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Foto © The Metropolitan Museum of Art, Nueva York
Una fabulosa mujer-ave
TESOROS
DEL ARTE
MUNDIAL
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Esta extraña criatura, mitad pájaro, mitad mujer, que, por los misteriosos caminos del arte,se empareja al mito masculino del centauro, es un raro ejemplar de la antigua cerámica irania,fabricado en Ray, cerca de Teherán, hace unos ochocientos años. Las arpías, como se llamanestos seres mitológicos en griego, son tema frecuente de la tradición iconográfica musul¬mana, pero corrientemente sólo aparecen como un elemento decorativo en la cerámica,los utensilios de metal y los tejidos de Irán. Estos mismos fantásticos personajes suelenencontrarse en el arte y las leyendas de la antigua Grecia donde aparecen como espíritusdel viento o como sirenas. La pieza aquí reproducida pertenece a la llamada época islámicamedia de la cerámica irania, cuando la ciudad de Ray era renombrada por la maestría y elbuen gusto de sus artesanos.
1.JCT0.Ü71
El CorreoOCTUBRE 1971
AÑO XXIV
PUBLICADO EN 13 EDICIONES
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Redactores
Español : Jorge Enrique AdoumInglés : Howard BrabynFrancés : Nino Frank
Documentación : Zoé Allix
Composición gráficaRobert Jacquemin
La correspondencia debe dirigirse al Director de la revista.
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IRAN, ENCRUCIJADA DE CULTURASMILENARIAS
por Peter Avery
LO QUE EL MUNDO DEBEA LA CIENCIA IRANIA
por Desmond Stewart
EL ARTE SAGRADO EN LA CULTURA PERSA
por Seyyed Hossein Nasr
CUATRO PAGINAS EN COLOR
LA NOVELA DE VARQE Y GOLSHAH
Un manuscrito iluminado persa del siglo XIII
por Assadullah Souren Melikian-Chirvani
LAS TABLETAS OCULTAS DE DARIO
EL LIBRO DE LOS REYES
La epopeya de Persia escrita por Firdusi
por Joseph Santa-Croce
LAS CACERÍAS DE UN REY SASÁNIDA
LAS MIL Y UNA NOCHES
El secreto de Scherezade
por Michel Léturmy
LA VOZ PERENNE DE LOS POETAS
LATITUDES Y LONGITUDES
TESOROS DEL ARTE MUNDIAL
Una fabulosa mujer-ave (Irán)
IT Nuestra portada
Este rostro majestuoso, detalle de
un capitel en forma de toro con
cabeza humana, data del siglo V
antes de Cristo. Es una de las
innumerables esculturas que adorna¬
ban el palacio de Persépolis, que
fue capital del imperio persa bajo
el reinado de Darío I, hace cerca
de 2.500 años.
Foto © Oriental Institute,Universidad de Chicago, EUA
Vista de las ruinas de Persépolls,la ciudad regia fundada por Dario I. Susbajorrelieves, pórticos y murosmonumentales recuerdan el esplendorde la Persia antigua. Hace 2.500 años,las procesiones rituales recorrían estaescalinata ceremonial que conducíaa los palacios y salas deaudiencia de Persépolis.
Con este número. El Correo de
la Unesco conmemora un aconte¬
cimiento destacado: el vigésimo-quinto centenario de la fundacióndel Irán. En su última reunión, la
Conferencia General de la Unesco,
reconociendo la importancia de lacivilización irania en la historia del
mundo y sus relaciones con otras
civilizaciones a lo largo de un perío¬do de veinticinco siglos, adoptóuna resolución pidiendo a la Unesco
y a sus Estados Miembros quecooperaran con las autoridades del
país en la celebración de dichafecha. Al presentar en este número,
aunque de manera breve e incom¬pleta, algunos aspectos de la cultu¬ra y la civilización iranias, espera¬mos contribuir a despertar un inte¬rés más profundo por las tradiciones
de Persia, que hoy día se conservantan vivas como hace dos mil años.
encrucijadade culturasmilenarias
SIN el genio del Irán, la
cultura de la humanidad hubiera sido
mucho menos rica.
Entre 546 y 331 antes de Cristo, elgran Imperio Aqueménida, edificadopor Ciro y consolidado por Darío (521-486 a. de J.C.), continuó y perfeccionó,
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por Peter Avery
PETER AVERY es profesor de persa de laUniversidad de Cambridge, donde desempeñóel cargo de decano del King's College en1967-1968. Entre sus numerosos libros sobre
Irán figuran Modern Iran, Persia 600-1800,Hafiz of Shlraz (treinta poemas, en colabo¬ración con lohn Heath Stubbs), así comodiversos volúmenes de la Cambridge Historyof Iran, compilados por él.
en proporciones hasta entonces nuncaconocidas, la organización y los inter¬cambios de un Estado imperial cuyoscomienzos habían ya trazado los babi¬lonios y los asirios. Una vez vencidosestos últimos por los iranios, «la leyde los medos y de los persas que nocambia» protegió el desarrollo de lacivilización desde el Mar Egeo hastael Océano Indico.
Es significativo que los Aquemé-nidas aportaran su propia palabrapara designar la ley, data, pala¬bra que después pasó al armenio,al hebreo y al acadio con el sentidoque tenía originalmente: «arreglar»,
«poner en orden». Los idiomas anti¬guos que adoptaron esta palabra reve¬lan el dominio del Imperio Aqueménidasobre una región que incluía el Cáu-caso y Armenia, Israel en el litoralmediterráneo y la cuenca del Tigris yel Eufrates. También se extendía al
Asia Central por el nordeste y al AsiaMenor por el este.
Desde esta encrucijada los medos, ydespués los hombres de Persis, conCiro y Darío, marcharon a través decaminos que irradiaban en todasdirecciones, para crear el modelo delEstado universal y cosmopolita. Du¬rante el reinado de Artajerjes I (466-
424 a. de J.C.) historiadores y filósofosgriegos viajaron por el Imperio paraadquirir la sabiduría del Oriente.
Si Demócrito (muerto en 361 a. deJ.C.) no hubiera conocido a los sabiosy a los matemáticos babilónicos que el .Imperio Aqueménida protegía, esprobable que no hubiera formuladosu teoría de los átomos. Su padrehabía conocido al emperador Jerjescuando el «Gran Rey» iranio estuvo enTracia, hacia el año 460 a. de J.C.
Dejando aquellas antiguas épocas enque Irán daba ejemplo en cuanto aunión de naciones, cabe citar la másreciente cultura islámica como fenó-
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ENCRUCIJADA DE CULTURAS MILENARIAS (cont.)
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meno que no hubiera existido sin lascontribuciones aportadas por ciudadescomo Bagdad, Bujara, Herat, Rayy,Isfahan, Shiraz y Tabriz entre los si¬glos VIII y XVII de nuestra era.
Allí alcanzaron su perfección lapoesía, la cerámica, la arquitectura,la orfebrería, las miniaturas y la cali¬grafía que son ornatos característicosde la cultura musulmana. Todas estas
ciudades tenían la impronta del Irán,tan extensos habían sido los antiguosimperios persas.
Bagdad, sede entre los años 750 y1258 de los califas, jefes religiosos yjurídicos del Islam, está próxima alemplazamiento de Ctesifón, junto alTigris, donde se eleva todavía un granarco como recuerdo del esplendor dela capital de invierno del Imperio persade los Sasánidas (224-651 d. de J.C).Bujara y Herat eran las joyas del nor
deste del Irán, donde la influencia delos Aqueménidas y los Sasánidasllegó hasta el río Oxo (hoy Amu Daría)y el Hindu Kuch y donde la lenguapersa subsiste todavía.
El Islam fue la fe revelada en el
siglo Vil al profeta árabe Mahoma.Poco después de su muerte, la expan¬sión de los árabes a expensas deIrán y de Bizancio convirtió al Islam enheredero de una civilización irania
cuyos comienzos se remontan hasta4.000 años antes de Cristo. En la
meseta irania existía entonces un arte
de la cerámica con dibujos que reve¬lan que el salto del realismo al estiloabstracto lo habían dado ya, por pri¬mera vez, los ceramistas prehistóricosiranios.
Este descubrimiento pone de mani¬fiesto que, en la clara atmósfera carac¬terística del Irán, el genio del hombre
se apartó pronto de la observación yde la imitación de los objetos natu¬rales para sustituirlas por la elabora¬ción de dibujos abstractos. Los obje¬tos vistos animales dispuestos asaltar, pájaros volando eran transfor¬mados en conceptos universales por elingenio de los iranios prehistóricos, ydesde entonces han mantenido los ira¬
nios esta capacidad de unlversalizarlo particular en sus artes, mostrandoasí el más alto grado de civilización.
El arte de aquellos primeros cera¬mistas lo encontramos de nuevo en las
gacelas saltarinas y en las perdicesen vuelo que decoran las páginas delos manuscritos del siglo XVI comomotivo incidental de escenas más am¬
plias: príncipes en banquetes o encombates con un fondo de paisajes deestilo chino, en los que aparecentiendas de las estepas del Asia central;
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o bien filósofos como Avicena (IbnSina) exponiendo ante sus alumnostemas recogidos de extinguidas escue¬las griegas, pero enseñados en lasuniversidades iranias medievales.
La claridad de la atmósfera del Irán
es en gran parte la clave de este tipode perfección de las artes visuales.
A ello habría que añadir el aspectoerosionado de la dura topografía mon¬tañosa y de las áridas llanuras, quetan fuertemente contrasta con la exu¬
berancia de jardines y bosquecillos enlugares en que el agua de algunasraras fuentes, cuidadosamente admi¬nistrada, encuentra tierras cultivables.
Podría decirse que el vino y la gra¬cia son algo natural en el Irán, cuyaposición intermedia entre los conti¬nentes orientales y occidentales hahecho que su genio tuviera siempremucha substancia de que nutrirse, mu-
13cÄfeEscaleras monumentales de Persépolis. Los bajorrelieves de laescalinata que conducía a la Apadana o sala de audiencias (al ladoy abajo) representan la guardia real. Arriba, un friso esculpido con unaprocesión de nobles adorna las escaleras que llevaban al tripilón.Los medos (en el muro del fondo) llevan un tocado redondo ylos persas (en primer plano), una tiara acanalada.
ENCRUCIJADA DE CULTURAS MILENARIAS (cont.)
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cha substancia que transformar en algovital y nuevo.
Desde Herodoto, se ha comentadofrecuentemente la adaptabilidad delIrán y su facilidad para asimilar loajeno. Pero pocas veces se ha insis¬tido bastante en el genio original y enla característica invariable, absoluta ypropiamente irania de transformar loasimilado en algo nuevo, no imaginadoanteriormente, que excluye la simpleimitación.
Puede corregirse aquella idea si secomprende que la dureza de las condi¬ciones del Irán, combinada con la posi¬bilidad de alcanzar un gran refina¬miento de la vida, el arte y la inteli¬gencia, han forjado una flexibilidadhumana y una presencia de espíritu alas que otros pueblos han sucumbidoinvariablemente, sin lograr nuncaborrar la influencia y los efectos deltalento iranio.
Así, en mayor medida de lo quehubieran podido afirmar sus rivalesgriegos, los iranios han recibido menosde lo que han exportado, o de lo quehan dado a huéspedes no siempre invi¬tados. Los invasores, dotados de unacultura inferior, eran atraídos por lacivilización superior del Irán y pronta¬mente conquistados por ella. De losárabes del desierto y de los nómadasde las estepas asiáticas poco podíaesperar el Irán, como no fuera recibiruna corriente de nueva vitalidad y lallamada a la ardua tarea de refinarla e
integrarla en el modo de vida del país.
Esto es hablar como si Irán hubiera
estado siempre, y sin éxito, a la defen¬siva. Mas fue gracias a una ofensivacontra los antiguos griegos como Iránllegó a Europa, suscitando, a su vez, laemulación que amplió el horizonte delos helenos y, por ejemplo, en la Ciro-pedia de Jenofonte dio al mundo uncuento filosófico griego basado 'en losejemplos suministrados por la monar¬quía irania y, cosa notable en verdad,escrito en un estilo sorprendentementepersa de polémica política ejemplar.
Los iranios llevaron a Europa" laalfalfa, el pienso de su famosa ca¬ballería, y también las aves de corral,la paloma y el pavo real. Darío hizotrasplantar frutales de sus provinciasorientales a regiones situadas al oestedel Eufrates. El alfóncigo o pistacherose llevó a Siria, el arroz a Mesopota¬mia y el sésamo a Egipto, todo ellodentro de los confines de los antiguosimperios iranios. En cambio, los vinosfavoritos del Shahinshah no llegaron aprosperar en Damasco.
El pescado salado del Golfo Pérsicose comió en Asia Menor, y una partedel tributo que pagaba Egipto al Iránprocedía de la pesca en el Nilo y en elMediterráneo. Gracias a la habilidad
política del Rey de Reyes aqueménidapudo realizarse y mantenerse en equi¬librio la primera y una de las más vas¬tas amalgamas de recursos humanos.
La iniciativa del Irán ha resucitado
más de una vez este sueño del Estado
universal. Alejandro Magno, para supe¬rar el oprobio en que él mismo había
incurrido a ojos de sus subditos porhaberse iranizado excesivamente en
sus concepciones, desarticuló la amal¬gama cosmopolita de los Aqueménidasen el año 331 antes de Cristo.
Mucho más tarde, en el año 750,cuando, gracias a la intrepidez de losiranios y de los árabes ¡ranizados, sur¬gió el Califato de Bagdad, se sentaronlas bases de otra vasta amalgama defuerzas humanas y recursos globales,esta vez la unidad persa-musulmana.
La geografía ha dotado a los ocu¬pantes de las mesetas del Irán de unamplio teatro para desarrollar la acti¬vidad y la influencia de su genio.Pueden asomarse a la cuenca del Oxo
y a las llanuras de Asia en el nordeste,al valle del Tigris y el Eufrates y aldesierto de Arabia en el suroeste, al
Hindu Kuch y al subcontinente indioen el este y el sureste.
El Cáucaso se eleva al norte y elGolfo Pérsico ciñe las costas meridio¬
nales de lo que es una posada decaravanas con múltiples puertas, unreino intermedio entre Europa y Asia,entre Africa y Siberia. A través deIrán llegaron la seda y el papel deChina, el oro y las especias de la India,los caballos y los cueros del Asiacentral, hasta alcanzar el mar romano.
Cuando en tiempos remotos seextendía un imperio iranio, seguía lasvías fundamentales del comercio del
mundo antiguo entre Oriente y Occi¬dente. Completaba su riqueza me¬diante impuestos sobre las mercan¬cías, estampando al mismo tiemposobre las materias primas el sello dela artesanía irania. Al pasar por susmanos, las mercancías recibían la lumi¬
nosidad vivificante del espíritu iranio,aquel arte que habían practicado losprimitivos ceramistas persas.
Se transmitieron así dibujos e imá¬genes, difundiéndose los motivos ymodelos sobre telas o en los tejidos delas alfombras, que hablan al mundo decómo un tejedor iranio ve las flores, eldelicado álamo, el pájaro sobre larama, los colores mismos de la tierra
del país y los típicos contrastes derojo, azul oscuro y verde.
Pero también se exportaron las ¡deasreligiosas, que penetraron profunda¬mente en el judaismo y en el cristia¬nismo y que contribuyeron vigorosa¬mente a dar forma a la fe islámica queel Irán hizo suya. Las viñas de Daríotrasplantadas al suelo de Damasco nohabrán arraigado allí, pero ciertosaspectos del ritual de la antigua reli¬gión irania de Zoroastro se encuentranen el vino de la Eucaristía cristiana.
Las galaxias celestes brillan por lanoche, sobre una tierra que en sumayor parte tiene una altitud media demás de 1.200 metros por encima delnivel del mar, con mayor intensidadque en regiones más brumosas y másbajas. Nunca hay un día sin sol en elpaís cuyo rey mítico Hushang descu¬brió la manera de hacer el fuego,donde su hijo Jamshid estableció lafiesta de Nauruz el año nuevo paramarcar el equinoccio de primavera.
Vista general dela Apadana, la salade audiencias de
Darío I. Originalmentehabía en ella
36 columnas finas
y estriadas, de19 metros de altura,más las 36 queadornaban los tres
pórticos de acceso ala sala. Actualmente
quedan en piesolamente 13.
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El brillo del Irán se refleja en la lim¬pidez de esmalte tanto de sus artesvisuales como de las imágenes de suexquisita poesía. El sentimiento de queel cielo está casi al alcance de la mano
ha desarrollado el genio espiritual delIrán de tal manera que hace de lospersas un pueblo naturalmente reli¬gioso, y su literatura y su arte parecencomunicar siempre inevitablemente lagracia de Dios.
Su espiritualidad les confiere a lavez el innato y constante anhelo deuna perfección mayor que la que el
-mundo ofrece en lo inmediato y supoder peculiar de dar brillo a todo loque tocan. Les da la esperanza de lagracia, pero engendra también el pesi¬mismo y el escepticismo repecto de lacondición de los mortales.
Asia y Europa tienen la suerte deestar unidas por un país puente cuyaluminosidad consiguió suplantar lassombrías supersticiones de los mon¬goles. En efecto, uno de los gober¬nantes del Irán, precisamente un des¬cendiente de Gengis Kan, Ghazán(1295-1304), llegó a ser un gran sabioy, al mismo tiempo que renunciaba a
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1/ iC rî\.las vanidades de la alquimia, conservósus procedimientos, consciente delvalor científico de la experimentación.
Fue la claridad irania la que enseñóa los sucesores del profeta Mahomaque no eran simplemente los custodiosde la ley musulmana: había que custo¬diar también una revelación que res¬pondía a las más elevadas aspiracio¬nes espirituales del hombre. Los mís¬ticos sufíes del Irán han conservado
fielmente para la humanidad la ideatransmitida por el ejemplo de Mahoma,el apóstol elegido por Dios, a saber,que los corazones de los hombres, unavez purificados, pueden convertirse enespejos de la luz inmaculada de Dios.
Sin embargo, su función de puenteha entrañado vicisitudes para el país.La fuerza y la flexibilidad del espírituiranio se han visto sometidas a me¬
nudo a duras pruebas. Afortunada¬mente para el mundo, han salido deesas pruebas como acero bien tem¬plado, cortante, flexible e inquebran¬table, gracias a lo cual puede el Iránhacer todavía al mundo muchas apor¬taciones beneficiosas.
Una encrucijada es un punto exce
lente para observar los caminos de loshombres en sus diversas regiones ycircunstancias.
En esta tierra irania en que confluyenla historia, las culturas y las aptitudesindígenas, Europa puede ser explicadaa Asia y Asia puede enseñar a Europa.Las ventanas del Irán son como los
rostros de Jano. Irán es un Jano vigi¬lante, de penetrante mirada.
El Irán moderno posee recursos yha recuperado la confianza en símismo que había perdido en el períodode servidumbre y de dominación yexplotación extranjeras que se inicióen 1722, fecha en que perdió el poderla dinastía Safavida, y que duró hastalos primeros años del XX, períododurante el cual el expansionismo bri¬tánico y el ruso oprimieron el paíshasta casi anularlo.
En la actualidad, Irán ha conquistadode nuevo el respeto internacional.Hoy puede desempeñar, y de hechodesempeña, un papel positivo en losasuntos mundiales. Como miembro de
las Naciones Unidas, señala el camino
a otros países en vías de desarrolloy se ha convertido en el escenario
ideal para celebrar reuniones interna¬cionales sobre materias como la nutri¬
ción, el desarrollo agrícola, el analfa¬betismo, los derechos de la mujer...
Una vez más, Irán es el centro donde
convergen ideas y técnicas.
Los que buscan soluciones para losproblemas del mundo no podríanhallar una hospitalidad más generosay cabal que la de este país.
Pero la larga experiencia de los ira¬nios como guardianes de la civiliza¬ción hace de ellos algo más que unosamables huéspedes.
Un estudio más amplio de la historiadel Irán y una recta comprensión de suposición geográfica en un mundo enque el Oriente está despertando a unanueva vida no pueden sino reforzar elpunto de vista según el cual, si seconfía en la capacidad de iniciativa yen la vitalidad del Irán y se le otorgael respeto que merece, el mundo con¬seguirá la contribución de una fuerza *.estabilizadora urgentemente requerida Qpor una región que con facilidad **podría verse profundamente pertur¬bada.
En la edad del hierro, que en Irán comenzó en losúltimos siglos del segundo milenio antes de nuestraera, los cultivos de Azerbaïdjan estaban concentradosen las riberas meridionales del lago Rezaye. El trans¬porte del agua se efectuaba a lomo de mulo, comoatestigua esta pieza de cerámica del siglo IX a.de J.C. (Colección Foroughi).
En Sialk, oasis de la planicie irania, se han encontrado huellas que atestiguanque el torno de alfarero existía ya cuatro mil años antes de nuestra era. Sialkha dado su nombre a uno de los estilos más elegantes de la cerámica deIrán. Este vaso ornado de siluetas de caprinos, típicas de ese estilo, datadel siglo XI a. de J.C. (Museo de Arqueología de Teherán).
BESTIARIO PERSA
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Los alfareros Iranios se inspiran muy a menudo enlas formas animales, copiadas del natural o estili¬zadas en formas geométricas. En esta garrafa delsiglo IX antes de la era cristiana el asa reproducela cabeza de una cabra cuyo cuerpo forma la vasija(Colección Foroughi).
Este pequeño vaso del siglo IX a. de J.C. proviene del Azerbaïdjan persa,cerca de la región de Tabriz, al noroeste de Irán. El asa bicorne de estapieza no es en modo alguno excepcional en la cerámica de dicha región, cuyosvestigios arqueológicos han permitido definir las diferentes culturas que sesucedieron entre los años 2200 y 800 antes de nuestra era (Colección Foroughi).
En la escultura zoomórfica de Irán, el caballo ocupaun lugar de preferencia, particularmente en lo quese refiere a la cerámica descubierta en los emplaza¬mientos arqueológicos de Azerbaïdjan. Este recipientede forma equina data del siglo IX antes de nuestraera (Colección Foroughi).
En la provincia deGilán, que se extien¬de al sur del Mar
Caspio, al pie delElbruz, los arqueólo¬gos iranios han des¬cubierto diversas ne¬
crópolis regias, comolas de Marlik y Ka-luraz en el valle del
Río Cristal. Entre los
objetos depositadosen las tumbas se ha
encontrado este dro¬
medario sobre rue¬
das. La pieza datadel siglo VIII a. deJ.C. (Museo de Ar¬queología de Tehe¬rán).
Terracota de Azer¬
baïdjan, del siglo Xantes de nuestra era.
Obsérvese la decora¬
ción de la grupera abase de animales y
pájaros. Se cree quelos pueblos del anti¬guo Irán atribuían alas formas animales
una significación so¬brenatural (Museo deArqueología de Tehe¬rán).
Fotos 10 Paul Almasy - El Correo de la Unesco
Aun no ha podido establecerse el origenni la época de los primeros bronces depastores y jinetes de Luristán (provinciameridional de Irán, en las cercanías de
la antigua Mesopotamia). Este par debocados de bronce, de una estilización
ya avanzada y que datan del siglo VIIIa. de J.C, es característico de un pueblonómada en constante desplazamiento(Museo de Arqueología de Teherán).
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Lo que el mundo debea la ciencia irania
S"i el hombre moderno gozade más larga vida y comprende másclaramente los secretos del mundoque habita, ello se debe en parte alos trabajos que en la Edad Mediarealizaron los científicos de Irán.
La importancia de su contribucióncientífica constituye realmente unmisterio que algunos escritores hantratado de explicar atribuyéndolo ala raza.
El clima y la geografía constituyenpistas más racionales para llegar a laverdad. El clima de Irán, tórrido en
verano y glacial en invierno, sirviópara estimular y templar al mismotiempo a sus hijos. Como regiónmontañosa que une la India, el Asiacentral, el Oriente Medio y Europa,Irán facilitó las invasiones de los grie¬gos y los árabes que venían del oestey de los turcos seleúcidas y los mon¬goles del este; su pueblo entró así envivo contacto con las más diversastradiciones.
Los períodos en que Irán pasó alataque, cuando los ejércitos persasavanzaban hacia el Oriente o el Occi¬dente, también contribuyeron a dar alpaís una mezcla de humanismo, capa¬cidad de reflexión y sentido práctico.
Dado que el carácter iranio seexpresaba típicamente en lo que eraútil al mismo tiempo que bello, con¬viene que comencemos examinandola ciencia del país a partir de la medi¬cina. Digamos en seguida que de lamedicina irania puede enorgullecersesin reservas el hombre moderno.
La tradición médica de Irán era ya
antigua cuando las conquistas de Ale¬jandro Magno unieron la meseta persacon el mundo helénico. El mito persa
atribuye el comienzo del arte de curarenfermedades a Jamshid, el cuartohéroe y rey legendario de Irán.
Mucho más tarde, el más grande delos historiadores persas de la medi¬cina, Ibn abi Usaybi, pensó que unaciencia tan ilustre tenía que procedernecesariamente, como el Corán, deuna revelación divina. Con tales ante-
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DESMOND STEWART es un autor británicoque ha escrito profusamente sobre el OrienteMedio. Durante varios años se dedicó aestudiar los orígenes de la ciencia en elmundo árabe y su influencia en otras cultu¬ras. Entre sus obras se cuentan Early Islam,The Middle East : Temple of Janus (historiadetallada de la región, desde 1869 hastanuestros días) y The Arab World.
cedentes, el médico persa, que engeneral pertenecía a una familia noble,tenía una posición social más elevadaque sus colegas del mundo greco-romano.
Al mismo tiempo, la amplitud deespíritu de reyes tan famosos comoCiro y Darío permitió que se invitaraa médicos egipcios (sobre todo a losespecializados en las enfermedadesde la vista, tan comunes en el Orientepolvoriento) a sus cortes imperiales.
Esa tolerancia dio más tarde porresultado la creación de escuelas demedicina en el Irán sasánida. Efecti¬
vamente, en los tres siglos que trans¬currieron entre la conversión de
Constantino, y la ascensión del Islam,la persecución bizantina contra losherejes y paganos hizo que se despla¬zaran hacia Oriente, primero los médi¬cos-eruditos nestorianos de Siria yluego los últimos neoplatónicos deGrecia. Y todos encontraron hospita¬lidad del otro lado de la frontera en el
Irán sudoccidental.
Una ciudad, Jundlshapur, cerca dela moderna Ahwaz, acogió a toda unauniversidad cosmopolita dedicadasobre todo al cultivo de las ciencias.
La universidad alcanzó su zenit bajoNushirvan, conocido en Occidente conel nombre de Cosroes el Grande.
En la escuela de medicina, la mayorparte de la instrucción se impartía ensirio, pero los eruditos de Jundishapurhablaban sánscrito, griego y pahlavi.La universidad fue fecunda en obras
originales, además de hacer traducirautores griegos e hindúes con enco-miable fervor. Una de las obras pro¬ducidas durante el periodo sasánidafue una enciclopedia en treinta volú¬menes sobre todos los venenos cono¬
cidos y sus propiedades.
Los invasores árabes del siglo Vilrespetaron Jundishapur, pero influyeronen la lengua persa de manera similar acomo Guillermo el Conquistador influyóen la anglosajona. A partir de entoncesy durante algunos siglos el árabe fuela lingua franca de todos los musul¬manes cultos.
Y sin embargo, lejos de ponerlímites al genio persa, la conquistaislámica le ofreció todo un nuevo uni¬
verso en el cual ejercer su acción. Laciencia irania floreció particularmentecuando los Abasidas trasladaron la
capital del califato de Damasco, tancercana al Mediterráneo helénico, a
por Desmond Stewart
Bagdad, que estaba a sólo un día deviaje de las colinas persas.
Bagdad fue fundada a mediados delsiglo VIII por Mansur, un califa beli¬coso al que atormentaba la indigestión.Curado por el médico principal deJundishapur, que fue llamado a lacapital cuando "los médicos perso¬nales de Mansur reconocieron que
nada más podían hacer por el califa,éste alentó la inmigración de sabiospersas de dicha ciudad, que bajo losdescendientes de Mansur se convirtióen auténtica invasión.
Los Abasidas reinaron en Irak desde
el siglo VIII hasta la derrota final porlos mogoles en 1258. Los miembros dela dinastía no sólo se casaron con
mujeres iranias sino que patrocinaronuna acción cultural en la que los ára¬bes dominaron ampliamente los estu¬dios relacionados con el lenguaje
teología, poesía y derecho a la parque dejaban a los extranjeros, y enparticular a los persas, lo que hoypodríamos llamar ciencias físicas oprácticas.
E,INTRE los logros más im¬
portantes de los iranios debe seña¬larse la conservación y transmisión delo que los hombres de ciencia habíandescubierto en tiempos anteriores. Elbisnieto de Mansur, al-Ma'mum (cuyamadre y cuya esposa eran persas)fundó una «Casa de la Sabiduría» com¬
parable en importancia cultural alMuselon creado por los Ptolomeos enAlejandría más de mil años antes. Jus¬tamente, gran parte de la ciencia deAlejandría fue traducida al árabe, amenudo a través del sirio, para la Daral-Hikmah (DAR) de Ma'mun.
La figura más famosa de esta insti¬tución fue Hunayn ibn Ishaq, nacidoen Hira, en Iraq. Hunayn fue reco¬giendo con verdadera pasión losmanuscritos médicos de Galeno, y nose consideró satisfecho hasta queobtuvo los más exactos textos dispo¬nibles, para lo cual hubo de hacerviajes agotadores por el MedioOriente. Otros sabios tradujeron lageometría de Euclides, el Almagestode Ptolomeo y las obras de Arquí-medes, el más grande exponente de laciencia aplicada de la Antigüedad.
Sólo a fines del siglo XII, trescientosaños después de la muerte de Hunayn,volvieron esas obras a Europa gracias
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Ya en el siglo X de nuestra era, loscientíficos y artesanos persas eran célebrespor la invención y la fabricación deinstrumentos de astronomía. Estos
astrolabios persas del siglo XVII, conlos que se observaba el movimientode los cuerpos celestes, son un ejemplode las cualidades de precisión y de primoren la concepción y la manufactura dedichos instrumentos, que valieron alos persas gran pretiglo en Asiay en Europa.
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Fotos © Henry Cohen - Conservatoire Nationaldes Arts et Métiers, París
Durante la Edad Media, el estudio de los astros formaba parte de la educacióncorriente de cualquier persa culto. Esta representación de la constelación deVirgo, en forma de figura humana, con puntos que indican las estrellas, ilustraun Tratado de las estrellas fijas, de Abd ar-Rhaman As-Sufi, científico iraniodel siglo X. La ilustración está tomada de un ejemplar de la obra de As-Sufique copió su hijo en el año 1009 y que se conserva actualmente en eldepartamento de libros orientales de la Biblioteca Bodleyana de Oxford. LasIlustraciones del tratado de As-Sufi demuestran que los musulmanes transforma¬ban la representación clásica de las constelaciones, atribuyéndoles una formahumana, tanto por los trajes cuanto por la fisonomía, típicamente oriental,particularmente en las figuras femeninas.
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Una de las principales aportaciones de los persas en la esfera de la medicinafue su concepción de los hospitales. Se ha llegado incluso a decir que el hospitalmoderno es una prolongación directa de los establecimientos Iranios. A los médicosy profesores de medicina persas se les llamaba desde Bagdad y otras ciudades,donde formaban parte del personal de los hospitales y escuelas de medicina.Esta pintura, que se conserva en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York,nos muestra cómo preparaban las medicinas los farmacéuticos persas,hacia el año 1224 de nuestra era.
En los antiguos libros persas de medicina se encuentran descritasdiversas operaciones quirúrgicas, desde la trepanación del cráneohasta la excisión de las venas varicosas. Se cree que los médicospersas empleaban muchas drogas químicas, de las cuales lassulfamidas de hoy serian, en cierto modo, herederas. Este grabadomedieval persa muestra a un médico curando el oido de un paciente.
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Los médicos persas no se limitaron a desarrollar nuevos tratamientos a basede drogas medicinales, sino que adoptaron los métodos científicos de otros pueblosy los modificaron gracias a sus propios descubrimientos. En los hospitales seestimulaba la especiallzación. He aquí un tratamiento que se aplicaba a la columnavertebral, tal como lo representa esta miniatura persa del siglo XII.
LA CIENCIA IRANIA
(viene de la pág. 12)
a las actividades de hombres como
Gerardo de Cremona que trabajaba enToledo, en la frontera de la Españacristiana y la España musulmana.
Pero los médicos iranios también
hicieron contribuciones originales a lamedicina tanto en el diagnóstico delas enfermedades (por ejemplo, la tosferina) como, lo que es aún más impor¬tante, en su tratamiento. El hospitalmoderno desciende en línea directa
del maristan islámico, que los Cruza¬dos vieron en Tierra Santa y losviajeros en Egipto. Pues bien, el ma¬ristan tuvo su origen en Persia.
El más grande de los clínicos me¬dievales fue Razi, nacido cerca de laTeherán actual en 865. Aunque viviósiete siglos antes de que se formularapor primera vez la teoría de las bac¬terias, Razi comprendió intuitivamentela importancia de la higiene. Cuandose le pidió que escogiese un terrenopara construir un nuevo hospital enBagdad, colgó trozos de carne frescaen diferentes puntos de la ciudad,extensa y circular. En el lugar en quela carne tardó más tiempo en descom¬ponerse, decidió que se levantaría elmaristan.
Razi fue un escritor fecundo, quededicó a la medicina la mitad de sus
200 obras notables. Su descripción dela viruela, diferenciándola claramentede las demás enfermedades eruptivas,permitió más tarde a los médicosdiagnosticar la tan temida enfermedady prever su curso. Su tratamiento sebasaba en una buena dieta y en unambiente cómodo e higiénico para elenfermo. Hasta la fecha no se ha
mejorado radicalmente ese trata¬miento.
El legado más importante de Razifue su monumental enciclopedia, enla que fue dejando constancia tantode sus vastas observaciones clínicas
que le valieron el título honorífico de«El Sabio» como de todos los conoci¬
mientos acumulados por médicos grie¬gos, sirios, árabes, indios y persas.
Otro médico igualmente polifacé¬tico fue Ibn Sina (980-1037). La ver¬sión latina de su nombre, Avicena, nosrecordará que su reputación, despuésde atravesar toda clase de fronteras,
ha llegado hasta nuestros días.
Su Canon de la Medicina, una enci¬clopedia de un millón de palabrasrelativa al tratamiento de la enferme¬
dad en todos sus aspectos, constituyóel texto modelo de enseñanza en las
universidades europeas desde que setradujo al latín en el siglo XII hastala revolución que transformó la medi¬cina en el siglo XVII. Sólo Galenosuperó semejante record de validezde las ¡deas científicas.
Aunque viviendo en siglos diferen¬tes, Razi e Ibn Sina compartieron elenfoque pollmático que caracterizó losestudios del Islam medieval. El cente¬
nar de obras de Razi no consagradas ala medicina trataban de alquimia, teo¬logía y astronomía; las obras escritaspor Ibn Sina ajenas a los conocimien¬tos médicos se ocupaban de filosofía(y en ellas hizo Avicena la síntesis de
Aristóteles, del neoplatonismo y de lateología islámica), de astronomía y dematemáticas. Señalemos, como inno¬vación interesante, que Ibn Sina escri¬bió algunos de sus libros en persa.También fue poeta.
Persia fue una importante vía detransmisión para los numerales hindúesen su viaje hacia Occidente.
Estos numerales se difundieron porprimera vez en el mundo islámico du¬rante la primera mitad del siglo IXgracias a Alchwarizmi, cuyo nombre(del que se deriva la palabra española«algoritmo») indica que procedía deuna ciudad situada al sur del Mar
de Aral. Astrónomo y geógrafo, fuetambién matemático de la corte de al-
Ma'mun, el fundador de la Casa de laSabiduría. Sintetizando los conocimien¬
tos matemáticos griegos e indios,tuvo Alchwarizmi más influencia sobre
el pensamiento matemático medievalque ningún otro científico de sutiempo.
Sin embargo, hubo una sorprendentedemora en la aceptación por los euro¬peos de los números hindúes ya modi¬ficados por los musulmanes. Sólo en1202, Fibonacci (un italiano vinculadoa los países de Africa del Norte)publicó, con extraño título, su Librodel abaco, en el que se explicaba porprimera vez el sistema numeral que,lentamente, daría por resultado elabaco.
Como ya hacía varios siglos que losárabes del Norte de Africa venían
utilizando los números hindúes, los
europeos los designaron con el nom¬bre de números arábigos; en la mismaépoca, otros los llamaron números«judíos», ya que los judíos estabanmucho más adelantados que sus con¬temporáneos cristianos en el conoci¬miento de la ciencia Islámica.
Junto con los números hindúes se
transmitieron, a través de matemáti¬cos iranios como Alchwarizmi, el
sistema decimal indio y la noción decero. La palabra árabe para designarun objeto vacío, sífr, se tradujo al latínpor zephyrum. Además de usar la pa¬labra «cero», derivada de esta última,
el español mantiene la palabra originalsifr en el término «cifra» (análogo alfrancés chiffre y al inglés cipher).
El empleo de los números hindúesy del cero permitió a Alchwarizmicomponer el primer libro de textofácilmente comprensible sobre álgebra.La palabra deriva probablemente delKetab al-Jabra wa'l-Mugabala deAlchwarizmi que se puede parafrasearaproximadamente como «el arte dereunir datos desconocidos para obte¬ner una cantidad concreta».
Alchwarizmi tardó tres siglos enllegar a Occidente. En 1126, Adelardde Bath, un inglés que había viajadohasta el Oriente Medio, tradujo al latínsus tablas astronómicas, que compren¬dían tablas de senos. Así introdujoAdelard la trigonometría en Europa.El álgebra llegó a través de dos ver¬siones publicadas en el mismo año,1145. La primera era obra de John de
Esta miniatura persa del siglo XV, proveniente de Shlraz, ilustra de manera excelentealgunos de los oficios y técnicas por los cuales Persia ha sido célebre durantemiles de años: la fabricación de tapices, el tejido y el bordado (abajo a la derechay arriba a la Izquierda), la manufactura de objetos de bronce y otros metales(abajo a la izquierda). Obsérvese la forma extraña de los fuelles que utilizaban losartesanos para atizar los hornos (al centro, a la izquierda).
Chester (que había vivido en España) yla segunda de Platón de Tivoli, que sebasó en la traducción hebrea de su
amigo Abraham bar Hiyya.
En algunos casos los hombres deciencia Iranios se ocupaban de trans¬mitir directamente su saber. Un nota¬
ble ejemplo de ello es al-Buruni,prácticamente contemporáneo de IbnSina y nacido, como el inventor delálgebra, en Chwarizm. Además dematemático, astrónomo, enciclopedistay filósofo racionalista (argumentabaque la exclamación «Alá sabe más quenosotros» no justificaba la ignorancia),al-Buruni fue también geógrafo y rea¬lizó numerosos viajes. Como resultadode éstos, dejó una descripción de laIndia. Tradujo obras de ciencia sáns¬critas al árabe y al mismo tiempo trans¬mitió a los hindúes los conocimientos
islámicos. Como él mismo había deter¬
minado exactamente las latitudes ylas longitudes y estudiado la rotaciónde la tierra sobre su eje, era mucholo que tenía que transmitir.
Uno de los grandes matemáticosiranios murió pocos años antes deque Adelard de Bath publicase sutraducción de Alchwarizmi. Ornar
Khayyam, que vivió desde mediadosdel siglo XI hasta principos del XIIy cuya obra, el Rubaiyat, conoció la
gloría en Occidente cuando EdwardFitzgerald la tradujo en el siglo pasa¬do, fue famoso en vida como mate¬mático. «Su álgebra escribe el histo¬riador de la ciencia George Sartoncontiene soluciones geométricas yalgebraicas de segundo grado, unaadmirable clasificación de las ecua¬
ciones, incluida la cúbica, una tenta¬tiva sistemática de resolverlas todas,
y soluciones geométricas parcialespara la mayor parte». Su calendarioera probablemente más exacto que elgregoriano.
Las invasiones mongoles hicieronestremecerse los cimientos de la
cultura islámica. Pero cabe recordar
un resultado positivo de su dominioen Irán. Los teólogos islámicos, comolos cristianos, condenaban la prác¬tica de la disección de cadáveres,obstaculizando así el estudio serio de
la anatomía. Sin embargo, en el sigloIX Yuhanna ibn Masawayh usaba mo¬nos para la disección. Pero su estu¬dio sistemático sólo fue posible bajola relativa libertad que concedía elimperio mongol. El resultado fue laAnatomía ilustrada (1396), de Mansurbin Faqih llyas. Sus ilustraciones a p(también abominables deste un punto I ÍJde vista estrictamente teológico)fueron otro resultado de la toleran¬
cia mongol.
El arte sagrado en
por Seyyed Hossein Nasr
AM^Wt lo largo de toda la histo¬
ria de Persia ha existido, de modoconstante, una relación particularmenteestrecha entre el arte y la disciplinaespiritual impuesta por la religión do¬minante en cada período. Por estarazón, al estudiar la cultura persa, aveces es difícil distinguir el arte sagra¬do del arte tradicional del cual forma
parte. De todos modos, cabe emplearla expresión «arte sagrado» paradesignar exclusivamente las manifes¬taciones artísticas tradicionales quetienen relación directa con los princi¬pios espirituales, con los ritos religio¬sos y de iniciación, con los temassagrados y la simbología de carácterespiritual.
Dado que el arte sacro constituyeun puente entre el mundo material yel mundo espiritual, resulta insepara¬ble de la religión que lo inspira.Podemos hablar, con toda propiedad,de un arte sagrado hindú, búdico omahometano; no así, por ejemplo, deun arte sagrado de la India, puestoque en este caso estaríamos refirién¬donos a un país y a un pueblo.
Es innegable que a veces una reli¬gión toma ciertas formas y símbolosartísticos de otra, pero el espíritu quelos anima sufre una transformación
en ese proceso. Tanto el Islam comoel cristianismo ortodoxo adoptaron latécnica de la construcción de cúpulasde los sasánidas, pero los edificiosque erigieron reflejan dos tipos de artediferentes.
El arte islámico tomó muchos moti¬
vos artísticos de la Persia preislámicaasí como del Asia central, pero el
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SEYYED HOSSEIN NASR, v/cerrector de laUniversidad de Teherán, es profesor de his¬toria de la ciencia y de la filosofía de laFacultad de Artes y Letras y decano de lamisma. Es además miembro del ConsejoSupremo de Cultura y del Consejo Nacionalde Educación Superior del Irán. Ha escritodoce libros y más de cien artículos en Inglés,francés, persa y árabe. Entre sus obras eninglés pueden citarse An Introduction toIslamic Cosmologlcal Doctrines y Scienceand Civilization In Islam. En francés ha apa¬recido su Histoire de la philosophie islami¬que (en colaboración con H. Corbin). LaUnesco publicó en 1968 su libro Irán. El arti¬culo que ofrecemos a continuación se basaen una Investigación realizada por el autorsobre el arte sagrado en la cultura persa.
la cultura persa
La Mezquita del Shah, en Ispahan, antigua capitalreal, constituye una de las expresiones másmajestuosas del arte sagrado persa. Fue cons¬truida de una sola vez, en menos de dieciochoaños, durante el glorioso reinado del ShahAbbas I (1587-1629). La fotografía, tomada a unahora propicia, ofrece una Imagen sorprendentede su primorosa arquitectura: la simetría perfectade las sombras y de la luz hace resaltar la rique¬za y la elegancia de la construcción.
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espíritu de la nueva religión los trans¬formó haciéndolos servir de soportespara las estructuras artísticas cuyaconcepción era enteramente de ca¬rácter islámico.
La mayor parte de los vestigios másimportantes del arte persa del períodopreislámico son de índole religiosao regia. Y dado que la monarquía erade naturaleza casi religiosa, el arteregio se identificaba a su vez con lavisión zoroástrica del mundo.
A. U. Pope ha insinuado que Persé-polís fue construida como un palaciodestinado al mismo tiempo a las cere¬monias religiosas y a los objetivos delpoder político. La arquitectura del edi¬ficio y la disposición de los jardinesse ciñen a la forma mándala (decuadros y círculos concéntricos) yconstituyen un «recuerdo» del paraíso.Tanto la palabra paraíso como su equi¬valente en árabe, firdaws, provienendel avestán pairi-daeza que significajardín.
Entre las formas del arte sacro
mazdeista de la Persia preislámica sepuede incluir la arquitectura de lostemplos del fuego, la música y lapoesía que acompañaban los ritos delzoroastrismo y los hábitos sacerdo¬tales que pueden verse en algunasimágenes.
El zoroastrismo, igual que susucesor, el islam, no tuvo ídolos, adiferencia de las otras religiones indo¬europeas y de la religión de la Greciaantigua. Por tal razón, en la Persia deesa época no existe una estatuariasagrada. Para encontrar imágenessacras esculpidas hay que remontarsea las religiones del Irán anteriores alzoroastrismo. Ni siquiera el culto deMitra, que tiene antecedentes en elzoroastrismo y que dio origen a mu¬chas esculturas fuera de Persia,
dejó ninguna estatua en el país. Laimagen de Ormuz, representado pordos alas, es dentro del zoroastrismolo que más se acerca a una efigie.Pero aun estas representaciones deldios del bien están talladas en grandesbloques de piedra o en las laderasde las montañas, y no en forma deestatuas.
Los ángeles del zoroastrismo, quecorresponderían a las divinidades o
SIGUE A LA VUELTA
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La belleza y la abundancia de sus dibujos geométricos o caligráficos y de sus lineasarquitectónicas han hecho célebres en el mundo entero a las mezquitas de Ispahan.A la derecha, la cúpula de la mezquita del Shah; sus tracerías de tejas esmaltadas ysus caracteres caligráficos simbolizan vigorosamente la noción persa de «Jamal» oDivina Belleza. Abajo, la cúpula de la misma mezquita vista desde el Interior; por sucentro pasa un haz de luz solar que ilumina la delicada decoración y las enrejadasventanas. Arriba, la cúpula de la mezquita de Lotfollah (siglo XVII); por efecto de lafotografía, lo que en realidad es graciosa curva de ojiva se convierte en pura línea recta.
EL ARTE SAGRADO PERSA (cont.)
dioses de las religiones indoeuropeas,eran entidades espiritualizadas cuyarepresentación en formas e imágenesconcretas los asemejaría'a las efigiesde Cristo y de la Virgen María másbien que a las estatuas de divinida¬des de las religiones antiguas.
La correlación entre el arte y la reli¬gión se afirmó aun más durante elperíodo islámico. Los gremios de arte¬sanos que se habían establecido enlas ciudades islámicas mantenían una
relación estrecha con el sufismo, nom¬bre con el cual comenzó a conocerse
el misticismo islámico a partir delsiglo VIII o IX de nuestra era. Estarelación subsiste todavía en algunoslugares y los jefes de los gremios eranIniciados en los misterios del sufismo
y aprendían las doctrinas metafísica ycosmogónica en que se basa el sim¬bolismo del arte islámico.
Antes de que la industrializaciónrelegara el arte a las galerías y museosno existía el concepto artificial de
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«bellas artes». Los utensilios de uso
diario de las civilizaciones antiguas,que para nosotros constituyen ahoraobjetos de arte que hay que conser¬var en los museos, son una pruebade que entonces existía un nexo orgá¬nico entre el arte y la vida.
Los términos que en la cultura persase emplean para designar el artefan, hunar y, a veces, san'at revelansu carácter universal . y su conexióncon todos los aspectos de la vida.Los persas dicen que todo encierrasu fan, o sea, la manera correcta dehacerlo; o que se necesita hunar pararealizar un acto determinado. La pala¬bra san'at, que actualmente se empleatambién para significar la tecnología,designa la artesanía que en nada sediferencia de las artes plásticas.
Es erróneo hablar de arte «y» deartesanía, pues se trata de una mis¬ma cosa. Fabricar un plato o un cán¬taro hermoso supone tanto arte como
pintar una miniatura. Esta unidad es
evidente sobre todo en la tradición
persa, debido a que se trata de unode los pueblos de mayor capacidadcreadora y artística; la finura de susentido estético se advierte en todos
los aspectos de la vida tradicional,desde la arquitectura y la jardineríahasta la cocina e, incluso, el acto defumar el narguile.
Las ciencias herméticas y, en espe¬cial, la alquimia desempeñaron en lacultura persa del período islámico unpapel de intermediarlas entre las doc¬trinas puramente metafísicas y cosmo¬lógicas del islamismo y el arte defabricar objetos. Para la mentalidadislámica, la función del arte es enno¬blecer la materia. Análogamente, laalquimia es una ciencia simbólica delos objetos materiales que demuestrala correlación entre los minerales ymetales, por una parte, y los mundosespiritual y físico, por otra.
La relación entre el arte de Persia,
así como el arte islámico en general,
y la alquimia ha sido muy estrecha.Los colores empleados en muchasobras de arte, lejos de obedecer sim¬plemente a un capricho del artista,corresponden a su simbología alquí-mica.
Por medio de la alquimia y las cien¬cias cosmológicas similares, el Islamcreó una atmósfera que era islámicaasí en la forma como en el contenido
y en la cual los principios religiosos yespirituales estaban encarnados en lamateria, es decir en el mundo de lavida cotidiana del hombre, ejerciendoconsecuentemente una profunda in¬fluencia en toda su actitud mental.
El arte sagrado del Islam, por suforma y por su espíritu, tiene susfuentes en la Palabra Divina revelada
en el Corán. Dado que la Palabra fuerevelada por medio de un libro, y node un ser humano como en el cris¬
tianismo, al arte sacro conciernen laescritura y el sonido de las palabrasdel Libro Sagrado.
SIGUE A LA VUELTA
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EL ARTE SAGRADO PERSA (cont.)
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La más alta expresión del arte sacrodel Islam es la arquitectura de lasmezquitas y la caligrafía, que estáníntimamente relacionadas con el signi¬ficado y la forma del Corán y puededecirse que emanan de él.
El espacio que se crea en el inte¬rior de una mezquita no es en modoalguno arbitrario o accidental. Se loha concebido así, deliberadamente,para que la Palabra se difunda sinningún obstáculo en un espacio ilimi¬tado y armónico, lleno de paz y equi¬librio, en el cual el Espíritu se hallaen todas partes y no está localizadoen una Imagen o una estatua.
La arquitectura de las mezquitasse halla, pues, determinada por el espí¬ritu del Corán, aun cuando la técnicade la construcción provenga a vecesde fuentes sasánidas, bizantinas o deotro origen. El contorno exterior delas mezquitas refleja, de manera sim¬bólica, los diferentes Nombres y Cua¬lidades Divinos (asma'wa sifat): lacúpula corresponde a la Divina Belleza(¡amal) y los minaretes a la DivinaMajestad (¡alai).
Hubo una variedad de estilos arqui¬tectónicos que se desarrollaron con¬forme al carácter de cada uno de los
pueblos que los creaban, pero entretodos esos estilos existe un elementobásico reconocible: construcciones tan
diferentes como la mezquita de Cór¬doba, la mezquita Jami de Ispahan yla mezquita de Delhi pertenecen a unmismo universo espiritual.
De modo análogo, la caligrafía estáíntimamente relacionada con el Corán
en sus formas y su simbología y hadado origen, dentro del arte Islámico,a una vigorosa expresión decorativaque representa, al mismo tiempo, unestilo espiritual. En la arquitectura demezquitas a base de azulejos, típicade Persia, están reunidas las dos for¬mas fundamentales del arte sagrado:la arquitectura y la caligrafía.
Uno de los rasgos más notables dela arquitectura islámica, prácticamenteúnico en la historia del arte, es quedesde sus comienzos alcanzó un gra¬do de perfección que se ha conser¬vado hasta la época actual. A pesarde algunas variantes, puede advertirseuna permanencia y una continuidadde estilo que van desde la mezquitade Damaghan hasta las mezquitasconstruidas en nuestros días.
El hogar tradicional persa es, encierto modo, una continuación de lamezquita en el sentido de que prolon¬ga su pureza y su sencillez. La lim¬pieza ritual de los tapices sobre loscuales se puede orar y por los quese camina descalzo, el «vacío» de lashabitaciones tradicionalmente despro¬vistas de muebles, establecen, entreotras características, una relaciónespiritual entre la casa y la mezquita.
También las artes menores tienen su
importancia debido a que imprimen«el sello de lo sagrado» incluso enel más común de los objetos querodean al hombre en su vida cotidiana.
Las alfombras son una recapitulación
del paraíso, encerrado en un marcoy convergiendo hacia el centro, a lamanera de los jardines persas.
Las miniaturas, que guardan unaafinidad tan estrecha con las ilustra¬
ciones de los libros, son una prolon¬gación de la caligrafía y recuerdan,asimismo, el esplendor del paraíso.
La fuerza espiritual en que se asien¬tan la poesía y la música de todos lospueblos islámicos es el canto y la reci¬tación del Corán, que constituye laforma audible del arte sagrado porexcelencia. La lengua persa, tal comola conocemos hoy día, se formó acomienzos del período preislámico, porlo cual el espíritu y la forma del Coránejercieron en ella, y especialmente ensu poesía, una influencia incluso mayorque en el árabe, cuya tradición poéticaya estaba formada en la época de laRevelación de la Palabra.
Este fenómeno, junto con el geniopoético de los persas, explica laextraordinaria riqueza de la poesíareligiosa y mística en lengua persa.Aunque no se trata de un arte sagra¬do en sentido propio, la poesía persa,y en particular la poesía sufí, estádirectamente relacionada con el Corán.
Si el árabe es la lengua de la Palabrala lengua en que Dios habló, por
intermedio de Gabriel, al Profeta del
Islam , podría decirse que el persa esel lenguaje de los ángeles, la lenguadel paraíso.
La música persa tiene sus orígenesen la de los antiguos pueblos ariosy se asemeja a la música griega dela época de Pitágoras. La ausencia detodo carácter social en la música persadel período islámico indica que éstase recogía en sí misma a fin de con¬vertirse en un arte contemplativo.
En su contexto puramente musicalasi como en su relación con la poesíasufí, con la que ha estado estrecha¬mente vinculada, la música persaconstituye una ayuda poderosa paraalcanzar el estado de contemplacióndel sufismo. No es puramente casualel hecho de que, a través de los siglos,la mayoría de los músicos persashayan pertenecido al sufismo.
La forma artística persa que más seaproxima al teatro litúrgico o sagra¬do de otras tradiciones es el ta'ziyaho representación de la pasión, pecu¬liar de la escuela chiíta.
Una de las características esencia¬
les del ta'ziyah es que el públicointerviene en la representación igualque los actores, y todos participancon total entrega de sí mismos en loshechos de la historia sagrada querelata la pieza dramática.
El arte persa en general y su artesagrado en particular constituyen unaherencia de increíble riqueza. Graciasa su gran talento creador y a su sen¬tido artístico, los persas lograronconcebir un arte espiritual y sensuala la vez, que revela la belleza de estemundo pero también su carácter efí¬mero. Esta herencia es todavía una
realidad viva para los persas y untesoro inestimable para todos.
Foto © Giraudon, París
Montado sobre Buraq, su corcel con cabeza humana, Mahomacontempla las llamas del infierno. Esta miniatura de un artista persaanónimo de mediados del siglo XV está tomada del precioso manuscritodel Mi'raj Ñama o Libro de la Ascensión, que se conservaen la Biblioteca Nacional de París.
El ciprés, considerado por los jóvenes y las mucha¬chas como símbolo de la belleza y la esbeltez,aparece a menudo en las miniaturas persas querepresentan parejas de amantes. Esta, ejecutadahacia 1575 y atribuida a Mohammedi, el artista másdestacado de los últimos años del reinado del Shah
Thamasp, se conserva en el Museum of Fine Arts deBoston (Estados Unidos).
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El jardín en la alfombraLa alfombra en el jardínde Alá están representados, no solamente por el agua y
Igual que el arte de la caligrafía, las miniaturas ylos tapices persas se proponen evocar el esplendordel paraíso. En este «Retrato de Cosroes presen¬tado a Quirina» (a la izquierda), la pareja cuyosamores celebra el Libro de los Reyes, los jardines
las flores sino por el tapiz que es, en si mismo,la reproducción de un jardín. El autor de esta miniatura es Ruhallah Mirak, artista oriundo de Jorasán,conocido en su época también como atleta y luchador. Arriba, un tapiz del siglo XVII, conservado en el Museode Artes Decorativas de París: los árboles rodeados de lirios y los canales en los que nadan los peces evocanasimismo la imagen del paraiso prometido por el Profeta.
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Arriba a la izquierda, reflejándose en la fuente delas abluciones, vemos la bóveda de alvéolos,adornada con azulejos y tejas barnizadas, deliwan (o porche) septentrional de la Mezquita delViernes, en Ispahan. ¿Cómo se apoya tan com¬plicada construcción? La foto de abajo a laizquierda, tomada tras la fachada, nos lo muestra.De la antigua capital de Persia dícese que es«la mitad del mundo», de lo que daría fe la Mez¬quita del Viernes. En efecto, reconstruido en 1121sobre el solar de una mezquita- seleúclda, esteedificio conserva intactos elementos arquitectó¬nicos y adornos de los periodos timúride y turco¬mano.
PAGINAS EN COLOR
Página de la derecha
Envuelta en un intrincado diseño de azulejos, laMasjid-I-Jami (Mezquita del Viernes) de Yazd(Irán central), que data del siglo XIV, es un magni¬fico ejemplo del arte persa en la decoraciónexterior de la arquitectura religiosa. En la partesuperior del frontispicio ricamente adornadopuede verse la base de los dos minaretes geme¬los de la mezquita, los más altos de todo el Irán.Otras mezquitas y mausoleos de Yazd estánadornados con finos y elegantes relieves deestuco. Sobre el horizonte de la ciudad se levan¬
tan los minaretes y numerosas altas torres, llama¬das badgir, que en el intenso calor del veranohacen circular por los edificios el aire refrescadobajo tierra.
Foto Paul Almasy - El Correo de la Unesco
Páginas centrales
Izquierda
Arriba a la izquierda, un dromedario de vidrio delsiglo XII, encontrado en Gorgan, cerca del extre¬mo sudoriental del Mar Caspio. Antiguamenteconocida con el nombre de Astara bad, Gorgan sehallaba en la ruta de las caravanas y era uncentro de comercio de las tribus nómadas delnorte, famosas por su cerámica. Arriba a la dere¬cha, un unicornio de barro, del siglo IX a. deJ.C, proveniente de Azerbaïdjan. Las represen¬taciones del unicornio son sobremanera raras enel arte persa de este período, durante el cual lasfiguras animales preferidas por los alfareros eranel caballo, el ciervo y el ¡bis. Abajo, un magní¬fico vaso de oro descubierto en Hamadan, Iránoccidental, del que se cree que data del siglo Va. de J.C. El león alado, con las tradicionalesorejas redondas, la crin desmelenada hacia losflancos y las alas con tres hileras de plumas, esuna obra maestra de la orfebrería Irania. El bordedel vaso está adornado con botones y flores deloto. Primitivamente, este tipo, de vasos se fabri¬caba con cuernos de animales, material que pos¬teriormente fue sustituido por el barro cocido, eloro y la plata.
Fotos Paul Almasy - El Correo de la UnescoMuseo Arqueológico de Teherán
Derecha
Dibujos geométricos y florales, realizados conazulejos brillantes y armoniosos, adornan esteminarete que se alza en el santuario del ShahAbdul Azim en Ray, cerca de Teherán. El mau¬soleo es un lugar de peregrinación desde laépoca medieval, pero el edificio actual, con suinmensa cúpula dorada, data del siglo XIX. Ray,que fue una de las grandes ciudades de Irán,alcanzó especial importancia después del sigloVIII; en Asia occidental solamente podían com¬petir con ella Damasco y Bagdad. En el siglo X,el geógrafo árabe Yaqut la describió como unaciudad de extraordinaria belleza, construida ensu mayor parte con ladrillos y elegantementeadornada con azulejos de color turquesa.
Fotos Paul Almasy - El Correo de la Unesco
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Página de la izquierda
Dos de las 71 miniaturas que ¡lustran elmanuscrito de la novela de Varqe y Gol-shah (siglo XIII), descubierto hace algu¬nos años en los sótanos del Museo Top-kapi de Estambul (Turquía). Arriba, Varqeataca a un guerrero de Aden, traspasán¬dole el brazo con su lanza. Abajo, Varqe,herido, cae prisionero de Rabi ben Adnan,que monta un caballo de color rojo. Gol-shah, su amada, acude a rescatarle disfra¬zada de guerrero. El dístico que acom¬paña esta ilustración relata cómo «elcampo de batalla quedó bañado en luzcuando Golshah se quitó el velo quecubría su semblante». Las miniaturas
tienen un carácter simbólico : cuando el
poeta habla de dos ejércitos, el minia¬turista ' muestra sólo cuatro jinetes, sinpreocuparse además por representar loscaballos con colores «naturales». Véanse
también las fotos de la página 29.
Fotos © Ara Güler - Museo Topkapl, Estambul
LA NOVELA DE
VARQE Y GOLSHAHUn manuscrito iluminada
persa del siglo XIIIpor A.S. Melikian-Chirvani
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lACE diez años se des¬cubrió un manuscrito persa delsiglo XIII con el único texto conocidode «roman courtois», compuesto indu¬dablemente poco después del año mil.Tal hallazgo es todo un acontecimiento,especialmente porque el manuscritocontiene setenta y una miniaturas derara belleza que forman el único ciclocompleto de ilustraciones ejecutadasantes del siglo XIV para acompañaruna novela persa.
Para los historiadores de la lite¬
ratura o los especialistas en pinturade la época, el interés es evidente.Pero el hecho no concierne únicamenteal círculo limitado de los eruditos o
especialistas. El manuscrito de Varqey Golshah tal es el nombre de lanovela permite examinar, medianteun ejemplo concreto que se prestaa un análisis profundo, un problemafundamental: el de la naturaleza misma
del arte iranio y, a decir verdad, delarte oriental en su conjunto.
Desde sus comienzos, este arterevela una actitud ante el mundo total¬
mente opuesta a la de Occidente.Cuando representa una escena figu¬rativa, descarta todo lo que permitiríasituarla en el tiempo y en el espacio.
El rey que domina a un león en lasplacas de oro descubiertas en Zivié o
ASSADULLAH SOUREN MELIKIAN-CHIRVANIes miembro del Centro Nacional de Investi¬gaciones Científicas y del Centro de EstudiosSuperiores Islámicos Comparados de París.Historiador del arte especializado en elOriente Medio y crítico reputado, el señorMelikian-Chirvani, de origen iranio, es autorde un ensayo sobre las relaciones entre laestética literaria y la plástica en Irán, basadoen sus estudios sobre el manuscrito iluminadode Varqe y Golshah, que ha traducido al fran¬cés. Ha publicado numerosos artículos enrevistas especializadas sobre los objetos dearte metálicos de Irán y el mundo árabe yactualmente prepara el catálogo critico de laexposición internacional de arte Iranio queen 1973 organizará el Museo de Artes Deco¬rativas de París.
los toros alados que desfilan junto alos timbales de oro del noroeste iranio
no representan una anécdota concreta.Los gestos se hallan estilizados, lassiluetas en bajo relieve carecen desombra. No vemos ninguna plantarealista, ningún esbozo de paisaje quealuda al mundo circundante.
En Persépolis, dos siglos más tarde,sucede lo mismo. Los monumentos de
los siglos VI y V antes de Cristo sonel resultado lógico del arte de lossiglos X al Vil que conocemos casiexclusivamente a través de la orfe¬
brería y la cerámica, es decir, el primerclasicismo iranio.
En los muros de piedra, las silue¬tas desfilan, siempre idénticas. Loscipreses estilizados y regularmenteespaciados no definen un paisaje;sirven para dar un ritmo a la composi¬ción y para anotar, de manera casiabstracta, el concepto o la ¡dea de«árbol». Si el escultor esboza un dra-
peado, es para reducirlo a curvas decaligráfica perfección. Por los rostrosmodelados con suprema habilidad, queno permiten suponer la más mínimacarencia técnica en el artista, pasa lasombra de una sonrisa.
Esos desfiles de guardianes y deofrendas no tratan de describir loshechos tal como eran realmente en su
aspecto material, sino que representanun esquema ajeno al tiempo y al espa¬cio, ajeno al mundo de lo contingente.
Esta concepción que surge delOriente antiguo y que compartirá elarte griego de Asia durante todo elperiodo en que mantiene sus caracte¬rísticas orientales está en los antí¬
podas del arte occidental tal comonació en Grecia en el siglo de Pericles,apasionadamente consagrado a des¬cribir y, por tanto, a individualizar alhombre.
El rostro de Oriente es un arquetipo,el de Occidente es un retrato. El
estudio del carácter y la búsqueda de
matices psicológicos serán la obsesióndel artista griego. Con el andar deltiempo,- éste irá multiplicando losdetalles realistas. La perfección en laobservación anatómica del cuerpo y delas cosas de la Naturaleza, la habilidadpara representar la profundidad delespacio, para fijar la perspectiva, para«dar vida», como dirá admirativamenteen nuestros días la crítica de arte
europea, se convierten en criteriossupremos. Pero eso es precisamentelo que Irán desdeña.
La conquista de Irán por Alejandro,la instauración de una dinastía griegay la llegada de numerosos occiden¬tales hubieran podido apartar al paísde su meditación y desviar el cursode su arte hacia la descripción natu¬ralista tan cara a Europa. Pero no fueasí. El arte helénico de Irán al comienzo
de la época parta fue sólo un. accidentey no pasó de una absoluta mediocri¬dad. La adhesión de Irán, que podíasuponerse voluntaria, a los principiesdel arte occidental terminó con un
fracaso, como si una actitud esencial¬mente ajena a la visión oriental delmundo no pudiera ser más que unrevestimiento artificial. Y cuando
comenzó la era sasánida, en 224
después de Cristo, hubo un retornodefinitivo a las fuentes orientales.
Los caballeros que vemos saltar enlos bajorrelieves esculpidos directa¬mente sobre la pared rocosa de losacantilados del Fars o en el centro
de las copas de plata, surgen en unespacio que no es el de nuestromundo. Cuando el orfebre qunereprecisar la existencia de un paisaje,dibuja una montaña de tres cimasminúsculas; es decir, recoge la ideaen el sentido platónico de la palabra.A través de los estilos diferentes queiban a sucederse en adelante según
los lugares y las épocas, Irán no se y"fapartó nunca más de esa actitud í. Ifundamental.
Un arte enteramente consagrado a
SIGUE A LA VUELTA
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VARQE Y GOLSHAH (cont.)
eliminar de toda escena lo que puedatener de contingenté, de todo rostrolo que es personal y, por tanto, acci¬dental, con el fin de extraer del mundode las apariencias un lenguaje deesquemas y de símbolos, tenía que serel arte del signo por excelencia.
No sabemos lo que fue la caligrafíasasánida, aparte de algunas Inscrip¬ciones en lápidas que han llegadohasta nosotros. Pero desde el mo¬
mento en que comenzamos a com¬
prender el arte islámico, vemos queel Irán da al signo una importanciaque no hace sino aumentar. Pura cali¬grafía de las cerámicas del siglo Xen Neychabour (Nichapur) en el este,como en Susa en el oeste. Escrituras
monumentales del siglo XIV insertadasdirectamente en las líneas de ladrillos
de las mezquitas o de los mausoleos.
Asi dibujaban los artistas Iranios elnombre divino de Alá en la textura
misma de los muros como si quisierantraducir plásticamente el vértigo mís¬tico del sufí que pronuncia los noventay nueve nombres de Dios. En ningúnpaís del mundo se ha unido de talmanera a la estructura de un monu¬mento el llamado a la divinidad.
Se podría vacilar ante la interpreta¬ción que deba darse a estas manifesta¬ciones de la estética plástica si laestética literaria- no nos permitieraverificar que tanto una como otraexpresan una Idéntica percepción delmundo.-
La Importancia del manuscrito deVarqe y Golshah reside en el hechode que permite apreciar ese parale-
- lismo a partir del siglo XIII. El manus¬crito muestra de manera brillante quela literatura de Irán es una literaturade temas, así como su arte es un artede modelos.
Varqe y Golshah parece ser el másantiguo «roman courtois» que hayasobrevivido. El autor, del que sóloconocemos el nombre, Ayyughi, nosasegura haber empleado como fuenteslos libros árabes». Sin embargo, un
rápido análisis muestra que en reali¬dad ha entrelazado temas que seencuentran en otras partes, por ejem¬plo en el segundo «roman courtois»,por orden de antigüedad, Vis y Ramin,compuesto por Gorgan! hacia media¬dos del siglo XI.
Las dos novelas relatan la aventura
de unos adolescentes que se enamoranporque se han criado juntos. En cadacaso, la joven ha de contraer matri¬monio, por razones de conveniencia,con un príncipe al que no ama, peroconsigue evitar el acto nupcial. Volve¬mos a encontrar la anécdota del
soberano a quien la muchacha se le hanegado como esposa y que la rapta, ladel Joven amante que va en busca desu amada y llega al castillo donde hanencerrado a la joven.
Esta analogía es mucho más dignade atención si se piensa que tododebería separar las dos obras. Gor¬gan! afirma que traduce su obra delpahlavl, y no de un cuento «árabe»;describe la sociedad del Irán feudal,
mientras que Ayyughi pretende intro¬ducir beduinos en el relato.
La presencia de temas idénticos endos novelas cuyas fuentes, segúnconfesión de los autores, son tan dife¬rentes, da fe de la atracción irresisti¬ble que sobre el autor ejerce elrepertorio tradicional. NI el escultor niel pintor ni el escritor desean esencial¬mente inventar e innovar. Escogentemas que ya otros han meditado enépocas anteriores y los ordenan enuna trama que les interesa o agrada.
Esa actitud se .halla vinculada aotras actitudes paralelas que aquíresumiremos en pocas palabras: la deldiscípulo formado por la enseñanza delmaestro para quien la finalidad supremaes captar profundamente su sentidoantes.de proseguir su propia medita¬ción; la del poeta para quien el artees una forma del conocimiento o, másbien, un instrumento para transmitirlo.Y la enseñanza espiritual no es unaobra de fantasía que se inventa. Esuna disciplina en la que hay que ini¬ciarse, un modelo que se imita, unlenguaje que se llega a dominar.
Esta actitud y esta percepción delmundo caracterizaron todas las formasde la creación en Irán. Puede estable¬
cerse un paralelismo riguroso entrelas leyes de la composición literaria ylas de la composición plástica. Sitomamos como ejemplo Varqe yGolshah, la obra más antigua que per¬mita comprender la analogía, podemoscomprobarlo a cada instante..
La comparación entre las imágenesy los episodios que ilustran muestraque, igual que el escritor, el pintorhalla sus temas en un repertorio exis¬tente. Y a continuación los adapta conmás o menos talento a la novela. No
se cansa de reproducir el tema delcombate singular o de la pareja princi¬pesca y busca para ello pretextosdébiles, a veces inexistentes.
En algunos casos, ocurre que suobra está en contradicción con la
anécdota. Donde se trata de un ejér¬cito entero, sólo se nos muestra a dospersonajes que combaten. Y para abrirsu ciclo, el pintor representa el bazarde una ciudad irania, simbolizándolocon cuatro oficios, mientras que elautor nos habla de un campamento debeduinos. Añadamos que semejantediferencia indica la fuerza de una tra¬
dición pictórica muy antigua y en parteanterior a la tradición literaria con
la que se auna.
Más aún que la elección de lostemas, el tratamiento que recibenrevela la identidad de la trayectoriadel creador literario y de la actitud delpintor. El autor no procura nunca carac¬terizar la anécdota con un rasgo parti¬cular. Las escenas que describeconstituyen arquetipos, igual que .lasimágenes del pintor. La psicología delos héroes le preocupa tan poco comolos rasgos del rostro al artista.
La descripción literaria de los'acon-tecimientos muestra una estilización
del pensamiento que es idéntica a la
Romeo
y Julieta
en la antigua
Persia
4a Otras dos miniaturas del notable manuscrito persa al que serefiere el texto de foto de la página 27. El manuscrito relatala historia de los desventurados amores de Varqe y Golshah,
que todavía hoy sigue narrándose en los paises de tradiciónmusulmana y que presenta numerosas semejanzas con la deRomeo y Julieta. En la página anterior, Golshah se desvaneceal saber que deberá contraer matrimonio de conveniencia conun principe al que no ama. Abajo, Varqe y Golshah se besanen el jardín por última vez antes de separarse.
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estilización plástica. El ejército que seapresta a la batalla está siempreordenado en filas perfectas. En el mo¬mento de iniciar la carga, los guerreroslanzan su grito de batalla «todos auna». El combate singular no es másque un ballet bien organizado de dospersonajes en el que el equilibrio delas imágenes metafóricas expresa enel texto la estilización que el pintorimprime a su obra. Los dos amantesse hablan alternativamente según unritmo regular, se dicen las mismascosas y manifiestan en todo una sime¬tría de comportamiento que refleja lasimetría de las miniaturas donde se les
ve representados de frente, inclinandola cabeza el uno hacia el otro.
Uno de los aspectos más notablesde esa estilización de la percepciónse manifiesta en la elección de los
números. Cuando el poeta enunciacantidades, nunca escoge sus númerosal azar: 2, 3, 4, 10, 20, 30, 40, 60,100 y 1.000. Se podrían agregar 6, 7,12, 14, 16, 32, 36, 48, 72, cifras queaparecen en otros relatos. Hecho nota¬ble que no se había señalado hastaahora, la misma numeración rige loselementos de la imagen pintada: uncastillo tendrá doce merlones, unaplanta tendrá doce hojas.
. Cuando el pintor muestra en laprimera miniatura al panadero en sutienda, un instinto irreprimible le hacepintar 14 hogazas que cuelgan deltecho. No se trata de que esas cifrasencierren un sentido simbólico, como
tampoco los 40 bandidos que aparecenen el camino de Varqe. Se trata másbien de una forma extrema de la esti¬
lización a la que no es exageradollamar estética del número.
En un universo en que las escenasse desarrollan con arreglo a unmodelo, los personajes no son másque arquetipos. El poeta y el pintorconocen un solo rostro, el mahrouo cara de la luna: redondo como la
luna llena y rosado como la rosa, laboca me'nuda color de cornalina, lascejas arqueadas, los ojos rasgados(estos dos últimos detalles faltan enVarqe y Golshah, pero no en otrasnovelas), enmarcados por dos trenzas.
Es el mismo rostro que se reconoceen las miniaturas, la imagen del únicorostro surgido de las ruinas de unpalacio del siglo XI en Ghazni. Es unrostro de rara belleza, imagen idealtanto del hombre como de la mujer.Así, nada les distingue en la poesíapersa como no sea la sombra de barbaque se ve a veces en el hombreadulto o la barba blanca del sabio.
Un arte de tal índole sólo podíaevolucionar gradualmente mediantedesviaciones sucesivas de todo el
canon y no por efecto repentino deinvenciones individuales. Su riquezay diversidad son Infinitas, pero porhaberse manifestado en sus comienzoscomo un arte del canon suele ser
difícil identificar a los autores, sobretodo en la pintura.
Porque los criterios de apreciaciónno son los que pueden aplicarse alarte de Occidente. Son en realidad dla-
metralmente opuestos. En Europa seadmira al creador por haber inventado.En Irán se le admira por haber igua¬lado al maestro: en ciertos casos, por
haberle superado. Pero se le sitúa enrelación con el modelo.
Occidente celebra la vida que seimprime a los seres y a las cosas,la habilidad personal para captar unaimpresión visual, aunque sólo sea deluminosidad, la invención y la origina¬lidad por encima de todas las cosas.Irán glorifica la maestría en el trazocaligráfico, el orden de la construccióny el ritmo.
Reproducir lo que el ojo ve, obtenerla ilusión del relieve, reflejar un senti¬miento pasajero tanto en la pinturacomo en la literatura, en pocas pala¬bras, buscar lo contingente, sonpreocupaciones que Irán no sintió sinoen el momento de su caída, cuando
su cultura, ya sin contenido propio,cedió a la occidentalización.
Un autor cuenta cómo un pintorjesuita presentó al Emperador Kien-Long el retrato que se le había encar¬gado. Cuando, tras un largo silencio,el Emperador preguntó qué significabael trazo negro sobre una de las mejillas, el reverendo padre dijo que erala sombra. «No hay sombra en elrostro del Emperador», fue la res-
29puesta. Tampoco la hubo nunca en losrostros de luna de Irán.
He aqui, excavada en la sólida roca de un acantilado de Naksh-e Rostam, cerca de Persépolis(arriba), la tumba de Darío I, rey del Imperio Persa desde 521 hasta 486 a. de J.C. En los relievesde encima de la entrada, Darío es transportado por sus subditos en un enorme trono en forma deplataforma. Los relieves de la parte inferior datan de la época sasánida (desde 226 a. de J.C. hastamediados del siglo Vil de nuestra era).
Foto Paul Almasy - El Correo de la Unesco
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EL CILINDRO DE CIRO
Pocos gobernantes de la antigüedad han alcanzado el prestigio y respeto de que gozó Ciro el Grande, quien fundóhace 2.500 años el Imperio Persa. Una de las fuentes más Importantes para el establecimiento de su biografía esla inscripción cuneiforme del Cilindro de Ciro (foto de la derecha), descubierto en las excavaciones de Babilonia,donde Ciro entró en el año 539 antes de Cristo. En ese mensaje escrito y dirigido a los babilonios, cuya fecha puedesituarse entre 538 y 529 antes de nuestra era, el Emperador declara: «Yo (soy) Ciro, rey del mundo, rey de Babilo¬nia, rey de Sumer y de Acadia, rey de las cuatro regiones... Cuando entré en Tintar (nombre antiguo de Babi¬lonia) pacificamente... establecí mi soberanía en el palacio de la princesa. Marduk (dios nacional de los babilonios)predispuso el noble corazón de la gente de Babilonia en mi favor, porque le rendí culto cada día...» En efecto,Ciro respetó escrupulosamente las religiones babilónicas y reparó sus templos. En el año 538 a. de J.C. autorizóel retorno a Palestina de los judíos, que habían sido deportados por Nabucodonosor, y dispuso la reconstrucción deltemplo hebreo de Jerusalén.
Foto © British Museum, Londres
LAS TABLETAS
OCULTAS
DE DARIO I
Las ruinas de la antigua Susa,capital administrativa del imperiode Darío I y de sus sucesores,han sido pródigas en vestigios yobjetos históricos desde que, en1884, se iniciaron las primerasexploraciones arqueológicas. Peroel Palacio de Darío reservaba
todavía, hasta el año pasado, unanueva sorpresa a los arqueólogos.
Una misión francesa que sehallaba excavando los cimientos
del palacio antes de proceder asu reconstrucción parcial, encon¬tró bajo sus muros dos tabletasde mármol gris, con inscripcionescuneiformes, depositadas allí porsus constructores en el siglo VIantes de nuestra era. Pronto pudocomprobarse que contenían eltexto de la carta de fundación del
palacio de Darío.Las tabletas, que se han conser¬
vado en perfecto estado, presen¬tan inscripciones grabadas en susseis caras. Una de ellas contiene
un texto en acadio, antigua lenguade Mesopotamia que se escribíacon caracteres cuneiformes desde
el siglo XXVIII hasta el siglo Iantes de la era cristiana (fotode la derecha). La segundatableta lleva una inscripción enelamita, lengua de Elam, antiguopaís situado al este de Babilonia.Es probable que en los cimientosse colocara otra tableta con
inscripciones en persa antiguo,que era la tercera lengua oficialdel Imperio, pero hasta ahora noha aparecido.
Este hallazgo no sólo enriquecenuestros conocimientos sobre la
época aqueménida con un textoen lengua elamita que añade unasdoce palabras nuevas al léxico yaconocido, sino que nos propor¬ciona la medida exacta del codo
real bajo el reinado de Darío(33,60 cm) y nos permite atribuirsin duda alguna a dicho empe¬rador la construcción de la sec¬
ción del palacio donde tuvo lugarel descubrimiento.
«
i'.O V í ; J - ili' Wi1 1- -M; h & "] -Vlil-i /ill' 'IJf
Inscripciones cuneiformes laterales de las tabletas descubiertas bajo el palacio deDarío I, en Susa. Arriba, el texto acadio, con sus caracteres más separados que los dela versión elamita que aparece debajo.
Fotos © «Archeologia», ParíLa tableta con la inscripción
en caracteres acadios. La tra¬
ducción demuestra que se tra¬ta de un texto abreviado dela famosa «Carta de Fundación
del Palacio de Darío I en
Susa», que los arqueólogoshan logrado reconstituir jun¬tando pacientemente los frag¬mentos descubiertos en las
ruinas de Susa.
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Guardias persas esculpidos en la escalera que conduce a la sala de audiencias de Darío I, en Persépolis
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EL LIBRO
DE
LOS REYESLa epopeya de Persia
escrita por Firdusi
E,
por Joseph Santa-Croce
IL Shah Nameh, o Libro delos Reyes, epopeya escrita a fines delsiglo X de nuestra era por el poetaFirdusi, es una obra de prodigiosariqueza literaria y excepcional profun¬didad moral. Se trata, en efecto, deuna obra inmensa por sus dlmensio-,nes materiales : cincuenta mil dísticos,cada uno de cuyos hemistiquios tieneonce pies. Pero gigantesca tambiénpor su ambición, pues relata la gestade los reyes fundadores del Irán.
Pronto se ve, no obstante, que susubstancia no queda reducida a sucarácter épico: el libro contiene ade¬más novelas galantes, una doctrinapolítica y una enseñanza moral. Estasorprendente diversidad no constituyeen modo alguno detrimento de su cali¬dad literaria: el autor es un escritor
perfecto, un poeta que domina magis-tralamente una lengua simple y pura.
JOSEPH SANTA-CROCE fue profesor dela Facultad de Letras de la Universidad
de Teherán de J965 a 7969 y ha escritonumerosos estudios sobre el Irán contem¬
poráneo. Actualmente forma parte delpersonal del Liceo Internacional de Saint-Germain-en-Laye, cerca de París.
Y no es, ciertamente, lo menosasombroso del Shah Nameh el hecho
de que tal antología compuesta entorno al año 995 presente hoy unsentido claro para toda la poblaciónirania. Aparte incluso de su vitalidaden Irán, basta meditar el texto paraevaluar su significación respecto a loshombres de hoy. Estas dos cualidades,tan rara vez reunidas, le prestan unsorprendente carácter de actualidad.
La epopeya irania que relata el Librode los Reyes de Firdusi abarca,como ha señalado el orientalista fran¬
cés Henri Massé, «cuatro dinastías demonarcas anteriores al Islam: los reyesjusticieros (pishdadianos), los reyesKayánidas (palabra derivada del anti¬guo iranio Kavi, monarca), los Ash-kánidas (también llamados los Arsá-cidas) y los Sasánidas.»
Henri Massé precisa que «las dosprimeras pertenecen casi por enteroa la leyenda, mientras que la tercerase reduce a algunos nombres. Estasdinastías se subdividen en cincuenta
reinados de desigual duración que,como puede suponerse, no correspon¬den a las fechas históricas. »
El eminente especialista en cuestio¬nes iranias concluye que «si se quie¬ren establecer divisiones en este vasto
Libro de los Reyes, hay que recurrirno a los reinados de los soberanos,
sino a los episodios las pequeñasepopeyas que contribuyen al efectode conjunto. »
No sería posible ni oportuno evocar,en el contexto de un breve estudio,
cada uno de esos episodios. Nos con¬tentaremos, pues, con señalar los máscélebres e importantes, más algunosotros que también nos parecen dignosde mención.
Recordemos en los primeros librosestos nombres, que despiertan en lamemoria nacional irania, con los re¬cuerdos de las primeras glorias, losde las primeras pruebas soportadas:el rey Djanshid y el monstruo Zohak,las proezas guerreras y los juiciosequitativos de los reyes Fereydún yManuchehr; el extraño destino de Zal,que tuvo por padre nutricio al Si-Murgh pájaro de la leyenda porhaberle abandonado su verdadero
padre, quien no quería una criaturade pelo blanco; la aparición de Ros-tam, especie de Hércules y Aquilesiranio a la vez, tan célebre por sugenerosidad como por su cólera;Siyavosh, injustamente acusado porSudabeh y ejecutado como el Hipólitode Eurípides; la historia de AlejandroMagno, ¡ranizado según sus propiosdeseos y convertido en «Sekandar»;el reinado de Arushirván y el granministerio de Bozorghmehr; el reinadode Cosroes-Parviz; y, en fin, el reinadodesastroso de Yezdeguerd, que pro¬voca la caída de los Sasánidas y elcomienzo de una larga ocupaciónextranjera.
En medio de los episodios heroicosla obra nos presenta tanto los amablesrelatos del amor cortés «Zal y Ruda-beh», «Bijan y Monijeh», «Cosroes y
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Roman Ghirsman, París
La estatua colosal de Chapur I (casi ocho metros de altura) en unagruta cerca de Bichapur (Irán sudoccidental). El monumento, que hasufrido daños como consecuencia de un desprendimiento de tierrasocasionado por un terremoto, data de la segunda mitad del siglo IIIde nuestra era y nos ofrece una imagen majestuosa de uno de iosmás famosos soberanos de la dinastía sasánida. Gran constructor yurbanista, Chapur I fundó, entre otras, la ciudad de Gundechapur,donde creó un hospital y una escuela de medicina. Esta última iba aconvertirse más tarde en una célebre universidad donde, allá por elsiglo VI, sabios venidos de la India y de Grecia se reunían en congreso.El Libro de los Reyes del gran poeta persa Firdusi relata extensamentela epopeya de Chapur I, «guardián del mundo, cuidador de los tesorosde los grandes y de los débiles».
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Las
cacerías
de un reysasánida
Jabalíes, ciervos, elefantes, caballos, camellos, cazadores, músicos,
barqueros: toda una multitud de hombres y animales animan uno delos espectáculos esculpidos más admirables que nos hayan dejado losartistas iranios. En estas páginas se reproducen, casi en su totalidad,las dos caras laterales de la gruta de Taq-i Bostan, excavada a fines delsiglo V de nuestra era en un acantilado cerca de la ciudad de Kerman-shah, al este del Irán, junto a la antigua Ruta de la Seda. Abajo: lacacería regia del jabalí. En el centro de la escena, de pie en una barcaque boga en la ciénaga, un rey de la dinastía de los sasánidas (posi¬blemente Cosroes II) dispara contra los jabalíes ; luego éstos son colo¬cados sobre el lomo de los elefantes, cuyo imponente desfile puedeverse en el extremo inferior izquierdo de la foto. Página de la dere¬cha : la cacería real del ciervo que adorna la otra pared de la gruta. Enesta composición magnífica el escultor ha tallado sucesivamente, dearriba abajo, las tres secuencias de la escena. En primer lugar, se veal rey a caballo, que espera bajo un gran parasol el comienzo de lacaza. A su izquierda, un grupo de mujeres tocan varios instrumentosde música sobre un estrado. A continuación, el rey se lanza al galopeen persecución de los ciervos. Finalmente, abajo, una vez terminadala caza, el rey pasa al trote con su carcaj en la mano.
SIGUE EN LA PAG. 36
Fotos Paul Almasy - El Correo de la Unesco
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LAS CACERÍAS
DE UN REY
SASÁNIDA
(cont.)
A la Izquierda, unacaravana de camellos
transporta I a s piezascobradas por el rey du¬rante una cacería deciervos. Esta escena de
la gruta de Taq-i Bostanes un detalle de la partesuperior izquierda de lacomposición reproducidaen la página anterior,aunque no aparece enla foto.
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Los escultores persas del siglo V a. de J.C. eran grandes maestros en la repro¬ducción de las figuras y de los movimientos de los animales, como muestran estos
dos fragmentos de la gran cacería de jabalíes (véase la foto de la pág. 34). A laizquierda, los jabalíes huyen a través de la ciénaga. Arriba, las piezas caen ante
la barca donde el rey aguarda de pie, con el arco tenso. En otra embarcación (parte
inferior derecha de la foto) aparece uno de los grupos de mujeres del séquito realque Interpretan piezas musicales.
SIGUE EN LA PAG. 38
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38 LAS CACERÍAS
DE UN REY
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(cont.)
Foto Paul Almasy - El Correo de la Unesco
Este detalle de bajorrelieve, próximo a la escena de la cacería de ciervos, resulta difícil deinterpretar. Ante los elefantes, de modelado perfectamente realista y finamente observado, apa¬recen cuatro personajes superpuestos que se diría están tumbados. Sin embargo, vistos en lahorizontal, son hombres que caminan. Aun no se ha podido elucidar la intención del artista.
EL LIBRO DE LOS REYES (Viene de la pág. 33)
Chirina» como la austera enseñanza
zoroástrica y el recuerdo de la femusulmana, ambas estrictamente mo¬noteístas.
No es una de las menores paradojasde Firdusi la de reunir en su estilo yhacer alternar en su forma narrativa
el impulso vigoroso de un arte de unaépoca ascendente y los refinamientosmás rebuscados de una civilización yamadura.
Tras observar la frecuencia de dos
temas «el llanto por los reyes y loshéroes caídos y la descripción de lassalidas de sol» Reuben Levy señalamuy pertinentemente que «se utilizade tal manera todo el repertorio delarte poética que no hay dos salidasde sol descritas en los mismos térmi¬
nos ni de la misma manera, ni doslamentaciones que sean idénticas.»
Firdusi es también incomparable enla descripción de los paisajes épicos,como la roca del Si-Murgh: «Era unpalacio cuyo caballete ascendía hastalas estrellas y que no había sido cons¬truido ni con ayuda de una sierra,ni con piedra, ni con tierra. » En estegrandioso escenario, Zal, abandonadopor su padre, será alimentado por Si-Murgh: en vez de leche, en sus prime¬ros meses de vida beberá sangre.
Firdusi es inigualable como pintor debatallas: ora representa el teatro deoperaciones cual enérgico colorista,por ejemplo en la toma de la forta¬leza de Selm «Hubo doce mil muer¬
tos, y un humo negro se extendíasobre las llamas. Todas las olas del
mar eran de color de alquitrán, todala superficie del desierto era un río desangre» , ora asocia impresiones so¬noras a impresiones visuales para pro¬ducir un cuadro a la Delacroix con mú¬
sica de Wagner « El ruido de loscaballos y el polvo de los ejércitoseran tales que ni el sol ni la brillanteluna eran visibles. En el interior de laniebla resonaba el estruendo de los
timbales y las espadas se saciaban desangre roja... Las cabezas estaban atur¬didas bajo los cascos de oro y bajo losdorados escudos por efecto de losgolpes destructores de las hachas.»
Mas el talento pictórico de Firdusiabarca un campo tan universal comoel de un Rembrandt. Tras la grandio¬sidad de las escenas de guerra, elgran poeta persa sabe convertirse enel paisajista delicado de las estaciones,en particular del otoño. Veamos, porejemplo, cómo hace hablar al rey Bah-ram Gur, tan a menudo representadoen las miniaturas persas:
«Que traigan ahora flores, granadas,manzanas y membrillos y que las copasde oro no estén vacías de vino. Cuando
vea la mejilla de la manzana colo¬rearse como la granada, cuando elcielo esté salpicado de nubes comola piel del leopardo, cuando la camo¬mila esté cargada de granos y extiendasu perfume, cuando el vino esté rojoromo la mejilla del escanciador,cuando el aire esté templado, nicallente ni -frío, la tierra fresca y lasaguas azules, cuando nos hayamospuesto en otoño nuestras vestiduras
de piel, habrá que cazar hacia la partede Djez.»
Pero Firdusi no se limita a hacer un
gran fresco de los combates y delas estaciones en el Libro de los Reyes.Añade además el esplendor de lasverdades morales, representadas conla misma perfección formal que laepopeya o los episodios novelescos.
La tradición irania de la que Firdusise hace eco afirma su origen divino yregresa hacia Dios. Su mensaje resideen la necesidad de- establecer la jus¬ticia y de extender la civilización enel interior de un país liberado de lasdominaciones extranjeras.
Junto con el pensamiento iranio,Firdusi ve en la monarquía el instru¬mento cabal de esta tradición. El
Libro de los Reyes, como puede supo¬nerse, no contiene únicamente la
¡liada y la Odisea, las novelas galantesdel primero de los imperios de dimen¬sión mundial (y, en suma, del primerEstado «moderno» de la historia), sinoque además encierra un tesoro desabiduría y de enseñanza moral, unlibro de preceptos políticos.
Para él la Inteligencia, el valor, lafuerza y la justicia no se concibencomo cualidades aisladas, según un«principio» cualquiera de separaciónde las virtudes, sino a través de una
asociación orgánica en una personaviva: el Rey de Irán. Por lo demás, elLibro de los Reyes está concebido pre¬cisamente con miras a esa educación
real. Firdusi mismo lo dice: «Cuando
hayas escrito este libro de los reyes,dáselo a los reyes.»
LIOS Iranios aprenden desde
muy jóvenes un bellísimo precepto deFirdusi que el poeta Saadi cita en suBustan (o Jardín de las rosas): «¿Pue¬des conciliar el hecho de que tú hayasrecibido la vida con el de quitársela aotro? No hagas daño a una hormigaque arrastra un grano de trigo. Porqueella también tiene una vida, y aunpara la hormiga la vida es dulce.»
Fácil es adivinar la ternura que elautor siente por el carácter del reyIradj: «Puesto que nuestra cama serála tierra y nuestra yacija será elladrillo, ¿para qué plantar hoy unárbol cuya raíz se alimentaría de san¬gre y cuyo fruto sería la venganza,cualquiera que fuese el tiempo quehubiera de pasar?»
En la continuación de la epopeya,Firdusi muestra que la dulzura deIradj no excluía ni la sabiduría ni laclarividencia. Iradj será asesinadopor sus dos hermanos celosos y llenosde odio. Pero el hijo de Iradj vengaráa su padre matando a sus dos tíos enrudo combate.
Por frecuentes que sean sus Incur¬siones en el mundo de lo maravilloso,Firdusi no pretende en absoluto haberpenetrado los misterios de la existen¬cia, y en particular los del más allá.Nadie puede poner en duda la noblezay la dignidad de la sabiduría que pro
pone. Al mismo tiempo, nadie podríareprocharle falta de lucidez y de me¬sura.
Con ayuda de metáforas felizmenteelegidas, el poeta ilustra con eleganciala moral severa que quiere comunicar:No te fíes del amor que te trae la
suerte; lo propio de un arco no es serderecho. El cielo gira por encima denosotros de manera que pronto nosesquiva el rostro que nos ha presen¬tado. Cuando le tratas como enemigo,te manifiesta amor; cuando le llamastu amigo, no te muestra su rostro. Tedaré un buen consejo: lava tu alma delamor de este mundo.»
Una de las grandes y terribles lec¬ciones del Libro de los Reyes consisteen mostrar cómo, con la caída de losSasánidas y la desaparición de losYezdeguerd, se desvanecen la inde¬pendencia nacional, la lengua, la civi¬lización y la felicidad.
Pero el destino de Irán parece fuer¬temente ligado al Libro de los Reyes.Como se ha visto, al correr de lossiglos se forman nuevas dinastías quedevuelven al país su independencia,restauran su lengua, enriquecen denuevo la civilización universal. No
parece ligero ni vano estimar que esosrenacimientos sucesivos arrancan de
la obra de Firdusi, que evoca lasgrandes figuras reglas.
Desde los primeros cantos del Libro,Firdusi presenta así a uno de los pri¬meros reyes, Musheng: «Abrió caucesy canales para las aguas y terminóen poco tiempo este trabajo gracias asu regio poderío.» El propio ReyMusheng declara: «Me he ceñidoestrechamente a la justicia y labondad según la orden de Dios, queda la victoria.» Y Firdusi añade:
«Desde entonces, se puso a civilizarel mundo y a extender la justicia portoda la tierra.»
El carácter regio de Fereydúnrecuerda el de Musheng, civilizador yjusticiero. Este rey de reyes, comosus modelos y sus émulos del futuro,es un rey justo que prefigura a SanLuis. «A quienquiera que trate mal a unpobre o levante la cabeza con arro¬gancia a causa de sus tesoros o aflijaa un desdichado, yo le tendré por infiel,por más malo que Ahrimán el mal¬vado.»
Los héroes del Libro de los Reyes,representados por pintores ingenuos,adornan los cafés de las ciudades y delas aldeas del Irán: son Rostam, Sia-voch, Iradj y Bahramgur el cazador.La popularidad de Firdusi reapareceigualmente en los Zur Khanen (casasde la fuerza), donde desde hace siglosse concibe el deporte estrictamentecomo una formación a la vez física ymoral y donde los atletas se ejercitansiguiendo el ritmo del poema de Fir¬dusi que recita su instructor.
El eco cada vez mayor que obtieneFirdusi no puede sino producir satis¬facción. Este legado único de espíen- t\ridor moral, de sabiduría jamás caduca JjHy de perfección literaria constituye unsoberbio don que a la humanidadofrece el genio iranio.
LAS MIL Y UNA NOCHES
El secreto
de Scherezadepor Michel Léturmy
La atmósfera mágica y misteriosa del Islam rodea constantementelos relatos que Scherezade hace en Las mil y una noches, sugi¬riendo paisajes y rincones encantadores como éste del patio dela Mezquita del Shah, en Ispahan (abajo). A la izquierda, una ilus¬tración de la historia del caballo encantado, por Gavarni, dibujantefrancés del siglo XIX.
Foto © Henri Stlerlin, Ginebra
NlUNCA se sabe lo que
puede pasar. Que un genio salga deuna botella y nos acuse de habermatado a su hijo, es cosa de broma.Pero cuando Scherezade cuenta al
Sultán la historia del genio que sallóde una botella acusando a quien loliberaba de haber matado a su hijo, lacosa va en serlo, porque si se detieneen su relato o simplemente si el Sultánbosteza, ella tendrá que morir.
Si nos dicen que una joven llamadaScherezade escapó a la muerte yevitó un genocidio contando al Sultánla historia del genio que salió de unabotella, es cosa de broma. Perocuando hacia el año 1700 Antoine Gal¬
land advirtió que detrás de los sietecuentos árabes que estaba publicandose ocultaban mil y una noches decuentos y una Scherezade que los con¬taba, comprendió que la cosa iba enserlo y que acababa de descubrir uncontinente.
Mas nunca se sabe lo que puedepasar. Galland creía haber llegado almundo árabe, pero en realidad habíadescubierto el Irán, sin saberlo.
Las mil y una noches, ¿cuentosárabes?... Antoine Galland pudo habersido víctima de un hechizo, pero losorientalistas, desconfiados, sometieronposteriormente a Scherezade a lossuplicios de la crítica histórica y dela crítica textual: nombres, apellidos,lugar y fecha de nacimiento de lospadres. Métodos policiales, en suma,con los cuales interrogaban a losviejos cronistas.
Pero he aquí lo que afirma Masudi,historiógrafo árabe del siglo X, en unpasaje de sus Praderas de oro, dondemenciona las obras de ficción tradu¬
cidas del persa: «A esta categoríapertenece el libro titulado en persaHézar Efzaneh, o sea los Mil cuentos,conocido por el público (árabe) conel nombre de Mil y una noches. Es lahistoria de un rey y de su visir, yde la hija del visir y de una esclava,llamadas Shlrzad y Dlnarzad.» Téngasepresente la frase «titulado en persa».
Hacia la misma época (siglo X) otroárabe, Ibn en-Nadim, componía unabibliografía en la que señalaba: «Mo¬hammed ben Abdus, autor del Librode los Visires, había comenzado unacolección de mil cuentos tomados de
los árabes, los persas y los griegos.Invitaba a los autores a visitarlo y obte¬nía de ellos lo mejor de cuantosabían; al mismo tiempo, hacía resú¬menes de obras de cuentos y relatos.De esta manera llegó a completar480 noches, cada una de las cualescontenia una historia completa queabarcaba unas cincuenta páginas. La
MICHEL LETURMY, filólogo y escritor fran¬cés, ha dedicado muchos estudios al pensa¬miento y a los grandes textos de Oriente.Entre sus obras merecen citarse Las mil yuna noches, Dioses, héroes y mitos y Lasmil y una noches contadas a los niños. Esautor de una nueva versión del Corán (encolaboración con el profesor H. Hamidullah)y ha traducido íntegramente del griego elNuevo Testamento, en colaboración conG. Grosjean.
muerte le sorprendió antes de quehubiera terminado sus mil cuentos.»
A partir de estos datos los orienta¬listas pudieron seguir un poco másde cerca la historia de Las mil y unanoches. Se cree que los Mil cuentospersas, de que habla Masudi, fuerontraducidos al árabe en el siglo VIII yse llamaron inicialmente Las mil
noches, que en el siglo IX se les aña¬dieron algunos cuentos árabes, y queen el siglo XVI la obra tomó su formadefinitiva, gracias quizá a la con¬quista de Siria por los mamelucos ya la de Egipto por Selim I Yauz.Y esto explicaría el hecho de que, enuna última etapa, Las mil y una nochesse Instalaran en El Cairo, dondetuvieron muchos descendientes.
Aun quedaba por someter el libro ala crítica textual a fin de ver si conser¬
vaba la huella de sus peregrinacionesa través de los países y de los siglos.Pueden distinguirse, grosso modo,cuatro grupos de cuentos: un núcleode origen hindú; un ciclo de relatosque se relacionan con Bagdad; otro,que constituye lo que se ha llamadoel ciclo de los cuentos del mar; y elúltimo, que se formó en el Cairo.
En los cuentos del núcleo hindú los
genios son reyes. Si son musulmanes(fieles o rebeldes) es porque fueronconquistados y convertidos muchodespués de su nacimiento. Las meta¬morfosis en piedras o animales sonhechos normales, y los animaleshablan. Por cierto que esas transfor¬maciones maravillosas se producen ennombre de Alá y con su autorización,pero no se puede dejar de reconoceren ellas antiguas metempsícosis.
Al segundo grupo pertenecen loscuentos en los que lo novelesco esmás importante que lo fabuloso: hayuna intriga, historia de amor o relato decostumbres; recorremos Bagdad, dedía y de noche, en compañía del céle¬bre califa Harun AI-Raschid (siglo IX).Y si se recurre a las invenciones mági¬cas de la India es sobre todo parahacer resaltar la intriga.
EIN el ciclo de los cuentos
del mar hay que situar, evidentemente,la historia de Simbad el Marino. Sus
Viajes se han publicado a menudoseparadamente (Galland los había tra¬ducido antes de conocer Las mil y unanoches). Pero lo característico deestos cuentos se encuentra en muchos
otros. Nadjim ud-Dine Bammate dice:«En ellos, la maravilla surge de unamezcla inextricable de lo verdadero ylo falso. Es la epopeya de los primerosnavegantes que emplearon la brújula,el gnomon y el astrolabio, la odisea dequienes, habiendo leído a Pllnio yEstrabón, terminan por encontrar a loslamas del Tibet y las ballenas blan¬cas.»
Es más difícil identificar el grupoque se formó en El Cairo, en el que sejuntan cuentos antiguos y modernos.En ellos, el elemento maravilloso es a
veces excesivo y otras veces desapa¬rece completamente ante el relatosatírico y picaresco. Un ejemplo deexceso es el séptimo viaje de Simbad,revisado y corregido por el narradoregipcio.
Simbad surca el mar más lejano delmundo, del cual no se puede volver
dice el capitán porque en él seencuentra la tumba de Salomón. Y,en efecto, sobreviene el naufragio.Sin embargo, Simbad alcanza la costay llega a una ciudad donde un ancianolo acoge con generosidad. Simbadhace fortuna, desposa a la hija de subenefactor y llega a ser el herederode éste.
Ahora bien, en ese país los hom¬bres tienen la costumbre de alzar el
vuelo una vez al mes. Simbad pide auno de ellos que lo lleve consigo, ysuben tan alto que escuchan a losángeles alabar a Dios en el cielo. Sim¬bad comete entonces la imprudenciade unir su voz a la de los ángelesy sólo a duras penas escapan los doshombres a la muerte. Su compañero,irritado, lo abandona en una mon¬taña, pero Simbad logra volver a laciudad. Su esposa le informa que sushabitantes son genios malos pero queella no pertenece a su raza. El la con¬duce entonces a Bagdad, donde lossuyos le reconocen con dificultad: haestado ausente veintisiete años...
PERO el milagro de Las mil
y una noches no está principalmenteen la imaginación ni siquiera en elencanto de los cuentos, sino en el libroque fue capaz de reunlrlos. Irán nos hadado la narradora, la joven Schere¬zade, sin la cual nada de todo esoexistiría. De suerte que, si nos fuerapermitido esquematizar perdón, ohScherezade se diría que la Indiay el imperio árabe suministraron lamateria (lo maravilloso mitológico yla comedia de costumbres) en lacual el Islam insufló el espíritu;pero que de nada habrían servidoesos dos' elementos si el Irán no leshubiera dado la única forma literaria
en la cual podían encarnarse y vivir.
Por ello, toda nuestra atención seconcentra en Scherezade, hija del Irán,y en su historia, en la cual parece quese puede introducir todo cuanto en elmundo es capaz de emocionar, dehacer llorar o reir y, en todo caso, deasombrar. La historia de Las mil y unanoches es, pues, Scherezade.
«Cuéntase que hace muchotiempo...»
Schahzenan, rey de Samarcanda yde la Alta Tartaria, es invitado por suhermano Schahriar, rey de la India yde China. Antes de salir de la ciudad
y queriendo despedirse una vez másde su esposa, a la que amaba mucho,retorna de improviso al palacio ysorprende a su mujer, la reina, en los ^llbrazos de un amante. Da muerte a **
los dos y se reincorpora a la cara¬vana. Llega al palacio de Schahriar,
SIGUE A LA VUELTA
LAS MIL Y UNA NOCHES (cont.)
ALADINO Y
LA LAMPARA
MARAVILLOSA
Aladino, Ali Baba y Simbad el Marino
figuran entre los héroes más popu¬
lares de Las mil y una noches en
todo el mundo. Las fotos nos mues¬
tran dos escenas de «Aladino y la
lámpara maravillosa» en el célebre
teatro de marionetas de Serguei
Obraztsov, en Moscú. Arriba, de
derecha a izquierda, Aladino, su pro¬
metida, su madre, el astrólogo y el
sultán. Abajo, la princesa Budur con
la que Aladino podrá al fin casarse
tras numerosas aventuras.
O
pero su aflicción le consume, hasta eldía en que, desde su ventana, ve a lapropia mujer de Schahriar entregarseal libertinaje junto a sus acompa¬ñantes y a sus esclavas. Los dos her¬manos, sacando la lección de su infor¬tunio, abandonan la ciudad decididosa retirarse del mundo.
Pero, al llegar a la orilla del mar,encuentran a un genio que hace salirde un arca de cristal a una joven suma¬mente hermosa. En cuanto se duerme
el genio, la joven les ofrece sus favo¬res y agrega sus dos anillos a losnoventa y ocho que ya ha obtenido desus amantes. Schahriar, considerandoque el genio es más desgraciadotodavía que él, vuelve a la capital paravengarse no solamente de la reinasino de todas las mujeres: desposaráuna cada noche y la hará decapitar aldía siguiente.
El decreto se cumple y el lutoensombrece toda la ciudad. Y no haynada, ni siquiera tanta sangre derra¬mada, que parezca saciar la sed devenganza del sultán. Es entoncescuando Scherezade, la hija del visir,decide poner término a la matanza.«Dijo a su padre: He resuelto ponerfin a la barbarie del rey que pesa sobrela ciudad. Por Alá te pido que mecases con él. Si muero, mi muertepagará por los demás; y si tengo éxito,le habré prestado un gran servicio ami país; pero es absolutamente nece¬sario que accedas.» Para ello, Sche¬rezade obtiene también del sultán la
autorización de llevar consigo a suhermana menor, Dinarzade, quien, alacercarse el alba, le dirá: «Oh her¬mana mía, si no duermes aún, cuén¬tanos uno de esos hermosos cuentos
que tú sabes: quizá sea ésta la últimavez que tenga ese placer.» Esa«última vez» será pospuesta noche trasnoche mil y una veces, gracias altalento de la narradora y a su arte deinterrumpir el relato en el momentomás interesante.
En la milésima primera noche,Scherezade obtiene del Sultán per¬miso para presentarle los tres hijosque ha concebido de él. El rey llora yestrechando a los niños contra su
.pecho le dice: «Oh Scherezade, porAlá te digo que yo te perdoné antesde que vinieran estos niños, porquete encontré casta, pura, inteligentey piadosa. Que Alá te bendiga ybendiga a tu padre y a tu madre,tus raíces y tus rama6».
Y he aquí que Scherezade sale deeste combate a muerte no solamente
viva sino triunfadora. Porque sidurante mil y una noches se eclipsadetrás de su propio relato, el lectorno ha olvidado que en todo esetiempo no había entre ella y la muertesino el espesor de un cuento. Des¬pués de Schahriar han sido seduci¬dos a su vez millones de hombres quese preguntaban también qué sentidotiene la vida.
La historia de Scherezade ape¬nas comenzaba entonces. Graciosa yamable, burlándose de los derechosde autor y respondiendo a todas las
invitaciones, inspiró los cuentos mon¬goles de Las mil y una veladas, loscuentos peruanos de Las mil y unahoras, los cuentos tártaros de Los
mil y un cuartos de hora, los cuentossirios de Las quinientas mañanas ymedia. Y patrocinó muchos otros,inclusive en Francia, Los mil y unfavores (1716), Las mil y una frivo¬lidades (1742), Las mil y una locuras(1785). Hacia la misma época, y res¬pondiendo a invitaciones más apasio¬nadas, fundó toda una biblioteca,
el Gabinete de las Hadas», en laque Cazotte y Chavis colocaron susVeladas del Sultán Schahriar, mien¬tras Crébillon hijo inventaba El sofá,donde pretendía describir la moliciedel «nieto de ese magnánimo Schah-Rlar».
Del mismo modo, Scherezade revelóa Godefroy Demonbynes una versiónberberisca de Las ciento una noches
e hizo que cierto derviche viniera deIspahan a contar a Pétis de La Croixla historia de Los mil y un dias.
Scherezade hizo su entrada en todas
partes. Visitó a los escritores, comen¬zando por los menos divertidos, nopara tratar de corromperlos, sino paravolver más amena su pluma. Diderotse sorprendió escribiendo Las joyasindiscretas; Voltaire hizo remontar su
Zadig «a los tiempos en que losárabes y los persas comenzaban aescribir Las mil y una noches*; Mon¬tesquieu se hizo pasar por persa paradivertirse enviando cartas desde Fran¬
cia; Théophile Gautier instaló, en lacalle Le Peletier, «un Oriente y unCairo» donde, disfrazado de persa, sehizo contar La milésima segundanoche.
PERO Scherezade no se
conformaba ya con la literatura. DeRimsky Korsakov obtuvo una suite sin¬fónica (1888) y de Ravel un poema(1903). Con la complicidad de Dia¬ghilev conquistó el Ballet Ruso (1910).En mayo de 1914 se la vio en laOpera Cómica de París, donde serepresentaba Marouf, zapatero delCairo. Después exigió el cine, y esimposible contar el número de pelí¬culas sobre Simbad, Aladino o AliBaba.
Había un «misterio Scherezade» yse trató de descifrarle.
Porque lo más maravilloso delcuento no es que Scherezade tuviera«en un hilo» durante mil y una nochesal bruto de su marido, ni queconcluyera por doblegar la voluntadde un potentado de Oriente. Lomás maravilloso del cuento es quenosotros lo creemos, y que la narra¬dora, lejos de sentirse extraña ennuestro Occidente y nuestro siglo XX,nos ha obligado a nosotros a extrañar¬nos. Y he aquí que se nos revelauna parte del secreto: Scherezade nohabría llegado jamás hasta nosotrossi no hubiera sido traída por el mun¬do que ella llevaba en si; y ese
Glraudon, París
EL SUENO.
LA MÚSICA
Y LA DANZA
Los cuentos de Las mil y una noches, cuyas fuentes principales se encuentran en el Irán del siglo X,pertenecen hoy día al patrimonio cultural del mundo entero. Prueba de ello es que esos relatosde interminables peripecias han sido traducidos, solamente en los últimos veinte años, en unos cua-ranta países. Por otra parte, han servido de inspiración a coreógrafos y compositores. Arriba, a laizquierda, diseño del traje de la sultana, del decorador ruso León Bakst, para el célebre balletScherezade, de Rimsky-Korsakov, estrenado en París en 1910 por la compañía de Diaghilev. A laderecha: ilustración de una edición francesa de Las mil y una noches, que representa el encuentrode Aladino con el mago que le transmitirá su poder. Al centro: escena de uno de los viajes deSimbad el Marino, del famoso dibujante francés Gustavo Doré.
mundo no la habría portado si nohubiera encontrado en ella su cohe¬
rencia y, por así decirlo, su ritmo.Porque Scherezade es, ante todo, unmundo en movimiento.
Escuchemos cómo lo describe Nad-
jim ud-Dine Bammate: «Es un mundoen el cual todo sigue siendo posi¬ble, en el que cada uno de nuestrosgestos tiene consecuencias incalcu¬lables, en el que los objetos gozan deuna vida propia, irreductible y mis¬teriosa y no son en realidad lo quenos parecen. El pescador destapa unabotella, pero libera a un gigante. Lacocinera prepara una fritura, pero nosabe lo que ha hecho en realidad.En realidad, lo que ha hecho esatraer a un hada que, con una varitade bambú en la mano, hiende lapared de la cocina (...). El mundocarece de causalidad o, mejor dicho,obedece a un juego de mecanismos,de acciones y de reacciones mássecreto que nuestra causalidad ycuyo sentido se nos escapa. El uni¬verso se invierte a cada instante».
Es lo que nosotros llamaríamos«el Azar». Y he aquí ahora «la Nece¬sidad»:
«A esta fantasía caprichosa de laperipecia responde, en Las mil y unanoches, la inalterabilidad de los tiposhumanos (...). Allí están el sultán, lasultana, los príncipes y princesas jóve¬nes, los visires, los comerciantes, losjueces, los sabios, los mozos de cor¬del, las alcahuetas, las hadas, losburgueses astutos, los caballeros, losbarberos, los navegantes, los bandi¬dos, los astrólogos, los calígrafos.Están también los enamorados (...).Y cada uno actúa con los gestosy las palabras que le corresponden.
Los hijos de sultán parten a la cazao al torneo (...): los sultanes se abu¬rren o cortan cabezas, ésa es sufunción; los mensajeros, cuando traenmalas noticias, se dejan cortar la ca¬beza, ésa es igualmente su función;los visires intrigan...»
Así comenzamos a percibir a travésde la técnica del cuento el paisaje enque se mueve Scherezade: «Un per¬sonaje de muchas facetas, fiel a suleyenda, que se ve lanzado a un torbe¬llino de acontecimientos incalculables».
Y es el paisaje mismo de la vida(que es, también, lenguaje). Puestoque si Scherezade tiene el poder deconvocar a genios y hadas para queCamaralzaman encuentre a la prin¬cesa Budur y luego la pierda, es pre¬cisamente porque entre la vida y elcuento no hay realmente fronteras yporque, tras sus espaldas, otronarrador, que mueve los hilos, estáinventando que, un día, una joven lla¬mada Scherezade...
Scherezade no nació heroica: se
decidió a serlo cuando ya no pudoactuar de otra manera. Ese es su
estilo propio y, en fin de cuentas,su secreto. Ante todo, supo actuaren el momento preciso. Ni demasiadopronto ni demasiado tarde. Demasiadopronto, habría sido temeridad: senecesitaba en primer lugar que Schah¬riar diera pruebas de que mantendríasu decisión. Scherezade cuenta en¬
tonces el número de muchachas quecaen una por día y calcula, cadadía, el número de las que quedan:aun tiene tiempo antes de que letoque el turno una hija de visir,¡qué diablos! . Pero no cabía tam¬poco decidirse demasiado tarde niesperar a tener el cuchillo en la gar
ganta, porque entonces habría sidouna locura.
Así pues, irá a enfrentarse con elsultán. Pero ¿cómo? Ese es su segun¬do rasgo de genio: comprende que nole es dable escoger los medios, asícomo no pudo escoger el momento.No se trata de emplear la fuerza (notiene ningún deseo de morir comomártir); ni la astucia (¿se sabe acasode qué recursos dispone un monar¬ca?) ni la magia (sólo existe en loscuentos de hadas) ni la bondad (aque¬llo divertiría mucho a Schahriar, perola pasaría por alto). Tampoco sepuede confiar en la seducción porla belleza: las jóvenes decapitadasno eran feas.
Queda un último recurso, y el único,precisamente, para el cual Schere¬zade se sabe dotada: la estrategia.Atraer al enemigo fuera del campohabitual de sus batallas: el hombre
en el mundo de la mujer; en seguida,sorprenderlo antes de que hayatenido tiempo de recobrarse e, inme¬diatamente, aguijonear su curiosidad,de modo que crea que sigue siendoél quien toma la iniciativa. (iPor Alá,no la mataré antes de que me hayacontado la historia de ese mendigo!).Luego, mantenerlo en un estado deadmiración hasta hacerle olvidar el
sabor de la amargura cotidiana (ydentro de ella, justamente, su odiohacia las mujeres). Finalmente, hacerde él un cómplice, de modo que,cada noche, vuelva a casarse parasiempre con esta mujer que le des¬cubre, cada noche, el lado oculto dela vida.
Scherezade nos enseña que al finy al cabo todo es cuestión de estra¬tegia, de humor y de lenguaje.
Foto Paul Almasy - El Correo de la Unesco
DE LA PLUMA DE HAFIZ. La tumba de Hafiz poetalírico más admirado de Irán, enterrado en su ciudad natal de
Shiraz es un lugar de peregrinación del pueblo iranio. Shamsud-Din Mohammed, cuyo nombre poético en árabe, Hafiz, significa«El que sabe de memoria el Corán», nació entre 1317 y 1326.Los iranios solían llamarle «La lengua de lo oculto» por la dulzuray la belleza de sus versos. La forma poética que Hafiz elevó ala perfección es el ghazal: poema de 6 a 15 pareados que formanun todo por la unidad del pensamiento y por el simbolismo másbien que por la secuencia lógica de las ideas. La extraordinariapopularidad de que goza esta forma poética en todo el mundode habla persa puede explicarse por su lenguaje sencillo y fre¬
cuentemente coloquial, despojado de artificios, y por su empleo
de imágenes familiares y de expresiones proverbiales. La granacogida que el mundo occidental ha dispensado a Hafiz se ponede manifiesto en las numerosas traducciones de sus obras
completas y en la publicación de gran número de antologías, delas que solamente en inglés existen 30. Quizá para el gustopersa el mejor ghazal de Hafiz sea el más apropiado para ilustraresta fotografía: el que se encuentra inscrito sobre su tumba, una
de cuyas partes dice: «Siéntate junto a mi sepulcro con vino ymúsica/ que al sentir tu fragancia pueda despertar./ Levántate,figura de movimientos suaves, déjame admirar tu porte majes¬tuoso/ y que apartando el mundo y la vida yo también me levante».
LA VOZ PERENNE
DE LOS POETAS
La tradición literaria de Persia se inició
en los tiempos más remotos. Pero la
literatura persa, en la acepción corrientedel término, está constituida por las obrasescritas en persa moderno, es decir, lalengua que se formó en el siglo IX, dos¬cientos años después de la invasión del
país por los musulmanes. A partir deentonces, los factores geográficos, polí¬ticos y religiosos influyeron en la evolu¬
ción y las tendencias de la literatura persa.
Los ejemplos más antiguos y numerososde esta literatura son obras en verso.
Ello se debe posiblemente a que la mayorparte de la literatura primitiva tenía un
carácter improvisado y se apoyaba enel metro y la rima. La prosa apareciódespués. Tenía como antecedentes los
escritos árabes y los persas preislámicos
y abarcaba desde las primeras traduc¬
ciones y narraciones hasta los libros de
consejos para los miembros de la corte ytextos históricos como la Historia del
Conquistador del Mundo, de Juvaini, yel Compendio de Historias, de Rashid
a-Dini, que constituyen las dos obras
más notables del período mongol.
Sin embargo, los escritores a quienes losiranios consideran maestros de la lite¬
ratura no son, con pocas excepciones,los historiadores ni los prosistas sino sus
poetas clásicos: épicos, como Firdusi,autor del Shah Nameh (véase lapágina 32) y Nizami; místicos, como
Sana'i y Attar; y líricos, como Saadi yHafiz de Shiraz. Estos son los nombres
que se citan con mayor frecuencia, juntocon los de Maulavi Jalal ai-Din Rumi yMulla Jami.
Con el paso de los siglos. Irán fue dejandola impronta de su literatura y de su lenguaen una enorme región que se extiende
desde el subcontinente indio-paquistanohasta China y el sudeste asiático y queabarca la mitad occidental de Asia.
Hoy día, en plena etapa de desarrollo.Irán satisface su sed de saber mediante
un considerable esfuerzo por extender la
educación. Pero el hincapié que la edu¬
cación moderna hace en la enseñanza yel desarrollo de las ciencias no ha hecho
perder a los iranios su gusto por la poesía
y la literatura, que hoy se crean con la
misma prodigalidad que antes y se leen yescuchan con la misma avidez de siempre.
Dos muestras de la más antigua artesanía irania. Arriba, un vasode cerámica gris, en forma de mujer, que data del año 2000 a. de J.C.Fue descubierto en Shah Tepe («tepe» significa colina o montículo),en la llanura de Gorgan, cerca del Mar Caspio. Abajo, mango dehueso de un cuchillo de sílex, que representa un hombre de pie conlos brazos cruzados, tallado hace más de 6.000 años, hacia4200 a. de J.C. Apareció en Tepe Slyalk (Irán central)y tiene 12,5 cm. de longitud.
Esculturas milenarias de Irán
Estatuilla irania de bronce, de 37 cm. de alto,que representa una divinidad. Fue desenterradaen Pusht-i-Kuhn, Luristán (Irán occidental).La inscripción cuneiforme del manto data de unos600 años antes de nuestra era, pero laestatua puede ser de varios siglos antes.
Foto © Paul Almasy - El Correo de la Unesco
LIBROS RECIBIDOS
Entre las últimas publicaciones dela dinámica y prestigiosa editoramadrileña que es Alianza Editorial,destacamos las siguientes:
Ensayos sobre Valera
por Manuel Azaña
El castillo
por Franz Kafka
Breve historia del teatro soviético
por José Hesse
Anatomía de la economía
por Kurt Walter y Arnold Leistico
Las buenas intenciones
por Max Aub
Paranoia y neurosis obsesiva
por Sigmund Freud
Teoría de las emociones
por Jean-Paul Sartre
Historia del hombre
por G.H.R.v. Koenígswald
Darwin
por Johannes Hemleben
Barrabás
por Par Lagerkvist
El extranjero
por Albert Camus
Ficciones
por Jorge Luis Borges
La locura
por Andrew Crowcroft
¡Absalón, Absalón!
por William Faulkner
Ciau Masino
por Cesare Pavese
Corydon
por André Gide
Lutero y el nacimiento del protes¬tantismo
por James Atkinson
Ciencia y conciencia en la eraatómica
por Max y Hedwig Born
46
En comprimidos
Según un informe de la OrganizaciónMundial de la Salud, de los 380 millones
de niños menores de cinco años que vivenen los países en vias de desarrollo máso menos la cuarta parte muestran síntomasde Insuficiencia de proteínas y de calorías.
Los ríos del mundo arrojan al mar anual¬mente 319 millones de toneladas de hierro,
2 millones 300 mil toneladas de plomo y6 millones y medio de toneladas de fósforoprovenientes de las diversas industrias.
Bajo los auspicios de la ComisiónNacional de la Unesco de Austria se está
compilando en Víena una bibliografía de1.700 páginas que contiene 23.000 obraspertenecientes a las lenguas y literaturaseslavas o que tratan de ellas.
En Suecia se ha construido un tipo deautobús urbano en el cual se ha reducido
a la mitad el ruido del motor gracias aun sistema especial de aislamiento térmicoy a una nueva ubicación del sistema deenfriamiento.
tr?
Símbolo del Año
Internacional del Libro
La Unesco acaba de adoptar comosímbolo del Año Internacional del Libro
(1972) este dibujo del artista belga MichelOlyff, especialmente concebido con tal fin.Las dos figuras gemelas que se dan lamano simbolizan la cooperación interna¬cional a través del libro y la función esen¬cial que éste ejerce en el desarrollo cultu¬ral y económico del mundo. Se está redac¬tando una Carta del Libro en la que seestipulan las condiciones que deben crearse,en el plano nacional e internacional, a finde que los libros puedan complir plena¬mente la función que les corresponde enla educación, el desarrollo y la compren¬sión mutua entre los países. Se pediráa las organizaciones internacionales en laesfera del libro que adopten dicho símbolodurante el Año Internacional. Entre las
tareas fundamentales para 1972 figuran elestímulo a la producción y traducción delibros, a su impresión y distribución, eldesarrollo de las bibliotecas y el fomentodel hábito de la lectura.
Más de un millón de dólares
para las escuelasde los refugiados palestinos
El Organismo de Obras Públicas ySocorro de las Naciones Unidas para losRefugiados de Palestina ha colectado másde un millón de dólares para el programaconjunto OOPSRP-Unesco de educaciónde los niños refugiados. Recientemente, aldar esta información, el Director Generalde la Unesco, Sr. René Maheu, rindiótributo a los esfuerzos realizados por elEmbajador Mansur Jalid, jefe de la dele¬gación del Sudán en las Naciones Unidas,quien llevó a cabo una misión destinada
a reunir fondos en diversos países delmundo como representante personal delSr. Maheu. Se necesitan fondos extraordi-
mm erg
narios a fin de equilibrar el presupuestodel programa de los refugiados palestinosamenazado por un déficit que asciende acinco millones de dólares.
Gandhi, el más admiradode los héroes
de la humanidad
Según los resultados de un Concursosobre los Héroes de la Comunidad Mundial,organizado por el Instituto de Educaciónde la Universidad de Londres con ayudade la Unesco y de otras organizaciones,el Mahatma Gandhi es la figura mundialmás admirada y respetada entre los pro¬fesores y estudiantes de escuelas normalesde 37 países, que en número superior a3.000 participaron en dicho concurso. Elpropósito de los organizadores fue atraerla atención hacia la necesidad de crear
una conciencia más profunda de la comu¬nidad mundial y hacia los medios por loscuales la educación puede contribuir afomentarla.
Una «Colección Unesco»
de música en discos Philips
Acaban de aparecer, editados por lacasa Philips, los ocho primeros discos deuna nueva «Colección Unesco» de músicadel mundo entero, que comprenderá40 títulos, bajo el nombre general de«Fuentes musicales». La mencionada serie
se publica en Holanda al cuidado delConsejo Internacional de la Música, bajola dirección general de Alain Danielou ycon los auspicios de la Unesco. Los discosque han aparecido hasta ahora son gra¬baciones de música de Irán, Java, Cam-boya, India, Israel, Tibet, Bali y los paísesárabes.
Artes de Asia
La revista Arts of Asia, recientemente
fundada en Hong Kong, dedica su segundonúmero (marzo-abril de 1971) al Japón y,en particular, a la Séptima Exposición Bie¬nal Internacional de Estampas organizada enTokio. Arts of Asia es la única revista del
Asia Oriental dedicada exclusivamente a
todas las artes, antiguas o modernas, delcontinente. El primer número estuvo consa¬grado a China y los próximos se referirána Birmania, Tailandia y Corea.
Algunas publicaciones de la Unesco sobre IránCOLECCIÓN UNESCO DE ARTE MUNDIAL
Iran. Miniatures persanes, bibliothèque impériale
Introducción de Basil GrayCon 32 laminas en color
New York Graphie Society, Greenwich,Existe también en formato de bolsillo
Conn., E.U.A., 1962
DIAPOSITIVAS UNESCO DE OBRAS REPRESENTATIVAS
Miniaturas persas
Serie de 30 diapositivas, con texto trilingüe en francés, inglés y españolPublications Filmées d'Art et d'Histoire. Paris
COLECCIÓN UNESCO «FUENTES MUSICALES^
Música irania
Philips, Paris, 1971
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Acaba de aparecer
repertoireinternational
des traductions
international
bibliographyof translations Index
translationum
22
unesco
paris 1 97 1
Plurilingüe, con introducción bilingüe eninglés y francés900 p. 152 FEncuadernado 168 F
Vol. XXII
del repertorio internacional
de traducciones
El Index Translationum presenta un panorama exhaustivode las traducciones editadas durante un año, tanto de las
publicadas por primera vez como de las reimpresiones de obrasanteriormente traducidas.
Preparado con ayuda de bibliotecas de numerosos países,
permite al lector seguir, año tras año y país par país, la actividadeditorial en materia de traducciones y saber qué autores y qué
obras se van traduciendo a las diversas lenguas del mundo.
En el presente volumen se mencionan 38.172 obras aparecidasdurante 1969 en 66 países.
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ANTILLAS HOLANDESAS. C.G.T. Van Dorp &
Co. (Ned. Ant.) N.V. Willemstad, Curaçao, N.A. (Fl. 5,25).
ARGENTINA. Editorial Losada, S.A., Alsina 1131,
Buenos Aires. ALEMANIA. Todas las publicaciones:
Verlag Dokumentation Postfach 1 48, Jaiserstrasse 1 3,
8023 Múnchen-Pullach. Para «UNESCO KURIER»
(edición alemana) únicamente: Vertrieb Bahrenfelder-
Chaussee 160, Hamburg-Bahrenfeld, C.C.P. 276650.
(DM 12). BOLIVIA. Librería Universitaria, Univer¬
sidad Ma/or de San Francisco Xavier de Chuquisaca,
Apartado 21 2, Sucre. BRASIL. Livraria de la Fundaçao
Getulio Vargas, Serviço de Publicaçoes, Caixa postal
21120, Praia de Botafogo 188, Rio de Janeiro, GB.
COLOMBIA. Librería Buchholz Galería, Avenida
Jiménez de Quesada 8-40, Apartado aéreo 4956 Bogotá;
Distrilibros Ltda., Pío Alfonso García, Carrera 4a 36-1 1 9,
Cartagena; J. Germán Rodriguez N. Oficina 201, Edificio
Banco de Bogotá, Girardot, Cundinamarca; Editorial
Losada, calle 18 A Nos. 7-37, Apartado aéreo 5829,
Apartado nacional 931, Bogotá; y sucursales: Edificio
La Ceiba. Oficina 804, Medellín; calle 37 Nos. 14-73,
Oficina 305, Bucaramanga; Edificio Zaccour, Oficina 736,
Cali. COSTA RICA. Librería Trejos S.A., Apartado
1313, Teléf. 2285 y 3200, San José. CUBA. Distri¬
buidora Nacional de Publicaciones, Neptuno 674, La
Habana. CHILE. Editorial Universitaria S.A., Casilla
10 220, Santiago. ECUADOR. Casa de la Cultura
Ecuatoriana, Núcleo del Guayas, Pedro Moncayo y 9
de Octubre, Casilla de correo 3542, Guayaquil.
EL SALVADOR. Librería Cultural Salvadoreña, S.A.,
Edificio San Martín, 6a Calle Oriente No. 118, San
Salvador. ESPAÑA. Todas las publicaciones incluso «El
Correo»: Ediciones Iberoamericanas, S.A., Calle de Oñate,
1 5, Madrid 20; Distribución de Publicaciones del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas, Vitrubio 1 6,
Madrid 6; Librería del Consejo Superior de Investiga¬
ciones Científicas, Egipcíacas 1 5, Barcelona. Para «El
Correo» solamente: Ediciones Liber, Apartado 17,
Ondárroa (Vizcaya) (200 ptas). ESTADOS UNIDOS
DE AMERICA. Unesco Publications Center, P.O.
Box 433, Nueva York N.Y. 10016 (US $5.00). FILI¬
PINAS. The Modern Book Co., 926 Rizal Avenue,
P.O. Box 632 Manila. D. 404. FRANCIA. Librairie
de I'Unesco, Place de Fontenoy, Paris, 7*, C.C.P. Paris
12.598-48 (12 F). GUATEMALA. Comisión Nacional
de la Unesco, 6a Calle 9.27 Zona 1, Guatemala. JA¬
MAICA. Sangster's Book Stores Ltd., P.O. Box 366;
101, Water Lane, Kingston. MARRUECOS. Librairie
« Aux belles images », 281, avenue Mohammed-V, Rabat.
«El Correo de la Unesco» para el personal docente:
Comisión Marroquí para la Unesco, 20, Zenkat Moura-
bitme, Rabat (CCP 324-45). MÉXICO. EditorialHermes, Ignacio Mariscal 41, México D.F. ($ 30).
MOZAMBIQUE. Salema & Carvalho, Ltda., Caixa
Postal 192, Beira. NICARAGUA. Librería Cultural
Nicaragüense, Calle 1 5 de Setiembre y Avenida Bolivar,
Apartado N- 807, Managua. PARAGUAY. Melchor
García, Eligió Ayala 1650, Asunción. PERU. Unica¬
mente «El Correo»: Editorial Losada Peruana, Apartado
472, Lima. Otras publicaciones : Distribuidora Inca S.A.,
Emilio Althaus 470, Lince, Casilla 3115, Lima. POR¬
TUGAL. Dias & Andrade Lda., Livraria Portugal, Rua
do Carmo 70, Lisboa. REINO UNIDO. H.M. Statio¬
nery Office, P.O. Box 569, Londres. S.E.I. (20/-).
REPÚBLICA DOMINICANA. Librería Dominicana,
Mercedes 49, Apartado de correos 656, Santo Domingo.
URUGUAY. Editorial Losada Uruguaya S.A., Librería
Losada, Maldonado 1092, Colonia 1340, Montevideo.
VENEZUELA. Librería Historia, Monjas a Padre
Sierra, Edificio Oeste 2, N" 6 (Frente al Capitolio),
Apartado de correos 7320-101, Caracas.
Foto Paul Almasy - Unesco
Toros y leones en la Persépolis clásicaPujantes siluetas de toros y leones, labradas hace unos 2.500 años, ornaban laSala de las Cien Columnas de Persépolis, capital de la Persia de Darío I. Lasfiguras esculpidas de animales en los frisos de los muros, escaleras y columnasde palacios y monumentos son el elemento decorativo de uno de los lugaresmás grandiosos de la historia.