irak invasion

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    Desde el pasado ao el mundo ha estado paralizado por la guerra in-ternacional contra el terrorismo. Ahora, la atencin se ha trasladadoa la posibilidad de una guerra con Irak. En el momento en que escri-bo estas lneas an no ha comenzado, pero debe pensarse en ella.

    Muchos crticos, tanto en Estados Unidos como en Europa, han cuestio-nado la intencin de la administracin norteamericana de enfrentarse a Sa-dam Husein. En concreto, se han preguntado: por qu Irak? Por qu ahora?

    Las respuestas pueden encontrarse en la naturaleza de la nueva amena-za terrorista y en el giro de la realidad geopoltica a la que tenemos que ha-cer frente a comienzos del siglo XXI. EE UU, quiz debido a la amplitud desus responsabilidades internacionales, parece haber comprendido las impli-caciones de estas tendencias antes que sus aliados europeos.

    Los devastadores ataques del 11 de septiembre de 2001 simbolizaron elcambio producido en el terrorismo a lo largo de una dcada. La mayora delos grupos terroristas activos durante los veinte aos posteriores a 1968 em-

    plearon el terror como tctica. Su objetivo era matar a un alto nmero depersonas para atraer la atencin de los medios de comunicacin sobre sucausa, pero no causar tantas vctimas como para provocar el rechazo de la

    opinin pblica. En efecto, estos grupos se repriman en la cantidad de bajasque pretendan infligir.Pero desde finales de la dcada de los ochenta, el mundo se ha enfrenta-

    do a una nueva clase de terrorismo. Estos grupos estn animados por elodio, la venganza, el extremismo religioso o las visiones apocalpticas. Para

    El embajador L. Paul Bremer, III es presidente del consejo de administracin y con-sejero ejecutivo de Marsh Crisis Consulting. Artculo entregado el 8 de octubre.

    POLTICAEXTERIOR, 90. Noviembre / Diciembre 2002

    Por qu Irak? Por qu ahora?L. Paul Bremer, III

    La amenaza terrorista y el nuevo entorno geopoltico demandan una estrategia que se

    anticipe a los posibles riesgos. sa es la razn por la que hay que reaccionar al peligro

    que representa Irak. Un cambio de rgimen facilitar la estabilidad poltica de la regin.

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    ellos el terrorismo es una estrategia, por lo que sus motivaciones y su metaes matar al mximo nmero de gente posible.Los asesinos del 11-S pertenecan a esa clase. Su actuacin surga de

    una interpretacin distorsionada del islam y un odio profundo a Occidente ya EE UU. Lejos de pertenecer a una clase social empobrecida que actuaba

    por desesperacin, estos criminales eran miembros bien educados de la cla-se media alta. No murieron por desesperacin, sino con esperanza.

    Hay decenas de miles de personas que tienen una visin parecida. Quie-ren provocar bajas masivas en las sociedades occidentales y no dudarn enutilizar los medios ms destructivos para hacerlo. sta es la nueva y trucu-lenta realidad del terror del siglo XXI.

    El colapso de la Unin Sovitica provoc cambios drsticos en las relacio-nes internacionales. Que ello ocurriera de modo pacfico es un tributo a la ex-traordinaria paciencia y perseverancia de la poltica de seguridad occidentalllevada a cabo a lo largo de medio siglo. Y la cada del muro de Berln elimin,al menos de momento, la amenaza de una guerra nuclear geoestratgica. Peroaunque el desmembramiento de la URSS supuso en cierto modo un alivio dela guerra fra, no represent el fin de la historia. Podra decirse que a nivelsubestratgico, el mundo es hoy un lugar menos seguro de lo que era en 1989.

    El sistema bipolar de los ltimos cincuenta aos impuso un cierto nivelde estabilidad en las relaciones internacionales. Las potencias menores esta-ban reprimidas por las grandes potencias, si no de modo directo, s por laexistencia de tal estructura internacional dominante. Ni EE UU ni la Unin

    Sovitica vean con buenos ojos la posibilidad de que otros pases obtuvie-ran armamento nuclear u otras armas de destruccin masiva y cooperaban,aunque fuera tcitamente, para impedirlo.

    El mundo bipolar ha desaparecido y con l esas restricciones estructu-rales. Esto explica, en parte, por qu la dcada de los noventa fue tan san-grienta, con guerras en los cuatro continentes y millones de vctimas. La de-saparicin de la URSS tambin dej a EE UU como nica superpotencia, lo quealiment de modo natural el resentimiento hacia el pas americano. Pero la lec-cin evidente de la primera guerra del Golfo fue que EE UU es invulnerable enuna guerra convencional. Por tanto, la ventaja contra una gran potencia slo

    puede lograrse hoy por medios no convencionales. Existen tres opciones: te-

    rrorismo, armas qumicas, biolgicas, radiolgicas o nucleares, y ambas.

    Nueva estrategia de EE UU

    Tras los atentados del 11-S, EE UU se embarc en una guerra contra Al Qae-da y el rgimen talibn de Afganistn. Fue una reaccin que la mayor partedel mundo comprendi y apoy.

    Se ha dado mucha repercusin al anuncio el pasado septiembre de lapublicacin de un documento que esbozaba una estrategia de seguridad na-

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    cional de EE UU, y especialmente a su afirmacin del derecho a la guerrapreventiva. Sin embargo, aqullos que hayan estudiado atentamente la polti-ca estadounidense se habrn dado cuenta de que esa estrategia no era nue-

    va. Haba sido ya presentada con detalle en tres discursos presidenciales degran importancia durante el pasado ao.

    Muchas personas, especialmente en Europa, no se dieron cuenta de larapidez con que George W. Bush defini los atentados del 11-S como undesafo nuevo a la seguridad. En su discurso al Congreso y a la nacin s-lo nueve das despus de aquellos ataques, el presidente anunci que losacontecimientos exigan una revisin fundamental de la poltica de seguri-dad y que considerara a los pases que dan apoyo a los terroristas como

    regmenes hostiles. De hecho estaba diciendo que, en adelante, EE UUentendera el apoyo prestado al terrorismo comoun caso de guerra.

    En su discurso sobre el Estado de la Unin delpasado enero, Bush se refiri a los pases del ejedel mal: Irak, Irn y Corea del Norte. Aunque se

    puede criticar con razn el uso del trmino eje(en especial por los recuerdos que tiene en Euro-

    pa), no se puede negar que Bush identific correc-tamente un nexo del mal, que une a los nuevosterroristas decididos a causar muchas bajas y, portanto, deseosos de apoderarse de armas de des-

    truccin masiva con los Estados que apoyan al te-rrorismo y a la vez poseen este tipo de armas. Esostres pases encajan en esa definicin.

    Bush habl tambin en la academia militar de West Point el pasado ma-yo, donde precis lo que haba estado implcito desde el 20 de septiembreanterior cuando afirm el derecho y la intencin de EE UU a prevenirse delas amenazas que representaban ese nexo.

    Se ha escrito mucho desde entonces, sobre todo tras la publicacin dela mencionada estrategia nacional de seguridad en septiembre, acerca de lalegitimidad de la prevencin. No obstante, desde hace tiempo, las normas y

    prcticas internacionales han reconocido el derecho genrico a la autode-

    fensa. El artculo 51 de la Carta de las Naciones Unidas reconoce explcita-mente este derecho.

    El nuevo entorno de seguridad encarnado por la doble amenaza del te-rrorismo y las armas de destruccin masiva significa que la prevencin no esnicamente un derecho poltico, sino un imperativo moral:

    Sabemos que los nuevos terroristas intentan matarnos no por miles nidecenas de miles, sino por cientos de miles o incluso millones.

    Sabemos a partir de materiales hallados en los campos de entrenamien-to de Al Qaeda en Afganistn, que este grupo experimentaba con armas qu-

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    Ningn poltico

    puede limitarse

    a esperar un

    ataque y luego

    responder, sera

    un suicidio

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    micas y biolgicas y ha tratado de conseguir armas nucleares durante ms dediez aos. Otros grupos terroristas tambin han mostrado inters en ellas. Sabemos que el Irak de Sadam Husein, entre otros pases, desarrolla

    programas de armas de destruccin masiva desde hace tiempo.Enfrentados a la posibilidad de que un grupo terrorista o cualquier pas

    pretenda matar a sus ciudadanos, ningn gobernante puede limitarse a espe-rar el ataque y luego responder. Eso no sera defensa propia, sino suicidio

    poltico y cobarda moral.Pero a pesar de toda esta discusin sobre la prevencin, sta no es la

    cuestin central en relacin a Irak. Las resoluciones de las Naciones Unidasde 1991 no pusieron fin a las hostilidades. Hemos estado en guerra con Irak

    durante ms de una dcada. Cada da este pas trata de derribar aviones es-tadounidenses y britnicos.

    La amenaza iraqu

    La situacin actual contra Irak refleja estas nuevas realidades. Ahora haytres razones para enfrentarse a Irak.

    Primera, la utilizacin que hace del terrorismo y el apoyo que le presta,algo que nadie discute. Los detractores de la poltica estadounidense argu-mentan que hasta la fecha no ha habido pruebas concluyentes de la implica-cin de Irak en los ataques del 11-S. Suponen que sin pruebas no hay razo-

    nes para atacar a Irak por su apoyo al terrorismo. Pero con este argumentose ignoran los hechos. Durante los ltimos diez aos, funcionarios iraqueshan mantenido numerosas reuniones con miembros de Al Qaeda. Los ira-ques han asesorado a esta organizacin sobre el uso de agentes qumicos ybiolgicos. Incluso en estos momentos, terroristas de Al Qaeda actan en te-rritorio iraqu (al igual que en Irn).

    Adems, Irak ha estado incluido en la lista de Estados delincuentes deldepartamento de Estado americano durante ms de veinte aos. Irak haapoyado y contina apoyando a grupos terroristas como el Frente de Libera-cin de Palestina y los Muyahidin-e-Jalq, los cuales tienen su cuartel generalen Bagdad bajo la proteccin del rgimen. Sadam ha dado refugio a algunos

    de los asesinos ms buscados del mundo, entre ellos Abu Abbs o Abu Ni-dal, quien hace poco muri all en circunstancias misteriosas. l, personal-mente, fue responsable de la muerte de ms de novecientas personas, mu-chas de ellas europeas.

    Durante el ltimo ao, Irak ha intensificado su apoyo a los grupos terro-ristas palestinos como Hams y la Yihad Islmica, con el pago de generosasrecompensas a las familias de los asesinos terroristas. De ese modo, Irakanima a los terroristas a oponerse a los esfuerzos de EE UU, de la Unin Eu-ropea y de la ONU para pacificar Oriente Prximo.

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    Segunda, ha tenido y an tiene slidos programas de desarrollo de ar-mas de destruccin masiva. Contina ocultndolos al mundo tras diez aosde engaos, evasivas y mentiras descaradas, y en violacin directa de doce-nas de resoluciones y declaraciones de las Naciones Unidas.

    Se alega algunas veces que el anterior rgimen de inspecciones de laONU tuvo xito a la hora de descubrir los programas de Sadam y, por tan-to, se le debera permitir reanudar su trabajo. Pero el hecho es que losinspectores no encontraron los principales programas de armas biolgi-cas de Irak hasta que un desertor les condujo a ellos despus de cuatroaos de inspecciones, supuestamente rigurosas. Y cuando Irak expuls alos inspectores de la ONU en 1998, la organizacin revel que Irak jams

    haba dado explicaciones sobre miles de kilos de agentes biolgicos yqumicos y proyectiles de artillera. An no lo hahecho y mientras tanto ha disfrutado de cuatroaos sin ningn tipo de inspecciones.

    Algunas personas en EE UU y en Europa argu-mentan que puesto que no hay pruebas de que Sa-dam posea armas nucleares, el enfrentamiento es-t fuera de lugar. Pero la informacin sobre el

    programa nuclear de Sadam ha sido inexacta en elpasado. En 1989 las agencias de inteligencia ameri-canas calculaban que Irak estaba a seis u ochoaos de obtener un arma nuclear. Pero tras la gue-

    rra del Golfo, esas agencias descubrieron que tanslo le faltaban uno o dos aos para adquirir ar-mas nucleares. Sea cual sea la agenda temporal, alegar que debemos espe-rar a que Irak posea armas nucleares para defendernos sera practicar la au-todisuasin y demasiado tarde para contrarrestar la amenaza sinconsecuencias, en potencia desastrosas. Adems, el equilibrio geopolticode Oriente Prximo se habra transformado para siempre.

    Asimismo, el hincapi puesto en las armas nucleares ignora el enormedao que Irak podra causar con armas biolgicas. En las circunstanciasadecuadas, stas pueden ser an ms devastadoras que las nucleares. Losagentes biolgicos contagiosos, como la viruela o la fiebre hemorrgica, no

    conocen lmites geogrficos. La Organizacin Mundial de la Salud concluyrecientemente que durante el siglo XX la viruela haba matado a entre tres-cientos y quinientos millones de personas, ms que todas las sangrientasguerras del siglo juntas.

    El gobierno estadounidense se ha embarcado en un programa de cho-que para almacenar reservas de vacunas contra la viruela suficientes paratoda la poblacin de EE UU. La mayora de los pases no tendr tal defensa.Y hasta la fecha no hay medios efectivos para combatir otras enfermedadesmortales y muy contagiosas como el bola.

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    Un ataque bien

    realizado contra

    Irak producira

    cambios positivos

    con beneficios en

    toda la regin

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    En cuanto a las armas qumicas, poco hay que aadir a lo que es de do-minio pblico. Sadam las posee, las ha usado contra su propio pueblo y con-tra los iranes y, de acuerdo con la propia ONU, no ha dado cuenta de, lite-ralmente, miles de proyectiles de artillera de los que se sabe que fueroncargados con agentes qumicos en la primera guerra del Golfo.

    Durante casi doce aos hasta la actualidad, Irak ha violado su responsa-bilidad, segn la resolucin 687 del Consejo de Seguridad de las NacionesUnidas, de proporcionar explicaciones claras y completas sobre sus armasde destruccin masiva. Dado el dao que stas podran infligir a los vecinosde Irak y a los aliados europeos de EE UU, la comunidad internacional no

    puede por ms tiempo mirar a otro lado y esperar que todo vaya bien.

    El argumento final a favor de enfrentarse a Irak tiene que ver con losposibles beneficios que un nuevo rgimen reportara a la situacin geopolti-ca en Oriente Prximo. Por s mismo, no es suficiente para justificar unaguerra. sta es, sin duda, arriesgada en la mejor de las circunstancias. Perosi se pudiera implantar all un nuevo rgimen ms moderado, los beneficiosseran notables.

    Un cortador de diamantes, antes de realizar su primer corte, examinacuidadosamente la estructura interna de la piedra y observa si hay imperfec-ciones naturales de las que pueda aprovecharse. De ese modo su primer gol-

    pe al diamante producir los diamantes residuales de ms valor. As sucede con Oriente Prximo. Un ataque bien realizado contra Irak

    producira cambios positivos que beneficiaran a los intereses occidentales y

    a la regin. Un rgimen plural en Bagdad supondra una enorme presin so-bre la dictadura alau en Damasco para que cambiara o se marchara. Eso a su

    vez podra conducir a una independencia real para Lbano. La Autoridad Na-cional Palestina tendra ante s un claro modelo de gobierno rabe ms abier-to al que podra emular. Un gobierno iraqu que prestara atencin a su pueblosera un ejemplo que incitara a Irn a echar de una vez a los fascistas teocr-ticos que actualmente ignoran la voluntad popular. Y poner la produccin de

    petrleo de Irak en manos ms seguras debilitara la autoridad de Arabia Sau-d en la Organizacin de Pases Exportadores de Petrleo (OPEP).

    De hecho, un cambio de rgimen en Bagdad repercutira de forma tanespectacular en la poltica regional que es justo decir que muchos de los ve-

    cinos de Irak no temen tanto al fracaso del enfrentamiento de EE UU conIrak como su xito.No es imposible imaginar un Irak estable y seguro despus de una gue-

    rra. El pueblo iraqu es probablemente uno de los pases rabes con mayornivel educativo. Posee importantes capacidades cientficas y tecnolgicas(como se ha demostrado con los programas de armas de destruccin masi-

    va). La sociedad iraqu es islmica pero no extremista. La mayora chiita, alunirse a Bagdad en su resistencia a Irn, demuestra que se considera a smisma ms rabe que chi.

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    Los crticos tienen razn en que existen riesgos en el enfrentamientocon Irak. Nadie puede estar seguro de cmo funcionarn las operacionesmilitares, ya que, como explic Carl von Clausewitz, ningn plan militar so-brevive al primer contacto con el enemigo. Reconstruir Irak no ser fcil(aunque puede ser ms sencillo que construir un pas entre los afganos tri-bales enfrentados entre s). Muchas cosas podran ir mal, pero tambin mu-chas podran salir bien.

    El tiempo no har que el desafo de Irak sea ms fcil de abordar. Lasnuevas realidades del terrorismo y la geopoltica aconsejan actuar mejor an-tes que despus. El gobierno estadounidense ha visto los riesgos y oportuni-dades implcitos en estas tendencias y ha expuesto una amplia estrategia pa-

    ra ocuparse de ellos. Tal como afirm Bush el pasado 7 de octubre, EE UUno puede huir de su responsabilidad de enfrentarse a este peligro creciente.

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