juzgado tercero administrativo juicio administrativo de …
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JAL-0007/2019-III 1
JUZGADO TERCERO ADMINISTRATIVO
JUICIO ADMINISTRATIVO DE LESIVIDAD
EXPEDIENTE: JAL-0003/2019-III.
AUTORIDAD ACTORA: ******“******”, por conducto del
apoderado jurídico del fiduciario.
PARTICULAR DEMANDADA: “******, S.A. DE C.V.”
Morelia, Michoacán, a veintidós de abril de dos mil
veintiuno.
VISTOS para resolver el juicio administrativo de
lesividad número JAL-0003/2019-III, promovido por
******“******”, por conducto del apoderado jurídico del
fiduciario Banco Mercantil del Norte, Sociedad Anónima,
Institución de Banca Múltiple, Grupo Financiero BANORTE,
División Fiduciaria, institución que fusionó a BANCO DEL
CENTRO, sociedad anónima, Institución de Banca Múltiple,
Grupo Financiero Banorte, división fiduciaria; y,
R E S U L T A N D O :
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PRIMERO. Mediante oficio número 944/2019, ingresado
a la Oficialía de Partes de este Tribunal de Justicia
Administrativa del Estado de Michoacán, el veintitrés de abril
de dos mil diecinueve, la Juez Tercero de Primera Instancia en
Materia Civil de este Distrito Judicial, remitió a este órgano
jurisdiccional los autos originales que integran el juicio
ordinario civil número 1052/2017, que sobre rescisión de
contrato de promesa de compra venta y otras prestaciones
promovió el ******“******”, contra “******, sociedad anónima de
capital variable”; lo anterior, en cumplimiento de la ejecutoria
de veintiocho de febrero de dos mil diecinueve, dictada dentro
del toca número I-39/2019, por la Magistrada de la Segunda
Sala Civil del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, que
confirmó la incompetencia por razón de materia hecha valer
por la Juez mencionada en primer término (foja 2).
SEGUNDO. Por razón de turno tocó conocer del asunto
al Juzgado Tercero Administrativo de este Tribunal, quien, por
proveído de ocho de mayo de dos mil diecinueve, aceptó la
competencia declinada por la Juez Civil en favor de este
Tribunal, y, efectuó prevención al ******accionante para que
adecuara, aclarara y complementara su demanda en diversos
puntos (foja 200).
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TERCERO. En relación con dicha prevención, el
veintidós de mayo de dos mil diecinueve, la parte actora
presentó escrito de cumplimiento ante este juzgado, por tanto,
acorde con éste último y con el escrito inicial de demanda, el
******demandante compareció ante este Tribunal a demandar
lo siguiente:
“A).- la RESICIÓN DEL CONTRATO DE PROMESA DE
COMPRAVENTA, celebrado con el ahora demandado de
fecha 24 veinticuatro de junio del año 2014 dos mil catorce,
por incumplimiento del contrato, el cual se celebró con el
director en turno.
B).- La desocupación real y material de los lotes materia
del contrato de promesa de Compra-Venta, ubicado en la
Manzana IX (nueve), ******”, ubicado en el Municipio de
Ecuandureo, Michoacán, los cuales más adelante se
detallaran.
C) El pago de la pena convencional que se estipuló en
la CLÁUSULA DÉCIMA, del contrato de Promesa de
Compra-Venta, que asciende a la cantidad de
$1’451,982.57 (un millón cuatrocientos cincuenta y un mil
novecientos ochenta y dos pesos 57/100 m.n.).
D) El pago de gastos y costas que se eroguen con la
tramitación del presente Juicio.”
Señaló como particular demandada a la moral “******,
S.A. DE C.V.”.
CUARTO. Mediante proveído de veintinueve de mayo de
dos mil diecinueve, se admitió a trámite la demanda y se
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ordenó emplazar a la particular demandada para que diera
contestación dentro del término de quince días (foja 235).
QUINTO. Por proveído de cinco de julio de dos mil
diecinueve, se tuvo a la particular demandada dando
contestación a la demanda (foja 255).
SEXTO. Agotadas las etapas procesales, el día dieciséis
de abril de dos mil veintiuno, se llevó a cabo la audiencia de
desahogo de pruebas y alegatos en el presente juicio, en la
que se hizo la relación de pruebas ofertadas por las partes, y,
se ordenó poner los autos a la vista para dictar sentencia (foja
629); y,
C O N S I D E R A N D O :
PRIMERO. Este Tribunal es competente para conocer
y resolver el presente juicio de lesividad conforme con lo
dispuesto por los artículos 143, 144, 154, fracción IX; 155,
fracción I; 163 A y 163 C, fracción VII del Código de Justicia
Administrativa del Estado de Michoacán de Ocampo, y porque,
además, no se tiene impedimento para resolver lo conducente,
conforme a lo establecido por el artículo 208 del Código de la
materia.
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SEGUNDO. Resulta innecesario transcribir los
conceptos de violación que expresó la parte actora, así como
la contestación a ellos por parte de la particular demandada.
Lo anterior con apoyo en la jurisprudencia 2a./J.
58/2010, de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, de la Novena Época, registro 164618, publicada
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo
XXXI, mayo de 2010, Materia(s): Común, página 830, del rubro
y texto siguientes:
“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS. PARA
CUMPLIR CON LOS PRINCIPIOS DE CONGRUENCIA
Y EXHAUSTIVIDAD EN LAS SENTENCIAS DE
AMPARO ES INNECESARIA SU TRANSCRIPCIÓN. De
los preceptos integrantes del capítulo X "De las
sentencias", del título primero "Reglas generales", del
libro primero "Del amparo en general", de la Ley de
Amparo, no se advierte como obligación para el juzgador
que transcriba los conceptos de violación o, en su caso,
los agravios, para cumplir con los principios de
congruencia y exhaustividad en las sentencias, pues tales
principios se satisfacen cuando precisa los puntos sujetos
a debate, derivados de la demanda de amparo o del
escrito de expresión de agravios, los estudia y les da
respuesta, la cual debe estar vinculada y corresponder a
los planteamientos de legalidad o constitucionalidad
efectivamente planteados en el pliego correspondiente,
sin introducir aspectos distintos a los que conforman la
litis. Sin embargo, no existe prohibición para hacer tal
transcripción, quedando al prudente arbitrio del juzgador
realizarla o no, atendiendo a las características
especiales del caso, sin demérito de que para satisfacer
los principios de exhaustividad y congruencia se estudien
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los planteamientos de legalidad o inconstitucionalidad que
efectivamente se hayan hecho valer.”
TERCERO. Procedencia del juicio.
La procedencia del juicio administrativo es una cuestión
de orden público y estudio preferente en términos del artículo
205, último párrafo del Código de Justicia Administrativa del
Estado de Michoacán.
A ese respecto, de oficio se advierte la improcedencia
del juicio en términos del artículo 205, fracción X en relación
con el correlativo 154, fracción IX del Código de Justicia
Administrativa del Estado de Michoacán, al no contener la litis
planteada en el juicio, un acto administrativo definitivo
susceptible de ser impugnado, respecto del cual este Tribunal
pueda ejercer sus facultades de control de legalidad.
Para corroborar lo anterior, es conveniente partir de las
siguientes consideraciones relativas al modelo de jurisdicción
contencioso administrativo mixto que opera en el orden jurídico
mexicano, apuntadas por la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, en la ejecutoria mediante la
cual, resolvió la contradicción de tesis 270/2007-SS, entre las
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sustentadas por los Tribunales Colegiados Primero y
Segundo, ambos en Materias Penal y Administrativa del
Vigésimo Primer Circuito, el Segundo Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Cuarto Circuito, el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Sexto Circuito y el
Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Primer Circuito:
“…Del texto de la ejecutoria que generó los anteriores criterios se obtiene lo siguiente:
1) El modelo de jurisdicción contencioso administrativo de mera anulación tiene como finalidad restablecer el orden jurídico violado, es decir, controlar la legalidad del acto y tutelar el derecho objetivo, limitándose la sentencia a anular el acto impugnado ante el tribunal.
2) El modelo de jurisdicción contencioso administrativo de plena jurisdicción tiene como finalidad tutelar el derecho subjetivo del accionante, por lo que se obliga al tribunal a conocer y decidir en toda su extensión la reparación del derecho subjetivo del actor lesionado por el acto impugnado, por lo que su alcance no sólo es el de anular el acto, sino también el fijar los derechos del recurrente y condenar a la administración a restablecer y hacer efectivos tales derechos.
3) Nuestro modelo de jurisdicción contencioso administrativo es mixto, pues en virtud de la diversidad de materias de las que conoce el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa dependerá de cada caso en particular el establecer si su actuación debe ajustarse al modelo contencioso de anulación (en donde su actuación consiste únicamente en determinar la legalidad del acto administrativo) o al contencioso de plena jurisdicción (en donde se precisa la existencia y medida de un derecho subjetivo del particular).
4) El artículo 239, fracción III, del Código Fiscal de la Federación establece la regla de que la sentencia puede declarar la nulidad para determinados efectos, teniendo obligación el Tribunal Fiscal, en tal supuesto, de precisar claramente la forma y términos en que la autoridad debe cumplirla. Por tanto, tratándose de los
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supuestos establecidos en las fracciones II (ausencia de formalidades) o III (vicios de procedimiento) del artículo 238, el Tribunal Fiscal debe ordenar a la autoridad administrativa que, en uso de sus atribuciones y en virtud de que únicamente fueron objeto de estudio violaciones de carácter formal, emita una nueva resolución, cumpliendo con las formalidades de que ha de estar revestido el acto, o bien que reponga el procedimiento para que la nueva resolución se dicte después de reunirse todos los requisitos que deben existir previamente al pronunciamiento de la decisión, debiendo, desde luego advertirse que no toda omisión de formalidades o vicios del procedimiento tendrá como consecuencia la nulidad de la resolución, sino que, en términos del artículo 237, párrafo segundo, del Código Fiscal de la Federación, es necesario que tales omisiones o vicios afecten las defensas del particular y trasciendan al sentido de la resolución impugnada, es decir, que le ocasionen un perjuicio. Ahora bien, el artículo 239, fracción III, establece una excepción o salvedad a la regla que establece, a saber, cuando se trate de facultades discrecionales de la autoridad administrativa.
5) En consecuencia, para poder determinar cuándo debe obligar la sentencia de nulidad a la autoridad administrativa a dictar una nueva resolución y cuándo no debe tener tales efectos, debe acudirse a la génesis de la resolución impugnada para saber si se originó con motivo de un trámite o procedimiento de pronunciamiento forzoso o con motivo del ejercicio de una facultad discrecional. En el primer caso, es decir, cuando la resolución administrativa se dictó como culminación de un procedimiento donde el orden jurídico exige de la autoridad demandada un pronunciamiento, la reparación de la violación dictada no se colma con la simple declaración de nulidad de dicha resolución, sino que es preciso que se obligue a la autoridad a dictar otra para no dejar incierta la situación jurídica del administrado (como ejemplos se citan los casos en que la materia del asunto versa sobre la petición de reconocimiento de un derecho subjetivo tutelado, como cuando se impugne la negativa de devolución de lo pagado indebidamente, la negativa a reconocer el derecho a una pensión de retiro, las resoluciones sobre cumplimiento de obligaciones derivadas de contratos de obra pública y cuando la resolución impugnada fue pronunciada como culminación de un recurso administrativo). En el segundo caso, es decir cuando la resolución
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administrativa impugnada nace del ejercicio de una facultad discrecional de la autoridad, citándose como ejemplo los casos en que el artículo 42 del Código Fiscal de la Federación autoriza a la autoridad para comprobar el cumplimiento a las disposiciones fiscales, si el Tribunal Fiscal declara la nulidad de la resolución no puede, válidamente, obligar a la autoridad administrativa a que dicte nueva resolución ante la discrecionalidad que la ley le otorga para decidir si debe obrar o debe abstenerse y para determinar cuándo y cómo debe obrar, sin que el tribunal pueda sustituir a la demandada en la apreciación de las circunstancias y de la oportunidad para actuar que le otorgan las leyes, además de que ello perjudicaría al administrado en vez de beneficiarlo al obligar a la autoridad a actuar cuando ésta pudiera abstenerse de hacerlo; pero tampoco puede, válidamente, el tribunal impedir que la autoridad administrativa pronuncie nueva resolución, porque con tal efecto le estaría coartando su poder de elección.
Las anteriores conclusiones que se desprenden de la ejecutoria dictada por el Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis 2/97, cuyas consideraciones relativas han quedado transcritas con anterioridad, permiten arribar a la determinación de que, por regla general, cuando el Tribunal Fiscal declara ilegal la resolución impugnada que niega, por improcedente, la devolución de cantidades solicitadas por pago indebido o saldo a favor, con base en el artículo 238, fracción IV, del Código Fiscal de la Federación, ello implica, en principio, que el tribunal realizó el examen de fondo de la controversia planteada, por tanto, la nulidad que decrete de dicha resolución en términos de la fracción III del artículo 239 del mismo ordenamiento legal, lo obliga a establecer, además, si el contribuyente tiene derecho o no a la devolución solicitada y, en su caso, a decidir lo que corresponda, pero no puede ordenar que la autoridad demandada dicte otra resolución en la que resuelva de nueva cuenta sobre dicha petición, porque ello contrariaría el fin perseguido por la ley al atribuir en esos casos al Tribunal Fiscal plena jurisdicción, salvo que no tuviese los elementos jurídicos indispensables para emitir un pronunciamiento completo, ya que en esta hipótesis los efectos de la nulidad deben ser para que la autoridad demandada resuelva al respecto.
Consideración y conclusión diversa amerita el supuesto en que la resolución administrativa impugnada proviene del ejercicio de una facultad discrecional de la autoridad, dado que si el Tribunal
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Fiscal declara la nulidad de la resolución en términos de la fracción III del artículo 239 del Código Fiscal de la Federación no puede, válidamente, obligar a la demandada a que dicte nueva resolución ante la discrecionalidad que la ley le otorga para decidir si debe obrar o abstenerse y para determinar cuándo y cómo debe obrar, sin que el tribunal pueda sustituir a la demandada en la apreciación de las circunstancias y de la oportunidad para actuar que le otorgan las leyes, además de que ello perjudicaría al contribuyente en vez de beneficiarlo al obligar a la autoridad a actuar cuando ésta pudiera abstenerse de hacerlo; pero tampoco puede, válidamente, impedir que la autoridad administrativa pronuncie nueva resolución, pues con ello le estaría coartando su poder de elección; por lo que en este supuesto, la nulidad no puede ser decretada para determinados efectos como lo establece la primera parte de dicha fracción.
En efecto, en los casos en que opera la regla
general, como ya se dijo, el Tribunal Fiscal adopta el modelo de jurisdicción contencioso administrativo de plena jurisdicción, que tiene como finalidad tutelar el derecho subjetivo del accionante, por lo que se encuentra obligado a conocer y decidir en toda su extensión la reparación del derecho subjetivo del actor lesionado por el acto impugnado, por lo que su alcance no sólo es el de anular el acto, sino también el fijar los derechos del recurrente y condenar a la administración a restablecer y hacer efectivos tales derechos…”
Dicha ejecutoria dio origen a la jurisprudencia 2a./J.
67/2008, de la Novena Época, registro: 169851, sustentada
por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, consultable en el Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, Tomo XXVII, Abril de 2008, Materia(s):
Administrativa, página: 593, con rubro y texto siguientes:
“NEGATIVA DE DEVOLUCIÓN DE LO PAGADO INDEBIDAMENTE. CUANDO SE DECRETA SU NULIDAD CON APOYO EN LOS ARTÍCULOS 238, FRACCIÓN IV Y 239, FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO
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FISCAL DE LA FEDERACIÓN, EL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL Y ADMINISTRATIVA ESTÁ FACULTADO, POR REGLA GENERAL, ADEMÁS DE ANULAR EL ACTO, PARA REPARAR EL DERECHO SUBJETIVO DEL ACTOR Y CONDENAR A LA ADMINISTRACIÓN A RESTABLECERLO (LEGISLACIÓN VIGENTE HASTA EL 31 DE DICIEMBRE DE 2005). Cuando el indicado Tribunal declara ilegal la resolución impugnada que niega, por improcedente, la devolución de cantidades solicitadas por pago de lo indebido o saldo a favor, con base en el artículo 238, fracción IV, del Código Fiscal de la Federación, ello implica, en principio, que el Tribunal realizó el examen de fondo de la controversia planteada, por tanto, la nulidad que decrete de dicha resolución en términos de la fracción III del artículo 239 del mismo ordenamiento legal, lo obliga a establecer, además, si el contribuyente tiene derecho o no a la devolución solicitada y, en su caso, a decidir lo que corresponda, pero no puede ordenar que la autoridad demandada dicte otra resolución en la que resuelva de nueva cuenta sobre dicha petición, porque ello contrariaría el fin perseguido por la ley al atribuir en esos casos al Tribunal plena jurisdicción, que tiene como finalidad tutelar el derecho subjetivo del accionante, por lo que está obligado a conocer y decidir en toda su extensión la reparación de ese derecho subjetivo lesionado por el acto impugnado, por ello su alcance no sólo es el de anular el acto, sino también el de fijar los derechos del recurrente y condenar a la administración a restablecer y hacer efectivos tales derechos; lo anterior, salvo que el órgano jurisdiccional no cuente con los elementos jurídicos necesarios para emitir un pronunciamiento completo relativo al derecho subjetivo lesionado, pues de actualizarse ese supuesto de excepción debe ordenar que la autoridad demandada resuelva al respecto. Consideración y conclusión diversa amerita el supuesto en que la resolución administrativa impugnada proviene del ejercicio de una facultad discrecional de la autoridad, dado que si el Tribunal declara la nulidad de la resolución en términos de la fracción III del artículo 239 del Código Fiscal de la Federación no puede, válidamente, obligar a la demandada a que dicte nueva resolución ante la discrecionalidad que la ley le otorga para decidir si debe obrar o abstenerse y para determinar cuándo y cómo debe obrar, sin que el Tribunal pueda sustituir a la demandada en la apreciación de las circunstancias y de la oportunidad para actuar que le otorgan las leyes, además de que ello perjudicaría al contribuyente
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en vez de beneficiarlo al obligar a la autoridad a actuar cuando ésta pudiera abstenerse de hacerlo; pero tampoco puede, válidamente, impedir que la autoridad administrativa pronuncie nueva resolución, pues con ello le estaría coartando su poder de elección.”
Consideraciones que se encuentran en consonancia
con lo previsto por los artículos 275, fracción IV y 278, fracción
II del Código de Justicia Administrativa del Estado de
Michoacán, que disponen:
“Artículo 275. Se declarará que un acto
administrativo es ilegal, cuando se demuestre alguna
de las siguientes causales:
IV. Si los hechos que lo motivaron no se realizaron, fueron distintos o se apreciaron en forma equivocada, o bien se dictó en contravención de las normas aplicadas, dejando de aplicar las debidas;…
Artículo 278. Los efectos de la sentencia serán:
II. Decretar, total o parcialmente, la nulidad del acto
o de la resolución combatida y las consecuencias que
de éstos se deriven; debiendo precisar con claridad la
forma y términos en que la autoridad deba cumplir; …”
Conforme con lo anteriormente expuesto, es posible
advertir, esencialmente, que este Tribunal de Justicia
Administrativa, dicta, en definitiva, según corresponda, dos
tipos de resoluciones:
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a) Objetiva o de mera anulación, cuyo fin es evaluar
la legalidad de un acto administrativo y resolver sobre su
validez o nulidad; y,
b) Subjetiva o de plena jurisdicción, en la que se
contiene como materia de la decisión la conducta de una
autoridad administrativa a efecto de declarar la nulidad de la
resolución y, consecuentemente, condenarla al cumplimiento
de una obligación preterida o indebidamente no reconocida en
favor del administrado (derecho subjetivo en litigio).
Ahora bien, dicha facultad concedida a este Tribunal
para hacer la declaratoria y reconocimiento de derechos
subjetivos implica una plena jurisdicción, pero no puede
significar una sustitución en las facultades que son propias e
inherentes de la autoridad administrativa demandada, ya que
la facultad conferida al tribunal consiste en que, previa
declaratoria de nulidad, deberá pronunciarse sobre la
existencia del derecho subjetivo y formular la condena,
indicando la manera y términos en que se vincula al
demandado a un dar, hacer o no hacer, de tal suerte que se
restablezca el equilibrio jurídico violado, pero en ningún
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momento puede asumir y llevar a cabo per se una obligación
de hacer que es exclusiva de alguna de las partes.
Las premisas anteriores, permiten comprender que,
como elemento primordial y necesario en la conformación de
la litis en el juicio contencioso administrativo, se requiere la
existencia de un acto impugnado respecto del cual, sean
analizadas las consideraciones que lo rigen, a la luz de los
conceptos de anulación planteados en la demanda (o su
ampliación), la contestación a ésta (o su ampliación) y las
pruebas que aporten las partes.
Luego, respecto del llamado acto impugnado, debe
precisarse que, en virtud de que la acción contenciosa
administrativa promovida ante este Tribunal de Justicia
Administrativa, aun cuando, en esencia, sólo requiere la
afectación de un interés, no constituye una potestad procesal
contra todo acto de la Administración Pública, pues se trata de
un mecanismo de jurisdicción restringida donde la
procedencia de la vía está condicionada a que los actos
administrativos impugnados constituyan "resoluciones
definitivas", y que se encuentran mencionadas dentro de las
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hipótesis de procedencia que prevén los artículos 154 y 155
del Código de Justicia Administrativa del Estado de
Michoacán:
“Artículo 154. El Tribunal será competente para conocer y resolver en forma definitiva de las controversias que en juicio se promuevan en contra de los actos o resoluciones definitivos, dictados, ordenados, ejecutados o que se pretenda ejecutar, según corresponda, por el Poder Ejecutivo, de los actos materialmente administrativos de los poderes legislativo y judicial; de la Auditoría Superior de Michoacán, por los gobiernos municipales, por los organismos autónomos, las entidades u organismos descentralizados o desconcentrados, estatales o municipales, partidos políticos, fideicomisos y fondos públicos así como de cualquier persona física o jurídica o sindicato que reciba y ejerza recursos públicos o realice actos de autoridad; será además competente para determinación e imposición de sanciones, salvo las excepciones marcadas en la Ley:
I. Que determinen la existencia de una obligación fiscal, la fijen en cantidad líquida o den las bases para su liquidación;
II. Que nieguen la devolución de un ingreso de los regulados por las leyes fiscales indebidamente percibidos por el Estado o los municipios; o cuando se niegue por las mismas autoridades la devolución de un saldo a favor del contribuyente;
III. Que sean dictados en el procedimiento administrativo de ejecución, siempre y cuando se afirme, en los casos siguientes:
a) Que se es poseedor, a título de propietario, de los bienes embargados en el procedimiento administrativo de ejecución seguido contra otras personas; o que se es acreedor preferente al fisco, para ser pagado con el producto de los mismos; y,
b) Que un tercero sea propietario de los bienes o negociaciones, o titular de los derechos embargados; entonces podrá promover el juicio en cualquier tiempo antes de que se finque el remate, se enajenen fuera de remate o se adjudiquen los bienes a favor del fisco estatal o municipal. El tercero que afirme tener derecho a que los créditos a su favor se cubran preferentemente a los fiscales estatales o municipales, podrá promover el juicio antes de que se haya aplicado el importe del remate a cubrir el crédito fiscal. En los
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juicios que se promuevan por alguna de estas causas, no podrá discutirse la existencia del crédito fiscal;
IV. Que causen un agravio en materia fiscal o administrativa, distinto a los precisados en las fracciones anteriores, así como todos aquellos actos realizados por cualquier autoridad administrativa, estatal o municipal, fuera del procedimiento de ejecución fiscal;
V. Que impongan sanciones por infracción a las leyes y reglamentos estatales o municipales, de carácter administrativo o fiscal;
VI. Que hayan sido dictados en materia de pensiones con cargo al erario estatal o a cargo de los municipios de la Entidad, o de las instituciones estatales o municipales de seguridad social;
VII. Que se trate de resoluciones negativas fictas, configuradas por el silencio de la autoridad para dar respuesta a la instancia de un particular en el plazo que las normas fijen o, a falta de éste, en el término de treinta días;
VIII. Que se promuevan en contra de actos o resoluciones que por su naturaleza o por disposición de otras normas se consideren como competencia del Tribunal;
IX. Que se refieran a la interpretación, cumplimiento o incumplimiento de contratos administrativos, en los que sean parte el Estado o los municipios, o sus entidades paraestatales o paramunicipales;
X. Que consistan en cualquier acto u omisión definitivos de las autoridades administrativas del Estado, de los ayuntamientos y de sus entidades paraestatales o municipales, que afecten los intereses jurídicos de los particulares;
XI. Que resulten derivados de la prestación de servicios de policías municipales o estatales y las instituciones de seguridad pública;
(REFORMADA, P.O. 18 DE JULIO DE 2017) XII. Que resuelvan respecto de las faltas
administrativas graves, investigadas y substanciadas por la Auditoría Superior, la Unidad y los órganos internos de control respectivos, según sea el caso, ya sea que el procedimiento se haya seguido por denuncia, de oficio o derivado de las auditorías practicadas por las autoridades competentes;
XIII. Que sean resoluciones dictadas por las autoridades administrativas, estatales o municipales, al resolver los recursos establecidos por las normas respectivas cuando:
a) La resolución recaída a un recurso administrativo o de revisión, no satisfaga el interés jurídico del recurrente, y éste la controvierta en el juicio
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administrativo, se entenderá que simultáneamente impugna la resolución recurrida en la parte que continúa afectándolo, pudiendo hacer valer conceptos de impugnación no planteados en el recurso; y,
b) La resolución a un recurso administrativo o de revisión que lo declare por no interpuesto o improcedente, siempre que el Magistrado Instructor determine la procedencia del mismo, el juicio administrativo procederá en contra de la resolución objeto del recurso, pudiendo en todo caso hacer valer conceptos de impugnación no planteados en el recurso.
(ADICIONADA, P.O. 18 DE JULIO DE 2017) XIV. De las Responsabilidades Administrativas de
los Servidores Públicos, particulares, personas físicas o jurídicas vinculados con faltas graves promovidas por la Secretaría de la Contraloría y los Órganos Internos de control de los Órganos del Estado, o por la Auditoría Superior de Michoacán, para la imposición de sanciones en términos de lo dispuesto por la Ley de Responsabilidades Administrativas. Así como fincar a los responsables el pago de las indemnizaciones y sanciones pecuniarias que deriven de los daños y perjuicios que afecten a la Hacienda Pública Estatal y Municipal o al Patrimonio de los Órganos del Estado.
Artículo 155. Además, tendrá competencia para: I. Conocer y resolver los juicios que promuevan las
autoridades estatales o municipales o los titulares de sus entidades paraestatales o municipales, para que sean declarados nulas las resoluciones administrativas o fiscales dictadas por ellas mismas, favorables a los particulares;
II. Para conocer y resolver de los recursos de aclaración y reconsideración que se promuevan conforme a lo dispuesto en este Código;
III. Para celebrar convenios de coordinación y colaboración con la Federación en las áreas de su competencia;
IV. Para conocer de los juicios en contra de actos administrativos de carácter general, en los términos del artículo 9 de este Código, cuando sean autoaplicativos o cuando el interesado los controvierta en unión del primer acto de aplicación; y,
V. Para conocer de juicios de pago de daños y perjuicios derivado de actos o resoluciones consumados de manera irreparable en perjuicio del particular por las autoridades administrativas.”
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Ahora bien, a efecto de determinar el alcance de la voz
definitividad para efectos del juicio contencioso administrativo,
debe considerarse la naturaleza jurídica de la resolución, sea
ésta expresa o ficta, la cual debe constituir el producto final o
la voluntad definitiva de la Administración Pública, que suele
ser de dos formas:
a) como última resolución dictada para poner fin a un
procedimiento; y,
b) como manifestación aislada que no requiere de un
procedimiento que le anteceda para poder reflejar la última
voluntad oficial.
Así, cuando se trate de actos aislados expresos o fictos
de la Administración Pública serán definitivos en tanto
contengan una determinación o decisión cuyas características
impidan reformas que ocasionen agravios a los gobernados.
Conforme con todo lo expuesto, resulta de evidente
constatación que, si bien es cierto que este Tribunal, en el
ejercicio de sus facultades de plena jurisdicción con que se
encuentra dotado, puede pronunciarse respecto de la
existencia de un derecho subjetivo, a efecto de que, según
sea el caso, se condene el cumplimiento de una obligación
preterida o indebidamente no reconocida en favor del
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administrado; también es verdadero que, atendiendo a la
naturaleza del juicio contencioso administrativo local, tal
pronunciamiento presupone, necesariamente, la declaración
de ilegalidad de las consideraciones que sustentan el acto
o resolución administrativa impugnada, entendido éste como
el producto final o la voluntad definitiva de la Administración
Pública para con la situación jurídica concreta del particular.
Tan es así lo anterior que, efectivamente, no cabe esa
constatación cuando se reconoce la validez del acto
impugnado, pues en ese caso no podrá haber algún
pronunciamiento sobre el derecho subjetivo a realizar una
conducta, como tampoco cuando la nulidad decretada se
produce por la falta de fundamentación o motivación del acto
administrativo impugnado, dado que, en ese supuesto, al
desconocerse las razones que sustentan su determinación, no
cabe que el órgano jurisdiccional se sustituya a la autoridad
para negar la pretensión del gobernado elevada a la
administración, con argumentos no externados por ésta en
ejercicio de su potestad para decidir sobre lo pedido.
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Es así, porque la facultad de constatación referida no es
una carta abierta para ignorar la litis y negar o reconocer lo
solicitado ante la autoridad administrativa, con razones no
expuestas en la resolución impugnada, sino que deviene
como consecuencia de haber declarado la ilegalidad de las
consideraciones que la sustentan. Abona a esta conclusión el
artículo 255 del Código de Justicia Administrativa del Estado
de Michoacán, pues si establece que la demandada en su
contestación no puede cambiar los fundamentos de derecho
que sostuvo en la resolución impugnada; con mayor razón, el
tribunal administrativo no puede variar los fundamentos de
dicha resolución para reconocer su validez y negar la
pretensión elevada a la autoridad demandada, ya que esa
prohibición tiene como razón principal no sólo el principio de
congruencia en la sentencia, sino también el denominado non
reformatio in peius que rige en todo medio de defensa y opera
en el caso, como una modalidad de tutela a la congruencia
procesal, protegida en el artículo 17 de la Carta Magna.
De ahí, que la constatación de la existencia de un
derecho subjetivo en ejercicio de la jurisdicción plena con que
cuenta este Tribunal, se aplique en aquellos casos en que,
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declarada la nulidad lisa y llana del acto impugnado por su
ilegalidad, la autoridad administrativa deba emitir una
determinación que dé solución final a lo gestionado, pero que,
por economía procesal el Tribunal, en aras de una pronta y
completa resolución de lo solicitado en la instancia de origen,
tiene la facultad de determinar que el actor no obtenga un
beneficio indebido por la restitución de un derecho que no está
en su esfera jurídica o que no ha sido demostrado; o bien,
cuando los elementos probatorios a su alcance revelan la
existencia de ese derecho, el particular no tenga que esperar
la resolución de la autoridad administrativa para obtener la
restitución del derecho o la devolución correspondiente.
Sirven de apoyo a lo anterior, las tesis siguientes:
Tesis: IV.2o.A.136 A (10a.), de la Décima Época,
registro: 2013828, sustentada por el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Cuarto Circuito,
consultable en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Libro 40, Marzo de 2017, Tomo IV, Materia(s):
Administrativa, página: 2707, con rubro y texto siguientes:
“FACULTAD DEL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA ADMINISTRATIVA DE CONSTATAR LA EXISTENCIA DEL DERECHO SUBJETIVO DEL ACTOR PARA OBTENER SU RESTITUCIÓN O LA
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DEVOLUCIÓN DE UNA CANTIDAD. SU EJERCICIO PRESUPONE LA DECLARACIÓN DE ILEGALIDAD DE LAS CONSIDERACIONES QUE SUSTENTAN LA RESOLUCIÓN IMPUGNADA. La regla general sobre la litis en el juicio contencioso administrativo es que se integra con las consideraciones que rigen el acto impugnado, los conceptos de anulación de la demanda (o su ampliación), la contestación a ésta (o a la ampliación) y las pruebas que ofrezcan las partes. Como excepción, destaca la prevista en el artículo 50, penúltimo párrafo, de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, cuya aplicación se encuentra vinculada con el diverso 22 del propio ordenamiento, subordinados al artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Esto es, del artículo primeramente citado se advierte que, cuando se declare la ilegalidad de la resolución impugnada y, en consecuencia, proceda restituir un derecho subjetivo o la devolución de una cantidad al actor, previamente debe constatarse el derecho que tiene éste para ello. Por tanto, la obligación de constatar ese derecho subjetivo opera cuando, declarada la ilegalidad de la resolución, se produce la nulidad lisa y llana del acto, y devendría entonces necesaria la obligación de la autoridad administrativa de emitir una determinación que dé solución final a lo gestionado, libre de los motivos de ilegalidad estudiados, pero no exenta de la constatación de que el particular realmente tenga derecho a la restitución del derecho o a la devolución pretendidos, pues en este aspecto el precepto citado refleja con claridad el modelo de plena jurisdicción del Tribunal Federal de Justicia Administrativa. Así, no cabe esa constatación cuando se reconoce la validez del acto impugnado, pues en ese caso no podrá haber algún pronunciamiento sobre el derecho subjetivo a realizar una conducta, como tampoco cuando la nulidad decretada se produce por la falta de fundamentación o motivación del acto administrativo impugnado, dado que, en ese supuesto, al desconocerse las razones que sustentan su determinación, no cabe que el órgano jurisdiccional se sustituya a la autoridad para negar la pretensión del gobernado elevada a la administración, con argumentos no externados por ésta en ejercicio de su potestad para decidir sobre lo pedido. Es así, porque la facultad de constatación referida no es una carta abierta para ignorar la litis y negar lo solicitado ante la autoridad administrativa, con razones no expuestas en la resolución impugnada, sino que deviene como consecuencia de haber declarado la ilegalidad de las
JAL-0007/2019-III 23
consideraciones que la sustentan. Abona a esta conclusión el artículo 22 mencionado, pues si establece que la demandada en su contestación no puede cambiar los fundamentos de derecho que sostuvo en la resolución impugnada; con mayor razón, el tribunal administrativo no puede variar los fundamentos de dicha resolución para reconocer su validez y negar la pretensión elevada a la autoridad demandada, ya que esa prohibición tiene como razón principal no sólo el principio de congruencia en la sentencia, sino también el denominado non reformatio in peius que rige en todo medio de defensa y opera en el caso, como una modalidad de tutela a la congruencia procesal, protegida en el artículo 17 de la Carta Magna. De ahí que la constatación del derecho a la restitución o a la devolución se aplique en aquellos casos en que, declarada la nulidad lisa y llana del acto impugnado por su ilegalidad, la autoridad administrativa deba emitir una determinación que dé solución final a lo gestionado, pero que, por economía procesal la Sala, en aras de una pronta y completa resolución de lo solicitado en la instancia de origen, tiene la facultad de determinar que el actor no obtenga un beneficio indebido por la restitución de un derecho que no está en su esfera jurídica o que no ha sido demostrado; o bien, cuando los elementos probatorios a su alcance revelan la existencia de ese derecho, el particular no tenga que esperar la resolución de la autoridad administrativa para obtener la restitución del derecho o la devolución correspondiente.”
Tesis: I.20o.A.28 A (10a.), de la Décima Época, registro:
2018090, sustentada por el Vigésimo Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, consultable en la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 59,
Octubre de 2018, Tomo III, Materia(s): Administrativa, página:
2489, de rubro y texto siguientes:
“SALAS DEL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA ADMINISTRATIVA. SU OBLIGACIÓN PARA CONSTATAR EL DERECHO SUBJETIVO DEL ACTOR, PREVIO A CONDENAR A SU RESTITUCIÓN O A LA DEVOLUCIÓN DE UNA
JAL-0007/2019-III 24
CANTIDAD, DEBE ESTAR DIRECTAMENTE VINCULADA CON LOS HECHOS EXPUESTOS EN LA DEMANDA Y EN SU CONTESTACIÓN, PARA NO VARIAR LA LITIS. En términos del artículo 50, penúltimo párrafo, de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, en el caso de las sentencias en las que se condene a la autoridad a la restitución de un derecho subjetivo violado o a la devolución de una cantidad, las Salas del Tribunal Federal de Justicia Administrativa deberán constatar, previamente, además de la ilegalidad de la resolución impugnada, el derecho subjetivo del actor; empero, el ejercicio de esta última acción debe estar directamente vinculado con los hechos expuestos en la demanda y en su contestación, para no variar la litis, ya que por disposición del tercer párrafo del propio precepto, las Salas podrán examinar en su conjunto los agravios y causales de ilegalidad, así como los demás razonamientos de las partes, a fin de resolver la cuestión efectivamente planteada, pero sin cambiar los hechos expuestos en la demanda y en su contestación; es decir, no pueden examinar argumentos que no fueron materia de la controversia, pues llegarían al extremo de introducir aspectos novedosos que dejarían en estado de indefensión a las partes, al impedirles cuestionar dentro del procedimiento temas que no consideraron.”
Tesis: I.4o.A.370 A, de la Novena Época, registro:
185026, sustentada por el Cuarto Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, consultable en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XVII,
Enero de 2003, Materia(s): Administrativa, página: 1885, de
rubro y texto siguientes:
“TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL Y ADMINISTRATIVA. SENTENCIAS QUE DECLARAN Y RECONOCEN DERECHOS SUBJETIVOS. De la interpretación de los artículos 237 y 239 del Código Fiscal de la Federación, se desprende que el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa dicta en definitiva dos tipos de resoluciones: a) Objetiva o de
JAL-0007/2019-III 25
mera anulación, cuyo fin es evaluar la legalidad de un acto administrativo y resolver sobre su validez o nulidad; y, b) Subjetiva o de plena jurisdicción, en la que se contiene como materia de la decisión la conducta de una autoridad administrativa a efecto de declarar la nulidad de la resolución y, consecuentemente, condenarla al cumplimiento de una obligación preterida o indebidamente no reconocida en favor del administrado (derecho subjetivo en litigio). Ahora bien, la facultad concedida al Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa para hacer la declaratoria y reconocimiento de derechos subjetivos implica una plena jurisdicción, pero no puede significar una sustitución en las facultades que son propias e inherentes de la autoridad administrativa demandada, ya que la facultad conferida actualmente al tribunal establece que, previa la declaratoria de nulidad, deberá pronunciarse sobre la existencia del derecho subjetivo y formular la condena, indicando la manera y términos en que se vincula al demandado a un dar, hacer o no hacer, de tal suerte que se restablezca el equilibrio jurídico violado, pero en ningún momento puede asumir y llevar a cabo per se una obligación de hacer que es exclusiva de alguna de las partes. De tal suerte que para este supuesto deben seguirse las reglas que al efecto regula el Código Federal de Procedimientos Civiles en sus artículos 222, 352 y 420 al 426, de aplicación supletoria al juicio contencioso administrativo, pudiendo ser contenido de la condena determinada o determinable, según sea el caso, la pretensión deducida y el esclarecimiento conceptual de lo que corresponde llevar a cabo a las partes.”
Ahora, en el caso concreto, del escrito inicial de
demanda y de cumplimiento a la prevención realizada en
autos, se desprende que la parte accionante planteó la
controversia traída a juicio en los términos siguientes:
“P R E S T A C I O N E S
A).- la RESICIÓN DEL CONTRATO DE PROMESA DE
COMPRAVENTA, celebrado con el ahora demandado de
fecha 24 veinticuatro de junio del año 2014 dos mil catorce,
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por incumplimiento del contrato, el cual se celebró con el
director en turno.
B).- La desocupación real y material de los lotes materia
del contrato de promesa de Compra-Venta, ubicado en la
Manzana IX (nueve), ******”, ubicado en el Municipio de
Ecuandureo, Michoacán, los cuales más adelante se
detallaran.
C) El pago de la pena convencional que se estipuló en
la CLÁUSULA DÉCIMA, del contrato de Promesa de
Compra-Venta, que asciende a la cantidad de
$1’451,982.57 (un millón cuatrocientos cincuenta y un mil
novecientos ochenta y dos pesos 57/100 m.n.).
D) El pago de gastos y costas que se eroguen con la
tramitación del presente Juicio.
…
SEGUNDO: respecto al inciso b) de la página cuarta,
quinto párrafo señalamos que conforme con lo estipulado
por el artículo 193 del Código de Justicia Administrativa del
Estado, LA ACCIÓN INTENTADA es la nulidad de los actos
administrativos consistentes en el contrato de promesa de
compraventa origen de las obligaciones conjuntas, la
nulidad de actos administrativos emanados de una prueba
documental que no fue presentada en el principal
consistente en el Convenio de especificaciones técnicas,
así como la indemnización de daños y perjuicios conforme
al mismo documento (contrato de promesa de compraventa
signado con el demandado) de la obligación de fecha 24 de
junio de 2014 en específico en la cláusula Décima relativa
a la pena convencional por incumplimiento del mismo por
la cantidad de $1’451,982.57 (un millón cuatrocientos
cincuenta y un mil novecientos ochenta y dos pesos 57/100
M.N.).
…
TERCERO: respecto al inciso c) de la página quinta,
primer párrafo señalamos como conceptos de violación los
siguientes:
A) La acción de lesividad se relaciona con la estabilidad
de los actos administrativos, por tanto, nuestra entidad
gubernamental (******de ****** a través de nuestra
Fiduciaria) no puede, en principio, revocar sus decisiones,
JAL-0007/2019-III 27
sin previamente declararlas lesivas e impugnarlas
judicialmente;
B) Para deducir la pretensión, la entidad debe tener
interés directo, es decir, debe tener la titularidad de un
derecho derivado del ordenamiento que considere
infringido por el acto;
C) La contienda se entabla entre la administración que
pretende que no prevalezca una resolución que estima
ilegal y lesiva a sus intereses, y el administrado que obtuvo
en su provecho, un beneficio o favor del derecho derivado
del acto supuestamente lesivo, derivado de que el ahora
demandado iba a tener un beneficio respecto de los lotes
1, 2, 7 y 8, ( uno, dos, siete y ocho) de la manzana IX nueve,
en el “Parque Industrial Región Zamora”, ubicado en el
Municipio de Ecuandureo Michoacán, los cuales en
conjunto hacen superficie total de 27,499.67 Mts
(veintisiete mil cuatrocientos noventa y nueve metros con
sesenta y siete centímetros cuadrados), a cambio del
desarrollo de infraestructura que de igual manera le
beneficiaría directamente y que el ahora demandado
claramente ha incumplido.
D) Si se tiene en mente que la función que desempeña
la Administración Pública, la cual consiste básicamente en
satisfacer las necesidades más esenciales y apremiantes
de nuestra sociedad, podremos entender que los actos
administrativos que emanan de ella e inciden directamente
en la esfera jurídica de los gobernados, son emitidos
precisamente con ese objeto, el de satisfacer necesidades
y atender a las diversas situaciones que surgen en la
marcha de la vida cotidiana del estado, es por ello que
derivado de la valoración de los predios anteriormente
mencionados que ascienden en conjunto a la cantidad de
$7,259, 912.88 (SIETE MILLONES DOSCIENTOS
CINCUENTA Y NUEVE MIL NOVECIENTOS DOCE
PESOS 88/100 M.N), los cuales el ahora demandado los
pagaría en especie realizando obra pública consistente en
URBANIZAR TOTALMENTE las calles y/o vialidades
identificadas como: 11 once y 3 tres del PARQUE
INDUSTRIAL REGION ZAMORA, localizado en el
kilómetro 8+230 Carretera la Rinconada-La Piedad del
Municipio de Ecuandureo, Michoacán obra que tendría un
costo igual o aproximado, al valor fijado del valor de los
lotes, fijándose un término no mayor de 6 seis meses para
JAL-0007/2019-III 28
la ejecución y conclusión de la obra, compromisos
contractuales que al día de hoy no han sido cumplidos.”
De acuerdo con lo transcrito, lo intentado en la
demanda consiste en la rescisión de un documento
denominado “Contrato de promesa de compraventa”, y,
derivado de ello, la desocupación real y material de los lotes
que se indican fueron materia del citado instrumento, el pago
de una pena convencional pactada ahí mismo, así como, el
pago de gastos y costas erogadas con motivo del presente
juicio; además, se solicitó la nulidad del referido “contrato de
promesa de compraventa”, de un “convenio de
especificaciones técnicas”, y, la indemnización de daños y
perjuicios; lo anterior, apoyado esencialmente en el argumento
de que, la moral contratista incumplió con sus obligaciones
contractuales.
En tales condiciones, se afirma que de acuerdo con las
constancias que integran los autos del juicio, dentro de éste no
existe un acto administrativo con carácter de definitivo
respecto del cual se intente su nulidad; se explica:
JAL-0007/2019-III 29
En primer lugar, debe decirse que, en relación con la
rescisión de contratos celebrados en el Estado, por parte de
las dependencias y entidades que conforman la
Administración Pública, la legislación aplicable dispone:
Ley de Obra Pública y Servicios Relacionados con
la Misma para el Estado de Michoacán de Ocampo y sus
Municipios (REFORMA PUBLICADA EN EL PERIÓDICO OFICIAL:
20 DE JULIO DE 2017):
“Artículo 1°.- La presente Ley es de orden público e
interés social y siendo reglamentaria del artículo 129 de la
Constitución Política del Estado Libre y Soberano de
Michoacán de Ocampo tiene por objeto regular el gasto
y las acciones relativas a la planeación, programación,
presupuestación, seguimiento, evaluación, licitación,
adjudicación, ejecución, conservación,
mantenimiento, remodelación, demolición y control de
las obras públicas y los servicios relacionados con las
mismas que, por sí o por conducto de terceros, realicen:
I. Las dependencias del Poder Ejecutivo, señaladas en
el artículo 18 de la Ley Orgánica de la Administración
Pública del Estado de Michoacán de Ocampo;
II. Las entidades a que se refiere el artículo 5° de la Ley
Orgánica de la Administración Pública del Estado de
Michoacán de Ocampo;
III. Los ayuntamientos de los municipios del Estado; y,
IV. Las entidades paramunicipales.
…
Artículo 39.- Las dependencias, entidades,
ayuntamientos y entidades paramunicipales podrán
rescindir administrativamente los contratos de obra en
JAL-0007/2019-III 30
caso de incumplimiento de las obligaciones a cargo del
contratista. Asimismo, podrán dar por terminados
anticipadamente los contratos por razones de interés
general; así como suspender temporalmente en todo o en
parte la obra contratada por cualquier causa justificada,
notificando al contratista, a la Secretaría de Contraloría y a
las tesorerías estatal y municipal, según corresponda.
Éstas últimas, a su vez, incluirán en la cuenta pública
correspondiente las causas que motivaron tales
suspensiones.
(ADICIONADO, P.O. 28 DE ABRIL DE 2015)
Las dependencias, entidades, ayuntamientos y
entidades paramunicipales procederán
ineludiblemente a la rescisión de los contratos cuando:
I. Concurran razones de interés general; existan causas
justificadas que le impidan la continuación de los trabajos,
y se demuestre que de continuar con las obligaciones
pactadas se ocasionaría un daño o perjuicio grave al
Estado; y,
II. Se determine la nulidad de actos que dieron origen al
contrato, con motivo de la resolución de una inconformidad
por resolución firme dictada por autoridad competente; o
bien, no sea posible determinar la temporalidad de la
suspensión de los trabajos a que se refiere este artículo.
(ADICIONADO, P.O. 28 DE ABRIL DE 2015)
En los supuestos a que se refiere la fracción II de este
artículo, la dependencia o entidad reembolsará al
contratista los gastos no recuperables en que haya
incurrido, siempre que éstos sean razonables, estén
debidamente comprobados y se relacionen directamente
con la operación correspondiente.
…
Artículo 41.- Si la dependencia, entidad, ayuntamiento o
entidad paramunicipal considera que el contratista ha
incurrido en alguna de las causas de rescisión, se lo
comunicará, a fin de que exponga al respecto lo que a su
derecho convenga en un plazo de veinte días naturales. Si
transcurrido este plazo no manifiesta nada en su defensa o
si después de analizar las razones aducidas por éste, la
dependencia, entidad, ayuntamiento o entidad
JAL-0007/2019-III 31
paramunicipal, estima que las mismas no son
satisfactorias, dictará la resolución que proceda dentro
de un término de veinte días naturales siguientes a la fecha
en que hubiere recibido el escrito de contestación del
contratista o del vencimiento del plazo concedido para tal
efecto.
(REFORMADO, P.O. 20 DE JULIO DE 2017)
Las dependencias, entidades, ayuntamiento y
entidades paramunicipales, comunicarán la suspensión
o la rescisión del contrato al contratista, a la Secretaría
de Finanzas y Administración y a la Secretaría de
Contraloría, y a la Dependencia Coordinadora del Sector,
o bien, a la Tesorería Municipal, según corresponda, dentro
de los diez días hábiles siguientes a la fecha de la
resolución.”
Reglamento de la Ley de Adquisiciones,
Arrendamientos y Prestación de Servicios relacionados
con Bienes Muebles e Inmuebles del Estado de Michoacán
(REFORMA PUBLICADA EN EL PERIÓDICO OFICIAL: 1 DE JUNIO DE
2017):
“ARTICULO 1º.- El presente Reglamento tiene por
objeto establecer las normas que complementan a las
contenidas en la Ley, conforme a las cuales se deberán
realizar las adquisiciones de bienes y servicios, que
requieran las dependencias y entidades de la
administración pública del Estado y en su caso, los
ayuntamientos, para el cumplimiento de sus fines.
…
ARTICULO 16.- Las dependencias y entidades, así
como la Dirección, con intervención de la Coordinación,
podrán rescindir administrativamente los contratos en
caso de que los proveedores incumplan con las
obligaciones contraídas.
JAL-0007/2019-III 32
Asimismo, podrán dar por terminados anticipadamente
los contratos cuando concurran razones de interés
general.”
Los preceptos anteriores, relacionados con las
contrataciones que realicen dentro del Estado, las
dependencias, entidades, ayuntamientos y entidades
paramunicipales para el cumplimiento de sus fines, en materia
de adquisiciones, arrendamientos y prestación de servicios
relacionados con bienes muebles e inmuebles, así como, con
la contratación de obra pública, prevén como una facultad de
las dependencias, ayuntamientos y entidades paramunicipales
rescindir los contratos administrativos que hayan celebrado
cuando consideren que el proveedor o contratista ha
incurrido en alguna de las causas de rescisión; de este modo,
tal resolución de rescisión que llegara a producir la
dependencia o entidad correspondiente es en todo caso, el
acto definitivo que puede ser impugnado ante este Tribunal
de Justicia Administrativa del Estado de Michoacán, en
relación con lo dispuesto por el artículo 154, fracción IX del
Código de Justicia Administrativa del Estado de Michoacán.
A ese respecto, se comparte la jurisprudencia 2a./J.
4/2010, registro digital: 165410, de la Novena Época,
JAL-0007/2019-III 33
sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, Materias(s): Administrativa, leíble en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXXI,
Enero de 2010, página 312, de rubro y contenido siguientes:
“RESCISIÓN ADMINISTRATIVA DE CONTRATOS DE
OBRAS PÚBLICAS Y SERVICIOS RELACIONADOS
CON LAS MISMAS, Y DE ADQUISICIONES,
ARRENDAMIENTOS Y SERVICIOS DEL SECTOR
PÚBLICO, DECRETADA POR LAS DEPENDENCIAS Y
ENTIDADES DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
FEDERAL. ES IMPUGNABLE EN EL JUICIO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO ANTE EL
TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL Y
ADMINISTRATIVA. Del artículo 14, fracción VII, de la Ley
Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa, que establece que este órgano
jurisdiccional conocerá de los juicios promovidos contra las
resoluciones definitivas, actos administrativos y
procedimientos en materia administrativa sobre
interpretación y cumplimiento de contratos de obras
públicas, adquisiciones, arrendamientos y servicios
celebrados por las dependencias y entidades de la
administración pública federal, a través del juicio
contencioso administrativo regulado en la Ley Federal de
Procedimiento Contencioso Administrativo, se concluye
que la rescisión administrativa de contratos públicos
decretada con fundamento en los artículos 54 de la Ley de
Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector
Público y 61 de la Ley de Obras Públicas y Servicios
Relacionados con las Mismas, es impugnable en el juicio
contencioso administrativo ante el Tribunal Federal de
Justicia Fiscal y Administrativa, pues se declara ante su
incumplimiento; a su vez, la sentencia definitiva emitida en
el juicio referido podrá reclamarse en amparo directo ante
un Tribunal Colegiado de Circuito, con fundamento en los
artículos 44, 46, 158 y 159 de la Ley de Amparo y 37,
fracción I, inciso b), de la Ley Orgánica del Poder Judicial
de la Federación, el cual ejercerá un control constitucional
sobre lo resuelto respecto de la rescisión administrativa.”
JAL-0007/2019-III 34
En ese sentido, si la determinación de rescisión de un
contrato administrativo corresponde a una atribución legal de
las dependencias, ayuntamientos y entidades de la
administración pública, este Tribunal de Justicia Administrativa
del Estado de Michoacán, no puede sustituir a la autoridad
administrativa y determinar por sí mismo, la rescisión de un
contrato administrativo con razones y fundamentos no hechos
valer por la administración pública, pues ello implicaría el
desarrollo de una litis en el presente asunto, que no es acorde
con la naturaleza de las facultades de anulación que debe
ejercer este órgano jurisdiccional, en primer lugar, sobre los
actos y resoluciones definitivas emitidas por las dependencias
y entidades de la administración pública local y municipal.
Por las mismas razones, debe decirse que no puede
estimarse procedente el presente el juicio administrativo
cuando se intenta la nulidad del “contrato de promesa de
compraventa”, pues como se vio, si bien el artículo 154,
fracción IX del Código de Justicia Administrativa del Estado de
Michoacán, dispone “IX. Que se refieran a la interpretación,
cumplimiento o incumplimiento de contratos administrativos, en los que
sean parte el Estado o los municipios, o sus entidades paraestatales o
JAL-0007/2019-III 35
paramunicipales;…”; también es verdad debe existir un acto
positivo (resolución administrativa definitiva) de la
administración pública en materia de interpretación y
cumplimiento de un contrato administrativo que haga
procedente la instancia administrativa para analizar su
legalidad, como son, entre otros, la rescisión administrativa
(supuesto ya analizado), la emisión del finiquito o la
terminación anticipada, pues es un requisito indispensable
para la viabilidad del juicio contencioso administrativo.
Ello porque, como ya se estableció con anterioridad, el
juicio administrativo desde su arista inicial en que se acciona
como anulatorio no procede contra el incumplimiento de
obligaciones recíprocas acordadas por las partes de un
contrato administrativo, esto es, sin la existencia de un acto de
autoridad expreso o tácito.
Sobre ese tema, es ilustrativa la tesis I.1o.A.194 A
(10a.), de la Décima Época, registro: 2016245, sustentada por
el Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Primer Circuito, consultable en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Libro 51, Febrero de 2018, Tomo III,
JAL-0007/2019-III 36
Materia(s): Administrativa, página: 1445, con rubro y texto
siguientes:
“JUICIO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO FEDERAL. ES IMPROCEDENTE CONTRA EL INCUMPLIMIENTO DE UN CONTRATO DE OBRA PÚBLICA, CUANDO NO EXISTE UN ACTO DE AUTORIDAD EXPRESO O TÁCITO. La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 2a./J. 62/2015 (10a.), determinó que procede el juicio de nulidad ante el Tribunal Federal de Justicia Administrativa contra las resoluciones definitivas, actos y procedimientos administrativos sobre la interpretación y el cumplimiento de contratos de obra pública con cargo a recursos federales, con independencia de que los hayan celebrado las entidades federativas o los Municipios, en tanto que lo que da la competencia material es el carácter federal de los recursos empleados y el marco normativo que rige a ese órgano jurisdiccional; sin embargo, dichos supuestos de procedencia no se actualizan si solamente se impugna el incumplimiento parcial o total de un contrato de esa naturaleza, básicamente, porque no existe un acto positivo (resolución administrativa definitiva) de la autoridad en materia de interpretación y cumplimiento de un contrato de obra pública que haga procedente la instancia administrativa federal para analizar su legalidad, como son, entre otros, la rescisión administrativa (supuesto que analizó la Segunda Sala en el criterio mencionado), la emisión del finiquito o la terminación anticipada, requisito indispensable para la viabilidad del juicio contencioso administrativo federal. Máxime que, de las razones expuestas en la ejecutoria del Alto Tribunal, no se advierte que se haya definido que el juicio anulatorio proceda contra el incumplimiento de obligaciones recíprocas acordadas por las partes de un contrato de obra pública, esto es, sin la existencia de un acto de autoridad expreso o tácito.”
En tales condiciones, la recta apreciación de lo
expuesto en la demanda pone en evidencia que, en el caso
concreto, la parte actora no combatió resolución definitiva
JAL-0007/2019-III 37
alguna producida por el ******contratante y que resultara
favorable a la parte actora –entendida ésta como el producto
final o la voluntad definitiva de la administración pública-,
mediante la cual, se haya pronunciado en relación con la
rescisión del contrato de trato, su interpretación o
incumplimiento; esto es, el ******actor del juicio no controvierte
frontalmente determinación alguna producida por la
administración pública de la que forma parte, respecto a la
rescisión del contrato de trato, su interpretación o
incumplimiento, a la cual le atribuya vicios de legalidad con la
finalidad de que este Tribunal declare su nulidad una vez
ejercido el control de legalidad correspondiente.
En lugar de ello, mediante la demanda en estudio se
intentó únicamente la declaración por parte de este órgano
jurisdiccional de la rescisión del contrato traído a juicio, así
como, el pago de diversas cantidades por conceptos de pena
convencional, gastos y costas erogadas con motivo del
presente juicio, y, la indemnización de daños y perjuicios;
empero, en el planteamiento de la controversia no existe un
acto administrativo con carácter de definitivo que reconozca un
beneficio a la moral demandada emitido por parte de la
JAL-0007/2019-III 38
administración pública de la que forma parte el
******accionante respecto a la rescisión del contrato de trato,
su interpretación o incumplimiento; esto es, no se formuló la
demanda en el sentido de que este juzgador decretara la
nulidad de alguna resolución definitiva, para que
posteriormente, en ejercicio de las facultades de plena
jurisdicción con que cuenta este órgano jurisdiccional, resuelva
sobre derechos subjetivos de las partes y, según sea el caso,
determine la condena correspondiente.
Por lo cual, al no existir una resolución definitiva
susceptible de ser anulada, este Tribunal no puede sustituir a
la autoridad administrativa y determinar por sí mismo, la
rescisión de un contrato administrativo con razones y
fundamentos no hechos valer por la administración pública, así
como, analizar el contrato de mérito sin la existencia de un acto
positivo sobre su interpretación, cumplimiento o
incumplimiento.
Por tanto, atento a todo lo expuesto, en términos de los
artículos 205, fracciones VIII y X en relación con el numeral
154, fracción IX del Código de Justicia Administrativa del
JAL-0007/2019-III 39
Estado de Michoacán, es improcedente el juicio y, procede
sobreseer el mismo conforme con el correlativo numeral 206,
fracción II del ordenamiento jurídico mencionado; lo anterior, al
no contener la litis propuesta un acto administrativo definitivo
susceptible de ser impugnado en términos de los artículos 154,
fracción IX del Código de la materia, respecto del cual, este
Tribunal pueda efectuar el correspondiente estudio de
legalidad.
Sirven de apoyo a lo anterior, las tesis siguientes:
Jurisprudencia 2a./J. 63/2020 (10a.), de la Décima
Época, registro digital: 2022835, sustentada por la Segunda
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Materias(s):
Administrativa, publicada el doce de marzo de dos mil
veintiuno en el Semanario Judicial de la Federación, cuyo
epígrafe y contenido son los siguientes:
“JUICIO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
FEDERAL. ES IMPROCEDENTE CUANDO SE
DEMANDA EL PAGO DERIVADO DEL
INCUMPLIMIENTO DE LAS CLÁUSULAS DE UN
CONTRATO DE OBRA PÚBLICA, Y NO EXISTA ACTO
DE AUTORIDAD QUE TENGA EL CARÁCTER DE
DEFINITIVO. Hechos: Los Tribunales Colegiados de
Circuito contendientes se pronunciaron sobre la
procedencia del juicio contencioso administrativo cuando
se reclama el pago derivado del cumplimiento de un
contrato de obra pública; mientras uno de ellos sostiene
que es necesario aplicar el principio de interpretación más
JAL-0007/2019-III 40
favorable, de modo que se acepte la procedencia del juicio,
aun cuando no exista una resolución, acto o procedimiento
emitido por autoridad, que tenga el carácter de definitivo; el
otro sostuvo que se requiere una resolución que tenga el
carácter de definitiva, o bien, en su caso, elevar una
solicitud ante la autoridad respecto al pago de las
cantidades reclamadas para que le recaiga una negativa
ficta o expresa, que constituya esa última voluntad; sin que
el principio de interpretación más favorable implique
inobservar los diversos principios constitucionales y legales
del sistema jurídico mexicano, tal como se sostiene en la
jurisprudencia de esta Segunda Sala 2a./J. 56/2014 (10a.). Criterio jurídico: Esta Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación estima que la sola afirmación
sobre el incumplimiento de las cláusulas de un contrato de
obra pública es insuficiente para hacer procedente el juicio
contencioso administrativo federal.
Justificación: Lo anterior, atendiendo a que los
artículos 14 de la Ley Orgánica del Tribunal Federal de
Justicia Fiscal y Administrativa (abrogada) y 3 de la Ley
Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, de
manera expresa establecen que es necesaria la existencia
de una resolución definitiva. Entonces, para demandar un
tema relacionado con el pago derivado del incumplimiento
a las cláusulas de un contrato de obra pública, es necesario
que el gobernado previamente requiera el cumplimiento
respectivo, para generar el acto donde la autoridad
manifieste su voluntad de no cumplir con lo pactado,
porque será el acto o resolución que le cause perjuicio; o
bien, en su caso, ante la omisión de respuesta, se
actualizará la negativa ficta que haga procedente el juicio
contencioso administrativo. Lo anterior no riñe con el
derecho fundamental de acceso a la impartición de justicia,
porque las condicionantes previstas en la ley para la
procedencia del juicio contencioso administrativo no privan
a los gobernados de los derechos consagrados en la
Norma Fundamental, ya que el legislador únicamente está
ejerciendo la facultad conferida constitucionalmente.
Además, por razones de seguridad jurídica, para la
correcta y funcional administración de justicia y para la
efectiva protección de los derechos de las personas, los
Estados pueden y deben establecer presupuestos y
criterios de admisibilidad, de carácter judicial o de cualquier
índole, de los recursos internos; de manera que si bien es
JAL-0007/2019-III 41
cierto que dichos recursos deben estar disponibles para el
interesado y resolver efectiva y fundadamente el asunto
planteado y, en su caso, proveer la reparación adecuada,
también lo es que no siempre y en cualquier caso cabría
considerar que los órganos y tribunales internos deben
resolver el fondo del asunto que se les plantea, sin que
importe verificar los presupuestos formales de
admisibilidad y procedencia del recurso intentado.”
Jurisprudencia PC.III.A. J/75 A (10a.), de la Décima
Época, registro: 2020681, sustentada por el Pleno en Materia
Administrativa del Tercer Circuito, localizable en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Libro 70, Septiembre de
2019, Tomo II, Materia(s): Administrativa, página: 1185, de
epígrafe y texto siguientes:
“JUICIO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO FEDERAL. PARA QUE PROCEDA CONTRA LA FALTA DE PAGO ESTIPULADA EN CONTRATOS ADMINISTRATIVOS DE OBRA PÚBLICA, DEBE EXISTIR PREVIAMENTE UNA RESOLUCIÓN EXPRESA O FICTA, RECAÍDA A LA PETICIÓN DEL CONTRATISTA. De los artículos 14, fracción VII, de la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa (abrogada), actualmente 3o., fracción VIII, de la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, y 2o., 3o., 14, fracción II, y 15, fracciones III y IV, de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, se obtiene que el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa (actualmente Tribunal Federal de Justicia Administrativa) conocerá de los juicios que se promuevan contra las resoluciones definitivas, actos administrativos y procedimientos que se dicten en materia administrativa sobre interpretación y cumplimiento de contratos de obras públicas, adquisiciones, arrendamientos y servicios celebrados por las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal. De dichas normas se deduce que la falta de pago que deriva de un contrato administrativo de obra pública no es un acto definitivo, toda vez que no refleja una voluntad definitiva o última por parte de la autoridad; por tanto, para que la falta de pago estipulada en contratos administrativos
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de obra pública pueda demandarse ante el Tribunal Federal de Justicia Administrativa, se requiere que el contratista, previamente, realice las gestiones ante la autoridad o dependencia encargada de realizar dichos pagos, para que esté en condiciones de exhibir, obligatoriamente, la resolución expresa o ficta recaída a su petición, pues la procedencia del juicio contencioso administrativo requiere la existencia de una resolución definitiva que sea susceptible de impugnarse ante el Tribunal mencionado.”
Tesis: I.8o.A.77 A, de la Novena Época, registro:
177588, sustentada por el Octavo Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, consultable en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXII,
Agosto de 2005, Materia(s): Administrativa, página: 1936, de
rubro y texto siguientes:
“JUICIO DE NULIDAD. ES IMPROCEDENTE CUANDO SE IMPUGNA EL INCUMPLIMIENTO DE DIVERSAS PRESTACIONES DERIVADAS DE UN CONTRATO ADMINISTRATIVO CELEBRADO CON UN ORGANISMO PÚBLICO DESCENTRALIZADO. Del artículo 11, fracción VII, de la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa se desprende que dicho tribunal es competente para conocer de los juicios que se promuevan contra las resoluciones definitivas que se dicten sobre interpretación y cumplimiento de contratos de obras públicas celebrados por las dependencias de la administración pública federal centralizada. Ahora bien, si con fundamento en la citada hipótesis de procedencia el particular acude a través del juicio de nulidad a demandar el incumplimiento de diversas prestaciones derivadas de un contrato administrativo celebrado con algún organismo público descentralizado, la acción intentada resulta improcedente. Lo anterior, en virtud de que la procedencia del juicio contencioso administrativo se encuentra limitada a los casos de procedencia previstos en el artículo 11 de la citada ley orgánica; sin que el aludido acto impugnado se encuentre previsto
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en alguna de aquéllas; máxime si se considera que la pretensión intentada por la actora se hizo consistir esencialmente en el reconocimiento de un derecho a cargo de la autoridad demandada, y por tanto, no se formuló en el sentido de que la Sala responsable decretara la nulidad de alguna resolución definitiva o reconociera en su caso la legalidad de ésta, en términos del artículo 11 de la precitada ley. En este sentido, el juicio de nulidad ante dicho tribunal resulta procedente contra las resoluciones dictadas por la autoridad administrativa que se consideren ilegales, y por tanto, que se desean impugnar; así la acción la tienen tanto el particular como la propia autoridad administrativa, aquél para impugnar las resoluciones que, estimando ilegales, le causen perjuicio, ésta, para impugnar aquellas resoluciones que ella misma dictó y que siendo favorables al particular, considera que no están apegadas a derecho; por tanto, la materia de estudio del juicio de nulidad ante el tribunal de mérito no está abierta en posibilidades a todo acto de autoridad administrativa, sino más bien se trata de un juicio de jurisdicción restringida, en el que la procedencia de la vía se encuentra condicionada a que el acto en primer término, sea una resolución que, además, sea definitiva, personal y concreta, cause agravio, conste por escrito, salvo los casos de la negativa o confirmación ficta y, desde luego, que encuadre en alguna de las hipótesis de procedencia previstas en el artículo 11 de la ley en comento. En consecuencia el juicio contencioso administrativo ante el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, sólo resulta procedente contra resoluciones definitivas, y no contra cualquier pretensión de la parte actora.”
Por lo anterior, es innecesario analizar alguna otra
causal de improcedencia y los conceptos de violación
expuestos.
Tiene aplicación en lo conducente la jurisprudencia VI.
2º. J/280, de los Tribunal Colegiados de Circuito, Octava
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Época, Número 77, Mayo de 1994. Página 77, Materia
Administrativa, Registro 212468, localizable en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta.
“SOBRESEIMIENTO DEL JUICIO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO, NO PERMITE ENTRAR AL ESTUDIO DE LAS CUESTIONES DE FONDO. No causa agravio la sentencia que no se ocupa de los conceptos de anulación tendientes a demostrar las causales de nulidad de que adolece la resolución impugnada, que constituye el problema de fondo, si se declara el sobreseimiento del juicio contencioso-administrativo.”
Por lo anteriormente expuesto, y con fundamento en los
artículos 272, 273, 274 y 276 del Código de Justicia
Administrativa del Estado de Michoacán, se
R E S U E L V E :
PRIMERO. Este Órgano Jurisdiccional es competente
para conocer y resolver el presente juicio administrativo.
SEGUNDO. Se sobresee el juicio de acuerdo con el
último considerando.
Notifíquese por oficio al ******actor y personalmente a la
moral demandada; en su oportunidad, dese de baja del libro
de gobierno y archívese este asunto como concluido.
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Así, lo resolvió y firma el licenciado FABRICIO
DORANTES ROMERO, Juez Tercero Administrativo del
Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Michoacán,
que actúa con el secretario de juzgado que autoriza, licenciado
HUGO MUNDO RAMOS. Doy fe.
Listado en su fecha. Conste.
Esta foja corresponde a la sentencia definitiva de veintidós de abril
de dos mil veintiuno, dictada dentro del juicio administrativo de lesividad
JAL-0007/2019-III. Conste. HMR
“La Sala que al rubro se indica, de conformidad con lo dispuesto por los
artículos 116 de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública y
97, de la Ley de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos
Personales del Estado de Michoacán de Ocampo; indica que fueron suprimidos de la
versión pública de la presente sentencia el nombre de la actora, de su apoderado, de
los terceros interesados, los números, tipos de signos distintivos en controversia, su
denominación, diseño y los servicios que protegen; información considerada legalmente
como reservada, por actualizar lo señalado en dichos supuestos normativos. Firma el
secretario de acuerdos que emite la presente.”