ipc nº1

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Revista IPC (Infórmate, Participa, Critica) de Ingeniería Comercial UC - Edición nº1 2010

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Page 1: IPC Nº1
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Editorial

kCarta Directiva

Para las familias de las VI, VII y VIII región el terremoto ha significado cambios decisivos en sus vidas. Familias vieron

parcialmente damnificadas sus viviendas, otras las perdieron por completo; muchas personas perdieron amigos, parejas y famili-ares, lo que significó cambiar para siempre hábitos y prioridades en sus proyectos de vida, dejando en claro lo necesario que es poder satisfacer las necesidades básicas y la seguridad, para conciliar el sueño. Todo esto ocasionado por la simple razón de estar viviendo en una región donde la naturaleza removió el suelo con más fuerza y la violencia del mar azotó sin cuidado.

Si observamos la historia y realidad de América Latina y nuestro país, nos podemos dar cuenta que día a día hay personas que están siendo afectadas por “ter-remotos” en sus vidas: hay quienes no tienen un hogar para dormir, no tienen agua potable para beber, no tienen alcantarillado para hacer sus necesidades, hay quienes mueren por no tener al-imento y hay quienes no tienen se-gu-ri-

dad ni apoyo que los deje conciliar el sueño. Todo esto ocasionado por el hecho de haber nacido en un lugar sin oportunidades, no tener las herramientas suficientes o por haber tomado decisiones equívocas en la vida.

Algunos de nosotros, durante la vida y en esta catástrofe, hemos decidido ver estos dos tipos de terremoto por la televisión, a través de los diarios y desde la seguridad de las cuatro paredes de nuestra morada, pero aún no hemos vivido esos terremotos en nuestras propias vidas, compartiendo y empatizando con los sentimientos, el temor, la desesperanza y la dignidad que estos conllevan. Es en ese encuentro donde juntos nos levantamos e iniciamos la construcción de NUESTRO país del bicentenario.

Nosotros, los universitarios, estamos llamados a ser parte crucial de la

(re)construcción conjunta de un Chile “auténticamente humano,

basado en la verdad, la liber-tad, la justicia, la paz

y la solidaridad”.

Diego Vela

Las bienvenidas acos-

tumbran ser momentos de acogida, ocasiones para compartir palabras de aliento y buenos deseos para el que llega. Esta no será la excepción. Sin embargo, esta bienvenida está marcada por un panorama bastante

especial del que todos hemos sido - y seguiremos siendo - parte: aquel que nos muestra un país

profundamente golpeado y a muchos de nuestros familiares, amigos, conocidos y desconocidos en situaciones de precarie-dad y urgencia.

Ante tal comienzo del año académico, ¿cómo poder congeniar el tradicional saludo, el

“bienvenido a los mejores años de tu vida”, con la necesidad terriblemente explícita que se padece

en nuestro país? ¿Cómo enfatizar que somos necesarios todos para (re)construir Chile y

que esto no es ya

una

arenga política ni un cliché televisivo,

si no un llamado desesperado y brutal-mente real?

La naturaleza se encargó de ello. Es como si la tierra se hubiese sacudido para, por un lado recordarnos nuestra fragilidad, y por otro, para que redescubramos la fortaleza de la unión.

Y qué mejor lugar para unir nuestras fuerzas, capacidades, deseos y esperanzas, que la universidad. El lugar que nos entrega las herramientas para construir nuestras vidas, es también el que hoy nos convoca a hacernos presentes cuando las manos a la obra son más necesarias que nunca.

“Una gran crisis genera grandes hombres”, dijo John F. Kennedy. El objetivo de este primer número de IPC - la revista oficial del CAAE - es orientar y canalizar todas esas energías, para que esta tremenda tarea que tenemos por del-ante sea una de las mayores lecciones que nos podamos llevar de nuestro

paso por la UC.

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de las vivien-das de emer-gencia con-struidas desde el terremoto han sido le-vantadas por alumnos de nuestra facul-tad, con apoyo de la FEUC y Un Techo para Chile

Cartas al director

Señor Director, editor o Presidente: Hay un dicho bastante renombrado que dice “En trabajos, sale lo mejor de ti”. Respecto a tal prospecto, del cual estoy de acuerdo, quisiera agregar una segunda parte que dice “… y lo peor de ti” en especial en trabajos de crisis en donde todo sale apurado. De esta forma, quisiera compartir la única lección que apre-ndí de lo único negativo que viví de los trabajos en el sur: La testarudez y la falta de un oído atento (en especial a la hora de tomar decisiones). Tal vez, de haber escuchado, esos paneles hubieran llegado a la faena en hora oportuna, o tal vez podrían haberse evitado el título de “el más odiado”. Basta simplemente con que seamos más pacientes y más atentos en los momentos en que más se necesita, pero que más cuesta serlo . Por tanto, creo que a pesar de estar en momentos de crisis, y que hay que poner orden respecto a la organización de la ayuda (tal vez perdiendo un poco el preciado valor de considerar la opinión de todos), jamás debemos perder la sabiduría de escuchar y darnos unos segundos de razonar tal como quien nos pro-pone hacerlo (más aún si lideramos un grupo), con empatía y de la mano de la Razón.

Felipe Rodríguez Rammsy

¿PUEDO ESPERAR?

Señor director:Espero que para los cristianos el tiempo de Semana Santa haya sido

un tiempo de reflexión y meditación donde, entre otras cosas, se haya recordado el paso hecho por Jesús de la muerte a la vida. Este tiempo recuerda a los cristianos lo más fundamental de la Fe, por lo que también Semana Santa es un mo-mento recurrente para replantearnos nuestras creencias, evaluar nuestras opciones y contrastar lo anterior con lo que Dios espera de cada uno.

Espero, como cristiano y estudiante , que este tiempo haya sido para nues-tra comunidad un tiempo de reflex-ión crítica sobre nuestra práctica a la luz de la palabra de Dios. Espero que como comunidad, seamos capaces de volver nuestra mirada de una vez, a “los prójimos” y en ellos a la pobreza deshumanizadora presente en toda Latinoamérica y el mundo, a dejar en forma definitiva la timidez presente en nuestra Facultad e ir de manera radical a los más pobres y concientizar en ellos su propio desar-rollo.

“La fe cristiana no es primordial-mente un asunto de creer en los personajes y en los acontecimientos relatados en las páginas de las Es-crituras, sino más bien de encontrar el significado de la vida actual en términos de esos símbolos bíblicos básicos.” (Phillip Berryman)

Espero que independiente de las corrientes, como católicos , cristianos o universitarios estemos de acuerdo, exijamos y seamos parte fundamental de una opción preferencial por los más pobres por parte de la Iglesia hoy.

Nicolás Marshall

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ozDevuelve el LCD!

Por Georges Debourgiñon

He escuchado a una historiadora hablar sobre los sucesos de saqueo existentes a lo largo de nuestro país, tanto en las zonas más afectadas, como también en sectores que poco sufrieron de la sacudida de la tierra pero que compartieron las consecuencia poste-riores como fueron el corte de la luz, la falta de agua potable y la inexistencia de cualquiera de los servicios públicos, como la recolección de la basura de las calles.

Fue interesante escucharla hablar puesto que en un principio se podría haber pensado que de cierta manera intentaba justificar a aquellos malos y buenos ciudadanos que ante la oscuridad en la que se encontra-ban sus ciudades y localidades, optaron todos por verse de negro. Hablaba de estas personas de una manera que luego de un rato de escucharla me hizo tanto sen-tido que incluso llegué a obviar por un minuto el hecho mismo por el cual estaba analizando a esta gente: ¡que se estaban robando todo tipo de cosas!

Pero bueno, lo que quería ella concretamente era intentar encontrarle una explicación a esta ola de saqueos, y lo curioso de todo esto fue que la motivación de esta gente no la teñían de un carácter circunstan-cial, que es el primero que podría venirse a la cabeza, el pensar que eran personas que simplemente se aprovecharon del pánico y del desorden. No, ella consid-eraba este fenómeno como una respuesta a un malestar existente en esta gente mucho anterior al terremoto: un malestar que por a, b o c motivo los chilenos no estaban expresando. Una molestia con el sistema que no se

estaba preocupando de ellos, pero que ellos, ante el orden implantado, temían mencionar o que por haberse acostumbrado a no ser escuchados, optaban por no hablar.

Y la verdad es que a medida que más ahondaba en su discurso, más le encontraba sentido a los saqueos y ¡¿cómo no encontrarle razón si lo que decía era tan cierto!?;

¿Cómo no entender la disconformidad de la gente con todos y todo si antes la luz y la electricidad les costaban fortunas y hoy ni si quiera podían acceder a ella?! ¿Cómo no molestarse si muchos lugares con suerte tenían agua potable para poder beber agua salu-dable y hoy no tienen agua? ¿Cómo no van a rebelarse, y saquear y hacer ruido, si cuando dejan de pagar sus cuentas de luz, gas o agua, la compañía que los abas-tece no se demora ni dos días en cortarles el suministro y hoy esas compañías dejan zonas como Quilicura en la penumbra por prácticamente dos semanas sin enviar gente a arreglar el cableado?

¿Cómo no van a llevarse los LCD, microondas y refrigeradores, si hacer ruido era lo único que a estos grupos les quedaba luego de que un terremoto y un tsu-nami que no pudo ser avisado por las autoridades como correspondía, les dejó sin casas para poder volver a sus tranquilas y sumisas vidas donde nada reclamaban?

Creo firmemente que robar y saquear como lo hicieron no es la mejor solución a sus problemas, pero como afortunadamente no estoy en su situación, humildemente opto por no juzgar lo que han hecho.

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Por Rodrigo Echecopar

Apenas Chile se percato de la magnitud real del terremoto y el tsunami, el país entero se movilizo en pos de los damnificados. Yo, al igual que muchísimos de ustedes que se inscribieron a través del mail del centro de alumnos, sentíamos la necesidad de salir lo más pronto posible a terreno, a construir y acompañar a las familias que fueron afectadas por este desastre.

El Domingo 7 de Marzo salió desde Un Techo para Chile el primer grupo oficial de estudiantes de la Universidad Católica. En una alianza inédita entre la FEUC y Un Techo para Chile, se mandaron 2 escuelas a Cobquecura: una conformada por el Movimiento Gremial y la otra, en donde participé yo, por el CAAE.

Las experiencias de trabajos siempre son muy especiales, sobre todo en casos de extrema urgencia como la actual, pero en este caso me enfrenté a desafíos que nunca antes había enfrentado. Estos son los desafíos en los que me quiero detener por un momento.

Definitiva- mente una de las emociones que más me impacto fue el miedo que tenían los habitantes de Cobquecura (que en su mayoría están viviendo en carpas en los cerros) de volver al pueblo, al nivel del mar. El miedo a un tsunami es tan grande que escuchábamos frases de ancianos que decían que preferían vivir el resto de sus vidas en una carpa en el cerro antes de volver a su casa, que estaba intacta en el pueblo. Es un miedo que no podemos dimensionar ni menos comprender, un miedo que te aprisiona y te condiciona, un desafío que ninguna cantidad de mediaguas puede resolver.

Por otro lado nos enfrentamos a un grupo de damnificados que ahora son los nuevos pobres. La primera mediagua que entrego mi cuadrilla fue a una familia de 4 integrantes; una pareja con sus dos hijos. A pesar del increíble agradecimiento que nos transmitían, también pudimos percibir cierto nivel de decepción. En un momento Natalia, la madre de la familia, nos comento “los pobres no perdieron nada, porque no tenían nada que perder, pero nosotros lo perdimos todo.” Esta familia que tenía una casa de adobe de 3 piezas en la mitad del pueblo, ahora se encontraba en una mediagua a 80 cm de su vecino a la derecha y a 80 cm de su vecino a la izquierda.

Definitivamente el desafio es grande y en muchos casos desconocido, pero de lo que también estoy seguro es que el rol que podemos jugar los jóvenes en esta crisis es clave. Fuimos 120 estudiantes por una semana y construimos 60 mediaguas. Le dimos un hogar a esas familias y transmitimos el mensaje de que ‘ustedes no están solos, esta todo Chile acompañándolos’. Los invito a seguir reconstruyendo no solo las casas que se cayeron, sino también un Chile mejor; más justo y solidario.

en Terreno

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Por Alvaro Moreno

Cualquiera que leyera un diario o prendiera un canal de noticias es-tadounidense el 27 de febrero se iba a encon-trar con el titular “Earth-quake in Chile”. Fue el gran evento del día y de los dos siguientes. Los chilenos que estabamos allá lo único que veía-mos eran puentes en el suelo, edificios a punto de caerse y gente en la calle. Los que tu-vimos suerte pudimos recibir un mail mandado desde un ce-lular y por lo menos saber que la familia estaba bien. Algunos tuvieron que esperar hasta dos días para hablar con los papás. Cuando se calmaron los ánimos nos dimos cuenta que no era tan desastroso como se mostraba en las noticias pero que aún así mucha gente estaba sufriendo. Cerca de la tarde del tercer día después del terremo-to, se me vino a la cabeza la idea que se abriera una cuenta para que la gente que no quedó tan afectada pudiera donar y ayudar a reconstruir, considerando que nos tenemos a nosotros mismos por “un país solidario”. Esa misma noche entro a internet y me topo con por lo menos cinco invitaciones a grupos de ayuda: donaciones de ropa, voluntarios para reconstruir en algún lugar de la costa, apoyo moral con banderas y frases de ánimo, etcétera. Al día siguiente la cosa fue creciendo; aparecier-

on organizaciones dedicadas a canalizar la ayuda en forma masiva y finalmente se llegó a la Teletón, donde quedó dem-ostrado que había un verdadero ánimo por ayudar. Notable. En ese mismo momento las noticias en Estados Unidos hablaban que Chile está muy bien preparado para los terremotos, que los estándares de con-strucción son altos y que se cuenta con recursos suficientes para salir adelante. Sin duda motivos para sentirse orgul-loso como chileno. A pesar de eso mi mayor razón para sentirme orgulloso no era la solidez de nuestros edificios sino que demostra-mos que verdaderamente somos solidarios y vamos a ayudar al más desfavorecido cuando lo necesita. Demostramos que podemos servir desinteresada-mente y que no somos sólo un grupo de gente que habla el mismo idioma, sino una socie-dad que se preocupa por los que

viven en ella. Muchos de quienes nunca par-ticiparon en actividades de servicio se animaron y buscaron una manera de aportar con lo que podían ofrecer. Que esa iniciativa no se reserve sólo para situaciones tan extremas como este ter-remoto. Aprovechemos lo avanzado en ese sen-tido gracias al desastre (qué paradójico!) y no

nos conformemos con que de a poco la pobreza y la falta de educación se van a ir solucio-nando junto con el crecimiento económico. Que ese espíritu de servicio y actividad (muy parecido al espíritu emprend-edor) no queden en “stand-by”

hasta el próxi-mo terremoto. Estando en EEUU leí en una revista “If not us. Who?”, y claro, uno podría pensar, ellos se lo pregun-tan porque son líderes en casi en todo lo que se pro-

pongan; si ellos no pueden, en-tonces quién. Por qué no aplicar eso a nosotros y darnos cuenta que si no somos nosotros (los estudiantes, los que estamos formándonos y quienes, de acuerdo a los hechos, vamos a ser líderes del país en el futuro) los que nos ponemos las pilas y trabajamos para avanzar hacia un país mejor, entonces quién?

El tErrEmoto dEsdE UsA

The New York TimesNew York, SaturdaY, Feb 27, 2010

Que ese es-píritu de servi-cio y actividad no queden en

“stand-by” hasta el próximo ter-

remoto.

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TERREMOTOPor VIcente Loyola

No fue el Apocalipsis, ni el fin del mundo, ni nada de otro planeta, sólo un simple y normal movimiento telúrico el que nos azotó el pasado 27 de febrero a las 03:34:12 de la madrugada. Un terremoto para el cual deberíamos haber estado preparados, dada nues-tra historia y al hecho de ser un país que se sabe sísmico, viviendo los movimientos de la placa de nazca hundiéndose bajo la placa sudamericana constantemente. Pero al parecer la historia no es suficiente y tener el record del sismo mas fuerte del planeta (Valdivia 1960) no nos han permitido tener al menos un sistema de medición y alerta claros y confiables. Lo último es claramente comprobable al saber que según el Servicio Sismológico de Chile, el hipocentro se ubicó a 47,4 km de profundidad bajo el océano Pacífico, a 12,5 kilómetros de la costa chilena y a 17 kilómetros de la localidad de Cobquecura, en la VIII Región, y la magnitud fue estimada en 8,3 según la escala sismológica de magnitud de momento (escala que expresa la intensidad del movimiento y coincide con Richter a pesar de ser mediciones diferentes). En tanto, el Servicio Geológico de Esta-dos Unidos (USGS) estimó que el sismo se originó en una localidad un poco más al norte, ubicada a 8 kilómetros al poniente de Curanipe, en la VII Región, con una magni-tud de 8,8 en la escala de magnitud de momento. La USGS determinó que el hipo-centro se ubicó a 35 kilómetros de profundidad.Pero no todo es desastre y caos. No tendre-mos un buen sistema de medición y alerta, pero nos encontrábamos en un buen momento como país para soportar una crisis como ésta. ¿No me creen? Basta comparar las repercusiones de nuestro terremoto versus el de Haití. Con una población de 10 millones de habitantes a 2009

el desastre de solo 7 grados de magnitud dejó más de 110.000 victimas fatales. Mientras que en nuestro país las víctimas fatales llegaron casi a los 800, siendo claramente reconocidas cerca de 500. Todo esto a pesar de que el sismo afectó al 80% de la población. En Haití quedaron casi un millón de personas sin hogar, mientras que en

Chile sólo 500 mil viviendas que-daron con daño severo. Otro tema son los daños causados. Tanto en Chile como en Haití el terremoto llegó a grado de destrucción de IX en escala de Mercalli, es decir generó pánico, daños consider-ables en estructuras especial-izadas, paredes fuera de plomo y grandes daños en importantes edificios, con colapsos parciales. Se estima que las pérdidas que enfrentará Haití producto del ter-remoto ascenderán a US$14.000

millones, mientras que en Chile estás será de US$30.000 millones. Esto debido quizás a la gran superficie que se vio afectada por el ter-remoto y luego por el tsunami, a diferencia de Haití en donde la superficie fue menor y donde un maremoto no tuvo mayores repercusiones. Ha habido un desastre, eso es claro. Re-sponsabilidades sobre alertas, edificios mal construidos y respuestas que debería haber

dado el gobierno a su debido tiempo existen, son reales, a pesar de

ser a veces difusas. Pero más importante que andar echando

la culpa a ciertas personas o instituciones, es aprender de nuestros errores. Aprender que somos propensos a sismos y a tsunamis, y

mejorar nuestra regulación. Aprender que los desastres

causan pánico, y éste lleva a las personas a las acciones mas

“descabelladas”. Y por sobretodo, aprender que la reconstrucción de un país no dura sólo lo que dura el pánico, la conmoción y el miedo, sino que es una tarea de largo aliento de la cual debemos hacernos parte no sólo por beneficio de los damnificados, sino también por el beneficio del país.

“La reconstruc-ción de un país no dura sólo lo

que dura el páni-co, la conmoción y el miedo, sino que es una tarea de largo aliento”

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Por Eugenio Rengifo

Cientista Político

Máster en Políticas Públicas

Profesor Escuela de Gobierno Universidad Adolfo Ibáñez

Algunas veces las novelas se adelantan a los hechos o aparecen como exageraciones de la realidad, otras, lo descrito nos parece bizarro e improbable a la luz de lo que nos muestra el contexto como inamov-ible y seguro, incuestionable y per-manente. El caso de José Saramago con la novela que lo llevó a obtener el nobel de literatura tiene un poco de todas las opciones anteriores y es especialmente oportuno para el momento que vivimos como país.

En Ensayo sobre la Ceguera, Saramago sitúa la acción en cualquier capital del mundo desar-rollado, donde todo funciona a la perfección y sus protagonistas llevan una vida buena, civilizada y perfectamente coherente con un orden y contrato social bien establecido. Los roles y reglas están claras hasta que algo cambia. De pronto, el autor incorpora en la vida los personajes un elemento que alterará todas las jerarquías socia-les, creencias y sets valóricos al irrumpir con una incontrolable plaga de ceguera que transformará a los protagonistas. El contexto dado, se desdibuja y de a poco va desapare-ciendo el marco de reglas en que se producía su manera de relacionarse, su interacción cotidiana. De pronto, al caer la nitidez de las reglas y la

imposibilidad de reforzarlas medi-ante la amenaza creíble del uso de la fuerza, el autor instala una idea de naturaleza humana incómoda pero ineludible, una nueva forma de relacionarse, donde los individuos se prueban constantemente y van creando nuevas jerarquías mediante el cotidiano y la repetición de las interacciones y el nivel de astucia, fuerza o liderazgo que cada uno demuestre. El autor portugués nos va develando de manera magistral aquello que Hobbes elaboró hace casi cinco siglos con lo que cues-tionaría lo planteado por Aristóteles y dejaría en cuestión el futuro del buen salvaje: el hombre fuera de todo pacto social gobernado por

las leyes naturales se transforma en la amenaza para el hombre, el estado natural del ser humano es uno de guerra de todos contra todos, donde el ser humano es regido por el instinto de super-vivencia y dominación más brutal. Cuando cae la desgracia, la leche blanca que impide ver, todos sus personajes se transforman y en su mayoría se convierten en meros animales buscando mantenerse con vida. En medio de tanta desolación, Saramago mantiene encendida la vela de esperanza en el humano posible, mediante la presencia de

algunos personajes que conservan actitudes altruistas y se resisten a estas leyes naturales tan brutales y egoístas. Al igual que en otras de sus obras, Saramago logra poner en la voz de los personajes de manera simple y aterrizada los pensamien-tos y postulados de importantes y reconocibles autores de la teoría política. Ensayo sobre la ceguera nos permite adentrarnos para com-prender algunas de las actitudes más miserables del ser humano, actitudes que hemos vistos durante estos días de desastres naturales y humanos, donde la búsqueda del beneficio propio en desmedro de los demás ha llegado a límites insospechados, pero donde también hemos visto lo mejor de nosotros. La experiencia de haber vivido como país este terremoto nos obliga a reflexionar sobre nuestra naturaleza, sobre el sentido de nuestras vidas y sobre las formas mediantes las cuales se haga posible obtener lo mejor de nosotros en una vida común. Esta obra, además, nos invita a reflexionar para encontrar el sustento que mantiene los pilares de nuestra sociedad, la sustancia que la mantiene en pie y descubrir así cómo mejorarla.

En momentos en que la natu-raleza nos ha golpeado con toda su fuerza, donde reaparecen con fuerza las preguntas fundamen-tales sobre la vida en sociedad y la naturaleza humana, esta magistral novela aparece como el campo de ensayo ideal para la búsqueda de respuestas o para profundizar en las preguntas. Saramago nos invita a través de Ensayo sobre la Ceguera a introducirnos en la naturaleza humana con todos sus matices, desde todos los prismas, con una pluma rápida y cercana que al terminar la novela nos deja con ganas de continuar con la historia, de seguir hilando ideas y person-ajes, vivencias y emociones que nos ayudan a conocernos mejor desde las ineludibles preguntas y dilemas planteados por el autor.

Cultural

Ensayo sobre la ceguera o de cómo entender nuestras miserias

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Todos hemos querido ayudar en lo que mas podamos a todos los damnificados y a las personas que fueron víctimas del terremoto. Por esta razón, todos los esfuerzos del CAAE han sido llevados a cabo de manera de maxi-mizar los resultados de nuestras obras. Para esto, hemos funcionado como puente y canal de distintas organizacio-nes, produciendo sinergias y entre estas y facilitando el desarrollo de la ayuda.

Con la FEUC hemos trabajado en la recolección de alimentos, ya que nos conseguimos el permiso para estar presentes en más de 20 supermercados líder de la región metropolitana, y a través de la FEUC los repartimos a las distintas facultades. Como Ingeniería comercial, nos hici-mos cargo de uno y al ver su buen desempeño terminamos haciéndonos cargo de 6 supermercados. En esta tarea también se nos unió el hogar de cristo, facilitando petos y cooperando en la distribución de los productos acumula-dos.

Por otro lado, las FF.AA. tampoco quedaron al margen ya que estuvieron presentes y ayudaron en la entrega y reparto a los lugares mas necesitados.

Por otra parte, nos hemos encargado de difundir voluntariado y opciones de ayudar que van mas allá de las que ofrece nuestra universidad y las instituciones que la componen, como son construcciones de un techo para chile, donaciones de sangre, donaciones de dinero, ayuda de voluntarios a la cruz roja, etc.

Rol del CAAE

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Áreas

Vida Universitaria

Eventos

Nuestra misión en crear un ambiente único de facultad, que por medio de pequeños detalles (y otros no tan pequeños) podamos compartir e ir construyendo una comunidad con identidad propia.

Nostros, junto con un gran equipo – ¡¡al cual estás invitadísimo!! – queremos llevar a cabo todas las ideas y proyectos, para que el día a día sea algo interesante y entretenido.

Pero… ¿de qué proyectos estamos hablando? La verdad, es que son muchísimos, entre ellos están la “Semana de la Cultura”, el “Día Feliz”, la “Carpa Mundialera (Sudáfrica)”, ‘Campeonato de winning’, etc.

La invitación es en serio, nosotros nos juntamos los miércoles en la tarde en el CAAE -mínimo cada dos semanas. Ser parte de este equipo, es cosa de quererlo... y listo!! Escríbenos a caae.vidauni-versitaria@gmail.

Nuestro equipo quiere invitar a cada uno de ustedes a disfrutar el bicentenario como cor-responde. Tendremos constantes actividades para su entretenimiento, entre las cuales podemos encontrar la tradicional Cena de Gala, un Paseo de Facultad o un imperdible Clásico Universitario para estar a la par con el mundial.

Motívense! Saquémosle el jugo al semestre! Los esperamos!

Majo Campamá

Pancho Aldunate

Diego Catillo

Carmen Nalda

l8

Page 11: IPC Nº1

Acción Social

Comunicaciones

Este año queremos ser un área activa, donde cada uno encuentre un espacio para servir. Te invitamos a reforzar y participar de los proyectos tradicionales de voluntariado, a buscar insertar la vocación y respon-sabilidad social en el día a día de nuestra facultad y a trabajar por reconstruir un país mejor; salir de lo que estamos y ser agentes activos de un cambio positivo.

Te invitamos este y todos los jueves a las 12:50 a las reuniones abiertas de área (sala CAAE), con todas tus ideas y ganas de construir.

¿Interesado en campañas, imagen corporativa, dis-eño digital?

Chile y la OCDE, Energías Alternativas, Calidad en la Educación, Cambio de Rector. ¿Te gustaría dar tu opin-ión sobre estos temas o buscas espacio para generar

discusión?

¿Crees que el CAAE tiene un rol preponderante como generador de contenidos y mensajes y te gustaría

aportar?

El Área de Comunicaciones te invita a ser protagonista en qué contenidos llevar a nuestros pasillos y como

fomentamos una discusión necesaria.

La invitación es a formar parte de este equipo en nuestras reuniones los días Martes a las 12:50 en la Sala del CAAE o contactarnos para trabajar en caae.

[email protected]

Joaquín Canessa

Álvaro Moreno

Seba Aguilar

Pato Ruedil8

Page 12: IPC Nº1

Académica

Áreas

Emprendimiento

En el area academica y extensión estamos interesados en acercar el conocimiento, que se genera constante-mente en nuestra facultad, a todos los alumnos. Quere-mos hacerles sentir la importancia de ser parte de esta universidad e incentivarlos a formar parte activa en la creacion de proyectos que busquen mejorar el funciona-miento de nuestra universidad en todos los temas que sean tanto académicos como de contingencia.

Queremos ser un espacio para todos los comerciales que quieran hacer realidad sus ideas de negocio o quisi-eran conocer desde la experiencias de emprendedores y a través de charlas y talleres, qué implica emprender y aquellos que se interesen en la Innovación y el Empren-dimiento.

Los invitamos a unirse en Facebook al Programa de Inno-vación y Emprendimiento de la Comunidad de Emprend-edores de la Escuela de Administración UC. Allí podrán encontrar más información sobre las fechas de talleres y actividades que estamos preparando para ustedes.

Cata Cruz

Pancho Aitken

Giselle Huerta

Gustavo Gonzalez

Seba Oteros

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Reducir, Reutilizar y Reciclar

Si quieres empezar a reciclar, ingresa a conama.cl, ahi aparecen diversas direcciones de reciclaje por comuna, para que busques el más cercano y dejes ahí tus diarios, latas, vidrios, pilas y otros.

Como centro de alumnos quere-mos promover y ser partíci-pes activos del cuidado de

nuestro medio ambiente, es por esto que ya esta-

mos trabajando en la sustentabilidad

y reciclaje. Si quieres informarte o partcipar ¡no dudes

en con-tac-tar-nos!

Por María Ignacia García

Muy seguido percibimos la idea de la sustentabilidad como una amenaza: viene a criticar el modelo de producción y consumo en masa, las tempo-radas, las modas y la tecnología que dejan obsoletas las cosas, la comodidad de movilizarse en auto, etc… Y es que es cierto: vivimos en la sociedad de abundancia y sin embargo estamos obligados a pensar en más, estamos acostumbrados a un montón de comodidades que hemos internalizado como necesidades, y la inmediatez, la instantaneidad de las cosas, es una de ellas.

La sustentabilidad es algo que remite justamente a lo contrario. Se juega a largo plazo, y se juega en serio. Por eso, más que una amenaza, es un desafío, y un desafío es una oportunidad. La tendencia green no viene a criticar el progreso económico ni a destruir valor empresarial, como parecen expre-sar algunos ambientalistas furiosos.

Hay formas de agregar valor sobre una base de sustentabilidad. En el verano estuve trabajando en Recycla, una empresa que ha sido muy reconocida por su caráct-er emprendedor e innovador. Recycla se dedica al reciclaje de residuos electrónicos (celulares, computadores, electrodomésti-cos, etc…) y ha sabido generar valor ofreciendo a las empresas un servicio que ellas incorporan a su estrategia de RSE.

Un ejemplo quizás más cercano, es el sistema de turnos que hacen los que se vienen en auto a la uni-versidad. Ahorran la plata de la bencina y del estacio-namiento ocupando el auto a su máxima capacidad. A eso se refiere un primer aspecto de la sustentabilidad, y probablemente el más fácil de poner en práctica: REDUCIR. Cerrar bien las llaves de los lavamanos, apagar las luces.

Otro aspecto es REUTILIZAR. Pedir todas las lecturas de un ramo a algún conocido que ya lo hizo, para no imprimir cada uno el “set”. Juntar el agua que corre mientras se calienta, antes de ducharnos, y ocuparla en otra cosa. Ojo, que todos estos ejemplos implican un ahorro, y no un costo!

Por último, RECICLAR., vuelta al ciclo, que exige mayor esfuerzo y coordinación. Varias municipalidades han instaurado Puntos Limpios, para recolectar la “basura” doméstica reciclable. En la universidad existe Recicla UC. Estas iniciativas exigen de nuestra parte un mínimo de interés: si tienes un montón de papeles que botar, trata de hacerlo en un basurero especializado.

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Navidad con Auxiliares

Novatos

Dia de la secretaria

Album de Fotos!

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tRequinoa

Cobquecura

Album de Fotos!

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Humor

Puzzle