Dr. en Administración - Docente de Pre y Post Grado - Consultor Académico y Empresarial

ARTÍCULO: LA ÉTICA PROFESIONAL EN LA SOCIEDAD MODERNA

Por Carlos Alberto Bernaola Martínez

calber@Speedy.com.pe

La percepción social del común de la sociedad sobre el proceder de algunos funcionarios, especialmente de la Gestión Pública ha derivado en el descreimiento y la no confiabilidad en el accionar profesional de los elementos dirigentes, ello es producto de los niveles de corrupción imperante en la mayoría de la instituciones dependientes del Estado, quizá por la “designación política a dedo” o por “favores políticos” debido a una militancia partidaria en los Gobiernos de turno y la no consideración de la capacidad y experiencia profesional para ocupar los cargos de responsabilidad administrativa y funcional, cuyos resultados en términos de gestión empresarial generalmente resultan desastrosos, aunado a los escándalos relacionados a los actos de corrupción, nepotismo, tráfico de influencia, entre otros.

A veces tratamos de encontrarle un sentido moral e interpretativo al accionar de las personas de los diferentes estratos sociales, debido a que todas las personas sin distinción de grado de educación, calidad de ingresos y cultura, durante el desarrollo formativo en la que incluimos la orientación y consejería familiar y la instrucción educativa, hemos escuchado aspectos relacionados al bien y al mal de nuestras acciones. Es decir, podemos diferenciar lo que es bueno y lo que es malo, lo que es legítimo e ilegítimo en nuestras acciones.

Si nos remontamos a ciertos acontecimientos que siempre se han suscitado en el ámbito gubernamental que datan desde décadas pasadas, los mismos que son de conocimiento público. A título personal puedo manifestar, que la coyuntura política imperante en los distintos momentos y espacios gubernativos ha incido en la corrupción directa e indirecta de algunos profesionales de las distintas disciplinas académicas del país, quienes tuvieron participación activa en el estamento laboral de Gestión Pública, algunas veces subyugados al poder político para la no pérdida del empleo, y en otras ocasiones por ser parte de una red de corrupción imperante.

EL CONTEXTO PROFESIONAL DE LA ÉTICA

El actual contexto laboral en nuestro país la misma que no es ajena en las sociedades desarrolladas, nos deja entrever un gran problemática social, debido a una inadecuada normatividad legal, a las bajas y desiguales remuneraciones que se perciben, y a la inacción sancionadora. No obstante, el crecimiento económico manifestado por las autoridades gubernamentales, no son orientadas a la inclusión social y a la igualdad de oportunidades de empleo para los jóvenes, muchas veces dichos jóvenes se encuentran con ciertas restricciones cuando buscan un empleo. Pues se le solicita experiencia laboral, por lo tanto no pueden conseguir empleo. Pero ¿cómo van a adquirir experiencia sino les damos oportunidades?; en contraposición, si consiguen un empleo muchas veces no guarda relación con las actividades propias de la carrera que estudia

En décadas pasadas era común escuchar en el seno de las familias la famosa frase “El que estudia triunfa”, la misma que ha perdido vigencia, simple y llanamente por el hecho, de que

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en la mayoría de las ocasiones la culminación de una carrera, no es sinónimo de obtención de calidad de vida y empleo decente, solamente significaría quizá una mejor oportunidad para conseguir empleo, y en caso lo tuviera sería para conservarlo o en su defecto para mejorarlo. Es por ello, que los seres humanos a pesar de nuestros condicionamientos tenemos solamente solo dos opciones fundamentales para actuar: una opción social y una acción personal.

Pero, ¿Cómo percibe la sociedad el comportamiento ético en algunas instituciones?; ¿Cuál es el nivel de déficit moral de nuestras autoridades?; ¿Cuál es el verdadero rol que desempeñan los Colegios Profesionales en la sociedad actual?.

EL ASPECTO SOCIAL Y ECONÓMICO DE LAS PROFESIONES

¿Por qué las personas quieren obtener una profesión? las profesiones significan la realización de actividades generadoras de ingresos, y ello constituye “fuente de ingresos”. Sin embargo, el fin de la profesión no se limita sólo a ser “fuente de ingresos” como medio de subsistencia, ya que ello constituiría una finalidad subjetiva; toda profesión tiene su propia finalidad la misma que puede realizarse a título personal, o colectiva por cierta comunidad profesional cuyos integrantes tienen un fin común; el logro de dicha finalidad es lo que le da sentido y legitimidad a la profesión. La profesión no es una simple actividad u ocupación sino que debe estar orientada hacia un fin noble al servicio de los demás, sino que constituye una actividad social que contienen determinados fines, los mismos que le dan sentido al ejercicio de una actividad profesional. Por ejemplo, el servicio a los demás, la atención médica, la docencia, la consejería o tutoría; aunque a veces el accionar profesional ético dista mucho de la finalidad por la cual se crearon las profesiones.

Encontrar la profesionalidad absoluta es casi una utopía, debido a que en toda profesión existe un marcado carácter económico; a veces somos parte de un mercado laboral que se convierte en un medio económico de subsistencia para la satisfacción de nuestras necesidades personales, familiares y domésticas. Considerando que, la normatividad legal en materia laboral en el Perú, faculta la aplicación de las diversas modalidades de contratos laborales de parte de las empresas; y el conseguir un empleo estable y decente es como sacarse la “lotería”. Motivo por el cual a veces se deslegitima la profesión, y cuando se tiene la oportunidad de ser parte de una actividad laboral por un tiempo determinado, algunos profesionales tratan de sacar un mayor provecho personal a través de prácticas laborales no éticas, las mismas que afectan la imagen de la profesión.

La vida profesional puede ser fuente de reconocimiento en lo social económico y personal, siempre y cuando la enlacemos dentro del ámbito moral. Pero ¿qué debemos hacer para lograrlo?, podrán haber diferentes formas de interpretar el contexto de la profesión dentro de un marco ético, eso depende desde el ángulo que uno lo perciba y los valores internos que se posea.