la construccion maravillosa

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La construcción maravillosa. La totalidad del orden cósmico se manifiesta así como una "construcción maravillosa"... Las Memorias de un enfermo de nervios del presidente Schreber constituyen ante todo una experiencia en el sentido clásico del vocablo latino, es decir, una prueba. Creo que Schreber estaría conforme con esta nominación, por la doble acepción que permite, por un lado, en el ámbito científico, de un ensayo, un examen, un intento, y por el otro, en el ámbito legal, de una justificación de la verdad de los hechos controvertibles en un juicio. En tanto prueba de escritura, el experimento de Schreber fracasó durante largo tiempo, acaso debido a su fuerza, y tal vez era natural que así fuese. La experiencia de leer las Memorias difícilmente encuentra paralelo, por su extraordinaria disciplina y por su talento para hacerse entender, en el cual se encuentra mucho de su valor, porque esta fuerza se traduce en el recuento y descripción de una soledad concentrada en una voluntad de salir de sí misma, de una soledad en el sentido moderno, acaso la primera de que tengamos noticias, de alguien que no quiso ceder la propiedad de su experiencia al discurso psiquiátrico ni la garantía de su integridad a los poderes divinos. 1

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Sobre Daniel Paul Schreber

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La construccin maravillosa. La totalidad del orden csmico se manifiesta ascomo una "construccin maravillosa"...Las Memorias de un enfermo de nervios del presidente Schreber constituyen ante todouna experiencia en el sentido clsico del vocablo latino, es decir, una prueba. Creo que Schreber estara conforme con esta nominacin, por la doble acepcin que permite, por un lado, en el mbito cientfico, de un ensayo, un examen, un intento, y por el otro, en el mbito leal, de una !ustificacin de la verdad de los hechos controvertibles en un !uicio. "n tanto prueba de escritura, el experimento de Schreber fracas durante laro tiempo, acaso debido a su fuer#a, y tal ve# era natural que as fuese. La experiencia de leer las Memorias difcilmente encuentra paralelo, por su extraordinaria disciplina y por su talento para hacerse entender, en el cual se encuentramucho de su valor, porque esta fuer#a se traduce en el recuento y descripcin de una soledad concentrada en una voluntad de salir de s misma, de una soledad en el sentido moderno, acaso la primera de que tenamos noticias, de aluien que no quiso ceder la propiedad de su experiencia al discurso psiquitrico ni la aranta de su interidad a los poderes divinos.$aniel %aul Schreber, presidente de Sala en la Corte de $resde, sufre, en sus propias palabras, de un "trastorno nervioso" y es internado en un hospital psiquitrico, ah tiene una serie de experiencias y revelaciones imposibles de resumir en unas cuantas lneas, pero, en la medida de lo posible, su verdad es la siuiente& el alma humana reside en los nervios del cuerpo, comparables a dibujos de damasco, y es indistinuible de los mismos. $ios sostiene su existencia a su ve# en una urdimbre nerviosa finsima, cuya manifestacin en la 'ierra es a trav(s de los rayos solares, y as $ios nada sabe de las vidas de los hombres, pues su comunicacin con los humanos es slo con aquellos que han muerto y entonces sus rayos se extienden haciael residuo mortal para conocer lo que fue su vida y !u#ar, y probar o invitar a compartir con )l en la antecmara celestial. $e ordinario no tena luar una intervencin directa de $ios en la suerte de los hombres y los pueblos individuales, talera el estado acorde con el orden csmico, pero he aqu que alo maravilloso vino a 1pasar, a mediados de mar#o de *+,-, aluien perpetr un almicidio, un crimen sin precedentes, haya sido con el fin de poner un alma a la merced de otra, o para que sta obtuviera una vida terrenal ms larga o para apropiarse de las fuerzas espirituales de aquella o para agenciarse una especie de inmortalidad personal o para cualquier otra ventaja especial1, el caso es que se inculp a Schreber del almicidio, y esto atra!o la atencin de $ios sobre un ser viviente, desequilibrando el orden csmico, poniendo en rieso el balance de los asuntos humanos y las esferas celestes. .racias a un almicidio, un crimen de naturale#a celestial, $ios se vio for#adoa intervenir, Schreber entr en contacto directo con $ios, y este se encontr a su ve# atrado al alma/sistema nervioso de Schreber, y he aqu que al entrar en contacto con (l y residir en parte en su cuerpo $ios se puso en rieso, se amarr de aluna manera a una condicin mortal, y $ios debi defenderse si quera sobrevivir, intenta entonces emascular a Schreber, volverlo mu!er0 por otro lado, el eco de esta inmensa aitacin celestial ha llamado la atencin de una multitud de almas que desean volver, que entran en el cuerpo de Schreber para transformar su cuerpo, intentar destruirlo, para hacerse escuchar, para !uar con (l. La de Schreber es una intria csmica que se traduce en a1os de dolor y de una lucha continua por preservar su interidad contra los ataques de hordas celestiales y del mismo $ios, como 2acob lo hiciera tambi(n, milenios antes que (l.La mayor parte de las Memorias describen lo ocurrido durante su estada en hospitalespsiquitricos, a lo laro siete a1os. Lo que Schreber describe como trastorno nervioso en sus Memorias rara ve# es claro, aluna ve# menciona haber visto el rostro de un uardia del hospital completamente desfiurado, reconoce ver cosas de las que duda realmente hayan tenido luar, lo acosan ideas de suicidio, pero en eneral su malestar es un tremendo desasosieo, Schreber se ve privado de lo que llama el derecho humano a no pensar, y esta violacin de su derecho proviene del constante parloteo de las almas que lo invaden, de una polifona monstruosa e infinita, un pensamiento incesante que lo consume, un asedio armado de m3ltiples voces a!enas. Schreber dice identificarse con el 4anfred de Lord 5yron. "n la obra de 5yron, 4anfred es aluien que no puede dormir, aluien que se encuentra sometido a una irresistible continuance of enduring thought, un pensamiento incesante que lo pone a prueba. 1 Daniel Paul Schreber; Memorias de un enfermo de nervios, Sexto Piso, Mxico, 2003. P. !!.24anfred es una especie de poderoso sabio que con su saber arcano un da decide llamar a los siete espritus de los aires, la tierra, las monta1as, las auas y las estrellas,y ellos, una ve# en su presencia, le preuntan& Y bien, mortal, qu quieres de nosotros 4anfred responde sencillamente& !orgetfulness, el olvido. "s una idea asombrosa, porque cuando los espritus, sorprendidos ellos mismos, le interroan& dequ, de quin, porqu 4anfred, a3n ms enimtico, responde& de aquello que est en m", lanlo ah", ustedes saben qu es, pues #o no puedo decirlo$ Los espritus le responden que pueden ofrecerle dominio sobre la 'ierra y poder sobre los hombres, incluso, dominio sobre los elementos naturales, acaso, pueden ofrecerle la dulce muerte 6y tal ve# la muerte, considera 4anfred, podr librarlo de s6, pero eso no, no el olvido de s mismo, no eso. "s una posicin tpica de 5yron, quien era a su ve# un nel y un demonio, el hasto de ser, pero es tambi(n una posicin plenamente romntica, verse perseuido y atrapado por una infinitud, por una mismidad, 7qu( es eso que est dentro de 4anfred que no puede ser nombrado por (l, pero que los espritus de 'ierra y cosmos conocen bien8 9n exceso, alo que colma y sobrepasa, y lo mantiene sin poder salir de s. 'al es la soledad romntica& lo inexpresable0 la voluntad de decir lo indecible. %ero hasta aqu llea la similitud con Schreber, 4anfred slo desea librarse de s mismo, lo que nin3n hombre puede, y desvanecerse0 el presidente Schreber no quera el desvanecimiento, (l quera conservarse y vivir y compartir sus experiencias inauditas con el resto, y ese fue al parecer un deseo inaceptable. Su testimonio abundante en conceptos y visiones sufri de una reduccin a un par de comple!os en una tradicin interpretativa iniciada por :reud, y continuada por una serie de psicoanalistas por casi medio silo. La interpretacin que :reud hace de las 4emorias del presidente Schreber es un caso extraordinario dentro de su disciplina analtica. 'odo lo que tuvo :reud a la mano parainterpretar su caso eran las Memorias del autor, y el primer paso que toma, el arumento fundamental para su hiptesis es el siuiente& ;$el estudio de una serie de casos de delirio persecutorio, tanto yo como otros investiadores hemos recibido la impresin de que la relacin del enfermo con su perseuidor se puede resolver mediante una frmula simple Sostenemos que la intencionalidad del sentimiento es proyectada como un poder exterior, el tono del sentimiento es trastornado hacia lo contrario, y que la persona ahora odiada y temida a causa de su persecucin es aluienque aluna ve# fue amado y venerado. La persecucin estatuida en el delirio, 3afirmamos, sirve sobre todo para !ustificar la mudan#a del sentimiento en el interior del enfermo?. :reud prosiue en su elaboracin diciendo que no es difcil que la sensacin de simpata hacia el m(dico no viniera de un proceso de transferencia por elcual una investidura de sentimiento es, en el enfermo, trasladada de una persona para (l sustantiva a la del m(dico, de suerte que este 3ltimo aparece escoido como un sustituto de aluien mucho ms prximo al enfermo& el m(dico le ha hecho recordar laesencia de su hermano o de su padre. 7$e dnde sac :reud esto8 Se trata de una suposicin, desde que ha sido el caso en investiaciones anteriores, este debe ser el caso con Schreber tambi(n. :reud se satisface, se3n sus palabras, al trope#ar al fin enlas Memorias, tras lara b3squeda, con un pasa!e en que el enfermo alumbra esa incertidumbre en la siuiente lnea& "la memoria de mi padre y de mi hermano me es tan sarada como=" "stas escuetas palabras acerca del padre y el hermano, para las que :reud tuvo que hacer una lara b3squeda, que no son demasiado sinificativas, fueron suficientes para que concluyera que el doctorencarnaba la esencia del padre o el hermano, hacia el que seuramente se ubica ahora como perseuidor porque tal ve#antes lo amaba y admiraba y seuramente de aluna forma homosexual. @o hay en lasMemorias nada que nos indique que Schreber uardaba hacia :lechsi sentimientos extraordinarios de afecto, que tendran que ser proporcionalmente inversos a los persecutorios, y sin embaro, esta suposicin vali como punto de partida para la hiptesis completa. :reud reconoce que no hay mencin de este amor por :lechsi& ""s verdad que en sus Memorias Schreber no presenta sin alunas restricciones la alaban#a del primer tratamiento de :lechsi, pero ello bien puede comprenderse a partir de la postura ahora alterada hacia lo opuesto". "ste es escasamente un arumento, no hay ninuna ra#n para que esta omisin sinifique !ustamente lo contrario. :reud da el 3ltimo paso para decir que la fantasa de Schreber de ser el ob!eto sexual de $ios es la formulacin aceptable dentro del delirio para un deseo homosexual hacia el doctor/padre/hermano, no sin aclarar que "es verdad que para nuestro sentimiento hay un abismo insalvable entre la personalidad de $ios y la de un hombre, a3n el ms sobresaliente. %ero debemos pensar que no siempre fue as. Los pueblos antiuos tenan a sus dioses humanamente ms prximos. "ntre los romanos, el emperador difunto era deficado por derecho."Schreber transfiri la persona de :lechsi hacia $ios, cosa que no debe sorprendernos, porque los antiuos romanos aslo hacan. :reud prosiue de esta extra1a manera a lo laro de toda su arumentacin, suponiendo, y lueo tomando esas suposiciones como hechos, siuiendo apenas y 4muy de le!os lo que Schreber escribi. 7%orqu( procedi :reud de esta manera8 Si bien las crticas que Aittenstein le dirie a :reud eran casi siempre de este orden 6unarumento que se establece en base a una lica impecable pero sobre ninuna evidencia6B, en la ocasin del encuentro con Schreber la imposicin de una teora es flarante. Cay alo en el discurso de las Memorias, una exterioridad imposible, incontrolable, que produ!o como reaccin la violencia que se encuentra siempre amena#ante al interior del discurso psicoanaltico, una violencia de orien que no ha de!ado de desprenderse del discurso psiquitrico& el obliar a decir. Dhora, lo importante no es tanto lo que esta exterioridad impermeable revela del psicoanlisis en sus momentos de arbitrariedad, sino en qu( consiste este no saber qu( pensar al respecto, esta imposibilidad para acceder sin violencia, una perple!idad insalvable. 7%orqu( es tan difcil acercarse al discurso de Schreber sin hacer barbaridades8 7%orqu( ha sido y es difcil escuchar a Schreber8 7por su racismo, por su machismo8 de ninuna manera, estos son aspectos perfectamente capitali#ables por la cultura, 7por su polifrmica voluptuosidad8 tal ve#, porque la voluptuosidad slo es aceptable en cierta medida y en formas reconocibles, institucionales0 pero ninuna de estas posibles dificultades hubiesen inquietado a :reud, o es tal ve# que la intensidad que concentra la experiencia de leer las Memorias se debe a la comple!idad fractal propia de su lica y a su riurosidad, su descripcin minuciosa y total de un universo m3ltiple, pues Schreber da por sentado que su mundo est aislado, que carece de smbolo, y su condicin de soledad absoluta se extiende a la necesidad de una narrativa totalitaria y de ah que sea difcil soportar esta voluntad de otredad tan distante, porque de la soledad nadie quiere saber nada. Schreber escribi porque se saba solo, y puso sus esperan#as en las futuras eneraciones sellando el contrato de su irremisible melancola. Schreber se vea for#ado a escuchar a miles con nadie que quisiera escucharlo a (l E(sta curiosamente se parece a la soledad del psicoanalistaF,pero contaba con un recurso para de!ar de pensar, para hacer una pausa de silencio. 'ena a la m3sica de su lado. Caca uso extensivo del piano que se encontraba en el hospital y no sin dificultades extraordinarias& peque1os hombrecillos, milim(tricos, se metan entre sus dedos para hacerle equivocar las notas, se posaban en sus prpados para cerrarle los 2 Frank Ciof, Freud: Selection of critical essays,The Macmillan PressT!" #n$laterra, %&$' ()" 1*(3+o!os e impedirle ver el teclado, se introducan en el piano para reventar las cuerdas, al punto de que en el a1o *+,G la cuenta por las cuerdas saltadas del piano ascendi a +Hmarcos. Los doctores culparon a Schreber de este milaro, se1alando que tocaba con demasiada fuer#a, pero Schreber saba, como cualquier pianista, que era imposible ya en esa (poca reventar una cuerda con el solo vior de la diitacin E"ste es un hecho histrico, una cuerda reventada en un piano en el silo IJKKK durante un concierto eraalo com3n hasta que con la revolucin industrial, en *+L-, se crearon las primeras cuerdas de acero para piano, con una resistencia de tensin de hasta BM toneladasF. Schreber relata en este contexto que una ve#, en pleno da, se hi#o el intento de materiali#ar en su habitacin un piano de cola, marca 5luthner, milaro que le sobresalt y procedi a impedir, y entonces apunta& %ese a haber visto muchas cosas maravillosas, es de lo ms enigmtico que he vivido$ Schreber desarrolla en base a susexperiencias una concien#uda descripcin de una dial(ctica climatolica fundada porentero en una mstica, ocasionales iros sobre la metempsicosis y la teora de la reminiscencia, es visitado por un prncipe monlico, @apolen o :ederico el rande pasan por su habitacin, y el Naiser .uillermo K sale de su ropero con los ropa!es de lacoronacin, describe minuciosamente una eometra del dolor cuyos vectores son las distancias espaciales de $ios para con su cuerpo y la masa terrestre que resultan en el constante y abominable !uueteo con los seres humanos, una lica fascinante que articula el equilibrio csmico, las constelaciones y los soles, las horas y las plantas, las cru#adas para recuperar la 'ierra Santa, los hombres primienios, y una intensa vida espiritual habitada por un catloo extenso de seres, hombres min3sculos y p!aros parlantes, la vo# de $ios y las leyes, y ante todo esto la materiali#acin de un piano 5luthner es cataloada por (l como de lo ms enigmtico que ha vivido. 9n piano 5luthner. @o un OollerP5lanchet, muy de moda en la (poca, ni un SteinQay ni un 5abcocN, sino un 5luthner. 5luthner distinui sus pianos de todos los dems racias a una invencin t(cnica querefor#aba las sonoridad de las octavas. "l invento consista en cuerdas adicionales queno eran olpeadas directamente por los martillos de las teclas, sino que se encontrabansuspendidas sobre las cuerdas estructurales del piano, las cuerdas resonaban por consonancia, por simpata ac3stica, y estas cuerdas adicionales recibieron el nombre de cuerdas aliquot, que en latn es una palabra compuesta por alius, y quot, literalmente, RtroPcuntos. Schreber se encontraba alienado en el sentido )estrictamente etimolico del t(rmino, es decir, se encontraba habitado por otros. "l 5luthner fue el instrumento de eleccin para 4ahler y Oachmaninoff, la sonoridad de las modernas cuerdas de acero ener una fuer#a de tensin racias a la cual los compositores romnticos, Chopin, Li#st y Schumann, pudieron componer convulsionadas dinmicas del pianissimo al fort"simo, creando un espectro emocional sin precedentes en la historia de la m3sica, las cuerdas del piano moderno y los nervios de Schreber eran capaces de este extraordinario rano de tensin pasional, como lo dice Schreber sin empacho en varias ocasiones, antes inaudito.9bicar el nombre de $aniel %aul Schreber entre nombres de m3sicos romnticos tienemucho sentido, (l mismo se inscribe en esta tradicin al citar a .oethe, Aaner y Lord 5yron para dar cuenta de sus experiencias 6el nombre de Ailliam 5laNe brilla por su ausencia en las Memorias, por la cualidad mstica de sus imenes y por su inter(s helioc(ntrico6. "l luar de Schreber entre los romnticos es precisamente el deuna intensa inspiracin 6en el sentido de la etimoloa riea& enthousiasms, literalmente, ""n $ios"6, y en el sentido literario de estar posedo por un aliento laro y visionario, lo cual redunda en su palabra sinada por una marcada incomprensin, que es la descripcin en t(rminos linSsticos y espaciales de la soledad. Schreber no est comprendido en nin3n rea de los discursos teolicos ni seculares, y no de!a deser irnico que (l, que se vio cercado por las voces de $ios y de las almas de otro mundo durante tanto tiempo, que no vio su palabra acoida por nin3n escucha, se haya nombrado a s mismo como el amo de todos los ruidos$&Considerar a Schreber un heredero de la potencia romntica es alo ms que un despla#amiento exc(ntrico, antes que nada, vuelve inevitable la preunta, la vie!a preunta& entonces, dnde situar la l"nea que separa a los locos de los dems, pues 3 Para m", #ue los ferrocarriles hablen $ el escuchar otros ruidos %arecidos ser"a un fen&meno en s" $ %or si relativamente indiferente; se me volvi& im%ortante s&lo en la medida en #ue en mis manos se convirti& en un recurso nada desde'able contra las falsi(caciones del %ensamiento %or los ra$os. )n la medida en #ue $o, %or lo menos durante un breve tiem%o, %uedo diriir, a mi usto, %oniendo en tensi&n la ener"a de mi voluntad, las oscilaciones de mis nervios $ mantener ale*adas todas las oscilaciones %rovocadas desde afuera, entonces domino todos los ruidos... Ibid. %s. 2+3, 2++.(los romnticos respondieron con la locura al salva!ismo rampante del mundo moderno, :riedrich Colderlin, Oobert Schumann y Ailliam CoQper, se refuiaron en la locura para conservar su propiedad. "sto Schreber lo saba muy bien, lo declara apenas abriendo sus Memorias, y a3n ms adelante&'l objetivo de mi esfuerzo slo puede estar encaminado a brindar al lector la impresin de que no se halla frente a meras fantasmagor"as de un pobre enfermo mental (as" me ven actualmente los hombres), sino frente a conclusiones basadas sobre e*periencias que por su carcter absolutamente peculiar, no son accesibles a otros hombres, mediante una refle*in madura # de muchos a+os, # que si bien no contendrn tal vez en todas sus partes la verdad completa a,n as" se acercan a la verdad incomparablemente ms que todo lo que otros hombres han pensado # escrito sobre estos temas en el transcurso de milenio$-Schreber determina as el sentido de su escritura, lo cual oblia a una seunda preunta& viviendo todo lo que vivi, en contacto constante y violento con un mundo inmensamente rico y diverso que le era a!eno& 7Cmo hace para ser tan claro en transmitirnos sus vivencias8 La respuesta se encuentra con toda nitide# en las metforas y analoas que abundan en su escritura, por e!emplo, en lo concerniente a los rayos divinos que no de!an de acosarlo dirii(ndole frases incompletas e inconexas&.upngase el caso de que un hombre decidiera ponerse frente a otro # fastidiarlo durante todo el d"a con giros sin sentido como los que gustan los ra#os conmigo/ 0ojal que mi$$$, es que usted$$$0 etctera 1u otra cosa podr"a hacer el interpelado sino cerrarle la puerta en las narices, con algunos insultos apropiados al interpelante de la misma manera me habr"a correspondido defender mi derecho de domicilio en mi cabeza contra intrusos$ %ero ni siquiera esto es posible frente a los ra#os, porque no esto# en condiciones de impedir su influencia, basada en el poder milagroso de 2ios, sobre mis nervios$3"l que haa uso de analoas como esta quiere decir que nunca pierde de vista el 4 Ibid . P. 2+,.+Ibid. P. 230,sentido com3n, y esto merece mucha atencin. Las voces, espritus, p!aros parlantes y hombres diminutos que lo invaden no le impiden distinuir con claridad el mundo de los que no compartimos sus relaciones. 7Tu( sinifica esto8 Si compartir un punto de vista sobre alo trivial es ya de por s alo difcil, 7qu( sinifica que aluien !u#ado como enfermo mental, que vive lo que nadie ms o muy pocos viven, como el contacto directo con $ios, qu( sinifica que un hombre as sea capa# de describir esa experiencia y otros podamos abundar sobre ella8 La respuesta a esta preunta es lapreunta 7$e qu( naturale#a era la soledad de $aniel %aul Schreber8"n su seminario sobre las estructuras freudianas en las psicosis Lacan se1ala que todo lo que dice el presidente Schreber tiene una cualidad de cerra#n, de alo cerrado, y ciertamente alo muy curioso es que en las Memorias no hay preuntas, ni siquiera retricas, y las preuntas es donde el que lee puede acceder a sumarse o recha#ar, 7es posible conversar sin dudas8 Lacan dice que Schreber no es poeta, no es poeta porque no comparte su mundo, no nos introduce a su experiencia, desde que escribe en ausencia de las fiuras que se suponen esenciales al habla, la metfora y la metonimia,y sin embaro fue capa# de escribir y describir todo un mundo, una manera de existir. E**/M*/UHF. "sta soledad del presidente Schreber, esta caracterstica de sus Memorias de ser alo cerrado, es lo que problemati#a tratar con ellas sin violencia, hacerles decir cosas que no quieren decir, puesto que eso que dice es exactamente lo que dice y nada ms. Knt(ntese lo contrario y se obtendr inmediatamente un ob!eto de laboratorio, 7o acasohaya otra manera, acaso haya otra forma8 V si no la hay, entonces 7qu( hacer, solo leerlo, apreciarlo en su preciosidad, en los lmites de su extra1e#a y nada ms8 %odramos empe#ar por tratar de aprender lo que Schreber tiene que ense1arnos acerca de la soledad, que no de!a de ser un enima, el enima de que la soledad sea una condicin social, que no hay soledad sin otredad. Dlo muy particular en la lectura del caso por parte de Lacan es que cosifica a Schreber, lo convierte exactamente en un ob!eto de laboratorio, en buena medida las Memorias le sirven a Lacan para traba!ar sus propios temas, alunos puntos de su doctrina, en sendos momentos de su seminario, Schreber sirve como pretexto, y al mismo tiempo no de!a de insistir en que no podemos pensar que lo comprendemos, es extra1o porque Lacan no reduce a Schreber, pero s lo cosifica.* D Lacan le llama la atencin en diversas sesiones de su seminario el hecho de que Schreber se encuentra solo en un mundo habitado por muertos, es como el mundo quedescribe :rancis 5acon al decir que una vida sin amios, sin philia, es una vida en el desierto, en the 4ilderness, en lo salva!e, 5acon dice que en ausencia de amor los rostros son una alera en un museo y la conversacin no ms que el sonido de un cmbalo. Lacan& "La relacin del su!eto con el mundo es una relacin de espe!o E...F %ero cuando estudiamos en detalle este delirio, muy al contrario, los dos persona!es, es decir $ios, con todo lo que implica, el universo, la esfera celeste, y Schreber mismo del otro lado, en tanto que literalmente descompuesto en una multitud de seres imainarios con sus idas y venidas, son estrictamente dos estructuras alternantes"E**/M*/UHF. V ms adelante& "Lo que caracteri#a el mundo de Schreber, es que (l est perdido, y slo el t, subsiste. )ste t, que es $ios que parece ser la sombra de Schreber, y que por tanto sufre de una deradacin imainaria de alteridad, y que como Schreber se salpica de una especie de femini#acin" E*+/M-/UHF. "sta es una formulacin asombrosa por parte de Lacan, que el $ios de Schreber es alo as como su propia sombra, y que racias a esta alteridad se salpican mutuamente de esa asexualidad, o esa sexualidad polimrfica. "s alo con lo que me parece Schreber estara de acuerdo. La soledad es lueo el producto de un exceso de t3, de la propia sombra que nunca es del todo propia y amena#a con desvanecer a su portador, y es tambi(n racias a esa sombra que Schreber puede hablar, seuir hablando, el asedio de Schreber no es entonces solo ac3stico, tambi(n es sombro.Las Memorias son ricas en conceptos oriinales& "el derecho humano a no pensar", la idea de que uno tiene el derecho de administrar la intimidad, en la que Schreber fundala in!usticia cometida para con (l, Eel fundamento !udicial del allanamiento de morada es de hecho filosfico, ata1e al concepto de intimidad antes que al de propiedad privadaF0 el concepto de "almicidio" como un m(todo de aenciarse la fuer#a vital de otro0 el concepto de un $ios que no es omnipresente, omnisciente ni omnipotente0 y sobre todo, el concepto de "hecho real", que puntuali#a en dos ocasiones de su libro& 's un hecho real subjetivamente cierto para m"$$$ pues qu puede haber ms cierto para el hombre que lo que e*perimenta # siente en su propio cuerpo$5 "s este concepto de "hecho real", en perfecta conruencia con "el derecho humano a no pensar", el que opona especial resistencia al discurso psiquitrico. "l diloo entre el ) Ibid. P. --+, $ %. -,0, nota !..1-doctor :lechsi y $aniel Schreber, ilustrado en la pelcula de 2ulin Cobbs, opone la posicin mstica, inspirada, de Schreber, a la posicin de la psiquiatra de tratar la dimensin humana en t(rminos del lenua!e de la ineniera, la experiencia/prueba de Schreber se topa con el sue1o de la psiquiatra de controlar el espritu humano por medio de una mecnicaPqumica, y lo que revela este conflicto de intereses es que el $r. :lechsi al no ceder de tratar de su!etarlo se encontraba fuertemente atrado, comosi la posicin del psiquiatra se definiera en ran medida por una resistencia a ser seducido. V Schreber era un ran seductor, qu( duda cabe, si fue capa# de seducir al mismo $ios, y acaso en sus Memorias podamos encontrar una clave a la misteriosa relacin entre soledad y seduccin, el doble misterio de que la soledad sea seductora yde que los seductores sean tradicionalmente solitarios."ricN J#que#.11