la gestión de casos: haciendo camino

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Enferm Clin. 2014;24(3):159---161 www.elsevier.es/enfermeriaclinica EDITORIAL La gestión de casos: haciendo camino Case management: moving forward Inmaculada Perteguer-Huerta Enfermera gestora de casos, Hospital Puerta del Mar, Cádiz, Espa˜ na Como ya es más que sabido, el envejecimiento de la pobla- ción, la llamada epidemia silenciosa, trae de la mano el incremento de las enfermedades crónicas y como con- secuencia el aumento de la dependencia. Los sistemas sanitarios, tan bien organizados para dar respuesta a lo agudo, se ven desbordados por los problemas crónicos de salud. Su respuesta para estos resulta, a todas luces, inade- cuada, insuficiente y fragmentada. El paciente crónico necesita cuidados y una atención integral, continua y diversificada. Los más frágiles y com- plejos son los más perjudicados si esto no se da. La preocupación por este tema está llevando a los gesto- res de los diferentes sistemas sanitarios a replantear su organización y, como consecuencia, se están desarrollando numerosos modelos de atención a la cronicidad. Todos estos modelos, con sus particularidades, tienen características comunes 1 : el énfasis en la promoción del autocuidado, la importancia de impulsar la gestión de casos, el fortaleci- miento de la atención primaria como ámbito fundamental en el que se desenvuelve la persona y la continuidad en el proceso de atención. La gestión de casos no es algo nuevo; sus inicios se remon- tan a mediados del siglo xx en EE. UU. con la reforma de la Salud Mental 2 . El modelo de gestión de casos que se centró en este campo inicialmente, se extendió, un poco más tarde, a la atención a personas con situaciones de salud de alto riesgo y alto coste, con el objetivo de mejorar la eficiencia y disminuir la variabilidad. Pero es en la última década del Correo electrónico: [email protected] siglo xx cuando adquiere su mayor impulso con el aumento de la cronicidad compleja y la fragmentación de la aten- ción, haciéndose extensivo a múltiples países, sobre todo, del mundo anglosajón. Existen diversas definiciones sobre gestión de casos, y quizás la más extendida sea la de la Case Management Society of América 3 : «proceso de colaboración mediante el que se valoran, planifican, facilitan, coordinan, moni- torizan y evalúan las opciones y servicios necesarios para satisfacer las necesidades de salud de una persona, articu- lando la comunicación y recursos disponibles para promover resultados de calidad y costo-efectivos». La existencia de tantas definiciones responde a la adaptación que cada país y cada entorno hacen de este servicio. Ateniéndonos a esta definición, es evidente que la ges- tión de casos ha de entenderse como una metodología de trabajo, y como tal, capaz de ser asumida por diferentes disciplinas y liderada, en ocasiones, por una persona y, en otras, por todo un equipo. Sin embargo, en la mayoría de los países en los que se pone en marcha este servicio para mejorar la atención a los pacientes crónicos, han sido las enfermeras los profesionales escogidos para implementarlo. Esta decisión se basa en varios criterios: por una parte, el perfil clínico de las enfermeras las capacita para resolver de manera finalista muchos de los problemas que tienen estos pacientes: la prevención o la detección precoz de las descompensaciones, la titulación de fármacos o la educa- ción para el autocuidado; por otra parte, la enfermera es la experta en cuidados dentro del equipo asistencial y, como ya se ha comentado, una de las necesidades fundamenta- les del paciente crónico es el cuidado; y, por último, como http://dx.doi.org/10.1016/j.enfcli.2014.03.006 1130-8621/© 2014 Elsevier Espa˜ na, S.L. Todos los derechos reservados.

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Page 1: La gestión de casos: haciendo camino

Enferm Clin. 2014;24(3):159---161

www.elsevier.es/enfermeriaclinica

EDITORIAL

La gestión de casos: haciendo camino

Case management: moving forward

Inmaculada Perteguer-Huerta

Enfermera gestora de casos, Hospital Puerta del Mar, Cádiz, Espana

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Como ya es más que sabido, el envejecimiento de la pobla-ción, la llamada epidemia silenciosa, trae de la mano elincremento de las enfermedades crónicas y como con-secuencia el aumento de la dependencia. Los sistemassanitarios, tan bien organizados para dar respuesta a loagudo, se ven desbordados por los problemas crónicos desalud. Su respuesta para estos resulta, a todas luces, inade-cuada, insuficiente y fragmentada.

El paciente crónico necesita cuidados y una atenciónintegral, continua y diversificada. Los más frágiles y com-plejos son los más perjudicados si esto no se da. Lapreocupación por este tema está llevando a los gesto-res de los diferentes sistemas sanitarios a replantear suorganización y, como consecuencia, se están desarrollandonumerosos modelos de atención a la cronicidad. Todos estosmodelos, con sus particularidades, tienen característicascomunes1: el énfasis en la promoción del autocuidado, laimportancia de impulsar la gestión de casos, el fortaleci-miento de la atención primaria como ámbito fundamentalen el que se desenvuelve la persona y la continuidad en elproceso de atención.

La gestión de casos no es algo nuevo; sus inicios se remon-tan a mediados del siglo xx en EE. UU. con la reforma de laSalud Mental2. El modelo de gestión de casos que se centróen este campo inicialmente, se extendió, un poco más tarde,

a la atención a personas con situaciones de salud de altoriesgo y alto coste, con el objetivo de mejorar la eficienciay disminuir la variabilidad. Pero es en la última década del

Correo electrónico: [email protected]

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http://dx.doi.org/10.1016/j.enfcli.2014.03.0061130-8621/© 2014 Elsevier Espana, S.L. Todos los derechos reservados.

iglo xx cuando adquiere su mayor impulso con el aumentoe la cronicidad compleja y la fragmentación de la aten-ión, haciéndose extensivo a múltiples países, sobre todo,el mundo anglosajón.

Existen diversas definiciones sobre gestión de casos, yuizás la más extendida sea la de la Case Managementociety of América3: «proceso de colaboración mediantel que se valoran, planifican, facilitan, coordinan, moni-orizan y evalúan las opciones y servicios necesarios paraatisfacer las necesidades de salud de una persona, articu-ando la comunicación y recursos disponibles para promoveresultados de calidad y costo-efectivos». La existencia deantas definiciones responde a la adaptación que cada país

cada entorno hacen de este servicio.Ateniéndonos a esta definición, es evidente que la ges-

ión de casos ha de entenderse como una metodología derabajo, y como tal, capaz de ser asumida por diferentesisciplinas y liderada, en ocasiones, por una persona y, entras, por todo un equipo. Sin embargo, en la mayoría deos países en los que se pone en marcha este servicio paraejorar la atención a los pacientes crónicos, han sido las

nfermeras los profesionales escogidos para implementarlo.sta decisión se basa en varios criterios: por una parte, elerfil clínico de las enfermeras las capacita para resolvere manera finalista muchos de los problemas que tienenstos pacientes: la prevención o la detección precoz de lasescompensaciones, la titulación de fármacos o la educa-

ión para el autocuidado; por otra parte, la enfermera es laxperta en cuidados dentro del equipo asistencial y, comoa se ha comentado, una de las necesidades fundamenta-es del paciente crónico es el cuidado; y, por último, como
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acuzdificultades. Muchas de estas dificultades vienen derivadas

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riterio determinante, está la visión integral que la enfer-ería tiene del ser humano, esto hace que sea la disciplinaejor posicionada para abordar de manera multidimensio-

al los problemas de las personas y para relacionarse conl resto de proveedores actuando como mediadora entre elistema y el paciente y su familia. El rol de «advocacy»4

uede que sea el que mejor defina la gestión de casos yaue el papel fundamental de la enfermera gestora de casoss acompanar al paciente por el complejo entramado del sis-ema sanitario haciendo que su tránsito por el mismo resultefectivo para el paciente a la vez que eficiente para el sis-ema.

En Andalucía este modelo se pone en marcha en el ano002 en la atención primaria y en el 2003 se hace extensivol ámbito hospitalario. Nace al amparo del Plan de apoyo aas familias andaluzas5 con una clara orientación a mejorara atención domiciliaria de los pacientes más frágiles, losnmovilizados y a sus cuidadoras.

Se opta por este modelo porque existen evidencias sufi-ientes sobre su efectividad en el abordaje de este tipo deacientes6,7. Se ha podido constatar que determinadas inter-enciones llevadas a cabo por la enfermera gestora de casosonsiguen mejoras en la funcionalidad de los pacientes, ena disminución de la frecuentación a los centros y reingresosospitalarios y en el conocimiento de las cuidadoras paralevar a cabo los cuidados, disminuyendo el cansancio de lasismas en el desempeno del rol de cuidar. Las evidencias

e hacen más fuertes cuando se refieren a estudios realiza-os sobre resultados de la gestión de casos en poblacionesoncretas: La insuficiencia cardiaca8, la EPOC9, el trastornoental grave10 y las demencias11 son los grupos de población

obre los que tenemos mayores evidencias.El modelo de gestión de casos desempenado por enfer-

eras andaluzas ha supuesto un gran avance en la atenciónntegral y personalizada a los pacientes más frágiles y aus familias. Disponemos de estudios en nuestra comuni-ad que así lo ponen de manifiesto; de entre ellos el másotente y con mayor impacto ha sido el ESMAD12, estudiouasiexperimental, controlado, multicéntrico, en el que sea podido constatar que la intervención de gestión de casosn el entorno comunitario del SSPA mejora significativa-ente la autonomía para la realización de las actividadese la vida diaria, medida a través del índice de Barthel, enos pacientes en cartera de «Inmovilizados» a los 6 mesese intervención y en el programa de «Altas hospitalarias» aos 12 meses de intervención, la activación de proveedorese servicios relacionados con el trabajo social y la fisiote-apia y rehabilitación (este resultado es de gran interés yaue queda suficientemente claro que la intervención de unanfermera gestora de casos es un garante de la participa-ión de estos roles profesionales en el trabajo del equipolínico), disminuye la carga de la persona cuidadora signifi-ativamente a los 12 meses de intervención medida a travésel índice de Zarit, mejora significativamente el manejo delégimen terapéutico del paciente a los 6 y 12 meses de inter-ención, y disminuye significativamente la frecuentación delentro de salud por las personas cuidadoras.

Hay otros estudios que también arrojan evidencias sobrea efectividad de la gestión de casos, como el llevado a cabon el Hospital de Torrecárdenas (Almería)13, otro realizado

n el Hospital Carlos Haya de Málaga14 y otro en el Complejoospitalario de Jaén15.

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I. Perteguer-Huerta

Con la experiencia de los anos, la formación y la adqui-ición de nuevas competencias, la gestión de casos enndalucía ha ido evolucionando hacia un rol de prácticavanzada centrada en la atención a los pacientes crónicosomplejos, aquellos sobre los que existe mayor evidencia dexito del servicio.

Con esta reorientación ha pretendido adaptarse a losuevos modelos de atención, centrarse en la población queás puede beneficiarse de su intervención, replantear las

ntervenciones hacia un modelo competencial de prácticavanzada y establecer un sistema de monitorización queermita medir el impacto de sus intervenciones en salud,alidad de vida y en la sostenibilidad del sistema público.

En cuanto a los nuevos modelos, se opta por el modeloaisser permanente16 para definir la población objeto de

a gestión de casos. Así se pasa de tener como poblacióniana a las personas en programa de atención domiciliaria,as altas hospitalarias y las cuidadoras de estos (objetivoel 2002) a reorientar el modelo hacia la atención deos pacientes crónicos complejos (objetivo del 2009). Y esue «está ampliamente descrito en la bibliografía que elodelo de gestión de casos obtiene su respuesta más costo-

fectiva en escenarios marcados por la alta complejidad yue cuando las necesidades clínicas son altas, la personali-ada, intensiva, y continua intervención por profesionalese enfermería de gestión de casos puede mejorar la calidade vida y los resultados en salud de estas personas»17.

El desarrollo competencial, a través de programas deormación, se ha orientado hacia: «la práctica avanzadae enfermería clínica, la coordinación de cuidados comple-os, la gestión proactiva de problemas crónicos de salud, elpoyo al autocuidado, la autogestión y la independencia, laráctica profesional y liderazgo, la identificación de perso-as de alto riesgo, promoción de la salud y prevención denfermedades, la gestión de cuidados en el final de la vida

el trabajo interinstitucional y en asociación»17. Esto se haraducido en un manual específico de la enfermera gestorae casos18 en el programa de acreditación de competenciasrofesionales del sistema sanitario de Andalucía.

Por último, se hacía necesario desarrollar un sistema deonitorización que permitiese conocer el impacto de las

ntervenciones de las gestoras de casos en la salud de laoblación diana y en la sostenibilidad del sistema público.ara pasar del «cuánto» se hace al «qué» se logra con lo quee hace, se ha elaborado un sistema de registros, incluido ena historia única digital del paciente, capaz de convertirse enna base de datos de indicadores, tanto para futuras inves-igaciones sobre efectividad y eficiencia de la gestión deasos como para hacer un seguimiento de la actividad des-rrollada por las enfermeras gestoras de casos. Este registrostá orientado a resultados, facilita la visualización del casontes de la intervención y tras la intervención, y es cohe-ente con los requerimientos del manual de acreditación,ncontrándose en estos momentos en fase de pilotaje.

Sin embargo, la implantación de este nuevo modelo detención no ha sido un camino de rosas. La puesta en mar-ha de un nuevo rol que desempenan las enfermeras enn sistema tan estructurado, tan tradicional y tan jerarqui-ado, sobre todo en los hospitales, no se ha visto exenta de

e la propia indefinición del rol, lo que trae como conse-uencia una cierta variabilidad en la práctica, otras vienen

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La gestión de casos: haciendo camino

derivadas de las propias características personales de quiendesempena el rol; la seguridad en sí misma, la preparaciónprevia en el abordaje del tipo de pacientes sobre el que vaactuar y las competencias para desenvolverse en un entornode incertidumbre y en la ambigüedad son claves para el éxitode la gestora de casos. Además, es difícil que el modelo pro-grese sin que la institución muestre una voluntad clara parafavorecer su incorporación y desarrollo; esto que a nivel ins-titucional ha estado garantizado, es evidente que dependeen gran medida de los equipos directivos de cada centro odistrito. Y, por último, constituye un factor fundamental,tanto de éxito como de barrera, el tipo de relaciones queel gestor de casos desarrolle con el resto de los profesio-nales. Hasta tal punto esto es así, que el gestor de casospuede entenderse como un negociador, y de su capacidadde negociar dependerá directamente el éxito de su inter-vención. Pero también ha estado lleno de satisfacciones, laprincipal y más importante es la gratitud de las personas alas que se atiende y, por otra parte, el sentimiento de estarcontribuyendo, de algún modo, al desarrollo de la profesiónenfermera.

El camino recorrido es largo y gratificante pero aúnquedan retos por delante. Para que la gestión de casos con-tinúe con éxito, hay que seguir trabajando en determinadasáreas: mejorar los mecanismos de captación de pacientes,buscar herramientas sensibles y fiables para identificar lacomplejidad, disminuir la variabilidad y trabajar sobre lasratios adecuadas para asegurar un servicio de calidad yeficiente19.

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