josep fontana- la historia despues del fin de la historia

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CRÍTICA [osep Fontana LA HISTORIA DESPUÉS DEL FIN DE LA HISTORIA

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Page 1: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

CRÍTICA

[osep Fontana

LA HISTORIADESPUÉS DEL FINDE LA HISTORIA

Page 2: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

"""'- - - - -- --

JOSEP FONTANA

LA HISTORIA DESPUÉS DELFIN DE LA HISTORIA

Hetlexiones acerca de la situación actualde la ciencia histórica

CRíTICA

~'"""

Page 3: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

t.I p....m. 00.. na U<lo .~¡"~a ""'~¡u". a)1lJa de la Di,ecc.oo Grnorol "'1~Lb", Y ~jb¡; "'o<u del Mjni"."" ~. Cu:'"ro.

'.

Que<lu n.,.m..__ct,...,..._ ....Ia_"""''" '" 1M u <Ulamr <Id"""nikI. balO'" ,,_ ..m i ¡" " m la> 1<><0. la f<lltOd_1OUll o~ ole.... .... _ <ll&Iqwn" _ o --...- """P«"""" lo "'.~11Ii.1 , .. tn.tam_ ..1"...1><0. • lo Jrm1_ de """pW" de <ila.......... alqud« o _ p<o/IljoI>L

C_ Eono Sano<e \991: J_ -..... U<uo._

l:.I\Il LX lo__~ E. ¡>a4.0 . Am<nca:

C ll.ITlC A lGnjolbo C-..:iol. S.A.). At>¡Q. 111. 0II0l1 _lSII", ""- :02J.161"DcpOauo lq.aI: 8- JS.JJ6.19'nlmp........ E>poAa19\1l._"oY~RÁf I K. "",,,,.t.n. 11'. OIOI~_

¿El fin ele la historia? ¿O tal vez el de la ciencia históri­

ca? En el primer sentido. esta expresión se ha pu~tO demoda como ccnsecuencia de W1 articu lo de Francis Fu ku­yama publicado en 1989. cuya fama se debe ame todo ala orquestaeión que para su o:1itusión organizó la Jc bu :\1.Olio Foundation. una insutuci óu nonearcerícana que in ­viene an ualmente millones de dotares para favorecer unviraje a la derecha en la enseñanza de las ciencias secta­les.' Reconven ido posteriormeme en un libro. su amplifi·cación ha servido para poner rruU en evidencia su vacíe­dad: se trata nmptemenre de una reetaeorací ón mas de latesis de HeSel que ccmem plaba ..el mundo gennáuioo ylas instituciones que comprende el estado europeo moderono como el fin de la historia ..;' viejas ideas reciclac1a.s re-

1 E1ott><l1loonJlaal -'OO ..... -*"'>de 1'mI .. 1M..._ ' . ...>f:n: 1.1~...... lO " 'h· · m 0..-. 1 ,.... de 19\1:11. PI'- !~_j16

Sobtt I0Il ooí Yla .fIe· """'O. r1< _ l. """*<. .DoIIan lo.-_ ..-n TIlo.'01_, 1de de 19901. pp. 12-10. IL>. h,'"'_• Q... _ mIcto. 1.1 """ flDAD<i.l o Fno;oi> fo:<t. d<t 1' "0- "" 1.1 ~_f_.__" ,,)O "" ....... !ll_ ole __)Comoen LX tsp<ror. ..... 1.1 JI'''''i<M'<I = bo<Io. d libro de h h _ loo lIdo> "oida._ _ 01-"'>1~ PI-.. 19'Jl}.

1. Lu _ rlo Hfsoi. .. '<lo' .. """'"' ,-.."*-tiadol dvotooltoUOI·)<j()j, .. _ _ to<!o m loo 1 ""~_ ... 1<I ~ut""".

La_ _ .. _. do Ro.- ........Hqft. ....~ ~ Chlo<d. 1lIo<. -~ eU. l....ll2. pp. 13l·2..Ia.

Page 4: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

l. La prir-. <1,," dO AIaDIt_ .Po\>,...." H<ad..,.. lO _ . _'ono . <ti l h. /'o. .. l~ 11"",. ... o[ fl<x>u 116 <le "'... " ... 1m), PfI- 1·13: la"'lJUncio. d. Jolln D\J n". "l. 'h.11atc 01~"jtio" •• 'n 11...... Li""ry So,,"~'"• • , (2~ <Ie.brtI de 1992). p. 6-

~_ En H j:¡' <KY T""". labnl .... 19'11 ), Do>óe """'octiI do: 1992_ .~ ""'" d ' ,~ ... iiaD""' .... ' m _ l>4"fIi-_ ",Hill,_ ...do~._la olo""~_1'O'""'_<le~__ Iaoa<l< ""' ''''''i 1 ' ~ ......_

.l.- <le <leo"..... po< Iou ...."""""""'__-....

petidamente desde que Kojé'.'e las volvió a poner en circu­lad ón en los años trein ta, mezcladas ah ora con gotas de:-.IiCI 1.Sche pa ra componer lo que se ha calificado de «librode rezos hegeliano» pa ra el conservadurismo noneameri·cano, mientras un critico se pregunta: .. ~Por qué un a obrade tan evidente mediocridad ha obtenido tanta atenciónpública? ... ¿Por qué un editor ha podido emplear tantaenergía y capital para lanzar un libro tan pueril ~ de tanescaso imerés?>•.'

En el segundo semído c-o, cuando menos. en unafor.ma ami:rigua que Ull"pliea el-primero y, sobre todo. elsegundo-oenccmramos.Ia espresí ón como titulo de unasecuencia de aniculos pub iicados en la mista br:iIanic.aHil".tory Today, que se inició con uno de Christopher HiIl titula­do ,, ¡,Funerales prematuros?», donde. refiriéndose 11. tópicoscomo «la muerte del marxismo» o «el fin dela historia»,a finnaba que .. tal vez los habiwnes del T= Mundo noestén tan seguros de que la historia se ha}'ll acabado...•

Las refieltiones que expongn en este pequeño vorumenno tienen la pretensión de resolver el problema -o, roe·joníos pro blemas-e, sino que aspira n. simplemente, a eyu­dar a q uienes se interesan por el estudio de la historia. ymuy en especial a quienes se ded ican a su ense ñanza, a

9EL ns DE LA HISTORIA

orie ntarse en el Iabe rtntc de corrientes que ha venido areemplazar aquel mapa tan claro de nuestro terri to rio quehace pocos años solla dividirse en dos o tres cont inentes:1a hísrorta te marnsla .., la académica co nservadora y algu­na supuesta «tercera via» , como la escud a <;le Ias.~ "na/es.

El punto de pa rtida de esta reflexi ón debe ser el traca­so de las expectativas que se habian de positado en formaselementales y catequisticas del marxismo como alte rnati­va a la enseñanza y la investigación tradicionales. A quie ­nes piensan que este es. simpiemente, una consecuencia delhundimiemo politi<:o y económico de los paises del Esteeuropeo y de la Unión Sovi éuca -cestc es. a quienes con ­funden el cuno de la histOriacon el de la ciencia lti5uirica-,les conviene recordar que ya hace mucho que quienes no sdedicamos a enseñar habíamos descubierto, por nu estracuenta, que reemplazar la vieja histo ria de rece s y batallaspor la no-tan-nueva de los modos de producció n no noshabia permiudc mejorar y hacer más vivo nuestro t raba­jo. aproxi mándolo a 10$ prob lemas reales de los alumnosy de su medio, ~. que nos estábamos planteando eStOS pro­blemas mucho a ntes de que se produjera la reciente olea­da «revisionista».

No entraré ah ora en el análisis d e las razo nes que ex.plican el triunfo, primero. y el previsible hundimleuw. ¿es·pués, del «marxismo catequístico», porque lo Que me pro­pongo es, precísameore. examinar Qué ha pasado despuésdel jif4' por lo cual comenzaré a partir del mismo fraca -

l. 00Ul0 .- pO< <laa.ili<iodo Ialuc:ba ...__ ~"" w.-.-_od 1 _<lr t,l _h _""'L ...,..,....,""IOQo__ 1 _ro _ don'-' <CoDo .. 11.- """.rolz>lDI>_.

---------~.

LA HlSTOlUA DESPUEs DEL nx DE LA WSTOlUA8

Page 5: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

IIEL FIN DE LA HISTORIA

cua l viene a ser exacta mente lo co ntrario de lo que hadanlos cultivadores de nuestro «marxismo ortodoxo», que hu­bieran denunciado al Marx de lSi 9 como un vulgar posi­tivista .

ESle pseudomarxísmo - para entendem os emplearé enlo sucesivo «marxismo .. y «marxista» pa ra referirme a es­tas formas escolásticas, y «marxlano» y «marxismo criti­co» para el pensamiento personal de Marx y para aquellastendencias Que lo reflejan mis fielmente-, que ha sido de­nunciado por su reducción al «cienu ñsmo»," implicabauna utilización petrificada. tosíjízadora, de los conceptosmarxianos (COn trecuenc ía de la simple !erminologia, y nosiempre bien entendida)que se ha calificado corno una for­ma de Ietietusmo, reclamando la vu elta a uoa considera­ción «hinónca» de los conceptos, q ue es la propia deMarx.' cuya capacidad para repensar y conegir los esque­mas. incluso algunos que seconsideran erroneameme comointe¡rantes de una. parte fija)" esencial de su «sistema..,resulta evidente del CSludio de sus reñecc nes sobre ..e1 casoruso.... Que nos permite advertir que posiblemente hab iasuperado la visión unilineal de la historia que el «marxis­mo .. posterior codificó en la sucesión única de le» modosde producción.

7, v..... pX.~ Fnocio;o~a-.COIO,n_ .lO <nt>-al thI ...~~. _l'I&lI+io i EdioonI de la t:ai><ni·l&t el< au-.. 1"".

l . ~ ........ fllot._ o/""nod""" llw ."" i~fot,tOtl>llO"-f '"A,,__" "'. o..Io<d. Bto<h.dl, 1m. PI'- ¡u.-¡ ' 9.

9 v..... ,.,.". el apláldioIo b\ln>01< __ Sbani!I, «l.• L"" .",~X

_I~/1_ "'1lrX _ 1M 'P""'~" "".'" c.opudI...... U>ooi=, _.IoN..ud~ PI,,~ 1'144 lb..- ttad. I;S$I..; El '\/.vx 1<Ndl'> T '" ...., ""'" .\-l • •4rid. _. ¡_ l.

\0 , ya que ha sido el descrédito de unos esquemas elemen­tales Que prc pcrcicnaban a muchos historiadores un mar­co de referencia para situar su trabajo lo Que ha cond uci­do al estado de desorient ación presetne.

No se había llegado entre nosotros a extremos de sus­pensión del senti do común co mo el de Abimacl Guzmán ,el llam ado «presidente GOluaJO» de Sendero Luminoso.Quien, según me contaban Quiene. hab ían sido sus díscí­puros en la Universidad de Hu amanga. en Ayacucho, lesenseftaba Que no habían de preocuparse por resolver inte­lectualmente ningun problema Que se les pla.nteaSe,.inclu­so en su vida cotidiana, puesto Que leyendo atentamentelas ob ras de ....tarx. Engels, Lenin, Stalin y Mao k -lUngencontrarían en algún lugar la respuesta que necesitaban .

Pero si esto resulta grotesco. Y puede tranquilizarnosno haber llegado a tanto. co nviene 00 echar en oívídc.queprácticas Que se consideraban no rmales y admitidas entrenosotros, como las discusiones escolistica.s acercade la re­vorcccn burguesa - un concepto, por cíerto, Que no se ha­llará como tal en las obras de ....Iarx , y Que procede de loselementos con que la historicgraña burguesa del siglo XIX

qu iso componer una legitimación de la socicdad que esta­ba cons truyendo-e. nacen de la misma raíz y son igual ­mente ajenas a la forma de co ncebir la historia qu e teníael hombre que en 1879 afirmaba Que no podía. acabar deescribir el volumen segundo de El capual hasta Que con­c1u)'C$C la crisis econcmíca que estaba atravesando GranBretaila, porque necesitaba reajustar el análisis teórico eco­servando el curso actua l de los acon tecimientos»." Lo

10 LA IIIH ORlA DfSP[ffiS DEL FtN DE LA !lISTORIA

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Il. ~H.~ LM_<WrfH'II'túI"" u.~,.¿... . UI>t<>r,.pq¡,I,"_. \lO<tnd. ........... 19U (lo _ on".... .. de 191n.

Pero de lo que qu iero hablar. como he dicho al princi­pio, no es del método de Marx (este es. del método «mar­xíano»¡ JI' de lo que q ueda de útil en él después de los fero­ces inten tos de desguace a que hemos asistido. sino de lasituación de desconcierto que ha producido este hundimie n­10 de una vieja fe, q ue ha dado lugar a so rprendentes co n­versiones JI' que ha dejado desamparados a muc hos de losque se sestenian arrimados a las andaderas del marxismocarequisrico, a quienes vemos vagando como almas en pena .buscando un nuevo arrimo. sin encontrar otro catecismoequ ivalente qu e les devud'<1 la .ieja co nfianza y la perdí­da alegria. dedicados a probar con cada una de las nuevasmodas que aparecen en el mercado .

Hay que eomenzar aclarando qu e la pnmera reacciónque suele suscitar la crisis de una fe es generalmente el es­cep ticismo. Lo cual slgl1lfica, en este caso, la desconfían ­za an te cualquier plan teamie nto teórico. que puede muybien trad ucir$een fonnas de positivism o enrna.scarad:1.s deposmodemidad, en un eclecticismo superficial o en unasensación de que lo que necesitamos es cambiar con fre­cuencia el bagaje metodológico, renovándolo de aCtlerdocea las modas de cada temporada.

Eso no ha sucedido ahora por primera vez, Algo se­mejanre les ocu rrió. por ejemplo, a quienes habían comopanido la visión de la sociedad Ydel hombre del nazis mo.Quienes se enfrentan hoy a un producto imclectual en a pa­riencia tan abstracto como Losdos ClJ-er¡J(Md~"" de Kan­torowtcz.'! diffcilmente adhinarán que ene tratado de

uEL Fl:-1 DE LA HISTO RIALA IllSTO KlA DESP UÉS DEL FIN DE LA HJSTOI\lA

Frente a est a reivindicación posible 'f lógica del pensa­miento marxiano - entendido como un método 'f no comoun sistema de inre rpeeraclón completo 'f cerrado- encon­tramos en un pasado inmediato intentos de recuperar elmarxismo ortod oxo sobre nuevas bases. como el deCohen" -e-ccr ura el que se dirige esencialmente la cr iticade Derek Sayer citada ameriormente-. o el más recientede Wri¡ ht , Levine y Scber.u que tratan de o poner algunaforma de razo namiento a la grosera irracionalidad del in­finito numero de ITiticos que se limitan a repetir que el fra­casode los regimenes del Este europeo «demuesua» la ca­ducidad del pensamiento marxiano - lo cual es tanconereme co mo sostener que la cris is de las cajas de aho­rro norteamericanas ...de muestra» la caducidad del deAdam Smith- o contra los casos. toda,ía más pimores·ces, qu e se o frecen alegremente a " superar» lo que ni si­qu era comprenden, integnindo lo dentrO de nuevos sísre­ma; generales de pensamiento (o de algo que tiene tales

pretensiones1."

lO. G. A.C-. b rl .II.... ''''''''' Q{ ~............~. Oúor<l. o.f<x<IU........,PY<a.lr-I

11 . En. QIin VIi...... "'_r-, EIIia<t s.--. R.......""""'J .11. ,·...... EIu.. ""~__ , ,~ Q{ ~..-:>".~ _ 1992,.-.., 11<10"'" <I<l""- _ ....._. """ oomo .....r..- ... n_ .. .....i<l<&. __ItA~, ......-0<0 _..ló>o.:ocoalos 011""_,_Ypoli""""...... "", <Id _ (p. )).Eo .. 00Il0__... p<I'O _ <und.od. .....~~'"-..,..-.p<I'O .... "'_ lo 11<e- Moen, 17o<_,.~<if~E_. Loo4ra. Vcno" 19'.11.

ll. e """'" el 4c 11""'""1 1....... BIo<l;buto. 170< _'"","DIm<>o...

,¡ . ....., l. , p~"-,,. <JI ~,st"',. l.«Id..... '-' 1'190. ciU<lo oóIo • ,.oJo40 ~pto,.., po< tu ..~ iIopon.>nci.t. qu<lIrn< ..s...... odcu ._­..-... p<I'O .., preasuM"'. _ a>m<> '" "",,. DO> del <m)t de 10<""';.a» Od __ fontl"Won ea tml\inoo 4c "" ".""' ..-10 de_. "" 0«,""" QUe <10 '" P'C', ......... de ~a". =.

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De modo semejante podemos pensar que el escepucis­mo aDte la interpretación del texto propugnada por Pau l

«teología polít ica» es el fruto del desengaño de un hom­bre Que, siendo profesor de la Universidad de Frank furt ,en 1933, y previendo su próxima expulsión de ella, por elhecho de ser de origen judío, escribía al miniSIro de Edu­cación de Prusia:

l. .... _ H_d· _" ~-..-...Poris, GaJ:i<aaIú,1_."«'«0 "'""".., po. ;4-;) . f -.w..4 <1< ....~ ¡¡_ 1< ot>litó ' _.., 19)) "D p<nDifo «lDpcnl. Ab._ Al<nw>i.a . f.....do 191" ;.od;oo_ .iO<tlU>OQo>, OI>CI>O _ ..., <Kabaa,..

... 100<&11I.,... • .....,.".- El~~QI>< po><I. E>I&.doaUllIdoa$O D<tó 1'/.&9. proour d j..-..un", <1'>< .. 1< ",;~ 8<1....,.- _ 10 .- /&al. «ID'" booIn/i&. <I<m<>olnr que DO ""'PO·_ <1< _ """"""'tu- ... l><ICI>b« 4< ..... b '" """ ...dcboa _. _ .. 1>Dl>..",.. Ea Almoaa.., DÜ<Il_ lU.... iD>Inucion<>"'. l "". _ ,....so. "",lIlSt<1Nodora lO h__¡>Ii«a do loo _ o'

...... do<I .......... >10<10< una Io..hm.<ión , ¡..,llf>ea_ . '" I>Dl>lIC> llot. B",·i<tflI' w,w~ TIwr_n<lf1< a.. ....... 1933· /9<l5. Camhn<Ic<. Com·bn<I• • UD'~' ....... 1'/91. p, 'l).

]jEL fiN DE LA IIJSTQIl.IA

de Man tiene mucho que ver con su amargo despertar deuna cierta fe en el nazismo que la publicación de sus arti­cu los periodísticos en los años de la ocupación aleman ade Bélgica ha puesto en evidencia, más allá de toda d uday de cualquier posibüidad de "deco nstrucción"."

El hundimiento del entorno ideológico en que se sos­tenia nuestro mundo puede dar también, en otros contex ­tos. resultados parecidos de desconfianza. Citaré, para te ­mar un ejemplo que escojo deliberadamente de un campemuy distinto, a parentemente ajeno a la historia, el esruer ­zo de an.iIisis del lenguaje Y del discurse realizado por elgrupo de Oulipo, bajo la mspiracón de Ra~mood Queneau.Que me parece Que tiene mucho Que ver con la cnsis pro­vocada en Francia por la segunda guerra mundial.. "Cuando uno se enfrenta a la obra literaria de Georg es Pe­rec, y en especial a Lo "lf . .\fode d 'emptoi: o a sus maca-

!l , 1..1 po 1 do "'.. 4< M .... ......, .... J9J 9·/lUJ. <1l\li. ....,_, ~ . H ' T.~~. Uoi""""1'" "<t<a>.. P<=.I~. _ ' lIÓ puIII .... Q'" _10 alll re>WOIII 0< ... rid.a , "" " .-.. 14. _ a lO'!etil a tila _ abajo. pon> Q.,.;"n. od<i>l>ur _ .,..".

• ..,..... _ . o.....~~.n.o l<l'&JlIO~ o( "''''• "' _ I'«t bwn> ti(-'I~. ilUlO<> O< 1\lll'I' ~ ..... J1·3 · _ ,_lO"", . " ..,u __ .....,...... _ ...~· t...P&1",,_ _,-..:.La '''<r' d...,..,....."'" oH lot , __--.. .... "" "" '"9U'Iioo. R-ao. "" d _ .<lo o ",,",, ........ <lo "" '__"' ''~_ .,............ "

16. 0W0p0 -<loPrnif .1 itIcnl-.""'_ naao ... ' '''''' , '''''''cÓ'" _ tIeItO, obriI4< Fruo¡oiIl< LioQun, al 1961- Sui.,..-.,.,.,.."'" ".ca ..-al loo .... MI ''''u~ """-__ot. I"u>s. SqIson. 1m . UN CÓ-"~ . .....-al Qulipo. ú,,," ""'__"'_ , I"u>s. c;-. 19" ), C-oaY>m< <al ' ''' _ '1'" t:I

..-._,... ...~~. Ro.....,..s Qum<aü. d""¡"¡' ..,'ioooM ......,.. ~ ..... _ .-"",,¡. 1Iiaulrica. <»DO .,....,. ""'" ..,&lf~_ la,... """"Ia _, uo I ....... l ... _ <Aiffte ., kf,,,,.Pon.. G.ltim.anl. I~, PI'- 111017l , 21G-ll1l.

LA HISTOR IA DESPUÉS DEL fiN DE LA HISTOR I...14

Creia que alguien como )'O. que me alisté YOlumarioen agosto de 191 4. que he combatido. durante la guerray despues de ella. contra los polaco. en Powan. COntra1.. insw rección nparuquisu (n Berlín)' contra la repliblí·ca soviftica en \tunlch. no hab.a de t(rner,= despojadode Su eat¡o a e.tusa de su ~ndencia judía: creí.. que porlos escmcs que be publicado sobre el emperador Federico1I Hohenstauíen na n=itaria garantí...~ ni pre­sente, pal1I demosrrar mi> sentimientos en favor de una Ale·man i.. ~rienadl en un semtdc nacional; creia que mial;1l1ud fundamenta.Jmenleen¡usiasu. bacia un Reiebdiri·gido en un 'lelltido n:lcion¡lj ib.. mucho más allá de ll lc,llIud comun. d<1ermin..da por los aconlecirnieruos."

Page 8: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

16 LA HISTORIA DESl' UÉS DEL FIN DE LA lIISTORlA

bados jJ jOllrs, debe recordar que su fundamento es esen­cial rnente aurobtcgra fico. Sólo que un a biogra fía como lasuya. que se inicia en la infancia con el absurdo hor ror dever muertos a su mad re, recluida en Auschwitz, y a tres d esus cuatro abuelos. igualmente deportados, no podía en ­causarse ni por los caminos de la historia académica -<luePerec habia comeruado a estudiar y cuya ....aciedad ha sa­tir izado agudameme-c- ' ni por los de la narración con­venciona l. ¿Cómo verter en estos marcos. que presuponenla aceptación de la raci onalidad de l sistema establecido. yen especial de sus valores morales y sociales..una eeoenencíavital semejame~"

11. Geo<res Poroc. ÚlI .... ,\Iodo '¡'bI!ploo. f'aris., Hach.".. 1911. PI> l:!.!JlI.1<J, : ¡'¿'l6j ,

!l. C. Bu.......~.. "'...,. I'ons. S<wI. 19"8,

EL RETORNO A LA HISfORIA NARRATIVA:UN INDICADOR DE PROBLEMASY UNA fA LSA SOLUCiÓN

He citado precüamente la narración. Una de las mo­dalid ades de huida más frecuentes, y elementales., de quie­nes preiecden escapar del contagio de la recria es la quese define a sí misma como un intento de recuperar la his­toria narrativa, ~tada como una forma erposíriva neu­tra . lim pia de carga ideológica." El estudio que HaydenWh ite ha dedicado al d.istUnO narrativo y a la representa­ción histórica muestra que la narración no es sólo una lrfor­ma», sino que implica un co ntenido. puesto que está íetí­mamente relacionada con el impulso por identificar la

I~. Mt.o 1.. .. _ ••_~am>OBrDG.~_ el ,"011 • de la _ '*"" .....lI<II"I< 01 _.x qu< • 101 ­-...1<> ............ 100 ...... ( Itot><n w, futd J G. R. ElIoD. Wlt><h __

,","_'r-_of~. N<wlb _u~ p:=, 19l!1 . p.107).1.0..... ,.,-__..~ O<CI'OOdc~<tm<>

Eh b_ HI}'dm """... al el bllN q lO ci<&rli. <XlI>ti:o_. " afit-.-q <1100.10~ "" I<> pLuI am¡W ¡><-.mo_.00 0 (p. ll~ ~tu lIom h.- q decir """ _ ; p...... Ce plan <=>< euoJ·q...... . pooblcm.o _.

Page 9: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

Una forma peculi ar de histori a narrativa. que tiene mu­chos puntos de contacto con Otras ccrríemes, como con

dome con la sensación de q ue habia en él unas ideas váli­d3.'l que percibía oscllrameme. sumergidas en la niebla deunos neologismos innecesarios:

"EL RE1"OR NO A LA HISTORIA SARIlATTVA

lo que he argumentado -dice Cohen_ n que CUan·do los lristoriaoores sintetizan sus narraciones OOn el finde hacerlas legible, por un «publico oducado modio», la·les simesis reesrabillzan regiSllm y formas de si ~ nos deldi5curw scmalllizadOl.. ccn-enídcs en IólJlcos y .ognili­vo s, y llenos ya de cornranos semamícos. Slalul , id.oJo_gia.. modales, simO'U"ia. ccnnadcecees ..apropi.ada.s>o y fal_so pensamiento. Los hinoriadores trabajan sobre,ignifieaciones -discurso- ya acabado. ya id.oJogizado.y sus 8Clm colccth"Os son delernúnadm por el mamen;­miento del privilegiodel historiador. que la forma de na­rración [5101")'J es compatible con cualquier modo de com­prensión. polO es lrascendente al pensamienro critico."

u, Mi ¡.....r>o:a<i<>n ¡>U1L pt<S<M ..<D<ión. Id,•.,. com<> "lO l. ''''"O <leO"" <le IItI• .,.,.,. ......uoo ... el an< d. 1"'...,._ q.... <:oIItnI lo q... .,...,¡JIU"'" q_ ... _ .-, ... """ lia<lI do... ' .......0 <ntJ<O ""_-ma-" , ..._ó<"""~__.Emt<miI ......_"oo lIl.I.l 0<1""..-.«1<1\0 p<oudor, IJQl ,U in"'lrKiad p<= naJ. fil "" ",,,j .

iam<IIl< ....San o..id_~ <le E><<>CIlI" <¡U< <l<nboO,.Lo ...."'" P*J'<do 1.0 b" ,,'nid>d..~ i1i1'idit ... ....~ 1.0 ó<loo--...,.~/te, q <lU<'UA cono<. ". lq., • 1.0 ... _ , ,. <le looffl" ....... q... .....,m lit <le .u•. Lo .Itim _ m""Oo, l. moÍs ...., , .""'JI,' q",'amb;,c.1.0 'U, vaIiuIa, S. por Lodi<ioo.por lo _. < io.i<ian1Wb_ .,......... _ _ t&I_ 111.. 1& p<r1OIO~ P<f" q... poo<Ó<II fIIOdouCt._--..... <'0_ _ """;ad<>& PO' _,., que ,l<tI<II O""

r<>ml. .... «><=l' d. I"n...., E• • I p<or di: loo<""'- lo que di«n 00 .. oo·

m"n: , .""ql>< '""'''' aJlW. ' Ill""i<> <'Omp«ndl:r1o, nos ptO¡>Olci..,.... <,,",!>do...nOl. el pI.o<er do """""'"' &Ir<> • .....,. (DI'rid ti "..... 01)01 _"'00". ti>

f«o." """"'- """_ .",¡ 8""",:,~

Algo semejante, aunque de farola lamcmablemente me­nos com prensible, se expresa en un lib ro de Sande Cabensobre la «recodi ficación de la historia académica"," quewbae ha cali ficado como «el primer análisis semiológiccdel discurso historiográfico ». Pero la jerga de Cchen vatan lejos que no estoy s.eguro de que resurten fiables losesfuerzos que he hecho por traducir una de sus aflrmecío­nes finales. a guisa de co nclusión . Elünico merito de miintento de versión . en lodo caso, sera el de reproducir laco nfusión que el texto origin a! ha producido en mi, dejan-

re... lidad con el sistema social ~i8en te. Analizando una delas variantes aparentemente mas neutras de narradón. comoson los anal« y las crónicas medievales, Hayden White nosmuestra la carga «moralizante» que encierran. Asi, la ere .nica de Dinc Ccmcagni, escrita entre 1310 y 1312, nos pre.sema el co ntras te entre un orden idea l y la anarquía vigen_te en Florencia:

Los i1CQmecimiemO<l que le rc¡istnn en la narra<;ionaparectn como .oaJn en la medid,. en que pertenecen aun orden de cotincm:ia moral. al igual que den ...... su sig­nifi cado de"' colocaciónen QtcOrdcll. Los a<;orn~n_

lOS obtienen Un IUJ a. en l.1 nana.:ión que aleni~ua Su lea.~ dad en "" medida en que rondu~"n al "f"bl ec;;,,~nto dels;slml a socul,'"

:O. H_....1u.O, "" «»o"n' Qj ' /w/Ó''''' .v.''''';wd~.-.d /fu.."" .... 1 " p""".ttt"on.~ Tb< ro!llu Hop. .... U"'_ ., "'- J9'l'l..PI' 12-:lJ.

:L s.a- C<>I>m. H"""",.I ""'IW", (NI ,., """""'.1 Qj " . ~""I(' duo<'plIM. lkrt<¡... Un"..,..." al e.M"""" p",... 195e.

Page 10: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

l'. -...Mo44l<u..tf• • N_ .. loiotll<J' oD4 (Ifdiaary Ii...., PF>n/i< H...__• LX. I If_ <lo 19\11 ~ pp. I-ll_

l 6_ ~ SclwD•• Tl>t _e'_.'.",loa. A . "'~I<U"", ofDt.ri ""...... '" ' 101 Goódt• .~... llOItaWr, U"'-...,. ot CoIifonIia P=s. 1m

de la investi gación histór ica en segmentos especializados,que ha llevado a una situación en que nos va faltando, cadavez más , la visión de conjunto. En la misma medida en queaumenta el caudal de info rmación que poseemos sobre unsegmente determinado del pasado. disminuye el conocí­miento q ue los especialistas tienen de la totalidad del te­rri torio. La nar ración podría ser una solución del proble·ma U1n sólo en casos elementales. en que la sucesión deunO$ acoruectrmentos maso menos homogéneos - politicoso biográficos. por ejemplo- pueda servir de hilo conduc­tor; pero sólo en ellos. Porque la solución a este problemano reside en limitamos a volver a una aplicación linealy ordenada. sino que requiere la elaboración de un nuevotipo de sín tesis que integre de manera coherente los datosde la historia poliúca, social Ycultural, sin olvidar. por otro

lado, que sus protagomlilaS son siempre seres humanos."El mero regreso a la forma narrativa tradicional resul ta seruna faba soluci ón a un problema al que hay que enfren­tarse asumiéndolo en toda su com plejidad: el de la necesi­dad de recuperar un a visión global . lo que exige plantearseriamente el análisis de los criterios de ordenación que hande definir esta g1oba.lizaciÓn.

P're$mtar la narración como una alternativa a 10$ «su·temas teóricos .. es o una equivocación o una trampa. Yhablo de trampa por a1runO$ casos en que parece claro quela suposición de inocencia no es oportuna, como el de Si­m OD Schama. Schama debe IiU prestigio a cadémico a unlibro sobre «la cultura ho land esa en la edad de o ro»,»

20 LA HISTORIA DESPUÉS DH FlN DE J..A HISTORIA

el estudio d e las «mentalidades», es la llamada «microhis­tena», cultivada y teorizada sobr e lodo en Italia , en laspáginas de la revista Quaderr uslOrici, y que tiene un o desus representantes más caracterizados en Carla Ginzburg.La «micro histo ria » a la ital iana, que ha alcanzado éxitosliterarios tan resonantes co mo el de El queso y los gusa­nos. del propio Ginzburg, o El tl'torno de Mamn Guerre.de N. Z, Davi s. pretende ident ificar estos ensayos sobreacontecimientos que no pasan de antedatas (stO!')' más quehlStOry), con investigaciones de más fune. que exploran ca­sos individ ua\e$. pero que los sinian en un comerte, y cuy¡¡pretensión es la de prevenirnos contra la falsa univenali­dad de las reglas con que se 10$ interpreta habitualmen­te.'" y hasta pretenden apropiarse no mbres y obras comolos de E. P. 'rbc mosc n.

La \udad es que las teorizaci ones con que se intentalegitimar este genero histórico-literario no resultanco nvincentes"" y que a lo que parece conducir el «méto­do detectivesco a la Sherlock Holmes.. que propugnan 10$..microhistoriadores.. cs a El nombrr de la rosa de Um­berta Eco, y no siem pre con la misma garra narrativa.

Otros historiadores han defendido el retorno a la na­rracó n como una posible solución a la companimentación

11. eo-,puodcu ... .,......_<Iolapr"llia , j.__ <lo~ c11lb<o <1<f_ a-aa ¡m,,~--.lUna" bIaudi. 191n12o. _ <l&/'o ..... <1 C/ti~ ¡ __ • M""..Lo.po? de e. M . CIpolla. _

<1 111"" .-" • 11"_ ....--._I'U'<" cI<,.. bbov....~-~ .--._ .. e"",",•• _ i<o ....-. E".sm..._-,. "" " "" HI R~lO. Ilolooio. n MuliDo" 1__

l o V_ por .,emplq, el .........., """,pda<Io po< Ed.atd M IOir 1 ()qi;jo

... _ Mi<n>Jou'"" _ ,~Ios<~ tif Eo_. llaItimo<e. Tb< JoIlmHopt ,.. U.......,., PrOIt. 19'J1.

•EL ItETORNO A LA HJ.lTORlA NARRATfVA 21

Page 11: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

::9. S<lIaaa.., .. P«O'U • S<:>u<>a. <OfIL' do _ar .. ...wo do Uf! <ti­.....~ " luona. _ r<Mlo lo _ u... JIIII<IU>. de .. _ ......... P<ÓU'''' la ,. .... __ COII la q p~ poo<lc<ar .. inl~ po.-la <'ooD<i.o. de ...._ de Harvud., Romo oviIód Ap<>óI<>~,Olr'" e¡ ¡ do!_ od<aI .. 1 <k loo0><tfI0I__.w. ...d __o 0'. 101).

lO. 0Nd ,...,...~rMl". 1>1'. J~S · ¡:6

renda con estos procedimientos aumentar sus ventas al granpúblico e-aunque la verda d es que las dos hístortas quecuenta so n más bien aburrida s y está n escritas con escasa¡ racia-" es licito. Pero no lo es, y menos aún por partede quien en el pasado criticó la «ptgmeizació n» (¡sic !) dela esca la utilizada por los «microhistOfiadores» italianos,refiriéndose a l Chi I1Jp~ i /TU/elli a JI·(onte L...po? de Ci­polla. tratar de esconder esta búsqueda de mas lectores ymayores venw lr.U una supuesta teorización que, dividien­do el campo de la hístoria eurre los partidarios de un Tuci­dides preciso y eactc y un Heródolo «ávido de chismes»y poco fiable -lo cual dem uestra. además, escasa fami­liaridad con los estudios sobre Heródoto publicados en lasWtim.u décadas -e, concluye que " plantearse preguntas y

relatar narraciones no necesitan ser, según pienso, formasmutuamente excluyentes de representación histórica,. .-

la que tendríamos con ese npcde retorno a la narra­uva seria. simplemente, una hisroria que vuelve a ser, comoen un pasado que crearnos superado, un simple cuento anarrar,

Si, por lo menos. esruviesemos seguros deque este cuen­to no es mas que una fonna de entretener a los mucha­chos en la clase y a los recto res en sus casas. y de que essiempre inocente, podríamos tranquilizarnos. Pero cuan­do vemos que Gertrude Himmelfarb, que hace pocos atlas

2lH ltETORI; O A LIt. IllSTORlIt. NARRATIVA22 LA HISTORIA DESPUÉS DEL fiN" DE LA HIsTOIllA

que es un ingenioso montaje de erudición cap az de des­lumbrar al lector con informaci ones cu riosas sobre las másdiversas cuestiones -la cárcel , de reforma a negocio: ladiflcuhad de definir Holanda , la pa tria y el término durch,·el tra tamiento de la pobreza y la vagancia : la limpieza ; lostulipanes como moda y como negocio, etc.-, pero del cuales difícil que se pueda obtener una interpretación de la cul ­tura holandesa como fenómeno global. Para Dennis Smrth,el éxito de público del libro se debe a que proporcionó alos norteamericanos «un modelo optimista para podere$hegemónico¡ amenazados..,'" pero lo q ue me interesa noes analizar una obra que. al cabo. es imeli geme y está bienescrua. sino segui r los libros posteriores de su autor, paraobservar su eectución metodológica.

El siguteme paso de Schama fue Cili::;,ms: A chronide01 Ihe Frr!nch~/ulion, de nde su contribución a la «re­visión» de la Revolución francesa con.sistió en explicar his­to rias personales, reduciendo el aparato erudito a un mi­nimo, que no siempre re$ulta suficiente para jusuflcar susafirmaciones. Y el punte de llegada de esta evolución hasido su último libro. Dead Cl'rtainlies (Urn.·arruruetispe­cularioflS),'" donde se dedica a contamos un a muerte y uncrimen. que a penas lim en una tenue relación entre si. aña­diendo elementos de ficción -<le nov..e ta-; a los de la rea­lidad para «resol"'C'N dos enigmas hísiórícos: la muerte delgeneral Wolfe en el campo de batalla de Quebec en 1759y un asesinato en Harvard. en el siglo XIX. Que Schama pre-

:7 . o..-_n.. .....q(_~,~f'olitJ. l9?1 .

IIP- 180-JIl.: ., I'l....... 11><• • "df'Od A. 1("""'. 1991.

Page 12: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

24 LA HISTORIA DESPUÉS DEL FIS DE LA HISTORIA

se dedicaba a estudiar el problema de la pobreza, reclamaaho ra «"IRa historia hecha de grandeza y miseria, de he­roísmo y maldad , de acontecimientos protagonizados porhom bres y mujeres extraordinarios antes Que por fuerzassociales impersonales»," nos resulta dificil olvidar QUCalgo semej ante era lo Que sostenía el manual de historiade Españ a con el qu e, en 1939. pretendia el franqu ismotransformar la enseñanza para adecuar la a la ho ra delfasc ismo:

La historia Q comO_llD cuentO marll\'iUoso. pero uncuenlOen que IOdo C'S verdad. en Que &en Ó~ Jo¡¡ bc_1'1:0 1 1T1lQ<!iOWl, heroi~05 Y nnoóonan'Q que ,dicn: .. .

Por l;¡ hisloria K ...be lo ocurrido en cada paÍ.l Y cómofueron IUS~ WSlobemantes y .... personajel. lllás ilus­lres ... La hUroria nos h.1.bla, en fm. oX todos aquellos quc

hicieron en su vida allo notable e imponame."

n. La a .. lO __ ya _ DO""""'" ........... <1 """"' do .... Jeff",­_ l.-.uoo _ ... Wr·"...... La_<101..- 60 _ -...... .co..­,""".<><1 <;I&lUOftoo _ .. I" m'"'~'o. re<lllpIaDf lo _ ooaot <101 O<>l<

____lo _ a, ltUIPOU<poo:o. <lelj ..........- mr_ ~s.._811!Od<.....,.. d< I'l'?lL p.. 12_

l l. .\I~.~<k H_. Esp4M_ Ph..." , ,..jo, SootoDd«. lo>ontlO 0<E;¡Mll\L 1919. p.. 7.

LA ILUSiÓN CIENTIFISTA

Hay oua modalidad de huida tal \e1. mas común, 'f po­siblememe mas da tlina. que el escepticismo metodológico(o su hijo círecro, el escapismc narranvoj, y es la que 11evaa buscar el a uxilio de o tras ciencias sociajes, menos con­ttO'IUtidas que la histori a y con un mayor pre:;tigio acadé­mico. para suplir co n SUi métodos la pérdida del viejo ins­trumental analitico en el que ya no se sigue confiando.

Le que ocurre es que esta huida hacia la ciencia no esnu eva, y nos obliga a tomar el fenómeno con cierta dís­tancia en el tiempo para hacer mas ~plicable su ncree­miento actual. En un primer momento su origen reside enla ilusión engendrad a por la vieja distinción neokannanaCnlre unas disciplinas generalizadoras. ca paces de llegar afonnu lar leyes, y las que. obligadas, como la bísrorta. aUmiun.c a lo individual, no pued en aspirar a semejameperfección. El complejo de inferioridad de los historiado­res se vio wdavia aumentado por el feroz a taque de Pop­per en LA miseria del hisroricismo, en especial a partir de19~7. cuando lo sinl~izó en un juego de «cinco proposi­ciones», CIJ)'3. elementalidad tenia la vinud de hacerlo f¡j,·

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J] 1'- 1.. Poppor. J.,;,m"""" d>rI__ Madno. AIIanD.. 1971. po. 11.J,l. D. lIdI. W ~'<I""as __ dup'<á de ~~odo ' u."" '".",¡,..

Madli<I. AUa.ou . JY8-I. El proptO Bdl. oo. Omt>orlo, '«OROCIa que .100princi­I"'lto ••on<t.,_.., w ,¡ ..,.i.u IOCW<o o. I~o 197\)01u.bian "nido qu.,., ,oe"r"adoo ..n&nl'"« ha.:¡o 198G IP· I>I¡, lo 'ul! no <I,j . d, .., " c ¡>triadodo ",~lJcida<l .""ndolo m<n« , ott<> ¡>ata uno . ' i<oci••. ¡Olmo va" o ,um·¡>/i' lo. w,ooci. ¡>owo n ~• • p,<d"'¡,.. "n" ~ i..ipliu.. que o¡ . >Q uit,. ban~do '"~.. ~. p....., '" propi o o,o, ió. O" ,,;n' icinco 011.01 1 ,,-,<,"" doi romodo .1.. do. 0'<1,","" ...... m• • •o.Ian ,,, al ocupu"'" do ia oeonom;". lo q..di« C. l.i CI~ i• .

di de elltende r has ta por los más to ntos -c-cuíenes, cuan­do pueden hincarle el diente a un «mensaje filosónco ..como éste, que les permi te enfrentarse sin inh ibiciones acolegas más imaginativos y mejor documentados, se afe­rran a él con empeñe y perse-.l:rancia- y que, astutamen­te, salvaba de la condena final a otros ca mpos de "teoríasociológica" e-por ejemplo, las teorías economícas-; q uepodJan ser sometidas a veríücacíón.» y llegó al paroxis­mo con la querella dese ncadenada en 1959 po r el ensa yode C. P. Snow so bre «Las dos culturas y la revolución cíen­ttficn». Cuando, al térmi no de la década de los setenta,Daniel 8eH hacía un balance de las ciencias sociales desdela segun da guerra mundial , que incluía un cuadro de «in ­novaciones básicas de 1900 a 1965», la historia 110 ap are­cia pan nada en sus paginas: habia sido expulsada delcam­po de las ciencias sociales por la espada flamígera de losángeles guardianes de l pensamiento «cientffico-social».»

Mientras tanto, en una Francia que se semía el centrode la cultura mundial-enriquecida intelectualmente des­pues de 194 ~ por el contacto con 10$ e:ltiliadO$ de Europaceeuar y del Este que el nazismo habia desplazado y queno encontraban tampoco acogida en el dogmatismo de un

27LA lu;srós CfESTIFISTA

marxb mo ofICial =-:ierótíco--, los jóvenes izquierdistas ini ­ciaban su ruptura fonnal con el marxismo. El viraje de1 9~6, dirá Dcsse, «es la au tentica hora natal del esrrucru­ralismo como fenómeno intelectual que toma el relevo delmarxis mo». Hay pa ra ello unas razones cejenves: ..al op­timismo de la liberación, que se ha expresado en la Iilo­sofia e:Ustem:ialista, lo reemplaza una relación cesencan­tada con la historia»." Este dese ncanto propició unrechazo del fusron císmo y condu jo a una reacción clenn­flsta (a un a fán por a proximarse a las «ciencias du ras»,imitando sus métodos), que tuvo una consecuencia, lógi­ca aunque tal vez inesperada - y que no pretendo, en modoalgun o, que haya sido determinante en su inicio- , que fuela de ver cómo por primera vez se les abrian a ros jovenes«renovadores» las puertas de la ciud adela académica -e seles facilitaba la difusión de un mensaje que. una vez hueopasado el «malentend ido de 1968»," se m -cló perfecta­mente asimilable po r el orden establecido (o menos epeñ­groso.. que el espan tajo marxista)."

De las secuelas de estas dos corrientes -ambas hoy enfranca decadencia-e- se alimenta todavía ese «cíentifismo»

Jl . ftuo;Qil Oou.o. Hismon"" .._...-... I'or.o.~ <lo la o.­_ ...... l!I'll·IWl, ",.. 1, P. lOO.

J6. La""......... ea <Id ¡KtllIIO Dou< _ "", . lI . PI' 1' 1 , ,,._ . q""" <$ojo<lO<Wo _la~ do loo..,...,. do ~_ <Id 6t pr<>e_ ame w<Io <le

1"" _.""...... °_ .....-xi..... d<I ..."""unl-'37. QuicnI<l&jo.r , Jaroq.. ""O ..,.. .. ""'.".,. q.......l>tlm& 0.:01-1<1..

ptmI;' o ..plkar oo:on,oo;;;m;""""~ ..._ ..... "" 0<t0-I '",mpo, «lmo el ....,«<> al Collq' do Francc .;el """""'.!l o. 1m 11a ..._ p<m>nal do toloron .1 "'OI"¡ar"". m..,,<lo ¡>O, Unl. o¡oerior.eia .¡>olio!aro-,",,""I. '" la ""Ion;.0.1 .""i.i;,mo ,uio, , q u< "" o <lu,," ¡>O"",O"" ' om.. ~, po,;eiÓfl poli,;,.no O. nW d. dil ni<lo<l. "unque iIUolm<llr. e_plejOl. do e,." a ' " ~ Ó1I r.¡q

Didi., E,ibon. Mi<:MI rou <a.it (/916-I~'I. !'IIrl,. Flamm""'rt. 1989 (h•• un.,oe,.nl< ' ...0_ ..., <llan>.).

u. lliSTO RlA DESP UÉS DEL fl¡'; DE I..A HISTORIA16

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Ji . C. M. Cipoll.o, "' U'Jm ,"o "0" Imppo, B..ce",Do, Cri~ 1'1'11.J ~. K. N,Cna. <1hwi. "" io IHif"'" E.m"" falM,"Y oM ci./liso""" of 'h .

llIdio. """'" fmm ,~. "" of 1, lom ,. 11JO. C.."bri <1~ C.....brid'. Uní"'"~'Y P...... 1'l9O.

En esta obra -ailadc_, el ronccpro de cardinaJjdades usado ¡lll.'"a. identificar un grupo de jeme COn una r.li­aión. cuh ura O civiliución remun. Asi las palabru 'mu_suJmán'. ' hindú', 'ja vant:. ' o 'chino' implican la existen­cia de principios por lO! cuales todos los miembros delrcspccti"O conjumo pueden reconoc. n e como pcnenm on_lOS al conjunto sín oxcopción.'"

préstamos de Lévi-Strauss, Derri da, Greimas, Ja l:obson,Fcucault , etc.- añade el autor un «h allazgo» propio: laa plicación a la historia de la «recna de co njuntos». quele permite recurrir a nuevos, y aun más pm tigiosos. prés ­tamOS de Cantor. Wang, Hilbcn, Gódel, etc.. lo que signi­fica, como se ve, una doble coraza de «ciencia». Chaud­huri «maremanza» la historia. no a través del uso demétodos cuantita tivo s o de modelos expncnos. co mo loscllomet ras -en este libro apenas hay series de cifras, gra­flcos o estailisúcas-, sino mediame la adopción de los con­ceptcs más elcmenr.ales de la recría de conjuntos. como par­le de una «nueva visión» que, en su aplicación co ncrela .sólo conduce a resultados triviales o disparatados. Respectode l concepto de «número cardinal», por ejemplo, se nosdice q ue para apl icarlo no es preciso contar. sino que bu ­ta co n comprobar la «corresponcencta» entre distintas co­lecciones de objetos: así, la afirmación ' la clase está llena'requiere ..la co rrespond encia ent re dos números cardina­les.., el numero de sillas y el numero de personas presea­les, q ue se puede veri ficar co n la mirada.

LA ILUSIÓN CIES t1FlSTA

4(1. ~"...~I!<a<ióD . tan .=100""'... '<>cu' o". en la. p . ~lJ _ E= « i<kapu",uoJDo?'''<n<!o q<l< dllbro ... meo<>' p«>cilbl.. 11., .nél. b. jo.« <L .f"", .n m<>dlo d<1 ÓO>orÓ<n d< .u ""1<1<,.0 aniculldOf. ,.",,!>no .J.",,,,",,,•• ' 1'10-

LA HISTORIA DESPuEs DEL fUi DE LA HISTORIA

que sirve de refugio para hísrc n edcres y «científicos so­ciales» desorientados . No importa que los resultados demuc hos de estcs «trasplan tes .. . mas q ue injertos, de ee­todos aíencs den resultados irreievames o risibles . Un li ­bro de Cario M. Cipolla que muchos han Querida enten­del como UD di~rtimento, esforzándose en no enterarsede lo q ue tiene de denunctadel pKudoo;;ientinsmo de bue­na parte de nuestra historia académica," nos permite

acercamos lúcidamente a los grotescos frutos de esta des­viaci ón . Cipolla nos presenta dos caros: un o. que se supo­ne corresponder a un trabajo de historia económica me­dieval, sobre la importancia del comercio de.ías especias ;el segundo, de canicter más bien sociológico, sobre las re·glas fu ndamentales de la estupidez humana.. En los dosejemplos les razonamientos si¡uen caminos semejantes alos que poclriamos encontrar en amenos q ue aparecen nc r­malmente en muchas publicaciones «sen as» actuales, perolos resu ltados finales a q ue conducen son grotescamente

cómicos.Quienes crean que esro no es lIIás que parodia, DO han

de hacer oua 005a que ccm rastarlc con ejemplos reales.Co mo un libro reciente -edebidc, ad emás, a un in~tiga­

dor de prest igio. K. N. Chaudhuri , cuyas aportaciones nopueden en modo algun o menospreciarse- que les permi­tira advertir hasta qué punto está fundamentada la carica­tura que hace Cipclla." Al amontonamiento de elemen­tos tomados de la semiótica y del análisis de l discurso -de

18

I

Page 15: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

JILA ILUSIÓN CIENTIFISTA

bras de llya Prigegine: " Hemos llegado a un nuevo ni\~l

de ~omprensión en el Que la raciona lidad no se ident ificaya con la "certeza", ni la probabilidad con la "Igno­rancia" .....

Y. lo mismo que ha estallado la imagen lactacana delcosmos. lo ha hecho el orden.do esquema de la ecojucíó nde los seres vivos que enc.jaba a l. perfección entre estemundo ñs¡co detenninist.a." por un lado. y la visión li·neer de la historia como un ascenso cc nnauado de la bar­barie a! progrese, que hercd.amos hace dos siglos del opti­mismo burgués y Que eomiem.a a ser ho ra de arrinconar,"

Es también Prigogine quien nos dice: ..Hemos de aban­donar el mito del "cc ncctmíenrc cc mptero" que ha cese­sionado a la ciencia occidental du rante tres siglos» y acep­tar que la diferencia entre las llamadas ciencias du ras y lasblanda.> es mucho menor de lo que pensábamos." O,como ha dicho Tito Arecctu. (fel movimiento desde un úni­co punto de vista a una multiplicidad de puntos de vista

~l . lIy, l'nsogin .. oon¡in, 01<OOl plc:l:it)'>. <" A. C, F. bron. «1" O,j~,,,,,

rh . 0.".," C"I/<~< 1<'<1""". Camilnd,.. Cam~ rld.. U" i..,- .itv p,.., 19~!PII· 69-33. . • .

#, S«p/I<" l .y GouJa. lA ..d. '"""'..,' '''#. 8 "TJ<'S s,,#~ y lo "","",~.:4 do l. ",,'''',., tlMetlnna. ent""'. 1'1'/1. -. ponl.ndo d< cr>ll~d<',d~

que ar«"WI .1a ""ja ,",;6a lin<al de lo <Y04ue1ón d< iOI "''''' ' ¡"". '" 1& quealiara", ,"rrod "",,"l'UIda <InIiI d< m':cnjdllm~ _ , eI!>ofn~ pu< Je fe'

P=<fI.... una "" 1"'··....... l""'" bIe a MI "" mm> oO<Cld<n« cÓOnUc<t o--. "procloma lo~ 4t f<Yalonut ola """"III<DCi.o. d<l.I " "",pI< ;;"00," ' .do¡lIO<lo."" lodo l.I...,. f• • " tu ol<la do lo IW"raI. .... .

01. E<q. _od do ="DÓII do loo.paradis ol<I " 11n ""'. >< oal.ol • •po< ......pIn.. '" bolm&n<><l WolI .......... (,'. ,...t .., ,.¡ """""t. 110< o",,,,<>FH_.~ptI'Dtbpu.~PoIit,"'-I99J. _ _do .... <'OIK><»CI._....,""...__ 1bI......... pn>bIo:na "" ....

~ r_ el< ""._.<1, En <1 oaw a<ooOo _;....__• ••

LO. II1STORlA DESPuES DEL FTS DE LA JfiSTORIJ.

=hU. Como en lo 00," ,n«ro <le ChooJ oun . qu' m. mere« un '''¡)<lO q....... muy PO' , n<,ma <lo ..tu oo..,vacion.. 0,;Ot<a <lo.", pia<lt<am~'"' mOlO­doi6gkO$.

01. Mu<:hO$ fiklwf", ,""uoIe> .. n",JO" a a<tptor qLl< .n.", un ""'PO . , .peciolo c","=><ion.IJmo"ro llam.<la .cio""¡".qu' '" puedo ",panr <le! "'te. ~.lo ,U¡lun 'PO' uoo O do. <lO "'0' "'lO" un m<lndo .,p<ci.>.I. o una rdoQó<l..Oe<Ul ""'" lo r<&Jjo1o(l., llic tw<:! Rnny. 01' notuw o<IOt>«. na<urol ' inol?o.<O Ob¡<'<I1'''''''' ""."."",.04 ' ''' '~. ~_I" Clml>ri<lICUOl""'''y f'Teu.19'Jl. cita <lo lo p. '6.

.1. !ld>olt 1>'I_lbroI. Li>I oblt"" f """ 'Iu. _<>OO. Th><¡ü.... Il1l1' :1... H""l.inl. Lo ""......_ d" . ...... _. G<diso , 1991: 1.. s.-on.J_' DOos • lo< dGd"'~ lA "_ "" ,,""'n dtI ,_.~ Critoco.

1991. eu:.' J. TIlO Are<:dI'. oChooo lIO<l """,pIco;"Y". Lib<T. 1. p. II wn_ ... TI­""" Li!DgT)"S~"t. ' .' 1' (6-12 rle 0<1loiii< rle 1989l.

.... l&n S<.-n.. ¡)w,' lJ/oJ • lo<d....~. _ CODdul'l' !J'In <!<jo 4dl-b<raO' __ ... loo rkl..-.ciAal~~.A11 ck"'-- _ .....

"'" off . T1>e l>aJ _ ClIII <lo .. ...-Ijcwo. 11'. 299l

La inutilidad de este d entifismo resulta más paté ticaaún cuando nos damos cuente de que el afán por imitarmecánicamente los melodos de otras disciplinas respondea C(lDcepciones de la ciencia completamente superad,". Eluniverso intelectual popperiano en que la ciencia era iden­tificada co n la ca pacidad de pr«lecir hace uempc que seha venido abajo." Semejante OOllcepción pertenece al vie­jo mundo del determinumo laplaciano, Yno a una fisio;aque se basa en las matemáticas dd caos y opera con obje­

105 fractales."Estamos ante'Ic que UD cíeauñcc ha llamado la terce­

ra revolución científica. que suceceria a la primera -la deGalileo y Newton- y a la segunda - la de la reíanvidady la mecánica cuámica-e- para establece r la física de la com­plejidad ." El determinismo Yla injustificada fe en la ca­pacidad predictíva de la ciencia correspondían a UlI mu n­do de abstraccio nes. pero no se ajustan al de la realidadtal corno he ... la experimentamos." Para decirlo con pala -

lO

II

I

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32 LA mSrORIA DESPUES DEL FIN DE LA HISTORIA

legñimos viene a significar algo así como la revolución co­pernicana en comparación con el monocentnsmo del sis­lema ptolemaico: rectifica los viejos desacuerdos ent re las"dos culturas" JI vuelve a abrir un área de férti l debate in­terdisciplinar»...

Si son su s mismos cult ivadores quienes nos dicen quehemos de perder el respeto r<"Vereneial que sentíamos antelas ciencias supuestamente más duras JI nos inciran a quedebatamos co n ellos los problemas que nos son comunes,abandonando nue:suos complejos de infer ioridad, ¿qué jU$­

t ificación p uede tener que sigamos imitando lo misrnoqueellos tratan de reemplazar JI mejorar?, ¿o que traspasemosesta fe a otras ..ciencias sociales», que ni disponen de auten­ncas leyes generalizado ras, ni son capaces de predecir másQue supuestos muy elem enta les JI casi siempre en ccnd r,cenes fijadas con tantas restricciones que 10$ hacen esca­samente representativos de la realidad?

Es fácil comprobar esta fragilidad en el caso de la eco­nomía, una de las disciplinas que ha llegado a ejercer ma­)'or seducción sobre los his toriadores descarriados, por locua l le dedi ca ré alguna ateoción indi \oidual i2ada.

L \ «CLlO METRfA»

Si la ..cliometria» resu lta un ejemplo privilegiado delproblema general del c encñsmc, es porque en ninguna ouamanifestación de éste han llegado los historiadores tan le­jos en su voluntad de const ituir una disciplina indepen­diente. que tomaría de la reon a económica convencionaltodo el aparato metodológico JI 5610 acudiría a las recnr­cas propiamente históri cas para recoger los datos que so­mete a anáfuis. Recuérdese: la vieja JI tajante propuesta dePeter Temín de eotender . la historia económica como unaform a de economia nroclásica aplicada>t.-

Con todo, una apIoración mas completa erigiría prestar

una ate nción paralela. a otras versiones cieenñsras, comola socioloJÍa histórica -no lo ha go. en este caso. porquees tarea que lulián Casanova ha nevado a cabo sarisfaeto­rtam eme en un libro recieme-c-," o a 10$ problemas que

so. __ «l_. ,.......--'" Jt~. H..__<ll. Pm,......191). P. ._

ll. J....... C... • • ú _ _ ,,,,,....... ....-.0;.li<a. 1",1. A4ooII.-.;""" _ POfllob<n<~<OII--'la<i..ód b"'" <le 0m0I0 Sm;Uo. no.n#of ~u_ _ l!!'... _ yo _ boe 1<'1<_Mo_ombo.

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-..s. FOtO ¡>n>cIlt1I 00 ...- de .ollda<b. o . P.~. HiJ<DrlNI

..-""" .'4" ""....-.~ Uro......" ol Calilonua Pr-. 19\0). l'l' J-.<11. ,>,loe ....,., H"'- «<Mo>O'IiJU ~od .,,,. .....'" ~iu"". L>ooj,...

....il<d l .. 1_ ~.."... ¡>f,..... """,ba<o'

torícat economía, como Cha rles P. Kindleberger, le pidena esta disciplina una visión «historicista» y nos adviertende Que «muchos modelos económicos son plausibles y re­sultan ad ecuad os en determinadas circunstancias ; el pro­blema co nsiste en sa ber hasta Qué punto son generales».Kindleberger rehúsa, en principio. hablar de «predicción»,porque considera Que en model os de equilibrio general, conmonto nes -Ial vez centenares-e- de variables, resulta de­masiado difícil, probablemente imposible, «estar seguro deque las diversas variables independien tes de una funció ndada han sido especificadas cuídadosameme en la prime­ra ocasión y reproducidas en la segunda»."

En su incapacidad para. situar «históricameOle» su pro­pia evolución. los cliómet ras no se han dado cuenta. sinduda , de que con su intento de mantener a la historia eco­nómica ..dent ro» de la economía están rep itiendo la bata­lla Que se libró en las universidades briwucas a fines delsiglo xrx y comienzos del xx y Que concluyó con la inde­pendizació n de la historia económica respecto de la reo­ria , lo Que les lleva a empeñarse de nuevo eo una batallaQue ya se libró yconcJuyó hace alias. acerca de si es prefe­rible tratar de seguir en su evolución -e-no siempre es se­¡uro que esta palabra sea ~inónimo de '<avance_ a la leo­ría eco nómica, a riesgo de paralizar su propio progreso.o independizarse de ella par a etlliQue1:er SILS enfoques y SILSm étodos específicos."

35LA «CLJOMETRtA>'

pla ntean las influencias de la antropología, que van desdeJo mejor de u na determinada emohistoeia, hasta los exce­sos de qu ienes acaban abandonando el estudio de la reatí­dad social y reemplazándol o por el de los ,ímbolos, sinhacerse cargo de la necesida d de combinar am bos planos.El camino a seguir no seria, probableme nte, mur distintoal que utilizaré para ocuparme de la clio metrta, de modoque el análisi s tan sólo ganaría en matices y se recargaría,a cambio. de citas bibliográficas .

A primera vista parece que lo Que debe justificar la d i­visió n entre la t>roflomic histo')' tbistcrta ecoeomrca j y lahl$lorlcal ecoflo mics (economía «histo rica ») ha de ser laíndo le del utillaje teórico em pleado.)' la naturaleza de loscoíeuvcs Que cada una de estas disciplinas sepropone.~ro

no es así. La paradoja aparece con toda claridad cuandose veque suelen ser etseoríaccres «conversos.. , ávidos derecaltñcación cientí fica , quienes defienden la formaliza­ció n econ ómica extrema," mientras los e1:onomislas «p u­fOS )' duros. reclaman una historia eco nómica capaz deayudar a corregir los excesos de abstracción en Que estácayendo la teoría econémíca -y esta demanda viene deculli\ adores de la disciplina de tanta categoria como K.1. Arrow o R. E. Solow-," y los cultivadores de la his-

34 ~A HISTORIA DESPUES DEL f l N DE ~A HlSTORlA

Jl. e-_ Dauld:'<,~~ _-..-,..Loot-J,m. \t ..... ,II• • 191~ ¡ F m_ "" "'O><l<ouionaql>< <<II>-' -.... dd_ III III..~I'Ua....____ · ·IIOtIol_ _~Ioo_...-

.---oIooodo< todo pate<t .._ , ;ecer "'1>""11I -" -. a """"'"""¡><t>tar 1II""ru. .....0611 .... k<;W ... que .. ru. =rolO cada~.

'l. v_...~. W.N. ......... «I..fro,w,m"'~.mJry_lite _ .. __u •. 0 '110«1, Blad-tL 1936. _ >olooo- aaboo_que "lo "'"""'" _o:"l'O"'l< 0(,..,.,. .. «OIlo)O>iou, .... _ """'P'<""""" de lo~ ,~ ....... ...,...po. -..... J. _ dio., ......,..,.¡>&tll .....-.- ......... la ...,ace"", de la <aJIIO<IILO , de la>.......1<0~

"'" """"In. ' 110 29).

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t8 examin ar el conjunto de las llamadas «leyes eco nomí.a, ». lo que mejor resiste al con traste cotidiano con la rea­

lrdad son viejasobservaciones, casi de sentido oomún, comola ley de Gresbam o la de Ernst Bngel, que vienen a ce­n~IPondera lo que el propio Kindleberger llama «u nifor­mid ades o cuasi-unlfc rmtdades en el modo en que la gen­le actua para gananc la vida. ninguna de las cuales es válidap:a ra todos los momentos y todos los casos. lo que condu~

ce a que la selección del momento o del lugar en que bayaque ~plicar una de eU a.'i sea mas bien cuestión de arte quede CleDC1ll». '" Donald McCloskey ha contribuido tambiénal ~omo a la sensatez con su denuncia de los elementosmoncos~ la ciencia econceuca, que no seria propiamenteuna CIenCIa nonnauva, sino que. aunque pretenda expre­~e en un lenguaje y un estilo «cien tíficos», está en rea-lidad contando ..bislotias» enmascaradas - .. .n

-...."u.u . .. retcnca cien-11 ista."

Nos encontramos boy. para dójicameote, con unosIlisI~nadort::HOOnomistas que. empeñados eu apoyarse ex­c1usl-:am~le en un cuerpo teórico inseguro, ven cómo sustrabajOS ni Interesan a los historiadores " puros..." si seme admite esta. c:arac:terizacin_ ni a los economistas. puestoque come ha dicho recientemente uno de ellos, este tipod.e blStonadores se han equivocado ..al caer en la tenta ­ción de contar a los economistas lo que estos deseaban oír

I 36 L'" HISTORIA DESPUES DH FI.'I DE L'" IIlSTORIA

El punto e~en cial que justifica hoy, como sucedió enel pasado, la independencia de la historia económica comodisciplina -c-cc mo algo más que teoría económica aplica­da- es el hecho de que la recria económica se ha mostra­do incapaz, po r si so la, de explicar la complejidad de losactos hu mano s cole<.:ti \'Os, incluso si nos limitamos al te­

rreno especi fico de los de naturaleza estrictamente econó­mica (o que se iOlerpretan habitualmente como tales ). «Enel mundo real -nos dice Kiadleberger-r- reina. la ambigiíe­dad.» No hay que: hacer muchos razonamientos para lle­gar a una convicción semejante. Basta con mirar a nuea­rrc alrededor Ycomprobar la reiteración de los errores deprevisió n cometidos por gobiernos e instituciones que ue ­nen a su $ef'<iclo los aseso ramie ntos técnicos mas cali fica­dos: los préstamos irresponsables a países que jamás. po­Gni.n devolVl:rlos," la situación actual de la mayor partede las etnpm-as informáticas (que. pesea díspooer del mejorequipamiento imaginable para utilizar modelO$ecocomé­tricos wfiw cados. prrvieron equivocadamente 11. deman­

da de sus productos). etc.Por otra parte, ¿podemos hablar de un cuerpo de reo­

ria econ6mica que se concreta en un conjunto de «leyes»de amp lio alcance1 Si descartamos esquemas generalescomo el de las ..exp«t.ativas racionales», que se ha com­probado que no funcionan," resulta que. cuando se inten-

S6. El esnod>o <10101 oSe~~ lba a~•~_C~ """" ~_ ..-.. f 00Cl frecua>aa __ El di.I dola~_".....- pOtala~ .... _ aIF disuon_.e-ta P. lC i, d',t"..,.~_ ""_,.",.,.. <IJl4"'_~ ;" /1'UfO<'" ~"",", Looe<IrU. <le<>rJt' ........ aarl u_o193.l. p. ln.

$1. CII.. P.lCi"d..N ' .... oCoIkcti..~ ... ~......,.,-.. SoID<_ awaJ<o"~b<~. m ¡r..,""'......"..... _ .......... . ..... 1:9--118.

1A «C110METRÍA» 17

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II

I

J8 LA IIISTORIA DESPUÉS DEL FIN DE LA HISTORIA

- una historia acerca de la simplicidad de los procesos decambio- en lugar de contarles la clase de historia que ne­cesitan oír, que es la que versa acerca de la compleji dady sutileza del mundo ~al»." Se cobijaron en 1M departa­mentos de eco nomía y, una vez instalados en ellos, cuan­do creían haber ganado su batal la.!iC encomraron con queeran los economistas quienes no ve ían que les interesasein\'erti r en puestos docentes de historia económica _ porlo menos. de eaa clase de historia económica-los recurosos de sus departamentos. «habiendo otros economíscasque -liberados de la necesidad de estudiar y absorber he­chos hislÓricos- tienen una mejor prepararién en mate­mancas y estadística».

Por otra parte, el balance de los primeros vei nucincoaños de una historia económica que ya ha perdido el dere­cho a segctrse llamando «n ueva" dernuesmr. que sus ma­rores cxitos son los que alcanzó en la década de los sesen­ta en el enudío de dos problC1llllS concretos -el de laeconomía esclavista del sur de los Estados Unidos y el dela contribución del ferrocarril al desarrollo económico­y que sus a ños posteríorn de triunfe y expansión no han

aportado nada nuevo que tenga la ambición y nascendee­cía de aquellos primeros resultados . La conclusión a quese ha llegado es que, en el fondo. la «nueva hiStOr ia eco­nómica" como W. con sus pretensiones deindependencia,ha most rado que para lo más que servía era para «corregirmalos planteamiento, Y errores en la historia económica

41. G. o._ ... .WIY<._Id~ be lOld_ti>< .....~..... « .•;,.. _ . .......__H...", _ . xxx.21~.l< IYlOI,

PiI' . " ......

LA « CLlO METRiA»

uadiclo nal» , pero no para establecer un «texto» propio .dado que representa simplemente «una e;<tensión edifica­da sobre los fundamentos descriptivos de la vieja» y queno puede seguir viviendo, si se empc i'oa en prescindir deella."

La conclusión a que habrá que llegar es que los fenó'menos socia les son demasiado complej os como para es­perar que puedan ser analizados satisfactoriamente, ni conel instrumental relativamente simple, aunque preciso. dela eccncmema. ni con el mal. amplio y vago de la historiatradicional . Rechazar el «ciemifismo» no significa, sin em­bargo. rechazar la "ciencia». La ecgecca de definir ex­plícitamente los supuestos en que se basan nuestros raza­namíemcs no es propia tan sólo de la historia econométrica,sino de cualquier fonna de bíuona, y el uso de m étodose!.tawsticos y econométricos avanzados. e incluso el de«modelos o pUci tos hipot é nco-deducuvos» e-cuando ésotes se aplican a problemas que pueden resolverse con unnumero manejable de variables, sin caer en sitnpliñcacio­nes desnatur.l1izadoras de la rcaJidad- DO sólo es lícito sinorecomendable, y puede resultar especialmente provechosopara el estud io de determi nados problemas hist érico­económicos (como sucedió en su tiempo con el prudenteuso que de estos métodos hicieron Conrad 'f \t~r en suestudi o de la rentabilidad de la esclavitud) o para poner• prueba la validez de explicaciones que contienen raro­namientos económicos implícitos o mal especificados.

62. ,11P., ." /. f\ok:l••TI>< f\I, or0<'0I>0RIi< """"T-.... <1 ~""" roI«;.U"" •....-1040 ll<O" CI , q... _ ""_ ,_""'" _. K1"~..-"i;h<>{r.19t7. Cow _,miel dt tu ¡>P. 2 J :ti.

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las. La hisloria era y sigue siendo la disciplina humarustl­ca por amonomasia. En cambio la economía ,e ha di,.tanciad c progresivamente de la hillaria " de las cienciashumanasdesde los tiemposde Ricardo: aun pcm¡anecien­do tan dtbil como base pan la predicción. seaferra oesu­nadamenle a las llamadas ciencias e<3.e'.as . mediantc el uso

y el ab.."o de la lólJica matcmatica COmo irntrumenlO fun­damental para el análisis.

Pero tal \~Z la reflexión más adec uada para combatirlos excesos «cienttñstas» sea la que ha hecho :-.tcClosl.:eval advercmos que si la recría económica rv la historia eco­nómica con ella} no sirven para mejorar la suene de lospobres y para empuja r a los político. a que se preocupenpor hace r la Tierra ha bitab le, sirven para muy poco. Poreteeames que sean los mon tajes que hagamos con suutillaje.

I

LA 1l1STORlA DESPUEs DEL FDó DE LA IllSTORlA

Pero suponer qu e se puede explicar la llamada «revo­lución agrícola» con un cuadrito elemental y un par de tri ­vialidades acerca de los «derechos de propiedad exclusi­vos so bre los recursos» que son necesarios para el desarrollodel sa ber y de la ttcnica" _ PQ r poner un ejemplo de lo.abusos a que han llegado algu nos cliÓmetra.- es tan pocosensato como el viejo ime nto de construir modelos ciber­néncos para explica r la primera guerra mundial."

En un libro reciente." Car io ....1. Cipolla ha queridoccmn buu a devolver a la historia económica el eq uilibri operdido. recordando que la histeria, en cualquiera de susramas y modalidades. se refiere siempre al hombre y queal ser humano no se le puede llegar a comprender si nole ponen en juego todas las dimensiones que lo cocseuoen.

La histord. «ooÓ1l\iQ. el una materia cmincnternenlt

imc:rdiociplinM. Ckllpa un a lona del saber humano queest4 Situada m la C'DCl"lcijada de otra> dos disciplinas: lahi5loria y la o;ono mia. La historia económica nO puedeprescindir de nioguna de euc, Si cede en uno de esos do'!fmlles.. se desnaruraliu y pierde Su propia identidad. Elproblema consiste en que las do'! disóplinas que están msu base. por as' decirlo. penen"""n a dos culmr.U <:listin·

6J 000.... c. _ en.. r........-...: fC'<lI""""•. <II Smo<to<>o" __ .~."'- 'IlI<k. Vi. W. __Co.. 1\11S1. PI' 1l;.f9.

6< J. oa..Ilcr. nw_ _ al"""'" A q--..: , ¡ _ • •

" ........ \btk. o.::w- ...,_. 1_. PI'- J,.....LoI_ >C """""'....-. Ir. _ de bipó<cOis wo ' .... , cWiI"~ como~ .H.,~. t , lO__... __ q poo<C< ba>an< ... Ir. ....¡oona. <1>..........

piia _ O'" _ . '9- 'l!.6'. E~'.... ......... , .. .............. I~lh>d..cci<!lta ~""'_~"".

&.«:ona. Ccitoea. 1991.

LA «CLJO METlltA)l 41

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UN EJHIPLO CONCRE1D: EL PRQBLE\tADEL NIVEL Y DE LA CALIDAD DE VIDA

Nos detendremo s u n momento en este repaso, tal vezdemasiado limitado a textO'i de carácter program ático ge­neral . para examinar un cam po concreto de trabajo histo­riográfico al Que se ha prestado mucha atención en jos úl­timos anos -el del estudio del nivel y de la calidad devida-o con la int enci ón de Que sirva para ilustrar mejo rla complejidad de los lemas hist órico-economices y la ím­poosibilidad de resolverlos satisfactoriamente con el solo uti ­llaje de la cuomema.

Comencemos, si se quiere. por lo que parece mas con­crero, elemental y cuantificable: el salario. Los que est éniamiliari zados COll las discusiones que han engendrado lasseries de salari os agrícolas britinicas," o quienes. senct -

66. A. L. _\tI'.•Th<t 'la_ 01_ iII Ul< U.le<! ""'f'l<aI 6_.lIl< .... ..- ,..,.. """""'1nI _ .~ '" 'M~s.",..._ Su­""". LXtl'S9II~ Pl' 102·':'12., LXll llt'l9"" Pl' 1000000IJI, J9S-«ll Y515·510:Ce...... ti. _._ ....,atad lIl<"'-of_ ron ';"" 0 ll!<lo. ,fJ<d...LX XII (1909).11II- t l·IOl. tt<. __..,. , .... l"'ba/OO =a<listiro<. E. 1'.

tI. . ....~ • .rn.o ..- ... ,..c,' 01~ P<"Ut!' fro<o "'" melrop>/>' 10,~. oo·:lo<o, IUI),I'J»>. EtoIIo.", A........ ""...... 2' ....... XL il 'lS7). ",. :~~

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LA HlSTOlUA DESPUÉS DEL FIN DE LA HISTORIA

uame me, ha)'aD llegado a percatarse de la complejidad queesconden las cifras de los salarios que encontr amos en losarchivos, no se sorprenderán demasiado ante afirmacio­nes como la de Michael scoeescner. quien nos invita a verel salario de los artesanos franceses del. siglo xvm como«una cifra que codifica toda una serie de presunciones dis­tintas .. .. inscritas por muchos autores diferentes, cuyas pre­misas no eran enrerameme las mismas. Un sumario cncu­co de diversas estimaciones del significado de l paso deltiempo»." Aunque eo;tá claro q ue podría haberlo dicho deman era más simple e inteligible.

Si razo nes de comodidad nosnevan a utilizar en la prác­tica estimacio nes globales de la evolución de los salario scomo las de Phelps Brown," no debemos olvidar que sóloresultan útiles para una primera aproximación a la reali­dad y q ue cualquier intento de basar en ellas análisis másprecisos puede conducimos a situaciones irracionales, comola de encontramos en determinados momentos con valo­res cuanntauvos que implíca rtan que los trabajadores es­tán sobreviviendo milagrosamente por debajo de los reque­rímíentos biológicos mínimos.

Un volumen colectivo de estudios sobre salarios reales

Ó7. MldIa<I So • ,. IfMt o0t4 _ . _ "'.,.f>OI "" ... poI,nes'" Uw

"~~Nnl,It-«o<""]t Fht'ICIt_. C.",brid... e-.:IrcU~"'- 19l1'li.P. IR v.... tamo.... <lol """"" 'u,'''. o"""t .rul ¡" P>ris ¡" lb< aJh·,..nlb <erU"ly». <" M. ~. P. Huc lO" y M. SO"" I><t. ed.l•• Mo,u! ""''''''''" lO'" 0114 "",..", b<["", I~/""'''''Y. c.mbridl.. C.."brid l < lJ"¡",l1i l)" p....,1911. pp, 1.1 ·172.

6R. H. Pl>llp. a""," y M. a""".... A""'"'Y <1f poy. Lonel",. 1%8. , .<oI>ro ' odo. H. 1'1><11'1 B.....n y S. V. Hop.in•• A P',,!,«U>o 01 " "1<3 ""d f"1·

''''. Looc .... M.,,,",,,,.19!1. do ne!< .. ' '''''''''''''''n compilad '" >u, ,,,, bojo. ""b~ .iel• • il"" e!< "'>ri<>. .._ <n <1 'u' <lo Inl i' ''''''.

EL r;rYEL y LA CALIDA D DE VIDA

en la Europa de los siglos XIX y xx" nos recuerda la neocesidad de procede r con muchas preca uciones. Nos d ice.por ejemplo, que las senes de "salm os nacionaiC'5>o no pa­recen ser realisw , que hay que publicar salarios por re­esones. ciudades, ocupaciones y ofic ios; que al salario bá.sico hay que aiiadirle los otros ingresos erecevos. q ueimporta mucho investigar LaJIlbien los salarios ob tenidospor semana )' por año (no sólo tas cifras percibidas porhora y por día trabajados]; que conviene calcular los in­gresos familiares e incorporar a la Investigació n el estudiode los ingresos de grupos generalmente olvidados. co molos artesanos, los tenderos y, sobre todo, los empleados.ele. Haber tomado en cuenta esta última recomendaciónes lo que explica, por ejemplo. q ue un nuevo índice de in­gresos nominales en Gran Bretatla , calculado por Feins­tein, mod ifique substancialmente la imagen que daban lasviejas cifras de Bowley.'"

Pero los mayores problemas suteen cuando hemos depasar dd salario nominal al llamado salario real, a la eva­luación de su nivel adquisitivo. Las ccnucversías sosteni­das en las últimas décadas demuestran la dificultad de ue­gar a establecer cifras aceptables." Los estudios mas

69. ...... S<botiu .. «L.__.. /'Il"_}fJf""",,l1U'T~/fa­

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Pu . d. " "".. lo. ""fcn1"" d< Flj"" cn 191<. la " pl i,,",- do V"" 1100. <100' '' " '"1979. <1 ~""l< ."'.. So:Iroarz, ¡>of uoa ¡wt.. y Hu", y llo<h>m. 1'0' ," ro(19IH'l'JIl). .... I'or> "no vis ión m" do """1""'0. , 00 =Iu,;vo,"" ,,« bn","j.

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.... _ /. S6cl<.bu , •• Rut -.. "'-' iD _ EltfOI'C, 11SO-1550: Slo<:k·10<>1 p6IUi... pmp<cI...... _ ~U,"'7. Xl! (\W7), ¡>p. llJ-l~6.

12. bl:I>apIo••N) iDlOIUtIOf\&! COIII poorisoo. el ..,.. _ _ It'JO.~IJ:

'>l..~ ....... 0II<l ....01.... <ti el ~bro " to';'" d. Pn<r Sd><>Ii<n. 0<1 ••PI> 1(17.1)9 (, leo~do R. 1.<IlcuuO M. J. 0...""'" <ll.1Il' 1.0-14 ).

recientes muestran que 1105 encontramos, por ahora, antedificultades metodológicas insalvables: la diferencia que im­plica usar precios erecuvos de venta al detalle -los queel trabajador paga cuando adquiere los artículos necesa­rios para su mamenimiento- en tugar de los precios al pormay or con lo s que se han formado la mayoria de los índ i­ces disponibles (que no deberían, por ello. utilizarse parael cálculo del salario real; lo que nos obligaría, en la ma­yor parte de los casos, a comenzar calculando nuevas ci­fras reoreseuauvas de la evolución de los precios): la ccn­veniencia de revisar las pondmlciones )" las «cestas"

lomando en cuenta las diferencias de las pautas de consu­mo de los díverscs grupos socia les y su variación a lo lar­go del tiempo. etc. Cuando~ zamagni plantea La pro­blemática de las comparacio nes internacionales de lossalarios industriales reales, no rolo rechaza el simple ex­pNiefUe de cooYCl'tiJ:w a un paU'ÓD. monetario común. sinoque apres.a sus dudas acerca de la utilidad de compara­ciones más complejas, y aparetl.letnentc más fiables.. comoson las establecidas con métodos romo el de la Purcha­sing Power f'arity o el de las ..necesidades alimentarias bá­sicas"." Lo cual acaba ronduciéndonos -lo queramos ono- de algo que inicialmen te parecía ser un simple PlG"blema de cuanuflcación -el establecimiento de índices desalarios reales-e- alterna mas complejo de la estimacióndel «nivel de vida».

46 U. HISTORIA DESI'UtS DEL fL'l DE LA HI~TOR, lAEL NIVEL Y LA CALIDAD DE VID A

Hastaría en este caso recordar la inacabable literaturaque ha suscitado la discusión. sobre el nivel de vida en lapnrnera fase de la ind ustrialización bntanica. sin que sehaya llegado ni siquiera a un principio de acuerdo." Perono u un caso único, aunque sea el más conocido " citadoEl tema se ha estudiado para otras épocas y otro~ escena:nos, tal vez en un contexto excesivamente ligado a la ali­memactón;" sin que los resultados sean mes convincen­tes: asi. en relación con la sedentarización y la aparic iónde las primeras sociedades agríco las." con d estableci­miento de formas de: control del aproveíonamíemo en laanti ¡uedad ¡:rccorromaoa.--' respecto de la Edad Media

1J. Cualqw<r _LO d< _ la .......... ¡';~..jia faed• ....."..; ,....¡.W'IIO"""__.. <Ico_~ -la ......C<Hn~ do A.l . 1lI......~ .. Ia aaualloiad al ...." ..I..M 111< rlaotíatd oj ~,.;"' ... lJn.­

.... ,.'M_"'¡_""".I.cooOt<o. l.l"",..". " " . ,oldol. G. W;tialI' ._ Dtd """"" __"'-'!. l.cooOt<o. AlI<o. _ U_o 19Ii'........."""""" ," ...-do Rct<t ""rlIo. " .-""dP<u ,...._ ......."'''''E"IIo'Od. 176J·/ItJI.0Ic>00ccsl.... AJan Sotl<>a., 1_. """ " ""''''''' <Qor>o la COIII '_ do la -"' , la ..- • ,," ' . 400 ......... """" a6cI ..,~_ ..pIioM leo _ d< ...._.

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~l. n-I s. W"'" A. B. _ ,.,_~"..__ ." ..1oc<I .. .,;/'Mcn

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76 """' GanIM'r. hno,,._ food "'Pf1I .• ' . (l•• ~"" "'OridR..IX'_ ""1d, aM <TI.... C............... C"""""l", 1.:0;"""" Pn:>o. 19M.

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48 LA IIlSTORTA. Pf.SPIJ"ES DEL FP.i P E LA lilSTOIUA

europea." de los cambios int roducidos por la coloniza­ció n de América," etc. Si. en lo que se refiere a la alimen­tación, conside rada aisladamente, resulta ya dificil llegar,como veremos, a aiglln tipo de conclusiÓII satisfactoria .entrar en el tema mis complejo de una estimación del «nivelde vida » que abarque más elementos -que pretenda ir másallá de la mera subsistencia biológica - nos enfrenta a pro­blemas poco me nos que insol ubles, incluso una vez hem ossuperado la tram pa elemental de su po ner que los di versos«niveles» de los grupos que componen una sociedad evo­lucionan paralelamente, de acuerdo con las cifras «medias»de sus ingresos per cápita (ilusión q ue basta para cont ra.decir la evidencia de evoluciones divergenu:s; por ejemplo.la del aumento pmgresfvo del intervalo entre ingresos «me.dios» de los ciudadanos más ricos e ingresos «medios» delos m.:is pobre.s que 30e manifiesta en la sociedad no rtea.mericana actual).

Para Cltristopher Dyer, el aná.lisisde los niveles de vidaen la In¡1aterr.l medieval se desglosa necesariamente en ca­pitulos diversos acerca de la aristocracia. los campesinos,los habitantes de tas ciudades y los asalariados (sin olvi ­dar, en este illúmo caso, Que las ci fras de los salario s notienen sentido si se examinan al margen de unas circu n.s-

TI. v_ _ ~ d caI<Ir.. ~__ <lo~ 0><>. $ ...... "O/"""' '",. __.,...C-..:I,.. c.nllri<Iro: Uai ' uSli ' r-a. 1m(ho, tnd. 03it.:~ CnDa.. 19!11). I.rotmarionu _ la _ toei6oI... 1II1 otns d<_oF.-...

n. o. M.-. U¡w>d»« oI,-,,_~. _ ..1 110. OWt<>. c...-.P"'-*' tidnon N_ .19SI:Il<m..--cl R.Orm: el<"l_ A . "", _ j_...... _. • N... 8nmswIc1:. R1l.,.n u " P'r<$&. 19!IO; JoI>oc. So..... <1.&__el< _ alI__ _ l-oIUoo_..l.o"-'o el< l.o-....... J. c. s.. 'T. C. WriJIM.o1l..,1""'..._ ""'1-" " ' 1OCtftMd ... ,1 -""1 un M<ti<o, F.c.~. 1m. <te.

EL NIV EL Y LA CALIDA.D DE VIDA

tanelas sociales Que sólo en tendemos a medias). " Cuan­do Quera mos ir más al lá. par a hace r comparaciones entrelos datos referidos a estos distintos grupos, deberemos to­ma r en cuenta. además, la diversidad de las expectativasde cada URO de ellos y la existencia de «anomalias y dis­crepancias eeue las condicio nes inm ateriales y el bienes­tar econ émícos.e

Todo ello parece Que debería conducimos a substituirel uso simplista de índiees.globales por una pluralidad deenfoques" distinros. El primero. el más objetivo y cuanLifi­cable - aquél. en consecuencia. al que podría encaminar­se. más fácibneme. buena parte del esfuerzo que hoy se rea­liza en materia de.investigación de salarios y de niveles devida- es el que se refiere a la desigualdad eccaémíca, oal reparto de la riqueza. si se prefiere formularlo así. Lacomplc:j:idad. poe WI3. parte, pero también las promesas queoñece este campo aparecen claramente evidenciadas en laobra de Amanya Sen.· La forma en Que un enfoque se­mejante puede enriquecer nuestro conocimiento históricose adviene C1I investigaci ones concretas como la de Ccm ­waIl sobre la InglalCIJa de comienzos del siglo XVI... o ee

7'J. s... ,1 , ootft ~ .. l <l oni<:uI<><I<l _ 0,0. , <lo S. A. C. l'au1. _ ~ -... Ell·JiM4;.....-. _ .... . ' 01 . "' , __.mx,......... xun (I'J'J01. P\I- l S'-J16.

.el. D,ct. _ '"~ P\I- v ..vs.11._s.._. ~ I d"" "" _ &r-.0f0<0.197'!l.

.10 _ bo,- _ oIadir po1.. • . '0 .....-.. comoPt1o<rU 0-.4/.....-:

.._..........__.....-.Oúotd.01f_U~Prao, 1911;~__... , ....~...--.H..-du..--,.,.....1"". <te.

12. J. C. K. c.o.-. -, '""rlf~'_ «10""7 h ·1~-.4. Lo-. Roo_ """ KrptI PIluJ. 19I1I.

Page 25: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

Il, E. p. n : .Ú~.S.__ ntl~Pt1"""'Iluc<­

-.C-. 1'11'I, ....... 1, PI' 19'T·m.,M . V_1'tra "l_.H.ml"c.IIKIItOIidodJ~~­

lito .. las ~ :tl.=_. do la EIu<>pa lIftIDduslnaIo,_. do _ ......."........ Vlllm~ PI'~7l '.

IUcondición "fantasmagórica» , porque en su tiempo pu­urercn ser ca usa determinante de acciones reales por par teue quienes creían en ellos. Hace ya atlas que Thompsonvtplicó, en las espléndidas páginas dedicadas a la explota­ción, qu e la aparente contradicción ent re una mejora «ob­jeuva» de las condiciones materiales de vida y un sufri­miento creciente podía a p licarse de manera racional,"

Las dificultades de la ínvesugacíó n cuantitativa en elterreno de los "salarios reales», y la repugnancia que mu­chos sien ten a trabajar con eJemenlOs aparentemente nomensurables, como la percepción SO\..;a1 de los hechos, ex­plica que una parte de la investigación que se pretende..dura» haya optado por otraS vtas, corno las de la rela­ción entre hambre, enfe rmedad y muerte. o las de la lla­mada otIlistona acccecmemca».

No voy a entrar ahora en la larga. tra}ttWria de los es­tudios que han pretendido ~lacionar el. hambre con las epi­demias y la mortalidad. porque el excelente csrndo <k lacuestión publicado hace un tiempo po r Vicente Pérez~loreda" me ahorra este trabajo y me permite limitarmea citar algunas puhlicaciones posteriores a las queél "llalil<lensu texto. y a plantear algunos problemas más concretos.

Hace tiempo que hemos abando nado la ilusión, dema­liado simplista, que nos ofrecían aquellas exactas corres­pondencias entre precios de 10$ granos y curvas demogra­ñees de los primeros tnbajos de M euvret. Se: nos ha p uesto

50 LA m SrOR1A DESPUÉS DEL FIN DE lA IUSTO¡UA

las hipótesis de Linde n sobre la relación entre e! aumen tede la población y la evolució n de! salar io real , com o con­secuencia de una ofe rta crecie nte de trabajo." Y a pro.puestas más discutibles, pero de las que puede y debe apro­vechane lo que uenen de bueno, como la de w íuiamson,demasiado amplia ta l 'Il:Z, sobre la evolució n a medio y lar.go plazo de la desigua ldad y la pobreza."

Los métodos cuantitauvos no son suflciemes, en cam­bio, para el OITO lipo de investigaciones. que ha de basar.se, ame todo, en la percepción de los cambios po r pa rtede quienes los experimentaron, paniendo de sus expecta­tivas -Dyer ha señalado la díferencía que exisna emre lasfanusías de las clases populares. que se planteaban en tér­minos de UIla «tierra de Cucaña» en que easra las casaseran comestibles, y las de una aristocracia que sonaba enun mundo cortesano qu e incluía, aparte de los banquetes.,a Ira s goces caballerescos-, de UJlOS temores por el futuroque en ocasiones podían ser equivocados -quienes cono­cemos los pánicos inju.stificados que los espectros de laanat"G:Jía o el bolchevismo han suscitado en nuestro tiem­po, hasta llegar a los delirios conspiratívos de la 1000 BirchSociety. conocemos bien este tipo de miedos, y podemospercatarnos con mas facilidad de que la historia está llenade errores de percepción semejames-c-, pero que no debenmenospreciarse po r el hecho de que se h.aya demostrado

IJ. ""... H. I.u>dm• • EnJl....~ ....... 0I>d~ ISoOl.19lJo.al 11 . l. Ro<b<t¡¡ , T. .. . lIM>tt. eds.. ~W'- #'Od~.~~,_~.0-.1__'. ,nId""'-l", ,,..-.. _. Cambrioi,,<, c.mbn<tre u....=»1' Prus, 1\116, PI' <jI.1•.

U l . o. IViIha..-, /_I;'.~ fH"""J10'lti 1oi.<ttJry, O>.fonl, K~h<ll.19'\11.

EL l'I1VEL Y LA CALIDAD DE VIDA 51

Page 26: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

B\I. Tomo> bu<D. pone ok ..... 0l>IIIi<Ienci00 ok W"'J 1 ¡m"",. Pol«>­.",n,,.,... Q;>O. "" a '-m.ia ambo.. L.a ú\nD&c><IIo ... 0.-0. aoom~ <1<'"tu DO.......,. .......... _ lo t:uo:<_Do:ia ... lo<<lIOII'*>I alim<ntarioo <D

la Ilia<>ria. "" _ ... 1M mt>d 10 Wip~ I'W. ~.90. lbma _ ..... MO 1 _ deI_~ Iil>to <1< 0rtIa de M_ ·

-."''''''' ...,¡"".... _,~.-d.,,'m_ ._ ~ fIII. 98-11991. V_ pe&"e¡<mpla, Iududu__ <lela _""",,""'l'<"l'O'

_ J lwelbr< ... loa te e<¡>R$&II c:o l . O.1.« ,, 01..

_ ,~""- ft>otI .-d"'''' ''' '' ' ' .. .t ,o.Jonl.Oam>doDPmo. 19$1

los ca mbios de diera son más importantes que 105 cambiosde dinastía o incluso de religión »." El propio ejemplomeccanc nos muestra la gran adaptabilidad de los patronesalimentarios al entorno natural. Si en el caso de los aztecasnos sorprende la Importancia del consumo de algas [Spiru­lina) y de las más divm.as fonnas de vida animal (,dos azte­cas -nos dice ()niz de ~lon tellanl>- comían prácticamen­te toda cosa viva que andaba, nadaba. volab a o reptaba»),en el de los Olomis vemos cómo lograron ada ptarse parasOOrni vir en una zona árida y pobre. con un promedio deprecipitaciones de 440mm al an o, Los. investigadom que,• la vista de que su alimentación a.et:ual no contiene la cla­se de productos que consideramos esenciales paca una bue­n. nutrición (carne, fru ta. verduras, eec.), esperaban en­ce nt rar- entre ellos lodo tipo de con.o¡ecuencias médicas desus deficiencias alím er uartas, se vieron sorp rendidos al ad ­venir que su dieta era saustactoría de acuerno con los ni­veles medios establecidos en los Estados Unidos."

Pero. incluso si nos limitamos a conside rar la disponi­bilidad o escasez de los alimentos fundamentales, la cosaresulta más complicada de lo que suele pensarse, y nos obli­aa a abandonar algunas simplificaciones más o menos«tnalthusianass.w Jc hn D. Posi nos ha mostrado que, por

I

52 LA IIlSTOIUA PESPtJts DEL FLo; DE LA HISTORIA

sobre aviso acerca de la co mplej a relació n que puede exis­lir entre los rendimientos de las cosechas y 105 pucia s,"y des de 10$ trabajos de Andm« B. Appleby son muchoslos que han comenzado a expresar dudas acerca de ..has taqué punto el hambre era consecuencia directa de la esca­sez de alimentos y sólo de ella...•

Comencemos por la necesidad de de finir y evaluar elhambre. Aparte de la d ificil esumacicn de lo q ue es unanutrición adecuada -que en modo alguno puede reducir­se a los element:l1es promedios de calorías por habitanteque suelen usarse-e, m ulta necesario que nos aproxime­

mos al problema. en cada C3$0 y en cada memento, con110 buenconoo;imiclllo de la ccmpleia combinación de an­menta s con la que cada pueblo ha elaborado las bases deuna dicta equilibrada -definida no s610 por razones na­turales. sino también euhurales-e, pero que tiene como COll­

secuencia fundamental la de produci r una adaptación a estadieta que hace difícil su cambio. El ejnnplo de los indige­na s mexican os, que desde la conq uista española modíñ­caron su religión y su id ioma . pero que conservan a gran ­des ra sgos la misma dieta de los tiempos prccotombtnos,puede ilustrarnos acerca de algo que ya había intuido Gecr ­ge Orwell. al afirmar: «M e pa rece que es lícito sostener que

!~ , E. A. Wn Jl<l<• • AlJIU'U~~ ....,.. l& pmd_ , ... pre:ioo

.1<1 !'"O"" "" Iu 0<0II<I<IlWI~•• en ""'....~, rlqfdu. lUr·"'10M.e~ J9'l1, fIII. J,.o.ln

08. Ptl<r ~.Ao<It<'wAfIIIlt'>!'. A p<ft<)lI&I.~,."'I. ...~.''''' R . S<>ooC-. ...... r._.,,_....-",.. -..10m.-. '" -,-.._.', Co:ob<idlt. e_l' I1li -.." l'Tas. 1m. ¡o. la- u.......pIio ....,_ ok lo:i _ ...__... AfIIIlt'>!' te _uva <" .1-amiO<. _ ..on3 "'.... _ 1> -."_,.. e1lJabo¡o <1< -...lItt • 5<!Io1'll;o.- >b« el ClUdo _ ' fIII. J,'l ).

EL- NIVEL Y LA CAlIDM> DE VIDA SJ

Page 27: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

95. Ea lo"" , • .......,........,,,,,.,,. h_p<>tl- F__H.~I" '" ""-1 ,QUd<> • i<>c_). ...I'itma ,. "' ''••11......'' ..... lWt....,ot ~........ .. 14t ,jj,1 iII tho kiI<o<yot pIaItTo '90 1). E.. _..u- ~bto ..llIIOd< --.v" .... s..._.Food~ _~_ • • (pp. 1' 6-)86¡- ..... __ .... p........m_ ¡Iottales. Ea ..........

• . ........ loCIlpm«l<lll~""''''''''';(lfcom""",""" d<i1f'e'C'D'e, ... U, .. ,.' k. •Food.........., an<I -.e .100"", ...... .. ./ott,.,.,¡ o/_.~, s,.,.., 19....• , (OCIUbte '" 199'~ pO. '_n

Pero tmmnoslo por otro lado más p¡;icrico y ua1ab1e_

No sea W10 el pnl>Cipio de lo. ..-menos, sean di.-ersos portodo Sil KT. Entendamos Que Jos crió Dios disllntisilnolen ' -arW pute$ dd mundo. y Que, oomocnó diversos ani·rtaks Y yel'\'U pontollosas. tmlbiéll esparció difer<lltC'S

ray"OJ. semilIu OastroS de enf=rmeda<les en <futanles cli·~, no tenitndosc en WlO$ la. noticia de Jos OtrOl. Perocomo el tratO de las llenles ha llevado de unos ternes aotros semillas dC$COnocidas. Que despu6 se han recibido

h'ma en cuenta, ante todo, el problema fundamental dela distribución , y que si, por una parte, sirve para nacer ­nOI más cautos en la inte rp retació n «malthusiana » del pa­.,.do, nos ayuda , por erra. a q ue examinemos de ma neramás realista los problemas actuales, alertándonos cont raciertas complacencia s pre matu ras ."

Po r lo que se refiere a la enfenn\"rlad, tal vez se hayaabusado de la cita de ~1ejOS latos que la ven como unasecuela del hambre. Jo cual nos ha 1I000-ado a pasar por altoque los médicos eran capaces d e ir mas allá y que comoprendían, a su modo. la imponancia del contagio y de la.defensas na turales. Véase, como ejemplo, esre tato de unmédico españo l del siglo xvu que en algún modo se anrí­cipa a McNeill, y que cito en extenso porque no me parece

que sea muy conoci do:

"El. ~ IYF L Y LA CALIDAD DE VIDAu HISTORIA OE$PUES DEL FTS DE LA HISTORIA

lo q ue se re fiere al hambre de los años cuarenta del sigloxvm. su incidencia sobre la población no sólo dependióde datos físicos como el volumen de las cosechas, sino tamobié n , y sobre lodo, ..de la efectivi dad de los programas deayuda y bienestar públicos , la disponibilidad de reservasy la mejora de la organización social»." Un estudio sobreel hambre de las ultimas décadas entre los hausas del nor­le de Nigeria demu estra que, más que a causas naturales.se debe a la ru ptura de unos sistemas sociales de produc­ció n que en el pasado. con técnicas prod uctivas más rudi­men tarías, prnntizaban una mejor protección de la comu­nidad an te las malas cosechas. Sus conclusiones vienen acoincidir con Jos punlOS de vista. de c:ienlifico:s de OUO$ cam­pos acerca de la naturaleza "social» de muchas catástro­fes su puestamente ..naturales ,.." Todo lo cual no implica,natu ralmente, negar la existen cia de catástrofes dtmográ~fiea s desencadenadas. en determinadas circunstancias, porla escasee Y las epidemias asociadas a ella."

En los últimosaacs. y a panir so bre lodo de las coser~vaciones form uladas por Amarrya Sen acerca de la impor­ta ncia de distinguir entre dis ponibilid ades de aliment os yao::~ a ellos - la diferencia enue uv"i1"bilily y entille­mefl/- se ha tendido a hacer una historia del hambre que

91 k>hoo D.-.~-...,.. dt_I<""",,/Id;'J< .""''t'; ' ,,..d_".. ....-_w-. n.....""*"" _ .. W H rly Il.¡QJ. IdYca.Co<·..... u.......... ........ 19.,. P. 100-

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Page 28: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

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...-. ""_ 19!IO.

les de que la. ciencia médica conociese, no ya. remedioseficaces para curarlas, sino ni siquiera sus causas, de loque es un ejemplo elocuente el rápido descenso de lamortalidad por tuberculosis en la Gran Bretaña del si­110 XIX."

Tampoco encaj a en eSle esquema la aparición en ple­no siglo xx de una epidemia tan mortífera como la de lallamada gripe espaaota de 1918, Queen nue..e meses causóen el mundo entero 25 millones de muertos; más que losQue había producido la primera guerra mundial. La con­vicción de Quelos progresos de la aíimeutación. Ia higieney la medicina han hecho desaparecer de nuenrc mundolas grandes epidemias del pasado explica Que nos negue­

mos a ccusíderar esta gripe como una de ellas y que reci­ba por lo geotral un tra tamiento puramente anecdótico."

Miem ras en su últ imo libro Tbomas .'I1cKeown tratabade ofrecemos una visión revisada de viejos planteamien­loS "malthusianos",... .'liad: Nathan Ceben. a la '''l quematiu. la imagen feliz de los pueblos primitivos qu e se hapuesto de moda entre nosotros en losúltimos años -a par­ur de visiones co mo la de Manhall Sahlins-. desminñcalos e fectos del «progreso» sobre la alimentación y la s.aJudde los hombres, insistiendo en que muchas mejoras ua sosohan alcanzado -eD los imperios de la antigüedad comoen 10$ países de lo que llamamos el T= .\t undo actual-e-

~6 LA IUSTDRU DESPUÉS DEL FL'l D E LA HISTDRU

bien y se han conservado. de la misma manera se puedeentender de las enfermedadel, astros o núasmal de ellal .Sabemos que no se avian visto viruelas en las Indias , queel Iruta lan conoctda en f-lpaiia y Europa . y que quandoNa"'áe~ fue conrra Conés a ~16.ico n...." un negro ccnesta desdicha. y que la plantó en aquellos reynos, de su., ­le que se encendió fonisima la epidemia de viruelas y mu­rieron seue ieeros mil indios. porque, ignorantes de su ve·neno. come se vdan lan manchado el cutis. le bañabanY. mrocedido.los malaYa p~3lIIenle . Desde entonces $Qfl

ordinarias allA las viruelas en mas o menas copia . con for­me las disposiciones en los m,.-ros. Algunos han pcmadoque nosm omaron elp~'e ron el morbo gálico. y poressc le U;unan in<lico."

E.stamoS abandonando tambiéa otras c aerpreiacouesmecamcu tas qu e ligan la desapancion de la enfermedadal progreso económico o al avance de la medicina: una me­d icina científica que, en lodo caso. ha llegado muy tardía­mente a 135 capas populares y Que ha sido vista CDO malosojos po r los sectores co nservadores de las clases acomo­dadas (en Ponugal se publicó en 1858 un folleto que con­cluía «recommendando as familias religiosas cautela ccmes médicos ...• ja connecidos como inimigos de Deus ouda religiJo»).r Pero también por la co mprobación de quealgunas enfermedades comenzaron a retroceder mucho an-

.. loa "'_ d< '-' lJuP"" .".«ww-o. _ >.i.. 1616. P$I,

~J1.

97. P. _"'SouzaAmaoSo,~ ......",,_.....Uoboo.,Sd ... IIJ.L" I ~ ;' ~ r 1 .,;.. ..,... .... l'<OOUp&I'Ola~~-..d< ol..-1oO « ......"" <It la _ -... __ q..... :>u<d<".~con .~ ...._._d<......,. __

U NIV EL'" LA C!lLUlII O P E VIDA 57

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101. A.1CI _. ow-. _ •...s~ '" '''''''''''''''. taooesoer.~.. U. omo.., Pmo. 1'190.

1(\0. ~ . sa.o-r..w , D. _ ti> el ~b<o dd ~'" dIo<.......,. """ ~"....._.A._n.._...-..,.. ~.01b<I.a....-1"=I9'JI. p. 1.

on fant il por disen tería, y de Otras enfermedades asociadas,.eria consecuencia de la introducción de medidas higiéni­cas, y en especial de la mejora del abastecimiento de aguay del si$lema de cloacas, impulsada por la nueva concien­cia creada en el siglo xrx por la lucha contra el cólera ....Sin olvidar, además . qu e nos hemos acostumbrado a gene­raliUl" demasiado alegremente al mundo -o, por lo menos,a Europa- algunos resultados deducidos de la situaciónen un país concreto -casi siempre Gran Bretai\a o Francia.donde abundan más los estudios de demografía bistérica-e-,sin pararnos a comprobar si en otros se estaba dando sí­multaneamente la misma secuencia de causas y efectos. Unestudi o reciente so bre la lfuminución de la mortalidad enEuropa . no sólo muestra diferencial; muy no tables acercade la época en que se prod ujeron dererminados cambios ,sino que Uep a sugerir «que pueden haber existido diver­sos cami nos hacia la transición en la mona1idad. que losin\o'C:Stieadom no han sacado au n a la luz......

Parece, pues, que necesitamos un repertorio de soro­cíoees mucho más matizado y complejo, que debería reem­plazar Las viejas simplificaciones que ligaban el descensode la monalidad a causas únicas, como la mejora de la ali­mentación o los progreses de la medicina.

No quisiera, sin embargo, abandonar este aspecto deltema que nos ocupa sin mencionar las palabras que le haded icado Miroslav Holu b, al den unciar que la visión que

SS LA IiISTOIU.... DESpUÉS DEL fU; DE LA HIsTORIA

a las clases privilegiadas .... Los caminos po r los que hayque avanzar pa ra resolver tales prob lemas parecen dirigir ·se hacia respuestas menos simplistas, que examinen en de­tal le cada mom ento en eltiempo y cada grupo de enfer­medades, como hace Ale>; Mercer. Lo que parece más clarohoy por hoy es qu e, en el caso de la mayor parte de lasen ferm edades «tran smisibles», el papel de la mejora enlaalimentación. si lo ha habido . no ha sido importan te. Ten.driamos as í, ante todo, un conjunto de causas de natura­leza inmuno lógica. Co mo en el caso de la practica desa­parición de la lepra, el gran azote medieval, desde elcc rmenzo de los uempos modernos, qu e parece debida ala difusión de la tube rculosis. que hab ría creado cierta in­munidad en tre 105 que sobrevivían a su ataque.- Por otrapart e tenemos. como ya aclaró hace anos Biraben, el finde las grandes epidemias de peste, po r razones también denaturaleza inmunológica. pero reforzadas probablementepor una mutació n de los virus . Ello habría dejado comograndes causas de mortali dad por enfermedad en el sigloXV1l1 la viruela . la tuberculosis y el tifus. En lo referentea la viruela . los efectos de la inoculación y la 'acuna ha­bríau resultado decisivos. :'.Ienos claro resulta el caso dela tuberculosis, al que ames he aludido. En cambio. la dis­minució n en el transcurso del siglo xix de la monalidad

101. _~ 1'"","" C""",," H~"i,~.-I 'M _ wn.iI....'...... ""'" "O>=,_ U...-...y Pral, 1'49...... ~ ... w· 1Jl, 1. 1. v"""' !Iin ..-." 1M""""" _ _ libn>ba=_ pOI' JI"I'"~ Jloy Pon« --..confouDllmc ""..."'..... L/>lwi<><I __ o(lk><>Uoll <ledi ~... <le 19t9l. p. Il-y <le AD<!r<w-. _n_ Lo""" :¡"p~• • '21 do~ <1< 1'1'lOl. P. 19L

102. F~ 8o!n<u, H.."""d</Mp<fta .... ""0._ "r<'.PoN.~19013. P9 ~~Z7(I

EL NIVEL Y LA CAlIDAD DE VIDA "

Page 30: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

I~. ~-. .00 .. _ del al Á1111i«-""'" <t

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[01. o.-ll'd. h<u Cll';;.~'.'.'••i_ ..t~ d _ <: I~~.191'. Carnl:n:l... c...bnd... l ......." J"reu, 1m

vechande los datos reunidos por el reclutamiento m ilitar -e­señalaron que el empobrecimiento parecía causar un a re­ducción de la talla de los hombres. Lo comprobó vülerm éen 1829, y el belga Eugene Burer utilizó los mismos datesfranceses. en 1840. para deducir consecuencias acerca delem pobrecimiento poPlllar a partir de la disminución de laesta tura media de lo s reclutas procedentes de la clase Ira­bajadc ra....

En la etapa q ue va del gran miedo social de 1848 hastala primua gUCTTa mundial este tipo de discurso human ita ­rio fue reemplazado en buena medida por otro muy dls .tin to: el de la. degeneraci ón biológica de las capas más po­bres de la población urbana. como consecuencia de susvicios y defeclos .- Era el temor a las «clases peJigrosa~ ".

po r una pan.. pero sobre lodo a las masas. reccluciona­nas, el q ue lo inspiraba.

La. recuperación del estudio de la:. relaciones <,U tre a li­mentación y esta tura se ha producido en fechas recientes.Su más am bicioso patrocinador ha sido JOM Komlos.quien ha pretendido basar en 5Uin\-estigació n del caso aus ·triaco una autén tica ..hislOria aouopooieoca... con la queabrirla una nUela y am plia vía: ..Por primera ve z -afir­ma- procesos biológicos. demográfICOS y económicos sonintegrados en una teoría de la R...olccíon industrial que

60 LA HISTORIA DESI'UÉS DEL FlN DE lA HISTORIA

asocia el progreso humano a la liberación del espectro dela enfermedad es falsa:

El Ánld de la Enfermedad e. idéntico al fenómenoIlistóriro de la humanidad. La humanidad no exj.tiria deno haber sido por la p~siófl evolutila de la muerte y laenfm-nedad . ... La enfermedad es allo íntimamente Jil a­do a nuestra identidad, intevado no sólo en nuestra his·roria, sino posiblemente =bien en nuestra herenciaffsiCól ....

B sur¡imicnlo. cu.a.ndo creíamos que estábamos ganan.do las ultimas batallas ccneaios microbio s y les-virus. deuna amenaza como la del sida. la reaparición del cóleraen América latina y la renovada expansión de la malariaen el SU TeSte asiático deben servim os de advertencias con­Ira la falacia de estas visiones simplistas. por un lado. einvit.lmos a que reflexionemos sobre la dimensión socialdel problema.

Laobsesión cuantificadora aplica posiblemente elb:itoalcanzado por una técnica de innegable utilidad. pero cu­yas aportaciones me parece que se exageran cuando se pre­tende hablar; presentándola como un campo indepeodiemc,de ..hutoria an tropométrica...

Que existe una relación en tre la calidad y abundanciade la alimeruaci6n y el tamaño corporal es algo que se con­vinió en poco menos que un tópico en la primera mitaddel siglo XIX, gracias a las observaciones de quienes, estu­

diando la condJción de vida de los trabajadores - y apro-

tOS. MorooIa> H_ .l1l<Ilo<lI: -... _ .....""". T....... L~ Sop­,.."....., (1 <le O<'\Ibte do 1990). "" 1.0SI-I.OS2.

EL :;Ivn y LA CALIDAD DE VIDA 61

Page 31: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

lll. C""'" lo"'" PftuI, 0,.,-... d on>:uIo_ t>e <:IUd<> _es, """,,.<lo _.."..,.t.u _ do ......... , __Lt.o ¡rn-".. do Phe4>o 1Iro<o8, HO!'......._ j·b·Q.__Ia«OllOlnil m<ili<>'II islaI flf.

_ do _ .......... ""_ln..... ; ....IO"""~~..... ~"_tu. 1"0__ d f.. do 0 _ boioq-u <lo _ ro """'* del "";Itl._

.... -. ........ _ d............, de pa •• S. .\. c. """"• c. Ooi<t. •"""'" lI>d ........p ... ~. P. nz.

6JEL StVFL y L.... C....LIDAD DE vm...

'lile loman en cuenta el COlllCXIO físico global de la exis­len, ia humana , y las desigualdades internas de la soc.e.dad, lo cual explica que los autores definan Sil investiga .ción como «una contribución tanto a la enfermiza cienciade la economía como a las más esperanzadoras cienciasde la historia y de la biología humana».

Qu isiera que quedase claro que las cautelas expresadasaqui no deben verse como una actitud negat b-a ame losestudios Que tratan de esclarecerproblemas tan fundamen­tales para el historiador como son los de la evolución delWario, el calcule de su poder adquisitivo, la C\'Olución dela. aJimentaeión y o tras condiciones Que concribuven a lacalidad de la Vida de los seres humanos, ni ante unas in­vestigaciones amrcpomémcas Que pueden proporcionar.nos -cuando son como la de Floud. Wachter y Gregory­enfoques muy interesantes. Las dudas expresadas acercade algunos resultados no niegan la validez. de las investí­pciones sobre estos temas, sino que expresan el deseo, }"la esperanza. de que se intensifiquen y renueoen.»

Al criticar las respuestas demasiado elementales _ y,sobre todo. la tentación de usar un indicador cuantitativoaislado para medir la evolución de un fenómeno tan com­plejo como la ..calidad de vida.., o la utilización de pro­medios Que nos ocultan la importancia de las desigualda­des sociales- no me alejo. ademas. de ptanreamientcs

62 LA HISTORIA DESPIJES DEL FIN' DE LA Hl5TOIUA

no sólo es aplicable a la Europa central del este, sino a laexperiencia europea, considerada en general». "

Más específicamente relacionada con los problemas ge­nerale1 del estudio del nivel de vida es la ambiciosa inves­tigación de Floud , Wachter y Gregory.'" Sus conclusionesson, además, mucho más matizadas y prudentes que lasde Komlos, puesto que rehuyen la prop uesta de modelossimplistaS y afirman que no lIay una correlación directaentre mejo ra del salario y de la condición de vida, ya quelos ingresos han podido aumentar a COSta de un empeora­rme nrc en ocres aspectos -e-vtvienda. ento rno. dieta , inten­sidad del trabajo, C!C.-, que pueden haber renido rt'per­cusíones negativas sobre la salubridad. y sobre la estatura.de la población obrera en la primera mitad del siglo XIX. "

E incluso después de 1850,cuando la evidencia de una me­jora en el ingreso y en los niveles de nutrición es indiscuti­ble. sigue presentándose alguna incógnita dificil de resol­ver. corno la de explicar por que la mortalida.d infant il nodisminuyó hasta el siglo xx. Este libro tiene cuando me­nos la virtu d de integrar las técnicas de la histeria antro­porneuiC3 en un conju nto de C(Insideraciones más amplias.,

101. '-~-""._.,..j~." "P_"'~E.<r_"........".H~, ,~.A.,""_""~.I'tino<Ioe.I'l' ..u......., l"Ia&. 191'1. ... J.~ _ 0<\tl>0I'<0<Ni do la,;..... kV = JIobaIdo~ q... pan~(t)da.Ia"""""'_._ .... _do_ia-.

10'l. ~_. Kauootb _ . .........1><1 O'"!'Jl"r. H~~( _~__""""- ...."'.- 'M U.,ood KUo,.M>m. lW-l'MO. Caml>ndl<.ro t..., u-.;r, 19lO.

110. C'"bj)t ..boa.dobed>o>,q Ia 'W'a,q... bobrillaoam'-'" 1..~<mI ea la __ m..... <IeI el p<no<lo de la Ile_ "'._ ,oa!.. olism.....,.. 4< 0_'" la lIINd del Slp>""" , _.., a ... •<_.~'"__ de """"" ... oUtiInoo u=io<__dela 11"_1__oa!. (P. l~).

Page 32: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

6 4 LA HISTORIA DESP UÉS DEL flN DE LA HlSTOIUA

como losde VeraZamagni. cuando nos proponeunaaprc­xlmacidn a los métodos de Amartya Sen, tamo en lo quese refiere a «la necesidad de utilizar la distribución de losingresos para evaluar correctamente las cifras de ingresoper cépue», como en su propuesta de abandonar las me­did as de bienestar basadas en " paquetes de mercancías»e integrar en ellas. en cam bio, indicadores como la espe­ranza de vida. la mortalidad infanti l, la alfabetización, laescolartzactén.Ja desnutrición y «otros semejantes que seusaron en el pasado bajo d rówJo geueri<Xl de la "calidad"de vidaoo."" Aftadiendo le, además. otros-elementos quehoy no son cuantificables peroque remiran eecsoos, romolas experiencias y 1M expectativas de los diversos.grupossociales. ya que, al fin y al cabo, la «calidad.. que preten­demos medi r depende esencialmente de j a percepción delos propios sujetOs que enudlamos.w Lo cual significa.sencillame nte. que un estudie de esta namraleza -si pre­tende ser realmente «científico.. y no unamera caricaturacientiflSta - ha de integrar toda una serie de elementos cuI·turales en los que ~ fundamentan -y mediante los cualesse eq:I1C$aD.-1as e:l:perie nc:ias vividas y las esperanzas delos seres hUlllanos.

111- ...... z ....p' ...... _COCII_... foUllG_...,.,bol,p.W.,

1ll. 1(. [). M. SDoIl, ......-Olf'--'poor·_-..._.,....__ E",,~ 1660-1900.c--... e->lr<u-....Pr-. 19lI~.'-"laI le lII"""""""__ lO etIjuia.a la cúdod- <loo .- <loo loo_ ele(~ ... fuDcióg do Iu po ",, ' 1 ..... ÓO 101<Id _ ... lv.pt

""__...~ J ado¡IIot laI Po "'" "..... do loo:~ dola_ do o<uoado ""'" Iu a.aI<lI"""- _ .. • ..".__loo._.(1' <l· Ea 0<&>00<l<>, UDOS _ doI.¡>o<Q<amP""

...... . 10M CIar< ~"""'" ............. óo la> collKCllell<iu -:_de la>....n-._quo loo _ m_"'- ........li,.,;.....

....--- - - - - - - - - - -- - - - - ,

HISTORIA. ESPACIO Y RECURSOSNATURALES: DE LA GEOGRAFÍAHUMANA A LA «ECOHISTORIA»

Aunq ue no se: Ullta aquí de agotar las dsversas dímen­liones del cientiflSmo. consideraré.otro aspecto qne puedeayudamos a ilustrar mejcrta dificultad de reducir a fór­mulas y a modelos de análisis simplisw unos problemastan ricos y complejos como sen aquellos a que habitual­mente le"enfrcnta el hístc r iadcr; Con la particularidad deque éste es también UDO de eses.campos en que se está ma­nifestando la tentación de construir una «nueva. rama dela ciencia».

Lacreciente preocupación por los recursos namrales denuestro planeta -por los problemas que plantea su esca­sez o su conservaclón- ha dado lugar a un interés reno­vado por los estudios sobre el medio, que ha conducidoa ad aptaciones lógicas y razon ables de la temática tradi­cional ."· pero también a rápidas y superfk iales tentati vas

u.. Ea la~ <loo 101 tlUtajoo do l . Morti Alier J. _ 1.0<10. ... laq... lO"",," ...~oo. poo;o COI " 01 ..... <loo J CItIoo Oan-,",-

Page 33: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

1'1 , l.&bn>o _<1 d< ~ i:<oIovnr ,~.lOIhu."''7.:-;'"

H....., ...... u-t_ ' 919" d d< -. Moniau AIi<t. L'''''''''"""'/ _ 10.-.E4icM111162. 1-'. dIlIo "~".1_''''.. lo Q"' ''' 0C>0I0>Pa (mm lu Q'" pm-......... 0100<1>0., lo d<MottiD<t AIi<t~

119. N, 1, 0. -....... ~ _~"'~. CoDobrid ""Cotft.

_lO Uoi--." Presa. ' 9'00: 14 «JI<do. .....~_ do ¡" n<!"'", ""',..>toI. Bota'lo... Ct'iIlca. '992. =

61IlIn o RIA, ESI' '''C IO y RECUllSOS "ATURALES

In. nefastos es a lgo que empezaron a adverti r los hombrese ciencia del siglo XVIU, obs ervando las consecuencias de

lln roturaciones abusivas, pero ello no sirvió para evitarltu Iarales consecuencias que para la Euro pa mediterráneatlel siglo XIX tuvieron la deforestación Y. sobre toco, la ro­

turación abusiva de mon tes y pas tos, como resultado deI plicar mecánicamente modelos de cultivo pensados paraOtras condiciones naturales (lo q ue no significa tampocoQue en ta les " otras» condicio nes -las de la Europa cenot!"al y del norte-e- fuesen " beneficiosos» para la conserva ­ClÓn de los recursos nal.uraIes). En cuanto a la ecología pro­piamente d ícba , su nacimiento suele- fecbarse a fines delligiO Ul, aunque la verdad es que su definición precisa -dela que depende, como es lógico, la filiació n ideológica quele busquemos-- sigue siendo objete de discusión.w

Volviendo a la ciencia histó rica -a la integración delestudio del medio dentro del de la evolución de las sccíe­dades humanas- , no se puede ignorar la aportación dela geQgrafia histórica tradicional, que en sus formas másmodernas . como en la obra de Pounds, ti, integra elemen­tos de historia agrari a de un in negable interés, ni la formaen que la vieja escuda deAflllD/es supo sacar crovecbo detlelado de la l eQgrafLB hu mana francesa de los Vidal dela Blache, Dc-mangeoo, Sorre, etc., como se puede adve r­Iir en libros tan admira bles co mo UJ terre et I'tvO/utiOfl

de aprovechamiento de la moda pa ra vender vieja mercancíacon denominaciones más atract ivas, y sugeridoras de no ­ved ad, co mo «C'Collisto ria », '" environmentat nistory; etc.Uno se encuentra, así , con que un invest igador qu e hastaIloy habla publicado seis libros sobre política británica desde1940 has ta la ac tual idad . no s «sorprende» con Una tusto­ria verde del munda" en qu e pretende reimeI"pretar todala historia de la huma nidad con cuatro lugares co munes~' al¡unas trivialidades, cuando los autenticas expertos in­

teman, en '"3JIo. convencernos de lo co mplejos que so n lossistemas naturales sobre los que operamos - '1 opinamos­con tan a legre inconsciencia.

En realidad, la preocupación de los historiad ores porel espacto, el clima y los recursos natura les no es nueva.aun qu e hay¡!. , 'aliado su en foq ue desde el siglo :{VJJL Has­ta en tonces la hiSlOrtOl!73. fía europea -de hecho. la civili­zación europea entera -e- prest ó una atención preferente ados cuesuonec el dominio del hombre sobre la naturaleza(co n la idea de que su acción scere ella era siempre para«meicrar la») y la influencia del medio score la cultura.'?Que la acción del hombre sobre elmedio pudiese tener efa:_

66 LA H1STORIA DESP lJÉS DEL FIN DE LA HISTORIA

111. 1'I>t.,..... Picro _ ... 1~1_.m.,... .,-...-. "Iib:L ¡nuI'"" ~. IlIU

116. ar..-"A,_~.......,.~, .. _.L>!IOirel.,~ se.-­_ . 1\1'111. EIt su ca¡>iruIc> lIa&l. \tU f't'l*ttlOÓ<l d <Un<> d< la Iliolontb_.. .... • 1 I WI . ..... • .... camo la el< qto< .la ..... l1li__

"'<'Ion de .... .... :i baaeu Ila <ido> d""""""" <Id........"d< .... ..,.. b__aJUdd 1lI'" que p<>oii&II ..,...,...,. "" """"""'" ....'0_ ' (p. J9l).

111. v~...-.. d< . d admu'abI< bblo 4< Oam>ce l . Uia<~. 1»-_ '.. R~_"-. "#t"~.<Id"' /fu.. , • ....f ,.." ,_,h' j""".~I

" '" rilO . <Id '" ,Jo< ."I"',,"'h «0"''7. 1l<T....,.-. ¡;",......,. or Cal;r"",,,,Pral. ,m (la «1_ ....1....... dt , 9<>'),

Page 34: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

120. U _..... """, __ • ..-... __1Ii--. ' 1>._ _41>< 1.. <l<' " : ;; : !'I'.colo ';'" oc_.do . _ d 1'"*10>_ ....... Flafr;o .... ....-;o,~ lo -. ....._ dola'" "'1lo$U DiooII; H_ a.. _ ,.,..,..-1-.. Pono.~..--. 1?111.

m. <Thc " ai .. -uol_........,.__..""' ..-... ~"'__ Md f~.~-,.,,* _ _ ud_.~_.

....... ,01(""""-1 "'-:>-. 60. D.' ' I~fonua. 1990)., 1'- 1Il . La_<I6fI ao Ila<t i_ ....-.... • t<cica<cs -......... COIDO loo ...­_ d """"" ...c-. ll<>nlico 1ló>mooft1~"fo<fn. _ "'"t. ""-__~'_t.M_ . Pono. EH ESS. J'I\IOl, _ . Q...

"'" ~tr\rl! ..... _

In. u ..-.. <Ic .... _dottabaioo_laofr=d_-..." ; ..... _ J. Oa<ua , D. H'I'. EArJW< ".,.,.¡ _ " Ij/)O-jl(Jd Es."'1$ '~ _00-' Q/1--. n.n-t.~,., c.mbrid,. u"'-'- P<eu. 19C-

12l. Cop>o d -e<b_ poi" lino« M. S. c...<>t>dI ,\lar t o--. 1AAtJ, -._ N-'«' H.."""-'I/-""<I>fs "~.,...

noll~.-.I~",,"1. "'_ . "'mcI><sf... UDl..,.;,y P«u. 1991.

humaine de Febvre o. sobre lodo, en la H istoria rurat f ren­cesa de Hloch, ,>1 aunque posteriormente esta preocupa­cló n acabase convirtiéndose en mani erismo - limitada aL.lDOSlargos antecedenres geográficos de carácter meramentedescri pt ivo q ue no se integraban en la investigación- o loq ue exp lica q ue una criti ca reciente denunciase, pienso queprematuramente,. el envejecimiento de la «historia rural "francesa. '"

Hay también una doble tradici ón anglosajona que seapoya, por una parte, en los eslUdios de histOria agrariabrnániccs, con ese monumento a punte de concluir quees The Qgfll r¡arl hislory o/ Eng/and and Ifai&"- y con

obras eeeemes que m uestran claros signos de innovaciónmClOdológica, 'u y por otra, en UDa ve rti ent e norteameri­can a que tiene, desde hace muchos años, una orientaciónecct óeca acentuada. tal como se mani fiesta en la obra de

69!lIS TOR],\., ESP~CIO y RECURSOS NATURALU

hom bres como Carl Q. Sauer, "" Alfred W. Crosby» o J.}t . Kloppenburg.w Al igual que es de origen anglosajónla difusión de un en foq ue ecológico en la arqueología dela Ilnt iguedad . '" Y no debe ríamos olvi dar lo que haya deaprovechable en la vieja apcrracíón de la geopclítlca aje­mana."" Elementos de carácter ecológico tienen, por otraparte, una imponancia creciente en la. extensión de los m é­todos arq ueológicos a períodos más recientes de la tnves­u¡ación histó rica y, sobre todo, en la aparici ón de una «ar­queologia agraria» que se ocupa de temas como ..la histori adel medio hum anizado,. o que haaeado explotaciones ex­perimentales pan!. reproducir sausfactortamente las viejascondiciones de producción....

Ante C:S105 y otrOS muchos precedenes. y ame la eví-

l :¡.l. Catlo. s.-. A(~....,_ _ ~N_Ib<J<. __

......~ Sooot,. 19H (CII)lf> lIfWDO'" <a¡lINIo .. tiI ..... .......Ecolop;, ......~ u ..__ ¡>Iiado..... ..,...... .. poocóc """"" '" d ...._ .... _l.- ~Jt~ /OI.." ....... """"'f "'C

'..1-« <JI ti..ün_.Oo:oto. Uao-.,r of QOo::qo f'tc». 1%1. _ <=seIaolnbop", 1 .. . ... -'......... '" , . .. _ SAue<. "'...... _, L--. ..._Iotdo. So _ 40fIcIi .... '" ...

,te,, : _ ............. .. _ doo pod;a _ ..... __ do lRl:>.ioo_._ 1.0_.... .. m- n _ ¡>on< doat.--'''-----..- _--...-..-.125. c.-11IoCo+ - _ " t"l'"'~_'-"' ''' , =./4U.--'. a. .. . 4-' 1971.0/_, ' • ....oor_8ar<cln­... Cn_ ,''''.

126.. l_ ..... I ~ ... ..J...Fi<'orw_ n..~.....-,.

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"'1II ""' tlo llMl W. Iluua, hU_ " O "_~~ eon..~u-,- -. 19n

111. fTiodncI< _u_.."...poIUiqw. -. n.vd. 190. M"""~ c¡w.. /:AIJ#_..,.....a "' _ ~,., d" ~ ..~ d· . ...-.,_. l'WIl, l'a>uJ. 1990.

1~. v_ COIDO~ .... 1<IDí6<a, lean Guilam<. ""-. "",",• .. . ...._ ............. F'ons, Armond Colla. II'9L

I.A !i IS10R,¡,I. DESPUÉS DEL FIN DE LA t11SrORIIL68

Page 35: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

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fa-d" IIIoo:r_I""O ; 1 ,,_., I 'JlII_ I... IoI ~bro<doee.x-

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_ ~ V1lidoo}.

111 . DoMKI _.«l..nw_~'~WfIt.~._ .... -...~_.. A..-,.. caml>ridc<-~U~ Prus. 1_. 1'- >1L

IJ1. Al_~1Go6nel1a8gnwrli lldod",qtJqij_LA_.~_.~ ·~ .."","",. _ll M"'_ 1990. pp. 1·1.1(>d,ok> cuol .. .,...-......_I<g'.RlDalICI*"_" ~- _ 1<'1"__ que """",,,,!lo ';'¡'1<fO ...,m, u.Jue>r: .e- 0Ik>.. _ """"'" """""""" qU<lla ello lO <OIt-

lo"" ó«.".oto.aU. I· ~.. <tonca oi<iIa ....uta <OdIO u"._.-: ~ lt'ooclo

d encta de qu e ha habido una co ntinuid ad sin interrupcio·nes en 105 trabajos histó ricos que tornan en cuente la im­portancia del medio natural ,'" no se co mprende el senn.d o Que pueda tener el intente de p= entar.se ah o ra comodesc ubridores de territo rios de investigación sup uestamenteinexplorados, como Donald worster, quie n, al frente de unaobra colectiva. proclama: «El propósito de este libro es in­troducir a los lectores en el nuevo y rápidamente creciemecam po de la historia del entorno» (env lfOnmnl/a/ his·rory) ,'" o ron la declaración de Alberto Caraccio lo y Oa­brieUa Bonacchi. en otra introducción semejante: «La re­defi nición de campos y metodologi ll$ es una~encia Queparece boy advertir toda la investigación historiográfica ».a lo que anadea que ..1ainvestigación hísróríca sobre el me­dio ambiente es un ámbito al cual la historiografía se haentremaco recientemente" .LU Claro que en este caso hay

.... o _. ( .. . .. <lw<i ....-.. L-.. J)«~ -.-.... "'._~_; 1 _tn~'¡¡''Oó cb< ... r-;'' ddl'; .

.........., ._101·...··.."""" ......... 1ft~_ ....III ""',' " . 8aI<, R_.,,,, octW>u: _ ......~ endÚI< . ....""' .• ,_,_.dlado _ JoIuI a.n.u...Io:'--_al_(l I 4<_

'" 1"1). P. 16.

71HISTORtA. ESPACIO Y RfC URSOS NATUR ALES

mi palabra que les t raiciona: la de «redefiniciÓn». Pu es­Ih que estamos. en efecto, más ant e una operación de tra­'Jucdón -de uansvesusmoléxico-e- Que de cambio de ob­

lO o de método. Y en algún caso ni siquiera de esto. sinode una mera co ncesión a la moda . sin temor al ridículo.eoec cuando un critico nos propone un a «lectura ecc t ó­J it... de un poema romántico y acaba diciendo Que « v'La

asa de campo en ruina'!" de Wordswonh propone Que laupe rvtvencia de la bu manidad ha de venir con la recupe­

ración po r parte de la na turaleza de los edifi cios de la cí­vllir.ación". 1U o sea. sencillamente, con el retorno de lhombre a la'! cavernas.

Esto no seria grave - podría co nsiderarse como unalIm pIe argucia de vendedor Que repinta un poco su viejamercancía para ada ptarla a la'! nuevas modas-osi no fue­se po rque StCOITt el riesgo de que ese repin tado, al insis tiren la novedad "cientiflSta.. para ocunar sus anejos oríge­nes, nos lleve a alejarnos de la única forma sensata de o pe­ru en el estudio de la relación del hombre con el medio.que es partir del conocimiento previo del trabajo ya reali­zado, y nos conduzca 6 repetir viejos abusos Que ya se co­met ieron en la historia del clima y Que condujeron a «ha­lluaos" corno los del libro de le Roy Ladurie en Que senos ilustraba acerca de la bisto ria de a.lgunos glaciares, sinanadir nada que sirviese para ente nder las consec uencias

LA mSrO RIA DUPUES DEL f L'< DE LA HISTORIA70

I

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l).l. V__.,.mpIo. M_L_ 1'orT1;ea-~ q'''''''''''''"'_ .tk _ t. Fol '_ 0.....,.,. 1m."-. _ H. H. ........ Ch_... ~ .toro _ ,~~-.._. l..o<>dra. \1""""'. 1'18%. _ '" .-- '1"< ~

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1)$. W&IIIe, 101>....tOo 1u COrtal l"'ro ",,!jI'. '" PÓlinu 00" ~ ll.& ~.,;; .

<&do L. N. Ovmileo , . ~",h"/o' IIn ''''O.'' ' '''iinfdom, Cambnd... C... ·"'id."lI ni"'''ity ......., 1981, pp. 1! ·26 (on bb,O, 00' .iene. <l<mlUiado i. ,<II·¡'"'.. lo ",.1 no .. ha , iOO per<lon.<lo pOI" "O ' ''peciali' '''o '' hiJo <lo """" ;mo<o••• lo qu< oxpOCo que k> h.... «><1100Il<1o. oomo ' oel< Oa« .... <lI ..""

cuu.. ' ¡" ""i""l<>10 1{bay ....d . "UI. on Cn·';"'. B....ion•• ,n pr<'p.Irxiónl .

de los cambios climáticos sobre los hombres -e-más allá dehechos ta n poco significanvos como que los babttames delas zonas alpinas habían de abandonar sus casas cuandoel avance de los hielos las dcmbabil.

Ha pasado ya ---() debía haber pasado, por lo menos­la ilusión simplista de identificar el cambio c1imatico co nla lem pcf'3IUra media - las ..pequerullI edades glaeiaJe:¡, ..­

o co n la pluvicsídad rotal . Se han revisado a ñrmacíonesdemasiado retundas sobre las «causas climáticas» de de­terminados acontecimientos históricos y sobre sus cense ­cuencas universales. que cc raeazarou con la fantas ía deatribuirle todo a la influencia ejercida po r las manchas so­lares. y nues tra comprensíén de los mecanismos determi­nantes del cam bio climático ha mejorado .,J.<

Pero no basta con introd ucir en nuestros anaíisis unavisión mucho más compleja q ue tenga en cuenta la tras ­cende ncia que tienen. po r ejemplo. los cambios en la cir­culación de los ciclones. qu e permiten explícar q ue lo queen un lugar se POS aparece como empeoramiento resalteser una mejora coetánea de la situación en ouo. '" y queabandone la idea de grandes muraciones climáticas de efec-

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IJI K. H....H•• <01.. lnte'¡>'PI.'i<wu r1~I.,"",. llosOon. AOIm U>d Un·""n. 1911. Rao:uCrd<>< que, eo<no.. ... <b;!Io ....,"'io<m<n... ""'t"""piIl<1..../OmilO oU< .nJ.u.ob. Ir><C&IDClUIl'"" _ ,_,tlu, precio< alto. ~.I 1" "'"!wnbto , t!>ON.lid.d, . dviniroJon '" <lo00' lo. <f,,,.,. d< " na =es.i. ¡Ji...,,·",i. wIlroo., k><iod.<l roncn:la d,,,,,.,¡;."on , ra. medida <le l. formo en qoe.... ..' o da~ Oa« rle< ¡"o.. y ....iji". '"' miembro. ma. d..·f.~ .

7lHIsTO RIA, ESPACIO Y Ilf: ClJRsrnl N"TL"ll.AI.ES

los ueíversaíes y fáciles de deleclar.'" sino qu e necesila­mos alcanzar una interp retación más «humanizada» de losefectos del clima. Jan de vrí es nos ha pm'cnido: «La in­Ilueeda del cambio climático es real; la dificultad en de­lmula puede proceder del hecho de que hemos tendidoa buscarla en lugares eq uivocados». Puesto que, en eíec­re, nos hemos empe llado en estudiarla. sobre lodo, en re­lación con las crisis a cono plazo. cu yos efectos resultan3l i dramatizados. sin damos cuenta de que éstos puedenacabar siendo, a la larga. mucho menores de lo que pare ·cían inicialmente. po rque la.'! sociedades. incluso las de lec­nología muy primitiva, tienen una capacidad considerablede adaptación a largo plazo. «Al evaluar las consecueu­das humanas del ca mbio climático nuestra atención debeen focarse hacia estos procesos de adaptación.»'"

Al fin y al cabo. los estudios actuales nos revelan. comoya se ha apuntado, qu e los «desast res naturales» a 105 queacha camos la culpa de daños de efectos catasrróñcos paradeterminad as soc ied ades humanas no siempre suelen sertan ~natu.ra.les" como se dice.w Lo que viene a otorgar al

LA HIsTORIA DU PuES DEL ni" DE LA HISTORIA72

Page 37: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

1'1. JollI Y. 0,1..... . El ·_..~"de~" lII&<lmO de ""'" ecol6­_ ... la ....>10'. de las .. ' .1.. ..-..• • '"~ «D_k>:<­7 pcI_dtl _ .._, l ....... 1_ "", do E>tudIoo 1'I:ruanoo, 1'1"!: .,,:>-I d hlcr oObru ''P''nQ¡ <11 d " ."m" Ia<uu.-.<ld ....I<de

\1.....,., . , /oIhon>P'O'_'-"i<o.~~"'. d<I ..",,« ...._ \k<>«>, eoc...,., SaaoxItJ patO la CIok..... las ......... 1'I'll/.

"!lI H ORIA, ESPACIO Y RECURSO S SATURALES

El primero de los erro res de tal plameamíenro es el deIMnmar que, lejos de ser consecuencia de l «desarrollo hu ­mano », este deterioro creciente lo es ame todo del mode loeuropeo de desarrollo industrial depredador -cra mo en suvariante capitalista tradicional como en la , hoy frumada,de la industrialización centralizada de los viejos «paisesdel Este». Otras lineas de desarrollo que debieron adap­tarse, en ccndícícnes cisuruas, a paises de medios más es­casos, o que tropezare n tempranamente con estos mismospro blemas, condujeron a Otros pueblos a cobrar concien­cia mucho anles de su naturaleza rea l JI a buscar vías paraIU remedio. Uno de los grandes m éritos de las investiga ­ciones de Jo hn Mu rra sobre la s viejM culturas andinas esel de ha ber descubierto la complejida d de su ajus tC con elmed io. al igual qu e Ángel Palerm nos ha mostrado la tm­po nancia de Las obras hidráulicas prehísp émcas que per­mitieron desarrollar la población del valle de Méccc IIM­la alcan zar la magnitud '1 esplendor de la 'Ienochtirlan queencc nrraron los conquistadores....

La preocupación por los problemas de las selvas ama­romeas ha lleYado a los inYC'Sligadores a descu brir que soneco sistemas más frágiles de lo que se creía, JI que las po­blaciones naúYaS aprendieron, por un largo proceso adap­tauvo, a desarrollar fo nnas de explotación adecuadas a suconservación, hasta el puare que hoy se nos propone apeen-

historiado r una funció n semejante a la de l revolucionar io.según 105 versos de Bre<:III:

Hemos ha bla do del clima a litu lo de ejem plo, y paramostrar los abusos cometidos en ene terreno. lo mismopodna suceder con ese ot ro estudio, más amplio y ambi­cese. que DOS proponen ahora la «ecohistoria» o la.m l/j­ronm~n laJ hl5fOf)', y con la «lo ma de conciencia.. de losprobl emas actuales JI futuros para la que deberían servir,El hecho de que comiencen ignorando la evolución histó­rica de nu estras ideas acerca de las relaciones de l hombrecon la naturaleza -C.llpuesta admirab lemente en el librode Glacken a que me he referido más arriba-e- les conducea dar por sup uesto q ue los prob lemas de de terio ro del me­dio a que 00$ enfrentamos hoy son, scnptemecte.uea cc e­secuencia del «desarrollo humano» -en un a simplifica­ción semejante a la que se contenta con plan tear el problemadel hambre en lenrunOS ..malthusianos" de crecimiento dela población- JI que nuestra misión de ad elantados delP1ogICSO nos obliga a encontrar ahora, para nosotros JI parael con íc mc de la humanida d, las soluciones técnicas JI po­lítícas para eSIOS problemas.

74 LA HISTORIA DESP UÉS DEL FP.< DE LA lilS'fORIA

,~wo U" ttl'drTic lt:u" l il u = il t Imd wm Scilikstll die Rede isl,",ird e~ die Ntlmefl f1tf1f1efl. '"

119. .Doodt la~ ...... , lO .... de <I<s<iQO, el di/;i .... -..,• •_, B"""',.•lob da-.-n•. '"~_Gt>d-.. frul;. fun,

SoWbalp. 19'16, P. #1,loo. v.... -.. .... "' ""'~=-10 de lo pot>Ia .

d6II , ....trioro del_lo q.. di« 8a:TT Commoo<r. E" pazo_ <1~~,

-....~ 1992. PII, IJl-I'"

Page 38: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

I.S. J . ,",_ ASo<••Lo"'~"""'''''''labott>ri.o._._n' '""'- _p¡oo 0Ddi""~, fI "<h"ll.I••.o I (19901. PI'- 9-06.

146. J..... CwI<><~'".-. ,......,..,...,~ ElcmaI.... panL _ -..o 1OCUll el< loo ..... .......,.," , Ix 17'(l}.IUo..Dntt"'lilo _ :s. ~. III 1_ "'Ia, ........= Iml. PI'-"'9- 17' . M _ ~..... \W'OlIOO -... b.o.iado•• 'f'&Ia<>II<!ll<> .................... ..... _ ....... lalO DO P""k_

77!l ISTORIA, ESPACIO r RECURsOS NATURALU

lumficiente y tod a propuesta de remedio puede quedar enmera retórica moralizante. Esta conciencia, que inspira a1­, UIlOS trabajos de Martínez Alier,» me parece score todo~i,ible en otros. desgraciadamente poco conocidos, de JuanCarlos Garavaglia, quien señala la necesidad de imrodu­crr, aliado del estudio de ..las relacione! entre las plantas,los animales, los ho mbres y el medio atnonco - es decir.los elememos climá tico s, edáficos e hidrográficos», el delalI relaciones que los hombre! establ= entre si corno con­secuencia de su panicipación en este proceso, incluyendoen ellas ..la tccnolO!IÍa y los saberes que los hombres hanido acumulando en sus complejas n:laciones con la natu­raleza ......

Espero que. hab iendo llegado a este punto, se enuen,da Que no me propongo, en modo alguno, minimizar laimponancia del estudio del medio natural asociado al delhombre. Pero una cosa es que sedeban utilizar los m.ás mo­dernos procedimiento s cientí ficos -y pedir el au xilio delos especialistas para la adecuada interpretación de los re­sultados alcanzados con ellos- con el objeto de profun­dizar en este estudio de las trans formaciones del medio na­IUra! , y Otrl Que el historiado r ha~"iI de co nvertirse eneenunee aficionado, cul tivado r de extrañas «hillOrlas in­móviles .. en que el hombre ape nas desempeña papel algu ­no . A la1es aploradores de parajes supuestamente d eseo-

der de sus métodos y sistemas de explotación, «como algoparalelo, si no prioritario, a introducir una tecnología avan­zada del uso de los recursos»."

No se debe caer, sin embargo, en la trivialidad de su­poner que todo lo que necesitamos es tomar ejemplo delas prácticas de errascultu ras, sin más. En cuan to se refie­re a la deforestación. por ejemplo, nos encontramos conque no parece ha ber habido , por lo menos en líneas gene­rajes, una conciencia adecuada de la naturaleza del pro­blema en la India, tal vez porque su agravamiento real da leante todo de la época en que los británicos co menzarona interferir en su evolució n.'" Al cocuano de lo sucedi­do en el Japón , donde. habiéndose llegado a graves pro­blemas de deteriore como co nsecuencia de las roturacio­nes q ue exigía la subsistencia de una población muy densa,el proceso fue contenido ya a fmes del. siglo XVII y en elsilla siguiente ..se ad optaren métodos para aumentar ladeseada producció n de los bosques, en un proceso que Im­plicó el paso del Japón de la expíotacíón a la foresticuhu­fa regenerauva...""

Lo qu e esto nos indica. ante todo, es la necesidad deno reducir el estudio del medio a un a serie de problemasqu e debe n ser cons iderados únicamente d esde la perspec­tiva cienríflce-nat ural y de la tecnología de su uso. Es ne­cesario q ue introduzcamos en el an álisis elementos ..socia­les_ sin los cuales toda explicación de lo ocurrido sera

76 LA IiISTOll.lA DESPUÉS DEL FIN DE LA m STO¡UA

1':' M>d&MI I . Edcn, &oIov __...._.,,_, iIoA_. L>o·_ __ l'o-. 1'!'lO, PI'- 11·.,.

1.1. M. V. Nod.tuDo..... Tlwrpohl_~#~ _tt_ .N_ [loIb;, s...., 1m

IU. C_ ............. 1lI."..~ _lu"......~"'~h­P<>'<. -..... U.......,.,. o( CaIifo<J:uo Pr'<SI. 1m . p. 17••

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7 8 LA HISTOR tA DESI' U ~S DEL FL'1 D E LA HISTORIA

nocídos habría que recordarles la vieja y sensata advertenciade volta ire: «Lhtsrcire narurelle, impropre menr dile his­

toire, est un partie essentielle de la physique». '"Lo qu e debe hacer ~I historiador es mejorar el utillaje

con que sus predecesores han trabaj ado hast a hoy en e¡ es­tudio de las relacio nes entre el ho mbre y su entorne, en­tro nca r co n una tradición más que secular en la que haymucho qu e puede ap rovechar, o rientar su estudio de acuer­do con las necesidades y los problemas actuales de la hu­man idad - no con las modas tmereceuates vigen tes- y es­forzarse en aportar ejememcs que «sirvan.. por lo menospara hacer más rica y más lúcida la co nciencia.que los bom.eres tienen de su si¡uaciÓn. Le conviene reco rdar que lopropio de su trab ajo es proporcionar servíccs..ec vendermercanc ías q ue deben ..redefinirse...-!o qu e casi siemprequiere decir poco más q ue ..rebautizarse».ydisfuu.arse­para parecer nuevas en los escaparates.

Entre hacer más cíeuuñca nuestra practica como in­vestipdores y procurar qu e ésta se dirija a problemas deimplicaciones esencialmente humanas, estreeh.amente liga­das a las necesidades de nuestra sociedad. DO hay contra­dicción a1IUDa. Las circunstancias en que vivimos nos ad­vien en de la necesidad de tom ar en cuenca, con una mayoratención que en el pasado. el medio na tural. pe ro elle nosignifica que nuestra función sea estudiar el suelo, el cli­ma o la vegetaCión - para lo q ue no CSIafI10S adecuada ·mente equipados-e-, sino la de mejotaT y enriq uecer uues­tro conocimiento de la relación entre los ho mbres. entrelas diverus sociedades humanas. y el medio en que viveny tra bajan.

El CIENTIFI5MO y LA DE5 Il'oTEGRACIÓi\DE LA HISTORIA

En esta misión de los problemas que nos plantea el«cíenu ñsmo» hay varias ccnstderacíones de conjunto queconviene hacer. La prime ra es la que nos invua a eviw latram pa. denunciada por E. P. Thompson. de reemplazaruna vieja terminología que el «misionismo » ha sometidoa a tac ue -alegando q ue su imprecisión la hace inútil para(sus) propósitos anallticos-- par¡¡ reemplazarla poc otra queno es mejor, sino simplemente «nueva». Tbompson nospreviene contra la tentación de abandonar térm inos como«clase », «burguesia», .. feudal» o "capitalisla», que no han

inventado los historiadores, puesto que se ban limitado atomllI" los del lenguaje cotidiano de las gentes del pasado.para reemp lll2Mlos por Otros como «p reindustriab•. «i ra­dicio nal.., "puemalismo.. o ..modernización », que sonigualmente imprecisos, cuando menos, y que no es verdadqu e, a diferencia de los primeros, estén limpios de cargaideo ló¡jca , sino qu e tie nen e rra distinta: mien tras los quese nos propone abandon ar, forjados en'los co nflictos rea­les entre los hombres, traducen una dinámica de enfrenta -

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1»' ~WbI... 1Iw _ _ 'o/l_fonK. ._d=-,., _ _-.1 _ _ o lb. .. TIo< _ Hop«mo~ Pl=. 19\10.

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IS¡ lo <'OaI ............. co;pIIcar por q.,C 0(1 "'" ..r""" oq,p~_.... f-.._~A.-."""_ oId_do.~

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a presu po ner algun a co ncepc ión de la realid ad histó ricaco n e! fin de realizar el programa de consntuírse a si mis­m35 como ciencias». Pedir a disciplinas como la socíoto­aja , la ant ropología o la psicología UII fundamento paradeterminar una perspectiva adecuada para la historia escomo «besar nuestra estimació n sobre la solidez de los ci­mientos de un edificio en las propiedades estruCturales quepresentan su segundo o su tercer piso ». '"

Uno de los prob lemas más graves que nos plantea esecambio de fundamentación, ese someurmento al vasallajede otras disciplinas sociales, es el de la fragmentació n denuestro objeto de estudio. En la medida en que cada unade estaS "ciencias .. tiene un objeto distinto al de la histo­ría, que es el de abarcar la totalidad del cuadro social, suutillaje sólo sirve para actuar sobre segme ntos de e~1C cua­dro. lo cual ba tenido co mo consecuencia que una investi­¡ación tentada por el mimetismo ciem iñsta se conviertaen esa «historia en migajas .. de la que nos habla PranccísDossc. ISI y que es mucho menos la de la vieja escuela de,ol,,,,,,In. donde Braudel ccase rva ba todavía el sentido dela ¡Iobalidad, que esa otra nouw llt' hislOire que guardaescasa relación con aquella: que viene a ser algo lUí comouna de¡enención de la que en su día propugnaron Febvn:y Bloch .,n

80 U. HISTORIA DESPUÉS DEL FIN DE LA HISTORIA

miento, los segundos apuntan a un orden social «autorre­gulado», inventa do por una «sociología histórica »libresca ....

Un a cosa es que rechacemos las interpreta ciones basa­das en el emp leo a busivo, cosificado, de los viejos rermí.nos, y erra que llevemos nuestro abandonismo a aceptaruna o peración de escamotee intelC(:lual que nos obliga arenun ciar a conceptos forj ados por los hombres de! pasa­do. que expresan sus experiencias, sus percepciOlles y susluchas, y que están cargadO:S, por dIo,.de uncontmido «his­tó rico» real . y hab lo de «escamotee» porque no es lo mis­mo prestam os a la vieja e iauul operación de «redescríbírlos fenómenos en UD nuevo vocabulario»,... que la de de.[ar, de pase, que nos reemplacen la na turaleza de la carg aid eológica de este vocabulario, pretendiendo. encima, queel nuevo no la tiene.

Pero bay, edemas, otros riesgos no menos graves queéste de la «esterilizacióo» del vocabulario histórico, Losproblemas que he tratado de ClIplorar en el casode esahis­toria que ha renunciado a su especificidad. para uaw deconvenirse en teoría econó mica aplicada (y en 01.rO senri­do con la que se identifica con la ecolo gia) se dan tambiénrespecto d e otras dísciplínas sociales o humanas. con re­suiwios poco satisfactorios. Como ha dicho Ha)UaJ \\'hite,no debemos ir a buscar una fundamentación del análisishUrorieo «en ninguna ciencia putativa de! hombre. la so­ciedad o la cul tura. porque estas ciencias están nbligada!

1"'. E. 1'. """'-¡>o<>a. e...- .. """''''''''. loe<t=. Matid.~ 19'Jl.pp. I&-",_01...... '"~~

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LA DEStNTEO"","CIÓN DE u. HISTORIA SI

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1,... Lo_ lO ...... _ -..a.. <le _ _"O>CIIO ti el< -.,., Z' . A_.. t¡f¡.-JyCOooof<.Fo t, ~ ..,.",.,_.'-ü_ .~ ......... 1m <1'1'< _ poca IDCDOI _ .....~_....plo<& dd '" : 1 • _ el """'1"' <le la """""*"'" lli>u>no:D_

ISI . M. -"O. -..- &QIli, '"'"' P'<"'-._ ti Iil>rnoom pílMlo _ 1_S.~ J l.WJ S alo. 11_ ,pnoro: 1 "'.jota..,.~_ _ ,'- • '4Imc>&, f4ao.. Al_d \la....

_ 1990.'''' 0 . b'" -.....o P>bal: 8. S. Aa<knoII , J. 1'. Zin»<t. H UI<>-.... ú __ ~.......__. _ CriticI., 1991. 2 ><>b.. """"......... <le bun,,,,,, ......"u.

I ~. 00 loq ~--.v ..... -........ I•.-boo"u. en Uo.da Clar·... (h,'Id'~, ..,.._. U>e4t<o. ~I" 1m.

drtn, Stone, Laslett)'" y ot ro de la infancia (con estudios'uhre el pano -e-Gélís, r c rbes, Pancino-e-, el amamanta­miento -Fildes-, la situ ació n del niño en la familia y suprimera eoucao cn. ere). Hay investigaciones especificasrobre las enfermedades, que van desde las dedicadas a unaco ncreta, como la peste (Birahen), el cólera (Pelling. De­IApone), la ruberculose, etc., hasta las de carácter más se­neral . a las que he aludido an teriormente. Sin ol vidar loslibros sobre la locura (Po ner ), la mu erte (Aries. voveüe ,Chaunu). ere,

Uno de los campos de mas rápido crecimi ento en losIiltimos años ha sido el de la his lo ria d e las mujeres, queya se ha transformado, antes d e consolidarse, en la gender

lustory. que pretende ir más allá de la cousíderacíó n aisla­da de la mu jer.... Hay la histo ria del procese de umam,zación (De vnes, Bairoch. cte.), que no bay que confun­di r ni con C$a disciplina separada que es la «historiaurbana .. ( ~'OS). ni. menos aún, con la de la indust ria dela construcció n O la de la vi viecda.w Hay la de la pobre­za y el tra to dis pensado a los pobres (Woolf, Guincn), lade la marginación (Geremd :) . las cárceles (Foucault , lg-

~ 2 LA HUTORlA DESPuES DEL fiN DE L.A HISTOlUA

El problema, po r o t ra parte, no es exclusivamente deFrancia ni de los presuntos herederos de Ann(lfes, sino mu ­cho más general, y debe ser analizado como algo que afectaen la actual idad a la práctica de la investigación históricaen el mundo entero. Una cosa es qu e pensemos que unaexphcacién histórica más rica debe incluir boy muchos fac­lo res q ue anterio rment e no tomábamos en cuenta -o queco nsiderábamos comptemenranameote-; porque no éra­mos conscientes de su im po rtancia, y otra que interprete­mos eso como una invitació n a abrir nuevos cam pos sepa­rados que tenderán a coeeernrse en la practica en discip linasindependientes.

Cualqu ier intento d e hacer ni siquiera un catálogo ele­mental de tales campos obligarla a un despliegue de refe·rencias biblio¡ráfkas interminable, d e modo q ue me vry.¡a limitar a una rápida revtsíó n de algu nos de los más tavc­rectdos po r las modas acad émicas actuales.

Tenemos un amplio y viejo terren o, el de la historia de­mográfica. donde la separación entre ésta y u na «derno­¡rafia histórica.. se encuentra ~a establecida desde hace mu­cho tiempo. "! Como depe ndíenees has ta cieno punto deella podríamos considerar los estu dios, que cuentan ya conuoa eJttensa bibliografia. sob re la sexualidad y el matrimo­nio (Boswell, Shoner, Brundage, Brown, Corbm, Goody,ere), con un suecampc que se ocupa de la familia (Flan-

el _ q __ la oln _ndwot el< a!p_ <le loo lu......-.._lO -.r s.... do< ........ <hmD....

UI. Eoo __ ""'" ya .._ aft<Io q " ""..Ial <k T. H. HoUitol -_b"""': el _ do< H"_ d","",~J' (1.ood:u.~01 Hial",." 1%9). q wiDdo:abo~__....0.. Lo.is H<ntl' pul

.... ,\/~~,..¡ M dI_~fio bu'",ICfI.~ C"",,"- 19SJ.

LA DESINTEGRACIÓN DE LA HlSTOll.lA 8J

Page 42: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

111. ... _ ..__ambo lli_ __po<H....

J. _ '" , ..~t-dIusuNy. _._.r 1992. .u..a-__.... , ' . 6<__<10 ...1<>-

'""' _ 0l0fIe0 a. Houe<, lr~ Sftd .._. ' M """ '"Jood. e--_ JO, "'.... . Harovd v.........., "'-. 1990: Joa GoodY. e-.t-;q. <lo.......

• "¡...... Ca t 1.4 Cambnclrc~ Pmo. 1952: S«pb<or W......lI. 1I--.-"'~ D.ford. Illo<t-u, 19O5; J<u·hulAmo.1L _do.un_. hna. h\fOI. 1\119: HikI S<lnootu<ll ~.-.-SMiif_ A <>ó"",,".~

'" dwu. .-._ _ ~,. N_ ..... k. AIo<kor lIooU. 1_.=1". PlolThom_14_6tl~His__• VaI<::>aa,~

.. lf..... ti r.tlp·_ Iftl. Hor ... 1._,_ .Jo.nwI '" ()rM H",ory. poi .__1910. 1 _ .-"1'........... J<OcI>l<, """ .. Iled>ca .. mil---Il'. Qoo< lO _ ......... 001II .............. 001II """ <lo 0><ICI&:i0>:

_ "'If ...."" pone do loo podeS---. ,q".~ pr<>pioo «>01"""'" """"'"'" ¡oJeo _ <II" '''~ <lo loo OIOaulll<n,,,. , D<l~l<l pn­...,,' luoo lo.... <11 1__0< ... 1 'I71~

na tíeff, Spierenb urg] y las galeras (Vigie, Zysberg), el pe.cado (DeJumeau ), el vesndocla ce rnida," etc, La lista detales «especializaciones» -que con frecucncia dan Jugara la or¡anizac ión de asociaciones de estudio, revistas es­pecificas (se pued e decir que no transcurre un mes sin queaparezca el anu ncio de alguna nueva revista consagrada a«un nuevo obje to de esurdio»], etC-- es inacabable.

No es que estos aspectos no hayan sido tomados encuenta a nteriormente por la historia. sino q ue aho ra uen ­den a des.ajane. a cerrarse sobre si mismos, aislánd ose deia ludía global de la sociM ad ya ooll\'fitirse en territorioacotado de una práctica cientifJca Que se pretende autó­noma. Una aberración que Jl~a a su extreme cuando sepretende convertir en discip linas independientes incluso loQue sen simples lé:cnicas de trlIbajo -c-herramíentas que SÓlonenen sentido cuando se ponen al servicio de una inter ­pretación histórica global- co mo la historia oral" o laarqueolo~a ind ustrial. '"

esL" D HSL" TEGRAC IÓN D E U HISTORIA

Esla fa lsa emancipació n empobrece los resultados qu eueden obtenerse en los nu evos campos o con las nuevasenamíemas. Al desmenuza rse el análisis en historias mi­msecto riales (uso este término para distinguir tajes prac­

Iil:lU de la «micrchlstoria» a que me he referido ames, yaue aquélla , pese a que pueda con frecuencia acusársela

'<le lrivialidad, co nserva el sen tido de la globalidad hislÓ­m:a ) pierde de vista, po r fuerza . ese objeto central de es­lud io qu e es el hombre en sociedad, inabarcable desde cual­quiera de estas pequeñas visiones que se proponen comoalllCl'1lativas más .cientifica.s» a la sup uesta vaguedad deuna imaginari a «historia tola.!», que nunca ha sido un pro­IP"ama efectivo que se nos propusiese aplicar en la practi ­ca , sino una a.sptración inalcanzable que se presentaba másbren co mo un modelo atremo: corno un indicador queoricnwe, en lo posible, la pr&ctica de nuestro trabajo.

LA HISTORIA DJ!5PlJÉS DE L fTN DE LA IDSTORIA84

Page 43: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

ISTORIA Y ANÁLISIS DEL DISCURSO

El d o p&ado, Lawrmce Stone hacia. desde Las pagi­de Past end Prr:sefll. un llamamiento angustioso en fa .

I de la vuelta a una historia que se ocupase de 10$ acon­unientos y la conducta. operando sobre la base de testesmemporanecs y con la frnalid ad de Cllplicar 10$cambiossecídos a 10$ hombres. E1llamamieoto se justificaba por

lemibles ecnsecueedas del ~posmodernismo" que, contriple amenaza. de la lingUistica. la antropología cuíru­

1 '1 el Uamado ... nuevo hístoricismo.., estaba ccnvirtien-f) la ciencia Il.istórica en una «especi e en peligro de a­

ación.....La angustia multa explicable, aunque no tanto por el

lor del uall0 que la histo ria ha sufrido en estos añoslicKlc el campo de la lin¡Wstica. como por la facilidad con

ue parecen haberse rendido eu 10$ últimos tiempos algu­

os historiado res. No es fácil explicar las razones del éxito

100. La.. _ S-'~ 0<><1 __<nWaI'_ PIIn - -~,.

I e_'" 1991~ PI'- 211·11'. El or1>CuIo ha AOICUdo di-.na, ' . V"lu aWes _ lo <ntlIreQdI ... Patno:k J""", .. ti olimrnl 113 do< lo

_ (DO••me.. <lo I'J\II ~ pv- :00-20\1.

,

Page 44: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

I

89HISTORI A Y AN"ÁUSIS DEL DISCURSO

nocemos como «posest rucruraíísmo », asociado a nombresunnc los de Foucauu, Deleuze o Derrida.w

También Dosse ve el nacimiento de la «deconstrucció n»eme algo que surge en el interior del estructuraiismo y.

rn cierto modo, de su reflujo y descomposición. desde lastempranas formulaciones de Derrida , inspiradas funda­meruaímeme por el pensamieuro de Heidegger, que le con­duclran a ese primer ataq ue abusivo centra Foucault, ese. asesinalo del pad re» a l que éste respo nderá con une de." uloriza.ción de tal " reducción de las prácticas drscursí­\1IlI a tes uazas re:nualc:s».... Lo cual no impide que sepresente a FoucauJt. a su "el. como «deconsrructcr de lahinaría». Paradojas de una remJino.logiaambigua que sinepara lodo.

La denuncia de la fuulídad del sistema se efectuó ini­tlalmellle en los Estados Unidos. tamo desde posicionesllIequ.ivocamenre ecnservaéoras, por d estilo de las de A1lanBloom'" -lo que d uró huta que las nuevas doctrinas y

16.1. f-.o'", . !'tl 1 I ......... nw-......'-..~ IL .s:_,,~. M P"+s. u..-,O(~Pr=. 19a,• ....... pp. 116-1". U...... Ioo_ Ii_ dt J_ l}~p<>/i-_~.... .....I"'eótioon< .. , __ ~"" • •• .......-.__'In_"·',""_wooaoilO__>u>aa.Doco ........aú­...,.. ..... u_" -.r. MO<lniI. y_o 1_

1M. -. F. o...... H_ do .."..,"""",...... 001_

lJ. PI'- J&-OQ: Dido« En_ M_-'·,.pp. 1"'_H1." .... """" la «o­_<le "-*-11 ..H_.M.-........M~_.1obdt'o:I._olor CuIran F ' ICI~ 1,.511. n. pp. )«).m <><11i«n1 <le P. )11_-~ .. _ 1 ••_. l_de~"""""';"lde«lLl!parisi_

-- _ ..._ ..- pan. pcnI<r -".. '" eIlM.16$. v_ <1 1 _ _ de .. <l<D1JIIoCia '" Le~

...... Glr¡o lOyior R.._ .... $400<-. A noi...,. ~iJ,.".,/..".. ,~/(a.

_ ...... 10 , _ ".~ v....... 1991, pp. 1l1.J29 <<lO ikO< OI''''m<__ a_. _. "" •• Ji..., -..~ .. poIIl;co ó< Sluik«p<ar<»_.._-_...._.~

88 LA HISTORIA DESPUÉS DEL FIN DE LA IHSTOlUA

alcanzado, porque habría que hacerlo en un contexto másamplio que el de la historia , dent ro de lo que Rorty ha lla­mad o el «giro lingü!stico», q ue afectó profundamente ala filosofl a de lu utürnas décadas....

En la visión conservadora de Gertrude Himmelfarb setrataria simple mente de una eta pa más del viejo debate de..las des cult uras.., con la capitu lación de los humanistasy la consiguiente deshumanización de muchas disciplinassociales y de 105 estudios sobre la cultura, «despojándolo>de toda realidad social y human a». lO> Frederíc Jameson,en cambio. sitúa estaS muuciones culturales en un campomucho mas amplio. mrentando fijar unas etapas de la evo­lución del pensamiento filosó fico que eomenzarían con lalJ1I(luai superación dd ecsrencíañsmo sartreanc por el «es­tructuralismo», defi nido como ..una variedad de nuevo sintentos teérfcos que comparten por lo menos una única"experiencia" fundamental: d descubrimiento de la pn­macia del lenguaje o del súnbolo... La uartsform ación deeste . emlICluralismo». demasiado inestable como para quedurase. habría dado paso a ..la reducció n a una especie decieauñsmc, a método y técnica analítica (en la semiótica)..Y. por otra parte, en el terreno de la transformaci ón de susperspectivas «en ideologías activas en las q ue se deducenco nsecuencias éticas, políticas e hísrorícas», a lo que ca-

161 . Ridlar<I Rort1< n,...,ltttf.iIto«I,.-.¡-., 1990_v_ ............. 1»,....,..1)<__.... '"" ~. ,. <U<lo, . 1Cus " -._ ... _ oH' 1lJ"'",v..m.u ~_......H~__.•PlIi-

Iooc l' · '1"""", vvl.l.,~ C&mIIndt< U.u-, P-.. 1991.162. O. H"••dfÁ .E1 olu-ooiD....., "",al. lo.. jo ~ ... " -. ,1M'" ""'-

, _ ...,~",_"" ...- .~ M '-" • Iol-' 0t!>aLe. 199'(<ita lo p_ 1(loI~

Page 45: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

91IIlSTOII,lA y ANÁLISIS DEL D1SCUllSO

Loe resultados obtenidos son en ocasio nes discutibles.n. Jil ando laboriosamente uno s dlflciles poemas de Paulelen, Hans-Georg Gadame r llega a uno en que una erra­de imprenta modiñc ó lotalmente una palabra. transfor ·

pllndo «el ácido celestial» en "la moneda celest ial" . Ga­er no se inmuta y explica el sentido de los dos poemas:

1que escribió Celan y el que nace de la erra ta. Un meto­que sirve para explicar esto, sirve para explicar cu al­

user CO$a, pero merece muy escasa conñanza.... A lo queconduce Ja lógica fina l de estos métodos es a la elimina­

ón de l propio texto, q ue acab a convertido en mero obje­to de estudio académico, vacío de comenído y sin níngu­

significación real para un lector ..inocente»....Esta eliminación gradual de la literatura propiamen te

icha habia de repercunr en el lugar de los estudios litera ­nos en la universidad -un profesor de un departamentoe inglés explicaba reciememente que ..en un comité nom­rada para la d.irección de los estudios de grado un decocs.

rucd onísia me informó de que loslWOS, esto es, la.'! obrasreranas, eran innecesarios y que los estudiantes podían

101. H_ c...... O"6 . QW_ Jt ....."'...'c--......o•• -.¡f/P.h>Jca.... ., , . AaesSu<l . I'It'1.I>fLJO.)6 tbpoo... .. Al te<lO anpaat_~ E>ta <nt>ca -..al ...

,,-poo__."I ' . Io '*""o.c.....· .p""'J1"'"

JI .. ~, -.. . .. . ........ _f""·· ..... 1"0>0'_lo~_ o. ~,~pulia. <lu< do ...-.M....,169. Do _1o"jmm";'¡"<l<I ~pof>:Rdodol""""lolubi.o._JO~.vI ' trMidoe",_Io>_~pooqemplo>, Iou-IOI'_

do Sb•••p' 4'" Gory.,.... _ ... d JOC1tR<lO 1InIt ' '''I SJw.~, u.._ " _.....".., oop><les~ oc 1>0•

..Ron".~ _"""', en e-.". "" H<><ku'""'...... PI'- Il·L06.

sus autores fueron asimilados Ydomesticados por el ~~n­

do acad émico, que descubrió muy pronto qu e eran útilese inocuu-, como desde la ilQuierda, sobre lodo ~ partirdel momento en que reautté evidente la fi1iació~~eldegg~­

ria na del pensamiento de Paul de Man , y se hiCleron pu­blicas sus co nexiones personales con el nazismo, con ca·sos de desconcieno como el de un Peter Washington que,a la vaque arsu~ q ue los cul tivado res de la autodenoml­nada " leona literaria radical» no son mas que pracucan­tes de otra estéril e inDíensiva moda académica. mezcla demanera incoherente en su demmcia marxismo. deconstrUC­

e ón y feminismo. o sea. todo lo qu e le molesta_ '"En el leITC1l0 del estudio de la sociedad Y la cultura,

los efCClOS mis importantes del giro IingUistico se han ma­nifestado en los estudios literarios, donde, tras su rechazo..._, han acabado atra yendo a una pane del sector aca-IDlCI<... ,. doomico más con servador, qu e se sintió asi legluma ensu luc ha conua cualquier teorización: ..,de pronto,las per­sistentes Yobstinadas l't$istenCias de quienes se sennan ame­nazados po r el an aJisis teórico ad optaro n el ropaje de la

teorta.....'

90 LA H1sTO~lA DESPUÉS DEl. fIN DE LA HISTORIA

Page 46: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

I

9 2 LA HISTORIA PESP1JÉ~ DEL FIN DI¡ U HISTOIl./A

aprender teoría literaria sin leer lileratura»-, 'lO lo cualpuede ayudaroo, a entender que el rigo r extre mo del «giro

lingiUstico» se fuese abandonando en favor de formas in­termedias como las del llamado «llUO:VO histori ctsmo», consu pretensión de enriquecer las practicas formalistas de lacri t ica literaria con una peculiar atenci ón al CODIUto his­tó rico en que han surgido los textos, '" o co mo la «nuevahistOria cultural», que perece poco más que la actitud ecíéc­tiea que define las preocupaciones acruales de un gru poque. 11115 haber-abandonado su intento de fundamenur elanáli sis de la cultura en las realidades sociales. nunca aceplópor completo las propuestas basa das en la teoría literariade Hayden WIúI C' y Do minkk LeCapria, cayó un-tiempo

bajo la influencia de la ;antmpología, y en especial de Geertz---era la época en que Roben Damton estudiaba ..la gran

matanza de los gatos_oy que, no habiéndose !aQJpO<:O

dejado COIl\1t'f1C'C'T' por la escuela francesa de las ememali­dades... parecen estar esperando a ver por-d énde-soptaránlos vientos, dispuestos a adapwse a las nuevas modas «tec).

ricas...m mientras sus colegas más viejos. como el propioDamton, se lamentan de «este malestar que se está exten,

17ll. ~s' •. do" u. ... . '.... ddE.-lo>- 6< N_ ltrt.s­_ .... _ 03I<aol dir.-po ·r 1 _dT~~S .¡ ' ... <1

n do _ ""'" 400 19t1. Po 1'.171. K. Anm _ . «l.. Jlwo _ _ ...._. Nueva _ ._...

1919; _ ~.....- 04-. 1\"0_loo oiot .. ..~ ~

.. odol-_ _6<...alim~Katuo ' .....

_-. ... el ' 1 pp. l'n-lW).17Z. t I"'" «l, 17w cvIl>oni _;,I<N]I. 1I<1<el<\l, u.-,ctc...

~ fonIio ""'"" 1M' . Y. _ro _ .fU .1.00<1_ KiItofy....~"' lO OD<I_~. pp. ~12.

!l ISTaRl... '( ANÁLl.'lIS DEl DISCU RSO

itndo ent re los histo ria dores intelectuales de los EstadosVnid05>'.' ''

Lo que par ece escanda loso es q ue este reto rno a la Ii IC_

ra tura - e:<i¡ ido tanto por la futilid ad de un m étodo queh. acabado ascunccse en su negación del texto. cerno poras pre ocupaciones pro fesionales de quie nes se dedican a01estudios Iilenuios_ haya pretendído dís frazarse con ar­umemos políticos «virtuosos... Paul de Man murió en los

lados Unidos en 1983. uas una carrera brillante -Parecl:habc:r sido un buen vendedor de su mecancia intelectual

los circu itos univer:silarios de conrerenctas y semíaa ­

- . Ynada ocurrió hasta que en 191r7 se «descubrieron »us artfculos «cclaboracío nistas.. publicados en la Bélgica

pada por los alemanes, entre los cuales. para empeo­rv la cuestión. babia al¡uno claramente aruisemna," Lo

Sirvió para iniciar un alboroto en que la propia '"3.-edad. de los métodos empicados par De Man quedabalu¡ar secundario -parecía no importar a nadie-o des.

plaza.d...l por una p reocupación «pol itica .. y mora! {unapreoc upacién que nadie habia sentido. por ejemplo, porlos antecedentes. Itano más comprometidos. de un Kan­

rowic::z). El «escandalo nacionaL. que se fundarnentaila11» artículos e pronazis.. del «deconnructor» le ccm-

171. _ Dot_ Jlwo ..... '"Lr "_,,Jo.~"' <l<IJ""'" A",.•~~ ... fabo<. 1m .... 191. Jobo,~-«~..~'.~ 11#>.... "'_(:15 .._ .. 19'JO). PI'- :'4-u,....

"""' .. 0IIII00Dd0_ --.nw-.... "P'odo oIIon _ =--.17<, 0100,- , lo ......... _ '''''p:riDoa.o. publicodo "" Lr Souel

'''.lIIZnOdo 19'11. <I0040o DtM.a.o or_ ..... 1oo I~_6<oft._ .... 110 rlla. , 0<0"--"-- _ lo . f..,....;,;. el< "''" """" "'¡o_o! 1XOb"""" J" eho q ~ • o.. .-.. Podio :lI.loIoda d< E"""", ""

" .. iK.U do;",p<:>tUCltI; 11""110 l'l4a bt<ran. 6< OOCtlo. ... .

Page 47: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

osHISTORIA Y ANÁUsIS DEL DISCURSO

hly elementos útiles en esta nueva conciencia del texto quede!>C'ria le rvir para evitar Que cayésemos en lecturas ana­rc ntces y, por ello, incorrectas de los esenios del pasado."ro una vez realizada esta tarea de depuración critica, es

I l erado que aceptemos quedar paralizados. como si losc~ tOS no fuesen susceptibles de uso. Entre Otras razones

porque textos de índolc diversa, y construidos con lengua.ti e intenciones dive rsas, pueden contrastarse entre sí, ,..

porque el historiador trabaja. ade más. con evideocias noIClltuales como las de la arqueologia y co n un tipo de da.tos. como los elementales de la demogra fía (nacimientos.lecundidad, espe ranza de vida. defun ciones) qu e dificil.mente pueden ser «deconstrui dos ».

Una de las grandC'$ ut ilidades «reales» del análisis delexlOreside. por ejemplo, en el examen de cómo se etabo.

ran los discursos históricos legitimadores. '" pero hay unaJral1 dif~nci a entre este tipo de escritos y los documen .10 1 que re¡u lan o expucae los aconrecímíemos de la vi.

cotidian a (en tre las crérucas o ficiales de la oonquistapaAola de Am érica y las reales cédulas en Que los re­

daban instrucciones concretas a sus funcionarios . porejere pto, y Q'Uc nu nca estuvieron destinadas a la publí­ación), y no debemos olvidar q ue la ..construcción" o

l~. l.o__... c.-_.poIat><asial_,....... 1IqOCIa<ióft

-..1. 00 .. PN<ao _ """ ........ _tIIo ,.,..""";1>1<. ''oJal'''''' c .1-. L....., 'v EIO/ia....-..•• ~_ \bt~. O:úotd Ulli~'r Pmo. J9Il1.• zrr¡.

I~. e-Io~ pot .,.,.pIo, f....- F1o<=ano .. .w._...ri<oo_E ,.,_~_~ dd~ •__._~ispd..I<••1111. \-I"" ¡.J_ .,u, r939.

175. 1Wa__ lY...~ iua.ibI<o ... ·rio1·"'" de tiItnIur>. ....00m..-I& paoacUr. Uu li_ . del _ • .. ....".,<nr.o tn ti ""'" de Do.;,j !.drm"". 5;, ... 11/ '~ ........~_ _ ,M ¡'II"Í Phi <1< .""".~_ lIo< k. _ _ Prta, 1991.

116- llrI8 So G<-. K_, I~__ A~ ........... ,"""",....,-r_. Loodtts. ltoülle<ll" ..,¿ K<pIl 1'1.... 1911_ .

1" . l ....~..... OoIüoo. ÚlIil""''''''' ~,.nM. P>ns. G.lhr.wd.1911 . p. II

pletaba co n el hipócrita añadido de unos toques adiciona­les acerca de «una vida privada de bigamia» .'"

En el terreno de la historia los efectos del giro lingüll­neo han sido !ard los, tal vez por h aber teni do q ue su perarel desencanto producido por algunos intentos iniciales muypobres, corno un «esrudío sobre la construcción textual dela reali da d ... referido a las leyes de pobres británicas. enQue el autor nos explica que «los políticos no reaccionanante la real idad como tal. sino ante la realidad socialmen­te construida , y que la forma en Que la sociedad es cono­ada para propósitos pctnícos y administrativos dependede p récnces especi ficas de lectura y escrilUTa».'" La cosa.recuerda aquel a forismo de Oufipo en que se dice: «No,hemo s dado cuenta de que no somos mas que lenguaje.ce la cabeza a los pies. Y que. cuando uno creía tener ce­lor de vien tre. era en el lenguaje donde tenia do lor. Quetodo este no era muy discernible»!" 00 cual puede con­tener una pane de verdad , pero es d ificil qu e sirva paraaliviar j amás un dolor de vientre).

Paradójicament e. su influencia se ha. ido exten diendoenlos últimos tiempos entre los historiadores -cuando pa ­

recia encontrarse en franco retroceso en los estudios cul ·turales y Jiterari os- y u na invasió n de análisis del discur ­so amenaza con reemplazar el de la realidad. Es cierto q ue

9 4 LA HISTORIA DESPUÉS DEL FIN DE LA JUSTORJA

Page 48: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

98 LA ltlSTOR1.'. DESPUEs DEL FIN DE LA HISTORIll

la esfera pública como una construcción política: la esce­na d e prácticas discurs ivas que compiten».,"

Del grado d e co nfusión a que se puede Ilegal por estavia d a b uena idea la reseña de un libro sobre la cultura po.putar q ue sostiene que «lo popular existe como una cate­goria separada sobre lodo porque Ita sido construido asipo r estudiosos. polí ticos y teó ricos sociales interesados enello .., lo que lleva al reseñad or a sugerir que es imponante" desplaza r J:¡ d iscusión para q ue no só lo la cultura popu­lar, sino también las discusiones cíeauñcas sobre la cultu­ra popu lar se conviertan en un foco de atención».... Has­ta q ue algwen . contagia do por el mismo entusiasmo. \aramas alla ~. nos proponga d iscutir las discusiones sob re lasdiscusiones 3..-CfCa de la cultura popular. y así sucesivamen ­te. pasa ndo del discurso al metadiscurso, y de el al meta­meeadecurso, etc. Dado q ue. como ba dicho Harunan , «lapropia teoría no pas.a de ser erro texto, que no goza de unesranno privilegiado», podemos pasamos la vida estudian.

do «textos scere reatos», sin preocupamos por deI\nirquien~ el suje te que inicialmente emitió el primer discurse ana ­lizadc -los autores de una cultura que se convírn ó en «po­

pulan. por obra del díscursc de los especialistas-e- o. massenci llamenle. por a_-eriguar si había pueblo. ccsénes y

Tal. CoIuo Joooo, oTlw t<tum 0/ 111< baaiol><d_~. T...... t"......" S"PI" _ • • (."'9.1< ......,<1< 1991). p. ' . CIatoq... .. ,;q.......~~lo ""~pWa ........ de .. -.... "pdoI_", _bt< """"'" pia<looo­...... al lmor_ _ .. _ .. P<Io _<0lo0O _",,*, .los 1.........

~ "" ..__ ~ ... """"""" ¡r.»odo . G ", ? pe <Xlo;,...,../LI ' .......-._. ::6de lllamJ de 1992, p. ~ Lo"'IO<OIIIOde·....".,...,;o. <X 01...- que " ... mo<la ......<l& ifnCl<>lla1lr.e". pooN<-..r_ "O >InI .:IIIWO-

IS<I Il. E. M..d.....' . m<IIade Morq: Sbiacl>. DisroI<"'''''~ <wi.fU ....... S<oc,. . .._ •• 16. o.' I ,e""", de 1991). PI'- Il6-i::.l.

HISTORIA Y ANÁLISIS DH DISCURSO 99

ntos eran, cómo vivían y qué pensaban. Pero esto eso dem asiado trivial, y muy «visto», que no puede mo­r a lo s a fano sos buscado res de la «noved ad».«Thmpoc o sería justo suponer que la vaciedad de con­

nido la ha yan llevado al campo de la historia los part i­lríOS d el «giro lingüístico », porque siempre se la ha po­Ido encontrar en él. Ea una critica del último libro -o,1., hien , de la última compilación de «papelese-c- de W.

RoSIO\\', Gregory Clark señala que en nues tra vi da a ca-

émica se esu asentando cada vez más una pauta que sene en muchas carreras de «cientificos l> de primera fi la.

n su primera fase. éstos se limitao a trabajar con serie-ad y modestia, sin recibir demasiado reconocimiento. Pa­da ena etapa de aprendizaje. están ya preparados para

I IQkt-o/f a un periodo de «prod ucción aUlosostenida»a'Lado en una ..gran idea». « La gran idea debe estar va­I de coruenído em pírico y aparecer expresada tan ambi­ua mente como su posible: si fuese verificable emp írica­eme, resultaria. f.iQJ refutarIa: si se apll:SaSe con claridad.\ 'OÍa que carece de cornenido.l> A partir de este momentopuede prescindir de la investigación concreta para dedí­

a reelaborar la gran idea y defenderla de quienes .. lahan en lendido mal... ~Y además. como a reconocido autore un a ¡mn idea. puede escri bir con au toridad acerca de

lo que le \ 'enga en gustc.»... Lo que han hecho los partí -

111. Ea... ..... _ por 1o.<l<asiT.a de q..._Ir d """,pl<jo _ ..... _ _ ti E. P. Thorn_ de ,""",,-l. «MO""'" _ PO'" ejemplo,

11.1'. s.o. S7, <10._ 0Dplia. d<nwI&do tnb.¡" .,....." ,..."""~ ... <OlIO'mu,. _ de lo ruli<Ud _ do Io<:u.at ....... odis<urs<aDdoo.116. GtcIOtYCIort . -'" de W. w. _ , Hw.>ry,~~«<J_

,-.:_....__, ... JoouvI O/l'.«Noom;cHinDry.l l ...° 1IDW-.. l'i'\1t ~ PI' 2S6-~7 .

Page 49: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

100 LA IlISTORIA DESPUÉS DEL FP.< DE LA HISTORIA

darios de l análisis del discurse es ayudar a legitimar la "a­ciedad. «teorizandola».

Hay qu e luchar. pues, contra esta esterilización del tra­bajo histórico que se produce tanto cuando agotamos nues­tra capacida d de aná lisis en el intento de desmontar el tex­to,'" como cuando pretendemos reemplazar el estudio delos problemas reales de los hombres por el de los discur­sos q ue se refieren a ellos ¡en ocasiones para ocultarlos).Al propio tiempo que inco rporamos a nuestro instrumen­tal de trabajo una nun-I y mejor conciencia cri tica de lanecesidad de analizar el sentido real de las palabras y dedesmontar las ideclogizaciones legitimadoras -c-ccmerean­do po r las de los propios historiadoTC5. de cualquier len ­dencia o escuela q ue sean (o sea, comenzando por noso­tri» mismos).

111. ~.~ el otI><IIIo ..,.,.. o. M q... """" be a<&Ja. _><:><_ . .. 1<> '''''''' lA~ l'U"U """ ....~ d< loo " l'o.i~._.. ,~ "'*' ",od_d< lo.,...h~_,Jooc", _.

---_..•._---- - - -

VIEJOS CAMPOS EN PROCESOf)E RENOVACIÓN; HISIORIA DE LA CUITURA,11ISIORIA DE LAS MENTALIDADES

En cuamc a la vieja historia intetectual c-de las ideas.e la cullura o co mo se qu iera llamarla- fue siempre te­

treno abonado para las formas más extremas de fragmen­cíóo , que conduOan lógicamente a1 .. inmanentismo», a

una visión endógena desu evolución de acuerdo con !atllalrJ arte se aplicaba integrame ntc desde las coordenadas del

e. la ciencia sólo se podía comprender a partir de la evo­lución de las OOITÍemes dd pecsameoro ceccñco, etc. Esto

lugar a que hubiera un a historia de la ciencia (o me-t , unas historias de las ciencias)," un a historia de la

1", e-_ ..-...d< IlI -'. __._.....~ ... _ ...........-d<...~ .......... _" el . h"U <le <AdA _ Se <IICIII)a ..,;~ d< dIa las~

O de lo <11I<"", _ ;>O< lo Y\SIO, ao 1Il<'t«lO ir 11I _ <1< lA Ibi<a O

f" • El "'"- uan 'o pataldo , ' "'"~ b:D<IIlO>

-. ..... _ ~"" Ias <lmau lOC&i<s. O>QIO <lO A. ,ü_.TV _ ........ e ..,."",...... 1.oe<lra.~ 1'Ill '. _ po<_ .. _ _ ... dúorpIiDas_.m...~ eco-

<i<l>aaJi'Ol/UcA. -.,. , = I .,' ,_ • ..."....... """"'<1<_..... .._ - el daom>IIo..~ """""""" , psoquiauio.-

Page 50: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

IOZ LA HlSTOll.lJ, DE!lPL~S DEL FIN DE LA HISTORIA

tecnología, otra del arte, de la literaruta , etc., sin que lamayoría de sus cultivadores académicos parezcan habersepreocupado seriamente por la posibi lidad de relacionar es­tos campos para alcanzar una visió n homogénea de la cul­tura , lo q ue sería una condición prevía para integrarla enun análisis de la sociedad .

Siempre ha habido tam bién, justo es decirlo, intentosde una historia «social» de la cult ura bien fundamen tad a.pero esros se vieron sumergidos un mal día por las simpli­ficacio nes a bU$1VllS de unos marxi stas vulgares que no su­pieron aprender de su ca tecismo más que aquella uiviali ­dad mal digerida de la base y la superestructura. y noa1C3IlZ3lOD ni a matizar la con la ad vertencia que añade Quelos ho mbres toman co nciencia de los p roblemas de la so­ciedad. y los resuelven, en el terreno de ..las normas jun­diC3S, políticas. religiosas. artísticas o fJ.losóficas ...

Por suene. las viejas corrientes de una historia socialde la ciencia. alejadas de la simplicidad de planteam ien­tos de un Bemal, siguen fructi ficando hoy en for mas deanálisis que rechazan una explicación meca ntdsta triviale insisten en ..la necesidad de entende r que la cult ura y laideo logía son viULIes para la esencia misma del cambio his­tórico..... o que. ademas de romper la visión lineal delprogrese cient ífico. proponen interpre taciones del cambiovisto en su co njunto. y no como un haz.de trayectorias pa­ralelas.... Y hay alllifuis de la historia de la técnica que se-

119. "'.._ e. J........ nw",I"'''¡_~'.fO[l/.u6'~rifK: fF'''¡'''_ '

.'"_ \i:l<k. ~. 19U. '" 2Sl .1'10. Como libro coI«t¡.., <linplo pO< .~ $m-<$. ÉJhotntu " .....

__"" Pan&. lIoNu. 19$9 (/11.,~ _ ,"uN;"'rIo lJOlfe_a.

vnnos CAMPOS EN PROC ESO DE RENOVAC¡ÓS 103

alun hall a qué punto la elección de una u ot ra soluciónIi. dependido en cada momento de una serie de criter ios

'lÓlo econ6m icos, sino también culturales, II qu e han"mitifi cado su sup uesto pape l de primer motor del pro­I~!O huma no.... Al igual que siguen produciéndose estu­Illl muy estimables de historia social de la literatura o de lne que resultaría imposible examinar aqu í.

Pero la mayor de las confusiones procede en este campo.ladÓj icamente. de lo que debió haber contribuido a su

lanficación. :\1e refiero al fracaso de la cult ura carequís¡i_Ue los paises deí llamado «socialismo real», al demostrar­que su mencspreeío por la cteatividad de las ideas. vistasmo un mero epifenó meno de l desarrollo económico. loscapacitó para el intente de co nnrun- una nueva visiónlrural que expresase las aspiraciones profundas de los

hombres y pudiese convertirse en el Iundamemo de una 00II­pe ón «socialista.. del mundo. ampliamen te oompanida.

El efecto que esta crisis ha producido en elterreno de• ciencias SOciales ..de Occidente», y muy especialmenteel de la historia, ha sido devastador..\luchos historia .

ores qu e en su tiempo fueron mas o menos imluidos po rI marxismo, se han dejado arrastrar por una irracional

ilación del ~ndulo hacia er estudio de las ideas reí­ndicad o ahora poco menos que como un rerritori o inex­

lorado. lo que implica olvidar qu e. junro a la ..vulgataanista ... se habla desarro llado ya con mucha ameríon­

entre quienes avanzaban a partir de las huellas del penoientc de Man una visión de la historia de la cultu ra

,

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• 191. L1U H.... elI .• TIw "...., no/",," A"N>h. 1>- :n.l~ P. "'- .1:-.__.......ro J. UGofT. 011.• LJ ",.,,,oN/r

_ .~ CEPl. 1~1. pp. .oQJ-4lJ.

Le que resulta inaceptable es que ese movimiento ge­neral que se esfuerza po r recuperar para la ciencia histó ri­ca el campo de las idea.<;, los sentimientos y la cultura - porinvestigar la formación de esa «conciencia» que explica lasrazones que han llevado a los ho mbres a obrar de una uotra forma- conduzca a algunos a sostener que lo quecon viene hacer aho ra es invertir la vieja explicación: a ha­cer de las rep resentaciones mentales el motor fundamen­la! de la historia. lo Que equivale a repetir los mismos erroresde enfoqu e mecanicista del pasado. Sólo la supe rlicialidadacadtrrJica puede expücar Que ha}'ll quien escriba. cornosi estuviese habla ndo de la evolución de las moda>. q uede una vtston de la historia asentada en el estudio de lasociedad, estamos pasando a otra Que considera corno supri mer motor la cultura .... Y sólo el miope rcac,,-:onans­mo de un Aries podia celebrar la vc aa de la « huron a delas mentalidades» porque estaba a partando a los ínvestí­,adores de los .....; ej05 temas socceccnormcos» que antescultivaban.'"

Quisier a referirme. au nque lea brevemente, a esa ..his_toria de las mentalidades» a que acabo de aludir, entusiás·ricamente abrazada por quienes, al romptrseles las anda­detas de la vulgata mar.tis la, parecen necesitar ot ras -unnueve catecismo y el calor de una ..escuela» Que lesarrope- para poder su~istir. Con todo lo que tiene depositivo ese regrese al territorio de las ideas, exísre en es·le caso el riesgo de perderse en una Fragmentación qu e

104 LA l{[nORIA DU P!JÉ S DEL l1S DE l.A HJSTORtA

mucho más rica y matizada. Tal es el caso de Gramsci_ co nvendrá no o lvidar que sus análisis de la cultura o dela formación de la conciencia nacen del rechazo de las sim­plificaciones de la ..soctologia marxista» del Bujari n de Elmaterialismo hisllj rico- , de Walter Benjarnin, de Lukács,del Rayrnond Williams q ue en sus ultim as escri tos se~uia

defendiendo la necesidad de una «trona de la cu jrura» q ueno se contentaSe con enlazar en una w la explicación lo s

terri torios de la cult ura y de la sociedad, sino que se dedi,case a estudiar las .. relaciones," cambiantes que siempre hanexistid o entre euos, .... del Chrisrop her Hill que ha dedica ·do la mayor parte de su obra a los orígenes y las conse­cuencías intelectuales de la Revolución inglesa del siglo XVII_y que nos ha enseñado una manera distin ta de leer a\fi lton - , de E. P. Thompson, o, en la propia Rusia, deun Gurevich o un aaj uo . por poner unos pocos ejem ­plos.... Y q ue esta o¡ra ¡radición marxiana es al~o sólid oy co herente. no un simple archipiélago de grandes islas in­co municadas....

[9:' b'- w-. .roe _ of uaI ......,... '" ",libn>rooo___"""'~_ Toe,""'"-. llor po4l Q/__"'- .1,...,.... r~ "....,

~.~""""'1_.19). o-ro oqoí...-~ala_¡;'~"""'<Jg.....,;

. .... """"" ala__• _, .... ro.pi<Io~ ooI>r< _ ~ rf..·""__....__ Ioq.. ""'" _ Jable......,.. .1ifNr · _, ... mtáo·..- ala lecgnd< ¡"I'mr' ). Po:>< r<f<nn< es¡><C!rn - malo _ AOporo<lO doJ&I' rl< _ ... -.. • ........ por Har><y J. Ka,.. , """*' MoCk­.-.E;P. 1"'" # , O-ponp«t<_. Can>bridJ<. -,. "'- 1m . """"• lo que __" aI)o<ro ''- <1<- -...- ID Bajti<r q... lIat>ri& 1'<"".Il<> lo _ OlIO do 10 .,;11<&, _ "" pt«<D<l< '" G. So- M"""" , C. E-ol>t<-_ .<di..1Itf""'."" ~_~E-. II..~~-.cm U"'......,. r.-. 19A9

194. v__..... do ,"""",.,..npIoo. ti ........... compil&<lo _ t.....rcn«Gr " "c...., N_ IJMriMor • ...s '...'"__ t>fndW'<. u...d.... M"""",lu. 1'"

Vl2JOS CA MPOS E N PR OCESO D2 R2NOVAC¡Ó~ lOS

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106 LA m STOl\1A J)U PlIÉS DEL FIN DE LA m sroau

supone -e-lmpltcita o explícitamente- la existencia enel de niveles distintos que debe n estudiarse por sepa­rado.:"

El riesgo viene agravado por la propia inde finición deesra co rriente. Iacqu es Reve l a firma . por ejemplo, que lahisteria de las mentalidades «no constituye tanto una sub­discip lina dentro de la inve stigación hislÓrica, como uncampo de interés y de sensibilidad retanvernente amplioy heterog éneo» y reconoce que " tal vez sea la misma va­guedad de la noción la que le ha asegu rado el éxito a tra­ves de sus inde finidas pmibilidade5 de adaptación»...Pue510 que, en erecio. oos enfrentamos aquí a definicio­nes no ya diversas, sino hasta ccmradícrorías . Le Goff se­i'laJa q ue el atractivo de la histori a d e las mentalidade5«reside precisamente en su imprecisión, en su vocaci ónpara desi gnar los resid uos del análisis histórico, et eo-se­qué de la bistoria ...... Chaunu. que sigue a voveüe tansólo eo lo mis superficial , la sitúa en el «tercer ni\"C!,. dela experiencia, y Chartier dice que nada de tercer nivel.pUeslO que es un determinante iundamental de la realidadsocial•..

Entre las paradojas con que tropezamos en este terre-

191. H&IInaq..._.-....Uo~q <nW"<I< Uo_............. .!:d_· liro_......d&f k>o_ A_.In do.,...... "...so .,..,..., Od "'_1<1& """,,;00,,I~ <klo _ .. bao< ... o<ru ...._......,lo-... =-~<1< .... .....". q.. podia Ub«1<s .....- .-il P*"' ."...~......,

~E\iu,do__"''''' Uo<OiCi<k, di.l<l<U_••·

110 """""" ... 1,.,'Ion.. $.., .MoaWl_ ...~ \IutplOr<. N .• DicOO_" Uf-..

~'''__' PltU, PUf. 1'1&6, Po <'l.199. J_ le Golf••La Une_~.... l. 1.< Golf

, P, ~"'*- <dO,. Foon1"_...P1ns, GUliJrw-<I. I"'~. 001. 111. l'P- 76-9><

VIE/OS CAMPOS EN PROCESO DE RENOVACiÓN 107

1", citemos el caso de un gran libro en lengua alemanan cuya verstén in,lesa eltraductcr ha adoptado eltérmi:o de «mentalidades" en el subtitulo (lo que parece legtti­

j nudo por el hecho de que eltexto se ocupa de «creenciasI'O Pularesl> , aspec tos de la «existencia cam pesina», «erno­<Iones y panicos», etc.j y que se inicia, en cam bio, con laII,Ulente ad vertencia del autor: «En última instancia todahl>toria es una historia de las mentalidades. Pero esta de­nominación no ha de usarse con exceso», porque se correel ceusrc de que al,o que no puede definirse sin a mbigüe.dad de¡eoere en fórmula. «Seria una lastima qu e la mves­llllación en el terreno de las mentalidades se llevase a cabode manera demasi ado abstracta: ... tos productos del pen.sumlemo ;y la imerp"ladórr no pueden separarse de lo exts­IMCla de lo geme el! este mundo."'" He 5ubra)ado deli­beradamente esw últimas palabtas po rque me parece q ueCOn~IU )~ll una .adVl:n encia que 00 se debe pasar po r aho.

cn uca mas dura y consecuente de esta corriente tal''C'z sea la que ba formulado G. E. R. Ljoyd. quien, tras

ap un tar que la nueva docrrma tiene mucho en común conla vieja visión racista de la «mental idad primitiva. enun­ciada po r Uvy·Bruhl -la Idea de que el primitivo lieneuna mentalidad prelégica. distinta de la del ho mbre civili.lado. que no hay que confundir con el estudio, toralmen­le licito, de los diferenles «modos de razonan. de los hcm­bres, que implica n diw-rsidad. pero no jerarquizací ón-;denuncia su imprecisión: <osi ha de haber en el uso del té r ­

mino algo má:l que un vago geste hacia cimas diferenciasen las actitudes o visiones.., resulta necesario fij ar los ele.

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li tYIEIOS CAMPOS ES PROCESO DE RES OYACIÓN

;,(111 . ~ ............"' .... et p<1ID<r~ '[>UOdil<tlOl\; C WUI<Ilcw._. del t b<o-. _ pp. 1.1'.

::09 M_ ........~"' ••W ... l ..."'"' ~~FJcw" 19S0. plo'too do los -.100 dd ~bro =o; .De la -.. 1OCi.lt. la I>i!corio ""_·M.....~.

:10 _-'16...-rt 1 '''N*' a .. _Cma.I\li9.u: 11 , ' .~. lAc1~"" #C!«-..- .... lo F,-<,< d:i ""..~ "'f'...... "" .s.. ... 1~7., la _ H",.,.,. . IW"'_ I.. .:o4U1p;la roo. >!<Nl -

\[..,."" P<fO~'"kst&n.. _ conf...-le.o laICJO _ <o<iCrero< ""*'"clt L'MI... _11>_ lAc....", .....",rs; b<b1_~C~E._C'''", L'VC.""", S_o A1......I'1vo--.. "'1m.... lW:.

esde la cultura hasta la superstición. pasando por ese11" término complejo que él define como CUJtom-, re­ulla inobjetable....

I a confusión que puede engendrar la denominaci ónuuona de las memalldades » no seria tan gra.-e si lOOOS

us ~ ull h'adoreS t uviesen la seriedad de un Michel vov eue.quien se puede reproc har la va guedad de la conceprua­

vacíen. puesto que en ocasiones habla . nebulosamente.e "las acti tudes, creencias y sentimientos, ell una pala.

b ru, lo que ho}' se engloba ccmcdamenre bajo el términoe "historia de las men talidades" »,"" y en otra. precisaue se trata de estudtar «las actitudes colecti\as en su as­

ID.a.IJvo, o en su an onimato»."" Pero que.. en la prác-ca. nos o frece una investigación sólidamente asen tada enn estudio previo de la sociedad que permne dejar las co­

claras. Tam poco existen riesgos, en este sent ido, en laayor parte del trabaje de Roger Chartier sobre «la cuí­

Jura de lo escrítc».» Pero por las muchas aberturas queueja la lndeflnicién conceptual se pueden introducir en elcampo -y no hay d uda de que lo han hecho- tod a claseik emba ucadores. Y. lo que es peor, podemos estar ene.

endo a las jÓ\'Cnes generaciones de historíadores que se

Tengo hoy serias dudas acerca <le otro concepto ...: culo!ura popular. ~e prnxupa menosel adjetivo que el nomobreó lamento no baber eoconu ado un aparato inteligiblemas adecuado para comprender el fenómeno. FTse a suindefinición ( ':0 141ou a caUila de ella?). el1ermino 'men_lalidad' es apaRntememe mas adec,¡ado plUa dacribirloque el de 'cuIIU...•• aunque tiene tambiet¡ demasiados si,_nificados y puede conducir a imenninable. ddlatts.""

mino «cultura popular», que es elhecho de sugerir uo cueropo definido y estable de ideas semejante al de la «culturapat ricia », Aro n Gurevich expresaba esta inquietud en un«pcsrfacic» escri to ha cia 1988:

Hay que insistir, sin em bargo. en que GUJ"C',"Ích se plan­leaba el problema de defin ición para la totalidad de eseutillaje memal cclectívc, no proponía su segmentación eoeediversos «nívetes» - pens.aba en algo global, aunque 00

fuese ouuClurado ni uniforme- y no se dectdié finalm entea adoptar el Itnnino ememalidades» para defini rlo. con­ve ncido de que era más eq uívoco y p roblemauco aun queel de cultura.

La misma incomodidad muestra el último E. P. Thomp­se n, q ue usa tan sólo al paso el término menta/irá y queacaba dicieodo "o. como yo prefertrta.Ia cultura pc lníca.las expectativas, tradiciones y, por supuesto. supersucío­nes» de un grupo,'" lo que nos da una definición que, ala brazar la to talidad del cam po del pensamiento «popular»

110 LA HISTORI A DE.'lPtrÉS DH FIN DE LA fUSTORIA

106. IVOllG........ao. .~. ...M#d_~",,~1'n>bI<_4/HI;q.,..¡~_ caa.bri<I~Cambnd!< UI>iv<m" Pra>. 1m. p. 2:,.~. E. P.~_, 00<_ m """'_ p. l60.

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112 u Hl n ORIA DESPUÉS DEL FIN DE LA HlSTORlA

inician en la investigació n una cobertura puramente no­minal -tanto más atractiva por la libertad que oFrece­paro una práctica carente de rigor, que puede producir UIIeno rme volu men de literatura insustancial .

Ante la perspectiva de tales ries gos, y de tan pocas ven­ta jas reales, ~po r qué empeñarse en el equívoco y la im­precisión?: ~por qué reivindicar un valer ¡¡m d udoso comoel de la novedad a costa de aislamos de una rica tradiciónde t rabajo que no debe rechazarse. sino que hay que eon­tinuar dentro de n uevas coordenadas ?; ¿por qué exponerel estudio de la historia a nuevos peligros de segmentación?parte de los problemas que se le planteaban a Gurevich seresuelven simplemen te entendiendo q ue «cultura popular»no es la suma de un sustantivo y un adjet ivo que lo cali fi­ca _aunque sea asi en un sent ido esencramente gram ati.cal- u no un concepto global, sustantivo. del que nos ser­vimos para designar un territo rio entero de la e:o;pcrienciahistorica para el q ue no tenemos otrO nombre mejo r.

y en lugar de perder el tiempo levantando nuevas ban­deras para inútiles q uerellas de escuela. dedicarlo a traba­j ar -cen col a boración con otros cultivadores de las cien­cias de la sociedad y la cultura. si conviene-e- en todoaquello que pueda servir para entender mej or, desde susmentes y sus sentimientos, la trayectoria histórica de loshombres, Ypara ayudarles, con ello. a comprender su pre­sen te y a resolve r sus problemas .

DESP UÉS DE LA TO RMENTAl'REVISION ISTA»: UNA PRIMERA OJEADAA LA SITUACiÓN ACTUAL

No es mi propósito hacer seguir lo que ha pretend idoser UDa mera guia para salir del laberinto-de-un 'presen tede confusión, por un pro grama estructurado de orienta­eonespara el futuro, ni me considero en condiciones o conla capacidad para hacerlo. lI2 Una labor semejante sólopodrá rea1izane como resultado de un serio esfuerzo ro­jecuvo d e todos cuantos nos ded.icamOli a la historia ycom­panimos ademils el objetivo de pretender que nuestrouabajo ten¡a a1gun¡I utilidad. por modesta que sea ro apor­tación, en la mejora de la suen e de les hombres.

Quisíera, coe todo. apuntar algUDali recomendacioneselem entales para valva-a un funcionamiento más saus fac­sono queel actual, y sdlalar a1gunOli de 10$ problemas ma-

211. ""'- _ uaboJ-do dado 0-.- ... """" """"""'" quo ...._ .-.u-. pM10 do lo quo~ .._'". "" .. .s.satToIIa.~.. pOr U D l"DV'" .-. , lDOdo<to do .,,"''''''.......... al"'-' de lo._0-

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211 . 1.. _._ .. de E. P. TIIcoo_ '" e--u ,~ «>moro.., ¡>. n, ....fItt<- • loo ' • lOQttC& Od _ de _ de la~ iDJk>a..... ........_ ..... ""JO 0l>Il . ... ...OO:>ÓO __.01 _, que debeno __ de Ju &l<Iteo ...Llti..._pli~

<lt ""'...- ,~ de -. lJ(>td.L

11'IlESPUÉS DE LA TORMENT A «RE VI510¡"¡STA»

m UI 11 cabo con frecuencia de manera inadecuada: el m é­

trK10 de nuestros manuales hab ia acabado reduciéndose auno' esquemas rígidos y empobrecedores, previamente es­tablecidos por un saber escolástico, a los que sometíamosal material concreto: los hechos de la vida real. la refle­'Ión teérlca debe ser, a la vez, el pun to de partida de nues­tras hipótesis de trabajo y el de llegada. una Vel; realizadala rarea de investigación . para discuti r y perfeccionar lospresu puestos con que hemos iniciado el camíeo, El saberlibresco, el uso de evidencia elaborada por otros. es inevi­table en lod o trabajo de mttesis y proporciona el eumar­camiemo adecuado para el de investigación. Perotodo in­tento de ahondar y renovar, de avanzar respecto del estadoactual de nuestros conocintientos, ha de basarse en la con­frontación co n el material primario que nos proporcionanlas fuen tes -e-arqueológícas, lotuales o numéricas-, enla frecuentación del archivo. «donde se encuentra la evi­de ncia ambivalente y enigmática>l.....

y en cuan to a la recuperación del contenido po lítico(en el bll~" sentido del adjetivo. que no es precisamenteel habitual de partidista), no nos hemos de dejar aturdirpor qu ienes pret enden descalificamos con el hundimientode 10 1 regímenes del Este europeo. por dos razones. Po r­que ni nuestra pnictica historiográfica tenía nada q ue veroon la que se hacia en ellos -donde la mayor part e de no­scr ros hubiéramos l ido igualmente condenados po r bete-

11 4 LA HISTORIA I.1~SP t.rÉS PEL FlN DE LA IUSTORIA

vcres a que habl'l:mos de enfrentarnos en un futu ro, taninmediato que casi se co nfunde con el p resente.

Comencemos, pues, por lo más sencillo, que co nsisteen efectuar una primera revisi ón -c-un tanto superficial­del víeío paradigma del marxismo catequístico. Una de 1,"razones de que este alcanzase lamo éx no en el pasado, yde que haya quienes piensen todavía que. una vez «repa­rado». estara en condiciones de volver a funcio nar. es quedaba a sus usuarios un marco global para situar y explicarel co njumo de los. accotecímierxos históricos - aunq ue fue·se un marco sesgado- Yque proporcionaba un sentido alt raba jo del hisroriadcr, al convencerle de que oon su tareaestaba contribuyendo a nacer la crit ica de la sociedad vi .

gente y de su legitimación ideológica, con el ~n ~e prep~'

fa! a los hombres para un [UlUlO más igualitario y mas

justo.Ambas aspiraciones eran legitimas. a unque el modo de

realizar las fuese insatisfactorio. Pienso que somos muchoslos que consideramos necesario recuperar el sentido de glo­balidad -la consideración de la historia como ciencia queintenta.abarcar lo humano en SUconjunto Yexplicar. conello. el funcionamiento de la sociedad- y que deseamossellu ir o rientando nuestro rrab aic de acuerdo con un ob­jeti vo que trasc ienda la ciencia, como es el de explicar el

mundo real y enKñar a otros a ~'t110 con ojos cnccos, paraayudar a transformarlo. Que uascienda la ciencia no sig­nifica. sin embargo, que deje de ser cienti fioo. Para decir­lo como me ensenó hace muchos años Pierre vilar: ..¡";oes una ciencia fria lo que q ueremos; pero es UDa ciencia ...

Cabe esperar que hayamos aprendido q ue la primerade estas aspi racio nes - la de la globalización- Ia llevaba-

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He Q'Uerido negar, aniquilar los IOIe$ negros IX las en·ferrneda<ks y la mn..n a. las nocba salob/'C:l., las doaeude la SOIDbra y el azar. I.a miopía, la ceguaa.. la cearuc-

117DUPUES DE LA TORMENTA «R EVISIONISTA»

u para com batir la democracia , comenzando por losrados Unidos'" y acab an do por el general franco. Ye buen a parte de los que dejamos hace muchos a ñosmAl que ta mayoría de 1m conversos de estos tiempos­aJquier responsabilidad pol ñica partidista no hemos que­

do tampoco que se con funda nues tra acti tud con la de9uieJles fueron abandonando un barco que se hundía para

>nerse en la co la de la repartidora. Sin olvidar el respe­que nos merecen algunos de los que, a falta de otras

nucvu. han preferido~ luchando tras de las vieja.'l ban­elll.5 antes que rendirse (y creo haber dejado d aro al co­renec que no me refiero precisamente a Sende ro Lu­Inoso).

Porque conviene que quede claro que bay algo de loue sostuvimos en el pasado de lo que no nos avergonza­0$ ni hemos renegado: el propósno de seguir luchando

por UD. mundo donde haya la mayor igualdad posible den­ro de la mayor libertad. En este combare no importa per­er una balalla. porque sabernos que otros lo proseguirán.. incluso $Í1upiésemO$ de antemano que es inütíl, porque

loda!! las batallas deben perderse. habría merecido la penarene, Un poeta 10 dijo en su tiempo. en lo que sigue

lendo uua lección de ética y de esperanza;

ne. Qoo.- Q_ • ' _ ... or...- la puedo CDC<IOl/'Ot

l\o:oo4o al .. "'b<o oS< ~<>UII Cl>ami t~. EI .._ • .,~'""... IlM<d o-Crnica, 19'1'Z, _ .. ba<e _ 0<'1," ........- <le 11~_.

__oIc>¡>oa <le la <n'O "'. _ .

116 LA HISTORIA O~si'UÉS DEL FU; DE LA HISTORI A

rodoxos-, ni el objet ivo «pclitico» que la an imaba era e!del establecimiento de regímenes como aquéllos.

Hace muchos años que, desde el propio «marxismo crí­tico », se nos habían proporcionado los elementos suficien­tes para advenir que buena parte de lo que quedaba de..rnarxiano» en el programa leninista se ha bía desvanecí­do desde 10$ años ' "tim e. cuando se produjeron en la UniónSoviética la consolidació n del autoritarismo y, poco des­pues, el gran viraje que llevó a abandonar el esfuerzo porMentar 10$ fundamentoS científicos y pclíncos de una eco­nomía planificada - un gran sueño en cuyos proya:tO$ lra­bajaban 110 sólo bolcheviques.. sino no mbres de las más di·~rsas lendencias- , reemplaza do por una centralizaciónforzada donde el plan era poco mas q ue una legitimación

ellga ll.ou.Las últimas ilu.siones que pudiéramO$ conservar acer ­

ca de lo que estaba consiguiendo el nUC\o>J $Í$lema las aban­donamos la mayoría de nosotros después de los acomeci­e neetos de la «primavera de Praga» , y la idea de repeti rel modelo de 10que se llamaba, con un eu femismo tal vez

demasiado piadoso. el «soci alismo real», no la manteníacasi nadie. Nunca olvidare la emoción que me produjo lacana de un amigo checo que me co ntaba. apenas pasadoslos ac onteeintienlos. el m ste hundimiento de sus ilusiones«sob re la posibilidad de crear un siSlema en el cual sea po­sible desarrollar las capacidades creadoras del hombre y

vivir en una sociedad justa».y s.i se nos pregunta por qué no nos sumamos enron­

ces al coro publico de los detractores de aquel sistema. baobrá que recordar que en 1968 eso significaba hacer el juegode los otros: de los que usaban el espantaj o del comunis-

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101 JÓVUlCS Tun;os de los lC1e'lIa se han con>ntido en losTurcosde Mediana EdW de 105 """"nta. Yuna generaciónde Thrcos Ma. JÓVl:ncs em¡ I'CStableciendo un equilibrioque incorpora &llUnas de Ju percepciones mis útil.. delos historiadores ..rniSlOf\iSlU•... y =haza las fanlUwmU delinnlCS de _ epi¡OflO5.:>f

•Jl91l~:SPUÉ5 DI! LA TORMENTA «REVlSIOS ISTA»

IOta~ acab arla haciendo surgir, más pro nto o más tarde,IU! propios «revisadores». Pero la verdad es que no creía­/'lo que esto fuese a suceder tan rápidamente. Porqu e nos

ontrarnos hoy con qu~ mientras los Oark, Furet y co m­pa nll se preparan para ingresar en los estantes de la litera­

fa pasada de moda , a punta ya con fuerza la nueva olae los «pcsrevIstomseas».

En un texto reciente, Chrtstcpher Hin nos dice que desdeOi an os setenta el concepto mismo de una Revoluci ón in­lesa del siglo diecisiete, con sus causas y sus ccnsecuee­~as. ha sido discutido. pero que

La cuestión se plantea mucho más sistemáncamenre enun an/culo de Alan Knight que. aunque centrado en el casode la Revolución me.Ucana, analiza tam bi61 las ..interpre.IaOOnes rcvisionisw. de las de Inglaterra y Francia. Knigbtno se limita. sin embaJ¡o. al anuncio de que «los revisio­nis.w ~e hoysehan convertido en el objeti H) de los posee­vmomsw », sino qu e saca del proceso entero una visió nlobal más optimista. si cabe. q ue la de Hill:

118 LA IUSTOll. .... DESPL' ÉS Da FIN DE ~A IflSTOR....

ción, la ~a ngre seca, la.< tumbas , Aunque no hubiera teni­do, en l(}da mi vida. más que un solo momemo de espe­

ran za, hub iese librado este combate... . Y si los soles deque he ¡ozado han sido roto, por noche, innumerables,si no he conocido mi victoria, he con~ervado la.noción deella. A pe_ de todo, en medio del dolor, del peligro )'del miedo, he sabido decir las razOne, negtas y bla ncas dela esperanza.'"

Estos ptameaenemosno debenconfundirse, sin embar·se, co n una prop uesta inmovilis.u. Ni en el sentid o poü!i·ce, ni, meno s aún . en el de los cambios metodológicos aque hemos de en frentamos. E insisto en esto porque co­rremos el peligro de no damos cuenta de la urgencia dehacer recuneaeooes a fondo (de actualizar el pensartuen ­

lO critico de la izquierda para acomodarlo a las neceada­des reales de nuestro tiempol, si se produce pronto. comol'arC'CC anu nciarse, el rt:n ujo de esa ..ola revisionista» quehasta hace poco amenazaba con sumergirlo todo. Porquesi hay .igo que comienza a verse claro es que este «revrsío­nismo.., que tuvo éxito, y hasta alguna utilidad. en su fun­ción estrictamen te crit ica. ha demostrado ya su mcapaci­dad para propone r una alternativa coherente. No se puedeesperar vivi r indefinidamente de la negación. la descalifi­cación y la paradoja. sin c trece r más recam bios que losde d iscu rsear incansablemente aCCTCa del discurro o pro­pu¡nar la VIIeil&al viejo positivismo narranvc.

Anrc la escasez de su cosecha. fa más estricta lógica ha­bia de hacernos prever que el agotamiento de los revístc-

:tl. Poul t-.l. u..._ .. ...-. 1 9~.

Page 58: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

.-....-._ H"", a-.. A."""'....... 1'__ , lo<~OÍ,M"'¡.-,~ L<.no.o- Hdm. l~" ooIft_1los<r f'na. 110< _._.-OÍ_,_~ H le I"'l. "" ... """"'" <le dar ........... pm......=·l1~._......,.~_d<s._ .... lu _ cifras__~. 1.>_ 4ngo""~ por ..........

lo I\ocru ., t -I ' ... loo lópo<oo" por _~ 11"__ citru"*' __ ....... 1 ""_ (porq\oe cLu. oamf."o).

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,

121DESPUÉS DE LA TORMENTA «REVISIONISTA »

El nuevo asa lto a la Revol ución, coincidente co n su bi­eruenar ío. ha ido por otras vías, sin que quepa atribui rlemguna apo rtación se ria en este terreno del crecimiento

eco nomícc.w pero su intenció n descaliflcadora ha sidoJot!avia más general y sistemática. S610 que, una vez pasa.<l01 los indigestos d iscursos del sei'lor Furet sobre la «his­toriografía» de la Revolución -e-sobre su historia poco pue­ue decir quien . que se sepa, no ha rca.lizado ningún trabajede investigación acerca de eUa- y la va .:Icmasiado recen­da charanga de acom patlamiento de la señora Ozouf so­bre «la fiesta revolucio naria», los primeros resultados dehu nuevas investigacio nes que aparecen insisten en refer­lar lo esencial de 1m viejos esquemas, matizándolos v en-riqueciéndolos. .

Tal sucede con la monografia de Cbassagne sobre el a l.,odón y sus patronos. que sostiene que la Revolución no5610 no IClIIIa sido des favorable. sino que ha consolidadoa 1m industriales algodoneros como grupo social, al per.milir les ..aeccder rápidamente a los escalones superioresde la (onuna, de la consideración y del poder social .. y nosmu est ra que el proceso de mecanización v el desarrollo de

No se trata. hay que insistir en ello. del resultado delas «o5C'i1acto nes de la moda», sino de la obstinada rozu­dez de 11)$ hechos: de la realidad que muestran los resulta­d05 de la in\~tigación . Recordemos, por ejemplo. el casode la Revoluci ón francesa. Hace unes años la valoraciónhistórica de sus efectos sufrió un primer asalte a cargo delos Crouzet , I..évy-Lebo)n y Le Roy Ladurie, que ~tenían

que el «atraso» fran cés respecto de la industrialización bri­tánica era culpa de la «catástro fe nacional. de la RC'V01u·ción francesa. y eu especial de su politica de mantener lapropi~ad campesina de la u erra . Las ínvesogacícoes so­bre el dGaITOl1o agrario francés les desmintieron eDSCJUi·da, de modo que ya en 1976 el volumen correspondientede la Histoirt d. la Francc fllrale. dirigida por Duby y ......a­1I0n, reamada quela napa de 1789 a 18S2 fue de rápidocrecimiento, lo que confirmarían igualmente algunos Ira­

bajos POSleriOres. ~"

120 LA HISTORIA DESPUÉS DEL FtN DE LA mSTORLI

el desafío del rllVisionismo ha UlIVado a una respuesta orotodolU. que. a su vez, ha producido. o está en trance depr(lducir. una simesis superior y más ajustada. Porquc el~isionj¡mo obligó a la tradición a mostrar lU alltemica\'3.lla, la forzó a confrontar sus propia>; debilidades. a me­jorar su forma y conservarla. ~egalivo en su concepción.d revisionismo tuVO finalmente un efecto positivo, aun·que a yc«s fuese doloroso.' "

:17 , ,o,¡..,~ .VirwpouK. ~. _ _ ,,_ M<:o<o <011II.

pOtfd 10 EoJlalld __" Aa. ... _ 4 13-< (1_ do 19'nl, pp.

IS9-19'9 (..... ... 1& P. 1m.111, "",,10<1O el d<w_ ti....., _ .~.,~_p_ _ .c.I_ "" . Iq; ........~_.II'-".lIdJfFftlfl«. N..... \brk. Atoo """­

1m. q... 1uI reabido__ <lo la q... 1Defe«. _ ~

Page 59: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

l22 . Ooi 11/1....... _ u... "I.,._doP«n>a- x. Dono<<'<<"l: . ~EId11<mo cI< '*""'"' o......"...Su~ do "'"""" d. ÚI 1'On.~oni", , Ilan:<.

l2l1'~SPu ts DE L.4- TOIl.ME!<TA «ll EV¡StOmSTA"

" ¡¡ . U1 trabajadores, se mostraron harto conservadores.lllcitando control social JI protección. No hay ninguna in-

..:nllpatibilidad entr e esra matizació n y una buena lectura<.le izquierdas» de la Revolución . Antes al contrario.

Volviendo al articulo de Knighr que he citado an tes,que debe prod ucirn os más temor en estos momentos es

que la «ola revisionista» pase demasiado pronto. am es deque haya ejercido los e fectos necesancs -e-más qu e de en­uca, de autocrníca de los histcriadcres a rectados por eüa-,y que, como muestran algunM ejemplos briuln ioos recten­les. caigamos en la tentaci ón de volver a empezar el traba­lO don de lo dejamos. sin haber renovado todo lo que ne­-eesitaba repanción.

De hecho. una primera versión de este texto que presen­lOhoy acababa sin prever este problema -cuando la escri­bi. parecia que los efecto'! del «revisionismo» iban a ser masdu raderos- , con la simple propuesta de remedios «blan ­dos». que se limitaban a poca cosamas que a la necesidadde recuperar los dos signos de identidad de una historio­IJI"llfia critica que son la «g!obaIiuciónlO y la «pclínzacíon».

«Globaliución». o sea, voluntad de recoger los frag­mentos de una historia troceada para reconsrrurr una vi­sión unitaria del hombre en todas sus dime nsiones. desdesu alimentaci ón has ta sus sueeos, co n el fin de superar lasco nsecuencias del fraccionami ento cientifin a que nos estáconduciendo a investigar minucias carentes de relt\"8.nciafuera dd ámbito estricto de la profesión, ). a publicar losresultados en revistas y monografias que sólo leen otrosmiembros de la «tri bu».""

122 LA HISTORIA DHPutS DEL f IN DE LA HISTORIA

la fá brica se han realizado en Francia entre 181S y 1840.adoptando el modelo britanico.w

y lo mismo ocurre, con mat ices muy interesantes, co not ra investigación reciente so bre el mundo de los negociosen la regió n de Lllle.w Para empezar, se n05 advierte quela crisis económica de 1789 «no es una fabulació n, la in­vención de una u:adición historiográfica empci\ada en jus­

tificar ret rol pt'C'tivamente el nuevo curso de los aconteci­mientes», sino una evidencia que se deduce a primera vistade la cu rva de las quiebras. Se insis te en que el marco so­d a! e instuucicnal que los ho mbres de negocios necesita­ban para su progreso no era el que les oñecía el AmigueRCgimen . Pero el minuc ioso y agudo trabajo de Hirsch nocae en la trampa de co nverti r de súbito a estos hombresen una rtunor ta diJiaeme iluminada que c ene claro el fIu•turo y d irige el conjunto de la sociedad hacia la realiza­ción de un proyectO «burgués». A través de unas trayecto­rias individuales Y familiares concretas vamos siguiendo susentusi asmos 'J sus dudas, y emendemos mejor por q ue, unaV'l:Z ganadas las mínimas libertades que necesitaban - lade comercio. proclamada por la Revolución , no YOIVl:r3. aser discu tida-, esros comerciantes. que vivian con el míe-

no- S<rF 0 " "'11"" u <O«M n _ ¡»ur>u F",'Ia. /16Q-18«\. P>nI.~do r &do <leO _ ~ ni ~SoaaIe>. l'i9I l""" -'" cI<I.lp. 661). El.brodoW_ M. _ . 71It""'<Jf_"ndn-. ~a=Ut_ . .. F.._ _ /1j1}19OQ. Camb<q<.oPoril, Cam-.. u.;",..,PrftI. 19U• ..-..opio .... ...- d<>d< ..... óptic> diW<ou. a la do los . pa­~.

lll . J. ............ H........ Us d<w;""'" h ......_ ~.'''_n ,...."'. ' _ <Ituos t. ..";",, 1_ (l7f/(J.I8Q)~ Poris, tdiOOl»de: I' !'.col<<leO Hou·ut I!.nodoo ... Scimo;.. _ I'l9l tuna r' Jo "'"Da.>.~ ll\O< <1 ti·bro bo_el .Pru d·.......... 0«><1"""'1"" 1'l910). La ata ~,ttII .. cI< 1>

P. 111.

Page 60: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

,

J2j!lhnUa ne LA TORMENTA « REVISIONISTA»

l H s.x... Ia , I"" df ~.........-.po< ti ' h _ <0lIl<> 101 _~ . oda><., ~_"" ..,. ofiDan.do ea

do r...- , 000. -.. ti _¡u_ do ...oc.- q.........._ .. .\I. L.I _ h. «l. , _ -.. _ _ 1iH<......... E_ S1~"" IJOC< SIIodi6 ,~ ><>­

",,"</1<.,_ Londt<o. LaooIlllWl. 1m.

II~O, de que un as preocupaciones de rondo expresadasIln sumariame nte po dían entenderse co mo un estím ulo~Ia una simple refo rma iupcrficial de nuestras viejas he.rramientas de trabajo, con algunas novedades d e enfoque:una mayor atención al tC?\IO y al discurso; la preocupaciónpor el medio natural; un a cons ideración del ca mbio ceo.ó mico que se oc upe más de las transformaciones imer ,

nas y de los problemas de distribución, en lugar de hmi­rse a razonar en rémmos de agregado s «nacionales»; una

historia social,. q ue aban done la tentación de manipularmecánicamente los conceptos de clase -e-sin renunciar a

1I0s- y se base en un análisis minucioso de los gruposde su eomponamienlo=' y, finalmente, una incorpora.ón adecuada de cuan to se: refiere a las ideas de los ho m­

t'C:S. desde lo que solemos definir como «cul tura» hastalo que q uepa en la más nebulosa de las definiciones de

mentalidad».

Es evidente que propongo esto. pero no solo esta. Es.os cambios metodológicos podrian bastar, si lo qu e bu.

bic:sc: ocurrido fuese simplemente un problema de «modantelectual» al que se: pudiese dar respuesta desde un ..Olea.

demicismo de izquierdas,.: que es el que denuncia la prac­( ica de los demás co mo «mero academicismo » y SIC ccm ­

porta. a su '-el, de modo semejante, buscando ame todoel W tO personal y la proyleCción del 8I'Upo en el qu e unoU encuentra integrado.

los aoont«imienlO1 que rodean al histo riador y en los queéste toma parte están en .... base de Su pl'CSC'nrnción, comouD.IO:<O cscr:iIOen ti llLasimpli.l:ica. La llisloria que somCle

aí íeeor constilu~ por asi decirlo, el conjumo de OlaS

que J,C inSClUll en $11 teno y son únicamente éstas Ióu que~ CKrit.as I mano, de \IIlI mane.... que todos pueden

leer:'"

Pero sin olvidar que «politización ,. significa tambiénvolver a dirigir nuestro trabaje al conjunto de lo s que nospueden 1C'Cf y nos escuchan. lo que nos obligara a hablarde aquello que puede imponar a los mas -de problemasreales de la sociedad y del hombre- y a hacerlo de formaque lo que escribimos les resulte comp~iblc.. .

As.l lenninab a este texto. ProntO me di cuenta. sm em-

124 L~ HlSTORlJ, DEsPt;ÉS DEL f IN DE LA Hi STORlA

«Puliuzación», que signtñca. por un lado, necesidadde comprender qu e det rás de toda interpretación históricahay siempre un a «polít ica», y que conviene q ue seam~

conscientes de este contenido subyacente, en lugar de li­mitamos a transmitirlo inadvertidamente, co mo solemoshacer. Recordaré aquí la lúcida visió n de waner Benjamin:

Page 61: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

126 LA HtSTO RiA DESPt:ÉS DEL FIN DE LA HISTORIA

Hace unos anos, un gran histo ria dor peruano lamen ­tablemente desconocido entre nosotros, Pablo Macera. adven ía de un riesgo semejante a sus compatriotas, con palabras que yo no sabría mejorar:

Queda po r ultimo una nota marginal que es una cues­tión p~a: 101 histeriadortS peruano., Ypor~ón tedos loscientifico. lociales. no podmn realiu.! éste O cuaJ·"u ier otro p rograma de r.tonna, si no tienen una clatlcencimOa de I U propia situación Ilislórica y ...wnen la.res­ponsabilidad que les conci,,",e como hombrcs <k tr3.IUl ·to. al mo entre dos epoea.. ... Ikl>nnos aprenda a vm r

~; n oponunismos en esta frontera. De lo contrario. todo~o~formista sólo Vl:lldria a ",runa h~nta dl­limulada de arribismo. una maniobra para en~adar poi

. wigual a nuevo. y allllguos.

Vivimos. también hoy, en un «tiempo de frontera.., yhemos de ser conscientes d e que lo que se está desmoronando a nuestro alrededor es mucho más que u n estilo deinvnti gació o y de docencia. Por ello. un a resp~es~ que~ co mentase con ntos aspectos de mét odo sena ln~u fi

cier ne y podria ser acusada de co modidad o portunista.

~ I':ablo M_ .La Ill>l<>tio ", <1 Peni: 0<u0.0 '~"'-jOI d4 _ 001. l. l.im• • t.--~_ <kCuItun, 19n. ;>p. ¡·:al""

do '- po :01.

UE HISTOR IA PARA MAÑANA?HLEXIOf>j"E.$ PARA UNA RENOVACIÓ¡";AS SUBSTANCIA L

Hemos hablado de la caíd a de los regtmenes del «so­alismo real~ desde el pu nto de vista de su fracaso polhi­

y social. No es esto, sin embargo, lo más importame,r lo menos en un sent ido general y a largo plazo. Por -

ue lo que ha revelado esta caída es. Qd/'más .v$ob,/, lodo.fracaso económico: su incapacidad pan. cumplir íos ob­

r th m de crectmiento que", había propuesto alcanzar.\ esro es importante porque ocurre en los mismos mo­

emes en que resulta patente que eseí seriamente amena­o el crecimiento económico de los pa ises desarrollados

que han fracasado cas i por completo -las excepcionesc: las nuevas industr ializaciones del extremo oriente tie_

een expucactón pu ntual y muy concreta- los intentOil de1 subdesarrollados por conseguir su «despegue~ por las-.s t radicionales del capitalismo liberal o po r «terce rasa ~ .. m:i< ,) menos legitimas.

De la época en qu e se nos prometía un afio ~OOO depuleacia y llanura para lodos y en que se predc:cia que

Page 62: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

W. Il&n<o MUDdiol . 11O/oNM _<1 d~,,>noJlo "'. "'11011199/. _ ni '\OCI. r99l: Iu 01... li'or1Ieo""" de Iu PI'-n 113. Do lo i'IIal.. p«l<ed..,loo iM i 1_ .. de cI<I&trolIo q... te uliliDnl ... loo pArnloo .............

221. UUa_k,~""""" r-labiIitJ_IOIIUDC . Ioa,..- ~'"_~I So........ 19. L ' 1(19911. PI'- t·lS: linkH_. ed., .w••~• '" ....-, -. a.:-. UmaltCDA. 1'11'1.

129¿Qli-e HISTOIUA PAllA ~ANA?

us habitantes seguirán muriendo de hambre, tal vez seaporque no se ha tomad o en cuenta la calás trofe del sida_ , e prm para un fut uro inmediato un millón de nitlosinfectados y varios millones de huérfanos- o se da porsup uesto que estos paises no van a intentar siquiera el es­fuerzo económico ap lasta nte a que se verían obligados siquisieran dar atención médica a los pacientes de esta en­fermedad. 1.0 cual sucede mientras en América Latina elempobrecimiento está. permiúendo que resurjan en formae-pidéuDca enfermedades de Iami.seria que considenibamospoco menos que erradícadas; com o el cólera.. Los pocoséxitos que puedan apuntarse los paises pobres son, ace­más.- dudosos. 1.0 son los progresos de la euseñaaza, yaque buena parte. de los alumnos que acaban los estudiosprimarios en estos paises no tienen ni «Ja capacidad de lec­rura que seeoge a escala nacional o ínremacionalc.a Oet crecírníentc de la producción de alimentos en la Ind ia,que no ha eliminado el peligro de futuras catástro fes, yaque presenta nuevos riesgos de dependencía (respecto delos preveedcres de semillas). de- vulnerabilidad a las pla­gas Y. a largo plaw, de pérdida de los recu rsos gen éticosdedoode pudieran surgiTvariedades mejor adaptadas a losrequerimientos y condicio nes locales ."'"

No 5010 ha fracasado, pues, el modelo de las eccno­raras de «plani ficación centralizada», l ino el intento glo-

128 LA IIIStOIUA DESPuEs DEL FIN DE W. IUSTORlA

el gran problema iba. a ser ro qué ocupar el ocio, hem",pasado a la amarla rea lidad actual en q ue se llegan I hacer previsiOllCS pesimis tas sobre un próximo «fin del mund o occidenu1», que se parecerá al hundimiento econ ómrca de los paises del Este europeo, pero cuyos responsable.no serán aquí, l ógfcarneme, los partidos comunistas, sinolos ba nqueros, culpables de haber cometido, en el marcodel capitaíismc ortodoxo. errores semejanres a los de ecc é

lIos en el del «socialismo real...Occidenu=na empujado a Josherederos de la Unióo So.

víéuca a adoptar la economía de mett.ado. a1'Iadeesta mi.·ma previsión, «sin haberle m-elado los males económH:~y flnancieros terri bles q ue padecemos. Cuando nuestro ~l"

lema se hunda y vivamos en llII ca os poUuco y economrcosemejante al que co noce hoy la antigua Un~ó~.~iéu':'a.

asistiremos a la desinteg ración de nuestra cívítízacién in­

dustrialJ>."" ,Tal vez. este escenario Que nos pinta un mundo parau­

zado y agonizante sea aagerado, por lo menos en Io-q.uese refiere a su inminencia. pero la verdad es que las fna.estiInaciOIlCS cuantitativas no son tampoco estimulantes.Los informes lLl:twUes del Banco Mundial reconocm queen la década de 1980 a 19'Xlel producto real pe!" ~~ila tudesc endido tanto en América Latina como en el Africa ne­gra, y ofrecen un sombrío panorama para la .década1990.2000, con un África a! sur del Séh ara.que, SI se. cal­cula que puede aumentar el producto per cápira a un,atasaanual del O,3 .Q,~ por 100, lo que es tanto como decír que

226. J.... Q,.pd.u /iJr tH 1'.......... LA dkiUI ""'~-.- .. ,. ......tH I 'Clr<><ltN. _ SftoI. 1m. ¡>. 1".

Page 63: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

IJI¿QUÉ HISTORI!, PARA MAÑANA?

nrumes palabras que emplea La riqueza de las na­ti.~

111Marx joven y los «socialistas» de su tiempo, que nolu suñcientemente lucidos como para ser «utópicos »o es, para atreverse a proponer una rupt ura global conlema en que vivian- , aceptaron el mito smithiaao,ndc q ue bastaba con negar que el sistema estableci_

por el capitalismo rep resentase «el ñn de la hisrorta»Iian o y propugnar la continuidad del mismo desarro­

económico. demrc.de, un marco de relaciones sociales. Yannquc.Mar:unatiz.ase.posteriotmeute.sus.PIÍ_

s, esquemas -aclaró, por ejemplo, que los desarre­más elabonldos de l volumen primero de.El cop ito./se

erian ante todo a la Europa occidental-"" no losplaz6 con formulaciones simples y claras, de modo

de el ..marxismo cateqUÍSticO.. acabó basándose en las cer­del. Marx joYen ydesconociendo las dudas del. maduro.

Así se explica que a los cincuenta años de su muerten cIDal'Xismoit fosilizado proclamase el dogma de la se­encía única de IQ$ modos de producción, que se convir­

ó en caracteristica del estalinismo, el cual anunciaba. au vea, un nuevo ..ñn de la historia» , el del comunismo,

una fecha tan cercana. tasi al alcance de la mano, queusti ñcaba todos los sacrificiO!! que estab a exigiendo su

nmucción...

229_ S-lr;'_'Jr Olf_I. LlJO. !)ee. = ' . __lA' ' ..O....-onu< "" ..........., __

• • ,-dd '"P"'[ , ... la ~,,_~.... ... .....-'t.'--'!IIooMlo:o dd ....... _ .. im, •.- .... pud>Ioo. _ .... que fue.

....QmlO..""'· .. ~.. ..__(-... -. a<c: lCCU> doo 1511.0' Wo<la. ."'.... Uol --..,., _ .ca T. Sho>Uq,~/of"", ~Ni

R__ ......t t-lcu, __.e. [9U, W. «).11, pero wa-. Maw1<e

Soor lB_ .... :¡: . Pano. I04oious Soaolco. J~ W. au.J~

130 lA H[STORlA DESPUÉS DEL FIN DE LA HISTORIA

bal de atender nuestra receta de crecimie nto ind ustrial conelevado consumo al resto del mundo, sea por la vía qu efuere. Y ni siquiera se puede decir, como hacían las viejasinterpretaciones dependentistas, que la culpa es del creci­miento de los paises adelantados, que se nutre de los re­cursos de los más pobres -con lo cual todo se podría so­lucionar actuan do sobre los mecanismos de Intercambio-e,com o lo de muestra el hecho de que el comercio de los par­S« desarrollados es cada vez más un comercio entre ellosmismos: en 1989 105cuatro mil millones de seres humanosque in tegran eso que llamamos los «paises de ingreso bajoy mediano .. participaron en menos de un 20 por 100 delccrnereo mundia.l de mercancías (les correspondió un VI)­

fue ren de lmportacic aes del orden de 133 dólares anualespor habitante), mientras los ccnocíenros treinta millonesque ha bitan en los países d e ingreso alto realizaron másdd80 por 100de este tráfico (y sus im portaciones supera­ron lo s 3.000 dó lares anuales por cabeza).

Si este modelo decrecimiento derivado de nu estra con­ct:pció n del progreso nos ha conducido a una situación se­mejante, ¿podemos seguir sos teuiendolo como base pan.nucsua eo..sdlanza. de la his to ria? Conviene recordar su le­nesis. Lo ideó la burlues ía en ascen so d e lo s siglos xvmy Xl X para justificarse a si misma, para demostrar que elnuevo o rden económico y social que había creado era me­jor «para redes.. que la barbarie an tigua o la sujeción feu­dal, a l mostrarse capaz de crear «esta universal opulenciaque se extiende hasta las más humi ldes capas de la socie­dad.. y hacer que la viviendade un cam pesino europeo ..seamejor que la de muchos reyes a frican os, dueños abso lutosde la vida de d iez mil salvajes desnudos», para decirlo con

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132 LA HISTORIA DESPuEs DEL FIN DE U HISToRIA

Esta vis ión de la historia elaborada inicialme nte porlos ilustrados escoceses Ycompletada en Francia a ccrníen­zas del siglo XIX., no sólo sirvió para legit imar el nuevo oroden burguC1 en Europa, sino para justificar la co nq uistay expoliación del resto del mundo, co n el preterto de civi.lizarlo y de guiarlo por el send ero del progreso economí­ca . Cua ndo los ingleses del siglo XIX interp retaban la ln­día de los príncipes como una sociedad feudal, deducíanque el presente de la Indía era el pa.s.ado de Europa , y queellos. que habían vivído esta experiencia y la habían supe­rada . estaban en condiciones de guiar a estas gentes «arra­sadas» Dar el mismo camino. «Esta construcción de unahistoria universal permitía a los británicos co ntro lar el pa­

sado de la India» y no sólo les daba derecho a interveniren su presen te, sino que ccrwema esta ingCTCncia en un acto

de vín ud.wEs evidente que algo deb ió fallar. porque el conjunto

de los tres países que integran lo que an tes era la India tie­nen hoy -cuas haber disfrutado de más de un siglo de tu­tela britlÍllica- u n PNB per cápiu de 326 dotares, en com­paració n con los 14.610 dó lares del Reino Unido, y unaesperanza de vida que sobrepasa muy poco los 50 atlas.contra los 76 de los habitantes de las islas Británicas.

y que conste que estoy hablando de error, no de enga ­

ñc deliberado. Es dificil no creer en la sinceridad del Ki­pling que saludaba la conquista norteamericana de las Fíolipinas con los venas en que glosaba la dura ..car. a del

lJI. Il<morn S. CM"•• C\<><J1. <"""<1. nd «llo"¡ali,m•• <n A. R. \\'<;0",1J. S<hn<i<I<r. <Cs. . Clon~.'Id ~"'"." upa"._ ",",h,. """. Sm""I<>",","1"""_, l~. 1'1' ,.,)-lIJ ..... 60 .. '" JlJ .

"e mbre bI30co»:1I1 su obligación de acabar co n 1,1\ .U

nb salvajes; de saciar el hambre y curar la enrenn...la.1enviar a sus propios hijo§ para q ue, co n lo, ~u"

hombre blanco. construyeran unos plXnol y talf'lOl

de que sólo se beneñciartan los filipinos. ele. Y u.....lo para recibir el ¡¡aBO habitual: la queja y la 1ll, IUl ll U

el na tivo. Resulta aleccionado r, sin embarRO, el W ll t 11.1

ue aiSle entre estas expectativas y lo realm ente "kauUldo: hoy, cuando está a punto de cumplirse el pruner cenmaria de laconquisu ncrteemerícaaa de las fili llln.u. f

PNB pez:cápita de este país supera muy poro el } ('I1r 11del ncrteamertcano. y lo peor es que ha d isminuid.. tlll l

1%5 y 1989, Y que las preva tones para el futuro 11" I"nprecisamente optímistas..5i tenemos en cuenta que I", .hfermdas econ ómicas entre países «civiliu do rn.. y""......salva jes» parece que eran menores hace ciento cin~'len l.

atlas de lo q ue son hoy, resul ta lícito preguntarse ' 111" Ihubiera ido mej or sin nuestra ayuda (como le hit 11<:1111111"al Japón. q ue no se dejó c<civilizar»).

1..0 peor es que con esta visión lineal del Prolltw 1"bemoscccvenodo induso a ellos, como lo dcmUClltran 1merrores que ban cometido los paises africanos al q UrnTguir los modelos industrializadores europeos dr' luu'.I ,ltsu independencia. Tal es el caso de Egipto y de 111 pl r .~

de JUuán,. quc. al retener el limo del Nilo, oblip a Ll Q1 1cultura egipcia a suplir este recurso natural con frlllht&ntes químicos cuya fabricación necesita mAs enel" " 411C l.

·:tll. [)<jar<moo. u.olado" mo l.... 0'I'id«>QI. cIo _ 1'0' __Ioa.Q Ub pt«tdido . ... . <>rt<amcti<al>o_ " ,._ ,._ «••• •_- -

Page 65: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

1JoI. J_ lol,-" . o. lIW. ,. """ -.o'.~ ....100_........ 1·.......-- ... ITJ(lo. 11'0•. _'¡'.__ <feo«__ ltXV I (-. • ..."" ... t~ "" ),41; 11.. C. Alloo T c.o'G<ada, oOD'" .- ...ur. _ ..._" E....". lnsb &Do! FmldI~ <luriq... _ " 1 ioo•. .b<",. '"&-k Hisr<>ry, XlVIII (lml, P\L'1·11'.

13s. C_I'*_.. ...... <DU. Sobd1 J. Zcil1in,. Hi<lori-.. _ _ ..0<1_~ ...- _ --., ¡., """""""11>-<ni ,0<1 __•• ,."" """~~4 101 ("""",~ l'll!ll. P\L 13J.t;6,

IlS¿Qut HIS1"ORlA PARA MANAN"'?

b del proceso industriallzador, qu e en su versión «pro­rnlsla» venía alguna lágrima por e! hambre y los sufrí­

eotos de los campesinos yde los tejedores manuales, peroue acababa aceptando que, en últim a instancia, el resuí­

ado ñnal significó un progreso general.Lo malo de este «modelo» no es que minimice los su­

frimientos qu e costÓ a sus vtctí mes , sino el hecho mismolIe que nos lo sigamos planteando como «ú nico», por lomenos en sus líDeas generales, Muchas de sus piezas noeneajan hoy, a la 1m de nuestros conocimientos: la « nece­sidad prma» de une transformacio nes agrarias según elmodelo ias,lés üeese ante todo «apoliación de los campe­linos de $U$ bienes ccmccares»¡ ha sido puesta repetida­mente en du da:"" se ha discutido que el modelo fabril deorpnizaciÓfr social de la producción fuese una condiciónnecesaria para el crecirmentc indurnial,= etc. Con estevicjo mod elo resulta dificil comprender cómo triunfó laindustrialización en paises" como Francia o Alemania, queaplicaron rcg1a.s distintas a las británicas. E.sta visión uni­lineal bloquea DUestr.!. capacidad de pensar en rermínos deposibilidades de dc:sarrnllo diversas, de vias o secuenciasa1tema tivu, que podrían responder tan to a elementos dela estructura interna de las sociedades como al hecho de

134 LA IUSTO~ lA DESPU'É S DEL FIN DE LA llISTO~IA

producida po r la propia presa.> o e! de tantos lugares enqu e la transform ación de la producció n agraria en fundónde la demanda de los mercados exterio res ha llevado a nponer las cosecnas a riesgos de fracaso superio res a los delos viejo s cultivos y ha acentuado la inde fensión ame elhambre. Otra de las lecciones que los dirigentes de esta Áfri·ca «progresiva» a prendieron de Europa fue la convemen .cia de practicar el «despotismo ilustrado »: du rante veínn­cinco a fias, e! presidente Seku Ture de Guillea , que enalgunos momen tos pasó por modelo de! «socialismo afrt ­cano», prohi bió la pubücaci én de Otras obras que 110 rue.

sen las suyas. y muchos dirigentes de Somalia, Camerun,'Ibgo, Zaite, etc. -panidarios de po1iticas de planificacióno de mercado libre. de «izquierdas» o de «derechas_ hi­cíeron algo semejante. dedicándos.e a perseguir las ideasajenas, con lo cu.a.I consiguieron asegurar e1 lri unfo de pro­gramas europeizanees más o menos degradados y evitar queenes pensasen ..en africano... La cosecha de medio si,lode estOS programas de "prognes.o.. ~n todas las varía n­les europeas, desde las uhrajiberales a las marxistas, pa ­sando por la fe en los milagJl)$ que ha llevado a ccnsmueun templo católico mayor que el Vaticano-- ha sido la deco nseguir que el conjunto del África al sur del Sáhara, concerca de SOl) millones de habitantes, ocupe el lugar m,Í\bajo en todas las tablas de indicadores de de:sarroUo.

Perc ese no es sólo un problema africano. porque 1:1\consecuencias del error que implica e! uso de esie modeloco menzamos a sentirlas hoy en nuestra propia piel. He­mos sido educados en una visión esencialmente «opnmis-

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136 LA HISTORIA Dl>$PlJÉS DEL ns DE LA HISTORIA

que los procesos induslrializadores hayan tenido lugar enmedio de circunstancias «históricas» -c-esto es, reales y

concretas - distintas (y, por definición, las de Gran Bre­tafia, «primer llegado » al dominio del mercado mundial,fueron ún icas e irrepetibles),

Por otra parte, la sobrevaloración del papel de la tec·nologia nos ha llevado a entender mal las alternativas q uese les o frecían a los hombres del pasado. Hemos olvida­do. o menospreciado, toda uoa Krie de elementos qu e Kintegraban en el peosamienlO de Bacon, No:v>10n o Leib­niz tíos hemos descartado como restos de un programa«mágico ... de carácter no cieotifico) y, al bacerlo, no noshemos percatado de Que estábamos renunciando tam biéna l viejo sueno de Galileo d e hacer una ciencia Que sirviesea la vez. para comprender la na turaleza y el hombre. y quehem os emprendido un camino disUnto: el qu e fijaron aqueoIlos qu e le co ndenaron. nc tamo porque eseuvíese subvir­tiendo la imagen astronómica del mundo, como porque po­dla poner en peligro su estabilidad social.'" EsIO nos haco nducido a la dependencia respecto de un a tradición tec ­

noló¡ica Que a veces ha acabado mostrándose estéril, y adesdeñar la pasibilidad de buscarle a1lernati~as -de vol­ver a caminos aban donados en alguna encrucijada del de­serroue cicrníñcc-técnico del pasado-e, a la vez que ha fa­,'Of'eCido que nuestro sistema ec ucau vo se dediq ue a formar

1J6. La..pi<n<io)II do .... _ obIipria a ..... larp ...... t>o~.o:aLa .....,we. PIlt • • Iod<>, 10. . alauDOO libn>l do Jo(>I -

..... e _ COIDO Ilor <lo''''''''_~"'r '" <1w " ....,¡JI<,""",,_ . 1'0_b _. i-t.19$1; 11w _ E"'''~'_.~ AIJoo. aod.l!....... 1')011.oel,. .. ,, · . do U ....r 'M fIoIrrlw. -"'. PIlt 0ltCI. ....~ ¡>op­Da! Q'" E...... Gari. d<dica • Gabl<o <ti L'........" "".." .........n. ­R,Q. "'. 1,".

137

pecialistas estrechamente condicionados por las vías de~1.rrol1o científico establecidas, menospreciando el cau­d. l de ideas creativas que podrían ofrecernos los «genera­lma'" üunrados, capaces de enfrentarse irnagtnanvamen­tr a los nuevos problemas.

Todo esto. qu e en una formulación tan apretada pue­e parecer muy ab stracto, tiene a plicaciones concretas a l

español. como puede mostrar un ejemplo que tieneJ os venientes: una que se refiere a la iruerpetación del pe­

do y otra que. buándose en es:le. t iene que \"CT ante todocon el presen te,

Entre c uíeees han estudiado el proceso industrializa,dar en la península hay dos escuelas netamente en frenta­das . qu e no se distingueo por apo yar las opciones de «pro­teccionismo.. o «librecambismo». como se soseece cuandose quiere descalificar de manera simplista a 10$ partidariosde la ..industrialización" . Lo que sostienen los últ imos noes la necesidad de unos aranceles ..protectores... sino la detodo el complejo de u na «po lítica industrializa do ra.., ypiensan q ue los gobiernos espaltoles del siglo XIX fracasa­ron al moMrane inca paces de entender la necesidad de un alinea de actuación que tuviese en cuenta las necesidadesy las circunstarlcias del paU y que atendiera . sobre tOOO,a! desarro llo del mercado interior.v' como lo hicieron euaqueUos a1:Ios los de Franci a o Alemania. Los contradic ­to res de estos ..ind u.st rialisus», ult raliberales partidariosde unos modelos de crecimiento dentro de un maree de

117. · t.... q.. _ . ..... """" ........,., a hab<t I<0Io <Oo.,u >1."._ _ •__0-""" M.IlII S<II~ -... .... <i<owIo. ""'i,~

ti _ """'. U. J.

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139¿QU ~ fflSTORIA PAIVI MAÑANA?

menos atenuarse, si se h ubiese sido capaz de prever con:mí ! realismo el futuro. en lugar de confiar ciegamen le enla lógica del modelo histórico de crecimiento,

Pondré un ejemplo de lo qucquiero decir. En 1985. conmOlivo dcl 75 aniversario del Sindicato Minero SO MA.uar, pude ver en Ovied o cómo un destacado líder dcl sin.dicalO, que lo ere también dcl PSOE. mantenía un férreocentre¡ ideoló¡ico para evitar cualquier critica a l partidosccereeme, que acababa de adoPtar bacia poco cl com­promiso de ingresar en la Comunidad Económica Euro­pea. A los seis eños, el mismo dirigente encabezaba cl mo­vimicmo dc protesta contra una de las col1SC'Cllencias deeste ingreso. al verse obligado a respo nder al descontentode 10$ trabajadores ast urianos que 51: resistían a aceptarel cierre de su rninerta dcl carbón y de su siderurgia . ¿Esposible que en 1985 este dirigente sindical no se die.sc ClICI1tade que la liquidación de una minería y una siderurgia nocompetittvas en el ..nucYO mercado ampliado europeo» erauna eOll5«Ucocia cantada de la política que estaba defen.diend01 Como lo CTa, poi" citar o tra de las repercusion esq ue todos sablamos enlonces quc habia dc produci~ laruma de la ¡anadcria produaora de leche de la cornisa can­tábrica o. a causa dcl sacrificio dc cabeza¡; dc ganado q ucesto implica. la dc los productores castell anos de cerealespara pienso.

Lo peor del caso es quc una po litica de prevención quehubiese pali.ado estos males era posible bace unos a nos ,pero no lo es hoy. Quienes ahora reclaman al gobierno qu e"solucionc» el problema -que reindusrriali ce las lonas encnsís, que financie nuevas linca.s de producción o que pro­lela los precios de los productos agrarios- no parecen ha-

138 LA tIlSTORlA OESPUÉS OEL FIN DE LA HISTORIA

especialil.ación inte rnacional (que 60n tos que. llevaron.la ruina. por ejemplo, a los paises íaunoamericanos queadoptaron esta misma filoso na), hablan en nombre de l.«teoria económica» neoclásica , olvidando qu e estos modeles se encuen tran hoy desprestigiados Y que tos econcmistas han acabado adoptando visiones más realistas dela evolución económica, que no presupcuen-va que un.misma fó rmula de crecimiento pueda resultar. igualmenleYálida. en condiciones disrintas qu...ban abandonada !a.m.tologia que: haciLdeL eambic.tecnotégícc el motor fundamental del progreso y hacen hoy afirmaciones.ccme ésta .

«el cambio tee:llológico. como la evohtción.-es"UlTprocesono óptimo. en el sentido de que pudimos:habakrhechomejor, mucho me jor, a! mismo nivel.de.costes Yde:,fuel.zos y de que sus resultados no son inexorables...

'Pero la forma en que entendemos el creci:ntim1aindus­tria! no sólo tien e que ver con nu cstra. interJlrc:tación delp l.ado. sino también co n nuestra posrora.ante::e1 presen­te. La actual integración de España.eo e~m=do euro­peo se asemeja hasta cieno puntO 1. 10 queJued procesoind ustri alizado r para las regiones menos. dotadas que seincorporaban a un mertado «nacional», sin obstáculos rndefensas ..antinaturales». y los resuírados que estamos re­cogiendo no só lo no nos están llevando a Ia«~ o pu­lencia» p rometida. sino quc muestran-unasenc-de.cfcet01negativoS. que tal vez hubieran podido-evjurse. o por lo

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141¿QUÉ HISTORiA PARA MANANA?

del ascenso humano, y hemos prestado escasa aten­0 11 a quienes han intentado explicarnos que tal vez noprodujo de la única fo rma posible (ni de la más desea­

le). ¿Seguirán aceptando nuestros estu diantes que les ex­rquemos ese cuento de hadas que es la visión tradicion al

t ia « Rtvnlución industrial», aunque no les ofrezcamosuna argumentación razonable para hacerles aceptar como

uenas las jubilaciones a nticipadas de sus padres y sus ma-ras expectativas de fut uro? ¿Se resignaran al pape l que

ha toca do: a un futuro en que probablemente se les des­tme I ser los a1ba1Wes, camiIRros, ascensoristas, barren­deros o enfCl'1l1ems de una Europa avanzada, supliendo a1m turcos. marroquíes, argelinos, paquistanies v otros «noeu ropeos: , obl iaad os a regresar a sus pa íses deorígen porleyes restn c nvas y por coacciones y pc."rsecuciooes ..incon,roladas ..?

,Aqui estamos rou nd o otro terreno en el que nuestravhlóo de la. histori a como uoa invencibte marcha hacia elPfOIfC$O ha hecho aguas. Refleaícnando acerca de un li­bro sob re el «estado racía¡ alemán .., un crili co ha hechonotar cuán inadecuado resulta calificarlo de «utopía bár­bara.., puesto que «no fueron las hordas de Atila. o de Gen­'11 Jan las qu e inten taran co nl't'rtir esta utopía en reall ­dAd ..,. Aleman ia era el pa ís más avanzado y "modeme"d.e la Europa ecetdental: un modelo de la civilización oc­CIdental".... Que buena pane del bagaje racial nazi estéresur lllendo en nuestros días, a cincuenta atlas de 5U a.pa-

ber entendido q ue al aceptar su política económica (qll ~

era la misma q ue la de la o posición derechista a la CUII1.como es lógico. tam poco preocupaban las consecuenciassociales de la integración) aceptaron un programa que implicab a ceder la cap acidad de decisión en estas ma!eriua un colectivo su pranacional en el qu e ingresábamos comeparien td pobres, Yque renunciaron co n eUo,.ado rmecidO'ltal vez. po r el sueño de prosperidades sin cue nto que lesestaban vendiendo, a Qtaclase de proieccícnes «antinatu­raid» que abara so licitan. (<<Antinatwaiesll. claro CS1á.,. enla ló gica de las eco nomías do minantes.. que so n.partida­riu de esta veniÓD can.ibale:sca.del liberalismo. como IOt

uccrcnes lo serian de la «selecció n natural» , si leyesen a

Darwin.)Consumidores de un modelo a plicativo del pl'(lCC:l.O tn­

dustriaíízadcr que. en nombre del progreso eoieeoo, mi­nimiLaba sus consecucucias «sccíales» desfavoI3hlcs- lasrcducia a ajun es a corto o medio p lazo-- y se negaba atomac en serio los sufrimientos que implicaba la apu1siónde la tima del campesino. la pérdida de independencia delartC''IDO, d s.acrincio que conlleeaba la renuncia a la.per­sonalidad del o ficio ante el anonimato dd trabajo fab ril,e! malestar ante la. ruptura famili ar a q ue obligaba el so­metimicuto de lu esposas Ylos hijos a la discipliD.a.de la.fábrica... ~cntendemtlos que lo que C$!.IIlI1OS viviendo no;:s más que la repeticiÓn de ese proceso de especíalízacíóntemlOrial. a. escala ampliada. con la diferencia de que ahoraDOS ha. tocado vivirlo desde el lado de los «desindusuia­

lizados»1~Que nos reserva el fu turo? Siempre hemos estudiado

la íncusrríaüzación como un ca pitulo net:csario de la epa-

140 LA HIS'TOIUA D ESPUÉS DEL fIN DE LA IIISTORlA

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143¿Q UE H15TOIUA PAAA NA.'lA.......?

:.00. Loo .....,. do lI<:toimnul . mpleaQos pnx<doo de ka NkióoI l'I tirUlo"'''SCdp''.1o Jw ....~.~ ' 71• .rql , "9l . Y<le __ oro", o <.Woo ..... 8uc1; ."'0fU. nw- d"_ of _ "#. J+itl,., _ Id"" oltd , lo<"modOl¡«,.c....o.;o ... M..... 11>< MIT 1'res.I. 19!9. f'I' Jl3·J¿.¡.

11 inte rpretación histórica esta blecida no nene por ob­elucubrar sobre historias «contrafacruales» -incitarpril.'1ica de ejercicios imaginati~os ace rca de lo que hu­

ocurrido «si la nariz de Cteopatra hubiera sido masrt._sino contribuir a la realización de ese tipo de his­~ q ue pedía Walrer Bcnjamin, cuando nos pro ponía d a .

lar un materialismo histó rico liberado de la noción de,.leso -que IU VO una función critica en el siglo XVIII,.

rn la perdió en el XIX, cuando se popularizó la idea, re.zada por el darwinismo. de que el pro greso se realizabaomaticamenlc-. sustituida por la de «actualización».

n m étodo que procedería arrancando I US o bjetos de es­dio de la contin uidad his té rica y que tendría como ob­neo central «colocar el presente en una situación crru­N. Que debería realizar una «revolución copernicana»nsiste nte en invertir la visión tradicional. que considerapasado como el centro fijo y estable en torno al cual

acemos girar el presente. y siruar el presente en el centronuestras preocupacion es, utilizando el pasado para ha­

er «la rotación dialéctica q ue ill5pira una co nciencia lúci­». Porque debe quedar claro que, incluso para el bisto­

ador, «la política tiene preeminencia sobre la his­ría» ."'"

Vivimos momentos de desco ncierto ideológico. El es­pectácujo de unas sociedades europeas en que los propios

rj udicados insis te n en volar a quienes les esian empo­reciendo, temerosos de que cualquier cambio pueda em-

I ~Z LA HlSTOIUA DESPuts DEL fiN DE LA IlISTOIUA

rente derrota, debe enseñarnos a. desconfiar acerca de queel " p rogreso», por lo menos en el terreno de Las ideas. seaUD resultado natural y obligado del CUI$O de la historia hu­mana, y a temer que el raci smo y el fascismo hayan reapa­recido ..naruraímeme», porque forman parte de esta. fasede nuestro modelo d e crecimiento económico. Entenderloasí deberia permitimos que nos en frentásemos de maneramás lucida a las actitudes irracionalista.s y violentas de lo sjóvenes europeos de hoy; a no contentarnos co n pensar quese.trata de UD problema "moral» que puede.resolvene:porla educación y a indagar sertamente-err sus fundamentos ,tratando de comprender las razones de su desencanto .y deofrecer les alternativas que contengan a1gunacsperanz.a. ra­zanable para su fu turo.

Una de: la.s primeras cosas que hemos de eliminar denuestra teoría de la historia es, por consiguient e•.la.«Viauníca»: hemos de aprender a pensar el pasado en térmi­nos de.encruciiadas a partir de las cuales. eran pcsibles.di­versas opciones, evitando admitir sin discusión que la rcr­mula que se impuso fuese la dnica. posible (o la. mejor),si no queremos seguir.co ndenándonos a repetir los erroresde los paises pobres quehan malgastado sus posibilidadesde crecimiento, o resignamos a aceptar como inevitable clfuturo. pece estimulante. que se nos crrece a eoseccs mis_mos denuo del paraíso europeo (<< Reservado el derecho deadmisiÓn»):.Necesitamos repensar la historia para anali­zar mejor el presente y plantearnos un nuevo Iuturo, dadoque las viejas previsiones en que habíamos depositado nues­tras esperanz.as. se. han venido abajo, porque estaban mal

ñmdarnentad as.Esta propuesta de romper la línea continua. pos tulada

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144 LA lfl5"[O II,[.o. DESPUÉS DEL FIN DE LA HI.'iTDMIA

peorar todavía más 5U situación, revela, por una parte, lafalta de una co nciencia critica , pe ro también la pérdida dela fe en cualq uier pos ible programa alternativo. A la tare ade recompo ner esta conciencia critica, de devo lver algu naesperanza y de rea nimar la ca pacidad de acción colectivahemos de co ntri buir todos. Quienes nos dedicamos a laenseñanza, y en esp«:ial a la de las ciencias SocialCll. tene­mos en ella un a función esencial . Por desconcertados quenos sintamos, sa bemos que nuestra obligación es ayudara que se mantenga viva lacapac:idad de las nuevas genera­ciones para razonar, pregun tar- Y criticac" mi mtrn, 'entretodos, reconstruimos los programas para una nueva espe­ranza y evitamos qu e. con la excusa del fm de la historia,lo que paren de verdad sean nuestras posibilidades.de cam­biar el presente Y construir un futuro mejo r.

De entre cuantos enseñan ciencias sociales. esa.Iun­ción recae am e todo en los historiadores.. Y está claro queno 00$ encontramos preparados para asumirla. Necesita­masrenovar po r completo nuestros ..méecdos» y enrique­cer nuestrO bagaje ..teórico» , lo cual 00 logrlIremos sin mu­cho trab<ljo colectivo. en colaboración con cultivadores dela f!l()S(lfía y de otros dominios de las ciencias sociales quecompartan nuestras preocupaciones. Y estos colaborado­re! no sólo hemos de buscarlos en nuestras universidades,o en-las de DUOS paises avanzados (ttaDÓmiea.-O- tecnoló­¡i=ente:avanzados , lo que no siempre: coincide con quelo sean también en el terreno de las ciencias sociales ), sineen las de aq uellos que se encuentran más cerca de los pro­blemas actuales del subdesarrollo (en África o America La­lina. porejemplo). A la vez que aprendemos a asomarnosa la calle; a a proximar nues tro trabajo al estudio de lo que

ucede a nuestro alrededor. Lo cua l, como delllue'lr l elemplo de la necesidad de criticar y renovar el moJ el" deIl1hlo eco nóm ico, no implica tan sólo la bU51lue<l,\ de U1I

ber «a plicado», inmedia tame nte utilizable en la vi,J ~ '"HJlana, sino tam bién la re flexión reénca que ayuJe I "

pensar lo s problemas actuales,Que Ja historia sea importante para comprender el 101m

<lo nos lo dicen cada. día los científicos de otnn colDlI....

y nos Jo demuestran Jos gobierno s, cuando se e,duerunen tnmsmitir sus propias «Visiones de la historia» .. 101 cmdadanos a llaves de aparatcsos. Iesnvales y conmem",.cienes en que se malgastan unos recursos que se rqatClna Jos programas de asistencia social (y, por supuesto, .1 11in"ffi.igadón histórica que no esté dirigida a dar ap<lYO I

esUlS festivales), Al hablar de ..la importancia de la hl....ría», 110 me eslay refiriendo, claro está, a cua¡ sea la v¡d"ración académica que se hace en la actualidad de ella ennualllU u.nivenidades, y hasta esrcy dispuesto a COno;n!(/

qu e la baja estima en que se la tiene está jwtificada pornuestro propio abandono. No pienso en términos de p.nti¡io y cartera académica, sino de utilidad social.

En cuamc se refiere: a su utilidad sociallOdas l:u .ehvidades hutnanaJ droell ser valoradas. en última irulancia, por el servido que rinden al conjunto de los hombree.De entre las ciendas sociales, la historia tiene el pri viJel lode ser la que ma)'Ore:5 servicios puede rendir. porque es J.amás próxima a la vida cotidiana y la única que aban:a lo)humano en su fatalidad. Sin olvidar tampoco que. C\I.II ndo se lo propone, resulta ser la más inteligible ~ra un mi

')'01" número de receptores de su mensaje -estudiantes. leclores o espectadores. No importa que eUo la lIaaa m..

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14 6 LJ. HISTORIA DESPUÉS DEL FIN DE LJ. HISTOIlIA

arriesgada; que no permita adornarla con unas aparleneres de exactitud que hoy sabernos, además. que no snnun criterio de validez científica, sino una mera ilusión,

Merece la pena. pues, que nos esforcemos en recos erdel polvo del abandono y el desconcierto esta espléndidaherramienta de conocimiento de 1lI. realidad que se ha puenoen nuestra.'! manos. Y que nos pongamos, entre todos. II'('pararla y a ponerla a punto para un futuro dülcil e in.cierto. íNDICE ALFABhTICO

AllaboD, F~ 14J 11.. ,219"''''"'''' ltin"'Y O/~d ,,,Id

%ta, 77v. 611Aj.....-. Ana. 7111.. Jl SAIIca . R. c.. ll$ a. WAJa........ J&IUCI s., ' J .... u.sADdoaooa. B. So. IJ a. I.sSAIL'I4Ico-. CICUOia de, 9. 61. 68 a.

120." '1I..l32, 82, 10611.. 197AI'PI<br.~ 11.. 52 , a. S8Amxhi. TlU>, lO a. ~l . ll·llArib. P.• '1. lOS Ya. 196A1oft, Ja.a· Paw. ... 11.. In_, 1(.1. . U

8«ocI. Frucis. 1](0BauodI. Pa..t, UBajtlft, Mljail, l()ol,' .... 191. 109 11..

""BUor. K.<:illl \l .• 9'MII8anelI. J<>ha, 11 .... ti)B...II. Geor¡e, 101 Do 1918&,c.. JOUolI<IwI. 11 a. III8&,... M&r$tOa. 69 Q. 12-1Bdl. DaaJd. l6 , Q . U

Ile:oj.touQ, Wah.r. J9 n. 1"1, 1'",11.. 19J. 12-1. I ~\ , 11. . ~l

Bcrt. M.. .14 .... 67Benc::as.F~ SI Q . 1028emal AlllOflio..l.llfllol. 10:BetuIbeDn. Bnmo. I ~ 11. . ,.Bidco.u, A.. ~9 .. l(lolBirabtn. J. S .. JI. UBl.l<:kburll., lUdwd J.-. U •

U8taAqui, A.. 61 ... IlIt>BJoc.b.. Man:, 6&, 81

Hi<r<m<l nmd I"'~. ....BiooIh.. AJa.o.. 89 , .... l0 'llonKchi,~ 70 , • . 1UBoo-U••2llo<!Iam, ~~ • • 711loumIu. AbiIL. I ~ 11.. l.flowloy. A. L.• • 1 11.. 00, . ,1Ioowmaa. J :A 11.. JIB~lI, 67 11. U.Braudd. F=aad. . 1B=.II' . BmolI. UB..".". A. a. •7 n,1'. 1I . "

"B""""e, "1.. .14 . .....

Page 72: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

148 LA HISTORIA DESPlftS OH f iN DE U. HISTORlAiNOlCE AUA AÉTlCO 149

Gadamo•• H.....--Geora. gl Y11. 168Oalileo, 30. 136 Yo. 236GaravoaJ,ia. JUUl Carlos. 6S o. ]J4.

iI ,lI. t46Oardin••• 1.. 37 11. 60Oario. Eu¡<nio. JJ6 n. 116Oarn..,.. ~.... 47 /l. 76"'- nGélis, 83o.r-.k. a. 83Oimpot. J<an. t23 o. ll6CiazbufI. Carlo. 20. 109 n. 2l)l.

El q_ ' ioI~. lO

Olacken.~J.• 6611. Jl7. 74GOdd. KJm. 29Codol;.,.. Maurice, ]JI IL 230Good" Jact. U . 84 IL 151GouId. ~ben Jay. 31 11. 46

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Umtlcrto, 20El flontb,. 410 tt><O. 20

Fdell. Mic hatl J.• 76 11 . IdEliu, Norbert , lOó n. 197. 108 n.ro,t l lOa. c. R.• J7 n. 19.t:hwd. Plul. 117.118E1lis. JOlul M.• 90 n. 161E"'~II . e.. 1(\4 11. 19JEa. ... E"",.. 31E"-""- F.• 10. 61 a, t06En bon. DOdier. n 11. 37. 8911. 160l

Fabo:aa. .... C.• JI 11. 41Fttr>re. lucwn. 68. SIÚI_<t / 'hohIl itM ...............

"..FolIllU:i4, Owlet. 4S~&.y. FtmeUc:o, 1[ n. 7F1d".....u. HrnuxtI. 10'111. 200Fidd. " ,",ndcr J.• J9 e. 62F"1ldes. .,F1and"". Jun.LotriJ. 12-13f'latra.. Piem, 61 11. 1211Flinn. M i<:hu! w.. 4' !l. 71F1"'-'>. EIllique, " !l. 179no..d. Iloo:lori<:t. 6l. 6JFOro1. Roben W.• 17 n. 19_"~uIt, Mid><I. 2711.37, 29.13.

89 Y II. I~

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Ch&/ldkr, WillilUI\ J.• -W n. 604Cbltti.... R.• t06. llt n. 2JlCbarua. J.• 68 n. 122C""""'1J>e. s..'X<, l2J. 122 n. UOCb4udbllri, K. N.• 28-29 Yo. 40

........ bol'""&~. 28-29Chaunu. f"iorr<, l!3. t06CbollUlcy. No.om. Jl7 11. 214

Damr:on. RoI:>=. 92·9J Yo. 1730atwI1L Charla, 140DaWllOlL M. J.• 31 o. 60. 016 • • 72OaVl1,!S. Z.• 20

EJ"""""'M Martut G-.... 20De M..... P:aul. 14-l j r o. U. 90.

9J Y n. 174. tOO n. 187De 'Iries, Jaa. 1) y 11. 117. 13Driapnne. l!3DoIotan, Oiles. 89DeIWl>Oau , UOorn.aD.eon. 67Derrida. Jaeques,::9. SI n. 161 . S9[);on, kor..., 68 ... 120Domeoeeb. X.• 123 n. IIIDoaosbu<, Donis,. IS o. IS. 100

o. 187Dornk, 68 o. 121Doue.F~ 27 yn. 16, 81 . 89

Y n. 164Duby. Geol'l... 120Dunn. Jobn. 8 n. 3Ou plnsJ', Jao-Clal>de. 7J n. 1'l6

Cor bin. 82Corn......U. J. C. K.. 49Cr>""l, An dré, 68 /l. 121.70 /l. tWCro. by. Alfred W.• 3' . 69 Yn. IHC'OUZtt. 120

CuD.pboU. Brvc::c M. $.. 68 n. 123Can'''', Ceo... 29~ Albeno>, 70 Yo. 132CasaI>ova. Jul;a".. J)

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n. 34. 23, <l()..41A /lqrv "'"_1_ la

CAl "'PPt j~j o M I1IIIO

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CohefI. Mark Nalh&ll. 47 n. " .n -S8 , ... 101

CoboD . SarldC. 11-19. 96CoIIII. BcmW 5.. 132 11. 23tC,,¡...,....,. O. c.. )7 11. 60C4wlmor><•• Barry. ,. n. tolOC<>m.P&IN. Di.... tSConrad, 39

B.ownin" C, R., 14t n. ¡39B,unda,o, 82Buja';n, N. l. . 1001

El Itlo/triO/UMr> AUIÓficr>. 1(\4Bu..... EUI~mo, 61 y n. 106Bu"olin. C.• 16 n. 18Bu"u;ere. Ancré. 106 n. 1911Bu,loilh. Mich...l, 14 n. 14, 141 n.

noBum ••\ 1. L .. m /l. ll4Bu"o•• Karl W.• ~ o. lZ7

Page 73: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

1S0 LA HISTOIUA DESPUÚ OH fIN DE LA HISTORIAtN'OlCB ALPAII~TtCO

HoidoU"', :>'1ol1in, 88 n. 161, 89Hei..., Charlo. B., Ir., U n. 157H.nnock, E. P.••3 n. 66Hen'r. Loui•. 82 n, InHeródo.o. nH....,u. K., ,. n. 93. 71 n. 1J8Hey, D.• 68 n. 122H,lben, David. 29Hm. Chnaopllet. 8 r n. ~. 10l. 119.~Fu""taJes rmnalu tQS? . 8

Him"",lfarb. Geruu<!e, n·N. 88r Il. 162

H' tJdI. Jean-Pien'e, 112 r n. 2Z1H<>bbriink. H....k. 129 D. mHo(Jman. I'hilip, 6l! 11. 12IHDI..... .\loro...... !9-60HoII' " ss-nh. T. H.• lt2 D. 1! 1HC'9kin•• S. V., .... n. 68. 6J

D. IIIHud>oD. P., ~ D. 67Hull>O. David. 19 e. :t:HUIlI. Lrnn. a' n. 7[. 92 D. 112.

97, 10' D. 19!

JKOb, ~l~ C.. 9l n. 118. Ial:n. 189. 1:16 D. 2..'6

Ja koboon. Roman. 29JatIla, N. o. G., 70 11. l JOJanseoon. Frrdtri<;, 88, 89 n. 16JJohn 8ltth SoaetY. 'llJohn :0.1. Olin Fo..DdatioII.. 7JOI'I". CoIin. 97·98 y n. InJóYenes Tu",ot, 119J",..., P:u nck. 87 n. 160

Kadi, h. Alon . J5 n. S,Kan, nrowic<. E,"", H., B. l' n.

14. 93l<>. do>CIIUpa.S del "Y, IJ·I ~

K.a~ H~ 1.. I Cl4 n. 191Kindl.berxer, Charles P., J5 Y n.

,~. J(i y n. 56, J7Kipiín., RuO)'lltd. 132KIee. Cuy A ., 70 n. 130Kloppe nburg, Jack R" 6') Y

n. 126Kni~l., AJan, 119--120 r n. 217, l2l""iM, 8""mios. lo1u:t. 6Hi2 Yn. 108""nlllllall, ~lichrl, 118""ver. Á. y J_ 101 n. I U

u(:apria,. DOlninici.. 92Lachi..... M&I'I:d. S4 D....L>.mb. H. H.• ':'2 D. I~

upl_ P. s., 30. J ILaslen . I't<.., S2. S)

Le Gofl. laa:;..... lO'! n. 196. 106Y n. 199

Le Lioonais,F~ U n. 16Le Ro,- Ladune. E. , 71·72. 120Lcl>outle. R~ 46 11. 72Lee. R. D.. SJ n. 91Lehrnan. 1Avid. 90l n. 17l....bnil., 1. W., IJ6Unja. \ '. l .. 10Lescure. lean. 9--1 Il. InLé'<i-Sm..... C'.au<le, 29Le>ine. Andmo. [2 Y D. 11Uvy_Bruttl. 107Uvy-l.ei>o)'or. 120LiDdert, P=r, H .. solow<Dl!l~ . % n. 180Lukaa., G., 10l Y D. 19)

t 1"I'd. Q . El . R., 107·108 YD. 210

Macera I':Iblo. 126locl.lchl&n. CDlin ~ . , 97 Y D.

'"Maczac. A., 7(J n. UOMosdm t , a. E. , 98 n. IsaM&/l!l T. R••a7n.73. 74. SS , 57

.andelbrot. lleDoil, JO R, 421-1.., Tse-Iu 10M.snil1, H ,¡.J...,. IJI m. 211Manin. Joha. 109 Q. 2GlMartiD<:z AIier.¡...... Mil. 114. fiI

n. lI 8. 77 , n. laSMan. 1{ul, 9 Q. " 10-11. 12m. 12.

u , 61 n. 106, 1M, 1lIEl " plIlH. 10. m

McClru.nd. Kfttb. 104 n. 193McCIoskty. DDnalc1 N ., ~ 11. S2-

31.41M~. Tbomu. SJMc." oiJI, 55Mau>dI. Stepben. 8./. ... 157M_ . Alu. l8. 59 n. 1MMeu...... 51MO)'Of. J9Míddk W1ft, Roben. 11 Q. ]j

MiM n. 11)1Moen. CoIin. 12 n. 11MD. yr. Jod, n I m. lISMonwwi,~ 03 Q. nMom. Pie=. 7J u. 1:16M"'WD, G. s., 104 11 . 19)Mudl<-mhl<d. Roben, 10lIMI>ir. Ed....,,¡ . 20 n. 201M Illliu, Jaeq_ m a. naMumfDn:l . Lt-\s,69 n. Il-lM~. ¡10M v.• " y n. la l

1"N.d...ni. M. v., 76 n. 14JNash, Muy. 8J R. IS5Noloon, Cuy, 11)1 n. 194N.....U, WilIiam Henrr,1 2On. 21 8Ntwman. Luci~ F.. 47 R. " , S5 n.

"NOWIOII, I$&K, 30. 1)(;NielO de Valcá=:1. Juan . SS·SÓy

• %Ni=.sche. F.• 8No~ P.. 106 n. 19\1:O¡Dnh, 00ui!W c., -lO n. 61

O·Grada. C_ m n.~Ort:i:z de )'IDDlel1aDo. Bernard. 4l!

n. 7S. lJ r D. 90()n.dl, Geo'll" !2·!) Y n. 890uIipD (0Uvt0it IX UnCnrure Po­

:.muelle). 15 y n. 16, 9--1 Y 11.m

<h-enoD., ~latk , 60S 11. l2JOzouf. ~I .• 121

Palmn. Ángel. 7S y n. lal!':IJ>ano, S)

Pukor, W. N., la n. Sl. 7<l n. 110Pany, M. L., 72 n. naPotnai k.l:ua. SS ... !IS. 129 n. 228Pdlin~n

Penn. s. A. C.. 49 n. "19. 6) D. 1IlPme. GeorJa, 1'. 16

Ul ..... .\{Dd~ d'no ploi. l'ptrez ~1Dl'Od4. Vicenre. 51Pn>aJI. D. M.. 4l! n. 78Pl>eIPl B"""", H., # , 6) D. IIII'ki. . OanJeL 61 n. 107Pin kney. Too)', 104 n. InP1an1, Ib-;m ond. 7 n. 2

Page 74: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

LA HISTOI\IA DESPU"ts DEL FL'< D E LA ¡USTaRI"¡SDle E ALPA1IÜICO

152

Po"lj n ~ . Cl;"". 66 n, 116A ITtM hisfOry of ,h. wo,ld, 66

y n. 116Popptr, K. L., 15·26. 30

1.4 ",1St"" d~ hu,,,,*u", ,,,2' .26

Pone,. ~. '8 n. IUl , 8lPos,. John D" lJ,'4. 13 n. [J8Poull<!...'l 1. e.. 67

A" hU""'cal tttJ,,,,ph, 01CII'WH. 67

Prlc:e. Rotor. 121 n. 218Pr,.OIiJ>e. tln. J II'urcnaaon,~ PUIIY, ,¡(;

~"'s_20QuollUU. R&ymon d. IS J " . 16

R.abb, T. " .• 50 n. 8l. iJ n. lliRamdla. Fraaco. 20 ll. 21Ratzel. Fricdridl. 69 ... J28Rc4dy. William .\l ., 122 n. UORmn. [l, S9 e. 1(1.1~. Ja.;q...... 106Ricardo. DavMl. 4JRon" Ricbatd, XI ... 41, 10 n. 149,

8 , n. 161. 91 11II. 163 1 169Roioi. P.• 61 n. 106Ilouooo. W. W.• 99 y n. lSó/toIbcr¡. R. I., 50 0.. aJ , 7J n. 137Rubbi.a, Cal lo, ll<l n. 13]RulllftO, Guido. 20 n. URlU. A1aJl. 8 11. J

s"bd. Ch ., 115 n. 2]'SahlillJ. .\l atlb&U. 57Said. Ed""fll w., 'i'O n. 167

Sauer, Cu J O., 69 Y n, 124Sa YO:l, D<rck. 11 n. 8. 12Scin«ia. 23 n. 29Sdlltna, Simo•• 2J y n. 26, 22-23

Y n. 29Ciliz",s: A chronicl. o/ /he

FTtnc/r R~<>I'''ion. 22Dtild ccno"" ies IUn"""'''''' 'M

' l'«"/Qlj¡''''J. IISchneid.r. J., Jl 2 n. 211S<:h<lfleld, R., ~ 2~. SS. 59 n. 1001Sc!IolIien, I'l!t<r, 45 n. 69• ..., ~, 72S<1n>-aru,. H .• 45 ~. 71, U n. lS7StdiIIoI, R" 121 & . 2.19Seocnmbe, Wally, S3 D. 1~4

5ok" TIUe,. 134Sen. AriIarty.I. 49 y ~ . 81, 54. 15

D. 95, MS<ndero I.wnu>oso. ID, 117Serra.. ~1Kbel . 102 n. 190Sbmin, Teodo<, 11 D. 9. [JI n. 2)(]

ShiadI, MontA, 98 n. lSolShott<r. 82Simpson. L>WJ. 92 D. 170Sm.itb.. Adam, 12.. lJI. IJ7 n. 237Smitb., Dettni>... 22 YD. 27. 33 n. 11S<n,j,h. F. 8.. H n. 911SMU. 1;:. o. M.. MSnook..s, G. D., 38 n. 61s-... e. P.. 26

~ l.u dos cullura.. y 11 mooIu.ciOn ~lllif>cu.:ti

SoboT. Elliotl, 12 y n. 11~. J., "6 D. 71SoIow. R. E.. J4 y n. 53Sonnucber, Michae~ «-"Souz.a Amado, P. J= <le. 56 n. '17~, Pi=r.ll4. lOS n.;mSWin, r.. 10

S~"l\, 1 30 nn, 42 y «S'on~. Lo ",,,,,.. 87 y n, 160Supo/, John e., 48 n. 7SSUlh.rI.nd. Jcho. 93 n. In

T:lylc•• A, J.. 47 n. 131l>ylo•• G¡¡y, S9 n, 16l. 91 n. 169Terrun, Po1or. )l

70\1lebofJ. H..... J.• 47 n, 74. $01 n,

'"ThocDao. Wdlwn L. J... (>9 D. 124TlIompson. E. P.. lIl. 11. ; 9-80, 9\l

n. ISl. I().&. II)¡ D. ~$. UD.li S D. zn

lhompson. Plul. j.j n. !ssTounan, Conrod. "6 D, 1«T~.23

TunnlllW>ll, ,-oo. ~l D. 71

",,",-, H, Atom . 92 D. 111Vid.oI de la Bla.:be. 67Villle, $01YI1.lr, PInTo. 114VillonnC, 61\ b/t.oir'o. 71~ Micboi, 83. 106, 111 Y D.

""\\."acluer, ¡':maet.ll, 62. 63Waoda. H&nlki, [J I .. ll(I

15)

Wall.', J.. 12 n, 88WalI. ....¡n, Immanud. 31 n. ~7

""'lIlon. 120Walll. 29washing,on. Pe.... 90 Y n. 166""'am . Michu l. 54 n. 9JW.aI. Andrew. 5~ n. 101Woiner. A. 8. . 132 & . =JIW.U•• Roter. 47 n. 73Wb.il<, Hayd.., . l7 y n. 19 . 18.

&0-81 .92 Yn. 171Wi<net. 1.. 7 n. IWillilms, Raymond. 104 y n. 192WiUio.nuon. J. G.. 47 n. ;3. soWin•• EIizlI>cthS.. 47 n. ¡l. lJ n...Wiw<nnann. WOlfptl&. 14 n. 14.

141 ~. ~9

WO/{e, I • .,....¡. ~;

\\.God, úeorJ. H. , 4 ) D. 6Iiwcclf, St UI1't, 8JW"",-,~, WillWn. 71Y'OfO<IOff. 6a n. Ul\\.Om<r. Dcnald. 70 Y n. 1JIWri¡bt. En. OIin. 12 y n. 11WIiIls' . T. C.. 4S n. 78Wri¡p,y. E. A.. S2 o. 87

Zoma'Di . Vrra,"". MZallin, J.. lB n . 2J5Zirwer. J",,"h P., 13 n. ISSZ)'lberJ. !--l

Page 75: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

INDICE

La lIistoria después del fin de la histori a .El retome a la histeria narrativa: uo indicador de

problemas y una faba soíucí énL01 ilusiótl cialtiflSla .La «cliometria,. .Un ejemplo concreto: el problema del ni\el y de la

calidad de vida .Histona, espacio y recursos naturales: de la geogra-

fia humana a la ««ohistoria» .El cietltiflSmo y la desintegracióo de la binaria.Historia y anaJisis del discurso .Viejos campos en Pro<:eW de renovación: hiswria de

la cultura. historia de las mentalidades .Después de la tormenta ..revisionisr.a»: una primera

ojeada a la situación actual .~Qut hiSloria para ma ñana? Reflexiones para una

renovaci ón más substancialÍndice alfabocico .

172S-,,.

es-s87

lO!

III

1"- ,

Page 76: Josep Fontana- La Historia Despues Del Fin de La Historia

HlsrORIA DE.SPUE.S DH FIN D[ LA HISTORIA

h l" nteo ,uplra a Ayud.lr a q ul.,.-,.,...., In' ''' '''''''' P<>f el ~"fdln n.oIII hlsron.'1' muy.,.-, MpedaI. a qu;"""s se dediuon a Su .,.-,sefIan·u . a OI1~la_ en el Iabel1nlo d" un prnnlt""" conIu5lón . Trasel "acaso de Las " xpectatlvas d " poslWd.u "" Lo, formas Clltequls­fk.u del mantlYTIQ como alfe'nathla a la~ '1 Lo 1nvn!1.

gad6n trad~. MlamC5 asIs~. la r«upPl"adOn ~ LoIIIsIOlla naIf.ltva pr~nf.ldacomo una forma " xposltIYa neutra '1Iitnpa de c:.vgalMol6gkA. al arAn pot imitar nwc.ln1cNnftl.., 1m~todos de otras disc.lpli..... of1'\oh cioentillcaso . • la susdtudór d<!lMfUdlo de lospr~ r,,""'" ..., los hombres pot el de los dls·cursos qo.oe M' r~ft1 .. ,,11os o al lntNlfO"" tw.ur de las repte­~ me-nWes el motor I'ur>darnI:fltalde Lo hlsfOl1a. lo q"""'Iulvale .. r~f11 los miSlT10S """()f"" oe ~foq"" rn«anldswdel pasado. frm'" a esta.~ de~ Nl'" Lo plrdldade las..,¡.,¡as .u>dadefas. ", prolnof Fontana '"P"la " Lo,..,.;esid/ldde r~ar las SC'/\ils de ldenli<lad de u""' IIbtor\og''''''' a111u{la 'g\olMliuclOn. '1 Lo opol itiZddóno). prl>J"'f'e ...,...,00.,.. a P"flS"I'el p.lSoKIo ..... 1~"nillOS d" t"OOUCijadas (y no '!oÓlO ee una .\/la (¡n!.

ca. ) e ln.cJtel a los IIlslOrlador " s " !>itu"r el present" en ,,1 centro de.." preocopacjcnes. A la t"rea d" r"COmpon"r una concl"n.cJaa1t1u. y oe r",mlmar la Cdpdcldad d" eccioo c~"'tl\ta desde lu"·g o liemos de con trltJul r tocios, P"'o d" un modo especial los his·torladores, porq ue $U c bllg" ciOn. nos d ice Fon tana. ' e s ayudar ,aqu" se man"'nga ",""" 1" "'p"c1dad el" las nuev,u 8"n"r'1CI~~

1"'[" roUona ' , pr eguntar y C1itiCdr. ml"ntras . "nlre tocios , recore­trulmo'l los p rog ramas para una nueva " Sfl"rllfl'" y evitamosq ..... con la " XCUS<\ d el ñn el.. la hlstona, lo que pa ,,,n d e ",..rdadY An nuestras posl billdad.... de camtllar el presente '1 constru lr t....futuro m<"jor•.

"..,,-""-..'-..Ir .li.HJ

La