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LA NAVEGACIÓN ANDALUSÍ: BARCOS Y CARTOGRAFÍA Elena Sarnago. Licenciada en Historia ESQUEMA Introducción El barco andalusí 1. Testimonios de que disponemos: 2. Tipos: 3. Los puertos: La cartografía en al-Andalus 1. La ciencia andalusí 2. La imagen del mundo conocido 3. Las cartas náuticas A modo de recordatorio Para saber más INTRODUCCIÓN En el año 711, el Islam, que hasta entonces ya se había extendido por casi todo el Próximo Oriente y el Norte de África, avanza por vez primera hacia Europa. Ese año, un pequeño ejército cruza el Estrecho de Gibraltar y desembarca en la Península Ibérica, tierra bajo dominio visigodo. En apenas cinco años, los musulmanes conquistan todo el territorio, excepto unas inaccesibles y reducidas áreas montañosas, al Norte. Al-Andalus es la zona peninsular bajo control del Islam. Ese dominio finaliza en 1492, año en el que los Reyes Católicos conquistan el reino nazarí de Granada. La civilización islámica se expande rápidamente y va dejando una profunda huella en todos los aspectos de la vida. Los habitantes de la Península, sin abandonar sus propias tradiciones, se adaptan rápidamente a la cultura árabe. En esa época, la Península es un ejemplo de convivencia de distintas razas, culturas y religiones. Los viajes son un importante medio de intercambio cultural. Dentro del amplio territorio controlado por el Islam se exportan ideas y conocimientos. Se tiene noticias de obras traídas a la Península desde Iraq, así como de manuscritos que desde al-Andalus viajan a Egipto, de ahí a Siria y, posiblemente, llegan a la India. La cultura andalusí se extiende también a Bizancio. Los grandes descubrimientos de los científicos chinos -el papel, la imprenta y la

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LA NAVEGACIÓN ANDALUSÍ: BARCOS Y CARTOGRAFÍA

Elena Sarnago. Licenciada en Historia

ESQUEMA

· Introducción

· El barco andalusí

1. Testimonios de que disponemos:

2. Tipos:

3. Los puertos:

· La cartografía en al-Andalus

1. La ciencia andalusí

2. La imagen del mundo conocido

3. Las cartas náuticas

· A modo de recordatorio

· Para saber más

INTRODUCCIÓN

En el año 711, el Islam, que hasta entonces ya se había extendido por casi todo el Próximo

Oriente y el Norte de África, avanza por vez primera hacia Europa. Ese año, un pequeño

ejército cruza el Estrecho de Gibraltar y desembarca en la Península Ibérica, tierra bajo

dominio visigodo. En apenas cinco años, los musulmanes conquistan todo el territorio,

excepto unas inaccesibles y reducidas áreas montañosas, al Norte. Al-Andalus es la zona

peninsular bajo control del Islam. Ese dominio finaliza en 1492, año en el que los Reyes

Católicos conquistan el reino nazarí de Granada.

La civilización islámica se expande rápidamente y va dejando una profunda huella en todos

los aspectos de la vida. Los habitantes de la Península, sin abandonar sus propias

tradiciones, se adaptan rápidamente a la cultura árabe. En esa época, la Península es un

ejemplo de convivencia de distintas razas, culturas y religiones.

Los viajes son un importante medio de intercambio cultural. Dentro del amplio territorio

controlado por el Islam se exportan ideas y conocimientos. Se tiene noticias de obras traídas

a la Península desde Iraq, así como de manuscritos que desde al-Andalus viajan a Egipto, de

ahí a Siria y, posiblemente, llegan a la India. La cultura andalusí se extiende también a

Bizancio. Los grandes descubrimientos de los científicos chinos -el papel, la imprenta y la

pólvora- se conocen en Europa gracias al Islam. Algunos de estos viajes de estudio se

realizan por vía marítima.

El mar es también un medio utilizado para el tráfico comercial. Gracias a las fuentes escritas,

sabemos que se transportan productos desde Siria hasta Almería, sobre todo, cereales, vino

y aceite. Estas naves también llevan objetos de lujo y trasladan a creyentes que desean

peregrinar hasta La Meca.

En algunas ocasiones, la navegación se relaciona con los enfrentamientos bélicos.

Posiblemente, el desarrollo naval que se produce en al-Andalus con los Omeyas se deba a la

dificultad que tienen para rechazar el ataque de los normandos que, en el año 844, llegan a

Sevilla remontando el Guadalquivir. Este hecho hace que Abd al-Rahmán II construya unas

atarazanas en la ciudad y una flota que les haga frente con éxito. Pero, fue Abd al-Rahmán

III quien, en la primera mitad del siglo X, lleva a cabo una auténtica política naval para

disputar a los fatimíes el control del Mediterráneo occidental.

EL BARCO ANDALUSI

1. Testimonios de que disponemos

Las fuentes escritas dan noticia de andalusíes que viajan a lugares remotos utilizando la vía

marítima. Por ejemplo, sabemos que un gaditano navega por el Atlántico y el Indico,

llegando hasta las proximidades de Filipinas; que un cordobés llega hasta Dinamarca; que

barcos andalusíes alcanzan las costas de Bretaña, Irlanda y Canarias.

Los restos arqueológicos permiten conocer cómo es la navegación en época medieval. El

descubrimiento de pecios da gran información; se trata de auténticos buques hundidos

"fosilizados". En el mar se producen luchas por el control de las aguas, reflejo del intento de

las diferentes potencias por asegurarse el tráfico comercial. En el siglo X son tres los poderes

que se disputan el Mediterráneo: el bizantino, el fatimí y el andalusí. No debemos olvidar

tampoco los naufragios ocasionados por las malas condiciones climatológicas.

Los testimonios gráficos acerca de la

morfología del barco andalusí son

bastante escasos. Los documentos

informan de la presencia de naves

en Mallorca en el siglo X, pero

parece que sólo existen atarazanas

en el año 1229, cuando tiene lugar

la conquista cristiana. En el siglo X la

isla sirve de apoyo a la flota omeya

que realiza incursiones en las costas

de Cataluña, Francia e Italia. La

auténtica morfología del barco

andalusí puede apreciarse en dos

platos mallorquines de cerámica.

Son del siglo XI y están en el Museo

de San Matteo de Pisa.

Las naves representadas tienen tres palos. En una se ven tres velas latinas mientras que en

la otra sólo dos (trinquete y mayor). Las velas están desplegadas. En las dos imágenes se

distingue el castillete de popa. Delante de las dos naves aparece una barca con ocho

remeros y un jefe de la tripulación que lleva el timón. Algunos investigadores creen que

podría ser el esquife que las naves de esa época llevan a remolque. También tenemos un

plato de loza nazarí con el dibujo de un barco (ilustración de arriba). Se conserva en el

Museo Arqueológico de Málaga (Alcazaba). Tiene 54 cm. de diámetro y 23 cm. de altura. Se

trata de una nave del siglo XIII o XIV en la que pueden distinguirse dos palos con dos velas

cuadradas así como el timón de codaste. Por los textos se sabe que este timón aparece a

partir del siglo XII. Su origen se atribuye a los chinos, aunque no es seguro. Contamos

también con un plato de cerámica del Victoria and Albert Museum de Londres que, pese a ser

nazarí, representa un barco con enseña portuguesa y timón de codaste. Prácticamente, los

ejemplos citados son los únicos testimonios que conservamos en la actualidad.

2. Tipos

La escasez de información gráfica obliga a recurrir a otras imágenes coetáneas, aunque

cristianas. Son de gran valor la colección de calcos de los graffiti del Castillo de Denia en los

que aparecen representados diferentes navíos. Son propiedad del Museo Arqueológico de la

Ciudad de Denia. Los graffiti están realizados en la muralla exterior del castillo. El edificio es

de época musulmana pero los graffiti son cristianos. Se fechan entre la segunda mitad del

siglo XIII y la primera del XIV. Posiblemente, estas naves no son muy diferentes de las

andalusíes.

Tartara

Es un pequeño barco mercante o de pesca. Tiene dos velas latinas. Se trata de un navío

rápido y manejable. Se utiliza hasta el siglo XIX y es el origen del jabeque norteafricano.

Galera

Es un tipo de barco que se utiliza desde la Antigüedad hasta el siglo XVIII. El nombre

procede de galeos que significa pez espada, aludiendo al gran espolón que lleva por encima

de la línea de flotación. Es un barco de guerra o de transporte. Es alargado, estrecho,

maniobrable y de poco calado. Navega a vela y/o a remo. Destaca por la velocidad que

puede alcanzar pero, debido a su inestabilidad, no puede navegar con mal tiempo.

Cog

Es un barco mercante o de pasajeros. Es de origen nórdico y aparece en el Mediterráneo

hacia el año 1300, donde cambia la vela cuadrada por la latina. Se caracteriza por su gran

alcázar o castillo de popa.

Llaüt

Es una palabra catalana que procede el vocablo árabe al-ud que significa madera. Se trata

de una barca de cabotaje que tiene una tripulación de seis personas. En la actualidad se

utiliza en Levante.

3. Los puertos

De las autoridades portuarias sabemos poco. El almotacén es el encargado de los asuntos de

los comerciantes en cada ciudad. Más tarde, aparece el wakil al-tuyyar, a quien los

comerciantes pagan los impuestos. Caso de no hacerlo, las autoridades les retiran las velas o

el timón del barco. Estos funcionarios regulan el orden para la venta de mercancías.

Los barcos casi siempre tienen dos jefes: el armador o patrón y el piloto o navegante. La

cantidad de tripulación varía dependiendo de las dimensiones del barco, el recorrido que

lleve a cabo, la finalidad del viaje...

En general, los puertos de arribada tienen grandes muelles y atarazanas donde se

construyen y reparan los barcos. También, existen puertos de abastecimiento en donde se

puede comerciar al por menor. Son numerosos los puertos de cabotaje, donde el régimen de

vientos siempre es propicio y, por tanto, la navegación es más segura. Como auxilio de los

navegantes existen, a lo largo de la línea de costa, atalayas en las que por la noche se

encienden fuegos que sirven de orientación.

En los puertos son importantes las atarazanas o dársenas. Disponemos de una copia de la

lápida fundacional de las de Tortosa (ilustración de abajo). Pertenece a la Diputación

Provincial de Barcelona y se conserva en el Museo Marítimo de dicha ciudad. El original está

adosado a uno de los muros de la Catedral de Tortosa. Sus dimensiones son 54 x 48 x 3 cm.

En estos edificios se construyen y reparan barcos. Normalmente se localizan en zonas ricas

en madera o donde es fácil conseguirla. Reparar un navío consiste en calafatear el casco

introduciendo algodón, brea y sebo, sobre todo, alrededor de los clavos que unen los

tablones de madera. También se reparan las velas. En cuanto a la construcción, se empieza

bien por el casco, lo que exige mucha mano de obra para sujetar con machos las bordas

opuestas, bien por la quilla. Se sigue por el armazón. Es imprescindible tener una idea previa

del tipo de barco que se va a construir. Se necesita un árbol largo y recto sobre el que se

van colocando, a distancias más o menos calculadas, las varengas que forman las cuadernas.

Los grandes se construyen en diques secos y se botan con palancas o rodillos.

Se cree que los navíos que surcan el Indico ensamblan sus cascos con cuerdas, no con

clavos. Esto responde a dos motivos: el primero, la escasez de hierro en el Sur de la India y,

el segundo, la mayor salinidad de los mares que estos barcos tienen que surcar. Pero, se

discute si estas naves orientales navegan o no por el Mediterráneo.

Cada tipo de barco se construye con un material diferente. En el Indico, se emplea la madera

de teca por su mayor consistencia y flexibilidad. En cambio, en el Mediterráneo se usan más

las coníferas.

Por otro lado, el enfrentamiento de la flota andalusí con la normanda propicia el

conocimiento de otro tipo de barco: el vikingo. Este tiene unas características muy diferentes

a las del andalusí. En general, podemos decir que los barcos del Indico son mayores que los

del Mediterráneo y los del Atlántico porque el tráfico comercial es más intenso en esa zona

del mundo.

LA CARTOGRAFIA EN AL-ANDALUS

1. La ciencia andalusí

En la bibliografía, al-Andalus sólo es un puente cultural que recupera los saberes heredados

del mundo clásico y del oriental y los pone al alcance de las escuelas de traductores de

Occidente. Esta visión tradicional no es errónea, pero sí parcial. Hasta hace poco tiempo, los

estudios sobre ciencia andalusí eran bastante escasos. En las líneas que siguen, se quiere

destacar la aportación de la cartografía islámica en la realización de los grandes

descubrimientos geográficos que tienen lugar a partir del siglo XV. Posiblemente, sin ese

legado hubiera sido muy difícil emprender las grandes navegaciones oceánicas y, por tanto,

el descubrimiento del continente americano.

Inicialmente, la cultura andalusí se nutre de los aportes procedentes de Oriente, a los que se

suman los que conserva la población hispano-romana y goda, mucho más pobres. Excepción

hecha al reinado de Alfonso X El Sabio en el siglo XIII o a las innovaciones producidas por la

ciencia isidoriana. Las Etimologías de San Isidoro de Sevilla es un códice del siglo IX de gran

influencia a lo largo de toda la Edad Media. Se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid.

La ciencia adquiere un gran desarrollo en al-Andalus pese a que los primeros musulmanes

que llegan a la Península no son hombres de ciencia sino soldados. Inicialmente, los

conocimientos científicos se limitan a rudimentarias ideas sobre Astronomía. Estos saberes se

recogen en el Calendario de Córdoba, fechado a mediados del siglo X. Este documento se

escribe para la educación del futuro califa al-Hakam II, que accede al trono en el año 960.

Los autores del Calendario son el secretario de los Omeyas cordobeses y el obispo de Iliberis

Recemundo. Constituye un ejemplo de la simbiosis entre las culturas latina y árabe.

2. La imagen del mundo conocido

El griego Ptolomeo escribió Geografía. Se trata de la compilación de Geografía Matemática

más completa que heredamos de la Antigüedad. Sus mapas dan una visión muy realista del

mundo conocido entonces. Además, contiene tablas de las coordenadas geográficas de casi

ocho mil ciudades. Representa el punto de partida de los estudios llevados a cabo por los

geógrafos andalusíes. No debemos olvidar que la tradición ptolemáica se recupera en Oriente

en el siglo IX y se analiza críticamente. En cambio, en Occidente se pierde hasta que los

sabios andalusíes la difunden en el siglo X. La ilustración que reproducimos aquí corresponde

al impreso U-2010 de la Biblioteca Nacional de Madrid. Se trata de una versión latina en la

edición de Bilibaldus Pirckeym Hero. Las notas son de Regiomontano y se fecha en el año

1525. Sus dimensiones son de 40 x 27 cm.

Antes de la contribución andalusí, la cartografía peninsular tiende a una representación

esquemática y burda del mundo, tal como puede comprobarse en el Códice de Ripoll. Se

trata de una recopilación de textos latinos sobre agrimensura realizados por Gisemundo,

quizá un monje de Ripoll. También incluye una descripción detallada de Hispania y un mapa

representándola en forma de tríptico abierto. La hoja de la derecha contiene la escritura. En

la izquierda aparecen peces y encima se lee la palabra Wasconia. En los bordes de la hoja

central se citan nombres de localidades situadas en la costa mediterránea: Narbona,

Ampurias, Gerona, Barcelona, Tarragona y Cartagena. En la misma hoja se citan tres

ciudades de la costa atlántica: La Coruña, Braga y Cádiz.

Idéntico concepto esquemático de la Tierra tienen los llamados mapas en T. Generalmente,

son códices latinos con glosas en lengua árabe. Los autores de las glosas parecen ser

mozárabes. En la Biblioteca del Real Monasterio de El Escorial (Madrid) se conserva el mapa

isidoriano en T que reproducimos en la ilustración de la izquierda. Corresponde al folio 81 del

códice M-III-3. Se copia en los siglos X y XI y contiene obras de San Isidoro y de San Martín

de Dumio. Sus dimensiones son de 28'5 x 20'5 cm. El semicírculo superior representa al

continente asiático y está separado del inferior por el tramo horizontal de la T, que

corresponde a la cadena que forman los ríos Volga y Don, el mar de Azov, el Mediterráneo

oriental y el Mar Rojo. Mientras, el tramo vertical de la T es el mar Mediterráneo que separa

el continente europeo (cuadrante inferior izquierdo) del africano (cuadrante inferior

derecho).

La cartografía de los Códices del Comentario al Apocalipsis del Beato de Liébana ayudan a

comprender el significado de la contribución árabe a la representación de la geografía del

mundo conocido. Partiendo del esquematismo de la etapa pre-andalusí se logra, poco a

poco, representar el mundo con más precisión.

3. Las cartas náuticas

Todo lo referido origina la aparición a fines del siglo XIII y principios del XIV de las primeras

cartas náuticas. Suponen un enorme avance en la representación de las costas. El origen de

la carta náutica es tema polémico. Pero, se acepta que entre el esquematismo de los mapas

en T y el realismo del Atlas Catalán de 1375, la influencia árabe lleva a cabo la

transformación en el diseño del mundo conocido.

El Atlas Catalán se atribuye a Cresques Abraham. Posiblemente, se trata de un judío

especializado en la creación de mapasmundis, que trabaja principalmente para el rey Pedro

el Ceremonioso y para su hijo el infante don Juan, futuro rey Juan I. El diseño de Europa es

el habitual en las cartas naúticas. Aunque, se dan algunas novedades en el trazado de África.

También aparece el Archipiélago Canario casi completo. La representación del continente

asiático no es tan fiel; los textos legendarios se combinan con las noticias de Marco Polo. La

ilustración corresponde a uno de los seis folios de un facsímil, iluminado a mano, del Atlas

Catalán. El original se encuentra en la Biblioteca Nacional de París, fondo español nº 30. El

facsímil es propiedad del Seminario de Árabe de la Universidad de Barcelona. La obra

completa consta de seis folios montados sobre seis planchas en madera. Cada una mide 65

x 52 cm. Los dos primeros folios contienen materiales astronómicos. Los folios tres al seis

comprenden la parte geográfica. Este atlas es la obra maestra de la cartografía mallorquina

del siglo XIV. Marca el inicio de la realización de las llamadas cartas náuticas de lujo.

De otro lado, la Carta náutica de Gabriel Valseca representa de manera ajustada las costas

mediterráneas. Se encuentra en el Museo Marítimo de Barcelona.

Un ejemplo del fructífero contacto entre el Islam y Europa es el Manuscrito del Kitab-i

Bahriye realizado por el almirante turco Piri Rais. Se trata de la obra que mejor expresa

cómo es la cartografía islámica. Corresponde al año 1521. Es un atlas y un manual de

navegación que abarca todo el mundo conocido. Su estudio se concentra en el mar

Mediterráneo pero contiene datos sobre los descubrimientos portugueses y sobre el

continente americano.

A MODO DE RECORDATORIO

Durante la Edad Media se expanden mucho las vías de navegación. Mercaderes, embajadores

y estudiosos abren nuevas rutas comerciales y de intercambio de conocimiento. Sin olvidar

que se realizan tanto viajes de estudio como de transporte de mercancías, poco a poco, el

barco andalusí se va especializando en la guerra. La dinastía Omeya lleva a cabo una política

de construcción a partir de mediados del siglo IX debido al aumento de los enfrentamientos

bélicos.

Pocos son los datos que tenemos acerca del barco andalusí. Disponemos de los restos

arqueológicos, las fuentes escritas y la iconografía. Pero, en conjunto, la información que

aportan es exigua. Sabemos que en el siglo X navegan por el Mediterráneo barcos de origen

oriental, mediterráneo y vikingo. Para tener una idea aproximada de la morfología del barco

andalusí estudiamos el cristiano, con el que comparte semejanzas. Según los calcos de los

graffiti del Castillo de Denia, los tipos son: tartara, galera, cog y llaüt. Esta tipología aglutina

barcos de guerra, de transporte, de pesca, de pasajeros y de cabotaje.

En cuanto a la cartografía, al-Andalus es un lugar de encuentro intercultural. A los avances

de la ciencia isidoriana se unen los conocimientos traídos de Oriente. La tradición

cartográfica visigoda y de los cristianos del Norte ofrece una visión esquemática y burda del

mundo. Sirven de ejemplos los llamados mapas en T o la representación de la Península

Ibérica que aparece en el Códice de Ripoll. Estas vacilaciones concluyen con el aporte de la

cultura árabe. Posiblemente, las grandes navegaciones y descubrimientos efectuados a partir

de la segunda mitad del siglo XV no hubieran sido posibles sin los avances de la ciencia

andalusí.

Proyecto Clío

PARA SABER MAS

BAZZAN, A., LAMBLIN, M.P. y MONTMESSIN, Y.: Catálogo de los Graffiti

medievales del Castell de Denia, Denia, 1984.

BERTI, G., ROSELLO-BORDOY, G. y TONGIORGI, E.: "Alcuni bacini ceramici di

Pisa e la corrispondente produzione di Maiorca nel secolo XI", Trabajos del Museo

de Mallorca, Palma de Mallorca, 1987.

CROMBIE: Historia de la Ciencia, 2 vóls., Madrid, 1974.

MENENDEZ PIDAL, G.: "Mozárabes y asturianos en la cultura de la Alta Edad

Media en relación especial con la historia de los conocimientos geográficos", Boletín

de la Real Academia de la Historia, nº 134, Madrid, 1954.

MORALES BELDA, F.: La marina de al-Andalus, Barcelona, 1970.

SEZGIN, F.: The contribution of the Arabic-Islamic Geographer to the Formation

of the World Map, Frankfurt, 1987.

TATÓN, R. (dir.): Historia de la Ciencia, 5 vóls., 1961-1975.

VERNET, J.: Historia de la ciencia medieval, Barcelona, 1980.

VERNET, J.: "Textos árabes de viajes por el Atlántico...", en De Abd al-Rahman

a Isabel II, Barcelona, 1989, pág. 197-224.

VV.AA.: Exposición "El legado científico andalusí", Museo Arqueológico Nacional,

Madrid, 1992.