la nueva geometría de los conflictos internacionales
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Escrito por:Abg. Almida Castillo
La Nueva Geometría de los Conflictos Internacionales:
Separación de Cuerpo o Divorcio
La dinámica del sistema internacional en esta primera década del siglo XXI,
acrecienta la necesidad de reconsiderar fuentes como: Las Energéticas, en lo
fundamental, y la de los Hidrocarburos como variables determinantes en la
reconfiguración de la geografía política mundial. Es decir, en un futuro, LA NUEVA
GEOMETRÍA DE LOS CONFLICTOS INTERNACIONALES; es por ello que la
visión de los acuerdos o convenimíento que terminan en tratados, en ellos se
deben considerar y tener en cuenta puntos de acuerdo que entre otros se
considere la redistribución de alianzas estratégicas, las capacidades y límites de
regulación de los Estados nacionales sobre el mercado global que es la amenaza
emergente, así como los efectos ambientales que genera la explotación de
recursos naturales, entre otros temas, para que así permanezca “Infinitum” las
relaciones contraídas.
Estos acuerdos, sus compromisos, la responsabilidad creada entre un país y
otro, el darse al respeto y consideración, el mutuo apoyo y socorro, me llevan a
compararlos a la figura institucional y mundialmente reconocida como lo es el “El
Matrimonio” institución social que crea un vínculos entre sus miembros, es
reconocido socialmente, ya sea por medio de disposiciones jurídicas o por la vía
de los usos y costumbres como las relaciones concubinaria que no estando
asentada en el marco jurídico, de igual forma crea relaciones de igual compromiso
como en el matrimonio figura jurídicamente reconocida. La relación formal: “El
matrimonio” o la relación de hecho “El Concubinato” establecen entre quienes
contraen dicho acuerdo, una serie de obligaciones y derechos que también son
fijados por el derecho, y que varían, dependiendo de cada sociedad.
Pero en cualquier sociedad no es negado, que en situaciones de conflictos
insostenibles en el matrimonio, conllevan a dos alternativas: Separación de
Cuerpo o Divorcio definitivo que terminan con la relación, así mismo se presenta
esta ruptura en el ámbito de las relaciones internacionales que pueden terminar,
en una Separación de Cuerpo en la mayoría de los caso, y en algunos en Divorcio
definitivo.
También es cierto que un matrimonio aún mal llevado, incompresible, sin
acuerdo de las partes, donde el valor que sustenta la relación no son los afectos,
el respeto, la confianza, la buena comunicación, el mutuo socorro, así como
disposición de las partes de querer mejorar el modo en que llevan la relación, a
los fines de alcanzar entre las parte, un mejor vivir en pareja. Cuando no se
alcanza es punto ideal de convivencia, la relación puede no llegar a
institucionalizarse y en consecuencia se produce una ruptura de las relaciones que
con el devenir de tiempo pude llegar a ser definitiva, o puede mantenerse eterna
en el tiempo si para ello prevalecen intereses particulares en cada uno de los
miembros, por la parte que le toca como ganancia en dicha unión.
En el plano internacional, la sociedad internacional está compuesta por gran
cantidad de vinculaciones entre sus miembros, relaciones a las que se designa
“Relaciones Internacionales”. Al intentar concretar que se entiende por relaciones
internacionales resulta bastante difícil, debido a la complejidad que presentan
dichas relaciones en la actualidad. Tradicionalmente eran los Estados, los únicos
que podían establecer este tipo de relaciones, hoy en día en la actualidad, su
ámbito se ha ampliado, pudiéndolas ejercer todo sujeto de Derecho Internacional.
Así se puede señalar de forma sencilla, que por relaciones internacionales se
entiende como el conjunto de vínculos de diversa índole, existentes entre los
Estados, organismos internacionales y demás entes sociales internacionales,
vínculos que permiten tanto la convivencia pacífica, como el desarrollo de tales
entidades, las cuales se establecen en razón de distintos factores y son regulados
por el Derecho Internacional. Las relaciones internacionales permiten la
convivencia o coexistencia entre los Estados y entre otros sujetos de Derecho
Internacional. ¿Cualquier parecido Con el Matrimonio es pura casualidad…?. Es
Bien Cierto, que así como en el matrimonios existen principios que permiten el
fortalecimiento de las relaciones, y en consecuencia la coexistencia entre sus
miembros, como son: 1) El Amor, 2) El Respeto Mutuo, 3) La Confianza, 4) La
Cooperación, 5) El Mutuo Socorro entre otros; en las relaciones Internacionales
para que exista un buen Matrimonio se podría decir, que debe prevalecer cinco
principios que deben regir tal coexistencia entre las naciones, dichos principios
pudieran ser tan parecido con en el de un matrimonio, donde los miembros busca
consolidarse en el tiempo y ser referencia de uniones estables y perdurables en el
plano internacional. 1) Respeto mutuo entre los Estados a su integridad territorial y
a su independencia política; 2) No agresión mutua; 3) No injerencia mutua en los
asuntos interiores de cada Estado; 4) Igualdad y ventajas mutuas, y 5) Que la
coexistencia debe ser pacífica.
Si estos principios predominan en el ámbito de las relaciones interestatales, y
cada estado está obligado a vigilar su estricto cumplimiento, y a la vez estos
estados son observados también por los demás sujetos del Derecho Internacional,
se estaría vaticinando relaciones estables y perdurables en el tiempo. Es por ellos
que los estados tienen que relacionarse, para su propia supervivencia, y así crear
una sana interdependencia y una sociabilidad entre ellos que permitan el
progreso en la sociedad mundial. Es bien cierto que las relaciones internacionales
en consecuencia han llevado a la creación de normas que controlen las relaciones
de sociabilidad, lo que da como lugar al nacimiento del Derecho Internacional y,
subsiguientemente con el desarrollo de éste, al Derecho de los demás sujetos
internacionales. Pero aun dentro de las relaciones internaciones también existe
finales no tan felices; el fenómeno del que se habló en un tiempo con tanta fuerza
y sigue siendo el punto de conversación: “El Capitalismo” pareciera que hubiese
llegado como un intruso a romper la armonía existente en el ámbito internacional.
Es cierto que Estados Unidos, y muchos países de Europa en su mayoría son
más desarrollados, y que obtienen un ingreso per cápita mucho mayor que el de
América Latina, pero eso no significa, ni contribuye en que América Latina esté al
servicio de las necesidades ajenas como fuente de reserva de petróleo y el hierro,
el cobre y la carne, las frutas y el café, por nombrar algunas fuentes de
comercialización. Es ilógico pensar, que un país se encuentre al servicio del otro
sin recibir beneficios de parte de éste, y que no se perciban estos beneficios
superiores, de ser contrario, el país en afectación no actuaría libremente; creo
particularmente que más bien, el verdadero autor del pánico planetario se llama
“Mercado”. Si el “Mercado”, a mi punto de vista, el Mercado es un todopoderoso
terrorista sin rostro para aquellos países que no estén dispuesto a participar o a
tener una participación mayor en el, o a no arriesgarse a querer tener una
participación por pequeña que sea dentro del mismo, y obtener los beneficios y
ganancias que el mercado internacional les provee, y así tener los motivadores
para querer competir con los todos poderos, y/o los no tan poderosos, el mercado
está en todas partes, como si fuese Dios. Mi pregunta ¿Hasta cuando los países
latinoamericanos seguirán sumisos, ignorando la realidad que tienen, de poder ser
competitivos en un Mercado Internacional, y dejar a un lado el temor como si el
mercado fuera una fatalidad del destino?. Ahora bien conceptualizando que es el
mercado nos encontramos con esta definición:
EL MERCADO, según el concepto de Economía y Finanzas es “En términos
generales, el contexto dentro del cual toma lugar la compra y venta de
mercancías, o donde se encuentran quienes demandan bienes y servicios
con quienes los ofrecen. El concepto económico es mucho más abstracto:
se refiere al conjunto de interacciones humanas que, si bien tienen algún
punto espacial de referencia, no deben por fuerza limitarse a un lugar
determinado” “El mercado no es ni un lugar, ni una cosa, ni una asociación.
El mercado es un proceso puesto en marcha por las actuaciones diversas de
los múltiples individuos y Estados que entre sí cooperan bajo el régimen de
la división del trabajo” por estas conceptualización entonces se podría creer que
el mercado es ¿como un Dios eterno?, o ¿Deberíamos considerar al del mercado
como si fueran fatalidad del destino?, o ¿deberíamos ver al mercado como la
oportunidad para crecer y obtener ganancias? Se puede hablar del mercado como
un resultado de cooperación humana, pero no de un ente que conspira contra
personas. Pretender condenar un proceso, resultado de actuaciones de millones
de individuos, de relaciones bilaterales, multilaterales, regionales o territoriales, y
llevarlo hasta el extremo sugiriendo que en él, solo pueden participar los grandes
capitales, y consecuencia este es el Capitalismo, y bajo esa justificación creer que
éste es el responsable de la pobreza, es un argumento no lógico e
intelectualmente pobre, los únicos entes a los que se le pueden adjudicar
responsabilidad, u órdenes son a los seres humanos individuales. Si nos
remontamos a la historia, a la época de los españoles, puede ser que los
españoles hayan puesto una serie de obstáculos tales como impuestos y
restricciones, que les haya impedido a un país como por ejemplo Guatemala, y a
otros países el desarrollo; y es posible que desde ese entonces a Guatemala, y a
otros países, les haya sido difícil progresar desde ese estado inicial, pero aunque
fuera de esta forma no se puede asegurar que debido a eso, existan los países
desarrollados en Europa, como es el eterno caso de América Latina, que están
subdesarrollados, o para darle una mejor expresión en vías de desarrollo, diría
más bien que los gobiernos de América Latina y sus políticas, han sido muchas
veces responsables del propio subdesarrollo de estos países. Y cuando me refiero
a los gobiernos de América Latina, hago alusión a las personas específicas que
han gobernado esos países, y han puesto de forma consciente o bajo su propia
ignorancia, todo tipo de impedimentos en el desarrollo y crecimiento económico
interno, que en la actualidad, es la base sustentable de todo país, y así puedan
traspasar sus propias fronteras y formar parte del intercambio comercial en el
ámbito internacional, ahora bien, en lo particular vemos como algunos
gobernantes utilizan la falacia empobrecedora para justificar sus inoperantes
gestión en el manejo de sus políticas de Gobierno, así unos culpan al
Capitalismo, otros al Neoliberalismo, otros a la Hegemonía, que tienen algunos
cuantos países en el mercado internacional, y si vemos mas allá o mas acá,
muchos afirma que la gran culpa la tiene la Globalización, y así estos gobernantes
le hacen creer a su pueblo, que los ricos son ricos, porque los pobres son pobres.
Que la pobreza se debe a que los ricos explotan a los pobres, como si la cantidad
de riqueza disponible fuese una cantidad fija y, por lo tanto, lo que uno tiene, es
porque otros ya no lo tienen.
¿Cómo se comporta esto? Un ejemplo en micro lo podemos aprecia así: Si una
empresa tiene más dinero para invertir y ganar más, los trabajadores (en una
economía de mercado) indiscutiblemente ganarán más también, porque si la
empresa no paga más a los trabajadores según sus ganancias, los trabajadores
se irán a trabajar a otras empresas. Es imposible que un país enriquezca sólo a
los pobres, y no así a los ricos. Es igualmente imposible que un país se desarrolle
y haga a ganar dinero a todos por igual, nadie gana menos, nadie gana más. Si
comparamos la división del trabajo, tal como fue surgiendo junto con el
capitalismo, se parecía más bien a la distribución de las funciones entre un jinete y
un caballo. Volviendo a la historia los mercados del mundo colonial, estos
crecieron como meros apéndices del mercado interno del capitalismo interno
propio de cada país, en nuestro tiempo la existencia de los centros ricos del
capitalismo, puede explicarse sin la existencia de las periferias pobres y
sometidas: unos y otros integran el mismo sistema. Claro que existe una gran
opresión, pobreza y sometimiento, que existe por ende un opresor y un dominador
y en consecuencia un dominado o un oprimido, el problema en cuestión es en cual
lado, o posición se quiere estar.
Los defensores del liberalismo se oponen a la coacción, al sometimiento y
abogan por una igualdad, pero la diferencia es que los defensores del liberalismo
abogan por una igualdad de oportunidades, y con esto no me refiero a que el
liberalismo no desee que todos los países posean riqueza, poder y desarrollo, es
por ello que están convencido que el libre mercado es la mejor manera de que los
países, independientemente de que región sean, puedan progresar. Sin embargo,
los partidarios de la economía de mercado saben que es imposible obtener una
igualdad de riqueza y progreso, y mucho menos obtenerla sostenidamente por un
único medio el “Estado”.
Como dijo Milton Friedman, “quien trata de poner por encima la igualdad de
la libertad, termina sin ninguna de las dos, mientras que quien trata de poner
por encima la libertad de la equidad, termina con una gran porción de las
dos”. Así mismo estos gobernantes lanzan sus discurso acusatorio exculpándose
ellos, y responsabilizando a otros de las malas decisiones, de sus políticas no
acertada, señalando a demás, al mercado y al capital como aliados de los países
ricos, países que dejan a los demás sin nada, pero la historia actual, va mas allá
de la historia misma del subdesarrollo de América Latina, prefieren ignorarla, y de
esta misma forma mantener ignorante a los ciudadanos de su propio pueblo, es
decir de cara a ellos y de espalda al mundo, cuando la verdad es que la propia
América Latina es parte integrante de la historia del desarrollo del capitalismo
mundial”.
Desde el descubrimiento de América hasta nuestros días, todo se ha
transmutado siempre en el capital europeo y, más tarde, en el norteamericano,
América Latina, su gente y sus gobernantes, si en verdad quieren progresar y
participar de las riquezas que ofrece el mercado, y el libre comercio, deben dejar
de estar en la posición más cómoda, deben dejar de ser más que espectadores en
primera fila o VIP, y dejar de creer que el mercado y el capitalismo conspiran
contra ellos, dar un giro y de forma activa ser partícipe, en el mercado mundial.
El capitalismo como para muchas personas parece, ser sinónimo de avaricia y
egoísmo. El capital Representa bienes acumulados o etapas intermedias del
proceso productivo, es decir herramientas y productos semi terminados, o bien
artículos de consumo que permiten al hombre abandonar el sistema de producción
de menor lapso temporal, pero de inferior productividad, por otros que si bien
exigen mayor inversión de dinero y de tiempo, son de superior fecundidad, sin que
la ampliación o disminución del plazo productivo obligue a quienes en el mismo
participan, a desatender sus necesidades. Esto se denomina “Bienes de Capital”,
lo que sería bienes acumulados.
El fin de acumular bienes de producción y el ahorrar que tiene los países de
mayor riqueza, no constituyen un mal en sí mismo; lo contrario las decisiones
acertadas, mejoran y aumentan el progreso de la civilización humana; sin
embargo, la excepción esta en los medios y formas que se utilizan para acumular
este capital tan bruscamente, que no deja espacio a la libertad, al derecho de
participación que tienen los países menos ricos o los más pobres, contribuyendo
enormemente a la pobreza y al subdesarrollo. Por lo que se puede hablar de
medios de enriquecimiento como inadecuados e inmorales altamente criticables.
Los países de América Latina, si no consiguen suficientemente capital para su
desarrollo, si no mejoran sus políticas y relaciones de gobierno, y la falta de
libertad a sus propios ciudadanos, si no mejoran las restricciones a la
empresarialidad e impuestos, la falta de moneda estable, la poca continuidad
jurídica, la corrupción, o todas juntas, según cada país. No podrán alcanzar
relaciones perdurables en el plano internacional. Relaciones ya vaticinadas que
terminarían en una estacionada Separación de Cuerpo o en un perdurable
Divorcio definitivo.
Hace poco me encontraba en una larga fila en un supermercado, comprando
algún artículo de cocina que hoy en día están tan escasos y difícil de conseguir,
esto como consecuencia de la mala política y de las malas decisiones económicas
de nuestros gobernantes, y curiosamente escucho cuando el cajero le pregunta a
un sujeto que estaba pagando, si desea donar el dinero que le sobraba del vuelto
para beneficio de la educación, éste negó con la cabeza y recibió su dinero
completo de vuelta, cosa que no es para nada reprochable ni criticable, porque
aunque podría parecer mejor la otra opción, está en su completa libertad, de
donar o no su vuelto, pero lo que me hizo reflexionar y lo que quiero hacer
significar, fue el comentario que tuvo lugar después, y dijo: “y sabe porqué no lo
hago, porque ese es deber del estado sabe”. El punto de reflexión es que, este
tipo de pensamiento paternalista, y cómodo, en el que se esperan que el “padre”
es decir el “Estado”, resuelva los problemas y exima de responsabilidad a todos
los demás, es el que hace daño a un país, es decir el “Paternalismo” y si se afirma
la existencia de un “Capitalismo Salvaje”, bien se podría afirmar la existencia de
un “Paternalismo Salvaje”, por quienes gobiernan los países de América Latina,
perfectamente comparable es la expresión: “No le des el pez, enséñale a pescar”.
Los Gobernantes de forma individual crean proteccionismos y este
proteccionismo crea conformismo, que limitan las aspiraciones de un país, a
participar en un mayor segmento del mercado internacional, pues claro, si no
somos capaces de abastecernos internamente, mucho menos podríamos con la
dinámica que reviste el mercado internacional: satisfacer y el abastecer los
mercados internacionales, si no existe esa capacidad de respuesta y de crecer en
la misma forma en que crece el mercado internacional, sencillamente seriamos
obstaculizadores del libre mercado, pero volviendo al Paternalismo, este es capaz
de aniquilar las aspiraciones del ciudadano común, que espera que sean las
autoridades las que hagan algo por ellos, a pesar de que desde su punto de vista
no lo hacen bien; apoyado en ese proteccionismo los Gobernantes se aferra a su
propio poderío y a un hecho histórico para justificar la pobreza de América Latina;
se aferra a la riqueza de unos, como la escusa, como la culpa y como la causa de
la pobreza de otros, cuando el retraso en los países de América Latina, lo ha
constituido, por una parte, el atraso y la pobreza con que arrancaron después de
la época colonial, luego la falta de libertad de parte de los españoles para con los
indígenas, y actualmente los gobiernos que dicen ser socialistas o más bien un
Comunismo disfrazado de Socialismo, y dictaduras por su falta de libertad.
De cualquier forma que se le vea, estos Gobernantes, podrían muy bien
condenar la falta de Libertad, pero en vez de hacerlo de esa forma escoge lo más
cómodo, la “Victimización”, “El Capitalismo” avaro o salvaje y el “Mercado”
cómplice. Y al excluir el tema de libertad, excluyen la responsabilidad también,
pues se exime de ésta, a los extremos que los Gobernantes Latinoamericanos se
vuelven tiranos, con el sometimiento de los habitantes, a condiciones de vida,
pensamientos, ideas, expresión entre otros, a merced de sus requerimientos
personalistas.
Una Sociedad libre, deja a las personas que vayan en busca de sus ideales, de
sus aspiraciones y de sus objetivos, en una sociedad libre se permite el
intercambio, y se crean oportunidades que beneficien a todos por igual. Si los
españoles hubieran liberado a los indios probablemente los dos se hubieran
enriquecido, puesto que gran parte de los aborígenes se hubieran dedicado a la
manufacturación de toda clase de bienes requeridos por los europeos, y éstos
hubieran pagado por sus servicios; sería hoy otra historia. Sin embargo la historia
nos cuenta otro acontecimiento, pero eso no significa que por la historia misma
estemos atados de manos, que por el capital y el liberalismo, y el mercado
estemos siendo oprimidos. Si somos oprimidos hoy, estamos siendo oprimidos por
las mismas personas que en la historia tienen un común denominador, la avaricia,
y poder, que se aprovechan de la ingenuidad y la ignorancia de conocimiento. Y
cuyos ciudadanos siguen votando por ellos por el exceso de paternalismo, o el
exceso de corrupción, y seguimos así por falta de libertad, y de una economía de
mercado productiva e independiente, y por cada uno de nosotros cuando
preferimos lo inmediato a lo postergado, lo fácil a lo difícil, la victimización a la
acción, la negación a la responsabilidad propia.
La pobreza de América Latina, no se ha debido a que los países ricos nos han
explotado, pues al contrario, estos han comprado nuestros productos que mucho
de nuestros habitantes, (Comerciantes) ha comercializado libremente.
La pobreza de América Latina se debe a la misma falta de libertad, al engañoso
Discurso Político en todo aspecto (social, económico jurídico, político etc.), que
algunos gobernantes se ha propuesto en imponer a sus propios habitantes,
limitando y negando el acceso de la mayoría de la población, a la libertad
necesaria para crecer económicamente, para crecer como personas. Así muchos
gobernantes de países Latinoamericano, han obrado a través de discursos
politiqueros, por medio del cual lanza sus misiles verbales, y no conforme con
estos, generan ofensivas al extremo que rompen con las comunicaciones y con las
buenas relaciones, dentro de su región, como fuera de ellas, y así como en el
matrimonio; el pilar para las buenas relaciones interpersonales entre sus
miembros, se sustentan sobre sensaciones como: la armonía, el respeto, la
verdad, la compasión, el apoyo, el socoro, la reciprocidad, la franqueza, la
comprensión y otros valores difíciles de acumular; así mismo, son los mismos
pilares los que rigen el intercambio de las buenas relaciones internacionales,
entre un gobierno y su pueblo, de cara a la comunidad internacional, en ambos
casos, el objetivo es lograr una vida tranquila que incluya, la tranquilidad de todos,
la riqueza de todos, la paz y la felicidad de todos, y el fin último el “Bienestar de
todos”. Para esto vive y lucha el hombre.
Cuando entre personas vinculadas por amor, amistad, trabajo, política o,
sociedad, se concentran y crecen sentimientos de insatisfacción, se puede
asegurar que viven en aflicción por rebosamiento de emociones destructivas,
y sus proyectos tienen un resultado menos productivo o son improductivos, y que
caerán en frustración permanente y tendrán una imagen distorsionada de la
realidad cotidiana. Es a lo que los psicólogos le dan el nombre de “Relaciones
Toxicas”. Estas relaciones toxicas no solo se evidencia en parejas o en la vida en
matrimonio, actualmente se puede evidenciar que el plano de las relaciones
internacionales, muchos países entre sí, viven relaciones toxica, que por razones
de diplomacia o por interés se mantienen en el tiempo, si mirar el daño y los
posibles efectos que se generan de ellas, perjudicando de forma directa al mismo
pueblo.
Los gobiernos y los pueblos también las padecen. Cuba es un ejemplo típico,
Venezuela le sigue los pasos, igual Ecuador, Nicaragua y Bolivia también, son
muchas las razones para que aún apreciándose relaciones destructivas, se
mantengan con la consecuencia común, de que ellas, más que ser productiva
solo generan el miedo, la confusión, la imposición, la ignorancia, la minusvalía
metal, la corrupción para un pueblo, que afecta el acercamiento internacional con
otros países.
Una relación toxica se caracteriza por el sufrimiento de uno o varios de quienes
las componen, por sobre la dicha y el placer de compartir la vida, la paz el
bienestar, sintiéndose sus integrantes sometidos a presiones y desgastes morales
en el afán de no perder el vinculo, o la posición material. En el caso de los estados
aflictivos, defiende sin escrúpulos el poder. Sin ir muy lejos y valga la
comparación, en estos Gobiernos bajo este tipo de relaciones toxicas mantenidas
por su Gobernante; inconsulta al pueblo de espalda a su soberanía, reconocer
que se han adquirido antivalores y que tienen culpa de las desdichas como
pueblo, es difícil; generalmente ven la culpa en el otro y se permiten el lujo de las
justificaciones, la posposición, la irresponsabilidad, la mentira, la dependencia, la
baja estima en los ciudadanos, el orgullo, el falso amor y la incapacidad, luego, la
intemperancia se encarga de no hacer variar los conceptos por muy equivocados
que sean, empujando a las únicas salidas que a veces tardan años en asumirse:
el desconocimiento, la negación, aislamiento, o la ruptura de relaciones las
relaciones internacionales.
En el caso del régimen cubano no es posible para ellos admitir que durante 40
años o más, no ha existido y no existe actualmente la democracia, la pérdida del
poder, lo dejaría a merced de los afectados el “Pueblo”, con más de medio siglo de
miseria física y mental, la peor de las destrucciones humanas. No pueden permitir
la disolución, por eso, como en el caso de Venezuela queriendo ir en ese orden,
engañan, crean esperanzas falsas, e ilusiones falsas, prometen y no cumplen,
buscan justificaciones, evasivas, y cuando se les agotan estos métodos o medios,
aplican lo que le queda la “Agresión y la Violencia”. Y tal como si fuera un mal
llevado Matrimonio, seguir creyendo en la palabra de que el régimen cubano, con
su comunismo disfrazado de socialismo, es el camino justo, el camino de la
esperanza, de lo bonito y perfecto, de la vida plena, de la integración para la paz.
Y esperar así, que florezcan los pequeños negocios (Misiones ) bajo sus reglas,
son ridiculeces para lo que exige la realidad Latino Americana, cuando, países
como Brasil, Chile, México, Costa Rica, Panamá y Perú salieron de la recién crisis
económica, antes que Los Estados Unidos.
Cuba, le habla a los Estados Unidos apoyado por países como: Venezuela,
Ecuador, Bolivia, Nicaragua entre otros, y como toda contra pareja, que quiere
dominar y buscar culpables, como en un matrimonio, le sugieren al presidente
Obama con gran cinismo y arrogancia, lo que debe hacer para mejorar las
relaciones entre otros países, y hablan de moralidad, de libertad, de igualdad, esto
sin dejar salir a los niños secuestrados, por ser hijos de médicos "desertores", sin
eliminar el permiso de salida al que desee viajar, ni entrar a su país, a
cubanos con "Salida Definitiva" manteniéndolos en el destierro. Pero la
inconformidad, el descontento, aun no es suficientes para completar el camino de
la liberación, debido al tipo de sentimiento social, la baja estima, la fuerza que se
necesita, y que solo se expresa en la ira, y sé que materializa a mi punto de vista
en la forma siguiente: 1.- Hacia el interior; ira que se siente por mucho tiempo y se
expresa con tristeza, rencor, desesperanza, resentimiento. (acumulada), 2.- Hacia
el exterior; ira que se ve con frustración, malhumor y violencia hacia el prójimo,
pero no contra el estado militarizado al que no se respeta (acumulada). 3.- Ira
relacionada con el temor generalizado a todos los niveles, que aunque arraigado,
ya se está venciendo (acumulada), 4.- Ira para la superación de los obstáculos, la
ultima, la única positiva, que aunque no en su totalidad, se ve próxima debido a las
múltiples tensiones generadas por la decepción, la pobreza, el ahogamiento
económico, el abuso, la represión y la injusticia contra personas que luchan
pacíficamente por su dignidad y la recuperación de sus derechos, tal como la
vemos con caminatas y otras demostraciones públicas, denunciando al mundo los
atropellos, haciendo huelgas heroicas o, entregando su vida. Los más de un
millón trescientos mil empleados que quedarán en breve en la calle, deben
aumentar la ira por el desconcierto y la inseguridad que parirá el desempleo
oficial, y puede desencadenar en un nuevo éxodo masivo, o una explosión social.
Las cansonas intenciones de cambio anunciadas, son un nuevo engaño para los
que nada tienen y cualquier cosa por ínfima que sea, les parece superior. Son
una nueva súplica estatal para aparecer como víctima y recibir ayuda internacional
y sobre todo, conociendo la insolidaridad de los cubanos en el exilio, piden que
aumente la remesa familiar para comprar oxigeno para ellos y que los "sin salida"
sigan en hipoxia, pensando que podrán respirar algún día y así, se detenga la
inminente ira para la superación del obstáculo, que es solo uno: la desaparición
de la dictadura.
Ahora bien, se puede evitar una Separación de Cuerpo o un Divorcio definitivo,
así como en todo matrimonio, que en el mismo, aun no existiendo amor entre sus
cónyuges, y en muchos casos ni siquiera afectos de amistad, mucho menos
costumbre, y lejos de ser una relación toxica sobreviven, y subsiste por la
conveniencia, debido a los intereses materiales, creados entre, y por cada uno de
los cónyuges, que los obliga a mantenerse dicho sea de paso en matrimonio; pues
bien en las relaciones internacionales no dista de estar lejos de estas condiciones,
países que se toleran, que se aceptan, que seden en sus aspiraciones o
pretensiones, porque un tratado o un acuerdo que da nacimiento a un derecho,
que genera obligaciones para las partes, y del cual existen intereses, que
acondicionan cualquier Separación de Cuerpo o Divorcio; y tomo como ejemplo el
caso de Honduras con los Estados Unidos, que poseen una agenda bilateral para
una ayuda mutua en la cual Honduras se encuentra beneficiado y Estados Unidos
también. Pues la firma de dichos acuerdos, permite el establecimiento de
Comisiones Mixtas formadas por representantes de los países firmantes del
acuerdo. Tomando el caso de Honduras: El tema principal a tratar, en la agenda
bilateral entre Estados Unidos y Honduras, se encuentra los siguientes: Ayuda
financiera a Honduras considerando que Lobo ha cumplido algunas condiciones
impuestas por la comunidad internacional como el establecimiento de un gobierno
de unidad y la creación de una Comisión de la Verdad que restituya un estado
democrático. Esta sería una renovación a la ayuda financiera que posteriormente
Honduras había ya obtenido, pero la administración de Barack Obama había
suspendido la ayuda financiera de más de 30 millones de dólares después del
golpe de Estado. La secretaria de Estado subrayó que el Gobierno de Honduras,
que asumió el poder, ha dado "pasos importantes y necesarios, pasos que
merecen ser reconocidos" con "la normalización de las relaciones" y el fin de la
crisis abierta con el golpe de Estado contra Manuel Zelaya. Pero resulta que más
allá de que Hondura haya buscado la forma de restituir su condición de país
democrático, luego de una corta separación de cuerpo. La medida tomada por el
presidente de estados unidos afectaba a 30 millones de dólares en ayudas
directas suspendidas al Gobierno de facto y que abarca 9,4 millones de la Agencia
para el Desarrollo Internacional (USAID), 8,96 millones en ayudas estatales, 11
millones de la Cuenta Reto del Milenio (MCCA) y 1,7 millones en fondos de
seguridad. Bien es aceptado que todos los acuerdos se fundamentan en el respeto
de los derechos humanos y de los principios democráticos.
La democracia es de suma importancia para consolidar y desarrollar los
distintos aspectos de la cooperación entre las Partes. En Democracia
concretamente se desarrollar el comercio bilateral, se fomentan las inversiones, se
refuerzan los vínculos económicos, técnicos y culturales, se establece apoyo al
desarrollo global y sostenible, se conviene la protección del medio ambiente entre
otros. En condiciones de Democracia se mejora y establece una cooperación
comercial bilateral o multilateral entre los distintos países, con el objetivo de
fomentar la expansión y la diversificación del comercio mediante la eliminación de
los obstáculos al comercio. Las Partes acuerdan asimismo facilitar el acceso al
mercado, reforzar la cooperación en cuestiones aduaneras y fomentar el
intercambio de información que permita ajustar políticas comerciales a las
disposiciones del Acuerdo.
Para mantener relaciones perdurables en al ámbito de las relaciones
internacionales, la evaluación de la política exterior está presente en todo “Estado
Democrático”, y sin importar su composición, localización o relevancia estratégica,
permite mantener interacciones con otro u otros Estados; ya sea por razones de
carácter fronterizo, por intercambios comerciales o por necesidades políticas con
el resto del mundo. En efecto, todo Estado tiene una política externa, la cual no
surge de la nada, sino que es fruto de la necesidad del Estado de hacer frente a
determinados factores en determinadas circunstancias. El Estado emprenderá,
entonces, la extensa tarea de recolectar la información o dicho propiamente, los
factores, propios de las distintas áreas que compongan la realidad nacional. Antes
de continuar, definamos factor como “Todo elemento susceptible de provocar un
cambio”. De esta definición se deduce la cantidad infinita de factores existentes
dentro del Estado mismo, sin mencionar aquellos presentes fuera de él.
La política exterior, no es la primera opción del Estado en sí, para hacer frente a
sus necesidades internas. La causa de lo anterior es que el emplear la política
exterior implica desarrollar acciones en un medio más allá del control del Estado
“El medio internacional” lo que implica un cúmulo mayor de dificultades, esfuerzos
y consideraciones por parte del Estado, y es en ese punto que el Estado se valdrá
de la política exterior cuando no pueda satisfacer sus necesidades únicamente
con sus capacidades internas o bien, cuando el factor al que se pretenda hacer
frente sea de carácter externo. La política será exitosa si acierta a coadyuvar a la
satisfacción del interés de la nación, o será un fracaso si no consigue plasmar ese
aporte. Con base en esto, la política de nuestros días ya no puede representarse
bajo las categorías tradicionales que hemos heredado de épocas anteriores.
Como todo buen matrimonio hay que aprender, aprender a elaborar categorías
novedosas que permitan reinterpretar las instituciones y adaptarlas a las nuevas
transformaciones.
La mundialización, la sociedad de la información, la rehabilitación de las
identidades étnicas y culturales, la pérdida de eficacia del Estado-Nación para
imponerse sobre la sociedad, el fin de las ideologías totalizadoras, la degradación
y ritualización de la democracia. Todo ello nos obliga a repensar a las instituciones
y los conceptos de los que tradicionalmente nos valíamos para interpretarla. ¿Qué
capacidad tienen nuestros sistemas políticos para digerir estos cambios y cuál
será su rostro en el futuro? ¿Estamos ante el fin de la política tal y como la
conocíamos o seguirá perviviendo en su forma habitual?
Hacer un nuevo diagnóstico en nuestro tiempo y del lugar en él ocupa una
política progresivamente arrinconada por los sistemas económicos y culturales se
podría decir, que la clave del futuro se encuentra en la capacidad de supervivencia
que tengan los valores para conseguir controlar las lógicas del nuevo orden
económico mundializado, y el fraccionamiento provocado por las nuevas políticas,
así como para conformar las bases de una política cada vez más volcada hacia el
ámbito transnacional con una mayor sensibilización y mas humanizada. Vale la
pena hurgar y preguntarse ¿Cómo se perpetua en el tiempo las relaciones en el
ámbito internacional? ¿Que debe prevalecer para que una relación en entre dos o
más países por muy equivocadas que sean, mantenga sanas relaciones sin el
riesgo de que en un futuro se convierta en relaciones toxica, y no se produzca la
ruptura temporal o permanente entre ellas?
La atención a los principios de libertad, democracia, Estado de Derecho,
respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales es condición
imprescindible de la paz, la estabilidad y la prosperidad en cualquier sociedad. Los
principios mencionados y los esfuerzos por el desarrollo deben estar entre los
objetivos de política exterior y de seguridad común. En los Estados democráticos
la cohesión social es un tema fundamental y para tener éxito en el camino de la
cohesión social y la consolidación democrática; en América Latina, bien es cierto
que en casi todos los países de América Latina existen elecciones que dan la
apariencia de ser razonablemente competitivas, esos regímenes conviven y
suelen apoyarse en Estados de baja eficacia, efectividad y credibilidad. Las
deficiencias de los Estados latinoamericanos en cuanto a su capacidad y
legitimidad tienen efectos negativos o nulos en el desarrollo de la ciudadanía
plena, en la inclusión social y en el fortalecimiento de la gobernabilidad
democrática. La reflexión sobre el Estado, en América Latina es esencial.
La idea central es cómo utilizar toda la potencialidad de la vida democrática
para imponer un principio de orden en distintas áreas de la actividad política,
económica y social. Este principio alude a la capacidad del Estado para regular la
vida pública e incrementar la calidad de la vida democrática. La crisis financiera y
económica actual y los nuevos retos en términos de regulación hacen que la
reflexión sobre el Estado sea aún más pertinente. Pensar al Estado y su relación
con la democracia y la economía implica enfrentar dos desafíos. El primer reto es
el de la sustancia: evitar la inclinación del debate actual de recurrir, de nuevo al
mismo Estado como ente y concepto, todopoderoso pero vacío, capaz de
solucionar de forma mágica los problemas políticos, económicos y sociales. El
segundo reto es el de la imaginación y la innovación. Si se trata de traer de vuelta
al Estado es importante evitar la nostalgia del pasado y pensar en soluciones y
acciones estatales inimaginables pero tangibles.
La crisis financiera y económica actual y los nuevos retos en términos de
regulación, hacen que la reflexión sobre el Estado sea aún más pertinente, y
propio del Estado, no existiría un régimen democrático, es decir, sin Estado no hay
democracia. En la actualidad, ante visiones contrapuestas sobre el Estado, que lo
consideran la fuente de todos los males o hacen una reivindicación nostálgica de
él, se debe recuperar una visión crítica que reconozca que el Estado es un ente
complejo, fragmentado y diverso, sujeto a procesos permanentes de construcción,
reconstrucción y destrucción y así cíclicamente. Es necesario reformular un
concepto de Estado que sea una guía intelectual y una palanca útil para hacer
políticas efectivas, y no destructivas.
Se debe recuperar una visión crítica, que reconozca que el Estado es un ente
complejo, fragmentado y diverso, sujeto a procesos permanentes de construcción,
reconstrucción y dejar de un lado la autodestrucción. A principios del siglo XX, las
principales corrientes de la ciencia política concebían la democracia como un
asunto de régimen político, ponían en el centro de la discusión a la ciudadanía
política y al elector como el actor principal. Se dejaron de lado las dimensiones de
la ciudadanía social, civil y cultural, y al Estado. Ante esta concepción se
plantearon dos visiones: quienes afirmaban que no se debía exigir más a la
democracia de lo que ésta podía ofrecer, en términos de libertades políticas y
elecciones libres y competitivas, y quienes argumentaban que la democracia sólo
era la máscara de una dominación social cada vez más cruel y sofisticada. Frente
a esta polarización surgió una concepción diferente de la democracia, sustentada
en una visión integral del ser humano, que ejerce orientada más a la ciudadanía, y
no sólo a una simple política. En esta visión, el Estado está ligado al régimen
democrático al menos por tres razones: primera, el Estado es la entidad que
delimita territorialmente la ciudadanía electoral; segunda, comprende el sistema
legal que sanciona las libertades sin las cuales el régimen democrático no
existiría, y tercera, el Estado se manifiesta en la estructura burocrática que le da
continuidad y certidumbre a los procesos políticos. Cuando estas tres vertientes,
se mantienen como norte de gobernabilidad, entonces estamos frente a un Estado
que en sus decisiones y sus actuaciones, estaría ante puesto las prácticas
democráticas que dan confianza a quienes los observan, a quienes contraigan por
medios de tratados y convenios que esperan de él, de ese mismo estado
comprometido; relaciones geopolíticas sustentable, que sean afianzables y como
consecuencias perdurables en el tiempo.
Cuando en un gobernante, en su visión y pensamiento político no prevalece la
visión y pensamiento democrático, su práctica y manejo de la política tanto interna
como la exterior estará orientada a buscar culpable de las malas actuaciones y
decisiones en el manejo de la política exterior, que se vuelve en una practica
autoritaria y totalitaria, y en consecuencia un país más pobre, un país más aislado
económicamente, un país menos creíble y resultado de esto, gobernantes que
buscan a quien señalar del fracaso económico de su país. Un ejemplo más a los
antes expuesto de buscar culpable. Como el constante señalamiento a el
“Imperialismo” si, a el Imperialismo, como Práctica de dominación empleada por
las naciones o pueblos poderosos para ampliar y mantener su control o influencia
sobre naciones o pueblos más débiles; pero el Imperialismo no es un término
actual, data de las historia antigua; las razones por las cuales los estados han
aspirado a crear imperios a lo largo de la historia son de diversa índole, y podrían
clasificarse, en términos generales, dentro de tres grupos: Primera Razón:
Económicas, políticas e ideológicas. Los intereses económicos son los más
habituales cuando se trata de explicar este fenómeno. Los defensores de esta
concepción sostienen que las naciones se ven impelidas a dominar a otras para
expandir su economía. Segunda Razón: Hacen hincapié en los condicionantes
políticos y alegan que la razón principal por la que los estados tiendan a
expandirse es el deseo de poder, prestigio, seguridad y ventajas diplomáticas con
respecto a otros estados. Tercera Razón: Se centra en los móviles ideológicos o
morales. De acuerdo con esta perspectiva, algunos países se ven impulsados a
extender su influencia para difundir sus valores políticos, culturales o religiosos.
Uno de los factores que propiciaron la constitución del Imperio Británico fue la idea
de que era responsabilidad del ‘hombre blanco’ civilizar a los pueblos ‘Atrasados’.
La expansión alemana que tuvo lugar durante el gobierno de Adolf Hitler se
basaba en gran medida en la creencia en la superioridad inherente a la cultura
alemana. El deseo de Estados Unidos de “proteger al mundo libre” y el interés de
la antigua Unión Soviética por “liberar” a los pueblos de la Europa del Este y del
Tercer Mundo son también un ejemplo de este tipo de imperialismo, bien cabria
preguntarnos ¿Es malo el imperialismo? Los gobernantes autocráticos y
totalitarios, aquellos que no quieren expandirse en la geopolítica internacional,
explican el imperialismo basándose en las circunstancias políticas de las naciones
más débiles, en lugar de enfatizar los móviles de las naciones poderosas. La
nueva interpretación de países económicamente más poderoso ofrece y señala
que es posible que las potencias más fuertes no tengan intención de expandirse,
pero que se ven obligadas a hacerlo debido a la inestabilidad de otras naciones.
Los efectos del imperialismo suelen girar en torno a los aspectos económicos,
dado que esta perspectiva es la que prevalece en los debates sobre sus posibles
móviles; la polémica surge entre aquéllos que creen que el imperialismo implica
explotación y es la causa del subdesarrollo y el estancamiento económico de las
naciones pobres, en mi visión particular creo que, pese a las ventajas que
proporcionó y proporciona esta situación a las naciones ricas, también las
naciones pobres se beneficiaron, al menos a largo plazo. Es difícil decantarse por
una u otra concepción por dos motivos: de un lado, no se ha llegado a un
consenso sobre el sentido del término explotación; y de otro, no es fácil separar
las causas internas de la pobreza de una nació, de las que son de índole
internacional. Lo que resulta evidente es que el efecto del imperialismo ha sido
desigual: unas naciones han obtenido mayores ventajas económicas, que otras de
su contacto con potencias más ricas he ahí el juego de las relaciones
internacionales económicas, he ahí el aprovechamiento de la oportunidad de crear
alianzas y ser más participativos en el despertar económico de las naciones, y no
quedarse en primera fila tal cual espectador VIP. Un ejemplo han sido la India,
Brasil, Costa Rica, Panamá y otros países en vías de desarrollo, incluso han
comenzado a competir económicamente con sus antiguas metrópolis. Por ello,
sería aconsejable examinar la repercusión económica del imperialismo atendiendo
a cada caso en particular.
Para ir concluyendo: Como una o un amante desconocido o la incertidumbre
que causa su existencia en un matrimonio, las consecuencias políticas y
psicológicas del imperialismo son igualmente difíciles de determinar. Este
fenómeno ha demostrado ser destructivo y creativo a la vez: ha destruido
instituciones tradicionales y formas de pensar, y las ha sustituido por las
costumbres y la mentalidad del mundo occidental, ya se considere esto un
beneficio o un perjuicio, aquí es el punto de partida, o el comienzo de un rosario
de pena y de sufrimiento que conlleva a posibles ruptura en las relaciones, por que
se impone la bien reconocida “Autodeterminación”, que le permite a cualquier
país, ejercitar su derecho de Separarse o en definitiva a Divorciarse. Es el
derecho de los pueblos a decidir libremente y por sí mismos la forma de gobierno
y políticas por la que se regirán, así como el de, determinar a qué entidad estatal
pertenecerán y, en última instancia, a constituirse, si así lo desearan, como Estado
independiente. Es en este punto donde juega importancia conciliadora la
“Diplomacia”; el principio de autodeterminación, está muy relacionado con el
concepto de nacionalismo y con el objetivo de formación del Estado nacional, es el
más sujeto a debate; es frecuente que cada pueblo posea su propia identidad
nacional y, a menudo, étnica, pero no siempre sucede así, una nación suele
compartir una lengua, historia, cultura y religión comunes. La formación de un
Estado nacional requiere el reconocimiento de un territorio en el que resida el
pueblo y la formación de un gobierno que administre democráticamente ese
territorio.
Por definición, la autodeterminación, en su sentido potenciador del nacimiento
de un nuevo Estado, implica la consiguiente fragmentación de otro ya existente,
por lo que la reclamación de la autodeterminación suele resultar problemática o
traumática. Así, uno de los factores desencadenantes de la I Guerra Mundial
fueron las aspiraciones independentistas de los pueblos. Tras finalizar dicho
conflicto, el subsiguiente Tratado de Versalles, fue claro en la admisión del
derecho de autodeterminación. Esta tendencia quedó aún más consolidada tras
finalizar la II Guerra Mundial, cuando la Organización de las Naciones Unidas
(ONU), en su propia Carta fundacional, reconoció el derecho de los pueblos a su
libre determinación y como consecuencia de esto se reafirman las constituciones
como garantía de conocimiento público; que rige el derecho interno de un país y
con ella nace el derecho a la vida, a la integridad física y moral; a la libertad
ideológica, religiosa y de culto; a la libertad y seguridad; a la igualdad y no
discriminación; al honor, intimidad personal y familiar, a la propia imagen; a la
inviolabilidad del domicilio y secreto de las comunicaciones; libertad de residencia
y movimientos; libertad de expresión, libertad de producción y creación literaria,
artística, científica y técnica, libertad de cátedra, libertad de información; derecho
de reunión; derecho de asociación; derecho a participar en los asuntos públicos y
a acceder, en condiciones de igualdad, a funciones y cargos públicos; derecho a la
tutela efectiva de jueces y tribunales; derecho al juez ordinario predeterminado por
la ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, derecho del acusado a que se le
informe de las imputaciones formuladas en su contra, derecho a un proceso
público sin dilaciones indebidas y realizado con todas las garantías, a utilizar los
medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismo, a
no confesarse culpable y a la presunción de inocencia; derecho a la educación,
libertad de enseñanza; libertad sindical, derecho de huelga; derecho de petición
entre otros.
Dentro de los derechos de los ciudadanos consagrados en las constituciones
cabe citar, asimismo, los siguientes: derecho a contraer matrimonio; derecho a la
propiedad privada y a la herencia; derecho de fundación; derecho a la negociación
colectiva laboral entre los representantes de los trabajadores y empresarios. Los
textos constitucionales hacen referencia también, en ocasiones, a derechos
económicos y sociales. En este campo, cabe hablar de las siguientes cuestiones:
protección de la familia, los hijos y las madres; distribución equitativa de la renta;
régimen público de Seguridad Social; derecho a la protección de la salud; derecho
a la cultura; derecho a un medio ambiente adecuado; derecho a disfrutar de una
vivienda digna. Pero estos derechos constitucionales solo son garantizables en un
estado de Democracia Plena, la Democracia, es el sistema político por el que, el
pueblo de un Estado ejerce su soberanía mediante cualquier forma de gobierno
que haya decidido establecer. En las democracias modernas, la autoridad
suprema la ejercen en su mayor parte los representantes elegidos por sufragio
popular en reconocimiento de la soberanía nacional.
En Latinoamérica, la instauración de los valores esenciales de la democracia se
inició con el proceso de su propia emancipación (1808-1826), al que sucedió una
época de regímenes constitucionalistas. Se promulgaron constituciones en todos
los países pero se multiplicaron de forma excesiva a consecuencia de los
constantes cambios políticos y las imposiciones de los grupos dominantes, lo que
impidió una temprana estabilización de regímenes políticos fundamentados en un
sistema basado en los principios democráticos. El fin último de la Democracia es
la libertad en igualdad de condiciones; en la actualidad, junto a la libertad
entendida en términos jurídico-políticos, surge, en un marco de generalización de
la economía de mercado a nivel mundial, la libertad económica y de producción,
exportación e importación de bienes y servicios. Estos conceptos han
experimentado un gran desarrollo después de la II Guerra Mundial de la mano de
instituciones que para algunos pueblos de Latinoamerica lo ven como “Ahí viene el
Lobo”, o como los culpable de sus propias malas economías, como lo son: el
Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de
Comercio, los tratados de libre comercio como el NAFTA y el MERCOSUR, el
ALCA, o agrupaciones de Estados como la Unión Europea. Sus mayores críticas
provienen del hecho de que favorecen el libre mercado para los países ricos, pero
imponen el proteccionismo frente a los países pobres, sometidos a muy duras
condiciones económicas, ambientales y sociales.
Podría ir concluyendo que, para que no se produzca la “Separación de Cuerpo
o el Divorcio definitivo entre cualquier nación del concierto político internacional, es
importante regular las relaciones diplomáticas y consulares, bien entendidas como
instrumentos de coexistencia y cooperación entre los estados; regular las
competencias de los estados vinculadas al territorio, sobre espacios de interés
internacional, el espacios aéreos, cursos de agua internacionales o respecto de la
población; regular las competencias de los estados en los espacios marítimos,
materia que da origen al llamado Derecho marítimo o del mar; la solución pacífica
de controversias, arreglos de carácter no jurisdiccional, arbitrajes, procedimientos
jurisdiccionales, el control de la violencia, así como la regulación del uso de la
fuerza y la agresión, y el no uso de armas de destrucción masiva.
De modo importante considero que se debe evaluar particularmente el cambio
en el comportamiento Demográfico y el crecimiento de la población y su impacto a
nivel mundial. A lo largo del siglo XX, la explosión demográfica también ha sido
uno de los fenómenos de mayor relevancia y, de hecho en la actualidad, se ha
convertido en uno de los grandes problemas globales que se le plantean a la
humanidad de cara a este nuevo milenio. Asimismo, a lo largo del siglo XX se ha
configurado y generalizado la sociedad de masas tendente a disfrutar de altos e
igualitarios niveles de vida, consumo y bienestar, pero cuya materialización
presenta grandes disfuncionalidades, ya se trate de poblaciones que tienen
acceso al desarrollo, o viven sumidas en el subdesarrollo. Indudablemente, los
problemas sociales que aparecen en cada universo social son radicalmente
diferentes, pero en el caso de estas últimas se plantea la frustración ante el hito de
la modernización y la experiencia vivida respecto a la misma. Estas condiciones
plantean un desequilibrio constante para aquellas sociedades, provocando
fenómenos complejos de alcance mundial como las migraciones desde el Sur
hacia el Norte o la búsqueda de soluciones revolucionarias, que en ocasiones
ponen de relieve las reticencias hacia Occidente, o la debilidad de las estructuras
incorporadas desde Occidente, por ejemplo el Estado-Nación, como se ha puesto
de manifiesto en los estados centroafricanos a finales del siglo XX. La emigración
es uno de los componentes básicos del cambio demográfico y sin duda, el más
difícil de medir y de analizar, por las dificultades que van desde su diferente
conceptuación hasta la existencia de un flujo importante de migraciones
irregulares o indocumentadas. Las dificultades se centran en la tremenda
complejidad de sus causas, que implican desde decisiones individuales respecto a
los motivos de elección del punto de destino, pasando por la existencia de
dificultades o facilidades geográficas o de transporte, hasta las políticas de
acogida y rechazo de los países emisores y receptores.
Por último, el ámbito que mejor ilustra los nuevos signos del mundo
contemporáneo son los cambios que han sobrevenido en la configuración de la
sociedad internacional actual. Los dos últimos siglos han mostrado la transición
desde una sociedad internacional forjada desde la hegemonía europea, a partir de
un modelo de equilibrio de poder entre las grandes potencias europeas y que
culminó en los imperialismos de principios del siglo XX, hacia una sociedad
internacional plenamente universalizada, cuyo alumbramiento corrió bajo la crisis
del poder de Europa a través de dos sangrientas guerras mundiales.
Renace la nueva sociedad internacional establecida sobre unos pilares
decididamente universales, que se fraguó tras 1945 sobre la lógica de la
bipolaridad de dos superpotencias, los Estados Unidos y la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas, y más adelante, al finalizar la Guerra fría, sobre una
realidad, cuyos contornos y definición son todavía objeto del debate sobre el
denominado ‘Nuevo Orden Mundial’. La sociedad internacional tras 1945 ha sido
el resultado de dos juegos de fuerzas: La dialéctica Este-Oeste, sobre la que se
manifestó la Guerra fría, y la dialéctica Norte-Sur, cuya notoriedad fue mayor a
medida que fue emergiendo una nueva realidad, el Tercer Mundo, cuya irrupción
tuvo lugar con los procesos de descolonización.
Una tensión que aflora en toda su complejidad en el final del siglo XX,
mostrando no sólo las fisuras existentes entre el Norte y el Sur en términos
socioeconómicos, sino en un plano más amplio, al evidenciar las tensiones entre
los pueblos. Una nueva sociedad internacional más vertebrada, en la medida en
que se ha ido institucionalizando la multilateralización de las relaciones
internacionales, y más compleja a tenor de la incorporación de nuevos actores,
como los organismos internacionales, las organizaciones no gubernamentales, las
multinacionales o las internacionales de los partidos, que sustraen protagonismo a
la tradicional primacía de los estados. Y en última instancia, una sociedad
internacional que expresa en su totalidad la interdependencia y la globalidad de
los fenómenos y los acontecimientos del mundo contemporáneo.
La realidad de la vida política es muy diferente. La vida política se desarrolla
mediante conflictos que jamás son resueltos definitivamente, cuya solución se da
mediante acuerdos momentáneos, treguas, y aquellos tratados de paz más
duraderos que son las constituciones. Este conflicto entre la representación y la
realidad puede ser ejemplificado por la discordia entre la ininterrumpida
continuidad de conflictos, característico de la edad moderna, y así lo vemos
conflictos, entre los estamentos y el monarca, entre los parlamentos y la corona, y
la doctrina del Estado basada en el concepto de soberanía, de unidad de poder,
de primacía del poder legislativo. Pero la doctrina que siempre tiene un carácter
normativo y no solamente explicativo, y traza las líneas de lo que debería ser,
mientras pretende presentarse como comprensión y explicación de lo que sucede,
a veces sobreponiéndose a la realidad, forzándola, adaptándola, simplificándola
para reducirla en un sistema compuesto, unitario y coherente, no solamente
impulsada por pasiones intelectuales, sino también por ambiciones proyectadas,
que puede contribuir a retardar la toma de conciencia de las transformaciones, que
están teniendo lugar, y a dar interpretaciones distorsionadas de ellas. Por lo que
las doctrinas mal entendidas y mal aplicada contribuyen a la deshumanización de
las relaciones internacionales y en muchos casos quebrantan el principio de buena
fe.
Así concluyo: Que, el Estado tiene un papel activo en el desarrollo de la
comunidad internacional, correlativa a ello, las instituciones jurídicas estatales se
determinan en parte por los acontecimientos históricos internacionales, sin
perjuicio de que las sociedades de manera autónoma busquen modelos ideales
para su organización. La comunidad internacional tiene como presupuesto la
existencia de comunidades organizadas que se reputan independientes y
autónomas; en el plano internacional, se evidencia obligaciones y derechos
correlativos entre ellas y en el que sus pretendidas autonomía e independencia se
limitan por las de los demás. Para que entre las naciones, no se den, o se
minimicen los conflicto que terminan en rupturas que prevalecen en el tiempo se
requiere de la tan acertada diplomacia mediadora, la diplomacia para prevenir la
guerra y afirmar la paz. El medio es la negociación y el dialogo. La norma
internacional se expresa en los “Tratados” que son los instrumentos del Derecho y
las Relaciones Internacionales, se le identifica también como acuerdos,
convenciones, protocolos, cartas, pactos, declaraciones.
Definido por la Corte Internacional de Justicia como “un instrumento esencial
de cooperación eficaz en la Comunidad Internacional, que permite a los
estados a pesar de las diferencias, de sus sistemas constitucionales y
sociales, llegar a la comprensión mutua y a la soluciones de sus
divergencias por medios pacíficos”. El rol fundamental, lo desempeñan los
diplomáticos quienes actúan por los gobiernos en función del dilema, la guerra-paz
entre las naciones y de la cooperación internacional; ciertamente el mundo
necesita la organización tanto jurídica como social de un Derecho Internacional
que regule las imperfecciones de las relaciones interestatales que se llevaban
anteriormente, aunque el sistema internacional aun no ha llegado a una cúspide
donde sus objetivos de cooperación y paz sean alcanzados, ha sido una
herramienta meramente útil para el mundo, no solo por sus procesos de
integración que han facilitado que algunos estados emerjan, también por sus
principios de soberanía e independencia y sobre todo por su búsqueda a la
tranquilidad mundial que en reiteradas ocasiones ha evitado una catástrofe
mundial como lo sería una Tercera Guerra Mundial.
Estos logros se evidencian en diferentes lugares del mundo y en diferentes
aspectos, tal vez la mayor demostración de la efectividad que pueda tener tanto el
Derecho Internacional como la Diplomacia fue el cese de las tensiones entre
Moscú y Washington durante la Guerra Fría y el llamado caso de los Misiles
Cubanos que por 13 días mantuvo los ojos del mundo abiertos a nuevos
acontecimientos. Concluyo no solo se trata de buenas relaciones, de buenos
diplomáticos, de quien es más poderoso menos poderoso, se trata de dejar el
papel de espectador y pasar al ser el autor de una historia distinta, una historia sin
culpable, sin señalamiento, es decidir en qué o cual posición se quiere estar, si se
prefiere relaciones sana y perdurables en el tiempo, o si se prefiere relaciones
toxicas sometidas a los intereses propios de cada estado, con la seguridad de que
en cualquier momento se llega a consolidar la ruptura definitiva. Es tan solo ver
que tan delga es la línea que los divide.