jesús terán

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Suplemento de Jesús Terán de La Jornada Aguascalientes

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Page 1: Jesús Terán
Page 2: Jesús Terán

La Invención de un héroe: Jesús Terán Peredo

Los primeros héroes de México surgieron a través del mito fundacional de la nueva nación, definida por algunos como “una comunidad política imaginada”1. Los escogidos fueron los mártires de la independencia como Hidalgo, Allende, Abasolo, Morelos, Matamoros y Mina.2 Los liberales mexicanos del siglo XIX utilizaron a los héroes de la patria con el fin de legitimar su poder y crear un discurso nacional a través de la “invención de tradiciones”, que son “un conjunto de prácticas regidas por reglas manifiestas o aceptadas tácitamente y de natu-raleza ritual o simbólica, que busca inculcar ciertos valores y normas de compor-tamiento por medio de la repetición”.3 El mejor lugar para que prosperaran esas invenciones fue el espacio público, pues el Estado utilizó la ciudad como un texto en el que se podían escribir diferentes historias, ya que a las calles y edificios públicos les fijó el nombre de personajes históricos. Asimismo creó fiestas y celebraciones que conmemoraban a hombres que habían luchado por su patria, como es el caso del Licenciado Jesús Terán Peredo, que junto a José María Chávez es recordado como un mártir de la intervención francesa, pues en este contexto a fines de 1863 el presidente Benito Juárez lo nombró Enviado Extraordinario y Ministro Pleni-potenciario de México y Agente Confidencial del Gobierno Mexicano ante España e Inglaterra.4 Empero, cabe aclarar que no solo los liberales del siglo XIX inventaron héroes, fiestas, celebraciones y símbolos para legitimarse, pues lo mismo hicie- ron los gobiernos emanados de la Revolución de 1910, ya que mezclaron a los héroes y mitos del pasado liberal con los revolucionarios.5

La primera mención de Terán en el espacio público después de su muerte ocurrida en 1866 data del año 1877, ya que el gobernador Francisco G. Hornedo decretó que la congregación de Calvillo perteneciente al Partido de la Capital se elevaría a la categoría de municipalidad bajo el nombre de Terán.6 Aunque un año después se anuló ese decreto es importante señalar que los gobiernos porfiristas le rindieron culto, por ejemplo: en 1880 se empezó a construir un nuevo mercado en la ciudad y al año siguiente la corporación municipal le impuso el nombre de Jesús Terán.7 También para el año de 1900 ya existía una calle que llevaba su nombre y en 1910 con motivo de las fiestas del centenario de la independencia nacional a la acera oriente del jardín de la Plaza de Armas se le llamó igualmente Jesús Terán.8 A principios del siglo XX ya no bastaba que un mercado o una arteria llevara su nombre, habría que hacerle un monumento, por esta razón el 5 de mayo de 1907 durante la conmemoración de la batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862 –que fue hecho de armas en defensa de la no intervención y la soberanía nacional–, frente a la Escuela Preparatoria se inauguró un busto en honor a Terán.9 Como dije, los gobiernos revolucionarios también recordarían a nuestro personaje, dado que para 1916 existía una escuela con su nombre.10 Muchos años después, para ser precisos el 14 de mayo de 1952 fueron exhumados sus restos de un cementerio de la ciudad de París, Francia, para depositarlos el 31 de julio de ese mismo año en el panteón de San Fernando de la ciudad de México.11 En ese ciclo en Aguascalientes se celebró el regreso de sus restos mortales con artículos y poemas, como el de Víctor M. Sandoval que tituló Repiques de Bien-venida a D. Jesús Terán.12 En 1959 el gobernador Luis Ortega Douglas le restituyó su antiguo nombre a la comunidad de “Calvillito” o sea “Villa Licen-ciado Jesús Terán”.13 Asimismo el 9 de abril de 1983 se inauguró un aeropuerto en la ciudad bajo su nombre.14 Para el año de 1990 el gobernador Miguel Ángel Barberena Vega decretó que se inscribiese en el Recinto Oficial del Congreso del Estado el nombre del Licenciado Terán junto a otros hijos naturales y adoptivos de Aguas-calientes “como un justo homenaje y reconocimiento a su vida y obra”.15 Al año siguiente con motivo de los ciento setenta años de su nacimiento y los ciento veinticinco años de su muerte se inhumaron sus restos en la Rotonda de los Aguascalentenses Ilustres en el panteón de la Salud y se estableció en la guía cívica del estado la conmemoración de Jesús Terán.16 En 1992 para recordar los CXXVI años de su fallecimiento, el 25 de abril se inauguró un monumento en su honor en el fraccionamiento recientemente construido que también llevaba su nombre, así como un espacio cultural llamado Casa Terán.17 El nombre de Jesús Terán sin duda forma parte de la memoria histórica de los Aguascalentenses, pero su imagen como héroe fue inventada por el Estado, pues como se trató de demostrar, diferentes gobiernos llámense porfiris-tas o revolucionarios recurrieron al recuerdo de Terán para legitimarse y enseñar historia patria y local a los habitantes al inscribir su nombre en calles, escuelas y edificios públicos, así como levantarle monumentos y conmemorar el día de su fallecimiento, pues sabían muy bien que sin pasado compartido no había un presente común que los legitimara.

VICENTE AGUSTÍN ESPARZA JIMÉNEZ

Maestro en Historia, profesor- investigador del Centro INAH Aguascalientes

1. Esparza Jiménez, Vicente, Lugares y usos de la memoria. Los nombres de las calles de la ciudad de Aguascalientes, 1855-1962, reporte de investigación del Centro INAH Aguascalientes, inédito.2. El Republicano, 22 de septiembre de 1907, p. 3. AGMA, FH, Caja 433, Exp. 3.3. Guadalupe Appendini, Memoria. Homenaje a Jesús Terán, Aguascalientes, Gobierno del Estado de Aguascalientes, 1991, p. 139.4. El Sol del Centro, 24 de agosto de 1952, p. 7.5. Periódico Oficial, 7 de junio de 1959, p. 1.6. Esparza Jiménez, Vicente A., “Los inicios de la aviación en Aguascalientes”, en Boletín del Archivo General Municipal de Aguascalientes, No. 24, Abril-Junio de 2010, p. 25.7. Periódico Oficial, 18 de noviembre de 1990, p. 2.8. Appendini, Memoria. Homenaje a Jesús Terán, p. 177. Guía Cívica Conmemorativa 1991, Aguascalientes, Talleres Gráficos del Estado, 1991, pp. 40-41.9. El Sol del Centro, 26 de abril de 1992, p. 11.

10. AGMA, FH, Caja 433, Exp. 3.11. Guadalupe Appendini, Memoria. Homenaje a Jesús Terán, Aguascalientes, Gobierno del Estado de Aguascalientes, 1991, p. 139.12. El Sol del Centro, 24 de agosto de 1952, p. 7.13. Periódico Oficial, 7 de junio de 1959, p. 1.14. Esparza Jiménez, Vicente A., “Los inicios de la aviación en Aguascalientes”, en Boletín del Archivo General Municipal de Aguascalientes, No. 24, Abril-Junio de 2010, p. 25.15. Periódico Oficial, 18 de noviembre de 1990, p. 2.16. Appendini, Memoria. Homenaje a Jesús Terán, p. 177. Guía Cívica Conmemorativa 1991, Aguascalientes, Talleres Gráficos del Estado, 1991, pp. 40-41.17. El Sol del Centro, 26 de abril de 1992, p. 11.

JESÚSTERÁN

Foto. La Jornada Aguascalientes

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¿Quién hace la historia, los hombres o las instituciones? Parto de la pregunta que otros historiadores se han formulado para escribir unas cuantas líneas sobre el gobernante Jesús Terán; un hombre del siglo XIX con fuerte ideario liberal republicano. Cuando fue elegido gobernador del estado de Aguascalientes, el federa- lismo mexicano había pasado ya por varias expresiones históricas: el confedera- lismo (1824-1835), la república centralista (1836-1846), la restauración del federalismo “sin excesos” a partir de 1846 y su marcada tendencia al federalis-mo con fuerte calado liberal que se concretara con la república liberal mexicana de 1857. A lo largo de esos “ensayos del federalismo mexicano” se fueron definiendo ejes rectores en la discusión política de las generaciones que los vivieron. José Ortega y Gasset los llamó: los temas de nuestro tiempo. Para una mayor claridad expositiva, sugiero algunos de los temas del tiempo que le tocó vivir a don Jesús Terán:

1.- Para el primer federalismo o “confederalismo”, la soberanía fue el tema más importante que se discutió tanto en el Congreso General, como en las legislatu-ras estatales; la pregunta de quiénes detentaban la soberanía nacional, ocasionó pronunciamientos, motines, acuerdos, coaliciones, leyes y decretos. La totalidad de las primeras constituciones políticas de las entidades federales (1825-1826), tocan el asunto sobre la soberanía donde se comparte la tesis de que si bien existe una soberanía para la defensa nacional (propia del poder federal), cada estado detenta una porción de soberanía para la administración de sus asuntos internos. El tema ocasionó una disputa constante entre el centro y las regiones (de ahí el carácter confederal de la administración política del territorio nacional en esos primeros años de república).

2.- Hacia el término de esa primera etapa, la soberanía siguió siendo tema funda-mental para gobernantes, escritores y juristas. Sin embargo, la dimensión inter-nacional cobró una gran fuerza, tanto por el reclamo constante de los diplomáti-cos mexicanos porque la nueva nación obtuviera el reconocimiento internacion-al, como por las continuas amenazas tanto de invasión como de secesión. El caso de Texas (1836), replicado por la pérdida de los territorios de Nuevo México, California y la Mesilla durante los diez años subsecuentes, incidieron en la idea de defensa de la soberanía nacional, defensa del territorio, y, consecuentemente, se fue desarrollando un sentimiento de identidad nacional. En 1849 la Academia de San Juan de Letrán publicó la convocatoria para el himno nacional; su prime-ra ejecución, con letra del poeta Francisco González Bocanegra y música de Jaime Nunó, fue escuchada el 15 de septiembre de 1854.

3.- Otro tema relacionado íntimamente con la soberanía, fue el equilibrio de poderes. La condición autonómica que vivieron las intendencias en las últimas décadas del virreinato permitió que se estableciera un fuerte provincialismo que supo recoger con gran inteligencia el pensamiento liberal gaditano de las Cortes de 1810 a través del establecimiento de las diputaciones provinciales. Estas instituciones gozaron de gran poder para la administración de asuntos funda-mentales como recaudación de impuestos, educación, impulso a la industria, el comercio, las artes, entre otras importantes tareas. Esta estructura provincialista fue el prolegómeno de las nuevas entidades federales. Las diputaciones provin-ciales se convirtieron en congresos estatales. En ambas instituciones el proceso

soberanista fue uno de los principales bastiones de sus argumentos. Diputaciones y después legislaturas afirmaban detentar la soberanía. ¿Y los gobernadores? Ese fue uno de los temas que se vivieron sobre todo con la entrada de la república central: tanta soberanía regada por todo el territorio nacional podía provocar su fragmentación. El equilibrio de poderes fue entonces un tema de “necesidad de super-vivencia política” para que la república mantuviera legitimidad y gobernabilidad. La república central se establece para minar los poderes provinciales (estatales y regionales) e ir consolidando un poder central. Leyendo al clásico de Michael Costeloe se advierte el nudo de problemas financieros, fiscales, de guerra, de

Jesús Terán Peredo y los temas políticos de su tiempo

inestabilidad política, de conflictos entre la clase gobernante del mismo grupo de centralistas (véase las disputas entre el Supremo Poder Conservador y José María Tornel). El pretendido progreso y bienestar que se había esperado con el estable- cimiento de las Siete Leyes quedó en entredicho. Las voces y reclamos de los federalistas, desde Yucatán, Tamaulipas, Zacatecas, etc, adquirieron notable presencia a través de pronunciamientos, mo- vilizaciones, opinión pública. Que regresara la Constitución de 1824, esa era la exigencia para volver a la ley y al orden. A partir de 1846 se inicia una nueva etapa del federalismo mexicano, poco estudiada desde la historia regional. En este contexto la historia de Jesús Terán se entreteje con la de un partido de Zacatecas que luchaba por conformarse como una naciente entidad federativa: Aguascalientes; que había luchado por separarse de Zacatecas y lo logró de forma definitiva con la Constitución de 1857. Jesús Terán fue jefe político del Partido de Aguascalientes, de 1855 a 1857 fue nombrado gobernador sustituto (por la muerte de Felipe Cosío), y en 1857 fue electo gobernador constitucional del naciente Estado de Aguascalientes. Terán vivió el ritmo de un Aguascalientes que terminó por constituirse como un Estado. El tema del federalismo fue importante para Terán y los hombres de su tiempo y, en la actualidad se prosigue con su discusión y análisis.

MARIANA TERÁN FUENTES

Doctora en Historia y profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Zacatecas, miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

JESÚSTERÁN

Foto. Mapoteca Universidad de Texas

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HÉCTOR ALFREDO DE VELASCO DÁVILA

Maestro rural, profesor investigador jubilado y becario Chevening del British Council.

Son tres los móviles que me impulsaron a redactar este artículo: la inquietud que generó en mí el comentario sabio de un viejo y distinguido maestro rural mexica-no, quien equiparó a Don Jesús Terán Peredo con el poeta Walt Whitman, en el sentido de que ambos fueron defensores de quienes en su momento preconizaron la democracia en sus respectivos países: el pastor zapoteca, Benito Juárez, y el leñador de Kentucky, Abraham Lincoln. El segundo motivo radica en el afán polémico de contestar uno de los cuestionamientos que esa esfinge chihuahuense llamada José Fuentes Mares formuló respecto de la clasificación -indudablemente inspirada en la filosofía de Martin Heidegger- de héroes auténticos y héroes inauténticos en la historia de México. El último motivo corresponde al ejercicio crítico respecto de la clasifi-cación que el doctor Paul Johnson hace de los héroes y en la cual incluye a profe-tas, guerreros, políticos, filósofos y artistas, pero, por alguna razón que no expli-ca, excluye de su taxonomía a aquellos seres responsables de conducir las relaciones entre los países de manera pacífica; es decir, los diplomáticos. Sin embargo, el mismo doctor Johnson al final de su obra Héroes establece cuatro criterios considerados como sólidos para determinar, disponien-do de las evidencias respectivas, si una persona reúne las características nece-sarias para ser considerado como un héroe. Aquí el término clave es el de indica-dor que se justifica plenamente en su empleo cuando se pretende establecer el perfil de un héroe, conceptuado el perfil como una tabla que indica la extensión o el grado en que una persona exhibe ciertas características que correlacionan estrechamente con conocimientos, habilidades, actitudes y competencias. Tales características corresponden a:

1.- Independencia de criterio sustentada en la duda universal metódica y en el escepticismo.2.- Actuar con decisión y consistencia; es decir, firmeza y determinación en el propósito y congruencia con las convicciones y principios.3.- Actuar con la creencia firme de que lo que se hace es estratégicamente correc-to y moralmente recto.4.- Actuar con energía y eficacia a pesar de las consecuencias que pudieran derivarse de su acción.

Jesús Terán nutrió su carácter firme e independiente a través del uso de la palabra y del pensamiento, del martillo y del buril o escoplo, al ingresar en 1842 a una organización liberal basada en los valores supremos del humanismo, la tolerancia y la fraternidad. Al igual que muchos otros mexicanos célebres, Don Jesús Terán Peredo fue un masón distinguido que supo ser crítico de la sociedad de su tiempo y tuvo la visión necesaria para prever la tormenta que se abatiría sobre el país y dar la voz de alarma, una vez identificadas las áreas de riesgo en que incurría la política patriótica del presidente Benito Juárez. La congruencia de Jesús Terán con sus convicciones y principios la encuentro en la proclama publicada en 1852 cuando los fueros y los privilegios fueron abolidos. Fiel a su ideología liberal como gobernador interino respetó irrestrictamente la libertad de expresión y como reflejo de su convicción huma- nista, reconoció a sus antiguos peones como valor supremo y repartió entre ellos “Hacienda Nueva” que más tarde se convertiría en la primera fábrica de hilados y tejidos. Jesús Terán Peredo actuó con la convicción de que sus acciones eran estratégicamente correctas porque de la lectura de su correspondencia oficial puede concluirse que tuvo siempre en consideración los factores que -según Murray y Grimely, expertos en diplomacia- determinan la estrategia: la geografía, la historia, la religión, la ideología y la cultura, la economía y la organización militar. Razones de espacio me impiden mostrar palmariamente las evidencias que sustentan esta aseveración. Espero hacerlo en fecha posterior, pero según los estudiosos de la diplomacia y la negociación, no obstante que no fue un diplomático de carrera, evitó, hasta donde fue posible, en incurrir en los errores típicos de la diplomacia y la recolección de inteligencia como son: el efecto espejo, la autosatisfacción, el abuso de la analogía histórica, el anclaje analítico y el prejuicio retrospectivo. Jesús Terán Peredo actuó con la energía necesaria para persuadir al barón de Pont de la descabellada aventura en que embarcaron a Maximiliano de Habsburgo. En París tuvo flexibilidad para escuchar a Miguel Miramón en su afán de cambiar de bando y en sus acciones reflejó siempre el patriotismo y la convicción de que tarde o temprano la República triunfaría. Con base en lo anterior concluyo que Jesús Terán Peredo es un héroe auténtico de la diplomacia y de la política de México y que junto con Matías Romero, Cándido Aguilar, Isidro Fabela, Gilberto Bosques, Manuel Tello, Alfonso García Robles y Gonzalo Martínez Corbalá me hacen sentir profunda-mente orgulloso de haber nacido en México.

Jesús Terán PeredoHéroe auténtico de la República

JESÚSTERÁN

Foto. AHEA. Fototeca Fondo Personajes.

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