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Revista de la Asociación Amigos del Campo de Montiel | Número 33 | Julio 2013 | D.L.: CR 552/99 a constituido un imponderable acierto la iniciativa de que el Pro- yecto Fahrenheit 451 se celebre en Castellar de Santiago durante el IV Encuentro de Personas Libro. Es Castellar de Santiago localidad con sobrados méritos en el ámbito educativo (ejemplo de ello es el proyec- to sobre Comunidades de Aprendizaje que de- sarrolla el CEIP San Juan de Ávila, reconocido por su competencia dentro y fuera de la región) y literario, para ser, como ha sido a lo largo del sábado 25 de mayo, la capital de la lectura y de la palabra entregada en la provincia. En el tríptico editado por la Diputación Provincial, que nos va a servir de eje para la ela- boración de esta reseña, leemos: “En Fahrenheit 451, Ray Bradbury se imaginó un mundo que no escapa del todo a nuestra realidad. La novela, cuyo título se refiere a la temperatura a la cual el papel entra en ignición, describe un hipotético futuro en el que los libros están prohibidos y los bomberos se dedican a quemarlos. Sin embargo hay una minoría que se resiste y lo hacen apren- diéndose cada una de ellas un libro. Es así que muchas personas se van uniendo a la causa lle- gando a ser una ‘inmensa minoría que clama en el desierto’, verdaderas bibliotecas itinerantes. El Proyecto Fahrenheit 451 (las personas li- bro) nació en 2003 a partir de una lenta inves- tigación de años en el Teatro Estudio Tuzla y en la Escuela de Lectura de Madrid. Se inspira en este libro de Bradbury, del que Truffaut hizo una película, y se ha convertido esencialmente en un movimiento ciudadano de personas que narran sus textos en cualquier lugar donde haya alguien dispuesto a escuchar. Es un gesto de enorme IV Encuentro Personas Libro, Educación y Biblioteca: La palabra vinculada en Castellar de Santiago h Edita: Asociación de Amigos del Campo de Montiel Domicilio social: Pretorio 6, 13332 Villahermosa. C. Real Coordinadores de la Edición: Juan José Sabio / Guadalupe Díaz Redacción: Quintiliano Gallego Daniel Lillo Clemente Plaza José Manuel Díaz Muñoz Juan Jiménez Ballesta José Mª Lozano Cabezuelo Andrés Naranjo Moya F. Javier Moya Maleno P. Reyes Moya Maleno Justiniano Rodríguez Castillo Diseño: Carlos Barraquete [email protected] Colaboraciones: Deben ir firmadas con nombre o seudónimo. La Redacción de La Ruta debe conocer nombre, apellidos y DNI de los autores. Deberán enviarse antes del último día de los meses de Mayo y Noviembre, dirigidas a: Juan Sabio. C/ Sagunto 6. 28010 Madrid. jsabio1990@terra.es Las opiniones vertidas en los distintos trabajos de La Ruta son responsabilidad exclusiva de sus autores, y no tienen por qué coincidir nece- sariamente con el criterio mantenido por la Redacción de esta revista Suscripciones: Suscríbete a La Ruta por 12 euros/año. Rellena el cupón que encontrarás en esta revista. • IV Encuentro Personas Libro .............. 1 • Editorial................................................... 3 • Escritores románticos extranjeros ...... 3 • La Carrera del Niño............................... 5 • Jornadas de Conocimiento en el Campo de Montiel ...................... 6 • A destacar............................................... 7 • La Lengua de Cervantes ...................... 8 • Montiel Medieval ................................. 9 • Danza de las Espadas........................ 10 • Viajeros extraviados .......................... 11 • Ficha Cultural de Fuenllana ............. 13 • Las Aventuras de Don Quijote ......... 15 • Senderismo por el CdM ..................... 16 “Pisó por ella el uno y otro lado de la gran Sierra Negra y el famoso Campo de Montiel, hasta el herboso llano de Aranjuez” (Parte I, Capítulo LII)

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Revista de la Asociación Amigos del Campo de Montiel | Número 33 | Julio 2013 | D.L.: CR 552/99

a constituido un imponderable acierto la iniciativa de que el Pro-yecto Fahrenheit 451 se celebre en Castellar de Santiago durante el IV

Encuentro de Personas Libro. Es Castellar de Santiago localidad con sobrados méritos en el ámbito educativo (ejemplo de ello es el proyec-to sobre Comunidades de Aprendizaje que de-sarrolla el CEIP San Juan de Ávila, reconocido por su competencia dentro y fuera de la región) y literario, para ser, como ha sido a lo largo del sábado 25 de mayo, la capital de la lectura y de la palabra entregada en la provincia.

En el tríptico editado por la Diputación Provincial, que nos va a servir de eje para la ela-boración de esta reseña, leemos: “En Fahrenheit 451, Ray Bradbury se imaginó un mundo que no escapa del todo a nuestra realidad. La novela,

cuyo título se refiere a la temperatura a la cual el papel entra en ignición, describe un hipotético futuro en el que los libros están prohibidos y los bomberos se dedican a quemarlos. Sin embargo hay una minoría que se resiste y lo hacen apren-diéndose cada una de ellas un libro. Es así que muchas personas se van uniendo a la causa lle-gando a ser una ‘inmensa minoría que clama en el desierto’, verdaderas bibliotecas itinerantes.

El Proyecto Fahrenheit 451 (las personas li-

bro) nació en 2003 a partir de una lenta inves-tigación de años en el Teatro Estudio Tuzla y en la Escuela de Lectura de Madrid. Se inspira en este libro de Bradbury, del que Truffaut hizo una película, y se ha convertido esencialmente en un movimiento ciudadano de personas que narran sus textos en cualquier lugar donde haya alguien dispuesto a escuchar. Es un gesto de enorme

IV Encuentro Personas Libro, Educación y Biblioteca: La palabra vinculada en Castellar de Santiago

h

Edita: Asociación de Amigos del Campo de Montiel

Domicilio social: Pretorio 6, 13332 Villahermosa. C. Real

Coordinadores de la Edición: Juan José Sabio / Guadalupe Díaz

Redacción: Quintiliano Gallego Daniel Lillo Clemente Plaza José Manuel Díaz Muñoz Juan Jiménez Ballesta José Mª Lozano Cabezuelo Andrés Naranjo Moya F. Javier Moya Maleno P. Reyes Moya Maleno Justiniano Rodríguez Castillo

Diseño: Carlos Barraquete [email protected]

Colaboraciones: Deben ir firmadas con nombre o seudónimo. La Redacción de La Ruta debe conocer nombre, apellidos y DNI de los autores. Deberán enviarse antes del último día de los meses de Mayo y Noviembre, dirigidas a: Juan Sabio. C/ Sagunto 6. 28010 Madrid. [email protected]

Las opiniones vertidas en los distintos trabajos de La Ruta son responsabilidad exclusiva de sus autores, y no tienen por qué coincidir nece-sariamente con el criterio mantenido por la Redacción de esta revista

Suscripciones:

Suscríbete a La Ruta por 12 euros/año. Rellena el cupón que encontrarás en esta revista.

• IV Encuentro Personas Libro ..............1• Editorial...................................................3• Escritores románticos extranjeros ......3• La Carrera del Niño ...............................5• Jornadas de Conocimiento en el Campo de Montiel ......................6• A destacar...............................................7• La Lengua de Cervantes ......................8• Montiel Medieval .................................9• Danza de las Espadas ........................10• Viajeros extraviados ..........................11• Ficha Cultural de Fuenllana .............13• Las Aventuras de Don Quijote .........15• Senderismo por el CdM .....................16

“Pisó por ella el uno y otro lado de la gran

Sierra Negra y el famoso Campo de Montiel,

hasta el herboso llano de Aranjuez”

(Parte I, Capítulo LII)

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fuerza simbólica que reivindica el libro y la lectura. Poco a poco ha ido ganando adeptos en diversas partes del mundo.

Para ser persona libro hay dos ‘condi-ciones’. La primera es elegir y aprenderse un fragmento de libro que nos conmueva o inquiete, un texto verdaderamente deseado. La segunda exigencia es que no lo soltemos como papagayos, sino que utilicemos la pala-bra vinculada para entregar ese texto a quie-nes nos escuchan. Sin colonizar la palabra ni con ella a nadie. Hablando ‘a lo llano, a lo liso, a lo no intrincado’, como nos recomendaba don Quijote.

El Proyecto LA PALABRA VINCU-LADA es una propuesta de dinamización, que tiene entre sus objetivos principales el fomento de la lectura en los Centros Escolares y la inclusión de la expresión oral en todos los ámbitos sociales”.

La respuesta del pueblo de Castellar, sen-sible siempre a los quehaceres bien cuajados, ha desbordado las previsiones y la ilusión ante el cuarto encuentro de personas-libro emprendido en nuestra provincia, en el que han participado grupos de todas las edades y ámbitos sociales, desde alumnos de Educación Infantil hasta personas mayores que, siguién-dose unos a otros por los mil y un atajos que esconde una palabra, buscando belleza, inteli-gencia y sensibilidad en obras de autores de procedencias muy diferentes como la mejor manera de acercarnos al otro, al diferente, evocaron sus textos memorizados en narra-ciones continuadas por las calles y plazas del pueblo.

A la hora de hacer una valoración de este día he de confesar, con exquisito deleite, que el 25 de mayo de 2013 ha supuesto para el

Campo de Montiel un acontecimiento de en-vergadura.

Que la palabra escrita no quede enjaulada en los libros y que llegue a su destino necesa-rio, es conseguirle alborozada y esplendorosa comunión verdadera. De ahí que -por arte y parte de Antonio Rodríguez Menéndez, ánima mater de esta bendita ilusión, con la colabo-ración entusiasta de Antonio Rubio y de Petri Cavadas, maestra del Colegio Público San Juan de Ávila, coordinadora modélica del evento; la participación generosa y siempre ejemplar del AMPA, respaldados en todo momento por la bienquerente y hermosa sencillez de quien di-rige la Casa Municipal: Mª Carmen Ballesteros Vélez- haya habido, junto al pueblo, en el pue-blo y para el pueblo, la posibilidad de que la palabra entregada se convierta en experien-cia viva, en solidaridad entrañable, en fiesta para el crecimiento de lo humano esencial, es asunto que reclama la bendición y la alabanza. Sin el esfuerzo y el desvelo de estas personas el encuentro no habría tenido la resonancia y el fruto obtenidos.

Se precisa, una vez y otra, que la palabra acuda a los rincones más últimos de la geo-grafía provincial, como ha sido ahora el caso de Castellar de Santiago; porque la caracte-rística de este encuentro ha, sobre todo, con-sistido en no tener puertas cerradas, en ser un auténtico encuentro, un modo sencillo de ponerse en contacto la gente sencilla y llana con los creadores, y viceversa, una relación cordial. Otras jornadas son de estudio entre estudiosos; ésta por el contrario se ha defi-nido por la verificación bienhadada de que pueblo y literatura se emparentan, provienen del mismo latido existencial. Me interesa su-brayar este aspecto. Todos los participantes: Centros de Educación Primaria (Virgen del Salido. Carrizosa, Federico Romero. La Solana, Santiago Apóstol. Almuradiel, San Juan de Ávi-la. Castellar de Santiago, Maestro Juan Alcaide. Valdepeñas, San Juan Bosco. San Carlos del Va-lle, Virgen Espino. Membrilla, El Oasis. Llanos, y Tierno Galván. Manzanares); IES P. A. Soto-mayor de Manzanares; y las Bibliotecas y Uni-versidades Populares de Castellar, Carrizosa y Valdepeñas, vivieron en clima de ofertorio en Castellar de Santiago, y Castellar de Santiago les atendió y les entendió; transvasaron juntos el verbo declamado con fervor y la capacidad de escucha del pueblo, que es, justamente, quien precisa de la palabra con alas y con halo.

En resumidas cuentas, pediría a quien co-rresponda que iniciativas como ésta sean teni-das muy en cuenta, pues garantizan la bonho-mía y el talante de personas que hartamente demuestran su saber y sus inquietudes a favor de la palabra escrita. Siempre la palabra.

José María Lozano Cabezuelo

Es un movimiento ciudadano de personas que narran

sus textos en cualquier lugar donde haya alguien

dispuesto a escuchar. Es un gesto de enorme

fuerza simbólica que reivindica el libro y la lectura.

Poco a poco ha ido ganando adeptos en diversas partes del mundo.

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SIN ESFUERZONO HAY RECOMPENSA

Hay numerosos signos que hacen evidente el difícil momento que nos toca vivir en la actuali-dad. Podemos desgranar una serie de ellos que están en boca de todo el mundo: economía de-primida, corrupción especialmente política, des-empleo, etc. Y ante esta difícil situación se pue-den plantear diferentes posibilidades de hacer frente a la misma. Se puede adoptar la postura de la resignación, maldiciendo a todos y a todo y con la esperanza de que otros arreglen los desaguisados y nos cambie el pan duro de roer por el pan tierno del día de nuestra realidad.

Otra forma de encarar la situación es apro-vechar las oportunidades “pocas” que en perío-dos de crisis se pueden producir y que muchas veces pasan desapercibidas. Profundizando en esta segunda postura, habría que ingeniárselas para, con pocos medios, ofrecer “productos” de nuestra Comarca.

Así, relacionados con la historia, el Campo de Montiel posee restos arqueológicos, arqui-tectura, naturaleza y caminería suficientes para elaborar visitas guiadas que expliquen a los que nos visiten los tiempos pasados de la Comarca. También hay artesanía, en la actualidad desper-digada, que organizada mínimamente, puede ser un pequeño motor de empleo y riqueza.

Qué decir del vino y del aceite. Si se consi-gue que bodegas y cooperativas organicen visi-tas, catas y venta, podría ser un atractivo más. Otro sector potencial de desarrollo es el de las conservas y los dulces. Cada pueblo tiene su especialidad repostera que habría que explotar, al igual que las conservas de caza y vegetales.

Uno de los más importantes sería la vin-culación de nuestra Comarca con el arte y la cultura: Cervantes, Quevedo, Jiménez Patón, Yá-ñez de la Almedina, Santo Tomás de Villanueva, poseen un potencial importante a desarrollar.

En conclusión, tenemos materia prima sufi-ciente con la que elaborar productos de consu-mo y turísticos que nos ayuden a superar estos tiempos. Eso sí, hay que poner ilusión, compro-miso, ganas de trabajar e involucrar a cuántos más, mejor.

Falta que nos lo creamos y nos pongamos manos a la obra.

iajaron desde lejanos países a estas tierras montieleñas por ser lugar donde poder gozar la bien conocida cabalgadura de don Quijote y San-cho Panza. Asomadas a ellas advierten el idilio del lloroso Guadiana,

Cueva de Montesinos y otros muchos espacios inesperados. Estos viajeros, llegados en el siglo XIX, lo hacían en cabalgaduras, a su armonioso paso con frecuencia se detenían para fijarse en el paisaje, de cómo eran sus pueblos y de cómo viven en ellos sus gentes. Escriben cuanto han visto, con el enorme caudal de datos adquiri-dos montaron páginas fundamentales divulgadas en publicaciones. Lo más valioso de ellos no hay que buscarlo en su condición de literatos, sino en su gran pasión por la obra cervantina.

No perdieron detalle del indiscutible escenario donde se dieron diversas aventu-ras de nuestro errante hidalgo.

Es significativo que estos ilustres viajeros y famosos escritores iniciaran ruta des-de donde la antigua tradición tiene a Argamasilla de Alba por “el lugar de la Man-cha” que Cervantes no quiso nombrar en su más genial novela. Lo elegirían para desde ahí dirigirse hacia “el antiguo y conocido Campo de Montiel”. Yo, lo atribuyo al ánimo de querer ver los parajes y lugares que de antemano pretendían ver y Mi-guel de Cervantes se complace en narrar y dar conocimiento y muestra de ello.

Abramos la lista de los que con fidelidad siguieron la ruta del hidalgo perturbado, reviviendo la iluminada caballería andante dando una ligera pincelada de sus re-cuerdos anotados, empezando por los llegados antes de finalizar el siglo XIX

GEORGE JOHN CAYLEY (Inglés). Abogado y escritor, viaja a España por mo-tivos de salud en 1851/52, publicó en 1856 “The Bridle roads of Spain”. Visitó las Lagunas de Ruidera en la primavera de 1852, hallando a su paso molinos y batanes; relata en su libro detalles de situaciones interesantes.

CHARLES BOGUE LUFFMAN (Inglés). Periodista, geólogo y naturalista; lle-gó a España en 1893. En el verano de este año, hace relato de su recorrido por todo el valle del Alto Guadiana, bordeando sus lagunas, se aparta para llegar a la Cueva de Montesinos, tiene a fama ser el primer extranjero que la ha visitado. La experien-cia de su recorrido fue recogida en “A vagabond in Spain”, libro publicado en 1895 con una segunda edición en 1910 bajo el título: “Quiet days Spain”.

AUGUST F. JACCACI. Nacido en París y considerado escritor estadounidense. En 1894 realiza un viaje acompañado del dibujante Daniel Urrabieta Vierge. Vuel-ve solo en el verano de 1895 y edita en lengua inglesa y francesa “On the trail of don Quixote” y “Au Pais de don Quichote”. Su fascinación por la obra de Cervantes le llevó a estas tierras acompañado de su amigo Vierge, autor de los dibujos que ilustraron sus indicadas publicaciones, en Nueva York 1896 y en Londres, al año si-guiente. Traducida al castellano en 1915 por Ramón Jaén, incorporando fotografías de la época.

Nos complacemos en insertar también cuantos escritores extranjeros hicieron recorrido por la Ruta de don Quijote durante el siglo XX.

RUBÉN DARÍO (Poeta nicaragüense). Con motivo del Tercer Centenario de la publicación de “El Quijote”, paseó tierras manchegas aportando a la cultura su poema:

ESCRITORES ROMÁNTICOS EXTRANJEROS SE DAN A LA AVENTURA EN EL “ANTIGUO Y CONOCIDO CAMPO DE MONTIEL”

V

E D I T O R I A L

Por Andrés Naranjo Moya

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Noble peregrino de los peregrinos,Que santificaste todos los caminosCon el paso augusto de tu heroicidad,Contra las certezas, contra las concienciasY contra las leyes y contra las ciencias,Contra la mentira, contra la verdad…/…/¡Ora por nosotros, señor de los tristesQue de fuerza alientas y de ensueños vistes,Coronado de áureo yelmo de ilusión!,¡Que nadie ha podido vencer todavía,Por la adarga al brazo, toda fantasía,Y la lanza en ristre, toda corazón!(fragmento)

AUGUSTO D’ALMAR (Chileno). Escritor, narrador, ensayista y orador. Galardonado con el Premio Nacional de Literatura. Autor de varios libros, de entre ellos cabe destacar: “La Mancha de don Qui-jote”. Realizó su viaje en otoño de 1927. Recorrió toda el área de las Lagunas de Ruidera. No pudo, a su pesar, explorar la Cueva de Mon-tesinos. Conoció batanes y se acercó a ellos ya de noche; el incesante ruido del golpeteo de sus mazos hacían tenerse por tenebroso lugar; determinó alejarse y pasar la noche en una central hidroeléctrica.

WALTER FITZWILLIAM STARKIE (Irlandés). Escritor, poe-ta, músico y profesor de español en la Universidad de Dublín. En 1934 viene a España y hace la Ruta de don Quijote. Su recorrido da origen a su libro: “Don Gitano: Aventuras de un irlandés con violín en Ma-rruecos, Andalucía y La Mancha”.

A la puesta del sol de un indeterminado día llega a la entrada de la Cueva de Montesinos; en su escrito lo acredita así: “como yo era un peregrino en la Ruta de don Quijote, no olvidé el descender a la ló-brega Cueva y buscar el Palacio de Cristal. Como no había ninguna cuerda, me deslicé hasta introducirme en las entrañas de la tierra, alumbrando el camino con una vela”.

LUCIO PAVÓN NÚÑEZ (Colombiano). Senador, abogado y es-critor. Su viaje a tierras del “Campo de Montiel (1948), dio nacimien-to a la publicación: “Por tierras de Cervantes y Quevedo”, reeditado en 1966 con motivo de la conmemoración del trescientos aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, con el título “Del Quijote y la Mancha”.

En su recorrido llegó a tierra de Ossa de Montiel para adentrarse y explorar la Cueva de Montesinos. Su visita la estima como agradable y “la más sabrosa y fuerte que ningún hombre haya pasado/…/ y muy mucho natural que el pueblo, generalmente tan imaginativo como don Quijote, haya acogido con paternal calor la fábula de Duran-darte, Belerma, Montesinos y demás personajes encantados por el diabólico Merlín y haya convertido esta agua en las lágrimas de la dueña Ruidera, sus hijas y sobrinas”.

CARLOS SENDER (Chileno). Escritor, ensayista, poeta y confe-renciante. Vino a España en 1951. El Gobierno español le concedió la Encomienda de Alfonso X el Sabio. A su concesión, emocionado, dijo: “España me ha entregado sus jugos vitales y me ha hecho amarla con devoción/…/ y diré cómo es su pueblo y cuánta fraternidad en-tregan sus gentes a cuantos venimos a describir sus sagradas rutas”. A su entusiasmo por la Mancha debemos: “En busca de don Quijote”, libro prologado por Gregorio Prieto.

Hizo una ruta por caminos del Alto Guadiana y bajó a la Cueva de Montesinos a la espera de encontrarse con el sabio Merlín.

RUPERT CROFT-COOKE (Inglés). Escritor, periodista y expe-rimentado viajero. Vino a España repetidas veces. En 1958 realiza el que califica su más emotivo viaje por la Ruta del Quijote; lo experi-mentado en ella fue publicado en 1959 en Londres: “The Quest for Quixote” y al año siguiente: “Through Spain with don Quixote”, en Nueva York.

CARLOS INIESTA MUÑOZ (Costarricense). Ensayista, escritor y director de diarios. Viene a España en 1967. En su visita por estas tierras lo hace subido a un caballo similar al montado por don Quijo-te, acompañado de su criado, y así lo cuenta: “al mediodía empren-dimos el viaje montados en rocines matolanes, por sendas retorcida s. Pasamos entre vegetación de romeros, tomillos y lentiscos. En el fondo de una cañada nace una fuente y por el contorno pastan carneros de lana rojiza, alegrando el ambiente con sus balidos. Más adelante atravesamos tierras de matorrales agitados por soplos de aire, y vamos cuesta arriba sobre las arrugas del camino. Se dobla un cerro después de una quebrada, se desciende un poco, viene una vereda, sigue un recodo y en el primer plano inclinado aparece la cueva abierta en terrenos rojos”. Y exclama: “con la Cueva de Mon-tesinos hemos dado”.

_________Hay una larga nómina de célebres escritores, poetas, geógrafos, pin-

tores y dibujantes españoles que han seguido los pasos del “hidalgo” ha-ciendo idénticas jornadas por estas tierras, que reseñar cuanto han plas-mado en sus obras es tan cuantioso que, dejamos a la agudeza del lector o investigador sin mucho trabajo, encontrarlas.

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a carrera del niño en Albaladejo es un lujo de connota-ciones y una interpretación de fe, de dolor, de alegría, de sabía tradición, una solemnidad eclesiástica, una amalga-ma pletórica de mitos y costumbres, que en cualquier pueblo que no sea Albaladejo no las comprenden y dirían ser, una parafernalia religiosa con tintes paganos e impro-visos sin sentido, sin pies ni cabeza, sin proporciones etc.

Digamos en sus contras no tener razón, por desconocer su simbología, su cometido, su origen y vínculos sentimentales. El Albaladejeño lo lleva en la sangre, en el corazón, en el alma, en las entrañas, en el espíritu como un heraldo tatuado en sus propias carnes.

La carrera del niño de Albaladejo se pierde en el tiempo y cobra vida cada año, que se escenifican sus actos y se transmite de ancianos a chiquillos como una aureola en el horizonte… Su versión y visión es todo un acontecimiento bíblico con matices, o sea ser, el pueblo salido de la pésima cuaresma, de sus limitaciones, de sus prejuicios y sabido de flamante milagro de la resurrección; en los amaneceres del Domingo es rescatado el niño Resucitado de la Iglesia, lo jalea en regocijo, lo llevan corriendo por las principales calles para homenajearlo y aprovecha la ocasión de su divina influencia; para de inmediato asomarlo a los cam-pos donde les viene el sustento y pedirle en rogativas y agradecimientos sus favores, porque de hecho, rodean su espacio de trono con manojos de cereales en veza, lo posan en los sembrados para bendecirlos y lo manifiestan en pujanzas con esta estrofa recitada de antiguo por un ficticio coro imitando a Justo Macías (el Chosmo) y sus fingidos acólitos (Bárbaro Hilariete, que haya mucho pan, mucho vino y mucho aceite). Los simpáticos versos no pueden se más elocuentes y sus manifiestos más ancestrales; poniendo mis setenta y seis años de por medio he vis-to, las pasiones y la emoción desbordadas por nuestro vetusto pueblo; como un musgo trepador encostrado en las citaras de tránsito y el largo recorrido se complementa con rezos, cánticos religiosos y vivas jubilosas. A todo esto hay que añadir desde hace más de sesenta años, la visita obligada a San Isidro en su atractiva Ermita y lugares escabrosos hasta la Virgen de la Cueva zigzagueando, a un cóncavo natural con una Imagen de la Virgen de Lourdes, Bernardeta y otros tantos Santos y San-tas, que llevan las personas devotas y las dejan en su compañía; donde por unas cosas y otras al santuario es el ir y un venir del vecindario en plan de recreo y oración.

En otra procesión mañanera la Virgen del Rosario simulando su san-tísima madre de los Dolores, enlutada de pies a cabeza con todo el rigor de la pena, espera paciente en la Plaza la llegada de su hijo y acompañada de personal adjunto a su devoción, en su presencia lo alzan y realzan

infinidad de veces al triunfante niño, mientras los habituales despo-jadores, van quitándole esa oscura vestimenta, para quedar resplande-ciente la esfinge ante la multitud, pareciendo toda la ficción real.

Que producida por fin, no sin antes los mocicos del pueblo por poderío y empeño se disputaran las andas de salida del templo; y en sus aledaños haciendo las delicias en las boca-calles contiguas a la plaza ante la atenta mirada de su amada madre, con pícaras asomadillas de com-plicidad; para en el encuentro, mientras cambian a la Señora sonriente con indumentaria de triste luto a manto esplendido de blanco; estalla el gentío en aplausos, risas, lágrimas, algarabías más gratas participativas y palpitantes, no quedando ni un ser humanos ni por viejo ni por joven, que no participe en evento circular y cantos de estas típicas loas de desconocido autor.

DOMINGO DE RESURRECIÓN (El encuentro)

Buenos días Virgen pura / madre del divino verbo, /qué haces aquí en esta calle / cubierta de velo negro. Voy en busca de mi hijo, /que hace tres días que ha muerto / recorro plazas y calles /con ansias vivas de verlo. Dime madre dolorosa, / por qué buscáis sin consuelo / a tus hijo por las calles / si es que tu hijo está muerto. Mi hijo murió en la cruz, / pero antes dijo en el templo, / que al tercer día glorioso / saldría de entre los muertos. Hemos oído María, / que los guardias que pusieron / los judíos al sepulcro, / eso dicen por el pueblo. No me extraña esa noticia, / eso yo también lo creo, / que vea pronto a mi hijo / o si no de pena muero. Quítate ese triste manto, / corre de tu cara el velo, / y contempla a tu hijo / hermoso como un lucero. ¡OH qué lindo mi Jesús ¡ / OH qué grande fue el encuentro / ya no parece aquel niño / que estreché junto a mi pecho ¡

Reunidos en santa unión los pasos procesionales, las bandas de tam-bores y cornetas a los acordes enfilan desde el respeto eclesiástico, la voluntad de autoridades, hermandades legendarias y disciplinadas , desde la plaza a la Iglesia en marcha marcial en desfile y todo el publico local y visitantes, cubriendo carrera de victoria y dar a entender que sólo quedan lo que separa la añoranza a fiesta sucesiva, para vivir otra inmemorial e innovadora experiencia, y por ser increíble tal ceremonial, ven y lo ves con tus propios ojos

No quedaría completa esta información plural, para todo el que esté

interesado en pernoctar en Albaladejo durante la Semana Santa y hacer-se partícipe en actos y típica gastronomía, con un complemento añadi-do de poco aquí por el vulgo con buen criterio, un auxilio turístico y de ocio el mismo Domingo, al márgen de la romería de San Marcos, que su coincidencia supone un aliciente más en enlace festivo, siendo para el que lo desee un logro ido a más con perspectivas de seguimiento.

Daniel Lillo Castellanos

LA CARRERA DEL NIÑO

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EEran necesarias. Efectivamente se hacía imprescindible ver-nos, entendernos, comunicarnos, expresarnos, después de tantos comentarios, intervenciones, discusiones, conflictos, aportacio-nes a través de una red social como Facebook. Antonio Gallego, de la Encomienda de Montiel y Vicepresidente de la Asociación de Amigos del Campo de Montiel, nos dio la pista y nos indicó la idea adecuada, vernos en unas charlas o similares donde dialogar e in-tentar entendernos.

Y en ello nos pusimos manos a la obra. Entendimos que mucha buena gente de diferentes pueblos del Campo de Montiel, que lle-van bastante tiempo dedicados a trabajar por su pueblo, debían conocer la comarca histórica donde estaban asentados así como los recursos existentes en los otros pueblos, lo que nos daría a todos una riqueza de conjunto. El conocimiento es la llave para después poder interactuar correctamente. Y así surgieron las I Jornadas por el conocimiento y puesta en recursos del Campo de Montiel, dividiéndolas en 3 Actos para así posibilitar la interven-ción del máximo de representantes de pueblos.

En conversaciones con Antonio Gallego acordamos fijar en Montiel el primer acto, centrando las Jornadas en ponencias so-bre los detalles de cada localidad y evitando hacer referencias al Proyecto de Campo de Montiel Patrimonio de la Humanidad. Que-ríamos que los asistentes se entendieran y se comunicaran por lo que era imprescindible evitar un tema que hasta la fecha había sido un tanto polémico entre los miembros del foro de Facebook antes mencionado y creado para tal fin.

Ese primer acto se celebró en Montiel, presentado por Antonio y por mí, y contó con la intervención de su Alcalde. El plantel de ponentes fue de un nivel bastante elevado, comenzando Guadalu-pe Díaz con la emotiva lectura de un texto relativo a la explicación del Campo de Montiel escrito por su hermana, María Ángeles Díaz, interviniendo posteriormente representantes por:

• Montiel, su Alcalde Ángel García.• Villanueva de los Infantes, su Bibliotecaria Ángeles Jiménez.• Centro de Estudios del CdM, el arqueólogo Pedro Reyes Moya.• Fuenllana, su Concejal Salvador Dueñas.• Alhambra, el responsable de su Museo Arqueológico Eusebio

López Villanueva.• Almedina, su Concejal José Miguel

Megía Rivera. Además estuvieron representantes de

Albaladejo, Carrizosa, Membrilla y de la Asociación de Amigos del Campo de Mon-tiel, que mantendría representación en to-dos los actos posteriores que se celebraron, al igual que otras personas asistentes de las localidades citadas que efectuaron po-nencias como Albaladejo (para mí, me per-mito decirlo, gran descubrimiento).

Después de este primer acto, llegamos a un acuerdo con el Centro de Estudios del Campo de Montiel para que incorporaran las ponencias recibidas por escrito de aquellos que así lo quisieran en su Blog. Era una forma de oficializar las Jornadas. Sin duda agradeci-

dos por su colaboración.Pero si el acto de Montiel tuvo un enorme trabajo para atraer

ponentes, los siguientes Actos no lo fueron menos, y ahí quiero destacar la labor de otro grande de Montiel, Pedro Castellanos, con un importante conocimiento de los recursos y las gentes de las localidades. Gracias a él pudimos traer a más ponentes aunque algunos que entendíamos participarían como Ruidera, Ossa de Montiel o Castellar no lo hicieron finalmente.

El segundo acto, que se celebró en Almedina, contó con las po-nencias de:

• Albaladejo, a través de la Asociación Cultural Miliario Albala-dejo (Daniel Lillo, María José Manzanares y Maribel Castellanos), en mi opinión con una de las ponencias más completas de todas las Jornadas.

• Puebla del Príncipe, con Carolina Galcerán.• Cózar, con la intervención de su Alcalde Alipio Gutiérrez.• Por el Campo de Montiel, Pedro Castellanos.

Además asistieron también personas de las localidades de Vi-llanueva de los Infantes, San Carlos del Valle, Fuenllana y Montiel.

La hospitalidad de Almedina, con su Alcalde José Antonio Ta-lavera, el Concejal José Miguel Mejía y por supuesto Antonio Al-fonsea, fue digna de destacar. Nos ofrecieron una comida, nos de-jaron su Albergue y su presencia se mantuvo en todo momento. Estimo que fue la localidad donde mejor nos trataron y mi total agradecimiento por ello.

El tercer acto se celebró en una localidad muy querida por mí, Torre de Juan Abad. Nos abrieron la Casa Museo de Quevedo para el acto y el recibimiento del Director de la Casa Museo, José María Lozano, y su Alcalde, José Luis Rivas, fue muy bueno. Ahí las po-nencias fueron:

• Torre de Juan Abad, a través de José María Lozano.• Torrenueva, con Julián Núñez.• Santa Cruz de los Cáñamos, con Miguel Torres.• Campo de Montiel, por Federico Fernández.

Jornadas de Conocimiento del Campo de Montiel

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A DESTACAR...Este tercer acto fue el que contó con más

asistencia de todos. Además de los ponen-tes, localidades como Almedina, Albaladejo, Carrizosa, Fuenllana, Montiel, San Carlos del Valle o Villanueva de los Infantes fueron representadas. La comida posterior en un Restaurante del pueblo fue muy fraternal. Finalmente por la tarde el Arqueólogo Pedro Moya presentó una guía de lugares con res-tos arqueológicos por el Campo de Montiel

Y en este acto debían finalizar las ponen-cias, pero había más solicitudes. Ello supuso alargar las Jornadas en un acto más que se celebró en Membrilla, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. Igualmente la recepción fue espléndida de la representante de Mem-brilla, Pilar Atochero, y de su Alcalde y Con-cejala de Cultura, incluso con presencia de la Televisión de Membrilla. Las ponencias fue-ron efectuadas por:

• San Carlos del Valle, por Ana García Cer-vigón.

• Membrilla, por Pilar Atochero.• Torrenueva, Julián Núñez, Asociación El

Candil. Con ponencia especial sobre la fiesta de la Borricá.

• Carrizosa, con Jesús González y Lucía Briones.

Tras una sugerente comida y la interesan-te ruta de la tarde efectuada por Membrilla, que nos permitió el acceso a determinados monumentos o lugares muy representativos de la localidad que muchos desconocíamos, despedimos agradecidos a Membrilla.

Finalmente valoro que todo estos Actos y Jornadas han contribuido de forma sobresa-liente al fin al que se destinaron. Hasta 14 de las 23 localidades del Campo de Montiel Históricas estuvieron representadas y anali-zadas, que para esta primera ocasión enten-demos que fue un buen número. Sentimos la ausencia de las otras 9, pero preferimos valo-rar lo positivo y enfocarnos para el siguiente año, estimando la celebración de las Jornadas en un solo acto, en una especie de Congreso, donde además se analicen posibles líneas de actuación para el próximo año, se busquen proyectos conjuntos y profundicemos aún más en el conocimiento de ese Campo de Montiel Histórico, que quizás sea la clave de lograr elevar el gran valor potencial de esa extraordinaria comarca que se dio en el Si-glo de Oro. Será labor de todos poder seguir con este Proyecto, que debe ser común.

Gracias a todos los que de una u otra for-ma han colaborado en estas Jornadas, bien por su hospitalidad, por sus ponencias, por su asistencia o por haberlas hecho posi-bles.

Federico Fernández Andrés

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XII Ciclo de Conciertos del Órgano Histórico de Torre de Juan AbadNuevo ciclo de conciertos para 2013, año en el que se celebra el 250 aniversario de la construcción de este magnífico instrumen-to. La Asociación de Órgano Histórico de Torre de Juan Abad y la Asociación de Amigos del Campo de Montiel animan a disfrutar de estos hermosos conciertos.

Se presenta y pone a la venta La Ruta Arqueológica por el Campo de MontielLa guía incluye aquellos lugares que, formando parte del Patri-monio Arqueológico, aúnan ciertas cualidades, como el hecho de ser singulares, visitables o trascendentes para el devenir histórico. Esta obra ha sido editada por el Centro de Estudios del Campo de Montiel (CECM) y diseñada y llevada a cabo por el arqueólogo Pedro R. Moya Maleno. La edición ha sido finan-ciada por la librería Voces de Antaño y su responsable, Federico Fernández.

Daniel Lillo Castellanos presenta su nuevo libro El Lince Ibérico en AlbaladejoEl pasado mes de abril, en un acto muy concurrido, Daniel Lillo, gran defensor del patrimonio cultural y natural de Albaladejo, presentó su nuevo libro en el que demuestra la presencia del lince ibérico en el término de Albaladejo, concretamente en los alrededores del río Guadalmena.

Congreso VIII Centenario de la Con-quista Cristiana del Campo de Mon-tielEn el verano de 1213, una incursión contra la frontera dirigida por el rey Alfonso VIII conquistaba el castillo de Eznavexor o To-rres de Xoray (Villamanrique). Con esta acción militar, que haría caer también la vecina villa de Alcaraz (Albacete), se inició el proceso de incorporación del Campo de Montiel a los dominios de la Corona de Castilla, el cual se completaría en 1227 con la toma del castillo de La Estrella (Montiel). El Centro de Estudios del Campo de Montiel (CECM) y la Universidad de Castilla-La Mancha han impulsado un congreso abierto a todos los públi-cos, que se celebró el pasado mes de abril, en Montiel, para avanzar en el conocimiento de este significativo proceso para nuestra Comarca.

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08 Cervantes

Cervantes

staría mal, después de tanto tiempo juntos, que no nos entendiéramos aunque hable cada cual a su manera. ¿Estoy o no en lo cierto? Pues eso es lo que está sucediéndoles a muchos ha-bitantes de la Península Ibérica -no sé que nom-bre darles para que no se me ofendan- con este

sarpullido, que parece ir a más, de las nacionalidades y las autonomías. Me cuentan que, en Galicia, han abron-cado a un escritor por escribir en castellano. En Cataluña, por lo visto, sucede algo peor, y con muchos más de uno. Un Ayuntamiento vasco ha decidido que la de Miguel de Cervantes no era denominación apropiada para una plaza de su localidad. Y en Torre de Juan Abad, bajo el auspicio del alcalde más borde y hortera que ha dado esta villa, se cometió la estupidiez (diez veces idiota) de quitar a la calle más céntrica el nombre del autor del Quijote para llevarlo a otra calle de las afueras del lugar.

Si yo siento tan cerca de mi corazón a los que culti-van este tremendo ejercicio de escribir, ya sea o no en mi lengua, ¿cómo puede haber un ciudadano de esta zaran-deada España -si es que se me permite aún llamarla así- que no sienta a Cervantes -¡precisamente a él!- suyo y muy suyo? Pobre ciudadano entonces, y quizá pobre España. Por eso quiero que se me entienda bien, porque yo ahora no entiendo nada. ¿Tan pocas calles y tan pocas plazas tie-ne el municipio vasco que le quitan la que tenía a Cervan-tes para dársela a un poeta vasco, que yo -con una cultura mediana, no más- me acuso de no haber oído mencionar?

Pero ¿no se trataba de recuperar una entidad, vital y cultural, que el torpe centralismo uniformista había em-pobrecido o arrasado? ¿Y esa entidad, esa afirmación de sí mismos, se logra negando trozos de Historia, yendo en contra en lugar de a favor? ¿Se logra renunciando a lo me-jor común, y reduciéndose a exaltar lo más diferente, sea lo que sea? ¿No será eso reincidir en la actitud que está-bamos combatiendo y que nos unió a todos mientras la combatimos?

El que es universal -y popular, por tanto- es más ge-neroso, más comprensivo y más prudente. El infeliz don Miguel de Cervantes (al que tampoco quiso mucho la ofi-cialidad de su época) escribe (cap. XVI, 2ª parte) que Don Quijote le dijo al caballero del Verde Gabán: “Todos los poetas antiguos escribieron en la lengua que mamaron en la leche, y no fueron a buscar las extranjeras para declarar la alteza de sus conceptos; y siendo esto así, razón sería se extendiese esta costumbre por todas las naciones, y que no se desestimase el poeta alemán porque escribe en su lengua, ni el castellano, ni aun el vizcaíno que escribe en la suya”.

Previsor, ¿no es verdad? Sobre todo cuando, un poco más arriba, en el mismo capítulo, observa que la poesía “no quiere ser manoseada, ni traída por calles, ni publica-da por las esquinas de las plazas”. Comienza el mismísimo capítulo contando que Don Quijote “tenía en poco a los encantos y a los encantadores; no se acordaba de los in-numerables palos que en el discurso de sus caballerías le

habían dado, ni de la pedrada que le derribó la mitad de los dientes, ni del desagradecimiento de los galeotes, ni del atrevimiento y lluvia de estacas de los yangüeses”, con tal de hallar el arte con que desencantar a su señora Dulcinea. No estoy muy seguro de si en estos momentos Dulcinea, en vez de llamarse Aldonza, no se llamará España. Lo que sucede es que ni los castellanos, ni los andaluces, ni nadie frecuentamos el Quijote. Más nos valiera. Pero, para mayor inri, ahora se va a poner de moda estar orgullosos no de él, sino de no haberlo leído. Al modo de ciertos escritores novicios que proclaman que ellos sólo leen inglés.

Es triste. No aprenderemos nunca.

José María Lozano Cabezuelo

La lengua de Cervantes

EA José Ramón Rodríguez Bustamante, por su rotunda y candorosa sencillez, franciscana casi

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09Cervantes

Cervantes

Treinta y nueve años avalan las Jornadas Culturales en honor al rey Pedro I de Castilla y ocho años al evento Montiel Medieval. El Castillo de la Estrella, musulmán y cristia-no, testigo fiel de los devenires de la historia del Campo de Montiel en los últimos 1200 años, bastión defensivo de todas las villas, pueblos y aldeas que componían el común territorio, desde la Ossa a la Puebla, desde Membrilla y Castellar a Albala-dejo y Villanueva de la Fuente. Después de doce siglos sus gen-tes se entremezclan y celebran juntos la Recreación Histórica Medieval más importante de Castilla la Mancha. Su prestigio ha traspasado fronteras convirtiendo el evento en internacional, toda vez que en esta edición han participado colectivos de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Portugal y Andorra.

La Encomienda de Montiel, asociación cultural que desde 2005 viene diseñando el guión y programación de Montiel Medieval, que incluye desfiles; obra de teatro; bai-les medievales; nombramiento de caballeros de la Encomienda de Montiel de la Orden de Santiago; recreaciones históricas; comida popular; mercadillo medieval; procesión de antorchas; concursos, etc. Para ello se cuenta con el imprescindible apoyo del Ayuntamiento en la puesta a punto de infraestructuras y personal necesario para la escenificación efectiva del evento, así como los actos institucionales propios de la administración local, la implicación empresarial, maestros y alumnos, asocia-

ciones de jubilados, asociación D. Cultural, actores y actrices de la Encomienda, grupos de recreacionistas de cuatro países y figurantes, protección civil, policía local, guardia civil y los 1700 habitantes de Montiel realizan el esfuerzo desinteresado que posibilita la puesta en valor del evento que ha merecido el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Regional.

Sirva de ejemplo su organización, ambientación y acogi-miento que hacen posible que los visitantes del Campo de Montiel y resto de España se integren en la fiesta y sean tam-bién verdaderos protagonistas de ella.

La Asociación de Amigos del Campo de Montiel felicita a la villa hermana de Montiel y le amina a continuar engrande-ciendo cultural y económicamente la comarca con su evento medieval, llamando la atención de que para el próximo año aumenten la oferta hostelera para atender las necesidades que demandan los miles de visitantes.

Montiel Medieval ejemplo a seguir

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LLos tamborileros la noche del 16 de ene-

ro vísperas de san Antón anunciaban con sus redobles por todo el pueblo la proximidad del carnaval.

Entonces todos empezaban a preparar dis-fraces, comparsas, charangas y carrozas.

A los nueve días antes de carnaval se hacia el Novenario de las Ánimas, los tamborileros recorrían las calles hasta llegar a la casa del Mayordomo de la Cofradía de las Ánimas desde donde comenzaban la marcha hasta el Calvario, y allí se efectuaban las oraciones.

Los Carnavales ponían a todo el pueblo en movimiento siendo muy significativa la parti-cipación en todos los actos.

El Día de las Ánimas en la Iglesia, en el momento de la Eucaristía se representaba la Danza. Al terminar la misa los danzantes iban al cementerio donde se decía un responso para los difuntos. La Danza siempre se representa-ba de cara al cementerio tanto al ir como al regresar, con lo cual, al volver los danzantes tenían que bailar de espaldas.

El domingo de Piñata a las 8 de la mañana se ofrecía una misa para los difuntos, a conti-nuación en las antiguas escuelas (en el actual Ayuntamiento), se vestía la Mesa Petitoria decorada con un crespón negro y todas las insignias de la Cofradía de Ánimas, un santo Cristo con un montículo en el pie formado por calaveras, y en especial los bastones de man-do del juez y del alcalde.

La Mesa estaba presidida por el alcalde, el juez, el cura párroco, el mayordomo de la Cofradía y como ayudantes de ceremonia el sacristán y los monaguillos. Los danzantes hacían dos filas haciendo pasillo, y en la cera de enfrente esperaban su turno todas las per-sonas que durante el año se habían compro-metido a pagar una limosna para decir misa a las Ánimas. Requería el cura uno por uno diciendo nombre y apellidos, los tamborileros con su redoble le abrían el paso y por orden de nombramiento la bandera cubría el cuerpo de los ofertantes. A cada uno que pagaba se de-cía un responso a sus difuntos dentro del local de las Escuelas. Los donativos podían ser en moneda o en especie, que era lo más común, y en este caso se hacia una subasta publica en la plaza (la rosca, trigo, cebada, etc.) para ver quien pujaba mas.

Las funciones de las ánimas estaban antici-

padas por el Loberico siendo este el personaje que entre otros de sus cometidos era el encar-gado de reunir gente antes de cada represen-tación y la de hacer paso entre el público con su porra para dejar el espacio que necesitan los danzantes. Este personaje burlesco vestido de una especie de arlequín, con unas conno-taciones muy ancestrales que ya trate en otro artículo publicado1.

Todos los días de carnaval se representaba la Danza de las Ánimas, los vecinos que es-taban interesados en dar una limosna, ponían en la entrada de su casa un “baleo” de esparto (alfombrilla) para salvar de tierra y barro al abanderado y a los danzantes, que como en to-das las representaciones eran precedidos por el resonar de los tambores.

A continuación el Abanderado “Baila la bandera” haciéndola girar alrededor de su cuerpo en círculos concéntricos desde la ca-beza pasando por toda su figura hasta los pies. Baila la bandera tanto de pie como sentado en el suelo con una maestría y agilidad digna de su papel.

La Danza esta formada por siete mozos más el Capitán, su indumentaria consta de: camisa blanca con cuello y puños de encaje,

chaqueta corta sin cuello ni botonadura, pan-talón negro por debajo de la rodilla adornado en su parte lateral inferior de madroños de co-lores, encima de la chaqueta mantón de seda de colores y flecos que atraviesa un solo hom-bro atado a la cadera contraria al hombro cu-bierto, de tal forma que hace pico en la cadera contraria, calcetines blancos altos, alpargatas blancas con cintas negras que se entrecruzan sujetando las medias de algodón, pañuelo de seda de colores tapando la cabeza y colgando los picos.

Consiste en un baile donde al paso de grandes saltos y al compás del sonido monó-tono del son del tambor y ritmo del triplete o requinto (instrumento similar a una guitarra pero mucho más pequeño) se van sucediendo diferentes mudanzas en las que se enzarzan los danzantes mediante las espadas haciendo diferentes figuras. Todo ello al son repetitivo de los acordes de los “tocaores” y siempre con los mismos saltos marciales. El último paso que se llama “ahorcar al capitán”, consiste en la figura de una estrella que forman las espa-das de los danzantes siendo el centro la cabe-za del capitán, cuyo cuello queda rodeado por estas armas.

Por Mª José Manzanares CastellanosLicenciada en Geografía e Historia. Posgrado Archivística.

Danza de las Espadas de Albaladejo o Danza de las Ánimas

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A continuación los danzantes cada uno con una cinta de color diferente sujeta a un palo de 4 metros de altura van danzando con el mismo paso marcial y entrelazándose en-tre si alrededor de la “vara” trenzando con sus cruces y pasos alternativos las cintas para terminar cambiando de dirección des-trenzando. Es lo que se llama en Albaladejo “Trenzar la Vara”

Esta tradición pudo ser heredada de tiempos arcaicos, en su origen parece que se tratase de una danza ritual para propiciar la fertilidad y a la vez, sobre todo a partir de los siglos XV y XVI en el que este tipo de bailes cobran un gran auge adquiere un significado más guerrero. Es por ello que se militarizan los cargos con títulos honorífi-cos como el de Capitán y la soldadesca con los cuales se denominan a los danzantes.

Aunque sabemos que la cofradía de las Ánimas tuvo un gran auge en bastantes lo-calidades del territorio español durante los siglos XVI y XVII como apoyo a la teoría de la Iglesia del Purgatorio, se cree que estas danzas ya existían antes del Medievo.

Aún así pervive la simbología de rena-cimiento y fertilidad en la fecha en que tra-dicionalmente se representa, en carnavales, como final del invierno y comienzo de la primavera.

También guarda un poco este simbolis-mo primitivo cuando durante la Edad Media se cristianiza este rito pagano cambiando el nombre de Danza de las Espadas por Danza de las Ánimas y pasando a depender de la Cofradía de las Ánimas Benditas (es decir, Ánimas Benditas que se encuentran en el Purgatorio y que gracias a las oraciones y misas dedicadas a ellas consiguen “resuci-tar,” a la vida eterna, renacer como renace la naturaleza tras el periodo invernal en la primavera). Encontramos constancia de este ancestral baile en la obra del Quijote en el capitulo XX de la segunda parte del Inge-nioso Caballero Don Quijote de la Mancha, dedicado a las Bodas de Camacho:

“De allí a poco comenzaron a entrar por diversas partes de la enramada mu-chas y diferentes danzas, entre las cuales venia una de espadas ,de hasta veinte y cuatro zagales de gallardo parecer y brío, todos vestidos de delgado y fino lienzo, con sus paños de tocar labrados de varios colores de fina seda, y al que los guiaba, que era un ligero mancebo, preguntó uno de los de las yeguas si se había herido alguno de los danzantes.

-Por ahora, bendito sea Dios, no se ha herido nadie, todos vamos sanos.

Y luego comenzó a enredarse con los

demás compañeros, con tantas vueltas y tanta destreza, que aunque Don Quijote estaba hecho a ver semejantes danzas, ninguna le había parecido tan bien como aquella.”

Documentalmente he podido comprobar en el Archivo Parroquial de Albaladejo la constancia de legajos que hablan de estos danzantes en el siglo XVIII, de cuentas de la cofradía de las Ánimas, el documento mas antiguo es del 1758 2.

Se encuentra constancia de esta representa-ción por toda Europa con diferentes nombres como Danza de las Espadas, de los Palos…, en muchos sitios queda el recuerdo pero en pocos lugares perdura su representación.

Por las investigaciones que estoy reco-pilando como base a una próxima publi-cación, he constatado que esta danza esta extendida por toda Europa con diferentes nombres y algunas variantes como la Danza Morris en Inglaterra o Danza de las Espadas en Escocia.

También aparecen de Norte a Sur de España como por ejemplo la Danza de los Palos vascas, o la que también pervive en la actualidad en un pequeño pueblo Ojeda (Córdoba), muy similar su representación a la nuestra; o” Vestir la vara” de Mota del Cuervo, que solo representan este paso de nuestra danza pero que se hace exactamente igual que en Albaladejo.

Encontramos similitudes partes de este baile en otras poblaciones españolas como el Baile de Bandera en Villafranca de los Caballeros (Toledo) o la “Borricá” de Torre-nueva del Campo de Montiel.

En Albaladejo lo que he podido rastrear basándome en fuentes orales es que se re-presentó de continúo ininterrumpidamente hasta 1953. Tras una treintena de años que se dejó de representar, se retomó de nuevo en diciembre de 1982 hasta el año 2005. En la actualidad desde la Asociación Cultural Miliarium se imparten talleres gratuitamen-te desde mayo de 2012 para conseguir re-vivir esta tradición, pudiéndose representar en estos carnavales del 2013. Esto ha sido posible gracias al tesón de Daniel Lillo Castellanos como conocedor de esta tradi-ción y director de estos ensayos ya que en su juventud fue danzante, y al monitor Juan Carlos Campos ambos pertenecientes a la mencionada asociación.

De la importancia de este rito colectivo está el haber sido seleccionada para formar parte de listado de fiestas rituales que pre-tenden recopilar y cultivar por su valor et-nográfico el Centro de Interpretación de las Fiestas Rituales de Castilla La Mancha de la población de Camuñas (Toledo). Por ello y para ello desde este Centro se ha solicitado todo tipo de documentación (videos, artícu-los, vestimenta, armas,…)

FUENTES Y BIBLIOGRAFIAMi agradecimiento a mi principal fuente de información, Daniel Lillo, fuente oral que me ha permitido poder hacer este artículo, su información ha sido esencial debido a que no hay casi bibliografía publicada sobre el tema.

- Caro Baroja. El carnaval, “Cuadrillas y Cofradías de las Animas” (Pág. 334)- Echevarria Bravo, Pedro. Cancionero musical manchego.- González Arpide, José Las fiestas de las Ánimas en Albaladejo

1- Revista Cultural ACASCA 2011 2- • Libro de Cuentas del siglo XVIII, hoja 158 y hoja 153 • Manuscrito tamaño folio en la tapa está escrita la fecha 1758-1908, hoja 26. • Tapa de cuero 1847, hoja 1 y 2.

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12SSólo un error del azar o un fallo encadenado de varios principios básicos de la probabilidad pueden explicar que semejante personaje apareciera un verano en medio de los años se-senta en aquel recóndito paraje del Campo de Montiel limitado al este por la Laguna Blanca, al oeste por el Cerro Lizana, al norte por la Fuente de la Puerca y al sur por el Pozo Pereza.

Pero es aún más difícil comprender que se demorara allí un mes completo, con la luz de un candil como única forma de iluminar la noche; sufriendo estoico el furioso ataque de los mos-quitos al atardecer y el de los tábanos al me-diodía; teniendo como único medio para saber qué pasaba en el mundo el transistor de la pres-tigiosa marca Ecoyo que mis padres compra-ron en un viaje a Canarias; escuchando a todas horas los fandangos interpretados por Porrina de Badajoz en nuestro pequeño tocadiscos de pilas; limitando su dieta a gachas de harina de almortas de desayuno y carne de conejo que cazaba mi padre y cocinaba mi madre de diver-sas formas para evitar el hartazgo; y sólo capaz de comunicarse por señas con los escasos luga-reños que por allí andaban tan ignorantes de la lengua de Faulkner como él lo era de la de Cervantes.

Venía de Berkeley, en la Bahía de San Fran-cisco y era tan rubio que ya en su tierra le apo-daban Whitey, y lógicamente en Villahermosa paso a ser conocido como el tío del pelo blanco. A sus 18 años recién cumplidos poseía el record de California de 100 y 200 metros de natación estilo espalda. Su musculoso cuerpo, que se elevaba a más de un metro noventa, estaba coronado por un rostro de piel albina adorna-do por un espeso bigote blanco que enlazaba con unas largas patillas y descendía casi hasta la barbilla. Pastores y gañanes se apostaban en el cimbranto para verlo lanzarse a la carrera al agua y atravesar la laguna de punta a punta en poco más de una veinte na de potentes bra-zadas.

Cuando íbamos a Villahermosa, los mocicos le seguían a distancia para echar a correr y esconderse en cuanto se daba la vuel-ta. Los paisanos le mira-ban desconfiados cuan-do él los saludaba con esa inocente franqueza tan propia de los yanquis. En una ocasión alguien llegó a contestar a su edu-cado a pleasure to meet you con un y tu madre también por si acaso. Para los jóvenes de mi pandilla, el objetivo era conseguir emborrachar

a aquel gigante, cosa que consiguieron en más de una ocasión gracias a esos ingeniosos y leta-les cocktails de Fanta de naranja y recio vino de la tierra que, mezclados en un lebrillo, se com-partían al son de voces y guitarras unidas en canciones de Los Brincos y rancheras mejicanas.

Descubrió el botijo al poco de llegar. Muy de mañana en pleno Agosto decidimos llevarlo de excursión a la siguiente laguna de ese ma-ravilloso rosario que forma el conjunto lacustre de Ruidera. Siguiendo caminos por la vega, en-tonces surcada por cientos de regueras alrede-dor de las que crecían tomates, panizo, abetas, melones, sandias, pepinos, pimientos y tortas de girasol, caminamos hasta encontrar al cabo de unos ocho kilómetros el Baño de las Mon-jas al final de la que ahora las guías del Parque Natural llaman Laguna Conceja. Aliviamos allí nuestro cansancio refrescándonos en el agua, y nuestra hambre tomando en un bar que allí había un pantagruélico desayuno compuesto de unas cucharadas de Eko en polvo, diluidas en leche condensada, y galletas. El rato de so-laz en aquel fresqueal nos impidió percatarnos del avance de la mañana y el consiguiente as-censo dramático de la temperatura. Sin mucha reflexión iniciamos la vuelta, decidiendo a los pocos metros desviarnos hacia la Era Vieja y to-mar el camino del monte para brindar a nuestro amigo americano la posibilidad de respirar el aroma de romeros y sabinas, descubrir las be-llotas que rebosaban en las carrascas y acaso sorprender la carrera de alguna liebre o el vuelo apresurado de un bando de perdices.

El camino del monte es mucho más largo que el de la vega y el relieve ondulado se con-vierte al rato en una pesadilla de cuestas cada vez más pendientes sin una brizna de brisa para aliviar el sofocante calor. Eran ya cerca de las tres de la tarde cuando nuestro grupo, dividido como si de ciclistas a la llegada de una dantesca

etapa reina de montaña se tra-tara, empezó a llegar al cortijo por el camino del Colmenari-llo. Nuestro huésped era de los primeros. Su rostro, que cubría con un sombrero te-jano, parecía un cuadro pin-tado con varios matices de rojo: El del polvo del cami-no, el de ese polvo oscureci-do al mezclarse con su co-pioso sudor, y el del cruel efecto de los rayos solares al churrascar su delicada piel albina. Pero exhibía una amplia sonrisa. Se ve que el aroma del monte, el ocasional vuelo de al-gún pajarillo y la carrera de alguna lagartija –

liebres y perdices no debieron considerar con-veniente salir de las escondrijos donde dormita-ban para exhibirse a nuestro paso – habían sido un interesante complemento al liviano ejercicio físico que le habíamos propuesto.

Trillaba en la era el hijo del Rebolondo que apiadándose de nosotros nos señaló en la som-bra de las Tinás un botijo cuyo rezumo ya pro-metía el frescor del líquido que contenía. Tras una breve demostración de cómo se servía uno de aquel artilugio, él lo elevó al cielo de forma que por todos sus orificios el agua gélida le cayó encima. Tras saciar su necesidad interna y exter-na de hidratarse, empezó a dar vueltas a ese curioso invento, buscando la fuente energética que lograba semejante descenso térmico. Se desconcertó al no encontrar un cable que co-nectara aquello a la red eléctrica, por otra par-te allí inexistente; ni un depósito donde alojar unas pilas; ni una conexión a una bombona de gas. Y se maravilló al escuchar nuestra explica-ción de la termodinámica del botijo basada en la evaporación del agua que rezuma por sus paredes.

Pasó un largo tiempo hasta que en un viaje a California encontré otra vez a Mark. Trabajaba de policía en la ciudad de Berkeley, patrullando con un compañero de color la zona de cerca de la Universidad donde años atrás había cristali-zado el movimiento Hippie. Estuve acompa-ñándolos durante toda una calurosa mañana de verano, mientras que él no paraba de pre-guntarme por todos los que conoció aquel mes de años atrás: qué tal el guarda Reyes después de jubilarse; si el pastor Cucala sabía ya montar en bicicleta; seguían mi tío y mi primo Emilio tocando la guitarra y cantando; qué era de To-más el de la Consuelo, de Juayo, de Albertito… Quería saber cómo estaba de agua la laguna; si había mucha caza; si las huertas de la Puerca seguían produciendo esos exquisitos tomates. Y se lamentaba de que era imposible conseguir en la Bahía de San Francisco harina de almortas para hacer unas gachas y de que los conejos de allí no tenían el mismo sabor a monte que los que probó en nuestra tierra.

Al terminar la ronda, fuimos a su comisaría a tomar algo fresco para aplacar la sed después del calor que habíamos pasado. Desdeñando unas máquinas frigoríficas que ofrecían una rica variedad de refrescos, él se agachó al lado de su mesa: Y allí pude ver sobre un plato de loza, el botijo blanco, su superficie oscura y brillante por el agua que brotaba por sus poros; justo an-tes de que lo elevara toda la altura que daban sus enormes brazos extendidos y dejara caer el chorro dentro de la boca, los ojos entornados en expresión de placer infinito.

Pedro Díaz Muñoz

Viajeros extraviadosMark Bachman y su descubrimiento del botijo manchego.

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Fuenllana

OCTAVA ENTREGA

Altitud (m): 912 Datos Padronales (abril 2013): 309Partido Judicial: Vva. De los InfantesDensidad (Hab/Km2): 4,65 hab./km2Gentilicio: Fuenllaneros Superficie: 60,01 km2

Caserío concentrado a los pies del cerro que originó la población tras La Reconquista. El trazado sinuoso de sus calles y la planta en forma de almendra de su casco urbano encaja con los modelos desarrollados durante la Edad Media, originados con el periodo de poblamiento musulmán en toda la zona.

Situada junto a abundantes manantiales de agua que brotan a ras de suelo. Establecida al cobijo de la fortaleza que vigilaba el territo-rio desde la colina que además controlaba el paso por el puente, la vía romana, el posterior camino real y el baluarte defensivo norte, del castillo de La Estrella de Montiel.

Desde lejos, viniendo desde Villahermosa o Villanueva de los In-fantes se aprecia de manera muy clara que estamos ante un pueblo auténtico, con su aglomeración de casas en torno a las sobresalien-tes ruinas de su antigua iglesia gótica.

Adentrándonos por sus calles nos sorprenderá gratamente que todo el tipismo, autenticidad y fisonomía rural de los pueblos

manchegos dedicados a labores agrícolas, se encuentran bien con-servados en Fuenllana, con numerosos ejemplos de amplias casas de labor rehabilitadas respetando los ancestros constructivos locales. Tales como fachadas blancas, rejas de forja, carpintería de ma-dera y cubiertas de teja.

La gran mayoría de la población es una villa rural con persona-lidad propia, ejemplo de lo que fueron nuestros pueblos manchegos hasta hace apenas treinta o cuarenta años.

Conserva todo su trazado original, sus calles quebradas, sus ca-sonas blasonadas y en conjunto la imagen de un pueblo agrícola y ganadero como los que se originaron en toda la comarca a partir de la pacificación del territorio por parte de la Orden de Santiago.

Por supuesto, con muchas cosas por mejorar y con muchas po-sibilidades de convertirse en un breve espacio de tiempo en uno de los pueblos más auténticos y pintorescos del Campo de Montiel.

Su trayectoria histórica es básicamente muy similar a todas las poblaciones del Campo de Montiel histórico, la mayoría origina-das en la Edad Media, al cobijo de algún elemento defensivo como una torre de vigilancia o una pequeña fortaleza para albergar una reducida guarnición y víveres.

Anteriormente existen indicios poblacionales dispersos por el término municipal, neolíticos, íberos y romanos. De estos últimos, según Hervás, y Corchado, lo más destacable es el puente que cru-za el río por la calzada que unía la Via Augusta a la altura de Men-tesa, hasta Oreto, pasando por Montiel, Fuenllana, y Los Palacios.

Donde hoy se contemplan las ruinas de la Iglesia de Santa Catalina, existió un pequeño castillo, posiblemente árabe, luego reconstruido por los caballeros de Santiago. Destruido por orden de Álvaro de Luna, cuyas piedras fueron reu-tilizadas en la construcción de la primera iglesia que tuvo esta villa, dedicada a Santa Catalina de Alejandría. El primer templo se inició en el siglo XIII con estilo constructivo mudéjar y posiblemente por alarifes de procedencia árabe integrados en la nueva población cristiana. Se trataba de un inmueble sin pretensiones mo-numentales. Algo básico que cumpliese la imprescindible función espiritual de la época. De aquel periodo conserva el muro oeste con hiladas de ladrillo. Poste-riormente fue sometida a nuevas ampliaciones siempre manteniendo la planta de salón o nave única. En la primera intervención gótica se construyeron las capillas funerarias por canteros de Infantes. Una de ellas, la más monumental propiedad de Juan Pérez Canuto, inspirador de Las Bodas de Camacho, la cual se encuentra en fase de solicitud para proceder a su necesaria restauración. La otra conserva una de las portadas platerescas más interesantes de la zona.

En los años 70 se desmontó y ubicó como retablo de altar mayor de una iglesia de estilo indefinible dentro del antiguo refectorio del Convento de San Agustín.

En el siglo XVI, la iglesia de Santa Catalina recibió el magnífico trabajo de cantería de experimentados profesionales que convirtieron su presbiterio en una gran bóveda estrellada de nervaduras, terceletes y ábside poligonal, dotándola de

DATOS DE POBLACIÓN / LOCALIZACIÓN

DESCRIPCIÓN

BREVE HISTORIA DE FUENLLANA

MONUMENTOS

Por Salvador Dueñas

Escultura-homenaje en Fuenllana a Santo Tomás de

Villanueva

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gran valor artístico y monumental. Desgraciadamente los frailes agus-tinos prefirieron trasladar la parroquia a su nueva iglesia conventual dejando arruinarse a Santa Catalina y utilizando sus ornamentos y par-te de sus materiales de construcción para el nuevo convento.

El convento mantiene toda su planta y estructura, con un mag-nífico patio elaborado en cantería tallada de estilo barroco clasicista trazado por Fray Lorenzo de San Nicolás, inspirado en el genio de Vignola.

Este es uno de los edificios más nobles de la villa que reprodu-ce más de tres siglos de historia en la cual, los frailes ejercieron su influencia en todo tipo de planificación de la vida familiar y social. Hasta que fueron exclaustrados en 1835 y el convento sufrió todo tipo de abusos y desmanes causado por la incultura y la avaricia.

Lo más lamentable fue la amputación de la crujía norte ocupada por la iglesia barroca, simplemente para especular con su derribo y la construcción de la nueva iglesia por parte de unos gestores religiosos y municipales absolutamente impresentables. Y todo esto en los años 70 del siglo XX.

La historia del pueblo es la historia de sus más notables edificios, los cuales han servido de marco para articular todo acontecimiento o uso social. De este modo durante todo el siglo XIX la ya arruinada iglesia gótica de Santa Catalina fue destinada a Cementerio. Hasta 1904 que se construyó el actual a un kilómetro del pueblo mantenien-do todo el carácter popular de la primitiva construcción y precedido por un sugerente camino de cipreses.

OTROS MONUMENTOS:

• La Casa de la Inquisición, con pórtico adintelado de piedra y con escudo circular con una cruz

• Puente sobre el Rio Tortillo, una pequeña construcción en pie-dra de estilo romano

• Lavadero Público “El Pilarejo”, más conocido como “Los La-vaderos” o “La Fuente”

Es obligado mencionar que en este pueblo poseían propiedades los abuelos maternos de Santo Tomás de Villanueva, lo que motivó su nacimiento en el lugar que hoy ocupa el convento.

Otro de los personajes curiosos y desconocidos es el maestro re-tablista del Renacimiento, Hernando de Miranda, autor de varios

retablos por todo el Campo de Montiel. Miguel de Fuenllana, un músico renacentista del cual todavía no sabemos más que era músi-co y lleva el nombre de la villa. Y por último Antonio Rodríguez Huéscar, filósofo discípulo de Ortega y Gasset.

La buena calidad de las tierras de cultivo del término municipal y el relativo reparto entre sus habitantes, siempre ha convertido a esta población en un lugar donde la inmen-sa mayoría de sus pobladores han vivido del fruto de su trabajo y sus posesiones agrícolas o ganaderas, con lo cual no ha habido nece-sidad de diversificar la actividad económica con otros recursos tales como la artesanía, la industria o el turismo. Sin embargo como es lógico la población joven siempre ha prefe-rido salir de este círculo de vida monótono y rutinario, emigrando principalmente a Ma-drid, Valencia o Barcelona, donde muchos desarrollaron actividades profesionales en la hostelería, construcción o sector servicios durante los años 70 y 80. En los 90 comenzó

un nuevo sistema que invitaba a los jóvenes a estudiar y formarse como profesionales inde-pendientes.

Ahora, esos jóvenes son los que regre-san a su pueblo con una visión más amplia y aportan mejor calidad de vida en todos los sentidos, desde un mayor nivel cultural para apreciar el valor de la fisonomía e ima-gen tradicional del pueblo, hasta modelos de comportamiento social más respetuosos con la privacidad de los vecinos. Por suerte, aunque despacio, vamos evolucionando a mejor.

Hoy a principios del siglo XXI nuestro pueblo se encuentra involucrado y com-prometido con su pasado y su futuro for-mando parte de uno de los proyectos más

ambiciosos y favorecedores que nunca se ha-bían planteado en un lugar tan aparentemente insignificante como el Campo de Montiel, el cual posee uno de los paisajes rurales más puros, bellos y auténticos de toda Europa. Repleto de recursos etnográficos, culturales, históricos y paisajísticos todavía inexplora-dos y por poner en valor para el servicio de una sociedad con derecho a disfrutar de una vida plena y feliz en armonía con su entorno natural, su pasado histórico y su legítimo de-recho a planificarse para un futuro mejor.

Aspectos muy positivos que engloban a todo el Campo de Montiel como comarca histórica que pretende ser catalogada por la Unesco como Paisaje Cultural de la Hu-manidad.

ECONOMÍA Y CULTURA

PERSONALIDADES

Ruinas de la Iglesia de Santa Catalina Convento de San Agustín Lavedero Público “El Pilarejo”

NOTA DE LA REDACCIÓN: Como ya hemos anunciado en anteriores números, estamos confeccionando un catálogo con el patrimonio cultural del Campo de Montiel. Por este motivo, en cada número de La Ruta, vamos a incluir una ficha de los pueblos que forman nuestra Comarca, por orden alfabético. En esta ocasión, le agradecemos a nuestro Amigo de la Asociación, Salvador Dueñas, Concejal de Cultura de Fuenllana, la elaboración de esta ficha, con la información relevante acerca de su riqueza cultural y medioambiental. PRÓXIMO NÚMERO LA SOLANA . Desde aquí, instamos a algún voluntario oriundo de esta población (ya sea su alcalde, concejal de cultura u cualquier otro lector), a que nos envíe la información correspon-diente. Las direcciones de envío son: Por correo electrónico a [email protected] o por correo postal a la Asociación de Amigos del Campo de Montiel, c/ Pretorio, 6 – 13332 Villahermosa (C. Real)

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Cuando nació Don QuijoteSu padre no le quiso darUn pueblo con apellidosPorque él no tendría hogar

Pero su padre le dio“No te doy pueblo ni casaPero sí quiero que sepasQue naciste en un lugar de La Mancha”

El caminó por La ManchaY por los campos de MontielPasando frío y calorY pasando hambre y sed.

Don Quijote entró en la ventaPara descansar y comerY cuando vio a DulcineaDe ella se enamoró él.

Sintió amor y pasiónSintió cariño y deseoY el bueno de Don QuijoteDel amor de Dulcinea quedó preso

Cuando cabalgó de nuevoTodo era tan emocionanteQue los molinos de vientoA él le parecían gigantesCon su caballo RocinanteCon una espada en la manoY una bacía por sombreroLe acompaña Sancho PanzaQue era su fiel escudero

Ahora que el Quijote es famosoEn el mundo enteroTodos los manchegos decimos:El Quijote ha nacido en mi pueblo

Todos le queremos darLo que no le dio su padreUn pueblo con apellidosY hasta con nombre una calle

Los manchegos de hoy en díaTodos decimos igualEl Quijote ha nacido en mi puebloY lo queremos adoptar.

María Teresa Valle Arroyo (Montiel)

De su libro “Poemas y Pensamientos” (2009)

Las aventuras de Don Quijote SENDERISMO

POR EL CAMPO DE MONTIEL. TRES RUTAS Y UN DESEO

He de reconocer la fuerte atracción que ejerce sobre mí el senderismo, incluso desde antes que se le llamara senderismo, cuando era simplemente “andar”. Con el tiempo y por la edad, he pasado del senderismo urbano, de cruzarme valdepeñas de punta a punta en mis años de estudiante de bachillerato, o de aquellas caminatas madrileñas desde Plaza de Castilla a Atocha donde devoraba edificios, rincones, es-caparates, gentes… a un senderismo en la naturaleza. Instalado en la madurez en mi Campo de Montiel, paseo mis dudas, pensamientos, inquietudes y discusiones con migo mismo por solitarios caminos cuyo sepulcral silencio sólo es interrumpido por el trinar de los pájaros o la carrera de algún conejo asustadizo que huye a refugiarse de mi persona.

He de confesar que también me apunté y subí al autobús para practicar sende-rismo en grupo en sierras cercanas al Campo de Montiel, y en más de una ocasión. Suele ocurrir que salgamos a buscar aventuras y maravillas, cuando estas están frente a nosotros y somos incapaces de verlas por la cotidianeidad del paisaje y que por mostrarse a diario frente a nosotros, hemos sido incapaces de ponerlas en valor, de apreciar nuestra riqueza.

Comencé a caminar por el antiguo y conocido Campo de Montiel de la mano de Da-niel Lillo y la Asociación Miliario de Albaladejo, que han sabido dotar de un más que interesante contenido histórico y etnográfico a esas caminatas que empezaron con apenas un puñado de personas y de niños ávidos de conocer el pasado de su pueblo.

Pero ha sido a partir de la celebración de las I Jornadas de Conocimiento del Campo de Montiel cuando el grupo de senderistas se ha ampliado, nutriéndose de gente de otras poblaciones del Campo de Montiel e incluso de fuera del mismo.

Hemos realizado rutas desde la Ontavia a Mairena, Rutas por el Camino de Aníbal, bien de verano o de invierno, desde Albaladejo hasta el Miliario, pero tres son las rutas queme han cautivado y enganchado a lo que hemos venido en llamar Senderismo histórico que no es otra cosa que unir a nuestra pasión por las caminatas un compo-nente de riqueza histórica y paisajística. Un paisaje y entorno el del Campo de Montiel al que el devenir de los años le ha pasado de puntillas, sin agresiones ni deterioro, tanto es así que se mantiene imperturbable.

RUTANuestra cita en una mañana tranquila de domingo en la puerta de la casa de Que-

vedo desde donde partimos en coche hasta la ermita templaría de nuestra Señora de la Vega, cercana a Torre de Juan Abad. Somos un grupo diverso de distintas localida-des del Campo de Montiel, y tras la visita a la Ermita, comenzamos a caminar paralelos al arroyo de la vega, que discurre a nuestra derecha.

Nuestra siguiente cita el molino de Frías, en ruinas, penosa ruina que apesadumbra al grupo. Aun podemos comprobar los restos de la conducción de agua desde el arro-yo al molino, lo que nos hace adivinar, divagar y recrear el funcionamiento de antaño de este molino ya prácticamente perdido.

Proseguimos nuestro camino en dirección al Torreón de la Higuera, esta vez dejan-do el arroyo a nuestra izquierda y paralelos a él, hasta llegar a la carretera CM-3200 que une Castellar de Santiago con Torre de Juan Abad, y tras cruzarla, emprendemos la subida del cerro hasta llegar al Torreón donde hacemos un descanso para repo-ner fuerzas, admirar el paisaje, alegrarnos del buen estado del Torreón y reanudar la marcha enlazando con la ruta del Quijote que nos lleva hasta las mismas puertas del castillo de Montizón, donde descansamos, frente al cauce del Guadalén. Hemos cu-

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Rte: Asociación de amigos del campo de montielc/ pretorio 6. 13332 villahermosaCiudad real.

bierto los 8,5 kilómetros de nuestra primera etapa, y tras el descanso nos dirigimos a Torre de Juan Abad, desandando lo andado hasta el pie del cerro del torreón de la Higuera desde donde seguimos ruta del Quijote hasta Torre de Juan Abad, cubriendo la segunda etapa de 6,1 kilómetros.

Un total de 14,6 kilómetros de ruta, disfrutando de un entrono único, paisaje sin igual donde simplemente entornando los ojos nos podemos trasladar a la edad media y cruzarnos con Jorque Manrique a caballo ca-mino de la ermita de Ntra. Sra. De la Vega para oír misa. En definitiva, un paisaje con arraigo donde aún es posible soñar.

RUTAEsta vez la cita en la plaza de Albaladejo, al pie de lo que hasta no hace

mucho fue sombra del Olmo centenario. Desde aquí hasta el kilómetro 12 de la CM3202 donde dejamos los coches a escasos 200 metros del Ca-mino de Andalucía y algo más de un kilómetro de las ruinas de las termas romanas de la Ontavia, a la que llegamos tras cruzar el arroyo de Mairena y donde Mª José nos da toda clase de explicaciones sobre las mismas.

Deshacemos el camino andado para proseguir ruta por el Camino de Andalucía, que durante 850 metros se solapa con el trazado de la carrete-ra, hasta la ermita medieval de Ntra Sra de Luciana de la que nos separan 5 kilómetros.

Aquí descanso para reponer fuerzas, bocadillo y visita al interior de la ermita y admirar su retablo renacentista. Y repuestas fuerzas tocaba proseguir camino, otros 5,3 kilómetros hasta llegar a la villa romana de Puente de la Olmilla.

En definitiva unos 12,5 kilómetros que transcurren prácticamente por el camino de Andalucía, al sur de Terrinches y Albaladejo. Un tramo en que caprichosamente podemos pasar del mundo romano al medievo y viceversa, en apenas unos kilómetros y en un abrir y cerrar de ojos.

RUTAOrganizada desde Villanueva de los Infantes, nos damos cita en la pla-

za para desde allídirigirnos hasta la casa rural “Huerta del Bao” donde dejamos los vehí-

culos y comenzamos nuestra ruta a través de la Cañada Real Conquense1 hasta Alhambra, con una distancia de 12,300 Kms.

Se trata de una cañada de ganado que discurre por las provincias de Cuenca, Ciudad Real y Jaén y que permitía el paso de ganado trashu-mante de norte a sur. Con una Anchura de 90 varas (72,22 metros). Al comienzo de la ruta nos recibe un acaudalado río Azuer, al que dejamos atrás inmediatamente para adentrarnos en el Puerto de Vallehermoso y caminar paralelos a la Sierra de Alhambra, a nuestra izquierda.

Tras unos 10 kilómetros llegamos al paraje de los Molares, donde nos espera Eusebio, que desde este momento será nuestro guía. Nos enseña la cantera y explica como era la extracción y proseguimos camino hasta Alhambra, donde tras un descanso en el mirador, disfrutando de unas vistas preciosas y de un paisaje de tierra roja y luz que invita a soñar con los ojos abiertos. Abandonamos nuestra placentera vista y pasamos al museo arqueológico donde nos espera Eusebio con sus explicaciones cual libro abierto.

Al final de cada una de estas rutas cuando ya en casa visionas las foto-grafías es cuando sigues prendado de este paisaje sin igual que tenemos en nuestro Campo de Montiel, es cuando te pones a pensar que bien, pero que esto no es una simple caminata, no es un

simple senderismo, que va mucho más allá.Estamos caminando por el hoy antiguo y desconocido Campo de

Montiel, y desconocido no solo para la gente que de fuera nos visita, sino tristemente para nosotros mismos, que a veces conocedores de nuestro patrimonio local, desconocemos el del pueblo de al lado.

Al final y con la confianza que da el camino se va creando un maravi-lloso clima de puesta en común de nuestro rico patrimonio cultural y pai-sajístico. Un intercambio humano y necesario para que entre todos po-damos poner en valor nuestro patrimonio, darlo a conocer y compartirlo.

Tres rutas donde hemos compartido tiempo, camino, patrimonio, anécdotas y campo, Campo de Montiel. Y un deseo, que este Campo de Montiel no siga permaneciendo en el olvido.