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Universidad del Cauca Ciencia y Tecnología LA OPCIÓN Colombia requiere Ministerio de Ciencia y Tecnología El gasto de Colombia para el desarrollo de la ciencia y la tecnología es apenas del 0,5% de su Producto Interno Bruto, PIB, uno de los más bajos de América Latina. Un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación le permitiría al país enfrentar los retos científicos y tecnológicos para el año 2020. Colciencias, el primer paso Página 6 Una ley necesaria para el desarrollo Página 2 ¿Se necesitan doctores en Colombia? Página 11 Universidad Industrial de Santander Universidad Industrial de Santander Unimedios Unimedios Según la corporación estadounidense Rand, para el 2020 la tecnología continuará un acelerado desarrollo, que inte- grará las potencialidades de los países frente a 16 usos clave de la tecnología. Página 8

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Universidaddel Cauca

Ciencia y

Tecnolo

gíaLA OPCIÓN

Colombia requiereMinisterio de Ciencia y Tecnología

El gasto de Colombia para el desarrollo de la ciencia y la tecnología es apenas del 0,5% de su Producto Interno Bruto, PIB, uno de los más bajos de América Latina. Un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación le permitiría al país enfrentar los retos científicos y tecnológicos para el año 2020.

Colciencias, el primer pasoPágina 6

Una ley necesaria para el desarrollo Página 2

¿Se necesitan doctores en Colombia?Página 11

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Según la corporación estadounidense Rand, para el 2020 la tecnología continuará un acelerado desarrollo, que inte-grará las potencialidades de los países frente a 16 usos clave de la tecnología.

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LA OPCIÓN

Una nueva Ley para elDesarrollo de la Sociedad del Conocimiento en Colombia

Editorial

nuevos desarrollos y que fomen-te actitudes y actividades para la promoción de esa sociedad. La Ley 29 de 1990 no es una mala Ley, pero no logró sus objetivos. Es posible imaginar varias razo-nes por lo que esto ocurrió.

La Ley 29 no está enmarcada en la Constitución del 91, que es posterior a su expedición y, por tanto, carece de algunos elemen-tos de coherencia con su filosofía participativa y descentralizado-ra. No logró ubicar el tema de la Ciencia en los círculos decisorios de más alto nivel en el gobierno. La coordinación del Sistema Na-cional de Ciencia y Tecnología, Colciencias, tiene en este mo-mento muy poca capacidad para influir en las decisiones políti-cas y sociales fundamentales del país y, por supuesto, en la elabo-ración de los presupuestos y pla-nes de acción nacionales. La Ley

29 no le dio al Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología recursos propios y permanentes y lo dejó así a merced de circunstancias económicas y presupuestales coyunturales y cambiantes, cir-cunstancias que son de perma-nente apremio y que no le permi-ten crecer ni plantear proyectos de largo término. No pudo la Ley tampoco generar una política de estímulos económicos agresivos para vincular al esfuerzo de la Ciencia y la Tecnología a los di-versos sectores empresariales y productivos del país.

Esta nueva Ley pretende co-rregir algunos de los problemas diagnosticados. Todos espe-ramos que en algunos años se pueda decir que realmente lo-gró lo que se propuso. Algunos elementos que deben ser resal-tados de este proyecto son los siguientes:

Este año, en el Congreso de la República se discutirá un pro-yecto de Ley, presentado en julio del 2007 por la Senadora Martha Lucía Ramírez y el Representan-te Jaime Restrepo Cuartas, “por el cual se modifica la Ley 29 de 1990 y se establece el Marco Ju-rídico para el Desarrollo de la Sociedad del Conocimiento en Colombia”, es decir, una nue-va Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación. Varios rectores de Universidades y otras personas vinculadas al liderazgo de la comunidad académica colom-biana decidimos unir esfuerzos para apoyar la iniciativa y hacer-la conocer al gran público.

Una Ley no necesariamente cambia una situación de caren-cias históricas ni genera por sí una sociedad basada en el co-nocimiento, pero sí puede pro-veer un marco que haga posibles

LA OPCIÓN

Comité editorial

Moisés Wasserman Lerner,RectorUniversidad Nacionalde Colombia

Alberto Uribe Correa,RectorUniversidad de Antioquia

Jaime A. Camacho Pico,RectorUniversidad Industrialde Santander

Iván E. Ramos Calderón,RectorUniversidad del Valle

Danilo Vivas Ramos,RectorUniversidad del Cauca

Diseño y diagramaciónUnimediosUnidad de mediosde comunicaciónUniversidad Nacionalde Colombia

Impreso por CEET,Casa Editorial El Tiempo

Abril de 2008

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El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación generaría dinámicas de crecimiento y de integración del país a una economía mundial cada vez más basada en el conocimiento.

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LA OPCIÓNEditorial

a) Su exposición de motivos es rica. Muestra la relación muy estrecha que hay en otros ámbi-tos geográficos y modelos de de-sarrollo económico entre la pro-ducción de conocimiento y la generación de bienestar. Señala la importancia de la innovación en la capacidad competitiva de las naciones y el papel funda-mental que tiene la investiga-ción científica y tecnológica en el desarrollo de esa capacidad de innovación. Muestra también la estrecha relación que tienen la ciencia y la cultura y la necesi-dad de estos elementos para un progreso social armónico.

Nos permitimos transcribir un párrafo de la ponencia, que argumenta convincentemen-te la necesidad de una política ambiciosa en Ciencia, Tecnolo-gía e Innovación, y que es una muestra del espíritu general del documento: “En los países de reciente industrialización como China, Corea, Taiwán o Singa-pur, la inversión pública ha sido el motor del desarrollo del sector I+D+I (investigación, desarrollo e innovación) y ha sido progre-sivamente complementada por la inversión privada, a medida que la industria adquiere un mayor nivel de sofisticación. No hay que olvidar que China, que invierte un 2% de su PIB en Cien-cia, Tecnología e Innovación, ha tenido un crecimiento sosteni-do en su productividad de más del 10% por año durante varios años, y Corea pasó de ser un país eminentemente agrícola, con un PIB inferior al de Colombia hace 35 años, a convertirse en una na-ción altamente industrializada, dueña de su propia tecnología en sectores de punta. En esos ca-sos y en otros conocidos, como la India, Israel o Irlanda, el desa-rrollo económico acelerado ha sido fruto de decisiones políticas audaces que implicaron dar una altísima prioridad a los temas de Educación y de Investigación y Desarrollo”1.

b) Propone la localización de la cabeza del Sistema de Cien-cia Tecnología e Innovación al más alto nivel de Gobierno. El proyecto original proponía la formación de un ministerio. En la ponencia recientemente presentada se cambió por un Departamento Administrativo adscrito a la Presidencia de la República. Muchos preferimos el ministerio por sus alcances y

su transversalidad, pero lo que es realmente importante es que los ‘dolientes’ de la ciencia ha-gan presencia en el Consejo de Ministros y tengan acceso tem-prano a los proyectos de política general y posibilidad de influir en los grandes planes de desa-rrollo del país. Pero el proyecto no sólo aumenta la categoría de Colciencias como unidad coor-dinadora del sistema, sino que genera los mecanismos y vías de comunicación con distintos ámbitos de gobierno, como la Comisión Nacional de Competi-tividad, el Departamento Nacio-nal de Planeación, el CONPES y los Ministerios de Educación, Protección Social, Agricultura, Medio Ambiente y Minas y Ener-gía (sería importante la adición de los de Comunicaciones y de Comercio, Industria y Turismo).

c) Aclara bien el funciona-miento descentralizado del sis-tema y el papel de las regiones, departamentos y municipios en el mismo. Pero no sólo habla de una descentralización geográfi-ca, sino que plantea descentra-lización institucional y meca-nismos de interacción entre las instituciones.

d) Define los actores del Sis-tema de Ciencia Tecnología e Innovación y les da funciones. Algunos actores son nuevos y corresponden a desarrollos que se han dado en el mundo, como parques tecnológicos, centros y grupos de investigación, incu-badoras de empresas de base tecnológica, redes, agremiacio-nes científicas, organizaciones para la apropiación social de la ciencia y entidades de gestión del conocimiento.

e) Describe mecanismos para una financiación adecuada y constante. El más importante de estos, la conformación de un Fondo Nacional para la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, FONACyTI, adscrito a Colcien-cias y que se alimentará de los recursos del presupuesto y otras fuentes, entre las que se propo-ne un 10% de los ingresos por privatizaciones de empresas estatales, un 5% de concesio-nes y licencias que el gobierno autorice a operadores privados en cualquier rama de la activi-dad económica o de servicios públicos, recursos de munici-pios y departamentos, los rendi-mientos del fondo (de recursos diferentes a los del presupues-

to nacional) y otros. Plantea así mismo un crecimiento en la in-versión nacional al 1% del Pro-ducto Interno Bruto, PIB, para 2010 y al 2%, para el 2019.

Durante el año seguramen-te habrá oportunidad para su-gerir mejoras y discutir aportes de diversos sectores del país. Por ejemplo, deberíamos bus-car más fuentes financieras fijas y específicas para poder crecer en forma constante. Las metas del 1% del PIB para el 2010 y 2% para el 2019 son apenas modes-tas (aunque van a representar un gran esfuerzo). Creo que merece algo más de atención y elabora-ción la forma como se constru-ye la relación del sistema con la educación y especialmente con la educación universitaria y el papel que los posgrados deben jugar en el sistema. No parecen muy claros aún los mecanismos para incentivar la participación del sector productivo.

Hay por supuesto muchos de-talles qué discutir en un proyec-to de Ley de 45 artículos, pero en los anteriores párrafos se han re-sumido las razones, que muchos tenemos, para apoyar la aproba-ción de la Ley. Esta constituiría indudablemente un progreso sustantivo sobre lo que hay ac-tualmente y generaría dinámicas de crecimiento y de integración del país a una economía mun-dial cada vez más basada en el conocimiento. De la capacidad que tengamos para integrarnos en esa economía dependerá en gran medida nuestro desarrollo social y el nivel de bienestar de nuestra gente._____________________________1Ponencia para primer debate al proyecto de ley 028 del 2007, Cámara de Representantes. Buenaventura León León, Ciro Rodríguez Pinzón, Jaime Restrepo Cuartas y Diego Pa-tiño Amariles.

Iván Enrique Ramos Calderón,Rector Universidad del Valle

Jaime Alberto Camacho Pico,Rector Universidad Industrial de Santander

Moisés Wasserman Lerner,Rector Universidad Nacional de Colombia

Alberto Uribe Correa,Rector Universidad de Antioquia

Danilo Vivas Ramos,Rector Universidad del Cauca

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Especial Ciencia y TecnologíaLA OPCIÓN

Una Ley que busca cambiar el sistema productivo de Colombia

El proyecto de ley que busca crear un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación tiene tres vías para conseguirlo: darle estatus a Colciencias, conseguir fuentes de financiamiento y crear un modelo sistémico de ciencia y tecnología, dice el Representante a la Cámara Jaime Restrepo Cuartas.

La propuesta, que cuenta con el apoyo de universidades públi-cas y privadas del país, apunta fundamentalmente a desarrollar una plataforma desde la cual el Gobierno Nacional pueda crear bases y principios suficientes para la consolidación de una política de Estado en materia de ciencia, tecnología e innovación.

El proyecto, que busca cambiar el modelo productivo de Colom-bia, a partir de una Ley que mar-que las directrices de cómo hacer ciencia y tecnología en el país, y que permitiría incrementar la in-versión en este campo del 0,18 al 1,0 por ciento del PIB, se encuen-tra en su recta definitiva.

Uno de sus dos ponentes, el Representante a la Cámara Jaime Restrepo Cuartas, comentó que entre abril y mayo próximos el proyecto será objeto del segun-do debate del Legislativo y en diciembre, según sus cálculos, aspira a que se convierta en Ley de la República.

El propósito es modificar la Ley 29 de 1990, que regula la ciencia y la tecnología en el país, y que, en consideración del con-gresista antioqueño, “ya está ob-soleta y no contempla todos los aspectos del desarrollo científico y tecnológico del país”.

Restrepo Cuartas dice que “es necesario modificar el modelo productivo del país que se basa en los bienes primarios de la eco-nomía (…). La idea es crear un nuevo modelo que, sustentado en la investigación, les dé valor agregado a nuestros productos y servicios. Y que además se so-porte en una nueva industria na-cional de base tecnológica”.

De acuerdo con el Congresista, otros propósitos para fortalecer el parque manufacturero del país son la generación de empleo y dar-le sostenibilidad, de largo plazo, al crecimiento general del país.

“Lo que tenemos ahora es un crecimiento económico impor-tante, que se debe fundamental-mente a que el tema de la segu-ridad está mejor, a que hay una reactivación del turismo, de las construcciones y el empleo for-

La creación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología que dio origen en 1968 a Colciencias puede ser considerada como el primer antecedente de legislación en este campo en Colombia. Así lo afirma Gabriel Misas Arango, amplio conocedor del tema y Director del Instituto de Estudios Políti-cos y Relaciones Internacionales, IEPRI, de la Universidad Nacional de Colombia.

El profesor Misas Arango comentó que durante dos décadas el trabajo realizado en Colciencias chocó con el escepticismo de los legisladores y muchos expertos que eran partidarios del modelo aplicado en ese momento, el de la transferencia tecno-lógica, y que veían innecesaria la inversión en investigación de ciencia y tecnología.

“Decían que lo importante era la trans-ferencia y que no se justificaba invertir en tecnología”, explicó el académico, que agregó que la institución debió ‘batallar’ con pocos recursos para incentivar las ini-

mal, pero no ha habido un gran desarrollo industrial, sino un po-bre desarrollo”, dijo.

Las tres rutasExplicó que en el proyecto es-

tán expuestos los tres caminos para conseguir ese desarrollo: brindar mayor estatus dentro del Estado al Instituto Colombiano para el desarrollo de la ciencia, Colciencias, establecer las fuen-tes de financiamiento y crear un modelo sistémico de ciencia, tec-nología e innovación.

Sobre el primer punto, con-sidera que la idea es convertir a Colciencias en un Departamento Administrativo, autónomo o ads-crito a la Presidencia de la Repú-blica, lo que le daría al nuevo ente mayor presupuesto y herramien-tas para desarrollar su actividad misional y a su Director, la posi-bilidad de gestionar y de “trazar y diseñar políticas y de que sea respetado en el Estado”.

En el segundo punto se esta-blecerían las fuentes de finan-

ciamiento de los proyectos en el campo de la CyT.

Restrepo Cuartas esboza al-ternativas que se han evaluado como viables: la destinación de dos puntos del IVA, de un 5 por ciento de las regalías, de un 10 por ciento de las empresas del Estado que se privaticen o del 5 por ciento de los bienes incauta-dos al Narcotráfico.

Estos recursos serían adiciona-les a los que el Estado le destina a Colciencias y “que nosotros cree-mos que se deben ir incrementan-do paulatinamente. Hoy Colcien-cias tiene un presupuesto anual que es lo mismo que se gasta la Universidad de Antioquia en un año”, sostuvo el Representante.

En tercer lugar, el proyecto busca unificar todos los esfuerzos públicos y privados en torno al campo de la ciencia y tecnología.

“Hoy en día tenemos un mo-delo disperso, desintegrado. Aquí funcionan centros de las univer-sidades, incubadoras de empre-sas, parques tecnológicos, enti-

dades que estimulan la ciencia y la tecnología, pero no hay inte-gración de todo esto al servicio de un mismo modelo”, comentó.

Según Restrepo Cuartas, cada componente del engranaje ten-dría unos precisos aportes para el desarrollo general del país. “La idea es concluir en la innovación y esta es al servicio del sector pri-vado y productivo”.

Indicó que esta iniciativa ha contado con el respaldo legislati-vo de todas las bancadas y ya re-cibió una primera bendición del Presidente Álvaro Uribe Vélez.

Ahora, y dada la necesidad de obtener el aval del Ejecutivo por los cambios estructurales que su-pondría la aplicación de la Ley, el Congresista y la senadora Marta Lucía Ramírez esperan recibir el visto bueno del Presidente de la República, para sacar adelante el proyecto que pondría a Colombia más cerca de países como Brasil y Chile, líderes regionales en la in-versión en ciencia y tecnología respecto al total de su PIB.

En 1968, el primer paso de la CyT en Colombia

ciativas en este campo.En el país eran muy pocas las instituciones

que se dedicaban a investigar y a incursionar en la ciencia y tecnología. Esta labor, según el académico, recayó en las universidades Na-cional, Antioquia, Valle, UIS y Andes.

Explicó que en 1989 se creó una Misión de Ciencia y Tecnología que presentó un informe en julio de 1990 y planteó “la or-ganización del Sistema Nacional de Cien-cia y Tecnología”. Con la aprobación de la ley marco, la 29, Colciencias, que estaba bajo la égida del Ministerio de Educación Nacional, se convirtió en una institución adscrita al Departamento Nacional de Pla-neación, DNP.

A partir de ese momento, con esta ley, aún vigente, la institución se convirtió en el ente encargado del desarrollo de lo cien-tífico en el país, labor que viene realizando hoy, cuando se piensa en otra Ley para re-gular este campo.

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Especial Ciencia y Tecnología LA OPCIÓN

Propuesta política en Ciencia, Tecnología e Innovación

El Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecno-logía, Colciencias, presentó en fe-brero del 2008 la Política Nacional de Fomento a la investigación y la Innovación: Colombia Construye y Siembra Futuro, un documento para discusión, que tiene como propósito “crear las condiciones para que el conocimiento sea un instrumento del desarrollo econó-mico, social, político y cultural”.

Desarrollo que se obtendrá si se acelera el crecimiento económico y se disminuye la inequidad social existente. Para lograrlo, se hará uso de la labor política que ha conquis-tado el Sistema Nacional de Cien-cia, Tecnología e Innovación, SNC-TI: la actividad investigativa, las alianzas entre el sector empresarial y los grupos de investigación y los incentivos a la actividad en investi-gación e innovación tecnológica.

Colciencias detecta así áreas que son requisito para el desarro-llo del país, como la identificación y uso sostenible de la biodiversi-dad, aprovechamiento y preserva-

ción de recursos hídricos, desarro-llo de la investigación en ciencias de la salud, estudios sociales co-lombianos concernientes a la paz y la cohesión social y la consolida-ción de un sector productivo que se proyecta como potencialmente estratégico como el de los biocom-bustibles.

Para conseguir lo anterior se proponen, entonces, seis estra-tegias, entre ellas: el apoyo a la formación avanzada de investiga-dores a través de la formación de jóvenes investigadores e innova-dores, créditos condonables para la formación de doctores, apo-yo a tesis doctorales y pasantías postdoctorales.

Reconociendo, de esta manera, que la materia prima para la inves-tigación son hombres y mujeres altamente calificados para el des-empeño de actividades de inves-tigación científica y tecnológica, que se apropian, usan y mejoran las tecnologías propias e impor-tadas, dinamizando así una parte significativa del proceso innova-

dor que necesita Colombia.En el diagnóstico elaborado por

Colciencias para la redacción de esta política y para el cumplimien-to del objetivo de formar por lo menos 11 mil doctores, es decir, 25 doctores por cada cien mil habi-tantes, superando con gran esfuer-zo los 9,3 doctores que se calcula hay en la actualidad.

La consolidación de capacida-des es la segunda estrategia, que pretende disminuir la brecha que se tiene con otros países en el de-sarrollo de nuevos procesos, pro-ductos y sistemas de organización y comercialización que surgen de los procesos de innovación.

Por lo tanto, se propone el apoyo a la investigación en universidades y centros de investigación y de-sarrollo tecnológico, reorientar el programa de apoyo a los llamados centros de excelencia hacía el apo-yo a redes y programas de investi-gación de mediano plazo en temas específicos, fortalecer las alianzas de grupos de investigación con-solidados con grupos incipientes,

con miras a cerrar las brechas de capacidades de ciencia, tecnología e innovación–CTI entre las regio-nes del país.

En esta misma dirección, pro-ponen también fortalecer la ins-titucionalidad de los centros de investigación y desarrollo tecno-lógico, sean privados, públicos, universitarios o autónomos; es-tablecer una política para el re-conocimiento de la calidad de los proyectos financiados; apoyar la adquisición de equipos robustos de investigación y facilitar que es-tos sean compartidos entre los di-ferentes actores del Sncti.

Finalmente, se menciona tam-bién el apoyo a los investigadores y sus instituciones en la protección y explotación de resultados de in-vestigación, la adquisición y ac-ceso de bibliografía especializada, apoyo a la movilidad de investiga-dores y establecer un proceso de mejora continua al registro y clasi-ficación de grupos e instituciones de investigación.

Lo anterior tiene como meta incrementar el porcentaje y la calidad de proyectos de investi-gación e innovación financiados por Colciencias, cuya selección se hará con criterios de excelencia y evaluación por pares, es decir, bajo esquemas competitivos en el mar-co de fondos concursables o con-vocatorias.

La transformación producti-va mediante la incorporación de conocimiento es, sin duda, la ter-cera estrategia de esta propuesta política, en la que se menciona: apoyar a la empresas en sus acti-vidades de búsqueda, evaluación, negociación y apropiación de tec-nología; incrementar los esfuer-zos en educación y capacitación; apoyar el desarrollo de cluster y otras formas de aglomeraciones empresariales como mecanismo para competir en mercados glo-balizados; así como el apoyo y fortalecimiento de alianzas entre entidades del conocimiento y em-presas y las redes de innovación y sistemas regionales de innovación formados en el país.

Finalmente, las tres últimas estrategias buscan consolidar la institucionalidad del Sistema Na-cional de Ciencia, Tecnología e Innovación, fomentar la apropia-ción social de la CTI en la sociedad colombiana y el fortalecimiento regional e internacional de la CTI. Todo lo anterior en la búsqueda de una Colombia “con una sociedad del conocimiento”.

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El propósito de la Política Nacional de Fomento a la investigación es formar por lo menos 25 doctores por cada 100 mil habitantes para superar los 9,3 que se calcula hay actualmente.

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Especial Ciencia y TecnologíaLA OPCIÓN

Colciencias:¿Departamento Administrativo

o Ministerio?

Colciencias fue fundado en 1968 como órgano ejecutor de la política científica y tecnológica del país, adscrito al Ministerio de Educación Nacional. Se le llamó Fondo Colombiano de Investiga-ciones Científicas y Proyectos Es-peciales Francisco José de Caldas.

Durante 40 años, Colciencias ha cumplido un papel protagóni-co en el fomento de la ciencia y la tecnología, buscando impulsar-las como factor determinante del desarrollo económico y social del país. Sin embargo, su posibilidad de acción es hoy insuficiente ante los retos y requerimientos que en-frenta Colombia para fomentar la generación y uso del conocimien-to científico y tecnológico, como base de innovación y competitivi-dad frente a la región y el mundo.

Que Colombia sea un país in-novador y competitivo significa que genere productos y servicios nuevos que sean atractivos en el mercado internacional. La inves-tigación en este contexto es el pa-radigma que puede promover su desarrollo.

Por eso hoy se habla de pro-piciar para Colciencias un nuevo marco legal que redefina su posi-ción en la estructura del Estado, para dinamizar con mayor pro-piedad y pertinencia el avance de la Ciencia, la Tecnología y la In-novación, generando un alto im-pacto en el desarrollo del país, su crecimiento económico y el bien-estar de las personas.

Colciencias: cuarenta años de historia

En 1968, la política nacional había empezado a ser definida de manera oficial mediante la con-formación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Su pro-pósito era fortalecer la infraes-tructura científica y tecnológica, promover y financiar proyectos de investigación y diseñar políti-cas acordes con los objetivos del desarrollo económico y social del momento.

Así, Colciencias durante su primera etapa desarrolló una la-bor fundamental en el fomento y patrocinio de la investigación como actividad de los sectores académico y empresarial, propi-ciando el reconocimiento de una comunidad científica que empe-zó a multiplicarse y consolidarse gradualmente.

Después dirigió sus esfuerzos a motivar la capacidad nacional

para negociar, adquirir, desarro-llar y asimilar tecnologías, en una apuesta por incentivar la vincu-lación nacional a dinámicas de carácter mundial. Igualmente apostó por la articulación de polí-ticas y estrategias para el progreso científico y tecnológico con el Plan Nacional de Desarrollo e impulsó la estructuración de programas de formación avanzada. Planteó en-tonces las bases para una mayor interrelación de actores involu-crados con el sistema científico–tecnológico colombiano.

Esta dinámica condujo durante la segunda mitad de los ochenta, a la realización de una serie de ac-

tividades, como el Foro Nacional sobre Política de Ciencia y Tec-nología para el Desarrollo (1987), la Misión de Ciencia y Tecnolo-gía (1988) y el Año Nacional de la Ciencia (1988-1989), que impulsa-ron la promulgación de un marco jurídico más ambicioso alrededor de este tema en el país: la Ley 29 de 1990 y sus respectivos decretos reglamentarios.

A partir de esta etapa, la genera-ción y apropiación de conocimien-to se empezó a reconocer como base del progreso social, consoli-dando un modelo que busca invo-lucrar al gobierno, la comunidad y el sector productivo, en el dise-

ño de propuestas y planes para el desarrollo científico–tecnológico. Se articularon oficialmente pro-gramas, estrategias y actividades a través del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, que entró a hacer parte de la estructura del Es-tado teniendo como ente rector un Nuevo Consejo Nacional de Cien-cia y Tecnología.

Colciencias pasó a ser la nue-va Secretaría Administrativa del Consejo, convirtiéndose en el Instituto Colombiano para el De-sarrollo de la Ciencia y la Tecnolo-gía Francisco José de Caldas, ads-crito al Departamento Nacional de Planeación.

La Ley 29 de 1990 fue entonces el inicio de una segunda etapa de-cisiva para el desarrollo científico y tecnológico nacional, que se vio respaldado por un crecimiento importante en la inversión y finan-ciación en menos de una década.

En los últimos 10 años la finan-ciación para ciencia y tecnología se ha disminuido visiblemente. El presupuesto nacional actual del sector es inferior al 0,5% del PIB, mientras hace 10 años alcan-zaba cerca del 1%. Esto pese a la recomendación de la Misión de Ciencia y Tecnología, que indicó que para el 2000 Colombia debía destinar el 2% de su PIB. Esto rati-

fica que no se ha entendido la im-portancia de apoyar y fomentar la ciencia y la tecnología, como base de la innovación.

Cabe mencionar que países de alto desarrollo científico y tecno-lógico invierten en este campo entre el 3 y 5% de su PIB. Entre ellos están Israel, Japón, EE.UU., Suecia, Finlandia y Dinamarca.

¿Cómo modificaresta tendencia?

El proyecto de ley para la crea-ción del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación nace como una propuesta para repun-tar y afianzar los esfuerzos que se vienen adelantando para el desa-rrollo de la CT+I, entendido como el soporte para mejorar el nivel de competitividad de Colombia.

Plantea reformar la Ley 29 de 1990 y, con ello, la estructura del Estado. La propuesta es convertir a Colciencias en un Ministerio o en un Departamento Adminis-trativo Especial, con autonomía para presentar un Plan Nacional de Ciencia y Tecnología e Innova-ción, y promover su desarrollo.

Aunque Colciencias ha desem-peñado una importante labor, se reconoce que no tiene el nivel eje-cutivo, ni la capacidad de convo-car, comprometer e implicar a las personas que empujan y toman las decisiones en el gobierno. Por eso, el interés es dar al director de Colciencias un nivel que le permi-ta intervenir en la definición de prioridades para el país y hacer gestión directa en la asignación presupuestal.

Es ubicar en las altas esferas de decisión nacional a personas capacitadas, competentes y con experiencia, que puedan poner en discusión, tensión y diálogo los temas que involucran el desarro-llo de la CT+I en Colombia.

El objetivo de fondo, es apun-tar a un modelo productivo que, apoyado en la investigación, pue-da dar valor agregado a la produc-ción nacional. Esto quiere decir que la meta es generar una nue-va industria con base científica y tecnológica propia, que permita ofrecer al país una posibilidad de crecimiento económico, social, político y cultural a partir del re-conocimiento de nuestra capaci-dad productiva exportable.

El tema no se puede seguir dis-cutiendo. Es un proyecto urgente, por su importancia para el desa-rrollo nacional.

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Desde hace 40 años, Colciencias trabaja por fomentar el conocimiento cien-tífico y tecnológico.

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Especial Ciencia y Tecnología LA OPCIÓN

Reflexionessobre una Ley de Ciencia y Tecnología

José Fernando Isaza Delgado,Rector Universidad

de Bogotá Jorge Tadeo Lozano

Está en consideración de la Co-misión Sexta de la Cámara de Re-presentantes el proyecto de ley que modifica la Ley 29 de 1990, proyecto que tiene el propósito de fortalecer en Colombia el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, SNCTI. El sistema ha experimentado cambios cuantitativos y cualitativos importantes en las últimas décadas, con avances que se manifiestan en el número de personas dedicadas a ac-tividades científicas, tecnológicas y de innovación; el número de grupos de investigación; la incorporación de nuevas temáticas en el escenario de la ciencia en Colombia. Sin em-bargo, la competividad del país en ciencia, tecnología y educación es modesta, tal como se concluye de los documentos CONPES 3439 del 2006; entre 61 países evaluados, el 73,8 de los países está en mejor po-sición que Colombia (posición 6) en infraestructura científica, infraes-tructura tecnológica y educación. En las estadísticas del 2007, Colombia quedó ubicada en la posición 38 en el índice global de competitividad entre 55 economías clasificadas, se-gún valoración de la escuela de ad-ministración de empresas IMD, con sede en Lausana, Suiza.

El proyecto de ley es valioso y da continuidad a lo que en su oportuni-dad previó la Ley 29 de 1990. Reúne además intenciones y aspiraciones lícitas de la comunidad vinculada al SNCTI, y tiene como uno de sus propósitos reestructurar el Sistema “con el fin de contribuir al desarro-llo productivo, económico, social y ambientad de Colombia, así como con la formación de capital humano competente, ciudadanos integrales creativos, críticos, proactivos e in-novadores, capaces de tomar deci-siones trascendentales e influir en el desarrollo económico, cultural y social”. La nueva ley sería un impor-tante avance, pero los enunciados que se incorporen en ella no serán suficientes para dar respuesta es-tructural a los aspectos fundamen-tales que afectan al SNCTI.

Lo fundamental es que los ór-ganos de dirección del Estado y la comunidad vinculada al SNCTI adopten y compartan un propósi-to nacional, cual es: garantizarle al país la “seguridad científica y tecno-lógica” en un horizonte de unas po-cas décadas. La ley es un buen apo-yo para la transformación deseada, pero se requieren acciones eficaces,

entre las cuales está el análisis críti-co de los enfoques tradicionales (o inerciales) para fomentar la ciencia y la tecnología en Colombia, para estimular la creación de nuevas oportunidades con base en una au-tocrítica y voluntad de mejoramien-to continuo.

En el marco de un propósito nacional existen varios elemen-tos esenciales que deben ser de-bidamente articulados entre sí; (i) fomentar la capacidad de crear conocimiento dentro del país, (ii) desarrollar capacidad para absorber y hacer uso del conocimiento mun-dial, (iii) impactar favorablemente en la calidad de vida de la sociedad colombiana. Una mirada al estado actual del SNCTI sugiere que el pri-mer elemento es el que ha recibido mayor atención; hacía mediados del 2006 existían unos 2.159 grupos de investigación reconocidos en Colciencias (741 grupos A, 632 Gru-pos B, 363 grupos C y los demás en proceso de medición).

Con relación al segundo elemen-to, (ii), un ejemplo histórico ayuda a entender la diferencia entre generar nuevos productos y tener la capaci-dad para explotar esos productos: como es bien conocido, el transistor fue inventando en los Estados Uni-dos en 1947 y sus inventores -John Pardeen, Walter Brattain y William Shockiey- fueron merecedores del Premio Nóbel en física en 1956. Pero Sony, una firma japonesa, fue capaz de hacer uso de esa tecnología de manera competitiva al producir co-mercialmente en 1955 el radiotran-sistor TR-55 con base en la licencia obtenida de los Laboratorios Bell.

En lo que se refiere al tercer ele-mento, (iii), el impacto del SNCTI en la calidad de vida de la sociedad colombiana pasa por la relación entre investigación y educación. El proyecto de ley contempla meca-nismos de coordinación y colabora-ción entre estos campos de acción, pero su énfasis se centra en los es-tudios de posgrado, específicamen-te en maestrías y doctorados. El foco en la formación postgraduada es inevitable y necesario, pero no es suficiente. En efecto, “crear una cultura basada en la generación, la apropiación y la divulgación del conocimiento científico, la innova-

ción y el aprendizaje permanente”, como lo propone el proyecto de ley, requiere que la investigación ten-ga un alto grado de sinergia con el nivel de pregrado y que se fomen-te la innovación en los procesos de enseñanza-aprendizaje en todos los niveles de la educación.

De las investigaciones realizadas en Colombia, es valioso incremen-tar el número de artículos en revis-tas con un buen grado de impacto, pero los procesos de consolidación de una capacidad científica nacional serán muy lentos si no hay esfuer-zos dirigidos a que la investigación impacte el pregrado, la enseñanza secundaria y básica. Los procesos de investigación deben contribuir a la formación integral de los estu-diantes, como un mecanismo que permita incrementar el interés en la juventud por el estudio de carre-ras con vocación científica, al igual que favorecer la consolidación en el país de una cultura favorable a la ciencia. Los tímidos enunciados del proyecto de ley sobre la relación in-vestigación-educación deben estar acompañados con un alto grado de compromiso de las instituciones y de los investigadores en contribuir al campo de la educación en los di-versos niveles, pues la calidad de la educación es una dimensión esen-cial que se nutre con la experiencia investigativa.

Finalmente hay un elemento adicional que considerar: la “con-centración del poder investigativo” y de recursos en unas pocas institu-ciones y regiones o grupos de inves-tigación. El posicionamiento lo han logrado las instituciones lícitamen-te por sus políticas y esfuerzos, pero también debido a que el SNCTI fa-vorece a las entidades más consoli-dadas en lo investigativo, pero es un hecho que, si existiera un propósito nacional, entonces las instituciones más avanzadas deberían apoyar a las instituciones de menor desarro-llo relativo, pues de lo que se trata-ría sería de incrementar la competi-tividad del país como un todo. Esto requiere infraestructura apropiada y talento humano, tanto en calidad como en cantidad, en las diferentes instituciones y regiones del país, atendiendo las vocaciones y especi-ficidades que le sean propias.

Hacer de Colombia una “socie-dad del conocimiento” y un país competitivo requiere, posiblemen-te, repensar el SNCTI y un compro-miso de todos los actores.

El mundo del siglo XXI será un mundo globalizado, la tecnología influirá profundamente en la ma-nera como los profesionales ejercen sus actividades, el profesional no podrá ser analfabeta en el mundo de la computación y de la ciencia de la información. La educación debe-rá tener en cuenta la realidad inter-nacional y la movilidad de recursos humanos a través de las fronteras. La educación en las diferentes discipli-nas y profesiones deberá preparar a los estudiantes para que se vinculen laboralmente o creen empresas en cualquier parte del planeta.

En conclusión, bienvenida la nueva ley de ciencia, tecnología e innovación, si se quiere consolidar en Colombia, en un horizonte de unas pocas décadas, una “sociedad del conocimiento” de verdad.

Es bueno aprender de la historia de la ciencia, que nos muestra que la ciencia ha sido capaz de cam-biar de paradigmas, pasando de una “verdad establecida” a nuevo conocimiento rico en estructuras y potencialidades. Algunos ejemplos son pertinentes: de considerar la Tierra como centro del Universo se pasó al Sol como centro del sistema solar, de la imagen de un mundo clá-sico regido por las leyes de Newton se cambió a un mundo cuántico en el cual se fundamenta buena par-te de la tecnología existente, de un modelo creacionista de las especies se avanzó hacia el reconocimiento de que las especies resultan de la evolución y los procesos naturales de selección. A partir del trabajo de Watson y Crick (1953) sobre la estructura del DNA se desarrolló la biología molecular, la biotecnología y el proyecto del genoma humano.

En la actualidad, es decir, en la presente y subsiguientes décadas, se avanza hacía un nuevo paradig-ma fundamentado en el tratamien-to de los problemas ambientales lo-cales y globales. Si Bill Clinton tiene razón, en las primeras cinco déca-das del presente siglo los tres retos fundamentales de la humanidad se centrarán en el cambio climático, el agotamiento de recursos, la explo-sión demográfica (en sólo 43 años se pasará de 6,5 millardos a 9 mi-llardos). Qué bueno sería apostarle a una transformación progresiva y paradigmática del SNCTI de los es-quemas del siglo XX a las realidades previsibles para el siglo XXI.

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Especial Ciencia y TecnologíaLA OPCIÓN

El cuadro azul indica un alto nivel de Ciencia y Tecnología con muchos conductores y pocas barreras; el cuadro verde indica un alto nivel de ciencia y tecnología con muchos conductores y muchas barreras; el cuadro amarillo corres- ponde a la carencia de un nivel alto de capacidad en Ciencia y Tecnología más pocos conductores y pocas barreras; el cuadro rojo indica la carencia de un nivel alto en Ciencia y Tecnología con más barreras que conductores.

El gasto total de Colombia para el desarrollo de la ciencia y la tecnología es apenas del 0,5% de su Producto Interno Bruto, PIB, uno de los más bajos de América Latina, según cifras del Observa-torio Colombiano de Ciencia y Tecnología, OCyT. Mientras que Venezuela cuenta con el 2%; Bra-sil, con el 1,3%, y Chile, con el 1% de su PIB.

Según SCImago Research Group, entre 1990 y el 2004, Co-lombia solo produjo 9.531 artí-culos, mientras que Brasil, país latinoamericano que está en pri-mer lugar, en el mismo periodo publicó 168.648. La producción y publicación de artículos sobre resultados de investigaciones o avances es uno de los más impor-tantes indicadores para un país en desarrollo científico.

La corporación estadouni-dense Rand, National Security Research Division, publicó en 2007 el análisis The Global Tech-nology Revolutions 20201, en el que afirma que para ese año la tecnología continuará un ace-lerado desarrollo, que integrará múltiples disciplinas científicas en una convergencia que afecta-rá profundamente la calidad de vida de la sociedad, la industria, la economía y el establecimiento de los poderes políticos en la es-cena global.

De igual manera, estima las potencialidades y obstáculos que 29 países tienen frente a la aplica-ción de los 16 usos clave de la tec-nología (ver recuadro), teniendo en cuenta criterios como el por-centaje del PIB destinado a la in-vestigación, el número de publi-caciones relacionadas con estos temas, el número de doctores e investigadores por habitante y el número de patentes registradas, entre otros.

Con base en lo anterior, Colom-bia fue ubicada en la categoría de los países ‘en desarrollo científico’, debido a su capacidad media de aplicar algunos de los usos clave, junto a Brasil, Chile, México, Tur-quía, Sur África e Indonesia.

En el análisis realizado, la Rand ve en nuestro país la capacidad media de aplicar y desarrollar in-vestigación en las áreas de ener-gía solar a bajo costo, comunica-ciones inalámbricas, genética de cultivos, filtros y catalizadores, vivienda barata y autosostenible, prácticas de manufactura limpia y vehículos híbridos.

Al mismo tiempo destaca que un país puede obtener la tecno-logía mediante el desarrollo pro-pio, la colaboración, la transfe-rencia o la compra de paquetes disponibles en el exterior, pero que su desarrollo y aplicación son determinantes para definir el papel de los países en el mapa científico mundial.

Los principales obstáculos de Colombia tienen que ver con la prioridad que sobre el presupues-to recae, pues mientras países de la región, como Brasil y Venezue-la, destinan más del 1% de su PIB solamente para el desarrollo de investigación, en nuestro país tenemos que resolver primero problemas como la pobreza, el

¿Tendrá Colombia la capacidad de enfrentarse a los retos del 2020?

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Especial Ciencia y Tecnología LA OPCIÓN

Hacia el 2020, habría que ver varias tendencias en la capacidad de los países para adquirir los usos clave de la tecnología. La mayor parte de Norteamérica y Europa Occidental, con Australia y las economías desarrolladas de Asia del Este serán científicamente avanzadas. La mayor parte de Asia y Europa Oriental será científicamente competente. América Latina y la mayor parte del Sudeste de Asia pueden ser científicamente en desarrollo. La mayoría de África, el Oriente Medio, el Caribe y las Islas del Pacífico serán científicamente rezagadas.

suministro de energía y agua po-table, la estabilidad política y la gobernabilidad y la educación, entre otros, que obligan a los go-biernos a asignar recursos para la solución de urgencias y no para el desarrollo tecnológico y la in-vestigación.

Colciencias es la principal ins-titución de fomento al desarrollo científico y tecnológico del país y por 8 años, entre 1998 y el 2006, tuvo la mitad de los recursos asig-nados en 1996, cuando le fueron entregados 140.901 millones de pesos, una cifra que aún ahora no se iguala y que sigue bajan-do, pues en el 2006 se destinaron para esta institución solo 64.312 millones de pesos.

El análisis evidenció que las barreras de Colombia están en el 70%, mientras que sus fuerzas impulsoras son del 10%. En Lati-noamérica, Brasil y Chile tienen el 25% tanto de barreras como de fuerzas. Las cifras denotan que ningún país podrá reducir sus barreras, si no potencia las fuer-zas impulsoras implementando estrategias claras, que mejoren la calidad de vida de los habitantes, como la educación, la generación de empleo, la garantía de seguri-dad y de gobernabilidad, entre otras. Pero esto no es posible si simultáneamente no se crean nuevas oportunidades y recursos para el desarrollo de la ciencia y la tecnología. (Ver gráfica)

“Debemos partir del escena-rio de los países desarrollados para aproximarnos al nuestro, no asumir ese escenario como el propio. Nuestra comunidad cien-tífica está siguiéndole los pasos a la comunidad mundial, pero esta tiene una relación muy intensa con las tecnologías, que son las que hoy dominan los productos y los procesos de producción. La investigación en nuestro país tie-ne que empezar a ser pertinente para nuestra industria, aunque es difícil, porque la nuestra es baja en tecnología, en términos de sus productos, y la tecnología vinculada a sus procesos es prin-cipalmente importada”, señala el profesor de la UN Rafael Hurta-do, ex director del Observatorio de Ciencia y Tecnología.

El grupo de países ‘científica-mente avanzados’ tiene una ca-pacidad muy alta para aplicarla, porque sólo tienen un 30% de ba-rreras y cuentan con el 100% de fuerzas impulsoras. Es el caso de Alemania y Canadá. En este mis-

mo grupo se encuentra Estados Unidos, que tiene 40% de barre-ras y 100% de fuerzas. También Australia, Japón y Corea, con el 30% y 90%, y, finalmente, Israel, que tiene el 40% de barreras y el 90% de fuerzas impulsoras. En esta perspectiva, un caso especial es China, que a pesar de tener un 70% de barreras, cuenta con más

del 50% de oportunidades.Aunque el informe vio las ca-

pacidades individuales de los países en un contexto regional, las diferencias entre los países desarrollados y Colombia refle-jan la necesidad de mirar con ojo crítico y selectivo, pero no comparativo, las diferencias, porque el sector productivo de

estos países sustenta su creci-miento en las actividades y de-sarrollos de la comunidad cien-tífica. Al tiempo que evidencia la urgencia de tomar decisiones coherentes, que ofrezcan alter-nativas positivas y eficientes para no convertirnos en un país científicamente rezagado._____________________________

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Uno de los principales obstáculos de Colombia para desarrollarse científicamente tiene que ver con la falta de presupuesto.

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Especial Ciencia y TecnologíaLA OPCIÓN

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América Latinale apuesta al Ministeriode Ciencia y Tecnología

Alfonso Monsalve Solórzano,Vicerrector de Investigación

Universidad de Antioquia

En las sociedades actuales, el crecimiento económico sostenible, que produce riqueza y desarro-llo, está ligado a la producción de bienes y servicios con un alto valor agregado en conocimiento. Brasil, Chile y Costa Rica han decidido hacer inversiones importantes en Ciencia, Tecnología e Innovación, CT&I, con el ánimo de lograr ni-veles importantes en este sector estratégico, de manera que vayan cerrando la brecha frente a los paí-ses desarrollados.

Un indicador que pone de pre-sente esta política es la inversión en PIB en CT&I. Brasil ya llega al 1,2% y Chile pronto pasará del 0,7 al 1%. En el mismo sentido avanzan Ve-nezuela, que en el 2007 se propuso aumentar su inversión en CT&I al 2% y Argentina acaba de crear su Ministerio de CT&I, para mejorar el 0,47% del PIB, que invertía en el 2005. Contrastan estos porcen-tajes, que todavía son muy pobres –pues la media de la OCDE es su-perior al 2%, la inversión del Japón es del 3%; la de Estados Unidos, del 2,8%, y la de la Unión Europea, del 2%– con las cifras colombianas, que se mantienen estables desde el 2004 hasta el 2006 en 0,18%.

Para que la política de Estado en CT&I pueda impactar la economía y mejorar la distribución y la equi-dad necesita básicamente de tres cosas: crear una masa crítica ade-cuada de investigadores de la más alta formación, propiciar y jalonar con recursos gubernamentales importantes la inversión privada y crear una sólida estructura institu-cional que dignifique la actividad, tenga interlocución con los más al-tos entes nacionales y coordine las políticas nacionales con las nece-sarias y complementarias políticas regionales y locales. La experiencia brasileña, pero también la argenti-na o la costarricense, muestran que

la vía de un Ministerio de Ciencia y Tecnología es un camino adecuado para el cumplimiento de estos ob-jetivos. Aquí se presentará el mo-delo brasileño.

I. Brasil tiene un Ministerio de Ciencia y Tecnología estructurado de la siguiente manera:

a) Un ministro de Estado, b) El Consejo Nacional de Ciencia

y Tecnología, como máximo órgano asesor del presidente en políticas de Ciencia, tecnología e innovación. Se trata de un organismo del más alto nivel, presidido por el ministro de Estado de Ciencia y Tecnología y doce ministros de Estado adicio-nales, entre los que se destacan los de Defensa, Educación, Salud, Agricultura y Pecuaria; Desarrollo, Industria y Comercio Exterior; Ha-cienda, Relaciones Exteriores y Pla-neación; ocho representantes de los productores y usuarios de cien-cia y tecnología, con sus suplentes y seis representantes del sector de la enseñanza, la investigación y la ciencia y tecnología. Se reúne cua-tro veces por año.

c) El Consejo Nacional de De-sarrollo Científico y Tecnológico, CNP, por sus siglas en portugués,

agencia del Ministerio cuyo objeti-vo es el fomento de la investigación científica y tecnológica y la forma-ción de recursos humanos para la investigación.

d) Organismos de asistencia directa: gabinete del ministro, se-cretaría ejecutiva, consultoría jurí-dica, asesoría de asuntos interna-cionales.

e) Órganos específicos: secreta-ría de políticas y programas de in-vestigación y desarrollo, secretaría de política de informática, secre-taría de desarrollo tecnológico e innovación, secretaría de ciencia y tecnología para la inclusión social.

f ) Tiene trece unidades de in-vestigación, cuatro entidades vin-culadas y cinco organizaciones sociales.

El ministerio actúa en 22 áreas: nanotecnología, TIC, tecnología industrial y servicios tecnológicos, energía y recursos minerales, red Brasil de tecnología, marco legal de innovación tecnológica, biotecno-logía, apoyo al desarrollo de la em-presa, ciencias del mar, antártica, cambio climático, meteorología, climatología e hidrología, biodié-sel, economía del hidrógeno, biodi-

versidad, asuntos parlamentarios, política nuclear, actividades espa-ciales, control de bienes sensibles, propiedad intelectual, asuntos in-ternacionales, gestión de ecosiste-mas e inclusión social.

El sistema posee 10 fondos sec-toriales de ciencia y tecnología para apoyar la investigación y la in-novación en cada una de las áreas productivas y/o sociales que con-sidera estratégicas: aeronáutico, agronegocio, Amazonia, aquavia-rio, biotecnología, energ, espacial, eidro, info, infra, mineral, petro, saúde, transporte, verde amarelo, funttel. Entre ellos, vale la pena destacar el verde amárelo que se destina a apalancar proyectos de desarrollo científico y tecnológico entre universidades y empresas productivas. Con excepción de Funttel, los fondos son manejados por el Fundo Nacional de Ciência e Tecnología, FNCT, con la secretaría ejecutiva de la FINEP (Financiado-ra de Estudos e Projetos). Hasta el 2006, estos fondos habían inverti-do US$1.800 millones en más de 4.000 proyectos.

Cada fondo cuenta con fuen-tes de financiación estables, que provienen de contribuciones de los sectores productivos que se benefician de la investigación e innovación. Así, por ejemplo, el fondo sectorial energ se financia con los aportes del 0,75% al 1% de la facturación líquida de em-presas concesionarias de genera-ción, transmisión y distribución de energía eléctrica; el fondo mineral obtiene sus recursos del 2% de la compensación financiera por la explotación de recursos minerales pagado por las empresas del sector mineral que tienen los derechos de explotación; el petro, del 25% de la parte del valor de las regalías que excedan el 5% de la producción de petróleo o gas natural.

Obsérvese que la estrategia de los fondos, financiados por tributos de los beneficiarios, asegura recur-sos permanentes y en crecimiento que, como se dijo, se revierten en el sector productivo hasta el punto de que han aportado en los avances en biocombustibles, de los cuales Bra-sil es el primer productor mundial, o en la industria aeronáutica, que tiene en Embraer una compañía de nivel mundial, o en la industria de software, en plena expansión y la primera de Latinoamérica en ese campo, o en la atracción de gran-des compañías de base tecnológi-ca. Este modelo podría aplicarse perfectamente en Colombia.

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Varios países de América Latina ya le han apostado a un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

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Especial Ciencia y Tecnología LA OPCIÓN

¿Se necesitan doctores en Colombia?

Cambios significativos en los componentes de ciencia, tecno-logía e innovación, que permitan establecer el marco jurídico para el desarrollo de una sociedad de conocimiento en Colombia, a tra-vés de la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innova-ción, es una de las iniciativas que cursa actualmente en el Congreso de la República.

Profesionales versados en el tema, como el Vicerrector de In-vestigación y Extensión de la Uni-versidad Industrial de Santander, Óscar Gualdrón González, creen que con la puesta en funciona-miento de este ministerio se po-dría articular todo el capital que el Gobierno destina para ciencia y tecnología, y que actualmente se gestiona a través de Colciencias y otras carteras, e incluso que se consolidarían los argumentos le-gales con miras a facilitar la ges-tión de recursos con diferentes sectores privados que requieran invertir en investigación.

Además, con esta Ley tendría el Estado colombiano la facultad de generar estrategias de apropiación social de la ciencia, la tecnología y la innovación para la consolida-ción de una nueva sociedad y eco-nomía basadas en el conocimien-to; velaría por la consolidación, el fortalecimiento y la articulación del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y ayuda-ría a promover la formación del re-curso humano para desarrollar las labores de CTI, mediante el ofreci-miento de nuevos programas aca-démicos de maestría y doctorado.

Frente a este último propósi-to, la Ley permitiría la generación de nuevas oportunidades para que los investigadores y profeso-res de las universidades del país logren profundizar y actualizar sus conocimientos, elevar el nivel del sistema educativo e incidir en la construcción de capacidades científicas y tecnológicas de la Na-ción. Un proyecto que verdadera-mente resulta necesario si se tiene en cuenta que, según cifras del Currículum Vital Latinoamerica-no y del Caribe, en septiembre del

Educación SuperiorProgramas académicos por nivel de formación

Nivel de formación Prog. SNIES %

Doctorado 58 0,88

Maestría 324 4,94

Especialización 1,812 27,59

Universitaria 2,904 44,21

Tecnológica 949 14,45

Técnica Profesional 521 7,93

TOTAL 6,568 100

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2007 Colombia tan sólo contaba con 4.398 doctores.

Esta situación se contrasta de manera significativa si la compa-ramos con otros países surame-ricanos, como Brasil, en donde anualmente se gradúan cerca de 6.500 doctores, mientras que Co-lombia, en los últimos 4 años es-casamente ha logrado graduar un promedio de 50 doctores por año.

La referencia mencionada per-mite evidenciar la situación de reza-go que tradicionalmente ha mante-nido Colombia con respecto a países como Brasil, México y Venezuela, los cuales invierten una importante cantidad de sus recursos en la for-mación de nuevos doctores. Inclu-so, en la historia reciente, otros Es-tados, como Corea y Singapur, que tomaron la decisión de invertir en este tipo de programas académicos, que buscan la profundización en el

conocimiento con especial atención de las potencialidades regionales y el mejoramiento de los niveles de competitividad nacional, muestran en forma sostenible altos índices de crecimiento económico y científico.

A pesar de este panorama, vale la pena destacar que después de la considerable disminución que se vivió a finales de la pasada dé-cada en el presupuesto asignado a Colciencias para el desarrollo de Ciencia y Tecnología, en los úl-timos años éste ha ido creciendo hasta alcanzar en el 2007 una cifra cercana a los 130 mil millones de pesos; monto que, por supuesto, aún no se equipara a los 140.000 millones de pesos apropiados en 1996, pero que ha permitido in-vertir en formación de recurso hu-mano, movilidad docente, apoyo y fortalecimiento a doctorados, estí-mulo a la investigación e inversión

en infraestructura para el desarro-llo de CTI.

Por su parte, el Gobierno nacio-nal también ha venido ofreciendo apoyo a las universidades para la creación de nuevos programas de doctorado y, en este sentido, el Vi-ceministro de Educación Superior, Gabriel Burgos Mantilla, resalta que “se han creado 30 nuevos pro-gramas de doctorado entre el 2002 y 2006, lo que generó una matrícu-la para el 2006 de 1.006 estudian-tes, cifra que triplica el número de la matrícula en el 2002”.

Una tendencia que se espera siga en alza ya que, según el Vice-ministro, “el presupuesto de Col-ciencias para esta vigencia será el más grande de la historia: 93 mi-llones de dólares. El propósito es llegar al 1% del PIB del país y hacia 2016 que sea del 1,5%, con la meta de alcanzar en el 2019 un total del 15% de los profesores universita-rios con título de doctorado. Por-centaje importante que, si se tuvie-ra hoy, permitiría contar con 15.000 doctores en el sistema y no 3.700”.

Doctores que permitirán con-solidar verdaderas comunidades científicas, construir soluciones concretas a las necesidades del entorno y contribuir al desarrollo socioeconómico de Colombia a través del capital intelectual que entrará a beneficiar de manera importante y necesaria a diver-sas empresas nacionales, como lo reafirma el Presidente de Ecope-trol, Javier Gutiérrez Pemberthy, “es importante para una industria tan compleja en la que estamos, que cada vez adquiere tecnología avanzada, obtener personal alta-mente calificado en programas de doctorado; es un requisito para poder seguir desarrollando nues-tra actividad”.

Este testimonio y las cifras ya enunciadas reafirman que Colom-bia sí necesita Doctores y que la orientación de estos estudios re-presenta un medio y una oportu-nidad para que, en época de glo-balización, países como el nuestro logren que el recurso humano formado contribuya a la optimiza-ción de los procesos y productos de las empresas; a la generación de competencias científicas y tec-nológicas; a la producción de co-nocimiento de alto nivel; al forta-lecimiento de la investigación de las universidades; a la consolida-ción entre ciencia, tecnología y so-ciedad; a la generación de riqueza y al mejoramiento del bienestar y calidad de vida de toda sociedad.

Programas por nivel de formación

0 500 1.000

Cantidad

Doctorado

Reg. calificado

Tip

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Prog. SNIES

1.500 2.000 2.500 3.000

Maestría Técnica profesionalTecnológica Especialización Universitaria

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Ante rectores de las principales universidades de Bogotá, represen-tantes del sector empresarial y del Gobierno Distrital se presentó el Plan Estratégico del Comité Univer-sidad-Empresa-Bogotá Región. Una alianza en la que la universidad y la empresa afianzaron sus vínculos en busca del desarrollo competitivo de la ciudad.

La propuesta parte de reconocer que hasta el momento en la Capital del país no ha habido un trabajo co-ordinado entre las universidades y el sector empresarial para dar respues-ta a las cada vez mayores necesida-des de la sociedad y la transforma-ción de la ciudad.

Según Florentino Malaver, profe-sor de la Universidad Javeriana y uno de los coordinadores del proyecto, “es evidente que las empresas tienen demandas en las que podrían jugar un papel fundamental la Univer-sidad a partir del conocimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación que generan. Al tiempo, las universi-dades deben contribuir de manera más real y menos retórica al desarro-llo de la ciudad”.

La propuesta señala que lo ante-rior implica reconocer que tanto la universidad como la empresa tienen que fortalecerse, desarrollar sus ca-pacidades para generar lenguajes y dinámicas comunes y aprender a re-lacionarse de manera ágil y eficiente a pesar de que sus lógicas y objetivos sean distintos.

Miguel Gómez, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Colom-bo-Americana, estuvo de acuerdo con que parte de los problemas de competitividad en el país están re-lacionados con una pobre articu-lación entre el trabajo que realizan las empresas, el Gobierno, el Estado en general y las universidades. Sin embargo, fue enfático en decir que la propuesta es interesante, pero necesita plazos y metas: “Hay que tener en cuenta que la dinámica de las empresas es la de los resultados rápidos, mientras la academia actúa sin la presión del tiempo”.

Para Gómez, el conocimiento hoy es el que mueve el mundo eco-nómico, y quien logra transformar la investigación en productos de consumo es el que domina el plane-ta: “lamentablemente en Colombia estamos concentrados en transferir tecnología y no estamos desarrollan-do suficientes innovaciones”.

En ese sentido, el director ejecu-tivo de la Cámara de Comercio Co-lombo-Americana advirtió la nece-sidad de trazarle metas y resultados objetivos al comité en corto tiempo:

Alianza estratégicaUniversidad-Empresa

“cuando tengamos resultados todo el mundo se entusiasmará y la par-ticipación de los empresarios será mucho más fuerte, pero mientras nos sigamos enredando en debates bizantinos y teóricos la gente se can-sará. Y en este mundo tan dinámico el que no presente resultados no está en nada”, concluyó.

Por su parte, la secretaria de de-sarrollo económico del Distrito, Mónica de Greiff, manifestó su com-placencia con la propuesta, al tiem-po que analizó una debilidad que tiene este proceso: “muchas veces los comités muy grandes generan una cantidad de documentos, lo que hace más difícil para el empresario la apropiación de estos en sus pro-cesos productivos”.

De igual manera, planteó una posible solución para optimizar la consecución de resultados: “es ne-cesario lograr una mayor periodi-cidad de las reuniones, un conoci-miento de lo que estamos haciendo los otros actores y una divulgación real de los procesos exitosos con los empresarios”.

En la misma línea se expresó Pablo Michelsen Niño, rector del Politécni-

co Grancolombiano, que dijo sen-tirse frustrado, porque “ya llevamos un tiempo considerable reuniéndo-nos entre nosotros y lanzando ideas, pero con muy pocos resultados”. Sin embargo, como él mismo lo dijo: “mi pesimismo es respecto del pasado, pero no respecto del futuro”.

De hecho, Michelsen propone al Comité enfocarse en un banco de proyectos que sean viables financie-ramente, apunten al mejoramiento de la competitividad en la ciudad región y que con solo mencionarlos convoquen a las universidades, a las empresas y al Estado, para su rea-lización. Indicó que el Politécnico estará siempre presente en estos es-fuerzos y llamó a la productividad y a la puesta en marcha de propuestas concretas.

Por su parte, el presidente de Co-densa, José Antonio Vargas Lleras, destacó la importancia de la propues-ta y la existencia de grandes acuerdos acerca de la forma como hay que avanzar en coordinación con la aca-demia, las empresas y el Gobierno Distrital. Indicó la vocación que en materia de tecnología e innovación ha tenido Codensa y, a nivel mundial,

Emdesa. “Las empresas no pueden mejorar ni ser más competitivas en la medida en que no desarrollen pro-gramas a su interior y al exterior de las mismas, en temas de nuevas tec-nologías e innovación”, afirmó.

Para las medianas y pequeñas empresas también es fundamental apuntarle a la innovación e investi-gación a través de la alianza Univer-sidad–Empresa.

“Si no se hace, muchas empresas, debido a la apertura económica y a la globalización, se van a ver afectadas. Es también necesario que se hagan trabajos con otros empresarios. Esto implica un cambio de cultura. Japón desarrolló una tecnología a base de trabajar en equipo, lo que no existe como cultura a nivel de la región, particularmente en Bogotá”, sostuvo Giovanni Eslava, director comercial de ICOFIL.

Según Eslava, para lograr este ob-jetivo es necesario observar las expe-riencias extranjeras. Por ejemplo, de los Kibbutz en Israel, “que muestran que cuando las personas se integran a través de un mismo interés, un mismo objetivo, se van a lograr los resultados”.

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Para las pequeñas y medianas empresas es fundamental la alianza estratégica con las universidades.

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Especial Ciencia y Tecnología LA OPCIÓN

Parque del emprendimiento, una apuesta al desarrollo

Jorge Jaramillo,Coordinador Programa

Gestión TecnológicaVicerrectoría de ExtensiónUniversidad de Antioquia

El Parque del Emprendimiento es una iniciativa de la Alcaldía de Medellín de Sergio Fajardo Valde-rrama y la Universidad de Antio-quia, en cabeza del Rector Alberto Uribe Correa, que busca fomentar la cultura emprendedora y apo-yar la creación de empresas con alto valor agregado a partir de las oportunidades de negocio o de los resultados de la investigación y ac-tividad académica, identificadas por los emprendedores. El Parque es un espacio nuevo de la Univer-sidad de Antioquia al servicio de la comunidad universitaria, que me-diante subsidio del Municipio de Medellín ofrece también sus servi-cios a la población de la ciudad.

La Universidad de Antioquia, a través de su Programa Gestión Tecnológica, adscrito a la Vicerrec-toría de Extensión, desde el 2002, desde su Unidad Emprendimiento Empresarial, desarrolla actividades orientadas a fomentar la cultura del emprendimiento, la innovación y el apoyo a la creación de empresas. Como resultado de este ejercicio y de la mano de las aceleradoras para la creación de empresas de la región: la Incubadora de Empresas de Base Tecnológica de Antioquia, IEBTA, y Actuar Famiempresas. El Programa, en sus primeros cuatro años, por medio de su Unidad Em-prendimiento Empresarial, apoyó la creación de las primeras 7 em-presas de estudiantes y egresados

en el 2005, mostrando resultados sin precedentes en esta universi-dad bicentenaria.

Por su parte, la Alcaldía, en el Plan de Desarrollo 2004 - 2007, “Medellín Compromiso de toda la Ciudadanía”, en la Línea 4, “Me-dellín, productiva, competitiva y solidaria”, en el componente de cultura y creación de empresas, constituye el Programa Cultura E1, desde el Departamento Adminis-trativo de Planeación.

Ante los resultados de la Uni-versidad de Antioquia, y teniendo en cuenta que el 60% de sus estu-diantes proceden de la ciudad de Medellín y el 90% pertenece a los estratos socioeconómicos más pobres, surge la propuesta de la construcción del Parque del Em-prendimiento, mediante la firma de un convenio interadministrati-vo con la Alcaldía de Medellín, en septiembre de 20052.

La Universidad intensifica des-de el Parque del Emprendimiento la promoción de la cultura empren-dedora y fortalece el apoyo a la crea-ción de empresas entre su comuni-dad académica, aprovechando las activos de conocimiento que han construido diversas organizaciones y otras universidades locales, lo que le da al Parque E una de sus carac-terísticas más importantes y es la del trabajo asociativo, mediante la firma de convenios y acuerdos de cooperación con varios de estos agentes de la cadena de valor para la creación de empresas.

Como muestra de ello se cons-tituyó con la Incubadora de Em-presas de Base Tecnológica de An-

tioquia el Nodo UdeA – IEBTA. Así mismo, se tiene un convenio con Actuar Famiempresas para ofrecer sus servicios a las empresas incu-badas y con la Fundación Parque Soft, cuya sucursal en Medellín inició en enero del 2008 su opera-ción en las instalaciones del Par-que del Emprendimiento para los desarrolladores de software. Con-viene anotar, entre otros, el apoyo de Proantioquia, que ha ofrecido por medio de empresarios con ex-periencia ser asesores y tutores de los jóvenes emprendedores.

Es importante aclarar que el es-pacio construido no representa un parque en su estructura, sino en su concepto; un espacio abierto para atreverse, aprender, pensar, crear, emprender y asociarse; una posi-bilidad de aventurarse en nuevos proyectos y disfrutar en el proceso de materialización de su proyecto de vida. En otras palabras, el Par-que del Emprendimiento es un ‘ecosistema’ especial para vivir el mundo de la empresa, el mundo de los negocios, entre los jóvenes emprendedores.

Entre las perspectivas del Par-que del Emprendimiento está la de servir de articulador entre las dis-tintas organizaciones que trabajan en la cadena de valor para crear empresa y constituirse en un espa-cio privilegiado para unir la cien-cia, la ingeniería y la gestión em-presarial y contribuir al desarrollo de la creatividad de los estudiantes de las instituciones de educación superior de la ciudad, en proyec-tos con alto valor agregado, rela-cionados con las tecnologías de la

Electrónica, las Telecomunicacio-nes e Informática, ETI, y sus apli-caciones en diferentes áreas, así como para las empresas culturales y creativas.

Uno de los grandes desafíos es traducir buena parte de la investi-gación científica en proyectos de inversión, en unidades producti-vas de negocio o en empresas. Aún hay desconfianzas de los científi-cos que deben ser superadas, por lo tanto, el apoyo a la creación de empresas es uno de las principales procesos que se desarrollará desde el Parque, para conectar los resul-tados de la investigación, desde la Sede de Investigación Universita-ria, SIU, con los emprendedores nuevos, para crear empresas con alto valor agregado y competitivas para su sostenibilidad. Sin embar-go, se tienen dos grandes limitan-tes: la carencia de incentivos para los inversionistas y la falta de redes de contacto para llegar al consu-midor final.

Como resultados del primer año de existencia del Parque E se pueden mencionar importantes logros: la asociatividad con otras organizaciones para apoyar a los emprendedores, 22 empresas alo-jadas en el proceso de incubación, 11 de las cuales son de emprende-dores egresados de la Universidad de Antioquia y los 11 restantes pro-venientes de otras instituciones de educación superior de la ciu-dad (Universidad Pontificia Boli-variana, EAFIT, SENA, Politécnico Jaime Isaza Cadavid, CEIPA, Cole-gio Mayor de Antioquia y la Uni-versidad Nacional de Colombia en Medellín), lo que da cuenta de un espacio abierto a otras iniciativas de la ciudad.

En poco más de un año se han atendido visitas de más de 3.000 personas de 83 instituciones de educación superior del país y del exterior, se han sensibilizado a más de 30.000 personas, se han capacitado a más de 2.000 en la formulación de planes de negocio y asesorado más de 300 planes de negocio, lo anterior gracias a los aportes de la Alcaldía de Medellín, mediante dos convenios más por valor de $4.000 millones de pesos3.

__________________________________1Concursos de Planes de Negocios y Capital Semilla, Banco de las oportunidades, Centros de Desarrollo Empresarial Zonal, Cede-zos, Red de Microcréditos y Medellín Mi Empresa.

2Convenio Interadministrativo No. 4800001003, de 2005, entre la Universidad de Antioquia y el Municipio de Medellín, para “apo-yar la masificación de la cultura del emprendimiento a través de la creación de un espacio físico que desarrolle la creatividad de los estudiantes de la Universidad de Antioquia”, por valor de $5.000 millones de pesos, aportados por el Municipio y un lote avaluado en $1.000 millones de la U. de Antioquia.

3US$1 = $2.000 pesos colombianos, en promedio, del 2008.

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Especial Ciencia y TecnologíaLA OPCIÓN

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Cuadro 1. Tres perfiles productivos en el mundo

FactoresBasados

en materias primasy mano de obra barata

Basadosen bienes de capital

Basadosen Conocimiento

Perfilproductivo

Actividades Extractivas, pro-ducción de bienes intensi-vos en mano de obra

Bienes de capital, bienes que incorporan tecnología y requieren buenos niveles de formación de sus trabajado-res y ejecutivos.

Bienes y servicios gene-rados son intensivos en capital humano de alta formación, en tecnología de punta, en conocimiento y están insertados en es-tructuras de mercado que derivan rentas de mono-polio de la innovación.

Ingresoper cápita 2.000 dólares – 3.500 dólares 9.000 dólares – 16.000 dólares Superan los 20.000 dólares

Coeficiente Gini Superiores a 0,49 Entre 0,3 y 0,4 Entre 0,23 y 0,35

NivelesDesempleo Altos Medio – bajo Bajo

Informalidad 60% Media – Baja Baja

Pobreza 40% - 60% 20% - 40% - 20%

Ejemplos Mayoría de países de Améri-ca Latina

Corea, Israel y varios de los países de la antigua cortina de hierro

Países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Tecnológico, OCDE

La tabla es adaptada del trabajo de Diego Gómez y ECSIM para el Programa Nacionalde Prospectiva Tecnológica e Industrial, Colciencias, 2006.

Ciencia y Tecnología,necesarias para el desarrollo

económico y social de los países

Javier Medina Vásquez,Profesor titular Universidad del Valle

Esta es una pregunta que abre un debate público de enorme trascendencia, sobre la cual exis-ten varias posiciones. Veamos:

Cuando el gran líder hindú Nehru guiaba el proceso de tran-sición posterior a la independen-cia de su país frente a Inglaterra pensó que la ciencia era un factor indispensable para asegurar el abastecimiento alimentario del país, para garantizar la seguridad militar y el acceso al conocimien-to necesario para construir sec-tores capaces de transformar la economía nacional.

Nehru tuvo una fuerte opo-sición de sus contemporáneos, quienes le decían que la gente te-nía hambre y que la prioridad del país era la inversión en la comida sobre la inversión en la tecnolo-gía. Nehru afirmó que tan impor-tante como el hambre de hoy era el hambre del mañana. Procedió entonces a fundar las grandes universidades politécnicas, a en-viar importantes grupos de cien-tíficos hindúes a hacer estudios avanzados en el exterior y a darle gran importancia a la educación.

Sesenta años después la In-dia nos sorprende todos los días por su enorme capacidad. En el ámbito científico y tecnológico lideró la revolución verde en la agricultura y es el segundo pro-ductor mundial de software. En lo económico, sus empresarios son propietarios de un importan-te porcentaje de las empresas del ´Silicon Valley´ en California e in-cluso algunos están en la lista de los más ricos del mundo, según la revista Forbes.

En lo social, un promedio de veinte millones de personas sale cada año de la línea de pobreza. En suma, los científicos hindúes son profesores titulares de las principales universidades nor-teamericanas, logrando incluso premios Nóbel y singular influen-cia en el pensamiento contem-poráneo. Sus empresas logran una creciente influencia global y su población mejora cada día su nivel de vida.

Por otra parte, existe un mito infundado entre gran parte de la población colombiana que dice que la ciencia y la tecnología (CyT) no son prioritarias para su crecimiento económico y su de-sarrollo social. En algunos sec-tores la CyT se percibe como un

lujo innecesario, una inversión costosa, de la cual perfectamen-te se puede prescindir. No obs-tante, este prejuicio está en la raíz misma del bajo desempeño competitivo del país, su bajo ni-vel educativo y la profundización del conflicto social. La razón es que al subvalorar la importancia que juegan la ciencia y la tecno-logía el país se ancla en la misma estructura productiva. Y como ésta no requiere de gran nivel de conocimiento se producen bajos niveles de acumulación, que no son suficientes para acelerar el desarrollo social del país.

En el caso de la India se produ-ce un círculo virtuoso en el que la ciencia y tecnología facilitan el crecimiento económico y la ma-yor acumulación de riqueza pro-duce un mejor nivel de vida y un mayor nivel educativo, los cuales a su vez crean condiciones propi-

cias para elevar el nivel científico y tecnológico del país. En el caso colombiano se produce un círcu-lo vicioso, en el que el desarrollo se concentra en determinadas regiones y sectores, produciendo asimetrías y grandes diferencias entre la población, que se tornan a largo plazo en conflictos que, a su vez, le restan capacidad para dinamizar su potencial humano.

Existen varios caminos para salir del círculo vicioso. Según Ricardo Haussman, en primer lugar se puede producir más de lo mismo, incrementando la pro-ductividad. En segundo lugar, se puede producir mejor de lo mis-mo, aumentando la calidad de lo que ya se produce.

Los caminos de la productivi-dad y la calidad generan un mayor valor económico, que se convierte en motor del desarrollo social. Sin embargo, también está el camino

de aumentar el nivel de conoci-miento o intensidad tecnológica de lo que produce un país. Quie-nes siguen la tercera alternativa adoptan un patrón de especializa-ción basado en productos de alta y media tecnología y apoyan la agregación de valor a los recursos naturales. Esta opción ha permi-tido un ritmo de crecimiento im-portante, una ampliación sustan-tiva del Producto Interno Bruto per cápita y una mayor capacidad de generar ingresos y redistribuir-los entre la población.

Hoy existen tres grandes tipos de perfil productivo de los paí-ses, según basen su estructura productiva en materias primas y mano de obra barata, bienes de capital o conocimiento. Esta diferencia de desempeño influ-ye sobre el ingreso per cápita, la desigualdad, los niveles de des-empleo, informalidad y pobreza.

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Especial Ciencia y Tecnología LA OPCIÓN

(Ver cuadro). En este contexto, resulta fun-

damental comprender que el desempeño económico y social de los países depende de su perfil productivo, y éste refleja lo que ha aprendido a hacer su pobla-ción. El perfil productivo de un país se fundamenta en la capa-cidad científica y tecnológica. Si no existe suficiente inversión en conocimiento, talento humano y educación no puede esperarse un mejoramiento relevante de la productividad, la calidad y el ni-vel tecnológico de los países.

La capacidad de transforma-ción de un país depende del rol que se les otorgue a la ciencia, la tecnología y la innovación, su pertinencia y posibilidad de apli-cación a la innovación producti-va, tecnológica, social y organi-zacional. Así las cosas, los países que otorgan prioridad al cono-cimiento, como Japón, Corea, Singapur, Finlandia, Irlanda, Es-paña, Israel, India, China, Brasil, México, Filipinas y Malasia, han logrado avances significativos en las últimas décadas. En estos países se han tomado hace varias décadas medidas concretas ten-dientes a fortalecer las institucio-nes de la ciencia y la tecnología, a aumentar sustantivamente la

inversión en ciencia, tecnología e investigación y desarrollo, a construir infraestructuras propi-cias y sistemas de información adecuados; se incentiva eficaz-mente a la población que se de-dica profesionalmente al conoci-miento, se privilegia la formación de científicos e ingenieros y se otorga especial importancia a la educación en todos los niveles, con especial énfasis en la educa-ción superior.

La ciencia y la tecnología son de alta prioridad, porque mejo-ran la capacidad de la población y fomentan el aprendizaje colec-tivo.

En Colombia esta toma de conciencia aún es necesaria para emprender un nuevo rumbo. Si bien la Visión 2019 – II Cente-nario, la Agenda Interna frente al TLC y el Informe Nacional de Competitividad 2007 han llama-do la atención sobre la ciencia y la tecnología, todavía falta co-herencia en los planteamientos del gobierno nacional y el sector privado. Por ejemplo, la Visión del Consejo Privado de Competi-tividad plantea llegar en 25 años a lograr un ingreso per cápita su-perior a los 15.000 dólares, con tasas de pobreza menores al 15%. El Ministerio de Comercio, In-

dustria y Turismo señala que en el 2032 Colombia será uno de los tres países más competitivos de América Latina y se basará en una economía exportadora de bienes y servicios de alto valor agregado e innovación, siendo la ciencia y la tecnología uno de los pilares fundamentales de la transforma-ción productiva requerida. Muy bien, ¿pero podremos construir sectores de clase mundial y dar un salto en la productividad y en el empleo con las capacidades que tenemos hoy en día?

Si observamos atentamente los tres perfiles productivos pre-sentados, es claro que el salto del primer perfil, basado en la producción de materias primas, al tercer perfil, sustentado en el conocimiento, requiere una pro-funda transformación de la edu-cación, la ciencia y la tecnología. Una transformación de esta mag-nitud no puede realizarse con las mismas instituciones y las mis-mas prácticas organizativas de siempre, que nos han llevado por una senda basada en la inercia.

Si Colombia es coherente con su visión, un Ministerio de Cien-cia y Tecnología es indispensa-ble para promover el aumento sostenido de la inversión en CyT, de por lo menos el 2% del PIB en

el2019. Es necesario, para facilitar la articulación del Sistema Nacio-nal de CyT, fortalecer la relación Universidad–Empresa–Estado y fomentar la rápida transferencia de la tecnología que se requiere. Sin embargo, se trata de un Minis-terio diferente, puesto que tiene que coordinar múltiples políticas públicas. No puede ser una carte-ra aislada, sin representatividad ni presupuesto suficiente. Tiene que ser un Ministerio fuerte, con carácter transversal, influyente, para adelantar el debate públi-co que el país no ha producido acerca de la presencia y utilidad de la ciencia y la tecnología en la Agenda Pública de la nación.

Una sociedad incluyente es una sociedad educada. Una so-ciedad competitiva es antes que nada una sociedad competente, con gran equidad en la distribu-ción de las oportunidades y las capacidades de la población. Una sociedad con desarrollo científi-co y tecnológico es una sociedad que construye instituciones fuer-tes, apoyada por comunidades capaces de reconocer en la prác-tica la verdadera importancia del conocimiento para la transfor-mación productiva y social que necesita Colombia.

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La capacidad de trasformación de un país depende del rol que se les otorgue a la ciencia, la tecnología e innovación.

Si Colombia es coherente, un Ministerio de Ciencia y Tecnología es indispensable para aumentar la inversión en este campo.

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Especial Ciencia y TecnologíaLA OPCIÓN

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8María del Rosario Guerra,Ministra de Cultura

“La ciencia, la tecnología y la in-novación son fundamentales para el desarrollo sostenido de Colom-bia a largo plazo. El conocimiento es lo que va a lograr que nuestras empresas, sector agropecuario, de tecnología, innovación y comuni-cación puedan fortalecerse y ser más competitivos”.

8Óscar Almario,Vicerrector

Universidad Nacionalde Colombia en Medellín

“Para eso se necesitan políticas públicas, como una nueva ley de ciencia y tecnología y nuevas formas de organización institu-cional para promoverlas, si es un ministerio, si es un departamento especializado, como han creído algunos, tipo el Departamento Nacional de Planeación, son co-sas más técnicas, pero lo más im-portante es que el país adopte una política de Estado de largo plazo para poder aumentar el desarro-llo, la tecnología y la innovación”.

8Sergio Adolfo Montoya Mejía,Jefe

Unidad de Investigacióny Desarrollo de Energía en EPM

“Estamos convencidos y apoya-mos totalmente esta Ley de Cien-cia y Tecnología, no solamente por su contenido, sino por las bases con las cuales se está fun-damentando. Creemos que la base del desarrollo de nuestro país debe dejar de ser la explo-tación de los recursos naturales sin creación de valor agregado y creemos que el valor agregado a nivel competitivo internacional solamente se podrá lograr a tra-vés del conocimiento científico, por eso vemos que esta Ley apo-ya estructural y financieramente al desarrollo de esas capacidades competitivas que tiene el país con base en el conocimiento de nuestros investigadores y nues-tros científicos, obviamente de-sarrollados a través de programas y procesos de investigación coor-dinados sistemáticamente y que lleven hacia la aplicación de ese conocimiento”.

A favor del Ministerio 8Jorge Panesso,

Director Sedede Investigación Universitaria

de la Universidad de Antioquia

“Es una figura institucional, gu-bernamental, del más alto nivel para apoyar todos los temas de ciencia y tecnología, porque aun-que Colciencias tiene muy buenas intenciones, y trabaja muy efecti-vamente en su campo, se queda corto en la posibilidad de tomar decisiones políticas de alto nivel. Un ministerio de ciencia y tecno-logía es una figura que se aplica en muchos países desarrollados, como los europeos, y si resulta sería un gran avance de Colom-bia hacia el apoyo decisivo, con lo cual el gobierno le dice al país que es estratégico para el crecimiento de la sociedad colombiana.

8Juan Camilo Quintero,Director Ejecutivo

de Corporación Tecnnova“Un ministerio le da mayor altura y representatividad a la ciencia y la tecnología, hay participación en los consejos ministeriales, pero la urgencia ahora es mejorar los presupuestos, para que haya más inclusión desde las empresas y de las diferentes instituciones para poder apoyar más la ciencia, la innovación y la tecnología”.

8Gabriel Márquez Vélez,Gerente

Fundación Social de Uniban“El futuro de Colombia está

en la productividad, está en la ciencia y la tecnología. Y esto no se puede hacer si no hay investi-gación, si no hay innovación tec-nológica y ésta, a su vez, no será posible si no hay una política de Estado, si no hay una voluntad para sacar a delante una Ley que dé todo el soporte a la creación de una institución que dé todo el respaldo a la innovación y a la in-vestigación y para ello también se requieren recursos y en el país no es posible si no tenemos una ins-titución de carácter nacional que dé ese respaldo. Es bienvenida esa Ley, bienvenido el futuro de Colombia en base a la innovación tecnológica”.

8Rodrigo Villa,Coservicios

“Nos parece importantísimo, porque eso estimula al sector empre-sarial a invertir más en innovación, en investigación y desarrollo, que es una de las grandes necesidades que tiene el país. La competitividad del país está en exportar y producir elementos con alto valor agregado y esa es la meta a la cual debemos llegar. Uno de los problemas que actualmente afronta el país, con la revaluación del dólar, es que las in-dustrias usan mano de obra inten-siva, pero son de baja tecnología y por esa razón se ven muy afectados. Este efecto se podría contrarrestar invirtiendo en tecnología. El sec-tor empresarial debe buscar más la unión con la universidad, con los investigadores, para lograr que los resultados de investigación puedan ser aplicados a la industria”.

8Juan Rafael Cárdenas Gutiérrez,Vicepresidente Ejecutivo

de Coltabaco“Indudablemente es necesaria la creación de la Ley y del Ministerio, porque hoy en día hay que estar haciendo uso de todas las innova-ciones y buscar la forma más acor-de para que la producción resulte a mejores costos, con la mejor ca-lidad y atendiendo a las demandas. Nosotros no podemos quedarnos simplemente con los sistemas pro-ductivos que tenemos establecidos. Hay que estar haciendo un trabajo permanente de investigación e in-novación que seguramente se refle-jará en beneficios para la empresa”.

8Álvaro Mesa,Presidente

de Prominerales“Es un proyecto indispensable para el país. Si no trabajamos con una orientación de innovación de cien-cia y tecnología, el país y sus habi-tantes están en el subdesarrollo. Creemos que el tren de la tecnolo-gía nos está abandonando, nos está dejando, va a grandes velocidades y este proyecto que está presentado como ponente el doctor Jaime Res-trepo Cuartas es la herramienta de-finida para que haya una política de Estado para el desarrollo del país a través de la ciencia y la tecnología”.

8Patricia Duque,Gerente ANDI, Antioquia

“Desde el lado de los empresarios ve-mos con mucho acierto el desarrollo de este proyecto de Ley, porque lo que necesitamos es tener una herra-mienta que promueva, que propicie, que proteja las acciones, para enca-minarnos a ser considerados un país en vía de desarrollo”.

8Alejandro Ceballos, Presidente

UNE Telecomunicaciones “Sin duda es un viejo anhelo de todos los que hemos tenido la oportunidad de estar cerca de la Universidad y al desarrollo de procesos de ciencia y tecnología, es absolutamente indis-pensable conseguir que se le dé más importancia a estos aspectos en Co-lombia, que se le asignen mayores presupuestos, que el país no sea tan tacaño con el elemento más dinámi-co que existe para catapultar su pro-greso y desarrollo, que las institucio-nes que tienen a su cargo el impulso de la Ciencia y la Tecnología tengan la más alta estatura organizacional en la estructura del gobierno, que si no se puede en el momento un mi-nisterio, que por lo menos se cree un Departamento Administrativo que reporte directamente a la Presiden-cia de la República, con unos presu-puestos más ambiciosos, correspon-dientes a la era de la conocimiento, la era donde la palanca para el desa-rrollo económico no es ya el capital aisladamente, sino los desarrollos en ciencia y tecnología, los cuales se constituyen en las mejores inversio-nes del siglo XXI”.

8Alberto Restrepo Penagos,Director de Calidad

de Industrias Haceb“Para nosotros es fundamental, porque eso va a apoyar todo el desarrollo tec-nológico del país. Hemos venido traba-jando muy fuertemente con las univer-sidades y consideramos que tenemos un apoyo del Gobierno en este sentido, las universidades han venido liderando todos estos procesos, nos han estado apoyando a todos los empresarios y hemos estado todos muy comprometi-dos haciendo todo este trabajo y hemos cumplido la tarea. Esperamos ahora la respuesta del gobierno”.