jóvenes que dejaron los estudios

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EL PAÍS, martes 21 de septiembre de 2010 13 ESPAÑA El 31,9% de los jóvenes de entre 18 y 24 años ha dejado los estudios sin completar la segunda etapa de ESO, según cifras de CC OO a partir de los datos del Eurostat. La media de la Unión Europea de jóvenes sin estudios en esa franja de edad es del 14,9%. El 62% de los menores de 25 años que no acabaron la ESO está en paro. Entre los que terminaron Bachillerato o FP, el paro es del 40,6%. Los menores de 29 años acaparan el 76% de los empleos perdidos entre la población que dejó los estudios en ESO. La población activa española entre 20 y 29 años es de 4.519.100 personas (según la EPA del segundo trimestre de 2010). En 2008, era de 4.957.000. A principios de 2008, el sector de la construcción daba empleo a 644.800 jóvenes de entre 20 y 29 años. Hoy son 294.500. En dos años, los jóvenes han perdido 350.300 puestos de trabajo en la construcción. En cifras Manuel Mena (28 años) dedicó una ma- ñana de 2001 a buscar trabajo. Visitó varias obras de Se- villa para entregar su tarjeta pro- fesional y ofrecerse como gruista. Empezó a las ocho y acabó a las dos. Seis horas que le sirvieron para que no le faltara empleo du- rante nueve años. “Estando traba- jando me salían contratos nuevos con mejores sueldos. No existían gruistas suficientes para todo el trabajo que había”, recuerda aho- ra al otro lado del teléfono, senta- do en una terraza de Yverdom-les- Bains, el municipio de Suiza al que emigró cuando en 2008 la burbuja inmobiliaria le estalló en la cara. “De ganar 2.000 euros al mes y pagar 500 de hipoteca pasé a cobrar 400 y tener que pagar 920”, cuenta. El perfil de Manuel es el de los más azotados por la crisis: jóve- nes que abandonaron las aulas antes de tiempo, encontraron em- pleo y dinero en la construcción y ahora se han quedado sin trabajo y con pocos (o ningún) certificado académico que le ayude a encon- trar otro empleo. Según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), entre 2007 y 2009 el paro se ha cebado con la población con menor cualificación: entre las per- sonas que se quedaron en el títu- lo de graduado escolar o en la pri- mera etapa de educación secun- daria, se perdieron 526.000 pues- tos de trabajo; de ellos, 398.000 (el 76%) eran jóvenes menores de 29 años. En el caso de los chicos, la pérdida de empleos se localiza fundamentalmente en la cons- trucción (casi el 40%). ¿Qué hacen ahora estos jóve- nes? ¿Esperan a que pase el tem- poral, retoman los estudios, se cambian de sector? Manuel Paz, de 23 años, se saca algo de dinero en el campo mientras espera las próximas pruebas de acceso al Ejército. Después de nueve años trabajando en la construcción y uno y medio en paro, quiere algo más estable. Su idea es, una vez dentro del Ejército, estudiar Ba- chillerato. “Si solo tienes el gra- duado llegas a un rango muy limi- tado”, afirma. El subdirector general de Es- trategias de Empleo del Ministe- rio de Trabajo e Inmigración, Al- fonso Prieto, cree que “lo lógico” sería que los que hace menos tiempo que se han ido del sistema educativo volvieran para comple- tar sus estudios, como mínimo hasta la Secundaria superior. Y los mayores deberían reciclarse en ocupaciones que no exijan una cualificación elevada. “El pro- blema es que eso cuesta mucho dinero. Y el dinero, que siempre es escaso, ahora es más escaso que nunca”, asume Prieto. Según Francisco Aranda, presi- dente de la Asociación de Gran- des Empresas de Trabajo Tempo- ral (AGETT), la recolocación de estos trabajadores pasa “ineludi- blemente” por la formación. La vuelta a las aulas para retomar la ESO, el Bachillerato o FP es una opción, aunque la mayoría busca una enseñanza de ciclo muy cor- to y fácil salida. “Son jóvenes muy motivados para trabajar. En la construcción ganaban mucho, pe- ro trabajaban de sol a sol”. Rafael Pacheco, Antonio José Parra y Juan Luis Márquez ma- drugaron durante años para tra- bajar en la obra y ahora están en proceso de reciclaje. Tienen en- tre 21 y 24 años y asisten a un módulo de imagen y sonido en una escuela taller de Benalup-Ca- sas Viejas (Cádiz, 7.000 habitan- tes) subvencionada por el Fondo Social Europeo a través de la Jun- ta de Andalucía. La semana pasa- da firmaron un contrato de prácti- cas que les garantiza trabajo du- rante año y medio en actos vincu- lados al Ayuntamiento a cambio de unos 400 euros al mes (el 75% del Iprem, el antiguo salario míni- mo interprofesional). “Nunca había pensado dedi- carme a esto, pero me gusta”, cuenta Juan Luis, que llegó a la construcción en 2006 “porque era donde había más trabajo. Y se ganaba bien”, admite. Ahora, aspi- ra a que la formación de la escue- la taller le sirva para cambiar de sector. “Me arrepiento de haber dejado los estudios. A mi herma- na, que empieza 1º de Bachillera- to, se lo digo claro: que no sea tonta y aproveche la oportuni- dad. A mí me gustaría estar en su lugar”. David López dirige la escuela taller a la que acuden Juan Luis y sus compañeros y recuerda có- mo, hace apenas tres años, no era raro saber de padres del pueblo que le decían a sus hijos: “¿Para qué vas a seguir estudiando si no se te da bien y trabajando en la obra puedes ganar 2.000 o 3.000 euros al mes?”. “Esa fue una de las mentalidades que tuvimos que cambiar. Les intentamos ha- cer ver que ya no van a poder trabajar tan fácilmente y que de- ben formarse en otras cosas”, apunta. Los programas de formación para el empleo que ofrecen las comunidades autónomas están muy orientados a ocupaciones pa- ra las que, se supone, ahora hay más salidas. Por eso, en los pro- gramas de 2010 de la Junta de Andalucía se han eliminado to- dos los cursos que tengan algo que ver con la construcción. Su testigo lo han tomado sectores co- mo el de la dependencia, las ener- gías renovables y el turismo. “Se- guimos de cerca la evolución del mercado para irnos adaptando”, explica Andrés Sánchez, director general de Formación del Gobier- no andaluz. Pero Alfonso Prieto, el subdirector estatal de Estrate- gias de Empleo, teme que estas ocupaciones muy específicas que ahora emergen también se satu- rarán más pronto que tarde. Hay que pensar a largo plazo, advier- te. “La gran incertidumbre ahora es cuál es el itinerario que hay que seguir hasta el cambio del modelo productivo. Hay que crear condiciones en las que em- piecen a aparecer ocupaciones que requieran nueva mano de obra. Identificar eso es el reto más importante que tiene Espa- ña. Es donde el país se juega su futuro”. “Me arrepiento de haber dejado los estudios” Los que cambiaron libros por trabajo en la construcción buscan alternativas REYES RINCÓN Sevilla Manuel Paz prepara su ingreso en el Ejército. / paco puentes Antonio José Parra, Rafael Pacheco y Juan Luis Márquez, en la escuela taller de la localidad gaditana de Benalup-Casas Viejas. / garcía cordero “La recolocación de estos jóvenes pasa por la formación”, advierte un experto Manuel pasó de ganar 2.000 y pagar 500 de casa, a cobrar 400 y pagar 920 (PRE)PARADOS / 3 Los jóvenes que dejaron los estudios para buscar trabajo en la construcción aprovechando el ‘boom’ del ladrillo se acostumbraron a tener empleo y un buen sueldo. Ahora intentan reciclarse para salir del paro

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Jóvenes que dejaron los estudios, artículo 20 septiembre de 2010 diario El País

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Page 1: Jóvenes que dejaron los estudios

EL PAÍS, martes 21 de septiembre de 2010 13

ESPAÑA

E El 31,9% de los jóvenes deentre 18 y 24 años hadejado los estudios sincompletar la segundaetapa de ESO, según cifrasde CCOO a partir de losdatos del Eurostat. La mediade la Unión Europea dejóvenes sin estudios en esafranja de edad es del 14,9%.

E El 62% de los menores de25 años que no acabaron laESO está en paro. Entre losque terminaron Bachilleratoo FP, el paro es del 40,6%.

Los menores de 29 añosacaparan el 76% de losempleos perdidos entre lapoblación que dejó losestudios en ESO.

E La población activaespañola entre 20 y 29años es de 4.519.100personas (según la EPA delsegundo trimestre de 2010).En 2008, era de 4.957.000.

E A principios de 2008, elsector de la construccióndaba empleo a 644.800jóvenes de entre 20 y 29años. Hoy son 294.500. Endos años, los jóvenes hanperdido 350.300 puestos detrabajo en la construcción.

En cifras

Manuel Mena (28años) dedicó una ma-ñana de 2001 a buscar

trabajo. Visitó varias obras de Se-villa para entregar su tarjeta pro-fesional y ofrecerse como gruista.Empezó a las ocho y acabó a lasdos. Seis horas que le sirvieronpara que no le faltara empleo du-rante nueve años. “Estando traba-jandome salían contratos nuevoscon mejores sueldos. No existíangruistas suficientes para todo eltrabajo que había”, recuerda aho-ra al otro lado del teléfono, senta-do enuna terraza deYverdom-les-Bains, el municipio de Suiza alque emigró cuando en 2008 laburbuja inmobiliaria le estalló enla cara. “De ganar 2.000 euros almes y pagar 500 de hipoteca paséa cobrar 400 y tener que pagar920”, cuenta.

El perfil de Manuel es el de losmás azotados por la crisis: jóve-nes que abandonaron las aulasantes de tiempo, encontraron em-pleo y dinero en la construcción yahora se han quedado sin trabajoy con pocos (o ningún) certificadoacadémico que le ayude a encon-trar otro empleo. Según datos dela Encuesta de Población Activa(EPA), entre 2007 y 2009 el parose ha cebado con la población conmenor cualificación: entre las per-sonas que se quedaron en el títu-lo de graduado escolar o en la pri-

mera etapa de educación secun-daria, se perdieron 526.000 pues-tos de trabajo; de ellos, 398.000(el 76%) eran jóvenes menores de29 años. En el caso de los chicos,la pérdida de empleos se localizafundamentalmente en la cons-trucción (casi el 40%).

¿Qué hacen ahora estos jóve-nes? ¿Esperan a que pase el tem-poral, retoman los estudios, secambian de sector? Manuel Paz,de 23 años, se saca algo de dineroen el campo mientras espera laspróximas pruebas de acceso alEjército. Después de nueve años

trabajando en la construcción yuno y medio en paro, quiere algomás estable. Su idea es, una vezdentro del Ejército, estudiar Ba-chillerato. “Si solo tienes el gra-duado llegas a un rangomuy limi-tado”, afirma.

El subdirector general de Es-trategias de Empleo del Ministe-rio de Trabajo e Inmigración, Al-fonso Prieto, cree que “lo lógico”sería que los que hace menostiempo que se han ido del sistemaeducativo volvieran para comple-tar sus estudios, como mínimohasta la Secundaria superior. Ylos mayores deberían reciclarseen ocupaciones que no exijanuna cualificación elevada. “El pro-blema es que eso cuesta muchodinero. Y el dinero, que siemprees escaso, ahora es más escasoque nunca”, asume Prieto.

SegúnFranciscoAranda, presi-dente de la Asociación de Gran-des Empresas de Trabajo Tempo-ral (AGETT), la recolocación deestos trabajadores pasa “ineludi-blemente” por la formación. Lavuelta a las aulas para retomar laESO, el Bachillerato o FP es unaopción, aunque la mayoría buscauna enseñanza de ciclo muy cor-to y fácil salida. “Son jóvenesmuymotivados para trabajar. En laconstrucción ganabanmucho, pe-ro trabajaban de sol a sol”.

Rafael Pacheco, Antonio JoséParra y Juan Luis Márquez ma-drugaron durante años para tra-bajar en la obra y ahora están enproceso de reciclaje. Tienen en-tre 21 y 24 años y asisten a unmódulo de imagen y sonido enuna escuela taller de Benalup-Ca-sas Viejas (Cádiz, 7.000 habitan-tes) subvencionada por el FondoSocial Europeo a través de la Jun-ta de Andalucía. La semana pasa-da firmaronun contrato de prácti-cas que les garantiza trabajo du-rante año ymedio en actos vincu-lados al Ayuntamiento a cambiode unos 400 euros al mes (el 75%del Iprem, el antiguo salariomíni-mo interprofesional).

“Nunca había pensado dedi-carme a esto, pero me gusta”,cuenta Juan Luis, que llegó a laconstrucción en 2006 “porqueera donde habíamás trabajo. Y seganababien”, admite. Ahora, aspi-ra a que la formación de la escue-la taller le sirva para cambiar desector. “Me arrepiento de haberdejado los estudios. A mi herma-na, que empieza 1º de Bachillera-to, se lo digo claro: que no seatonta y aproveche la oportuni-dad. Amíme gustaría estar en sulugar”.

David López dirige la escuelataller a la que acuden Juan Luis ysus compañeros y recuerda có-

mo, hace apenas tres años, no erararo saber de padres del puebloque le decían a sus hijos: “¿Paraqué vas a seguir estudiando si nose te da bien y trabajando en laobra puedes ganar 2.000 o 3.000euros al mes?”. “Esa fue una delas mentalidades que tuvimosque cambiar. Les intentamos ha-cer ver que ya no van a podertrabajar tan fácilmente y que de-ben formarse en otras cosas”,apunta.

Los programas de formaciónpara el empleo que ofrecen lascomunidades autónomas están

muyorientados a ocupaciones pa-ra las que, se supone, ahora haymás salidas. Por eso, en los pro-gramas de 2010 de la Junta deAndalucía se han eliminado to-dos los cursos que tengan algoque ver con la construcción. Sutestigo lo han tomado sectores co-mo el de la dependencia, las ener-gías renovables y el turismo. “Se-guimos de cerca la evolución delmercado para irnos adaptando”,explica Andrés Sánchez, directorgeneral de Formación del Gobier-no andaluz. Pero Alfonso Prieto,el subdirector estatal de Estrate-

gias de Empleo, teme que estasocupaciones muy específicas queahora emergen también se satu-rarán más pronto que tarde. Hayque pensar a largo plazo, advier-te. “La gran incertidumbre ahoraes cuál es el itinerario que hayque seguir hasta el cambio delmodelo productivo. Hay quecrear condiciones en las que em-piecen a aparecer ocupacionesque requieran nueva mano deobra. Identificar eso es el retomás importante que tiene Espa-ña. Es donde el país se juega sufuturo”.

“Me arrepientode haber dejadolos estudios”Los que cambiaron libros por trabajoen la construcción buscan alternativas

REYES RINCÓNSevilla

Manuel Paz prepara su ingreso en el Ejército. / paco puentes

Antonio José Parra, Rafael Pacheco y Juan Luis Márquez, en la escuela taller de la localidad gaditana deBenalup-Casas Viejas. / garcía cordero

“La recolocación deestos jóvenes pasapor la formación”,advierte un experto

Manuel pasó deganar 2.000 y pagar500 de casa, a cobrar400 y pagar 920

(PRE)PARADOS / 3Los jóvenes que dejaron los estudios para buscar trabajo en la construcción aprovechando el ‘boom’ del ladrillo seacostumbraron a tener empleo y un buen sueldo. Ahora intentan reciclarse para salir del paro