jusitificacion por gracia
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LA JUSTIFICACIÓN
POR GRACIA
Resumen:Lección de la escuela sabática para el 26 de Septiembre de 2009
Justificación: Probanza que se hace de la inocencia o bondad de una persona, de un acto o de una cosa, Viene a significar: absolver, declarar justo, o proporcionar sentencia favorable sobre una actuación. Gracia: Don o favor que se hace sin merecimiento particular; concesión gratuita. se entiende por gracia a un favor o don gratuito concedido por Dios para ayudar al hombre a cumplir los mandamientos, salvarse o ser santo o el acto de amor unilateral e inmerecido por el que Dios llama continuamente las almas hacia Sí La gracia de Dios es manifestada en la humanidad como regalo divino, para que el hombre sea declarado justo en el cielo.
TEXTO DE MEDITACION
Porque de su plenitud tomamos
todos, y gracia sobre gracia” (Juan 1:16).
El ser humano no tiene nada bueno en si, es por ello que se tiene que tomar gracia sobre gracia, la constante de la misma es la que nos brinda Dios
para que vivamos en el. NO POR MEDIO DE NUESTRAS OBRAS.
La gracia no es algo que podamos adquirir por nosotros mismos, es imposible adquirir algo de lo
cual no tenemos, nuestras obras no pueden comprar algo que es gratuito y dado a los
hombres que se quieran hacer de ella, precisamente es la gracia aquella que nos
brindara fuerza para luchar contra el pecado, si siendo injustos y desterrados del cielo ¿ como puedo yo tener esa gracia? No hay manera,
únicamente aceptando a Cristo y dejándose guiar por el espíritu santo es que la gracia es sobre
nosotros.
Nuestra aceptación por parte de Dios es segura solamente por medio de su amado Hijo, y las
buenas obras son únicamente el resultado de la obra de su amor perdonador. Las obras no son
ningún crédito para nosotros, y no se nos concede nada debido a nuestras buenas obras por lo cual podamos reclamar una parte en la
salvación de nuestras almas. La salvación es un don gratuito de Dios al creyente, que le es concedido solamente por Cristo. El alma
atribulada puede encontrar paz por medio de su fe en Cristo, y su paz estará en proporción a su fe y confianza. No puede presentar sus buenas obras
como un mérito para la salvación de su alma” NO POR LAS OBRAS DE LA LEY
La ley es solo eso, ley, me muestra el pecado, todo lo malo que hago delante de el cielo,
siempre me acusa de mis actos. Si me acusa de mis actos ¿ como puede justificarme? No
puede, siempre me condenara, debemos vivir obedeciendo la ley el obedecerla me hace mas humano, me hace amar a mi prójimo,
pero no me justifica el único que me justifica es Cristo quien fue el único con principio
moral de haberla vivido sin pecar, es mas si yo no tengo a Cristo la ley se convierte en
carga por que no me deja expresar mis pecados libremente
El que está intentando alcanzar el cielo por sus propias obras al guardar la ley, está intentando un imposible. El hombre no puede ser salvado sin la obediencia, pero sus obras no deben ser propias. Cristo debe efectuar en él tanto el querer como el hacer la buena voluntad de Dios. Si el hombre pudiera salvarse por sus propias
obras, podría tener algo en sí mismo por lo cual regocijarse. El esfuerzo que el hombre pueda hacer con su propia fuerza para obtener la salvación está representado por la ofrenda de Caín. Todo lo que el
hombre pueda hacer sin Cristo está contaminado con egoísmo y pecado, pero lo que se efectúa mediante la
fe es aceptable ante Dios. El alma hace progresos cuando procuramos ganar el cielo mediante los méritos
de Cristo. ‘Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe’, podemos proseguir de fortaleza en fortaleza, de victoria en victoria, pues
mediante Cristo la gracia de Dios ha obrado nuestra completa salvación”
(Fe y Obras, pág. 98).
Cuando el hombre es guiado por Dios directamente, su vida ya es dirigida por el Espíritu Santo, de manera que si es guiada por el todo
obra que este hace no es suya, no es con doble intención y es manejada por el amor y la justicia. El carácter del cristiano se
muestra por su vida diaria. Dijo Cristo: ‘Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos’ (S. Mateo
7:17). Nuestro Salvador se compara a sí mismo con una vid, de la cual sus seguidores son las ramas. Declara sencillamente que todos
los que quieren ser sus discípulos deben llevar frutos; y entonces muestra cómo pueden llegar a ser ramas fructíferas. ‘Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí
mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí’ (S. Juan 15:4).“El apóstol San Pablo describe el fruto que el cristiano ha de llevar. Él dice que es ‘en toda bondad, justicia y verdad’ (Efesios 5:9). Y de nuevo leemos: ‘Mas el fruto del
Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza’ (Gálatas 5:22, 23). Estas preciosas
gracias son sólo los principios de la ley de Dios cristalizados en la vida” (Reflejemos a Jesús, págs. 89, 90).“Mediante la unión con
Cristo, mediante la aceptación de su justicia por la fe, podemos ser hechos idóneos para realizar las obras de Dios, para ser
colaboradores con Cristo
JUSTIFICADOS GRATUITAMENTE La fe es la única condición, para que el hombre acepte tan maravilloso regalo, estamos condenados antes de nacer,
nacemos pecadores, Cristo toma ese pecado y imputa hacia su cuenta mostrando la redención de la humanidad a
través del sacrificio hecho por si mismo. La fe es la condición por la cual Dios ha visto conveniente prometer perdón a los pecadores; no porque haya virtud
alguna en la fe que haga merecer la salvación, sino porque la fe puede aferrarse a los méritos de Cristo, el remedio
provisto para el pecado. La fe puede presentar la perfecta obediencia de Cristo en lugar de la transgresión y la
apostasía del pecador. Cuando el pecador cree que Cristo es su Salvador personal, entonces, de acuerdo con la
promesa infalible de Jesús, Dios le perdona su pecado y lo justifica gratuitamente. El alma arrepentida comprende que
su justificación viene de Cristo que, como su Sustituto y Garante, ha muerto por ella, y es su expiación y
justificación”
LA JUSTIFICACIÓN POR GRACIA. la justificación por fe, es ese regalo
inmerecido que Dios otorga a la humanidad. “Aquí, está la verdad presentada con toda claridad. Esta misericordia y bondad son
totalmente inmerecidas. La gracia de Cristo ha de justificar gratuitamente al pecador sin
mérito ni pretensión de parte de él. La justificación es el perdón total y completo del pecado. En el momento en que el pecador acepta a Cristo por la fe, es perdonado. La justicia de Cristo le es imputada, y ya no ha de dudar de la gracia perdonadora de Dios”
(Reflejemos a Jesús, pág. 72).
LO QUE DIOS NOS OFRECE HOY.
Somos tan insensibles, nuestra falta de fe es muchas veces mal atendida por nosotros, nuestra preocupación se encuentra en bienes y posesiones o pretensiones de algún tipo, pero si debemos hacernos esa pregunta diariamente ¿ que estoy haciendo con mi vida? Tengo la oportunidad de
ser salvo y recibir perdón y vivir toda una eternidad, mas no la acepto ¿ porque? Por falta de fe, sabemos que pasa
pero no le creemos a Dios. Sin la gracia de Cristo, el pecador está en una condición desvalida. No puede hacer nada por sí, pero mediante la
gracia divina se imparte al hombre poder sobrenatural que obra en la mente, el corazón y el carácter. Mediante la
comunicación de la gracia de Cristo, el pecado es discernido en su aborrecible naturaleza y finalmente
expulsado del templo del alma. Mediante la gracia, somos puestos en comunicación con Cristo para ser asociados con Él en la obra de la salvación” (Mensajes Selectos,
tomo 1, pág. 430).
El mismo espíritu de Dios gime por nosotros, no solo sufrió aquí si no en aquel lugar todavía hace ese llamado para que nadie se pierda y todos tengan vida eterna. Nuestra
única esperanza es perfecta confianza en la sangre de Aquel que puede salvar hasta lo sumo a los que se allegan
a Dios mediante Él. La muerte de Cristo en la cruz del Calvario es nuestra única esperanza en este mundo, y será
nuestro tema en el mundo venidero. ¡Oh, no comprendemos el valor de la expiación! Si la
comprendiéramos, hablaríamos más acerca de ella. El don de Dios en su amado Hijo fue la expresión de un amor
incomprensible. Fue lo máximo que Dios podía hacer para mantener el honor de su ley y, sin embargo, salvar al
transgresor. ¿Por qué no debe el hombre estudiar el tema de la redención? Es el tema supremo en el cual se puede ocupar la mente humana. Si los hombres contemplaran el amor de Cristo desplegado en la cruz, su fe se fortalecería para apropiarse de los méritos de su sangre derramada, y
estarían limpios y salvados de pecado (The Signs of the Times, 30 d