l. sprague de camp - el hechizo mas fuerte.pdf

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  • EL HECHIZO MS FUERTEL. SPRAGUE DE CAMP

    Vista dbilmente a travs de una llovizna otoal, que haca brillar el empedrado a la luz del ocaso, la ciudadde Kern antigua, colorida, bulliciosa y vital, se extenda sobre las aguas del Ocano Occidental. Lasbanderas desplegadas de la ciudad se agitaban, con los pliegues hmedos, en los mstiles situados sobrelas torres de vigilancia, a lo largo de los muros, donde los centinelas hacan guardia y observaban a travsde la oscuridad.

    A lo largo de la amplia calle Ocano, como se denominaba la calzada situada frente al mar, unas pocaspersonas se movan en las tinieblas, mientras el agua gorgoteaba en los albaales. La mayor parte de lasrechonchas barcazas de transporte que llevaban de un lado a otro el comercio de Kern, as como lasestilizadas galeras que lo protegan de los corsarios de las islas Gorgon, haban sido dejadas fuera deservicio durante la estacin, sacadas del agua y colocadas en cobertizos situados a lo largo de la playa alsur del paseo que daba al mar. Por lo tanto, haba muy pocas naves utilizando los muelles y embarcaderosde la calle Ocano, a excepcin de las cajas usuales donde se colocaba el pescado, la mayor parte de lascuales estaba expuesta a la tormenta.

    Un carro de dos caballos pas traqueteando, con unas ruedas de bronce golpeando estrepitosamentesobre el empedrado y con su conductor llevando bien sujetas las riendas de las semisalvajes cabalgaduras.El pasajero estaba envuelto hasta los ojos, para protegerse de la humedad, pero las luces procedentes delas casas iluminaban los adornos dorados del vehculo, poniendo as de manifiesto que el personaje debapertenecer a la oligarqua de prncipes mercaderes.

    Suar Peial, apretando bajo su capa un par de abultados objetos, andaba por la calle, prestando muypoca atencin a las dudosas personas que miraban hacia el exterior desde las puertas y callejuelas. Estaspersonas, despus de observar la estatura de Suar y la delgada vaina que se vea por debajo de la capa,miraban hacia otro lado para observar otras cosas ms tranquilizantes.

    Un ruido, procedente de una calleja, atrajo la atencin de Suar. Con una simple mirada, se dio cuentaque se estaba librando una lucha. Un hombre, con la espalda apoyada en un ngulo de la pared, sedefenda de las patadas y golpes y de una especie de porra con la que le atacaba un grupo de cinco. Elaspecto de estos ltimos, tan andrajosos como las hojas cadas de los robles que bordeaban las avenidasde Kern, indicaron a Suar que se trataba de los tpicos ladrones del barrio.

    Un hombre sensato que viviera en aquella zona se limitara a pasar tranquilamente de largo, aparentandono haber visto ni odo nada. Pero si Suar era sensato, no estaba dispuesto a serlo en Kern. Lo habra sidoen su casa, en Zhysk, en el Mar Sireniano; incluso podra haber llegado a ser rey de Zhysk. Pero tal ycomo se presentaban las cosas, aquel hombre estaba destinado a caer bajo las porras y espadas de susatacantes en cuestin de segundos. Aun cuando hubiera sido el doble de grande y hubiera estado muchomejor armado, no poda enfrentarse con cinco al mismo tiempo. Si sus cobardes asaltantes hubieran estadodispuestos a arriesgar uno o dos embates ms duros, el hombre ya habra sido dominado.

  • Suar se quit la capa, envolvi con ella los objetos que llevaba, desenvain su delgado estoque debronce y se dirigi resueltamente hacia el lugar de la pelea. A medida que avanzaba, escogi como primercontrincante al que llevaba la porra. En cuanto a los otros, dos llevaban espadas cortas, de hoja ancha, ylos otros dos, simples cuchillos. De haber dispuesto de un escudo o de una armadura, Suar habra tenidomuy poco que temer de la porra, pero, al no disponer de defensa adecuada, tema enfrentarse a ella con suestoque, de unos setenta centmetros de largo.

    El hombre que llevaba el garrote se volvi al orle aproximarse y salt hacia atrs. Los otros cuatrotambin se apartaron de su vctima, en una actitud con la que parecan dispuestos a huir inmediatamente.Entonces, el de la porra dijo:

    Slo es uno. Matmosle tambin!

    Dio un paso hacia adelante, haciendo oscilar el arma. Suar no trat de evitar el ataque; antes, por elcontrario, sus largos y huesudos brazos y piernas se lanzaron hacia adelante en una poderosa embestida,atravesando con la punta de su estoque el brazo del hombre. Despus, Suar salt hacia atrs, tratando derecuperarse antes que lo alcanzara la porra. No lo consigui del todo. Aunque el golpe qued debilitadopor la herida sufrida en el brazo del ladrn, la madera alcanz el crneo de Suar, le rasp la oreja derechay peg sobre su hombro del mismo lado; sinti el doloroso golpe, pero no lo bastante fuerte como parainutilizarle. Despus, la porra cay al suelo cuando su propietario abri la mano a causa de su herida en elbrazo.

    Cuando el hombre se qued all, sostenindose el brazo herido y mirndole estpidamente, la espada deSuar se movi de nuevo con rapidez, como la lengua de una serpiente, y la punta se introdujo en el ampliopecho del ladrn. El hombre de la porra lanz una maldicin, tosi, se dobl y cay sobre el barro de lacalleja. Cuando los dems comenzaron a acercarse ms a Suar, rodendole, ste lanz una estocadacontra el espadachn ms cercano a l, que retrocedi, sin ser alcanzado; inmediatamente despus, Suar serevolvi contra uno de los que llevaban cuchillo. El hombre intent coger la hoja con su mano libre, peroSuar evit el agarrn y le clav la espada en el cuerpo.

    Todo esto se haba desarrollado en menos tiempo de lo que un hombre tranquilo tarda en respirar tresveces. En aquel instante, un sonido seco atrajo la atencin de todos. La vctima original se haba arrojadocontra la espalda de su atacante ms cercano tras recoger la porra del suelo, propinndole un poderosogolpe en la cabeza.

    Despus, quedaron tres ladrones tirados en el barro y los otros dos echaron a correr, huyendo. Uno delos que yacan en el suelo segua movindose y gimiendo.

    Suar mir al hombre que haba rescatado. No poda distinguir mucho bajo aquella luz penumbrosa, perose dio cuenta que llevaba pantalones de tartn y el majestuoso bigote de los brbaros del noreste. Elhombre retrocedi un poco, cogiendo con fuerza la porra, como si an no estuviera muy seguro de lasintenciones de Suar.

    Puedes apartar eso, camarada dijo Suar, envainando su espada. No soy ningn ladrn, sino unsimple poetastro.

    Quin eres, entonces? pregunt el pequeo hombre.

  • Al igual que Suar, hablaba el hesperiano bastardo de los puertos del Ocano Occidental, aunque con unextrao acento.

    Soy Suar Peial de Amfer, de profesin cantante de canciones dulces. Y vos, buen seor, quinsois?

    El hombre emiti algunos sonidos muy curiosos a travs de su garganta, como si estuviera imitando elladrido de un perro.

    Qu habis dicho? pregunt Suar.

    Dije que mi nombre es Ghw Gleokh. Supongo que debo daros las gracias por haberme rescatado.

    Vuestra elocuencia me abruma. Sois extranjero?

    As es contest Ghw Gleokh. Ayudadme a vendar estas heridas. Y mientras Suar le vendabados ligeras heridas que Ghw haba recibido, ste pregunt: Me podis decir dnde diablos se puedecomprar en Kern un poco de vino para remojarse el gaznate?

    Me diriga a la taberna de Derende para ejercer mi oficio contest Suar. No tengo ningunaobjecin que poner a que me acompais.

    Mientras hablaba, Suar limpi la espada en las ropas del cuerpo que tena ms cerca, la envain y sevolvi. Recogi su capa y los objetos que tena enrollados en ella y reanud su camino. Ghw Gleokh echa trotar detrs de l con la espada ancha del hombre muerto, pues l no posea ninguna.

    Suar se dirigi directamente a la taberna de Derende y apart la cortina de cuero que serva de puerta.Tuvo que agacharse para no dar con la cabeza en la parte superior del marco de la entrada, pues lproceda de Poseidonis, al otro lado de los mares occidentales o Pusad, como tambin se le llamaba,donde un metro noventa de altura era una estatura normal. El fuego crepitaba en la chimenea central, y suresplandor iluminaba los rostros barbudos y sin barba, mientras que el humo formaba una capa azulada quese deslizaba lentamente por el agujero existente en el techo. Era un fuego pequeo, pues en Kern nuncahaca verdadero fro.

    Suar se abri paso por entre los bancos abarrotados, salud a un par de conocidos y coloc susobjetos sobre el mostrador de servicio de Derende. Uno era una maltrecha y vieja lira, el otro un saco deprovisiones que ola fuertemente a pescado, a pesar de los muchos olores que se notaban en la taberna.

    Oh, si es el poeta! exclam Derende, apretando su enorme barrign contra el otro lado delmostrador. Ests bien, vagabundo?

    Bastante bien, mesonero contest Suar. Te traigo, para que cocinis mi cena, a la propia reinade las criaturas marinas, a la perla de los peces. Mira!

    Desat el cordel que ataba el saco de provisiones y dej sobre el mostrador un gran pulpo. Ghw, quese haba empinado detrs de l para poder ver, retrocedi, lanzando un terrible grito.

    Dioses! grit. Ese es el monstruo universal! Estis seguro que est muerto?

  • Completamente seguro contest Suar, sonriendo burlonamente.

    No cabe duda que lo habis robado a algn pobre pescador gru Derende.

    Qu mal juzga el mundo a un artista! exclam Suar. Si os dijera que lo he conseguidohonradamente, no me creerais, as es que, para qu discutir? En cualquier caso, cocinadlo bien con aceitede oliva y unas pocas verduras, y servidlo con el mejor vino verde de Zhysk.

    Derende comenz a recoger el pulpo.

    Las verduras y el aceite las podis tener gratis a cambio de vuestro canto, pero en cuanto al vino,tendris que pagarlo.

    Vaya! Esta maana an tena algunas monedas, pero me enzarc en un juego y las perd. Si me fiishasta que cante y pase la bandeja...

    En ese caso dijo Derende, sacudiendo la cabeza, la cerveza de cebada ser buena para vos.

    Por las cuerdas de la lira! exclam Suar. Cmo esperis que cante habiendo bebido esa aguade fregar platos? despus, haciendo gestos hacia las dems personas que llenaban la taberna, dijo:Suponis que todas estas personas estn aqu porque les gusta vuestra cerveza amarga y por vuestra carabonita? Vienen a escucharme. Quin llena vuestro nauseabundo tugurio noche tras noche?

    Escuchadme dijo Derende. Tendr que ser cerveza, o ya podis marcharos con vuestros cantosa otra parte. Traer una mujer; alguna moza de pechos robustos que no slo cantar para ellos sino que,adems...

    Ghw Gleokh se adelant entonces y coloc sobre el mostrador una pequea moneda de cobre en formade una cabeza en miniatura, en la que estaba grabado el pez volador de Kern.

    Tome dijo, con su misterioso acento. Denos una buena jarra de vino.

    Derende sonri al ver la moneda.

    As est mejor, maese Derende dijo Suar. Y ahora, viejo barril de manteca, habis visto a miamigo Midawan, el herrero?

    No esta noche contest Derende, sacando una botella de cuero y un par de jarras de cueroembreado.

    Sin duda alguna, vendr ms tarde coment Suar. Hay alguna nueva noticia?

    El Senado ha contratado a un nuevo hechicero replic Derende. Un tarteso llamado Barik.

    Y qu ocurri con el antiguo?

    Lo empalaron a causa de la tormenta de arena.

    A qu se refiere? pregunt Ghw con inters.

  • Conjur una tormenta de arena para aplastar una incursin de camellos de lixitanos del desierto explic Derende, pero se equivoc de direccin y enterr a un puado de nuestros propios guerreros.Y qu noticias tenis vos, Suar?

    Oh! El joven Okkozen, el hijo del cnsul Bulkajmi, fue arrestado por conducir imprudentemente sucarro estando bebido. Gracias a sus buenas relaciones, el magistrado lo dej libre despus de haberle dadouna buena reprimenda. Geddel, el comerciante, ha sido asesinado en las montaas Atlanteas por una brujaa la que trat de engaar a la hora de pagarle sus hechizos mortales. Suar se volvi entonces hacia sucompaero y dijo: Mi buen Ghw, encontremos un lugar donde sentarnos, aunque tengamos que hacerlevantar de su asiento a uno de estos grasientos kerneanos. Vais a compartir mi hermoso pulpo, y yo, acambio, masticar un trozo de vuestro pan.

    El pan lo podis tener a cambio de lo que os debo dijo Ghw en tono spero, pero ni con unaespada al rojo vivo me obligarn a comer un solo trozo de ese terrible monstruo marino.

    Tanto peor para vos coment Suar y, mirando sobre las cabezas de los presentes, seal hacia unlugar. All hay un banco vaco. Vamos.

    El banco era uno de los dos situados a ambos lados de una mesa, ubicada en una esquina.

    Dos hombres estaban sentados frente a ellos, con las espaldas apoyadas contra la pared y unas capasnegras extendidas sobre sus cabezas. Al principio, Suar los tom por euskerianos a causa de las capas,pero al sentarse se dio cuenta que su aspecto resultaba un tanto extrao. El ms joven y alto coma pan yqueso, mientras que el ms viejo y pequeo no coma, sino que inhalaba el humo picante que se elevaba deun diminuto brasero puesto en la mesa, frente a l. no prestaron ninguna atencin a los recin llegados.

    Suar desenroll su capa y la coloc debajo del banco, poniendo al descubierto la falda a franjas de losoriundos de Poseidonis, as como una vieja camisa de lo que haca mucho tiempo, haba sido una lanaexquisita, y que ahora se vea muy remendada. Se coloc en el extremo del banco, de cara a la pared,frente al pequeo extranjero vestido de negro, mientras que Ghw se quit su capa y se coloc en el otroextremo. Suar llen las jarras de vino, mientras Ghw cortaba rebanadas del pan de cebada que llevaba,ligeramente humedecido por la lluvia. Poco despus, los dos se encontraban masticando y engullendo.

    Mi querido y viejo camarada dijo Suar, con la boca llena, qu es esa cosa curiosa con la queestabais golpeando a los ladrones, como Zorm apaleando a los brutonianos? Me parece que nunca hevisto nada igual.

    Ghw, que era un hombre de baja estatura, con el pelo rojo y unos brazos de longitud simiesca, lanzuna terrible mirada a su compaero.

    Eso es algo de lo que no me gusta hablar gru Ghw.

    All vos si queris ser un piojo coment Suar, encogindose de hombros.

    Rasg las cuerdas de su lira y dirigindose al hombre pequeo que estaba sentado frente a l, dijo:

  • Perdonadme, caballero, pero ese humo no me parece una dieta muy alimenticia. Si gustis tomar untrozo de la mejor ensalada de pulpo que se ha hecho en Kern, me complacer mucho guardaros uno encuanto llegue, pues el monstruo resulta demasiado grande, incluso para mi amplia capacidad.

    El hombre levant por fin la mirada. Sus pupilas no eran ms que unos simples puntos bajo el brilloparpadeante de la luz que se encontraba en el pequeo brasero, situado en el centro de la mesa.

    Vuestras intenciones son meritorias dijo, y por ellas seris honrado en los libros de los dioses.Pero habis de saber, mortal, que cuando el alma est alimentada, el cuerpo se ocupa de s mismo.

    Vos tambin sois mortal observ Suar. Bueno, me parece que voy a tener que comerme esebicho yo solo...

    No ser as dijo una nueva voz. Lo he trado para compartirlo con vos.

    Un hombre moreno, de altura media y unos enormes msculos, con pelo y rasgos algo negroides, seencontraba en uno de los extremos de la mesa, sosteniendo un gran plato de madera sobre el que se habanamontonado los trozos humeantes del pulpo cocinado.

    Aparta esa luz, vieja jirafa, y que se vaya este tipo de pelo rojo.

    El hombre dej el plato sobre la mesa, se acerc una silla, y dej en la mesa un trozo de queso, mediahogaza de pan y una bolsa llena de pastillas, que eran su contribucin a la comida.

    No dijo Suar, este hombre de pelo rojo es amigo mo, porque acabo de salvarle la vida.

    Suar narr brevemente la historia de la batalla, hinchndola un poco, y aadi:

    Se llama Ghw Gleokh, si es que lo podis creer. Si no lo podis pronunciar, aclaraos un poco lagarganta y os acercaris lo suficiente a la pronunciacin correcta. Supongo que procede de una de lastribus de brbaros y sangrientos celtas. No es as, Ghw?

    Todo correcto, excepto esa observacin indicando que somos brbaros. Soy un glata. Quin eseste hombre?

    Mi viejo amigo Midawan, el herrero contest Suar. Como desayuno, se come cabezas de lanzade bronce. Procede de Tegrazen, en el sur, que se encuentra junto a las fronteras con el Pas Negro.Aunque es de ascendencia parcialmente negra, jura una y otra vez que nunca ha probado carne humana.Yo le tomo el pelo con eso cuando me fastidia.

    Algn da me tomars el pelo un poco ms de lo que estar dispuesto a soportar dijo Midawan,sentndose en la silla, al extremo de la mesa, y te har un nudo con ese cuello de cisne que tienes.Vamos, glata, toma un tentculo!

    Apartad de m esa babosa criatura marina! dijo Ghw. Es que en toda Kern no hay un buenasado?

    Desde luego contest Suar. Pero slo para los ricos. Nosotros, la gente corriente, nosconsideramos afortunados si podemos probar un trozo de asado durante la Fiesta de Korb. No era as en

  • el pas de donde procedo, en el que engullamos filetes de bisonte todos los das. Y, hablando de caza, esamisteriosa barra vuestra, es alguna especie de arma o instrumento de caza?

    Para entonces, Ghw Gleokh haba bebido ya el vino suficiente como para haberse suavizado. Lanz unsonoro eructo y dijo:

    Podis decirlo as; podis decirlo. En realidad, es una herramienta mgica que posee el ms altopoder. Cuando se la utiliza adecuadamente, ningn hombre y ninguna bestia puede resistirla.

    En aquel momento habl el hombre ms joven y alto que llevaba la capa y estaba sentado al otro ladode la mesa:

    Vaya! Escuchen la fanfarronada de ese brbaro.

    Caballero dijo Ghw, ponindose rgido, no os conozco, pero no permito que ninguna gentuzame hable de esa manera.

    En cuanto a eso dijo el joven de la capa, soy Qahura, aprendiz de mago, y ste es mi maestro,Semkaf. Venidos de la ciudad de Tifn, en el pas de Setesh, cuya magia est tan lejos de la vuestra, comola vuestra pueda estarlo de la de un nio.

    Tranquilizaos, tonto murmur el viejo mago, el que fuera identificado con el nombre de Semkaf.

    Pero, maestro, no es correcto permitir que estos salvajes se mofen y se burlen de nosotros. Se lestiene que dar una leccin.

    Si hay aqu alguien que deba ensearle algo a alguien, ser yo dijo Ghw, elevando la voz. Soy undruida iniciado de los glatas, conocido por todos, mientras que nunca o hablar de vuestra Tifn y hastadudo que exista.

    Claro que existe dijo Qahura, como aprenderais en cuanto nos visitarais y fuerais desollado encualquiera de nuestros altares para el sacrificio. Tifn se eleva, en negro y prpura, surgiendo de losmrgenes msticos el Mar de Tesh, entre las tumbas piramidales de los reyes que reinaron con el mayoresplendor sobre Setesh, cuando la poderosa Torrutseish no era ms que un pueblo, y cuando la doradaKern no era ms que un trozo de playa vaco. Ningn hombre viviente conoce la historia completa deTifn, ni las circunvoluciones de sus calles y de sus pasajes secretos, ni los enormes tesoros de sus reyes, nide los poderes ocultos de sus hechiceros. En cuanto a vos espet el aprendiz, si sois un druida,dnde estn vuestro manto blanco y vuestra corona de murdago? Qu estis haciendo en Kern?

    Oh! Eso, mi rimbombante y joven amigo, es una cuestin de poltica tribal. Nuestro arquedruidamuri repentinamente, y algunos tuvieron la mala intencin de asegurar que yo lo haba matado.

    Evidentemente dijo Qahura, esa magia drudica de la que os jactis no fue suficiente para evitarlas hojas de los cuchillos. Podis hacer algo que no sea la simple lectura de las seales del tiempoatmosfrico?

    Todo lo que vos podis hacer y mucho ms. Por ejemplo, queris ver a los hroes de Glata?

  • Sin esperar la contestacin, Ghw extendi una mano sobre la mesa, dando algunos pases y murmurandounas palabras. Inmediatamente, aparecieron sobre la mesa un grupo de pequeas figuras, del tamao de undedo meique; algunas iban a pie, otras a caballo y otras montaban en unos carros de ruedas escitas.Algunas llevaban pantalones brbaros, mientras que otras iban desnudas y llevaban el cuerpo pintado conchillones colores. Se movieron precipitadamente y sus gritos sonaron en los odos de Suar como elzumbido de los mosquitos. Un par de ellos comenzaron a luchar con espadas del tamao de astillas.

    Vaya! exclam Qahura. Pequeos maniques, pero cualquiera de los gatos sagrados de Seteshacabara rpidamente con todos ellos.

    Lanz a su vez algunas palabras y un gran gato amarillo apareci sobre la mesa. Agarr a uno de losglatas en miniatura y comenz a zarandearlo como si se tratara de un pequeo ratoncillo. Con un gesto,Ghw elimin a los otros hroes, aunque el gato continu zarandeando a su vctima.

    Todo lo que vos podis hacer, lo puedo hacer yo tambin, y mejor dijo Ghw. Conjuris a unfamiliar en forma de un gato, yo har lo mismo, pero con forma de lobo, y ya veremos...

    Caballeros! exclam Suar, colocando una mano sobre el brazo de Ghw. Antes que contineesta competencia, haciendo aparecer leones y mamuts, consideren que la taberna de Derende no es el lugarms adecuado para que luchen entre s esa clase de criaturas. Nos destrozaran, a nosotros y a los demsclientes, como si furamos pequeas sabandijas. Y, lo que es ms importante, an no he cantado miscanciones, ni pasado mi platillo. Os pido que esperis hasta que se aclare el tiempo y podamos dirigirnoshacia cualquier lugar abierto, al otro lado de las murallas, para que entonces podis convocar cada unotodos vuestros squitos demonacos. A los kerneanos les agradar mucho el juego.

    Hay algo de bueno en eso que decs, poeta dijo Qahura. Sin embargo, debe quedar bienentendido que nosotros, los de Setesh, sentimos el mximo desprecio por cualquier hechizo que este druidaexpulsado pueda poner en marcha. Mi propio maestro Semkaf manda a la gran serpiente Apepis, quepodra tragarse al maestro Ghw y a todas sus miniaturas de un solo bocado.

    Me parece que no ser as dijo Ghw, cogiendo algo de debajo del banco. Este es el hechizoms fuerte de todos. Slo tengo que dirigirlo hacia vos o a cualquiera de vuestros monstruos para quecaigan muertos como si hubieran sido sacudidos por un rayo.

    Mostr en la mano el objeto con el que se haba estado defendiendo contra los ladrones. Se trataba deun tubo de bronce de unos sesenta centmetros, abierto por un extremo y cerrado por el otro, sujeto porbandas de bronce a una pieza de madera labrada que se extenda ms all del extremo cerrado, y queterminaba en una especie de culata cuadrada.

    El viejo de Setesh tuvo que hacer un esfuerzo para salir de su estupor.

    Esto es interesante, glata admiti. Aunque estoy de acuerdo con todo lo que dice Qahura ymucho ms, nunca haba visto una vara mgica como sa. Cmo acta?

    Ghw bebi un largo trago de vino, hip y rebusc algo en un talego. Sac finalmente un puado de unasustancia oscura y granular, que verti sobre el extremo abierto del tubo, introducindola en ste.

  • Se inserta este polvo mgico, as dijo. Despus, se introduce esta bola de plomo, hecha paraque quepa sin dificultades en el interior del tubo, y se coloca sobre el polvo..., as. Se empuja la bala haciaabajo con un palo en cuyo extremo hay varios trapos, con objeto de colocarla en su sitio..., as. Se echadespus un poco del polvo en este pequeo agujero..., as. Despus se enciende este polvo con cualquierllama adecuada y, produciendo una poderosa llamarada la bala es impulsada, atravesando cualquier objetoque se interponga en su camino. Pero no temis; valoro demasiado estos polvos como para desperdiciarloshaciendo una demostracin ante un par de saltimbanquis degenerados como vosotros.

    Por qu no lo usasteis contra los ladrones? pregunt Suar.

    Porque el tubo no estaba cargado y porque, aun cuando lo hubiera estado, no dispona de fuego conel cual ponerlo en marcha.

    Los ojos despiertos de Semkaf miraban fijamente el artilugio.

    Y cul es la composicin de ese polvo? pregunt.

    Ghw hizo girar la cabeza con una solemnidad de beodo.

    Eso nunca lo sabris por m! Me fue confiado por parte del desgraciado arquedruida, justo antes desu accidente. Cuando se encontraba tendido, moribundo a causa del corte que l mismo se haba hecho,me confi el instrumento y todos sus secretos.

    Midawan el herrero, que se haba mantenido demasiado ocupado hasta ese momento como para tomarparte en la conversacin, dijo:

    No me gusta vuestro instrumento mgico, extranjero. Si tiene el suficiente polvo detrs de la bola,destrozar mi escudo o mi peto ms fuerte. Qu sera entonces de mi oficio? Al fondo del ocano!

    No sera slo eso coment Suar. Si estas mejoras estuvieran introducidas en el ejrcito, el viejoy noble arte de la esgrima no tardara en desaparecer. Ahora que los hombres luchan cargados comolangostas con planchas y lminas de bronce, antes que un estoque prefieren llevar esas enormes espadas dehoja ancha, para abrirse paso as por entre las defensas del enemigo. Son como simples golpes de leador.

    Los tiempos cambian y uno tiene que cambiar con ellos dijo Midawan.

    Cierto, pero eso tambin se aplica a vos observ Suar. As es que ser mejor que comencis aelaborar una serie de faroles de bronce y espejos para el da en que esos instrumentos se hayan adueadode los campos de batalla.

    Semkaf se inclin entonces hacia Ghw Gleokh.

    Deseara vuestro instrumento, mortal. Ddmelo.

    Cmo! Insolente bribn! replic Ghw. Estis loco? Nosotros matamos a los hombres pormenos de lo que habis dicho.

  • Caballeros! dijo Suar. Aqu no, os lo ruego! O esperad al menos a que haya terminado laCancin de Vrir y haya recogido mi dinero. Os llenar los corazones de emocin... y se apresur atocar la lira.

    Qu son vuestras canciones para m? pregunt Semkaf. Yo no poseo emociones mortales.Quiero...

    As pues, sois como esos glotones cerdos de Kern dijo Suar. No apreciis las artes, comoellos. Slo se preocupan por el dinero. De cualquier modo, ese instrumento no os servir de nada si nosabis la frmula del polvo.

    Eso lo puedo saber en cuanto quiera a travs de mis propias artes replic Semkaf. Vamos,amigo Ghw, os ofrezco a cambio lo que es de mayor valor para vos.

    Y qu es eso, bufn! pregunt Ghw.

    nicamente vuestra vida.

    Ghw lanz un escupitajo a travs de la mesa e inmediatamente despus cogi su jarra de vino y lanz loque en ella quedaba contra el rostro del de Setesh.

    Eso es para vos!

    Semkaf se sec su esculido rostro con la punta de su capa y volvi su cabeza de halcn hacia suaprendiz, murmurando:

    Estos salvajes me estn hartando. Mtales, Qahura.

    Qahura humedeci un dedo en su jarra de vino, traz un smbolo sobre la mesa y comenz a recitaralgo. Antes que pudiera terminar la primera frase en la desconocida lengua que empleaba, Ghw Gleokhelev su instrumento de tubo con la mano derecha y se apoy la culata de madera contra el hombro, demodo que la parte abierta del tubo apuntara contra el pecho de Qahura. Con la mano izquierda, cogi lallama del brasero y la aplic al pequeo agujero situado sobre la parte superior del tubo.

    Se oy un ruido sibilante y del agujero surgi un penacho de llama amarillenta y unas chispas. Casiinstantneamente, la habitacin se estremeci con el estampido de una tremenda explosin. La llama y elhumo surgidos por el extremo abierto del tubo impidieron el poder ver a Qahura.

    Mientras la habitacin an estaba llena de los ecos de la explosin, todos los rostros se volvieron haciala mesa de Suar. Despus, se escucharon terribles gritos y el sonido de las sillas y mesas arrastradas,cuando todos los presentes intentaron salir de all al mismo tiempo, abalanzndose unos sobre otros, llenosde pnico. El gato conjurado por Qahura se desvaneci en el mismo instante de la explosin. Suar tosiante el olor del sulfuro quemado.

    Cuando empez a aclararse el humo, Qahura, con los prpados cados y la boca abierta, cay sobre lamesa, con el rostro, ennegrecido por el humo, sobre el vino derramado. Por encima de su cuerpo, Semkafy Ghw se quedaron mirando fijamente el uno al otro. Ghw haba dejado el tubo a un lado, sacando laespada de hoja ancha que le quitara al ladrn, pero ahora pareca estar luchando contra una extraa

  • parlisis que le atenazaba. Suar trat de levantarse, descubriendo que se haba enredado las piernas con elbanco, la capa y el estoque.

    Os he subestimado dijo Semkaf, sacndose de uno de los dedos un anillo en forma de reptil yrealizando movimientos msticos con l, al tiempo que deca: Antif maa-yb, 'oth-m-hru, Apepite!

    Suar percibi un terrible hedor a reptil y el seco deslizarse de unas escamas. No vio nada pero, a suderecha, Midawan el herrero retrocedi como si hubiera sentido un contacto invisible y Ghw Gleokh lanzun grito horrendo. Algo se agarr al glata, hacindole caer del banco al suelo. Suar, que an intentabaponerse de pie, se qued atnito al observar que el brazo derecho del ex-druida haba desaparecido hastala altura del hombro.

    Los dems clientes casi haban vaciado ya el local, saliendo al exterior a travs de todas las aberturasexistentes. Todos desaparecieron en un momento.

    Con un rpido movimiento, Midawan sac un cuchillo de hoja ancha de su cinto y salt diagonalmentesobre la mesa, desde el extremo donde se hallaba sentado, yendo a caer casi sobre el regazo de Suar, en elmismo lugar donde antes estuviera sentado Ghw. Al mismo tiempo que cay, su brazo derecho seextendi, introduciendo el cuchillo en el pecho de Semkaf, cortndole a mitad de otra frase de anatema ycondena.

    En el suelo, Ghw realizaba extraas convulsiones, como si una inmensa e invisible serpiente le estuvieraestrujando mortalmente. Su cuerpo se dobl y se sacudi y los huesos crujieron como astillas.

    Suar se libr de su enredo, se levant rpidamente, retrocediendo hasta la puerta. l y Midawan eranlas ltimas personas que quedaban en la taberna, a excepcin de los tres magos. Cuando Suar echaba acorrer hacia la puerta, arrastrando la capa y llevndose su preciosa lira, se detuvo un instante para mirarhacia atrs.

    Ahora, Semkaf estaba echado hacia adelante, con el rostro sobre la mesa, como su aprendiz, y a sulado. Sobre el suelo, Ghw Gleokh, ensangrentado y distorsionado, haba dejado de retorcerse. Ahoraestaba quieto en el suelo, pero tanto su cabeza como su otro brazo tambin haban desaparecido. Enaquella ltima mirada, Suar vio como la zona de invisibilidad descenda hasta que slo qued la mitadinferior del cuerpo de Ghw y sus piernas. Pareca como si estuviera viendo a una rana que fuera tragadapor la cabeza de una serpiente invisible...

    Ya en el exterior, Suar y Midawan corrieron tres manzanas a lo largo de la calle Ocano antes dedetenerse para respirar.

    Por qu mataste a Semkaf? pregunt Suar. En realidad, no era una pelea nuestra.

    Es que no le oste decir a Qahura que nos matara a todos? Estos brujos no son precisamenteamables cuando lanzan sus maldiciones.

    Y cmo pudiste hacerlo cuando Ghw no pudo?

  • No lo s. Supongo que fue porque llev cuidado de no mirarle a los ojos, y quizs porque estabaalgo debilitado por aquella droga que estaba inhalando; me parece que era el olor de la rosa de la muerte.

    Pero ahora, su demonio privado ha quedado suelto sin nadie capaz de hacerlo regresar a su propiomundo.

    Normalmente, esas cosas regresan por s solas coment Midawan, encogindose de hombros.Eso es, al menos, lo que he odo decir. Si maana omos decir que Apepis an anda suelta por la ciudad,podemos ir a ver a mis primos, en Tegrazen. Adems, de no haberle matado, Semkaf se habra enteradode los secretos del tubo tronador y si esa cosa llega a ser utilizada por todos, mi negocio habra terminadopor venirse abajo.

    Suar Peial se dio cuenta entonces que Midawan llevaba el ingenio de tubo en cuestin. Al hablar, elherrero hizo girar el instrumento por encima de su cabeza y lo lanz con fuerza hacia la baha. Suar escuchun dbil chapoteo cuando el arma choc invisiblemente contra el agua, hundindose en la oscuridad.

    Eh! exclam Suar. Si t no lo queras, yo podra haber vendido el bronce por el precio devarias comidas. Como esta noche no he tenido oportunidad de cantar, no s cuando podr volver a comerni cuando podr beber una jarra de vino, o presumir con una moza.

    Es mucho mejor que esas cosas estn fuera del alcance de cualquiera dijo Midawan. Por miparte, puedo invitarte a una comida o dos. Ya sabes que eso en realidad no me preocupa. Tendremos quemejorar nuestras artes; pero ningn juguete mgico como se nos dejar nunca fuera del negocio. S, seor,las armaduras continuarn existiendo.

    F I N

    Colaboracin de Egocntrico.Revisin y Reedicin Electrnica de Arcnido.

    Revisin 3.