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  • LA LUCHA DE LA LUZ Y LA SOMBRA

    Metodologa y tecnologa de la investigacin en Sociedad, Cultura y Comunicacin

    Jess Galindo Cceres Grupo de Accin en Cultura de Investigacin

    I. SOCIEDAD, CULTURA Y COMUNICACIN. UN PUNTO DE PARTIDA 1. Por una perspectiva terico-metodolgica. Heurstica, ciencia y comunicacin Observar al mundo contemporneo supone un esfuerzo de visin total de una ambicin soberbia. Tanta informacin sobre una complejidad organizada en variados planos y niveles, multidimensional, polifnica, y ante ella la pretensin de saberlo todo de alguna manera. Esta es una de las puntas del conocimiento sobre lo social, la que pretende estar por encima del mundo para observarlo ms all del tiempo y la historia, del espacio y la geografa, por fuera de la vida, desde un no lugar que una supuesta ciencia permite, el ejercicio de la alteridad mximo y definitivo, el programa de distanciamiento supremo que es coronado con el conocimiento de la globalidad. Mucho talento y energa estn invertidos en este suspiro teolgico de conocer la verdad final y determinante. Y por otra parte el dentro de la vida, la resolucin de lo que la percepcin puede tocar y sentir desde el plano inmediato de la vida cotidiana. Aqu se presenta un proceso distinto al distanciamiento, casi el mimetismo, la bsqueda de la identidad con el entorno y sus aristas que lastiman y pueden ser limadas o evitadas. Otro programa, en el los mundos se multiplican, porque el primero es pequeo y cercano y permite distinguir otros muchos ms all de sus familiares fronteras. Y entre ambos programas una multitud de paradojas y entusiasmos, de deseos y miedos, de aspiraciones y frustracin. Las miradas que observan a los mundos contemporneos son muy diversas, las formas que las agrupan son parte del ejercicio de la mirada que mira a las miradas. En este escenario las apuestas tambin son variadas y urgentes. Un ramillete de opciones aparece ante el observador en bsqueda de alternativas de atencin. Este tipo de observacin de segundo orden es el campo estricto de la reflexin metodolgica. Y desde ah opera el vuelo hacia un tercero o cuarto orden, la mirada que mira a la mirada que mira a la mirada que mira, y un aterrizaje en el primer orden, la pregunta por la mirada directa y sus condiciones de operacin. Hoy en da el campo est abierto, las alternativas reflexivas sobre la observacin se configuran y reconfiguran, la labor constructiva sobre la mente que elabora mundos es el corazn de la accin terico-metodolgica. Y entonces, hoy como nunca antes, la intencin que indaga se acecha a s misma en forma permanente, creando, imaginando, ajustando, aprendiendo, volviendo a empezar. Pensar la metodologa hoy es ms complejo y profundo que antes, ms diverso, intenso, esttico, ldico.

  • Los caminos para indagar dependen de la intencin particular del sujeto de la accin, y del contexto de referencia en que ese sujeto se inscribe consciente o inconscientemente, voluntaria o involuntariamente. As algunos caminos se configuran en un acuerdo denominado ciencia, otros en uno llamado arte, religin, magia, o algn otro. Cada acuerdo tiene sus reglas del juego, su forma bsica de accin y variantes cercanas y lejanas, estilos, ortodoxias y heterodoxias, comportamientos subordinados a las normas, y comportamientos de ruptura o hereja. Como sea el caso, todos ellos suponen un principio de autoridad, una cierta ley, y un mbito de intersubjetividad y de puesta en escena de las normas y valores. Difcil de pronto asumir una postura ante el campo metodolgico de la investigacin de lo social sin el riesgo de un cierre excesivo de reflexividad. De hecho eso es lo que sucede en cualquier accin concreta de indagacin. Es regla que la accin es un cierre momentneo de informacin y reflexividad que de inmediato puede abrir o cerrar posibilidades segn el tipo de operacin efectuada. Para configurar esta situacin la relacin entre ciencia y heurstica es una gran ayuda. La ciencia aparece en este dueto con el papel del cierre, la imagen que el positivismo le ha ayudado a construir. Su puesta en escena es muy formal y requiere ser observable en todo momento, para ser refutada y replicada. Este ejercicio es muy importante, permite que la reflexividad componga operaciones de alteridad observable, el que indaga necesita darse cuenta de lo que est haciendo todo el tiempo, lo logre o no. Esta configuracin conforma un edificio de nociones y operaciones visibles a los ojos del investigador y de cualquier otro. De ah que todo curso de accin reflexivo sea ajustable, mejorable, explicitable. El mtodo es el camino general de este movimiento, y las tcnicas son las operaciones concretas en cada paso. La teora sera la proveedora de las metforas que permiten conducir al camino y poner en forma la informacin obtenida tcnicamente. La heurstica es abierta, busca indagar de un modo ms libre. En cierto sentido es la base de la ciencia y su continuacin. Es menos evidente en todas sus operaciones, respeta a la intuicin. Supone un ejercicio de creatividad semejante al arte. Es la que ensaya los nuevos caminos. Es una exploradora constante. Ciencia y heurstica se necesitan, una ms jurdica, otra ms artstica, y ambas enlazadas en la interaccin entre indagadores y procesos, entre intenciones y resultados, entre descubrimientos y catlogos, inmiscuidas en la trama y la urdimbre de la comunicacin. 2. Exploracin del espacio conceptual y el rbol de bsqueda. La investigacin como proceso creativo El reto bsico en la investigacin es la creatividad, la capacidad de configurar posibilidades a partir de posibilidades. El pensamiento metodolgico y tecnolgico tradicionales tienen ms funciones de administracin y control que de movimiento y desarrollo de trayectorias. Bajo la forma conservadora de la investigacin, el mundo aparece como nico y percibible en aproximaciones sucesivas que acercan a su conocimiento total y definitivo. El orden preexiste al acto perceptivo y la ciencia lo que hace es slo descubrirlo, explicitarlo. Todo est configurado en forma fija y

  • estable con ciertas variantes que pueden ser previsibles bajo estrictas condiciones de manipulacin e intervencin en las causas descubiertas. El punto es que no importa en sentido estricto que el asunto sea as o no, lo importante son las consecuencias de esta visin. Si lo que aparece es percibido como esttico, ser esttico en las operaciones y sentidos que se le atribuyan y con los cuales sea concebido. La perspectiva perceptual configura una estructura cognitiva que construye lo observado segn sus parmetros de observacin. De la misma forma, una perspectiva distinta tambin opera sobre la percepcin y la accin en forma consistente. Dime cmo est configurada tu percepcin y te dir cmo actas y observas. El peligro de la forma conservadora de la investigacin es que inhibe a la percepcin de su potencial configurador creativo. Y de este modo lo alterno no slo no aparece sino que es impertinente a la imaginacin. Todo el referente perceptual se estabiliza en patrones de memoria que fijan y reproducen formas de relacin mente-mundo. En el caso de las ciencias sociales el efecto es tremendo, la tendencia es a mantener ciertos patrones de configuracin y a empobrecer el cambio. La investigacin es un proceso de creatividad reflexivo. Es decir, al investigar acontece lo mismo que en el arte o cualquier otra actividad creadora, pero con una diferencia sustantiva, el autor creador se observa con atencin durante el movimiento de su intencin a travs del espacio conceptual e imaginario durante la accin indagadora. El investigador es un creador altamente reflexivo, un observador que nunca pierde detalle de lo que le sucede a su interior y de lo que acontece en su exterior. La creatividad consiste en pocas palabras, y segn una imagen configurada en la indagacin sobre el tema de la ciencia de la inteligencia artificial, en la exploracin de un espacio conceptual a travs de cierto rbol de bsqueda. El espacio conceptual es el mbito de las imgenes y conceptos de la cultura que configuran la ecologa de informacin y comunicacin del sujeto explorador. El investigador social explora en diversos mbitos del espacio conceptual posible, lo hace desde el mundo semicerrado del campo acadmico-cientfico, y se mueve hacia la percepcin y construccin congnitiva de mundos sociales construidos por diversos actores y mbitos colectivos. En este sentido aunque su punto de partida es el reconocimiento de los mundos percibidos como vividos, no slo construye hiptesis o metforas lingsticas y discursivas de la estructuracin de la diversidad y la complejidad, sino que tambin interviene en la configuracin misma de los mundos as construidos, a partir de las interacciones posibles que pueden concurrir en su relacin con la reflexividad y los procesos creativos de configuracin de lo social de los actores que observa y con los cuales se comunica. Investigar no slo es conocer desde cierta perspectiva, tambin es hacer en el sentido de las posibilidades que abre el proceso de observacin reflexiva que tanto el investigador como los otros actores sociales promueven en su accin creadora. La investigacin social es creativa en varios sentidos. Bsicamente en dos. El investigador explora al mundo social en los mltiples fondos de significado y configuracin que lo conforman, y con ello sintetiza imgenes y conceptos sobre lo social que permiten nuevos efectos perceptuales. Y adems, y sobre todo, tiene la opcin de interactuar con los actores sociales y sus procesos de exploracin, interaccin que permite promover actos de creacin colectivos en la puesta en escena de la comunicacin. Ser la situacin social indagadora la que impulse los

  • procesos creativos grupales y ms all, ser la cultura el espacio conceptual explorado mediante cierto rbol de bsqueda que puede constituirse por la metodologa y la tecnologa de la investigacin social, y ser la ecologa de las relaciones y percepciones percibidas mutuamente en la comunicacin posible, la que permita el movimiento creador. La metodologa y la tecnologa de la investigacin social aparecen en el curso apuntado como partes importantes del rbol de bsqueda. La versatilidad de dicho rbol es clave en todo el asunto. Con paquetes tcnicos pobres y pobremente manejados la exploracin es mnima y la creacin inexistente. Con la metodologa pasa igual. Promover ambas se convierte en una prioridad urgente para la vida social. Acercarlas a los rboles de bsqueda del sentido comn es un reto. Configurarlas de manera tal que incrementen posibilidades en accin y comunicacin al tiempo que en imaginacin y reflexin, es el sentido mismo de la ciencia social reflexiva. La creacin no es una parte ms del oficio de investigar en sociedad, es su sentido central. La vida en sociedad supone y requiere otros elementos de control, pero slo sobrevive cuando cambia, slo cambia cuando se crea a s misma, la ciencia social aparece para promover ese acto creador. 3. Los niveles y dimensiones de percepcin de los social-humano. La sociedad, la cultura y la ecologa. La comunicacin. La metodologa siempre supone una teora, un gua de imgenes y deseos de sentido que ponen en forma a la informacin configurada en la tecnologa de paquetes tcnicos. La propuesta que aqu se presente de relaciones entre estos componentes del proceso de investigacin social, tambin requiere un apunte terico que vincule los juicios del orden del mtodo y la tcnica con imgenes del campo perceptivo sobre lo social. El punto ahora es presentar los rasgos generales de una apuesta terico-metodolgica que permite ordenar los diversos paquetes tcnicos. Ese orden se corresponde con una mirada que se descompone en tres dimensiones de organizacin de la informacin sobre lo social, lo que corresponde a la sociedad, a la cultura y a la ecologa. Cada dimensin se ordena en niveles de complejidad, los cuales son tiles para ubicar objetos particulares de observacin y configuracin reflexiva. La dimensin de la sociedad se refiere a lo ms evidente de la composicin, lo que aparece a la mirada del observador que inicia una indagacin. Es el plano de la observacin de lo que se ordena segn el objeto cognitivo exploracin y-o descripcin. La dimensin de la cultura es lo que se encuentra ms all de lo evidente, la estructura que configura en poco a la diversidad y heterogeneidad de lo social. La dimensin de la ecologa es lo ms amplio de toda la observacin reflexiva, lo que permite relacionar lo social-cultural con lo no social ni cultural, lo que marca los mbitos generales de configuracin de la escena humana, lo que marca los lmites de lo humano y lo no humano. Las tres dimensiones se componen de niveles de abstraccin y de complejidad en la configuracin y la trayectoria. La dimensin de la sociedad supone la extensin fenomenolgica, una superficie de informacin que se corresponde en forma isomrfica con el plano de referencia en observacin. Por tal motivo supone una metodologa que permita desplazarse a la observacin en el tiempo y el espacio sociales con la mayor velocidad, como en el caso de la encuesta estadstica, o con la mayor precisin y detalle, como en el caso de la etnografa. La imagen es la siguiente, un investigador inicia su observacin

  • desde un lugar y un tiempo, requiere moverse fsicamente para observar y registrar por s mismo el espacio-tiempo sociales, o necesita medios instrumentales que le permitan obtener observaciones semejantes con la misma eficiencia. O requiere conocer lo que sucede simultneamente, lo cual le es imposible mediante sus propios ojos sin ningn medio tcnico extra. Esta dimensin fenomenolgica es la que se cubre con los paquetes tcnicos de superficie. El investigador no slo requiere conocer lo que pasa, aunque ese es siempre su punto de partida. Inmediatamente que obtiene un registro en superficie inicia la organizacin de informacin que le va a permitir hacer conjeturas sobre por qu aparece as y no as lo registrado. Esta es la dimensin en la cultura. El supuesto es que hay formas en un nivel de patrn que cubren una extensin de fenmenos que permite separar lo estructural de lo estrictamente fenomnico. El investigador busca entender lo que sustenta lo que aparece, lo que organiza y compone lo diverso y nico en ciertas formas generales. Esto implica paquetes tcnicos que ordenan a la informacin fenomnica de forma tal que se jerarquiza e inducen imgenes de orden. La ciberntica de segundo orden propone que en el primer nivel de complejidad, el que corresponde a la sociedad, tenemos relaciones de contigidad, bsicas, de presencia. En el segundo nivel configuramos relacin de relaciones, algo as como un rbol que d las ramas fundamentales y d sostn estructural. Hay un tercer nivel, es lo contrario al primero, no es superficial, no es fenomenolgico evidente, no se configura en extensin. El tercer nivel llega al tronco del rbol, identifica el centro organizador de lo diverso, y adems lo relaciona con otros rboles y el contexto del bosque y la regin, hasta llegar al posible cosmos as configurado. Esta es la dimensin de la ecologa, la ms ambiciosa y hermosa del plan, la que permite configurar redes de relacin de relaciones. La complejidad es enorme, incluso mayor en nmero que la extensin uniforme y finita del primer nivel. Esta dimensin supone paquetes tcnicos de una gran sofisticacin, por las relaciones mltiples y simultneas que proponen para mirar la diversidad organizada. Algo as como la teora del caos. En ciencias sociales tenemos el primero y segundo nivel con cierta claridad, el tercero es an un nivel posible. Esto es tanto aparece un observador que se exterioriza a lo que acontece y observa a la distancia y concluye en hiptesis. En cuanto el observador se mueve en el interior de la trama social la situacin es otra y aparece el tercer nivel en toda su magnitud. Es la trama misma de las observaciones interactuando la que configura la ecologa social. Una ecologa baja en observacin reflexiva o en interaccin perceptual se configura mejor desde afuera, el caso contrario impide su manipulacin desde el exterior y slo el movimiento social mismo produce el proceso de tercer nivel. Como podr observarse aqu aparecen dos puntos de vista no del todo reconciliables, uno apunta hacia la divisin social entre los que reflexionan y los que no, el otro promueve la reflexin particular y general de todos los integrantes de la ecologa social. II. CULTURA DE INVESTIGACIN. POR QU Y PARA QU INVESTIGAR

  • 4. De la sociedad de informacin a la sociedad de comunicacin. La sociedad cerrada que se abre. La investigacin depende del tipo de sociedad donde se realiza, de la cultura y de la ecologa especficas. Decir algo as no tiene gran problema, el punto de desplegar la argumentacin sobre esas dimensiones en relacin a la actividad reflexiva de segundo nivel. No ser lo mismo vivir la experiencia reflexiva en un medio que no promueve las preguntas, que incluso las inhibe o reprime, a vivir en una ecologa donde la vivencia esttica es el corazn de las relaciones humanas, donde abrir la percepcin y enriquecer la conciencia son actividades centrales e indispensables. El punto puede expresarse en el orden de prioridades, la coartada es que nunca habr tiempo para lo secundario, y que lo primario siempre ser ms importante. Tambin puede expresarse en relacin a determinismos fatales ante los cuales nada se puede ni debe intentar. El asunto es que todo queda en el mbito de lo relativo cuando se mira la diversidad humana en lo social, lo cultural y lo ecolgico, y aparece la imagen de lo posible como horizonte de lo realizable. No hay forma humana definitiva, todo puede cambiar, cualquier forma puede ser modificada a voluntad. De acuerdo a la tipologa social en cuatro tipos, comunidad de informacin, sociedad de informacin, sociedad de comunicacin y comunidad de comunicacin, la sociedad mexicana como parte de un movimiento global transita del segundo al tercero en forma compleja y particular. Es importante caracterizar en breve este proceso para ubicar a la investigacin en su devenir. As pues, un marco sociohistrico viene bien. La sociedad de informacin es la forma cerrada de lo social. Se configura en el agrupamiento de conglomerados humanos en lugares acotados y ordenados, las ciudades, jerarquizados y controlados por lo ms alto de la jerarqua. Sociedades con centro que gobierna la periferia, donde los pocos toman decisiones por los muchos. Forma social donde las mayoras delegan autoridad en una minora. Forma social que cruza casi la totalidad de la historia humana en teocracias, monarquas, imperios, dictaduras, y casi todas las macro formas de organizacin colectiva, incluyendo las democracias occidentales actuales. La sociedad de informacin tiene una caracterstica clave, unos manejan la informacin sobre el todo, son los nicos que pueden actuar sobre el todo, y por tanto necesitan medios que les aseguren el control, el principal es la informacin sobre una masa previsible y manipulable. Las sociedades contemporneas son de este tipo, durante el siglo veinte se han desarrollado tecnologas y saberes diversos que promueven el que esa parte que decide tenga la mayor y mejor informacin para decidir y actuar segn sus intereses. En tanto, las mayoras consumen y obedecen, cumplen el guin dictado por sus elites conductoras. Las formas de este tipo social no estn agotadas, el futuro tiene un lugar an para la sociedad de informacin. El punto es que la investigacin social emerge en el momento en que mayor necesidad hay de un control rpido y eficaz de una masa que siendo homognea desde cierto punto de vista, en general, tienen diversos grados de heterogeneidad. El mercado es el gran nicho ecolgico de este nuevo escenario. La investigacin es indispensable para que unos sepan de todos, y esos todos puedan ser dirigidos en

  • sus comportamientos por esos unos. Esa es la forma general del lugar de la investigacin en nuestro medio. Frente al escenario anterior aparece el proyecto de la modernidad occidental, la sociedad de comunicacin, la sociedad abierta, la compuesta por ciudadanos libres y participativos, la de individuos crticos y reflexivos. La paradoja es que entonces nace la ciencia social pero no para promover la sociedad de comunicacin solamente, sino para ser instrumentada para la sociedad de informacin. La democracia es la cualidad central de este tipo social, para su movimiento requiere del dilogo de los iguales, del acuerdo entre los distintos pero tolerantes para un gobierno ms horizontal. El asunto lleva poco ms de dos siglos y an batalla por abrirse paso en la forma dominante. La sociedad de comunicacin supone un manejo de informacin distinto, pone nfasis en la relacin ms que en el contenido. No importa tanto lo que sabemos de los otros y lo que podemos hacer sobre los dems con ese saber, lo importante es el acuerdo de dilogo y concertacin con los dems sobre lo que a todos compete, poniendo en juego todo el saber posible para un mejor dilogo y una mayor decisin concertada y ejecutada. La investigacin en este tipo social se separa del anterior sustantivamente, ya no es el control y la dominacin lo importante, es el autocontrol y la comunicacin lo bsico. Una investigacin social donde las formas del dilogo, del escuchar, sean el centro del trabajo reflexivo an es escasa, casi inexistente, pero existen iniciativas emergentes en ese sentido. La situacin actual en Mxico es consistente con los dos escenarios presentados, la sociedad de informacin es la dominante, la de comunicacin es emergente. La investigacin toma algn lugar en esta bifurcacin, por una parte mantener la situacin ecolgica general, por otra parte promover la democracia y la reflexividad como formas elementales de convivencia. 5. De la cultura de informacin a la cultura de comunicacin. Dominacin frente a comunicacin y democracia. Los grandes tipos sociales configuran los marcos ecolgicos generales de la vida social y cotidiana. Para llegar a la observacin de las situaciones particulares que la conforman se requiere de otra mediacin perceptual que permita identificar las estructuras que ponen en forma las energas que llevan a constituir una u otra forma general ecolgica. Esa mediacin se configura en las imgenes de cultura de informacin y cultura de comunicacin. La cultura de informacin representa las tendencias en el comportamiento a la bsqueda, manejo y distincin de la informacin pertinente para la accin. Todo actor social requiere de cierta cultura de informacin para relacionarse con los dems, para vivir en sociedad. Esta cultura ser la adecuada cuando el ajuste situacional entre la accin y el objeto de la accin se verifiquen con consistencia. Para comer se requiere cierta informacin, si la gente cumple con el objetivo es que tuvo la informacin pertinente a tiempo. En general nuestra cultura de informacin es la suficiente para sobrevivir y sobrellevar el curso de vida en el cual nos movemos. El punto es que dicho curso puede ser reconocido si aparece cierta

  • informacin, o si el sujeto la busca. Las situaciones cambian si la informacin sobre ellas se configuran en forma distinta. Por otra parte la cultura de informacin adquiere su verdadera profundidad cuando se la observa en sectores sociales distintos y en forma comparativa. Ah se perciben diferencias que estn lejos de ser casuales o circunstanciales, ms bien son consistentes con la ecologa social general. As unos sectores manejan slo cierto tipo de informacin sobre ciertos mbitos de la organizacin social, y otros tienen un espectro ms amplio. Esto permite que unos puedan percibir y decidir ms all de lo evidente, y otros no. Su cultura de informacin es distinta, su configuracin y complejidad es diferente, el efecto de sus saberes sobre la vida social es desproporcionado. La investigacin social forma parte de las formas de la cultura de informacin. El saber sobre lo social se distribuye entre la poblacin de manera disimtrica, a algunos les llega ms informacin y a otros menos, y por otra parte unos buscan y necesitan ms informacin que otros. La situacin no es objeto de accin de la investigacin tradicional, pero la investigacin reflexiva de segundo orden intenta promover en los actores sociales una mayor cultura de informacin, una ms intensa, superior, y sobre todo una mejor distribucin de los saberes estratgicos. El derecho a la informacin es parte de la investigacin reflexiva, no es asunto pertinente en la investigacin tradicional. El asunto se pone ms interesante con la cultura de comunicacin. La sociedad de informacin tiene una muy baja cultura de comunicacin, le interesa ms el flujo de datos en ciertas direcciones que constituir formas sociales de encuentro y dilogo. La razn es simple, una organizacin con trazos verticales no incluye a los horizontales ms que en un orden secundario y subordinado, como en el caso de las democracias actuales. En la sociedad de comunicacin se invierte el orden de subordinacin prioritaria y primaria, la informacin depende de la comunicacin. La informacin sigue teniendo una importancia clave, pero es estructuralmente ms relevante lo que hacen con ella en interaccin dialgica los actores. Es decir el flujo de informacin no se mueve en una direccin predominante, se reconstituye en cada nodo interactivo. Esto supone una organizacin ms compleja, as como un gasto de energa ms alto en la interaccin. Esto conlleva ciertos elementos de transformacin en la vida social toda y sus valores y objetos prioritarios. La investigacin social se modifica sustancialmente con el aumento en la cultura de comunicacin, y en trnsito a una sociedad de comunicacin. Indagar sigue siendo un oficio relevante, pero su ubicacin en la organizacin no est slo cerca del centro de control, se distribuye en el todo social que ahora tiende a multiplicar los centros de autocontrol, y a necesitar ms los nodos interactivos para llegar a acuerdos o slo para participar colectivamente de la reflexividad de cada lugar que se autoorganiza. La configuracin de la observacin reflexiva se torna horizontal y con ello las reglas del juego cambian drsticamente. En Mxico la cultura de informacin es baja, slo se tiene la necesaria para irla llevando, el patrn de bsqueda o de exploracin es casi inexistente como norma

  • general. En contraste ciertos sectores minoritarios aprenden con cierto desorden a manejar ms y mejor informacin. Sin embargo incluso estos sectores desperdician energa e informacin y toman decisiones sin informacin suficiente y adecuada. El panorama en la investigacin es pattico, slo unos pocos lugares la emplean para potenciarse como tomadores de decisiones. La imagen general es la de una sociedad dependiente e inmovilizada. En el caso de la cultura de informacin el asunto es peor. Hay un dictador en potencia en cada individuo, un pequeo tirano en cada lugar de autoridad. El dilogo es una ausencia constante. Y an as, hay un movimiento que busca redes horizontales de relacin y organizacin. Este movimiento inicia la cultura de investigacin como una actividad colectiva, reflexiva y dialgica. 6. De la cultura de investigacin Este es un nuevo punto de partida, la pregunta por la situacin de la cultura de investigacin contempornea, en particular en el medio mexicano. La escena es casi de risa. Por una parte las vidas particulares de millones de personas navegan sin ningn vnculo con la formalidad acadmica, y con una creciente dependencia de los resultados de la investigacin fuera de nuestras fronteras, se observa sobre todo en la tecnologa de uso domstico. Este es el grado cero de la situacin, pero hay ms. Una segunda escena la componen los investigadores acadmicos del pas, aislados casi por completo del movimiento social en cualquiera de sus manifestaciones, produciendo para una institucionalidad que les cambia sus esfuerzos por premios, algunos reconocimientos y una mnima garanta de carrera profesional dentro de unas reglas del juego que tienden a formalizarse para hacer ms seria la cosa en un sentido oficial. Una tercera escena puede ser la compuesta por los ejecutivos de investigacin de las compaas especializadas en el sector privado, y sus pares dentro de la carrera burocrtico-poltica en el llamado sector pblico. Ah se hace lo que mandan los jefes, para obtener alguna ganancia econmica o poltica, el investigador cumple con cumplir las rdenes que se le ordenan. Existen otras escenas y ms cuadros que cruzan actores, guionistas y directores dramticos. Un comentario posible resultante sera lo contenido en calificativos como dependencia, control, indiferencia. La cultura de investigacin es una forma social subordinada a otros rdenes de configuracin social, una forma secundaria que no aparece til, que no se entiende, que no tiene valor pragmtico evidente. Y que se manipula a cada paso, se ignora o simplemente permanece aislada. El aspecto ms interior de la cultura de investigacin tambin es preocupante. Si por una parte la investigacin conforma una pequea aldea en el universo social, con relaciones de alta subordinacin, discriminacin y falta de comprensin, por otra parte lo que sucede dentro de la aldea est sobredeterminado por las condiciones exteriores. Siempre con excepciones, y con una apariencia de trabajo ordenado y sistemtico, lo que sucede en la investigacin acadmica y en la otra se parece mucho ms a un proceso slo administrativo y de movilidad burocrtica que a un ejercicio creativo de exploracin y sensibilidad esttica.

  • El punto culminante de esta pequea resea toma tierra con la parte medular del proceso investigativo, la metodologa y la tecnologa. Para empezar todo lo que sucede en el pas se mueve bajo los parmetros y normas de control de calidad de una legislacin exterior. Las miradas siempre se dirigen hacia afuera cuando de mtodo y tcnica se tiene que hablar. Y por otra parte el ensayo de estos medios es siempre slo una mnima parte de lo que podra ser. La exploracin metodolgica y tecnolgica es mnima, se tiende a operar con lo mismo, de la misma manera, y cuando ms abierto aparenta ser el ejercicio forma parte de una moda, de algo que no se profundiza y ser abandonado al poco tiempo. En esta dimensin la cultura de investigacin muestra su rostro ms descarnado, si en lo propio, su mundo interior, su espacio cultural especfico, no hay apertura ni exploracin, qu se puede esperar de la investigacin en su convocatoria hacia el resto de la sociedad en el sentido de la creatividad y la promocin de una cultura de informacin y de comunicacin ms intensas. La investigacin se separa de la poltica, la investigacin social con mayor razn, pero la poltica interna, la elemental, la de lo cotidiano del investigador, esa es la menos reflexionada, la menos observada, la ms ciega, la ms inmovilizadora y corrupta. Hay una dimensin ms an de singular configuracin, la que se refiere a la perspectiva general sobre el investigar y sus fundamentos y proyecciones. El siglo diecinueve fue muy rico en propuestas y polmicas en este sentido, siempre europeo, participando de la hegemona mundial del sistema de vida social europeo. El don ms reconocido de ese siglo hacia finales del presente es la acuacin positiva de la nocin de ciencia. Esa forma del conocimiento que sustituira al dogma religioso, segn declara la leyenda, y que permitira dar su lugar al proyecto de humanidad que promovi el espritu romntico hasta el desastre de las dos guerras mundiales del siglo veinte, segn contina diciendo la leyenda. Pero este sentido de ciencia basado en la verdad, en la objetividad, en la pureza de la intencin indagadora, se evapor en el trnsito del antiguo rgimen al mundo de la postguerra. Desde la filosofa, el pensamiento reflexivo de la fsica y las matemticas, todo cambi, el observador constituye la calidad de lo observado, le confiere existencia, slo la crtica y la imaginacin pueden hacer consistente el oficio de la ciencia. La verdad no existe, slo existe la percepcin y sus juegos cognitivos, la objetividad es slo un momento de la reflexividad que es un movimiento constante de la observacin, en el mundo social los objetos de observacin no son mudos, tambin reflexionan y hablan, el dominio de la ciencia positiva se transforma en la interaccin democrtica de la comunicacin. El tiempo pas, el mundo cambi, la ciencia es otra. Y el panorama actual es de una riqueza impresionante, la libertad vuelve a tener un lugar, pero no es una obligacin social, es una condicin del juego, de la crtica, de la creacin, de la imaginacin, del dilogo, del crecimiento de la mente ecolgica en cada uno de sus componentes holonmicos. La cultura de investigacin es de todos o es una fachada sospechosa. III. TECNOLOGA, METODOLOGA Y EPISTEMOLOGA 7. Los niveles de relacin entre sujeto de conocimiento e interaccin

  • Aqu la pregunta es casi pedaggica, quin conoce y qu sucede entonces. Tambin es un punto de partida cartesiano, el que se da cuenta que conoce se interroga sobre lo sucedido. Pero no es slo eso, el proceso de conocimiento va ms all, desborda pronto el continente del individuo e interconecta redes, formas plasmticas de percepcin y entendimiento. No hay interior sin exterior, no hay exterior sin interior, las preguntas necesitan ser ms audaces, el conocimiento no es slo la relacin de interiorizacin de un objeto por un sujeto, las categoras ahora son otras, la resonancia mrfica, la comunidad hologrfica, el nuevo pensamiento pretende ver ms all de lo evidente con imaginacin y valenta. La historia de la ciencia y la filosofa de la ciencia estn en una revolucin desde la emergencia de la perspectiva cognitiva y las formas crticas de la ciberntica de segundo orden. Nada volver a ser lo mismo, todo el pensamiento est en revisin, lo que se vea como lugar comn hace una o dos dcadas tiene nuevas facetas y percepciones posibles. El futuro vuelve a existir como una forma de la creacin, el pasado tambin, tienen el mismo status. El sentido puede ser configurado de diversas formas sin el ahogo de la incertidumbre o la confusin. No ms verdad, slo posibilidades, desde la teora y el mundo prctico. Un movimiento tal afecta a la reflexin metodolgica y tecnolgica de la investigacin en forma intensa y devastadora, aunque no al mismo tiempo y en impactos semejantes a todas las reas. En el caso de la investigacin social el fenmeno podra decirse que recin inicia, aunque est configurado desde el inicio del pensamiento sociolgico en aquellos tiempos decimonnicos del enfrentamiento de la sociologa y el socialismo. Hay formas que tardan mucho tiempo en adquirir su evidente profundidad, quizs un siglo sea an poco tiempo para lo que viene, y lo paradjico es que el programa estaba bosquejado desde casi el principio. En el principio fue el positivismo con su certidumbre de que el mundo puede ser conocido, que es nico como nico es el conocimiento sobre l. Las ciencias naturales avanzaron con velocidad en la mostracin pragmtica de que la configuracin de la naturaleza posea regularidades que eran pertinentes de ser explicitadas. Ese fue el modelo, las ciencias sociales tambin se dedicaron a ensayar proposiciones de leyes generales sobre el comportamiento social. El esquema supona una separacin tajante entre el observador y lo observado, requera de esa distancia para afirmar que un sujeto estaba conociendo a un objeto, y que el nico que tena cualidades de reconfiguracin reflexivas era el sujeto. En el caso de las ciencias fsicas y naturales la imagen tuvo cierta utilidad, la superioridad de lo humano estaba fuera de toda duda, pero en el caso de lo social la propuesta estuvo envuelta en la polmica desde el principio. Si bien a cierta mentalidad le vena justo el observar a lo social como un mundo objeto que se diseccionaba con pulcritud y sistema, a otras mentalidades les pareci inconveniente, los actores sociales tambin significan, hablan, son reflexivos, no caben en la misma categora del afn clasificador sobre rocas y pjaros. En este conflicto de visiones se configura lo que hoy conocemos como el pensamiento hermenetico, el que interpreta, el que se mueve en significados no en datos, el abierto en forma permanente frente al cerrado positivo. Pero haba ms.

  • Este aparentemente irreconciliable enfrentamiento tena en comn un elemento, al sujeto de conocimiento. Se parta de la experiencia directa y obvia de la vivencia individual del conocimiento. Tanto los positivistas como los humanistas hermeneticos ubicaban la sede del conocimiento en la mente individual, la diferencia era que unos concedan mayor subjetividad a los actores sociales que los otros. De cualquier manera el camino al reconocimiento de la reflexividad como cualidad humana y social generalizada y promovible estaba abierto. Sera hasta la emergencia del pensamiento ciberntico cuando parte de la discusin se aclara en un tercer escenario, o segundo, segn se vea. Los actores sociales pueden ser observados como objetos-cosas, y de ella obtener cierto resultado que permite actuar sobre ellos considerndoles como objetos-cosas manipulables, y tener xito en la empresa. Tambin pueden ser observados como subjetividades que toman decisiones y tienen capacidad de reflexionar sobre su situacin, lo que los configura como seres ms libres y autnomos de la voluntad de dominacin. Esto convierte al pensamiento social en un juego de ajedrez donde se trata de prever el movimiento reflexivo del otro. Pero sucede que tanto el aparente observador solitario como los observados reflexivos, pueden observarse observando, y pueden comunicarse en dicha situacin reflexiva de segundo orden. Esto mueve a las ciencias sociales hacia otra parte, integrando las fases anteriores como de menor complejidad, y proyectndose hacia una configuracin de redes de interaccin que se hacen y rehacen segn los efectos en la accin de los contactos comunicativos reflexivos. En este plano no hay dominacin absoluta posible, lo que se abre es el horizonte de la autopoiesis social, una sociedad reflexiva que se autoorganiza sin centro ni control absoluto. 8. La teora, la metodologa y la accin tcnica concreta en investigacin. La bsqueda del sentido reflexivo organizado. La configuracin sobre la investigacin social que abre la ciberntica de segundo orden compromete a un ejercicio ms atento del proceso y las operaciones concretas, al tiempo que exige un esfuerzo extra de visin ms all del proceso y las acciones particulares. En este nuevo nicho las relaciones entre teora, metodologa y operacin tcnica se reconfiguran con mayor claridad. Esto sucede porque el ejercicio reflexivo es ms intenso, y se requiere de la autoobservacin constante. Lo que pasa con todo esto es que cada proceso concreto es nico, alimentado por las experiencias previas, y alimentador de las futuras. Es decir, estamos ante una forma de trabajo que se autoorganiza en la interaccin entre la prctica y la previsin terico-metodolgica, adems de la relacin con los otros. La investigacin toma as la forma de un proceso en movimiento constante, en cierto sentido hay un principio, pero despus slo aparece el movimiento y sus resultados parciales. El investigador es un viajero de la creacin y la exploracin, cambia a cada paso, aprende, se modifica a s mismo por la autoobservacin reflexiva, no repite una operacin de la misma manera, es parte de la propia trayectoria autoorganizadora de lo social. La interaccin de l con l mismo y de l con los dems, lo agrega al movimiento social, la investigacin social pasa a formar parte del movimiento social mismo en su proceso de autoorganizacin.

  • An as, todo tiene un principio, un punto de partida. Para este caso es necesaria una imagen de un esquema de propaganda los elementos bsicos de la configuracin dinmica mostrada. Estos elementos son las imgenes parciales de tecnologa, la metodologa y la epistemologa de la investigacin social. La tecnologa configura los paquetes tcnicos con los cuales el investigador opera en la relacin de su mente con el mundo explorado y construido. Estas operaciones pueden ser de diversos tipos, su oferta es variada y an espera un ejercicio de orden y catalogacin analtico-reflexiva. Este catlogo sera slo un punto de inicio, pues de inmediato aparece la labor concreta de investigacin que combina y ajusta la oferta a las necesidades de indagacin. Sea el caso que sea, por tecnologa estamos entendiendo lo ms concreto de la operacin de investigacin, el cmo de la accin indagadora. En la tecnologa se incluye todo tipo de operacin, desde la ms elemental hasta la ms sofisticada. Para darnos una idea de lo que se trata imaginemos la descripcin detallada de todo acontecimiento relacionado con la tarea de investigar todo acontecimiento. En algo as como una etnografa de la investigacin aparecera una enorme cantidad de acciones concretas de distintos investigadores. El segundo paso sera ordenar en paquetes lo que en cada caso se oper. El procedimiento seguira en esa lnea hasta obtener formas estables construidas a posteriori sobre cmo trabajan la investigacin un grupo o comunidad de investigadores. En el a priori posterior, un aprendiz de investigacin tendra ante s esas formas de un men para escoger y configurar el propio y adecuado al proyecto que se quisiera iniciar. La tecnologa de investigacin est asociada entonces a la accin, y por tanto es la investigacin en s, nada de especulaciones o deseos, nada de supuestos y propuestas, slo la accin concreta. Y como podrn imaginarse los lectores hay una gran distancia en ocasiones entre lo que se supone pretende el investigador y lo que concretamente hace. De ah que las decisiones sobre la accin sean las bsicas, ah se cocina todo, ah se verifica, no hay coartada ni disculpa, slo accin. El asunto de la metodologa es de un orden lgico diferente, responde a la pregunta de por qu se hacen las cosas as y no de otra manera. Se entiende que aqu se configura la gua de operaciones, muchas de las cuales pueden intercambiarse sin modificar sustantivamente el resultado, tal vez slo un poco. El punto es que aqu es donde opera el estratega, el visionario de la investigacin a corto plazo, por el tiempo que dura un proyecto particular. La metodologa decide el camino general donde las operaciones concretas representan los pasos particulares. Cuando los pasos se van agrupando en sendas parciales hay un punto donde se integran con la estrategia general; la decisin sobre los paquetes tcnicos es la base de la accin estratgica, existen decisiones por encima de ella, y decisiones hacia el interior de los paquetes. Todo este juego de decisiones puede denominarse como metodolgico pues est en referencia a la totalidad del camino por recorrer aunque se refiera a una parte de l. La epistemologa se ordena en una dimensin superior a la metodologa pero ntimamente relacionada con ella y con la tecnologa. Ah se define el para qu y para quin se hace lo que se hace. En este punto la investigacin se mueve de su foco lgico interior y desplaza su atencin hacia el mundo social donde acta. Para

  • muchos este punto es irrelevante, asunto de la poltica, fuera del oficio elemental de investigacin. Como sea que fuere est ah y afecta asumindolo o no. Es importante percibir en forma integrada las tres dimensiones, la operacin concreta no est separada de la lgica estratgica general, ni de la interaccin que promueve con el mundo social. Es ms, la nueva investigacin social supone la relacin de los tres configuradores cuando define a la interaccin social reflexiva como el escenario y el objeto de la accin de investigacin. 9. Los paquetes tcnicos. Operacin concreta y mundo asociado y suturado perceptualmente por ella. Todo parte de la accin y se ve afectado por ella. La decisin sobre la seleccin de los paquetes tcnicos pertinentes para una investigacin determinan la configuracin de todo el proceso. Y siendo esta una operacin del orden metodolgico supone un conocimiento de los caminos posibles a seguir ante un asunto por explorar. Este conocimiento implica una mnima experiencia con el caminar por distintos caminos, una vivencia de lo que sucede cuando se transita por una senda o por otra. Esta es una condicin que muy pocas veces se cumple, la tendencia ms bien es la de caminar una y otra vez por el mismo camino ignorando opciones, e incluso renegando de ellas a pesar de la ignorancia. La tesis aqu es que es bsico conocer rutas ya exploradas, ensayar su vivencia, y actuar en todo momento en forma reflexiva y autoreflexiva. Un investigador tambin es un explorador de su oficio, adems de un explorador de los mundos sociales. En este marco el conocimiento de los paquetes tcnicos es elemental. Iniciar una exploracin vivencial en un vecindario sin conocer al paquete tcnico etnografa es un error mayor, argumentar eficiencia en tales situaciones una estupidez rotunda. La cultura de investigacin especfica del investigador se configura por el conocimiento, imgenes y conceptos del espacio-tiempo social que conforma su referente de trabajo, su mundo de trabajo, pero tambin, y sobre todo, por el rbol de bsqueda con el que explora ese espacio-tiempo. Ese rbol de bsqueda es su conocimiento y experiencia en los paquetes tcnicos con los cuales puede moverse dentro de su espacio-tiempo social. Entre ms pobre su rbol de bsqueda ms pobre su exploracin, o cuando menos ms pobre su espacio de posibilidades de exploracin. El orden de configuracin de los paquetes tcnicos depende del criterio con el cual se les asocie a los niveles de relacin entre el sujeto de conocimiento y la interaccin social. Este primer bosquejo se complementa con la combinacin de niveles y paquetes que se establezca para una investigacin concreta. Las rutas concretas de trabajo as configuradas son mltiples, las combinaciones y las modificaciones estn en proporcin de la experiencia, el conocimiento y la capacidad creativa. El proceso de investigacin es un balance entre competencias administrativas, lgicas y creativas. En principio la decisin sobre el paquete tcnico pertinente depende del objeto cognitivo correspondiente, y el curso metodolgico-epistemolgico de todo el movimiento. Si interesa moverse slo a nivel descriptivo y de superficie de comportamiento, el paquete estadstico y su combinatoria en el ms sofisticado

  • paquete encuesta puede ser adecuado, sobre todo si la reduccin requerida de la superficie social se propone en nmeros, cuantitativa. Si lo que se busca es superficie exhaustiva, una representacin de situaciones en imgenes ms icnicas, ms parecidas a lo que un observador en el lugar puede registrar, ser conveniente el paquete etnogrfico. Ambos, el estadstico-encuesta y el etnogrfico parten del observador que da cuenta del acontecer social como dato. La lgica previa se configura en la distribucin, es decir, en la presencia- ausencia de cualidades que pueden o no ser contabilizadas. El asunto se complica cuando el nivel pasa de superficie a estructura, entonces se requieren paquetes que puedan manejar significados, construir nuevas categoras, organizar grupos de categoras en esquemas y constructos. Todas las tcnicas de anlisis de discurso son pertinentes aqu, aquellas que trabajan con el lenguaje, las que se aproximan al eje de la interpretacin hermenetica, de la significacin de lo observado. Los objetos congnitivos de la comprensin y la explicacin se van organizando en paquetes de lgica positiva o hermentica segn el caso, y la sofisticacin de los paquetes aumenta. Cuando la reflexividad del actor social se toma en cuenta, estamos en una dimensin que se adentra en la interaccin entre participantes del proceso de investigacin. As, los paquetes de historia de vida, historia oral, etnometodologa y grupos de discusin, estn de lleno en la operacin reflexiva que afecta tanto al investigador que la induce como al actor social que la realiza. La relacin con la vida social en vivo y espontnea e intensamente es mayor. Los umbrales de la interaccin se traspasan por completo cuando el status del investigador pasa a segundo trmino y es la interaccin misma entre los actores sociales y su reflexividad lo que importa. El grupo de discusin est cerca, la historia de vida tambin, pero el socioanlisis y la investigacin-accin estn dentro por completo. Ah el objeto cognitivo es la interaccin misma, la comunicacin. Lo que sucede en ciertas psicoterapias se configura socialmente, los actores toman su proceso reflexivo y se mueven con autonoma en su propia exploracin creativa y activa. Como puede observarse los paquetes tcnicos se configuran con cierta afinidad a ciertos objetos cognitivos, los que definen el programa de investigacin, pero tambin pueden ser combinados segn la iniciativa y audacia del investigador. Lo primero es conocerlos. Y as las formas de anlisis psicolgico, historigrfico, heurstico, matemtico, se agregan al grupo de posibilidades que aumentan posibilidades. Jess Galindo Cceres Vallejo, Mxico. Abril de 1996. BIBLIOGRAFA ACEVEDO IBAEZ, Alejandro y Alba Florencia A. Lpez M.,1981. El proceso de la entrevista. Conceptos y modelos. Acevedo y asociados, Mxico. ACEVES, Jorge,1992. Escribir la oralidad. CONAFE, Mxico. ACOSTA VALVERDE, Miguel y Luz Paula Parra Rosales,1994. Gua para el anlisis de contenido electoral de medios de comunicacin. Academia Mexicana de Derechos Humanos, Mxico. ADORNO, Theodor W., 1992. Teora esttica. Taurus, Madrid. ALEXANDER, Jeffrey C., 1989. Las teoras sociolgicas desde la segunda guerra mundial. Editorial Gedisa, Barcelona.

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