la doctrina de la gracia común
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Ensayo acerca de la Gracia ComúnTRANSCRIPT
ESCUELA BÍBLICA CENTRAL PARA MISIONERAS
TEOLOGIA SISTEMATICA
“LA DOCTRINA DE LA GRACIA COMÚN”
PBRO. GAMALIEL HERNANDEZ HERNANDEZ
GRECIA DIAZ RODRIGUEZ
CUARTO SEMESTRE
10 DE JUNIO DEL 2015
LA DOCTRINA DE LA GRACIA COMÚN
... para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre
malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Mateo 5:45
Uso de la palabra gracia en la Biblia
Para L. Berkhof 1 la palabra "gracia" no siempre se usa en la Escritura con el mismo
sentido, sino con una variedad de significados. En el Antiguo Testamento tenemos la
palabra chen (adjetivo chanun), de la raíz chanan. El nombre puede denotar plenitud de
gracia o de belleza, Prov.22: 11; 31: 30; pero, por lo general, las más de las veces significa
favor o buena voluntad. El Antiguo Testamento habla repetidas veces de hallar favor en
los ojos de Dios o del hombre. La benevolencia así encontrada lleva consigo la concesión
de gracias o bendiciones. Esto significa que la gracia no es una cualidad abstracta, sino
más bien una activa, un principio operante, que se manifiesta en actos de benevolencia,
Gen 6: 8; 19: 19;
33: 15; Ex 33: 12; 34: 9; I Sam 1: 18; 27: 5; Ester 2: 7. La idea fundamental es que las
bendiciones concedidas por gracia son las que se proporcionan en forma gratuita, y no en
consideración a algún derecho o mérito.
La palabra del Nuevo Testamento charis, de chairein, "regocijarse", denota ante
todo una agradable apariencia externa, "amabilidad", "agrado", "aceptación", y ese
significado tiene en Luc. 4: 22; Col. 4: 6. No obstante, un significado más notable de la
palabra, es el de favor o buena voluntad, Luc. 1: 30; 2: 40, 52; Hech. 2: 47; 7: 46; 24: 27;
25: 9. Puede denotar la bondad o benevolencia de nuestro Señor, II Cor. 8: 9; o el favor
manifestado o proporcionado por Dios, II Cor. 9: 8 (refiriéndose a bendiciones materiales);
I Ped. 5: 10. Además, la palabra expresa la emoción despertada en el corazón de aquel que
recibe un favor tan grande, y de esta manera adquiere el significado de "gratitud" o
"agradecimiento", Luc. 4 : 22 ; I Cor. 10 : 30 ; 15 : 57 ; II Cor. 2 : 14 ; 8 : 16; I Tim. 1 : 12. No
1 Berkhof, Luis. Teología Sistemática. Cap. 43, pág. 531.
obstante, en la mayor parte de los pasajes en los que la palabra charis se usa en el Nuevo
Testamento significa la operación inmerecida de Dios en el corazón del hombre, efectuada
mediante la agencia del Espíritu Santo. Aunque algunas veces hablamos de gracia como de
una cualidad inherente, es en realidad la comunicación activa de las bendiciones divinas
mediante el trabajo interno del Espíritu Santo procedentes de la plenitud de Aquel que
está "lleno de gracia y de verdad", Rom. 3 : 24; 5: 2, 15, 17, 20; 6 : 1 ; I Cor. 1 : 4; II Cor. 6 :
1 ; 8 : 9 ; Ef. 1 : 7 ; 2 : 5, 8 ; 3 : 7 ; I Ped. 3: 7; 5: 12.
La doctrina de la gracia común
Para Wayne Grudem2 la gracia común es la gracia de Dios por la que él concede a
las personas innumerables bendiciones que no son parte de la salvación. La palabra
común aquí quiere decir algo que es común a toda persona y no está limitada solamente a
los creyentes o elegidos
El concepto de Gracia Común que se debe tener de la gracia que se extiende a
todos los hombres, es la gracia general que esta sobre todo el que vive en la era del
Evangelio, en contraposición a la Gracia Especial; por eso la Gracia Común: es Universal,
porque cubre a todo ser viviente; es General, por ser dada a cada miembro de la raza
humana; es una gracia Común del Pacto, ya que es común a todo el que vive en la esfera
del Pacto, sea que pertenezca o no a los elegidos. Citando la Confesión de Westminster, se
dice: "la gracia que de esta manera se proporciona es común, no en el sentido de se dé a
todos los hombres en común, sino en el sentido de producir efectos que son ordinario, y
que no alcanzan el grado de eficiencia realmente salvadora".
En su Institución de la Religión Cristiana Juan Calvino dice de la Gracia Común3: “Si
creemos que el Espíritu de Dios es la única fuente de verdad, nosotros no rechazaremos ni
despreciaremos esta verdad allí donde se manifieste.
2 Grudem, Wayne. Doctrina Bíblica. Miami, Florida. Editorial Vida, 2005. Cap. 17, pág. 275. 3 De Valera, Cipriano. Institución a la religión Cristiana. Quinta edición, España, Editorial FELiRe.
¿Negaremos la luz de la verdad a los antiguos legisladores que promulgaron
principios tan justos de orden civil y político? ¿Diremos que los filósofos eran ciegos en su
penetrante contemplación y en la descripción científica que nos hacen de la naturaleza?
¿Podemos decir que aquellos que, por el arte de la lógica nos han enseñado hablar de un
modo consistente con la razón, estaban ellos mismos destituidos de entendimiento?
¿Acusaremos de locura a todos aquellos que afanados en el estudio de la medicina han
obtenido ventajas y beneficios para toda la humanidad?”. Y así continúa Calvino
mencionando diversos logros que los hombres han alcanzado a través de la historia,
independientemente de si eran creyentes o no, para concluir con esta frase: “¿Y no
admitiremos que todo aquello que es digno de alabanza y excelente viene de Dios?”
Motivos para estudiar la Doctrina de la Gracia Común
Entender esta doctrina responde preguntas existenciales muy puntuales que nos
hacemos todos los hombres, pero en especial, que nos hacemos los creyentes. ¿Por qué
un Dios bueno permite que en su creación se manifieste la maldad? ¿Por qué a los impíos
aparentemente les va mejor que a los justos, si ellos ignoran al creador y viven de
espaldas a Él?
Y esta ha sido una doctrina frecuentemente olvidada porque nuestro enfoque
como cristianos o salvos va más hacia la gracia especial que opera en los hombres para
salvación. En esto es fácil de entender: quienes han sido objeto del amor de Dios
expresado en Cristo queda sobrecogidos de una emoción tan grande que frecuentemente
ignoran todo el amor que históricamente Dios les había venido manifestando. Aún antes
de la adopción, cuando por su desobediencia estaban “sin Cristo, alejados de la ciudadanía
de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo”, de
diferentes maneras, ya eran objeto del amor de Dios (Efesios 2:12)», ya Dios les estaba
amando. Pretendo hacer evidentes determinadas maneras del amor de Dios que
comúnmente se pasan de largo.
Aplicación de la Gracia Común
La Gracia Común en la creación y en la mayordomía : Después de la caída la tierra
ha perdido parte de su capacidad productiva inicial y esto hace que lo que antes
era solamente deleite requiera mayores sacrificios, pero aún produce. No es tan
fecunda como antes, pero aún produce lo necesario para nuestra subsistencia, y
esto evidencia la gracia común del Señor. Es más, el mismo límite establecido por
Dios en la capacidad productiva de la tierra “con dolor comerás de ella todos los
días de tu vida. Espinos y cardos te producirá” (Génesis 3:17-18) es un recordatorio
de las consecuencias que trae el pecado y hasta en esto podemos ver su gracia
común.
La gracia común de Dios se aplica por medio de la mayordomía (administrado los
recursos que Dios ha provisto en la creación) y es necesario saber sin su gracia no podrían
existir los avances que vemos ahora en la actualidad y no tendríamos el conocimiento.
La aplicación de la gracia común ha permitido que unos pueblos administren mejor la
creación y obtengan una mayor calidad de vida, de allí viene el uso eficiente de los
recursos naturales, la investigación científica, que no es más que el estudio sistemático del
orden que el creador puso en su creación y también la tecnología, que es la aplicación de
la ciencia a las necesidades que se nos presentan cada día.
Cuando haciendo uso de su gracia común administramos bien la creación, entonces
obtenemos un progreso material, cumpliendo así el “fructificad y multiplicaos”
establecido por el Dios para todos los hombres. Estaríamos negando la gracia común de
Dios si negáramos que los hombres no creyentes han demostrado a lo largo de la historia
ser buenos administradores de la creación y aun muchas veces ser mejores mayordomos
de la creación que los creyentes, aunque no lo hagan para la gloria de Dios, y que los
países más prósperos, materialmente hablando, no necesariamente son los más piadosos.
La Gracia Común en el gobierno: La Gracia Común de Dios opera aun en los
gobernantes aunque como personas creamos que no puede existir un buen
gobernante la Gracia Común les provee la capacidad para asumir un buen
liderazgo en el gobierno a pesar de ser no creyentes.
¿Cuál es, entonces, nuestra responsabilidad como cristianos que vivimos en un país
democrático y que debemos contribuir con nuestro voto a la elección de un presidente o
gobernador? Votar por aquel que a nuestro juicio posea más gracia común. Lo ideal sería
tener un presidente o gobernador que haya sido regenerado por la gracia especial de Dios,
un hombre que tema al Señor y a nadie más; que como gobernante desee, por encima de
todas las cosas, hacer la voluntad de Dios revelada en Su Palabra. Ese sería el ideal.
Pero los cristianos no están obligados a votar únicamente por candidatos cristianos,
sino por aquellos que, según su juicio, posean más gracia común para desempeñar el
cargo para el cual están siendo electos.
La Gracia Común en el conocimiento de la Ley: Las obras de la ley están escritas
en el corazón de todo hombre. No hay escapatoria. Nadie puede alegar ignorancia
(Rom. 2:11-14). Pero la historia de cada hombre sí tiene significado, y a algunos
hombres se les ha dado un conocimiento más claro que a otros (Lucas 12:47-48).
Hombres que no son cristianos, que ni siquiera llegan a teístas, tienen la Biblia en
muy alta estima, la leen y siguen algunos de sus preceptos, aunque sea
únicamente por sus beneficios práctico
Muchas personas han sido impresionados por la lo que dice la Biblia: la sabiduría del
libro de Proverbios, por la hermosura poética y sapiencial de los salmos, por la el realismo
vívido del evangelio de Marcos, por la profundidad de Juan; este es un sobrecogimiento
intelectual que puede llegar hasta a afectar en algún punto su manera de vivir: por la
gracia común todos podemos recibir la ley, pero por la gracia especial la ley puede ser no
un fin en sí mismo para alcanzar sabiduría terrenal si no para llevarnos a Cristo.
Quienes han sido expuestos por largo tiempo a la Palabra de Dios, aún antes de ser
cristianos, pueden testificar del beneficio que ha sido para ellos aplicar en sus vidas parte
de la doctrina cristiana, en especial lo relativo a la moral y el amor.
La Gracia Común en la Cultura : La Gracia Común permite que el hombre sea un ser
potencialmente creativo, y así, podemos ver que el mundo es un lugar donde podemos
ver personas que desarrollan grandes talentos a pesar de no ser cristianos y de que estos
no sean utilizados para la gloria de Dios aun así por su gracia común Dios permite esto:
Escuchamos la música que ha sido inventada por grandes músicos reconocidos
Mozart, Beethoven, Franz Schubert, Chopin, etc.
Podemos leer poesía de grandes poetas: Rubén Darío, Miguel de Cervantes, Mario
Meléndez, etc.
Nos admiramos con las pinturas de los grandes artistas: Van Gogh, Salvador Dalí,
Frida Kahlo, etc.
Veamos esos majestuosos edificios, producto de los trazos arquitectónicos y de la
ingeniería más sofisticada creada por el hombre pero siempre con la ayuda de
Dios, un ejemplo son Las Islas Palmeras creadas artificialmente en Dubái.
Vemos el avance de los dispositivos tecnológicos que nos permiten acceder a la
información desde diferentes lugares, en diferentes momentos, buscando
diferentes formas de manejarla; se escriban todos los libros, esa cantidad casi
infinita de libros que se vuelven un mundo de palabras impresas, y digitalizadas,
que son aquellas que nos hacen conocer otros pensamientos, otros lenguajes,
otras geografías.
De estas formas, y más, se desprende la riqueza espiritual del hombre creador. Pero todo
inicia con la gracia común y el amor de Dios a todas las personas.
Pone freno a la maldad: Muchas personas creen que el hombre hace toda la
maldad que quiere sin que nada ni nadie lo impida, aunque hay algunas personas
entienden que Dios si pone freno a la maldad a través del Espíritu Santo.
Queda claro que para el hombre no creyente todos sus pensamientos son de continuo
solamente el mal (Génesis 6.5), pero igualmente queda claro por la Escritura que Dios no
permite que toda esa maldad que hay en sus mentes y corazones se lleve a cabo, y esto no
es otra cosa que un acto de su Gracia Común para mejor convivencia entre los hombres.
Para ello Dios se vale providencialmente de Su Ley y de las autoridades civiles puestas por
Él y para su servicio pues ambas cosas son dadas por la bondad inmerecida de Dios.
Podemos ver que Dios ha dado una ley moral que se extiende al ámbito civil, ya que el
hombre, a pesar de existir como un ser caído, sigue siendo un ser moral y aún conserva la
imagen de Dios, y aunque carece de discernimiento para entender las cosas espirituales
aún conserva nociones de lo que es moralmente bueno y malo en base a la obra de Dios
sobre ellos. De esta manera puede haber gobernantes impíos que son usados por Dios
para frenar con el castigo el desafuero humano discerniendo sus maldades o alabar al que
impulsado por la gracia de Dios hace algún bien.
Estas leyes y autoridades otorgadas a los hombres por la gracia general de Dios para
freno del pecado no implica Gracia Salvadora, ya que este freno del pecado no proviene
de corazones regenerados que aborrecen la maldad sino que se contienen de ejecutarlas
por vergüenza y temor al castigo. Por lo cual no implica que estas personas sean
bienhechoras, que merezcan la gracia salvadora o que reciban alguna recompensa eterna
por refrenarse de hacer mayor mal ya que su motivación no es la correcta, sino que por el
contrario serán igualmente condenados por cuanto la maldad ya estaba en sus corazones
aunque no llegasen a ejecutarla.
Propósito de la Gracia Común
Para la gloria de Dios: Todo lo que Dios hace es para su Gloria y que esta sea
manifestada. Aun los que no conocen a Dios pueden ver la grandeza de todo lo
creado porque los cielos cuentan la gloria de Dios. En la gracia común se nos
manifiestan la bondad de Dios hacia todas sus criaturas, y el
Wilberforce había sido objeto de la gracia especial de Dios para salvación, pero desde
entonces sería un ministro de su gracia común.
En él había una corriente continua de acción para aliviar el dolor y a producir el mayor
bien social (¡y eterno!) posible. Estuvo involucrado con la labor de la Sociedad Bíblica
Británica Extranjera, la Sociedad Misionera de la Iglesia, la Sociedad para los Pobres
Fabricantes y la Sociedad por una Mejor Observancia del Domingo.
Trabajó para que se aliviaran las duras condiciones de trabajo de los niños (como el
uso de niños pequeños por los deshollinadores para subir por las chimeneas), para
producir una reforma agrícola que les proporcionara a los pobres una alimentación que se
pudieran permitir, para reformar las prisiones y para que se restringiera la pena capital a
fin de impedir que se usara por cualquier motivo, y también para evitar la crueldad con los
animales.
Eso es ser un gran mayordomo de la gracia común de Dios. Luchó por la abolición de
la trata de esclavos. Cuando los barcos negreros dejaron de moverse sobre las aguas no
solamente los creyentes que estuvieran a bordo fueron bendecidos, sino los esclavos que
eran víctimas de esta injusticia (impíos y creyentes), los traficantes y los dueños de los
barcos que la perpetraban, el pueblo de Inglaterra que la había permitido y
eventualmente todos los pueblos de la tierra.
Todos debemos de mostrar la gracia de Dios a las personas y ver en los no creyentes la
demostración de la Gracia Común de Dios.
Conclusión
La gracia común es una enorme muestra del amor que Dios tiene para cada ser humano.
Y cada uno de los creyentes necesita ver y darse cuenta que desde antes de ser Hijos de
Dios estaban bajo la gracia común y que aun ahora lo están.
Cada vez que veamos la creación de Dios, la lluvia, cuando sale el sol, cuando hay una
persona sobresaliente y en todos los aspectos en que se muestra la gracia común de Dios
debemos de esar agradecidos y sorprendidos porque a través de todo esto podemos ver la
misericordia de Dios, y esto es algo que como cristianos podemos comprender a
diferencia de los no creyentes.
Es necesario retomar la doctrina de a gracia y esto serviría para poder evangelizar a las
personas y tener una base para decirles con hechos que nosotros conocemos y hemos viso
que Dios los ama y no solo decirlo con palabras.