la car a ocult adela crisis

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http://danipirata80.wordpress.com/ ¿Por qué nos mienten? La cara oculta de la crisis Publicado el 23 noviembre, 2014 de danipirata80 Esto es un billete de doscientos mil Marcos del Reich alemán de 1923. Su posesión no era garantía de renta vitalicia alguna;de hecho en aquel tiempo, en la Alemania posterior a la Gran Guerra de 1914, los billetes de uso cotidiano llegaron a ser transportados en carretillas y el dejar una de ellas , siquiera por unos momentos, sin la debida vigilancia podía tener por fatal desenlace el que fuera robada la carretilla siendo despreciados los billetes. Es dificil imaginar una mayor humillación para el poderoso caballero Don Dinero retratado por nuestro Francisco de Quevedo. ¿Cómo pudo llegarse a esta situación? Tres causas pueden alegarse para explicar lo que hoy puede parecernos inverosímil: la primera, el enorme endeudamiento contraído por Alemania y el resto de beligerantes durante aquella guerra, la segunda, la necesidad de hacer frente a las imposibles indemnizaciones de las que debían beneficiarse los vencedores de la guerra y que eran consecuencia de la imposición del llamado Tratado de Versalles y la tercera , más importante hoy para nosotros, la absoluta falta de relación entre el dinero legal en circulación y la realidad económica de un país. Algo que parece contradecir el sentido común que cree ver en el dinero un medio para favorecer los intercambios y que por tanto debe guardar relación con los bienes ofertados y los demandados, entre lo que se vende y lo que se compra, un puente que une dos orillas y que hunde sus cimientos en ellas. Una idea nada original esta del puente para representar la función del dinero; no tienen más que fijarse en cualquier billete emitido por el Banco Central Europeo para comprobar que en todos ellos también figuran puentes; eso sí, puentes virtuales que no pueden localizarse en ningún país de la Unión Europea. Puentes de ficción para una economía que ha degenerado en pura ficción. En Alemania hace noventa años el dinero dejó de tener valor, en Europa hoy lo sigue teniendo en la medida en que se lo demos y olvidemos de dónde procede. Porque nada hay hoy más desconocido que el origen del dinero, su multiplicación y la identidad de aquellos que controlan este proceso. Es por ello necesario intentar levantar el velo de misterio que cubre esta realidad, consciente de que mucho de lo que van a escuchar puede parecerles pura fabulación, pese a ser mucho más real que los puentes grabados en los billetes de nuestra moneda. No es posible esbozar alternativas al sistema financiero y económico actual sin entender previamente el absurdo sobre el que se ha construido. Pero antes, demos un salto considerable en el tiempo: Hace unas dos semanas, en Ayora se celebraron unas jornadas sobre las pinturas rupestres de Tortosilla, vecinas de las pinturas de La Cueva de la Vieja, en Alpera. El profesor que explicaba las pinturas señaló que éstas fueron realizadas sobre pinturas preexistentes de mayor

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http://danipirata80.wordpress.com/

Por qu nos mienten? La cara oculta de lacrisisPublicado el 23 noviembre, 2014 de danipirata80

Esto es un billete de doscientos mil Marcos del Reich alemn de 1923. Su posesin no era garanta de renta vitalicia alguna;de hecho en aquel tiempo, en la Alemania posterior a la Gran Guerra de 1914, los billetes de uso cotidiano llegaron a ser transportados en carretillas y el dejar una de ellas , siquiera por unos momentos, sin la debida vigilancia poda tener por fatal desenlace el que fuera robada la carretilla siendo despreciados los billetes. Es dificil imaginar una mayor humillacin para el poderoso caballero Don Dinero retratado por nuestro Francisco de Quevedo. Cmo pudo llegarse a esta situacin?

Tres causas pueden alegarse para explicar lo que hoy puede parecernos inverosmil: la primera, el enorme endeudamiento contrado por Alemania y el resto de beligerantes durante aquella guerra, la segunda, la necesidad de hacer frente a las imposibles indemnizaciones de las que deban beneficiarse los vencedores de la guerra y que eran consecuencia de la imposicin del llamado Tratado de Versalles y la tercera , ms importante hoy para nosotros, la absoluta falta de relacin entre el dinero legal en circulacin y la realidad econmica de un pas. Algo que parece contradecir el sentido comn que cree ver en el dinero un medio para favorecer los intercambios y que por tanto debe guardar relacin con los bienes ofertados y los demandados, entre lo que se vende y lo que se compra, un puente que une dos orillas y que hunde sus cimientos en ellas. Una idea nada original esta del puente para representar la funcin del dinero; no tienen ms que fijarse en cualquier billete emitido por el Banco Central Europeo para comprobar que en todos ellos tambin figuran puentes; eso s, puentes virtuales que no pueden localizarse en ningn pas de la Unin Europea. Puentes de ficcin para una economa que ha degenerado en pura ficcin. En Alemania hace noventa aos el dinero dej de tener valor, en Europa hoy lo sigue teniendo en la medida en que se lo demos y olvidemos de dnde procede.

Porque nada hay hoy ms desconocido que el origen del dinero, su multiplicacin y la identidad de aquellos que controlan este proceso. Es por ello necesario intentar levantar el velo de misterio que cubre esta realidad, consciente de que mucho de lo que van a escuchar puede parecerles pura fabulacin, pese a ser mucho ms real que los puentes grabados en los billetes de nuestra moneda. No es posible esbozar alternativas al sistema financiero y econmico actual sin entender previamente el absurdo sobre el que se ha construido.

Pero antes, demos un salto considerable en el tiempo: Hace unas dos semanas, en Ayora se celebraron unas jornadas sobre las pinturas rupestres de Tortosilla, vecinas de las pinturas de La Cueva de la Vieja, en Alpera. El profesor que explicaba las pinturas seal que stas fueron realizadas sobre pinturas preexistentes de mayor antigedad, al igual que en tiempos ms recientes se levantaron iglesias sobre mezquitas o mezquitas sobre templos hispanoromanos. Con ello el profesor quera llamar la atencin sobre algo que no solemos tener presente suficientemente: no somos tan diferentes a nuestros antepasados de hace miles de aos como podemos llegar a creer. Esta afirmacin, que aun puede resultar hoy en da chocante fue principal motivo de enfrentamiento en la segunda mitad del siglo XIX entre evolucionistas y creacionistas y precisamente por causa del descubrimiento en Espaa de las pinturas rupestres de las Cuevas de Altamira. La perfeccin tcnica y belleza de esas figuras de bisontes , para los evolucionistas, no podan ser obra de seres primitivos. Los creacionistas , por contra no vean problema alguno en ello, dado que Dios nos habra creado tal y como hoy somos. El descubridor de las cuevas muri sin poderse quitar de encima la sospecha de haber falsificado las pinturas. Pero stas no eran falsas .

Qu quiero decir con esto? Que el hombre moderno tiende a mirar con demasiada facilidad por encima del hombro a las generaciones anteriores ya que creemos ser hijos de un tiempo dominado por el pensamiento racional y nos ufanamos de haber dejado atrs los tiempos en que la f en poderes ajenos a nosotros mismos nos servan de proteccin frente a las incertidumbres de la vida. En fin , tan orgullosos como estamos de nuestro dominio de la tcnica y de la naturaleza, consideramos nuestros conocimientos como una garanta ms que suficiente para poder afrontar el futuro sin temor alguno.

Y sin embargo no es as. No hemos renunciado a la f. Hemos sustituido la fe en Dios o en los Dioses por la f en nosotros mismos y en la idea del progreso, entendido este como una promesa permanente de mejora material. Una promesa que hoy, debido a la crisis empieza a resquebrajarse y una promesa, esta del progreso, que hasta hace unos aos nos impeda siquiera el pensar en un mundo y una forma de vida alternativa a la actual. En el fondo creamos vivir en el mejor de los mundos posibles.

El poder poltico dominante siempre impregna con sus valores al mundo que vive bajo su influencia. El ltimo siglo ha sido el siglo de los EEUU de Norteamrica y ese pas es el resultado de un colosal experimento humano: un pas enteramente de inmigrantes imbuidos de un fanatismo religioso que les llev a romper con su Europa natal y sus creencias para levantar lo que consideraban la nueva tierra prometida. Una sociedad que se articul en torno a la creencia de que la riqueza material de uno no era ms que la seal clara de gozar de la gracia divina . Dado que los hombres eran iguales por nacimiento, slo por lo que llegaban a tener podan ser considerados. Esta era la creencia de los padres fundadores, vigente hasta hoy y que ha alimentado el sueo americano, junto al regalo de poder contar con un territorio muy rico en el que parecan no existir lmites a la conquista humana.

Alexis de Tocqueville el historiador francs que vivi en los Estados Unidos durante la primera mitad del s.XIX y que escribi acerca del carcter de ese nuevo Estado manifest:

A medida que se profundiza en el carcter nacional de los estadounidenses, se ve que han buscado el valor de todo en este mundo slo en la respuesta a la pregunta: cunto dinero va a reportar?

Para aadir en otro pasaje de su obra La Democracia en Amrica :

Ninguna prdida de reputacin lastra en Amrica el amor al dinero (), el americano considerar como honrosa y valiosa una conducta que para nuestros antepasados constituira pura avaricia

Tocqueville, nacido en la Francia posterior a la Revolucin segua siendo un representante de la vieja Europa y rechazaba esa forma de ver la vida. Nosotros tambin somos europeos por ms que esos contravalores de los estadounidenses hayan llegado tambin a arraigar en nuestra tierra, suplantando la cultura del ser por la cultura del tener. El concete a ti mismo, el nada en demasa y el llega ser lo que eres de nuestra cultura clsica europea perecen haber quedado en el olvido. Un cambio radical en nuestra forma de entender el mundo y la vida que llega hasta los ltimos confines. Tambin de la economa.

Confianza y f comparten la misma raz, tienen el mismo origen y creo que habrn escuchado muchas veces a los responsables polticos afirmar que el sostn del sistema econmico es la confianza: hay que tener confianza en los bancos y hay que ganarse la confianza de los mercados. En pocas palabras, hoy como ayer se nos pide que tengamos f, f en esa mano invisible que dirige los mercados y que hace que la bsqueda individual de la satisfaccin de nuestro inters particular se transforme, por arte de magia, en un creciente bienestar colectivo. Es claro que esa mano invisible, hoy en el 2011, no despierta ya la f de apenas nadie. La mano invisible ha quedado demasiado al descubierto y los mismos que ayer la defendan piden hoy a gritos la intervencin abierta del estado. Por ello , debemos reflexionar sobre aquello en lo que tenamos que confiar y para ello echemos mano de otro billete, un billete de un dlar estadounidense:

Hasta mediados los aos 20 del pasado siglo en este billete poda leerse que la entrega del mismo a las autoridades monetarias tendra por resultado que el portador del billete recibira un dlar de plata; en los aos cincuenta se cambi el texto indicando que a la entrega del billete de dlar, el portador recibira un dlar. Hoy lo que leemos es mucho ms rotundo: In God we trust, es decir, Confiamos en Dios. Esto es lo que recibiremos a cambio de la entrega del billete. Una manifestacin de f en estado puro. Y en verdad que nos va a hacer falta mucha f para sostener toda esta tramoya.

El paso de una moneda respaldada por un valor fsico real, como el oro o la plata que ella misma contena o el de un billete que tena una equivalencia en oro y plata y que se emita por el poder poltico en la medida en que dispona de ese metal en reserva en su tesorera, hasta el de nuestro dinero que carece de valor fsico real en s, ha sido lento pero puede resumirse as:

Durante le edad media los orfices, las personas que trabajaban los metales preciosos, y principalmente el oro, y que en muchos casos tambin eran prestamistas de su propio capital, aceptaban guardar en sus cofres de seguridad las monedas de personas que les confiaban su custodia. A cambio les extendan pagars o promesas de recuperar el dinero a la presentacin del mismo. Con el tiempo estos pagars, que no eran dinero legal, se utilizaron en los intercambios comerciales, en lugar de las pesadas monedas que no llegaban a salir del cofre. El siguiente paso fue fruto de la observacin y consisti en que los guardianes de los depsitos comprobaron que stos no eran retirados a un mismo tiempo por sus dueos, durmiendo un sueo improductivo en el fondo de los cofres. Audazmente procedieron a extender prstamos en forma de pagars con la garanta de las monedas de los otros propietarios, creando nuevo dinero de la nada y en la confianza de que no todos los depositantes acudiran a un mismo tiempo a retirar sus monedas. Haba nacido el dinero bancario. Lo que hoy nos puede parecer estafa y abuso de confianza es la base de nuestro sistema econmico. Y hoy se encuentra en su apogeo que es a la vez su crisis.

Lo que solemos llamar dinero, monedas y billetes, apenas si es un 10% del dinero realmente circulante en la UE, en EEUU la cifra se reduce a un 3%. El resto es dinero creado por el sistema bancario, dinero creado de la nada y dinero que genera intereses, dinero que pare dinero, e intereses que deben ser religiosamente reembolsados. Cmo funciona esto?

En contra de lo que pensamos , los bancos no aceptan depsitos con una mano y realizan prstamos con la otra. En realidad toman depsitos con un dedo y realizan prstamos con los otros diecinueve dedos, los de los pies incluidos.

Cuando Ud. lleva 1000 a un banco para abrir un depsito el banco se los apunta en su haber. De esos 1000 el banco guarda 20 como reserva, que deposita en el Banco Central del pas y los otros 980 los presta a otra persona, que ver como aparecen tambin en su haber; esta persona realiza una compra y esta cantidad aterriza en la cuenta del vendedor cuyo banco retiene el 2% de la misma y puede volver a prestar el resto a un nuevo deudor y as continua creciendo el dinero en circulacin que tuvo como nico origen nuestros mil euros iniciales. En principio hasta 50 veces podra repetirse el proceso con cuantas cada vez inferiores, si bien esto no es real porque los bancos estn sujetos , adems de la reserva mnima descrita a otra limitacin en su funcionamiento: la llamada solvencia o cociente entre el capital propio del banco y el volumen total de su prstamos. Inicialmente de un 4%en la zona Euro es superior en Espaa y del 8%. Como habrn odo, ahora se pretende subir a un 9% para toda la zona Euro. Es lo que llaman recapitalizar un banco.

El negocio bancario se sustenta sobre tres patas: la capacidad de inflar el crdito con una muy escasa existencia de depsitos de dinero que llamaremos real, la participacin de los dueos del banco en el negocio con un muy escaso capital propio, y la posibilidad de reclamar intereses sobre el conjunto de los crditos . El negocio es rentable en s , pero al mismo tiempo invita a una cada vez mayor asuncin de riesgos porque en caso de salir mal las cuentas, los beneficios seguirn siendo privados, mientras que las prdidas se socializan . Vemoslo con unos ejemplos:

- solvencia y rentabilidad morosidad y escasez de crditoQu significa todo esto?

Significa que si el Estado, que creemos soberano, ha perdido realmente la capacidad para controlar el dinero realmente existente en una economa, cedindole esta potestad al sistema bancario, no es de extraar que sea rehn del mismo y tenga que impedir su quiebra.

Es importante que entendamos que no es la morosidad la que hunde el sistema por accidente. Un accidente puede ocurrir o no llegar a ocurrir. La morosidad, por contra, es una necesidad , es la consecuencia inevitable del sistema y por lo tanto ste est condenado a la ruina, independientemente de que su aparicin se deba al estallido de una burbuja inmobiliaria , como en EEUU o Espaa o de una burbuja del mercado de acciones tecnolgicas como en EEUU en el ao 2000.Por qu el sistema est condenado a la ruina?

Porque con los prstamos que alimentan nuestra economa se crea dinero bancario que hay que devolver al prestamista, pero ste no crea los intereses que debemos aadir a la deuda. Estos deben salir de la economa real y sta es incapaz de generar tal volumen de dinero, porque el dinero bancario , que es deuda por definicin, supera con creces al dinero que llamaremos real o emitido por los bancos centrales. El sistema aplaza su quiebra total, inevitable, asumiendo un mayor endeudamiento en su conjunto para hacer frente a la aparicin de impagados en forma ms o menos generalizada, hasta que el volumen global de la deuda no puede ya ser sostenido.

Este y no otro es el origen del mito de la necesidad de un crecimiento permanente, ahora llamado sostenible, de la economa de nuestros pases, expresado en forma de PIB. Una economa que no crece no puede atender ni siquiera el servicio de la deuda, es decir, de los intereses. Esto es como el que sobre una bicicleta deja de pedalear; se cae. De esta forma la necesidad de satisfacer los intereses en aumento de la falsa riqueza basada en la deuda alimenta el monstruo del crecimiento sin lmites que devora la riqueza real de la tierra.

Si el sistema capitalista entroniz al capital como divinidad objeto de nuestro culto, el sistema financiero actual ha investido de un mayor poder a este capital al otorgarle la capacidad infinita para multiplicarse, desligando este crecimiento de todo intercambio real de bienes y servicios y olvidando la existencia de unos lmites fsicos a todo proceso econmico. Economa y ecologa comparten una misma raz etimolgica griega; oikos, casa. Pero es evidente que la economa actual tiempo ha que se ha desarraigado , merced al capital bancario y financiero, de toda realidad construyendo un castillo en el aire que ahora se nos viene encima, pero que de cualquier modo no poda ni puede sostenerse.

La situacin todava se agrava ms si nuevamente volvemos nuestra mirada a los EEUU y es imprescindible hacerlo. Desde 1913 en ese pas la moneda oficial es emitida por el Sistema de la Reserva Federal, pero casi nadie parece saber que ese sistema est compuesto por un conjunto de 12 bancos regionales, asentado cada uno de ellos en un estado federado, cuyos accionistas son los principales bancos privados de los EEUU y donde el 53 % de todo el sistema recae sobre la Reserva Federal de Nueva York. Es decir, que incluso ese dlar que antes les ense es emitido por la banca privada de los EEUU que presta su dinero al gobierno federal demandando los consiguientes intereses. Dos grupos bancarios de los EEUU controlan el sistema de la Reserva Federal, el grupo de Rockefeller y el grupo de la banca Morgan y esto ha sido as durante todo el pasado siglo XX hasta hoy.

Hasta 1910 en los EEUU, quin deba emitir la moneda de la Federacin era tema objeto principal de debate en las campaas electorales. La llegada al poder de Wilson con un programa que se llamaba New Freedom y cuyo mentor era el juez Brandeis del Tribunal Constitucional prometa acabar con el poder de la oligarqua financiera que quera hacerse con ese derecho de emisin. Hizo todo lo contrario ; instaur el sistema de la Reserva Federal. Obama tambin prometi meter en vereda al avaricioso sistema de Wall Street alimentado por su predecesor Bush hijo. Una vez en el poder nombr como Secretario del Tesoro a Timothy Geithner, Presidente de la Reserva Federal de Nueva York y confirm a Salomon Bernanke como Presidente del Sistema de la Reserva Federal en su cargo. Es el mismo Bernanke que el 21/11/2002 manifest claramente como funcionaba el sistema monetario de los EEUU:

El gobierno de los EEUU dispone de una tecnologa llamada impresora (o su equivalente electrnico actual) con la cual puede producir tantos dlares como quiera, y esto prcticamente sin coste alguno. Al incrementar la cantidad de dlares en circulacin, o slo amenazando con ello, puede el gobierno de los EEUU devaluar el valor del dlar frente a bienes y servicios , lo cual se traduce en un incremento de los precios de esos bienes y servicios. Llegamos a la conclusin que un Estado decidido con una sistema de papel-moneda puede siempre incrementar sus gastos y crear una inflacin positiva

Si esto lo hace un gngster en un stano de su casa, est falsificando la moneda, si lo promueve el gobierno est creando una inflacin positiva pero devaluando el valor del dinero que lleven en la cartera hasta llegar a una situacin como la de Alemania en los aos veinte.: no vale el dinero, sino la carretilla que lo transporta.

Se preguntarn ustedes, por qu en los EEUU el dinero no ha perdido todo su valor, como en la Alemania de los aos veinte? Porque EEUU impuso desde el fin de la II GM su moneda como moneda de intercambio y reserva internacional, hasta 1971 ligada al oro, desde entonces carente de respaldo alguno. En qu se traduce esto? En que gran parte de los intercambios comerciales internacionales se realiza en dlares, drenando la sobreproduccin de billetes de ese pas dado que los necesitamos para pagar nuestras compras, por ejemplo de petrleo, pero no slo, tambin de la mayora de las materias primas. De esta forma mantenemos irrealmente alto el valor de esos billetes verdes. Y qu hacen aquellos que obtienen dlares con sus ventas, por ejemplo de petrleo? los invierten en deuda del tesoro estadounidense, cerrando el ciclo de ese dinero y favoreciendo el endeudamiento de ese estado. De hecho el mayor deudor del mundo, un pas que necesita diariamente que dos mil millones de dlares del resto del mundo sean invertidos en l para poder pagar el enorme exceso que su consumo tiene sobre su produccin.

Esta necesidad de captar dinero del resto del mundo explica el enorme desarrollo de su sistema financiero y el diseo de productos cada vez ms sofisticados y aparentemente rentables para atraer los capitales mundiales. Como las hipotecas basura que estn en el desencadenante inmediato de esta crisis y cuyo fundamento ideolgico fue la necesidad de democratizar el crdito. Es decir, de hacer accesible los crditos a todo el mundo, incluso a aquellos que no podran devolverlo, para mantener la ficcin de un crecimiento econmico,basado en las deudas. Y los riesgos de esta prctica? , se preguntarn ustedes:escaso para los hipotecados, comparada su situacin con la espaola o europea pues en EEUU existe la dacin en pago, la mayora de hipotecas basura se firm sin aportar entrada alguna y algunas incluso sin apenas amortizacin de capital en los primeros aos. El pago de los intereses que han realizado equivaldra a un alquiler por la vivienda que han utilizado. Y para los bancos? Tambin escaso porque para eso ya inventaron la llamada titulizacin de las cdulas hipotecarias con lo cual repartan este riesgo entre el resto del mundo, vido de obtener un buen rendimiento para sus capitales. Es lo que Stiglitz llama el gran atraco estadounidense en su libro Cada libre. Y Stiglitz es estadounidense.

Por otro lado, la necesidad de que el resto del mundo siga reconociendo al dlar su papel de moneda de pago internacional, lleva a los EEUU a reprimir cualquier intento de poner en tela de juicio el valor de esta moneda. Por ejemplo en Irak, ocupando este pas en 2003 cuando S.Hussein ya no aceptaba el dlar como moneda de pago para sus ventas de petrleo, sino el euro, moneda a la que cambi igualmente sus reservas nacionales de dlares. Es en esta guerra de divisas donde est tambin el origen de la guerra comercial contra Irn que EEUU sostiene desde hace aos. El precio del petroleo mundial se fija en Londres y Nueva York. Desde 2008 en Tehern tambin hay una bolsa de petroleo donde el precio se fija en la moneda nacional y las ventas de petroleo al Japn se realizan en yenes y ya no en dlares desde septiembre de 2007. Al igual que la decisin en su da de Irak, este hecho se silencia y pasa desapercibido para una gran mayora. No lo olviden cuando vuelvan a oir hablar de los llamados estados gamberros y de la necesidad de estrechar su cerco por parte de lo que EEUU llama la Comunidad Internacional porque nosotros formamos parte de ella.

El mercado financiero estadounidense es con diferencia el mayor del mundo y cualquier gran empresa que desee acceder a los capitales que operan en ese pas debe cotizar en su bolsa, tambin los Estados que venden su deuda. Para cotizar en la bolsa de esa pas deben someterse a la calificacin de al menos dos de las empresas de calificacin estadounidenses, como Standard&Poors (S&P) y Moodys, de ah su poder. Junto con Fitch, controlan el 93% del negocio de calificacin de los EEUU. Estas empresas estn al servicio del sistema financiero de los EEUU y tienen unos dueos, realidad sobre la que tampoco se habla:

Veamos quin est detrs de Moodys. Su principal accionista (18%) es Berkshire Hathaway cuyo dueo es Barren Buffett el que pasa por ser el inversor ms eficiente del mundo y segn Forbes(2008) el hombre ms rico del mundo. Como principales accionistas le siguen Goldman Sachs y Barclays Bank. No es difcil acertar en las inversiones especulativas cuando se tiene acceso a la contabilidad interna de las empresas y Estados calificados y se sabe si van a subir o bajar en su calificacin en el inmediato futuro. Esto se llama transparencia para algunos y opacidad para todos los dems. Este conocimiento permite, por ejemplo, obtener grandes ganancias con las llamadasventas a corto en las cuales vendemos un valor (accin, bono estataletc) que sabemos que va a bajar, para volverlo a comprar a menos precio cuando haya bajado. La diferencia entre ambos precios es nuestra ganancia y las consecuencias que puede tener sobre la economa real son evidentes.

En el caso de S&P , sta pertenece al complejo empresarial McGraw-Hill dueo de importantes empresas editoriales y de informacin de los EEUU. El grupo fue uno de los ms firmes apoyos econmicos de la familia Bush y su guerra contra el terror, ahora continuada por Obama.

Quiz esto pueda explicar porqu el 21 de septiembre de 2005 la agencia S&P anunci en una revista econmica alemana que estudiaba bajar la calificacin de la deuda alemana. Una semana despus el parlamento alemn deba decidir sobre la extensin y prolongacin de la presencia de sus tropas en Afganistn, de vital importancia para los EEUU. La presencia fue aprobada. De la rebaja de calificacin no se volvi a hablar.

El enorme poder financiero de los EEUU y sus efectos se manifiesta tambin en su capacidad para subir o bajar los precios de las materias primas como los alimentos y el petroleo. Los precios de estos productos se fijan en las bolsas de futuros de los EEUU, como la de Chicago para los alimentos, y la capacidad de actuar sobre ellos del capital especulativo es enorme. Recordarn el ao 2008 cuando a finales del verano el barril de crudo cotizaba rondando los 150 $. Fue semanas antes de la eleccin del nuevo Pte de los EEUU, el final de Bush hijo y el comienzo de la era Obama. El Congreso de los EEUU ya estaba entonces dominado por los demcratas y estos se oponan a levantar la prohibicin de hacer prospecciones petrolferas en las costas este y oeste de los EEUU, prohibiciones que se haban establecido para la proteccin del medio ambiente. Las compaas petrolferas deseaban levantar la prohibicin, el Congreso no lo permita pero las elecciones eran inminentes. A travs de los mercados de futuros estadounidenses el matrimonio formado por el capital financiero y las empresas petroleras orquest una campaa de compras de petrleo a meses vista y con precios fijados al alza, haciendo subir los precios reales y dando origen , con el apoyo de los medios de comunicacin a una presin pblica en favor del levantamiento de la prohibicin. El objetivo fue conseguido, Obama prometi ser flexible con la prohibicin en su campaa electoral. El precio del barril baj a los 110 $. El 28 de septiembre de 2008 se di a conocer oficialmente que la prohibicin haba sido levantada y en las semanas siguientes el precio baj hasta los 70$/barril.

Todo esto puede llegar a abrumarnos y no es de ello de lo que se trata, sino de que nos demos cuenta de a qu situacin real nos enfrentamos. Cuales son las verdaderas relaciones de poder, hasta qu punto el poder poltico es rehn del verdadero poder y de la imperiosa necesidad de romper esta servidumbre . A todos los niveles.

Qu hacer? ser sin duda nuestra pregunta.

En primer lugar formarnos e informarnos para poder desechar las explicaciones oficiales ante lo que ocurre y se nos viene encima.

Es el primer paso para crear un estado de opinin que lleve a cambios reales y que tienen que pasar por :

Una renuncia a seguir apoyando el papel del dlar como divisa internacional de reserva buscando para ello el apoyo de los pases llamados emergentes que tienen igualmente un enorme problema con la poltica econmica estadounidense al ser grandes tenedores de esa reserva.

Lo anterior exige una ruptura de la llamada alianza transatlntica, buscando la independencia europea y potenciando el desarrollo regional de Europa que incluya al vecino ruso.

La limitacin al movimiento de capitales transfronterizos, tomando como entidad nica a la realidad geogrfica europea, inclusive Rusia. Evidentemente esta limitacin debe incluir la prohibicin de los llamados parasos fiscales en cualquier pas bajo soberana de la UE.

El reconocimiento de que la deuda contrada con el sistema financiero internacional es impagable, no slo en Grecia, tambin en el resto de la UE con alguna excepcin. Este reconocimiento de la incapacidad de pago no es el fin del mundo, slo de este mundo enfermo. En la dcada de los noventa del pasado siglo fueron numerosos los pases que se declararon en quiebra: Indonesia, Malasia, Filipinas, Mjico, Argentina, Brasil o Rusia. Alemania lo hizo dos veces, en 1924 y en 1948. Los EEUU, de hecho lo hicieron en 1971 al no respetar las demandas de sus acreedores de obtener oro a cambio de la entrega de los dlares que atesoraban. Evidentemente el reinicio debe sustentarse sobre nuevas bases que exigiran:

-el aumento del capital propio en el sistema bancario. Su disminucin hasta los niveles actuales no se remonta a tantas dcadas atrs, y en el pasado el capital propio lleg a alcanzar valores cercanos al 50%.

-la necesidad de elevar la Reserva Mnima de los Bancos hasta el 100% de los depsitos, retornando al poder poltico la soberana sobre el control de la moneda y ligando su expansin o contraccin a las variaciones de la produccin de bienes y servicios. No es el fn del crdito, es la vuelta a un crdito que es hijo del ahorro y en el que el sistema bancario hace de intermediario pero no de creador.

El fomento del desarrollo econmico en grandes reas regionales frente al comercio globalizado. reas caracterizadas por una mayor homogeneidad cultural, social y econmica. El apoyo al sector primario es en este sentido esencial por depender de su fortaleza la necesaria soberana alimentaria; junto a la monetaria el segundo pilar de cualquier poltica en donde prime el inters comn.

En este sentido y a pequea escala debemos apoyar, que no es apostar por ellos!, los mercados locales y de temporada frente al consumo en cualquier momento del ao de cualquier producto. La organizacin de los consumidores y el acuerdo entre estos y grupos de agricultores cercanos constituye una salida desde ya frente a la inseguridad que reina en los mercados mayoristas. Almansa en este sentido parte de una posicin privilegiada; un rea urbana de tamao mediano rodeada de una gran superficie agraria.

Puede que estas propuestas puedan parecernos irrealizables o incluso indeseables, pero en cualquier caso llegar a hablar sobre ellas ya ser, desde mi punto de vista, un gran avance. En cualquier caso, el dominio total del poder financiero bajo el cual vivimos habra parecido tambin imposible y muy indeseable a nuestros antepasados no tan lejanos.

El futuro est siempre abierto y lo que hoy tenemos es el fruto de la decisin de unos hombres, no es el resultado de un pedrisco. Es por ello que lo que unos han tramado otros podemos contribuir a deshacer.

Carlos Feuerriegel.