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1 La desigualdad de género en el cultivo de cacao en Costa de Marfil En enero de 2013, Oxfam viajó a Costa de Marfil para visitar ocho comunidades en cinco regiones diferentes. Allí, pudo hablar con 15 mujeres agricultoras que cultivan cacao y cuatro hombres que trabajan en cooperativas. Aunque no les dan empleo directamente, algunas empresas como Mars, Mondelez y Nestlé dependen del duro trabajo de estas personas. Sin embargo, no hay indicios visibles de que estas empresas estén haciendo lo suficiente para contribuir a superar la desigualdad que afecta a las mujeres que cultivan su materia prima más preciada. A continuación, se resumen los resultados de la investigación de Oxfam sobre la situación de las mujeres que cultivan cacao en Costa de Marfil. El cacao en Costa de Marfil Costa de Marfil produce el 35% del cacao que se cultiva a nivel mundial y es el principal exportador del mundo. 1 El cacao marfileño está presente en muchos productos alimentarios producidos a gran escala por empresas como Mars, Mondelez y Nestlé, como, por ejemplo, el chocolate con leche, el cacao en polvo o las chocolatinas. En Costa de Marfil, el cacao es algo más que un simple cultivo comercial. En cierto modo, es el recurso en torno al cual el país se ha desarrollado. La mayor parte de la producción de cacao del país procede de pequeñas plantaciones de menos de 5 hectáreas. 2 Aunque el cacao es un elemento crucial de la economía de Costa de Marfil, su industria se ve amenazada por dos motivos principalmente. El primero es que para la cosecha de 2012-2013 el Gobierno marfileño estableció el precio de las semillas de cacao en 725 CFA (1,50 dólares, aproximadamente) por kilogramo. Ghana, justo al este del país, fijó el precio del kilo de semillas un 25% más alto, por lo que se teme que quienes cultivan el cacao estén tratando de pasarlo de contrabando al otro lado de la frontera para ganar así unos pocos dólares más. 3 El segundo motivo es el cultivo de caucho, que se ha aumentado de forma repentina debido a que muchos agricultores marfileños lo consideran un cultivo más rentable y sencillo. Olga Rosine Adou, una cultivadora de cacao de 38 años que vive en Agboville, nos contó: "El caucho se ha convertido en una grave amenaza para el cacao. Todo el mundo quiere cultivarlo porque, entre otras razones, produce una cosecha al mes. Algunas personas incluso están destruyendo sus cultivos de cacao para plantar caucho. Pero yo creo que si nos organizáramos bien, el cacao podría resultar mucho más rentable". Adou es una figura representativa de otra cuestión que también afecta a la industria del cacao marfileña: las desigualdades que sufren las mujeres agricultoras. La mayor parte de las plantaciones de cacao de Costa de Marfil son propiedad y están gestionadas por hombres. 4 Aunque las mujeres juegan un papel esencial en la producción de cacao, la experiencia de Oxfam sobre el terreno concluye que su trabajo, en el mejor de los casos, no es apreciado y, en el peor, es totalmente ignorado. Además, a menudo no es remunerado. Mientras las empresas obtienen unos beneficios extraordinarios a partir de los productos elaborados con cacao, la mayor parte de las personas que trabajan en su cultivo en todo el mundo viven por debajo del 1 ICCO, Quarterly Bulletin of Cocoa Statistics - Vol. XXXVIII, Nº. 3, 2011-2012. 2 CTB - Agencia de Desarrollo Belga, Cocoa: A lever for Development, página 11. 3 http://www.reuters.com/article/2012/10/18/ozabs-cocoa-smuggling-idAFJOE89H01R20121018 4 Entre un 15% y un 25% en Ghana y Costa de Marfil de acuerdo con la siguiente fuente de información: http://api.ning.com/files/zKGtTtKz5rpxD*9tNGabeaIhAHvB1Cbk6qH*Ixh145eMOdc22y2DNq61l5eDFpNh0pMTu0Zw- E64DPQ*GqKljLtemFTJJV7H/CocoaGenderreport_UTZSolidaridad.pdf

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La desigualdad de género en el cultivo de cacao en Costa de Marfil

En enero de 2013, Oxfam viajó a Costa de Marfil para visitar ocho comunidades en cinco regiones

diferentes. Allí, pudo hablar con 15 mujeres agricultoras que cultivan cacao y cuatro hombres que trabajan

en cooperativas. Aunque no les dan empleo directamente, algunas empresas como Mars, Mondelez y

Nestlé dependen del duro trabajo de estas personas. Sin embargo, no hay indicios visibles de que estas

empresas estén haciendo lo suficiente para contribuir a superar la desigualdad que afecta a las mujeres que

cultivan su materia prima más preciada. A continuación, se resumen los resultados de la investigación de

Oxfam sobre la situación de las mujeres que cultivan cacao en Costa de Marfil.

El cacao en Costa de Marfil

Costa de Marfil produce el 35% del cacao que se cultiva a nivel mundial y es el principal exportador del

mundo.1 El cacao marfileño está presente en muchos productos alimentarios producidos a gran escala por

empresas como Mars, Mondelez y Nestlé, como, por ejemplo, el chocolate con leche, el cacao en polvo o

las chocolatinas. En Costa de Marfil, el cacao es algo más que un simple cultivo comercial. En cierto modo,

es el recurso en torno al cual el país se ha desarrollado. La mayor parte de la producción de cacao del país

procede de pequeñas plantaciones de menos de 5 hectáreas.2

Aunque el cacao es un elemento crucial de la economía de Costa de Marfil, su industria se ve amenazada

por dos motivos principalmente. El primero es que para la cosecha de 2012-2013 el Gobierno marfileño

estableció el precio de las semillas de cacao en 725 CFA (1,50 dólares, aproximadamente) por kilogramo.

Ghana, justo al este del país, fijó el precio del kilo de semillas un 25% más alto, por lo que se teme que

quienes cultivan el cacao estén tratando de pasarlo de contrabando al otro lado de la frontera para ganar

así unos pocos dólares más.3

El segundo motivo es el cultivo de caucho, que se ha aumentado de forma repentina debido a que muchos

agricultores marfileños lo consideran un cultivo más rentable y sencillo. Olga Rosine Adou, una cultivadora

de cacao de 38 años que vive en Agboville, nos contó: "El caucho se ha convertido en una grave amenaza

para el cacao. Todo el mundo quiere cultivarlo porque, entre otras razones, produce una cosecha al mes.

Algunas personas incluso están destruyendo sus cultivos de cacao para plantar caucho. Pero yo creo que si

nos organizáramos bien, el cacao podría resultar mucho más rentable".

Adou es una figura representativa de otra cuestión que también afecta a la industria del cacao marfileña:

las desigualdades que sufren las mujeres agricultoras. La mayor parte de las plantaciones de cacao de Costa

de Marfil son propiedad y están gestionadas por hombres.4 Aunque las mujeres juegan un papel esencial en

la producción de cacao, la experiencia de Oxfam sobre el terreno concluye que su trabajo, en el mejor de

los casos, no es apreciado y, en el peor, es totalmente ignorado. Además, a menudo no es remunerado.

Mientras las empresas obtienen unos beneficios extraordinarios a partir de los productos elaborados con

cacao, la mayor parte de las personas que trabajan en su cultivo en todo el mundo viven por debajo del

1 ICCO, Quarterly Bulletin of Cocoa Statistics - Vol. XXXVIII, Nº. 3, 2011-2012.

2 CTB - Agencia de Desarrollo Belga, Cocoa: A lever for Development, página 11.

3 http://www.reuters.com/article/2012/10/18/ozabs-cocoa-smuggling-idAFJOE89H01R20121018

4 Entre un 15% y un 25% en Ghana y Costa de Marfil de acuerdo con la siguiente fuente de información:

http://api.ning.com/files/zKGtTtKz5rpxD*9tNGabeaIhAHvB1Cbk6qH*Ixh145eMOdc22y2DNq61l5eDFpNh0pMTu0Zw-

E64DPQ*GqKljLtemFTJJV7H/CocoaGenderreport_UTZSolidaridad.pdf

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umbral de la pobreza (con menos de 2 dólares diarios), y Costa de Marfil no es ninguna excepción.5 Aunque

se están realizando importantes esfuerzos y cada vez más generalizados en el marco del comercio justo

para subsanar este hecho, ninguno está diseñado específicamente para hacer frente a la desigualdad de

género, por lo que los beneficios obtenidos no siempre tienen los mismos efectos para las mujeres.

Acceso desigual a las cooperativas de cacao

Ser miembro de una de las cada vez más numerosas cooperativas de cacao puede reportar beneficios

significativos a quienes cultivan el cacao, como acceso a iniciativas formativas, fertilizantes o insecticidas,

así como primas al finalizar la época de cosecha. Pero, según pudo observar Oxfam, resulta difícil encontrar

mujeres en una cooperativa de cacao, y más ocupando puestos de liderazgo.

Bado, una cultivadora de cacao de 50 años, nos contó que le gustaría ser miembro de una cooperativa pero

que aún no ha sido aceptada y no ha podido acceder a ninguno de los beneficios que éstas ofrecen. Bado

vive en un bloque de casas junto a su hermano y otros familiares (seis personas en total) en un pequeño

pueblo del este de Costa de Marfil, cerca de la frontera con Ghana y a unos 90 minutos de la carretera

asfaltada más cercana. Su escaso éxito a la hora de poder acceder a una cooperativa resulta aún más

sorprendente cuando su yerno es el presidente de la cooperativa local. “Depende de Oumar”, afirma. “Seré

miembro de la cooperativa cuando él lo decida”.

Allouko dice que la cooperativa de Oumar podría ayudarle con su plantación. "Si me diera pesticidas para

aumentar la producción, mi cosecha sería mejor. A menudo no tengo los medios para hacerlo yo sola". En

coordinación con entidades proveedoras e iniciativas de certificación, las empresas podrían emprender

acciones para facilitar la participación y el liderazgo de las mujeres en las cooperativas que podrían ayudar

a mujeres como Allouko.

Olga Adou también quería ayudar a las mujeres productoras de cacao a organizarse, así que puso en

marcha su propia cooperativa. La cooperativa de cacao COOPASA se fundó en 2010 con 100 miembros y en

la actualidad cuenta con 300, de los cuales 30 son mujeres, entre ellos la directora, Epi Joelle Kouamela.

Adou señala que es difícil encontrar mujeres cultivadoras en las cooperativas de cacao y por eso quiere

proponer una nueva alternativa. "Espero que muchas mujeres se unan a nosotras. Queremos que se den

cuenta de que pueden hacer todo lo que los hombres hacen". La cooperativa COOPASA quiere obtener la

certificación, pero no pueden permitirse los gastos que supone iniciar el proceso.

El trabajo de las mujeres y el trabajo de los hombres

Muchos de los retos a los que se enfrentan las mujeres en Costa de Marfil son de carácter cultural. Aunque

las mujeres participan de forma regular en 12 de las 19 etapas clave de la producción de cacao y juegan un

papel crucial a la hora de cuidar los árboles de cacao y llevar a cabo las labores posteriores a la recolección,6

el cultivo de cacao es considerado por muchas personas "un trabajo de hombres", fuera del alcance de las

mujeres. Esto significa que, en ocasiones, las mujeres se ven obligadas a depender de hombres para que

trabajen en sus plantaciones, para lo que deben emplear buena parte de sus ingresos.

"En realidad, las mujeres no se encargan del cultivo de cacao", afirma Etchi Avla, madre de cinco hijos y

propietaria de una plantación de cacao en Botendé, un pequeño pueblo junto a un camino de tierra y

situado a 90 minutos de la carretera asfaltada más cercana. "Desde el principio, desde que hay

plantaciones, los hombres se han ocupado del cultivo de cacao y cuando les necesito les llamo. Mi mayor

preocupación es preparar la tierra, animarles y darles las gracias". Debido a que muchas tareas son

5 OIT, Labour conventions and specifications, <www.ilo.org>.

6http://api.ning.com/files/zKGtTtKz5rpxD*9tNGabeaIhAHvB1Cbk6qH*Ixh145eMOdc22y2DNq61l5eDFpNh0pMTu0Zw-

E64DPQ*GqKljLtemFTJJV7H/CocoaGenderreport_UTZSolidaridad.pdf

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consideradas "trabajo de hombres", Alva depende de trabajadores para cultivar el cacao, con quienes debe

compartir parte de su cosecha: ella se queda dos tercios y ellos un tercio.

Pero muchas personas ponen en duda que esta división entre el trabajo de los hombres y de las mujeres

deba mantenerse. "Las mujeres pueden hacer todo lo que se propongan", dice Olga Adou. "Y muchas

mujeres ya están asumiendo esa responsabilidad. Y si nuestro Gobierno y las autoridades se dieran cuenta,

no nos dejarían en último lugar como hasta ahora".

Responsables del hogar

Para proporcionar nuevas oportunidades a las mujeres productoras de cacao, distintos actores de la

sociedad deben emprender acciones para facilitar que éstas puedan compaginar su labor con las

responsabilidades que las mujeres asumen al cuidar de un hogar. Como en muchos países del mundo, las

mujeres de Costa de Marfil a menudo deben hacer malabares para compaginar sus obligaciones con tareas

y dificultades diarias que los hombres no tienen afrontar. Estas obligaciones pueden hacer que ganarse la

vida resulte mucho más arduo para las mujeres.

"Es mucho más difícil hacer este trabajo siendo mujer", apunta Adou. "Las mujeres tienen muchas más

cosas que hacer en casa: limpiar la casa y el patio, preparar la comida, etc. Las mujeres son las primeras en

levantarse por la mañana y las últimas en acostarse por la noche. Además, también están a cargo de la

educación de sus hijos e hijas. Resulta muy complicado. Necesitan ayuda para salir adelante".

Aminata Diavala vive en una oscura casa de hormigón en Léléblé, en las afueras de la ciudad. Tiene 50 años

y vive junto a otros siete familiares. Diavala posee su propia plantación de cacao de dos hectáreas que

heredó de su madre. Los árboles de cacao son relativamente jóvenes (8 años) y, además, también ha

plantado bananos para alimentar a su familia. Su marido, también cultivador de cacao, murió hace diez

años. Tiene 8 hijos, pero la mayoría son mayores, están casados y se han mudado a otros lugares.

Diavala nos contó que se levanta a las cinco de la mañana, barre el patio, arregla la casa y lava los platos de

la noche anterior. Hacia las siete, a veces sin desayunar, se marcha a la plantación, a una milla de las

afueras de la ciudad. Ella misma lleva a cabo algunas de las tareas en la plantación de cacao como, por

ejemplo, quitar las malas hierbas del semillero y cuidar el huerto. Pero cortar las vainas de cacao es tarea

de hombres. Hacia las dos, se marcha a casa para preparar la cena durante toda la tarde. Sin electricidad,

agua corriente o alimentos envasados, hacer la cena puede resultar una tarea exigente que incluye recoger

agua y leña, preparar todo desde el principio y matar animales si hay carne para la cena. Además de

encargarse de la plantación, Diavala se ocupa de las siete personas que viven en su casa.

Buscar un cambio

A pesar de los importantes obstáculos a los que se enfrentan, muchas de las mujeres productoras de cacao

de Costa de Marfil continúan siendo líderes empresariales y ambiciosas en sus comunidades. Si encuentran

empresas que las quieran apoyar, estas mujeres pueden ser potentes agentes de cambio para crear nuevas

oportunidades para una nueva generación de agricultores y agricultoras.

"Sé que hay otras mujeres en otros países a les que les gustaría brindarnos su apoyo", afirma Etchi Avla.

"Como mujer, cuando ves otra mujer que sufre, quieres ayudarla". Este apoyo puede contribuir a ayudarles

a perseguir un futuro mejor para sus familias. "Me gustaría que mis hijos e hijas pudieran ir a la escuela y

trabajar", dice Bado Allouko. "Quisiera que tuvieran éxito, que encontraran trabajo y ganasen dinero".

"Hay muchas cosas que querría", señala Olga Adou cuando se le pregunta qué podrían hacer las empresas

internacionales por las mujeres productoras de cacao de Costa de Marfil. "Por ejemplo, me gustaría recibir

capacitación y que me enseñaran qué pasos debo seguir para hacerlo bien. También necesitamos

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herramientas, equipamiento, machetes, cubos, etc. para hacer el trabajo. Si tuviéramos esas cosas, sería

mucho más fácil. También necesitamos pesticidas y fertilizantes para nuestras plantaciones."

"Queremos que las condiciones mejoren", dice Adou. "Queremos que los hombres comprendan que

nosotras podemos hacer lo mismo que ellos hacen. Las mujeres no son inferiores a los hombres. Deben

entenderlo. Y creo que, gracias a la presión internacional, las cosas empezarán a cambiar".