la conquista de canarias

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La conquista de Canarias Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía de lepra [cita requerida] . El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora, elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y tolerante. 1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando sólo cincuenta y tres miembros. En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval. Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas, con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

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Page 1: La conquista de canarias

La conquista de Canarias

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 2: La conquista de canarias

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 3: La conquista de canarias

Jean de Béthencourt.

La conquista de Canarias se llevó a cabo entre 1402 y 1496. No fue una empresa sencilla

en lo militar, dada la resistencia aborigen en algunas islas. Tampoco lo fue en lo político,

puesto que confluyeron los intereses particulares de la nobleza (empeñada en fortalecer

su poder económico y político mediante la adquisición de las islas) y los estados,

particularmente Castilla, en plena fase de expansión territorial y en un proceso de

fortalecimiento de la Corona frente a la nobleza.

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 4: La conquista de canarias

A la muerte de Alfonso XI se inicia un conflicto dinástico enmarcado en la Guerra de los Cien

Años entre sus hijos Pedro y Enrique. Alfonso XI había contraído matrimonio con María de

Portugal, de la que tuvo a su heredero, el infante Pedro. Sin embargo, el rey también tuvo

con Leonor Núñez de Guzmán varios hijos naturales, entre ellos el infante Enrique, conde

de Trastámara, que disputaron el reino a Pedro una vez este accedió al trono.

En su lucha contra Enrique, Pedro se alío con Eduardo, príncipe de Gales, llamado el Príncipe

Negro. En 1367 el Príncipe Negro derrotó a los partidarios de Enrique en la Batalla de Nájera.

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 5: La conquista de canarias

El Príncipe Negro, viendo que el rey no cumplía sus promesas, abandonó el reino,

circunstancia que aprovecho Enrique, refugiado en Francia, para retomar la lucha. Finalmente

Enrique venció en 1369 en la batalla de Montiel, y dio muerte a Pedro.

Juan de Gante, hermano del Príncipe Negro y duque de Lancaster, contrae matrimonio

en 1371 con Constanza, hija de Pedro. En 1388 reclama la Corona de Castilla para su mujer,

heredera legítima según las Cortes de Sevilla de 1361. Llega a La Coruña con un ejército, toma

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 6: La conquista de canarias

primero esa ciudad y, más tarde, Santiago de Compostela,Pontevedra y Vigo y pide a Juan de

Trastamara, hijo de Enrique de Trastamara, que entregue a Constanza el trono.

Pero éste no acepta y propone el matrimonio de su hijo el infante Enrique con Catalina, hija de

Juan de Gante y Constanza. La propuesta es aceptada y se instituye el título de Príncipe de

Asturias que ostentaron por primera vez Enrique y Catalina. Esto permitió culminar el conflicto

dinástico, al afianzar la Casa de Trastámara y establecer la paz entre Inglaterra y Castilla.

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 7: La conquista de canarias

Durante el reinado de Enrique III se restaura el poder real, desplazando a la nobleza más

poderosa. En sus últimos años delega parte del poder efectivo en su hermano Fernando de

Antequera, quien sería regente, junto con su esposa Catalina de Lancaster, durante la minoría

de edad de su hijo, el príncipe Juan. Tras el Compromiso de Caspe en 1412, el regente

Fernando abandonó Castilla, pasando a ser rey de Aragón.

A la muerte de su madre, Juan II alcanzo la mayoría de edad, con 14 años, y contrajo

matrimonio con su prima María de Aragón. El joven rey confió el gobierno a Álvaro de Luna, la

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 8: La conquista de canarias

persona más influyente en su corte y aliado con la pequeña nobleza, las ciudades, el bajo clero

y los judíos. Esto trajo las antipatías de la alta nobleza castellana y de los Infantes de Aragón,

lo que provocó entre 1429 y 1430 la guerra entre Castilla y Aragón. Álvaro de Luna gano la

guerra y expulso a los infantes.

Enrique IV intentó restablecer sin éxito la paz con la nobleza rota por su padre. Cuando su

segunda esposa, Juana de Portugal, dio a luz a la princesa Juana, ésta fue atribuida a una

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 9: La conquista de canarias

supuesta relación adúltera de la

reina con Beltrán de la Cueva, uno

de los privados del monarca.

El rey, asediado por las revueltas y

las exigencias de los nobles, tuvo

que firmar un tratado por el que

nombraba heredero a su hermano

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 10: La conquista de canarias

Alfonso, dejando a Juana fuera de la sucesión. Tras la muerte de éste en un accidente, Enrique

IV firma con su hermanastra Isabel el Tratado de los Toros de Guisando, en el cual la nombra

heredera a cambio de que se casase con el príncipe electo por Enrique.

Para su estudio, los historiadores distinguen dos periodos en la conquista de Canarias:

Conquista señorial. Se conoce con este nombre a la conquista llevada a cabo por

la nobleza, en beneficio propio y sin una participación directa de la Corona, que otorga el

derecho de conquista a cambio de un pacto de vasallaje del noble conquistador hacia la

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 11: La conquista de canarias

Corona. Distinguiremos dentro de ella la conocida como Conquista Betancuriana o

Normanda, llevada a cabo por Jean de Bethencourt yGadifer de la Salle entre 1402

y 1405 y que afectó a las islas de Lanzarote, El Hierro y Fuerteventura. La otra fase se

conoce como Conquista Señorial castellana, llevada a cabo por nobles castellanos que

se apropiaron, mediante compras, cesiones y matrimonios, de las primeras islas

conquistadas e incorporaron la isla de La Gomera hacia 1450.

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 12: La conquista de canarias

Conquista realenga. Este término define a la conquista llevada a cabo directamente por

la corona de Castilla, durante el reinado de los Reyes Católicos quienes armaron y en parte

financiaron la conquista de las islas que faltaban por dominar: Gran Canaria, La

Palma y Tenerife. En el año 1496, llegó la conquista a su fin con el dominio de la isla de

Tenerife, integrándose el Archipiélago Canario en la Corona de Castilla. La conquista

realenga tuvo lugar entre 1478 y 1496.

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 13: La conquista de canarias

La conquista betancuriana

Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle, nobles normandos, protagonizaron la primera etapa

de la conquista. Los motivos son básicamente económicos: Bethencourt poseía factorías

textiles y tintorerías y Canarias le ofrecía productos tintóreos: la orchilla.

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 14: La conquista de canarias

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 15: La conquista de canarias

Le Canarien.

Bethencourt contaba con importantes apoyos políticos en la corte del rey Enrique III de Castilla.

Un pariente suyo, Rubín de Braquemont, obtuvo del rey el derecho de conquista de las Islas

Canarias para el noble normando. Bethencourt, a cambio de la obtención de los derechos de

conquista se convirtió en vasallo del rey castellano. Rubín de Braquemont aportó una

importante suma de dinero a la empresa conquistadora. La narración de la conquista

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 16: La conquista de canarias

betancuriana quedó recogida en la crónica conocida por Le Canarien, recopilada por los

clerigos Pierre Bontier y Jean Le Verrier, aunque transformada en dos versiones posteriores,

una de Gadifer de la Salle (la que parece más fidedigna) y otra del sobrino de

Bethencourt,Maciot de Bethencourt.

Conquista de Lanzarote

Procedente de La Rochelle, y después de hacer escalas en Galicia y Cádiz, la

expedición normanda llega a La Graciosa, explorando posteriormente la isla de Lanzarote en

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 17: La conquista de canarias

el verano de 1402. La primera incursión la

realizará hacia el actual Arricife, no detectando

ninguna resistencia por los pajes de Haría,

Teguise y Tías.La imposibilidad humana y

material de resistir, favoreció la rendición

de Guadarfia y los majoreros. Los normandos

se establecieron en el sur de la isla, donde

construyeron un fortín y fundaron el obispado

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 18: La conquista de canarias

de Canarias. Desde allí intentaron el asalto de Fuerteventura, en la Playa de las Colorodadas,

creando el Castillo del Rubicón.Desde este fuerte,comenzará el dominio y colonización de la

isla, hacia el valle de Teguise,donde el Caudillo Guadarfía, se resistirá en Zonzamas.Una vez

dominado dicho valle, creará posteriormente un castillo señorial para la defensa de la isla y sus

posesiones.

]Conquista de Fuerteventura

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 19: La conquista de canarias

Desde Lanzarote hicieron incursiones a la cercana isla de Fuerteventura, descubriendo que la comarca más rica y poblada era la de Río Palmas. También se apercibieron de que la conquista de la isla no se podía hacer sin nuevos refuerzos, por lo que Bethencourt regresó a Castilla y dejó el destacamento al mando de su socio Gadifer de la Salle, con base en el Castillo de Rubicón (Lanzarote).

Durante su mandato interino, Gadifer de la Salle tuvo que hacer frente a graves dificultades, entre ellas la falta de víveres. Así, cuando se hallaba en el islote de Lobos, a la captura de lobos marinos, uno de sus hombres, que se había quedado en el Rubicón, encabezó una sublevación. Después de robar víveres, apresar

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 20: La conquista de canarias

lanzaroteños para su venta y cometer otras fechorías, el tal Bertín de Berneval, que así se llamaba el cabecilla, embarcó en una nave pirata que había llegado allí, fugándose a Europa. A causa de esta insurrección, los lanzaroteños se rebelaron también contra el poder normando. Sin embargo, no tardarían en aceptar la rendición y, posteriormente, las aguas bautismales.

Mucho más tarde, y llegados los auxilios que Bethencourt le prometió, Gadifer de la Salle realiza un periplo a través del Archipiélago. Toca en Gando y Maspalomas (Gran Canaria); costea la isla de El Hierro, donde no puede anclar;

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 21: La conquista de canarias

desembarca en La Gomera; y, finalmente, después de hacer la aguada en La Palma, regresa a su isla de partida, Lanzarote.

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 22: La conquista de canarias

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 23: La conquista de canarias

En el Islote de Lobos, nombre que le viene de los lobos marinos que vivían en sus costas, se encontraba Gadifer de La Salle cuando uno de sus hombres que se había quedado en Lanzarote encabezó una sublevación. (PTF)

CONQUISTA DE FUERTEVENTURA

La isla majorera, a lo largo de estos años, había sido convenientemente explorada y en las tierras de Val-Tarajal se había levantado el castillo de Rico-Roque.

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 24: La conquista de canarias

Cuando Bethencourt regresó de la corte (1404), con nuevas tropas y pertrechos, se propuso acabar con la resistencia de Fuerteventura. Para ello montó varias exploraciones de castigo, hostigando a los naturales majoreros hasta sus refugios más inaccesibles.

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 25: La conquista de canarias

Viendo los reyes de Maxorata y Jandía, Guize y Ayoze, respectivamente, que era inútil toda lucha ante la superioridad de los normandos, decidieron rendirse y, junto con los suyos, recibir las aguas bautismales de manos de los frailes normandos.

En Val Tarajal se erigió una ermita en honor de Santa María de Betancuria.

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 26: La conquista de canarias

Entre 1402 y 1405. La larga duración no se debió tanto a la resistencia de los isleños, como a

las dificultades y divisiones internas entre los dos capitanes de la conquista. El hambre y la falta

de recursos obligaron a la expedición a replegarse hacia Lanzarote. Jean de Bethencourt viajó

a Castilla en busca de socorros. Allí obtuvo del rey Enrique III los medios necesarios y la

confirmación de sus derechos exclusivos sobre las islas por conquistar, marginando a Gadifer.

Pacificada la isla hacia 1404, se reemprendió la conquista de Fuerteventura a lo largo de aquel

año, pero los dos comandantes actuaron por separado, fortificando cada uno su propia zona de

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 27: La conquista de canarias

dominio (castillo de Rico Roque y Valtarajal). En 1405 culminó la conquista con la sumisión de

los reyes de la isla. En una fecha no determinada Gadifer abandonó la isla y regresó

a Francia a defender sus derechos, pero ya no regresará a las islas.

Tras la conquista, Bethencourt, dueño absoluto de las islas, marchará a Normandía en busca

de colonos y nuevos recursos para continuar la conquista del resto de las islas.

]Conquista de El Hierro

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 28: La conquista de canarias

Tuvo lugar a fines de 1405. No hubo resistencia por parte de la escasa población aborigen que

en gran parte fue vendida como esclavos, repoblándose la isla con colonos normandos y

castellanos.

Bethencourt permaneció en las islas hasta 1412, fecha en la que retornó definitivamente a sus

dominios de Normandía, dejando al frente de sus posesiones insulares a Maciot de

Bethencourt.

La conquista señorial castellana

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 29: La conquista de canarias

La etapa betancuriana finalizó en 1418, cuando Maciot vendió sus dominios y los

derechos de conquista sobre el resto de las islas alconde de Niebla. A partir de este momento

la intervención de la corona castellana se acentuó. Entre 1418 y 1445 las islas estuvieron

sometidas a permutas y divisiones. Finalmente Hernán Peraza “el Viejo” y sus hijos, Guillén

Peraza, fallecido en un asalto a la isla de La Palma (de cuya muerte ha quedado una emotiva

endecha), e Inés Peraza, se quedaron con las islas conquistadas y con los derechos de

conquista de las que faltaban. Tras la muerte de su hermano, Inés y su marido Diego García de

Herrera se convirtieron en los únicos señores de las islas hasta 1477, fecha en la que ceden La

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 30: La conquista de canarias

Gomera a su hijo Hernán Peraza “el Joven”, y los derechos de conquista de La Palma, Gran

Canaria y Tenerife a la Corona de Castilla.

Durante esta etapa se integró al señorío de los Peraza-Herrera la isla de La Gomera, que no

fue conquistada militarmente sino incorporada mediante acuerdo de Hernán Peraza “el Viejo”

con algunos de los bandos aborígenes insulares que aceptaron la autoridad del castellano. El

dominio de la isla, no obstante, no estuvo exento de revueltas fruto de las arbitrariedades de los

señores de la isla con los gomeros. El último, en 1488, provocó la muerte del señor de la isla,

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede

Page 31: La conquista de canarias

Hernán Peraza, cuya viuda, Beatriz de Bobadilla y Ossorio tuvo que solicitar ayuda a Pedro de

Vera, conquistador de Gran Canaria, para sofocar la rebelión. La represión posterior provocó la

muerte de dos centenares de rebeldes y la venta como esclavos de otros tantos en los

mercados peninsulares.

Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1360-1422), noble de origen normandoque

comenzó el proceso colonizador sistemático de las islas Canarias. Paradigma del comerciante

corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las

descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio; y al parecer padecía

de lepra[cita requerida]. El historiador José de Viera y Clavijo hace de él una descripción alabadora,

elogiando su prudencia, su valor, su amabilidad, sus ideales caballerescos, y su espíritu dulce y

tolerante.1 Fue escudero y chambelán del Rey Carlos IV de Francia, entró en contacto con la

corona de Castillaa través de su pariente Robin de Braquemon, muy relacionado con Enrique

III de Castilla, y consiguió los derechos de conquista de las islas. La expedición contó con la

ayuda militar de Gadifer de la Salle y el apoyo económico de la Santa Sede, que promulgó

bulas de indulgencia para los que financiaran la empresa. La expedición partió de La

Rochelle rumbo a Cádiz el 1 de mayo de 1402 con doscientos ochenta tripulantes, la mayoría

corsarios y mercenarios gascones y normandos en busca de lucro rápido. También viajaban los

monjes franciscanos Pedro Bontier y Juan Le Verrier, capellanes domésticos de los capitanes y

cronistas del viaje en Le Canarien, y dos nativos canarios capturados por expediciones

castellanas previas y ya bautizados. En Cádiz deserta buena parte de la expedición, quedando

sólo cincuenta y tres miembros.

En el momento de llegar a la costa norte de Lanzarote la población local estaba ya en

decadencia franca. Béthencourt es recibido de manera amistosa por el rey Guardafia, hijo de la

princesa Ico, y se compromete a evitar los ataques piratas. Manda construir un castillo en

la Costa del Rubicón. El ataque sobre la isla de Fuerteventura termina en desastre, con el

motín de la tripulación y una gravísima falta de víveres. La conquista se torna imposible por el

bajo número de efectivos y las disensiones internas, y Béthencourt regresa a Castilla para

conseguir más apoyos, dejando la isla en manos de Gadifer de la Salle yBerthin de Beneval.

Béthencourt regresa con el decreto real que le otorga el señorío de la isla de Lanzarote y con la

orden del antipapa Benedicto XIII (el Papa Luna) de instaurar el obispado del Rubicón. A su

llegada la resistencia de los nativos había sido aplastada por Gadifer de la Salle. Los indígenas,

con el rey Guardafia al frente, se rinden en 1404 y son convertidos al cristianismo. Se inicia la

conquista de Fuerteventura con ayuda de los nativos de Lanzarote, pero los intentos de

conquista de Gran Canaria y La Palma fracasan. Nunca trataría de conquistarTenerife, que a la

postre sería la última isla en ser conquistada. Gadifer de la Salle se ve obligado a abandonar la

isla para reclamarla ante los reyes castellanos, algo que nunca conseguirá. Béthencourt cede