la noche que llovieron impermeables
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Tercer poemario de Jorge M. Molinero, editado por la editorial Origami en 2013TRANSCRIPT
Primera edición: Junio, 2013
© Jorge M. Molinero, 2013© Editorial Origami, [email protected] Depósito Legal: .ISBN: . Fotografía de portada por Julia D. Velázquez
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Prólogo
Y ya van tres. El primero de todos lo llamó “Versos en el desierto”. Aquel sí que necesitaba impermeables, porque… ¡cómo llovía!.
Fue su ceremonia iniciática. En centroámerica los jóvenes de sociedades y familias desestructuradas se entregan con fervor cuasi religioso a grupos como los Maras o los Latin King o los Ñetas, por señalar. La aceptación por el grupo es dura y cruel. Tienen que soportar el dolor y la tortura. Pero las víctimas se sienten renacidas y fortalecidas por haber conquistado un espacio en ese cacho de mundo que es su mundo. El mundo. Los putos blancos occidentales hemos perdido el sentido del sacrificio, del dolor y del compromiso. El dolor se les damos a los otros. Los violentos se instalan en el confort. Frentes Atléticos o no, ultrasures y neonazis, que esos campan entre todos. Y entre todos tolerados.Sin contar, claro, con los oficiales. Vestiditos de azul. Se examinan para funcionarios y aprendieron y aprobaron la Constitución Española. ¿Para qué? No para qué coño la aprendieron, no. Si no para qué se la exigen. Si es para poner mayor dificultad en los exámenes, ya sabemos la cantidad que se presentan y las pocas plazas que se ofertan, pues que elijan conocimientos como el árabe o el suajili. El inglés no es menester que lo exijan. Sería excesivo. Si no es necesario para presidente de la nación…
Pero la constitución sí que es innecesaria. No deben discernir entre lo legal o no. No deben leer, ni pensar. Basta con obedecer. Total, si les pilla el juez y hay
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condena… se les indulta y santas pascuas. Gracias a eso nuestros antidisturbios marchan valientes, confiados y alegres al ataque de jubilados y quinceañeras. Pero estos putos blancos occidentales no han tenido jamás, su propia ceremonia de iniciación.Pero Jorge si tuvo su ceremonia. Se lanzó de cabeza con su primer libro, no a las arenas del desierto, sino desde una montaña. Y no como lluvia mansa. Fue un tifón, una gota fría. Se convirtió en torrente, arrancó raíces, arrastró piedras, desgajó las ramas muertas. Parido el libro, por eso viene bien lo de romper aguas, poco más abajo se fue atemperando. Y se transformó en arroyuelo.
Y aunque bajaba con mucha fuerza aún, se fue dando cuenta, nuestras críticas algo debieron servir, de que debía sosegarse. Pero los golpes le habían endurecido y obtuvo derecho reservado a un puesto en esta banda que él eligió. Que, por cierto, debe ser muy terrible y peligrosa, porque lo más bonito que les llaman es eso de perroflautas, y a cuyos miembros no invitan ni en los actos culturales a un vino español, así llamado por que es gratis y lo organizan y lo toman y lo saborean los políticos y sus amigos. Pagado con el dinero de perroflautas y sus iguales. Muy español. Ni les invitan tampoco al Bernabéu. Ni al Zorrilla siquiera. Ahí va el alcalde y sus amiguitos, eso sí, al palco. Pero por trabajo ¡eh!. No se confundan. ¡Por trabajo!. Que es una jodienda lo de figurar, perdón trabajar, en un palco, los domingos que viene el Madrid o el Barça y tener que aguantar a los péreces, rosseles y otros de su ralea y tener que aguantar a la prensa y hacerse fotos, sobre todo fotos, aunque siempre que habla, siempre, sale movido. ¡Si al menos vinera Joan Gaspar! Aunque no fuese Doctor en Medicina, con ese peleas si se hubiese llevado bien.
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Aunque la entrada al palco nos ha costado 100.000 € que se han entregado a la Sociedad Anónima en bien de la ciudad ¿? (dinero que han aportado también los perroflautas).
En fin, me desvío con demasiada frecuencia. Pero el arroyuelo siguió su camino, aminorada su violencia inicial. Llegó un segundo libro “Amplia victoria de los traseros”. (Autoeditado). Ahí las aguas siguen siendo claras y frescas. Limpias. Han abandonado en su camino los trozos pesados de las rocas. Y aunque queramos deificar el agua pura y cristalina no vale nada más que para preparar una buena fabada. Los pueblos de la montaña saben mucho de la enfermedad del bocio, que se produce por beber el agua de sus manantiales que al ser tan pura carecen de sales y minerales. Sus aguas empiezan arrastrar materias orgánicas. Hojas de rusco, lentisco, encinas, chaparra, coscojas, jaras, romero, tomillo… sin olvidarnos de los insectos que empiezan a rebuscar entre sus orillas el detritus que las aves depositan a su vera. Sus aguas se han enriquecido. Ya tienen vida propia.
Y este es su tercer libro: “La noche que llovieron impermeables”. Era el título elegido para un segundo que se apresuró a esconder y desechar una vez comprendió que debía dosificar, yo no puedo decir talento, pero si esfuerzo, y aprender a repasar y reposar las ideas e incluso darles la vuelta. Pero como la paradoja era hermosa, la retomó a la primera ocasión que tuvo. En estos tiempos de feísmo y de carencias no se debe desperdiciar nada bello.
Sigue su camino el arroyo. No llega a río. Ni siquiera a riachuelo. Pero el cauce es más
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ancho y profundo. En sus aguas se mezclan nueva fauna y flora. Comienzan a nacer, convivir y morir en sus orillas en ese canibalismo feroz e insaciable que es la naturaleza. Como decía mi abuela Carmen, ante mi mirada curiosa, que no amedrentada, cuando, sosteniendo la gallina vieja y estéril ya bajo su sobaco, agarrando con la mano de ese brazo el cuello del ave y con la otra un cuchillo con el que sajaba el cráneo al lado de la cresta hasta que se desangraba, ¡así es la vida, Martinín!.
Y así es la vida.
Esperemos que siga el río su curso y que llegue a los meandros ya cansado, pero repleto de muertos, cadáveres y esqueletos. Porque eso no es la vida pero si la literatura. Los muertos pasados que se aferran en avanzar con nosotros. Muertos que creímos olvidados, muertos desconocidos, muertos odiados. Como Hamlet nos encontraremos con el pobre Yorick.
Ay, pobre Yorick! Yo le conocí, Horacio: era un hombre de una gracia infinita y de una fantasía portentosa. Mil veces me llevó a cuestas, y ahora, ¡qué horror siento al pensarlo!, a su vista se me revuelve el estómago.
Y nos encontraremos con nuestro cadáver. El de todo lo fuimos, lo que quisimos, lo que amamos. Nuestro cadáver convertido en un baúl de sueños incumplidos, de sueños nonatos que no pudimos o supimos recrear. Pero el nuestro, te lo aseguro, el nuestro no nos revolverá el estómago.
En “la noche que llovieron impermeables” en la primera cita, cree haber atisbado su propio cadáver:
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ahogado en el océano, junto al cofre con tus sueños incumplidos. No le crean. Será una intuición o una visión jeremiaca, pero que no debe aparecer en este tramo. Para nuestra desgracia los humanos no sabemos reconocer nuestro cadáver. Le miraremos con extrañeza. Nos caerá hasta mal. Será un perfecto desconocido, del que nos hemos alimentado y seguiremos corroyendo mientras podamos, pero sin dolor.
Pero así es la vida. Y este prefacio sólo quiere ser literatura. Se cierra el telón, se apagan las candilejas y se encienden las luces de la sala. Puede que aplaudan o pataleen, no tendremos certeza alguna. Lo que sí es seguro que encontraremos a alguien beatíficamente dormido en su butaca. Es el crítico que redacta las notas de prensa.
Martín Merino Arranz
Como en las películas americanas de espías ingleses, la tí-pica escena de buceo bajo un lago donde arde gasolina. Si sales estás jodido -mas te falta el aire en los pulmones de ceniza- y hay que elegir.
Demasiada tele, chaval, esto no es Hollywood y casi nada acaba bien:
La chica del bikini está con otro, tú abrasado por el infier-no cotidiano o ahogado en el océano, junto al cofre con tus sueños incumplidos y un barquito de cáscara de nuez desvencijado.
(Bond ya no bebe Martinis, Sandalio Seisdedos)
hay dos clases de hombres:
los que prefieren ver un anochecer y
los que eligen disfrutar del amanecer.
luego está la inmensa mayoríade hombres que nuncase paran a mirar al sol
J. Malone Miller
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eran sus ojoslágrimas en almíbar
y versos rotos
J. Malone Miller
por un momento sientesla necesidad de recapitulartu vida. en un acto reflejo, defensivo, lohaces con una luz de penumbra,como un transexual hormonado tardíamente,para suavizar las derrotas de los años.
tantos errores,la mayoría provocados por lucharsolo. nunca te importó salir escaldado.si podías gritar, no había fracaso.ahora sabes que hiciste lo que hiciste ylo hiciste bien, a pesar del exiguo beneficio.fuiste incapaz de esconderte detrás de las columnasa la espera de sacar la cabeza después de la tormenta,con la mudanza hecha y ocupar una habitacióncada día más pequeña.tú no, creaste una guerra de guerrillas para no perderlo tuyo, que aunque fuese insignificante, era tuyo.
como un transexual tardíamente hormonado, enesta contienda defendiendo tus sueños,te han sobrado los cojones.
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Interferencia
A Rufino U. Sánchez
La bruja malvada pregunta:
espejito, espejito, ¿quiénes la más bella del reino?
y el espejo responde:you talkin` to me?you talkin´ to me?
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He agachado la cabeza, no soy ningún héroe. He agachadola cabeza demasiadas veces, tantas, que me he comido los cojones.
J. Malone Miller
Fue sólo un gritosi preguntas por mí por ahí de auxilio
cuando me pisaronte dirán que soy problemático la cabeza
en cursiva, versos de Antoine Lamarck, para él este poema
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Arcadas
A Óscar R. Cardeñosa, por todo
No son las de los primeros meses de embarazo,ni las que dan al cepillarse la lengua.Ni las de ver un lapo mucoso en medio de la acera.
Son las otras, las internas,al ver el silencio abúlico en los ojosde la gente normal.
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Sin derecho a almuerzo(Reforma laboral)
Engullo una manzanamientras cago.
Tiene que haber una metáfora escondida.
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Tétrico fruto.Aquel árbol inerte
sólo da galgos
J. Malone Miller
Roja. Mi tierra esta preciosa. Roja.En mayo. En su ocaso, el sol abandonasu jornada laboral con un velo rojo.Las cunetas. Rojas. Infestadas de amapolas.Rojas. Las cunetas. De mi tierra
preciosa. Amapolas rojas. Regadascon sangre. Roja.Amapolas imponentes de vivos rojos.
Dime tú el abono.
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Habitación de hostal con maletallena de zapatos de un solo pie
A Vicente Muñoz Álvarez
O cuando sientes ese ahogoen la cama. Que te da por echar cuentas.
“Este medicamento, mezclado con alcohol,puede producir somnolencia”
Y hay noches queni por esas.
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Todos -absolutamente todos- llevamosde vez en cuando alguna carga inasumible.Hay que tener las espaldas muy grandes. Pesan como nubes de plomo.
Según leyendas, hubo quien portó una cruz.
Tommy N´Kono se la ataba a la pierna.
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en las corbataslos gusanos de seda
dejan su vida
J. Malone Miller
el despertador a las seis de la mañanaestefueaporleña
los huesos te crujen del fríoestelacortó
quédate una hora más que corre prisaesterompióunhuevo
a mediados y sin cobrarestelofrió
el jefe llega con un Audi nuevoyestegordogordogordoselocomió
se lo comióse lo comió
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Inem
A Chapu
va cada mañana al tanatorioda un vistazo a las esquelasmira la edad de los muertosy si cuadraentra da el pésame hablade cosas triviales y
acaba siemprecon la misma pregunta:¿dónde curraba ahora?
se va entra al coche coge un currículumlo deja en la empresadonde trabajaba el muerto
quizásnecesiten gente
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Crisis II(todos tirando del mismo carro)
El violinista en el tejadotoca desafinado, con la fundallena de estrellas.Y no se piensa bajar de su azoteade vistas privilegiadas.
Le importa una mierdacómo te las apañescargando el contrabajopor las escaleras.
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A Cysko Muñoz
Una coleta al borde de la rendiciónpor varios mechones rebeldes, los guantesverdes desteñidos por tanta química. No pretendeser sexual ni mucho menos. Pero el sudorrepega tanto su vieja camiseta a las tetas que quisierashacerle el amor con furia en la bañera recién limpia.Y en vez de las gracias,aunque sea con un pequeño besoque no paga el esfuerzo, vas yle dices: Te has pasado con la lejía.
La cobardía. Ese preferir que
sea la vida quien vayapoco a pocodesprendiéndose de ti.
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A Javier Cánaves
Hiela en la noche de un lunes cualquiera.El alcohol no consigue mitigarla sensación de frío. Tarareas cancionestristes de tipos tristes que siempre visten de negro.La niebla casi sólida desorientó tu deambularsin rumbo y te sorprendes delante del Puente Colgante.Los artistas os pasáis la vida buscando el puentemás hermoso desde el que saltar, leíste hace pocoen una novela de Javier Cánaves. Pero tú no eresun artista y de elegir, preferirías acabar con todoahorcándote mientras te masturbas, en el culmende un placer supremo sin billete de vuelta.Te asomas y levantas los pies en un juego que te aterra. Vistodesde fuera eres un fotograma de Qué bello es vivir. Ningún ángel se ha de ganar las alas contigo, lo sabes, por eso desistes de retar la gravedad, no fueron suficientes las cervezas.No eres un artista. Pasa una patrulla de municipales. No se para.Eres tan pequeño, tan nimio, tan insignificante, tan nada. Creen que eres un borracho más dando de comer a los patos.Un cobarde que no se atreve a saltar del puente más hermoso.
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agua estancadaen recuerdos prohibidos
y sangre seca
J. Malone Miller
el humo del cigarrillo en la cocinano logra borrar el aroma del caféque tomaste antes de partir -me el corazón-
olía a vainillala última cápsula de la nespressoque compramos cuando había dinero yno importaba el sabor decadentede nuestras bocas al despertar
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se sabe amarga la almendraaunque a veces le ciegue su complejo
de fruta de la pasión
J. Malone Miller
me cuentan- ahora llegan chismes de ida yvuelta y cuentos de nunca acabar- que cuandobajas del tren con tus pantalones ajustados blancoscon su magnífico culo correspondiente dentro tienes yaun tipo al que abrazas besas recogetu maleta y supongo te llevará a su casa a sucama en la cual te follará con ganas antes de deshacerel equipaje lleno de tangas medias zapatos camisasy el ejemplar de mi libro en el que subrayaste los versos
los besos temieronentrar en peligro de extinción
si al menos fuese resacalo que me impide enfrentarme hoya esta vida que se quita los guantescada vez que me golpea allídonde no sé cubrirme ante sus derechazoscerteros
este dolorde campo de ortigas en el estómagode bombas de racimo en el occipitaleste dolor que me lleva al desguaceno lo aplacan sales minerales omeprazoltónicas ni vitamina C
si al menos fuese resaca
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de emborracharme entre tus labios multiorgásmicosdonantes de dulce licor
si al menos fuese resacade una noche de luces y música malaentre tragos falsos y hielos escarchadosbailando con separadas que acaban de descubrirel clímax perdido en su monótona camadispuestas a recuperar el tiempo perdido
si al menos fuese resacael motivo de haber amanecidosin la erección natural dolorosa ávidade expulsar cuanto antes su descarga de semeny aliviar la dureza de los huevos agarrotados
pero no
por desgracia este es otro dolorsin otra cura que no seas tú
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A Alfonso Xen Rabanal
Bailábamos con nuestra sombratangos de espinas y bueyes,ensimismados en la hoguera dondese quemaba un decorado de cartón piedra.Y fue que encendieron las lucesy descubrimos la mentira de una tramaadornada con el recuerdo adulterado por las ganas.
Huyó la sombra y matamos al dj.
La bola de espejos se lanzó al dance floor,entre tantos trozos se retrataron todos los fracasosque latían en los puños de la camisa, suciosde abrazar nadas, de abrazarnos a nosotros mismos.
Apaga las luces, suena, con el riff distorsionado, un bluescon el que encadenar de nuevo a nuestras vidas la niebla.
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La mano en el bolsilloapretada,con la llave del portal entre los nudillos que aquí se está poniendo feoy uno de los dosno sale de esta ileso.
Vivo en la ciudadmejor iluminada del mundo,aunque sólo veo sombras en derredor. Acorralado,ya son demasiadas decepciones.
Esta vez me la llevo por delantecon la valentía de las copas de más.Sé bien cómo actúa, todos sus movimientos,llevo un mundo detrás de ella.Aunque jamás me la presentaron: Jorge, La Vida;La Vida, Jorge.
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a la rutinase le tambaleala “t”como el colmillo de lechea mi sobrino
la caídaes inevitable
ru ina
t
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A Velpister
viene un arcángel /me dice a bocajarro /
nunca existió dios
J. Malone Miller
pululan siempreen las orillas delas piscinas infantiles
atraídas por el olorde la sangre inmaculadalustran su aguijón
las avispas las sotanas
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la noche quiere despojarse de su nocheen esa hora en la que operariosfantasmas ponen las calles
el alcohol palia en parte el fríoque ha elegido de acompañante el alba
sin dinero sin sed sin botín
tanto bar tanta nocheva a anticipar la obsolescenciaprogramada de tu hígadode tus pulmones
tanto bar tanta nochey ninguna camarera recuerdaque estuviste allí
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Noches
sin cazadorsin iguanassin blanco saténsin san juansin cristales rotossin lápices
la soledad te hunde en el sillónel polen copula con la roparecién tendidauna de van damme en la telecrías de cebras cortan cocaína
otranoche vacíacómo privarla tambiénde un muerto viviente
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el matacucarachas yel eliminador de oloresde la marca blanca del mercadonahan resultado serun fiasco mayúsculo
de una u otra maneraellasigue en casadetrás de cada puertaen cada habitación
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Nos despertamos agazapados
dulce simiente /amarga en tu paladar /
te dan arcadas
J. Malone Miller
Nos despertamos agazapadoscon el aliento en podredumbre.No es el tabaco ni el ron.
La sinceridad se echa atrás, de nuevocaducan las verdades en el paladar.
El olor insoportable de la realidad-una bayeta sucia olvidada en el fregadero-. El futuro,en los posos del próximo café.
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La cadencia monótona
La cadencia monótona / interminablede los pasos que te regresan a casacon el ocaso vistiendo rojiza una tardede otro verano desperdiciado.El sudor agrio fruto de un trabajo canalla.
Te paras a encender un pitillo / como cada tarde /delante de ese parque enrejado /delante de la piscina privada de una comunidaddonde nunca fuiste invitado.
El cartel de prohibido el pasoa toda persona ajenate enajena / no te es ajenoel indeleble pinchazo de frustración. Yesa señorita -muy aseñorada- quesiempre viste de rojo ysiempre va mojada ynunca es por tu culpa el que se empape
de indecente flujo lúbrico /te restriega a la cara con su indiferenciaalgo de lo que podías tenersi no hubieses sido tan honesto.
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Siempre hay una gota que colma el vaso. Recemos en quien tú creas -dios, Maradona o Michael Hutchence-. Recemos, para que ésta, la gota que colme el vaso, no sea de nuestra sangre.
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Así que esto era la vida: la permanente sensaciónde sueño insatisfecho. Y los buenos momentos,
bruscamente rotos, como un bostezo interrumpido.
(Mi máscara de tragedia, Robert Cunningham)
haz la cuentahaz un borrón
haz una cuenta nueva
¿qué?
a ti también te siguela vida
dejando a deber
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Tras el diluvio, la nocheen la que llovieron impermeables.Cuando como perros vagabundos,con el olfato perdido en el naufragio.Ateridos, sin remedio ya en nuestra derrota.Sin más huesos para roerque los propios.
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esa lasciviaque el tiempo despereza
se vuelve seca
J. Malone Miller
esta nocheno le apetece
me pongo a jugara los boloscon las botellas vacíasde aguamuertas en su mesilla
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el borracho, acodadoen su esquina favoritade la barra, mirala tele donde Mariló preparaun pollo a la cerveza ycon agria tristeza maldicetamaño desperdicio.
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El tubo de escapede una motodespereza la madrugada.
Ella sisa unos minutosal despertador.
Preparo, lleno de legañas,la cafetera. La radio: hoyel cielo estará despejado yhabrá una temperatura agradable.
Y por qué unas ganasde matar hasta a mi sombra por volvera la cama y hacer burlaal despertador.
Un nuevo día. ¿Un nuevo día?
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A Carlos Salcedo
Cercadode botellinesde Mahou,en la barradel pub Tus Ojos,me contabaque la vidacon élsiempre fuemuy puta,pero que ahora-aún tan zorraa veces- resultabamás amable,más señora.Alegre inclusoal desnudarse.Luego farfulló algosobre Victoria Abrily Maribel Verdú.
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A Felipe Zapico
Y las piernas de Kathleen Turner.Sangraban las absurdas decepcionesde cuando el viento en Trigueros. Entreel galleo y la neblinaperdiéronse los cantos de las chicharras.
Barrió el patio -no habíaotro día-. Se esparcieron los despojosde todos los besos derramados a los piesde una cama en la que los muelles dejaron de gemir.Hace tiempo.En los flecos de la escoba yace el submundoinquieto de un déjà vu repetido hasta la saciedad.Ella con un vestido de flores por las rodillas.
A veces también Anna Magnani. Y huelea pan recién hecho. En horno de leña.
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A K., maestro y espejo
No hay más.Así de cómico,y así de trágico
Karmelo Iribarren
Decidirme de una veza escribir un poemaseriosobre lo cruel y ridículaque es la vida.Pero es 12 de mayo,Sol se llena de gravedad yen vez de pasear por Central Parkviendo obesos con camisas fosforitas,estoy sentado en la terracita del barde Arrolobos viendo cantar a la rubia malteñida de la orquesta una de Maná.
Y no me siento capaz-ni ayudado por un ron cola- aexpresar con palabrasla sensación de que esta vidano da más de sí.
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A JAB
manos cerradaspara breves caricias
antes de morir
J. Malone Miller
Hicimos gemelopateando las callejas de nuestra Lisboa
Buen intento no querer dejarlo morir
Quizás por la tenue oscuridad de las farolasno caímos en la cuenta que nuestro futurose escapaba por las rendijas del empedrado
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A Adriana Bañares
las uñas negrasme recuerdan el fracasode escarbar en la mierdapor un trozo de pan yarañar el tedio cubierto de mugre
el fracaso de bailar entre la suciedad
pero también la victoriade mantener la dignidad intactade elegir con la cabeza bien altalas uñas negrasantes que las costrasen las rodillas
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La voz se me ha hechovarias veces trizastras el color tardío
de las figuras.
Carlos León Liquete
Me arañala ingravidezdel silencio. Calmachicha, ni los gatosrespiran. Eso es lo malo,aquí nunca pasa nada.
Fumamos esperando un gritoque despierte a la nocheenvasada en su vacíoY explote. Y nos lleve en pedazos.Quién no ha soñado alguna vezser una estrella.
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A Marta, Eva, Patri y Ana
una vezsólo una vezbeséa la chica más guapadel baile
a la más guapapara mí
a la oficiala la que le dieronla corona y las floresla besó como siempreel capitándel equipo de fútbol
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dubitativasin la confianza necesariapara amarbesabas siempre con los ojosabiertospor no entregarlos miedos y anhelosa fondo perdido
temblorosa la bocatodos tus besosfueron a parara las comisuras de mis labioscomo una escopeta de feria queno acierta la diana
la saliva curadicen y
en tu ausenciame salieron boqueras
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A José Manuel Vara
Los hombres vistencomo jockeys ridículos,demasiadas banderasen las camisas de marcay en los bmw. Huí a unode esos países llenos demujeres hermosas y hombresfeos sin dinero.
Allí conocí un tipo que hacíael mejor asado de cordero quehe probado en mi vida. Agua ysal nada más, le dije. Él me juróque sólo agua y sal, con sarmientopara la lumbre, como en mi tierra,pero sabía a tomillo y a pecho de diosa ydiscutimos su verdad contra mi pólvora.Aún así, me cedió su esposa al caerla noche. Su sexo sabía a cordero lechal,por ende a pecho de diosa. Con el calostrodulce de su orgasmo, caí envenenado a lafiebre del conquistador. Ella me lo pidiócon el silencio que sólo la belleza consigue.Abrió sus piernas, la trampa, el plan. Fuefácil, un golpe y ocupé su lugar.
Se agrió pronto el deseo, aprendísu idioma y mis manos urbanascomenzaron a encallarse. El tactocon otra piel distinta se convierte a la fuerza,roce a roce, en cotidiano sudor. Y el asado
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de cordero ya no sabe a pecho de diosa.Agua y sal y leña de encina para los engendrosde dos cabezas. Hoy llegó un forasteroal pueblo, dice que la lumbre huele a pecho de diosa.Ella no dice nada, pero sé que esta nochees la noche del destete. La hora en la quese sacrifican los juguetes viejos.
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cuando el almendrovista sus flores blancas
volveré a por ti.
J. Malone Miller
Te inventaré otro nombre.Te llamaré Cherry Baby.Te penetraré con desprecio y rabia al 50%. No todovan a ser derrotas, haréuna pausa en mi caída a los infiernos.Tú boca, que siempre me supo a cereza,-de ahí lo de Cherry Baby, por si hay alguien de Burgos-está hoy infestada de mentiras. Seráun buen entrenamiento para subsistir en la nieblaa la que tus besos me llevan una y otra vez.
Principio y fin, salida y meta.Salvación y derrota, trampa y recompensa. Tú boca.
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Esa alcayata
en la diáfana paredsin cuadro que sujetar
orgullosaaguantando el tirónsolitaria
y tristemuy triste por la añoranzade los buenos tiempos en el queuna acuarela hermosadependía de su fuerza
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Olleir
A Luis Miguel Rabanal, maestro aunque no quiera
Victoriosacon cientos de heridas de muertedesvencijadavieja y harapienta una guirnalda sigue en pie
Ha vencido a los inviernos cruelesde estas áridas tierrasAhí estáheroica entre dos balconesde casas vacíaspara recordar a los espectros que allítambién alguna vezse oyó reír
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sólo en los cuentoslos hombres de madera
se vuelven príncipes
J. Malone Miller
No pongas esacara de panolila sangreen el condónsólo significa quemañaname tiene que bajarla regla
tengo treinta y tantos¿qué esperabasuna virgen a estasalturas?
tú sigue creyendoen cuentos de hadasasí
te luce el pelo
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A quien acaba este poema
Que se mueran las viejas que meriendanchurros en la chocolatería El Castillo,que mueran las momias enjoyadas conlas mejillas pintadas de un chillón más vivo que ellas,que la palmen y
sus nietas hereden las perlas y las cuentascorrientes y se compren vestidos de pasarela ylencería fina y se vayan de viaje a Roma y a Mikonosy a Ibiza y se compren un Mini negro con rayas blancasy llenen sus armarios de zapatos y de bolsos y contratenun personal trainer y adopten un perro lamecoños yse operen las tetas y se hagan liposucciones
y
cansadas,regresen a esta ciudad en la que quema el asfalto, hay sitio dondeaparcar en las tardes inertes de agosto y
busquen a los poetas pobres -pobres poetas- que no se puedenir de vacaciones a la playa, que les exijan catorce metáforas de mediapara llenar el vacío del alma. Empezaremos con la postura de la abeja,susurrando versos robados a Pedro Andreu.
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Vestidito de rayitas marinerasnuestro verano agoniza
sentada en la orillano parashasta caer una lágrimaen la arenacomo decía Radio Futuraque cantaba Peret
hacemos la maleta dices adiósal mar desde la terrazahasta dentro de doce mesesme miras y gritoChanquete ha muertoy tu risaborra la tristezadurante cuatro segundos
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Al Céfiro
yo quería follarte a todas horasque me follases a cada instante
tú demandabas paseos por el parquecine charlas atardeceres caféesoes empezar el amor por el final te dijenecesitamos más deseos y menos planes
supongo que seguirá impecableel dentífrico sin deformar
tú y tu obsesión de estrangular las cosaspoco a poco pero empezando por el final
Robado a Eugenio Navarro Torres
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Otra guerra perdida
cuando me mueraarrojadme a los patos
del campo grande
J. Malone Miller
La presentadora de ojos celdaboca cianurotetas secesionistas &piernas incógnita-mataría por despejar la x alojada en sus bragas-se obcecaba en el parte de las tresen repetir que el hombre rescatadobajo una montaña de lodo erala imagen de la victoria de la vidasobre la muerte.
Aunque creo yo que esaes una guerra perdida; quizás la de la guadañase despistó un segundo o estabatomándose un café y un cigarro, queen todos los trabajos se fuma, perotarde o temprano, como tú y como yo,ese hombrevolverá a las fauces de la tierraen un angustioso déjà vu.
Sin tiempo para la publicidad antesde los deportes.
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Vino el ejército
Yo creía que ellos tiraban balas, madre,pero tiran arroz.
Estoy muriendo de arroz.
Olga Manzano y Manuel Picón
vino el ejércitocon sus armas en los dientesy el aguijón pretérito sangranteen busca de un mínimo sentimientopor mi parte
revolvieron en mi cabezadesordenando tenía pocas las que ideassin hallar rastro de emociones
mi corazón aprovechó un descuidopara desertar a través del culo,y era la única prueba que tenían
callos en las manos suciasTNT bajo mis cejasy mentiras en mis labios
vino el ejército y se fuellevándome, las manos esposadas,ante la caprichosa hija del tirano quecreía saber dónde lo guardaba,y pidió mis pelotas y mi pollaen bandeja plateada
había comido espárragos verdes
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infectando mi semen de reproches,valió la pena ver su cara de ascocuando encendía un cigarropara quitarse el mal sabor de boca
y al ver cómo se retiraba el pelopara no incendiarlo con el mecheroflorecieron estrellas de mi escroto,explotaron las bombas de mis ojosconvirtiéndome en esquirlas de rabiaincrustadas en casa del opresor
con el tiempo he adquirido sus vicios,me he casado con su hija,me he acostumbrado a que me digan traidor,el amargo sabor de mi espermalo notan los obreros a fin de mesque no se dieron cuenta que la muerte
es arroz la muerte es arroz sólo arroz
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Despertar
desperté cuando el sol se despojabade su negro pijama de estrellas con elDevil inside sonando en mi cerebrouna renqueante contractura en el cuellosapos desnudos por alientoel recuerdo de un sueño húmedo en la sábanayun cerco de desidia perezosa en la almohada
he dejado a un lado las ganas de comermeel mundoa través de mis poemas
preparo un colacao y unos corn flakes
puede parecer poca cosa pero el desayunoes la comida más importante del día
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OZ - Ciudad fuego (ida)
Todos queremos una revolución, pero que la sangre no sea nuestra.
Xen Rabanal
era nuestro deber / nuestra obligaciónintentar cambiar a golpes el mundo /creer en El Che y en la revolución
bajar la basura / romper cristalesobviar la rimacercenar el verso a nuestro antojoj u g a ra ser rebeldesmatar al padre por miedo a parecernos demasiadosacar un billete hacia Ciudad Fuego antesde volvernos esclavos de las máquinas ydel trabajo ajeno
era nuestra obligacióndestruir de nuevo Jerusalén /nuestro deberconvertir a los dioses en simples souvenirssaltar sin mirar abajo /apuñalar en oscuras callejuelas /desaprender el esfuerzo / marcar los ases
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y descubrir a hostias que los cuentos son cuentos
no existe Ciudad Fuego / no existe Ozla realidad abre sus costuras / el tiemponos doma / nos devuelve al redil / noscorta el pelo y tatúa errores / pero /era nuestro deber / nuestra obligación
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En esa edad
Lo único bueno que tiene la vulgaridad, es que nos humaniza
Poeta Bululú
en esa edad dondees temprano para moriry demasiado tarde para matarteen una desesperada búsqueda de la eternidad
esa edad indecisa,en la que en los bares hay demasiada gente,eres más viejo que todos los héroesy los niños te llaman señor
en esa edad de nadas,con las ganas de cometer viejos erroresy descubrir un freno silenciado,te sorprendes paseando, quién lo diría,sin rumbo, por el placer de pasear,dudando al mirar a las viandantessi prefieres follartea las madres o a sus hijas
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Bikini
árboles viejoslloran porque ya nadie
se ahorca en ellos
J. Malone Miller
Tus pechos se volvieron agridulcesla noche que llovieron impermeables.Los militares, atónitos ellos,perdían una y otra vez el paso.
Tu cuerpo perdió el dulzor el veranoque tiraron otra bomba en Bikini.Los peces que driblaron al pescadoresparcen sus tripas sobre las rocas.
Tu roja boca olvidó los suspirosun escuálido treinta de febrero.Las hojas del calendario perdieronde nuevo su batalla contra el tiempo.
Tu tacto ingrávido se quedó ciegocuando llegó distraído el deshielo.Las focas ya no huyen de los hierros,se hacen el haraquiri con su miedo.
De tu sexo se evaporó una nocheel murmullo de tus jugos añejos.Los viejos cruzan los dedos, esperanver en las necrológicas su nombre.
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A Gsús Bonilla
tosersorber los mocostragarse el gargajoaguantar la arcada
joder tíoen cuatro sencillas fraseshas resumido tu vida
ahora lávate los dientesllena de vaho el espejo del bañovístete de domingopisa una mierda al salir del portalabrásate el paladar con el café que pediste templadoy ahora / sí / ahoracómete el puto mundo
Al final de esa larga noche,cuando al fin entrelazaron los brazos
su abrazo estaba lleno depasión y recuerdos. Cada uno recordó
la juventud del otro.
(En plena noche con niebla y caballos, Raymon Carver)
En contra de la idea establecida,La palabra no crea un mundo;
El hombre habla como ladra el perro,Para expresar su ira o su temor.
El placer es silencioso,Igual que ser feliz.
(La posibilidad de una isla, Michel Houellebecq)
La mierda. Te recreas en el olor de la mierda.En la mierda como abono.
Y jamás has reparado en la flor que, hermosa, crecía.
(Susurros a pleno pulmón, Rosalía Guijarro)
83
A Juan Risoto
sucedeque me fue fáciltracionar a mi patria
y a la bandera y clarotambién al rey
bastó con dejarde mirar -como cantabangolpes bajos- a los ojosde la gente
pero es que albergala mirada del suicidaen la cremallera rotade su falda
84
Imitraición a posteriori de Juan Bonilla
desenterrar el corazónexponer tu sexo / mostrar tus tetas
a tantos ojos extrañosjuro no volver a hacerlo
J. Malone Miller
Hombre casado busca mujer para sexoy lo que surja. Requisitos:Vallisoletana, nacida en diciembre del77, 1`64 de altura y 57 kg. de peso. Pelorizado y largo que vaya dejando por todala casa. Un 36 de pie, cóncavos y fríos desdeprimeros de octubre a mediados de junio. Ojosavellanados y boca de piñón. Nariz chatilla. Culo respingón, 95C de sujetador.Paciente, comprensiva; con miles de enfados diariosque se la pasen a los cinco minutos. Que no soporte a Bunbury pero me acompañe a sus conciertos. No sepa quiénes son Payeras o Raúl Sánchez; me deje ver el fútbol y se haya borrado del Madrid mientras sigan Mourinho y Florentino Pérez.Ha de llamarse Geli -esto es innegociable- y trabajar en Mercadona. Cocinar un arroz con calamares en salsaamericana exquisito; dormirse en el sofá viendo las seriesy no saber todavía a quién votar. Que fume Pall Mall y todoslos días diga que lo va a dejar.
85
Que no sea muy gastadora.Adicta al café. Que pregunte cada vez que apago el ordenadorsi la amo. Que me lo pregunte de nuevo diez minutos después.Que me lo pregunte tantas veces al día que consiga odiar la palabra amor.Tiene que reñirme por ir hecho un Adán, desteñir mis camisetas favoritas y estar operada de la vesícula.
Si, mi vida, estoy como loco por serte infiel, pero es tan difícil encontrarte a veces.
86
Lo recuerdo bien, aunque te digaque no, que son cosas de chicas.
Empecé a temblar como la manode Joe Cocker sin una copa de whisky.
Después, balbuceé un yo tambiény nos besamos.
87
inunda las bocas un sabora hierro / por mordernos las ganas de Gritar
el afilado silencio del precipicio -como la inquietantefalta de aire en el lloro de un bebé-
salir de un cuerpo como si fuese tu propio cuerpo-desahucio del paraíso- / sus pechos fueron manzanas
y el olor imperecedero de purple rain en su sexo
tan parecido al perfume de la muerte
88
Hay noches de jueves milagroen las que pule con caricias sus yemas de acerotemplado al fuego de cianuro y me dasu espalda cayuco, y me ofrecesu escándalo negro como pera de agua.Y gritos Sharapova y silueta de tiza
cuando me mira a los ojos con un estruendode botellas caídas y susurrate amo te quiero te necesito yse pone de nuevo su braga armadurasin levantarse a lavarsecomo en las películas americanas.
89
Matamos al pinchapor negarse a poner nuestra canción.Huimos en el Ford V-8 robadoal marica que se pajeaba en el baño.A cada acelerón atropellamos nuestro futuro. Y
en la suite nupcialni estuvo Barry White ni falta que hizo paratemer a la muerte por vez primera.Fueron los besos quienes afilaron la guadaña.El amor esperaba emboscado. Un primer disparo.
Alguien cerró la puerta de atrás. Sin otra salidaque de nuevo la cama ya sin sábana bajera.
90
escucho inxsmientras todos mis sueños
se ahorcan vivos
J. Malone Miller
Adiós al pelo largoLa barba fueraY para los clavos de las manosuna crema de farmacia que dicenes la hostia
Este mundono necesita más mesías
91
Aquí -quién lo ibaa decir- como los ricos,de vacaciones en pleno invierno.En el trópico de tu cuerpo de pies fríos.
92
A Ana Pérez Cañamares
Esti país nun va tener bandera,Que pa eso lu construyo yo
Pablo Texón
La mi bandera nuevatiene el color de las cenizasque son ahora la antigua.Y cuando sopla el vientono ondea arrogante, se te clavaen los ojos. Me recuerdaque es la horade quemar otra bandera.
La mi bandera nuevatiene el color de las cenizasque es ahora la antigua...
93
Te encanta decirme ya no me quierescon esos ojos de gata desvalida y sonrisade puta privada. Esperas besos, mimos yteamos regalados al oído. Artimañas del celo,pues sabes que te quiero con locura. Dimesi no es amor que te quite lo verde del ajocuando cocino para ti, o que desespumelas impurezas del caldo cuando el risotto rompe a cocer.
Si te amo tanto que a pesar de los añossigo viendo en la preciosa madura a la chicade la que me enamoré. Y aún no me hace faltaque vistas lencería francesa para volverme loco.Ya no me quieres y ríes con la risa desbocadacuando me abalanzo y te arranco con viciolas braguitas del Venca.
94
A Casilda García Archilla por, por su mirada y cariño
Llevamos de la manola razón y la derrotacon la obscena furiade un gemido de Jane Birkin.
Y aún preguntassi hemos de seguir en la lucha.
95
En alguna de esas tardes a la izquierdade los ceros de mañana donde,ni siquiera las tetas de Rosario Dawsonbailando el ABC de los Jackson fivete reconcilian con el ser humano. Esas tardes,en las que lo peor para la cordura es esa balanerviosa en la recámara llamada poesía, a veces,el lamento desorientado del moribundo rompe tu ventanay los miedos se difuminan entre la ceniza
y sucede que uno se cansa de ser hombrey se despierta el aletargado dedo corazóny se lo enseñas al mundo aunque ni mirey bajas a la calle con una sonrisa AK47tarareando DO RE MI, ABC, 123
(Baby, you & me)
Aconsejo buscar en youtube Rosario Dawson dancinghttp://www.youtube.com/watch?v=DIEjvJahBLo
96
Joder, si hasta los empastesde su caníbal boca me parecen hermosos,qué decir de sus pupilas donde embotellaatardeceres violetas. Y seguir con la retahílade suspiros de cierzo; sus manos, estampidade hormigas rojas cuando me mima.También su culo capaz de venceral tedio de la perfección y cómo no, siempre,sus tetas. Dos lanzagranadas capaces de embellecerel arte de la guerra. Y hablando de guerra, la trincheraembarrada de su sexo como galería acristaladaen el centro de Milán, de acogedor lujo inalcanzable.
Qué más puedo decir sin ser subjetivo, sime puede la pasión. Si esel Oscar al actor secundario. Lacuchara de madera del que se acomoda en la derrota.El trofeo inmerecido, el tesoro que a vecesaguarda en la basura, encontrado por un perdedor.
97
flor hibernadade pétalos caídos /
fruto dormido
J. Malone Miller
nos quedamos en la camahasta la hora en la que las cigüeñasmachacan el ajo
como si no hubiera nada que hacer omejor aúnsabiendo que de nuevodejaríamos todo pendiente para mañana
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A Batania, por la revolución de sus paredes y críticas feroces
y mi madre me gritabalas fresas en mayo
las fresasen mayo
Batania
fueron pocas y las que hubosalieron malas
no comimos castañas aquel invierno
sin embargolas fresas
ay las fresas
hasta en tu boca
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Diré: su aliento sabe a albahaca. Porquees su palabra favorita. Más que libertad, pelele,oropéndola o poesía. A mí me encantan berenjena,solsticio, ultramarinos y pescuezo. Pero ellase empecina en albahaca. Y se merece, por su aguante,mil poemas plagados de plantas de albahaca. Porquesu cuerpo, caliente al despertar, huele a miel, naranja y albahaca.Sus brazos son amor, cielo, escudo y albahaca.Su culo, inspiración, nube, flamenco, gracias y albahaca.Albahaca también sus pechos de alegría, sinceridad, rocío. Y albahaca su sexo escarcha, murciélago, colleja, trinchera. Manos albahaca; vientre albahaca, estraperlo, conjugación, chisme, limón. Sus ojos, por un momento también, serán verdes como la albahaca.
Diré: su nombre me sabe a albahaca. A hierba de la que crece en el valle, como cantó Serrat. El valle en el que, con cada beso suyo, florece un campo inmenso de albahaca.
100
Palabras para Julieta III
cambié los barespor la arena del parque
y toboganes
J. Malone Miller
tropiezacon un hipopótamo de plásticotropiezacon jirafas, pelotas, peluches,puzzles, pianos, xilofones, tambores
tropieza y se cae y se levanta ytropiezacon legos, marionetas, cajas, caballos
no está malque aprenda tan prontoa dejar las excusas a un ladoa no echar la culpa al mundo
saber que siempreson las cosas que no dejamosen su sitiolas que nos hacen tropezar
101
déjatede adornos
todolo que se poneen un platodebe sercomestible
arrancarécon mis dientesel tanga negro
trae aquíese culo pajarero
la noche trae como una sombrael pecado de la gula
102
Otra canción que empieza por no
siempre vuelvo a ti /será que aquella brújula
se rompió otra vez
J. Malone Miller
No es argentinani de Boca Juniors -puto Sabina-y aún así mereceuna canción /porque nunca empieza por nocomo los malos poemas.
No es una estrella de Hollywood /y su uniforme no hace justicia -puto Roig-al culo que uso de almohada y aún así merece mil versospor abrirme las piernas y sus senoscolmados de efervescentes galaxias.
Se merece una canción tan sencillapor la tontería sin importanciade ser la razónpara ponerme en pie cada amanecer.
103
-la química del amor dura dos años-tres de cada cuatro matrimonios se divorcian antes de los cinco años-el 82´8% de las parejas se son infieles-8 de cada 10 casados cambiarían a su pareja por una famosa-el 62´4 de los matrimonios se rompen a los 13´6 meses de tener un hijo-la media española es de 1,57 relaciones íntimas a la semana-el 71% de las parejas se divorcian tras quedarse uno en el paro-esta temporada se llevan los pantalones anchos y vaporosos
ya ves
todos los datos en contra y nosotrosempeñados en amarnos
obcecados cada noche en romper las estadísticasdespués de quitarnos nuestros vaqueros ajustados
104
todo está bienla caldera aliviando el frío de eneroun café y el humo de un cigarrorecreando árboles azules desbrozados
Milla Jovovich rasgando el remix de Satelliteof lovepoemas que otros robaron a mis manos torpes
el mundo con su alentada decadencia afueragirando inmune a la basura que apesta a dineromanchado en sangre y barro
todo está bienen esta jaula amurallada donde una hiedracorta el paso a la vida
puta tan puta exceptoahora en el momento de irse a dormira la trinchera donde una mujer es capaz de hacerun butrón sólo con sus uñas engalanadas de plataen la verja del paraíso vedado
saciamos la carne sus senos sabena tarta de manzanas sin papelesy de su boca escapa un huracán de cometasen el último resuello de placertodo está bien
un café un cigarro poemas yella calentando mi lado de la cama
105
con el pasaporte preparado y un billete al Edénvolvemos cada noche sin miedo a ser castigados
dios no existe dice la vida desde su esquina
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Encontrarse, no con su culode geometría amable y frío escandinavo. Ocon el muslo trapecio de oropéndolas suicidas.Tampoco con sus manos, en cuyas líneas encuentro una trinchera.Ni siquiera con la turgencia de un pecho -el sitiode mi recreo- principio y urgencia del deseo. Que
suene el despertador, a las seis de la mañana yrozar, casi tropezar mi mano en su tibia. Tibiaplebeya, incógnito. Tibia anónima, inexplorada. Tibiasencilla, humilde espinilla; discreta, como cualquier tibia.
Y dejar de sentirme, tan pronto, en su tibia, como un blanco en la final de los cien metros lisos.
107
Decía la señoraen el telediario de las 3“Aquí, llueve pocopero cuando lo hace, estose desborda en un torrente quelo inunda todo”Nos miramos,apagamos la tele y
nos fuimos a la cama,en busca de la borrascadonde se sacrifican las siestas.
108
un coche blanco /el asiento de atrás:amor y esguinces
J. Malone Miller
era tal el calor quepara dormir hasta le sobrabanlas braguitas
fue raro aquel septiembredel dos mil once
de brazos cruzados mientrasel mundo se hundía y nosotroshaciendo el amorsudados pegadoscon las sábanas por el sueloigual que
de adolescentesfollábamos en pensiones dedos mil quinientas pesetasla noche
109
Las sirenas
las sirenasquedáronse afónicas odescubrieron inútiles sus cantos
porque una mujercon el baño del sol ennegreciendo aún mássu pielse acerca a la orilla
lleva a mi hija en brazos
110
cedes gustosalentamente la ropacon guiño al placer
J. Malone Miller
ya estaba hechoa la ideade dormir perote acercaste mimosona yme pediste en susurros quete hiciese algo que jamáspensé que te atrevierasa pedirme
fue comosubirse al autobús turísticode mi propia ciudad
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Es absurdo
ir de kamikace enfadadorenegadocontra el mundohasta los huevos de todocon esa pose de manía persecutoria yesquizofrenia paranoide
absurdoal verla de rodillascon la cabeza dentro de la bañeracuando se lava la melena -ese culo en shorts mirándome con un sólo ojo-para reconciliarme de nuevocon el género humano
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No pasará nada
Quiero vivir redimido de cualquier derrota,como un toro indultado, herido en la victoria.
Alfredo González (a él este poema)
Paul Mounsey me avisabadesde la alarma del móvilde otro deber. Inexcusable, dicen.Sus brazos opresores desafiaron unno vayas al curro esta mañana azul.Azul, porque es el color de los poemasy las canciones de Antonio Vega.
No pasará nada.Me dio refugio entre sus pechos donde escondegominolas de regaliz y sangre. Mi infancia. Mi muerte.Entre sus piernas, el decorado en el queNeil Armstrong clavó el mástil de una bandera extinta.
Y no pasó nada. En los telediarios, imágenes
de pueblos enteros agonizantes, víctimasdel odio privativo y primitivo de los humanos.Y en telecinco autopsias en directo. Y en la oficinalos despojos de siempre, obcecados en evitar el caminodel camposanto donde descansan sus cenizas.
113
Sinécdoque
A Juan E. Martín
La he visto pasar ayercomo el fantasma de las navidades pasadas de Dickens,con sus ojos oceánicos secospor el cambio climático.
No recordaba su nombre pero estáigual de hermosa a los treinta y tantosque cuando la beséaquella tarde en el 91.
Se parece tanto a mi mujerque por un instante dudési será mi fijaciónpor un determinado canon de bellezao es que siempre la he buscadoen todas las demás.Al fin y al cabo,a riesgo de parecer machistapor nombrar la parte por el todo,ella esal fin y al cabo,las primeras tetas que toqué.
114
Critican misencabalgamientospoetas y lectores. No es
nada nuevo. Desde los diecisietelo han hecho: Emma, Asun -mi vecinadel quinto-, su prima Leonor. Paloma, Carmen, Mercedes, Amparo. Doscompañeras de clase, la madre de un amigo.Silvia, Rosario, Natasha (uhmm, Natasha), Diana, Beatriz;tres, de cuyos nombres no puedo acordarme y unafuncionaria que me adjuntó la queja por triplicado y con acuse de recibo. Y
mi ex-mujer. Mis erróneos encabalgamientos sonel tema preferido con sus amigasen el café de los jueves.
117
Agradecimientos
Este libro con poemas está dedicado a los que no espabilan y cometen el mismo error una y otra vez, a los que saltan sin mirar qué hay debajo, a los que hacen del fracaso su casa, a los que abren camino en la selva y no se dejan aconsejar, a los que eligen el corazón a la cabeza, a los que no pasan su vida a limpio, a los que mantienen la dignidad en la derrota.
A mi familia, por su amor y paciencia. A la mujer que se esconde tras la celosía y a la niña que no hace besos para mí. Lo sois todo. A los amigos del Moli, los de siempre, los que están ahí aunque los hijos y el escaso tiempo y dinero nos impidan más piel. A Matapozuelos. A los que susurran a pleno pulmón mientras curan las heridas con alcohol. (Mi familia). A mi gallego de Tioira, tabla de salvación diaria en nuestro pequeño infierno.
A todos quienes hicieron un hueco en sus negocios a mis traseros. A los que desinteresadamente y con tanto cariño me promocionaron boca a boca, calle a calle. A los que comparten mis poemas, eventos y noticias y se acuerdan de este poetilla en sus blogs, muros, proyectos, traducciones, afinidades... no sabéis lo importantes que sois para mí, pero por suerte, no hay espacio para tantos mamíferos y vuestros nombres propios.
A GaLEERía, La Curva y A pie de página (Ahorrando dinero para la estatua de Enrique).
118
A quienes me dejan colaborar en sus fanzines y revistas (Elefante Rosa, La Fanzine y Vinalia Trippers). A Antonio y Ana Patricia, por hacer palpable este libro. A Julia por mejorarlo con su arte.
A amiguetes, novietas y, en general, la afición.
Pero sobre todo a ti, que según está el patio, has gastado parte de tu dinero en este libro. GRACIAS.
Al Lobo, Jinks, Tom, Silvestre, Coyote, Mark Lenders, Placton, Mad, Garfio, Pierre Nodoyuna...A La energía de los esclavos de Leonard Cohen. A los poemas que quedaron fuera esperando otra oportunidad.
Prólogo 7
Diluvio 13
Teníamos todo de cara ........................................................... 17
por un momento sientes ........................................................ 18
Interferencia ........................................................................ 19
Fue sólo un grito .................................................................... 20
Arcadas ................................................................................. 21
Sin derecho a almuerzo ..................................................... 22
Roja. Mi tierra esta preciosa .................................................. 23
Habitación de hostal con maleta
llena de zapatos de un solo pie ......................................... 24
Todos -absolutamente todos- llevamos .................................. 25
el despertador a las seis de la mañana ................................... 26
Inem ...................................................................................... 27
Crisis II .................................................................................. 28
Una coleta al borde de la rendición ....................................... 29
Hiela en la noche de un lunes cualquiera .............................. 30
el humo del cigarrillo en la cocina ........................................ 31
me cuentan- ahora llegan chismes de ida .............................. 32
Bailábamos con nuestra sombra ............................................. 34
La mano en el bolsillo ............................................................ 35
otro agujero más al cinturón ................................................. 36
a la rutina ............................................................................. 37
pululan siempre ..................................................................... 38
la noche quiere despojarse de su noche ................................. 39
Noches .................................................................................. 40
el matacucarachas ................................................................. 41
Nos despertamos agazapados ........................................... 42
La cadencia monótona ........................................................ 43
Siempre hay una gota ............................................................ 44
Lluvia de impermeables 45
Tras el diluvio, la noche ......................................................... 49
esta noche .............................................................................. 50
el borracho, acodado ............................................................... 51
El tubo de escape ................................................................... 52
Cercado .................................................................................. 53
Y las piernas de Kathleen Turner .......................................... 54
Decidirme de una vez ............................................................ 55
Hicimos gemelo ..................................................................... 56
las uñas negras ...................................................................... 57
Me araña ............................................................................... 58
una vez .................................................................................. 59
dubitativa .............................................................................. 60
Los hombres visten ................................................................ 61
Te inventaré otro nombre ...................................................... 63
Esa alcayata ......................................................................... 64
Olleir ..................................................................................... 65
No pongas esa ........................................................................ 66
Que se mueran las viejas que meriendan .............................. 67
Vestidito de rayitas marineras ............................................... 68
yo quería follarte a todas horas .............................................. 69
Otra guerra perdida ........................................................... 70
Vino el ejército ..................................................................... 71
Despertar ............................................................................. 73
OZ - Ciudad fuego (ida) .................................................... 74
En esa edad .......................................................................... 76
Bikini .................................................................................... 77
toser ....................................................................................... 78
La tabla de salvación 79
sucede ................................................................................... 83
Imitraición a posteriori de Juan Bonilla ........................... 84
Lo recuerdo bien, aunque te diga ..................................... 86
inunda las bocas un sabor .................................................. 87
Hay noches de jueves milagro .......................................... 88
Matamos al pincha .............................................................. 89
Adiós al pelo largo .............................................................. 90
Aquí -quién lo iba a decir- ................................................. 91
La mi bandera nueva .......................................................... 92
Te encanta decirme ya no me quieres............................... 93
Llevamos de la mano .......................................................... 94
En alguna de esas tardes a la izquierda ............................95
Joder, si hasta los empastes ............................................... 96
nos quedamos en la cama .................................................. 97
fueron pocas y las que hubo .............................................. 98
Diré: su aliento sabe a albahaca ........................................ 99
Palabras para Julieta III .................................................... 100
déjate ................................................................................... 101
Otra canción que empieza por no ................................... 102
la química del amor dura dos años ................................ 103
todo está bien ..................................................................... 104
Encontrarse, no con su culo ............................................. 105
Decía la señora ................................................................... 106
era tal el calor que ............................................................. 107
Las sirenas .......................................................................... 108
ya estaba hecho .................................................................. 110
Es absurdo .......................................................................... 111
No pasará nada ................................................................. 112
Sinécdoque ......................................................................... 113
Critican mis encabalgamientos ....................................... 114
Agradecimientos 115
Editorial Origami- Colección La casa del pintor -
1. Dichosa tarde en escala de grises. Antonio Huerta
2. Escombros. Antonio Pérez Morte
3. La edad de los Lagartos. Ana Vega
4. Nocturnos - Antología de los poetas y sus noches.
5. Vivimos encerrados en burbujas transparentes. Jorge Barco
6. La involución cítrica. Adriana Bañares
7. La piedra nocturna. Pedro Sánchez Sanz
8. La triste historia de tu cuerpo sobre el mío. Marwan
9. No hay tiempo para libros (Nadie a salvo). David González
10. Cádiz y la otra orilla. Yolanda Aldón
11. A pesar de los aviones. Diego Ojeda
12. Esto no rima - Antología de poesía indignada.
13. El Cisne y la Tormenta. Adolfo García Morales
14. Las lágrimas del Pato Donald. Ángel Fernández Fernández
15. Horas de Lobo. Jacob Iglesias de Guzmán
16. Todos los trenes mueren en línea recta. Dolors Arberola
17. Asignaturas del aire. Carmén Sáiz Neupaver
18. Doce y cuarto. Antonio Huerta
19. Canciones de la gran deriva. Vicente Muñoz Álvarez
20. Mujer Fractal. Maribel Tena García
21. Leyenda Urbana. Antonio J. Sánchez
22. Creado a partir del polvo de la tierra. Chencho Ríos
23. La guerra tranquila. Antonio Orihuela
24. Sangrantes. Edición de Luna Miguel
25. El ladrón de peras. Felipe Zapico
26. Diario del niño que quería ser poeta o pájaro. Fernando Lobo
27. Parches. Adriana Schlittler Kausch
28. Ánima esquiva. Adriana Bañares
29. Los viajeros de la noche. José Ángel Barrueco
30. El principio celular. Jorge Barco
31. La noche que llovieron impermeables. Jorge M. Molinero