1

INVITACIÓN EN EL CONTEXTO DE LAS PRIMARIAS

CONSTRUYAMOS UN CHILE DIFERENTE: PRÓSPERO, PERO MÁS HUMANO, JUSTO Y SOLIDARIO. (CARTA ABIERTA A LOS INDEPENDIENTES Y MILITANTES DE CHILE VAMOS)

SITUACIÓN ACTUAL

El 2017 es un año de elecciones decidoras. Las primarias, en las que me comprometí a participar, nos dan una oportunidad para promover un cambio de actitud que permita revalorizar el servicio público y constituyen una excelente herramienta para atenuar la crisis de representación que tiene a la política en el suelo.

En los próximos meses, además de elegir a la persona que encabezará el Gobierno del país por los próximos cuatro años, por primera vez se votará un Congreso Nacional que no es fruto de las reglas del Sistema Binominal. Lamentablemente, todo lo anterior está lejos de producir esperanza en la ciudadanía, que ve con desconfianza -entre otras cosas- el aumento de parlamentarios, medida que resistí hasta el último minuto. El camino que devuelva la confianza va por otro lado.

Debemos reconquistar los corazones de los desilusionados ciudadanos y tener sintonía con las preocupaciones más profundas de la mayoría de los chilenos. Tenemos que ser capaces como oposición de contar con candidatos que dejen atrás las viejas formas de hacer política. Que sean capaces de demostrar con su testimonio de vida y con trabajo que su vocación es la entrega en cuerpo y alma al servicio público.

Hablar con la verdad y de cara a la ciudadanía, siendo capaces de mostrar la realidad, pero con empatía, deben ser los ejes rectores para afrontar el desafío de conquistar, sanamente y no de manera artificial, las voluntades de nuestros compatriotas en Chile y la de aquellos que viven el exterior.

La elección presidencial de 2017 enfrentará al país con decisiones sustantivas respecto de qué camino seguir en el futuro. El alma de Chile está herida y requiere acción política para recuperar la unidad nacional, la que debe ser articulada por una clase política que convenza y entusiasme a una población cada vez más escéptica, desconfiada y distante de los liderazgos tradicionales.

UNA PROPUESTA DIFERENTE

Reconociendo los grandes avances que ha experimentado el país en las últimas décadas, mi propuesta sintoniza con el diagnóstico crítico que muchísimos chilenos hacen de la realidad actual, pero no se queda en eso, sino que busca avanzar hacia la consolidación de una sociedad donde prime el sentido común y un modelo que sea capaz de entregar a todas las personas el respeto que se les debe, que merecen y que hoy extrañan.

Considero que nos enfrentamos a un problema político que debe ser resuelto a través de la política. Para ello es crucial que ésta recupere su verdadero sentido de servicio público, se abandonen la ideología, entendida como una representación falsa de la realidad, y vuelvan a imperar la sensatez, el diálogo y la ética pública. Yo quiero ser parte de esta nueva ruta y de nuestra victoria, por el triunfo de un nuevo Chile más humano, justo y solidario. Es por ello, que estoy disponible para participar en las primarias legales de nuestro sector.

Esta visión se enmarca en 25 años de servicio público, donde he podido conocer de primera fuente los anhelos de un Chile profundo, que muchas veces se siente desoído por una clase política que prefiere a quienes vociferan más y tienen más capacidad de presión.

2

A continuación desarrollaré los pilares de esta propuesta diferenciadora. Estos no son compromisos programáticos, ello vendrá en su minuto con la publicación del programa presidencial, pero sí buscan sintetizar mí propuesta en un mensaje claro y preciso a los chilenos y en particular a quienes busca representar Chile Vamos.

TERMINAR CON LOS ABUSOS NO DEBE SER SOLO UN ESLOGAN

El abuso es esa situación en donde hay injusticia que se prolonga en el tiempo, sin que nadie se muestre decidido a enfrentarla y acabar con ella. El mercado y una sociedad funcionan bien con reglas claras y con un Estado de Derecho efectivo.

El abusador no sólo se apropia de lo que no es suyo, sino que a menudo lo hace aprovechando su jerarquía o su posición de poder. El abuso es el cáncer de las instituciones, del libre mercado y de la sociedad en general, porque corroe la confianza, genera resentimiento y hace difícil que todos trabajemos juntos en aras de un objetivo común. Por lo mismo, debe ser condenado socialmente y atacado con todo el peso de la ley. Leyes que no contemplen medios disuasivos que sirvan para prevenirlo, desincentivarlo y castigarlo de modo ejemplar, deben ser actualizadas. Ello requiere, por un lado, empoderar al Estado, en cuanto representante de los intereses de la sociedad como un todo, para que defienda el bienestar general y castigue con dureza a quienes infringen la ley y, por otro lado, fomentar una cultura de País que haga a todos los chilenos corresponsables de la búsqueda del bienestar general.

El llamado es a nuestras autoridades, que prefieren quedar bien antes que fijar reglas claras y preocuparse del resultado humano de lo que legislan, en especial respecto de los más débiles. Es impresentable ver cómo proyectos de ley que apuntan a dar soluciones a estas situaciones –algunos de los cuales he presentado o apoyado− duerman en el Congreso. U otras situaciones donde tardan de manera inexplicable en tomar decisiones de vida o muerte que afectan a los débiles y necesitados. Un ejemplo es el del SENAME, en cuyos centros hemos sabido que han muerto centenares de niños en los últimos años sin que nadie haya hecho nada significativo, pese a múltiples declaraciones. Lo mismo ocurre con el hacinamiento en nuestras cárceles, que son verdaderas escuelas de criminales, o en La Araucanía, donde ningún gobierno ha tenido el coraje de buscar un arreglo duradero que involucre una negociación en serio con todos los actores relevantes y la conciencia de que será necesario que todos cedan para llegar a un acuerdo. Esta es la realidad de la que como coalición nos tenemos que hacer cargo.

MÁS ALLÁ DEL RELATO

Hablar de la ausencia de un relato claro y coherente en nuestro sector, ya se ha transformado en un lugar común. Ejercer la función pública y ser una coalición que represente a la mayoría de los chilenos es algo que implica mucho más que un relato. La Política con mayúscula, no es “vender imagen” o mero marketing, sino trabajar al servicio de la comunidad con principios morales, con un alto estándar de ética pública y con propósitos que busquen el bienestar general a la población. Soy un convencido que más que gastar tinta en ejercicios de reflexión es necesario encarnar un relato en un plan de vida, en vocación, con trabajo honesto y abnegado por quienes más lo necesitan.

Esfuerzos como los mostrados en el Manifiesto por la República y el Buen Gobierno son ejercicios siempre rescatables. ¡Bien por eso! Sin embargo, el ejercicio que hoy urge hacer es uno relacionado más con la reflexión en torno a las diversas prácticas políticas y cómo logramos liderar proyectos que logren cambios sustanciales que trasciendan a los cortos cuatro años que dura un gobierno. Ahí los

3

intelectuales públicos y académicos pueden ayudar, pero los que tienen que tomar el liderazgo con el ejemplo son quienes pretendemos acceder a las mayores instancias de representación del país.

El desafío es ir más allá de la reflexión para que todas estas conclusiones no deriven en estériles. Por eso, llama la atención que algunos de los que promueven estas reflexiones desde la representación política, no se hagan cargo de los esfuerzos que hay que hacer por volver a recuperar la confianza en las estructuras políticas. Pese a que identifican que los partidos son fundamentales para un correcto funcionamiento de la democracia, no se han refichado o no han caído en la cuenta de lo urgente que es trabajar por lograr la meta mínima que solicita la ley. Si los partidos no logran reficharse, es porque no han sido capaces de renovarse ni de adaptarse a los nuevos tiempos, mostrando que han estado respirando artificialmente colgados a los hilos del poder.

La cosa pública tiene que ver con la fuerza de los partidos políticos y su integración en la sociedad, pero también con el ímpetu que da la gente. Y en este sentido he decidido emprender, con el objeto de garantizar que existan primarias, una candidatura independiente desde dentro de Chile Vamos, siendo la única que ha contado con el respaldo de la ciudadanía. Más de 40 mil firmas que superan con creces los mínimos que a los partidos tanto le ha costado alcanzar.

UNA VISIÓN COMÚN COMO ALTERNATIVA

La solidaridad es un elemento que nos permite volver a rescatar el foco social de una propuesta de centro derecha que sea capaz de encantar a los miles de independientes que ya perdieron la fe en los partidos políticos. En los últimos años este concepto ha estado más presente en el debate, sobre todo en el esfuerzo de un mundo social cristiano que busca instalarlo como un eje articulador del proyecto político de oposición. Tal como desarrollé de manera más extendida en mi libro Ideas Fuerza para un Chile más humano y solidario, soy un convencido de la plena vigencia del concepto de solidaridad, ya que ilumina canales de acción y lineamientos para diversos temas. El bien común es integral e inclusivo, por lo que no pueden sernos indiferentes las situaciones de desarrollo desigual dentro de nuestra sociedad y como un excesivo modo economicista de desarrollo termina vulnerando el desarrollo integral de las personas y sus comunidades. Elementos como la solidaridad, permiten ampliar los horizontes, cambiar las perspectivas y romper los paradigmas de la actual centro derecha. Tenemos que ser capaces de convocar a todos quienes no se sienten parte del actual proyecto de la Nueva Mayoría y que tampoco se sienten cómodos con el estilo que ha reinado en nuestro sector, marcado por el liberalismo económico sin mucha autocrítica y comunicando -muchas veces- una imagen errada a la población.

AMOR POR CHILE

Los desafíos que se emprenden en política, sólo deben hacerse por amor a Chile y su gente. Soy un convencido de que cuando uno se entrega al servicio público de manera desinteresada se pueden lograr grandes cosas. Sólo así, con esa mentalidad, se logra convocar grandes personas a trabajar y se logran los ineludibles acuerdos que son necesarios para avanzar. Una experiencia de esto es lo logrado junto a los miles de funcionarios de primer nivel –y de diversos colores políticos− que tuve el privilegio de liderar durante tres períodos en Puente Alto y que terminaron por cambiarle el rostro a una comuna compleja, diversa y popular, cuando nadie daba un peso por ella.

4

Sé que sólo los grandes desafíos y el amor a grandes cosas permiten estar alejado de los conflictos de interés que naturalmente se enfrentan en política y en cualquier otra situación donde exista concentración de poder. Dedicar la vida a grandes cosas y no al interés individual es lo único que permite no perder el sentido de lo que uno está llamado a hacer. Con los sueños de la ciudadanía no se juega.

MODERNIZACIÓN DEL ESTADO: PERDER PODER PARA QUE GANE CHILE

Para avanzar en una modernización del Estado es necesario perder poder. La concentración de poder genera condiciones para el abuso y la injusticia. Así, el próximo Gobierno debe estar dispuesto a trabajar por transformar el poder que hoy ostenta en una estructura moderna, donde se respete la carrera funcionaria y no exista miedo a quedar sin empleo sólo por el hecho de que cambió el color del gobierno de turno. Una estructura donde las instancias claves como las Superintendencias sean realmente independientes y no estén supeditadas a los caprichos de los Presidentes de turno. Un Estado moderno donde sea posible respetar la Alta Dirección Pública y así atraer a los realmente mejores y con vocación al sector público. En resumen, una forma de entender la gestión del Estado que esté dispuesta a dejar la posición privilegiada que hoy tiene con el objetivo de garantizar una mejor institucionalidad para Chile.

REGIONES EMPODERADAS Y MUNICIPIOS FUERTES

Existe una deuda en Chile con todo lo que implica las instancias de gobiernos locales. Un histórico centralismo que tiene en la irrelevancia a la mayoría de las Regiones del país atenta contra la integración nacional y el sentido solidario de país.

Desarrollar las regiones requiere de cambios profundos que van de la mano con la modernización del Estado. No basta con figuras como el Gobernador electo, aunque la mera señal sea considerada como un avance. Es necesario avanzar en mayores atribuciones locales, mayor capacidad de administración de recursos y más autonomía. No es posible que todo tenga que ser visado por el Gobierno Central. Esta reforma de administración política debe ser combinada con un plan de fomento regional que sea capaz de identificar las ventajas comparativas que cada zona para así generar los estímulos necesarios para potenciar las economías locales.

En cuanto a las Municipalidades, muchas veces se les achaca poca capacidad de gestión y alta corrupción. Sin embargo, pocos reparan que los municipios no cuentan con los recursos que merecen. La baja proporción del PIB que manejan los municipios en relación a la experiencia mundial y la escasa posibilidad de determinar decisiones autónomamente tienen a esta importante figura en el total menosprecio. Con ello, la proximidad y el conocimiento de los problemas de sus vecinos es una ventaja que no se ha explotado correctamente y que sin dudas, puede cambiarle la cara al país a través de gobiernos locales empoderados y enfocados en las necesidades de su gente.

Mi experiencia como alcalde es que un municipio bien gestionado puede cambiar la vida a las personas. Por eso mi compromiso como líder de gobierno estará con potenciar los medios de financiamiento local y con otorgar mayores facultades de autonomía.

NO HAY CRECIMIENTO ECONÓMICO SIN PAZ SOCIAL

La experiencia de dedicar la vida a trabajar en las zonas más vulnerables y necesitadas del país, zonas que por lo demás hasta hace un tiempo parecían ingobernables por alcaldes que no fueran de izquierda, permite darse cuenta de la importancia de distribuir los bienes que la economía y el desarrollo generan de manera equitativa.

5

Por tanto, por mucho que los indicadores macroeconómicos sean de lo más satisfactorios y dejen tranquilos al mundo de la elite, si no van acompañados de una situación de paz social es improbable que esos indicadores se hagan sostenibles en el tiempo. Aumentan las tensiones, los conflictos y con ello la incertidumbre. La presión social amenaza –muchas veces con justa razón- y cada vez se hace más difícil gobernar. Se instala en el debate discursos extremistas que proponen avanzar en la erradicación de elementos que eran fundamentales para lograr ese buen desempeño macro, tales como: reglas fiscales clara; respeto a la propiedad privada; fe pública; entre otros.

DE LA ECONOMÍA DE MERCADO A UNA VERDADERA ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO

Creemos que el economicismo reinante ha llevado a dimensionar en exceso la economía del país, al punto que hemos creado una sociedad para sostener la economía y no una economía para servir a la sociedad.

Debemos basar nuestra defensa a la propiedad privada en el convencimiento de que ella es el mejor instrumento para sacar el máximo provecho a los bienes. A su vez, debemos promover una sociedad de propietarios, procurando su extensión y no su concentración, pues así se alcanzan mayores grados de libertad, justicia y satisfacción

Hemos perdido esa cultura de la austeridad y la sobriedad que vivían las generaciones anteriores. Tenemos muchas necesidades inventadas, que no son reales y que motivan a muchas personas a endeudarse para poder seguir un ritmo de gasto desenfrenado. El endeudamiento es una cruda realidad que termina consumiendo a las familias de Chile y que de seguro requieren medidas.

No hay que tenerle miedo al mercado libre, la experiencia nos muestra que es el mejor sistema para lograr bienestar, pero hay que ser implacable con quienes atentan contra él. Y atentados contra el mercado hay muchos como la colusión, la concentración, el abuso de la posición dominante, uso de información privilegiada y otros atentados que generalmente están relacionados con los delitos de “cuello y corbata”. Estos delitos deben ser penalizados y erradicados ya que son un grave atentado contra el bien común. Afectan la fe pública, el funcionamiento del mercado y además genera un problema de equidad horizontal donde se privilegia más a quienes tienen más posición de poder y dinero.

También, es importante avanzar en un trato justo que genere condiciones para el emprendimiento enfocado en las PYME. No puede ser que toda la regulación laboral, económica se haga pensando en las grandes empresas, cuando las repercusiones son distintas. Lo mismo con situaciones de abuso que se normalizan que terminan haciendo que quienes asumen el rol social de emprender se vean afectos a un trato que les pone todo cuesta arriba.

Finalmente, recalcar que soy un convencido que nuestro país no atraviesa por una crisis económica. Los indicadores macroeconómicos han mostrado un peor desempeño, eso es innegable, pero el problema que tenemos actualmente es político. Un problema de conducción que por falta de claridad política nos tiene en una situación de incertidumbre que tiene estancada la inversión y los nuevos proyectos.

Es urgente aclarar estas reglas y mantenerlas porque una economía sana no puede funcionar sin reglas claras y con horizontes de largo plazo. En esto, el debate sobre la Constitución juega un rol fundamental. Nuestro país con reglas claras, un Estado activo pero no asfixiante y con posibilidades para una sociedad civil pujante es capaz de volver a su senda de desarrollo sustentable en el corto plazo. Pero para ello se requiere, certezas, conducción y paz social.

6

El crecimiento de un país también hay que medirlo con el progreso humano porque el bien superior del crecimiento es que beneficia a todos y no sólo a unos pocos que reciben los beneficios. Pareciera que hay algunas cosas que el capitalismo extremo declara como normales y yo como candidato no estoy dispuesto a que la colusión, los sueldos miserables, las pensiones indignas, los abusos ocurran como si fuera la cosa más normal del mundo. Creo que la idea del progreso no se reduce al PIB.

POR UNA ACCIÓN POLÍTICA QUE NO GENERA INCERTIDUMBRE

Aunque no hay que temerle a un sano reformismo en la discusión constitucional, el actual gobierno de la Nueva Mayoría, con su acostumbrada desprolijidad y falta de sentido de proceso nos ha inmiscuido en un estado de completa incertidumbre. Pese a que los ministros de este gobierno rehúsan hacer la autocrítica relacionada con la responsabilidad directa que han tenido las políticas que han emprendido en el deterioro de la economía, es evidente que éstas no han sido inocuas. Así, más que una crisis económica, en la actualidad enfrentamos una crisis política que tiene su base en las incertezas.

Con un escenario presidencial abierto es fundamental que este estilo de entender la política quede de un lado y que los candidatos asuman un verdadero espíritu de certezas que le de horizontes de estabilidad a nuestro país. Un espíritu que reconozca los logros y los consensos macro que en los últimos 25 años se han respetado. Compromiso con una estricta regla fiscal que tienda al equilibrio en el balance estructural. Perseverancia en el modelo de economía abierta al mundo con un fuerte sector exportador. Respeto irrestricto a la autonomía del Banco Central y sus decisiones. Compromiso total con la libre competencia, pero una de verdad, que considere atribuciones para la Fiscalía Nacional Económica y mayores penas que eviten los casos de colusión y abuso. Una reforma previsional que avance en solidaridad pero que mantenga el sistema de capitalización individual, que juega una pieza clave en la capacidad de ahorro nacional. Respeto de los derechos de propiedad hoy existentes, en especial en lo relacionado con el derecho de aguas. Compromiso con la libertad de educación. Respeto y equidad en la administración de Justicia, para evitar que causas delicadas sirvan a otros fines. Apoyo a un sistema mixto y descentralizado en Educación Superior. Y otras tantas que he defendido en mi actividad política.

Una serie de elementos que son fundamentales para la convivencia y que como ya se han visto amenazadas por el espíritu reformista de la Nueva Mayoría, pueden verse profundizadas en eventuales futuros gobiernos. Acallar esta amenaza, con las habilidad política, congeniando este espíritu de certezas con las urgentes y postergadas necesidades de las personas, es la forma de demostrar que sólo de este modo se logra un país mejor, más justo, humano y solidario. Un compromiso así debería ser el piso mínimo para esta primaria.

EL FOCO EN LAS PERSONAS PARA UN BUEN VIVIR

Quienes se oponen a utilizar la solidaridad como elemento lo hacen porque temen que esto implique que en la práctica es el Estado el que crece y no las personas y sus comunidades. Todo lo contrario, cuando entendemos la solidaridad lo vemos a través de la responsabilidad que tenemos todos –personas y organizaciones- de dedicar nuestra labor a trabajar por un país con mejores condiciones materiales y espirituales. Con esto, se reconoce que las organizaciones intermedias y comunidades juegan un rol fundamental en el entramado que hace posible el bien común. Por tanto, nada más lejano a querer suplantar a la persona y sus modos de asociación, sino que todo lo contrario, por medio de la solidaridad hacemos un llamado a fortalecer el tejido social y a generar instancias de participación intermedia que permitan el desarrollo de las personas, tanto en dimensiones prácticas como en desarrollo espiritual.

7

POLÍTICAS CON VISIÓN DE ESTADO: CUANDO LOS HORIZONTES SUPERAN LOS CUATRO AÑOS DE GOBIERNO

El período presidencial de cuatro años que tenemos actualmente es un horizonte de tiempo demasiado corto para lograr reformas de largo plazo. Además, el hecho de que el período dure tan poco le impone a quienes nos gobiernan una presión por obtener resultados inmediatos. Esto implica que serán preferibles aquellas políticas “efectistas”, aunque no sean acciones conducentes o colaborativas con los grandes cambios que Chile necesita.

Esto es lamentable porque existen múltiples decisiones donde parece existir un transversal acuerdo –como en la importancia de la educación pública o en el fomento de la I+D o quizás en una reforma que le dé más poder y autonomía a las regiones− las cuales no logran materializarse porque el horizonte de tiempo que involucran es mayor a los cuatro años en los cuales se requiere enfrentar nuevamente a la ciudadanía con un set de logros que permitan mantener el gobierno.

Este es un problema que no es único de Chile y existen experiencias exitosas donde han logrado superar esta mirada cortoplacista. Políticas en educación como la realizada en Finlandia o Singapur sólo fueron posibles gracias a grandes Acuerdos Nacionales en los cuales el consenso y el compromiso de todos los actores políticos fueron fundamentales. Avanzar en este tipo de políticas será la única manera que le demos una salida sustentable al problema de la baja calidad de la educación en Chile, al problema de las pensiones o al problema de la salud. Es primordial que exista un cambio en “la cultura de la toma de decisiones” en nuestro país y se avance en estos canales de acción.

Asimismo, debemos instalar que no podemos volver a repetir el error de llegar al gobierno y no lograr continuidad. Menos, ser incapaces de lograr que el proyecto de Gobierno logre permear a los municipios ni el Congreso Nacional. La derrota sufrida en todas estas dimensiones en el gobierno pasado y que nos dejó un gobierno como el de la Nueva Mayoría, con mayor representación en el Congreso, es responsabilidad de quienes nos gobernaron y es un error que le costó caro a Chile y sus ciudadanos.

Por eso es necesario no solo llegar al gobierno, sino que además ser capaces de perdurar en el tiempo. Ello exige coherencia y compromiso, además de la difícil tarea de la formación de nuevos liderazgos. Cuestión difícil si seguimos a la vieja política donde todos quieren quedarse en la primera línea política hasta la muerte. En Puente Alto y en Pirque fue posible aplicar esta forma de entender la política gracias al apoyo de un gran equipo. En la última elección municipal, el actual Alcalde Germán Codina logró ser reelecto con el 80% -más de lo que nadie ha sacado− son muestra de que un trabajo de larga continuidad sí son posibles siempre que existan proyectos comunes.

NO MÁS A LOS MISMOS DE SIEMPRE

La savia nueva en política no puede depender exclusivamente de la buena voluntad de quienes nos dirigen. Es necesario también, que esté acompañada de arreglos institucionales que incentiven estas conductas. Sino la tentación a apernarse en el poder es muy alta. De eso saben varios políticos que elección a elección esperan cómo ser reelectos perpetuándose en el poder y deslegitimando aún más la representación política.

Por eso son necesario cambios que deben enmarcarse en un gran proyecto que modernice el Estado que muestren una señal clara en favor de la renovación. Debemos establecer límites la reelección y a la postulación de candidaturas que tengan por objeto perpetuarse mediante “la silla musical” de los cargos de representación.

Asimismo debemos, como actuales líderes políticos, ser capaces de encantar a nuevas personas que quieran asumir el desafío de trabajar por una política diferente. Si no hay quién renueve la política

8

esto no será posible. Personas que no necesariamente deben ser jóvenes, ya que sabemos que esto no es garantía de nada. Hay muchos jóvenes que están absorbidos por las prácticas de la vieja política. Sino, que una generación de nuevos servidores públicos dispuestos a entregar la vida al servicio público y a trabajar abnegadamente por el bien de los demás. Una generación jugada por un Chile Diferente.

CULTURA DE LA VIDA, UN COMPROMISO INTEGRAL

Cuando asumimos un compromiso integral con la cultura de la vida no puede sernos indiferente una serie de realidades que hoy se están haciendo de lo más comunes y que son incompatibles con una cultura de la vida. Por cierto, un respeto irrestricto al niño y niña que están por nacer, pero también cuestiones importantes como lo son el microtráfico que está matando jóvenes en las poblaciones, la indignidad de las cárceles chilenas y la falta de enfoque en la reinserción que transforma una pena en una verdadera muerte civil. Lo mismo puede decirse de una falta de igualdad de oportunidades que termina matando en vida, subyugando a las personas y sus familias a sueldos insuficientes y a condiciones indignas que terminan afectando su vida y derechos.

La falta de coherencia con este compromiso integral ha hecho que la fuerza de este mensaje pierda fuerza y que hoy estemos ad portas de legalizar el aborto. Si este es un compromiso integral dentro de Chile Vamos, es de esperar sea un eje fundamental de los candidatos en esta primaria.

LA FAMILIA COMO SUJETO POLÍTICO

Nuestra sociedad, a medida que se deja seducir por los frutos del progreso material, pierde la capacidad de fortalecer sus relaciones. Cada vez son más escasos los vínculos que escapan a lo funcional e inmediato. Pues bien, la política no puede quedarse indiferente a esta realidad: ella está al servicio de la sociedad y existe para propiciar el bien de las personas, el cual sólo es posible en comunidad.

Nuestro país debe recordar que es una sociedad de sociedades más pequeñas: regiones, barrios y familias. Urge entonces buscar con creatividad todos aquellos medios que ayuden a fortalecer los vínculos entre las personas y grupos, colaborando a reconstituir progresivamente nuestro tejido social.

En este contexto, la familia es el principal espacio de transmisión de valores y virtudes ciudadanas. Ella es una instancia de protección frente a los fenómenos sociales como lo son la delincuencia, el narcotráfico o la precariedad de ingresos. A su vez, este grupo humano constituye la primera red de protección social ante una determinada contingencia. Muchas personas que enfrentan una enfermedad, una ruptura o un fracaso económico tienden naturalmente a buscar refugio primeramente en sus parientes cercanos. Creemos que el Estado debe reenfocar la política pública hacia esta célula básica de la sociedad. La legislación debe tender a fortalecer y promover la familia, que se constituye por un hombre y una mujer que deciden proyectarse juntos por toda la vida para criar hijos y tener estabilidad en sus vidas.

Por eso es fundamental que nuestra institucionalidad reconozca esta necesidad y proporcione respuestas coherentes. Este desafío demanda optimizar la eficiencia, enfoque y coordinación de los organismos y servicios involucrados –como lo son SENAMA, SENAME, INJUV, entre otras− y cuyo foco sea reconocer que potenciar la familia implica a su vez fortalecer la sociedad. Junto a lo anterior, hay que buscar mecanismos que fomenten la vida familiar, como por ejemplo, esquemas de impuestos con reducción impositiva por hijo; normas laborales que permitan avanzar en la conciliación del trabajo y la familia; y subsidios especiales a la vivienda, que premien a las familias más numerosas.

9

VALORANDO EL ROL DE LA MUJER

De a poco se están escuchando más fuerte las voces que claman por una valorización social del rol de la mujer. Por años la mujer ha debido soportar individualmente los efectos de optar por la maternidad y discriminaciones totalmente injustificadas solo por el hecho de ser mujeres.

Las mujeres no quieren un trato especial, solo buscan ser tratadas de manera justa. Ellas son capaces de demostrar su valía –muchas veces, por no decir la mayoría− demostrando con hechos que pueden lograr desempeños tanto mejor que los hombres. En este sentido las diferencias salariales que se observan son injustificadas.

Se debe trabajar por cambiar realidades desfavorables y que hoy afectan a la mujer por el solo hecho de serlo, como los mayores precios en los planes de salud, los menores salarios, la menor tasa de contratación, entre otras. Asimismo, se debe avanzar en un cambio cultural que permita abrirle puertas a espacios que hoy no son consideradas con plenitud, pero sin medidas tramposas que sólo denotan una compresión de lo femenino como el “sexo débil”.

El aporte de las mujeres a la sociedad es invaluable y complementario, requiere ser explotado en toda su potencialidad, ya que Chile es responsabilidad de todos.

LA CASA DE TODOS

El cambio climático expone a nuestro país a enormes desafíos que deben ser enfrentados con visión de largo plazo. Éste traerá consigo un cambio que le cambiará la cara al país. Las lluvias en el Norte, que ya han causado catástrofes, aumentos de las marejadas y una sequía en el Sur, son muestras de los primeros pasos de este cambio.

Ante esto, la actitud no puede ser la pasividad. Necesitamos nuevos proyectos que limiten aún más las emisiones, fomento del uso de energías renovables no convencionales, invertir en tecnología, etc. Chile tiene una emergencia ecológica que rápidamente se transformará en productiva. Nuestra débil matriz energética y la naturaleza de nuestra matriz exportadores nos transforman -en el corto plazo- potenciales víctimas de los cambios que experimenta el planeta.

Por otro lado, la biodiversidad y geografía que posee nuestro país es única. Fomentemos el turismo como actividad, la investigación científica en nuestros verdaderos “laboratorios naturales” y el desarrollo armónico de nuestra industria asociada.

Descuidar el equilibrio de nuestro ecosistema expone a las próximas generaciones. Pensamos en un Chile sustentable. Para asegurar “la casa de todos” es necesario que se tenga una cultura distinta con el medioambiente y que éste permee todas las capas de la sociedad y, a la vez, una institucionalidad fuerte, con reglas claras y una fiscalización activa. Esta regulación debe incluir un fuerte sentido técnico y contar con los mecanismos más objetivos para generar comparabilidad. Situaciones como la vista con el proyecto Barrancones o el proyecto Dominga no van en la línea correcta si se quiere congeniar cuidado del medio ambiente y sustentabilidad económica.

DESARROLLO URBANO: EL DERECHO A LA CIUDAD Y A LA VIVIENDA DIGNA

Una de las políticas donde se puede marcar la diferencia y lograr mostrar que el desempeño se juega en la trascendencia y no en la eficiencia es en la política de vivienda. Es cierto que nuestro país ha logrado enormes avances en cobertura y lucha contra el déficit habitacional, pero a qué costo. Actualmente existen cientos de ghettos de pobreza que son producto del “éxito de esta política”.

10

Los ghettos no se producen solo por la deficiencia estructural de las viviendas, sino porque éstas no fueron pensadas poniendo énfasis en la dignidad y la necesidad de un espacio adecuado para formar familia y vivir en comunidad.

Una política urbana que segrega y deja en las periferias de la ciudad a los que menos tienen carece de lo que llamo una correcta geografía de oportunidades. En cambio, hay que avanzar en lograr un desarrollo urbano que haga a todos partícipes del derecho a la ciudad. Un derecho que implica igualdad en el acceso a los bienes que esta produce como áreas verdes, educación, salud, transporte de calidad, entre otras cosas.

Esta política urbana determina las posibilidades de la política de vivienda. Porque más que metros más metros menos, lo que realmente marca la diferencia es el emplazamiento y las posibilidades que éste genera. Garantizado esto, hay que avanzar en una política de vivienda digna que incluya instancias de participación en la definición de los proyectos, que incluya la posibilidad de adaptarse a las realidades locales y que asegure sustentabilidad y protección en el largo plazo.

EL DESAFÍO DE EDUCAR PARA EL SIGLO XXI

El debate educacional ha copado la agenda política. Qué duda cabe. Sin embargo, poco se ha avanzado en esta materia. Aún quedan temas pendientes porque el gran ausente del debate ha sido reflexionar sobre para qué queremos una educación y cuál es su sentido último. Sin esta reflexión, será imposible lograr los consensos necesarios para avances duraderos que permitan afectar en el período educacional que implica más de 15 años de horizonte.

Si bien son variados los logros que se han alcanzado en cobertura, aún hay muchos temas pendientes. Todavía no se logra instalar en la agenda pública la opción preferencial que se debe dar a la primera infancia. Lo que pasa entre los cero y seis años es determinante en el futuro de las personas por lo que no poner las fichas en esa etapa es un despropósito. Esto no sólo tiene efectos educacionales sino que ayuda a formar mejores ciudadanos, más integrales y más comprometidos con su país.

Tampoco ha sido posible consensuar que el elemento que marca la diferencia en educación escolar es la calidad de los profesores y no el ropaje jurídico que se provea a la administración de los establecimientos. Se requiere una institucionalidad que rompa con la visión cortoplacista reinante hasta hoy. Por eso estamos abiertos a crear una Dirección Nacional Autónoma, independiente donde el gobierno tenga voz y voto por medio del Ministro de Educación. Este organismo apunta a generar los planes y directrices de largo plazo, mientras el actual Ministerio se encarga de las labores ejecutivas que hoy realiza relacionado con gestión de subvenciones, calidad y currículo.

En cuanto al debate universitario, hay desafíos pendientes relacionados con la necesidad de un plan de educación superior técnico profesional que fomente este tipo de estudios. El cambio tecnológico exige profesionales de alta capacidad técnica y de rápida capacidad de adaptación. En cambio, como Estado sistemáticamente le hemos dado la espalda a la educación técnica, menospreciándola y evitando darle el apoyo que requiere. Avanzar en un sistema de educación técnico profesional, más complejo, con un activo apoyo del Estado y con posibilidades de especialización en Chile y el extranjero debe ser una prioridad.

El debate universitario en cambio, está centrado en el rol de las universidades del Estado y en el cómo avanzaremos en gratuidad. El foco en las universidades del Estado se ha convertido en una verdadera discriminación contra otras universidades que cumplen con un potente rol público sin el mismo nivel de aportes. La gratuidad ha colmado el debate sin que se discuta su efectividad y viabilidad actual. Más realista y urgente, me parece trabajar en métodos de financiamiento que vayan en ayuda de las

11

personas que quieran y tengan los méritos para estudiar; en la reducción y auditoría de las mallas curriculares de las carreras que respete la autonomía universitaria; y en asegurar calidad y erradicar instituciones educacionales, que sin reputación ni capacidad docente, generan falsas expectativas y deudas en las familias que sueñan con ver a sus hijos profesionales.

EL ANHELO SILENCIOSO DE LA CLASE MEDIA

La clase media cada día se hace más extensa, pero pocos parecen considerarla relevantes en sus proyectos políticos. Hace unas decenas de años atrás tener una potente clase media era un escenario difícil de pensar. Hoy en cambio, los beneficios del desarrollo han hecho que una mayor cantidad de personas alcance este estándar de vida.

Sin embargo, ser de clase media hoy no parece ser la mejor posición social. Mientras las clases más adineradas cuentan con recursos para vivir una vida tranquila, la población con menos recursos cuenta con el apoyo de las redes estatales, ¿quién se preocupa de la clase media?.

Un día se puede haber accedido a ser de clase media -luego de años de esfuerzo y trabajo-, y al siguiente, producto de una enfermedad o de perder el empleo, quedar en el más absoluto desamparo. Una verdadera cultura de la incertidumbre y el miedo que termina afectando a las personas y sus familias. Por tanto, se requiere generar las condiciones para hacer una clase media más robusta y con mayores herramientas y en eso juegan un rol tanto el Estado como la Sociedad Civil.

RESPETO E IDENTIDAD DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

La nación chilena es resultado de un proceso de mestizaje. Es absurdo negar que parte de lo que somos tiene un componente que se le debe a los pueblos originarios. Ellos son parte de la expresión viva que fue fundiendo lo que hoy es el chileno. Merecen respeto y reconocimiento, pero a la vez respetar el Estado de Derecho al igual que todos los chilenos.

Vincular motivaciones reivindicadoras con ciertos conflictos del país, como lo que hoy se vive en la VIII y IX región carece de una visión histórica. Lo que se enfrenta es un problema político que se deriva de un error del Estado en la asignación de tierras que terminó enfrentando a dos partes que poco tenían que ver entre ellas.

Avanzar en el respeto por la identidad de los pueblos originarios tiene diversos modos de materialización. Lo más urgente parece ser generar una institucionalidad que supere a la deficiente Conadi y que además se generen mecanismos para lograr un verdadero fomento en las zonas de mayor pobreza y exclusión del país.

Sin embargo, en lo inmediato es fundamental tener firmeza las decisiones políticas que debe adoptar la autoridad para restaurar el orden y la convivencia pacífica en las zonas de conflicto teniendo presente que para la solución se requiere un acuerdo donde todas las partes participen y voluntad política para garantizar que los acuerdos se concreten.

INMIGRACIÓN E INTEGRACIÓN

Chile se ha ido forjando gracias al aporte de distintas oleadas de inmigrantes. Los inmigrantes buscan mejores realidades lo que muchas veces se explica por crisis locales en sus países de origen. Una realidad que exige una mirada integral, respeto a los derechos humanos y a los estándares internacionales, acogida e integración, pero a la vez reglas claras y firmeza para plantear que la prioridad en Chile son los chilenos.

12

Cuando los fenómenos migratorios se dan en proporciones mayores a las usualmente observadas, es que hay que levantar las alarmas. No porque existan prejuicios –los cuales generalmente son infundados e injustos− sino porque es necesario asegurar una capacidad mínima de respuesta que garantice una integración exitosa. En la ausencia de orden pueden generar condiciones que sólo terminan afectando y estigmatizando a los mismos inmigrantes.

Muchos maliciosamente quisieron presentar mi posición de manera parcial obviando que el sentido común dicta que si queremos ser un país que acoge dignamente a los inmigrantes, sobre todos a los que vienen de países en crisis, se debe garantizar las condiciones mínimas para que esto sea posible. Ello requiere una inmigración controlada donde el foco sea la integración de quien quiere asentarse en Chile y la ponderación de cuál va a ser su efectiva contribución al progreso nacional. Por eso es urgente actualizar la normativa en esta materia y gestionar un plan de acción que permita que todo el que viene con la intención de contribuir a nuestro país lo pueda hacer de manera digna.

LOS INVITO A CONSTRUIR UN CHILE DIFERENTE

Con estas palabras mi objetivo es mostrar que la política ha cambiado y que más que relatos nuevos -en los cuales se ha avanzado enormemente- lo que dirimirá esta elección será que esos relatos se logren plasmar en cambios de conducta de quienes quieren representarnos. Ya no existirá más tolerancia a la relación peligrosa entre el dinero y la política. Ya no hay más espacio para decisiones a espaldas de la ciudadanía. El Congreso o La Moneda no pueden ser más punto de convergencia de lobbystas o de quienes tienen sus intereses en la Bolsa de Comercio de Santiago. Ya no hay espacio para privilegios injustificados que son sólo para operadores políticos. Ya no hay espacio para nombramientos que no cuentan con el apoyo ciudadano y sustento en los méritos. Ya no hay espacio para partidos que buscan representar sin empatizar y sin cercanía. En simple, ya no hay espacio para la vieja política. Este cambio en la sociedad chilena nos desafía. Asumir este desafío, ganar las primarias y posteriormente la presidencial, es mi objetivo y estoy seguro que llevando mis propuestas y mi mensaje a través de Chile podré sintonizar con los anhelos más profundos de nuestra sociedad. A los independientes, a los militantes y simpatizantes de los partidos y movimientos que integran Chile Vamos, los invito a creer, los invito a internalizar que los paradigmas políticos tradicionales cambiaron y, en definitiva, los invito a que en nuestro próximo gobierno establezcamos las bases de un proyecto colectivo – que busque la Unidad Nacional-; que sea ciudadano -que tenga legitimidad en el sentir de la calle y en el Chile profundo (las regiones, los trabajadores y aquellos constructores anónimos de progreso)- y de largo plazo –capaz de tener continuidad política, una vez terminados los 4 años de gobierno- con el objetivo de lograr un Chile desarrollado, pero con justicia, con mayor bienestar y mayor calidad de vida. Después de Dios nos debemos a Chile, con eso en mente afrontemos la urgencia del momento histórico que vivimos. Trabajemos por Chile y por su gente, ganemos la elección y reencantemos con transparencia, verdad y compromiso a nuestros compatriotas.

Manuel José Ossandón Irarrázabal Senador de la República

Candidato Presidencial 2017