jaffe, michele - pasion en venecia

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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    Michelle Jaffe

    Pasión En VeneciPasión En Veneci

    (The Stargazer)

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    -Milord; desde luego, no esperaba verlo aquí -Bianca levantó la vista hasta laimponente figura del hombre que ocupaba el vano de la puerta y estornudó.

    Ian oscari, !onte d" #osto, mostraba una e$presión estupefacta impropia de %l.-&iría que no -atinó finalmente a responder, con los o'os clavados en la daga

    ensangrentada en la mano de la mu'er. Incluso en su condición de observador e$perimentado, le resultaba difícil comprender la escena que tenía frente a %l. (ahabitación estaba lu'osamente decorada; cortinas de seda color melocotón bordadas conflores doradas flanqueaban las altas ventanas, y el suelo estaba cubierto con alfombrasorientales de e$quisitos tonos pastel. )l centro lo ocupaba un enorme lecho con un edredónde la misma seda de las cortinas. *endido sobre %l se encontraba el cuerpo apenas cubiertode la cortesana Isabella Bellocchio, de quien podría haberse creído que dormía

     pacíficamente, de no ser por la ro'a herida de arma blanca que le cru+aba el pecho. &e pie 'unto a ella, cubierta de sangre y empuando una daga, se hallaba la mu'er que acababa dehablarle.

    !ru+aron las miradas, y un denso silencio cayó sobre la habitación mientras cadauno contemplaba el semblante del otro. )l momento cesó bruscamente cuando ella volvió aestornudar, dos veces.

    -u% est/ haciendo aquí0 -preguntó por fin ella, apartando los o'os de su rostro.(os asesinos, pensó Bianca, realmente deberían tener una mirada m/s dura.

    -1odría hacerle la misma pregunta.-&iría que es m/s que obvio -Bianca estornudó y trató de devolver a su mirada una

    e$presión irritada.2l la miró con id%ntica irritación, sorprendido por su franque+a.-3í, supongo que lo es pero, qu% la movió a asesinarla01or primera ve+ Bianca cayó en la cuenta del aspecto que debía ofrecer. )n la mano

    derecha sostenía la daga ensangrentada que había sacado del cora+ón de Isabella, y suvestido estaba manchado con esa misma sangre tras sus fallidos intentos de salvar a lamuchacha. (a situación parecía casi cómica, pensó, mientras se secaba la chorreante nari+con la manga, hasta que de pronto recordó la divisa que había en la empuadura de la daga.

    4sadamente miró a Ian directamente a los o'os, sosteniendo la empuadura del arma entreambos.

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    -5o debería estar yo pregunt/ndole precisamente eso, milord0 3e trataba sin lugar a dudas de su escudo de armas reproducido ostentosamente con rubíes y esmeraldas en elmango de la daga.

    Ian se encogió de hombros, apartando los o'os de la chillona recreación de su blasón para volver a posarlos en el pequeo rostro ovalado de Bianca.

    -!iertamente, no es mía. )s cierto que %se es mi escudo de armas, pero 'am/s haría

    hacer un ob'eto tan vulgar y aparatoso.-Me temo, milord -Bianca estornudó-, que el buen gusto no es una defensaadecuada -volvió a estornudar-, contra una acusación de asesinato -trató de sostener sumirada mientras estornudaba cinco veces m/s en r/pida sucesión-. *al ve+ si me di'era qu%est/ haciendo aquí...

    -&esde luego, %se no es asunto de su incumbencia,  signorina,  pero recibí unllamado urgente de Isabella.

    3in de'arse intimidar por el tono glacial de Ian, destinado a de'arla apabullada en unrincón, Bianca arremetió con m/s preguntas.

    -!ómo es eso0 u% decía, e$actamente0Ian se sintió indignado consigo mismo. 6abía respondido a sus primeras preguntas

    sin siquiera pensarlo, reaccionando instintivamente ante cierta clase de autoridad que

    emanaba naturalmente de ella, y ahora ya estaba haci%ndolo otra ve+. 3upo que debía ser otra persona la que e$tra'o la nota de entre los pliegues de su t7nica, la desdobló y se lae$tendió a su desconocida inquisidora.

    -*enga, aquí puede verla -lo que en %l había de beligerante entregó a Bianca la carta para que la leyera cuidadosamente.

    Bianca volvió a estornudar, arrugando la frente. (a carta estaba escrita en clara letracursiva sobre un delicado papel, ligeramente perfumado, llevaba la firma de Isabella, y enella solicitaba la inmediata presencia del !onte d" #osto en su casa. Bianca sostuvo el papela la lu+, lo e$aminó, y lo devolvió al hombre rubio e increíblemente guapo que teníadelante.

    -3e la entregaron en su propia mano0 -Ian asintió. Bianca frunció el entrece'o, yestornudó-. )ntonces, ciertamente, no es usted culpable -sus o'os fueron de la nota quetodavía sostenía en una mano a la daga que empuaba en la otra-. 8 sin embargo realmente

     parece que alguien est/ tratando de acusarlo. 1ero, qui%n0 4 ser/ a mí a quien tratan deinculpar0 -estornudó-. ui+/ si nosotros trat/ramos...

    lan hi+o a un lado la hostilidad y volvió a su habitual modo de ser lacónico ydistante, esfor+/ndose por mostrarse a7n m/s glacial que de costumbre comocompensación a su anterior suavidad.

    -5o sabe el alivio que siento al saber que no soy culpable -la interrumpió/speramente-, pero su ra+onamiento despierta mi curiosidad y su uso del pronombre9nosotros9 me provoca una leve alarma. 5o tengo idea de qui%n cree ser usted, menos a7nqui%n es realmente; ciertamente, no veo para qu% puedo necesitar a una signorina queacaba de salir de la escuela. (e puedo asegurar que nosotros no vamos a hacer nada.

    3us palabras, destinadas a causar esco+or, alcan+aron su ob'etivo. Bianca seencogió, acobardada, pero no porque el tono del hombre fuera frío como el viento del

    norte, sino por el tono condescendiente con que la había llamado 9signorina9, como si ladesafiara a desobedecer su impresionante y sofisticada persona. :1or 3anta B/rbara, qu%arrogante era # Bianca no le cupo ninguna duda de que usaba ese mismo tono paraespantar a las 'óvenes casaderas que lo acosaban para casarse con %l. )n lo que a ella serefería, no tenía ning7n inter%s en el matrimonio, en verse sometida a alg7n pat/n idiotaque dilapidara su fortuna en las apuestas y la condenara a tener un hi'o cada ao. 1ero lemolestó que su deseo le otorgara al altanero y poderoso !onte d" #osto el derecho dehablarle en ese tono in'uriante y condescendiente, record/ndole con cada una de sus

     palabras que ella no era m/s que una mu'er ine$perta.-&esde luego, tiene ra+ón. &e todas maneras, prefiero traba'ar sola.uriosa, Bianca había de'ado el cuchillo y estaba lav/ndose las manos en una

     'ofaina de porcelana. M/s irritante a7n que la arrogancia del conde era la propia rebelión

    que bullía en su cabe+a. !ómo había podido de'arse convencer tan f/cilmente de lainocencia del hombre y, peor a7n, sentir tanto alivio por ello0 )n qu% la afectaba a ella

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    de la duda en una situación que, de otra manera, sería m/s que evidente. 3i una mu'er inteligente planeara un asesinato, no pensaría en todo, incluso en un detalle tan nimiocomo %se de la escritura que 'am/s se le ocurriría a ning7n hombre0 (a mente femenina eratan tortuosa que podía confiarse en que ellas pensarían en todo aquello que contribuyera acrear la ilusión de su inocencia y quitara la carga de responsabilidad de sus estrechoshombros. 6abía aprendido a fondo esa lección y 'am/s -jamas- volvería a de'arse

    embaucar, ni siquiera por alguien con hombros tan interesantes como la mu'er que teníadelante.1rimero 9admiración90 &espu%s 9probablemente90 8 ahora 9hombros

    interesantes90 )sto no podía prolongarse. 2l era superior y de piel gruesa, había dicho ella;%l se lo demostraría.

    -)s mi turno de hacer preguntas, preguntas simples que hasta una signorina comousted no debería tener problemas en responder. !omencemos por saber qui%n es usted.

    (e había hablado a su espalda, y ella no se volvió para responderle.-Me llamo -Bianca estornudó, con cierta altive+, o así lo esperaba-, Bianca 3alva,

    hi'a de...?olvió a estornudar y Ian aprovechó el estornudo para interrumpirla.-5o siga, he oído hablar de su familia -si le sorprendió encontrar a una mu'er de

    noble cuna cubierta de sangre en la casa de una cortesana y en pleno día, hi+o honor a sureputación de piedra y no lo demostró. 3u tono al reanudar el interrogatorio era indiferente,si bien ligeramente amena+ante-. 3ería tan amable, signorina 3alva, de decirme qu% est/haciendo aquí0

    6abía vuelto a usar esa palabra, diciendo 9signorina9 como si se refiriera a la 7ltimade las criaturas de la creación. Bianca supo entonces que no podía, o me'or a7n, no debía,decirle la verdad, lo que la de'aba ante dos opcionesA podía negarse a responderle o podíadecirle una mentira. )lla no había dicho una mentira en toda su vida, ni siquiera cuando, de

     pequea, y desobedeciendo órdenes estrictas, había tomado algunas hierbas de la ca'a detraba'o de su padre para preparar una medicina destinada a una nia pobre de su mismaedad, ni m/s adelante, cuando había hurtado libros de anatomía a su inquilino paraaprender las partes del cuerpo humano. )n esas ocasiones y en cientos de otras seme'antesque habían conformado su educación, Bianca había reconocido el delito y había sido

     perdonada por su santo y comprensivo padre. 1ero %l ya no estaba, y el !onte d"#osto parecía tan inconmovible como un pilar de granito.

    3e dio vuelta para enfrentarlo. (os estornudos eran ahora seguidos y furiosos, demodo que Bianca trató de hablar a toda prisa para evitar tener que interrumpirse.

    -1referiría no responder a esa pregunta, milord d" #osto -estornudó dos veces comosi su título le provocara alergia, y continuó- 5o veo qu% relación puede tener con la muertede esta pobre chica -estornudó-, ya que ya le he dicho que no soy -estornudó-, responsable-al escuchar esta brillante defensa tan airosamente subrayada por estornudos, Ian seencontró m/s cerca de la carca'ada de lo que había estado en varios meses-. 1asa algomalo, milord0 1arece usted estar molesto.

    (a tentación de reírse desapareció tan bruscamente como había aparecido. (os o'osde Ian pasaron del color a+ul cristalino al gris, 7nica seal e$terior de su cambio de humor.

    -Me temo, signorina -Ian se interrumpió para observar el efecto que la palabra teníasobre ella. (a vengan+a era francamente deliciosa-, que no puedo aceptar su negativa aresponder, a pesar de su ferviente afirmación de inocencia. (e pregunto, por qu% deberíacreerle0

    Bianca respondió esta pregunta con otra.-u% motivo podría tener para asesinar a esta mu'er0-(as mu'eres no necesitan motivos; sólo medios -citó Ian el odioso proverbio

    veneciano-. 3er/ me'or que responda preguntas y no que las formule.3in darse cuenta, Ian había comen+ado a contar sus estornudos. 8a iba por los doce

    cuando ella pudo volver a hablar.-)ntonces usted -estornudó, sumando trece-, haría me'or -catorce-, mi muy

    irreprochable y honorable conde -quince-, en formular preguntas dignas -diecis%is- de

    respuestas -Bianca resopló, tratando de que el título sonara tan infame como le fue posible.Mientras hablaba comen+ó a recoger sus cosas, echando mano a cualquier e$cusa paraapartar sus o'os rebeldes del rostro del conde-. ealmente -diecisiete-, debería utili+ar 

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    me'or su tiempo -dieciocho-, como trato yo -diecinueve-, de utili+ar el míoA averiguandoqui%n mató a Isabella Bellocchio, y por qu% -veinte-, quisieron -veintiuno- culparlo a usted-veintidós- del crimen.

    Ian de'ó de lado sus especulaciones, lo suficiente como para darle una g%lidar%plica.

    -#dem/s de interrogar a la principal sospechosa, o sea, la persona encontrada

    empapada con la sangre de la víctima sosteniendo el arma fatal sobre el cad/ver, qu% propone que haga0-1odría tratar de buscar la verdadera arma mortal, que ciertamente no es este

     'uguete vulgar -Bianca se concentró en reprimir un nuevo estornudo para poder ver elefecto que sus noticias tenían sobre %l-. 4 tal ve+ podría pergear un plan para descubrir -estornudó-, a la persona deseosa de llegar hasta el e$tremo -hi+o un gesto con laempuadura cubierta de piedras preciosas de la daga mientras volvía a estornudar- de tratar de endilgarle este crimen.

    lan, que ya había llegado a contabili+ar veinticinco, se negó a seguirle el 'uego pidi%ndole que e$pusiera su temeraria afirmación acerca del arma. *ampoco tenía ningunaduda de que ella ya tenía un plan listo a ser implementado si %l se mostraba dispuesto. )ral7cida e inteligente, esa pequea asesina que estornudaba. ) incluso aunque no fuera la

    responsable de esa muerte, era m/s que probable que pudiera conducirle hasta quien lohabía hecho. !on su habitual perspicacia, lan evaluó la situación y vio que Bianca podíaserIe muy 7til.

    ealmente muy 7til. !omo un rel/mpago, vio que el asesinato era apenas una partede ello, incluso tal ve+ la m/s pequea. 1erdió la cuenta de los estornudos de Biancacuando lo golpeó la potencia de su propia inspiración. !ontemplando a la desafiante

     belle+a que tenía frente a %l, lan percibió la manera perfecta de poner coto a lasinterminables presiones de rancesco y oberto para que contra'era matrimonio. (a verdadera que había sido por escapar a las arengas de sus tíos que se había apresurado a responder a la convocatoria de Isabella -o la de la chica 3alva, o de quien fuera-, esa misma maana.8 en ese momento, como por obra del destino, se le ofrecía una oportunidad para escapar de ellos para siempre. )l plan que concibió en esos pocos segundos era -y se congratuló

     por ello-, gloriosamente simple y sin fallos. 3i se comprometía con ese esp%cimen 3alva deaspecto tan peligroso y la instalaba en su casa, estaba seguro de que en tres días -cuatro, alo sumo-, rancesco y oberto y los otros #rboretti estarían rog/ndole que rompiera elcompromiso y retornara para siempre a su estilo de vida de soltero. 8a saboreaba el gustode la victoria cuando volvió a hablar.

    -(a verdad es, signorina, que sí tengo un plan.3e le estremeció la comisura de los labios, que era su versión de una sonrisa,

    cuando vio que Bianca luchaba para no reaccionar violentamente ante su tonocondescendiente. 3abía que ella sólo accedería a ceirse a sus t%rminos si se la incitaba aque lo hiciera; le sorprendió comprobar cu/nto disfrutaba con la perspectiva de esaincitación. #dem/s, cuanto m/s enfadada estuviera, tanto peor se comportaría ella, lo queaceleraría la puesta en marcha de su plan.

    Bianca aguardó a que %l continuara, estornudando dos veces m/s en el silencio que

    siguió a las palabras del conde. )se temblor en la comisura de sus labios le había sealadoque el mencionado plan le resultaría, sin duda, desagradable, pero la muchacha distaba deacercarse siquiera a lo terrible que podría llegar a ser.

    -#h, comprendo, milord -se oyó decir tras lo que le pareció toda una eternidad, a pesar de que había decidido no alentarlo-, es usted tan inteligente como sostienen todos-estornudó-. 1lanea usted esperar que el cad/ver se descomponga para que su problema,literalmente, desapare+ca.

    lan no hi+o caso de su pulla.-Mi plan consiste en detenerla hasta que pueda e$plicar e$actamente qu% estaba

    haciendo aquí y me diga todo lo que sabe sobre Isabella. 1uede hacerlo aquí y ahora. 4 le buscar% alo'amiento, tan incómodo como sea posible, tenga la seguridad, en la ma+morrasubterr/nea del 1alacio hasta que est% dispuesta a responder. 1iense en lo r/pidamente que

    empeoraría allí ese resfriado suyo. 1ara no hablar de la reacción de su familia al enterarsede que usted ha sido encarcelada acusada de homicidio.

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    Bianca empalideció. 3u hermano había partido en otro de sus via'es rel/mpago, demodo que no habría nadie que la protegiera de la ira de sus tíos si ella volvía a mancillar elnombre de la familia. 3i descubrían lo que ella realmente había ido a hacer en casa deIsabella, podía llegar a ser peor que ser acusada de homicidio. 3e preguntó si el condeimaginaba siquiera el peso de lo que estaba proponiendo.

    (a 'oven se debatía en un aut%ntico conflicto, notó lan con sorpresa. ui+/,

    consideró, era verdaderamente inocente. 8 si estaba acosando a una mu'er inocente0?aciló un instante, pregunt/ndose si debía seguir adelante, entonces recordó que9inocencia9 y 9mu'er9 eran t%rminos fundamentalmente antagónicos. #unque fuerainocente de ese crimen, decidió, sin duda había cometido otros; adem/s, esa boca de ella sehabía ganado un castigo.

    !uando 'u+gó que sus 7ltimas palabras habían hecho suficiente impacto en ella,continuó hablando.

    -)$iste, sin embargo, otra alternativa, pero me temo que le parecer/ a7n menosagradable que las dem/s -y agregó, aparentemente tras refle$ionarlo un momento- )s unal/stima, porque sería sumamente conveniente para mí. 1ues ver/, mi prioridad consiste enobtener de usted toda la información que sea posible. 3i usted se instalara en mi casa, yo

     podría interrogarla a gusto... cuando o donde quisiera, y utili+ando los medios de

     persuasión que se me anto'aran. *engo fama de contar con un personal temible.6abía algo decididamente amena+ador en la forma en que Ian di'o esto 7ltimo, peroBianca se negó a de'arse amedrentar por %l o los rumores que circulaban sobre su leyenda.*enía la convicción de que su casa no contenía nada m/s aterrador que un mayordomomorboso o un camarero libidinoso; un interrogatorio ofensivo en la casa de un conde noera nada, comparado con los horrores de las c/rceles venecianas. &esde luego,estrictamente hablando, no era correcto que una dama sola pasara algunos días ba'o eltecho de un hombre soltero, pero era preferible a la infamia que debería enfrentar si eraencarcelada por asesinato. 3u familia podía incluso llegar a agradecerle esa valiosarelación social.

    Bianca estornudó y se preparó para saborear la e$presión de sorpresa en el rostro deIan cuando ella accediera a su proposición.

    -# pesar de sus loables esfuer+os por asustarme para que no acepte, milord, diríaque esta 7ltima opción es, decididamente, la me'or. #cepto -estornudó, acentuando eldramatismo de sus palabras finales-, con una condición.

    Ian, que mantuvo una decepcionante e$presión imperturbable, apenas levantó unace'a.

    -5o se imagina cómo me sorprende.Bianca pasó por alto el tono sarc/stico.-Me gustaría llevar conmigo el cuerpo de Isabella para e$aminarlo, en busca de un

    indicio acerca de cómo fue asesinada -estornudó-, y por qui%n.Ian hi+o una breve pausa, pensando; finalmente asintió.-!reo que eso funcionar/ de maravillas. 3i mantengo en secreto la posesión de ese

    cuerpo, puedo hacer circular la noticia de que Isabella ha desaparecido. )so facilitar/ misaveriguaciones, e indudablemente las har/ m/s provechosas -Ian, sumido en sus

     pensamientos, parecía hablar consigo mismo. Bianca creyó que se había olvidado de su presencia hasta que un violento estornudo atra'o la atención del conde.-Bueno -di'o %l entonces, enfrent/ndola-, arreglado, entonces. )nviar% a mi hombre

    de confian+a, Eiorgio, con la góndola para que venga por usted y por el cad/ver -Ian sacóde su bolsillo una bella ca'a de oro, abrió la tapa y miró adentro. Bianca alcan+ó a ver loque parecía una miniatura del enorme relo' de la 1ia++a 3an *ristan. uedó tan absorta enla contemplación del elaborado tallado y el delicado mecanismo, que no alcan+ó a ver elgesto sardónico de Ian cuando volvió a hablar.

    )l conde trató de mantener un tono ligero, simulando que el pensamiento se leacababa de ocurrir.

    -5aturalmente, para usted sería sumamente indecoroso residir ba'o mi techo-levantó los o'os hacia ella.

    -Mi reputación no me preocupa -replicó Bianca con altive+, haciendo aicos suostensible estratagema para que se echara atr/s; despu%s estornudó cuatro veces.

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    -5o lo pongo en duda, signorina, pero la mía sí me preocupa. 5o, tenerla en mi casano ser/ conveniente, en absoluto.

    (a muchacha había caído directamente en su trampa. Ian volvió a ba'ar los o'oshasta su relo', como si meditara, pero en realidad lo hi+o para ocultar la e$presión detriunfo que había en su rostro. *ardó un instante en recobrar la compostura; a continuaciónfue hasta la entrada. !uando se volvió para pronunciar sus escalofriantes palabras finales,

    ya tenía en sus manos el tirador para una r/pida salida.-?eo que no hay nada que hacer. *endr% que anunciar nuestro compromiso estanoche, en la reunión del 3enado -la declaración fue subrayada por el 9clic9 de la puertacuando se cerró suavemente tras %l.

    Mientras ella permanecía inmóvil, con la vista fi'a en el espacio que acababa deocupar Ian, demasiado perple'a para protestar o siquiera estornudar, Bianca podría haber 

     'urado que había oído que alguien reía.

    2

    )l 'oven siguió al criado moro que lo condu'o a trav%s del inmenso salón de bailede m/rmol. (os ricos tapices que cubrían las paredes no lograban atenuar el frío de esa

    lluviosa tarde; el visitante se arrebu'ó en su abrigo de marta cebellina. )l criado se detuvofrente a una enorme puerta de caoba que ostentaba un escudo de armas y aguardó a ser recibido. !uando la puerta se abrió, el sirviente inclinó su cabe+a tocada con un turbante ydesapareció, de'/ndolo solo en el umbral.

    (o que vio al entrar bastó para caldearle la sangre. (a habitación estabalu'osamente amueblada, una descomunal alfombra cubría el suelo de m/rmol, y en las

     paredes había innumerables frescos. 1ero el principal atractivo del lugar se encontraba enel gran sof/ que ocupaba el centro de la habitación. #llí, cada uno ataviado de terciopelocolor borgoa, estaban los dos individuos m/s e$traordinarios que hubiera visto en toda suvida. !ada ve+ que %l veía 'untos a los dos hermanos volvía a sentir la misma a+oradaadmiración por su belle+a.

    #mbos hicieron un gesto, invit/ndolo a entrar. (a mu'er sacudió su abundantecabellera negra y ofreció la me'illa para que %l la besara, mientras desli+aba

     provocativamente el dedo por su cal+a de terciopelo.)lla lo miró de arriba aba'o con los o'os entrecerrados.-u% buen aspecto tiene mi /ngel -di'o, esbo+ando una semisonrisa-. &ebe traerme

     buenas noticias.3u hermano sonrió con ella, contento de verla contenta. !on un gesto invitó al

    visitante a sentarse en el asiento demasiado grande que tenía a su lado, y se volvió hacia suhermana.

    -#hora vamos a hablar de negocios, cara. uieres quedarte con nosotros, o prefieres ir a tomar tu bao0 &ir% a &iana que...

    -5o, no, si va a hablarnos de la ramera, desde luego quiero quedarme. uierosaberlo todo. ?oy a saborear cada detalle -cerró los o'os y separó sus labios carmesí comosi ya comen+ara a disfrutarlo. )ntonces, de pronto abrió totalmente los o'os y los clavó en

    el visitante con una e$presión que carecía absolutamente de seducción-. 1orque has venidoa decirnos que la ramera est/ muerta, no es así0-Bueno, sí; así es. 4 m/s bien, eso es lo que me gustaría poder deciros..)l 'oven trató de fingir serenidad mientras se revolvía, inquieto, en el enorme sillón.

    )sa mirada de la mu'er era sumamente difícil de sostener.-:Maldito seas, hombre, no te mand% llamar para que vengas a hacer 

    demostraciones de gram/tica -estalló el hermano. &esde su nacimiento, su 7nica preocupación, su e$clusivo deseo, había consistido en complacer a su hermana mayor. )lhecho de que su plan para darle el m/s importante de los regalos podía haber fracasado, loenfurecía-. )st/ muerta, o no0 -preguntó con indignación.

    )l 'oven volvió a cambiar de posición y comen+ó a estudiarse las uas condetenimiento.

    -Bueno, pues ver/, e$celencia; ella estaba muerta, sólo que ahora... Bueno, milord,puede caminar un cad/ver0

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    -#caso esta perorata no va a terminar nunca0 u% quieres decir con tantasevasivas0

    (a mu'er se inclinó hacia delante en el sof/, y apoyó una mano tranquili+adora en elhombro de su hermano, mientras se dirigía al 'oven que tenía frente a ella. 6abló con vo+

     ba'a, aunque e$traamente seductora.-)s que he perdido el tiempo contigo0 uiste demasiado egoísta para cumplir con

    esta 7nica y min7scula tarea para mí, despu%s de todo lo que he hecho por ti0*al como se proponía, el 'oven quedó pasmado ante la forma en que sus labios semovieron para modular esas palabras.

    -5o, no, nada de eso -se apresuró a tranquili+ar a su ama con vo+ gutural-. )llaestaba muerta, me ocup% muy bien de ello al clavarle esa espantosa daga en el pecho. Hnverdadero toque de ingenio, madonna, eso fue, sin duda -la mu'er ladeó la cabe+a,aceptando graciosamente el merecido elogio, pero su hermano comen+ó a gruir conimpaciencia. )l 'oven siguió a toda prisa-A &e todas maneras, cuando m/s tarde volvimos

     para cerrar la trampa que usted ya sabe, allí no había nadie. 5adie... ni siquiera el cad/ver.)ra demasiado, se di'o la mu'er; estaba rodeada por la incompetencia. !ómo era

     posible que el destino fuera tan malvado con ella0 )lla se merecía lo me'or, lo sabía, ynecesitaba alguien sobre quien desahogar su ira ante tan grave in'usticia. &escargarla sobre

    el muchacho no serviría para nada; por otra parte, había gastado demasiado tiempo encultivarlo y no podía tolerar la idea de que sus esfuer+os cayeran en saco roto.)n cambio, soltó un profundo suspiro y se volvió hacia su hermano, con los o'os

    anegados de temblorosas l/grimas de furia por la traición.-!ómo pudiste mentirme y decirme que me amabas0 !ómo pudiste ganar mi

    confian+a y mi amor con falsas promesas0 -el semblante de su hermano era una m/scaradolorosa mientras subía el tono acusatorio de la mu'er-. &i'iste que harías cualquier cosa

     por mí, que lo castigarías por lo que me hi+o. 1ero ahora me queda claro; veo que, como pasa con todos los hombres, no se puede confiar en ti -se detuvo para de'ar temblar suslabios y dar a sus espectadores la oportunidad de admirar la totalidad de su angustiada

     belle+a-. )stoy sola en el mundo, nadie se preocupa por mí. 5o puedo creer a nadie niconfiar en nadie; nadie me quiere.

    -1or supuesto que te amamos, todos los que te ven te aman -atinó a protestar suhermano apenas recuperó el habla-. 8 no todo es tan malo como dices, cara, la muchachaha muerto, la amena+a que pendía sobre nosotros ha desaparecido. 1iensa en el dinero quetendremos, en las maravillosas ropas que te comprar%.

    )lla recha+ó su comentario con un gesto desdeoso, como si la hubiera insultadocon inquietudes tan mundanas.

    -)l dinero no es nada. 5o quiero dinero. uiero vengan+a -tenía los o'osencapotados, inescrutables-. 5o te interesa mi felicidad, al menos m/s de lo que leinteresaba a %l. 5o eres nadie para mí -se puso de pie para acercarse al visitante, conmodales que se suavi+aron a medida que se acercaba a %l. #largó la mano y le acarició lame'illa, despu%s la desli+ó hasta su pecho. 3abía qu% le gustaba al 'oven, tambi%n cómocontrolarlo-. *7, mi pequeo /ngel, eres la 7nica esperan+a que me queda.

    Me ayudar/s a destruir a ese petulante conde, verdad, /ngel mío0 )ncontrar/s ese

    cad/ver03u mirada estaba preada de promesas que, ella sabía, %l no podría resistir. )l 'ovensintió que se arrebataba, y le costó poder articular las palabras.

    !uando lo hi+o, sonrió a la mu'er con una bella y beatífica e$presión.-!reo que ya lo hice.-?en; ay7dame en el bao -replicó ella, tom/ndole de la mano para sacarlo de la

    habitación.

    3

    -:1or los o'os de 3anta (ucía )s que esta pluma no puede mantenerse afilada0-Bianca observó, enfurecida, la pluma que sostenía en la mano, y despu%s el dibu'o a

    medio terminar que tenía ante ella. 5unca había dibu'ado bien cuando estaba cansada, y lascuarenta y ocho horas que había pasado enclaustrada 'unto al cad/ver de Isabella la habíande'ado completamente e$hausta. 1ero estaba decidida a terminar antes de que el día gris y

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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     Michelle Jaffe Pasión En Venecia

    nublado volviera a sumirse en la oscuridad. Incluso agotada como estaba, no de'aba deentusiasmarla la rique+a del material que había podido reunir. 5o sólo se había enterado demuchas cosas con respecto al crimen, sino que el cuerpo de Isabella le daba la primeraoportunidad de su vida para dibu'ar la anatomía de una mu'er 'oven. (os 7nicos cad/veresfemeninos que había podido ver hasta el momento eran los de las pobres ancianas de1adua, muertas sin el dinero suficiente para un entierro adecuado. )l saludable cuerpo

     'uvenil de Isabella era, desde el punto de vista científico, un sueo hecho realidad.3u deuda con Isabella parecía incrementarse incluso despu%s de la muerte de la 'oven cortesana; barruntó Bianca filosóficamente. Hnos pocos dibu'os m/s, y finalmente sulibro estaría listo para ser enviado a la imprenta, revelando por primera ve+ el cuerpofemenino hasta en sus m/s íntimos detalles. !asi podía paladear su triunfo cuandodemostrara a esos testarudos hombres de 1adua que las mu'eres tenían su propia y perfectaanatomía y que no eran meras versiones defectuosas del hombre. Jteros desviados, :'a,

     pensó para sus adentros. ecordó los debates sobre el tema que había sostenido con #ndrea?esalius cuando %ste iniciaba su brillante carrera y sonrió al imaginar su libro en alg7nanaquel, en compaía del de %l. Hna visión de su propio futuro se e$tendió, invitante,frente a ellaA podría dictar cursos sobre anatomía femenina, estudiar el cuerpo femenino ysus ciclos, hacer demostraciones p7blicas. 3ería verdaderamente idílico. 3alvo por esta

     parodia del compromiso.3abía que una ve+ anunciado frente al 3enado, un compromiso tenía peso de ley, yera virtualmente imposible de deshacer, a menos que ambos integrantes de la pare'aconvinieran en ello, o uno de ambos demostrara ser inadecuado. &e haberse dado cuenta delo que realmente le estaba proponiendo Ian pocas horas antes -eran horas realmente0-,

     'am/s habría accedido. 4 tal ve+ no. ui+/s. )l !onte d" #osto siempre había tenido une$trao efecto sobre ella. &esde su primera noche en la sociedad veneciana, nueve mesesantes, era el 7nico hombre en el que ella había reparado, o al menos, cuya ausencia habíanotado. 1ero qui+/s eso se debiera a que %l era el 7nico hombre que 'am/s le había prestadoninguna atención. 5i siquiera sabía qui%n era ella cuando se encontraron en lo de Isabella,recordó Bianca. 8 ahora estaban comprometidos. )ra algo absolutamente est7pido.

    Mientras pensaba, trató de arreglar la punta de la pluma. 1ero cuando el impacto delcompromiso la golpeó con toda su fuer+a, tomó la pluma y la partió en dos.

    -:!oo -e$clamó, y de inmediato miró a su alrededor para asegurarse de que nadiela hubiera oído pronunciar una palabra tan escandalosa. 1ero estaba sola. &esde la muertede su padre, tenía la impresión de estar siempre sola. 1ero así era como a ella le gustaba...o no0

    )ra evidente que entre su mente dispersa, la pluma rota y la falta de descanso, ya noconseguiría avan+ar m/s en su tarea. !on un suspiro, se puso de pie y se quitó el delantalmanchado de sangre. ue cansinamente hasta la puerta para abrirla, pero le resultóimposible. ?olvió a intentarlo, sacudiendo el frío tirador con todas sus fuer+as, y una ve+m/s, nada pasó. )staba encerrada. Hna me+cla de desesperación e indignación se impuso asu agotamiento, y comen+ó a aporrear la puerta. 5ada. Mi &ios, pensó, me ha de'ado aquí

     para que muera 'unto a este cad/ver. 1resa del p/nico, fue hasta el otro e$tremo del cuartoy, tomando carrera, se lan+ó sobre la puerta.

    &esde su laboratorio, Ian oyó los golpes enfurecidos en la puerta. 6abía esperadoque Bianca 3alva se mostrara difícil, incluso e$asperante, pero tenía que ser tan ruidosa06i+o a un lado la astilla de roca que había estado observando ba'o las lentes de aumento, yse encaminó hacia la otra ala del pala++o donde había ad'udicado a Bianca espacio para su

     propio laboratorio. #fortunadamente, el ruido pareció disminuir cuando se acercó y giró el picaporte.

    M/s tarde, fue incapa+ de e$plicar cómo fue que terminó aplastado contra la pareddel pasillo, con Bianca en sus bra+os, pero sufrió los cardenales que le quedaron durantem/s de una semana. 5o había sido una sensación desagradable, pensó, sólo inesperada.ecordaba vagamente ver algo que volaba hacia %l cuando abrió la puerta, pero cómo fueque ese 9algo9 resultó ser Bianca 3alva, permaneció en el misterio. #mbos permanecieronenredados uno en bra+o de otro durante algunos silenciosos segundos antes de que ese

    cuerpo pegado al suyo comen+ara a apartarse.-Milord, cómo se atreve0 -e$clamó Bianca con vo+ entrecortada, solt/ndose delcírculo de sus bra+os.

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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     Michelle Jaffe Pasión En Venecia

    -(e ruego que me disculpe, signorina, pero creo que fue usted quien cayó en mis bra+os y no a la inversa -Ian al+ó una ce'a, sarc/stico.

    Bianca lo fulminó con la mirada.-5o es a eso a lo que me refería -di'o con e$asperación-. !ómo se atreve a

    encerrarme con ese cad/ver0 :5o voy a convertirme en su prisionera-#hí es donde se equivoca, carissima. Hsted es mi prisionera... recuerde, estamos

    comprometidos. )so me confiere un poder ilimitado sobre usted.Bianca reprimió el deseo de abofetearlo. # duras penas.-)ste compromiso es una parodia, ambos lo sabemos. 3in embargo no entiendo por 

    qu% lo ha propuesto. 5o es posible que haya sugerido algo seme'ante si realmente creía queyo era culpable. )s tan difícil encontrar a alguien dispuesto a casarse con usted, milord,que tiene que apelar a las clases criminales0

    -1or el contrario -Ian igualó el tono sarc/stico con el que ella le había hablado-. 5otengo m/s inter%s que usted en casarme. 1or lo dem/s, una asesina es una mu'er perfecta

     para míA puedo divertirme con ella a mi anto'o, destruirle la mente y la reputación, yfinalmente echarla a los lobos cuando esto haya sucedido. ecordar/ que una acusación deasesinato es una de las ra+ones legítimas y honorables para dar por terminado uncompromiso -Ian sonrió con afectación, esperando el siguiente arranque de Bianca.

    1ero %ste no se produ'o. )n lugar de eso, la muchacha de'ó escapar un largosuspiro, y sus hombros comen+aron a hundirse. 4h, no, pensó lan, va a echarse a llorar. lan prefería cualquier cosa a una mu'er llorosa; estaba a punto de decírselo cuando Biancaabrió la boca.

    -3i estuviera en su lugar, milord -di'o, con el cansancio tiendo cada una de sus palabras-, trataría de utili+ar la amabilidad en ve+ de la crueldad en sus interrogatorios. )salgo que no espero ni a lo que estoy acostumbrada desde hace mucho tiempo; seguramenteresultaría mucho m/s efectiva que tratar de pescarme con la guardia ba'a. 1odría empe+ar 

     por decirme que no tengo que dormir allí -hi+o un gesto desmayado hacia el laboratorio-,con ese cad/ver. )n cualquier otro sitio; le prometo que no me que'ar% cuando me encierre.

    lan luchó consigo mismo. Hna parte de %l era presa de un s7bito deseo de cru+ar esaalfombra que los separaba y tomar a Bianca en sus bra+os. (a otra parte ansiaba dar mediavuelta y huir de ella. Incapa+ de moverse, permaneció clavado al suelo, contempl/ndola.)lla le devolvió la mirada, escrutando sus o'os, buscando. 3e enfrentaron como dosestatuas, hasta que un relo' en la planta ba'a comen+ó a dar la hora. )nseguida, otro m/s,en otro lugar del pala++o, hi+o lo mismo, y pronto fueron die+ relo'es, cada uno con unsonido diferente pero que armoni+aba perfectamente con el resto. Bianca siguió mirando alan mientras %ste escuchaba los carillones de los relo'es, impresionada por su et%rea

     belle+a. (e sonrió, y entonces sucedió algo m/s notable que todo lo que le había ocurridoen los anteriores cuatro díasA %l le devolvió la sonrisa.

    -6ermoso -murmuró ella, admirada.-3í que lo son, verdad0 -Ian suspiró, satisfecho-. (os hace mi primo Miles. )s el

    me'or relo'ero de Italia, podría apostarlo, pero sólo lo hace para mí.)lla vaciló un instante, pregunt/ndose si debía decirle que había sido su sonrisa y

    no sus relo'es lo que le había hecho acelerar el cora+ón.

    -*iene usted mucha suerte. Me gustaría conocerlo.lan se ale'ó de ella, de pronto agudamente consciente de su peligrosa pro$imidad.-ui+/ lo cono+ca, pero, ciertamente, no hasta que hayamos hablado m/s de ese

    asesinato -su vo+ había recobrado su glacial arista formal. Mientras hablaba, cerró la puertay le echó el cerro'o. 3intió los o'os de Bianca sobre %l, inquisidores, observadores; lacondu'o r/pidamente hacia la parte m/s oscura del pasillo. #l acercarse a la escalera quellevaba a los ambientes principales de la planta ba'a, pensó que tener a esta e$traa mu'er 3alva ba'o su techo sería m/s preocupante de lo que había supuesto. *endría que ser tanreservado como le fuera posible, en todo momento. eservado y frío. 5o debía permitir que ella lo mane'ara.

    -6asta que no me haya dicho lo que quiero saber, no ver/ a nadie -siguió diciendomientras caminaban-. )$cepto a sus acompaantes, desde luego. 1uede tener todo el trato

    que quiera con ellos, pero le advierto que ellos me informar/n sin demora.

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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     Michelle Jaffe Pasión En Venecia

    -#rdo en deseos de conocer a esos ogros. Me har/ dormir en una ma+morra0-!onfundida por el brusco cambio de comportamiento de Ian, Bianca trató de igualar sufría formalidad.

    -1or supuesto. &ónde, si no, dormiría una asesina0 -Bianca creyó ver que la bocadel conde volvía a torcerse de esa manera tan peligrosa; decidió permanecer callada.Ba'aron por una segunda escalera y atravesaron por lo menos otros dos salones de baile en

    silencio antes de detenerse ante una puerta color a+ul oscuro-. 2sta es la habitación querancesco y oberto me indicaron que le diera. 5o es la m/s suntuosa, pero es la que elloseligieron.

    -rancesco y oberto0 -repitió Bianca, mir/ndolo interrogante.-(os ogros... sus acompaantes, mis tíos. *ienen sus aposentos allí -Ian sealó con

    un gesto varias puertas a lo largo de la pared en el otro e$tremo del vasto salón central.?io la confundida e$presión de Bianca e imaginó en qu% estaría pensandoA dos

    acompaantes en lugar de uno, ya era bastante inusual, pero que se tratara de dos hombreslo convertía en algo francamente indecoroso. 2l estuvo a punto de e$plicarle cómo loshabía elegido, pero recordó su anterior decisión.

    -5o podría pedir a alguna de mis tías mayores que compartieran la casa con unaasesina, verdad0 5i desearía tampoco que ninguna gentil donna de sensibilidad refinada

    interfiriera con mis interrogatorios. 5o, una mu'er ba'o mi techo es m/s que suficiente-pronunció estas 7ltimas palabras con un estremecimiento de disgusto.Bianca pensó en silencio unos instantes.-M/s que protegerme a mí de usted, parecería que est/n protegi%ndolo a usted de

    mí.-&espu%s de todo, usted es la peligrosa, no es así0 -Mientras decía esto en vo+ alta,

    una vocecilla interior le susurrabaA Y no tienes idea de lo cierto que es eso.runció el entrece'o con irritación y abrió la puerta de la ma+morra de Bianca. #l

    encontrarse en el umbral de algo que en absoluto era una ma+morra, sino ante los m/slu'osos aposentos que 'am/s hubiera contemplado, Bianca no pudo contener unae$clamación de deleite. (as paredes de la primera habitación mostraban frescos de mu'eresde todas las edades y de todas las comarcas, cada una ataviada con su tra'e típico. 6abía

    mu'eres guerreras con armaduras de metal, mu'eres romanas con largos tra'es y mu'eresdesnudas, salvo los brillantes dibu'os pintados sobre su cuerpo. 5o sin dificultad, lan lahi+o pasar del salón al cuarto principal de la suite. odeado de frescos que representabandiosas de la antigLedad, había un enorme lecho cubierto con una sobrecama de terciopeloa+ul oscuro. Bianca estaba tan cansada y tan abrumada, no sólo por la belle+a de las

     pinturas y de los muebles sino por la del hombre que tenía al Iado, que olvidó considerar lainconveniencia de encontrarse en un dormitorio a solas con %l. #poyó suavemente la manosobre el bra+o de lan.

    -)s la habitación m/s e$traordinaria que he visto -di'o. #partó los o'os de las pinturas para posarlos sobre el hombre, e impelida por el m/s indecoroso de los impulsos,le dio un beso en la me'illa.

    (a mente de lan tambaleó entre el pasado y el presente. Hna mu'er en su casa. Hn beso. )ste cuarto. !uando ba'ó la mirada hacia Bianca, %sta percibió que sus o'os habían

    cambiado de color hasta transformarse en un frío gris pi+arra. etrocedió, consciente dehaberlo ofendido de alguna manera.

    -)so fue muy impropio, signorina 3alva. 1rocure que nunca vuelva a suceder -Eirósobre sus talones y fue hacia la puerta.

    -)s una costumbre muy mala, sabe usted -di'o Bianca en vo+ ba'a.lan se detuvo bruscamente, y se volvió para enfrentarla desde la seguridad de la

     puerta.-u% di'o usted0-6uir de esa manera. 6acer un anuncio grandilocuente y despu%s abandonar la

    habitación sin escuchar lo que el otro tenga que decir. )s casi cobarde.Bianca sintió que un brote de ira se e$pandía por el cuarto. lan la miró con la furia

    refle'ada en cada línea de su rostro. !uando finalmente habló, su vo+ se oyó

     peligrosamente ba'a y fría.-3i yo fuera usted, signorina, guardaría mi sagacidad para maana. 5ecesitar/ decada una de sus partículas para evitar que la denuncie como asesina.

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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     Michelle Jaffe Pasión En Venecia

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    Ian terminó de leer en vo+ alta la carta decodificada y se la pasó a 3ebasti/n, queestaba a su derecha.

    -(legó esta maana, traída por un pescador. am/s entender% cómo hace nuestro

    (.5. para descubrir estas cosas, pero hasta ahora no se ha equivocado.(os otros cuatro hombres sentados alrededor de la mesa hicieron signos deasentimiento. 5inguno conocía personalmente a su primo ingl%s, (ucien 5orth 6oNard,conde de &anford, pero no por no haberlo intentado nunca. Miles y !rispin, que pasaban almenos la mitad del ao en sus fincas de Inglaterra, ya estaban acostumbrados a recibir negativas corteses a sus invitaciones y a que su gentil, aunque ligeramente amena+ante,mayordomo londinense les informara que su primo 9lamentablemente, no estabadisponible9.

    (a 7nica seal incuestionable de su e$istencia era la frecuente, copiosacorrespondencia. (legaba desde todo el mundo y a trav%s de los m/s fant/sticos vehículos.1odía llegar en alguno de los barcos #rboretti o en manos de alg7n mensa'ero desconocidoque desaparecía tan r/pidamente como había llegado. (as cartas siempre combinaban

    an%cdotas personales y relatos de via'e, con conse'os de negocios. 3in estos conse'os,incluso la conocida perspicacia de Ian para los negocios no podría haber convertido a#rboretti en una de las m/s grandes y poderosas compaías navieras de su %poca.3iguiendo los conse'os de (.5. su actividad se habían e$pandido desde el transporte demaderas hasta el de cualquier producto imaginable de cualquier parte del mundo. (os

     barcos #rboretti transportaban telas, vinos, especias, plantas, animales, municiones, oro, plata, piedras preciosas, cualquier cosa que pudiera ser comprada en un lugar y vendidaventa'osamente en otro. )n apenas ocho aos habían aumentado su patrimonioA de los seis

     barcos originales que les había de'ado su abuelo habían pasado a tener una flota querivali+aba con las m/s importantes de las ciudades estado de la península.

    Benton Oalsingham, su abuelo, miembro del s%quito del emba'ador ingl%s en?enecia, se había enamorado de (aura oscari-&olfin, hi'a 7nica de una antigua familia

     patricia veneciana, y había decidido instalarse en ?enecia. &e inmediato percibió elmercado que se abría para las maderas inglesas en toda )uropa, destinadas a laconstrucción tanto de edificios como de navíos de guerra, y se abocó a la formación de unacompaía naviera. (a llamó  Arboretti -pequeos /rboles-, en virtud de la carga quetransportaban, y a su muerte la legó a sus seis nietos.

    3etenta aos despu%s de su creación, el nombre solía considerarse una parodia de lanotable altura de los seis hombres que controlaban la pu'ante empresa. 3e la mencionabacon reverencia entre los mercaderes de todas partes del mundo, y los seis altos 'óvenes quecontrolaban la compaía eran consultados habitualmente por otros que los doblaban enedad. 1ero era entre las mu'eres donde los #rboretti encontraban me'or disposición.#puestos y ricos, se destacaban entre las mu'eres de toda )uropa y de'aban a su pasocostosos regalos y cora+ones destro+ados.

    1or lo que sabían, (.5. era el peor de todos. )n todas las cortes de la !ristiandad

    había alguna bella mu'er que seguía suspirando por su 9beloved (ucien9, 9carisssimo(uciano9 o 9cher (uc9. 3us parientes seguían /vida y 'ocosamente las proe+as de suenigm/tico primo, manteniendo recuento de sus conquistas amorosas 'unto al de lassustanciosas ganancias producidas gracias a su información. !ómo hacía para encontrar eltiempo necesario, tanto para conquistar cora+ones, como información vital, seguía siendoun misterio para ellos, pero habían aprendido a aceptarlo sin cuestionamientos. )n rigor deverdad, estaban obligados a hacerlo, ya que su abuelo había de'ado estipulado en sutestamento que en todos los asuntos el conde de &anford, a quien Oalsingham había criado

     personalmente tras la muerte de su hi'a menor, tendría la 7ltima palabra.&e manera que cuando (.5, dio instrucciones a su primo para que suspendieran un

    embarque de pólvora y balas de caón para Inglaterra y lo reempla+aran por un cargamentode granos echados a perder, sólo atinaron a menear la cabe+a y seguir las órdenes.

    -1ero no hemos oído nada de esos piratas que, seg7n %l, amena+an nuestrocargamento -ob'etó Miles, apart/ndose de los o'os el mechón que continuamente caía sobreellos-. 6ace dos meses, prometí personalmente al lord chambel/n esa pólvora para sus

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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     Michelle Jaffe Pasión En Venecia

     batallas en las tierras altas; no creo que se sienta demasiado complacido si a cambio recibeun cargamento de cereales podridos y ratas.

    -1odría probar de d/rselos de comer a los rebeldes del norte -di'o *ristan desde elotro e$tremo de la mesa-. 1odría matarlos m/s r/pidamente que la pelea, y sería menosoneroso para el tesoro real -sacudió la morena cabe+a, con sus o'os verdes 'ade brillando dehilaridad-. 1or todos los diablos, no es mala idea...

    )l sarcasmo de *ristan fue interrumpido por un prolongado alarido proveniente deun lugar distante del pala++o. )l silencio se abatió sobre la mesa; todas las cabe+as sevolvieron hacia Ian que ya se estaba incorporando con premura.

    -)so me suena inconfundiblemente a mi encantadora prometida. 3i me disculp/isun momento...

    -:*ras %l -e$clamó !rispin, no bien Ian abandonó la habitación-. 6ace siglos queno pasa nada estimulante en esta casa, y no pienso perd%rmelo.

    -:::#aaaaahhhhhh -chilló hist%ricamente Bianca. 6abía pasado una nocheintranquila, dando vueltas y vueltas en la enorme cama, acosada por la sensación de ser 

    observada. #l abrir los o'os se vio frente a un monstruo de colmillos gris/ceos inclinadosobre ella-. :uera, fuera ::3ocorro, socorro, socorro(a criatura le tapó la boca con la mano.-3shh. 3ilencio, pequea -le di'o una tranquili+adora vo+ masculina al oído-. Ian se

    quedar/ con nuestra cabe+a si de'amos que siga gritando así.Bianca torció el cuello para enfrentar la vo+ que le hablaba y vio que no provenía

    de la boca de una bestia espantosa, sino de un hombre mayor de cara redonda y o'osrisueos. unto a %l se encontraba otro hombre, apro$imadamente de la misma edad, perocon una e$presión levemente m/s sería. &e la mano del m/s 'ocoso colgaba una m/scarade carnaval que imitaba la cabe+a de un 'abalí. (a levantó para que ella la viera, mientrasle quitaba la mano de la boca.

    -Ian nos di'o que usted esperaba ver ogros, así que decidimos complacerla. 8tambi%n creímos que su sangre necesitaba un poco de estímulo. &efinitivamente, todasestas horas han de haberla aguado -asintiendo, le tomó la mueca-. ?es, ves, oberto, tedi'e que lograría su cometido. :3i%ntela ahora, bombeando como la de un minero -tiró del

     bra+o de Bianca para que lo tomara el hombre m/s serio.-3í, parece haber funcionado, rancesco, pero creo que una dosis del me'or coac

    de Ian habría sido menos inquietante para ella. Mírala; %l no hace m/s que que'arse de queno para de hablar, y aquí la tienesA a7n no ha dicho una sola palabra. 6as vuelto a e$agerar,me temo.

    Bianca paseó la mirada de uno a otro, tratando de comprender la escena que sedesarrollaba frente a ella. )stos tenían que ser rancesco y oberto, pero en lugar de ogros,Ian parecía haberla de'ado en manos de m%dicos. 8 no sólo m%dicos comunes, sino de losfamosos; su padre le había hablado a menudó, y con admiración, de rancesco di imini yoberto !ollona, y reconoció sus rostros por los retratos aparecidos en la portada de su

    cat/logo de hierbas, que ella misma había utili+ado cuando estudiaba medicina. 1or uninstante, la confusión por encontrarse 'unto a estos dos hombres tan conocidos hi+o que pasara por alto el comentario de Ian sobre su verborragia, pero pronto su orgullo seimpuso. #ntes de que tuviera tiempo de repudiar la calumnia de Ian, sintió que laempu'aban nuevamente dentro de la cama y le tapaban la cabe+a con las mantas.

    4yó la vo+ de Ian amortiguada por los cobertores.-8a se ha levantado0 !reí oír su vo+. )s normal que duerma tanto0 -disparaba sus

     preguntas una tras otra, en r/pida sucesión.-*uvo una pesadilla, querido sobrino, apenas un mal sueo -aseguró rancesco,

    mientras de'aba caer disimuladamente la m/scara al costado de la cama-. 5ada para preocuparse. &ormir le har/ bien. )star/ bien cuando se despierte, pero debemos de'ar quela naturale+a siga su curso. )st/s de acuerdo, oberto0 (o me'or ser/ de'arla dormir.

    -!iertamente, ciertamente, tienes toda la ra+ón, rancesco. *e sacaremos de tureunión a la primera seal de que se despierta, desde luego, Ian.

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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     Michelle Jaffe Pasión En Venecia

    -Bueno, antes de que est% con todas las luces; siempre es el me'or momento para uninterrogatorio -aadió rancesco, observando atentamente a su sobrino-. 3ólo por meracuriosidad, piensas utili+ar la ma+morra para tu traba'o0 *ornillos, clavos, l/tigos0ecuerda lo bien que funcionaron la 7ltima ve+...

    -&e qu% demonios est/is...0 -la pregunta de Ian fue sofocada por la vo+ derancesco, mientras oberto se inclinaba sobre el lecho, tratando de su'etar a la revoltosa

    Bianca.-&e acuerdo, no es asunto nuestro -siguió diciendo rancesco, yendo hacia la puerta-. 5o quieres que nadie interfiera con el interrogatorio, t7 mismo lo di'iste anoche-Ian creyó detectar una nota burlona en la vo+ de su tío-. #hora, vuelve a tu traba'o, queconsiste en hacer suficiente dinero para que todos podamos seguir viviendo como

     príncipes, y d%'anos hacer el papel de ogros. # ti no te sienta en absoluto.)mpu'ado por el insistente bra+o de rancesco en su hombro, Ian ya casi había

    traspuesto el umbral cuando el inquieto montón de mantas se soltó de la mano de oberto.Bianca apareció desde deba'o de las mantas, gritando.-(/tigos0 Hsaría l/tigos conmigo0(os tres hombres la contemplaron a+orados. (a 'oven tenía fascinantes o'os castao

    oscuro, y le temblaban los labios de furia. )chó la cabe+a hacia atr/s y al+ó el mentón,

    desafiante.-#delante. 6umílleme. *ort7reme. #+óteme, incluso. 1ero por 3anta #gata le 'uroque si me trata como un animal, permanecer% callada como un animal. 1referiría ser arro'ada a una f%tida ma+morra para ser devorada por ratas de dientes romos, que decirletodo lo que s% -se cru+ó de bra+os y lan+ó a Ian una mirada furibunda.

    -3eora, ha resuelto usted el misterio -di'o una vo+ masculina detr/s de Ian. Biancalevantó la mirada para ver todo un contingente de hombres altos, que sabía debían ser losotros #rboretti, entrando en su habitación. Hno de ellos, una rubia versión m/s infantil deIan, le dirigió una sonrisa.

    -)l misterio de cómo pasa su tiempo mi hermanoA limando los dientes de las ratasde la ma+morra. 6e sido un necio al no haberme dado cuenta hasta ahora... -!rispin meneóla cabe+a, con burlón desd%n por su necedad, mientras sus compaeros luchaban por reprimir las carca'adas.

    #hora le tocó a Ian fulminarlos con una mirada letal. 3e dirigió a los intrusos queaguardaban en la puerta con la m/s severa de las e$presiones y les ordenó marcharse.

    -2ste es el cuarto de una dama. )s insultante para mi prometida verse rodeada por una horda de b/rbaros como vosotros...

    -5o me importa. &e veras -Bianca dirigió una sonrisa encantadora a los cuatrohombres que la miraban desde la puerta-. )ntrad, por favor. )s un inmenso honor conocer alos famosos #rboretti. 3% de muchas mu'eres que morirían por tener a cualquiera devosotros en su alcoba, para no hablar de los cinco a la ve+.

    (os #rboretti ya no pudieron seguir conteniendo la risa, y Bianca se unió a ellos.(os observó a trav%s de las carca'adas, ya que nunca había tenido la oportunidad de estar tan cerca de un grupo tan notable. 3abía que el que había hablado era !rispin, el hermanode Ian, cuya reputación como libertino bon iant sólo era igualada por su buen car/cter y

    su inmensa bondad. unto a %l, y con un mechón de pelo caído sobre la frente, Biancareconoció las rom/nticas facciones de Miles, el relo'ero de Ian y poeta de gran reputación.3us destre+as líricas solían atribuirse a la facilidad con que se enamoraba, alguna ve+ hastade die+ mu'eres en un mismo día, pero sin futuro posible, ya que había sido comprometidoen matrimonio a la edad de cinco aos. &etr/s del enamoradi+o poeta se encontraba3ebastian, con su piel morena y la facilidad para los idiomas heredadas de su madre turca ylos o'os profundamente a+ules y la fascinante sonrisa legados por su padre veneciano.Bianca había oído rumores de que era capa+ de seducir a una mu'er a trav%s de unahabitación atestada de gente, y por m/s e$traordinario que esto pareciera, verlo de cerca nodisminuía la probabilidad de que fuera verdad. unto a 3ebastian estaba *ristan, cuyos díascomo príncipe de los ladrones de ?enecia le habían de'ado una actitud divertida para con lavida y una sonrisa pícara que convertía en creíble todo lo que decía. Bianca había oído que

    su colección de arte contempor/neo, contenida en el palacio que compartía con 3ebastian,era una de las me'ores de )uropa; decidió preguntarle por ella.

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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     Michelle Jaffe Pasión En Venecia

    -3í, *ristan tiene fama de coleccionar cosas bellas -se apresuró a decir Miles antesde que su primo pudiera responder-. 1ero contigo Ian se ha superado a sí mismo.

    (a sinceridad del cumplido de Miles se impuso a la ob'eción que pensaba presentar Bianca por el hecho de ser descrita como uno de los ob'etos de colección de Ian, y se loagradeció entre risas. )sta fluida camaradería no formaba parte del plan de Ian. )l climaera sociable, festivo, ameno, en absoluto la tensión e$plosiva con la que había contado. 3e

    sintió completamente a'eno al 'ovial grupo. !omo si percibiera su aislamiento, Bianca sevolvió hacia %l con una e$presión invitante en los o'os. )ra tentadorA podía de'arse llevar un poco, rela'arse... Maldición, pensó, sustray%ndose a su ensueo, ya estaba ellahaci%ndolo otra ve+, someti%ndolo a su voluntad, como si %l sólo fuera un dócil amante.

    )n lugar de rela'arse, Ian apretó las mandíbulas.-3u encuentro con mi hermano y mis primos termina e$actamente aquí y ahora

    -anunció, sombrío, observando cómo se esfumaba la alegría del rostro de Bianca.6i+o un gesto a los #rboretti, seal/ndoles la puerta.-uera, todos vosotros, fuera. Mi prometida y yo tenemos que hablar de ciertos

    asuntos, y preferimos hacerlo en privado.1or el rabillo del o'o vio que Bianca abría la boca para decir algo, para luego

    cerrarla. Bien. )ra menester que la 'oven recordara qui%n mandaba allí.

    ?arios de los #rboretti se arriesgaron a echar a Bianca una 7ltima mirada, sonrisa oguio para demostrarle su simpatía, mientras abandonaban la habitación. rancesco sedemoró en el umbral dispuesto a decir algo, hasta que oberto lo persuadió para quesaliera con %l. inalmente a solas, Ian sintió los o'os de Bianca fi'os en %l, observ/ndoloe$pectantes. 3e sintió e$traamente confundido, incapa+ de recordar qu% estaba haciendoen esa lu'osa estancia con tan encantadora mu'er sentada sobre el lecho desarreglado. #lacercarse a ella, se preguntó si acaso la piel de los hombros de Bianca sería tan tersa comola de sus me'illas. 4 tal ve+ m/s suave a7n. 3erían sus pe+ones, apenas visibles ba'o elfino camisón de damasco que llevaba, m/s rosados o color melocotón0 u% sabor tendríasu boca deba'o de la suya0 4 su cuerpo0

    !on gran conmoción, descubrió que se estaba e$citando, en la habitación de esaenfurecedora, mane'adora y peligrosa mu'er. Irónicamente, refle$ionó, podría ahorrarseuna verdadera fortuna si e'ercía su derecho a seducir a su prometida en lugar de visitar auna de las caras cortesanas que frecuentaba. 1ero hacía ya muchos aos que había decididono me+clar el se$o con los sentimientos, regla que parecía particularmente importante enese momento, con esa temible belle+a frente a %l. Me'or sería ni siquiera acercarse a ella,resolvió, al tiempo que tomaba nota mental de reservar los servicios diarios de su cortesanafavorita durante la permanencia de Bianca en su casa. ui+/ dos veces por día, pensó al ver el tobillo de Bianca que asomaba por deba'o de las mantas.

    # la muchacha le latía locamente el cora+ón. Ian se había acercado lo suficientecomo para tocarla, cerca como para que ella lo tocara a %l. 1or fin iba a e$perimentar aquello sobre lo que se había hecho tantas preguntas durante tanto tiempo. #nsiabae$tender la mano y tomar la de %l, para llevarla hasta todos esos lugares de su cuerpo conlos que tanto había fantaseado. 1ero la /spera reprobación que %l le había mostrado lanoche anterior permanecía a7n en su mente; vaciló, sin querer que huyera de ella. 3intió

    que la invadía una ola c/lida con la mirada de Ian puesta sobre ella. (a sensación eradesconocida pero nada desagradable. (evantó los o'os hacia %l, deseando que la tocara, quese inclinara sobre ella y le cubriera los labios con los suyos. 3e pasó la lengua lentamente

     por los labios, atray%ndolo hacia ella.Ian se volvió bruscamente y fue hacia la puerta. !on los o'os fi'os en alg7n sitio

    encima de su cabe+a, le espetó varias órdenes.-(a esperar% en la antec/mara mientras se viste. )s preciso que nos deshagamos

     pronto del cad/ver de Isabella, de modo que me gustaría repasar todo el asunto con ustedesta misma tarde. )sta maana le tra'eron toda su ropa de la casa de su tía. (a encontrar/en el armario, 1or favor, dese prisa.

    -!iertamente, milord. &esde luego, la descomposición es un problema. 3aldr% en uninstante.

    Bianca se esfor+ó por mantener su vo+ despe'ada del dolor y la humillación quesentía. &urante un breve instante había percibido algo, había sentido que qui+/s %l no ladetestara realmente. 1ero había estado equivocada. 2l la encontraba desagradable; ni

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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     Michelle Jaffe Pasión En Venecia

    siquiera podía tocarla. 3u abra+o de la noche anterior había sido sólo una ocurrenciafant/stica; %l no sentía por ella m/s que desd%n. #dem/s, se di'o para sus adentros, allíhabía otros hombresA gondoleros, mayordomos, sirvientes, incluso los otros #rboretti. Hnacasa de ese tamao debía estar llena de ellos. 5o, sin duda no se necesitaba de un conde

     para ensearle las lecciones que anhelaba aprender. !uando ni siquiera esta idea logróaliviar su dolor, se obligó a recordar que lo cierto es que estaba allí para descubrir qui%n

    había asesinado a Isabella. &emostrar su inocencia, se di'o, era m/s importante que perderla, incluso a manos del !onte d" #osto. 4, al menos, debería serIo. epitiendo estocomo un Ae Mar!a, se vistió a toda prisa y salió para reunirse con %l.

    5

    Bianca y Ian subieron los escalones que conducían a los laboratorios con el mismohumor con que lo habían hecho el día anteriorA en silencio. Ian de'ó que Bianca lo

     precediera hasta el interior de la fría habitación, la siguió llevando en la mano una

     provisión de velas. )l hedor de la descomposición lo asaltó apenas entrar, pero vio queBianca no daba seales de haberlo siquiera percibido. 3e preguntó si todos los asesinostendrían la misma sangre fría. )ntre los dos encendieron las velas y las distribuyeron en loscandeleros que había en las paredes.

    -6ice que Eiorgio tra'era hielo -sealó con un gesto los grandes bloques querodeaban el cad/ver-. 1ens% que podría retardar la descomposición.

    -6umm, sí; muy bien, milord.Bianca revisó los dibu'os que tenía en su cartapacio, tratando de ordenar las ideas

    antes de comen+ar la narración. *ras algunos minutos de revolver papeles, levantó la vista para ver a Ian contemplando con e$presión nost/lgica a la mu'er diseccionada que yacíasobre la mesa.

    (a revelación la golpeó como si fuera una piedra. :1or 3anta #polonia, vayaimb%cil que había sido 1or supuesto, Ian había estado enamorado de Isabella, y estaba

     profundamente apenado. 5o era sorprendente que la odiara, crey%ndola la presunta asesinade su amada. ecordó el relicario que había encontrado en el cad/ver, con un mechón de

     pelo del mismo tono de rubio que el de Ian cuidadosamente guardado en su interior.6abían sido amantes, se di'o Bianca, de pronto celosa de la difunta tendida sobre la mesa.Maldición. (o que %l necesitaba en ese momento, advirtió, no era una fría enumeración dela anatomía de Isabella, sino toda su compasión.

    !arraspeó para aclararse la garganta.-&esearía hablar de ella, milord0 -Bianca había pasado largas horas consolando a

    los parientes de pacientes agoni+antes, ayud/ndoles a e$presar su dolor. 3abía, por e$periencia personal, lo difícil que podía resultar perder a un ser querido. #l ver que Ian nole respondía, volvió a intentarlo-. !u/nto hace que, bueno... la conocía0

    Ian la miró la miró con sorpresa, un poco confundido.

    -!onocerla0 -repitió-. !u/nto hace...0-5o es preciso que me responda si le resulta demasiado doloroso -lo interrumpióBianca, abochornada.

     5unca debía haberlo preguntado; era algo demasiado personal, no era en absolutode su incumbencia.

    -&oloroso0 -Ian volvió a mostrarse perple'o. inalmente, pareció iluminarse, yhabló con vo+ contenida-A Me parece que aquí hay un malentendido, signorina 3alva. 8ono conocía a Isabella Bellocchio. 1os% por primera ve+ mis o'os sobre ella hace cuatrodías, cuando recogimos el cad/ver. 5o pertenecía precisamente a mi círculo social.

    Isabella no era la clase de cortesana que %l prefería. !rispin había mencionado amenudo de su dulce inocencia y su encanto infantil, pero %sas no eran cualidades queatra'eran a Ian. 1ensó en e$plic/rselo a Bianca, pero decidió que no era asunto de ella. ue

     pensara lo que quisiera. #hora era Bianca la que se mostraba confundida. 1or qu% lementía0

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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    -1ero el relicario... -se le escapó, antes de que pudiera darse cuenta-. (levaba unmechón de su pelo en el relicario. 3in duda eran amantes.

    -6aría bien en reprimir sus presunciones acerca de mi vida sentimental, signorina,que no es asunto suyo -a %l mismo le sorprendió la aspere+a con que pronunció esas7ltimas palabras-. 8 no s% nada de ning7n relicario. )l color de mi pelo, por cierto, es elmismo de por lo menos la mitad del patriciado de ?enecia. 5o es tan diametralmente

    opuesto al suyo, dicho sea de paso -Ian pareció e$aminarla-. !ómo puedo saber si elrelicario no era un regalo suyo0 ue alguna ve+ fuisteis amigas y despu%s os convertisteisen rivales a causa de la atención de alguno de vuestros clientes y, presa de los celos, laasesinaste0

    #nte lo absurdo de su ra+onamiento, Bianca le dirigió una mirada desdeosa.-5o teníamos el mismo gusto en lo que se refiere a amantes -esto no era

    estrictamente cierto, se di'o para sus adentros.:#'/ :#sí que no era tan inocente como pretendía serIo Ian se sintió triunfante...

    siempre había dudado de su supuesta ingenuidad.-Isabella pudo haber decidido ampliar sus gustos. )s por eso que fue a los

    aposentos de Isabella, a vengarse de que le robara su presa0 -Ian la observó atentamente,estaba seguro de que se estaba acercando a la verdad.

    -Isabella no fue asesinada por un arrebato del momento -afirmó Bianca,e$asperada-. uienquiera la haya matado, ha de haber estado plane/ndolo durante meses.-!ómo puede saberlo, a menos que fuera usted misma quien lo hiciera0 -la tenía

    acorralada. ?eía cómo iba cediendo su determinación.Bianca lo miró, sorprendida.-!ómo e$plicaría usted entonces la daga y la nota que le enviaron0 3in duda, no

    son esos detalles que alguien pudiera preparar a 7ltimo momento. 1ero sí son pruebas demi inocenciaA aunque ahora que lo cono+co me'or no me parece una mala idea, por qu%ra+ón querría yo incriminarlo en un asesinato0 8 si así lo hubiera hecho, por qu% iba aquedarme en la escena del crimen hasta su llegada0

    )ra convincente, pero de inmediato Ian advirtió que tenía un fallo. 3acudió lacabe+a.

    -Muy propio de una mu'er sostener que aparecer tan abiertamente culpable es prueba de su inocencia. !reía que era yo el que formulaba las preguntas y usted quien lascontestaba. *iene alguna otra prueba tan concluyente de su inocencia como %sa0 -Iandecidió facilitarle las cosas-. *al ve+ podría e$plicarme qu% estaba haciendo en losaposentos de Isabella, por e'emplo0

    Bianca le dirigió una mirada de indignación. )l conde era increíblemente terco eirritable, y se negaba a comprender ra+ones. 3u primer impulso fue demostrarle que podíaser tan terca como %l, neg/ndose a abrir la boca si lo pensaba bien. *al ve+ pudiera decirlelo suficiente como para demostrarle que no era una asesina sin tener que revelarlo todo.

    -)staba ense/ndole a escribir. Iba allí todos los lunes a la misma hora, para darlesus e'ercicios. *eníamos un arreglo permanente -lo miró directamente a los o'os,incit/ndolo a desafiarla.

    -3uena muy inocente. 1or qu% no lo reconoció antes0-5o tenía motivos para hacerlo. 1or qu% lo iba a reconocer antes0 8a le di'e que no

    tuve nada que ver con la muerte de Isabella.Ian abrigaba muchas sospechas, podía percibido. Bianca comen+ó a afanarse por la

    habitación, orden/ndola y preparando todo para la eliminación del cad/ver.-1or qu% lo hi+o0 -preguntó Ian de improviso.-#cabo de decírselo; no lo hice... -respondió Bianca apretando los dientes.-5o, no el crimen, no me refería a eso. 1or qu% accedió a ensearle a escribir a

    Isabella0 u% la convenció de correr el riesgo de deshonrar a su familia teniendo tratoscon una cortesana0 3in duda en ?enecia hay profesores de escritura m/s adecuados queella podría haber contratado, en lugar de una chiquilla que suea con ser una famosam%dica -Ian agregó los resultados de la investigación sobre los antecedentes de Bianca quehabía reali+ado esa misma maana-. *iene usted una fortuna inmensa que heredó de su

     padre; ciertamente, no necesita dinero... u% motivos pudo haber tenido0-!omo usted mismo sealó, las mu'eres no necesitamos motivos, sólo medios-Bianca pr/cticamente escupió las palabras. !asi no podía hablar por la furia que la

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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     Michelle Jaffe Pasión En Venecia

    embargaba. Ian era un hombre detestable, decidió, absolutamente odioso. !ómo había podido considerado atractivo0-. #l contrario que los dignos, honorables y destacadoshombres de su círculo social, las mu'eres que desean recibir alguna educación seencuentran con grandes escollos. )n todo caso, aquellas que somos lo suficientementee$traviadas como para creernos instruidas, aunque nunca seamos tan dotadas para ellocomo usted y sus amigos, solemos recibir pedidos de otras menos afortunadas para que les

    ayudemos a recibir instrucción. Muchas mu'eres como Isabella son demasiado orgullosas para admitir ante un hombre que son analfabetas. Imagine, milord, no poder leer historia,ciencia natural o la carta de un amigo, incluso un poema de amor. Imagine ser incapa+ dellevar las propias cuentas, no saber cómo se hace una simple suma o una sencilla resta. 3inesos conocimientos, una mu'er siempre est/ a merced de la piedad de otro. 3ospecho quevosotros, los hombres, lo preferís así. 5o est/ de acuerdo conmigo, milord0

    -)s una teoría interesante, signorina, pero como todas las suyas carece de unelemento crucialA pruebas. !ómo surgió este arreglo con Isabella, por e'empo0 1asó

     'unto a usted en la pia++a 3an *ristan y, al oírla perorar ante cualquier pobre paseante queacertara a pasar por allí, le pidió que le diera clases de escritura0 1ublicitó usted susm%todos estenogr/ficos.4 acaso...0

    Bianca interrumpió su sarc/stica letanía.

    -(a verdad es que fue despu%s de convertirnos en amantes. uería recibir cartas deella cuando est/bamos ale'adas y me incomodaba su incapacidad para escribir.Ian se detuvo en la mitad de esa afirmación.-2sa, signorina, es la primera cosa sensata que ha dicho en todo el día.-8 tambi%n la primera mentira -Bianca suspiró y lo miró, casi con l/stima-. Milord,

    a pesar de que le agrade+co que piense que tengo el suficiente atractivo se$ual como paraseducir a una belle+a como Isabella, debo insistir en que la idea de que %ramos amantes

     proviene e$clusivamente de su propia mente. Mis investigaciones hacen necesario que veay hable con toda clase de mu'eres. 6ice correr la vo+ de que estaba dispuesta a brindar atención m%dica y conse'os a cualquier mu'er, aunque no pudiera pagarme. Isabella era unade mis pacientes.

    )ra la verdad, pero no completa. 1or qu% seguía sinti%ndose nerviosa mientrasesperaba comprobar si Ian había aceptado su e$plicación0

    Ian podía imaginar a Bianca, recorriendo la ciudad para visitar mu'eres, con sugóndola llena de pociones medicinales y de toda clase de cosas. 5o sorprendía que sus tíoshubieran estado ansiosos de que ella se instalara en su casa, a pesar de su compromisoimprobable y poco convencional. 3uponía que tenían permanentemente golfillos ymensa'eros llamando a su puerta a todas horas del día y de la noche, suplicando la

     presencia de la doctora. #l pensar que podían empe+ar a tomar por asalto su propio pala++o, se estremeció.

    Bianca no pudo seguir soportando su silencioso escrutinio.-?ea, milord, ya le he dicho que soy inocente. #hora tal ve+ me diga usted qu%

    resultados arro'aron sus averiguaciones.-5o -di'o en%rgicamente Ian, sacudiendo la cabe+a, sin ninguna sombra de disculpa.

     5o dudaba que ella le había dicho la verdad acerca de la forma en que había

    conocido a Isabella e incluso acerca de la relación que las unía, pero todavía quedaba algoque ella callaba, de eso estaba seguro. (a e$plicación de Bianca era demasiado trivialdespu%s de haberle sonsacado tantas negativas en su primer encuentro. )staba protegiendoalguien, a sí misma o a otra persona íntimamente allegada. 2l necesitaba saber de qui%n setrataba. 1or un momento, 'ugó con la idea de contarle los pasos que había dado para atrapar al asesino, haciendo circular un pedido de información sobre la desaparición de Isabella ytratando tambi%n de descubrir el origen de la horrible daga con su escudo de armas talladoen el mango. ui+/ saberlo tan cerca de la verdad la asustara lo suficiente para que ledi'era la verdad. 1ero era astuta esa Bianca 3alva; ella podía volcar cualquier cosa en sufavor. #sustar a esta indómita criatura era, probablemente, un imposible.

    -5o, eso no serviría en absoluto. u% clase de imb%cil cree que soy, signorina-preguntó por 7ltimo-, que fuera a revelar mis m%todos y halla+gos a mi 7nica sospechosa

    viable0 )s posible que no posea su mismo nivel mental -agregó, frunciendo peligrosamentelos labios-, pero no soy un nio de pecho.

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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     Michelle Jaffe Pasión En Venecia

    Bianca quedó estupefacta. #brió la boca y volvió a cerrarla dos veces antes de poder hablar.

    -)s absurdo. 8a le di'e qu% estaba haciendo allí. (e he dicho todo. 3oy inocente.-&emu%strelo -Ian la contempló con los o'os entrecerrados-. 3i usted no lo hi+o,

    dígame qui%n fue.-:1or 3anta B/rbara, es usted el hombre m/s terco que cono+co Insiste en

    considerarme una mentirosa y una criminal0-se acercó a %l, apunt/ndole con el dedo parasubrayar sus palabras-. !ree que estoy disfrutando con este compromiso ficticio0 -legolpeó con el dedo-. 3ufriendo una humillación tras otra, con la reputación hecha tri+as ymi integridad permanentemente en 'uego0 -otro golpe, otro golpe. Ian le tomó el dedo paraevitar ser convertido en un alfiletero y la acercó a %l.

    3u cercanía logró aturdir a Bianca. )lla lo odiaba, debió recordarse, el conde era unser detestable. &etestable, pensó al mirarlo a la cara. 8 ni siquiera era guapo. 4 qui+/s erademasiado guapo, sí, ciertamente, %se era el problema. &emasiado guapo, m/s de la e$actacantidad de belle+a que podía sentar a un hombre.

    -(e dar% una semana, signorina. 3iete días, a partir de hoy, para probar su inocencia-consultó su magnífico relo' de bolsillo-. )so le da tiempo hasta el mediodía del pró$imo

     'uevesA ciento sesenta y ocho horas. 3abe leer la hora, verdad0

    &etestable, recordó. ealmente detestable. 3e apartó de %l y fue hacia la puerta dela habitación. #l llegar, se volvió para enfrentarlo.-Muy bien, milord, ya que evidentemente usted no est/ dispuesto a hacerlo, yo le

    encontrar% al asesino. 1ero tenga la seguridad que pagar/ esto, y bien caro, cada uno de losdías de nuestra vida conyugal -trató de infundir a su vo+ un tono /spero y amena+ante paraque sus palabras sonaran inquietantes-. 8 durante cada larga hora, cada larga semana, cadalargo ao, al 7nico que podr/ culpar ser/ a usted mismo -salió dando un porta+o.

    Ian se quedó contemplando el espacio vacío tras la partida de Bianca. Hna ve+ m/s,no dudaba que decía la verdad, aunque no podía sustraerse a la fastidiosa sensación de queella estaba ocult/ndole algo. epasó mentalmente los argumentos de Bianca. !iertamente,

     parecía no contar con una e$plicación satisfactoria para su presencia en casa de Isabella. )incluso si lograba imaginar alg7n motivo para que ella matara a la cortesana, pocas ra+onestenía Bianca para endilgarle la culpa a %l, hasta ese momento un perfecto desconocido. 2lsabía que tenía numerosos enemigos, pero al menos se 'actaba, de identificarlos a todos por su nombre.

    #dvirtió que no había contemplado la posibilidad de la inocencia de Bianca, o de sunegativa a renunciar al compromiso. #unque eso no marcaba una diferencia muy notable.)n alg7n momento tenia que casarse, y Bianca era tan buena candidata como cualquiera.3u familia era casi tan antigua como la de %l, aunque su padre fuera un poco chiflado, y la

     'oven parecía ser saludable y tener capacidad para la procreación. Mientras no se vieranobligados a pasar demasiado tiempo 'untos, podía funcionar bienA un típico matrimonio

     patricio.)n alg7n momento de su vida había esperado con ansiedad el matrimonio, formar 

    una familia. 6abía soado con una relación diferente a la fría relación que tenían sus padres, una relación de confian+a mutua y comprensión, intereses compartidos, incluso

    amor. 5o se trataba de que ahora pensara que relaciones de esa naturale+a eran imposibles para todo el mundo -rancesco y oberto, ciertamente, vivían de esa manera-, pero lo eran para %l. 2l era indigno del amor, Mora se lo había demostrado. 5o podía culparla por eso;%l y nada m/s que %l, se había hecho odioso ante sus o'os. Mora había tenido ra+ónA %ldecepcionaría a cualquiera que se le acercara. !asarse con una mu'er que prometieraodiarlo desde el principio era lo que merecía. #os de rias constantes, una casa llena dehostilidad, hi'os ilegítimos... %sa había sido la profecía de Mora. 3e sentiría complacida alver con qu% e$actitud se cumpliría.

    !omo lo había hecho ya tantas veces, Ian apartó esos pensamientos de su mente.*enía asuntos que atender; había descuidado a los otros #rboretti demasiado tiempo. 8 esahabitación debía ser aseada, el cuerpo -o lo que quedaba de %l-, retirado, y decorosamenteenterrado.

    "ra#ie a $io, siempre había traba'o para hacer.

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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     Michelle Jaffe Pasión En Venecia

    Bianca se ale'ó r/pidamente del laboratorio, con las me'illas arreboladas a medidaque avan+aba a toda prisa. eta+os de su reciente cambio de palabras con Ian cru+aban por su mente, haciendo que se sintiera alternativamente furiosa y avergon+ada. Iba tan absortaen sus pensamientos, que trope+ó con !rispin y pr/cticamente cayó en sus bra+os.

    -3iempre es tan arro'ada en su segundo encuentro0 -preguntó %l cuando ella lo

    miró, sorprendida.-Milord, oh, oh, oh, &ios mío, lo siento, no miraba por dónde iba y... es que suhermano... :lo siento tanto -Bianca se sonro'ó furiosamente y retrocedió un paso.

    -%iente, mi hermano causa este efecto perturbador sobre todo el mundo. &isfrutacon ello, me temo. 1uede usted caer en mis bra+os cuantas veces quiera... de manerafraternal, desde luego -aadió, advirtiendo la alarma de la 'oven-. 1ero no hay tiempo paracharlas. Me han enviado para que le diga que su tía y sus primos han venido a hacerle unavisita de cortesía.

    -M/s cort%s habría sido que me de'aran en pa+ -murmuró Bianca, mas luego,viendo que !rispin la había oído, se apresuró a agregar-A 3ólo quiero decir que hoy estoymuy cansada, por cierto. u% encantador.

    !rispin, que alguna ve+ había pasado veinte minutos con la tía de Bianca en la mesa

    de 'uego, la miró con escepticismo.-)ncantador,  si certo. )st/ lista para recibirlos, o necesita algo de tiempo paracambiarse0

    Bianca ba'ó los o'os y contempló el sencillo vestido amarillo que siempre usaba para traba'ar, comprobó que no tenía manchas demasiado ofensivas y meneó la cabe+a.

    -5o, est/n acostumbrados a verme con toda clase de con'untos horrorosos.1robablemente se sentirían decepcionados si vieran que comien+o a actuar m/srespetablemente ahora que estoy comprometida. 1ero no es preciso que me acompae. 3ime seala la dirección correcta, estoy segura de que podr% hallar la habitación por mis

     propios medios.!rispin se echó a reír.-5o sin un mapa y una br7'ula, se lo garanti+o. ?enga; es por aquí.(a tomó del bra+o y la acompaó. *ras dar vueltas a lo largo de cinco corredores y

     ba'ar cuatro escaleras, 9)s que esta casa no termina nunca09 se preguntó Bianca, llegarona un cuarto de buenas proporciones con enormes ventanas en dos de sus paredes. )n elmedio, sentados en sendos sof/s, se encontraban su tía #natra y sus primos #ngelo y#nalinda. (a tía #natra había sido alguna ve+ la belle+a del patriciado veneciano, o almenos así habían contado a Bianca, pero lo 7nico que ahora quedaba de su antigua belle+aeran sus hi'os. #ngelo, con su ri+ado pelo rubio y sus grandes e inocentes o'os, era la vivaestampa del h%roe caballeresco. 3u hermana menor compartía sus facciones, pero en unestilo m/s suave y femenino. 3u reciente presentación en la sociedad veneciana había sido

     promisoria, al menos si se la 'u+gaba seg7n el n7mero de sonetos de amor y regalosanónimos que había recibido P9M/s de tres docenas9, le había confiado a Bianca la semanaanterior. 9:Incluso m/s que !atarina 5onte9Q. &esde el punto de vista de #nalinda, elcompromiso de Bianca con el acaudalado y aristocr/tico conde que tenía tantos primos tan

    apuestos, era un regalo del cielo. 1ero ella parecía ser el 7nico miembro de la familia que pensaba así.(a atmósfera de la estancia crepitaba de tensión, a pesar de los loables esfuer+os de

    rancesco y oberto para entretener a #natra. !uando Bianca y !rispin entraron en lahabitación, sus acompaantes levantaron la mirada con claros signos de alivio. !rispinsaludó a la familia Erifalconi, tendiendo su mano a #ngelo, con quien compartía variosclubes y muchas mu'eres, y dirigiendo una apreciativa mirada de soslayo a #nalinda, antesde e$cusarse diciendo que varios asuntos lo reclamaban. Bianca sonrió c/lidamente a sus

     primos, y saludó a su tía con una reverencia.-Piacere, tía #natra. u% deliciosa sorpresa.-5i remotamente tan sorprendente como tu compromiso -replicó en tono cortante-.

    1arece que te gusta armar 'aleo, verdad0

    -)so es lo que siempre me has dicho -contestó Bianca en tono igualmente cortante,de pie muy derecha frente a su tía, todo vestigio de sonrisa desaparecido.

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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     Michelle Jaffe Pasión En Venecia

    &esde la muerte de su padre, acaecida el ao anterior, Bianca había ocupado unacasa en !ampo 3an 1aolo, 'unto a su hermano. 1ero las convenciones sociales sealabanque era impropio que una mu'er soltera viviera sola, de manera que cada ve+ que suhermano salía en alguno de sus furtivos menesteres, que en los 7ltimos tiempos parecíasuceder casi todo el tiempo, Bianca se veía obligada a trasladarse a casa de sus tíos en suvie'o pala++o de !annaregio. (a tía #natra no había ocultado el desprecio que sentía por el

     padre de Bianca, y le habría gustado transferir la carga de ese desd%n a su e$c%ntrica hi'a. 5o obstante, cuando descubrió que, a su manera frugal, su hermano no sólo habíaconservado, sino tambi%n aumentado, su fortuna, había intentado verlo con me'ores o'os, o

     para decirlo me'or, ver me'or a sus herederos. (a verdad es que había tratado de queBianca le cayera tan bien corno para pensar en casarla con su 7nico hi'o varón, el precioso#ngelo. 1ero la descarada 'ovencita se había negado una y otra ve+. y ahora estabacomprometida con un conde. *odo ese dinero le'os de la familia... (a idea hi+o que #natrahirviera de furia.

    -aro que 'am/s mencionaras tu relación con d"#osto hasta ahora -musitó #natra,corno si pensara en vo+ alta-. aro que te haya aceptado sin una dote.

    Bianca no sabía a ciencia cierta a qu% se refería su tía, pero no le cabía duda de quesu alusión no era ben%vola.

    -8o tengo una vasta fortuna personal, no lo olvides -se vengó ella con granfrialdad-, y como %l mismo es tan rico corno Midas, probablemente no le haya preocupadodemasiado.

    Bianca observó con alegría cómo abría y cerraba la boca la tía #natra, cual un pe+atrapado en la red. #ngelo tornó la mano de su madre para consolarla, al tiempo que ledirigía una sonrisa beatífica a Bianca. 3e había enterado de las noticias del compromiso desu prima y su traslado de la casa esa misma maana, a su llegada despu%s de tres días de

     pasión desenfrenada. 3e había paseado por el pala++o de su familia, con el embriagador aroma almi+clado de su nueva amante todavía impregnado en sus fosas nasales y elmiembro fl/ccido tras el e$ceso de actividad, con la esperan+a de ver a su prima Bianca.uería hacer la prueba y comprobar si ella podía e$citarlo corno siempre lo hacía, a pesar de su estado de saciedad. #os atr/s había perforado discretos agu'eros en una de las

     paredes del cuarto de la muchacha, enfrent/ndolos a un espe'o, y había pasado largas horascontemplando su imagen cuando ella se baaba y se vestía. !onocía cada marca de sucuerpo, cada una de sus curvas perfectas, cada adorable hoyuelo.

    2l se había enfurecido al enterarse de su ausencia, y a7n m/s al saber de sucompromiso, pero al conocer la identidad del prometido la furia se había trocado encuriosidad. Bianca y el !onte d" #osto. 6abía algo decididamente sospechoso en esterepentino compromiso, especialmente en su oportunidad. #nsioso por saber m/s,instant/neamente se había abocado a convencer a su madre y a su hermana acerca de lanecesidad de hacer una visita a la futura esposa. 1ero hasta el momento, los resultadoshabían sido decepcionantes. 5inguno de los restantes miembros de la familia parecíamolesto por el compromiso, y Bianca se mostraba tan descarada -y tentadora- comosiempre. uera lo que fuera que sucedía -y tenía que ser algo muy sustancial para impulsar a esa testaruda prima a casarse-, estaba siendo muy bien ocultado. &ecidió que estaba

     perdiendo el tiempo en corteses visitas sociales.37bitamente impaciente, se puso de pie e hi+o una reverencia.-(amentaremos mucho perder tu compaía en !a"Erifalconi -#ngelo habló con

    toda corrección, pero sus palabras sonaron falsas-. 8 a pesar de que estoy verde de envidia,estoy seguro de que ser/s una perfecta esposa para d"#osto -Bianca recordó la maldiciónque ella había lan+ado a Ian pocos minutos antes y no supo si echarse a reír o soltar ungemido.

    #ngelo le tomó la mano; estaba a punto de apoyar los labios en ella, cuando advinióque estaban manchadas de tinta.

    -6as estado traba'ando estos primeros días de tu compromiso0 &iseccionandogatos muertos, o el bicho que fuera, y anotando todos sus órganos0 -di'o con in ocultabledesd%n.

    )l cora+ón de Bianca comen+ó a latir con fuer+a.-&ebería decirse que ocupada, sabes -replicó con vo+ que, esperaba, no sonaratemblorosa.

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  • 8/16/2019 Jaffe, Michele - Pasion en Venecia

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     Michelle Jaffe Pasión En Venecia

    -&ebe reconocer, cara signorina, que desde que llegó aquí ha pasado la mayor partedel tiempo en el laboratorio. ?aya, precisamente... -Bianca hi+o callar a rancesco con unamirada que podría haber matado a un hombre m/s pequeo.

    -(aboratorio, eh0 -la curiosidad de #ngelo iba a verse finalmente recompensada-.Me encantaría echar un vista+o al lugar donde traba'a la dottoresa. 1uedo ir contigo,

     prima0 -mientras hablaba, la tomó con fuer+a de la mano y comen+ó a llevarla hacia la

     puerta. -Mucho me temo que la signorina 3alva hoy no tiene tiempo para mostrarle su lugar de traba'o- desde donde se encontraba, cerca de la chimenea, se oyó decir a la suave vo+ deoberto-, tenemos tanto que hacer para la fiesta que su tiempo est/ totalmente ocupado.

    Bianca se vol