la forma en la que evalúo cotidianamente el aprendizaje de los alumnos es auténtica
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¿LA FORMA EN LA QUE EVALÚO COTIDIANAMENTE EL APRENDIZAJE DE LOS ALUMNOS ES AUTÉNTICA? ¿Por qué?
En lo que concierne la lectura de la evaluación auténtica considero que mi forma de
evaluar sí es auténtica, porque al igual que expresan su premisa Díaz Barriga y Hernández
(2002), creo que lo más importante es evaluar al alumno de acuerdo a lo que ha
aprendido para salir adelante en la vida en el contexto que se desarrolla, de acuerdo a su
nivel de captación del problema para poder encaminarlo a que resuelva de manera
autónoma cada una de las dificultades que se le presenten en su vida.
Lo primero que verifico es que los aprendizajes esperados a mostrarse en el tiempo
señalado, efectivamente se puedan ver en clase, durante el bimestre, pues de ahí
realizaré mi evaluación. Ya que lo correcto es evaluar lo que se espera que hayan
aprendido.
En lo personal yo no considero como único elemento de evaluación a un examen
elaborado en un simple papel y contestado con un lápiz. Tomo en cuenta todo lo que cada
uno de los alumnos por individual y de acuerdo a sus habilidades fue desarrollando a lo
largo del bimestre (o durante el ciclo escolar, o período que se esté evaluando). Mis
alumnos utilizan el portafolio “físico”, no tienen los medios electrónicos a su alcance para
elaborar un portafolio electrónico, en ellos guardan cada una de las producciones que
realizan y que son únicas porque son originales.
Para poder emitir un juicio de calificación a sus trabajos siempre les pido que tomen en
cuenta las características que debe llevar el trabajo a entregar ya que será el que se
quedará en su portafolio. Por lo que ellos saben de antemano los criterios que evaluaré:
buena letra, ortografía, orden de las ideas, presentación, conclusiones a las que llegaron…
Así como Airasian (2001) considera, también evalúo por medio de la observación, las
actitudes, valores y diversas habilidades de cada uno de mis alumnos y, al detectar
cualquier anomalía los cuestiono si tienen alguna dificultad que les impida lograr
comprender los aprendizajes que estoy tratando que retengan. Muchas veces salen a flote
situaciones que tienen en su casa y que los distraen y es cuando retomo su atención para
poder lograr que comprendan lo esperado, esto también requiere reorientar el trabajo
escolar hacia la búsqueda de información para lograr la comprensión y construcción de
significados por ellos mismos, el identificar y resolver problemas para la toma de
decisiones cuyo centro sean sus fortalezas, por lo tanto ellos también van evaluando su
avance en los contenidos, eso les ayuda a saber lo que van logrando y lo que pueden
alcanzar.
En lo personal no considero conveniente tomar en cuenta una autoevaluación, porque la
realidad es que los alumnos no lo ven como una manera de autorregularse, sólo lo
consideran como una hoja más del libro que hay que contestar, en la que relajadamente
ellos saben que no se les califica y por lo tanto ellos mismos demeritan y no aplican el
valor real a una autoevaluación.
Creo que es mejor evaluar de forma cuantitativa porque un valor numérico es distinto
entre cada uno de los individuos a evaluar, sin embargo, desafortunadamente siempre se
llega a un valor numérico estandarizado. Esto ocurre casi siempre con los alumnos de
educación especial, ya que nunca un “9” para un alumno regular será valorado de la
misma manera que colocar en un Reporte de Evaluación un “9” para un alumno de
educación especial.
De igual forma, creo que estoy realizando auténticamente las evaluaciones de cada uno
de mis alumnos porque a través de los criterios que utilizo para su evaluación y muestras
de trabajos realizados por mis alumnos (portafolios) y como dice McKeachie (1999), “no
solo es el portafolio de evidencias para detectar a los alumnos en situación de riesgo y dar
un informe a sus padres, sino también para replantear la enseñanza y los apoyos
didácticos requeridos” es ahí donde puedo darme cuenta de lo que ellos están
comprendiendo acerca de los aprendizajes que les corresponde conocer y en cuanto a mí,
me muestran lo que debo de retomar y reconocer mis fallas y las metas que han logrado
mis alumnos en los muchos o pocos aprendizajes esperados que hayan alcanzado.
Por lo que estoy convencida de que con mi manera de evaluar no olvido que el fin último
de la evaluación educativa es la comprensión y mejora de los aprendizajes y de la
enseñanza.