la observación como estrategia de evaluación

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Page 1: La observación como estrategia de evaluación

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La observación como estrategia de evaluación en

el nivel inicial

…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….......

Introducción

Esta ficha tiene como objetivo presentar a la

observación como estrategia de evaluación en el

nivel inicial. Para eso desarrollaremos una serie de

apartados que permitirán un primer acercamiento.

En primer lugar, describiremos qué es la

observación, en qué medida es una estrategia de

evaluación y una clasificación de distintos tipos de

observación. Luego haremos una referencia a la

evaluación en el nivel inicial para poder

comprender en qué medida la estrategia en

cuestión puede insertarse en este marco y

presentaremos algunos consejos prácticos para su

uso. A continuación describiremos las ventajas y

desventajas que presenta la estrategia y algunas

posibles “soluciones” a estas últimas. Finalmente,

realizaremos una síntesis final y aportaremos

algunos materiales que permitan continuar con la

formación sobre el tema.

La observación como estrategia de evaluación

La primera pregunta que surge al abordar el

tema en cuestión es ¿qué es la observación? De

Ketele (1984) la define como un “proceso

orientado por un objetivo terminal u organizador, y

dirigido hacia un objeto con el fin de obtener

información” (pág. 21). Desde esta perspectiva, la

observación es una estrategia que permite

recolectar información EN el proceso y no al final

de la enseñanza. Observar el aprendizaje permite

recolectar una serie de evidencias que no se

pueden hallar sino en el mismo proceso. Es en este

sentido que se dice que “observar es construir una

representación realista de los aprendizajes, de sus

condiciones, mecanismos y resultados”

(Perrenoud, 2008: 136). Siguiendo lo

anteriormente desarrollado se puede afirmar que

la observación intenta “recoger (seleccionar,

provocar, codificar) la información” (De Ketele,

1984: 22).

Todo lo anteriormente dicho nos permite

comprender la definición de Braivlosky (2009)

quien afirma que “la técnica de la observación,

tomada del mundo de la metodología de la

investigación, sirve a los maestros para entrenar la

mirada y extraer de la realidad - que siempre se

presenta en su natural forma caótica y

desordenada - elementos recurrentes que nos

permiten poner en ella un orden” (pág. 17).

Una vez definido qué es la observación cabe

preguntarse ¿en qué medida puede ser utilizada

como una estrategia de evaluación? Siguiendo a De

Ketele (1984) podemos afirmar que la evaluación

implica la determinación de ciertos criterios para

confrontarlos con la información que se recolecta

de la realidad en función de la toma de decisiones.

Por lo tanto, podemos afirmar con la autora que

la observación es una estrategia que debe servir

para la evaluación y ésta, a su vez, debería servir a

la toma de decisiones. [Ver cuadro 1]

Page 2: La observación como estrategia de evaluación

2|

Distintos tipos de observación

Para comprender más profundamente a la

observación, presentaremos, a continuación

una clasificación

de los distintos

tipos de

observaciones.

Para ello,

seguiremos la

clasificación

propuesta por De

Ketele (1984). La

autora expone

una serie de tipos

de observación

que presentamos

en pares [Ver

cuadro 2] y que

distinguimos por

una serie de variables: sistematicidad de la

observación, el sujeto que se observa, qué se

observa y el tipo de registro.

Según el grado de sistematicidad de la

observación, podemos definir a la observación

como sistemática y no sistemática. La primera

de ellas se define por procedimientos

repetibles, condiciones estandarizadas para

observar, técnicas rigurosas de observación, de

registro y de codificación (de Ketele, 1984). Esta

observación es planificada y define de

antemano qué se va a observar, a quién, dónde

y cuándo, cómo, quién y para qué. Por el

contrario, la observación no sistemática “recoge

la información de manera anecdótica en el

momento en que se produce” (Gobierno de

Navarra, 1996: 33.). A pesar que este método es

el que se utiliza con mayor frecuencia presenta

algunos inconvenientes. En primer lugar, la

información recabada es fragmentaria, puntual;

generalmente sucede que lo que se observa es

irrelevante para evaluar el aprendizaje de los

alumnos. Además, con este tipo de observación

se atiende a cuestiones que llaman la atención

y, por lo tanto son excepcionales. Por último, no

se controlan los prejuicios del observador.

(Gobierno de Navarra, 1996).

Según el sujeto a observar podemos

distinguir a la introspección de la alospección.

En el primer caso, el sujeto de observación es el

mismo observador (uno mismo) mientras que

en el segundo caso es otro sujeto. En el caso de

la observación como evaluación, generalmente

se utiliza la alospección. Si tomamos como

variable lo que se observará, se puede definir a

la observación narrativa y atributiva. En el caso

de la observación narrativa, lo que se analiza es

la presencia o ausencia de un objeto, de alguna

de sus propiedades o de una acción. Por otro

lado, en la observación atributiva lo que se

observa es la acción en la sucesión de estados.

Una última distinción es la que se realiza por el

tipo de registro que se realiza de la observación

el cual puede ser inmediato (en el momento de

la observación) o diferido (luego de la

observación).

Page 3: La observación como estrategia de evaluación

| 3

Finalmente, creemos oportuno presentar

una distinción que ofrece De Ketele entre tres

tipos de observación. Para ello, la autora

considera dos variables: por un lado se analiza si

la estrategia es puntual (en un solo momento) o

longitudinal (durante el proceso), por el otro si

la observación se realiza de manera implícita o

explícita. Considerando estas dos variables, se

pueden encontrar tres tipos de observación: la

observación libre (longitudinal e implícita), la

observación sistemática (longitudinal y

explícita) y la observación provocada (explícita

que puede ser tanto puntual como

longitudinal). [Ver cuadro 3]

La evaluación en el nivel inicial

Una vez ya analizada la observación como

estrategia de evaluación en general, nos

dedicaremos, ahora, al uso de esta estrategia en

el nivel inicial. Para ello, nos parecía oportuno

presentar un breve apartado sobre las

características y particularidades de la

evaluación en este nivel.

Braivlosky (2011) hace referencia al tema y

aborda la temática de las “buenas prácticas” de

evaluación en el nivel inicial. El autor hace

referencia, en primer lugar, a una serie de

errores que se comenten a menudo y que

entorpecen el desarrollo de una evaluación

adecuada. En primer lugar muchas veces se

superpone, de manera confusa, la evaluación

con las prácticas de disciplina y los contextos de

vida de los niños. Es decir, se evalúan aspectos

de los alumnos que no dan cuenta de lo

aprendido en el jardín sino en sus hogares. En

segundo lugar, Braivlosky resalta que las

“escalas” con que se valora a los alumnos

tienden a ser imprecisas y tienden a basarse en

el “promedio”, esto se debe a que no existen

criterios claros y precisos sobre qué se evaluará

y cómo. En tercer lugar, se confunde evaluación

“formativa” con “ausencia de evaluación”, o

“evaluación menos necesaria”. Muchas veces,

por las características de este nivel se cree que

no se debe evaluar, que no es factible o que no

es necesario; se cree que con una visión general

del niño alcanza para saber qué aprendió y que

le resta aprender. Finalmente, y en estrecha

relación con lo anteriormente dicho, cuando se

evalúa de manera formal, se confunde

“evaluación de procesos” con un mero relato de

“lo que pasó”, por lo que la evaluación no

brinda la información necesaria para tomar las

decisiones perinentes.

Por estos motivos, Braivlosky presenta una

propuesta sobre cómo debería ser la evaluación

en el nivel inicial [Ver cuadro 4]. El autor plantea

que la evaluación implica la valoración por parte

del docente, una decisión que se toma en

consecuencia (que puede implicar una

modificación de las acciones propias) y una

comunicación de esas decisiones. Sin embargo,

este proceso no puede ser llevado a cabo de

cualquier manera sino que debe seguir una

lógica propia .

Page 4: La observación como estrategia de evaluación

4|

En primer lugar el docente debería definir los

criterios de valuación, es decir qué evaluará y

qué le servirá como evidencia para esa

evaluación. Hay dos aclaraciones que vale la

pena rescatar en este punto. El autor resalta

que cuando se decide qué evaluar hay que

evitar redactar esos aspectos como

características del alumno, porque se está

evaluando una dimensión recortada, algo que

aprendió y no al alumno en su totalidad. Caer

en este error generaría la aplicación de

etiquetas de los alumnos buen alumno,

inteligente, desganado, incapaz, etc.

(Brailovsky, 2009). Por otro lado hay que evitar

que las evidencias que se recolectan estén

basadas en sensaciones o percepciones propias

ya que estaría en contra de una evaluación

objetiva y equitativa para todos. Una vez

definidos estos dos aspectos, se debe recolectar

la información. Es en este punto que la

observación se presenta como una estrategia de

gran utilidad. Luego la información debe ser

interpretada y analizada desde los criterios

establecidos anteriormente y “recién entonces”

se puede proceder a la valoración, la toma de

decisiones y la comunicación.

¿Qué y cómo observar?

Ya hemos hablado de la estrategia de

observación, sus características y cómo se

inserta en el marco de la evaluación. También

hemos desarrollado algunas especificidades del

nivel inicial para poder comprender mejor cómo

utilizar esta estrategia en este nivel. Ahora nos

dedicaremos a analizar qué cosas se pueden

observar y cómo podemos hacerlo.

En primer lugar, es útil retomar una de las

primeras definiciones abordadas sobre la

observación. Braivlosky (2009) postulaba que la

observación permite codificar la realidad

caótica y desordenada para extraer de ella la

información necesaria para la evaluación. Por lo

tanto, no se puede observar todo; es necesario

focalizar. La pregunta es, entonces, ¿qué se

puede observar en el jardín? Se puede observar

tanto la dinámica de la sala, como las

intervenciones de los alumnos, la relación que

se establece entre ellos, las preguntas que

realizan, las situaciones de juego, el uso de los

materiales, la respuesta ante las preguntas de

los docentes, etc.

Una vez enumerados los distintos aspectos

que pueden observarse es oportuno presentar

distintas técnicas que permiten guiar la

observación y facilitar su registro. Es

importante, hacer una advertencia preliminar:

cada instrumento es pertinente para una serie

de situaciones, no hay uno que sea

inherentemente mejor que los otros sino que su

utilidad depende de la situación que se observa

y evalúa. La lista que presentamos a

continuación fue tomada de un documento de

trabajo del Gobierno de Navarra (1996).

El cuestionario de observación: se

enuncian los aspectos a evaluar en forma de

preguntas que deberán responderse a través de

la observación. Es importante tener en cuenta

que no pueden ser preguntas muy amplias, ya

que la información recabada no será útil, o

demasiado restringida, ya que será difícil

conseguir la respuesta.

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La lista de preguntas: se enuncian una

serie de preguntas que se quieren indagar en

los alumnos. La particularidad de este

instrumento es el hecho que el docente

interviene en la dinámica de clase para inducir

la respuesta de estas preguntas. En ocasiones,

incluso, puede hacer las preguntas

directamente.

El guión de observación: es un esquema

que permite organizar los aspectos a observar.

Pueden ser tanto temáticos, si la organización

de los puntos es lógica, como secuenciales, si la

organización es temporal. Los guiones permiten

organizar la observación antes de llevarla a

cabo.

Las escalas de valoración: Se elabora lista

con los aspectos a evaluar acompañada de una

escala en la que cada aspecto puede valorarse

con graduación.

Las rúbricas: son grillas en las que se

colocan, por un lado el aspecto a evaluar y, por

el otro, el nivel de desempeño. En la

intersección se colocan los criterios que se

tomarán en cuenta para considerar que el

alumno alcanzó el nivel de desempeño

correspondiente para ese aspecto.

Las listas de control: se listan los aspectos

a observar. Durante la observación el docente

consigna la presencia o ausencia de dichos

elementos. El gobierno de Navarra señala que

muchas veces es difícil completar la lista por la

presencia o ausencia de un elemento ya que no

permite dar cuenta de la frecuencia de dicho

aspecto. Por eso, presentamos un instrumento

más complejo que funciona como un semáforo.

En cada casillero se marca con un color según la

frecuencia con la que el alumno cumple el

aspecto a observar (Jarvis, en prensa).

Page 6: La observación como estrategia de evaluación

6|

Consejos prácticos para observar

A continuación presentamos una serie de

“pasos” que pueden ayudar a los docentes en la

evaluación con esta estrategia. Muchas de las

ideas que se presentan ya fueron abordadas a

lo largo de toda la ficha, pero nos parecía

importante volver a retomarlos para que

pudieran funcionar como consejos orientadores

de la práctica.

1. Definir qué se quiere evaluar (criterios

de evaluación). Recordar que se debe evaluar

aquello que haya sido enseñado o trabajado. No

se debe caer en el error de evaluar aspectos de

la socialización o instrucción del hogar ni en el

error de evaluar al alumno como una totalidad.

2. Definir cómo se recogerá la evidencia

de esos criterios. En nuestro caso, la estrategia

de recolección de información será la

observación, pero debemos decidir qué tipo de

observación realizaremos y en qué momento.

En ocasiones resulta útil realizar la observación

con un par para aumentar la objetividad de la

evaluación.

3. Definir el instrumento con el que se

llevará a cabo la observación. Es fundamental

dedicarle tiempo al armado del instrumento.

Esto se debe, en primer lugar, a que un

instrumento bien pensado y diseñado

disminuirá el grado de discrecionalidad en el

momento de la evaluación y permitirá tener un

registro minucioso de las evaluaciones que se

llevan a cabo. Por otro lado, la claridad y

especificidad de los criterios a observar y

evaluar habilitará que otros docentes puedan

realizar la evaluación, en caso que sea

necesario.

4. Observar la práctica con la ayuda del

instrumento desarrollado.

5. Valorar la información obtenida a

partir de los criterios desarrollados en los

primeros pasos.

6. Tomar las decisiones pertinentes y

apropiadamente fundamentadas

Ventajas y desventajas

Las ventajas de esta estrategia de evaluación

son numerosas (Gobierno de Navarra, 1996). En

primer lugar, la observación permite captar

mejor el aprendizaje ya que se observa durante

el proceso y no al final del mismo. En segundo

lugar, permite que el docente indague el

sentido que el aprendizaje tiene para el alumno

y el grado de integración que establece entre

ese aprendizaje con conocimientos que ya

posee. El conocimiento de estas conexiones le

permite al docente conocer cuáles son las

relaciones significativas para el alumno no sólo

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para utilizarlas en el futuro sino para saber si el

alumno está conectando el conocimiento

correctamente. En tercer lugar, la observación,

al realizarse en el proceso de aprendizaje

permite captar aspectos relevantes de la

situación natural y el contexto de aprendizaje

que podrían estar influyendo en el alumno.

Además permite que el docente conozca en

profundidad la interacción entre los alumnos y

lo aprendido, con la situación de aprendizaje,

con sus compañeros, con el docente y con ellos

mismos. Finalmente, permite comprender el

aprendizaje de alumnos que tienen dificultades

en las evaluaciones tradicionales o en su

expresión.

Ahora bien, a pesar que la observación

presenta grandes ventajas como estrategia de

evaluación no se utiliza de manera adecuada en

muchos contextos educativos. Presentamos a

continuación una serie de desventajas que el

gobierno de Navarra resalta. Creemos, sin

embargo, que muchas de estas desventajas no

son intrínsecas a la estrategia sino al mal uso

que se hace de ella. Por este motivo,

agregaremos algunas posibles “soluciones”. Una

de las primeras desventajas que presenta la

observación es el hecho de que requiere

tiempo, para preparar los instrumentos, para

registrar las notas y evaluar lo que en ellas se

describe, tiempo que es especialmente valioso

en este nivel. Creemos, sin embargo, que la

práctica y el uso correcto de los instrumentos

presentados puede servir para disminuirlo.

También es bueno elegir el momento apropiado

para realizar la observación, por ejemplo, no

seleccionar las actividades en las que se debe

estar fuertemente activo. Una buena opción es

realizar la observación en los momentos libres,

cuando los alumnos están trabajando en los

rincones o, incluso, en otras clases como

educación física o música.

Una segunda crítica es que puede estar

atravesada por opiniones y/o percepciones del

docente. Si bien es cierto que es muy difícil

desprenderse de las opiniones personales, a lo

largo de toda la ficha se han presentado

estrategias para disminuir el grado de

discrecionalidad en esta evaluación: realizar la

observación en pares, definir con precisión y

exactitud qué se va a observar y a qué evidencia

se prestará atención para no dar lugar a

decisiones improvisadas.

En tercer lugar presentamos las críticas que,

a nuestro parecer, se deben a la falta de

conocimiento de cómo aplicar adecuadamente

esta estrategia. El gobierno de Navarra

menciona que la observación se realiza de

manera artificial y no se le encuentra el sentido

o la finalidad de la acción que se realiza. Así

mismo se evidencia una falta de práctica por

parte de los docentes de esta estrategia. Por

último, se resalta la dificultad (y en muchos

casos la imposibilidad) de los docentes de

mantener la atención selectiva que la

observación requiere. Creemos que estas

desventajas se solucionarían con la práctica, la

reflexión acerca de la utilidad o no de la

observación y del estudio más profundo de sus

características.

Síntesis final

A lo largo de toda la ficha hemos trabajado qué es la observación y cómo ser utilizada en el nivel

inicial como una estrategia de observación. En primer lugar definimos a esta estrategia como una forma

de organizar la mirada de la realidad de manera que nos permita obtener información sobre sus

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procesos de aprendizaje. Así, la observación sirve a la evaluación que, a su vez, fundamenta la toma de

decisiones del docente.

Un segundo aspecto importante a tener en cuenta es el aporte que esta estrategia puede brindar

para la evaluación en el nivel inicial. Un primer punto a tener en cuenta, es el hecho que permite

sistematizar la información necesaria para la evaluación de los alumnos. Como mencionamos a lo largo

de la ficha, en este nivel, la evaluación muchas veces se realiza de manera confusa y poco sistemática,

por lo que la observación permitirá organizar qué se quiere evaluar (criterios de evaluación) y cómo

(estrategia y herramientas). Las que presentamos en este trabajo, son algunas de las más utilizadas y

pueden servir como guía para que los docentes puedan crear las suyas propias.

Finalmente, abordamos cuestiones prácticas que son útiles al momento de realizar la observación

en el aula. Destacamos la importancia de dedicarle tiempo al armado del instrumento ya que, de ello

dependerá su eficacia para el momento de la evaluación.

Bibliografía

Brailovsky, D. (2009) “La evaluación en el nivel inicial”, disponible en

http://www.jardin140recreo.edu.ar/capacitacion-formacion-docente/56-estamos-

trabajando?format=pdf. Consultada por última vez el 2.10.11

Braivlosky, D. (2011) Power Point de su ponencia “Buenas prácticas de evaluación en el nivel inicial”

en el II Congreso provincial de buenas prácticas en educación, Córdoba.

De Ketele, J.M (1984) Observar para educar. Madrid: Visor.

Gobierno de Navarra, Departamento de Educación y cultura (1996) Observación y evaluación.

Educación primaria.

Perrenaud, P. (2008) La evaluación de los alumnos. De la producción de la excelencia a la regulación

de los aprendizajes. Entre dos lógicas. Buenos Aires: Ed.Colihue.

Para seguir observando

Feu Molina, Sebastián; “La observación como

estrategia en las clases de educación física”. Disponible en

http://cienciadeporte.eweb.unex.es/congreso/00%20cac/E

N/EF/11observacion.pdf [Para seguir pensando cómo

utilizar esta estrategia de evaluación]

Iglesias Forneiro, María Lina(2008); “Observación y

evaluación del ambiente de aprendizaje en Educación

Infantil: dimensiones y variables a considerar”. Disponible

en http://www.rieoei.org/rie47a03.htm [Para seguir

pensando qué observar en el nivel inicial]

http://www.teachingexpertise.com/articles/early-

years-eight-principles-for-observational-assessment-

3355*[Para seguir pensando cómo utilizar esta estrategia

de evaluación]

http://images.rbs.org/assessment/observation.sht

ml * [Para seguir pensando cómo utilizar esta estrategia de

evaluación]

http://www.childdevelopmentmedia.com/assessm

ent-planning/50129a.html&usg=ALkJrhgVwbZ3-g1E5-

Page 9: La observación como estrategia de evaluación

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wqs7J1QoBmsNNWGg * [Para seguir pensando cómo

utilizar esta estrategia de evaluación]

“Observación y toma de notas” Disponible en

http://fcit.usf.edu/assessment/classroom/interactb.html

[Consejos prácticos para la observación y toma de notas]

Los recursos señalados con esta marca son textos en inglés. A pesar que leerlos en esta lengua implica un mayor análisis de lo que en ellos se propone, quien no sepa leer este idioma, pueden acceder a las páginas y traducirlas con traductores online.