joseph fielding smith - doctrina de salvación ii

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DOCTRINA DE SALVACIN II

Sermones y escritos de Joseph Fielding Smith Compilacin de Bruce R. McConkie

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INDICE

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18.

Salvacin Los grados de gloria Exaltacin Matrimonio celestial Pecados contra el convenio matrimonial Elas: Hombre y profeta Elas el Profeta: Su misin y poder para sellar Salvacin universal Salvacin para los muertos Salvacin para los que aun viven Llevar registros es una ley divina La vida espiritual y la muerte La ley de construir templos La ley de la resurreccin La salvacin y la resurreccin Fe para alcanzar la salvacin El bautismo y la salvacin La Santa Cena y la salvacin

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CAPTULO 1 SALVACINEL PLAN DE SALVACIN LAS VERDADES DE LA SALVACIN FCILMENTE COMPRENDIDAS. La salvacin debe ser un tema supremo en la mente de todos los hombres. Es, sin duda, el tema ms importante que posiblemente pueda ser considerado, y aun as hay tan pocos que suelen prestar alguna atencin a este tema grande e importante, de acuerdo con la aplicacin que pueda tener en su vida.1 Toda la verdad relacionada con el plan de salvacin es razonable y comprensible. Cuando menos puede ser comprendida por aquellos que confan en el Seor y se colocan en actitud de recibir la revelacin que El pueda darles. El Seor no deja que los hombres descubran la verdad sin alguna gua. Nunca ha realizado alguien una obra importante para la salvacin de las personas, sin antes enviar primero entre ellas a sus testigos especialmente comisionados, que tienen el poder de hablar con autoridad y conocimiento de las cosas de las que testifican.2 TAREAS ENCAMINADAS A LA SALVACIN EN LA PREEXISTENCIA. Tenamos una existencia antes de venir a este mundo. Vivamos en el espritu y estbamos en la presencia de nuestro Padre Celestial, quien es el Padre de los espritus de todos los hombres; y all andbamos por vista, no por fe porque estbamos en su presencia. A fin de que pudiramos recibir una plenitud de bendiciones y oportunidades y llegar a ser semejantes a nuestro Padre, fue necesario que pasramos a travs de la probacin mortal. En consecuencia, fue preparada esta tierra, y fuimos enviados aqu para recibir un cuerpo de carne y hueso y ser vivificados por la sangre, y participar de todas las vicisitudes de la vida tal como las encontramos aqu en esta tierra, para que podamos, mediante la obediencia a los principios del evangelio, distinguir el bien del mal. Es necesario que tengamos el privilegio de sufrir tentaciones, y experimentar dolor, tribulacin, y gozo; y, si somos fieles, pasar a nuestra exaltacin y convertirnos en los hijos e hijas de Dios, habiendo ganado el conocimiento, la sabidura y la comprensin en esta vida mortal que no podra haberse obtenido de otra manera. Es por eso que hemos venido aqu. Tomamos estos cuerpos mortales; nos fueron dados debido a nuestra obediencia en el mundo anterior a ste, cuando morbamos en el espritu y en la presencia de Dios. Y ahora estamos sufriendo las penas as como los placeres de la carne.3 EL LIBRE ALBEDRIO ES ESENCIAL PARA LA SALVACIN. Somos tentados, pero el Seor nunca tuvo la intencin de que sucumbiramos y pecramos, y cayramos, y perdiramos el galardn que de otra manera sera nuestro. El saba que bajo ninguna otra condicin sino slo mediante nuestro libre albedro y las oportunidades que vendran a nosotros en esta vida al distinguir el bien del mal, cuando no anduvisemos ms por vista sino por fe, que podramos estar capacitados para regresar a su presencia y ser merecedores de la exaltacin. Sin el libre albedro valdramos muy poco, y el Seor nos lo otorg para que pudiramos actuar por nosotros mismos para elegir el bien, o para elegir el mal si as desebamos con el entendimiento de que cosecharamos el galardn de nuestras obras en esta vida. Aquellos que hagan el2

bien saldrn en la resurreccin de los justos y recibirn un grado de exaltacin en su reino, mientras que aquellos que hacen el mal saldrn tambin en la resurreccin, pero a una resurreccin de condenacin.4 LAS LEYES DE SALVACIN REVELADAS DESDE EL PRINCIPIO. No ignoramos las cosas de Dios, porque se nos han dado a conocer desde los das de Adn hasta ahora y estn registradas en las Sagradas Escrituras. Mensajeros de la presencia de Dios han sido enviados a la tierra desde el principio para establecer en el corazn de los hombres y revelarles todo lo que es esencial para su salvacin. Si alguno de entre nosotros ignora estas cosas, es debido a una premeditada rebelda. El Hijo de Dios mismo vino a la tierra como ejemplo para mostrarnos el camino a la vida eterna, y El estaba libre de todo pecado. Nosotros no podemos justificarnos por la violacin de las leyes de Dios a causa de la ignorancia. Con todos estos mandamientos ante nosotros, somos agentes moralmente responsables con el Altsimo y bajo el compromiso de ser obedientes.5 TRMINOS Y CONDICIONES DEL PLAN DE SALVACIN. Los principios primarios y fundamentales de este plan de salvacin son: 1.- Fe en Dios el Padre, en su Hijo Jesucristo y en el Espritu Santo. Debemos aceptarlos como la autoridad presidente en los cielos, quienes gobiernan y controlan todas las cosas, quienes son todopoderosos, justos y verdicos. 2.- Debemos aceptar la expiacin infinita de Cristo, con la firme conviccin de que El es el Redentor del mundo, tanto de la transgresin de Adn como de nuestros pecados individuales si nos arrepentimos. 3.- Debemos arrepentirnos de todos nuestros pecados, entregando nuestro corazn a Dios con la firme intencin de servirle. 4.- Debemos ser bautizados en el agua para la remisin de nuestros pecados, por uno que haya sido llamado de Dios y tenga la autoridad divina para administrar las ordenanzas del evangelio. 5.- Debemos recibir por la imposicin de manos sobre nuestra cabeza, de aquellos que tienen autoridad y mediante sus ministraciones, el bautismo del Espritu Santo, el Espritu de verdad y profeca que nos gua a toda verdad. 6.- Debemos estar dispuestos a servir al Seor con todo nuestro corazn, mente y fuerza, y guardar sus mandamientos aun hasta el fin. Sobre estas leyes se basa la salvacin, y las bendiciones prometidas son para todos los hombres. Estas condiciones no son severas ni penosas, y estn dentro del alcance del ms dbil de los dbiles s tan slo ponen su confianza en el Redentor. Todos los que se arrepienten y obedecen estas leyes, sern redimidos y salvos de los pecados del mundo; pero aquellos que las rechazan y no se arrepienten tendrn que sufrir por sus propios pecados.6 INGRATITUD POR EL PLAN DE SALVACIN. Pienso que la ingratitud es el ms predominante de todos los pecados, y uno de los ms grandes, porque toda alma que rehuse permanecer en la verdad, que no quiera andar en la luz y comprensin de los mandamientos que Jesucristo nos ha dado, es desagradecida. El vino y dio su vida para redimirnos de la transgresin. Fue clavado a una cruz y derramada su sangre. Para qu? Para que pudiramos vivir y recibir la remisin de nuestros pecados, para que, mediante la obediencia a los principios del evangelio, pudiramos volver a la presencia de Dios el Padre y de El, su Hijo Jesucristo.7 INMORTALIDAD Y VIDA ETERNA3

DIFERENCIA ENTRE LA INMORTALIDAD Y LA VIDA ETERNA. La inmortalidad y la vida eterna son dos cosas separadas, una distinta de la otra. Todo hombre recibir la inmortalidad, ya sea bueno, malo o indiferente, porque la resurreccin de la muerte vendr a todos. La vida eterna es algo que se aade. Ninguno recibir la vida eterna salvo aquellos que guardan los mandamientos del Seor, consiguiendo as el derecho de entrar a su presencia. Cuando el Seor dice: estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan8, significa que habr muy pocos de los hijos de los hombres que probarn en esta vida ser dignos de retornar y morar en su presencia. Esa es la vida eterna!, morar en la presencia del Padre y recibir de El la exaltacin. El no quiso decir que aquellos que pasan por la puerta estrecha, y por el camino angosto, eran los que seran levantados de los muertos. Con gusto dara el Seor vida eterna a todos; pero puesto que esa bendicin slo puede venir por merecimiento, es decir, mediante el fiel cumplimiento del deber, nicamente aquellos que son dignos la recibirn. LOS REINOS SUPERIORES MINISTRAN A LOS INFERIORES. Sin embargo, mediante su rica misericordia, el Seor har por todos lo mejor que pueda y, por tanto, nos dar un lugar en alguna parte si no es dentro de las puertas de la Santa Ciudad, entonces ser fuera de ellas9, donde aquellos que no tienen derecho a la plenitud de las bendiciones puedan ser ministrados por aquellos que poseen una gloria mayor. Porque leemos tambin aqu en esta visin, donde se habla de las glorias, que aquellos que moran en el reino celestial ministrarn a los del reino terrestre; los del reino terrestre ministrarn a los del reino telestial. El Hijo puede ir al terrestre, pero los que entran en ese reino no recibirn la plenitud del Padre; no vern la grandeza de su gloria, pues El se las retendr. Nunca retornarn a la plenitud de su presencia. Aquellos que entran al reino telestial no recibirn la plenitud del Padre o del Hijo, ya que Ellos no lo visitarn, sino que enviarn mensajeros a hacerlo e instruir a los habitantes de esa gloria. Los del reino terrestre visitarn a los del reino telestial, y aquellos del celestial visitarn a los del reino terrestre. Donde el Padre est stos no pueden venir, porque el Seor ha dicho: A donde Dios y Cristo moran, no podrn venir, por los siglos de los siglos.10 Mas en esa misma seccin est escrito que a pesar de este hecho, tan grandes sern las bendiciones que vengan a aquellos que entren all que estn ms all de nuestra comprensin.11 Tal es la gran misericordia del Seor. El tratar de salvar a todos sus hijos y exaltar a tantos como le sea posible. LA OBEDIENCIA COMPLETA TRAE LA VIDA ETERNA. Pero para ser exaltado, uno debe observar toda la ley. Este es el gran amor que El manifiesta por sus hijos: a pesar de que pecan y cierran sus ojos a la verdad, su brazo se extiende an, y los buscar y traer de vuelta si guardan sus mandamientos; y si no, El har por ellos justamente lo mejor que pueda. Les va a bendecir con todo lo que le sea posible dar, y todos sern salvos; todos recibirn un lugar en alguna parte el cual ser glorioso para ellos, pero para recibir la exaltacin de los justos en otras palabras, la vida eterna se deben guardar los mandamientos del Seor en todas las cosas. DIFERENCIA ENTRE LA VIDA ETERNA Y LA CONDENACIN ETERNA. Hay otro pasaje de las Escrituras que quiero leer en relacin con esto. Est en la seccin 29. Aqu el Seor habla de Adn y su castigo despus que fue arrojado de la presencia del Seor. Mas he aqu, os digo que yo, Dios el Seor, le conced a Adn y a su posteridad que no muriesen, en cuanto a la muerte temporal ellos haban ya4

sufrido la primera muerte, la muerte espiritual, y el Seor estaba declarando que les dio poder para que no sufriesen la muerte temporal hasta que yo, Dios el Seor, enviara ngeles para declararles el arrepentimiento y la redencin, mediante la fe en el nombre de mi Hijo Unignito. Y as yo, Dios el Seor, le seal al hombre los das de su probacin, ahora observen esto para que por su muerte natural pudiera resucitar en inmortalidad a vida eterna. As que ven el significado de ello? Todo hombre es levantado en inmortalidad, no para muerte, sino para vida eterna, si guarda los mandamientos del Seor, y de ninguna otra manera. Ahora bien, creo que aqu hay una lectura muy significativa: resucitar en inmortalidad a vida eterna, s, aun cuantos creyeren. Ahora observen esto: Y los que no creyeren, a condenacin eterna; porque no pueden ser redimidos de su cada espiritual, debido a que no se arrepienten.12 La cada espiritual significa expulsin de la presencia del Seor, y no podrn ser redimidos de aquella si no se arrepienten. Ahora cuando eventualmente se arrepienten, si sus hechos han sido malos y no tienen derecho a caminar en el estrecho y angosto camino y a entrar por la puerta, tendrn que tomar su lugar en alguna otra parte de algn reino fuera de su presencia donde sern enseados, sern instruidos por aquellos que han llegado ms arriba, a la exaltacin. LA VIDA ETERNA ES LA VIDA DE DIOS. Un pensamiento ms; quiero leerles uno o dos versculos del captulo 17 de Juan: Estas cosas habl Jess, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que tambin tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que d vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna; ahora aqu viene la comprensin, esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el nico Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.13 Ningn hombre que no reciba el privilegio de entrar en el reino celestial y est cara a cara con el Padre, podr saber lo que es la vida eterna, porque no puede conocer al Padre a menos que lo vea y more con El, y participe de la misma vida que posee el Padre, porque esa es la vida eterna. DIFERENCIA ENTRE LA VIDA ETERNA Y EL CASTIGO ETERNO. Ahora bien, nuevamente recuerdo otro pensamiento que no quiero omitir antes de concluir. En la seccin 19 de Doctrinas y Convenios, leemos acerca del castigo sin fin. Vosotros sabis que el concepto de castigo eterno, castigo sin fin, haba preocupado al mundo; y porque las Escrituras hablan de castigo sin fin y castigo eterno, los hombres se han parado delante de las congregaciones del pueblo y les han dicho: Si no se arrepienten, si no creen en el Seor Jesucristo, sern eternamente condenados; irn a un lago de fuego y azufre donde ardern para siempre pero nunca sern consumidos, y de este modo torturaban la mente de la gente al ensearles tal doctrina. El Seor nos ha revelado lo que quiere decir castigo eterno, al declararnos: Por que, he aqu, yo soy sin fin, y el castigo que por mi mano se da es castigo sin fin, porque Sin Fin es mi nombre. De ah que: Castigo eterno es castigo de Dios. Castigo sin fin es castigo de Dios14 Por eso es que se llama sin fin. Por tanto, os digo, vida eterna es la vida de Dios: es la vida que El tiene, la que posee. En consecuencia, si El os da la vida que tiene, tenis la vida eterna, y no la obtendris si no os mostris dignos de entrar en su presencia. Ahora bien, ese es el evangelio de Jesucristo, ese es el gran plan de salvacin.15

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LA VIDA ETERNA ES EXALTACIN. Hay una diferencia entre inmortalidad y vida eterna. Inmortalidad es el don de vivir para siempre, que se lega a toda criatura. Vida eterna es tener la clase de vida que Dios tiene. Todos aquellos que se convierten en siervos tendrn inmortalidad, pero los que se convierten en hijos e hijas de Dios tendrn el don adicional de la vida eterna, que es el mximo don de Dios.16 Vida eterna es vivir en la presencia del Padre y del Hijo. Aquellos que la reciben se convierten en miembros de la Iglesia del Primognito y en sus herederos como hijos e hijas de Dios. Reciben la plenitud de las bendiciones, llegando a ser como el Padre y el Hijo y a la vez coherederos con Jesucristo.17 Qu es la vida eterna? Es tener una continuacin de las simientes para siempre jams.18 Nadie recibe la vida eterna excepto aquellos que reciben la exaltacin. La vida eterna es el mximo don de Dios; la inmortalidad no lo es. El Seor dice: De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envi, tiene vida eterna; y no vendr a condenacin, mas ha pasado de muerte a vida.19 CLASES DE SALVACION SALVACIN; CONDICIONAL E INCONDICIONAL. El sacrificio y la muerte de Cristo hicieron dos cosas por nosotros: nos trajo una salvacin incondicional y una salvacin condicional. A veces nos referimos a stas como salvacin general y salvacin individual. Voy a leerles lo que al respecto dijo Orson Pratt. Es una de las ms claras declaraciones que conozco, muy concisa y bien meditada. La redencin universal de la Cada para la posteridad de Adn, se ver totalmente cumplida despus que la tierra haya sido henchida con su medida de habitantes, y todos los hombres hayan sido redimidos de la tumba a la inmortalidad, y la tierra misma haya sido cambiada y hecha enteramente nueva. La misin de Cristo no est terminada hasta que venga ese tiempo. Pero la redencin universal de los efectos del pecado original, nada tiene que ver con la redencin de nuestros pecados personales; porque el pecado original de Adn y los pecados personales de sus hijos son dos cosas diferentes. El primero fue cometido por el hombre en su estado inmortal; con pleno desconocimiento del bien y el mal. Los segundos son cometidos por el hombre en su estado mortal, teniendo ya un conocimiento del bien y el mal. Los hijos de Adn no tuvieron albedro en la transgresin de sus primeros padres y, por tanto, no se les requiere ejercer albedro alguno para la redencin de su castigo. Estn redimidos del mismo sin tener necesidad de fe, de arrepentimiento, bautismo o cualquier otro acto, tanto mental como corporal. REDENCIN: CONDICIONAL E INCONDICIONAL. La redencin condicional es tambin universal en su naturaleza; se ofrece a todos, pero no es recibida por todos; es un don universal, aunque no universalmente aceptado; sus beneficios pueden ser slo obtenidos mediante la fe, arrepentimiento, bautismo, imposicin de manos y obediencia a todos los dems requisitos del evangelio. La redencin incondicional es un don impuesto a la humanidad y sta no lo puede rechazar, aunque estuviera dispuesta. No sucede as con la redencin condicional; sta puede ser recibida o rechazada de acuerdo con la voluntad de la criatura. La redencin del pecado original no requiere de fe u obras; la redencin de nuestros propios pecados slo se da por medio de la fe y las obras. Ambos son dones de la gracia gratuita; pero mientras que uno es un don que se nos impone incondicionalmente, el otro es un don que simplemente se nos ofrece condicionalmente. La redencin de uno es compulsiva; la recepcin del otro es voluntaria. El hombre no6

puede, por cualquier acto posible, evitar su redencin de la Cada; pero puede rechazar y evitar completamente su redencin del castigo de sus propios pecados.20 CRISTO REDIME TODAS LAS FORMAS DE VIDA. Necesitamos un poco ms de explicacin referente a lo que exactamente queremos decir por redencin incondicional. Eso significa restaurarnos de este estado mortal al inmortal; en otras palabras, darnos la resurreccin. Esta viene a toda criatura, no slo a los hombres sino tambin a los peces, las aves del aire y las bestias del campo, como nos lo dice el Seor en la seccin 29 de Doctrinas y Convenios.21 Todos ellos existieron espiritualmente antes de ser colocados sobre la tierra; por tanto, deben ser redimidos. La sangre de Cristo no slo redime al hombre sino que tambin redime a toda criatura del mundo entero y a la tierra misma. Eso viene como un don gratuito de Cristo, sin ninguna solicitud de nuestra parte. No podemos evitarlo. No tenemos nada que hacer con l, slo recibirlo, porque no somos responsables de la muerte. Por tanto, como dice Pablo: Porque as como en Adn todos mueren, tambin en Cristo todos sern vivificados.22 Pero la redencin condicional es la que nos colocar en el reino de Dios como sus hijos e hijas.23 LA REDENCIN Y LA SALVACIN SIGNIFICAN EXALTACIN. Quiero analizar un poco estos tres trminos: redencin, salvacin y exaltacin que se usan como sinnimos en las Escrituras. En muchos lugares donde se lea la palabra redencin o la palabra salvacin estas significan exaltacin o, en otras palabras, salvacin en el reino de Dios; y, aun as, a veces hay una diferencia de significado. Si bien estos tres trminos se usan frecuentemente en las Escrituras como sinnimos,24 en realidad la mayor parte del tiempo, tienen tambin diferentes connotaciones que describen tres etapas diferentes en el progreso eterno del hombre.25 SIGNIFICADOS ESPECIALES DE REDENCIN Y SALVACIN. Redencin es el acto de adquirir de nuevo, rescatar del cautiverio o restaurar. De esta manera Cristo se convierte en nuestro Redentor al traer, nuevamente la vida de donde fue quitada por la transgresin. Habr algunos individuos que sern redimidos de la muerte estoy hablando ahora de la muerte fsica y eso es todo. Saldrn como hijos de perdicin para morar con el diablo y sus ngeles, como se indica en la seccin 76 y otras Escrituras, Ellos no son redimidos de la muerte espiritual, que es la completa expulsin de la presencia de Dios.26 La salvacin es la preservacin de un mal inminente; liberacin del pecado y su castigo verificado en un estado futuro; tambin los medios de liberacin del mal y de la ruina. Eso es salvacin. La salvacin vendr a la gran masa de la humanidad. La redencin del alma es la resurreccin. La salvacin es encontrar un lugar en alguna parte con ese estado redimido, libre de los dominios donde su gusano no muere y el fuego no se apaga27, en toda su plenitud o, en otras palabras, la redencin de la muerte espiritual que ser pronunciada sobre los inicuos cuando el Seor les diga Apartaos, y ellos vayan a los dominios de Satans.28 La salvacin vendr a todos los que entren en el reino terrestre. Ellos recibirn un grado ms alto de salvacin que los que estn en el reino telestial. La salvacin vendr tambin a aquellos que entren en el reino celestial. Ese ser an un grado ms alto de salvacin. LA DIFERENCIA ENTRE LOS SIGNIFICADOS ESPECIALES DE REDENCIN Y SALVACIN. Exaltacin es el acto de ser ascendido o elevado, en posicin o en rango; es ser magnificado o glorificado. De la misma manera reciben exaltacin aquellos que pasan a los dioses que estn all para custodiar el7

camino a la plenitud. El reino telestial no es un reino de exaltacin; el reino terrestre no es un reino de exaltacin, aunque es ms alto que el reino telestial; y habr muchos que entrarn en el reino celestial en su condicin salva sin ser exaltados en la misma, porque en el reino celestial hay diferentes grados. Redencin, de acuerdo con el evangelio, es el don de Dios a toda criatura nacida en el mundo, de que vivir nuevamente, con derecho a la resurreccin. En las Escrituras, a menudo, se menciona a Cristo como nuestro Redentor, y as se refiere a s mismo. De acuerdo con las Escrituras, la salvacin es el don de Dios dado a todos los que no pecan contra la luz y se convierten en hijos de perdicin. La salvacin es de varias etapas o grados. Todo hombre ser juzgado de acuerdo con sus obras, y por esta razn se han establecido varios grados o reinos. La exaltacin es morar en la presencia de Dios y semejarse a El.29 OCUPAOS EN VUESTRA SALVACION LA PUERTA A LA SALVACIN ES ESTRECHA. Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que conduce a la perdicin, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosta la senda que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan.30 Aunque parezca extrao, hay muy pocas personas, muy pocas en el mundo, que creen en estas palabras de nuestro Redentor, si es que las vamos a juzgar por sus actos. Ese camino que conduce a la presencia de Dios es estrecho, lo que quiere decir que aquellos que penetran en l, lo encontrarn restringido; es angosto; no pueden llevar con ellos aquello que no se aplica o no pertenece al reino de Dios. Todas esas cosas deben dejarse atrs cuando entramos en este angosto camino que conduce a la presencia de Dios, donde podemos recibir vida eterna. Pocos son los que la hallan.31 Nunca he podido en mis enseanzas hacer que el plan del evangelio se muestre fcil: es decir, que ofrezca esperanza a aquellos que son indiferentes, o que estn descarriados, o que voluntariamente violan los mandamientos del Seor y no escuchan estas verdades cuando se les dan todas las oportunidades para obedecer la verdad.32 EL SER SLO MIEMBRO DE LA IGLESIA NO SALVA. No vamos a ser salvos en el reino de Dios slo porque nuestros nombres estn en los registros de la Iglesia. Se requiere ms que eso: Tendremos que tener nuestros nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero; esa es la evidencia de que hemos guardado los mandamientos. Toda alma que no guarde los mandamientos tendr su nombre borrado del libro...33 Oh, quisiera que nosotros los poseedores del sacerdocio tuviramos el poder de alcanzar toda alma que no es fiel, que no es humilde de corazn miembros de esta Iglesia para que podamos traerlos de vuelta a una total comprensin del evangelio. Es verdad que algunos de entre nosotros tenemos la idea de que no importa si pecamos, mientras no sea un pecado atroz, un pecado mortal, pues de todas maneras seremos salvos en el reino de Dios? Nefi vio nuestros das y dijo que la gente dira eso mismo. Pero yo les digo, no nos podemos desviar del camino de la verdad y rectitud y al mismo tiempo retener la gua del Espritu del Seor.34 No es posible, como alguno de nosotros ha supuesto, que nos deslicemos fcilmente por la vida, guardando indiferentemente los mandamientos del Seor aceptando algunas partes de la doctrina y otras no, dejndonos dominar por nuestros apetitos y deseos y, porque los hemos considerado poca cosa, hemos fallado en entender y comprender nuestro deber para con ellas y luego esperamos recibir una plenitud de gloria en el reino de Dios.358

NI LA MITAD DE LOS SANTOS DE LOS LTIMOS DAS SERN SALVOS. Aquellos que reciben la plenitud tendrn el privilegio de ver la faz de nuestro Padre. No ser tan abrumador el nmero de santos que llegar all. El presidente Francis M. Lyman muchas veces declar, y tena razn para hacerlo, creo que si salvamos la mitad de los Santos de los Ultimos Das, es decir, con una exaltacin en el reino celestial de Dios, andaramos ms que bien. No es que el Seor sea parcial, ni, como algunos pudieran decir, fije un lmite para mantener alejadas a las personas. El deseara que cada uno de nosotros entrare si lo quisisemos; pero hay leyes y ordenanzas que debemos guardar; si no observamos la ley no podremos entrar. Muchos entran a la Iglesia, como peces que son recogidos en la red, que tienen que ser clasificados y desechados nuevamente o apilados donde les corresponde. Y as ser con nosotros.36 El Salvador compar al reino, en otras palabras, a la Iglesia, con diez vrgenes, cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas;37 y no debemos tener la creencia de que porque somos miembros de la Iglesia todo est bien con nosotros y que nuestra salvacin est asegurada, es decir, nuestra exaltacin est asegurada. No es as. Debemos perseverar hasta el fin; debemos obedecer los mandamientos, guardar las ordenanzas, recibir los convenios y sellamientos, el poder de sellamiento y todos los privilegios que se obtienen en el templo del Seor, y luego vivir de acuerdo con ellos. Eso es lo que debemos hacer.38 NO SOMOS SALVOS POR LA FE DE NUESTROS PADRES. No debemos perder de vista el hecho de que ningn hombre pueda pretender la salvacin, o el sacerdocio de Dios, simplemente porque tuvo un padre fiel... Si no son fieles, entonces no recibirn el cumplimiento de la promesa. La posteridad de Jos Smith, as como la posteridad de cualquier lder de Israel, permanecer o caer sobre el propio cimiento que ellos mismos hayan construido. Y si los hijos de Jos Smith se niegan a guardar los mandamientos, las bendiciones les sern negadas; pero la obra de Dios continuar hasta la consumacin de todas las cosas.39 LA SALVACIN Y UNA TAZA DE T. Usted no puede descuidar las pequeas cosas. Oh, una taza de t es una cosa tan pequea, tan insignificante; ciertamente no importa mucho; sin duda el Seor me perdonar si bebo slo una taza de t. S, El os perdonar, porque va a perdonar a todo hombre que se arrepienta; mas, mis hermanos, si bebis caf o t, o usis tabaco, vais a permitir que una taza de t o un poco de tabaco se os interponga en el camino y os excluya del reino celestial de Dios, donde de otro modo hubierais recibido una plenitud de gloria? Oh, es una cosa tan insignificante, que el Seor nos perdonar. Bien, no hay nada que sea insignificante en la manera de pecar. No hay nada que sea insignificante en este mundo en todo su conjunto. Una taza de t, luego viene otra y luego otra y cuando las junta a todas no parecern tan insignificantes. Como algunos de nosotros aprendimos en la Primaria: De gotitas de agua se compone el mar. Granos de arena pueden tierras crear. Qu es un grano de arena? Y sin embargo la tierra justamente est compuesta de cosas como esas. No hace mucho viajaba en un automvil. Algo le pas y se neg a seguir marchando. El hombre que lo conduca era un experto y aunque yo no dispona de mucho tiempo dej que los minutos corrieran hasta que casi no me quedaba tiempo para alcanzar el tren, que estaba a 48 kilmetros de distancia. Revisamos9

todo el motor; todos los cables hacan contacto; todo estaba como deba ser; no podamos encontrar nada que anduviera mal; y aun as el coche no arrancaba. Bien le dije, ha hecho usted todo lo que sabe, menos una cosa. Hay algo que quiero pedirle que haga; abra su carburador y deje salir un poco de combustible, creo que ste tiene agua. Dej que se escurriera, cerr nuevamente la vlvula, y el auto comenz a marchar de inmediato. LOS PEQUEOS PECADOS NOS ALEJARN DE LA SALVACIN. Mas un poco de agua en el carburador era una cosa tan insignificante, slo unas cuantas gotas pero ah estaban en el camino e impidieron el progreso y casi me cost perder el tren. Vamos a suponer que llamamos salvacin a ese tren, podramos permitirnos el lujo de dejar que una pequea cosa como esa se interpusiera entre nosotros y nuestra salvacin?... Dios no va a salvar a todo hombre y mujer en el reino celestial. Si vosotros deseis llegar all, y tenis defectos; si estis cometiendo pecados; si estis violando los mandamientos del Seor, y lo sabis; ahora es el momento adecuado para arrepentiros y reformaros, y no haceros a la idea de que es una cosa tan insignificante que el Seor os perdonar; slo unos pocos azotes, slo un pequeo castigo y seremos perdonados; porque podris encontraros arrojados fuera, si insists y persists en tal conducta.40 LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA DEBEN PERSEVERAR HASTA EL FIN. A menos que sea un pecado atroz, no excomulgamos de la Iglesia a las personas. Tratamos de ensearles sus deberes; tratamos de traerles al arrepentimiento; tratamos de que comprendan la verdad. Pero despus ya en la Iglesia, si no hacen estas cosas y no escuchan nuestros consejos, podris estar seguros de que ellos sern juzgados segn sus obras. El hecho de que sean miembros de la Iglesia no les salvar. Cada hombre y cada mujer tendr que responder por sus actos cometidos en la carne. Un antiguo profeta dijo: Pero ay de aquel a quien la ley es dada; s, que tiene todos los mandamientos de Dios, como nosotros, y los quebranta, y malgasta los das de su probacin! porque su estado es terrible.41 Porque los que hemos muerto al pecado, cmo viviremos an en l?42 Toda persona bautizada que se ha arrepentido completamente, que entra a la Iglesia con un corazn quebrantado y un espritu contrito, ha hecho un convenio para continuar con ese corazn quebrantado, con ese espritu contrito, que significa un espritu arrepentido. Ella hace el convenio de que har exactamente eso.43 Se debe perseverar hasta el fin. Es esencial que perseveremos hasta el fin. En la revelacin que fue dada en la poca de la organizacin de la Iglesia, el Seor dijo as: Y sabemos que todos los hombres tienen que arrepentirse y creer en el nombre de Jesucristo, y adorar al Padre en su nombre, y perseverar con fe en su nombre hasta el fin, o no pueden ser salvos en el reino de Dios.44 PROGRESO HACIA LA SALVACIN MAS ALL DE LA TUMBA. La salvacin no viene toda a la vez; se nos manda ser perfectos como nuestro Padre que est en los cielos es perfecto. Nos llevar eternidades lograr este fin, pues habr mayor progreso ms all de la tumba, y ser ah donde los fieles vencern todas las cosas, y recobrarn todas las cosas, aun la plenitud de la gloria del Padre.45 Creo que el Seor quiso decir exactamente lo que dijo: que debemos ser perfectos como nuestro Padre que est en los cielos es perfecto. Eso no vendr todo a la vez, sino lnea por lnea, precepto por precepto,10

ejemplo por ejemplo, y an as no mientras vivamos en este estado mortal, porque tendremos que ir an ms all de la tumba antes de alcanzar esa perfeccin y llegar a ser como Dios. Pero es aqu donde echamos los cimientos. Aqu es donde se nos ensean estas sencillas verdades del evangelio de Jesucristo; en este estado de probacin, para ser preparados para esa perfeccin. Hoy debemos ser mejores de lo que fuimos ayer y maana mejores de lo que somos hoy. Por qu? Porque estamos en este camino. Si estamos guardando los mandamientos del Seor, estamos en ese camino hacia la perfeccin, y eso slo puede venir mediante la obediencia y un ferviente deseo en nuestro corazn de vencer al mundo.46 LOS IMPUROS NO PODRN SER SALVOS. Es el deber de cada hombre, tratar de ser como nuestro. Padre Eterno. Esto requiere pureza de pensamiento y accin. Se nos ensea que nada inmundo puede heredar el reino de Dios...47 Es razonable pensar que toda alma que desee ser una verdadera seguidora de Jesucristo desear, en todos los sentidos, parecerse a El tanto como sea posible.48 CMO SE LLEGA A SER SANTO. Los santos no son hechos por los papas o cualquier otra criatura. No cae dentro de la jurisdiccin de los mortales el hacer santos, ya sea cuando ellos estn vivos o despus de muertos. La santidad viene nicamente por medio de la obediencia a los mandamientos del Seor.491 2

Church News, * 12 de febrero de 1938, pg. 3. Era, ** vol. 30, pg. 949; Ams 3:7

20 21

Millennial Star, * vol. 12, pg. 69. D. y C. 29:23-24; 77:2-3.

* Un suplemento sabatino del peridico Deseret News, de Salt Lake City, Utah, E. U.A. ** Una publicacin mensual de la Iglesia que principi en 1897y se discontinu en 19703 4

* Peridico de la Iglesia, publicado en ingls de 1840 a 1970.22 23

1 Cor. 15:22. Church News, 9 de marzo de 1935, pg. 6

Abraham 3:22-28; Moiss 6:33, 48; 2 Nefi 2:24.25. Gen. And Hist. Mag., vol, 9, pg. 16; 2 Ne. 2:11.16, 27-30; Juan

24

Redencin: D. y C. 29:47-46; 43:29; 35:25-26; 45:46; 133:52; 2

Ne: 2:6-7, 26; Mosah 15:26-27; Alma 9:27; Hel. 5:10; Eter 3:1314; Mor. 7:7. Salvacin: D. y C. 6:13.25

5:28-29.5 6 7 8 9

Conf. Rep., abril de 1943, pg. 13. Salvation Universal, pg. 5; D. y C. 19:4, 15-19; 20:18-28. Conf. Rep., abril de 1944, pgs. 49-50. Mateo 7:14. Ap. 21:27; 22:14-15. D. y C. 76:112. D. y C. 76:86-89. D. y C. 29:42-44. Juan 17:1-3. D. y C. 19:10-12. Rel. Soc. Mag., vol. 7, pgs. 10-13. Church News, 22 de abril de 1939, pg. 7; D. y C. 14:7. Gen. and Hist. Mag., vol. 20, pg. 40; Ro. 8:14-17; 1 Juan 3:1-3;

Redencin: D. y C. 88:14-17, 99;

Alma

12:25;

Mor.

9:12-13. Salvacin: D. y C. 76:42-44.26 27 28 29 30 31 32

D. y C. 76:30-49; 88:32-33; 2 Ne. 9:15-16. D. y C. 76:44. D. y C. 29:41. Church News, 22 de abril de 1939, pg. 7. 3 Ne. 14:13-14; D. y C. 22:2; 132:22-25; Mt. 7:13-14. Church News, 12 de febrero de 1938, pg. 3. Conf. Rep., abril de 1923, pg. 138; 2 Ne. 9:27; Mosah 15:26-27;

10 11 12 13 14 15 16 17

Alma 34:31-35; 3 Ne. 12:20; 28:34-35.33

3 Ne. 27:16-21; 2 Ne. 31:16-21; Apo. 3:5; 13:8; 17:8; 20:12, 15;

21:27; 22:19.34

Conf. Rep., septiembre de 1950, pgs. 9-10, 12-13; 2 Ne. 28:7-9,

Ga. 4:5-7; D. y C. 76:67, 94; 93:22.18 19

20-25.35 36

Church News, 6 de mayo de 1939, pg. 8; D. y C. 132:19. Correspondencia personal; Moiss 1:39; Juan 5:24.

Rel. Soc. Mag., vol. 6, pg. 464. Mt. 13:47-50.

11

37 38 39 40 41 42 43

Mt. 25:1-13. Rel. Soc. Mag., vol. 6, pg. 469. Origin of the Reorganized Church, pg. 55; D. y C. 86:8-11. Rel. Soc. Mag., vol. 6, pgs. 472-473. 2 Ne. 9:27. Ro. 6:2. Mosah 18:8-10; D. y C. 20:37

44 45

Conf. Rep., octubre de 1941, pgs. 92-94; D. y C. 20:29. Salvation Universal, pg. 17; Mt. 5:48; 3 Ne. 12:48; D. y C.

76:56; 84:38; 93:20-22, 27,28.46 47 48 49

Conf. Rep., octubre de 1941, pg. 95. Alma 11:37; 3 Ne. 27:19; Moiss 6:57. Church News, 2 de octubre de 1953, pg. 4;3 Ne. 27:27. Correspondencia Personal.

12

CAPTULO 2 LOS GRADOS DE GLORIAREINOS DE GLORIA ES RAZONABLE CREER EN LOS GRADOS DE GLORIA. Hay preparado para cada hombre un lugar donde ser recompensado de acuerdo con sus obras. Por este motivo, Pablo ense que haba una gloria del sol, una gloria de la luna y una gloria de las estrellas, y as como las estrellas difieren en magnitud as es en la resurreccin de los muertos.1 Sin embargo, todo hombre debe arrepentirse, porque toda rodilla se doblar y toda lengua confesar que Jess es el Cristo. Nadie est eximido de este mandamiento que finalmente ser declarado.2 Por lo general se ha enseado el concepto de que el hombre ser salvo en el reino de Dios, o bien, arrojado al infierno. El estar, o en la presencia de Dios o en la presencia del diablo. No se provee ningn otro lugar donde pueda ir el hombre que no sea digno de estar en la presencia del Seor pero que ni aun as merece la condenacin con Lucifer. Es congruente tal pensamiento? Si reflexionamos seriamente, podemos creer que nuestro Padre Eterno, que es omnisapiente y justo, pueda haber dispuesto la salvacin y la condenacin sobre tales fundamentos? Consideremos este asunto con el espritu del sentido comn. Todos los principios del evangelio son razonables. Fue el Seor mismo quien declar que en la casa de su Padre haba muchas moradas.3 TODOS SERN SALVOS EXCEPTO LOS HIJOS DE PERDICIN. Es muy agradable y consolador saber que el Seor salvar a todos sus hijos, exceptuando a unos pocos que voluntariamente se rebelen contra El. Cuando sus hijos hayan pagado la pena de sus transgresiones, se liberarn de las garras de la segunda muerte para recibir un lugar en alguna parte de los grandes reinos del cielo, preparados para ellos con sus diferentes glorias y grados de salvacin.4 Es el propsito del Todopoderoso salvar a toda la humanidad, y todos entrarn en sus reinos en algn grado de gloria, excepto los hijos de perdicin que pecan ms all del poder del arrepentimiento y la redencin, y por tanto no pueden recibir el perdn de sus pecados. Todo el resto ser salvo aunque no con el mismo grado de gloria o exaltacin.5 Todo hombre ser juzgado de acuerdo con sus obras, sus oportunidades para recibir la verdad y las intenciones de su corazn. SALVACIN CELESTIAL. Aquellos que guardan toda la ley y obedecen todos los mandamientos de Dios, son herederos de la salvacin plena en el reino celestial, de cuya gloria se dice que el sol es tpico. Estos vencern todas las cosas y recibirn la plenitud de las bendiciones, poder y gloria del Padre.6 Todos los que han muerto sin un conocimiento del evangelio, o de la oportunidad de recibirlo, que lo habran aceptado si se les hubiera dado la oportunidad mientras vivan, son tambin herederos de este reino.7 SALVACIN TERRESTRE. En el reino subsiguiente, o sea el reino terrestre, entrarn todos aquellos que murieron sin ley; los espritus encerrados en prisin, a quienes visit el Hijo y predic el evangelio, para que pudieran ser juzgados segn los hombres en la carne; los que no recibieron el testimonio de Jess en la carne, mas despus lo recibieron; ...los hombres honorables de la tierra que fueron cegados por las13

artimaas de los hombres. Son los que no estaban dispuestos a recibir la plenitud de su gloria; y los que no son firmes en su testimonio de Jess; as que, no obtienen la corona en el reino de nuestro Dios.8 SALVACIN TELESTIAL. Los que entran en el reino telestial, donde sus glorias difieren, as como las estrellas del cielo difieren en magnitud y son innumerables como las arenas sobre las playas del mar, son los malvados, los inmundos que sufren en la tierra la ira de Dios, que son arrojados al infierno donde se les requerir que paguen hasta el ltimo cuadrante antes de que llegue su redencin. Estos son los que no recibieron el evangelio de Cristo y por lo tanto no pudieron negar al Espritu Santo mientras vivan en la tierra. No tienen parte en la primera resurreccin y no son redimidos del diablo y sus ngeles sino hasta la ltima resurreccin, a causa de sus vidas perversas y sus hechos malignos. Sin embargo, aun stos son herederos de la salvacin, pero antes de ser redimidos y entrar en su reino, deben arrepentirse de sus pecados, recibir el evangelio y doblar la rodilla reconociendo que Jess es el Cristo, el Redentor del mundo.9 Tanto en la gloria terrestre como en la telestial, los habitantes estarn limitados en sus poderes, oportunidades y progreso, porque como los hijos de perdicin, no quisieron gozar de lo que pudieron haber recibido.10 CONDENACIN TELESTIAL. Todos los que han sido inmundos y no quisieron recibir la verdad ni el testimonio de Jesucristo, deben sufrir los tormentos de los condenados hasta que sean purgados de su iniquidad, porque la sangre de Jesucristo no los limpiar de sus pecados sin que hayan padecido sus propios sufrimientos individuales. A pesar de eso, saldrn finalmente de la prisin. Estos son los otros muertos de los que habla Juan, que no vivirn durante el gran Milenio sino despus; y son asignados a un reino conocido como el reino telestial, y les es negado el privilegio de morar con el Padre y el Hijo, por los siglos de los siglos. El Seor har por ellos lo mejor que pueda en esas circunstancias, mas puesto que han negado su poder y han vivido en la iniquidad, no podrn recibir las bendiciones del reino de Dios.11 LAS VERDADES DEL EVANGELIO SE ENSEARN EN TODOS LOS RE!NOS. Se les ensear el evangelio a los que moren en otros reinos aparte del celestial? S, toda verdad es verdad del evangelio; y toda alma tendr que conocer a fin de cuentas el plan de salvacin, por lo menos tanto como le sea posible hacerlo. Leemos que toda rodilla se doblar y toda lengua confesar que Jesucristo es el Hijo de Dios. Al ser esto cierto, luego entonces, toda alma deber saber algo acerca de El. Pero los asuntos que se han mantenido en reserva para los fieles y que han permanecido ocultos del mundo por decreto divino desde antes de la fundacin de la tierra, no necesitan ser conocidos despus de la resurreccin ms que antes por los que no tienen derecho a recibirlos. Por ejemplo, habr convenios y obligaciones que requerirn a los que entren en la exaltacin, que de ninguna manera se aplicarn a los que no entren en ella, porque stos no reciben la plenitud. En cada reino los habitantes deben saber que han sido redimidos de la muerte y que han recibido las bendiciones que les son dadas, por medio de la misericordia de Jesucristo.12 EL REINO CELESTIAL

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EL REINO CELESTIAL ES EL REINO DE DIOS. El reino celestial es el que se menciona en las Escrituras como el Temo de Dios, el cual se manda a los hombres buscar primeramente que los dems.13 Es el lugar donde los que entran reciben la vida eterna adems de la inmortalidad. La inmortalidad es el don dado a todos los hombres para que vivan por siempre jams. La vida eterna es vivir en la presencia del Padre y del Hijo, y es la clase de vida que ellos mismos poseen. El Seor se refera al reino celestial cuando dijo: Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdicin, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.14 NATURALEZA DE LA EXALTACIN EN EL REINO CELESTIAL. Comparativamente, pocos de los hijos de los hombres hallarn la salvacin que se encuentra en el reino celestial o, en otras palabras, la exaltacin que los har herederos de Dios y coherederos con Jesucristo, aun hijos de Dios. Los que ganen esta exaltacin recibirn la plenitud del poder, la potencia y el dominio de ese reino. Ellos vencern todas las cosas. Sern coronados como sacerdotes y reyes y se asemejarn a Jesucristo. A pesar de que se ensea esta doctrina en la Biblia, la mayor parte de la humanidad la ha perdido de vista, por lo que se ha convertido en una de las enseanzas peculiares de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Das. Pablo ense: Porque todos los que son guiados por el Espritu de Dios, stos son hijos de Dios... El Espritu mismo da testimonio a nuestro espritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, tambin herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con El, para que juntamente con El seamos glorificados.15 Juan tambin ense que los que han guardado los mandamientos del Seor por completo son hijos de Dios, y cuando Cristo venga sern semejantes a l. Y dijo Juan, todo aquel que tiene esta esperanza en l, se purifica a s mismo, as como El es puro.16 Este reino celestial est gobernado por leyes inmutables. Es slo mediante la obediencia a los principios del evangelio y a las leyes que pertenecen a este reino que se obtienen sus bendiciones. Dado que la mayora de los hombres se niegan a tomar el camino de la rectitud, o a entrar por la puerta estrecha al camino angosto, lo cual los hara herederos en la casa de Dios, slo sern unos cuantos escogidos los que recibirn estas bendiciones reales.17 LA SALVACIN VIENE A LOS QUE VENCEN TODAS LAS COSAS. Nosotros estamos predicando el evangelio de salvacin en el reino celestial. Creo que sera mejor si nos acostumbrramos a hablar ms de exaltacin que de salvacin. Segn las Escrituras que se nos dan, la salvacin significa que un hombre se eleva muy por encima de sus enemigos; los conquista. Esto no quiere decir enemigos carnales, o personales, sino que significa el pecado, la transgresin de la ley; y el hombre ser salvo en la medida que vence.18 Toda alma recibir la resurreccin mediante la expiacin de Jesucristo; no importa cundo o cmo vivi, la resurreccin vendr a todo individuo; aun los que hayan vivido en la tierra y sean clasificados como hijos de perdicin, recibirn sus cuerpos, y el cuerpo y el espritu estarn inseparablemente unidos. Esta es una doctrina que parece molestar a algunos. Todos los otros que reciben la resurreccin encontrarn su lugar en uno de estos tres reinos. Pero a fin de entrar en el reino celestial, que es el reino de la exaltacin, y el reino del que se habla en las Escrituras como el reino de Dios, uno debe aceptar y permanecer en la plenitud del evangelio de15

Jesucristo, adhirindose a sus enseanzas, recibiendo las ordenanzas y siendo fiel a los convenios que pertenecen a esa salvacin. El Profeta dice que un hombre que no ha sido bautizado con agua y que no ha recibido en esta vida estas ordenanzas, puede entrar en el reino terrestre o el telestial, pero nunca podr entrar en el reino celestial sin haber cumplido con estas leyes eternas.19 Cada reino, por supuesto, es gobernado por leyes. No tenemos nada que hacer con las leyes de los reinos telestial o terrestre, en lo que a la predicacin del evangelio se refiere. Nuestra misin es predicar la salvacin en el reino de Dios, donde El y Cristo moran, que es el reino celestial. Y todos los principios del evangelio que nos han sido dados pertenecen al reino celestial. Ahora, por supuesto, si un hombre debido a su desobediencia entra en uno de los otros reinos, tendr an as que reconocer a Cristo; tendr que creer en El como el Hijo de Dios; tendr que doblar la rodilla; porque toda rodilla se doblar y toda lengua tendr que confesar finalmente que Jess es el Cristo; eso les ser requerido a todos, no solamente a los que estn dispuestos a obedecer los mandamientos y as recibir la exaltacin.20 ESTA TIERRA SE VOLVER CELESTIAL. Esta tierra se convertir en un cuerpo celestial y ser una morada adecuada slo para los seres celestiales; los dems tendrn que ir a alguna otra parte, donde les corresponda. Esta tierra ser reservada para aquellos que merezcan la exaltacin, y ellos son los mansos, de los que dijo nuestro Salvador que recibirn la tierra por heredad. Cuando el Seor dijo que los mansos recibiran la tierra por heredad, haca referencia a los que estaban dispuestos a guardar los mandamientos del Seor en rectitud y as recibir la exaltacin.21 MUCHAS TIERRAS CELESTIALES. Esta tierra en la que vivimos, como muchas otras que han pasado antes, est destinada a convertirse en una morada celestial y los justos la heredarn para siempre. Porque, para este fin fue hecha y creada, porque despus de haber llenado la medida de su creacin mortal ser coronada de gloria, aun con la presencia de Dios el Padre. Como el hombre, tambin la tierra morir, pero tambin ser revivificada, y se sujetar al poder que la vivifica, para continuar por toda la eternidad como la morada celestial del hombre.22 LOS REINOS TERRESTRE Y TELESTIAL JUZGADOS SEGN SUS OBRAS. Piensan que todos recibirn el evangelio y entrarn en la Iglesia? No. Habr una gran multitud, tan grande que no la podrn contar, que no recibir las ordenanzas de la casa del Seor las cuales la colocaran en el reino celestial y le daran las bendiciones de la exaltacin. Estos tomarn sus lugares en los mundos terrestre y telestial, donde les sern negadas muchas bendiciones y privilegios que se reservan solamente para los fieles.23 No todos los hijos del Seor son merecedores de la gloria celestial, y muchos son forzados a sufrir su ira debido a sus propias transgresiones, y esto hace que el Padre y todos los cielos sientan tristeza y lloren.24 El Seor trabaja de acuerdo con la ley natural. El hombre deber ser redimido de acuerdo con la ley, y su recompensa deber estar basada en la ley de justicia, por esto, el Seor no dar a los hombres aquello que no merezcan, sino que recompensar a todos los hombres conforme a sus obras.25 Aun cuando todos los hombres se salvarn, excepto los pocos hijos de perdicin que voluntariamente rechacen la verdad, nuestro lugar y condicin depender de nuestra integridad y disposicin para obedecer los mandamientos del Seor. Cada hombre ser colocado exactamente donde pertenezca, conforme a sus16

obras. La justicia ser impartida a todos, y cada hombre encontrar su nivel de acuerdo con lo que est dispuesto a recibir.26 LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA ESTN EN POSIBILIDAD DE HEREDAR CUALQUIER REINO. Tenemos nuestro libre albedro y muchos, muchsimos miembros de esta Iglesia, cuando lleguen al juicio y sean juzgados segn sus obras, van a ser consignados al reino telestial; otros al reino terrestre; porque esa es la ley que ellos han deseado obedecer; y recibiremos nuestra recompensa de acuerdo con la ley que obedezcamos.27 Un hombre que en la carne haya aceptado el testimonio de Jess podr heredar cualquiera de los tres reinos, de acuerdo con el grado de fidelidad que haya mostrado en guardar los mandamientos del Seor. Si observa toda la ley, tendr derecho a entrar en el reino celestial. Si est dispuesto a sujetarse slo a una parte de la ley, y rechaza los convenios que gobiernan el reino celestial, ser asignado al reino terrestre donde se encuentran otros hombres honorables, aunque l sea honesto, virtuoso y veraz. Si l entra en la Iglesia pero rechaza la luz, y lleva una vida de desobediencia y corrupcin, puede ser asignado al reino telestial y obtener aquellas bendiciones que est dispuesto a recibir, porque no quiso gozar de aqullas que pudo haber recibido.28 AQULLOS QUE NO SON VALIENTES. Estos son aquellos que no son valientes en el testimonio de Jess; as que, no obtienen la corona en el reino de nuestro Dios.29 Estos entrarn en la gloria terrestre. Quines son ellos? Todos los que rechazan recibir la plenitud de la verdad, o sujetarse a los principios y ordenanzas del evangelio sempiterno. Quiz puedan haber recibido un testimonio; quiz puedan ser capaces de testificar que saben que Jess es el Cristo; pero en su vida personal no han querido aceptar las ordenanzas esenciales para entrar en el reino celestial. Se han negado a vivir el evangelio, cuando saban que era verdadero; o han sido cegados por la tradicin o, por algn otro motivo, no han estado dispuestos a andar en la luz. Dentro de esta clase es correcto incluir a aquellos que se niegan a tomar sobre s el nombre de Cristo,30 aun cuando pertenecen a la Iglesia; y los que no estn dispuestos a salir a predicarle a un mundo perverso respecto de Jesucristo, y a ste crucificado.31 Pueden llevar vidas limpias; pueden ser honestos, industriosos, buenos ciudadanos y todo lo dems; pero no estn dispuestos a asumir parte alguna de la labor que recae sobre los miembros de la Iglesia, de llevar al cabo la gran obra de la redencin de la humanidad. Hemos conocido miembros de la Iglesia que han salido al mundo y al convivir con aquellos que no profesan nuestra fe, se han avergonzado de su condicin de Santos de los Ultimos Das. Tales personas no son valientes en el testimonio de Jess. El Seor ha dicho: Porque el que se avergonzare de m y de mis palabras en esta generacin adltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzar tambin de l, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ngeles.32 LA SALVACIN DE AQUELLOS QUE NO HAN RECIBIDO LA LEY DEL EVANGELIO. Por medio de la misin de Jesucristo se nos ha dado una ley, la ley del evangelio, y sta es obligatoria para todos los que la escuchan, que tienen conocimiento de ella; y se han tomado las medidas necesarias para que aquellos que no reciben la ley o no oigan el nombre de Cristo, aquellos que no conozcan el plan de salvacin, porque nunca les lleg en forma alguna, no estarn sujetos a las mismas restricciones y17

condenacin que los que hayan recibido la ley. Y los que no reciban la ley, sern redimidos por Cristo mediante su sangre, y no les ser requerido todo aquello que se nos requiere a nosotros.33 TODA RODILLA SE DOBLAR, TODA LENGUA CONFESAR. Quiero llamar la atencin sobre algo que frecuentemente se menciona en las Escrituras y es que se doblar toda rodilla, y jurar toda lengua.34 Me pregunto: cuntos de nosotros pensamos que si se dobla la rodilla y la lengua confiesa, es seal del perdn de los pecados y de la liberacin de los mismos, y de que el candidato est preparado para la exaltacin? Si as lo creen, estn equivocados; de ninguna manera significa eso. Vendr el tiempo cuando se doblar toda rodilla, y toda lengua confesar, y an as, la mayor parte de la humanidad ir eternamente al reino telestial. Permitidme leeros estos versculos: Vendr el tiempo cuando todos vern la salvacin del Seor; cuando todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos vern ojo a ojo, y confesarn ante Dios que sus juicios son justos. Es maravilloso cuando los hombres llegan al nivel de estar dispuestos a confesar que los juicios contra ellos son justos, y doblan la rodilla y comprenden ojo a ojo. Pero vean lo que este profeta dice ms adelante: Y entonces los malvados sern echados fuera, y tendrn motivo para aullar y llorar, lamentar y crujir los dientes; y esto porque no quisieron escuchar la voz del Seor; por tanto, el Seor no los redime. Y sin embargo confiesan. Porque son carnales y diablicos, y el diablo tiene poder sobre ellos; s, aquella antigua serpiente que enga a nuestros primeros padres, que fue la causa de su cada y que caus que toda la humanidad llegara a- ser carnal, sensual y diablica, conociendo el bien y el mal y sujetndose al diablo. De modo que, toda la humanidad estaba perdida; y he aqu, se habra perdido eternamente, si Dios no hubiese rescatado a su pueblo de su estado cado y perdido.35 De modo que no piensen que porque ellos doblan la rodilla y confiesan con la lengua o, como se lee en las otras Escrituras, ven ojo a ojo, estas cosas los exaltarn en el reino celestial de Dios, porque van a ser juzgados de acuerdo con sus obras y recibirn su dominio segn el plan que ha sido establecido y preparado conforme a la justicia, y moderado por la misericordia del Seor.36 NO HAY PROGRESO DE REINO A REINO NO SE ADELANTA DE UNO INFERIOR A UNO SUPERIOR. Se han preguntado si es posible que alguien que herede la gloria telestial adelante con el tiempo a la gloria celestial? La respuesta a esta pregunta es, no! Las Escrituras son claras al respecto. Refirindose a aquellos que van al reino telestial, la revelacin dice: Y sern siervos del Altsimo; mas a donde Dios y Cristo moran, no podrn venir, por los siglos de los siglos.37 A pesar de esta declaracin, aquellos que no comprenden la palabra del Seor argumentan que aunque esto es verdadero y ellos no podrn ir donde Dios es por los siglos de los siglos, no obstante, en su debido tiempo, irn donde Dios estuvo, pero El en ese tiempo ya se habr ido a otras alturas. Este es un razonamiento falso e ilgico, que daa, al hacer que la gente piense que puede aplazar su arrepentimiento y con el transcurso del tiempo alcanzar la exaltacin en la gloria celestial. LOS REINOS PROGRESAN EN DIFERENTES DIRECCIONES. Veamos ahora cun errado es este razonamiento. Si con el tiempo los que entren en la gloria telestial pueden progresar hasta alcanzar la etapa en que la celestial se encuentra ahora, entonces estarn en la gloria celestial no es as?, aunque la celestial18

haya avanzado. De ser ste el caso (digo esto slo para argumentar, puesto que no es cierto), entonces participan de todas las bendiciones que ahora son celestiales. Eso quiere decir que se convierten en dioses, tienen exaltacin, logran la plenitud del Padre y reciben una continuacin de las simientes para siempre jams. No obstante, el Seor ha dicho que estas bendiciones, que son celestiales, nunca las podrn obtener; estn prohibidas por siempre jams! He escuchado que se han comparado las glorias celestiales, terrestres y telestiales con las ruedas de un tren. La segunda y tercera podrn, y lograrn, alcanzar el lugar donde estaba la primera, pero la primera se habr adelantado y estar an a la misma distancia delante de ellas. Este ejemplo no es real! Las ruedas no corren sobre la misma va, y no van en la misma direccin. Las glorias terrestre y telestial estn limitadas en su poder de progreso, por los siglos de los siglos. EL PROGRESO CELESTIAL ESTA LIMITADO. En la seccin 131, el Seor dijo, por medio del profeta Jos Smith: En la gloria celestial hay tres cielos o grados; y para alcanzar el ms alto, el hombre tiene que entrar en este orden del sacerdocio [es decir, el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio]; y si no lo hace, no puede obtenerlo. Podr entrar en el otro, pero se es el lmite de su reino; no puede tener progenie.38 As vemos que aun en la gloria celestial algunos estarn excluidos y no podrn llegar a la exaltacin. En la seccin 132 se aclara an ms esto: Porque estos ngeles no se sujetaron a mi ley; por tanto, no se les puede engrandecer, sino que permanecen separada y solitariamente, sin exaltacin, en su estado de salvacin, por toda la eternidad; y en adelante no son dioses, sino ngeles de Dios para siempre jams.39 Con estos ngeles que aqu se mencionan, estn incluidos los que entran en el reino celestial pero no obtienen la gloria ms alta en ese reino. En esta misma seccin el Seor dice: De cierto, de cierto te digo, a menos que te rijas por mi ley, no puedes alcanzar esta gloria. Porque estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la exaltacin y continuacin de las vidas, y pocos son los que la hallan, porque no me recibs en el mundo, ni tampoco me conocis. Mas si me recibs en el mundo, entonces me conoceris y recibiris vuestra exaltacin; para que donde yo estoy vosotros tambin estis. Esto es vidas eternas: Conocer al nico Dios sabio y verdadero, y a Jesucristo a quien l ha enviado. Yo soy l. Recibid, pues, mi ley. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a las muertes, y muchos son los que entran por ella, porque no me reciben, ni tampoco permanecen en mi ley40 Ahora bien, si se priva para siempre a un hombre de la continuacin de las vidas, y el no tener esta bendicin significa que nos llevar a las muertes, o falta de la continuacin de las vidas o progenie, entonces no puede por los siglos de los siglos alcanzar la gloria celestial; pues la gloria celestial es la continuacin de las vidas o tener progenie eternamente; esto es ser dioses, aun los hijos de Dios. DIFERENCIAS EN LAS CLASES DE CUERPOS RESUCITADOS. En la seccin 88 de Doctrinas y Convenios se nos ensea que existe una diferencia en las clases de resurreccin. Algunos sern levantados con cuerpos celestiales; algunos con cuerpos terrestres y algunos con cuerpos telestiales; y aun otros sern levantados con cuerpos sin ningn mrito o poder de gloria, y stos sern los hijos de perdicin. Lanse los versculos 17-33. Pablo da testimonio de esto en las siguientes palabras. Pero dir alguno: Cmo resucitarn los muertos? Con qu cuerpo vendrn? Necio, lo que t siembras no se vivifica, si no muere antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano; pero Dios le da el cuerpo como l quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.19

No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves. Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales...As tambin es la resurreccin de los muertos.41 Si un hombre quiere entrar a la vida, entonces debe permanecer en la ley, guardando todos los mandamientos hasta el fin de su vida terrenal. Esta es la doctrina del profeta Jos Smith!. Habl a la gente dice, y le mostr que para obtener la salvacin no slo tenemos que hacer algunas cosas, sino todo lo que Dios ha mandado. Los hombres podrn predicar y practicar todo menos aquellas cosas que Dios nos manda hacer, y por fin se condenarn. Nosotros podremos diezmar la menta y el comino y toda clase de hierbas, y aun as dejar de obedecer los mandamientos de Dios.42

1 2 3 4 5 6 7

1 Cor. 15:39-42; Ap. 20:12-15. Is. 45:23; Ro. 14:10-11; Fil. 2:9-11, D. y C. 76:110, 88:104. Millennial Star, vol. 91, pg. 675; Juan 14:2. Era, vol. 19, pg. 428; D. y C. 63:17-18; 76:81-85. D. y C. 76:30-49; He. 6:4-8. D. y C. 76:50-70, 92-96; 84:38 88:107. Era, vol., 20, pgs. 360-361; Joseph Fielding Smith, Enseanzas

22 23 24 25 26

Era, vol. 19, pg. 431; D. y C. 88:17-26. Gen. and Hist. Mag., vol. 17, pgs. 149-150. Moiss 7:28-31. Conf. Rep., abril de 1923, pg. 137. Rel. Soc. Mag., vol. 5, pgs. 680-681; Ap. 20:12; D. y C. 1:10;

Alma 42:22-28.27 28 29 30 31 32 33

Church News, 22 de abril de 1939, pg. 8; D. y C. 88:21-33. Era, vol. 22, pg. 623. D. y C. 76:79. D. y C. 18:21-28; 20:37; Mosah 5:7-14; Alma 5:38-39. 1 Cor. 2:2. Era, vol. 22, pgs. 623-624; Mr. 8:38. Church News, 12 de febrero de 1938, pg. 3. 2 Nefi 9:25-27;

del Profeta Jos Smith, pg. 125.8 9

Era, vol. 19, pgs. 428-429; D y C. 76:71-80. Era, vol. 20, pgs. 360-361; D. y C. 76:81-90, 98-113. Era, vol. 19, pg. 429; D. y C. 88:32. Church News, 20 de Feb. de 1932, pg.8; Apo. 20:5; D. y C.

10 11

19:4, 15-19; 29:17.12 13 14 15

Correspondencia. personal. Mt. 6:33; D. y C. 6:7. Mt. 7:13-14; 3 Ne. 14:13-14. Ro. 8:14-17; D. y C. 76:50-70; 84:38; 88:107; 93:20-28; 132:19-

Mosah 3:11-12, 20-22; l 5:24-27; Alma 9:15-16; 29:5; 42:21; Helamn 15:14-15; Moro. 8:22; D. y C. 45:54; 76:72; Hechos 17:30; Ro. 2:12.34 35 36 37 38 39 40 41 42

Is. 45:23; Ro. 14:10-11; Fil. 2:9-11; D. y C. 76:110; 88:104. Mosah 16:1-4. Church News, 22 de abril de 1939, pg. 7; D. y C. 76:1OS-112. D. y C. 76:112. D. y C. 131:1-4. D. y C. 132:17. D. y C. 132:21-25. 1 Co. 15:35-41. Enseanzas del profeta Jos Smith, Joseph Fielding Smith; pg.

25.16 17 18 19

1 Juan 3:1-3; G. 4:5-7. Church News, 27 de Feb. de 1932, pg. 4. D. y C. 76:53, 60; Apo. 2:7, 11, 17, 26-28; 3:4-5, 12, 21; 21:7. Joseph Fielding Smith, Enseanzas del Profeta Jos Smith, pg.

8.20

Gen. And Hist. Mag., vol. 26, pgs. 49-50; tambin: Church

News, 5 de enero de 1935, pgs. 2, 6.21

Conf. Rep., abril de 1942, pg. 28; Mt. 5:5; Sal. 37:11.

410.

20

CAPTULO 3 ExaltacinCOHEREDEROS CON JESUCRISTO EXALTACIN: LLEGAR A SER SEMEJANTE A DIOS. Los que reciben la exaltacin en el reino celestial se les promete la plenitud de sta. Todas las cosas son suyas, sea vida o muerte, o cosas presentes o cosas futuras.1 Nuestro Padre en el cielo es infinito; es perfecto; posee todo el conocimiento y la sabidura. Sin embargo, no est celoso de su sabidura y perfeccin, sino que se glora en el hecho de que es posible que sus hijos que le obedezcan en todas las cosas y perduren hasta el fin, lleguen a ser semejantes a El. El hombre tiene dentro de s mismo el poder, que el Padre le ha conferido, de desarrollarse en la verdad, fe, sabidura y todas las virtudes, para que finalmente llegue a ser semejante al Padre y al Hijo; esta virtud, sabidura y conocimiento de parte del hombre fiel no le roba al Padre y al Hijo, sino que aumenta su gloria y dominio. As est determinado, que los que son dignos se conviertan en sus hijos y coherederos con nuestro Redentor, sean herederos del reino del Padre, y posean los mismos atributos en su perfeccin, que ahora el Padre y el Hijo poseen.2 TODO LO QUE EL PADRE TIENE. Los que son fieles en obtener el sacerdocio y magnificar su llamamiento, se convierten en miembros de la Iglesia del Primognito, y reciben todo lo que el Padre tiene; y esto es de acuerdo con un juramento y convenio que no puede quebrantarse. Ahora bien, cmo van a recibir todo lo que el Padre tiene, si se les niega algo? y si no se les niega nada, cmo pueden recibir todo lo que El tiene y no llegar a ser como El es, es decir, dioses ellos mismos?. Cmo pueden los santos recibir de su plenitud y ser iguales al Seor y no ser como El es, es decir, dioses?3 Mediante su Hijo, el Padre ha prometido que todo lo que El tiene le ser dado a los que obedecen sus mandamientos. Ellos crecern en conocimiento, sabidura y poder, yendo de gracia en gracia, hasta que la plenitud del da perfecto se despliegue ante ellos. Mediante la gloria y bendicin del Todopoderoso se convertirn en creadores. Se les dar todo poder, dominio y fuerza, y sern los nicos sobre quienes se conferir esta gran bendicin. Todos los dems, no importa cunto conocimiento, sabidura y poder puedan obtener, estarn limitados a sus diversas esferas, pues no pueden lograr la plenitud que se reserva a aquellos que pueden pasar a los ngeles y dioses que estn all para guardar el camino de esta gran exaltacin. CMO SE GANA UNA PLENITUD DE LUZ Y VERDAD. Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seris verdaderamente mis discpulos; y conoceris la verdad, y la verdad os har libres.4 Estas son las palabras de nuestro Maestro, y es la obediencia a El y a su palabra la que revela las gloras y misterios del reino del cielo. Estas no pueden ser reveladas en ninguna otra forma. Toda luz y toda verdad viene de Dios. Lo que no es de El no edifica sino que trae tinieblas. Si perseveramos en Dios; es decir, si guardamos sus mandamientos, si le adoramos y amamos su verdad; entonces vendr el tiempo en que seremos llenos de la plenitud de la verdad, que brillar ms y ms hasta21

el da perfecto. Aqu entonces, encontramos poder, sabidura, progreso, el conocimiento que es perfecto y que slo puede obtenerse perseverando en Dios mediante la obediencia a El.5 LA OBEDIENCIA COMPLETA NOS CONVIERTE EN COHEREDEROS. Ahora bien, si queremos convertirnos en herederos, coherederos con Jesucristo, poseyendo las bendiciones del reino, slo se nos requiere una cosa, y es que observemos toda ley, no solamente una parte de ella. Me pregunto, si pensis que sera razonable, justo, correcto, que el Seor nos dijese: Os dar mandamientos; vosotros los podis guardar silo deseis; podis ser indiferentes sobre el asunto si queris; guardar algunos, rechazar otros; o guardar algunos parcialmente; y yo os castigar, pero luego os compensar, y todo estar bien.6 HIJOS DE DIOS LOS FIELES SE CONVIERTEN EN HIJOS E HIJAS DE DIOS. El destino del hombre y la mujer fieles en esta Iglesia es convertirse en hijos e hijas de Dios. Ese es el gran don que el Seor ofrece a los miembros de la Iglesia.7 Juan escribi lo siguiente: Amados, ahora somos hijos de Dios, y an no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando l se manifieste, seremos semejantes a l, porque le veremos tal como l es.8 Por qu? Porque como hijos de Dios hemos vivido para ser como El; y Juan no quiso decir que le veramos en esta forma de hombre. Todo hombre posee esta forma, se arrepienta o no de sus pecados; fue creado a imagen de Dios, a su semejanza; pero cuando Cristo venga, los que han guardado los mandamientos y se presenten ante El, se vern a s mismos como le ven a El, un Hijo de Dios! Tendrn derecho a las bendiciones como hijos, como herederos. El Seor les ha prometido la plenitud de su reino para que puedan avanzar a travs de las eternidades.9 EL SACERDOCIO ES ESENCIAL PARA SER HIJOS DE DIOS. Juan estaba hablndoles a los poseedores del sacerdocio y les llama hijos de Dios. Nosotros somos los hijos de Dios y se nos ha conferido esa misma divina autoridad. En esta poca, nosotros tambin debemos estar tan agradecidos y dispuestos a servir y guardar los mandamientos del Seor, y magnificar los llamamientos que hemos recibido, como lo estuvieron antiguamente esos hombres que tambin eran los hijos de Dios. Me pregunto si nos damos realmente cuenta de la grandeza de nuestro llamamiento; s, todos los lderes de esta Iglesia, se dan cuenta de que poseen el Sacerdocio de Melquisedec? Saben que mediante su fidelidad y obediencia, de acuerdo con las revelaciones del Seor, tienen derecho a recibir todo lo que el Padre tiene; a convertirse en los hijos de Dios, coherederos con nuestro Hermano Mayor, Jesucristo, con derecho a la exaltacin en el reino celestial? Nos damos cuenta de eso? Nosotros tambin, si estamos conscientes de esto, seremos como los de la antigedad, y cada hombre que tenga esta esperanza, se purificar aun como Cristo es puro.10 LOS HIJOS DE DIOS SE CONVIERTEN EN COHEREDEROS CON CRISTO. A mentido pienso en ese pasaje de las Escrituras, relativo a que los que guardan los mandamientos del Seor y son fieles y constantes hasta el fin, poseern todo lo que el Padre tiene.11 Me parece reconfortante y glorioso. Si bien no comprendemos la grandeza de esta bendicin, aun as recibimos un rayo de luz; nuestra mente recibe la impresin de que, si hacemos las cosas que el Seor requiere de nosotros, nos convertiremos en hijos e hijas de Dios. Este es el significado real de este pasaje.22

Por tanto, como hijos e hijas, somos herederos de su reino y recibiremos por derecho propio la plenitud de la gloria y tendremos derecho a las grandes bendiciones y privilegios que el Seor nos ha revelado en la Dispensacin del Cumplimiento de los Tiempos. Pablo escribi: Porque todos los que son guiados por el Espritu de Dios, stos son hijos de Dios... El Espritu mismo da testimonio a nuestro espritu, de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, tambin herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con l, para que juntamente con l seamos glorificados.12 LOS HIJOS DE DIOS SE CONVERTIRN EN DIOSES. Si los fieles que guardan los mandamientos del Padre, son sus hijos, entonces ellos son herederos del reino y recibirn de la plenitud de la gloria del Padre, aun hasta llegar a ser semejantes al Padre. Y cmo pueden ser perfectos como nuestro Padre en el cielo es perfecto, si no son semejantes a El?. Ahora bien, si ellos vencen todas las cosas, entonces no habra cosa alguna que no puedan vencer. Si stos van a recibir de su plenitud y de su gloria, y si en sus manos el Padre les ha dado todas las cosas, entonces el Padre no ha retenido parte de la plenitud de su gloria, o cosa alguna. Y si reciben su plenitud y su gloria, y si todas las cosas son suyas, sea vida o muerte, cosas presentes o cosas futuras; todas son suyas, cmo pueden recibir estas bendiciones y no convertirse en dioses? No pueden evitarlo.13 LA OBEDIENCIA COMPLETA NOS CONVIERTE EN HOMBRES DE DIOS. Ahora bien, cmo vamos a convertirnos en hijos de Dios y, por supuesto, tambin en hijas? Cmo se logra esto? Debemos creer que por el simple hecho de: tener fe, arrepentirnos, bautizarnos para la remisin de nuestros pecados y recibir el Espritu Santo por medio de la imposicin de manos, llegaremos a ser hijos y herederos de nuestro Padre Celestial? No, se precisa ms que eso. Por supuesto que los que hacen esto son criaturas de nuestro Padre Celestial, como lo son las personas que estn fuera de la Iglesia, pero para convertirnos en hijos e hijas de Dios, herederos de Dios, y coherederos con Cristo, debemos sufrir con El, para que podamos ser glorificados con El.14 En otras palabras, debemos recibir en nuestros corazones y aceptar en nuestros corazones, todo principio del evangelio que haya sido revelado; y hasta donde podamos hacerlo, debemos vivir de acuerdo con estos principios y guardar por completo los mandamientos de Dios.15 LA INVESTIDURA Y EL SELLAMIENTO PRECEDEN A LA HERENCIA. El Seor nos ha dado privilegios y bendiciones, y la oportunidad de hacer convenios, de aceptar las ordenanzas que pertenecen a nuestra salvacin ms all de lo que se predica en este mundo; ms all de los principios de fe en el Seor Jesucristo, del arrepentimiento, del pecado, del bautismo para la remisin de pecados y la imposicin de manos para comunicar el don del Espritu Santo; y estos principios y convenios no se reciben en ninguna otra parte que no sea en el templo de Dios. Si os queris convertir en hijos o hijas de Dios y herederos en su reino, entonces debis ir a la casa del Seor y recibir las bendiciones que ah se obtienen y que no pueden ser obtenidas en ninguna otra parte. Y debis guardar esos mandamientos y esos convenios hasta el fin. Las ordenanzas del templo, las investiduras y los sellamientos, pertenecen a la exaltacin en el reino celestial, donde estn los hijos e hijas de Dios. Los hijos e hijas de Dios no estn afuera, en algn otro reino. Los hijos e hijas de Dios entran en la casa, pertenecen a la casa, tienen acceso al hogar. En la casa de mi Padre muchas moradas hay.16 Los hijos e hijas tienen acceso al hogar donde l mora, y no podis recibir ese acceso hasta que vayis al templo. Por qu? Porque debis recibir ciertas palabras claves, as23

como hacer convenios mediante los cuales podis entrar. Si tratis de entrar en la casa, y la puerta est cerrada, y no tenis la llave, cmo vais a entrar? En el templo recibs la llave que os permitir entrar. Un da encontr una llave en la calle, la llev a mi casa y abri todas las puertas. Pero, vosotros no podis encontrar una llave en la calle, porque nunca se perder esa llave que abra las puertas que permitan la entrada en las moradas de nuestro Padre. Debis ir a donde se entrega la llave. Y silo deseis cada uno podr obtener la llave; pero despus de recibirla, la podris perder al seros nuevamente quitada, a menos que permanezcis en el acuerdo que hicisteis cuando fuisteis a la casa del Seor.17 TODOS LOS HOMBRES SERN SIERVOS O HIJOS. Sabis lo que dicen las Escrituras acerca de los siervos. Los que se convierten en siervos son aquellos que no estn dispuestos a recibir estas bendiciones en la casa del Seor y permanecer en ellas. No son hijos; no son hijas. Son criaturas de Dios, es cierto, pues todos los hombres son sus criaturas, pero no heredan, y por lo tanto permanecen como siervos por toda la eternidad, porque no estuvieron dispuestos a recibir aquello que podran haber recibido, y el don que les fue conferido u ofrecido. No slo rechazaron el don, sino tambin al Dador del don. Habr muchos siervos, pero no muchos herederos: Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.18 LA IGLESIA DEL PRIMOGENITO LOS SERES EXALTADOS PERTENECEN A LA IGLESIA DEL PRIMOGNITO. Los que ganan la exaltacin en el reino celestial son aquellos que son miembros de la Iglesia del Primognito; en otras palabras, los que guardan todos los mandamientos del Seor.19 Habr muchos que a pesar de ser miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Das nunca se convertirn en miembros de la Iglesia del Primognito. Las ms altas ordenanzas del templo de Dios pertenecen a la exaltacin en el reino celestial... A fin de recibir esta bendicin, uno debe observar toda la ley; debe sujetarse a la ley mediante la cual se gobierna ese reino: Porque el que no puede sujetarse a la ley de un reino celestial, no puede vivir una gloria celestial.20 As que el ser ordenado lder, sumo sacerdote, apstol o aun presidente de la Iglesia, no es lo que nos traer la exaltacin, sino la obediencia a las leyes, ordenanzas y convenios requeridos a los que desean convertirse en miembros de la Iglesia del Primognito, tal cual son administradas en la casa del Seor. Convertirse en un miembro de la Iglesia del Primognito, segn lo entiendo, es llegar a ser uno del crculo interno. Todos nos convertimos en miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Das al ser bautizados y confirmados, y hay muchos que parecen contentarse con permanecer as, sin obtener los privilegios de la exaltacin. CMO UNIRSE A LA IGLESIA DEL PRIMOGNITO. El Seor ha hecho posible que nosotros nos convirtamos en miembros de la Iglesia del Primognito, al recibir las bendiciones de la casa del Seor y vencer todas las cosas. De este modo nos convertimos en herederos, sacerdotes y reyes, que han recibido de su plenitud y de su gloria, quienes morarn en la presencia de Dios y su Cristo para siempre jams, con exaltacin completa.21 Vale la pena tener tales bendiciones? He dicho que slo un hombre a la vez en la tierra tiene las llaves de este poder de sellamiento del sacerdocio, pero puede, y as lo hace, delegar ese poder a otros, y ellos ofician bajo su direccin en los templos del Seor. Ningn hombre puede oficiar en estas ordenanzas de sellamiento hasta que recibe la24

autoridad para hacerlo as al ser apartado por uno que tiene estas llaves, aunque tenga el sacerdocio. Toda la autoridad que se ejerce en los templos es pues, despus de todo, la autoridad centrada en un hombre. El tiene el poder y llama a otros para oficiar, y ellos sellan sobre nosotros las llaves y poderes que, mediante nuestra obediencia, nos dan derecho a convertirnos en hijos e hijas y miembros de la Iglesia del Primognito, recibiendo todas las cosas del reino. Eso es lo que podemos obtener en el templo, as que nos convertimos en miembros de la familia, hijos e hijas de Dios, no en siervos.22 EL CAMINO A LA EXALTACIN LA EXALTACIN SE OFRECE A TODOS. El Seor no desea que la gente sufra. El sufre cuando un hombre hace lo malo y debe ser castigado, y cuando deja de recibir la corona o galardn que se le ofrece a los que son fieles y veraces. El Seor quisiera que cada hombre recibiera una corona, cada hombre fuera exaltado, cada hombre se convirtiera en un hijo, y cada mujer se convirtiera en una hija para l. Pero esto no puede ser, a menos que se observen los principios de rectitud y libre albedro. Por tanto, cada alma tiene el derecho de elegir por s misma lo que ha de hacer. Este es el evangelio del mrito. Cada hombre recibir aquello que tiene derecho de recibir y cada alma ser bendecida de acuerdo con la diligencia, buena voluntad e integridad puesta al servicio del Seor. El Seor no exaltar al hombre que no guarde sus mandamientos. La mujer que rechaza la luz y se niega a permanecer en la doctrina de nuestro Redentor, no ser exaltada. Los que sean exaltados sern coronados con gloria, inmortalidad y vida eterna en la presencia de nuestro Padre.23 A fin de obtener la exaltacin debemos aceptar el evangelio y todos sus convenios; asumir las obligaciones que ofrece el Seor; andar en la luz y la comprensin de la verdad; y vivir con cada palabra que sale de la boca de Dios.24 EL MATRIMONIO CELESTIAL ES ESENCIAL PARA LA EXALTACIN. Otra cosa que no debemos olvidar en este gran plan de redencin y exaltacin, es que un hombre debe tener una esposa, y una mujer un esposo, para recibir la plenitud de la exaltacin. Deben ser sellados por tiempo y eternidad; entonces su unin durar para siempre y no podrn ser separados porque Dios los ha unido, tal como Jess les ense a los fariseos.25 Los padres tendrn derecho eterno sobre su posteridad y tendrn el don de reproducirse eternamente si obtienen la exaltacin. Este es el coronamiento glorioso en el reino de Dios, y no tendrn fin. Cuando el Seor dice que no tendrn fin, quiere decir que todos los que logran esta gloria tendrn la bendicin de la continuacin de las simientes para siempre jams. Los que no obtienen estas bendiciones vienen a las muertes, lo que significa que nunca tendrn progenie. Todos los que obtienen esta exaltacin tendrn el privilegio de llenar la medida completa de su existencia, y tendrn una posteridad que ser tan innumerable como las estrellas del cielo.26 Si deseis la salvacin en su plenitud, es decir la exaltacin en el reino de Dios, para que podis convertiros en sus hijos e hijas, tenis que entrar en el templo del Seor y recibir estas ordenanzas sagradas que pertenecen a esa casa, y que no pueden ser obtenidas en ningn otro lugar. Ningn hombre recibir la plenitud de la eternidad, de la exaltacin, por s solo; ninguna mujer recibir esa bendicin sola; sino que el hombre y su mujer, cuando reciben el poder del sellamiento en el templo del Seor, pasarn a la exaltacin, y continuarn y llegarn a ser semejantes al Seor. Y ese es el destino de los hombres; eso es lo que el Seor desea para sus hijos.2725

LOS SERES EXALTADOS SON LOS NICOS QUE GANAN LA PLENITUD DEL PADRE. Ningn hombre podr obtener esa exaltacin sin recibir los convenios que pertenecen al sacerdocio. Ninguna mujer podr obtener este gran honor y gloria sin recibir las bendiciones de la fe, arrepentimiento y bautismo, confirmacin y obediencia a los convenios que les son prometidos a ella y a su esposo en el templo del Seor. De otro modo, no habra progreso hacia la plenitud. Ningn hombre que no est dispuesto, aunque sea miembro de la Iglesia, a recibir estos convenios y asumir estas bendiciones y poderes que por convenio el Seor le ha ofrecido, alcanzar jams la plenitud. Todos ellos sern excluidos. Habr cierto lugar del que no podrn pasar. La plenitud del conocimiento, comprensin y sabidura, mediante el cual el hombre puede llegar a ser perfecto aun como Dios es perfecto, slo puede ganarse por la adhesin estricta a esas leyes eternas sobre las que se basa esta gran bendicin. Dejamos de obtenerla por nuestra falta de fidelidad, si rehusamos recibir los convenios y asumir las obligaciones que pertenecen a la exaltacin. Habr una valla que nos impedir continuar hasta esa plenitud.28 LAS INVESTIDURAS Y LOS SELLAMIENTOS PERTENECEN A LA EXALTACIN. El bautismo es la puerta para entrar al reino celestial. Todas las ordenanzas del evangelio pertenecen al reino celestial, y cualquier persona que permanezca fiel al convenio del bautismo tendr derecho de entrar ah, pero nadie podr recibir una exaltacin en el reino celestial sin las ordenanzas del templo. Las investiduras son para progresar en ese reino, y los sellamientos para nuestro perfeccionamiento, siempre y cuando guardemos nuestros convenios y obligaciones.29 Los que se han bautizado y no reciben sus investiduras en el templo, pueden entrar en el reino celestial, pero eso no significa que una persona bautizada vaya a obtener la exaltacin en ese reino. No va a alcanzar la plenitud por el solo hecho de ser bautizado. No alcanzar la plenitud aun despus que haya sido bautizado y recibido una investidura en el templo, tiene que recibir adems las otras ordenanzas, para que mediante su fidelidad y obediencia pueda convertirse en un hijo de Dios. Los primeros principios del evangelio son principios salvadores. Mediante la obediencia a los mismos, entraremos en el reino celestial de Dios. Despus, cuando lleguemos a ese reino, si hemos recibido los otros convenios, si hemos sido constantes y fieles a las otras obligaciones, progresaremos hasta llegar a ser semejantes a Dios: sus hijos, sus hijas, recibiendo una plenitud de su reino. Esa es la promesa.30 PROCURAD HACER FIRME VUESTRA VOCACIN Y ELECCIN. Los que avanzan en rectitud, viviendo con cada palabra de la verdad revelada, tienen el poder de afirmar su vocacin y eleccin. Reciben la palabra de profeca ms firmemente y saben por revelacin y la autoridad del sacerdocio que ellos estn sealados para la vida eterna. Estn sellados contra toda clase de pecado y blasfemia, con excepcin de la blasfemia contra el Espritu Santo y la de derramar sangre inocente. Pero el solo hecho de estar casados por tiempo y eternidad en el templo no les da esta garanta. Las bendiciones relacionadas con el matrimonio celestial pronunciadas sobre las parejas, estn condicionadas a la consiguiente fidelidad de los participantes. Pedro relata cmo los santos afirman su vocacin y eleccin, con estas palabras: Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Seor Jess. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llam por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandsimas promesas,26

para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupcin que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. Vosotros tambin, poniendo toda diligencia por esto mismo, aadid a vuestra fe, virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas estn en vosotros, y abundan, no os dejarn estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Seor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificacin de sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, tanto ms procurad hacer firme vuestra vocacin y eleccin; porque haciendo estas cosas, no caeris jams. Porque de esta manera os ser otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Seor y Salvador Jesucristo. . Tenemos tambin la palabra proftica ms segura, a la cual hacis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el da esclarezca y el lucero de la maana salga en vuestros corazones.31 LA EXALTACIN Y LA CREACIN DE LOS MUNDOS. Ahora bien, de acuerdo con las enseanzas del profeta Jos Smith, nosotros adoramos a nuestro Padre Celestial que gobierna en nuestro Universo, y todo lo que hacemos lo hacemos en el nombre del Hijo. Se nos informa que hay muchas tierras o mundos que fueron creados, y han sido creados para el Padre por el Hijo. Esto sucedi, por supuesto, antes de que Jesucristo naciera como nio en Beln.32 Evidentemente su Padre pas por un perodo mortal aun como El pas por la mortalidad, y como todos ahora lo estamos haciendo. Nuestro Padre Celestial, segn el Profeta, tuvo un Padre, y puesto que ha existido esta clase de condicin por toda la eternidad, cada Padre tuvo a su vez un Padre, hasta que llegamos a un punto donde no podemos seguir adelante, debido a nuestra limitada capacidad de entendimiento.33 Somos hijos e hijas de Dios en el espritu. Mediante la expiacin de Jesucristo, recibimos el espritu y los elementos inseparablemente unidos, para nunca ser divididos, de manera que nunca volvamos a morir. As nos convertimos en inmortales, y si guardamos los mandamientos que se nos dan, heredaremos la gloria celestial. Cuando recibamos esta gran bendicin, seremos hijos de Dios, coherederos con Jesucristo. El Padre nos ha prometido que mediante nuestra fidelidad seremos bendecidos con la plenitud de su reino. En otras palabras tendremos el privilegio de llegar a ser semejantes a El. Para ser semejantes a El debemos tener todos los poderes de la divinidad; de este modo cuando un hombre y su mujer sean glorificados tendrn hijos espirituales que finalmente irn a una tierra como esta, tendrn la misma clase de experiencias, estarn sujetos a condiciones mortales, y si son fieles, recibirn la plenitud de la exaltacin y participarn de las mismas bendiciones. Este desarrollo no tiene fin; seguir para siempre. Llegaremos a ser dioses y tendremos jurisdiccin sobre los mundos, y stos sern habitados por nuestra progenie. Tendremos una eternidad sin fin para esto.34 LA EXALTACIN ES DIGNA DEL ARREPENTIMIENTO Y LA OBEDIENCIA. Lo que precisamos dentro de la Iglesia, as como fuera de ella, es arrepentimiento. Necesitamos ms fe y ms determinacin de servir al Seor... Si la gente del mundo anda en obscuridad y el pecado y en contra de la voluntad del Seor, ese es el lugar donde debemos trazar la lnea. Por qu no podemos defender las27

normas de nuestra fe? Por qu no podemos andar de acuerdo con los reglamentos de la Iglesia sin importarnos lo que el mundo pueda pensar? El Seor ha revelado la plenitud de su evangelio. Hemos sido ampliamente informados respecto a todos los principios que pertenecen a la salvacin. Vale la pena que mantengamos nuestra integridad y nos mostremos fieles a nuestra creencia? Es la Perla de Gran Precio la plenitud de la gloria, honor, y vida eterna en la presencia del Padre y del Hijo digna del sacrificio que se nos pueda exigir? Estamos, como el hombre del que se habl en la antigedad, dispuestos a vender todo lo que poseemos a fin de poder comprar este campo que nos llevar al gozo y la exaltacin sempiterna como hijos e hijas de Dios?35 LA SALVACIN PARA LOS NIOS LA CULPA POR EL PECADO ORIGINAL ES UNA FALSA DOCTRINA. Existen millones de personas que a pesar de que profesan creer en Cristo, creen que los nios pequeos estn bajo condenacin y manchados por el pecado original. Esta es una abominable doctrina como jams pudo ser enseada entre los hijos de los hombres, ya que los nios pequeitos no estn manchados con el pecado. Ellos no estn sujetos al pecado hasta que llegan a la edad de responsabilidad, y pueden distinguir lo bueno de lo malo, y son responsables ante Dios de acuerdo con la edad que El mismo ha sealado, que es la de ocho aos. El bautismo de nada sirve, en el caso de los infantes, porque ellos no tienen de qu arrepentirse. El bautismo es para la remisin de los pecados.36 Cristo pag la deuda por la transgresin de Adn. Creemos que los hombres sern castigados por sus propios pecados