LA CASA DEL ESPECTRO

Brevísima Antología Arbitraria de Poetas en el Espectro Autista

© La casa del espectro, 2021 © de los textos de lxs autorxs, 2021 © Edición digital, 2021

LP5 Editora Colección Poesía para descargar Portada y diagramación: Gladys Mendía Prólogo de Magda Montero

La casa del espectro está publicada bajo la licencia:

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Santiago de Chile, 2021

PRÓLOGO

Pedirme un prólogo para un libro de poesía es como pedirle a un agricultor que escriba un prólogo para un libro de informática. Hace algunos años conversaba con un poeta, intentando explicarle que para mí la poesía suele ser japonés; es decir, puedo oírla y apreciarla estéticamente, pero no tengo idea qué significa —“no te entiendo”, le decía—. Las palabras se hilan de forma lineal en el tiempo: una va primero, luego otra, y otra. Y yo soy más bien alguien visual, pienso visualmente, de forma plana por lo general, por algo lo mío son las ilustraciones. Pero bueno, en este caso me vinculo con el contenido de esta brevísima antología por el hecho de compartir neurotipo: soy autista, al igual que Paola, Cristian, Luis Eduardo, Camila, Alex, Verónica y Magalí. Y al leer sus escritos el japonés se me hizo más familiar, tocando fibras compartidas, de lo que es ser alguien diferente en este planeta. Ha sido un verdadero placer conocer un poco el alma de estos poetas, tan distintos entre sí, tan profundos, simples, complejos… humanos, al fin —por más extraterrestres que nos hayamos sentido—. Con palabras honestas, sensibles, realistas y directas, como buenas personas en el espectro. Pasando por las brujas, duendes y sirenas que fluían por los textos de Magalí; Verónica que nos expresa su intenso proceso identitario con el autismo; Alex, con quien pude sentir resistencia y dolor; luego Camila Lluvia, con su agua y naturaleza salvaje, oscura, palpitante

de vida; el camino de autosanación y las reminiscencias maravillosas de la infancia de Luis Eduardo, que nos lleva a ambientes vaporosos, de penumbra/luz; hasta Cristian, que nos deja con un gusto a familia y pasado, narrándonos sobre su madre/abuela, y la muerte… finalmente Paola, con sus palabras al amor. Las personas autistas estamos por todas partes, y sentimos tan profundamente, que muchas veces sin el arte nos moriríamos —literal—. ¿Cómo expresar eso que vive muy dentro, cuando los manuales de salud mental dicen que somos trastornados, y con “problemas de comunicación”? Y sí, nos comunicamos diferente, a veces no hablamos incluso. Pero comunicar es un mundo, y tenemos colores, sonidos, miradas, letras, números, tonos, gestos, movimientos, y tanto más para hacerlo. Lo que falta muchas veces es escuchar-nos. ¡Tan sanador es escribir! Gracias Gladys de LP5 por dar espacio a la voz de estos artistas, y por permitirme dar pie a LA CASA EN EL ESPECTRO. Les invito a sumergirse…

Magda Montero

Santiago de Chile, agosto 2021

magdamontero.com

Mi nombre es Magalí Pérez. Tengo 24 años y soy de un barrio pequeño de Argentina. Hace realmente muy poco recibí mi diagnostico de autista, así que soy nueva dentro del espectro más no por eso menos importante. He hecho muchas cosas en mi vida puesto que me gusta aprender, una de ellas es haber leído y escrito muchísima poesía. No es que yo amase las palabras, es que me eran difíciles y por tanto seductoras. Estos poemas son el resultado de muchos intentos e intentos e intentos de intentar decir las cosas que vivo y que me pasan.

1

Era casi un destino tener que escribir de noche. Quedarme en la cama sentada mirando al cielo; esperando a que las palabras descendieran de la atmósfera para tocarme, para llegar a mí como un premio. Era como si un dios antiguo me lo hubiese contado, como si me hablara a mí desde mí con una voz sabia y ancestral, con un tono profundamente paciente. Y yo escuchaba: en los silencios, en la distancia, en la oscuridad; escuchaba el sonido del espacio estrellado e inmenso. Resplandecía el universo en mí, al igual que una hoja que se posa en el hueco de un troco, al igual que un pájaro que cae desde el nido; todos los astros y las esferas celestes giraban y nacían en mi pequeño cuerpo de niña. Como peces me nadaron y me hicieron magia la sangre. Y crecí teniendo en mi alma a un espíritu que me movía, a miles de ángeles que me enseñaban como sentir, amar y hablar. Aún cuando yo intenté prender fuego mi alma, aún cuando quise despedazarla como a un muñeco, incluso en esos momentos miles de vidas seguían viviendo en mi piel; planetas enteros aún se esforzaban por resistir, por revivirme del dolor. Esto que soy, es tan antiguo, que cuando quiero hablar y decirlo parece que debo retroceder a cuando el sol recién estaba naciendo, y los dioses de la galaxia le asignaban a él la misión de la vida.

2

Esa hada negra que atraviesa el aura de los mortales, el ruido que hacen los gatos al romper las palabras como vidrios, ese alarido seco que daña desde el fondo de la garganta. La luz plateada de las cosas se ríe de mí. Pasa por entre los cristales de mi visión y se burla de mi ingenuidad, de mi preocupación por las cuestiones morales y amorosas del mundo:

-Vos que podés invocar a los dioses, vos que podés hablar con la voz de

la muerte, vos, bruja, maga, hechicera, tenés miedo de que una hormiga

te lastime con sus dientitos los pies.

La danza de los insectos conjura hechizos para beneficiarte.

Pero te enroscas los ojos en el lugar más oscuro de tu cerebro.

Doblas tus emociones

como tentáculos en tu estómago. Temés

el abandono, la desolación de tus pequeñas e ingratas hormigas.

Como los camiones que trafican palabras de un mundo a otro así se mueve tu alma embrujada en busca de dolores. No puede vivir sin su dosis de polvo de heridas disueltas.

Conociste a un científico que hizo lo que vos querías: tomó tus más malos recuerdos y los convirtió en líquido. Ahora podés inyectártelo todas las noches.

Ese sonido

de la muerte desnudándose detrás de tu espalda, ese canto de hadas

lleno de risa, esa mirada seria grave oculta que no comprende por qué

tu corazón sigue comportándose así. Lo amarías todo si te aseguraran que

la vuelta a la soledad es imposible. Lo entregarías todo si el abandono

se te fuese siempre negado.

Pero seguís navegando en el bote de las sirenas infelices. Seguís participando del dulce caos y desequilibrio de las aguas.

Y no te das cuenta que debajo de tus alas está tu propio mundo que creaste,

aquél hecho de amor, palabras y sabiduría.

3

Que en medio de la calma triste de la noche, mi alma irradie música que te consuele.

4

La belleza hiere porque está herida. Ese es el precio. Hay que doler para poder crear lunas y ángeles.

5

Cuando sea grande como los animales quiero que alguien me agarre la mano y me diga “corazón, no había nada que temer”.

6

Tuve gusto a helado en los pensamientos últimamente, me parecía que había que mezclar todas las cosas y no sabía cómo. Sentía que había que hablar de algo que lo englobara todo, como siempre. Pero ese algo se presentó solo, y tenía la forma de un duende con trajecito. Me dijo que era pequeño y que no era todo, pero que tenía cosas importantes que decir. Se sacó el sombrero y me invitó a tomar té. Yo acepté y le pedí disculpas. Charlamos toda la tarde; y él me escuchó atentamente cuando le hablé sobre las emociones que no entendía. Antes de que se marchara lo miré, y sentí que me había comprendido.

7

En esta soledad, han caído los más grandes imperios. Han muerto sirenas devorándose los ojos. Han hablado los reguladores del tiempo sobre nuestra destrucción inminente. Y el deseo, astuto e incorpóreo, ha comprendido como deslizarse entre los pantalones y el miedo de las muchachas. En esta soledad, Cristo murió y renació y murió y renació, tantas veces que entendió el significado de la palabra horror, y supo que no había nada más que hacer por nosotros. Alguien se atrevió a amar, y los entes azules de la desolación le cosieron el corazón con agujas. En esta soledad, se me reveló la verdadera naturaleza de los loros: bichitos de luz diminutos transformados en posadores de ramas, en navegantes del cielo, en soñadores deseosos de alcanzar la forma real del sol. En esta soledad, los gatos miraron en el corazón de las brujas, y entendieron que era la melancolía lo que las hacía brillar. Encontré la sabiduría y el poder que deseaba en esta soledad. Pero, ¿soy libre? ¿soy feliz?

8

Siempre esa sensación de retorcimiento, de estar doblada, mal colocada en algún lado, como una hoja en un libro que se plegó sin querer, como un zapato mal guardado. Y además el sonido de esos martillos diminutos que me golpean y me escarban incesantemente: en la lengua, en las manos y en los pies. Y el humo, también el humo de los trenes que chocan a propósito en mi estómago. ¿Por qué en mi cuerpo habitan duendecitos tan psicóticos y delirantes? Y esos pliegues, esos retorcimientos, esas hojas dobladas. ¿Se desdoblan alguna vez? ¿Se acomodan? No sé.

9

En el idioma sagrado de los árboles hay un mensaje para mí: el miedo solo les pertenece a quienes no saben amar.

10

Mi alma camino de las auroras hacia los crepúsculos más oscuros de los hombres que amé, desoladamente. Mi alma a la intemperie, nublada, difusa, silenciada.

Mi alma tibia como la lluvia que deseé que me mojara cuando creí que no había [más vida por vivir, ni nada por lo que valiera la pena morir. Mi alma éter de los resplandores. Mi alma caracol, bebé bajo el invierno destruido por mis recuerdos. El pecho que quema, el ardor que florece, la cálida brisa interna que me hace nacer y me aniquila con su sola existencia. Mi alma gris y celeste, pura paloma rosa del infinito. Mi alma soñadora y triste.

11

No temas hay una luna derretida bajo mis pies y es tuya. Ya no habrá más figuras oscuras ni manos que te sostengan los pies.   No temas  ya la locura no quiere devorarte.  Ve y corre, hazlo  si no es ahora no es nunca.  

Siempre supiste que llegaría el día en donde te abrieran la puerta. Bueno este es tu día, y esta es tu puerta   Hay una nueva voz y dice que entres.    Pero no mires atrás  El atrás es un crujir de ramas rotas,   de piernas desnudas de mujer que sangran.    Ve y di, lo que no has podido decir  Ya nadie va a lastimarte la piel ni el alma.    Sé de las noches que has pasado  Sé de las vidas que has vivido  Sé de tu tez pálida y de tu pecho congelado.    Hacia tanto frío, tantos ojos azules.    Yo pude verlos también. 

Pero ahora ellos ya se fueron.    ¿Y cómo sabes si es verdad? ¿Y por qué debes creerme?    Piérdete entre la música de los árboles y comprende como allí ya no hay lugar para el miedo.   El cielo es tan celeste me dijiste un día, el cielo es tan enorme. Arrójate en él y comprende que allí ya no puedes ahogarte.   Ahora todo es liviano sobre tu alma.  Ahora nada te aplasta.    Pero no mires atrás  Ellos van a volver si ves que miras  Ellos siempre vuelven si ves que miras.    Esta es tu oportunidad no hay otra. Alguien abre todas sus alas y te envuelve. Duérmete sobre la serenidad que nunca has conocido.

12

El silencio pálido que alumbró mi luna creció la imponente noche, la exaltada rosa. Mi identidad se formó en esos horrores, en ese miedo ante lo inconmensurable. En el oscuro e infantil jardín, bebí mis propios sentimientos, devoré con mis ojos las sensaciones que danzaron en el espeso aire. Hice un mundo que luego desprecié, y el mundo que despreciaba se convirtió en mi sueño. Me fascinó la mística, los poetas que hablaban de poemas, los poemas que hablaban de poetas, los ángeles, los espíritus sin sexo y sin edad. Me fascinaron las palabras. Mi miedo se fascinó de las palabras, mis palabras fascinadas por el miedo. Fasciné al horror de mi existencia con la belleza del hecho estético llamado poema. Fasciné a los quiebres de mi mente con frases dulces y terroríficas. Mortal, voraz veneno que me transfiguró la poesía. Me desnudé toda ante el silencio alumbrado, me entregué toda ante la transparencia de la lengua. Me convertí en algo incomprensible, pero dominé mi miedo. Me hice a mí misma esto que soy, y ahora nadie puede saberme hablarme. Nadie me nombra en el silencio. Nadie dice: rosa, silencio, jardín, luna, espacio, estrellas. Construí palabras que solamente yo pude comprender. Esto que hago es por mí. Esto que hago es por mí. Y ahora veo que sólo yo puedo acariciarme como deseo, que sólo yo puedo mirar mi piel como el silencio de la luna.

En este espacio en el que habito, en este medio, en esta mitad, me encuentro construida de palabras, de muros para luchar contra la desolación. Para lidiar con el horror que sentí tuve que transformarme a mí misma en belleza.

Verónica Díaz Ampuero (1977, Ancud - Chiloé) Ed. Párvulos, Ed. Diferencial y aprendiz de vivir, experta en soñar y amante silenciosa de escribir líneas libres. Es la primera vez que me atrevo a enviar mis pensamientos, los llamo “Pseupoemas”, son líneas de cómo vivo..., me dibujo..., me desvivo..., me desdibujo en el mundo de creerme “Neurotípica” y mi “Yo” en la “Neurodiversidad”. Sólo busco encontrarme, esperar que otros se encuentren y que todos seamos más humanos.

“En el mundo de los ciegos, la neurodiversidad no se ve…” Lo digo desde mi pseudodiscapacidad visual, por creerme y pensar que era

neurotípica.

Ser YO

Aprendí a besar,

leyendo revistas Vanidades.

Aprendí a ordenar mi casa, mi cuarto, con el libro “La Magia del orden” de Marie Kondo.

Aprendí de sexo,

leyendo el libro “Sexo real” de Mike Lousada.

Aprendí a mirar a los ojos, como hablar en público, practicando en un espejo tantas veces que llegó a ser natural.

Aprendí de economía doméstica,

viendo videos de YouTube.

Aprendí a callar, cuando no entendía, para que no se rieran de mí.

Aprendí a decir a todo que “Sí”

para que me amaran.

Aprendí a ser lo que no quería ser.

Aprendí de las telenovelas,

frases como: “Conchalevale”, “Concha la Lora”, aprendí de peinados, a vestirme.

Sólo me falta aprender a ser “Yo”.

Trabajar

Tortura medieval

que hace mi corazón agitar.

Sentir el sudor caer por mi rostro.

Ansiedad al 10 actuación al nivel 10 al 15 al 20, soy pésima actuando.

Pensar en el reloj, como consuelo,

pronto terminara mi jornada laboral.

Mi mejor Amiga

Me habla con el corazón

presiente cuando estoy triste. Me mira a los ojos

busca mi cariño, mi olor, mi presencia...

A veces quisiera no tenerla cerca, a veces quisiera dormir sola,

a veces quisiera que no dependiera de mi pero recuerdo lo frágil y dependiente que es.

No se que le pasa cuando tiene miedo,

no comprendo que leen sus oídos que ven sus ojos.

Presiento el miedo.

Mi mejor amiga no habla.

Se expresa con el lenguaje del corazón. Aunque seamos tan diferentes por fuera

somos dos gotas de agua por dentro.

Callar

Que no quiero hablar.

Que quiero callar. Que es mejor no ser yo

para creer que “Soy Feliz” para imaginar que soy “Normal”.

Callar es lo mejor. “No soy autista”

“Soy Feliz” dibujando una sonrisa

soy sociable por conversar con todo el mundo. “Tengo muchos amigos, amigas”.

Soy feliz creando fantasías.

Es más fácil callar para calzar.

Yo

¿Yo soy yo...?

¿Quién es yo…?

¿Qué me gusta...?’

¿Qué no me gusta...?

¿Qué quiero hacer...?

¿Para donde voy...?

Aprendí a reconocer que mi hogar es MI MEJOR REFUGIO.

¡A mis queridos Psiquiatras...!

Parece mirarme...

Pareces estar comprendiéndome parece…

Pareciera que miras entres tus libros mentales.

Pareciera que leer tanto, le atrofió la mente.

Pareciera que tu humanidad,

se transformó en inhumanidad.

Sueltas frases como: “Piensa, analiza, medicamentos, nos vemos...”

Pareciera que andas tanto o más perdido que yo.

¿Soy yo o eres tú...?

Me haces sentir: poco funcional, sin capacidad, sin lógica, un ser que no sabe nada.

Pareciera que no buscas ayudarme,

pareciera ser que entras en mi mente como una flecha

parece que me duele el corazón cada vez que me toca una sesión.

Que soy tan estúpida que no puedo resolver mi vida…,

que no sé donde voy…, que no sé que quiero…

Que fantaseo, más que vivo.

Pareciera que ya no quiero más.

¿Pareciera…, por qué soy yo...?

Soy sólo yo, la que no entiende nada de la vida.

Hoy Soñé

Hoy soñé,

que alguien me escuchaba.

Hoy soñé que alguien me amaba.

Hoy soñé con un mundo lleno de alegrías.

Hoy soñé con ese lugar, donde todo se mueva en tranquilidad.

Hoy soñé con días de sol.

Hoy soñé con una cama grande.

Hoy soñé con una playa.

Hoy soñé….

Hoy me soñé feliz.

Hoy soñé cumpliendo mis sueños.

Hoy me soñé con ganas de vivir.

¿Cómo se siente...?

Pareciera que la conciencia, no entra en tu cuerpo.

Lo que piensas es más que lo que tu cuerpo puede soportar.

Como una gran fábrica que produce más que lo que puede almacenar.

Como cuando quiero ordenar y siento que es tanto que no puedo hacerlo.

Como cuando pienso en trabajar y me sobrepasan los pensamientos:

son muchos niños...? ¿Es poco el tiempo...? ¿No alcanzó...? Quiero arrancar.

¿Cómo se siente...?

Como si fuera una hormiga en un mundo gigante

¿Que se siente...? Sólo deseos de arrancar

Mi mejor día

Despertar sin reloj,

Quedándome, mirando a la nada, regalonear a mi mejor amiga.

Pensar, planificar mi día. Hacer lo mismo que ayer,

que antes de ayer y antes, antes de ayer…, soy feliz.

Soy Feliz, cuando todo se da fácil, cuando no encuentro piedras en mi camino,

cuando no me hablan, cuando no me entrevistan.

Soy Feliz en el sofá,

soy Feliz en mi cama, soy Feliz en mi siesta de la tarde,

soy tan feliz escribiendo tonteras de mi mente, soy Feliz tejiendo,

soy Feliz duchándome por la mañana,

soy feliz en mi casa.

Mi mejor sombrero

Quiero un sombrero con un gran elefante blanco, que vuele tan alto,

que donde llegue siempre sea bienvenido, que sienta esa brisa de la mañana como el mejor despertador,

que las almas se unan en sincronía de corazones.

Quiero el mejor sombrero del mundo para poder compartir con todos para ser feliz y hacernos felices.

Porque merezco ese mundo, merecemos ese mundo todos, todas y todes.

Los creen sin ver

Sé que me crees,

con eso basta para mí.

Eres un sol en medio de la noche Eres la estrella que brilla en un día de sol.

Eres una palabra que no comprendo, pero me calma.

Todos los miércoles, a la misma hora

sé que podré hablar sin prejuicios sé que das lo mejor de ti.

Sé que me crees y con eso me calmo.

Con eso encuentro mi centro ingravitatorio

mi centro desequilibrado de mil pensamientos mi descentrado mundo que callé por años entre mis escritos.

Por fin puedo hablar de lo que he sentido desde que tengo recuerdos

por fin alguien se da el tiempo de creer en mis palabras.

Que, aunque parezca fuerte como un roble, soy un palito de fósforo.

Sé que me crees,

soy yo la que no se cree capaz de ser “YO”.

Alex J. Chang (Lima, Perú, 1996), poeta, escritor y periodista cultural peruano. He publicado mi primer poemario “Entropía” (Golem editores, 2019), que fue presentado en la FIL Lima 2019, Culturaymi Lima 2019, entre otros. Este libro fue reconocido en la Casa de la Literatura Peruana (Lima, 2019) y fue llevado a España en manos del reconocido escritor peruano Mario Vargas Llosa. Trabajó en Trilce Radio (España), en un programa radial llamado Cruzada Cultural; así mismo, dirige un programa virtual multiplaforma con el mismo nombre. También colaboró con algunos artículos para la Revista Trilce (España), para la Revista Gato Negro (Perú) y para la Revista Cocktail (Perú). Actualmente es columnista de la Revista Kametsa (Perú), columnista de la asociación peruana “Soy Autista y Q” y colaborador del Portal Web literario Lee Por Gusto

RECUERDOS TRAJINADOS EN FRÍOS ESCALONES Fresco y fuerte comienza mi vida Un ser vivo lleno de sueños y expectativas Sólidas escaleras me llevan a un infinito destino… Cada escalón; sin pisar… Cada escalón; sin viajar… Cada escalón; sin mi trajinar pesado… ¡Ya pronto seguiré!… Me marcho Con mis anhelos; Me marcho Con mis pensamientos; Así son mis subidas en los peldaños Cada peldaño escalado Cada peldaño logrado Es un triunfo alcanzado

Tantas barreras traspasadas Por este ser humano Incansable subiré Muy pronto llegare a la cima Seré el escalador de mis sueños Es la escalera de miles de metas A conseguir…

Existencia vivida sobre un puente colgante Caminando por la vida voy Ida y vuelta sobre puentes colgantes Cargado lleno de ilusiones Esquivando los peligros El puente que paso lentamente Es la existencia de mi vida Enfrentando mis anhelos y esperanzas Contra los miedos y temores Propio de nuestros días inciertos vividos Puente que tránsito a diario Colgado de mil ilusiones Siempre es un estado de transición Un punto de equilibrio Es una situación complicada Miro hacia arriba Y una luz de esperanza se ve desde el divino cielo (Pasado, presente y futuro se juega en nuestro andar tambaleante)

Miro hacia abajo Y veo nuestros temores y fracasos (Piedras, polvo y escombros encontramos en nuestro difícil trajinar) Aún falta mucho… El camino cada vez se hace más largo ¿Llegaré al final de mi camino? La transpiración y respiración Me hacen compañía Mi cuerpo se agota Siento perder el equilibrio Pero mi alma aborda esperanzas Mis pensamientos dirigen mi destino Más pasos y con mirada hacia adelante Contra miedos y temores Contra piedras, polvos y escombros Soy resiliente Me levando Y Llegó a la meta A disfrutar se ha dicho

Mañana será otro día Cruzar el puente colgante Es un reto diario y constante Éxito que está mentalizado en uno

RIMAS ASESINAS Rimas asesinas Asesinan el rencor Asesinan los miedos Dan muerte a los demonios Mis rimas nadie las escucha Solo las escucha el poeta que las escribe Soy el poeta que escucha sus rimas asesinas Rimas asesinas con hambre de justicia Rimas asesinas con hambre de proclamar la libertad Mis rimas fueron encarceladas por homicidio Fueron liberadas por el arte Mi alma liberó estas rimas asesinas Mis rimas buscan siempre la libertad Luchan contra los genocidas

Contra los corruptos Enfrentan a la maldad Y la asesinan *Poema incluido en mi libro-poemario “Entropía”

En la Fábrica de mis sueños Un viejo estante de libros Nos transporta a viajes, historias y fantasías (Volamos sin salir de las cuatro paredes) Un olor a perfume se percibe en las almohadas Los colchones suaves como esponjas Todo aquello nos consuela Todo aquello nos abraza Nos alivia y da tranquilidad serena A nuestra absurda rutina. Un arco Iris sobrepasa en el escritorio Las ideas se escriben

en el escritorio Miles de archivos se guardan En esa mágica maquinaria Llamada computadora Es ahí, el lugar de los ensueños Es ahí, la fábrica de poesía y literatura No cabe duda: Una habitación acogedora Tal vez pequeña y modesta Pero dulce y agradable Nos cuida y nos abriga Y En las frías mañanas de invierno Nos da calor en los días silenciosos

Un Minuto de silencio (Mi luto interno) Lágrimas, lágrimas… y sollozando Se va la vida como ave sin nido Un hogar sin pajaritos Sin las mañanas soleadas Sin el despertar cotidiano Sin el amanecer bullicioso Un joven sensible, inteligente y bueno Se nos va... Tan humano como los ángeles Tan humano como mi tristeza Tan humano como César Vallejo Hemos dejado ir Hemos asesinado la esperanza Hemos asesinado el mañana Un mañana... Has cantado entre árboles, pájaros y ríos Has caminado entre fieras, bosques y ríos

Has trajinado entre el dolor y la incertidumbre Al final el luto se prolonga ¿Qué hemos hecho con esas almas nobles? ¿Qué hemos hecho para cambiar hermanos peruanos? *Este poema es un homenaje al gran poeta peruano Javier Heraud y un merecido tributo para todos aquellos seres queridos que partieron de esta vida, así como un pequeño homenaje para todos aquellos jóvenes que salieron a protestar en el mes de noviembre del 2020 por la vacancia presidencial. En especial para nuestros héroes: Bryan e Inti.

Poema He venido para recoger Las risas perdidas En aquella habitación Veo los años transcurridos Las lágrimas Tal vez enfrascados En una botella, lo olvidé, Guarde mis poemas que Como lágrimas Se secan y quiebran con este breve viento

Alegría es el día Escribir y suspirar sus flores Sus cantos Sus buenos días Y disfrutar del pan caliente Despertar y soñar Abrir las ventanas Caminar sus alegres mañanas Sus soleados tiempos Abrir las cortinas iluminadas Luz de mis días Sonrisas de niños Juegos de niños Aquellos seres vivos disfrutan De tu cálido ser

Suspirar mi alma Respirar y palpitar Nadar en tu profunda calma Sentir la vida En tu luz jovial Destellas jubiloso En tu caminar Gratitud a mis mañanas queridas Declamar este poema Regalo de cumpleaños Regalo de navidad perfecto Ven a disfrutar del día

A MI HERMANO ABRAHAM Hermano querido Escribo este poema en honor a tu ejemplo Ser humano que anda por el tiempo Imaginación que vuela Has escuchado la sinfonía del tiempo Vives el mundo dentro de otro mundo Ves el mundo y aún crees en tu mundo Explosiones de tormentas que no soportas Alegría e imaginación Cariño compartido por ambos Versos escritos con cariño a mi hermano menor Expresar lo que veo es como ver el alma Alma que camina y camina sin rumbo Tormentas se escuchan y es tu terror

Terror provocado por las tormentas neurológicas Tormentas que retumban tu ser Algún día lograremos calmar tu ser Dios sabe la lucha que hacemos *Poema incluido en mi libro-poemario “Entropía”

Camila generalmente, Camilein Yonwein para el mundo, Camila Lluvia alguna vez. Nace en Santiago de Chile, en donde vive y se desarrolla, hasta que la pandemia la llevó a vivir al Sur, en las faldas del Rukapillan, entre el lago y el volcán, en medio del bosque. Dice ser muchas cosas, pero antes que cualquiera, que nunca se le olvide que es poeta, capaz de mirar con los mismos ojos el dolor, el placer, la belleza, lo grotesco, lo hermoso y lo desagradable.

Camila Lluvia Soy Camila Lluvia, esa que no puede ser leída con los ojos abiertos, la que no sabes, la que no tienes, la que va y viene sin avisar, la que se derrama sobre ti sin esperar nada más que empaparte y ser absorbida. Esa amiga del viento que silba por entre los árboles y ventanas, y juntos somos caos, somos furia, somos fuerza; esa amiga del sol que brilla por entre las nubes, y cuando nos tomamos de la mano somos colores, magia, paz, somos arcoíris sin final. Soy Camila, ininteligible, imposible de mirar con los ojos abiertos, distinta a cada momento, cada día, cada año, imposible de entender, sin pies ni cabeza, sin derecho ni revés, solo con la certeza de que caigo desde el cielo a la tierra, me evaporo desde la tierra al cielo, y cuando no siento mi alma, me congelo para ir en busca de ella en forma de copos de nieve. Soy la que odias cuando está cerca, y la que extrañas cuando no me sientes en meses, soy esa por la que no dejarías el sol, pero que sin mí morirías de sed, soy esa a quien no sabes si amar u odiar, porque no sabes sentirme, porque amas y odias mi ausencia y mi presencia al mismo tiempo. Soy un juguete para el niño que llevas dentro, y un estorbo para el adulto que te domina. Soy impredecible e incontrolable, caigo cuando me aburro de la calma, e inundo las calles, empapo la ropa, mojo los zapatos, los cabellos y los anteojos. Resbalo por los paraguas, jugando como una niña, paseo por los techos y por los cables de luz, y cuando caigo sobre el Amazonas, calmo la

sed y fecundo la tierra. Puedo ser llovizna o tormenta, suave, calma y oportuna, o con truenos y relámpagos. Soy quien no soy, quien no quieres que sea, sorpresa con olor a tierra mojada.

“Suerte para mí la de ser poeta, porque puedo saborear el mundo en cada respiro, en cada lágrima, en cada en cada ocaso. Puedo describir el dolor que desgarra el alma con palabras que se deshacen en la lengua, y revolcarme en el propio barro de mis

palabras mientras río a carcajadas”.

Agua Era un fulgor dorado que venía desde mis espaldas. Se sentía en el estómago, como larvas que miraban al cielo deseando convertirse en mariposas. Mas en sus genes no había más que el zumbido de una mosca; mosca destinada a volar de papel en papel, de desperdicio en desperdicio. Nada me daba más tranquilidad que el hecho de no ser una flor, un ave, o un caballo salvaje. Los admiré mucho; su hermosura y delicadeza, cómo el sol a contraluz los hacía parecer de otro universo, su perfección desde todo ángulo ¿qué sentirán en sus adentros estos majestuosos seres cuando una mano ensimismada decide hacerlos suyos? Arranca la flor para obsequiar su cadáver,

aprisiona al ave para oír sus melodiosos lamentos, doma el potro salvaje para trabajar la tierra sobre su lomo purasangre. Inclino mi cabeza, abro mis brazos hacia el cielo, bailo desnuda con la brisa sobre mi piel. Soy tan diminuta, un pequeño universo dentro del organismo más ínfimo que compone la existencia. Invisible como la brisa de verano, indetectable como el sonido de mis lágrimas al caer la noche. Soy espectador, observador silencioso de tus fantasmas y tus miedos, de tus éxitos y tus famas, de aquello que crees que nadie nota, pero que en mi invisibilidad encuentro entre los revoltijos de tus entrañas. Soy el gran don nadie dentro del mundo de los quienes, aquel manto cálido que escupe un chorro de neutralidad,

que descansa sobre la silueta del animal salvaje que habita sin sombra sobre el riachuelo que nace del alma madre. Me baña el fulgor dorado, mientras en el atardecer de otoño eriza el manto que contiene mi alma. Soy tu respiración en mi nuca, la ropa despojada, la humildad de un hombre arrodillado. El silencio en el vaho de tu baño nocturno en la soledad del invierno. Me deslizo sobre el vendaval como un papel que huyó del tacho de basura, y sonríe mi espíritu desde el hormigueo rebosante que exhala canciones y mece la cuna del amanecer, y sonríe y chilla y aúlla, y llora a carcajadas por la suerte con que me tocó golpear la puerta. La mediocridad es la simpleza de aquel que no busca el trofeo en su esquinero, es la tranquilidad de quienes no queremos ver luces frente a nuestras narices. No somos lo más, somos lo que no importa, somos el mal ejemplo, quien te impulsa cuando la meta se ve lejana. No quieres ser como nosotros,

no hacer, desistir, divagar, perderte en un pensamiento que nadie quiso escuchar ¿Por qué pensaste que en mis manos se extiende el caos de la extinción? ¿acaso mis deshielos polares duelen al viajar por el torrente del camino del mañana? No soy ni quiero ser; me gusta este lugar en la cima de la montaña, en donde mis demonios y mis ángeles se toman de la mano y comparten un fogón con una sonrisa en los labios. Mientras las bestias salvajes despojadas de su naturaleza me asechan esperando a que el viento sople y las nubes desagüen, y mi carne imperfecta esté lista para ser devorada. Soy sacrificio voraz, la yugular exaltada al sentir la cuerda tensa, las manos frías en mi pecho, las lágrimas que volaron desde lejos hasta mi espalda. La pluma que se desliza rozando a media mañana los recovecos de mi espalda

se extiende quemante con el olor de mis sábanas y los trinos de mi juventud. Y mis pasos se pierden en círculos, caminan montones y avanzan sin razón. Se juntan con sus propias huellas, y se muerden la cola, cual figura divina describiendo el flujo energético del cosmos. No agita mis aguas la dirección lejana de tu atención, no aterricé en este paraje para quitar el manto que cubre tus ojos ni para aparecerme en tus sueños, en los sueños de nadie. Soy un espectro que quedó del vago recuerdo de un sueño, de la última sensación antes de despertar, pero que se desvaneció antes de poder recordarlo. Soy una mínima anécdota, un pequeño momento en la línea de tiempo que narra tu historia. El pensamiento que nunca llegó, que nunca estuvo ahí para alzar la mano, el roedor que no fue visto por el ave rapaz. Y abrazo mi alma, y acaricio mi cuerpo orbitado por arcoíris,

y el fulgor se vuelve más cálido mientras se pierde entre mis comisuras, mientras baña mis caderas, mientras resplandece al atravesar con un tímido rayo de luz el elixir de mis adentros deslizándose vacilante entre mis piernas. No soy más que el abrazo que se vuelve hacia su propio reflejo, aquel que se besa y complace mientras el mundo gira a mi alrededor, y pisotea mis ideales.

Hermosa mujer Ser verduzco de dientes sucios Animal de pelaje espeso y desgarbado Mujer sin pudor De axilas sudorosas Y entrepierna olorosa Pesadilla del buen gusto Lengua suelta y mente sucia Dama de aspecto grotesco Objeto de cuchicheo y desaprobación Señorita de pezones erectos Y ombligo velludo Comedora compulsiva Chatarrera Miserable Indecente Asquerosa y desagradable Desobediente Impresentable

Troll de los pantanos Ogro maloliente Bestia de senos caídos Y abdomen gastado Abultado Madre imperfecta De sueños retorcidos y errores a cuestas Reptil de piel escamosa Cansada Alborotada Despistada Papel arrugado y grasiento Oda a lo desagradable Yo te amo Desde tus horrendos principios Hasta lo que sea aquello En que te conviertas en tus eternos finales

La espada de pasto No le temo a la rareza de mi cuerpo, tampoco a la rareza de mis ojos al ver el mundo. Algún día sentí temor al mirar a mi alrededor, pero ya no tengo miedo; hoy acepto quien soy y lo que me ha tocado vivir en todos mis universos, en todas mis cuerdas, en todas mis dimensiones. Soy la fea, la loca, el experimento que salió mal. Nadie esperaba que finalmente me gustase la espada de pasto.

FEA En un trazo de piel que desvanece el paladar de lo indómito Se revelan los sentidos del alma adolorida en un cuerpo ajeno Barbaridades cubren el alma salvaje que acalla la explosión del ser En un canto infinito de un coro sin acordes que se oye susurrar La selva que cubre mi pubis y mis axilas revelan la incesante rebeldía de mis adentros Que no quiere ceder ante la dictadura de la vacua belleza Mas con oídos sordos me dejo cubrir por lianas que balancean mis memorias Y hacen tintinear las campanas que cuelgan de mis hombros Al compás de las melodías perecederas del soplo sin alma que las empuja El dolor huele a hambre Hambre de cuencas borrosas al final del sendero Hambre de la bestia azul que me llama cuando me paro frente a sus fauces Hambre del dragón que empuja desde mi pecho ardiente Y clava sus plumas en mi lampiño follaje Y grita mientras el pavimento se acerca a azotar su cara Mientras mi pelo se extiende hacia el cielo para alcanzar la salvación Es entonces cuando tus dientes se clavan en mis hombros

Y tus dedos afilados desgarran mis espaldas al son de mis caderas Es cuando tu saliva se posa sobre mi piel Y tu miembro se deleita con el festín que guardan mis piernas Mientras la bestia calma se excita e intenta atacar Mientras la rareza de mi cuerpo desnudo desata sus nudos Y se entrelaza con tus cuerdas Grita y gime como una fiera a punto de ser cazada Con frío, miedo y resignación Agradecida del fin de su agonía Y renaciendo al cruzar la luz al final del túnel Donde se vuelve nuevamente hacia las sombras cómplices de su sueño sin descanso.

Hola, hola. Me salta a la vista el descuido del ocio Se vuelca sobre la desazón del refugio que viste mis caderas Faltan páginas que alimenten este libro azotado por la certidumbre Donde los personajes le pertenecen a su despachada humanidad Mas al chocar de frente, frente a frente como dos carros de tren en rebeldía Se cierran en parpadeo de simulación Y se buscan en la niebla donde nadie concedió la pieza de baile Falta el tiempo que guardó el tintero para siempre El tintero seco que dejó la ultima gota sin ser palabra Estrofa Poesía Verso de fantasías excluidas del cuerpo terrenal Condenadas a la existencia posible Teoría, fantasía, un escrito, dos palabras, media mirada; Cero en matemáticas, hache en alfabeto. Posible, posible. Futuro incierto en un calendario que se detuvo en el fin del mundo Donde nadie quiso aventurarse

Porque tierra firme es el lugar seguro que guarda los pies Porque lejos en el horizonte los barcos caen dentro de las fauces fieras En un mundo semi omnipresente, todopoderoso, absoluto. Semi sabelotodo Cuasi delito de homicidio Furia salvaje de una noche de verano Seguro como el tiempo Cambiante como el clima Todo-nada. En un paraje de esquinas y colillas de cigarro Carros de fuego y jinetes del apocalipsis Pero desde ahí abajo se vuelven los cristales como espejo Hola, hola. Y cual día de la marmota La mañanatardenoche hola, hola.

Fin Del desapego del alma Cuando las luces titilan en lo profundo de mis ojos artificiales Del lado aquel Que mordisquea mi oreja robando toda razón De las flores … las flores… El lecho de muerte anciano que se hunde en sus propias arrugas Y los reflejos que viven por dentro y caen y giran en el vacío Cuando el día fue agua El agua noche Y la noche eterna Y las estrellas caían majestuosas en busca de destrucción.

Soy Quetzalcoatl, el dragón que nunca fue serpiente. Es cosa de tiempo. Tarde o temprano, un mortal como tú se va a aburrir de un ser mitológico como yo. Los dragones emplumados derrochamos fuego, colores, plumas, fantasía, magia, bailes y espectáculos, y ustedes, los que pisan la tierra, no saben lidiar con la luz que sus ojos no son capaces de procesar para distinguir el color de la divinidad. Soy Quetzalcoatl, siempre fui un dragón pensando que era una serpiente. Quítame tus garras de encima, que mis alas extendidas quieren emprender su vuelo majestuoso; y cuando caiga en picada, por favor, nadie me despierte, el vacío es el sueño más sensual del pensamiento. No es una despedida, es escupir colores al viento tibio de una noche en la precordillera, y el fuego que llevo en mi interior, brota desde mi pecho, suspendido en el olor a rosas de mi aliento. Y heridas, al ser alcanzadas por aquellas garras afiladas de cazador voraz, mis alas cubren las nubes de rojo, y nadie se salva de su apetito insaciable, nadie, salvo los inmortales que vuelan mutilados en el entretiempo (la sangre de un dragón trae buena suerte). Ellos, los mortales, solo abren los brazos y beben, y sienten el hormigueo inevitable de sus ojos enemigos. El campo de batalla se abre a otra guerra, guerra nefasta, donde ningún ser terrenal puede mantener el paso firme de la marcha hacia la victoria. ¡Ilusos! La victoria no existe en cuestiones del tiempo. El tiempo pasa, e inevitablemente,

ustedes mueren un poco más a cada minuto. La victoria sobre los suelos agrietados tiene cada vez menos sentido, mientras los dragones escupen bolas de fuego para despertarlos de su hipnosis. ¿Sentiste mis escamas cuando rozaron tu cuerpo indefenso? Escamas de furia caen desde lo alto, como lluvia de estrellas, y queman, y arden, como lluvia ácida y milagro cósmico. El riachuelo que lucha por existir pierde sentido cada vez que mi nariz resopla, y mis pulmones rugen, y mis lágrimas caen lejos de él. No es fácil ser el Dragón Emplumado, y llevar sobre mi lomo sacrificios que traspasan los límites del tiempo y el espacio, pero cuando los mortales hacen soplar vientos huracanados desde sus corazones de piedra, no queda más que devorar pueblos, y destrozar huesos raídos por olores a azufre y cenizas de verdades corrompidas. Soy furia de deshielos glaciares, donde aquel felino famélico habita y espera, sin compasión alguna, por la fragilidad que se esconde tras las escamas que guardan, celosas, mi piel de cristal. Soy cristal fundido. Soy zircón y constelación en bruto. Soy aquello que no dijiste, y escurrió por entre mis dedos como el aire que no respiré. Soy la herida del cuerpo inerte que no sangró, aquella a la que ustedes llaman el pan de cada día, el plato fuerte, que sacia el apetito de multitudes que posan sus pies descalzos sobre el error que un día soñó ese tal Dios del que tanto hablan. Un día sus labios estarán tan sellados, como las uñas pegadas a sus dedos,

y no podrán hablar jamás, y su frente, cual portal místico abierto como el camino a la vida, llorará polvo de estrellas que ya no brillan más. Ese día, cuando la tierra gire en otra dirección, y su centro de roca fundida se alimente de sus almas deslucidas, conocerán el cuantioso poder del que no fueron provistos, el que los hace inferiores, banales y terrenales. Y mientras todo esto sucede sin pausa alguna, mis alas sangran sus garras y lloran su indiferencia, y mi lomo cansado del peso de sus antepasados, intenta revivir, sin éxito, los recuerdos de aquellos días en que fueron prósperos y abundantes. Te llevaste una porción de mi inmortalidad entre tus dientes, saboreaste mis heridas sin ambición, dormiste sobre mi lomo maternal, te peinaste con mis escamas afiladas y lavaste tus pecados con mis lágrimas divinas, y hoy, cuando el caos domina los pastizales, y el riachuelo cambió su cauce, ruges desafiante sin mirarme a los ojos, por miedo a que no muera. Pero, ya lo dije antes, ¡Qué iluso!, los dragones no sabemos morir, sufrimos a diario la eternidad, y sanamos nuestras magulladuras lamiendo los dolores de las traiciones que dejó la evolución. Heme aquí, con menos escamas y más dolores, con menos lágrimas y más fuego recorriendo mis venas sacras. Con una derrota más al libro que escribieron las lides del tiempo, y una fiera colérica intentando desgarrarme desde mis centros. No, nunca fue una fiera. Su alma siempre se desplazó apacible por entre la multitud, la inmortalidad que saboreó de mi carne desgarrada le dio poderes que

le permitieron mirar por encima de aquellos que no miran, y sus manchas bicolores me reverencian majestuosas desde las alturas de la selva amazónica, donde el tiempo cambia de nombre.

Luis Eduardo Martínez (Argentina, 1975) Escritor, artista escénico, visual y performático. Hace 17 años trabajo como comunicador y docente junto a personas con discapacidad y neurodivergentes. El año pasado comencé un profundo y movilizador recorrido que me llevó recientemente al diagnóstico de autismo. Los poemas que presento son parte del proceso, a lo largo de la evaluación, de recuperar y resignificar memorias y vivencias.

De niño tenía un sueño recurrente: me encontraba en algún espacio al aire libre y los rayos del sol me cegaban con un intenso fulgor anaranjado. Con toda mi voluntad intentaba mantener los párpados abiertos a pesar del encandilamiento y del áspero roce de la luz. Por alguna extraña razón en vez de pedir ayuda fingía que nada sucedía y sumaba al peso de los párpados el agobio del disimulo. Tanteando pretendía plegarme a las acciones que sucedían a mi alrededor, llegando siempre a destiempo y desorientado. En algún punto del sueño,

por agotamiento o desesperación abría finalmente lo ojos, de este lado, y la oscuridad del cuarto en medio de la noche me consolaba.

Sentado en el suelo sobre un toallón extendido la tabla del inodoro hacía de mesa. Escribía y tachaba persiguiendo, fuera y dentro la expresión justa en el tono justo que lograra revestir de imperceptible piel al silencio. Había llevado las hojas de carpeta y el lápiz negro escondidos entre la ropa que me pondría después del baño. El agua de la ducha corría y su murmullo persistente se acoplaba a la perfección con la urgencia del trazo con que buscaba ubicar las palabras en equilibrio precario, como las torres de piedra que en el jardín levantaba al regreso de la escuela o en las siestas de verano.

Tenía once años y mirando el vapor suspendido fuera y dentro, descubría a la poesía.

Penumbra estado entre la luz y la oscuridad, de raíces latinas - paene (casi) umbra (sombra) - en su etimología reverberan lo peninsular, la penuria y el asombro. Mis ojos ansían la penumbra, también mi piel es más piel en su cobijo, el rictus de mis párpados se distiende y gano altura. Soy más alto, y seguro más fuerte, en el reino donde la sombra le quita filo a la luz. Digo el filo de la luz y sonrío en este breve instante que sigue a la puesta del sol, y en el horizonte

un estallido indirecto impregna el cielo y las nubes proyectan colores cálidos y vibrantes que ya no queman. A este fenómeno los fotógrafos lo llaman segundo atardecer. Mi patria dura quince minutos y algún rincón.

Cristian López Talavera (Quito, Ecuador, 1985). Poeta, narrador, editor y docente secundario. Ha realizado estudios en Literatura y Comunicación Social, Universidad Central del Ecuador. Tiene una maestría en Políticas de Comunicación, Instituto de Altos Estudios Nacionales. Participó en los talleres literarios de la Casa de la Cultura en el periodo 2008-2010. En poesía ha publicado: Casa de Soledad (Drugos de la naranja, 2010); Diálogo con el Ausente (Jaguar editorial, 2014); Bajo las alas hay un hombre (Premio Nacional de Poesía Paralelo Cero, El Ángel editor/CCE), dos de sus cuentos integran la Antología: Los Engendros de la Luna (Taller Cultural Retorno, 2010). Fundador de la revista Ojos de Perro Azul. Dirige la editorial independiente Jaguar.

De Madre (inédito) MADRE Coro del dolor: Oración Crees en un bosque que dibuja a un dios vacío Crees en un sueño que recorre la infancia del hijo ahora que no está Crees en el hombre que recorre pasillos donde saluda a sombras Y conversa con la muerte, aquella que descansa en el bosque de tu cabeza. Madre Crees en las piedras que son ojos en tus manos envejecidas En el llanto que recorre todo el cielo de la noche En el cuerpo En las flores que adornan la tumba

la casa enmohecida por el tiempo Crees en las voces estranguladas en la piel del desierto Crees en la luna que atraviesa como una daga el ojo del animal desnudo

en los idiomas del silencio

Crees en el almuerzo familiar donde los niños sueñan en la herida de ese dios vacío Que habla y nadie escucha. Está. En la estrella que pronuncia nuestros miedos En la lluvia que llena de agua nuestro plato de comida. Somos felices. Madre. (Una mariposa destella un punto de luz debajo de la almohada, en el mismo lugar en que bebimos leche, donde hablamos de la abuela, en donde limpiamos juntos el polvo del pasado. Madre, somos ese punto de luz y jugamos con las manos vacías, si, a lado de ese dios que está tan vacío como las lágrimas que derramas sobre mi cabeza). Madre. En la oración que escucho de tus labios Vuelvo a la casa, a los árboles, a la calle, al ojo de la infancia A los huertos donde creció el árbol, y permanece. Al sueño que no muta, siempre es el mismo. Al borde la muerte. A tu regazo Al cadáver en que nos hemos convertido.

EL RECUERDO DE LA ABUELA Me has entregado una fotografía: ¿acaso la abuela es la narración de la familia de esta casa que hoy se presenta en blanco y negro del viento que viene con la música de la estrella distante? La abuela está en lo profundo del canto de las sirenas Perdidas en los pasillos del sueño Abro mi mano, y en ella permanece la mano de un mendigo Sus ojos están suspendidos en el viaje de la lluvia Abuela dibuja la catarata en el agua Su rostro es una incógnita en mi pasado ¿Abuela partiste junto a la herida del gorrión dejando atrás al pueblo de los niños con girasoles en sus ojos? Abuela, Tu muerte puso un canto en mi sueño Tu música es la narración de la existencia.

TÍA EN EL HOSPITAL DEL SEGURO (02 DE ENERO) (Día de mi cumpleaños) El hospital es el lugar donde los solos son llanura infinita Donde los huesos del alma reparten músicas en ausencia Donde los cuerpos imaginan nadar las aguas cristalinas de la vida Pero en realidad están silenciados Una cárcel en forma de corazón de cristal Una mirada a las ventanas fragmentadas. No hay un afuera para ellos Se elevan en los labios agostados en la habitación donde no hay nada. Solo un mar con la camisa rota. Un gorrión se posa en el altillo del hospital Su canto es un sepulcro en la enfermedad. En este lugar la infancia copula con el cielo lleno de llagas. ¿Hay felicidad? Un caballo se desboca ante la presencia del gorrión. Llora. Su llanto es el canto del fantasma que no sale de su espejo. El hospital es el lugar donde los huérfanos sobreviven al llanto de los solos.

* Tía enfermó, y con ella la familia enfermó. ¿será la enfermedad el ritual donde los fantasmas conversan con el desahuciado? ¿será la enfermedad un pueblo donde el llanto se viste de niño: no quiere comer, ¿juega en una esquina esquivando el mañana? ¿será la enfermedad el cadáver que rehúye de su sombra? Tía enfermó y la familia sangró en sus adentros. Su cuerpo es una flor desollada en el olvido, las noches eran la droga del pez sin su agua. Enfermó y su cuerpo se arrinconó en el fragmento de una hoja. No tuvo escritura. Sólo durmió como un perro en un charco de estrellas.

* Y tía escribió su epitafio en mi ojo “decido escribir mi muerte En las cenizas de tu vida. Mientras yo agonizo tu infancia se colma de ceguera” Y con mi ojo observo cómo tía se acuesta sobre su cama. Es una cicatriz en medio de las llamas Que la muerte en este escenario de voces apagadas Sea un taller de luz, da al cuerpo de tía una mariposa revoloteando en el revés de la muerte Y soy la piel del espejo en que la muerte de tía se refleja. Mi ojo vigila Un corazón se extingue en el candelabro de la esperanza.

A LA MEMORIA DE JULIANA CAMPOVERDE

Recordar el día de tu cumpleaños es Tener al cielo con el color de la infancia muerta Manos que abren la inocencia de la luz Más en la casa el recuerdo tiene la ternura ensangrentada

¿qué te hicieron pequeña? ¿en qué dios siniestro escondieron tu cuerpo?

El demonio tenía su oficio

Vino vestido de canto mágico

Pero rodó sobre la semilla muerta

Y tu cuerpo durmió sobre la violencia de los otros cuerpos

No hay lugar a dudas

La muerte tiene su oficio.

Es duro recordarte

Es duro permanecer en la casa

En este camino de tierra donde los murciélagos derraman su sangre

Es duro tenerte en la memoria de tu infancia

¿qué te hicieron pequeña? ¿en qué dios siniestro escondieron tu cuerpo?

En esta casa sobrevivimos entre los muertos.

Caminamos por veredas silenciosas

Colgando tu rostro en la memoria de los otros

Todos te miran, todos te piensan

Pero tú sigues ausente

Debajo de la lluvia de frutas carcomidas por el hedor siniestro de la muerte

Tu padre descansa sobre los constantes adioses que están detrás de la puerta de la esperanza

Recordar el día de tu cumpleaños es Tomar una copa de vino con tu herida

(llaga que danza con el ciprés de todas mis queridas/hermanas muertas)

De Los rostros del asesino (inédito) LOS ROSTROS DEL ASESINO (FRAGMENTO) 1 El abrazo es más eterno que el crimen la herida se desvanece, no así la palabra -huellas que rompen el tiempo- El asesino transita la noche cobija a su víctima con las alas de la desobediencia. El rostro del hombre está invadido por el espanto: -ciénaga vencida en el jardín de la derrota- dioses que escriben la carta envilecida en el calvario de la estepa ¿dónde las horas que no dan reposo a la muerte?

Manos que son una en el exilio de la carne. 2 Este paraíso donde reposa la boca del cielo donde el árbol de la condena cobija a la carne del pecado. Estas manos que acarician a las rosas aniquiladas en la sangre. Este paraíso que niega a las aguas acalladas en los rostros de hombres muertos que perecen bajo un aguacero de cielos. Este paraíso quizás un espejo que fragmenta las bocas refleja la caída: rostros destruidos en la sombra de la tragedia.

Este paraíso clama luz clama incendio en la huella del verdugo 3 H a y u n e s p a c i o e n l a s l í n e a s e n q u e e s c r i b o U n r e m o r d i m i e n t o e n l o s c u e r p o s q u e e s c r i b e n : C u a n d o d i c e n n o c h e r e t o r n a n a l c r i m e n c o m e t id o C u a n d o d i c e n d í a b e b e n d e l a b e s t i a v e n c i d a e n e l a c a b o s e d e l m u n d o C u a n d o d i c e n m u e r t e c o r r e n d e t r á s d e l a s a v e s r a p a c e s q u e l l e v a n c o n s i g o s u s n o m b r e s H a y u n e s p a c i o e n l a d e s g a r r a d u r a d e l a l e t r a U n c i e l o q u e s e a b r e a n t e e l z a r p a z o d e l t i g r e U n t e m b l o r u n s i l e n c i o u n i n c e n d i o e n l o s p á r p a d o s d e l c o m e t a, e s t o d o l o q u e t i e n e e s t a p i e l : u n a s o m b r a q u e b e b e c e r v e z a s o b r e u n c r á n e o d e v i g i l i a

[ l o s p á r p a d o s d e l n a v í o c a e n f a t i g a d a s a n t e e l a l b o r o t o d e l a s o m b r a ]

H a y u n e s p a c i o e n e l s a l u d o d e l o s a m a n t e s S e g u r o q u e l o s a n i m a l e s d e l g o z o e s c u p e n h e m b r a s r o t a s e n l o s o j o s d e l a n o c h e / u n a h e r i d a q u e l l e v a c o n s i g o e l f e r v o r d e l o s d e s a h u c i a d o s / e l g r i t o d e m e n t e d e n t r o d e u n a h a b i t a c i ó n q u e e n s u s a d e n t r o s d e g ü e l l a n c a b e c i t a s d e m o n s t r u o s q u e l l e v a n i n c e s t o s e n s u s p l e g a r i a s Alcemos la copa para brindar por sobre el despojo de cuerpos usura de la tragedia ruido/ollín/polvo/miseria de huesos Alcemos los cuchillos y brindemos sobre la muerte del lenguaje. Afuera la noche permanece quieta, mira detrás de la ventana nuestra fiesta.

E s t e c u e r p o d e s p a r r a m a d o b e b e d e l a n t e d e l f r a g m e n t o d e e s p e j o q u e n o s r e f l e j a. B e b e e l cuerpohembra/el cuerpovigilia/. B e b e e l cuerpomadre. B e b e d e l o q u e f u e, d e l f a r d o q u e f u e. E s t a n o c h e c o l g a d a e n l a v e n t a n a o b s e r v a a l c u e r p o a s e s i n a d o p o r u n h o m b r e. Hombre asesinado por hombre. Busquemos un lugar donde podamos descansar nuestras tormentas, donde la tristeza se encadene a la pata de la cama. Busquemos el sauce/ la danza macabra en esta tiniebla oscura.

Paola Contreras (1989, Chile) Artista y autista. Enfermera universitaria. Publico sus poemas infanto-juveniles en ¿Por qué lloras, corazón?, 2008; Música en el Alma, 2007; Primavera en el Corazón, 2007. Comenzó su activismo de autismo en primera persona y maternidad autista en @orgullosautista IG el 2019

Ya no te siento aquí

Ya no te siento aquí,

ni siento tus pies. Te has ido y me has dejado

en este tu atardecer.

Ya no sentiré tu latir, ni seré parte de tu ser.

Porque te has marchado, sin una razón

que yo pueda entender.

A veces siento tus pasos y creo escuchar tu voz, mas sé que no vendrás

y si lo haces… ya no estaré yo.

Yo ya no estoy

Si solo escuchas tus pasos,

si solo escuchas tu voz; ¿no es una señal acaso? ¿De que yo ya no estoy?

El por qué te fuiste,

en realidad, no lo sé. Por qué yo lo hice

tampoco lo entenderé.

Quizás solo quise dejar -un poco más atrás –

Todos tus recuerdos para dejarte de amar.

Hace tiempo

Hace tiempo pido verte,

verte lejos, dañas hasta mi alma

solo con tus pensamientos.

Hace tiempo tengo un sueño volar hasta la luna,

recoger sus lágrimas de oro y beberlas una en una.

Hace tiempo dejé de verte,

ya no sueño con la luna, sueño con la noche más oscura

ya no bebo lágrimas de luna.

Nado en un pantano oscuro y frío,

vuelo sobre un bosque.

Malvado y sombrío.

Hace tiempo pido verte, verte cerca de mi alma.

Solo en un sueño para no esclavizarla.

Ansiada libertad

Caminaba sola por la noche

mientras treinta mariposas seguían su andar. Una lágrima danzaba por su rostro,

mil jilgueros seguían su cantar. Atravesó un espejo dorado,

cantando sin cesar. Con un niño dormido en los brazos,

paso el umbral de la libertad. Dejo al niño dormido, en una lágrima de zorzal.

Abrió las alas pesadas por la tristeza y sola se lanzó al vacío.

Poco después salió volando lleno de amor el corazón.

De fuerzas sus alas y de rocío su rostro

y lo logró. Es libre, es feliz y libre.

Flores caían del cielo, dicen.

Sus lágrimas se quedaron en el aire

el tiempo se detuvo somnoliento esperando el final.

Una melodía en su interior

Difíciles acordes

componen tu canción es triste melodía

que hay en tu interior.

Silencios en tus manos sonrisas en tu voz

lágrimas en el alma y un verso en tu canción.

Se escapa un acorde de tu mirar marrón es lágrima sonriente que llega al corazón.

Buenos recuerdos

Escucho tu silencio a través del tiempo

veo tu triste recuerdo en aquel espejo.

Soñé que amanecía

y que ambos soñábamos que no te ibas

que no nos separábamos junto a mi corazón

dejaste una flor y junto a mi alma

una triste canción.

La que nunca olvidé la que siempre sentí

hasta aquel momento en que te perdí.

Tal vez lo intenté

No aguantaba más

el mundo quería dejar mil veces lo pensé

pero no lo llegué a intentar. Me siento abandonada

por eso quiero soñar y jamás despertar

para no sentirme olvidada.

Me harté de vivir así con protección solo en las noches

y con amor solo el domingo. A esto no le llamo vivir comer sola, no quiero anhelo tocar la tierra

y salir de este encierro oler las flores y mirar las aves

y al mundo, con otros ojos

y así ver todo menos grave.

Hace tiempo que no escribía

se me fue la inspiración hace tiempo que no pintaba

con todo el corazón.

Persona sin amor

Una noche sin estrellas

un corazón sin amor persona sin recuerdos

es lo que soy yo. Hoy vacía me siento muy sola y sin amor

es que me estoy perdiendo por falta de ilusión.

Ya ni aquel beso recuerdo

no recuerdo ni su voz pero cierro mis ojos

para ver si su imagen volvió.

Persona sin recuerdos es lo que no quiero ser yo

soy prisionera de aquel tiempo tiempo vuelve a mi corazón.

Podríamos

Podríamos hacer total y absolutamente nada,

quedarnos inmóviles el uno frente al otro contemplándonos ininterrumpidamente

memorizando cada huella de nuestros rostros. Podríamos simplemente respirarnos

sentir el uno frente al otro sentir su alma, presencia y espíritu.

Grabar su esencia en la memoria para no borrarla mas pintar la voz del otro y cantar su mirada.

Podríamos también cantar nuestro amor al mundo o guardarlo y no compartirlo con nadie más.

Podríamos soñarnos todas las noches y crearnos una dimensión propia

olvidar al mundo y seguir nuestro propio rumbo o invitar al mundo a sentir lo que nosotros.

Un amor descubrí

En una tarde oscura, entre mis cosas te vi

esa tarde, como ninguna, un amor descubrí…

Hoy necesito tus caricias

y extraño hasta tu voz. Se me escapan sonrisas, pues por ti estoy mejor.

Cierro los ojos, ¡te veo! Ya estás en mi corazón,

porque olvidarte no puedo sin perder la razón.

Quien soy

Que no lo diga

Que no se me nota Que es leve

Que se equivocaron Que es sugestión

Que todos tenemos un poco Que yo si miro Que yo si hablo

Que yo si socializo Que yo tengo título

Que yo tengo familia Que yo tengo hijos.

Y que, si lo fuera, que no lo dijera.

Y yo lo grito Y yo si aleteo

Y yo si tengo crisis

Y yo si tengo diagnóstico

Y yo si tengo hijos autistas Y yo sí lo soy

Y no te miro siempre Y preparo cada diálogo

Y ensayo cada escenario Y no es incompatible

El diagnóstico no me impide hacer mi vida.

Bruno

Qué grande estás

amo el hermoso ser en el que te conviertes. Amo tus ocurrencias

amo tus palabras por minuto. Amo tus inventos

amo tus historias y tus sueños. Amo tus convicciones

amo tu lógica y tus pensamientos. Amo tu corazón noble y puro

amo tus chistes. Amo tus abrazos fugaces y holgados

amo tus ojitos heredados.

Amaro

Mi hermoso cómo creces

amo cada logro. Amo cada nueva aventura amo cada nueva travesura

amo tus palabras inventadas amo tus deditos en mi cara

amo que me huelas amo cuando vuelas Amo cuando pintas amo cuando sueñas

amo cuando me dices “Aguá” Amo cada sonrisa

amo cada abrazo pegajoso amo tu manito que me busca dormida.

Me descubrí

De pronto, me descubrí rayando mis cuadernos, dibujando flores, surcos, líneas y

nubes, escribiendo profundas frases melódicas, versos, apuntando palabras, frases, canciones que ya no recuerdo.

Me vi dibujando un sol amarillo en mi pared y pintando hojas verdes limón en el reciente árbol de mi muralla...

Me descubrí mirando el horizonte, el cielo, un lápiz y mi cuaderno con la mirada perdida. Me recordé inventando mil excusas y razones para darte un abrazo...fue

entonces cuando me di cuenta de que ya no había marcha atrás, esto era más fuerte que yo, mucho más fuerte...

Aún te espero Camine dormida

bajo el cielo pintado con una luz albina

te estuve esperando.

Te espere noche y día que llegaras a verme

con la mirada perdida intenté no perderme.

Quise que volvieras

quizás ya estabas lejos quería que vinieras junto a mi reflejo.

Hoy sé que no vendrás ya no te espero tanto

quizás miro hacia atrás de vez en cuando.

Te quiero olvidar

Siempre quise olvidar

este profundo sentimiento nunca pude borrar todo lo que siento.

Creí que olvidar podría

pero tu voz en un secreto es una dulce melodía

y a la vez, un triste soneto.

Ahora sé que no olvidaré este, mi pequeño mundo y menos, esa hermosa vez

en que nos quedamos juntos.

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