la nueva creaciÓn - activated

16
CAMBIA TU MUNDO CAMBIANDO TU VIDA LA NUEVA CREACIÓN Renovación, regeneración ¿Dónde está la terminal? La evolución de mi fe Escuchar por las dos Un singular invitado

Upload: others

Post on 23-Oct-2021

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

C A MB I A TU MUNDO C A MB I A NDO TU V I DA

LA NUEVA CREACIÓNRenovación, regeneración

¿Dónde está la terminal?La evolución de mi fe

Escuchar por las dosUn singular invitado

Page 2: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

1. V. Mateo 15:29–38

2. Mateo 16:16

3. V. Juan 8:12

4. V. Juan 10:11

5. V. Juan 10:30

6. V. Juan 15:15

7. Hechos 4:12

8. V. Isaías 54:10

Si deseas información sobre Conéctate oestás interesado en otras publicacionesde carácter inspirativo, visita nuestro sitioweb o comunícate con uno de nuestrosdistribuidores, cuyos datos de contactoaparecen más abajo.

www.activated.org/es/www.audioconectate.org

México:Conéctate A.C.E-mail: [email protected]: (01-800) 714 4790 (nº gratuito)

+52 (81) 8123 0605

Chile: Casilla de Correos 14.702Correo 21, Sucursal La MonedaSantiagoTel: (09) 469 7045E-mail: [email protected]

España:ConéctateApdo.62628080 Madrid(34) 658 64 09 48

Resto de Europa:ActivatedBramingham Pk. Bus. Ctr.Enterprise WayLuton, Beds. LU3 4BUInglaterraE-mail: [email protected]: +44 (0) 845 838 1384

Estados Unidos:Activated MinistriesPO Box 462805Escondido, CA 92046–2805E-mail: [email protected]: 1-877-862-3228 (nº gratuito)

Director Gabriel García V.Diseño Gentian SuçiProducción Samuel Keating

© Activated, 2014Es propiedad. Impreso en Taiwán por Ji Yi Co., Ltd.A menos que se indique otra cosa, los versículos citados provienen de la versión RV, revisión de 1960, © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizados con permiso.

Año 16, número 4

A NUESTROS AMIGOS¿Quién es Él?

Poco después de sanar a «mucha gente» y dar de comer a 4.000 personas con siete panes y unos pocos pececillos1, Jesús preguntó a Sus discípulos quién decía la gente que era Él. Ellos le informaron que para algunos Él era Juan el Bautista, y que otros pensaban que era Elías, Jeremías o algún otro de los grandes profetas que había resurgido de los muertos. Sus

respuestas revelaron que la gente en general tenía muy buen concepto de Jesús y lo consideraba un gran profeta. Así y todo, sus hipótesis se quedaban cortas.

Jesús les preguntó entonces: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy?» No es difícil imaginarse las caras que pusieron los discípulos. Quizás agacharon la cabeza o se miraron unos a otros con extrañeza. Hasta que Simón Pedro —a todas luces el más franco y locuaz de los apóstoles— se armó de valor y acertó a señalar la verdadera identidad y razón de ser de Jesús: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente»2.

En sus páginas, la Biblia llama a Jesús la Luz del Mundo3, el Buen Pastor4, el Dios viviente5, nuestro amigo6 y nuestro Salvador7.

Independientemente de cómo se lo retrate, lo extraordinario de Jesús es que cada uno de nosotros lo puede experimentar a su manera. Él nos acepta tal como somos y con frecuencia se nos manifiesta de la forma que más llena nuestras necesidades, del modo que más nos permite identificarnos con Él como individuos.

En lugar de presentar una visión particular de Jesús o de Su obra, con este número de Conéctate esperamos ayudarte a profundizar en tu propia relación con Aquel que nunca te deja de amar y siempre busca lo mejor para ti8.

¿Quién dices tú que es Él?

Gabriel García V.Director

2

Page 3: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

Creo que una de las cosas que más me motiva a permanecer lo más cerca posible de Jesús son esos gestos personalizados de cariño que tiene conmigo.

Los tiene con cada uno de nosotros. A veces nos percatamos de ellos; otras, no. A veces los notamos, pero los atribuimos a otras causas. Me imagino que eso lo entristece. Sin embargo, nos ama demasiado como para darnos por perdidos. A lo largo de toda nuestra vida insiste en expresarnos Su amor y en repetirnos las dos palabras más maravillosas que hay: «¡Te amo!»

Durante mi adolescencia, etapa en que me tocó lidiar con un sinnúmero de emociones y conocer de cerca la soledad, me hizo falta sentir ese amor de la manera más palpable que fuese posible. Un día vi la flor más divina que te puedas imaginar, un precioso

pensamiento en miniatura que crecía a la vera del camino. Como mucho sería del tamaño de una de mis uñas, y el tallito, del largo de mi dedo. Lo recogí, lo llevé cuidadosamente a mi casa y lo coloqué en un vaso des-cartable junto a mi cama. Pasó una semana entera, y la florcita seguía en el agua como nueva, radiante y hermosa. Yo estaba muy contenta.

Entonces ocurrió algo curiosí-simo, un fenómeno que yo nunca había visto ni he vuelto a ver. De aquel diminuto tallo brotaron raíces, que al poco tiempo se extendieron y se hicieron más robustas. La planté en una maceta y la vi crecer hasta que echó muchas flores. Me asom-bró, y al mismo tiempo me inspiró confianza en que Mi Creador —que había hecho crecer aquel diminuto pensamiento— estaba conmigo, a mi lado, moldeándome por medio de los vaivenes de la vida y salpicando mi camino con flores de alegría.

Con el paso de los días, los meses, los años y, ¿por qué no?, también los decenios he aprendido a conocerlo mejor y a amarlo más gracias a los innumerables detalles y gestos de cariño que ha tenido conmigo. Muchos de esos detalles pueden parecer totalmente insignificantes comparados con las transformacio-nes y los milagros que hacen falta en el mundo entero. Para mí, no obstante, han sido determinantes. Él me ha demostrado que para Él soy importante y de esa manera me ha conquistado para siempre. «Nosotros lo amamos a Él, porque Él nos amó primero»1.

Chalsey Dooley vive en Australia. Escribe textos motivacionales para niños y educadores y se dedica de lleno a la formación de sus hijos. Este es su sitio web: http://www .nurture-inspire-teach.com/. ■

DETALLES de AMORChalsey Dooley

1. 1 Juan 4:19

3

Page 4: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

ESCUCHAR POR LAS DOS

Estábamos en las postrime-rías de la temporada. Miami Heat aventajaba por 2 a 1 a los Lakers en el campeonato de baloncesto. El cuarto partido se iba a jugar aquella tarde. Yo andaba atareada. Siempre lo estaba, pero aquel día ella había invitado a alguien a almorzar, así que yo estaba más ocupada que nunca.

Ella tenía muchos amigos. Curioso, ¿verdad?, que a una le parezca que su hermana menor ha tenido siempre más amigos. Al fin y al cabo, sus amigos no me importaban mucho. No siempre había simpatizado con ellos. Claro que una siempre quiere causar buena impresión, y eso requiere esfuerzo.

La ensalada estaba lista. Era una ensalada mixta de bolsa, pero no pensé que se darían cuenta. Sin embargo, los bistecs todavía estaban congelados, las hornillas de la cocina daban asco, las papas estaban sin tocar en el mesón y a alguien se le había olvidado lavar los platos del desayuno.

En todo caso, lo primero es lo primero. Murmuré una bendición para el inventor del microondas, me colgué mi delantal favorito —el rosado— y empecé a revolver los cajones repletos de utensilios buscando el pelador de papas. Aquel día las cosas habían ido mal desde el principio, pero abrigaba la esperanza de que el partido de la tarde me devolviera la alegría. No me lo quería perder por nada del mundo. Algunos me decían que más bien debía ver los partidos de la WNBA (liga femenina de baloncesto) o distraerme con el Home Shopping Network (cadena de TV de compras). Pero yo siempre había sido más aficionada a las cosas de hombres.

En algún momento, mientras destapaba el lavaplatos o buscaba la escoba, la oí entrar tranquilamente y arrellanarse en el sofá al lado de su amigo. Sabía que lo correcto sería salir a saludarlos, acompañarlos y al menos intercambiar unas palabras sobre algún tema banal; pero estaba

Joe Johnston

4

Page 5: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

Para un cristiano, el Cielo es donde está Jesús. No tenemos por qué especular sobre las características del Cielo. Nos basta con saber que esta-remos siempre con Jesús. Cuando amamos a alguien de todo corazón, la vida empieza en el momento en que estamos con esa persona. Solo en su compañía nos sentimos verdaderamente vivos. Eso mismo nos pasa con Cristo. En este mundo nuestro contacto con Él es impreciso porque vemos la realidad borrosamente, como por un espejo. Es espasmódico, pues somos pobres criaturas y no podemos vivir siempre en las alturas. La mejor definición del Cielo es ese estado de permanente unión con Jesús en el que ya nada podrá separarnos de Él. William Barclay (1907–1978)

muy ocupada. Además, conozco a mi hermana y sé que ella puede escuchar por las dos. No es que ella sea perezosa; no lo es. Pero cada vez que él se aparece, de pronto a ella le pica el bicho de la pereza y se sustrae de todo para estar con él.

Yo no. Sé bien que una no deja la casa hecha un desastre para estar con un tipo. Además, cualquier hombre que valga la pena debería apreciar a una mujer hacendosa.

La ensaladera se me escapó de la mano y se hizo añicos. «¿Y ahora qué hago? ¿Estará bien servir la ensalada en una fuente de plástico?» El vidrio anaranjado crujía bajo mis zapatos. ¡Seguía sin encontrar la escoba! Me agaché para recoger los pedazos más grandes, y uno de ellos se me clavó en un dedo. La sangre corrió hasta la muñeca y me manchó la manga. Las risitas de María llegaban flotando desde la sala. Evidentemente estaba pasando un rato lindo con su amigo.

El paño para secar los platos estaba empapado y sucio. Una o

dos papas cayeron rodando al suelo cuando lo agarré de un zarpazo para limpiarme la sangre. El lavaplatos empezó a rebalsarse; el agua se extendía sobre el mesón y ya estaba cayendo al piso. Mi mundo se desmoronaba. «¿Por qué me sale todo mal?»

—Marta.«¿Qué querrá?» Entré atropellada-

mente al living.—¡Maestro! ¿Te parece bien que

mi hermana me haya dejado sola para atenderte? —exclamé gesticulando hacia ella—. ¿No podrías, qué sé yo, pedirle que me ayudara un poquitín?

—Marta —me respondió al tiempo que se levantaba y me tocaba la muñeca—. Estás muy agitada. Sé que andas pensando en mil cosas; pero lo más importante en este momento no es atenderme, sino escucharme, y eso justamente es lo que tu hermana ha escogido. No querrás que le quite esa satisfacción, ¿verdad?

Le indiqué que no con la cabeza y me quedé mirando el suelo.

—No, supongo que no —con-testé atragantada.

Ya no tenía trazas de sangre en la mano. La herida se había cerrado milagrosamente.

—Siéntate. Escucha lo que te voy a contar —dijo sonriendo, arrugando las comisuras de los ojos—, ¿bueno?

Nuestro hermano iba a volver en cualquier momento del Hospital San Lázaro, donde le estaban realizando un tratamiento, y la cocina seguía patas arriba. Pero lo más importante era…

Me acomodé en el sofá de dos plazas con mi hermana y su amigo, y lo escuché hablar.

Ni siquiera advertí el pitido del microondas. Me olvidé por completo de que el partido iba a comenzar en unos minutos.

Estaba ocupada.

Joe Johnston es columnista y consejero. Vive en México. Este relato es una adaptación de Lucas 10:38–42. ■

5

Page 6: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

El nombre lo dice todoSukanya Kumar-Sinha

Hace poco leí un artículo que explicaba que el sonido de ciertas palabras puede afectarnos emocionalmente. No es de sorpren-derse que términos como aceptar, abundante, abrazar, dichoso, humor o jugar inspiren optimismo. De igual modo, oír el nombre de una persona querida nos produce alegría. ¡Haz la prueba! Cierra los ojos y di el nombre de alguien a quien ames entrañablemente. ¿No te hace sonreír?

Cuando oigo decir Jesús no puedo menos que sonreír. El puro sonido de Su nombre evoca todo lo que Él es: mi mejor amigo, mi guía, una conciencia omnipresente, mi fuente de fortaleza y un íntimo confidente que conoce mis más recónditos temores, esperanzas y pensamientos.

La Biblia nos recomienda orar por todo1. Yo procuro seguir ese

consejo bastante al pie de la letra; de ahí que Jesús desempeñe muchos papeles en mi vida. Hace las veces de asesor económico y me ayuda a ahorrar cuando quiero realizar una importante adquisición; asume el papel de agente inmobiliario cuando busco una casa que se ajuste a mis necesidades; hasta se convierte en chef cuando tengo que cocinar para un grupo grande. Me parece que eso es lo que Él desea: participar en cada pequeño aspecto de mi vida.

Hace unos días estuve rumiando una decisión importante. Mi determinación —cualquiera que fuera— tendría consecuencias irre-vocables a largo plazo. La presión y la responsabilidad me pesaban cada vez más. Mientras trataba de llegar a una conclusión, de golpe escuché una voz interior que me decía: «¿Para qué te preocupas? Jesús está aquí». El eco de Su nombre alteró completamente mi perspectiva. Entendí que Él quería ayudarme a tomar la decisión y que podía tener

la tranquilidad de que me guiaría por buen rumbo, siempre y cuando consultara con Él.

A veces tarareo una canción que aprendí de niña. La frase que más me gusta dice: «Hay poder, poder en el nombre de Jesús». Con el transcurso de los años me he ido dando cuenta de lo cierto que es eso. Todos tenemos lindos nombres. Nuestros padres nos los pusieron con la esperanza de que hiciéramos honor a ellos. Pero el nombre de Jesús encierra en sí la misión que Él tuvo. Jesús —que significa «Dios con nosotros»— refleja Su identidad, Su divinidad y Su razón de ser como Salvador de nuestro mundo.

Por eso Su nombre es tan pre-ciado. Jesús, ¡el nombre lo dice todo!2

Sukanya Kumar-Sinha es lectora de Conéctate. Vive en Gurgaon (India) y trabaja como directora de programas de una legación diplomática en Nueva Delhi. ■

1. V. 1 Tesalonicenses 5:17

2. V. Filipenses 2:10,11; Hebreos 13:15;

1 Juan 2:12

6

Page 7: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

Se interesa POR MÍKoos Stenger

AmadaEvelyn Sichrovsky

Amada…no por las cimas que he alcanzado,ni por logros muy celebrados;no por los instantes de gloria,fruto de una fe meritoria;no por insistir con porfía,a oscuras, hasta que raya el día.

Amada…por lo que soy, alguien que a tientas,vacilante, busca su senda;que abriga sueños y temoresentre triunfos y sinsabores;de lustre y genio, poco o nada;pecadora, pero salvada.

Evelyn Sichrovsky vive con su familia en Taiwán y estudia lengua inglesa. Además participa como voluntaria en labores misioneras. ■

—¿Tienes unos minutos para conversar? Es importante —dijo el joven que se me acercó con una gran sonrisa.

«¿Conversar conmigo? ¿Por qué?» Tuve que admitir que parecía simpático, pero yo no estaba de humor para conversar, cualquiera que fuera el tema. De golpe advertí que llevaba una Biblia. Ahí creí entender de qué se trataba el asunto: el chico se proponía convertir almas y tenía pensado que yo fuera su próxima víctima. «¡Ni hablar! A otro perro con ese hueso».

Lo miré con aire de superioridad. Me parecía tan presuntuoso de su parte que pensara que tenía algo que yo necesitaba. ¿Acaso había leído —como yo— el Libro tibetano de los muertos? ¿Había estudiado medita-ción y yoga como yo? ¡Si yo hasta tenía experiencia con el consumo de drogas psicotrópicas! No había ninguna posibilidad de que aquel muchacho pudiera ilustrarme.

—¿Sabes que Dios se interesa por ti? —me preguntó.

—Yo sé mucho de Dios —res-pondí altaneramente—. Yo soy Dios, y tú también. Todos lo somos.

1. Isaías 41:10 (nvi)

Todos formamos parte del universo cósmico.

Por un momento lo vi descon-certado; pero luego se le dibujó una gran sonrisa.

—No estoy muy seguro de eso, amigo. No me da la impresión de que tú seas Dios.

Puse los ojos en blanco y me fui.La cosa es que el muchacho tenía

razón. Yo no guardaba ningún parecido con Dios.

Recorrí el mundo durante muchos años más en busca de respuestas, hasta que en la soledad de mi propia confusión escuché una voz: «No temas, porque Yo estoy contigo; no te angusties, porque Yo soy tu Dios»1.

Pasando por un pueblo me encontré con otro joven. Él también lucía una gran sonrisa.

—¿Sabes que Dios se interesa por ti?

Para entonces yo había cambiado de actitud.

—Cuéntame.Eso fue hace casi cuarenta años;

desde entonces, Él nunca ha dejado de estar a mi lado.

Koos Stenger es escritor indepen-diente. Vive en los Países Bajos. ■

7

Page 8: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

La nueva creaciónAdaptación de un artículo de Peter Amsterdam

La resurrección de Jesús fue la primera fase de la nueva creación de Dios. Con ese acto Dios instituyó un nuevo género de existencia: un cuerpo humano se transformó mediante el poder divino en uno sobre el cual la muerte, la descomposi-ción y la corrupción no tienen incidencia. ¡Nada parecido había sucedido en toda la Historia! «Sabemos que Cristo, por haber sido levantado de entre los muertos, ya no puede volver a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre Él»1.

El cuerpo glorioso de Jesús no se resentía de la tortura que había sufrido: la espalda desgarrada por los azotes; la cabeza ensangrentada por la corona de espinas; las manos, los pies y el costado atravesados. No estaba lleno de magulladuras ni exhausto por todo lo que había aguantado.

El cuerpo glorioso de Jesús no era espiritual, sino físico. Sus discípulos podían tocarlo. En ese estado Él los instruyó2, anduvo con ellos3, cocinó para ellos4 y comió con ellos5. En una ocasión estuvo con 500 de ellos6. Luego de 40 días7, ascendió al Cielo8, donde está sentado a la diestra de Dios9.

Por ser cristianos, nosotros también formamos parte de la nueva creación de Dios. Esperamos con ilusión el momento en que Jesús regrese y reviva nuestro cuerpo10. El apóstol Pablo compara la resurrección del cuerpo con el nacimiento de toda una planta a partir de una semilla11. Luego explica que esos nuevos cuerpos serán imperecederos, resucitados en gloria y poder a modo de cuerpos espirituales12.

Por ser imperecederos, nuestros cuerpos no tendrán las debilidades que ahora los aquejan. No se verán afectados como ahora por la edad, las enfermedades y el cansancio. Un autor los describe así: «En esos cuerpos gloriosos veremos claramente plasmada la humanidad tal como Dios la concibió»13.

Desde el momento en que uno acepta a Jesús como su Salvador y el Espíritu de Dios entra en él, uno se renueva y se regenera. La renovación consiste en una transformación positiva del creyente; la regeneración,

1. Romanos 6:9 (nvi)

2. V. Lucas 24:27

3. V. Lucas 24:13–15

4. V. Juan 21:9–13

5. V. Lucas 24:41–43

6. V. 1 Corintios 15:6

7. V. Hechos 1:3

8. V. Hechos 1:9–11

9. V. Marcos 16:19

10. V. 1 Tesalonicenses 4:16,17; 1 Corintios 15:51,52

11. V. 1 Corintios 15:35–38

12. V. 1 Corintios 15:42–44,49

13. Wayne Grudem, Teología sistemática, p. 874

14. Tito 3:4,5 (nvi)

15. V. Gálatas 5:22,23

16. El Jesús que nunca conocí (Vida, 1996)

8

Page 9: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

He llegado a la conclusión de que hay dos maneras de ver la historia de la humanidad. Una es centrarse en las guerras y la violencia, en la sordidez y el dolor, la tragedia y la muerte. Desde ese punto de vista, la Pascua parece un cuento de hadas, una excepción a la regla, una contradicción absoluta en el nombre de Dios. Solo nos da algo de consuelo, aunque debo confe-sar que cuando murieron mis amigos, tan profunda fue mi tristeza que toda esperanza en la otra vida parecía pobre e insubstancial. Pero hay otra manera de mirar el mundo. Si tomo la Pascua como punto de partida, como único hecho incontrovertible sobre el trato que Dios dispensa a quienes ama, lo que resulta contradictorio entonces es la historia de la humani-dad. La Pascua, en cambio, pasa a ser una suerte de anticipo de la realidad máxima. Entonces la esperanza fluye como lava bajo la corteza de la vida cotidiana.

Tal vez eso describa el cambio de perspectiva de los discípulos tras varios días de encierro deliberando sobre los incomprensibles sucesos del Domingo de Pascua. En cierto aspecto nada había cambiado: Roma seguía ocupando Palestina, las autoridades religiosas todavía ofrecían recom-pensa por sus cabezas, la muerte y la maldad continuaban reinando en la calle. No obstante, gradualmente el impacto de esa toma de conciencia dio lugar a una contracorriente de gozo. Si Dios podía hacer algo así… Philip Yancey16 (n. 1949)

en la manifestación de una nueva vida consagrada a Dios, con un cambio radical de mentalidad. «Cuando se manifestaron la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador, Él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sino por Su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renova-ción por el Espíritu Santo14.

Siendo nosotros parte de la nueva creación, el Espíritu de Dios nos transforma y nos ayuda a asumir la mente de Cristo. Así vamos desarrollando y manifestando algunos de los atributos de Dios, a medida que crecemos en amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio15.

Por eso tenemos mucho que celebrar: que Dios habita en nosotros y nos ayuda, nos guía y nos renueva; que somos parte de Su nueva creación; que viviremos eternamente en nuestro cuerpo glorioso, disfrutando de perfecta salud y sin sufrir los efectos de la vejez, libres de enfermedades y dolencias. Esa es la buena nueva del Evangelio: el amor que Dios abriga por cada ser humano, la oferta de vida eterna, la resurrección de los muertos, la posibili-dad de ser hoy mismo nuevas criaturas en Jesucristo y de formar parte eternamente de la nueva creación universal.

Que la belleza del don de Dios por medio de Jesús nos incen-tive a comunicar ese don y las bendiciones que conlleva a todas las personas que podamos.

Peter Amsterdam y su esposa, María Fontaine, dirigen el movimiento cristiano La Familia Internacional. ■

9

Page 10: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

BORRÓN Y CUENTA NUEVA

La pasada Semana Santa andaba decepcionado conmigo mismo. Me quedaba grande el man-damiento bíblico de amar al prójimo como a mí mismo y llevar una vida desinteresada. Simplemente no daba la talla. Me parecía que mis intereses se enfocaban más en lo material, y me propuse a toda costa mejorar.

Tuve entonces una curiosa expe-riencia mientras regresaba a casa en un autobús del malhadado sistema de transportes de la ciudad, que iba ates-tado de gente a la hora punta. Cuando mi esposa y yo subimos al vehículo, dos muchachos nos ofrecieron amable-mente sus puestos. Sally, que iba muy cansada, aceptó; pero yo no.

—Gracias —le dije a uno de ellos—. Quédate tranquilo. Te veo más agotado que yo.

Un poco pagado de mí mismo me felicité por mi buena obra. Rumié mi acierto unos minutos hasta que una chica sentada a mi lado me dio un toquecito en el brazo y algo irritada me dijo:

—Caballero, hace rato que me está golpeando con su maletín. ¿Podría sujetarlo mejor?

¡Y yo que pensaba que tenía buenos modales! Le ofrecí discul-pas, pero me sentí pésimo. Pablo debía de sentirse igual cuando afirmó: «Quisiera hacer el bien que deseo y, sin embargo, hago el mal que detesto»1.

Se acercaba la Pascua de Resurrección y, mientras preparaba el tema que quería desarrollar con nuestro grupo de estudio bíblico, caí en la cuenta de lo paradójico que era abrigar sentimientos de condenación por mis imperfeccio-nes ¡cuando todo el propósito de la muerte de Jesús en la cruz fue salvarnos de nuestros pecados y defectos, y potenciarnos para amar a Dios y amarnos unos a otros!

Otro día, viendo la pasión de Cristo en la película Hijo de Dios2, de repente se me despertó de nuevo un principio que tenía dormido desde hacía años: al momento de Su muerte en la cruz, Jesús hizo con nosotros borrón y cuenta nueva3. Por primera vez en mucho tiempo vi lo inútiles que eran mis esfuerzos por cumplir un modelo de conducta inalcanzable. Clavado en la cruz, Jesús me decía: «Ya pagué por ti. Ve nomás y vive Mi nueva ley lo mejor que puedas. Te ayudaré y obraré por medio de ti».

¡Fue liberador! Con el tiempo había ido perdiendo esa sencillez y esa convicción de que es todo por gracia y no por obras, esfuerzo, aplicación o ejercicios de bondad4. Fue un bál-samo entender de nuevo que el único bueno es Dios5, y que nosotros somos Sus instrumentos imperfectos.

Gabriel García Valdivieso es director de la revista Conéctate. Vive en Chile y está afiliado a La Familia Internacional. ■

1. Romanos 7:19 (blph)

2. Christopher Spencer. 20th Century Fox,

2014

3. V. Colosenses 2:13,14

4. V. Efesios 2:8,9

5. V. Mateo 19:17

Gabriel García Valdivieso

10

Page 11: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

UNA APUESTA SEGURALuis Azcuénaga

Soy una persona muy com-petitiva y siempre he sentido una marcada atracción por los riesgos. La idea de invertir poco con el fin de obtener grandes ganancias o dividen-dos siempre me produjo fascinación.

Aunque soy un buen deportista y me gustan los juegos, para mí una partida de tenis, ping-pong, parqués o de lo que fuera en la que no hubiera una apuesta de por medio carecía del incentivo necesario para emplearme a fondo y disfrutarla al máximo. Posteriormente, ya de adulto, disfrutaba mucho de los juegos de póker los fines de semana con amigos, que a veces se prolonga-ban hasta muy entrada la noche.

Más adelante y de la forma más inesperada, mi vida tuvo un giro radical. Jesús entró en mi vida, y Sus Palabras empezaron a calar muy hondo en mí. Poco a poco fueron transformando mis perspectivas, mis metas, valores y prioridades. Entonces comprendí que las verdaderas recompensas no son terrenales, sino celestiales, y que tenía asegurado lo más valioso que alguien puede poseer: la salvación. Se trataba de aquella perla de valor incalculable por la que el hombre de la parábola de Jesús lo vendió todo con tal de obtenerla1.

Sabía que era una apuesta segura, pues ofrecía las mejores garantías posibles, recompensas eternas basadas en las promesas de la Palabra de Dios: «No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín

corrompen, y donde ladrones minan y hurtan, sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Buscad primera-mente el reino de Dios y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas»2.

Desde cuando tomé la decisión de seguir a Jesús e invertir en lo eterno, mi afición por las apuestas se desvaneció como por arte de magia. Disfruto mucho de los mismos deportes y juegos, pero jamás volví a sentir la necesidad de apostar. Se debe al cumplimiento en mi vida de otra promesa maravillosa: «Conocerán la verdad y la verdad los hará libres»3.

Luis Azcuénaga vive en Bogotá, Colombia. Está afiliado a La Familia Internacional. ■

1. V. Mateo 13:45,46

2. Mateo 6:19,20,33

3. Juan 8:32 (blph)

11

Page 12: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

¿DÓN

DE ESTÁ LA TERMINAL?Joyce Suttin

De niña, la fe estuvo siem-pre presente en mi vida. Nunca dudé de la existencia de un Dios amoroso que se preocupaba por mí, respondía mis oraciones y me ayudaba todos los días. Empecé a rezar en el momento en que fui capaz de articular palabras. Cantaba canciones sobre Jesús y lo amaba. Él era una constante en mi vida. El fallecimiento de mis tíos abuelos no fue un acontecimiento doloroso; más bien celebramos su paso a mejor vida.

Por desdicha, en la adolescencia comencé a cuestionar los principios de la fe que me habían enseñado desde pequeña. Veía a mis padres y su fe en Dios y en la Biblia como elementos falibles, y así comencé a

deslizarme por la pendiente que lleva a una persona de fe a caer en la duda y finalmente en el agnosticismo. Lo que oía y veía a mi alrededor no tenía sentido a la luz de la sencilla fe infantil que me habían inculcado. Cuando declaraba enérgicamente mi nuevo ideario, mis padres se limitaban a sonreír y me decían que estaban dispuestos a escuchar, pero que no se apartarían de lo que consideraban la verdad.

Mi búsqueda espiritual coincidió con mi mudanza desde una pequeña localidad a la ciudad de Boston. Un día debía tomar el tren para ir a pasar las vacaciones a la casa de mis padres. Ya había llamado con antelación y reservado mi pasaje. Estaba segura de que tomando el

metro sabría llegar a la Terminal Sur.Luego de un rato en los túneles de

la T —como denominan los bosto-nianos al metro de la ciudad— me bajé en la estación correspondiente, subí por una larga escalera y, al llegar al nivel de la calle, me quedé encandilada con el resplandor del sol. Sabía que la estación de trenes tenía que estar ahí; pero mirara por donde mirara, no la veía. Me refugié a la sombra de un gran arco, pero seguía sin ver la estación. Consulté varias veces el reloj y me empecé a poner nerviosa, pues temía perder el tren. Pregunté a un transeúnte, que me miró extrañado y siguió de largo presuroso.

Terminé pasando al otro lado de la calle. Ya empezaba a

12

Page 13: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

desesperarme. Entonces dirigí la mirada hacia el lugar donde había estado antes de cruzar y vi unas letras gigantescas, a tres metros de altura, que decían: «Terminal Sur». La entrada a la estación de trenes estaba en el mismísimo lugar donde yo había salido del metro, bajo aquel enorme arco donde minutos antes me había refugiado mientras mis ojos se acostumbraban a la luz. El letrero era tan grande que desde donde estaba no lo había visto. Únicamente cuando me aparté y levanté la vista me di cuenta de que el lugar donde me había sentido perdida era ni más ni menos el que andaba buscando.

Poco después de aquella expe-riencia empecé a entender que yo era

distinta de mis amigos no creyentes. Por ejemplo, me gustaba almorzar en un pintoresco cementerio de la calle Tremont en el que había lápidas que databan del siglo xvii. Un día un amigo se encontró allí conmigo y me comentó:

—¿No te parece un poco raro venir a un cementerio a relajarte? ¿No te hace pensar en la muerte? ¿No te da miedo?

Me quedé reflexionando mientras terminaba mi sándwich.

—La verdad es que no me da ningún miedo —respondí—. Estoy convencida de que la muerte no es sino un corredor que lleva de este mundo a otro, algo así como un renacer. Creo que cuando muera me iré a un mundo más extenso y mejor.

Lo que me distinguía de mis amigos era que en el fondo todavía conservaba la fe. Aún creía en Dios y en Jesús.

Unos días después escribí a mis padres y les relaté mi experiencia en la Terminal Sur. La relacioné con mi reciente incursión en el agnosticismo y mi retorno a la fe. Desde mi nueva perspectiva, ya no tenía ninguna duda sobre lo que realmente creía. Les agradecí que me hubieran impartido su fe y que hubieran sido

pacientes y comprensivos conmigo. Ellos ya sabían que lo único que me hacía falta era cruzar la calle y levantar la mirada.

Con el tiempo tuve ocho hijos. Algunos de ellos han tenido dudas y se han apartado de la fe. He tratado de ser comprensiva como lo fueron mis padres, imaginándome que mis hijos están debajo de la arcada de la Terminal Sur, buscando la entrada. Ruego a Dios por ellos y sé que la estación está allí, aunque ellos no lo crean. Rezo para que miren hacia arriba y se den cuenta de dónde se encuentran.

Todos pasamos por épocas de desconcierto en que nos pregun-tamos dónde está Dios. Buscamos aquí y allá la fe y el sentido de la vida sin darnos cuenta de que se hallan delante mismo de nosotros, en señales enormes. Como me ocurrió aquella vez en la Terminal Sur, estamos justo en la entrada; solo nos hace falta ver las cosas desde otra perspectiva para darnos cuenta de que nos encontramos precisamente donde debemos estar.

Joyce Suttin es maestra y escritora. Vive en San Antonio (Estados Unidos). ■

13

Page 14: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

UN AMIGO COMO NINGUNOMomentos de sosiegoAbi May

Tengo un gran amigo en el que puedo confiar plenamente. Él me abre su corazón, y yo me siento bien haciendo lo propio con Él. Conoce mis pensamientos y entiende lo que es importante para mí.

Los he llamado amigos, porque todo lo que a Mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes. Jesús en Juan 15:15 (nvi)

Declaro lo siguiente acerca del Señor: «Solo Él es mi refugio, mi lugar seguro; Él es mi Dios y en Él confío». Salmo 91:2 (ntv)

La palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos […]. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos. Hebreos 4:12 (ntv)

Yo meto la pata con bastante frecuencia: soy esa clase de persona.

Sin embargo, mi amigo nunca me censura. Siempre me apoya. Esa es la clase de amigo que es.

Aun si nos sentimos culpables, Dios es superior a nuestros sentimientos y Él lo sabe todo. 1 Juan 3:20 (ntv)

Yo no juzgo a nadie. Jesús en Juan 8:15

Si fuéremos infieles, Él permanece fiel; Él no puede negarse a Sí mismo. 2 Timoteo 2:13

Me ayuda cuando estoy en un brete. A veces, cuando no sé en qué dirección ir, me da consejos. En algunos casos Él mismo echa a andar para que yo pueda seguirlo; en otros, me alumbra el camino para que vea por dónde voy.

Una vez que ha sacado a todas sus ovejas, va delante de ellas; y las

ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Juan 10:4 (rvc)

Lámpara es a mis pies Tu palabra, y lumbrera a mi camino. Salmo 119:105

Hace poco atravesé una temporada bastante difícil. Yo ya no podía más. Él estuvo a mi lado, siempre dispuesto a ayudarme.

Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra. Salmo 121:2 (nvi)

Yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; Yo soy quien te dice: «No temas, Yo te ayudaré». Isaías 41:13 (nvi)

Sin embargo, no solo me acompaña cuando la estoy pasando mal; tam-bién da gusto celebrar con Él, pues tiene muy claro lo que es disfrutar

14

Page 15: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

D E S D E H O Y Y P A R A S I E M P R E

Jesús, Tú nos dijiste: «Creéis en Dios, creed también en Mí»1. Creo firmemente que eres el Hijo de Dios, que moriste por mí y que resucitaste para vencer a la muerte2. Te ruego que perdones mis faltas y errores, que entres en mi vida y que me guardes y me cuides desde hoy y para siempre.

Con tan buen amigo presente —nuestro Señor Jesucristo—, con tan buen capitán, que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir. Él ayuda y da esfuerzo, nunca falta, es amigo verdadero. Santa Teresa de Ávila (1515–1582)

Hay un solo fundamento seguro: una relación profunda y genuina con Jesucristo, la cual nos sostiene en toda turbulencia. Cualesquiera que sean las tormentas que arrecien a nuestro alrededor, nos mantendre-mos firmes si nos apoyamos en Su amor. Charles Stanley (n. 1932)

Hambriento de amor, te mira. Sediento de ternura, te implora. Desnudo de lealtad, pone Sus esperanzas en ti. Carente de hogar, busca albergue en tu corazón. ¿Serás esa persona para Él? Madre Teresa (1910–1997)

Dios colma de paz al alma que se entrega a Él sin reservas. Mientras más nos acercamos a Él, más fuertes, firmes y tranquilos nos volvemos. Jean Grou (1731–1803) ■

de la vida. Sabe bien cuándo reír y estar contento, y cuándo llorar y empatizar.

Hay un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para hacer duelo y un tiempo para bailar. Eclesiastés 3:4 (blph)

Yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11 (nvi)

Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Jesús en Juan 10:10

No es mi único amigo. Mis demás amigos hacen algunas de las cosas que hace Él. Pero no hay nadie, absolutamente nadie tan constante como Él.

He aquí Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Mateo 28:20

No es exclusivista. No se fija en nuestro tamaño, edad, sexo, raza o extracción social. Acepta a todos los que acuden a Él.

Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de Sus glo-riosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios. Efesios 3:16–19 (nvi)

Abi May es docente y escritora. Vive en el Reino Unido. ■

1. Juan 14:1

2. V. 1 Tesalonicenses 5:10

15

Page 16: LA NUEVA CREACIÓN - Activated

¡V ivamos!Quien me conoce ha descubierto el secreto para gozar de la vida al máximo. Soy mucho más que un personaje histórico que vivió hace 2.000 años. El hecho de que resucitara significa que hoy en día estoy aún más vivo y activo que cuando anduve por la Tierra. Y porque Yo vivo, tú también puedes disfrutar de la vida y del amor como debe ser, tanto ahora en este mundo como en la eternidad sin límites. No hay sufrimiento que Yo sea incapaz de aliviar. No hay tristeza que no pueda cambiar en gozo, ni necesidad que no pueda satisfacer, ni vacío que no sea capaz de llenar.

Hoy en día estoy presente en cada corazón que me recibe. Soy activo y dinámico. Siempre que me dan una oportunidad, me pongo a renovar, restaurar, reabastecer, mejorar y embellecer las cosas. ¡Permíteme vivir en ti!

De Jesús, con cariño