la leyenda negra

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LA LEYENDA NEGRA Se designa así a la corriente de opinión antiespañola que se desató en Europa durante los siglos XVI-XVII. Comenzó siendo una crítica a los abusos cometidos en la conquista de América y derivó luego hacia una crítica general del imperialismo español, en particular de la política de Felipe II. «La leyenda negra es un término inventado por Julián Juderías, un funcionario del Ministerio de Estado, colaborador del Instituto de Reformas Sociales, más tarde académico de la Historia, que en un concurso literario celebrado en 1913 presentó un libro, que sería premiado, con el título: La Leyenda negra y la verdad histórica. Un año más tarde el libro se publicaría, con el título más restringido de La Leyenda negra. Juderías definía así la Leyenda negra: “Por leyenda negra entendemos el ambiente creado por los fantásticos relatos que acerca de nuestra patria han visto la luz pública en todos los países, las descripciones grotescas que se han hecho siempre del carácter de los españoles como individuos y como colectividad, la negación o por lo menos la ignorancia sistemática de cuanto es favorable y hermoso en diversas manifestaciones de la cultura y el arte, las acusaciones que en todo tiempo se han lanzado contra España, fundándose para ellos en hechos exagerados, mal interpretados o falsos en su totalidad.” Aquí no están mis juicios de valor al respecto porque parto de un principio: la idea de que no ha existido la mítica leyenda negra en tanto que no ha habido, a nuestro juicio, esa crítica negativa sistemática, feroz, unánime, intencionadamente destructiva hacia España o los españoles. [...] En situaciones de crisis, en España se ha tendido claramente al ensimismamiento y de ahí a un extraño complejo de persecución, un síndrome de ansiedad depresiva que incluso algunos psiquiatras han intentado explicar psicotapológicamente (López Ibor: El español y su complejo de inferioridad . Madrid, 1951). [...] El contenido de la llamada leyenda negra debe matizarse separando el conjunto de opiniones negativas vertidas sobre España en función de la labor española en América de las que inciden específicamente en la valoración de la política, la cultura o el

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Historia del descubrimiento de america

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LA LEYENDA NEGRA Se designa as a la corriente de opinin antiespaola que se desat en Europa durante los siglos XVI-XVII. Comenz siendo una crtica a los abusos cometidos en la conquista de Amrica y deriv luego hacia una crtica general del imperialismo espaol, en particular de la poltica de Felipe II. La leyenda negra es un trmino inventado por Julin Juderas, un funcionario del Ministerio de Estado, colaborador del Instituto de Reformas Sociales, ms tarde acadmico de la Historia, que en un concurso literario celebrado en 1913 present un libro, que sera premiado, con el ttulo: La Leyenda negra y la verdad histrica. Un ao ms tarde el libro se publicara, con el ttulo ms restringido de La Leyenda negra. Juderas defina as la Leyenda negra:Por leyenda negra entendemos el ambiente creado por los fantsticos relatos que acerca de nuestra patria han visto la luz pblica en todos los pases, las descripciones grotescas que se han hecho siempre del carcter de los espaoles como individuos y como colectividad, la negacin o por lo menos la ignorancia sistemtica de cuanto es favorable y hermoso en diversas manifestaciones de la cultura y el arte, las acusaciones que en todo tiempo se han lanzado contra Espaa, fundndose para ellos en hechos exagerados, mal interpretados o falsos en su totalidad.Aqu no estn mis juicios de valor al respecto porque parto de un principio: la idea de que no ha existido la mtica leyenda negra en tanto que no ha habido, a nuestro juicio, esa crtica negativa sistemtica, feroz, unnime, intencionadamente destructiva hacia Espaa o los espaoles. [...] En situaciones de crisis, en Espaa se ha tendido claramente al ensimismamiento y de ah a un extrao complejo de persecucin, un sndrome de ansiedad depresiva que incluso algunos psiquiatras han intentado explicar psicotapolgicamente (Lpez Ibor: El espaol y su complejo de inferioridad. Madrid, 1951). [...]El contenido de la llamada leyenda negra debe matizarse separando el conjunto de opiniones negativas vertidas sobre Espaa en funcin de la labor espaola en Amrica de las que inciden especficamente en la valoracin de la poltica, la cultura o el carcter espaoles. En el primer caso, la leyenda negra americana, lo que se plantea es el debate en torno a la valoracin del rgimen colonial espaol, sus presuntas especificidades en comparacin con otros colonialismos; en el segundo caso, el trasfondo de la cuestin no es otro que el problema de la insercin de Espaa en Europa, su papel, sus posibles aportaciones.Por otra parte, no solo existe crtica negativa hacia Espaa, tambin la hay apologtica, que merecera, obviamente, el nombre de leyenda rosa. Ambas (leyenda negra y leyenda rosa) se insertan en las guerras de opinin que es establecen entre los distintos protagonistas de la escena histrica mundial. [...]Contenciosos histricos o rivalidades coyunturales han agriado la imagen de tal o cual pas por parte de sus vecinos. Las crticas negativas sobre Espaa, unas veces cargadas ciertamente de malevolencia despectiva, otras, expresin de banales y estpidos tpicos, son la derivacin de muchos factores: desde nuestro aislamiento histrico generador de ignorancias y desconocimientos recprocos a la prepotencia de una poca los siglos XVI y XVII en que la hegemona espaola en Europa provoc no pocas envidias y resentimientos. [...]Si en el siglo XVI la hegemona imperial espaola suscit crticas de carcter esencialmente poltico-religioso en los siglos XVII y XVIII, la agresividad europea hacia Espaa se proyect hacia la antropologa el carcter espaol y en el siglo XIX la imagen espaola en Europa se frivoliza y las viejas acusaciones se acaban diluyendo en tpicos andalucistas muchas veces delirantes. Las crticas tambin varan segn los pases. [...]Hacia 1540, el modelo poltico diseado por los erasmistas consejeros de Carlos V de una Europa identificada con el principio de la Humanitas cristiana regulada por el Emperador el Dilogo de Mercurio y Carn de Alfonso de Valds constituir una de las obras ms definitorias de este modelo est en crisis. La escalada protestante y las primeras agitaciones sociales del Estado moderno junto al progresivo avance de las conciencias nacionales, condenaron la idea imperial y europesta al fracaso. [...] La Europa renacentista sera ahogada por la irrupcin de las nacionalidades, unas nacionalidades que, en buena parte, alimentarn su identidad en funcin de la propia competencia con los dems. La verdad es que en la guerra de opinin que suscit el surgimiento de las nacionalidades, Espaa nunca hizo gala de una actitud particularmente receptiva a lo forneo. No ha sido precisamente demasiado integradora la actitud espaola hacia los elementos extraos. Por lo pronto se conden a judos y moriscos, tan espaoles como los cristianos viejos, al extraamiento con la represin y la expulsin como ltimo acto de liquidacin del problema racial-religioso que fue conceptualizado como nacional. El concepto reduccionista nacional catlico de Espaa pasaba por la descalificacin histrico-nacional de los otros, los no cristianos. [Garca Crcel, Ricardo: La leyenda negra. Historia y opinin. Madrid: Alianza, 1992, p. 13-22]Las fuentes clsicas de la leyenda negraLa poltica de los Habsburgo para enfrentarse a los rebeldes de Flandes o la conquista y colonizacin de Amrica, as como la figura de Felipe II, considerado como un tirano rencoroso y criminal de Estado.Casiodoro de Reyna, alias Reginaldo Gonzlez Montano, alias Raimundo Gonzlez de Montes (1520-1594): Exposicin de algunas maas de la Santa Inquisicin espaola (1567). La obra fue escrita en latn y publicada por primera vez en Heidelberg: Sanctae Inquisitionis hispanicae artes aliquot detectae ac palam traductae Addidimus appendicis vice piorum quorumdam martyrum Christi elogia qui inquisitores eos suis artibus perfidiae ac defectionis infamarint. Reginaldo Gonsalvio Montano authore (1567).La identidad de Gonzlez Montano sigue siendo un misterio. Podra tratarse de un monje jernimo perteneciente al convento sevillano de San Isidro del Campo. Acusado de difundir las ideas luteranas y exiliado en 1557, fue llamado "heresiarca" o "maestro de herejes" en el Auto de Fe de Sevilla, el da 23 abril de 1562. John Foxe (1516-1587): El libro de los mrtires (1554). John Foxe era un exiliado de la Inglaterra de Mara Tudor en Holanda. La obra original lleva el ttulo en ingles Acts and Monuments, comnmente conocida como El libro de los mrtires. Foxe subraya la indefensin jurdica de los acusados y critica a los inquisodores que, bajo el manto de la religin, no buscan ms que su lucro privado. Los espaoles son pintados como vctimas de la Inquisicin, para l el gran malo es el Papa.Guillermo de Orange-Nassau el Taciturno, prncipe de Orange (1533-1584): Apologa (1580). La poltica de Felipe II en los Pases Bajos llev a que Guillermo organizara un fuerte movimiento contra la opresin espaola. Fue lder de la Revuelta de los Pases Bajos y escribi una serie de panfletos contra Felipe II, el ms famoso es Apologie ou Defense du trs ilustre Prince Guillaume, en el que se bas la Leyenda Negra contra Espaa. Gruillermo de Orange acusa a Felipe II de bgamo, del asesinato de su propio hijo, el prncipe don Carlos, y de su mujer, Isabel de Valois, as como de tirano, adltero e incestuoso. Guillermo de Orange fue el padre de la patria holandesa y enemigo declarado del rey espaol Felipe II.Antonio Prez (1540-1611): Relaciones (1594), obra publicada en espaol en Londres bajo el seudnimo de Rafael Pelegrino. Era un alegato personal contra Felipe II, al que ve culpable en asuntos tales como el asesinato de Escobedo, secretario personal de don Juan de Austria. A Felipe II se le atribuan los defectos de orgullo, crueldad, lascivia e incluso el de estar contaminado por la sangre juda o mora. A medida que el poder espaol penetraba en Europa, se extenda con l tambin la leyenda negra. Por las Relaciones de Prez se deduce la culpabilidad del rey en asuntos tales como el asesinato de Escobedo, secretario personal de don Juan de Austria, al que el mismo Antonio Prez haba hecho quedar a los ojos del rey como un traidor que en realidad Escobedo nunca fue.A todo esto hay que aadir los hechos protagonizados por el Duque de Alba (1507-1582) durante la poca en que fue gobernador de Flandes, quien dedic sus esfuerzos a aplicar medidas represivas y crueles, como la instauracin del sangriento Tribunal de los Tumultos, que en seis aos conden a muerte a ms de mil personas, entre las que se encontraban los populares condes de Egmont y Horn, inmortalizados por Beethoven en la obertura Egmont como smbolo de libertad. Con el tiempo se produjo el fenmeno contrario, la interpretacin de la historia de Espaa y de la poltica de Felipe II como una especie de Edad de Oro.Fray Bartolom de las Casas (1484-1566): Brevsima relacin de la destruccin de las Indias (1578). De las Casas ha sido considerado tradicionalmente el padre de la leyenda negra americana. Particip en la conquista de Cuba en 1512. En 1514 dej sus actividades como encomendero por la impresin que le dej la matanza de los indios de Caonao y el suplicio al que fue sometido el cacique Hatuey. Desde entonces empez a ocuparse de la defensa de los indios. Vuelto a Espaa, se entrevist con el Rey Catlico poco antes de la muerte de ste. En 1522 ingresa en la orden de los dominicos. Logr el apoyo del cardenal Cisneros (regente desde 1516) para llevar a cabo alternativas al rgimen colonial espaol en Amrica. Al mismo tiempo, escriba sus obras: Historia General de las Indias (1527-1562), Apologtica Historia y su obra ms conocida Brevsima relacin de la destruccin de las Indias, escrita antes de ser nombrado obispo de Chiapas y antes de su polmica jurdica con Gins de Seplveda. La Brevsima relacin la escribi en respuesta a la Historia general y natural de las Indias (1535) de Gonzalo Fernndez de Oviedo (1478-1557). La obra de Bartolom de las Casas fue prohibida por la Inquisicin en 1660 por decir cosas muy terribles y fieras de los soldados espaoles que, aunque fueran verdad, bastaba representarlas al Rey o a sus ministros y no publicarlas, pues de ah los extranjeros toman argumentos para llamar a los espaoles crueles y fieros, en palabras del censor jesuita Minguijn. Las Casas no es un personaje aislado. Su obra se inserta en el complejo debate de la valoracin que merecieron a los espaoles los indios americanos, el debate entre indigenistas y colonialistas. Bastantes aos antes de la obra de Las Casas el indigenismo est presente en muchos textos. [...] El problema religioso la cuestin de la supuesta idolatra, su condicin de paganos, con la conquista de Mxico y Per dio paso a la cuestin poltico-jurdica: la legitimidad de la guerra de conquista y la esclavitud de indios, en la que jugaran protagonismo fundamental Las Casas y Gins de Seplveda y que empieza con el clebre debate de Valladolid de 1550-1551, la disputa que prolonga las primeras discusiones de las Juntas de Burgos sobre la legitimidad de la soberana espaola en Indias. La ambigedad del P. Vitoria en sus Relaciones (1538) (reconoce a los indios la condicin de sujetos de derecho sustituyendo el principio de cristiandad por el de comunidad internacional y rechazando la autoridad papal para autorizar guerras, pero al mismo tiempo legitima la guerra defensiva contra los indios) relanzar el debate que se va a proyectar hacia la legitimidad de la guerra y la esclavitud de los indios. [Garca Crcel, Ricardo: La leyenda negra. Historia y opinin. Madrid: Alianza, 1992, p. 228-229]LA LEYENDA ROSANo todo fueron crticas negativas desde el extranjero. Hasta los libelistas franceses ms duros le reconocieron a Espaa algunas cualidades. "La propaganda de la Liga fue favorable a Espaa. El mismo Felipe II no tuvo pocos admiradores. "Pero naturalmente las mejores defensas de lo hispnico parten de la propia Espaa. La leyenda negra no puede entenderse sin su paralela leyenda rosa: la exaltacin de los valores hispnicos que se hace desde la propia Espaa. La leyenda rosa va a proyectarse hacia la glosa devota de la monarqua y los propios apuntes narcisistas del esencialismo espaol y la exaltacin retadora de la lengua y cultura hispnica. De lo primero, hay infinidad de testimonios. [...] Los historiadores se sumaron proonto a la apologa de sus reyes. Guevara, Seplveda, Mexia, Lpez de Gomara, Salazar, Ocampo... fueron cronistas oficiales del reinado de Carlos V y glosaron por tanto su poltica. Felipe II fue excelentemente juzgado por historiadores como Cabrera de Crdoba, Antonio de Herrera, Van der Hammen, Cervera de la Torre, Prez de Herrera, Gins de Seplveda, Fray Diego de Yepes, Baltasar Parreo... que contrapusieron al concepto de Demonio del Medioda el del Rey Prudente. [...]De la exaltacin de la monarqua pronto se pas al narcisismo esencialista. En medio del constante vaivn entre las presuntas misiones que cumplir y el pasado glorioso que evocar, se configurar poco a poco toda una doctrina que define las presuntas esencias hispnicas, unas esencias centradas bsicamente en la religiosidad y el militarismo constante. La rebelin de los Pases Bajos motivar una exaltacin de las responsabilidades religiosas de los espaoles de modo comn en diversos tratadistas aunque la concepcin de la estrategia en el trato a los flamencos fuera diferente entre s. [Garca Crcel, Ricardo: La leyenda negra. Historia y opinin. Madrid: Alianza, 1992, p. 104-105]Algunos ejemplos de la visin de la conquista de Amrica en los libros escolares de la poca franquista en Espaa:Conquistadores y misionerosLa conquista de Amrica fue una empresa dura y heroica. En ella se cubrieron de gloria numerosos espaoles, pero entre todos sobresalen dos: Hernn Corts y Pizarro.Con un puado de valientes, y venciendo dificultades sin cuento, Hernn Corts conquist Mjico para Espaa y Pizarro el Per.Pero si grande es la obra de nuestros conquistadores, no lo es menos la de nuestros misioneros. Con una paciencia y un espritu de sacrificio sin par en la Historia, nuestros frailes ensearon a los indios a leer, escribir y rezar.Nociones:Hernn Corts.- El extremeo Hernn Corts con un puado de valientes conquist Mjico para Espaa.Pizarro.- D. Francisco Pizarro, tambin extremeo, con gran valor y decisin, conquist el rico imperio del Per.Los misioneros.- Por expreso deseo de los reyes de Espaa los misioneros acompaaban a los conquistadores y enseaban a los indios a rezar, leer y escribir.HERNN CORTSHernn Corts, uno de los ms clebres conquistadores de Amrica, era robusto, gallardo, valiente: nada en el mundo le asustaba.Con un puado de valientes sali este gran hombre de la isla de Cuba con el fin de conquistar Mjico. Al llegar a este pas tuvo un gesto heroico de destruir las naves que los haban transportado para que nadie pudiera volverse atrs.Luch encarnizadamente contra un enemigo muy superior en nmero, hizo prisionero al emperador azteca Moctezuma y, aunque se vio en grandes apuros, en la batalla de Otumba venci a un numerossimo ejrcito de indios, y Mjico cay en su poder.Como premio, Carlos I le nombr Gobernador General de las tierras que haba conquistado.Ejercios: Copia caligrficamente:Con instrumento rotundoel imn y derrotero,un vascongado, primerodio la vuelta a todo el mundo.[lvarez Prez, Antonio: Enciclopedia. Intuitiva Sinttica Prctica. Primer grado. Valladolid: Min, 1965, p. 209-210]Colonizacin de AmricaLa colonizacin espaola en aquellas tierras fue una empresa nacional, pues en ella participaron los Reyes, el pueblo y el clero. Los Reyes, lejos de explotar las colonias como si fueran un negocio, las consideraron como una parte del reino que haba que evangelizar y civilizar. Ellos enviaron misioneros, ordenaron que se tratara a los indios como a hermanos y no autorizaron su esclavitud. Los misioneros, adems de la doctrina cristiana, ensearon a los indios el cultivo de la tierra, la lectura, escritura y otros conocimientos.Sesenta aos despus del descubrimiento, haba en Amrica pueblos y ciudades con iglesias, escuelas, colegios y Universidades; se haban creado industrias, construido caminos y puertos, etc.Enseanza patritica:La colonizacin espaola en Amrica fue una obra grandiosa. As lo proclaman hoy veinte naciones de aquel Continente, a las que Espaa dio cuanto tena, que no era poco: fe catlica, idioma, cultura.[Nueva enciclopedia escolar H. S. R. Iniciacin profesional (doce-quince aos). Burgos: Hijos de Santiago Rodrguez, 1954, p. 664-665 (cita de la 23.a edicin: 1974]La leyenda negraLlamamos leyenda negra a la serie de calumnias e inexactitudes que algunos historiadores extranjeros escribieron sobre la Inquisicin, sobre la obra de Espaa en Amrica y sobre Felipe II.Segn dichos historiadores, la Inquisicin se caracteriz por su crueldad, la obra de Espaa en Amrica estuvo presidida por la crueldad y la codicia y Felipe II fue un rey tirano, vengativo, duro de corazn, etc.Origen y desarrollo de la leyenda negra.Varias causas dieron origen a la leyenda negra. La principal fue que Espaa luch durante los siglos XVI y XVII con casi todas las naciones importantes de Europa, como Francia, Inglaterra, Alemania y Holanda, lo cual despert odios contra nuestro pas e hizo que se formaran corrientes de opinin desfavorables al mismo.La leyenda negra comenz al iniciar Carlos I su lucha contra la Reforma protestante; fue creciendo en el reinado de Felipe II, y se complet en los siglos XVIII y XIX por obra de no pocos escritores.Falsedad de la leyenda negra.La falsedad de la leyenda negra se demuestra con datos histricos. Basta leer los escritores de los cronistas del tiempo de los Reyes Catlicos, los documentos que figuran en los archivos y nuestras cristiansimas leyes de Indias y estudiar serenamente el reinado de Felipe II, para darse cuenta de que dicha leyenda es un conjunto de calumnias y exageraciones de los enemigos de nuestra Patria y de nuestra religin.As lo han reconocido modernamente numerosos historiadores extranjeros, como el ingls Walsh, autor de una magnfica biografa de Isabel la Catlica, y otros autores ingleses y franceses.La verdad sobre la Inquisicin espaola.La Inquisicin espaola fue un tribunal constituido por los hombres de ms saber y de moralidad ms depurada que haba en Castilla, que eran entonces los dominicos (Ramiro de Maeztu: Defensa de la Hispanidad). Se rega por reglas muy superiores a las que observaban los tribunales de aquella poca en los dems pases europeos. No fue siempre intolerante e intransigente, como han dicho sus detractores, y bien poco suponen sus autos de fe comparados con las persecuciones poltico-religiosas que ensangrentaron a Inglaterra, Francia, Suiza y Alemania en los siglos XVI y XVII.La verdad sobre nuestra obra en Amrica.La conquista y colonizacin de Amrica es la ms grande epopeya espaola. El mvil principal que impuls a nuestros reyes y marinos fue la cristianizacin y civilizacin de aquellas tribus, que vivan en la ms grosera idolatra y sometidas a la ms espantosa servidumbre. Espaa dict leyes protectoras de los indios; los redimi de la esclavitud; falanges de misioneros les ensearon la doctrina de Cristo; se abrieron escuelas y universidades, y la raza aborigen, lejos de extinguirse, es hoy ms numerosa que en los tiempos de la conquista.La verdad sobre Felipe II.Despus de lo dicho al hacer la crtica de Felipe II, creemos nos baste agregar que los mismos historiadores extranjeros han tenido que reconocer que un un soberano excepcionalmente bueno con los suyos, incluso con el prncipe don Carlos, dado al trabajo con absoluta abnegacin, demasiado lento en adoptar resoluciones, pero hbil, sagaz, patriota y extremadamente religioso. [Nueva enciclopedia escolar H. S. R. Iniciacin profesional (doce-quince aos). Burgos: Hijos de Santiago Rodrguez, 1954, p. 668-669 (cita de la 23.a edicin: 1974]La colonizacin, empresa del EstadoY al mismo tiempo que la fe de Cristo, Espaa llevaba a aquellas tierras todos los adelantos de la civilizacin.Y es que para Espaa, la colonizacin fue una empresa del Estado, de los reyes, que consideraban que el papa les haba concedido aquellas tierras para convertirlas y civilizarlas. En cuanto los espaoles llegaban a tierra nueva, al tomar posesin de ella, cuidaban de recordar esto solemnemente: que se ocupaba en nombre del rey, por autorizacin del papa y para esos fines altsimos. Esto se proclama en alta voz y en presencia de un notario. Parece un poco cndida toda esta ceremonia en medio de la soledad de los campos. Pero ella revela que haba un programa y un pensamiento de conjunto que daba orden y unidad a toda aquella obra gigantesca de dominacin.Los indios y la esclavitudEsta poltica de unin amorosa con los pueblos salvajes conquistados, es una de las glorias mayores de Espaa. Ninguna otra nacin la intent. Espaa consider siempre a los indios como hombres libres, hijos de Dios y hermanos nuestros, preocupndose por encima de todo de hacerlos cristianos y civilizados. Los que trajo Coln en el primer viaje, fueron bautizados con gran pompa y los mismos reyes hicieron de padrinos. Es pueril presentar esta mezcla de razas como mero producto de la mayor sensualidad de los espaoles que admitan por eso el trato con las mujeres indgenas que otros pueblos ms exquisitos rechazan. Sin negar esto en absoluto, lo cierto es que la mezcla de razas es hija de un concepto ideolgico y un criterio cristiano de vida, que consideraba como seres humanos iguales a nosotros a los pobladores de las tierras descubiertas. [Pemn, Jos Mara (de la Real Academia Espaola): La historia de Espaa contada con sencillez. Cdiz: Escelicer, 1958, p. 187-188]Los judos echados de Espaa. La limpieza de EspaaLos Reyes Catlicos, dispuestos a asegurar la unidad religiosa de Espaa, echaron a los judos. Pero lo hicieron por estos altsimos motivos religiosos y patriticos, no por una cuestin de odio de raza. Espaa sostuvo siempre la doctrina catlica de que todos los hombres, sena de la raza que sean, pueden salvarse y recibir la gracia de Dios. Lo que Espaa castigaba no era ni la raza ni la sangre: era el delito religioso y poltico, de los que atacaban nuestra fe, base de nuestra Patria. La prueba es que a los que de veras se convertan, para nada se les molestaba. El rey Don Fernando tena su Corte llena de judos convertidos, que eran amigos y consejeros suyos. Y muchos hombres de sangre juda llegaron a ser estimadsimos en Espaa e incluso elegidos obispos. El obispo de Cartagena era de sangre juda, y lo era el Tostado, obispo de vila, y lo era el clebre fray Luis de Len. [...] [Pemn, Jos Mara (de la Real Academia Espaola): La historia de Espaa contada con sencillez. Cdiz: Escelicer, 1958, p. 147-177]La guerra santa es una guerra que se hace por motivos religiosos, y que con frecuencia supone una recompensa espiritual para quienes participan o mueren en ella. Las guerras de religin de Francia, las cruzadas y la yihad islmica suelen presentarse popularmente como ejemplos de guerra santa,[1] aunque algunos especialistas no concuerdan plenamente con dichas identificaciones,[2] o distinguen entre las expresiones guerra sacralizada, guerra santa y cruzada.El esquema ms corrientemente admitido es el de una evolucin por escalones sucesivos, que permiti pasar de la guerra justa a la guerra sacralizada, despus a la guerra santa y, por ltimo, a la cruzada. Jean Flori, autor de numerosos artculos y sntesis sobre el tema, piensa en un itinerario diferente: la guerra justa no precedi a la guerra santa; ms bien fue la imposibilidad de decidir si una guerra era santa la que impuso el recurso a la guerra justa.[3]Alain DemurgerEn los tiempos modernos se ha usado tambin como un modo de definir diferencias culturales e histricas entre combatientes, sin que sea la religin necesariamente la causa principal (un ejemplo es el conflicto del Ulster).La intolerancia se define como la falta de la habilidad o la voluntad de tolerar algo. En un sentido social o poltico y , es la ausencia de tolerancia de los puntos de vista de otras personas. Para un principio social, es demasiado abierto para interpretacin subjetiva debido al hecho de que hay una lista de definiciones sin fin para esta idea.En la intolerancia cultural no acepta costumbre y tradiciones de otras personas, de raza, de otra comunidad, municipio, regin o pas.En este ltimo sentido, la intolerancia resulta ser cualquier actitud irrespetuosa hacia las opiniones o caractersticas diferentes de las propias. En el plano de las ideas, por ejemplo, se caracteriza por la perseverancia en la propia opinin, a pesar de las razones que se puedan esgrimir contra ella. Supone, por tanto, cierta dureza y rigidez en el mantenimiento de las propias ideas o caractersticas, que se tienen como absolutas e inquebrantables.Tiene por consecuencia la discriminacin dirigida hacia grupos o personas (que puede llegar a la segregacin o a la agresin) por el hecho de que stos piensen, acten o simplemente sean de manera diferente. Las mltiples manifestaciones de este fenmeno poseen en comn la elevacin como valor supremo de la propia identidad, ya sea tnica, sexual, ideolgica o religiosa, desde la cual se justifica el ejercicio de la marginacin hacia el otro diferente. El intolerante considera que ser diferentes equivale a no ser iguales en cuanto a derechos.Podramos distinguir tambin una doble vertiente en la intolerancia. Por un lado estaran los grandes casos de persecucin a lo largo de la historia. Pero tambin es un fenmeno sutil que puede identificarse continuamente en cualquier entorno. La intolerancia, pues, tendra una segunda vertiente ms cercana, la cual se halla presente en la vida cotidiana.La intransigencia para con los dems, para con los diferentes escoge distintos objetos. En cualquier caso, siempre supone una diferencia respecto a lo considerado normal o correcto por quienes juzgan. Ac esperan ser resueltos y desarrollados muchos conceptos, empezando por aproximarnos a un metalenguaje en el que cualquier cultura quiera definir los trminos o conceptos.La intransigencia es la diferencia en el prjimo, ya se base sta en caractersticas de gnero, culturales, ideolgicas o religiosas, contra lo que arremete el intolerante. Formas comunes de intolerancia son el racismo, el sexismo, la homofobia, la intolerancia religiosa y la intolerancia poltica.