kiosko y más - el país (valencia) - 15 abr 2012 - page #47 · recía increíble. el soberbio,...

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15/04/12 08:01 EL PAÍS, domingo 15 de abril de 2012 cultura 1 Centenario de un hundimiento legendario • FALLECIDOS Por clases: Embarcan 2.223 personas 1.517 68% • Sobreviven Mueren • Compañía: White Star Line • Capacidad: 3.500 personas vida & artes 47 20 botes ----- capacidad para = 1.178 personas PASAJEROS: D Primera Clase Segunda Clase Tercera Clase TRIPULACIÓN: Vivienda Grietas producidas por el iceberg Fuentes: The Discoveryofthe Titanic, History Channel, Titanic lnquiry Project. REUTERS / EL PAÍS 'Titanic': cita con el desastre Hoy se cumple un siglo del hundimiento del barco e La catástrofe deviene en la gran metáfora de los peligros de nuestro tiempo JACINTO ANTÓN Barcelona ''Titanic hundido cuatro horas tras chocar iceberg; 866 rescata- dos por Carpathia, probablemen- te 1.250 muertos; Ismay a salvo, Astor quizá, famosos desapareci- dos". De esta manera sintetizó en titulares The New York Times la sobrecogedora noticia del hundi- miento del barco más famoso (y cinematográfico) de la historia, in- cluyendo a la Bounty y el Potem- kin. "The Titanic sunk", "Titanic lost", "Titanic disaster, great loss oflife", proclamaba la prensa. Pa- recía increíble. El soberbio, arro- gante, insumergible Titanic. A par- tir de aquello, la fe en el siglo, en la tecnología, en el dominio de la naturaleza empezó a tambalear- se, y todo fue a peor. De alguna manera desde entonces no he- mos parado de hundirnos. Esta madrugada se ha cumpli- do un siglo día por día del trágico final de ese barco arquetipo de or- gullo y de desastre. La conmemo- ración nos deja una marea de li- bros, documentales, exposicio- nes, homenajes, teorías y excentri- cidades (el viaje reenactment, las proyecciones del artista Gerry Ho- fstetter de fotos del barco sobre icebergs, DiCaprio en 3D). Pero hoy es un día para mirar al mar - desde fuera- y reflexionar. El Titanic se fue a pique como una metáfora de nuestra sociedad y paradójicamente en eso que se ha demostrado insumergible. Es tentador ver ahora en ese impla- cable iceberg, que fue su blanca némesis como Moby Dick la del Pequod, la crisis con la que ha to- pado nuestro sistema, propulsado ciegamente hacia delante por las calderas de la ambición y que nos ha pillado a muchos con lo puesto y a la mayoría sin lugar en los botes salvavidas. La historia del Titanic tiene muchos ángulos y a ella como los personajes del mago de Oz nos dirigimos todos a buscar lo que nos interesa o nos fascina. Tam- bién lo que tememos. Para unos serán los aspectos técnicos del barco, para otros las siempre curiosas estadísticas (ca- bían 1.100 personas más, cargaba 16.850 botellas de vino y licor - ¡hay una gran bodega allá aba- jo, señores!- ; se salvaron más hombres, 338, que mujeres, 316, aunque, claro, ellas eran muchas menos a bordo, solo un 25%), o la sociedad de los pasajeros, ese mi- crocosmos con su rígida estratifi- cación eduardiana y sus tremen- dos contrastes, sin olvidar sus ro- mances. A otros les atraen los mo- mentos más dramáticos del hun- dimiento, la evacuación y la lucha por la supervivencia, los héroes y cobardes, el papel de la tripula- ción, el vía crucis de los que se ahogaron - en realidad la inmen- sa mayoría murieron de hipoter- mia, congelados: a los 15 minutos de promedio en el agua uno se quedaba pajarito; otros se rompie- ron el cuello al saltar al agua des- de las altas bordas- ... El pecio, a cuatro kilómetros de profundidad, con sus misterios y tesoros, con las recientes investi- gaciones, y con su imparable dete- rioro apasiona a muchos: es espe- luznante ver cómo el hierro se di - suelve en el mar de la sal y el tiem- po componiendo extrañas lágri- mas con carámbanos de óxido; un Titanic delicuescente soñado por un Dalí de las profundidades. Otros buscan el enigma nunca completamente resuelto, pese a lo que se diga, de cómo se produje- ron el choque y el hundimiento. Error humano, fallo de cons- La mayor parte de las víctimas murieron de frío y no ahogadas Un mes después se halló un bote con tres cadáveres, uno vestido de etiqueta trucción, conspiración de la natu- raleza ... Lo único seguro es que el Titanic era un navío extraordina- rio que chocó de una manera muy improbable - de hecho la única que podía hundirlo- con- tra un iceberg; que desde el mo- mento del impacto estuvo conde- nado y que la gente actuó como lo hace siempre: dando unos lo me- jor y otros lo peor de mismos, y la mayoría simplemente sin aca- bar de creerse que les estuviera pasando eso precisamente a ellos. Llena de apasionantes contro- versias - no está claro que de ha- ber habido más botes se hubiera salvado más gente, por ejemplo-, la historia del barco muestra un largo reparto, un nutrido drama - tis personae que ofrece modelos para todos. El gran morbo del Ti - tanic es la pregunta que nos arro- ja a la cara: ¿qué hubiera hecho yo en esas circunstancias? ¿Quién somos en la gran pelí- cula real del Titanic? ¿Ismay, el propietario que se salvó y arros- tró pasar a la posteridad como co- barde?, ¿el capitán Smith que tra- tó esforzadamente de evitar el pá- nico del pasaje y se hundió con su barco?, ¿el primer oficial Murdo- ch que disparó a dos pasajeros y luego se pegó un tiro? ¿Wallace Hartley, uno de los abnegados mú- sicos, que amaba tanto su violín que se lo ató al cuerpo instantes antes de morir ahogado? - un de- saprensivo lo hurtó de su cadáver recuperado-. Es este un día para recordar algunas de las grandes historias del Titanic. Personalmente, tengo una debilidad por las más maca- bras. Un mes después de la catás- trofe, el Oceanic halló un bote con tres víctimas aún a bordo, muer- tas. Uno iba vestido con traje de etiqueta. Los cuerpos fueron se- pultados en el mar como muchos de los otros recobrados. De los 306 recogidos por el Mackay-Ben- net, 116 fueron devueltos a las aguas, en parte por la falta de sufi- ciente líquido de embalsamar, que se reservó para los muertos de primera clase ... • FASES DEL HUNDIMIENTO El agua inunda seis compartimientos Inundada la proa, comienza a hundirse. El agua pasa por encima de los mamparos, inundando más compartimentos El buque se fractura en dos mitad es, unidas solamente en la parte inferior Entra más agua por la brecha, acelerando el hundimie nto El barco se part e en dos El resto del barco se hund e en un ángulo casi vertical

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Page 1: Kiosko y Más - El País (Valencia) - 15 abr 2012 - Page #47 · recía increíble. El soberbio, arro gante, insumergible Titanic. A par tir de aquello, la fe en el siglo, en la tecnología,

15/04/12 08:01

EL PAÍS, domingo 15 de abril de 2012

cultura

1 Centenario de un hundimiento legendario

• FALLECIDOS

Por clases:

Embarcan 2.223 personas

1.517 68%

• Sobreviven • Mueren

• Compañía: White Star Line • Capacidad: 3.500 personas

vida & artes 47

20 botes salvavid""a:s:==~· ~Pe:so~: 4:5:.5:00~t:on:e~lad~a~s =====:'~~~~=--l'A ----- capacidad para =

1.178 personas PASAJEROS:

D Primera Clase

Segunda Clase

• Tercera Clase

TRIPULACIÓN:

Vivienda

Grietas producidas por el iceberg

Fuentes: The Discoveryofthe Titanic, History Channel, Titanic lnquiry Project. REUTERS / EL PAÍS

'Titanic': cita con el desastre Hoy se cumple un siglo del hundimiento del barco e La catástrofe deviene en la gran metáfora de los peligros de nuestro tiempo

JACINTO ANTÓN Barcelona

''Titanic hundido cuatro horas tras chocar iceberg; 866 rescata­dos por Carpathia, probablemen­te 1.250 muertos; Ismay a salvo, Astor quizá, famosos desapareci­dos". De esta manera sintetizó en titulares The New York Times la sobrecogedora noticia del hundi­miento del barco más famoso (y cinematográfico) de la historia, in­cluyendo a la Bounty y el Potem­kin. "The Titanic sunk", "Titanic lost", "Titanic disaster, great loss oflife", proclamaba la prensa. Pa­recía increíble. El soberbio, arro­gante, insumergible Titanic. A par­tir de aquello, la fe en el siglo, en la tecnología, en el dominio de la naturaleza empezó a tambalear­se, y todo fue a peor. De alguna manera desde entonces no he­mos parado de hundirnos.

Esta madrugada se ha cumpli­do un siglo día por día del trágico final de ese barco arquetipo de or­gullo y de desastre. La conmemo­ración nos deja una marea de li­bros, documentales, exposicio­nes, homenajes, teorías y excentri­cidades (el viaje reenactment, las proyecciones del artista Gerry Ho­fstetter de fotos del barco sobre icebergs, DiCaprio en 3D). Pero hoy es un día para mirar al mar - desde fuera- y reflexionar. El Titanic se fue a pique como una metáfora de nuestra sociedad y paradójicamente en eso sí que se ha demostrado insumergible. Es tentador ver ahora en ese impla­cable iceberg, que fue su blanca

némesis como Moby Dick la del Pequod, la crisis con la que ha to­pado nuestro sistema, propulsado ciegamente hacia delante por las calderas de la ambición y que nos ha pillado a muchos con lo puesto y a la mayoría sin lugar en los botes salvavidas.

La historia del Titanic tiene muchos ángulos y a ella como los personajes del mago de Oz nos dirigimos todos a buscar lo que nos interesa o nos fascina. Tam­bién lo que tememos.

Para unos serán los aspectos técnicos del barco, para otros las siempre curiosas estadísticas (ca­bían 1.100 personas más, cargaba 16.850 botellas de vino y licor - ¡hay una gran bodega allá aba­jo, señores!- ; se salvaron más hombres, 338, que mujeres, 316, aunque, claro, ellas eran muchas menos a bordo, solo un 25%), o la sociedad de los pasajeros, ese mi­crocosmos con su rígida estratifi­cación eduardiana y sus tremen­dos contrastes, sin olvidar sus ro­mances. A otros les atraen los mo­mentos más dramáticos del hun­dimiento, la evacuación y la lucha por la supervivencia, los héroes y cobardes, el papel de la tripula­ción, el vía crucis de los que se ahogaron - en realidad la inmen­sa mayoría murieron de hipoter­mia, congelados: a los 15 minutos de promedio en el agua uno se quedaba pajarito; otros se rompie­ron el cuello al saltar al agua des­de las altas bordas- ...

El pecio, a cuatro kilómetros de profundidad, con sus misterios y tesoros, con las recientes investi-

gaciones, y con su imparable dete­rioro apasiona a muchos: es espe­luznante ver cómo el hierro se di­suelve en el mar de la sal y el tiem­po componiendo extrañas lágri­mas con carámbanos de óxido; un Titanic delicuescente soñado por un Dalí de las profundidades. Otros buscan el enigma nunca completamente resuelto, pese a lo que se diga, de cómo se produje­ron el choque y el hundimiento.

Error humano, fallo de cons-

La mayor parte de las víctimas murieron de frío y no ahogadas

Un mes después se halló un bote con tres cadáveres, uno vestido de etiqueta

trucción, conspiración de la natu­raleza ... Lo único seguro es que el Titanic era un navío extraordina­rio que chocó de una manera muy improbable - de hecho la única que podía hundirlo- con­tra un iceberg; que desde el mo­mento del impacto estuvo conde­nado y que la gente actuó como lo hace siempre: dando unos lo me­jor y otros lo peor de sí mismos, y la mayoría simplemente sin aca­bar de creerse que les estuviera pasando eso precisamente a ellos.

Llena de apasionantes contro­versias - no está claro que de ha­ber habido más botes se hubiera salvado más gente, por ejemplo-, la historia del barco muestra un largo reparto, un nutrido drama­tis personae que ofrece modelos para todos. El gran morbo del Ti­tanic es la pregunta que nos arro­ja a la cara: ¿qué hubiera hecho yo en esas circunstancias?

¿Quién somos en la gran pelí­cula real del Titanic? ¿Ismay, el propietario que se salvó y arros­tró pasar a la posteridad como co­barde?, ¿el capitán Smith que tra­tó esforzadamente de evitar el pá­nico del pasaje y se hundió con su barco?, ¿el primer oficial Murdo­ch que disparó a dos pasajeros y luego se pegó un tiro? ¿Wallace Hartley, uno de los abnegados mú­sicos, que amaba tanto su violín que se lo ató al cuerpo instantes antes de morir ahogado? - un de­saprensivo lo hurtó de su cadáver recuperado-.

Es este un día para recordar algunas de las grandes historias del Titanic. Personalmente, tengo una debilidad por las más maca­bras. Un mes después de la catás­trofe, el Oceanic halló un bote con tres víctimas aún a bordo, muer­tas. Uno iba vestido con traje de etiqueta. Los cuerpos fueron se­pultados en el mar como muchos de los otros recobrados. De los 306 recogidos por el Mackay-Ben­net, 116 fueron devueltos a las aguas, en parte por la falta de sufi­ciente líquido de embalsamar, que se reservó para los muertos de primera clase ...

• FASES DEL HUNDIMIENTO

El agua inunda seis compartimientos

Inundada la proa, comienza a hundirse. El agua pasa por e ncima de los mamparos, inundando más compartimentos

El buque se fractura en dos mitad es, unidas solamente en la parte inferior

Entra más agua por la brecha, acelerando e l hundimie nto

El barco se parte en dos

El resto del barco se hund e en un ángulo casi vertical