la conversión espiritual de c. s. lewis
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Este ensayo presenta como Clive Staples Lewis, escritor prolífico, perdió su fe cristiana y como C. S. Lewis experimenta una conversión de fe en Cristo con gran optimismo con la ayuda de sus colegas profesores en Oxford, Inglaterra.TRANSCRIPT
La conversión Espiritual de C. S. LewisPor Miguel A. Hernández
Este ensayo presenta como Clive Staples Lewis, escritor prolífico, perdió su fe
cristiana siendo niño por pesimismo como resultado de la muerte de su madre, el abandono
de su padre y a los efectos crueles de la Primera Guerra Mundial, y como Lewis experimenta
una conversión de fe en Cristo con gran optimismo con la ayuda de sus colegas profesores en
Oxford, Inglaterra.
Clive Staples Lewis, conocido como C. S. Lewis, nació un 29 de Noviembre de 1898
en Belfast, Irlanda del Norte y “murió el 22 de Noviembre de 1963, el mismo día que el autor
Aldous Huxley murió y que el Presidente John F. Kennedy fue asesinado.”1 C. S. Lewis
murió en Oxford, Inglaterra.
De niño C. S. Lewis fue instruido en la fe cristiana. Los padres de C. S. Lewis, Albert
James Lewis y Florence Augusta Hamilton Lewis, eran cristianos. C. S. Lewis “fue
bautizado siendo un infante por su abuelo materno quien era un pastor evangélico en la
Iglesia de Irlanda.”2 Así, C. S. Lewis fue formado e instruido en la fe cristiana desde su cuna.
El padre de C. S. Lewis fue un abogado próspero, y su madre era ama de casa que se había
“graduado de la universidad.”3 L. W. Dorsett nos dice que la madre de C. S. Lewis,
Florence, fue “una ama de casa que amaba su familia y que inculcaba en sus hijos obedecer a
Dios, ir a la iglesia, ser agradecidos por ir a la escuela, leer ampliamente, que conducían a el
amor de los libros y desarrollar la mente.”4 Esto demuestra que la asistencia a la iglesia y las
1 Richard Schmidt, Glorious Companions: Five Centuries of Anglican Spirituality (Michigan: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 2002), 277.2 Lyle Dorsett, Seeking the Secret Place: The Spiritual Formation of C. S. Lewis (Michigan: Brazos Press, 2004), 30.3 William White, The Image of Man in C. S. Lewis (New York: Abingdon Press, 1969), 23.4Lyle Dorsett, Seeking the Secret Place: The Spiritual Formation of C. S. Lewis (Michigan: Brazos Press, 2004), 31.
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enseñanzas cristianas de sus padres alimentaron y fomentaron en C. S. Lewis su fe cristiana y
en Dios a muy temprana edad.
Por otro lado, el amor de C. S. Lewis hacia los libros y la literatura ejercieron un interés
inicial en él cuando era muy pequeño y le permitieron desarrollar su mente con creatividad,
llena de mucha imaginación y gran fantasía. La familia Lewis “disfrutaba de una economía
relativamente próspera y Lewis recordaba esos años tempranos como un tiempo tranquilo y
lleno de felicidad.”5 Esto significa que C. S. Lewis vivió los años más importantes de su
desarrollo de personalidad en un ambiente sano y agradable. Su vida pacífica
desafortunamente estaba por cambiar en una forma dramáticamente negativa que lo marcaría
por muchos años.
Como se observara en los párrafos siguientes, la muerte de su madre, el abandono de su
padre y la violencia de la Primera Guerra Mundial influenciaron y llevaron a C. S. Lewis a
perder su fe en Dios, a convertirse en pesimista y en un ateo.
A una edad muy temprana, de escasos nueve años, la madre de C. S. Lewis muere de
cáncer y su padre lo manda a estudiar a un internado en Inglaterra al cual C. S. Lewis
odiaba.6 W. L. White nos aclara que el padre de C. S. Lewis “fue incapaz emocionalmente de
soportar la perdida [de la muerte de su esposa] y que [C. S. Lewis] y su hermano [Warnie
Lewis] fueron incrementalmente impulsados en depender de cada uno.”7 Después de la
muerte de su esposa “Albert Lewis se alejó de sus hijos. Él se mantuvo como un buen
proveedor, pero no pudo ser una fortaleza para sus hijos como maestro, amigo, y motivador
para los muchachos dolientes.”8 La muerte de su madre y la separación del amor, compañía 5 William White, The Image of Man in C. S. Lewis (New York: Abingdon Press, 1969), 23.6 Richard Schmidt, Glorious Companions: Five Centuries of Anglican Spirituality (Michigan: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 2002), 277.7 William White, The Image of Man in C. S. Lewis (New York: Abingdon Press, 1969), 23.8 Lyle Dorsett, Seeking the Secret Place: The Spiritual Formation of C. S. Lewis (Michigan: Brazos Press, 2004), 33.
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y cuidado se su padre afectaron la vida formativa de C. S. Lewis en lo emocional,
psicológico y espiritual. Para un niño perder la fe en Dios es algo muy grande y desastroso
lleno soledad, tristeza, dolor y muchos otros efectos emocionales y espirituales. En pocas
palabras un trauma que rompe con todos los esquemas y expectativas para la vida y todo en
general. L. W. Dorsett cree que “ciertamente Jack [como a C. S. Lewis le gustaba que lo
llamaran] había caído bajo la ilusión que la prosperidad, la paz y la felicidad eran la
evidencia del amor de Dios.”9 Pudiera ser y es más que concebible que a su temprana edad,
C. S. Lewis aun no conociera el sufrimiento que pasa la humanidad cuando se pierde un ser
querido, especialmente la madre.
El alejamiento del padre hacia C. S. Lewis tuvo repercusiones de dimensiones muy
profundas para C. S. Lewis a tal grado que, como se mencionó antes, C. S. Lewis abandonó
su fe cristiana y en Dios y se convirtió en un ateo.
Nos informa L. W. Dorsett que “al no encontrar una guía sólida cristiana en su padre o
en alguien más, Jack y [su hermano] Warnie gradualmente se convirtieron en pesimistas.”10
El mismo C. S. Lewis nos ofrece una explicación de la forma pesimista en que él
miraba el mundo cuando aun él era ateo y no creía en Dios:
“Si miramos el universo en que vivimos, comprobaremos, que buena parte de él, la mayor
con diferencia, es un espacio vacío completamente oscuro y terriblemente frío. Aún cuando
por él vagan pequeños cuerpos, son tan escasos e insignificantes, comparados por la
inmensidad cósmica, que, aunque supiéramos que se hallan rebosantes de criaturas
9 Lyle Dorsett, Seeking the Secret Place: The Spiritual Formation of C. S. Lewis (Michigan: Brazos Press, 2004), 31.10 Lyle Dorsett, Seeking the Secret Place: The Spiritual Formation of C. S. Lewis (Michigan: Brazos Press, 2004), 34.
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completamente felices, seguiría siendo difícil creer que la vida y la felicidad son algo mas
que un subproducto del poder hacedor del universo.”11
Uno se podría imaginar que el dolor de C. S. Lewis era tan grande en esos años de
ateismo que pudiéramos aludir que el titulo de su libro El Problema del Dolor, del cual se
tomo la nota anterior, se refiere a su propio dolor personal interno. Esta idea se podría
apoyar, aun más, con el siguiente punto presentado por C. S. Lewis: “en medio de tanto
desastre aparecen ocasionalmente atisbos de felicidad, que sirven apenas para despertar en el
hombre el angustioso temor de perderla cuando se goza de ella, y el hiriente sufrimiento de
recordarla una vez desaparecida.”12 Pareciera que él nos esta presentando su experiencia
cuando de niño perdió a su madre debido a el cáncer.
C. S. Lewis mantiene su pesimismo y negatividad hacia el futuro de la humanidad
cuando nos afirma que “nadie duda de que nuestra propia civilización también ha acarreado
dolor, y es muy probable que desaparezca como han desaparecido las anteriores.”13 No se
vislumbra nada de positivo en estas ideas ni mucho menos de esperanza. Así de oscura y
cerrada eran la posición y la visión de C.S. Lewis hacia el futuro. Es muy probable que sus
afirmaciones pesimistas estuvieran informadas y reforzadas por las diferentes guerras en el
mundo. C. S. Lewis personalmente sobrevivió las dos Guerras Mundiales. En la Primera
Guerra Mundial, C. S. Lewis tuvo una experiencia negativa que lo afecto profundamente a tal
grado que, la carnicería que personalmente vio en combate lo alejo más de su fe de la niñez.14
A estas alturas, C. S. Lewis es un joven que ya comprende lo que ocurre a su alredor y la
guerra lo lleva a corroborar que no existe nada positivo en el mundo. El pesimismo es 11 C. S. Lewis, El Problema del Dolor (New York: Rayo, 2006), 21.12 C. S. Lewis, El Problema del Dolor (New York: Rayo, 2006), 22.13 C. S. Lewis, El Problema del Dolor (New York: Rayo, 2006), 22.14 Lyle Dorsett, Seeking the Secret Place: The Spiritual Formation of C. S. Lewis (Michigan: Brazos Press, 2004), 34.
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apoyado por el sufrimiento en la guerra y por lo tanto le dan mayor impulso para repeler su fe
cristiana de niño. El dolor es un tema de gran importancia para C. S. Lewis que tomo tiempo
y dedicación para escribir un libro con el titulo: El Problema del Dolor.
Refiriéndose a las guerras, Lewis en su libro El Gran Divorcio hace mención de lo
siguiente “¡Y que me dirían, durante el tiempo que duraron las dos guerras, acerca de los
buenos tiempos que me esperaban si era un muchacho valiente y seguía disparando!”.15 El
hecho que Lewis haga mención de las guerras en sus escritos literarios significa que las
guerras lo afectaron profundamente. Personalmente creo que las guerras tienden a destruir el
espíritu humano. En el caso de C. S. Lewis, la Primera Guerra Mundial y el resultado de ella
se convirtió en otra pesadilla para su vida personal. Nos narra el señor Walter Hooper, el
editor del Diario de C. S. Lewis, que cuando C. S. Lewis regresó de la Primera Guerra
Mundial fue lesionado y él fue trasladado al Hospital Endsleigh Palace en Londres el 15 de
abril 1918. C. S. Lewis “desde que él llegó a Inglaterra le rogó a su padre que lo fuera a
visitar.”16 Luego, “el 25 de Junio [de 1918] Lewis fue trasferido al Hospital de Clifton”17 y de
nuevo C. S. Lewis “se quedo sin ser visitado por su padre.”18 No cabe la menor duda que
estas experiencias dejaron unas heridas muy profundas para C. S. Lewis y de ahí se derivaba
también su pesimismo hacia la vida y la perdida de su fe.
De acuerdo con el pensamiento pesimista de C. S. Lewis, la humanidad o sea el
“genero humano esta destinado a desaparecer.”19 Él nos narra parte de una teoría de como el
15 C. S. Lewis, El Gran Divorcio (New York: Rayo, 2006), 71.16 Walter Hooper, All My Road Before Me: The Diary of C. S. Lewis (San Diego: A Harvest Book Harcourt, Inc., 1991), 5.17 Walter Hooper, All My Road Before Me: The Diary of C. S. Lewis (San Diego: A Harvest Book Harcourt, Inc., 1991), 5.18 Walter Hooper, All My Road Before Me: The Diary of C. S. Lewis (San Diego: A Harvest Book Harcourt, Inc., 1991), 5.19 C. S. Lewis, El Problema del Dolor (New York: Rayo, 2006), 23.
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planeta va a terminar cuando nos dice “llegará un momento, pues, en que sea una inmensidad
uniforme de materia homogénea a baja temperatura. Entonces terminará la historia, y la vida
no habrá sido, a la postre, sino una efímera mueca sin sentido en el necio rostro de la materia
infinita.”20 La teoría a la que se refiere C. S. Lewis es probablemente una nueva Edad de
Hielo donde las bajas temperaturas terminarán con la vida que nosotros conocemos. Esta es
una perspectiva pesimista para la humanidad según era el pensamiento negativo de C. S.
Lewis en esos años sin fe ni esperanza en Dios.
C. S. Lewis nos plantea otra explicación con el mismo tono pesimista:
“Si me piden que crea que todo esto es obra de un espíritu omnipotente y misericordioso, me
veré obligado a responder que todos los testimonios apuntan en dirección contraria. Así pues, o
bien no hay espíritu alguno fuera de este universo, o bien es indiferente al bien y al mal, o es
un espíritu perverso.”21
Como se puede observar, C. S. Lewis nos muestra que para él ese espíritu que gobierna
el mundo, si es que existe, no es ni omnipotente ni mucho menos misericordioso. Por otro
lado C. S. Lewis deja abierta la posibilidad que si ese espíritu existe es “perverso.” El autor
de este ensayo puede señalar que en la palabra espíritu, C. S. Lewis usa la primera letra “e”
en minúscula en la versión escrita en Español del libro El Problema del Dolor. Esto nos da a
entender que para C. S. Lewis ese espíritu no es el Espíritu de los creyentes que por
reverencia escriben la letra “e” en mayúscula. Esta observación se puede ver también en la
versión escrita en Ingles del libro El Problema del Dolor. Talvez esta observación va mas
allá de lo necesario, pero vale la pena mencionarla para poder acercase al estado de
20 C. S. Lewis, El Problema del Dolor (New York: Rayo, 2006), 23.21 C. S. Lewis, El Problema del Dolor (New York: Rayo, 2006), 23.
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pesimismo que C. S. Lewis estaba atravesando y de su pensamiento en esos tiempos. C. S.
Lewis no tenía reverencia por Dios.
Es evidente que el pesimismo de C. S. Lewis era real, pero la vida cotidiana de C. S.
Lewis se podría decir que continuó casi normalmente. Me parece que Dios nos ha dotado con
mecanismos y fortaleza física, mental y espiritual que nos permite sobrepasar muchas
dificultades en la vida. Así que después de la Primera Guerra Mundial, C. S. Lewis regresó a
la universidad y concluyó sus estudios con altos honores. Posteriormente, él obtiene la
posición de Profesor de La Lengua Inglesa y de Literatura en la universidad Magdalen de
Oxford.
Fue en el ambiente de intelectualidad en Oxford, Inglaterra que como leeremos en
seguida, C.S. Lewis llegó a un punto importante en su vida a través de la conversión a la fe
cristiana y su práctica de espiritualidad. Ahí en Oxford, C. S. Lewis es expuesto e
influenciado por sus colegas profesores que tienen fe en Dios y le ayudaron a reconsiderar su
posición de ateo mientras entre ellos tenían largas conversaciones. C. S. Lewis nos dice que
“cuando yo empecé a enseñar en la Facultad de Ingles, me hice de dos amigos Cristianos”22
refiriéndose a Hugo Dyson y J.R.R. Tolkein. Por ejemplo, L. W. Dorsett confirma que C. S.
Lewis le escribió a su amigo Arthur Greeve en donde le dice: “Yo pase de creer en Dios a
definitivamente creer en Cristo – en el Cristianismo – mi larga conversación con [Hugo]
Dyson y [J.R.R.] Tolkein tuvo que ver con esto en gran manera.”23 C.S. Lewis al observar el
comportamiento de sus amigos y de sus creencias en Dios le ayudaron a tomar ese paso
decisivo en su vida espiritual hacia la conversión a el cristianismo.
22 C. S. Lewis, Surprised by Joy (USA: Macmillan, 1992), 217.23 Lyle Dorsett, Seeking the Secret Place: The Spiritual Formation of C. S. Lewis (Michigan: Brazos Press, 2004), 35.
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La conversión de C. S. Lewis fue por partes, pasó de ser ateo a creer en Dios primero,
luego tuvo una búsqueda religiosa entre el Hinduismo y el Cristianismo. Posteriormente, C.
S. Lewis llega a la conclusión que el cristianismo tiene sentido y lo acepta. Fue después de
algún tiempo que C. S. Lewis llega a creer en Cristo.
Llegar a conocer la conversión de una persona a el cristianismo es algo maravilloso,
especialmente cuando esa conversión esta documentada o mucho mejor cuando es narrada
por la persona misma. En el caso de C. S. Lewis, talvez no tenemos esa oportunidad de
escuchar su conversión a Dios, pero investigando y leyendo acerca de su relato, podremos
por lo menos aproximarnos a su experiencia de cómo pudo haber tomado lugar su
conversión a Dios y luego en Cristo. Mucho antes de su conversión, cuando aun él era ateo,
C. S. Lewis nos dice que “leyendo a Chesterton, como leyendo a [George] MacDonald, yo no
sabía en lo que me estaba metiendo. Un hombre jóven que quiere seguir siendo ateo no puede
ser muy cuidadoso de su lectura. Hay trampas en todas partes – “Biblias abiertas, millones de
sorpresas… Dios es, si puedo decir eso, muy inescrupuloso.”24 Pareciera que C. S. Lewis fue
profundamente tocado por esta lectura que posiblemente le dió la pauta hacia una apertura a
la idea de la existencia de Dios y a prepararlo para el próximo paso decisivo en su búsqueda
y encuentro con Dios mismo.
Una pregunta resalta aquí: ¿Como fue que C. S. Lewis llego a creer en Dios? Pareciera,
por lo antes dicho, que ese fue un desarrollo muy gradual en el caso de Lewis. Una
conversión que tomo mucho tiempo en germinar y crecer hasta producir el fruto de la fe. No
al estilo de la conversión de Saúl (Pablo de Tarso) al tener un encuentro personal y directo
con Jesús en camino a Damasco (Hechos 9). Lewis probablemente ponderó acerca de sus
24 C. S. Lewis, Surprised by Joy (USA: Macmillan, 1992), 191.
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lecturas y de las conversaciones con sus amigos y colegas cristianos. En el libro Cautivado
por la Alegría (Surprised by Joy), C. S. Lewis nos abre una ventana a como fue que él se iba
acercando al entendimiento del cristianismo cuando nos dice “entonces leí El Hombre Eterno
[Everlasting Man] de Chestterton y por primera vez ví un bosquejo de toda la historia
Cristiana organizada en una forma que pareciera tener sentido para mi.”25 Después de la
lectura, C. S. Lewis entra en un pequeño auto debate filosófico acerca de lo que esto significó
para él. Lewis aparentemente había sido tocado por la lectura en una manera especial y
profunda. Entre esos detalles, nos dice “yo estaba conciente que yo tenia algo”26 seguro.
Luego llega el momento cuando él nos declara “Usted imagíneme sólo en aquel cuarto en
Magdalen, noche a noche, sintiendo, cada vez que mi cabeza se levantaba de mi trabajo, el
constante, incesante acercamiento de Él quien yo no deseaba conocer. En el Semestre de la
Trinidad de 1929 yo me entregué, y admití que Dios era Dios, y me arrodille y oré.”27 El
aceptar a Dios en nuestras vidas es un acto de humildad. La gracia de Dios es derramada de
gran manera. La realidad es que Dios se hace manifiesto entre nosotros y se revela en
diferentes maneras. Lo más importante durante el llamado a la conversión es estar atento con
el corazón abierto para recibir ese regalo que es la fe.
Aparte de su pesimismo, cualquiera que lea a Lewis podrá especular que debido a su
intelectualidad, él tuvo que pasar muchos meses o quizás años para llegar a convencerse que
Dios existía y que ese Dios había venido a la tierra en forma de ser humano. En los días que
C. S. Lewis solamente creía en Dios, él nos relata que “ir a la iglesia era meramente [un acto]
simbólico y una practica provisional. Si, en realidad me ayudó a moverme en dirección al
25 C. S. Lewis, Surprised by Joy (USA: Macmillan, 1992), 223.26 C. S. Lewis, Surprised by Joy (USA: Macmillan, 1992), 224.27 C. S. Lewis, Surprised by Joy (USA: Macmillan, 1992), 228.
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Cristianismo, yo no estaba conciente de ello.”28 A estas alturas, Lewis estaba debatiendo en
su mente si se va a decidir por una religión u otra. Nos agrega Lewis, “habían realmente sólo
dos respuestas posibles: en Hinduismo o en Cristianismo.”29 Después de algún tiempo, él nos
dice “así como me acercaba a la decisión, yo sentí una resistencia casi tan fuerte como mi
previa resistencia al Teismo.”30 Para C. S. Lewis “aceptar la Encarnación era un paso
adelante en la misma dirección”31 de Dios. Los siguientes pasos que C.S. Lewis tomó para
llegar a creer en Jesús Cristo no son muy claros, pero él nos dice que “Yo fui llevado a
Whipsnade un día soleado en la mañana. Cuando salí yo no creía que Jesús Cristo era el Hijo
de Dios, pero cuando llegué al zoológico, Yo creí.”32 “William James (1892– 910), [el padre]
de la psicología americana y filosofo”33, nos dice en su libro, Las Variedades de
Experiencias Religiosas, que muchas personas llegan a tener experiencias espirituales en
diferentes formas desde recibir ayuda de alguien a experimentar un acto de conversión.
La conversión de C. S. Lewis a el cristianismo es una fuente de conocimiento que
podría ser estudiada profundamente para obtener más información de cómo fue que la fe se
fue desarrollando paulatinamente en él hasta culminar en el punto que C. S. Lewis se torno
un propulsor de la fe Cristiana tanto en sus escritos como en llevar a tros a la fe en Cristo.
Por ejemplo, leemos que “C. S. Lewis es considerado como alguien que haya tenido una
influencia sustancial en ateos, nósticos y no creyentes… Uno puede ver referencias de
“muchos” o talvez de “incontables” otros a los cuales C. S. Lewis llevo a la fe en Jesús
Cristo.”34
28 C. S. Lewis, Surprised by Joy (USA: Macmillan, 1992), 234. 29 C. S. Lewis, Surprised by Joy (USA: Macmillan, 1992), 235.30 C. S. Lewis, Surprised by Joy (USA: Macmillan, 1992), 237.31 C. S. Lewis, Surprised by Joy (USA: Macmillan, 1992), 237.32 C. S. Lewis, Surprised by Joy (USA: Macmillan, 1992), 237. 33 Rachael Hosmer and Alan Jones, Living in the Spirit (New York: The Seabury Press, 1979), 246.34 Angus Menuge, C. S. Lewis: Light Bearer in the Shadowlands (Illinois: Crossway Books, 1997), 56.
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De la conversión de C. S. Lewis, John Beversluis asegura que “después que él se
convirtió en Cristiano, Lewis “perdió todo el interés” en la alegría. Convencido que había
sido solo un indicador hacia algo que él había descubierto.”35 Además de este cambio, se
puede también observar que en los escritos de C. S. Lewis, se observa un cambio en su
escritura, por ejemplo, Lewis nos dice que “el corazón nunca toma el lugar de la cabeza: pero
puede y debería obsederlo.” 36 En este estilo de escritura, C. S. Lewis nos esta diciendo que
los pensamientos de la mente y el sentir del corazón deberían estar en resonancia aun cuando
nuestra mente racional nos indica que no debería ser así. De ahí que el corazón debería dictar
a la mente. En contraste con su estilo de escribir en su tiempo de ateo, después de su
conversión, C. S. Lewis utiliza la letra mayúscula en “Espíritu” en vez de minúscula. Este es
un cambio evidente que marca la reverencia de C. S. Lewis hacia Dios.
Como parte de su disciplina cristiana, C. S. Lewis abraza la Iglesia Anglicana y con eso
también su modo de celebrar los ritos y alabanzas. Leemos que “C. S. Lewis insistía que él
era un “mero” Cristiano que vivía en el salón del Anglicanismo Ortodoxo.”37 La oración y el
estudio bíblico pasan a formar parte de la vida de C. S. Lewis. Él hizo estudios del Nuevo
Testamento en Griego que lo llevó a imbuirse en la vida de Jesús.38 Es concebible que,
Lewis al leer el texto bíblico en Griego fue impactado profundamente que lo impulso a
escribir sobre Dios y el cristianismo. Entre algunos de los libros populares que él escribió con
temas cristianos están, por ejemplo, El Mero Cristianismo y Los Milagros. Otra obra de gran
interés es, Las Crónicas de Narnia, que ha cautivado a millares de personas incluyendo niños
35 John Beversluis, C. S. Lewis and the Search for Rational Religion (Michigan: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1985), 15.36 C. S. Lewis, Abolition of Man (New York: HarperCollins, 2001), 19.37 Lyle Dorsett, Seeking the Secret Place: The Spiritual Formation of C. S. Lewis (Michigan: Brazos Press, 2004), 72.38 Lyle Dorsett, Seeking the Secret Place: The Spiritual Formation of C. S. Lewis (Michigan: Brazos Press, 2004), 57.
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y adultos cuando la obra fue producida en una cinta cinematográfica. En Las Crónicas de
Narnia, el tema que se repite es la “necesidad humana de transformación y de redención.”39
Además, en sus escritos C. S. Lewis abarca temas desde educación a temas religioso-
filosóficos. Se supone que C. S. Lewis no tuvo educación teológica formal, pero “él escribía
acerca de teología en una manera que su significado e importancia eran claros para el lector
común”40 o promedio.
La experiencia de C. S. Lewis nos permite concluir que algunas personas pierden su fe
y que antes de llegar a la conversión cristiana pueden ocurrir muchos obstáculos como el
pesimismo o el ateismo, pero que con la ayuda o motivación de personas creyentes en Jesús,
en nuestra comunidad, podemos ver en esas personas modelos de cristianos a seguir y
obtener con optimismo la conversión de la fe cristiana. Para los cristianos y para los
Episcopales/Anglicanos, en particular, C.S. Lewis es una inspiración al darnos a conocer de
lo profundo de su sufrimiento y como ese sufrimiento se convierte en victoria en medio de
tanto dolor en su vida. Después de su conversión espiritual, C. S. Lewis se dedicó a escribir,
hablar y en cierta forma a defender la fe cristiana que él había abandonado y que ahora era
suya de nuevo. De esta manera, C. S. Lewis nos da fortaleza para seguir nuestra
peregrinación hacia Dios.
39 Richard Schmidt, Glorious Companions: Five Centuries of Anglican Spirituality (Michigan: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 2002), 279. 40 Richard Schmidt, Glorious Companions: Five Centuries of Anglican Spirituality (Michigan: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 2002), 277.
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Bibliografía
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