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169 Francisco Monzón y «el buen dormir»: la interpretación teológica de los sueños en la España del siglo XVI MARÍA JORDÁN ARROYO Cuadernos de Historia Moderna 2001, número 26, 169-184 ISSN: 0214-4018 RESUMEN Los sueños siempre han sido un tema que ha despertado interés general y la Edad Moderna no fue una excepción. Existía entonces la categoría del sueño divino o teolo- gal para referirse a aquellos sueños premonitorios que tenían vigencia y relevancia den- tro del tiempo histórico. Sin embargo, y siguiendo una larga tradición de desconfianza hacia este fenómeno, se cuestionaba la veracidad de la mayoría de éstos, dado a que se pensaba que apuntaba hacia procesos internos del cuerpo, ya fueran físicos o psicoló- gicos. Además, los sueños abrían un espacio propicio para la intervención del demonio. El trabajo del teólogo español, Francisco Monzón hace una recopilación general de las teorías naturales y sobrenaturales que existían para explicar este fenómeno, discutiendo las fuentes clásicas y cristianas que le precedían, pero su obra tiene también un objeti- vo práctico, el delimitar las categorizaciones sobre los sueños y fijar la posición oficial de la Iglesia católica condenando la práctica de la interpretación de los sueños consi- derada entonces como vana superstición. La voluntad de Monzón y de otros teólogos españoles por controlar el mundo onírico y el mundo imaginario queda evidenciada en este trabajo, y manifiesta, a su vez, las limitaciones reales que tuvo dicho esfuerzo. ABSTRACT Dreams provoked considerable interest and uncertainty within the Spanish popu- lation of the Sixteenth century. Physicians, philosophers and theologians all sought to explain dreams and to evaluate their potential for revealing the future or explaining the present. Interpretations ranged from the biological to the diabolic. The Church remained ambivalent about the nature of dreams and their prophetic potential, seeking to control and limit their interpretation, but at the same time having to recognize the biblical record of their potential for devine revelation. In this regard, Avisos Spirituales, the work of the Madrid-born theologian Francisco Monzón (d. 1575) was the only Spanish book of the period exclusively dedicated to sleep, and is particularly interesting as an an orthodox attempt to explain dreams and to serve as a practical guide to the physical act of slee- ping. Drawing on neoplatonic and Aristotelian ideas as well as the theory of the humors,

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Jordan Arroyo; Francisco Monzon y el buen dormir, la interpretacion teologica de los

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    Francisco Monzn y el buen dormir:la interpretacin teolgica de los sueos

    en la Espaa del siglo XVIMARA JORDN ARROYO

    Cuadernos de Historia Moderna2001, nmero 26, 169-184

    ISSN: 0214-4018

    RESUMEN

    Los sueos siempre han sido un tema que ha despertado inters general y la EdadModerna no fue una excepcin. Exista entonces la categora del sueo divino o teolo-gal para referirse a aquellos sueos premonitorios que tenan vigencia y relevancia den-tro del tiempo histrico. Sin embargo, y siguiendo una larga tradicin de desconfianzahacia este fenmeno, se cuestionaba la veracidad de la mayora de stos, dado a que sepensaba que apuntaba hacia procesos internos del cuerpo, ya fueran fsicos o psicol-gicos. Adems, los sueos abran un espacio propicio para la intervencin del demonio.El trabajo del telogo espaol, Francisco Monzn hace una recopilacin general de lasteoras naturales y sobrenaturales que existan para explicar este fenmeno, discutiendolas fuentes clsicas y cristianas que le precedan, pero su obra tiene tambin un objeti-vo prctico, el delimitar las categorizaciones sobre los sueos y fijar la posicin oficialde la Iglesia catlica condenando la prctica de la interpretacin de los sueos consi-derada entonces como vana supersticin. La voluntad de Monzn y de otros telogosespaoles por controlar el mundo onrico y el mundo imaginario queda evidenciada eneste trabajo, y manifiesta, a su vez, las limitaciones reales que tuvo dicho esfuerzo.

    ABSTRACT

    Dreams provoked considerable interest and uncertainty within the Spanish popu-lation of the Sixteenth century. Physicians, philosophers and theologians all sought toexplain dreams and to evaluate their potential for revealing the future or explaining thepresent. Interpretations ranged from the biological to the diabolic. The Church remainedambivalent about the nature of dreams and their prophetic potential, seeking to controland limit their interpretation, but at the same time having to recognize the biblical recordof their potential for devine revelation. In this regard, Avisos Spirituales, the work of theMadrid-born theologian Francisco Monzn (d. 1575) was the only Spanish book of theperiod exclusively dedicated to sleep, and is particularly interesting as an an orthodoxattempt to explain dreams and to serve as a practical guide to the physical act of slee-ping. Drawing on neoplatonic and Aristotelian ideas as well as the theory of the humors,

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    Monzn incorporated various interpretations, but like other contemporary theorists ofdreams, he gave special attention to the possibility of demonic intervention in the act ofdreaming. His work sought to provide Christians with the tools to combat the dangers ofsleep and to warn against a belief in the predictive value of dreams. It represented apost-Tridentine attempt to control the unconscious.

    Para grandes sectores de la sociedad espaola del siglo XVI hubo cierta in-quietud respecto a la confianza que deba depositarse en un fenmeno de na-turaleza universal como lo es el sueo, en tanto imagen presentada dentro delsueo fisiolgico 1. Muchos entendan que las representaciones y mensajes re-cibidos mediante los sueos eran una fuente incuestionable y digna de con-fianza, para los que procuraban buscar claves de interpretacin con la idea detraducir su lenguaje simblico en algo inteligible, otros, pensaban que la ma-yora de los sueos eran reflejos de procesos internos fsico y psquico yexhortaban a no dar crdito a ellos dada la dificultad de discernir las fuentes deprocedencia de stos.

    Esta diversidad de opiniones y de actitudes hacia el fenmeno de los sueosexplica la abundante literatura onrica espaola de este siglo. La consideracinde si los sueos eran causas o signos de las cosas presentes, pasadas o venide-ras comprometi, dentro del panorama especulativo espaol del siglo XVI, a in-telectuales de distintas ramas del saber: telogos, filsofos y mdicos. Desdeuna perspectiva moderna podra decir que stos estaban interesados en el alma,mente y cuerpo, respectivamente, pero para los pensadores del siglo XVI, estoscomponentes no se divorciaban unos de otros. De tal manera, es inevitable en-contrar puntos de contacto e intersecciones de estas tres reas del saber dentrode los obras de la poca 2. Uno de los objetivos principales de estos trabajos eraconsiderar las posibilidades cognoscitivas de este fenmeno, es decir, ver la uti-lidad del sueo como fuente de conocimiento.

    Respecto a la posicin oficial dictaminada por la Iglesia, desde el conciliode Ancira (314) se haba condenado toda adivinacin mediante los sueos, ca-talogndola de una mcula de paganismo dentro de la cultura cristiana. Comobien han sealado otros estudiosos modernos de este tema, los modelos tericosque sirvieron a los estudiosos medievales y renacentistas para evaluar los sue-os tienen una doble herencia: pagana (greco-romana) y bblica 3. Estas tradi-

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    1 Para una discusin sobre las distintas acepciones de la palabra sueo en castellano ver la pri-mera parte del libro de Miguel Avils, Sueos ficticios y lucha ideolgica en el Siglo de Oro. EditoraNacional, Madrid, 1981, pp. 33-35.

    2 Ramn Menndez Pidal seal que dentro de la tradicin mdica espaola exista una fuerteorientacin filosfica. Ver El siglo del Quijote. Religin. Filosofa. Ciencia. Espasa-Calpe, Madrid,1996, pp. 339-247.

    3 Jacques Le Goff, The Medieval Imagination. University of Chicago Press, Chicago, 1988.Jean-Claude Schmitt, The Liminality and Centrality of Dreams in the Medieval West, Dream Cul-tures. Oxford University Press, New York, 1999, pp. 274-287. Algunas estudios de utilidad sobre laposicin de la Iglesia en torno a los sueos son Stephen Kruger, Dreaming in the Middle Ages. Cam-

  • ciones comprenden tanto el encomio hacia el sueo concebido como una va decomunicacin entre el soador y los poderes sobrenaturales, as como la de-gradacin y desconfianza en tanto expresin de las vanidades y ansiedades delos hombres, y en tanto reflejo de mecanismos internos. La valoracin y el sig-nificado histrico concedido a los sueos ha oscilado dentro de este radio deconcepciones.

    Una vez la Iglesia Catlica fue instituida como religin oficial, la jerarquaeclesistica desplaz paulatinamente el sueo a un terreno, primero, incierto ydudoso y, posteriormente, al mbito de lo diablico. Sin embargo, a pesar de losintentos por desacreditar, eliminar y reprimir las prcticas de relatar y de in-terpretar los sueos, stas continuaron vigentes an dentro de las precariascondiciones del siglo XVI, entonces bajo la amenaza del Protestantismo 4. Anteesta realidad, varios representantes de la Iglesia escribieron tratados y avisos,los cuales censuraban abiertamente esta manera de adivinacin, como lacatalogaban, entendiendo que presumir saber el futuro mediante los sueos eravana supersticin y un acercamiento al mundo de lo diablico 5. La considera-cin de los sueos dentro de una dimensin proftica es lo que alarmara, es-pecialmente, a los poderes eclesisticos. Segn la opinin oficial, de ellos se sa-caban ms mentiras que verdades. Adems, las causas de los sueos eranvariadas y, segn la Iglesia, resultaba complejo el proceso de discernimiento delas fuentes de origen, sobre todo, cuando algunas de stas entraban en el terre-no de lo diablico. Deba resultarles poco atractiva la idea de que muchoscreyeran que por este medio podan alcanzar algn conocimiento certero sin,necesariamente, la mediacin de las instituciones religiosas.

    Dada la efervescencia de los fenmenos mstico y visionario durante el si-glo XVI, hubo una consternacin y, por ende, una necesidad imperiosa de esta-blecer cuidadosamente las causas que originaban los sueos. Adems hubo undeseo de delimitar los parmetros de cada una de las tipologas existentes,con la idea de impartir directrices a la hora de calificar dichas experiencias. Es en este contexto en el que la obra del telogo madrileo Francisco Monzn(?-1575) aparece como un importante compendio de todas las ideas concer-

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    bridge University Press, Cambridge, 1992; Marta Fattori, Sogni e temperamenti I sogni del me-dioevo. Tulio Gregory, ed., Edizioni dellAteneo, Roma, 1985; Steven Oberhelman, The Oneirocri-ticon of Achmet: A Medieval Greek and Arabic Tratise on the Interpretation of Dreams. Texas TechUniversity Press, Lubbock, Texas, 1991; Wendy OFlaherty, Dreams, Illusion and Other Realities.University of Chicago Press, Chicago, 1984; S.R.F. Price, The Future of Dreams: From Freud to Ar-temidorus, Past and Present, 113 (1986), pp. 3-37.

    4 Cuando hablo de precariedad, me refiero concretamente al recelo que sentan los miembros de lajerarqua eclesistica por experiencias religiosas que no tomaran en cuenta la autoridad de la Iglesia. Unlibro que pone de manifiesto este clima es el de Francisco de Enzinas, Memorias, Madrid, 1992.

    5 Durante la Edad Media ya la Iglesia Catlica haba establecido que revelar el futuro va los sue-os era un intento de apropiacin de un dominio - el destino - estrictamente divino. No haba tcni-ca humana alguna que pudiera incurrir exitosamente dentro de este terreno. Le Goff, The Medieval,p. 213.

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    nientes a esta temtica. Aunque otros autores espaoles escribieron sobre lossueos, la obra de Monzn es la nica obra del siglo XVI dedicada exclusiva-mente a este asunto.

    Francisco Monzn, destacado telogo y predicador de su tiempo, provenade una familia importante. Estudi en la universidad de Alcal de Henares, ocu-pando all posteriormente la ctedra de Artes y Teologa. Se distingui por suarte oratoria y sus dotes pedaggicas y quizs fueron estas las razones por lasque fue enviado a la corte de Juan III de Portugal en 1535. Establecido en Por-tugal ense en la Universidad de Lisboa, y, una vez fundada en 1537, en la deCoimbra, y sirvi como capelln y predicador de la corte. Actu tambin en va-rias ocasiones como calificador del tribunal inquisitorial en Lisboa 6. Aparte desus responsabilidades pedaggicas, Monzn produjo una serie de publicacionesque caben dentro de los moldes de la literatura religiosa y educativa de lapoca. Entre sus obras pedaggicas ms conocidas est el Libro primero del es-pejo del Prncipe Christiano (Lisboa, 1544) 7. Public tambin obras pastoralescomo Norte de Confesores (Lisboa, 1546), y guas espirituales como Norte deIdiotas (Lisboa, 1563), acompaada sta de Avisos Spirituales que enseancmo el sueo corporal sea provechoso al espritu. Hoy da contamos con laedicin crtica de Pierre Civil de Norte de Idiotas, pero los Avisos Spiritualesnunca han merecido semejante atencin 8.

    Falta entrar en un anlisis pormenorizado de Avisos Spirituales, por tratar-se de una de las fuentes que mejor sintetizan las teoras bblicas, clsicas y pa-trsticas sobre los sueos, pero cuya finalidad rebasa la mera enumeracin dedichas teoras, sino que gracias a su perspectiva didctica y catequtica, quedainsertada tambin dentro de la literatura religiosa de la poca. En este empeo,Monzn traduce un imbricado problema terico en una pragmtica sobre elbuen dormir, mostrando, as, la habilidad de algunos telogos espaoles, deresumir, simplificar, delimitar y compatibilizar las teoras onricas con la vidade un buen cristiano, segn las definiciones prescritas por la Iglesia. En ese sen-tido, su esfuerzo lleva el espritu pragmtico que caracteriz el trabajo de mu-

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    6 Algunos estudios modernos han explorado la obra de Monzn, especialmente sus escritos de te-ologa y sus bien conocidas guas para prncipes. Ver, por ejemplo, Maria de Lurdes C. Fernandes,Francisco de Monzn, capelo e pregador de D. Joao III e de D. Sebastiao, Lusitania Sacra, 2a. se-rie, 3 (1991), pp. 39-70; Francisco de Monzn e a `Princesa Crist, Espiritualidade e corte emPortugal. Instituto de Cultura Portuguesa. Porto, 1993, pp. 109-22; Alvaro do Nascimento Terreiro,Um pedagogo espanhol na corte portuguesa no sculo XVI: Francisco de Monzn e os seus tratadosde educao dos principes (tese doctoral, Universidad Pontfica de Salamanca, 1972, y Pierre Civil,Image et Dvotion Dans LEspagne du XVIe Sicle: Le trait Norte de Ydiotas. Presse de laSorbonne Nouvelle, Pars, 1995, pp. 1-11.

    7 Marcel Bataillon hace unos breves comentarios sobre esta obra. Erasmo y Espaa. Estudios so-bre la historia espiritual del siglo xvi. Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1950, pp. 629-630.Monzn tambin escribi el Libro Segundo del espejo del Prncipe Christiano (c. 1544), y el Espe-jo de la Princesa Christiana (15??). Fernandes incluye en su artculo Francisco de Monzn,pp.61-69, un apndice de el ndice del Libro Segundo.

    8 Civil, Image. Parece que la edicin de Avisos spirituales de Lisboa de 1563 es la nica.

  • chos religiosos en el periodo postridentino. En este caso en particular, Monznacerc a la teologa del miedo hasta las horas de sueo, porque segn la creen-cia general, la noche era el momento idneo de operacin del diablo.

    Avisos Spirituales tiene dos ngulos, uno terico, en el que hace unasimbiosis de las teoras clsicas y patrsticas sobre el sueo, y la segunda, unadimensin prctica y normativa, fuertemente apoyada sobre la experienciadescrita en la literatura hagiogrfica 9. En la misma ofrece un detallado rece-tario de cmo lograr el buen dormir, mediante la inclusin de avisos prc-ticos en los cules se refuerza el ritualismo del catolicismo postridentino 10. Supropsito principal es destacar los efectos nocivos, tanto en el plano fsicocomo moral, del exceso de sueo, ofrecer unos parmetros para evaluar estaexperiencia y, reafirmar la posicin de censura de la Iglesia Catlica respec-to a las prcticas adivinatorias a travs de los sueos. Sobre este particular en-tenda que no hay pecado en el acto de soar si no se le conceda credito niconsentimiento, porque, en sus palabras, Dios no mandava castigar a los quesoavan, sino a los que davan credito a los sueos y eran agoreros11. Con ta-les objetivos en mente, Monzn hace una recopilacin de las teoras onricasaceptadas por la Iglesia Catlica, entra en la discusin de las causas que pro-ducen dicho fenmeno y, de tal manera, se inserta dentro de la discusin fi-losfica, teolgica y mdica sobre el tema y, por ltimo, a tono con la tipolo-ga oficial sobre los sueos, ofrece pistas para distinguir unas experiencias deotras.

    La disposicin prctica del libro se observa desde el prlogo, en el cualMonzn equipara prudencia con trabajo, y ocio con vicio, y utiliza la imagenhomrica del sueo como imagen de la muerte 12. La pereza era una tentacindel demonio, por tanto, la vagancia era un pecado. Hay que tener presenteque la vagancia, adems de ser considerada un pecado, empezaba a ser enfo-cada como un problema social, lo que motiv a muchos tericos espaoles a

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    9 Maria de Lurdes Fernandes enfatiza esta dimensin prctica de las obras sealando que susobras tienen como norte una preocupacin educativa, caracterstico, a su vez, de las dimensiones deaccin pastoral y catequizante que domin a varios sectores de la sociedad portuguesa en el sigloXVI. Francisco de Monzn, p. 59.

    10 Los Avisos Spirituales forma parte del gnero de avisos, cuyos mviles prcticos enfatizan,en este caso, los factores externos - hbitos de dormir o comer - que influyen en la conducta humana.Para otros ejemplos de este gnero ver el libro de Francisco Nez de Oria, Avisos de sanidad detodo los gneros de alimentos. Francisco Canto, Medina del Campo, 1586; tambin Pedro de Val-divia, Avisos de gente recogida. Hieronimo Genoves, Barcelona, 1585.

    11 Monzn, Avisos Spirituales que ensean como el sueo corporal sea provechoso al spiritu.Blavios de Colonia, Lisboa, 1563, f. 48.

    12 La imagen de Homero sobre el sueo como muerte fue utilizada en otros trabajos de la pocacomo el del fray Francisco Nez, Retrato del pecador dormido. Matias Gaft, Salamanca, 1573; el deJuan de Torres, Philosophia moral de prncipes para su buena crianza y govierno y para personas detodos estados. Philip de Iunta y Ivan Varecio, Burgos, 1995, Cp. 1111, pp. 515-16. Torres llama aldormir un dexar de ser, y el de Diego Murillo, Instruccin para ensear la virtud a los prncipesy escala espiritual para la purificacin evanglica. Zaragoza, 1598, p. 71.

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    pronunciarse al respecto 13. Ese inters particular en destacar la importancia dela templanza en el acto de dormir, as como el parangn entre muerte ysueo fueron presentados por otros contemporneos de Monzn, quienes en sustratados de conducta y libros didctico-morales, destacaron las consecuenciasnegativas del sueo desenfrenado 14.

    Esta acepcin tambin fue recogida en mximas tales como mal se des-perdicia lo que durmiendo se consume.15 En el caso especfico de Monzn,su consternacin por este punto responda no slo a que el exceso de sueoimplicaba una distraccin de los fieles de sus responsabilidades religiosas, ensus palabras: quita la promptitud y la habilidad en el spiritu para ocuparse enexercicios spirituales, sino, tambin, que los desvelos desmedidos, causadospor casos de religiosidad hiperblica, abran las posibilidades de accin deldemonio 16.

    Siendo tanto el sueo excesivo como la carencia de sueo fenmenos conconsecuencias negativas, en los planos fsico y moral, haba que atacarlos si-multneamente. En el ltimo caso, es claro que Monzn tena en mente casos alos que parece aludir de una manera general, al mencionar especficamente a losque exageran los ayunos, las vigilias y las mortificaciones y, por ello caen enillusiones y en secretos lazos del demonio17. Entenda que la vigilia era undon. Por todo ello insista en la importancia de tasar el tiempo necesario delsueo.

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    13 A travs de el siglo XVI existi un debate en torno al asunto de la beneficiencia. Las posicio-nes de tericos como Juan Luis Vives, Alejo de Venegas, Domingo de Soto, entre otros, oscilaba en-tre caridad indiscriminada o la tsis paulista de pan como producto del trabajo. Bajo el reinado de Fe-lipe II hubo una mayor accin estatal contra la poblacin flotante de pobres. Ver Antonio SerranoGonzlez, Como lobo entre ovejas. Soberanos y marginados en Bodin, Shakespeare, Vives. Centrode Estudios Constitucionales, Madrid, 1992. Tambin la literatura picaresca problematiza este asun-to, siendo especficamente uno de los temas centrales de el libro de Mateo Alemn Guzmn de Al-farache. Benito Brancaforte, ed. Akal. Madrid, 1996. Los libros de De Torres y de Murillo, ante-riormente mencionados, tambin manejan el tema con un enfoque similiar. De Torres, Philosophia,pp. 503-516; Murillo, Escala espiritual, pp. 711-712. Dentro de la rama del arte visual, por ejemlo, losgrabados y la emblemtica de la poca tambin reflejan la preocupacin por la vagancia. Ver Alciato,Emblemas . Editora Nacional. Madrid, 1975, p. 253.

    14 Durante la poca en cuestin, estaba vigente un discurso sobre la mesura y la templanzacomo ideales de conducta. Cualquier desbalance o desmesura en los hbitos alimenticios o en los h-bitos de dormir poda recabar patologa fsicas o mentales.

    15 Mxima recogida en el libro del padre Juan de Torres, Philosophia, f. 515. En el libro del m-dico Ivn Sorapn de Rieros, Medicina espaola contenida en proverbios vulgares de nuestra lenga.Granada, 1616, existen aforismos comunes que comprometen a los sueos y al ensueo.

    16 Monzn, Avisos, fs.3-5. Esta idea de la posibilidad de accin del demonio sobre los hombresproviene, especialmente, de los doctores de la iglesia, en especial, San Agustn y Santo Toms, yfue seguida por la tradicin catlica. Algunas fuentes espaolas del siglo XVI que manejan esteasunto son Pedro Ciruelo, Reprobacin de las supersticiones y hechiceras. Joyas Bibliogrficas,Toledo, 1952, y Antonio Torquemada, Jardn de las flores curiosas. Clsicos Castalia, Madrid,1982, pp. 246-331.

    17 Monzn, Avisos, f. 4-4v.

  • Apuntaba, sin embargo, que existan unos criterios para evaluar la canti-dad de sueo, tales como la edad, la profesin, el estado civil y el calendarioreligioso. La idea de una medida ideal de la cantidad de sueo necesariapara la preservacin de la salud, ya haba sido sostenida por algunos mdicosgriegos y reafirmada por las autoridades mdicas espaolas del siglo XVI. Tan-to Olivia Sabuco, como los doctores Luis Lobera de Avila e Ivn Sorapn deRieros defendieron las propiedades nutritivas del sueo, pero de la misma for-ma sostuvieron que el exceso de sueo era perjudicial para la salud porque en-gendraba malos humores y enfermedades, produciendo una patologa fisio-lgica 18.

    Ahora bien, qu explicacin ofrece el telogo espaol sobre las causas delsueo en tanto representacin o imagen nocturna? Monzn se atiene a la tipo-loga tradicional del cristianismo medieval de las tres causas: la natural, lademonaca y la revelacin divina 19. En primer lugar, Monzn intenta compa-ginar la concepcin aristotlica del sueo entendido como el acto de dormir y lacondicin psicofsica creada como consecuencia de ese acto, con las ideas ne-oplatnicas y estoicas de los poderes del alma, tiles, especialmente, dentro dela discusin del sueo revelatorio, como veremos ms adelante.

    Sobre el primer punto, retoma la percepcin del sueo de Aristteles, en-tendida como un cese de las funciones sensoriales, sealando que los hom-bres durmiendo quedan iguales que los brutos en el uso del resto de las po-tencias 20. Al explicar el proceso que produce el sueo, tambin sigue alfilsofo estagirita, planteando que todo animal tiene necesidad de comer, ycomiendo ha de digerir los manjares que comio, y como la digestion sehace con el calor natural, suben los humos al cerebro, adonde con la frialdadque all reina se engruesan, y asi se causa el sueo 21. Otra herencia delmundo griego retomada especficamente de la medicina hipocrtica-galnica,fue precisamente, la teora de los temperamentos y la complexin humoral.Segn Monzn, de acuerdo al humor dominante o a la complexin humoraldel sujeto que suea, el sueo asuma ciertas caractersticas determinadas. De

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    18 Oliva Sabuco, Nueva filosofa de la naturaleza del hombre. Editora Nacional, Madrid, 1981,pp. 163-4. Luis Lobera de Avila, Remedio de cuerpos humanos y silva de experiencias y otras cosassimilares. Alcal de Henares, 1542, fs. xii-xiiiv. Ivn Sorapn de Rieros, Medicina espaola conte-nida en proverbios vulgares de nuestra lengua. sin lugar de publicacin, 1616, pp. 61-64. La medicinarenacentista segua la definicin de enfermedad establecida por los mdicos griegos (sobre todo Hi-pcrates y Galeno) como un debalance o discracia humoral causada por un fenmenos externos queincluyen el tipo de dieta, el clima y las pasiones descontroladas. Ver tambin F. David Hoeniger, Me-dicine and Shakespeare in the English Renaissance. Delaware University Press, Newark, DE, 1992,pp. 181-3.

    19 La fuente de informacin que Monzn ofrece al describir esta triloga proviene de Gregorio elGrande, Dilogos (s. vi). En esta obra l haba ampliado las teoras onricas proponiendo seis cate-goras para la clasificacin de los sueos, pero form tres grandes grupos mixtos, los cules tendrnuna gran influencia para los telogos renacentistas. Avisos Spirituales, f. 42.

    20 Monzn, Avisos Spirituales, f. 42.21 Monzn, Avisos Spirituales, fs.6-7.

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    tal modo, los melanclicos soaran cosas tristes, los colricos cosas de fue-go, los sanguneos asuntos de amores y los flemticos cosas de agua y hu-medades 22. Como muchos en su poca, crea en un cierto determinismoonrico de acuerdo a la conformacin humoral, de tal modo. Tambin acep-t que era posible hacer una prognosis y un diagnstico clnico a base de lasrepresentaciones onricas, tarea sta que deba dejarse enteramente en manosde especialistas 23.

    En ese aspecto, sus ideas coinciden con los de la opinin mdica y filos-fica de la poca 24.

    Siguiendo con esta explicacin naturalista reconoci que haba otros fac-tores externos que afectaban los cuerpos y conformaban los sueos tales comolos planetas y la disposicin espacial de los cuerpos a la hora de dormir 25. Sihaba alguna aprobacin unnime del carcter predictivo de los sueos eradentro de este plano natural exclusivamente, para muchos podan hacerse pro-nsticos dentro de los sueos sobre cosas concernientes al tiempo y el cuerpo 26.En realidad el pensamiento filosfico y teolgico predominante aceptaba comoautoridad las teoras mdicas provenientes del mundo griego 27.

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    22 Monzn, f. 43. Ver tambin Juan Baptista Fernndez, Primera parte de las demonstracionescatlicas. Logroo, 1593, p. 224, y Juan de Torres, Philosophia moral, p. 507.

    23 Considerar los sueos como sntomas de afecciones corporales era una idea extendida en laAntiguedad. Ver Tratados Hipocrticos. Editorial Gredos, Madrid, 1983, t. iii, lib. iv Sobre la die-ta.

    24 En lo concerniente a la teora de los humores, Monzn hace varias alusiones directas a Gale-no, Avisos Spirituales, fs. 43; 46v. Otras fuentes que sustentan la misma informacin son Bernardi-no Montaa de Monserrate, Libro de Anatomia. Sebastin Martnez, Valladolid, 1551, fs. cxxii-cx-xiii; Vives, Obras, p. 1226; Ciruelo Rebrobacin, p. 51. La obra del obispo portugus de PortalegreAmador Arraiz tambin discute establece esa relacin entre tipo de sueo y humor predominante.Dilogos, Oficina de Diogo Gomez, Coimbra, 1604, p. 8.

    25 Monzn, Avisos Spirituales, f. 43v. Al discutir las posibilidades predictivas del sueos, el m-dico Bartolom Montaa de Monserrate tambin reconoce que la disposicin del cuerpo y del airepueden afectar el tipo de sueo experimentado. Libro, f. cxxiii.

    26 Montaa de Monserrate explica con detalles como los cambios en la calidad del aire puedenalterar, de acuerdo a stas, la configuracin de las figuras onricas, por ejemplo, si va a llover, algu-nos pueden soar con agua, etc. Esto pasa especialmente en los sujetos que tengan el cerebro calientey seco. Libro, f. cxxiii; Por su parte, Vives acepta que las cualidades del cuerpo tienen las mismascondiciones de lugar y tiempo, afectando, segn l, no slo las representaciones sino la duracin delsueo, Obras. p. 1221. Ciruelo tambin enfatiza la influencia de causas externas dentro de los sueosdebido a las alteraciones del aire, las cuales, a su vez, alteran el cuerpo, mueven los humores y, con-forman los sueos de acuerdo a aqullos. Reprobacin, p. 51.

    27 Segn el estudio de David Hoeniger, para inicios del siglo XVI, los mdico humanistas reco-nocieron en Galeno la autoridad en el campo de la medicina, y muchos compartieron la conviccin deque en dicha disciplina el trabajo de los griegos de la Antigedad era superior a todo lo que se habaescrito por rabes y cristianos durante la Edad Media. Medicine and Shakespeare in the English Re-naissance, pp. 71-81. La explicacin sobrenatural no impidi que algunos mdicos en el siglo XVIcomo Gerolamo Cardano sostuvieran que dentro de condiciones de salud ptimas, el experimentarsueos difanos poda ser un indicio de manifestacin divina. En el caso particular del mdico ita-liano, ste crea firmemente en la existencia de sueos verdicos y celestes. El libro de los sueos.Asociacin espaola de neuropsiquiatra, Madrid, 1999. Ver tambin Gerolamo Cardano, Mi vida.

  • Ahora bien, cmo se forjaban las imgenes onricas? En lo concerniente aeste asunto, Monzn se apoya, una vez ms, en la explicacin aristotlica de lacreacin del ensueo. Segn el filsofo, las apariciones o visiones que ve-mos, son el resultado de movimientos internos creados como producto delproceso nutritivo del cuerpo. Durante dicha fase la imaginacin y la fantasa,partes del cerebro que representan respectivamente los objetos percibidos en to-das las formas posibles y las cosas ausentes segn fueron percibidas, quedan ac-tivas y sin la censura del juicio 28. Monzn no teoriza profundamente sobre esteparticular, pero hace alusiones directas a este proceso al sealar que el excesode sueo trae como secuela el desenfreno de la fantasa y la memoria, ambas lascuales dependen del mundo de la percepcin alcanzada por los sentidos exte-riores. Hay que tener presente que las teoras del cerebro vigentes se apoyabangrandemente en la filosofa aristotlica del alma, la cual se distingua por su hi-lemorfismo, es decir, no separaban al cuerpo y al alma como dos sustancias se-paradas. Esta explicacin result de gran utilidad para los telogos medievalesy renacentistas en su intento de unir el mundo de la vigilia con el del sueo.

    Apoyndose en San Agustn, Monzn resaltaba la necesidad de tener bue-nos pensamientos despierto porque las reliquias que quedan de las cogitacio-nes y pensamientos que tienen despiertos los hombres: son los phantasmasque quedan impressas en la memoria y la fantasia, las cuales en el caso de quefueran buenas y nobles seran agradables a Dios 29. De tal modo, tambin podaexistir culpa y peccados en el dormir. Si los remanentes de la vida diaria de-jaban sus huellas en las apariciones experimentadas en los sueos, una menta-lidad moralista y religiosa como la de Monzn estara interesada en enfatizar laresponsabilidad de llenar con obras y contenidos mentales determinados lavida misma.

    De esta propuesta naturalista de corte catlico, se abran, de acuerdo al pre-dicador, las posibilidades de comunicacin con la entidad divina. De tal modo,

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    Alianza Editorial, Madrid, 1991. Dentro de la tradicin mdica espaola, el valenciano Arnau de Vi-lanova ya haba sostenido que las impresiones recibidas en los sueos eran tanto noticias del almacomo conocimiento sobre el futuro. Vilanova crea en el arte de pronosticar va los sueos y resaltabala labor del mdico en estos menesteres. Vilanova aparece mencionado en la obra escrita, primera-mente, por Jernymo Arraiz, mdico, luego continuada por su hermano, fray Amador Arraiz, Di-logos, Diogo Gomez, Coimbra, 1604. En la misma hay un debate entre Apolonio y Antoco, quienesdiscuten y confrontan las distintas posiciones vigentes en torno a las causas de los sueos. En este tra-bajo se limita el arte del pronstico estrictamente hacia los sueos naturales.

    28 Aristteles, Tratados breves de historia natural pp. 149-160. David Gallop hizo una excelenteedicin crtica de los trabajos de Aristteles sobre los sueos. Ver Aristotle on Sleep and Dreams.Aris & Phillips Ltd. Warminster, 1996. El libro de Montaa de Monserrate define y explica con cui-dado lo que son los sentidos internos, includos la fantasa, la imaginativa y la memoria. Libro, fs.cxv-cxvi. Otros autores espaoles que explican detenidamente este las propiedades del alma son lasdel mdico Juan Huarte de San Juan Examen de ingenios para las ciencias. Guillermo Sers, ed.,Cthedra. Madrid, 1989, pp. 190-2; 336, y las del Vives, Obras, pp. 1173-1177. Tambin el libro deAndrs Velzquez, Libro de la melancola . Hernando Daz. Sevilla, 1585.

    29 Monzn, Avisos Spirituales, f. 5-5v.

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    si uno se ocupaba en buenos y santos pensamientos despierto se haca mere-cedor de los frutos espirituales, como veremos ms adelante. Muchos telogosaceptaban, entonces, las teoras naturales del sueo, pero, en orden a validarcomo divina a la palabra bblica y las experiencias msticas de los santos ca-nonizados, deban dejar la puerta abierta para la justificacin del sueo comomanifestacin divina.

    Los sueos naturales ofrecan un reto tanto para filsofos, mdicos comotelogos porque, segn la opinin de muchos, dentro de ellos podan resolver-se asuntos y problemas de vigilia. Monzn mismo ofreci su propia experien-cia, sealando como pudo solucionar dentro de un sueo un complejo argu-mento de lgica que le haban presentado en la universidad de Alcal deHenares 30. El hecho de que se encontraran soluciones a problemas concretosdespertaba la curiosidad de muchos, lo que condujo a que algunos se plantearanlas posibilidades predictivas de los sueos. La explicacin que present Mon-zn fue que silenciados los sentidos, el entendimiento, est en vela y, con laasistencia de las potencias racionales puede alcanzar una verdad 31.

    Esta descripcin parece corresponder a la causa moral segn fue discutidapor Pedro Ciruelo a principios del siglo XVI en su libro, Tratado en el qual serepruevan todas las supersticiones y hechizeras (1528) 32. Segn ste, por laconcentracin que ponen en las cosas que les conciernen, tanto los hombres deletras como los de negocios estn ms sujetos a tener este tipo de experiencia,puesto que la fantasa est desocupada y desconcentrada de otras percepcionesdurante las horas de sueo. De tal modo, puede haber aciertos sobre lo pa-sado y lo presente.

    A la explicacin naturalista del fenmeno onrico, Monzn aade dos ex-plicaciones sobrenaturales. La primera de ellas es el poder e influjo del demo-nio dentro del alma humana. Como telogo seguidor de la lnea ideolgica dua-lista de la Patrstica, Monzn tiene un especial inters en resaltar esta amenazaen las horas de sueo, dedicndole un importante espacio de discusin en su li-

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    30 Monzn, Avisos Spirituales, f. 37.31 Monzn, Avisos, f. 37. Baptista Ferndez tambien aduca que en los negocios prcticos se de-

    liberaba mejor de noche, Primera parte, p. 223. Vives sealaba que muchas veces soamos con loque hicimos o pensamos el da anterior, ya que la fantasa est fresca y gil, y libre de las perturba-ciones sensoriales, Obras, p. 1224. En cuanto a la opinin mdica el doctor Montaa de Monserratetambin discute si se podan hacer pronsticos en los apuntando que la mayor parte son de cosas quehan pasado por los sentidos exteriores, pero que se quedan archivadas en el cerebro y que, al ser msrecientes, tienen ms fuerza, Libro, f. cxxiii-cxxiiiv.

    32 En esta obra, Ciruelo (cp. 6) discute las tres causas principales de las que provienen los sue-os: la causa natural, la causa moral y la causa teologal. La primera de ellas responde a las repre-sentaciones que tienen segn las alteraciones del cuerpo cuando reposamos, la segunda, responde alos estados psquicos o los pensamientos que se tienen en la mente, y, por ltimo la causa teologal esla revelacin que viene de Dios o de algn ngel bueno o malo. Para poder distinguir la fuente re-velatoria seala que cuando la visin tiene origen divino es clara y augura un bien para la comunidad,mientras que las provienen del diablo aluden a vanidades y carecen de certidumbre en las impresio-nes que dejan.

  • bro. Al demonio le adjudica el poder de servir de agente catalizador del proce-so digestivo y provocar el sueo fisiolgico, as como de conformar imgenesy de transfigurarse en seres celestiales, e inducir pensamientos vanidosos. Laidea del activismo satnico dentro del acaecer cotidiano fue un puntal impor-tante del dogma catlico sostenido principalmente por el cuerpo de ideas agus-tinas y tomistas 33. Segn ellos, el demonio por su naturaleza tiene un conoci-miento superior al de los humanos. Una de sus victorias diarias era crearestados aletargados o somnferos durante las actividades religiosas e invitar a ladestemplanza en el comer y dormir con el propsito de estorbar las buenasobras. Sobre este particular Monzn pareca levantar su saa contra aqullosque prestaban sus odos a las cosas mundanas, pero se dorman durante los ser-mones de misa, sealando, es pecado dormirse por negligencia en el tiempoque es necesario hacer buena obra 34. Como se desprende de este ejemplo, endeterminadas circunstancias el sueo fsico era visto como una tentacin ycomo un pecado.

    Adems del poder de adormecer y provocar el sueo, el demonio tena elpoder de mover la fantasa, induciendo a falsas visiones, como era el caso de lasbrujas 35. Esta opinin fue confrontada entonces por muchos que, como el m-dico navarro Juan Huarte de San Juan, rechazaban el argumento teolgico deldon proftico del demonio y cuestionaban la capacidad de ste como hacedorde imgenes, ofreciendo una explicacin estrictamente naturalista del fenme-no en cuestin 36. Aunque esta postura fuera vista con escepticismo tanto por fi-

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    33 San Agustn, Obras de San Agustn. Biblioteca de Autores Espaoles, Madrid, 1956), pp. 353-4; Toms de Aquino, Suma teolgica. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1959, pp. 853-7;863-5. Sobre este particular la obra de Martn del Ro, La magia demoniaca. Jess Moya, ed. Hipe-rin, Madrid, 1991, es muy importante. Para relatos llenos de colorido sobre las acciones del demo-nio ver sobre todo el tratado tercero del libro de Torquemada.

    34 Monzn, Avisos Spirituales, fs. 11v-14v. Expone el caso concreto de unos feligreses que dor-man durante la homila y, sbitamente, despertaron al escuchar el relato de una fbula, queriendo en-fatizar con esto el desagrado que le creaba el que la gente estuviera tan vida de conocer las cosasmundanas, mientras mostraba indiferencia ante los sermones de los curas. Aunque los ejemplos queutiliza como paradigmas negativos provienen de relatos de santos o de casos bblicos, no puede des-cartarse que Monzn no estuviera reaccionando a casos concretos de este tipo, a los cuales se en-frent, seguramente, en su larga experiencia como predicador.

    35 Monzn se inserta dentro del debate sobre brujera favoreciendo la quema de las brujas, porentender que stas haban sido engaadas, en espritu, por el demonio. Avisos Spirituales, f.43v-44v.Para una buena sntesis sobre las diferentes posturas respecto al tema de la brujera, Pedro de Va-lencia, Acerca de los cuentos de las bruxas, A.H.N. Inquisicin, libro 1231, fs. 608-629. Para labrujera en Espaa ver C. Lisn Tolosana, Brujera, estructura social y simbolismo en Galicia.Akal, Madrid, 1979; Demonios y exorcismos en los Siglos de Oro, Akal, Madrid, 1990.

    36 Huarte de San Juan entenda que la desigualdad del calor natural poda mover el entendimientoy, crear casos de elocuencia o inteligencia excepcionales, y defenda las posibilidades gnoseolgicasdel nima racional humana. Examen de ingenios, pp. 305-320. Con menos escepticismo pero conciertas reservas sobre el alcance de las operaciones del demonio en el mundo, Pedro de Valencia eraun fiel creyente de que la mayora de las historias de brujas eran imaginaciones o ficciones de la gen-te, creadas, en algunos casos, por causa de la melancola. Pedro de Valencia, Acerca de los cuentosde las brujas, (AHN, Inquisicin libro 1231) fs. 616-17, 621-26v. entenda que aceptar tal vigencia-

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    lsofos como por los mdicos de la poca, todava era una idea corriente dentrode crculos religiosos. Esta capacidad del diablo de transformarse en ngel deluz trastornando la fantasa fue enfatizada insistentemente por muchos telo-gos espaoles durante todo el siglo XVI. Algunos de los exponentes principalesde esta idea aplicada directamente al tema de los sueos lo fueron Pedro Ci-ruelo, Martn Del Ro y, posteriormente, Juan Horozco y Covarrubias 37.

    Para ellos, as como para Monzn, el demonio era un pintor del mundoimaginario que andaba causando estragos dentro del mbito espaol, habaentonces que ponerles un bozal a todos aquellos maestros de maldad que an-duvieran soando hecatombes. Adems, la encarnacin del mal poda mani-pular las cosas corporales, moviendo inclusive, las cosas reservadas en la me-moria, en el orden en que su voluntad dictaminara 38. Se observa un afn depresentar el sueo como una ocasin de tentacin y de pecado, en la que que-dan enlazados el mundo real y el mundo onrico. Relacin constante y tensa en-tre la tica del individuo dentro del mundo de la vigilia y sus posibilidades den-tro del mundo del ensueo. Como maestro espiritual, Monzn se propusootorgar armas espirituales a los cristianos antes del acto de dormir.

    Si las posibilidades de caer en las garras demonacas eran tan grandes,cmo enfrentarse cotidianamente al poder del demonio? Con espritu dogm-tico Monzn planteaba que la propensin a tal cada incrementaba cuando laspersonas se apartaban de las oraciones mentales. No dud entonces en ofre-cer un detallado recetario prctico para enfrentar la batalla campal contra elenemigo, inspirado principalmente en los relatos de santos. El mismo constabade ritos religiosos, tales como la persignacin, la invocacin al ngel de la guar-dia, un calendario semanal de oraciones, posturas idneas o decentes, elexamen de conciencia, la confesin, la comunin, el uso de crucifijos, la me-ditacin en la Pasin, y hasta la mortificacin 39. Todo buen cristiano deba vi-vir e ir al sueo con el sentimiento escatolgico en mente. Si bien, la figura de-monaca estaba al acecho, la Iglesia en tanto institucin ofreca las herramientasespirituales para espantar dicho mal. Cumplir con esas prescripciones era, en-tonces, una responsabilidad de todo buen cristiano. De tal modo, Monznofreca pautas al unsono para el buen vivir y el buen dormir. Nueva-mente, vigilia y sueo quedaban hermanados.

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    del demonio era comprometer la misericordia de Dios. El artculo de Maureen Flynn, Taming An-ges Daughters. New Treatment for Emotional Problems in Renaissance Spain, Renaissance Quar-terly, otoo, 1998, n. 3, pp. 864-886, explica las premisas psicolgicas de la moralidad renacentista,los telogos de la iglesia aceptaron que dentro de las motivaciones del pecado y de la conducta hu-mana en general, existan consideraciones mentales internas e involuntarias.

    37 Ciruelo, Reprobacin; Martn de Castaega, Tratado de las supersticiones y Hechiceras[1529]. Sociedad de Biblifilos Espaoles, Madrid, 1946; Martn del Ro, La magia demonaca. (li-bro II de las Disquisiciones mgicas) [1599], Hiperin, Madrid, 1991); Juan Horozco y Covarrubias,Verdadera y falsa propheca, Juan de la Cuesta, Segovia, 1588.

    38 Monzn, Avisos Spirituales, f. 43v.39 Monzn, Avisos Spirituales, ver los caps. vi, vii, viii y xix.

  • La otra causa sobrenatural que discute es la conformacin de sueos comorevelacin divina. De fuentes clsicas toma la concepcin estoica y neoplat-nica de los poderes divinos del alma: durmiendo el cuerpo vela el espritu yse adquiera el don del entendimiento. Ahora bien, esta cualidad mstica delalma estaba restringida, en la prctica, a los seguidores del dogma de la IglesiaCatlica, amn de que Monzn tena un convencimiento meridiano de quepor la miseria de los tiempos peligrosos en que viva, no salan a la luz lasventajas espirituales en las que de principio l crea 40. Si el don proftico es-caseaba era gracias a una racha de recesin espiritual que se viva en aquellostiempos. Pero esa actitud crtica y escptica ante el sueo proftico fue matizadacon una propuesta prctica. La sabidura divina era concedida exclusiva y se-lectivamente dentro de la comunidad cristiana para aqullos que se ajustaran alos requerimientos ideolgicos y sociales de la Iglesia. Monzn sealaba quelos fieles podan hacerse merecedores de algn misterio celestial, siempre ycuando cumplieran con los avisos y los ejercicios espirituales por l sugeri-dos 41. Esto inclua tambin seguir los consejos dietticos ofrecidos desde la An-tigedad y sostenidos por muchos mdicos en el siglo XVI 42. En este aspecto,Monzn rene los consejos de la medicina clsica con las exigencias morales yritualistas de la iglesia postridentina, dentro de las cuales quedaban includas ladisposicin y compostura del cuerpo en la cama 43. La moderacin en las horasde sueo y en el rgimen diettico y la obediencia a la tica y la prctica cris-tiana abran las posibilidades de entendimiento dentro del sueo natural, ascomo las posibilidades de recibir un sueo teologal. Monzn deja claro que lamayora de estos sueos divinos se logran por fabor especial de la divina gra-cia, pero seala que tambin puede el hombre disponerse para que Dios selos de, mediante oraciones, tales como el Padre Nuestro 44. Pese a las cortapi-sas y restricciones que Francisco Monzn trata de imponerle a los sueos entanto fenmeno con potencial de ofrecer un conocimiento superior al ordinario,es claro que l est convencido de que con ciertos hbitos, honestas splicas y,

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    40 Monzn, Avisos Spirituales, f. 2v.41 Monzn, Avisos Spirituales, cap. x1.42 Monzn habla de la importancia de la disposicin de los cuerpos para no perturbar el alma. Al

    abordar este asunto, l refleja cierto conocimiento de los consejos de la Antiguedad, en particularmenciona las advertencias de los pitagricos, quienes entendan que la habas, por ejemplo, causabanhinchazn. Monzn, Avisos Spirituales, f. 38. Uno de los consejos mdicos para lograr un sueo sa-ludable, aumentar el ingenio y alagar la vida era disminuir las cenas de noche. O. Sabuco, Nueva Fi-losofa, p. 164.

    43 Monzn crea que ciertas posturas especficas conducan a sueos deshonestos, porque pro-vocaban rebeliones de la carne. Haba que evitar a toda costa los deleytes carnales. Lo mismopensaba del dormir desnudo. Avisos Spirituales, fs. 31v-34.

    44 Monzn, Avisos Spirituales, f. 39. Vives tambin reconoci que haba sueos de origen ce-lestial o bienaventurados. Entenda que estos sobrevenan para avisar sobre un beneficio pblico,Obras, p. 1226. Un estudio moderno que hace referencia a ciertas prcticas de incubacin religio-sas durante el siglo XVI y XVII lo encontramos en Peter Burke, The Cultural History of Dreams,The Varieties of Cultural History. Cornell University Press, Ithaca, 1997), 23-42.

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    claro est, con la religin que l entenda verdadera de la mano, se poda llegara merecer el sueo santo. Claro est, esta apertura es nuevamente nivelada aladvertir que las oraciones peticionales no siempre tienen los efectos deseados,ya que dependen tanto de la voluntad divina como de la fe y sinceridad de lagente 45.

    A la hora de distinguir los sueos, cuando stos son naturales, formados porel entendimiento o reflejo del estado del cuerpo, o cuando provienen de causassobrenaturales, sean stas, tentaciones demonacas o misivas divinas, el predi-cador espaol asume una actitud ms cautelosa, al reconocer que ste es el reams espinosa de su trabajo, lo que no le impide detenerse en la consideracinde diversos tipos de visiones onricas. Apoyado en el telogo francs y cancillerde la universidad de Paris Jean Gerson (1363-1429), quien ofreci las directri-ces de como calificar tanto los sueos como las visiones, Monzn indic queeste es el pasaje ms oscuro y el apartado ms difcil de su teologa 46. Plantea-ba, sin embargo, que logr hacerse un perito en la materia gracias a la asisten-cia de los sanctos doctores. Segn se desprende de sus avisos, los sueos dis-paratados son naturales y causados por los humores creados en el procesodigestivo; stos, claro est, deben ser ignorados. Los sueos ordenados y co-herentes que tratan cosas naturales son tambin resultado de una causa natural,pero aade que stos pueden ser una mezcla de sueo natural y sobrenatural,poniendo el sueo de Nabucodonosor como ejemplo.

    Ya desde la Edad Media tanto Gregorio el Grande como Isidoro de Sevilla,haban insistido en la complejidad interpretativa de este asunto, aduciendoque existan categoras onricas mixtas, mezcla de reflexin e ilusin o reflexiny revelacin 47. El telogo espaol reconoce lo intrincado de este asunto e ins-ta a tener mucha discrecin en juzgar la coherencia como un rasgo indiscutiblede revelacin. Sealaba tambin que esta claridad puede ser, simplemente,una presentacin de remanentes de pensamientos diurnos y un reflejo de que noreinaban malos humores en el cuerpo. Es decir, servan a los mdicos de en-tonces como un indicador de la buena condicin fsica de sus pacientes. Tam-bin y, segn su parecer, un enfermo poda dar mediante el descanso con sucura, pero admiti que esto requera gran conocimiento y era un rea en el queera fcil incurrir en supersticin 48. La persistencia de un sueo ordenado y cla-

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    45 Monzn, Avisos Spirituales, f. 51v. La parte final de su libro est dedicada a suplir un con-junto de oraciones para lograr el buen sueo corporal y espiritual, y tambin incluye algunas ora-ciones matutinas de agradecimiento por el reposo nocturno.

    46 Jean Gerson, Early Works. Brian Patrick McGuire, ed. y trad. Paulist Press, New York,1998). pp. 334-364.

    47 Para Gregorio el Grande ver la sntesis hecha por Le Goff en The Medieval Imagination y ellibro de San Isidoro de Sevilla, El libro 2 y 3 de las Sentencias. Juan Oteo Uruuela, trad. Sevilla,1991, pp. 77-79.

    48 Monzn, Avisos Spirituales, fs. 46-47v. Vives habla de que una condicin fsica impecable, re-dunda en una pureza de la sangre, lo que, a su vez, determina la claridad de las imgenes onricas,Obras, 1224. Sobre Gerson, ver William Christian, Apparitions in Late Medieval and Renaissance

  • ro cuya fuente de origen fuera dudosa tambin recibi la atencin del telogopara la cual sugiri acogerse a la oracin como nica forma de clarificar esteasunto 49. En lo que se refiere a los sueos que provienen del demonio, seala,sin ambages, que son todos aqullos que estn en contra de la fe catlica, ydice: todos aquellos sueos que nos propusieran algo contra nuestra sancta feecatholica, ansi de lo que esta en la Sagrada Scriptura, como de lo que por lasancta madre Iglesia est declarado que se debe tener cierto que son illusionesy engaos del demonio 50. De tal modo, Monzn cierra el crculo de posibili-dades para los soadores y profetas que militaran fuera de los cauces dogmti-cos de la Iglesia Catlica. Sin embargo, si los contenidos de los sueos res-pondan al dogma catlica y se distinguan por su claridad y certeza, entoncespodran ser inspiraciones divinas, provenientes o, directamente de Dios, o pormedio de los mensajeros celestes, los ngeles. Curiosamente, Monzn tambindej un espacio para las apariciones en sueos de los familiares o amigosmuertos, aconsejando, nuevamente, rogar por el estado de sus almas 51. Pero, re-cordaba insistentemente que dada la dificultad de discenir las fuentes de origende los sueos, instaba a que se hiciera caso omiso de ellos. Podramos concluirque Monzn se atiene a la tipologa medieval de los sueos, tambin sustenta-da por otros telogos espaoles durante el siglo XVI. En este sentido su obraadolece de originalidad, pues no aporta nada nuevo en lo que a las teoras desueos se refiere. En su caso particular, hace referencia a la clasificacin hechapor Gregorio el Grande, ya que ste telogo haba llevado al sueo a un terrenoincierto. Conforme a las directrices de la Iglesia, Monzn tambin desconfi deeste medio como una va de conocimiento, aconsejando a no dar crdito a lasmisivas onricas. Planteaba que, y cito: en la yglesia catholica no ay tales in-terpretadores de sueos, antes por ley divina estan prohibidos, y las leyes hu-manas mandan castigar a estos tales adevinos. Esta aseveracin tiene un carizamonestatorio en la cual se refleja la mano calificadora del miembro del SantoOficio. Su intencin parece responder a un deseo de impartirle directrices cla-ras a los clrigos, ya fuera para que stos no incurrieran en estas prcticas y/opara que impartieran las enseanzas correctas a los feligreses.

    A pesar de los intentos por desalentar a la gente para que no incurrieran en laprctica de la oniromancia y no dieran crdito a sus sueos, stas costumbrescontinuaron vigentes, an dentro de las condiciones represivas de el periodocontrareformista 52. El trabajo de Francisco Monzn sirve como una evidencia

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    Spain. Princeton University Press, Princeton, 1981, pp. 192-194; Paschal Boland, The Concept ofDiscretio Spirituum in Johannes Gersons De Probatione Spirituum and De Distictione VerarumVisionum A Falsis. Washington, D.C., 1959.

    49 Monzn, Avisos Spirituales, f. 49-49v.50 Monzn, Avisos Spirituales, fs. 47-8.51 Monzn, Avisos Spirituales, 49v.52 Algunos ejemplos de soadores del fines del siglo XVI procesados por el tribunal de Toledo,

    ver Juan Maldonado (AHN, Inq. leg. 114, exp. 11); Juan Garca (AHN, Inq. leg. 114, exp. 7); Juana

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    ms de la existencia de este fenmeno, as como de la voluntad oficial de con-trolarlo. Sobre este particular, l sealaba que no puede aver pecado en el(sueo), si no se le diera credito ni consentimiento, que Dios no mandava casti-gar a los que sonavan, sino a los que davan credito a los sueos, y eran agore-ros. Era esa acepcin del sueo como augurio y adivinacin lo que le inquiettanto a l como a otros telogos de su tiempo. En el fondo exista un problema depoder, de quines deban detentar la palabra y arrogarse un conocimiento divino.Al estar validado culturalmente el sueo teologal, y al multiplicarse el fenmenovisionario, los telogos tuvieron la necesidad de seguir teorizando y fijando los l-mites de un fenmeno, cuya fascinacin segua cautivando a muchos.

    El carcter especial y distintivo de esta obra, en tanto parte importante de laliteratura onrica, estriba en haberle impartido a su discurso un tono vivaz yalarmista, tpico de los telogos en el periodo postridentino. Adems la finali-dad pragmtica y didctica de esta obra queda evidenciada en el esquema or-ganizativo que utiliza, en el cual quedan includos, el aviso y el ejemplo, re-cursos que sirven para dar la normativa y el consejo doctrinal, y el adorno quesirve para sustentar el argumento, respectivamente; elementos explotados porlos predicadores y los tratadistas ascticos 53. La disposicin pedaggica del te-logo puede percibirse tambin en el condicionamiento doctrinal y moralista decada una de las categoras onricas discutidas. Podramos decir que el teorizarsobre los sueos, destacando los peligros que le acompaaban, y, por tanto,acercando este acaecer nocturno al mundo de la hereja, le brind a Francis-co Monzn la ocasin propicia para cumplir con su agenda doctrinal y cate-qutica. Quede esta obra como un testimonio ms de la voluntad controladorade los telogos de esa poca, expresado en este caso, con este gesto de intro-misin en la privacidad del lecho, y, ms que nada, con ese deseo de fiscalizarla independencia del alma durante el tiempo de reposo.

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    Baptista (AHN, Inq. leg. 114, exp. 9). El caso ms famoso es el de Lucrecia de Len. Ver, RichardKagan, Lucrecias Dreams. Johns Hopkins University Press, Baltimore, 1990; y Mara V. JordnArroyo, Nascer un romero en vuestras casas, Retrica y imaginacin en los sueos y profecas deuna madrilea en el siglo xvi. tesis de doctorado, Universidad de Minnesota, 1998.

    53 Flix Herrero Salgado, La oratoria sagrada en los siglos XVI Y XVII, Fundacin universitaria es-paola, Madrid, 1998, pp. 239-242.