la cuenca del pacífico en la política exterior ecuatoriana
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Por Luis Narváez R., Dr.
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La Cuenca del Pacífico en la
Política Exterior del Ecuador
“Quien se enfada por las críticas,
reconoce que las tenía merecidas” Cayo Cornelio Tácito Historiador Romano
Prefacio
Para el trazo y definición de un plan estratégico de política exterior, es pertinente tener una
indispensable apreciación geopolítica de la Región Asia-Pacífico. En ese contexto, hay que
circunscribir a los actores a 25, que constituyen o forman parte de los mecanismos regionales de la
Cuenca del Pacífico, para lo cual se precisa destacar el espacio geográfico actual de la Cuenca, mismo
que registra una extensión territorial de 65.003.966 Km2 -a la que se debe añadir toda la superficie
marítima colindante, dentro de los límites establecidos en la CONVEMAR-; un espacio ocupado
por 2.337 millones de habitantes ; con países catalogados en las categorías de desarrollo humano alto
e intermedio, y con una población cuyo PIB real per cápita promedio, a inicios del presente siglo,
registra Us$. 11.625,oo dólares. Por cierto, a tales referencias, se deben agregar los niveles de
productividad y el potencial de sus recursos naturales, tecnológicos, científicos y financieros,
parámetros que metodológicamente tienen que ponderárselos en base al sistema FODA para
elaborar un plan estratégico que contemple las fortalezas, los obstáculos, las debilidades y las
amenazas de la Comunidad en su conjunto y, en el seno de ella, los intereses ecuatorianos.
1. La Región del Asia - Pacífico: visión general.
Las relaciones internacionales del continente americano, desde su descubrimiento en 1492
hasta mediados del siglo XX, han girado básicamente alrededor del Océano Atlántico y la
cosmovisión emanada en los cánones occidentales provenientes de Europa, a pesar de que el
Pacífico se constituyó en vía de actividades económico-comerciales desde 1521, cuando Sebastian
Elcano, Capitán de una de las embarcaciones pertenecientes a la expedición de Magallanes,
partiendo de Cabo de Hornos, llega a las Filipinas.
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Profundicemos someramente en los orígenes y el desarrollo de los nexos históricos con el
Asia. A finales del siglo XV el comercio europeo se centró en el Mediterráneo y el Báltico, aunque el
comercio atlántico a lo largo de la franja costera que iba de Sevilla a Rótterdam comenzaba a tener
cierto peso. A la época, la existencia del Oriente “fabuloso” se sabía, y el conocimiento que se tuvo
en Europa de la China alertó las avanzadas para impulsar el comercio. Afloró la posibilidad de llegar
a la India por la ruta occidental. Para 1492 la unificación de España fue un hecho; ese mismo año
Colón descubrió América. Fue un paso prodigioso para la expansión del espacio territorial y colonial
de España, en tanto Portugal alcanzaba a la India. Así, junto al imperio naciente de España en
América, se perfilaba el de Portugal en África y Asia.
Hechos históricos posteriores y el establecimiento de un sinnúmero de rutas navieras,
confirman la dinamia y creciente importancia de las relaciones en el Pacífico. En efecto, durante la
segunda mitad del siglo XVI (1580-98) se registra la época filipina con el auge azucarero, al
incorporar ese territorio al comercio mundial. En 1580, Filipinas se constituye en el paso obligatorio
del comercio de plata, especies y seda. El clavo, la pimienta, la nuez moscada, la canela pasan a ser
ingredientes de la alta cocina, sin imaginar una emigración que fuera establecer colonias en China,
India o Japón. Para 1696, un galeón español que partió de México -desde Tecnochtitlan- naufraga en
las costas niponas de Urando; este hecho no tendría trascendencia si no es porque constituye el
primer ejercicio de cooperación económica que se registra proveniente del Asia, cuando el Capitán
Vivero recibe un préstamo por un valor de 4000 ducados del Shogún Tokugawa, para que cubra los
gastos de traslado de su tripulación y la adquisición de una nave para su viaje de retorno a América.
Para mediados del siglo XVII el trasvase comercial operó en los dos sentidos. Se sumaron
nuevas mercancías: textiles de seda y algodón, especias, porcelanas, muebles, artesanías provenientes
de China, Japón, India, Islas Malucas e Indonesia. Desde entonces el comercio fue diversificado e
iba consolidándose, alcanzando un sostenido intercambio de bienes.
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Las relaciones comerciales y económicas regionales de la Cuenca del Pacífico, desde inicios
del siglo XVI hasta inicios del siglo XIX, mantuvo una trayectoria elíptica, entre otras razones
debido a la presencia de otros actores europeos, como Holanda, tanto en el intercambio mercantil
como en la estructura bancaria, casi monopolizadas bajo el control de la Deutch West Company,
estructurada desde 1621, que rompió el espacio comercial inicialmente en manos de España y
Portugal.
En América, durante el siglo XIX, surgen otras perspectivas de acercamiento condicionadas
por una política de colonización, intensa en mano de obra barata de origen asiático. La emigración
china fue la más extendida y por ende mayoritaria. La migración coreana se hizo presente, en menor
número, a partir de 1905. Antes, alrededor del año 1865, la hindú se asentó en la Guayana Británica,
Trinidad y Jamaica. La japonesa fue diferente a las
otras corrientes migratorias, puesto que su objetivo
fue colonizar y establecer ramales de producción
en América.1
Con excepción del hecho migratorio, el
errático comportamiento económico y comercial
se vio sustituido por un hecho político que cambió
sustantivamente las relaciones internacionales para 1939, cuando se da inicio al segundo flagelo
mayúsculo en menos de 20 años del siglo XX: la Segunda Guerra Mundial. Este hecho, provocó que
la región del Asia – Pacífico pase a formar parte del tablero geoestratégico definido y liderado por
los Estados Unidos, donde el Pacífico se volvió una zona de seguridad regional, constituido ésta por
las Islas Hawaianas en el noreste del Pacífico; Baltra, en el Pacífico sudeste; y, las Filipinas en el
1 La migración nipona en ese período también se orientó hacia el Brasil, país que en la actualidad registra una colonia de más de 2 millones de japoneses.
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Sudeste asiático, por la participación, como actor de primer orden, del Japón (SEATO) y en el
continente americano el TIAR.
La confrontación este-oeste constituyó también un nuevo ejercicio de relacionamiento
internacional que se desarrolló a través de la Guerra Fría y que se articuló por medio de la política de
contención impuesta por los Estados Unidos, cuando “…el Presidente Harry Truman formuló lo
que, en concepto de algunos fue la verdadera doctrina sobre la contención el 12 de marzo de 1947,
al solicitar al Congreso la autorización para ejecutar un programa de ayuda a Grecia y Turquía a fin
de contrarrestar las presiones de la Unión Soviética sobre estos dos países estratégicos”2.
Vale mencionar que fue visible el enfrentamiento militar y la carrera armamentista atómica a
nivel mundial, aunque estos elementos no fueron exclusivos en las relaciones internacionales.
“…Las armas nucleares no se usaron, pese que las potencias mundiales participaron en tres grandes
guerras (sin llegar a enfrentarse). Sobresaltó la victoria comunista en China, y la intervención (bajo el
disfraz de las Naciones Unidas) en Corea en 1950 para impedir que el régimen comunista del norte
de ese país dividido se extendiera hacia el sur.”3 El resultado fue de tablas. Se volvió a hacer lo
mismo en Vietnam, y los Estados Unidos perdieron.
Mientras el mundo tenía como escenario principal las relaciones políticas, que se
desenvolvían en el contexto mencionado supra, la economía y el comercio comenzaron a
desarrollarse bajo su propia mecánica, avanzando lenta pero firmemente. “…No es exageración
afirmar que el desarrollo de posguerra del este asiático es la historia más exitosa de crecimiento
económico sostenido en la historia de la humanidad”4, en especial, la del Japón considerado éste de
primera generación; los Tigres Asiáticos5, de segunda generación; y, finalmente, los de tercera generación entre
los cuales encontramos a Indonesia, Malasia, Tailandia, e incluso, algunos autores consideran que
2 Borja, Rodrigo – Enciclopedia de la Política (Edt. Fondo de Cultura Económica) México DF., México. 1998. pág. 164 3 Hobsbawm, Eric – Historia del Siglo XX (Edt. Crítica – Grijalbo Mondadori) Barcelona, España. 1995. pág. 241 4 Singh, Ajit – The Causes of Fast Economic Growth in East Asia (Edt. UNTAD Review) Ginebra, Suiza 1995. p. 91 5 Schuldt, Jürgen; Salgado, Wilma; y otros – La Crisis Asiática: lecciones para América Latina (Edt. Tramasocial, FLACSO, ILDIS Friedrich Ebert Stiftung) Quito, Ecuador 1998. p. 10. los Tigres Asiáticos son Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur.
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también Filipinas -este último, a mi criterio, con beneficio de inventario-. Sin duda, la ubicación
estratégica de las naciones del Este y Sudeste asiático en el conflicto Este-Oeste les significó
beneficios especiales, a partir de 1945, que no tuvieron o no pudieron acceder otros países del resto
de Asia, América Latina e incluso África.
El beneficio al que me refiero se dio a través de potenciar los activos dejados por el proceso
colonial, a los que se les inyectó presión política interna y externa. “Los desafíos provenientes de los
problemas de legitimación de las capas dominantes, de la competencia sistémica con las regiones
dominadas por los comunistas y por los intereses globales de la „nación protectora‟ (EE.UU.)… -
terminó con la implementación- …de un reforma agraria eficaz, en la culminación de la fase liviana
de la sustitución de importaciones, en el elevado nivel de formación educativa de la población (que
pudo convertirse en valioso „capital humano‟), en la existencia de un Estado poderoso y eficiente, y
en la disposición norteamericana de otorgar apoyo material, financiero y personal para convertir -la
región- en „baluartes contra el comunismo‟.”6
En definitiva, se podría sostener, con base a lo expuesto, que al hablar del Asia – Pacífico o
la Cuenca del Pacífico, estamos refiriéndonos a una zona económica cuyos actores principales se
crearon y se están desarrollando y consolidando en el Asia, y donde con excepción de Estados
Unidos y Canadá -países del primer mundo con intereses geopolíticos definidos en la región- el resto
de América es un actor de reparto. Esta afirmación no quiere decir, en términos absolutos, que no
existan “unidades diferenciadas”7 como lo es Chile, que ha participado desde finales de la década de
los 80 -del siglo pasado-, en la articulación de las relaciones regionales, transformado ese espacio en
un mercado de destino de parte de su universo exportable; sino que el resto de unidades
diferenciadas todavía gravitan en la dinámica atlántica, siendo el principal mercado de destino los
Estados Unidos.
6 Ídem Ob. Ct. Supra Schuldt, Jürgen; Salgado, Wilma; y otros. – La Crisis Asiática… p. 27. (los entre guiones son míos) 7 Narváez Rivadeneira, Luis – La Diplomacia y las Negociaciones Internacionales (Edt. Revista AFESE Nº 30) Quito, Ecuador 1997. p. 47
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1.1. Situación Actual
La Cuenca del Pacífico, extensión geográfica difícil de enmarcar en términos absolutos y más
complejos aún, si se lo observa desde la óptica exclusivamente económica, estaría constituida por
más de cuarenta países ribereños. Resulta por tanto, errado concebir a la región como un absoluto,8
por lo que es conveniente atender esta región geopolítica desde sus subdivisiones o subregiones,
tales como “…la Cuenca Americana, la Cuenca Asiática y la Cuenca Polinésica y Oceánica.”9 y/o
bien, desde el comportamiento de los actores de primer orden que tienen un peso gravitante en la
región.
Esta división resulta pertinente si uno observa que estas subregiones guardan dinámicas
propias en materia económica, política, cultural y social. “Aún más, podría hacerse una atomización
basada en elementos de identidad, crecimiento y desarrollo, de carácter antropológico y sociológico,
que ubican la base relacional de los países miembros de la Cuenca del Pacífico en un plano de
diversidad con un grado alto de volatilidad y complejidad”10; sin embargo, amalgamados por el
océano y cohesionados a través de la búsqueda de un espacio común: el Pacífico.
La evaluación de esta región en razón de los hechos suscitados el 9/11 (Septiembre 11, 2001)
obliga a revisar el escenario bajo la nueva perspectiva epistemológica internacional, que se caracteriza
por haber introducido un eje transversal universal en todas las agendas internacionales, incluyendo
aquellas que se venían desarrollando en la Cuenca del Pacífico: me refiero al tema de seguridad y,
específicamente, al del terrorismo. Voces de unidades diferenciadas de peso en la región se alzaron
para advertir que la inclusión de estos temas tergiversarían e incluso condicionarían la naturaleza de
la cooperación económica y el intercambio comercial a este fenómeno aún no definido
conceptualmente que es: el terrorismo.11
8 Narváez Ricaurte, Luis – El Ecuador frente a la Cuenca del Pacífico (Edt. AFESE Nº 37) Quito, Ecuador 2001 p.3 9 Martínez Bush, Jorge – La Cuenca del Pacífico como eje de desarrollo: actualidad y perspectivas (Instituto de Estudios del Pacífico, Universidad
Gabriela Mistral) Santiago, Chile 1998 p. 25 10 Ídem Ob. Ct. Supra – El Ecuador frente… p.4 11 Hawke, R.J.L. – The Basis of Policy – Defence against Whom? (The Chinese People‟s Institute of Foreign Affairs – Foreign Affairs Journal Nº 62) Beijing, China 2001 p.19 - 23
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Asimismo, hay que analizar más allá de los hechos políticos suscitados alrededor del cambio
en la agenda internacional. Hay que revisar los factores económicos, comerciales y tecnológicos que
se han desarrollado en la región, para lo cual la información que proporciona el doctor Yuen Pau
Woo, de la Fundación Canadiense del Asia-Pacífico, en su calidad de editor de la Revista “Pacific
Economic Outlook” (PEO), constituye un valioso conjunto de datos que resultan importantes para
saber con cierto grado de certeza, los riesgos y potencialidades existentes.
Vale señalar entonces que tras la crisis financiera que se registró en el Asia en 1997, que
rompió con el optimismo del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando éste señalaba para
mayo de ese año que “…la economía mundial había entrado en una etapa de crecimiento sin
inflación, gracias a que en la mayor parte de países del mundo, „las reformas estructurales‟, estaban
„impulsando las fuerzas del mercado y en consecuencia , sentando las bases para el crecimiento
sostenido y robusto‟, -y que- los más connotados ideólogos del neoliberalismo, en los primeros
meses… fueron incluso más allá en su optimismo, afirmando que „el mundo estaba entrando en una
nueva edad de oro‟ superior a cualquier otro período de prosperidad en la historia.”12, las economías
de esa región comenzaron a resurgir y consolidarse, al margen de las “recomendaciones y recetas”
del FMI y Banco Mundial, dejando entrever que las políticas de carácter regional tienen un mayor
impacto al permitir la recuperación del crecimiento económico, que ubicaron la media de
crecimiento regional en 5%. Países como China, incluido Hong Kong -que a partir de Junio de 1997
se incorporó a la R. P. China, pero que para efectos económicos se registra como unidad
independiente- mostraron tasas medias del 9.5% y 8.1%, respectivamente.
En definitiva, una vez superado el traspié de finales de la década de los noventa y
amalgamada con las nuevas políticas de seguridad en la Cuenca del Pacífico del 2001, la región
mantiene un robusto pero lento crecimiento económico, que vio expandir su economía general en el
12 Ídem Ob. Ct. Supra Schuldt, Jürgen; Salgado, Wilma; y otros. – La Crisis Asiática… p. 147
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año 2004 y que se replicó para el 2005.13 La tasa de crecimiento medio de la región se ubicó para el
2005 en el 5.4%, de la cual 6.4% corresponde al Sudeste Asiático, el 3.3% a otras economías de la
región y el 4% a la región americana14; para el 2006, está pronosticado que la región Asia Pacífico
crezca hasta diciembre de este año máximo un 4.25%, lo que confirmaría la tendencia esperada
desde el 2004.
Sin embargo, el comportamiento regional responde básicamente a las trayectorias de los
actores más importantes de la misma, sobre todo en el Asia de China y Hong Kong, Japón, Taiwán,
Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda; y, para el caso de América: Estados Unidos, Canadá,
México y Chile.
Bajo la premisa de que lo macro es una proyección de los comportamientos económicos
individuales de las economías más importantes de la región, conviene ver las tendencias actuales y
perspectivas a corto plazo que están siendo discutidas a nivel de la Cuenca del Pacífico. Para el
efecto, he considerado mirar a las economías estadounidense, nipona, china y hongkonita como las
más ilustrativas, pues, los estudios por muestreo coinciden con las que suelen determinar las
tendencias no sólo en el Asia-Pacífico sino también en el resto de la comunidad internacional.
La economía norteamericana para el 2004 registró un crecimiento que rompió incluso con la
media histórica de 3% que ha mantenido en los últimos 25 años. Este fenómeno se explica, en parte,
por la primacía de una fuerte demanda interna que empujó a un aumento de las importaciones que
causó a su vez un déficit en cuenta corriente. Para el 2005, la economía estadounidense aterrizó en
una tasa de 3.5% y se espera que para el cierre del 2006 se ubique en un 3.3%.
13 Woo, Yuen Pau – Pacific Economic Outlook: economic prospects for the Asia Pacific Region - OVERVIEW (Edt. Pacific Economic
Cooperation Council) Singapur, Singapur 2006 p. 6 14 Ídem Ob. Ct. Supra Woo, Yuen Pau – Pacific Economic Outlook… p.8
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Tras una fuerte política de estimulación fiscal se avizora que la misma adopte una posición
neutral; mientras que la política monetaria mantendrá una tendencia expansiva que afectará a las
tasas de interés como lo ha venido haciendo en 2004, efecto que se replicó para el 2005 y en lo que
va el 2006. Esta tendencia se espera que cambie a partir del 2007.
La inflación registrada para el 2005 fue de 2.2%, que aumentó a 2.6% para el 2006. Este
comportamiento inflacionario afectó a los precios indexándoles un monto de 2.2%; este impacto se
debió a los precios del petróleo. Sin embargo, hay que considerar que la inflación se verá
influenciada por la volatilidad en los precios de los bienes petroleros y no petroleros.15
En Japón, por otro lado, su economía llegó al clímax para el 2004 tras un proceso de
recuperación que redujo su velocidad y que incluso ha registrado una tendencia recesiva. Hay que
tomar en cuenta que esta tendencia también se vio influenciada por el caliente inverno y los
terremotos que detuvieron parte de su producción. A pesar de estos hechos, el PIB nipón creció
hasta ubicarse en una tasa del 2.6% para ese año; para el 2005, el crecimiento fue del 1.3% -que sigue
siendo una muy buena tasa tomando en cuenta más de una década de recesión-. La economía
japonesa siguió expandiéndose hasta ubicarse en 1.6% en el presente año.
Vale señalar que la economía de ese país está sustentada esencialmente por la inversión
privada y el consumo, que se reflejó en el mejoramiento de los negocios y la confianza del
consumidor en su nación. Los precios altos del petróleo tendrán el efecto tradicional para este tipo
de economías, sin embargo se mantendrá dentro de los márgenes de costos para la región.
Por otro lado se encuentra China que, a pesar de los vaticinios respecto de un aterrizaje de su
economía, éste no se materializó. Muy al contrario, la economía china ha continuado su expansión al
punto que su crecimiento se ubica en una media de 9.5% desde el 2004. Para el 2005, la tasa registró
15 Idem Ob. Ct. Supra Woo, Yuen Pau – Pacific Economic Outlook… p. 7
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un crecimiento de 8.5%, que para finales del 2006 espera culminar ubicándose en 8.2%. Esto no
significa que la economía china no haya registrado bajas sectoriales, como la que se reflejó en el
sector de las inversiones que cayó en 23% en el primer cuatrimestre de este año, obligando a que la
demanda interna absorba el golpe y el consumo siga aumentando significativamente reforzando el
crecimiento económico, que, en términos numéricos significa un aporte de 2.7 puntos en el 2005 y
3.2 puntos porcentuales para el 2006.16
No dejan de ser elementos que se encuentran en el análisis situacional de importancia, la
amenaza que el proteccionismo inquiriere entre las economías del Asia-Pacífico, la proliferación de
los Tratados de Libre Comercio, la pérdida de importancia del multilateralismo, el cuestionamiento
en razón de resultados lineales del proceso de integración y la falta de consolidación del concepto de
“comunidad del Pacífico”.
1.2. Perspectivas de la región hasta el 2020
En este punto conviene recordar que la región del Asia – Pacífico representa el 35% de la
superficie continental e insular del planeta, posee aproximadamente reservas equivalentes al 50% del
gas natural y uranio del mundo, del mismo modo concentra las mayores reservas de níquel, estaño y
cobre, genera la mitad de la producción mundial de carbón y es poseedor de una de las mayores
reservas de recursos vivos del mundo.17
En ese espacio geopolítico el Foro de Cooperación Económica del Asia-Pacífico (APEC) ha
logrado transformar la interconectividad económica, tecnológica y política de la región en una
estructura multilateral y culturalmente viable y organizada. Se calcula que el intercambio comercial
generado en el APEC representa el 56% del Producto Mundial Bruto (PMB) y donde se intercambia
casi el 48% del comercio mundial total.18
16 Idem Ob. Ct. Supra Woo, Yuen Pau – Pacific Economic Outlook… p. 7 17 Álvarez Valdés, Rodrigo – Chile y Asia-Pacífico: un desafío azul profundo (Diario La Segunda, Sección Opinión, Nov.13) Santiago, Chile 2006 18 Ídem Ob. Ct. Supra Narváez Ricaurte, Luis – El Ecuador frente… p.4
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Un análisis desagregado de la región nos permite visualizar de mejor manera las proyecciones
antes mencionadas: en esta zona se encuentran ocho de las quince economías más grandes del
mundo (Estados Unidos, Japón, China, Canadá, México, Corea del Sur, India y Australia); del
mismo modo, se localizan algunas de las economías de mayor crecimiento sostenido durante los
últimos 25 años (China, Singapur, Indonesia y Tailandia).
Estos actores y sus realidades, sumados a aquellos de reparto como el Ecuador, cuyo
impacto en el cuadro general no logra siquiera representar para su economía algún grado
significativo de intercambio, apuntan a la constitución de la Zona de Libre Comercio del Asia-
Pacífico (ZLCAP) para los países desarrollados en el 2010 y para los en vías de desarrollo el 2020,
como parte de los compromisos asumidos en la II Reunión Cumbre Extraoficial de Jefes de Estado
del APEC que se celebró en Bogor, Indonesia el 15 de noviembre de 1994, en la que se aprobó la
“Declaración de Determinación Común de Líderes Económicos de la APEC” -denominada
Declaración de Bogor-.
Este escenario y los plazos fijados deberían constituir marcos referenciales en la formulación
de una política exterior ecuatoriana coherente, sistemática y ordenada, que tenga como objetivo la
ampliación e inserción política, económica, comercial y cultural del Ecuador en la región de la
Cuenca del Pacífico; rompiendo la visión ortodoxa del quehacer internacional del Ecuador que mira
a sus mercados tradicionales como únicos y casi exclusivos, y a la región asiática marginalmente y de
modo coyuntural.
2. El Ecuador ante el Asia – Pacífico
Es menester recuperar una visión esencial que nos permita actuar en el Asia Pacífico a través
de mecanismos tales como el Consejo de Cooperación Económica del Pacífico (PECC), el Consejo
Económico de la Cuenca del Pacífico (PBEC), el Foro de Cooperación América Latina – Asia del
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Este (FOCALAE) y el Foro Parlamentario Asia-Pacífico (FPAP) de los cuales el Ecuador es,
además, miembro de pleno derecho; y mirar la necesidad o no, de ingresar el Foro de Cooperación
Económica Asia-Pacífico (APEC), de modo de aprovechar dichos espacios en los cuales se discuten
y adoptan políticas de cooperación en áreas que promueven el crecimiento económico y el desarrollo
de la región del Pacífico.
Esa visión nace del reconocimiento de los hechos registrados en el pasado, que sirven de
eslabones para asumir los compromisos actuales y futuros de la política exterior ecuatoriana. Bajo
esa premisa vale recordar que el Ecuador incorporó formalmente a su agenda exterior el tema del
Asia – Pacífico a partir de 1987, cuando se dispone, mediante Decreto Ejecutivo 2889, la creación
del Comité Ecuatoriano para la Cuenca del Pacífico (ECUPECC). En ese mismo acto
administrativo, se definieron los objetivos, composición, competencia y los fondos del flamante
mecanismo, aunque dejó vacíos sustanciales que no permitieron que el novísimo organismo opere
solventemente y cumpla con sus propósitos, sino una década más tarde (1997), cuando se expide el
respectivo Reglamento del ECUPECC, cuya naturaleza es simplemente orgánica.
Paralelamente a este hecho y por razones coyunturales, se da nacimiento a un organismo
similar, pero desde el sector empresarial y académico, aunque también el gubernamental tiene un
espacio, en vista de que el ECUPECC no podía ser el punto focal del Consejo de Cooperación
Económica del Pacífico (PECC-Internacional). Nace entonces el Comité Nacional ecuatoriano para
el Consejo de Cooperación Económica del Pacífico (Ecuador-PECC) cuya sigla asignada por la
Secretaría Internacional del PECC es de ECPECC, con competencias y atribuciones iguales a las del
ECUPECC, originando una sobre posición orgánico y funcional para el tratamiento del tema del
Asia-Pacífico.
Independientemente de estos hechos, en términos prácticos, el Ecuador hasta inicios del
2001 pasó a formar parte de cuatro de los cinco mecanismos existentes en el Asia-Pacífico,
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faltándole por incorporarse al APEC, institución que en 1997 impuso una moratoria de diez años a
la incorporación de nuevos miembros, misma que concluye en Septiembre del 2007.
En forma desarticulada, sin una línea conductora y con simplemente esporádicos picos
emocionales, el Ecuador demostró cierto grado de interés en la región, especialmente en el plano
bilateral, con agendas que se reducían a la búsqueda de cooperación -que más bien se puede definir
como mendicantes- de los países con los cuales se mantiene relaciones tradicionales como China,
Japón y Corea,19 sin llegar a ampliar las readiaciones de los actores ni tampoco sustanciar la
naturaleza de la cooperación.
2.1. Definición de Objetivos
Los parámetros conductuales del accionar del Ecuador en la Comunidad Internacional están
definidos en los artículos 4 y 5 de la Constitución Política del Estado. Bajo este mandato normativo,
la política exterior y sus mecanismos orgánico-funcionales deben orientarse a precisar los objetivos
en base a un análisis geopolítico, por ende, con una clara fundamentación sobre una división
geográfica concreta, sustentada en el análisis relativo al peso específico de esos espacios y sus actores
en el contexto político internacional.
Si asumimos este marco como válido desde la praxis política, entonces los objetivos de la
política exterior hacia la Cuenca del Pacífico deben responder al universo del quehacer internacional
del Ecuador y aterrizar puntualmente en la especificidad de dicha región, identificando las ventajas y
desventajas en la formulación de tales objetivos, que no pueden ni deben ser inelásticos, ni
enquistarse en la ortodoxia más tradicional con la cual el Ecuador, en los últimos tiempos, ha venido
ejecutando sus relaciones en el concierto internacional.
19 Moeller, Heinz – Informe a la Nación 2002 (Edt. Ministerio de Relaciones Exteriores) Quito, Ecuador 2002 p.173. Visita realizada por el Presidente Noboa Bejarano, a la R. P. China, Japón y Corea inscrita como actividades de promoción del Ecuador en la Cuenca del Pacífico
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En este sentido, las relaciones que se articulen tanto en el plano bilateral como en el
multilateralismo deben estar coordinadas; los dogmas del pasado respecto de la visión de integración
deben tornarse pragmáticos; el costo/beneficio20 debe ser un elemento permanente en la
formulación consecución de objetivos; la defensa de principios debe enmarcarse en un solo criterio:
el desarrollo y crecimiento del Ecuador. Se hace necesario, por lo tanto, que esta formulación vaya
de la mano con una revisión de “los conceptos tradicionales de seguridad, de soberanía absoluta y
desarrollo”21.
Un ejercicio de definición universal de objetivos, planteados en términos ortodoxos, son los
que se enuncian en el PLANEX 202022, cuyo ejercicio de formulación es válido aunque el resultado
del mismo es ambiguo tanto en el planteamiento de los objetivos como en la creatividad ante los
nuevos escenarios internacionales que se vienen definiendo desde el 9/11.
Como se ve, éstos nacen y mueren en una visión introvertida y localista, que compromete al
país en temáticas inscritas en la coyuntura y que hoy por hoy son parte de la Agenda Internacional;
agenda que incluso, no es compartida en su integridad por actores del peso de China, Japón, Estados
Unidos, por nombrar a tres de las ocho economías más importantes que tiene el mundo y que están
ubicadas en la región del Asia-Pacífico.
En consecuencia, hay una confusión entre objetivos y medios, lo cual hace que la
aproximación política sea, incluso, ambigua no sólo en razón de su metodología sino incluso en la
20 Este concepto va más allá de la tradicional visión económica, para abarcar también el plano político, cultural, comercial, social, etc., que forman parte
integral de las relaciones internacionales de todos y cada uno de los actores que forman la Comunidad Internacional. 21 Mercado Jarrín, Edgardo – La Geopolítica en el Tercer Milenio (Edt. Instituto peruano de estudios geopolíticos y estrategias IPEGE) Lima, Perú
1995 p.14 22 Ministerio de Relaciones Exteriores – PLANEX 2020 Plan Nacional de Política Exterior 2006 – 2020 (Edt. Ministerio de Relaciones Exteriores)
Quito, Ecuador 2006 p.25: “…1) Defender la soberanía, independencia e integridad territorial del Estado. 2) Respetar y afianzar la vigencia del derecho internacional como base de la convivencia pacífica entre los estados. 3) Proteger los derechos de los ciudadanos y ciudadanas ecuatorianos en el
exterior y sus familias, y propender al mejoramiento de sus condiciones de vida y al mantenimiento de sus vínculos con Ecuado r. 4) Promover la inserción estratégica del Ecuador en la comunidad internacional de tal modo que la acción externa contribuya a consolidar el Estado Social de
Derecho, a fortalecer las instituciones democráticas y el respeto a los derechos humanos, y a promover el desarrollo sustentable. 5) Apoyar un orden económico mundial equitativo, justo y democrático que garantice la paz, el desarrollo y la preservación del ambiente. 6) Elaborar y ejecutar la política
exterior como un instrumento para el desarrollo sustentable del Ecuador, que promueva un reparto equitativo de la r iqueza, respete la diversidad cultural, preserve el ambiente y dé prioridad a la erradicación de la pobreza. 7) Impulsar la cooperación internacional para el desarrollo, de
conformidad con las prioridades nacionales y los Objetivos de Desarrollo del Milenio que plantea la ONU. 8) Promover las culturas ecuatorianas en sus diversas manifestaciones. 9) Respaldar los esfuerzos de la comunidad internacional para combatir la delincuencia transnacional organizada y la
corrupción. 10) Asegurar que la política exterior refleje las aspiraciones de la sociedad ecuatoriana, a la que rendirán cuentas sus responsables y ejecutores. …”
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defensa de los objetivos en sí mismos, lo cual incidirá en el trato de las relaciones internacionales
respecto a los objetivos de desarrollo nacional.
Aceptadas estas acotaciones como válidas, entonces los objetivos deben estar precisados en
forma regional; para el caso que nos asiste, los objetivos hacia la Cuenca del Pacífico deben
desarrollarse bajo los siguientes criterios: políticos, económicos-comerciales y de seguridad23. En ese
sentido los objetivos serían, o deberían ser, determinados de la siguiente manera:
1. Políticos
1.1.Fortalecer los mecanismos de integración abierta, con una visión pragmática.
1.2.Promover el criterio de la cooperación bi-direccional
1.3.Formular una política migratoria única, pero diferenciada
1.4.Profundizar las relaciones en la región Asia – Pacífico en su conjunto, y por zonas
específicas.
1.4.1. En lo Cultural: expansión de la identidad nacional y su promoción a través de las
diversas manifestaciones.
1.4.2. En lo Académico: incorporar además, lo tecnológico y científico.
1.5.Definir los temas que, dentro de la actual Agenda Internacional, deben ser tratados mediante
estrategias focalizadas, y no como objetivos de política exterior. (v.g: delincuencia
transnacional)
2. Económico – Comercial
2.1.Promover las inversiones hacia el Ecuador, a través de una adecuada rentabilidad y la
seguridad jurídica.
2.2.Ampliar los mercados al universo de las economías miembros del Asia – Pacífico, bajo
lineamientos de complementariedad y demandas específicas.
2.3.Promover las alianzas estratégicas
23 Esta clasificación no es excluyente ni rígida. Con seguridad puede ser mejorada, enmendada y corregida de acuerdo a las razones que se esgriman para ello y las circunstancias del ámbito externo.
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2.4.Abrir y consolidar una economía de servicios (v.g.: implementación de un sistema portuario)
3. Seguridad
3.1.Consolidar la cooperación militar y policial con los actores del Asia – Pacífico, bajo una
agenda elaborada por los Frentes Externo y Militar.
3.2.Intercambiar conocimientos y experiencias para el manejo y formulación de acciones de
seguridad.
3.3.Establecer para el tratamiento del tema migratorio políticas unívocas por zonas específicas
del Asia – Pacífico
Esta lista de temas, a la que se puede añadir otros, formaría parte de los objetivos de política
exterior; sin embargo, es una propuesta referencial que esquematiza y responde a una visión
pragmática, articulada geopolíticamente y que se desarrollaría en la dinamia de las relaciones
exteriores. El cómo alcanzar estos objetivos es materia de las estrategias que deben formularse, y
ellas, incluso, deben ser lo suficientemente dúctiles para que puedan acoger los cambios que se den
en el plano internacional y permitan alcanzar los objetivos mencionados.
Otro criterio que debe ser observado en el proceso de definición de objetivos y de las
estrategias en materia de política exterior es el de la exclusividad, por la cual estrechos sectores
sociales deben participar en la adopción de las decisiones del Estado; principio que tiene especial
aplicación en lo referente a la política internacional.24 La ejecución de la política exterior, la
definición de sus objetivos y estrategias, son temas especializados que requieren de formación
profesional específica que permita entender la dialéctica de las relaciones internacionales y, sobre
todo, comprender e interpretar apropiadamente dicho fenómeno para articular adecuadamente la
participación del país en el concierto internacional. La apertura indiscriminada al empirismo sobre la
toma de decisiones, nos trasladaría al discurso demagógico que intenta dar legitimidad y validez25 a
24 Mantilla, Jorge – Análisis Geopolítico del Ecuador (Edt. Abrapalabra) Quito, Ecuador 1998 p.87 25 Ricupero, Rubens – Formación de Consensos en Política Exterior: el caso de Brasil (Edt. Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador) Quito, Ecuador 2006 p.8
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quiméricas proposiciones. El consenso en política exterior no está alrededor de la identificación de
objetivos, sino en la validación que la sociedad pueda dar a los objetivos ya determinados.
2.2. Elaboración de Estrategias
Estrategia debe entenderse como la “…técnica y conjunto de actividades destinadas a
conseguir un objetivo…”26 o bien, “…el arte de proyectar y conquistar los objetivos en un plazo
determinado…”27; por lo que las mismas deben ser elaboradas de tal modo que viabilicen los
objetivos, todo esto, en un marco temporal precisado, y con salvaguardias frene a las contingencias.
Cabe insistir en la premisa básica de que las estrategias son dúctiles para sortear las cambiantes
situaciones propias de las relaciones internacionales. En consecuencia he dividido ese espacio
temporal en tres grandes períodos:
2.2.1. Período 2006 – 2010
En los próximos cuatro años, con base a los objetivos definidos, la estrategia debería tener
dos frentes: el interno, con la creación y preparación de un equipo negociador en materia comercial
y económica multisectorial e interinstitucional, que tenga como objetivo primario su auto-
preparación (se articularía a través de la cooperación) y, consolidación (dándole permanencia en el
tiempo y creando un equipo de banca más joven); objetivo secundario, iniciar un proceso para
definir una agenda nacional estableciéndose las máximas y mínimas aceptables en un escenario de
negociación; y, tercer objetivo, legitimar este proceso a través de una amplia difusión sobre los retos
y ventajas que implica formar parte de la Zona de Libre Comercio Asia-Pacífico (ZLCAP).
En lo externo, el objetivo primario debe estar alrededor de insertar en una primera etapa al
Ecuador en la región, ampliando sus representaciones diplomáticas y comerciales, de acuerdo con las
necesidades y en base a un estudio costo/beneficio político y económico; concomitantemente,
consolidar y re-evaluar las relaciones bilaterales con las unidades diferenciadas asiáticas tradicionales;
26 Real Academia de la Lengua – Diccionario (Edt. Real Academia de la Lengua) Madrid, España 1970 p.587 27 Borja Cevallos, Rodrigo – Enciclopedia de la Política (Edt. Fondo de Cultura Económico) México DF, México 1998 p.399
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y, tender al fortalecimiento de las estructuras multilaterales existentes, a través de acercamientos que
el Ecuador debe hacer en forma individual por un lado, y como parte de un sistema subregional, por
otro, a los mecanismos existentes en el Asia, tales como el ASEAN, Tigres Asiáticos, Dragones
Asiáticos, entre otros.
Estas acciones deben ir de la mano con la preparación del sector productivo para definir los
emprendimientos en el comercio exterior e introducir cambios graduales en los sectores de bienes y
servicios.
2.2.2. Período 2010 – 2020
En los siguientes diez años, dos deben ser las acciones concretas que deben ser impulsadas
desde la política exterior: primero, coadyuvar con la política interna en materia productiva para
enrumbar hacia la modernidad a sectores tales como el industrial, agrícola, textil, etc.…; y segundo,
desde el frente externo, consolidar las relaciones que se aperturaron en el cuatrienio anterior.
Asimismo, desde este sector -el externo- hacer un seguimiento permanente de las negociaciones
llevadas a cabo por los países desarrollados, identificando los temas más importantes abordados en
es marco; e, iniciar el proceso de negociación, prioritariamente con las economías asiáticas que se
encuentran en igual o parecido nivel de desarrollo que el ecuatoriano, sin perjuicio de emprender
iguales tratos con las economías más desarrolladas.
En el marco de las actividades de los otros Foros en los cuales el Ecuador es miembro, debe
intensificarse su participación, sobre todo en temas que han sido ya definidos como prioritarios por
el Ecuador tales como: transporte aéreo, infraestructura portuaria, turismo y su subsector el
ecoturístico, seguridad -en los temas de interés como pandemias, migración, tráfico ilícito de drogas,
terrorismo, etc.-, promoción de las PYMES y, energía y minas28. Enfocados desde la visión
gubernamental, todos y cada uno de estos temas deben ser avalados con la definición de políticas;
28 Los temas en los cuales el país viene participando en los distintos Foros, fueron definidos por la Secretaría Ejecutiva Adjunta y desde el 2003 han contado con el respaldo político implícito de la Cancillería.
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con la participación empresarial, como actores director y beneficiario de la integración; y, con
mediación académica, que permitiría dar sustento intelectual-investigativo a las acciones que se
emprendan.
2.2.3. Período 2020 – 2050
Este tercer período tiene como objeto el de aprovechar adecuadamente el escenario
internacional creado en los lapsos anteriores. Consolidar el proceso de desarrollo y crecimiento
ecuatoriano a través de las ventajas de las relaciones regionales, así como el de establecer estrategias
de defensa sobre desventajas que también traerán consigo este relacionamiento.
Para la elaboración de estrategias con miras a este período, que además abarca 30 años,
deben plantearse varias hipótesis y escenarios con aplicación del FODA, con una permanente y
sistemática evaluación de los resultados, que permitan arribar a la formulación de temas que
deberían ser incluidos en una futura agenda internacional de modo que se adecue al horizonte de los
años 2020 – 2050. La diplomacia ecuatoriana en este marco, deberá ser pro-activa. Esta pro-
actividad debe estar sectorialmente determinada, y a su vez, éstos sectores cruzados con ejes
transversales temáticos lo suficientemente elásticos que permitan una articulación sincronizada y
salvaguarden los intereses del país.
El objetivo en materia comercial debería ser el de consolidar y aprovechar las alianzas
estratégicas; en lo económico, alcanzar una competitividad sistémica básica y complementariedad
integral; en lo político, transformarse en interlocutor válido de las economías en vías de desarrollo
ante el resto de la comunidad del Asia-Pacífico; en lo cultural, preservar la identidad nacional en el
marco de la globalización como escenario mundial y la diversidad cultural y étnica como elementos
concretos que conlleven nuestra participación como miembros de la comunidad Asia-Pacífico.
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3. Conclusiones y recomendaciones
No habría trabajo completo si éste no tuviera algunas conclusiones y recomendaciones, las
mismas que no son todas ni pretenden ser excluyentes a otras que puedan proponerse luego de la
lectura de mis propuestas y planteamientos, sin embargo me permito destacar aquellas que se
infieren de esta monografía, entendida como tal, el tratamiento brindado a un segmento de la
Política Exterior ecuatoriana, por cierto, de alcance mayor:
3.1. Conclusiones
a) Las relaciones Asia – Pacífico son el nuevo escenario internacional y la matriz privilegiada
respecto al rol histórico del Atlántico en las relaciones mundiales.
b) El escenario internacional post 9/11 se desarrolla actualmente bajo la consolidación del proceso
de globalización, cruzado por el eje de la seguridad que se articula, formalmente, con el criterio
de convivencia de las civilizaciones, aunque la controversia subsiste.
c) La Cuenca del Pacífico no es una región ajena al proceso internacional de post 9/11, tanto así
que en el marco de sus Foros, el tema de seguridad y lucha contra el terrorismo, ha relegado
algunas cuestiones que eran -son- inherentes a la naturaleza de su creación.
d) El APEC constituye un organismo que, a pesar de las voces retractoras sustentadas en el poco
avance registrado en el último quinquenio, es un Foro que alberga a 8 de las quince economías
más desarrolladas del mundo, y que constituye el mayor mercado internacional, tanto por sus
volúmenes como por la naturaleza y diversidad de unidades diferenciadas.
e) Las relaciones más acuciantes a nivel mundial están desarrollándose en el marco de la Cuenca del
Pacífico, tanto así que esquemas de integración como el europeo, tienen ya establecido un
mecanismo de consulta política con el Asia.
f) La Política Exterior no puede seguir siendo tratada de forma ortodoxa y lineal, ya que la
naturaleza de las relaciones internacionales es dialéctica. En consecuencia, la política exterior
debe ser pragmática, así como las estrategias y acciones articuladoras.
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3.2. Recomendaciones
i. El Asia Pacífico es una región que debe ser parte de la Agenda Permanente de la Política
Exterior del Ecuador.
ii. La Política Exterior ecuatoriana en esta materia no puede ni debe ser resultado de “consensos” o
visiones “democráticas”, ya que la complejidad de las relaciones y la naturaleza de las mismas
escapan al conocimiento de otros actores sociales ecuatorianos.
iii. La determinación de los objetivos de política exterior debe formularse desde los frentes de
acción del Estado ecuatoriano, liderados por el frente externo en alianza con el frente militar.
iv. La aproximación a la región Asia-Pacífico debe gestarse por etapas, con períodos claramente
determinados que mantengan una tendencia incluyente para los sectores que deben aprovechar
las relaciones que se generen en la Cuenca del Pacífico.
v. La estructura orgánico-funcional del Ministerio de Relaciones Exteriores -y del Servicio
Exterior- debe tener como base una visión geopolítica, y los temas atendérselos con apego a los
ejes transversales. Esto permitirá que se eficientice el manejo de las relaciones así como
efectivice el tratamiento de temas.
vi. Los temas de Agenda Internacional no pueden ni deben ser considerados de modo tal que se los
transforme en objetivos. Esto hace inelástico el quehacer internacional del país y deja entrever la
falta de coherencia en distintos temas que se desarrollan en el plano internacional.
* * *
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