la conciencia de posguerra
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José Luis Romero: “El ciclo de la revolución contemporánea”.
Capítulo V: La conciencia de una posguerra (149).
Rasgo distintivo del período: impacto de la guerra.
Propicia la conciencia revolucionaria.
Búsqueda de soluciones de viejo cuño.
Desprestigio de la élites.
Zurcido sobre el mapa de Europa (151).
Duro golpe al orden capitalista burgués.
Incómoda asociación de ideas ante los problemas sociales:
o La Revolución Rusa transformó en tabú el problema social.
Atención a la justicia política y desatención a la social:
o Provoca convulsión en las masas.
La ilusión de la paz (158).
Manifestación profunda del horror de la guerra.
El progreso técnico, antes embriagador, se transformó en
enemigo.
Idea de que el progreso bélico sería indefinido y las guerras
atroces.
Surgimiento del pacifismo como movimiento filantrópico.
Las minorías políticas dominantes siguieron con sus aspiraciones
hegemónicas.
Sectores independientes sostuvieron el verdadero pacifismo pero
dividido:
o Pacifismo utópico: fraternidad universal de hombres de
buena voluntad (Aldous Huxley).
o Pacifismo científico: corrientes revolucionarias.
El ocaso de un cosmos (162).
Sensación de caos ingobernable.
Oswald Spengler y Paul Valéry testimonian la sensación de
encrucijada.
Conciencia de la profunda crisis de las élites.
La actitud soberbia y mezquina testimonian la crisis.
“Rebelión de las masas” de Ortega y Gasset.
Pérdida del rumbo de las mismas: rasgo más curioso.
Aparición de los corifeos ante el descontento general.
Creación de una nueva retórica: Mussolini y Hitler.
Nada por qué morir (167).
Sensación de estar perdido en un mundo sin sentido si no se
defendía una postura revolucionaria: “En situaciones críticas
quien no sabe por qué morir difícilmente puede hallar sentido a
su propia existencia”.
Domina un escepticismo que lleva al suicidio, que es morir
gratuitamente.
Nada del orden burgués parecía lo suficientemente digno de
semejantes sacrificios. La vida humana parece valer más.
Se acentúa el sentido gregario: repliegue dramático del hombre
sobre su propia individualidad.
Se manifiesta como:
o Sensualismo,
o Exaltación del microcosmos interior.
Propicia la influencia literaria de Amiel, James o Proust:
o Obsesionados por llegar hasta los abismos del alma
humana.
Difusión de las doctrinas de Freud.
Bergson, Picaso y Braque atraen a las nuevas élites.
Desarrollo de la novela biográfica.
El superrealismo caracteriza la conciencia de pos guerra.
Se vive suspendido entre un mañana y un ayer que dejan entre
ellos sombras de una vida.
Retórica de la fuerza (172).
Descripción del clima sicológico de la posguerra.
Lo denomina sicosis de encrucijada.
Aparición de los que querían escapar de la incertidumbre
muriendo o matando por cualquier cosa.
Inspiración de Spengler en Goethe y Nietzsche.
o Doctrina de la sangre y del incontenible poder de laa
energía vital.
o “decadencia de Occidente” alimenta a los derrotados
alemanes: diseña un futuro activo y creador.
o Descubre un sentido regenerador en el prusianismo que
debería extenderse a la Europa mediterránea.
Para los naziz la renovación podía darse solo por los sanos y
fuertes: los arios puros y vigorosos.
Solo existe la acción, la vida concebida como aventura
(Lawrence).
Mussolini difundió la fórmula: “vivere pericolosamente”,
o No temer a la muerte,
o Sentido contemporáneo de la vida.
Este movimiento vitalista es la otra cara de la posguerra.
No hay una idea clara de por qué morir. Se exalta el vigor físico
del deportista.
Concepción jvenil de la vida:
o Vida al aire libre, inclinación al nudismo,
o Independencia.
Se disimulan las antinomias mediante un vasto plan aglitunador
que vivificó y explica el fascismo.
Los comunistas rusos poseen también voluntad de ocasión y
optimismo.
Poseen un dogma más coherente.
Tienen en común:
o Actitud antiliberal,
o Vocación hacia la fuerza y el realismo.
Fidelidad comunista a considerar a las masas como el fin
político.
Los nazi-fascistas las utilizan para defender un sistema de
ideales ajeno a las mismas.