la mujer en la biblia

3

Click here to load reader

Upload: kairos-icb

Post on 30-Mar-2016

215 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

 

TRANSCRIPT

Page 1: La mujer en la biblia

Por José Rubén Arango R.

LA MUJER EN LA BIBLIA

Para Dios, la mujer juega un papel protagónico fundamental en la historia. Tiene el mismo valor, la misma responsabilidad y la misma capacidad para desempeñarse en cualquier cargo. Proverbios exalta a la mujer sabia, virtuosa, prudente y temerosa de Dios (Pr 19:14, 11:16, 14:1, 31:10-31). Además de María, madre de Jesús o Elizabeth, madre de Juan el Bautista, que son bastante conocidas por todos los cristianos, podemos recordar, entre tantas y tantas mujeres mencionadas en la Palabra de Dios: 1. Eva, nombre dado por su esposo Adán, que Dios la hizo de la costilla del hombre para que sirviera de señal perpetua acerca del trato y lugar que debería darse a la mujer, el afecto al que tendría derecho y el cuidado que siempre debería recibir.

2. A Sarai, que Dios la llamó Sara (princesa), porque de ella saldrían pueblos y reyes sobre la tierra. Solamente de ella se dice los años que vivió. Dios exalta su fe (He 11:11-12) y enseña a Abraham aprender a escuchar a su esposa (Gn 21.12) 3. El ángel del Señor habló con Agar y le dio nuevas acerca de Ismael y su futuro (Gn 16:7-13) 4. Rebeca es reconocida por su sencillez, su virtud, su hospitalidad y su obediencia. Por guía divina, ella sería la esposa de Isaac. Pero, cuando iban a partir de Harán para el Neguev, a Rebeca se le consultó si estaba de acuerdo y si iría con Eliezer, mayordomo de Abraham (Gn 24:44, 56-58). Isaac amó a su mujer y oró a Dios por ella, porque era estéril. Tuvieron gemelos luego de 20 años de convivencia. 5. Lea y Raquel (esposas), Bilha y Zilpa (concubinas), aparecen en el registro bíblico, no solo como madres de los hijos de Jacob, sino como protagonistas en el escenario del origen del pueblo de Israel. De ellas salieron cada una de las tribus del pueblo de la promesa. Raquel es exaltada por su paciencia y perseverancia, pese a los impases que sufrió para ser madre y dar a luz a José y a Benjamín. Y es símbolo del pueblo de Belén que sufrió la matanza de niños menores de dos años por mano de Herodes. 6. Asenat, hija del sacerdote egipcio Potifera, es mencionada como la madre de Efraín y Manasés que formarían parte de las tribus de Israel, como hijos de José. Lo mismo puede decirse de Séfora, esposa de Moisés y de más de 200 mujeres que son mencionadas en la Escritura como madres que jugarían un papel protagónico en el origen de pueblos o en la vida de líderes destacados en la historia de Israel. 7. Ana, madre de Samuel, una mujer que fue amada y comprendida por Elcana; una mujer adoradora, justa, llena de fe, creyente, que oraba a Dios con un corazón ferviente y, llorando pedía, con promesa a Dios, un hijo al que dedicaría a Jehová todos los días de su vida y sería nazareo. Ella jugaría un papel fundamental en la formación espiritual de Samuel, profeta y juez de Israel, quien ministraba y crecía delante de Dios, siendo

Page 2: La mujer en la biblia

acepto a los hombres. Un líder irreprensible, temeroso, santo, justo y con el celo de Dios como motor regente en su vida (1 Sm 1-2). 8. Débora, jueza y profetisa de Israel, gozaba de una excelente reputación. Ella gobernó y liberó al pueblo de

la opresión a la que había sido sometido durante 20 años por el capitán del ejército Sísara y Jabín, rey de

Canaán. El pueblo de Israel iba hasta su sede entre Ramá y Betel, para consultarle sobre sus problemas

familiares. La tierra reposó 40 años (Jue 4-5)

9. María, hermana de Moisés y de Aarón, es considerada una mujer sensata y devota. Gracias a su valentía,

fue preservada la vida de Moisés (profeta, caudillo, legislador, juez y escritor), pues estuvo pendiente del

carrizal donde fue puesto el hermano de tres meses de nacido, fue a la hija del Faraón y se ofreció para

conseguir la nodriza, que sería la misma madre, Jocabed, quien lo criaría hasta el tiempo en que lo prohijó la

hija de Faraón. Era una adoradora y danzarina, profetisa, que estuvo al lado de sus hermanos en la dirección

de la liberación del pueblo (Miqueas 6:4; Éx 15:20-21. La misma hija de Faraón jugaría un papel relevante en

la preparación y formación académica e intelectual de Moisés. Y Jocabed, en su formación espiritual (Nm

26:59). Y deben ser incluidas las parteras hebreas Sifra y Fúa, quienes recibieron la orden de Faraón de

matar a los niños, cuando asistieran los partos; pero ellas desobedecieron, porque temían a Dios, y fueron

prosperadas sus familias. Por su acción valerosa el pueblo de Israel se multiplicó y se fortaleció en gran

manera, y por su misma valentía pudo nacer el caudillo que dirigiría la liberación de la nación sacándolos de

Egipto hacia la tierra prometida.

10. Noemí, judía, esposa de Elimelec y madre de Mahlón y Quelión, los cuales se casaron con mujeres

moabitas. Fue una mujer sufrida que vivió en tiempo de los jueces, y por la hambruna en su nación, tuvo que

viajar con su familia a Moab. Allí quedó viuda y años después perdió a sus hijos. Luego determinó retornar a

su amada patria, Belén y despidió a sus nueras que eran viudas. Orfa se regresó a su casa. Rut determinó no

abandonarla: “No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y

dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”. Noemí concertó el matrimonio

por levirato de su nuera Rut, moabita y viuda, madre de Oded, quien, junto con Rahab (mujer ramera, madre

de Booz) y Tamar (viuda de Er y Onán, hijos de Judá, fingió ser prostituta, y de la que nacerían los gemelos

Fares y Zara), entrarían a formar parte de la genealogía de Jesucristo. También Betsabé, “la que fue mujer de

Urías” y quien sería madre de Salomón, rey sabio de Israel.

11. Durante el ministerio de Jesús se mencionan muchas mujeres que, luego que fueron sanadas o liberadas

de demonios, le seguían y le servían, incluso con sus bienes: María Magdalena; Juana (mujer de Chuza,

intendente de Herodes); Susana; Salomé; María, madre de Jacobo y José; María mujer de Cleofas; Marta y

María, hermanas de Lázaro; la mujer samaritana (Lc 8:1-3, 24:1-11; Mr 15:40-4, Mt 2755-56, Jn 19:25, 20:11-

18.

12. Ester, adoptada por Mardoqueo, reina y esposa de Asuero, rey de Media y Persia, mujer hermosa que se

destacó por su fe, su amor por el pueblo de Israel, su patriotismo, su virtud, su valor, su humildad, su

sabiduría, su vida de ayuno y de oración, temerosa de Dios. No temió las consecuencias al entrar en la

presencia del rey sin ser llamada, cuando supo que se había urdido un plan para destruir y exterminar a los

judíos que moraban en Susa y las provincias del reino Est 7:3-4

Page 3: La mujer en la biblia

13. En la iglesia primitiva, Pablo destaca y da honra a muchas diaconisas y mujeres que sirvieron en la iglesia

con un corazón irreprensible, con entrega y servicio: Apia (Flm 2); Priscila, mujer de Aquila, expulsados de

Roma, que trabajaron con Pablo en Corinto y fueron encargados de capacitar en doctrina a Apolos,

colaboradores de Pablo, tenían una iglesia en su casa (Hch 18:2-3, 26; Ro 16:3-4); Febe, diaconisa en la

iglesia en Cencrea; Trifena, Trifosa, María, Pérsida y Julia, trabajadoras en el Señor (Ro 16). Cuando Pedro

salió de prisión, vino a los suyos que estaban en casa de María, madre de Juan Marcos. Se menciona a

Rode, una muchacha que abrió la puerta a Pedro. En Filipos, se menciona a Lidia, vendedora de púrpura, de

Tiatira, que adoraba a Dios y acostumbraba reunirse con otras mujeres para orar. A esta “el Señor abrió el

corazón para que estuviese atenta a lo que Pablo decía”. Se convirtió y fue bautizada (Hch 16). En Jope, a

Docas, que “abundaba en buenas obras y en limosnas”, hacía túnicas y vestidos, murió y fue resucitada:

“Tabita, levántate” (Hch 9).

14. Durante el ministerio de Jesús, se destacaron mujeres por su fe, de las que el mismo Señor exaltó su fe: la

mujer samaritana (Jn 4), la mujer pecadora que enjugó los pies de Jesús y los ungió con perfume (Lc 7), la que

sufrió flujo de sangre durante 12 años (Mt 9:20-22), la cananea (griega y sirofenicia de nación) que pidió al

Señor que liberara a su hija atormentada por un demonio (Mt 15:21-28)

Un caso especial es el de María que ungió al Señor con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro, de unos 300 denarios, en Betania, en casa de Simón el leproso: “¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella” (Mt 26:10-13; cf. Jn 12). Y bien puede decirse de todas las mujeres virtuosas de la Escritura, que con su testimonio, su obra y su fe, su valentía y su sacrificio, contribuyeron en el proceso de la extensión y cumplimiento del plan de salvación de Dios, que donde se predique el evangelio se contará lo que han hecho, para remembranza de ellas. Para Dios la mujer es vaso de honra, merece ser respetada y reconocida. El trato debe ser honroso. En las relaciones maritales debe ser tratada con honor y debe ser tenida en cuenta su opinión: “someteos unos a otros en el temor de Dios”. Debería manejarse las relaciones con el mismo modelo divino: circular y dialogal, no jerárquico y vertical (Ef 5:21-33, Col 3:19, 1 Pe 3:1-7). Las mujeres son bendición y su papel en la vida humana es y será siempre protagónico.