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    BUCHHOLZ. GALERIA DE ARTE, LlBRBRIA. BOGOT A~H'H~

    -REVISTA DEtA CULTURA

    ENERO 1964 45 TOMO VIII.3,

    C . F . VON W EIZSA CKER , Las condiciones dela paz

    H EN RI L EF EB VR E, EdipoROBERT GRAV ES , El mito de EdipoK AR L L OW IT H, La fatalidad del progresoGO TTFRI ED BEN N , Bloque 11,Habitacin 66

    EN MEMOR IA DE THEODOR HEUSS

    BU

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    KARL LOWITH

    LA FATALIDAD DEL PROGRESOA menudo, la idea del progreso se cruza con la del

    desarrollo, sin que nos demos cuenta. Hablamos de pa-ses subdesarrollados y nos referimos, con ello, a aquellosque deben todava empezar a desarrollarse, mediante la'incorporacin de los progresos de la civilizacin occi-dental. Hablamos del progreso de la ciencia o, tambin,de su desarrollo. Hegel inclusive afirmaba que la verdadtiene la tendencia a "desarrollarse", es decir, a desple-garse en la historia del espritu. Pero puesto que estedespliegue conduce a grados cada vez ms ricos y eleva-dos, Hegel llam al principio de toda la historia, delespritu que se desarrolla en el mundo, un "progreso"en la conciencia de la libertad. Ambos, desarrollo y pro-greso, .son, de acuerdo a su. estructura formal, undeve-nir, a dif~rencia del ser permanente. En la medida enque son un devenir que se dirige hacia algo, el desarro-110 y el progreso estn orientados hacia el futuro. Enun tiempo sin futuro, en un presente que eternamentegira, quedan anulados el desarrollo y el progreso. Porconsiguiente, el progreso es el movimiento de un devenirque se dirige hacia el futuro; pero no todo devenir nitodo desarrollo es, ya, un progreso. La masa acutica deuna corriente se mueve hacia algo; pero el ro no hace

    LA FATALIDAD DEL PROGRESO 255(ningn progreso. Todo lo vivo se mueve y se desarrollahacia algo; pero no progresa. La semilla de una plantaque se desarrolla crece y se convierte en un rbol, unhuevo fecundo se convierte en un animal adulto, unembrin humano se convierte en un hombre adulto, ylas di ferencias en este "convertirse en otra cosa" son amenudo tan grandes que no se puede reconocer en aque-llo en que se ha convertido un ser vivo aquello deque surgi. Pero este devenir natural y este "convertir-se en otra cosa' natural no avanza infinitamente hacianuevas y nuevas transformaciones, sino que tiene unameta final determinada, en cada ejemplar de una-espe-cie. Un ser vivo que se ha desarrollado plenamente hallegado al fin natural de su devenir, se ha convertido enlo que ya era desde el principio. El punto hacia el quese dirige el devenir dirige y regula, de antemano, todoel proceso y, despierta, a la vez, las energas ,que se re-quieren para esto. Si una semilla de una' planta deter-minada no estuviera, desde el principio, encaminada atonvertirse en un haya, entonces no se hubiera desarro-llado en una sucesin enteramente determinada, en estay no en la otra forma.Tambin la, historia de la evolucin, en general, slorepresenta un progreso, el que conduce de los seres vi-vos mononucleares hasta el hombre, cuando se toma laprogresiva diferenciacin de la organizacin biolgica yla formacin de un sistema central de nervios con cere-bro como el criterio del progreso y, por consiguiente,cuando se interpreta en sentido teleolgico la supuestaserie de las manifestaciones de la vida, tal como si toda

    , la naturaleza tendiese, desde el principio, hacia el hom-bre. Pero este esquema de la historia de la evolucinigF\or,'l, sin.embargo, que ya han perecido. muchas espe"

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    256 KARL LOWITHcies de animales altamente diferenciados y que el hom-bre tambin perecer, cuando se modifiquen las condi-ciones necesarias para la vida que nos ofrece la historiade Ja tierra.

    El surgimiento' del hombre en general no puede serentendido sin establecer una ruptura, a partir de suorigen animal, as como tampoco se 10 puede explicara partir de una creacin divina. El hombre tiene la po-sibilidad, a diferencia de todos los seres vivos' distintosal hombre, de comportarse l mismo con respecto a suexistencia y a su muerte natural. El puede tomar sim-plemente el [actum de su existencia, o aceptarlo o re-chazarlo, El mismo debe querer su vida puesto que, tam-bin, se puede aniquilar. Por eso no puede tampocodesarrollarse sencillamente, sino que tiene que hacer,desde temprano, sus propios pasos. Los primeros pasosdecisivos para nuestra conversin en seres humanos serefieren al aprender a caminar y a hablar, y luego alhecho de que se aprende a trabajar y a formarse uno as mismo en la elaboracin y el cultivo de otra cosa. Elhombre, y slo el hombre, se cultiva a s mismo en tan-to que cultiva la naturaleza.

    Ciertamente, el hombre es tambin un organismo hu-mano que mediante el devenir llega a su ser propio. Cre-ce desde el huevo fecundado hasta el nacimiento, y des-de el nio de pecho hasta la pubertad, que es el fin na-tural de su crecimiento, y por eso se lo llama despusun adulto. Pero el que es un adulto, dede el puntode vista biolgico, no es ya ea ipso un hombre plena-mente desarrollado, maduro. La mayora siguen siendotoda su vida nios crecidos, inmaduros, infantiles. Porconsiguiente, para el devenir del hombre no basta, evi-dentemente, que nos desarrollemos naturalmente; son

    LA FATALIDAD DEL PROGRESO 257necesarios, adems, pasos y progresos propios. Con todo,el progreso en el desarrollo individual del hombre y enIas trasformaciones generales de la historia humana noofrece ningn fin natural. Nunca llega a la meta, siem-pre avanza ms y ms, y no se puede divisar su trmino.

    Toda esta historia humana que nunca termina des-cansa, por lo pronto, en que el hombre no deja la natu-raleza tal como es, en que cultiva la tierra mediante el'trabajo, en que la desnaturaliza as y domestica, anima-les salvajes. Todo progreso es, originariamente, un pro-greso en la apropiacin de la naturaleza que conviertea la tierra en propiedad del hombre. La cultura no sehace, como la naturaleza 'Te/> a V 'T op .d .'T I!, por s misma; esun resultado del progreso humano que trasciende la, na-turaleza y se aparta de ella. Y este progreso en el cultivode la naturaleza est mediado por el poder humano, porel arte. Pero todo lo artificial le es al hombre tan natu-ral como los procesos automticos d7 la vida orgnica,pues l no puede, en ninguna forma, vivir humanamen-te sin cultivar su mundo circundante y, con ello, sincultivarse a s mismo a la vez. La diferencia entre el cul-tivo ms elemental de la naturaleza mediante el trabajopor medio de instrumentos primitivos y la ms modernaproduccin tcnica de un sistema de aparatos puede ser,inclusive, muy grande; pero no es una diferencia, funda-mental. Pues el paso que va ms all de la naturaleza yque se aparta de ella, es decir, este tipo de progreso, esalgo que le pertenece a la naturaleza del hombre desdeel principio. La historia original del hombre, donde elprogreso est en su casa, no comienza solamente con lahistoria que se puede documentar con testimonios es-critos, sino en la prehistoria, en los tiempos primitivosdel devenir del hombre. Lucrecio no describe este pro-

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    258 KARL LOWITHgreso en forma diferente a como lo ha.ce Herder en susIdeas para la Historia de la humanidad. Progresos, ascomo sus relativos regresos, slo existen dentro de laIhistoria humana. Y cuando estos progresos en el cultivode la naturaleza y, aS, en el cultivo de s mismo, quepertenecen a la naturaleza del hombre en cuanto hom-bre, llegan a su meta y alcanzan un fin relativo, se ha-bla de plenitud o de perfeccin. Esta plenitud no es ab-soluta sino relativa, y por cierto en dos sentidos: prime-ro, porque los criterios para lo perfecto varan segn lastendencias fundamentales de cada cultura y, en segundotrmino, porque slo un ser imperfecto como el hombrese puede perfeccionar a s mismo. Un ser absolutamenteperfecto, Dios, tal como lo concebimos, no 'puede per-feccionarse progresivamente, pues si lo pudiera no seraperfecto. Pero a la vez, un ser vivo natural, que sencilla-mente es como es y que no puede ser en otra forma, esperfecto en su especie.

    El hombre es imperfecto porque puede tantas cosas, yas lo son tambin sus obras. Un puente colgante pro~ducido por los hombres puede ser siempre progresiva-mente mejorado y perfeccionado. El hilo que una ara-a suelta de su cuerpo desde millones de aos, en lamisma forma, para colgarse a s misma. en l junto con~ su nido, ni se puede mejorar ni necesita de ello. El pun-to extremo que una obra del arte humano puede alcan-zar, ya se trate de una. construccin, o de una poesa ode un cuadro, es el que parezca que no puede ser enotra forma, como si se tratara de una obra de una nece-sidad interna, natural, ms all de la cual no hay nin-gn progreso. Pero en cuanto es una obra del querer ydel poder del hombre tambin pudiera ser de otra for-ma: ,ppdjera:, en general, tanto ser como no ser. Por 'con-

    LA FATALIDAD DEL PROGRESO 259siguiente, todo el arte humano' se queda ms atrs de la.naturaleza, precisamente porque todos los poderes delhombre se hallan sometidos al progreso.

    Los posibles progresos, hasta una relativa perfeccin,pertenecen, por consiguiente, en forma esencial a la his-tora de la vida humana. Conciernen a progresos deter-minados, particulares, as, en plural No descansan enninguna fe en el progreso y no son una ilusin, sino unfenmeno de la historia humana. Pero esto no quiere de-cir que la historia. en cuanto tal y en su totalidad sea unmovimiento continuo hacia adelante, en el sentido deun progreso, as, en singular, hacia una meta.

    En el quinto libro de De natura deorum, Lucrecioexpone la historia del desarrollo de la vida terrestre y,finalmente, del gnero humano, en conexin con la his-toria natural del mundo (v. 925 s.). Pues el hombre estambin un producto de la tierra y sta es relativamentejoven. La tierra, por 10 dems, no es inmodificablemen-te siempre la misma, as como tampoco 10 es el cielo,sino que surgi una vez y por ello perecer nuevamen-te (v. 324-378). Esta ley suprema del surgimiento y dela destrucci6n abarca, tambin, en forma natural, elprogreso de la civiliza.ci6n del gnero humano. Pero elque ste haya progresado poco a poco en el correr de lostiempos (paulatim progrediens) --en el arte de la agri-cultura y de la navegacin, en la construccin de ciuda-des y en la creacin de leyes para la vida comn, en elrefinamiento de las comodidades de la vida, en la pin-tura y en el arte, "hasta que se lleg a la cspide detodas las .artes" (v. 1457)- no quiere decir, para Lucre-cio, que la constitucin de los hombres se haya ido me-jorando progresivamente cada vez ms y ms, pues to-das las adquisiciones traen consigo nuevos peligros y ma-

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    26 0 KARL LOWITHles (v. 1418 s.). Ergo hominum genus incassuni [rustaquelaboral: "as se esfuerza siempre en vano el gnero hu-mano y consume su vida en las ms anodinas preocupa-ciones." Pues el gnero humano no sabe ponerle vallasy lmites a,su codicia ni mantener los lmites hasta don-de puede llegar el verdadero placer. "Esto es lo que conel tiempo llev la vida de los hombres al alta mar y loque despert las poderosas olas de la. guerra."

    Esta visin clsica del progreso no conserva en ltimotrmino su serena verdad gracias a la. descripcin final,con la que se cierra la obra, de la peste de Atenas, en laque se perdieron todas las esperanzas de un progreso ul-terior. La muerte es el fin absoluto de todos los seresmortales y Lucrecio cuenta entre estos el cielo y la tierra,pues ellos tambin surgieron una vez y perdern algnda su actual figura.

    Un mundo, el mundo de la tradicin cristiana, separaesa disciplina clsica del progreso de toda la filosofa dela historia, post-cristiana que tiende a una plenitud y auna perfeccin final. Friedrich Schlegel ha resumido elorigen cristiano de nuestras concepciones del progreso yde nuestro actuar en este sentido en la siguiente frase: "eldeseo revolucionario de realizar el reino de Dios es elpunto elstico de toda la cultura progresista y el comien-zo de la historia humana." Este deseo es revolucionarioporque invierte el sentido original de las re-voluciones,es decir, de los recorridos regulares de los cuerpos sola-res, y toda formacin post-cristiana es progresista por-que ha mundanizado progresivamente la teologa de lahistoria, desde el procursus de Agustn al' reino de Dioshasta el "progreso de la conciencia de la libertad" deHegel o hasta la espera de Marx de un reino terrenalde la, libertad. Pero aquel que mira' el acontecer hist-

    LA FATALIDAD DEL PROGRESO 261rico de antemano en la perspectiva del futuro y de unprogreso que se dirige hacia l o, tambin, de una deca-dencia progresiva, ver solamente en lo que ha sucedidohasta ahora las etapas preliminares de una prehistoriaque todava no ha llegado a su fin. As como para lospadres de la Iglesia el antiguo testamento era una prce-paratio eoangelica y una promesa del futuro que slo secumpli en el nuevo testamento, asf se convierte, engeneral, la explicacin del pasado en una profeca re-trospectiva: se entiende el pasado como una prepara-cin, plena de sentido, del futuro. Ciertamente, la con-fianza cristiana en una plenitud futura se ha perdidoen la moderna conciencia histrica: pero se ha mante-nido en forma predominante la visin hada el futurocomo tal y hacia una plenitud indeterminada. Un libroedificante del siglo XVII, muy difundido en su tiempo,de John Bunyan, describe en forma alegrica The Pil-grim's Progress: from this world lo that which is lo come.Pero ya en el mismo siglo se empieza a dejar de enten-der el futuro como el reino de Dios, ms all de la vidaterrestre y de su historia, y a comprenderlo, en cambio,como un reino de los hombres, un mundo futuro mejor.La determinacin supraterrena del hombre se convierteen una meta intramundana. Ya no se "trasciende" mshacia Dios como el sumuni bonum, sino hacia un mun-do humano que puede mejorar progresivamente. Perono slo estn motivadas por el futuro las filosofas ra-dicales del progreso de Turgot y Condorcet, Saint-Simony Comte, cuyo modelo comn es el progreso de las"ciencias", es decir, de la ciencia matemtica de la na-turaleza, sino que, y no en menor medida, estn tambinmotivadas por el futuro su transformacin en teorasde las decadencias, progresistas en sentido negativo, de

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    262 KARL LOWITHacuerd~ a las cuales toda la historia de Europa es unanica cons~cuencia justa del "nihilismo" que llega a suplenitud en una "poca totalmente carente de sentido."

    La' idea del progreso, que sirvi como hilo conductora todo el pensar histrico de los siglos XVII al XIX, fuecjertamente puesta en cuestin en forma radical porRousseau (1749) y, un siglo ms tarde, fue escarnecida enforma implacable por Leopardi, Flaubert y Baudelaire 1.,Pero en la conciencia general la fe en el progreso slo'cay en el descrdito general despus de la primera gue-rra mundial. Hasta aqu era el orgullo y la esperanza dela humanidad civilizada. Pocos a'os antes de la prime-ra guerra, mundial aparecieron dos libros del socilogoy filsofo francs Georges Sorel, con el ttulo de Les illu-sions du progrs y Reflexions sur la Violence. Ambos li-bros eran un indicio de la poca, que crea haber dejado.tras s la violencia, con el progreso de la civilizacin. So-rel haba ido ms all de esta fe "burguesa" en el pro-greso; pero, por otra parte, a pesar de esta falta de fe enel progreso no violento de la civilizacin, es indiscutible'que Sorel, bajo el influjo de la revolucin rusa, tambinquera ir ms all de lo existente y que nosotros seguimoshaciendo siempre nuevos progresos que ponemos a, exhi-bir en las exposiciones mundiales. El escarnio de la fe enel progreso, comn entre las personas cultas, es tan cortode vista como lo fueron las esperanzas moralistas que sehaban unido antes al progreso cientfico. Pues as comono se puede discutir si las grandes obras literarias de los"antiguos" han sido superadas por las obras de los "m0-

    1Vase al respecto: Karl Lwth: Weltgeschichte 'und Heilsges-chehen, 1" ed., Stuttgart 1961, P'91Ys. ':'

    !..A FATALIDAD DE!.. PROGRESO ~63demos", pues nosotros no creemos en las unas o en lasotras como modelos, sino que las "entendemos" a ambasen la misma forma, en la perspectiva de un pensamientodeformado por la historia, en la misma forma no se pue-de negar que, por lo menos, la tcnica de las ciencias dela naturaleza y la medicina han hecho progresos enor-mes en los ltimos cien aos y que no slo han llenadolas esperanzas de Bacon y Descartes en el siglo XVII, deTurgot, Condorcet y Comte en el siglo XVIII yen el XIX,sino que las han superado ampliamente. Pero la, cien-cia matemtica de la naturaleza, que se ha desarrolladoen forma tcnica, no es una ciencia cualquiera entreotras, sino aquella ciencia q'ue ha configurado la totali-dad de la vida pblica de toda la humanidad civilizaday que la ha determinado progresivamente. Tambin elque no cree en la fe del progreso y hace de esta fe unaespecie de religin, emplea, de hecho, constantementelos progresos y no puede ni prescindir de ellos ni sus-traerse a los mismos. Ya no hay ninguna isla feliz queno pueda alcanzar el progreso. Invirtiendo la frase deNestroy: "El progreso en general, parece mucho msgrande de lo que en realidad es", se pudiera decir: "elprogreso en general, es en realidad mucho ms grandede lo que parece." Pero ya no lo vemos porque ha lle-'gado a convertirse en algo cotidiano.La concepcin del progreso concierne, en primer tr-mino, a los progresos de las artes y de las ciencias, y la,palabra pr ogrs era usada, constantemente, en plural.A Alemania lleg la palabra, progreso (Fortschr'itt) co-mo traduccin de una voz extranjera en 1750, junto a'la antigua forma Fortgang. Y en la Revolucin Francesala, palabra progres lleg a ser sinnima de nouoeaut.La famosa querella literaria des Anciens et des Moder-

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    264 KARL LOWITHnes, en la que tomaron parte Fontanelle en Francia,Swift en Inglaterra, Vico en Italia y Lessing en Alema-nia, se decidi en fa.vor de los modernos, consideradoscomo los que haban ido ms all de los antiguos. Du-rante largo tiempo fue Francia el pas que march a lacabeza del progreso. En nuestro tiempo, el concepto deoccidente y de su civilizacin progresista se han trasla-dado a los Estados Unidos, que ahora, despus que to-maron la supremaca de Europa, pasan por ser el ooci-dente sin ms. Rusia se ha, convertido en el gran rivalde los Estados Unidos, despus que se ha industrializadomediante la tcnica cientfica y que se ha modernizadopaulatinamente. En las concepciones norteamericanasdel progreso mantiene su supremaca, ahora tanto comoantes, el positivismo de Augusto Comte; en la sovitica,el marxismo en la forma del "socialismo cientfico".Ambos estn de acuerdo en la voluntad de progreso ensentido positivista y cientfico, y en la creencia de laposibilidad de establecer un mundo mejor. Sin embar-go, en ambos casos el origen histrico de la voluntad de'progreso no est en esos mismos pases, sino en Europay en las filosofas europeas de la historia. Hasta qupunto la creencia en el progreso juega un papel decisi-vo en el pensamiento marxista, es algo que podemosver en el hecho de que los crticos marxistas del mundoburgus distinguen todas las producciones literarias to-mando como criterio el punto de vista, demasiado sim-plista, de si son "progresistas" o "reaccionarias". Perotambin en Amrica la palabra "progresista" es ya depor rs un juicio de valor positivo. La valoracin positi-va del progreso ha llegado a ser predominante a partirde 1830, !COnel comienzo de la industrializacin, puesnada era ms manifiesto que el progreso, por ejemplo,

    LA FATALIDAb DEL PROGRESO ~65en el bienestar social y en la seguridad, en la lucha con-tra las epidemias, las enfermedades y la mortalidad pre-matura, en la difusin del saber y de la educacin me-diante escuelas obligatorias, revistas y peridicos 2. Aho-ra se considera, en todas partes, como atrasado a un pasque tiene un gran porcenaje de analfabetos y en el quelas instalaciones sanitarias, la electricidad, el telfonoy otros progresos semejantes son todava una excepcin.El nmero de escuelas en que se aprende a leer y escri-bir, la magnitud de las ediciones de los diarios, unadifusin tan grande como sea posible de aparatos deradio y de televisin, las ediciones gigantes de los pocket -books y de las eoeryman's-librasies, entre nosotros de loslibros de bolsillo de la Rowohlt, todo esto atestigua unprogreso en la difusin anhelada del saber y de la cul-tura. Lo mismo vale para la economa. Un nmero cadavez mayor de bienes de consumo, que todava algunasgeneraciones antes eran considerados como el lujo deuna pequea capa de ricos, han llegado a ser accesibles a.todo el mundo y se han convertido en una necesidad ge-neral, Lo que originalmente era un lujo se ha conver-,tido en una necesidad general porque el nivel de vida,es decir, las pretensiones que se tienen, crecen constan-temente. Dentro de este amplio dominio que compren-de la cultura y la economa, el progreso no es, por consi-guiente, una ideologa caduca o una ilusin, sino unhecho histrico de primera lnea.Con la irrupcin de la tcnica cientfica y de la. indus-tria, y del progreso que viene unido a stas, se transfor-

    2 Consltese al respecto: Wilhelm Mhlmann: Okzident undOrient, Gestern und Heuie: Idee und Problematik des Eortschritts,en Zeitschrijt fr die gesamte Stuatsuiissenschajt, 1957, Heft lo

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