3.1.). En cambio el grupo A
muestra diferencias significativas con una Sig.<0.05, la cual se pierde cuando se corrige
con Bonferroni (Sig.=0.12) (ver tabla S.3.3.1.). Por tanto, se podría definir que los
conductores que han perdido parcial o todos los puntos del permiso de circulación son
más irresponsables que los conductores que no han perdido ningún punto. De esta
forma, se confirma la percepción subjetiva que se recogió durante la entrevista de
investigación con los profesores de autoescuela.
Por otro lado, el cuestionario de responsabilidad/irresponsabilidad muestra una
correlación positiva los factores de irritabilidad, búsqueda de sensaciones,
vulnerabilidad e indiferencia (S.3.3.2.). Es decir, los conductores que han presentado
altas puntuaciones en el cuestionario de responsabilidad/irresponsabilidad, también han
puntuado alto en las categorías mencionadas. Por tanto, los conductores irresponsables
comparten varias características de la personalidad. El cuadro psicológico de un
conductor irresponsable es que también es un sujeto fácilmente provocable y con
tendencia a interpretar las situaciones cotidianas como negativa. De esta manera, son
sujetos más vulnerables, es decir son más propensos a sentir emociones negativas,
mantienen relaciones personales intensas, y tienden a la frustración y a la depresión. Por
otro lado, estos sujetos tienen grandes dificultades para motivarse, y son personas
emocionalmente frías que buscan sólo su propio interés. Además también son sujetos
que buscan experiencias y sensaciones nuevas, teniendo en su vida normal conductas de
riesgo. Por tanto, los sujetos con altas puntuaciones en el cuestionario de
responsabilidad/irresponsabilidad presentan un cuadro psicológico proclive a mantener
conductas de riesgo al volante, y debido a ello han perdido algún o todos los puntos del
permiso de circulación.
Finalmente, el cuestionario de responsabilidad/irresponsabilidad también
correlacionan significativamente con la prueba de Stroop. Los conductores que han
puntuado alto en el cuestionario responsabilidad/irresponsabilidad tienden a tener
tiempos de reacción menores que los conductores que han puntuado bajo, además de
tener una ejecución peor (más errores) en la prueba de Stroop (ver tabla S.3.3.3.). Estos
resultados sugieren como uno de los factores que puede determinar que un sujeto sea
responsable o no, sea la capacidad de este de inhibir adecuadamente las respuesta
automáticas. Desde una perspectiva psicológica, muchas de las conductas irresponsables
durante la conducción puede estar determinada por la capacidad que tenga un sujeto de
inhibir la primera respuesta y reflexionar sobre cual es la mejor opción. Los resultados y
las correlaciones que muestra el cuestionario de responsabilidad/irresponsabilidad nos
sugiere como estos conductores además de presentar una conducta irresponsable al
volante, son sujetos que se alteran emocionalmente de forma fácil y que tienden a
realizar conductas de riesgo.
S5. Conclusión
El cuestionario de responsabilidad/irresponsabilidad confirma la percepción subjetiva
por parte de los profesores de las autoescuelas de que los conductores que han perdido
todos los puntos del permiso de circulación son conductores irresponsables en su vida
diaria. Además, el factor de responsabilidad correlaciona positivamente con otros
factores de la personalidad que predispone al conductor a emitir conductas de riesgo al
volante, pudiendo ser un peligro para su seguridad y para la de los demás. Al no estar
validado el cuestionario de responsabilidad/irresponsabilidad no podemos afirmar que
los resultados del cuestionario responsabilidad/irresponsabilidad sean válidos. De todas
formas, estos resultados sugieren como en próximas investigaciones sobre la
personalidad y estilos de conducción se debería incluir el factor de responsabilidad en la
evaluación.
S6. Referencias
Acevedo IA, López AF. 2000. El proceso de la entrevista. Concepto y modelos.
México: Ed. Limusa.
Anexo I. Ítems del cuestionario Inventario de cambios de personalidad neurológicos (NECHAPI)
NECHAPI
Me gustaría que usted puntúe si cada una de las frases está en desacuerdo o acuerdo con su forma de ser y de
comportarse. Cuanto más de acuerdo más cerca marcará de 5, cuanto menos de acuerdo más cerca marcará
de 1. Trate de responder lo más sinceramente posible. Sus contestaciones son muy importantes para nosotros.
1- Es una persona pasional
2- Vive todo con intensidad
3- Cuando se emociona es difícil calmarle
4- Tiene emociones muy intensas
5- Es capaz de comportarse de un modo realmente cruel
6- Se angustia fácilmente
7- Es una persona violenta
8- Tiene conductas peligrosas
9- Tiene control sobre sí mismo y su conducta
10- Es una persona arisca
11- Es una persona vulnerable
12- Sin lugar a dudas, es una persona muy emotiva
13- Es una persona que se mete mucho en líos
14- No tiene miedo a nada
15- Es una persona que tiene muchos amigos
16- Participa en muchas actividades sociales
17- Bebe más de lo que debiera
18- Toma drogas
19- Le gusta castigar a los demás
20- Siempre está buscando emociones nuevas
21- Es una persona caprichosa
22- Es una persona que da pocas explicaciones
23- Es una persona vergonzosa
24- Se suele sentir culpable por cosas o hechos insignificantes
25- Se puede decir que es más bien sádico
26- Hace cosas como si no tuviera miedo, o no fuera consciente del peligro
27- Es una persona abierta siempre a nuevas experiencias
28- Siempre está buscando nuevas sensaciones
29- Cuando hace algo, nunca tiene en cuenta cómo le sienta lo que ha hecho a los demás
30- Es una persona a la que le interesan pocas cosas
31- Es una persona hostil
32- Es una persona frustrada
33- Es una persona muy negativa
34- Es una persona depresiva
35- Tiene valor suficiente para suicidarse
36- Le gusta el sexo
37- Seguro que no le importa tener cualquier tipo de experiencia sexual, por rara que sea
38- Tiene mucha experiencia sexual
39- Se enfada rápidamente
40- Tiene muchas ganas de vivir
Anexo II. Ítems de la Escala de la Ira al Conducir (EIC)
Cuestionario estilo conducción
Instrucciones: Abajo se presentan varias situaciones con las que se puede encontrar cuando está conduciendo.
Intente imaginarse que el incidente descrito le está sucediendo realmente luego indique el grado en que le
enojaría o le provocaría. Marque su respuesta rellenando el círculo de la derecha.Un poco
Nada Un
poco
Nivel
medio
Bas-
tante
Much
o
1. Alguien está conduciendo en zigzag
2. Un vehículo lento en una carretera de montaña no se aparta a su derecha para dejar a la gente adelantar
3. Alguien da marcha atrás estando delante de ti sin mirar
4. Alguien se pasa un semáforo en rojo o una señal de stop
5. Te toma una foto un radar de velocidad.
6. Alguien acelera cuando tratas de adelantarlo
7. Alguien está aparcando muy lentamente y entorpece el tráfico
8. Estás parado en un embotellamiento de tráfico
9. Alguien te hace un gesto ofensivo por la forma en que conduces
10. Alguien te toca el claxon por tu forma de conducir
11. Un ciclista está yendo por el medio de la carretera enlenteciendo el tráfico
12. Un guardia de tráfico te pide que te apartes al arcén.
13. Un camión va dejando caer tierra o gravilla sobre el coche que vas
conducieno
14. Estás conduciendo detrás de un enorme camión y no deja ver para adelantar
Anexo III. Ítems del cuestionario de responsabilidad/irresponsabilidad
Cuestionario de responsabilidad/irresponsabilidad
Instrucciones: Abajo se presentan varias cuestiones que tenéis que responder. La mayoría de las preguntas se
responde con un SI/NO. Las preguntas que hay que responder del 1 al 10, 1= no me preocupa nada; 10=me
preocupa muchísimo. Si tiene alguna duda pregunte al evaluador.
¿Cuál de los siguientes problemas le preocupa más? Enumere del 1 (más preocupación, hasta el 12/13, menor preocupación)
Violencia de Género Corrupción Crisis económica Paro Terrorismo Nacionalismos Seguridad ciudadana Accidentes de tráfico Vivienda Pobreza Ecologismo Accidentes laborales Otros ¿Cuál? _____________________
Del 1 al 10 cuánto le preocupa los accidentes de tráfico1
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
¿Tiene usted algún familiar o amigo muy cercano que haya fallecido en un accidente de tráfico o se encuentre seriamente discapacitado?
SI
NO
¿Conoce a alguien que le haya retirado el carné? Marque el número de personas.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 +10
¿Entre sus amistades es normal la pérdida de puntos?
SI NO
¿Cuál es su percepción al volante? Marque sólo una
Miedo Seguridad Tranquilidad Diversión Otra, ¿cuál?______________________
¿Suele renovar el seguro del coche antes de que se le caduque?
SI NO
Si se le pierde un documento oficial (DNI o carné de conducir) lo renuevo inmediatamente?
SI NO
¿Sule cumplir con sus compromisos sociales, familiares… fuera del trabajo??
SI NO
¿Cumple con sus obligaciones en casa? (es ordenado, tiene la casa limpia, realiza todas las comidas, no suele faltar materiales imprescindibles,
SI NO
autociudado…) ¿Deja usted las cosas para el último momento?
SI NO
¿Suele llegar tarde a las citas? SI NO Ha sido usted despedido o sancionado en el trabajo alguna vez por falta de dedicación, de interés o por causas personales suyas?
SI NO
¿Es descuidado con las amistades? SI NO ¿Ha tenido usted mucha rupturas de parejas?
SI NO
¿Es usted impaciente o nervioso? SI NO ¿Dedica más tiempo a tareas de ocio de tal forma que repercute en otras tareas de más importancia?2
SI NO
¿Suelen advertirle por no realizar actividades importantes para su futuro?
SI NO