la practica del psicodrama

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Gloria Reyes

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RIL editoresbibliodiversidad

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Gloria Reyes

616.891 Reyes C., GloriaR La práctica del psicodrama / Gloria Reyes

C. -- Santiago : RIL editores, 2007.

240 p. ; 21 cm.ISBN: 978-956-284-537-3

1 PSICODRAMA. 2 DRAMA-USO TERAPÉUTICO.

La práctica del psicodramaPrimera edición: abirl de 2007

© Gloria Reyes C., 2007Registro de Propiedad Intelectual

Nº 158.484

© RIL® editores, 2007Alférez Real 1464

cp 750-0960, ProvidenciaSantiago de Chile

Tel. (56-2) 2238100 • Fax [email protected] • www.rileditores.com

Composición e impresión: RIL® editoresDiseño de portada: Cristián Silva Labra

Diagramación: Paula Fernández

Impreso en Chile • Printed in Chile

ISBN 978-956-284-537-3

Derechos reservados.

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La práctica del psicodrama

Índice

Prólogo .................................................................................. 15

Introducción ........................................................................... 17

Aplicaciones del psicodrama

Parte I: Psicodrama clínico

Capítulo I: Psicoterapia individual desde

la perspectiva psicodramática

Nominaciones de la psicoterapia individual desde

el psicodrama ....................................................................23

Visiones de la aplicación del psicodrama ................................24

en la psicoterapia individual ..................................................24

Características de la psicoterapia individual desde

el psicodrama ....................................................................26

Lo interaccional en la psicoterapia individual

psicodramática .................................................................. 27

El encuadre ............................................................................ 28

La primera entrevista ............................................................. 30

Fases de la psicoterapia individual desde el psicodrama ......... 32

Componentes de la psicoterapia individual

desde el Psicodrama .......................................................... 34

Contextos ............................................................................... 35

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Áreas presentes en la psicoterapia ........................................... 37

Técnicas empleadas en psicoterapia psicodramática

individual .......................................................................... 40

Acerca del tratamiento y las resistencias a dramatizar ............ 43

Condiciones para un tratamiento bipersonal

psicodramático .................................................................. 45

Síntesis ................................................................................... 48

Caso clínico ........................................................................... 48

Capítulo II: Psicoterapia de pareja desde el psicodrama

Definición de pareja ............................................................... 53

Componentes de la pareja ...................................................... 55

Fases de la Pareja ................................................................... 56

La visión psicodramática en la psicoterapia de pareja ............ 57

Roles en la pareja ................................................................... 58

Modalidades para el logro de una homeostasis ....................... 59

Patologías de pareja ............................................................... 62

Motivos de consulta en la psicoterapia de pareja .................... 63

Técnicas empleadas en el diagnóstico y en la

psicoterapia de pareja ....................................................... 65

Alcances éticos de la psicoterapia de pareja ............................ 69

Un caso de complementariedad patológica ............................. 69

Capítulo III: Psicoterapia de familia desde el psicodrama

Característica del grupo familiar ............................................ 75

Influencias de diversas escuelas en la psicoterapia

de familia .......................................................................... 77

Etiopatogenia familiar desde el psicodrama ............................ 79

Diagnóstico familiar desde el psicodrama ............................... 80

Psicoterapia familiar desde el psicodrama .............................. 84

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Técnicas empleadas en psicodrama de familia ........................ 85

Una casuística familiar. Explorando una familia interna ......... 90

Capítulo IV: Psicoterapia de grupo desde el psicodrama

Antecedentes de Jacob Levy Moreno ....................................... 95

Antecedentes de otras psicoterapias grupales ........................... 96

Definición de psicoterapia de grupo ........................................ 98

Bases y principios de la psicoterapia de grupo ........................ 99

Sociometría .......................................................................... 101

Estructura de grupo .............................................................. 106

Procesos de grupo ................................................................. 108

Fases de la psicoterapia de grupo.......................................... 112

Encuadre de la psicoterapia de grupo ................................... 119

Ética de la psicoterapia de grupo .......................................... 123

Rol del terapeuta de grupo ................................................... 125

Esferas de aplicaciones ......................................................... 127

Categorías de los grupos ....................................................... 129

Relaciones entre el psicoanálisis y psicodrama:

aspectos centrales ............................................................ 131

Influencias y aportes desde el psicoanálisis ........................... 133

El proceso de psicoterapia grupal ......................................... 134

desde el psicoanálisis ............................................................ 134

Aspectos prácticos del trabajo grupal en psicodrama

psicoanalítico .................................................................. 139

Reflexiones y actualizaciones ............................................... 140

Caso clínico ......................................................................... 142

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Aplicaciones desde el psicodrama

Parte II: Psicodrama social

Capítulo V: Psicodrama comunitario

Convergencias entre psicodrama e intervención

comunitaria ..................................................................... 149

El método en el psicodrama comunitario .............................. 153

El trabajo de redes en la acción comunitaria ........................ 156

Las aplicaciones en el psicodrama comunitario .................... 158

El psicodrama comunitario en Latinoamérica ....................... 161

Algunas de las experiencias de psicodrama comunitario

en Chile .......................................................................... 164

Capítulo VI: Psicodrana en la educación

Definiciones del psicodrama en la educación y distinciones

con lo comunitario .......................................................... 171

El psicodrama y la educación, reflexiones epistemológicas ... 172

Ámbitos de aplicación del psicodrama en la educación ......... 175

Métodos empleados en psicodrama y educación ................... 177

Sociodrama educativo en los vínculos, afectos, corporalidad

y cognición ..................................................................... 178

El psicodrama en el proceso de aprendizaje .......................... 180

El psicodrama en los trastornos de aprendizaje ..................... 182

La creatividad como proceso de aprendizaje ......................... 184

El psicodrama en la formación y supervisión de psicoterapeutas

y educadores ................................................................... 185

Un ejemplo de sociodrama educativo .................................... 188

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Capítulo VII: Psicodrama institucional

Definiciones del psicodrama institucional ............................. 205

Aspectos éticos del psicodrama institucional ......................... 206

Aportes conceptuales para el desarrollo del psicodrama

institucional .................................................................... 207

El método psicodramático en la institución ........................... 209

Tipos de técnicas aplicadas al psicodrama institucional ........ 213

Un ejemplo de intervención institucional con psicodrama ..... 215

Síntomas laborales ............................................................... 216

El gremializar los conflictos como un síntoma ...................... 217

Los emergentes institucionales .............................................. 218

Los emergentes organizacionales .......................................... 219

Los emergentes de la historia del grupo ................................ 222

Síntesis de la crónica de los talleres ...................................... 223

Bibliografía .......................................................................... 225

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Para todas aquellas personas que han sido parte de mi experiencia

clínica y de talleres,

a ellas debo gran parte de lo aprendidoy vertido en este libro

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La práctica del psicodrama

Prólogo

Gloria Reyes fue irremediablemente tocada por el virusmoreniano de la creatividad. Esto es irreversible. Sus veinteaños de práctica clínica y comunitaria tuvieron como resulta-do un libro sólido: psicodrama, paradigma, teoría y método,publicado en el 2005. Allí reorganiza brillantemente los fun-damentos teóricos del psicodrama de Moreno.

No contenta con ello, un año después, ella nos sorpren-de con esta segunda publicación. Con sus años de experien-cia, esta pionera de Chile continúa su trayectoria de escritorapsicodramatista y profesora, integrando rigurosidad y espon-taneidad al mismo tiempo.

En este libro que tengo el orgullo de prologar, Gloria seocupa de sistematizar, las aplicaciones prácticas de psicodrama,con ilustraciones clínicas que nos permiten no solo reflexionar,sino también establecer un nexo entre la teoría y la práctica.

Ella nos muestra una ruta clara de la aplicaciones delpsicodrama, distribuyendo los capítulos en dos partes. En laprimera se dedica al estudio del psicodrama clínico, en susvertientes psicoterapéuticas, aplicadas al contexto individual,de pareja, de familia y de grupo. Gloria se ocupa de lasconceptualizaciones y delimitaciones de la psicoterapiapsicodramática individual bipersonal en cuanto proceso, dela caracterización del vínculo terapeuta paciente, del concep-to de pareja, de los puntos de encuentro de la aplicación delpsicodrama de pareja y de familia con la teoría sistémica. Se-ñala además indicaciones al método de trabajo de la psicote-

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rapia psicodramática de familia y de las relaciones entre lapsicoterapia de grupo y la sociometría, con la encrucijada enque se encuentran entre la subjetividad e intersubjetividad.

En la segunda parte del libro, se dedica a las aplicacionesno clínicas del psicodrama, destacando las diferencias entre eltrabajo comunitario, institucional y educacional. Subrayaademás la importancia práctica de esta modalidad para elpsicodrama en América Latina. El psicodrama aplicado en laeducación es visto y revisado por Gloria dentro de una con-cepción holística del ser humano, en que el proceso de apren-dizaje no se desvincula nunca de la visión moreniana de lacreatividad. Un abordaje del psicodrama en la institución nose limita a un manual de procedimientos. Muy por el contra-rio, su metodología está fundada consistentemente en una lí-nea maestra construida por la ética y por la cultura.

¿Precisa más aperitivo para tan elevado banquete? Res-ponda el lector al terminar este bello libro.

Yo dije el año pasado que la Cordillera de Los Andes estabasonriendo por el primer libro de Gloria. Hoy yo diría que, másque sonriendo, sus picos nevados nos están abrazando, en unencuentro necesario y obligatorio que eleva el psicodrama a susalturas, con esta nueva publicación bendecida de Gloria Reyes.

Sergio PerazzoSão Paulo, 11 de noviembre de 2006

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Introducción

En mi primer libro «Psicodrama: paradigma, teoría y mé-todo», he sistematizado y desarrollado los aspectos epistemo-lógicos, teóricos, metodológicos y técnicos del psicodrama,intentando llevar a cabo una integración de lo esencialmoreniano, con los posteriores psicodramatistas que han idodesarrollando, ampliando y diversificando el psicodramamoreniano.

Este libro «La práctica del psicodrama», pretende ser unacontinuidad del anteriormente mencionado, ya que sistematiza,reflexiona y ejemplifica los alcances prácticos de la disciplina,en sus diversos ámbitos de aplicación.

En el sentido anterior, un elemento que transverzalizaambos libros es el captar la esencia de Moreno y ponerla alservicio de lo que Dalmiro Bustos plantea: una propuesta paraser re inventada en cada momento, no un procedimiento rígi-do para ser imitado. Los componentes de la escenificación enel primer libro son los diversos aportes de los psicodramatistasmás connotados. En el segundo, las personas, pacientes y par-ticipantes de intervenciones psicodramáticas que, desde supraxis, me permitieron seguir profundizando y reinventandoel método psicodramático de Moreno. Por esa razón dedico aellos mis agradecimientos.

Es así como este libro desarrolla los aspectos teóricos ymetodológicos de las aplicaciones del psicodrama en el ámbi-to clínico y social. Un aspecto relevante del psicodrama esprecisamente su capacidad para ser una herramienta de traba-jo poderosamente efectiva y eficiente, que puede ser empleadatanto con propósitos psicoterapéuticos, con individuos, pare-

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jas, familias y grupos, como con objetivos psicoeducativos enel nivel comunitario, educacional e institucional. En cualquierade los ámbitos mencionados, los espacios y tiempos, a ser ex-plorados e intervenidos por el método psicodramático y susniveles de profundidad, son co construidos y decididos tantopor quien dirige el método como por quien lo protagoniza.

Con relación a lo clínico, el psicodrama ha sido amplia-mente conocido en su versión de aplicación grupal, y en gene-ral no ha sido muy difundido en sus posibilidades de trabajopsicoterapéutico con individuos, parejas y familias. Cabe des-tacar que la flexibilidad y amplitud de la técnica permite des-pliegues infinitos de intervención para trabajo con todo tipode pacientes y grupos etáreos. En este sentido, uno de mispropósitos es que, a partir de este libro, podamos desmitificarque la psicoterapia psicodramática tiene relación solo con eltrabajo de extraversión, poseyendo, por el contrario, formasde utilización de sus herramientas en modalidades másintrovertidas e íntimas, dependiendo la características de lospacientes y obviamente de los terapeutas.

Por otra parte la plasticidad de la técnica lo hace adapta-ble a objetivos de trabajos comunitarios, optimización de pro-cesos de educación e intervenciones institucionales, en la líneadel autocuidado, asesorías de trabajos de equipo, en el planode la resolución de algún conflicto, optimización de los meca-nismos de comunicación-organización y en prácticas grupalese institucionales más saludables.

Quiero compartir la experiencia de haber trabajado añosen el ámbito público-macro y también años en el ámbitopsicoterapéutico más íntimo y privado. Esto me ha permitidola integración de una mirada entre lo social y lo clínico, apuestacentral de Moreno. En este sentido, lo que comparto en estelibro, es fruto de dicha integración, además de años de expe-riencia profesional en clínica, docencia y supervisión de pa-cientes.

También cabe destacar que este enfoque en la historia ha

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estado bastante ausente de los espacios académicos formales.En este aspecto particular quisiera referirme a mi país, Chile,en donde el psicodrama ha estado creciendo paulatinamentey con fuerza en espacios de pre y post grado, en donde me hatocado realizar actividades de docencia, investigación y pu-blicaciones; y en donde el psicodrama ha desarrollado un apor-te importante en labores formadoras e innovadoras de la psi-coterapia, teniendo en este sentido un cada vez mayor re-conocimiento.

Finalmente, este libro es el resultado de años de postítuloformando psicoterapeutas, que incluso proviniendo de dife-rentes modelos, han encontrado en el psicodrama la síntesisentre profundidad y herramienta útil y efectiva de trabajo, loque ha adquirido un real significado en una comunidad conrequerimientos urgentes en el abordaje de la salud mental. Deesta forma el psicodrama se inserta en forma óptima en unmodelo de salud, que sin excluir la mirada médica, consideralos contextos sociales y las heridas históricas, por un lado, y,por otro, la creencia de que los seres humanos y los grupos noson solo portadores de conflictos y enfermedades, sino quetambién poseen la potencia y la búsqueda de la resolución desus propias dificultades.

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Aplicaciones del psicodrama

Parte I:Psicodrama clínico

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Capítulo I

Psicoterapia individual desde laperspectiva psicodramática

Nominaciones de la psicoterapia individualdesde el psicodrama

Han existido diversas nominaciones para el psicodramaaplicado o dirigido hacia una persona. Principalmente, de-pendiendo de si está realizado con yo auxiliares que acompa-ñan al terapeuta o no, es que se denomina psicodrama indivi-dual pluripersonal o psicodrama bipersonal, respectivamente.

Por estar el origen del método psicodramático en el con-texto grupal, imaginar su aplicación individual cuesta trabajo.Incluso fue así para su creador, Jacob Levy Moreno. Esto hahecho pensar en la necesidad de yo auxiliares y en los riesgos derealizarla sin la presencia de ellos. De la misma manera, la reco-mendación de la presencia de la co-terapia es discutida por otrascorrientes psicoterapéuticas, en el sentido de cautelar y regularla necesaria intimidad en conjunto con el requerimiento de noinvolucrarse perdiendo límites con los conflictos del paciente.

Hablar de psicodrama bipersonal es una forma de subra-yar el hecho de que existen solo dos personas1. Por razonesprácticas, no siempre es aplicable la presencia de yo auxilia-res. Sé de numerosos psicodramatistas, dentro de los cualesme incluyo, que realizan psicoterapia individual con psico-drama y sin la presencia de yo auxiliares formados, obtenien-do bueno resultados.

1 Bustos Dalmiro M., Psicoterapia psicodramática, 1990.

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Pienso, por lo tanto, que en la actualidad la realidad esque los psicodramatistas, al menos la mayoría, ejercemos laclínica psicoterapéutica individual con los mismos recursoscon los que clásicamente han ejercido nuestros colegas desdeotros paradigmas.

Por la razón anterior, me tomaré la libertad en este capí-tulo de denominar a esta modalidad psicoterapéutica simple-mente como lo hago siempre, ya sea con mis pacientes o conmis alumnos. Me referiré entonces a la aplicación del psico-drama en el contexto de la psicoterapia individual como «psi-coterapia psicodramática individual».

Visiones de la aplicación del psicodramaen la psicoterapia individual

La concepción original de Jacob Levy Moreno desesti-maba la psicoterapia individual, puesto que su crítica y sensa-ción predominante emanaba de una oposición al psicoanáli-sis freudiano, criticando la tendencia de este a enfatizar en ladinámica intrapsíquica, además de asociarla con una psiquia-tría clásica, propia del modelo médico. En este sentido el ejede la propuesta de Moreno era la introducción de una temáti-ca más social en la salud mental, en contraposición con unamirada más desde el individuo enfermo.

Otro fundamento que hacía que Moreno desechara enun comienzo la psicoterapia individual, a lo que se le sumaposteriormente Silva Días, es la supuesta indefensión en laque quedan tanto terapeutas como pacientes en un vínculobipersonal2. Según este fundamento esta situación deja al vín-culo terapéutico más vulnerable a una situación regresiva y deextrema dependencia.

Así como Moreno y Silva Días han argumentado en laliteratura en contra de la psicoterapia individual, otros auto-

2 Herranz, Teodoro, Psicoterapia psicodramática individual, 1999.

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res psicodramatistas destacados la defienden. Este es el casode Dalmiro Bustos, Sergio Perazzo, Rosa Cukier, ErnestoFonseca y Teodoro Herranz. No obstante, cabe destacar quesi bien Moreno plantea críticas en la bibliografía en relacióncon este tema, no ocurre lo mismo a nivel de su praxis, ya queen ella podemos apreciar que el creador del psicodrama ejercetambién esta forma de psicoterapia.

Con relación a los argumentos planteados por Morenoen contra de la psicoterapia individual, creo que es importan-te mencionar lo siguiente.

En primer lugar, la mirada social referente a la saludmental no necesariamente se puede introducir en forma ex-clusiva en una situación psicoterapéutica grupal, sino tam-bién en un trabajo bipersonal. En este sentido, lo que importaes la mirada que yo tengo, como terapeuta, frente a un sujetoo a un grupo de sujetos. Sus conflictos, enfermedades, recur-sos y posibilidades de curación los comprendo desde una di-námica interaccional o desde un aspecto lineal de causa y efec-to, de la misma manera que lo hace un médico con un pacien-te aislado. Puedo estar con una sola persona en la consulta,pero desde su mundo interno surgen personajes y un modelointeraccional, familiar y social. Entonces, la mirada puede ono ser igualmente social, más allá del número de individuosque tengo al frente.

En segundo lugar, he experimentado que la situacióngrupal, en general, propende a crear una relación marca-damente más regresiva que el modelo bipersonal. Al parecerla situación grupal recrea con mayor facilidad los modelosvinculares primarios propios de la matriz de identidad y de lamatriz familiar. En la medida en que se avanza en la psicote-rapia grupal, suele producirse una abreacción de conflictosbastantes más inconscientes e infantiles. Desde acá, por lo tan-to, el terapeuta está bastante más vulnerable a transferenciaspropias de las fases infantiles, en composición con lo que pue-de ocurrir en una situación bipersonal.

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Características de la psicoterapia individualdesde el psicodrama

Podemos entonces plantear que una de las característicasde la psicoterapia psicodramática individual es el estar cen-trada en dos personas, como suele ocurrir en la realidad, estoimplica ausencia de yo auxiliares. En este caso las dinámicasvinculares y transferenciales son colocadas exclusivamente eneste complejo vínculo binario.

Lo que por lo tanto acontece, en términos de riesgo, es loque ocurre con cualquier psicoterapia en la que se encuentrandos personas, sea de cualquier paradigma y es el hecho real deque no hay terceros que contrasten visiones y cotejen acuer-dos o desacuerdos entre terapeuta y paciente.

En este aspecto, se torna relevante, desde el punto devista técnico y ético, que el terapeuta enfatice el tema de laco-construcción de los contenidos emergentes tanto verbalesseñalados e interpretados, como también dramatizados, demanera de no inducir en el paciente aspectos tal vez no senti-dos profundamente, pero sí aprobados desde una necesidadde congraciarse con el «experto». También hay que conside-rar la inseguridad frecuente con la que los pacientes llegan aconsultar, por estar pasando por un momento de angustia,que los puede dejar en una situación de más dependencia yvulnerabilidad. Dada la imagen social tradicional de terapeu-ta que circula habitualmente, el poder tiende a concentrarsefuerte y peligrosamente en este polo del vínculo. Es por estarazón que los elementos señalados e interpretados, al pacientese deben plantear de manera hipotética.

La psicoterapia individual siempre ha sido más fuerte-mente asociada con la idea de un proceso más largo, compa-rativamente con lo que suele ocurrir con una psicoterapia degrupo. Significa que en la práctica tiende a ser de más prolon-gada duración. En este aspecto, los contenidos que un pacien-te traiga a sesión están relacionados con dos temáticas: unatransversal, asociada con lo ocurrido en la actualidad y con la

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contingencia, y otra procesal que está más relacionada con lahistoria del vínculo terapéutico. Ambas se relacionan con elsentido y propósito de la psicoterapia. Se va produciendo,entonces, una apertura en capas espirales cada vez más pro-fundas. Por ello el psicoterapeuta debe estar atento a tomartanto los aspectos transversales como los longitudinales. Esteúltimo es el hilo conductor del proceso terapéutico. En gene-ral los contenidos transversales están más enfatizados en laspsicoterapias focalizadas y breves; en cambio los longitudinalesen las transferencias y profundizaciones inherentes a laspsicoterapias más largas.

Lo interaccional en la psicoterapia individualpsicodramática

Siempre creo, como lo dije en mi libro Psicodrama: para-digma, teoría y método, que lo esencial del psicodrama es eldespliegue de aspectos interaccionales que trasciendan e in-cluyan a la vez la mera palabra. En este aspecto el desplieguede fantasías inconscientes y latentes, que no están presentesen el discurso inicial del paciente, es el verdadero propósito einstrumento de la técnica curativa y su poder desbloqueador.El espacio en donde esto ocurre, entonces, no es lo esencial.Puede ser el interno imaginario, una hoja en blanco, un espa-cio escénico, un cojín o silla, un territorio del cuerpo, etc.Con todo esto lo central y coherente con el paradigma psicodra-mático es adecuar la técnica a las necesidades y característicasdel paciente y no al revés3.

En este aspecto el primer momento, dentro de la psicote-rapia individual, prepara el vínculo y las condiciones para queel terapeuta sondee la mejor manera a través de la cual surjanen el espacio las fantasías, los conflictos y también los recur-sos de la persona.

3 Reyes Gloria, Psicodrama, paradigma, teoría y método, 2005.

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Van surgiendo entonces las emociones, los personajes, lassensaciones, con las que el paciente comienza a relacionarse ya mirar, casi como si fuese un autodrama, en donde el tera-peuta acompaña, sin perder la necesaria distancia y cuidandode no perderse en los límites del otro. No existe ningún terce-ro que denuncie cautele o avise de esta posibilidad, de tal ma-nera, que se debe poner especial énfasis en esto.

En base a lo anterior, la realidad que es el espacio deintervención psicoterapéutica está construida por la propiasubjetividad del paciente. Pero básicamente está la teoría delencuentro, la teoría del yo-tú. Desde ahí es imposible que noesté presente la subjetividad del terapeuta. Inevitable noconmoverse y, por lo tanto, que esa conmoción, no condicio-ne que yo como terapeuta me detenga en algún espacio o mo-mento, o me sobresalga algún contenido más que otro y queen esto no influya mi historia y mi ideología. Es así como seconstruye el entretejido de temáticas emergentes que se vanconstituyendo en el espacio terapéutico interpersonal.

El encuadre

Siempre, en todo contrato psicoterapéutico, debe existir unaparticipación de dos. No importa que ese otro sea alguien queprovisoriamente esté en condiciones precarias para contraer cons-cientemente un acuerdo. Pienso que entonces la primera labordel terapeuta es establecer un encuentro que posibilite laexplicitación de propósitos factibles y honestos para ambos, enrelación con para qué y cómo estamos juntos. De lo contrario,quiere decir que la persona no está en condiciones aún de iniciarpsicoterapia. Puede requerir entonces otro tipo de atenciónasistencial, como medicamentos, intervención psicosocial, jurí-dica, u otra, que pueda ser requisito previo para la psicoterapia.

Una vez llegado al acuerdo anterior, se especifican las re-glas, referente a la asistencia, puntualidad, pagos, confiden-cialidad terapéutica, etc. El paciente debe tener la libertad para

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establecer distancia, cómo sentarse, qué hacer. Obviamenteno debe dañar ni el espacio de consulta ni al terapeuta.

Cuando se funciona sin yo auxiliares, existen objetosintermediarios, como sillas, cojines, títeres, etc. Además debeexistir un espacio amplio, con temperatura y ventilación ade-cuadas, sin distracciones y con la necesaria intimidad.

La duración de la sesión suele ser de una hora u hora ymedia; la frecuencia puede ser semanal o de dos veces a la sema-na. Las psicoterapias pueden ser en bloques acotados con undeterminado número de sesiones con un objetivo focalizado acor-dado con el paciente, o puede ser indefinida, apuntando másque a un solo objetivo a una temática general o estructural4.

Desde el punto de vista del tiempo y del espacio, las con-diciones señaladas son las ideales. No obstante cabe destacarque existen realidades asistenciales del sector público que sonmuy diferentes, ya sea por infraestructura o espacio. Referen-te al tiempo, a veces los psicólogos son requeridos para fun-cionar media hora por sesión y no más de 6 sesiones por pa-ciente. De manera que allí las condiciones se deben readecuar,aún reconociendo que no son las óptimas. Obviamente, esnecesario plantear en ese caso la modalidad en bloque porsesiones con objetivos muy específicos acordados entre tera-peuta y paciente. En este caso funcionaría la modalidad deintervención en crisis.

Por otra parte, un aspecto que todo terapeuta debe re-cordar es que, a pesar de la bilateralidad y co-construcción delos mecanismos vinculares y de los contenidos surgidos en lapsicoterapia, los roles son asimétricos. En este sentido el tera-peuta posee responsabilidades profesionales y éticas hacia supaciente, que no son recíprocas. Esto debe ser recordado prin-cipalmente en el caso de información confidencial, ya que elterapeuta debe guardar secreto profesional hacia su paciente,pero no al revés. De manera que en caso de que el terapeuta lecomparta a su paciente algo de sí mismo, debe ser con la res-

4 Rojas Bermúdez, Jaime, Teoría y técnicas psicodramáticas, 1997.

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ponsabilidad y cautela necesarias. De lo contrario desprotegea su paciente, al vínculo terapéutico y a sí mismo.

Con relación a lo anterior, la única información que al tera-peuta no se le exige guardar es aquella que le transmita su pa-ciente en la cual esté involucrada la integridad vital de él mismoo de terceros. Esto es importante comunicarlo en caso de adoles-centes. También es relevante tomarlo en consideración si se noscomunica maltrato o abuso a menores o personas indefensas.

La primera entrevista

Es durante esta primera instancia en donde suele estable-cerse el contrato terapéutico. El eje es señalar con claridad elobjetivo: ¿Por qué vino la persona? ¿En que y cómo la puedoyo ayudar?

Con relación al qué, es importante acoger y validar sumotivo de consulta, incluso independientemente de que des-pués tengamos que decirle con mucha claridad si podemos ono ayudar en lo que necesita. Una vez establecido el acuerdovemos el cómo. Las reglas claras en cuanto a tiempos, espacio,pagos, pueden ser variadas. He visto a terapeutas funcionandocon distintas formas o setting, pero creo que lo que es realmen-te relevante es la claridad y la recíproca aceptación del cómo.

Las razones por las que puedo no atender a un pacientepueden ser muy diversas, desde cruce de roles –por ejemplo aten-der a un alumno–, aspectos de la historia del terapeuta que élmismo sienta o evalúe que no tenga resueltas, o también queaprecie que la temática que haya que trabajar no sea algo de suespecialidad, etc. La elección terapeuta y paciente en cierta for-ma es recíproca, es un acontecimiento sociométrico, que debeser conducido por lo tanto télicamente. Si sentimos que pode-mos trabajar juntos, la elección es recíproca, los criterios deelección están claros y explícitos y estamos de acuerdo en elqué y en el cómo, entonces podemos comenzar. Esa elecciónsociométrica ocurre realmente en la primera entrevista. Es en

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cierto sentido el status nascendi y el locus, de lo que ocurrirá enla psicoterapia5. Para todo lo anterior son cruciales la ética, lavivencia, la postura, la experiencia y el talento del terapeuta.También es básica la adecuación del lenguaje y el reconoci-miento de los códigos valóricos y culturales del paciente, yaque facilitan la comunicación y por ende la comprensión recí-proca. Además, esto último le otorga un contexto y un sentidoespecífico a la sintomatología o conflicto que trae.

Un tema ya mencionado es el acoger el motivo de con-sulta. Es relevante reflexionar acerca de qué implica esto ver-daderamente. Acoger no quiere decir siempre resolver. Por ejem-plo, yo puedo empatizar con el sufrimiento de alguien queacaba de descubrir que tiene un cáncer, puedo acompañar pro-fundamente su dolor, pero no puedo ofrecer, ni menos garan-tizar, que a partir de la psicoterapia podrá mejorar del cáncer,aunque la persona en cuestión así me lo solicite y además ex-prese alta sensibilidad a las dinámicas psicológicas que pue-den haber generado esta dolencia. Debo ser explícita y claraen qué aspectos puedo y en cuales no puedo ayudar. También,muchas veces, acompañar no es lo mismo que simpatizar. Pon-go un ejemplo extremo: ¿Qué me ocurre con alguien que estásiendo maltratador o abusador? ¿Cómo manejo este tema?¿Logro conectarme y empatizar con las dinámicas de dolor,horror y desamparo que hay detrás del maltrato? ¿Logro des-de ahí visualizar si el otro tiene efectivamente ganas y posibi-lidades de cambiar? ¿Qué hago en cada uno de los dos casos?

Lo que la persona explicita como motivo de consulta lagran mayoría de las veces es la demanda manifiesta, que conlle-va una serie de dolores y conflictos latentes. Durante la primeraentrevista, o las dos primeras, a lo que llegamos es a develar conel otro esa demanda real, más allá de su forma. Resulta parti-cularmente útil para ello el método del átomo social y la formaen que lo emplean Jaime Winkler y María Carmen Bello6. Es

5 De Alentar, Leida, Primera entrevista en psicodrama, 1999.6 Winkler, Jaime, Psicodrama y otras psicoterapias, 2000.

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una forma de resignificar con el otro el motivo de consulta yconstruir juntos un propósito de trabajo.

Finalmente las resistencias y temores naturales, que a ve-ces pueden estar presentes en la primera sesión, deben ser aco-gidos, no enjuiciados. Existe entre los psicoterapeutas una ten-dencia general a menospreciar las resistencias y, por lo tantomanifiestan desagrado y a veces hasta enojo cuando estas seexpresan, pudiendo caer en el error de comenzar una luchaenconada en contra, ellas. Por el contrario, observo frecuente-mente en la consulta que con solo escucharlas y no enjuiciar-las, el paciente se tranquiliza bastante. Posteriormente, ade-más, es poder profundizar con la misma actitud de no juicio,qué es lo que existe más allá de estos miedos, para tambiénvalidarlo y aceptarlo. Lo miedos siempre tienen un propósitosano de subsistencia. Lo que hay que ir corrigiendo a travésdel tele es que el entorno en el que se manifiestan no siemprees el adecuado. Averiguar eso al paciente le puede tomar sutiempo, solo hay que acompañarlo y ayudarlo. Me he encon-trado con la sorpresa de que los pacientes que manifiestanmás resistencias al principio, son los que poseen más despuésapego al tratamiento y posibilidades de profundizar más rá-pido.

Fases de la psicoterapia individualdesde el psicodrama

Las fases en la psicoterapia individual son las mismasplanteadas en general para el psicodrama: el caldeamiento, ladramatización y el sharing. Sin embargo asumen distintas for-mas y diferentes ritmos, de acuerdo con las necesidades delpaciente en particular.

El caldeamiento es la fase de preparación, en que ambos,terapeuta y paciente, entran paulatinamente en un estado dis-tinto del vínculo, se aproxima una intimidad y una posibili-dad de contención. En su período inespecífico, comienza des-

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de el momento del saludo, cuando se va a buscar al paciente ala sala de espera. Existe ahí una serie de códigos no verbalesrecíprocos, que ya están generando condiciones y anunciandola sesión que ocurrirá. Puede haber intercambios coloquiales,que más allá del contenido tienen el mismo sentido. En superíodo específico, el caldeamiento en sesión individual pue-de continuar desde el diálogo verbal, en donde aparece el con-tenido emergente, que puede ser algo transversal de la semanao del proceso longitudinal histórico de la terapia, como algoque se activó desde las sesiones pasadas. También puede serun cerrar los ojos, conectarse con el cuerpo, una sensación ouna emoción y obtener desde allí el emergente.

La fase de dramatización suele tener menos tiempo que loque ocurre en la sesión grupal. Por esta razón es solo ocasionalque transcurra una escena con una respectiva dramatizacióncompleta en el transcurso de una sola sesión. Lo que entoncessuele ocurrir es una amplificación dramática de sectores de unaescena o de un sueño en que se focalizan conflictos y se drama-tizan. Ocurren muchas inversiones de roles, emergencia y cons-trucción de personajes, diálogos con el cuerpo, con sensacionesy emociones. Creo que en esta fase es importante acompañar alpaciente dentro de la escena y también ayudarlo a mirar desdeafuera. De esta manera se va posibilitando no solo la catarsis,sino también la resignificación y rematrización.

Por último, está la fase del sharing. Inevitablemente com-paro cada una de estas fases con la sesión de grupo, pues sudiferenciación fue realizada por Moreno a partir del métodocon los grupos. En la sesión individual, el tiempo para el sharingpuede ser notoriamente más breve que el que se da en la sesióngrupal. Por esta razón uno puede destinar en la próxima sesiónel tiempo que estime necesario para continuar con el compartir.El sharing tiene una función más elaborativa, que es poner enproceso secundario lo primario de la escena o de los personajes.Aquí la persona simboliza, «lenguajea». Le pone palabras yordena en conjunto con su terapeuta lo que vivenció. Percibesus matrices y los costos que paga por sus modelos vinculares.

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Para qué le sirven y para qué no. Muchas veces la persona tieneun insight dramático a partir y dentro de la escena, pero requie-re más tiempo y ayuda para establecer el nexo, que le permitaasociar esto con las distintas áreas concretas de su vida y lo quele puede estar ocurriendo ahora. Creo que aquí cabe destacar laresponsabilidad de la psicoterapia de mejorar la calidad de vidadel paciente, de disminuir las cuotas de dolor innecesario. En elsharing cobra sentido que la exploración en el inconsciente nosea un mero «bucear voyeurista», sino que pueda tener un im-pacto que beneficie la vida del paciente.

Respecto de los tiempos y ritmos de las fases en psicote-rapia individual, es importante establecer que es el paciente elque va marcando el ritmo. Una dramatización intensa a vecespuede requerir muchas sesiones de sharing elaborativo.

Componentes de la Psicoterapia Individualdesde el Psicodrama

En la psicoterapia individual psicodramática, aparecenalgunos de los componentes clásicos que siempre se definencomo propios del psicodrama. Estos son el director, el prota-gonista y la escena. En este caso, solo ocasionalmente estánlos yo auxiliares, pero como ya lo dije, no es lo que sueleocurrir realmente. Tampoco obviamente está el público, yaque ello implica la presencia de un grupo.

Con relación al director, corresponde al terapeuta y tienelas funciones que de alguna manera ya han sido transversalmentedescritas en los diferentes puntos de este capítulo. Es estar,contener, sostener, aceptar, no inducir antes de tiempo; es sigi-lo, silencio, espera, mantenerse un poco atrás. Pero, a la vez,es dirigir, confrontar, ir adelante, mostrar, interpretar, propo-ner, estimular. Es finalmente compartir, acompañar, estar deyo a tú, co-construyendo. Estos tres momentos de la psicote-rapia van intercambiándose de manera oscilante y rítmica,dependiendo del timing y del proceso en que se esté.

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Referente al protagonista, es el paciente. Así como el di-rector pone la vasija, el protagonista coloca el contenido con elque esta vasija se llena. Es él quien despliega su subjetividad, sumundo interno, sus fantasías, sus relaciones. En él están por lotanto centrados los propósitos terapéuticos. Sin embargo laforma de esta vasija depende fundamentalmente del terapeuta.

Finalmente, respecto de la escena, es el dispositivo tera-péutico central del psicodrama, en el que emergen los conteni-dos que no están atrapados en el mundo verbal. Es importanteque esté al servicio de los propósitos terapéuticos y no al revés.

Contextos

A través de cada contenido que una persona nos trae,independientemente que si este es un conflicto o un recurso,es algo que lo aqueja o lo hace feliz, hay en ello simultánea-mente una convergencia de aspectos sociales-culturales, grupal-institucionales e individuales-biográficos. Desde el métodopsicodramático siempre están presentes en la mirada del tera-peuta las tres dimensiones. En qué me detengo va a dependerde las necesidades del proceso terapéutico en ese momento. Sepuede enfatizar en uno de los tres aspectos, no obstantecautelar la no escisión de los otros. El ser humano es un sersano, en tanto asume su contexto interaccional.

El contexto social está referido a todos los elementos his-tóricos sociales y culturales que sean parte de la socializacióndel sujeto y que estén ocurriendo en ese momento. El nivel decomunicaciones de la sociedad moderna hace que este contex-to sea cada vez más amplio y bombardeado por la globalizaciónmundial. Por ejemplo, durante la fecha en que explotaron lasTorres Gemelas, muchos de los pacientes que llegaron esa se-mana a la consulta, en Santiago de Chile, traían contenidos dealta persecución y violencia. De la misma manera, otro ejemploocurre cuando sale presidenta la primera mujer en nuestro país,Michelle Bachelet. Ocurre en la consulta esta vez mucha emer-

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gencia de contenidos relacionados con problemáticas de géne-ro y los cambios que se están viviendo de hace ya varios años enlos roles sociales asociados con lo femenino y lo masculino. Esimportante en la intervención terapéutica la consideración deque los conflictos que aparecen en la persona tienen en su sur-gimiento o exacerbación una placenta social, que le da sentido.

El contexto grupal, en el ámbito de la psicoterapia indi-vidual, tiene relación con los grupos de pertenencia y referen-cia en los que esté inserto nuestro paciente: el grupo familiar,el trabajo o institución a la que pertenezca, los grupos ideoló-gicos, políticos, etc. Aparecen con claridad mandatos familia-res o transgeneracionales, muchas veces inconscientes en la di-námica conflictiva y que solo emergen en el espacio terapéuti-co. Recuerdo una paciente cuya ascendencia matrilineal com-pleta poseía antecedentes de violencia y alcoholismo de partedel varón y agresión pasiva y anulación hacia los hombres porparte de la mujer. En una exploración psicodramática, apare-ce una tatarabuela mapuche, que se había casado con un«huinca» –de descendencia española–, quien le habría prohi-bido seguir ejerciendo sus funciones de «machi». En la cultu-ra mapuche, ser machi es una atribución chamánica impor-tante otorgada por los dioses solamente. Es una revelaciónque ocurre mediante los sueños, e implica que la mujer querecibe esta revelación debe ser curandera de su tribu y unaespecie de guía espiritual, para lo que debe prepararse. Demanera que no es de menor importancia para alguien de estacultura negarse a seguir ejerciendo estas funciones. Especí-ficamente en esta paciente se devela la dificultad de poder serfeliz con su pareja actual, debido al mandato de vengar a sutatarabuela, a través de su pareja, mandato que al parecer encierto sentido habrían sufrido su madre, su abuela y su bis-abuela. Logra simbólicamente reinvindicar internamente elpoder de su abuela, pero no hacerse cargo de algo que no erapropio. Experimenta después de esto bastante alivio, ademásde una mejora significativa en su relación de pareja.

El contexto individual es la especificidad de cada persona,

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sus condiciones genéticas, pulsionales, energéticas, que influ-yen en que lo social y grupal asuman una manera particular.Aquí nos enfrentamos con la maravilla de la individualidad,que hace que dos personas frente a contextos culturales y fami-liares muy similares o frente a una biografía casi idéntica seanmuy distintas. Esto es lo que hace relativizar las explicacionescausalísticas y lineales para las problemáticas psicológicas. Enla clínica individual, nos encontramos con la sorpresa, con elmisterio de la vida y del ser humano, lo que lo hace impredeci-ble. Eso que nos rompe los esquemas de las teorías psicologistasy nos hace difícil explicar muchas cosas, nos lleva a ser humil-des y a entender que el universo en el que verdaderamente inter-venimos es mínimo. Desde la psicoterapia se pueden articularmuchos cambios, por que lo que en definitiva estamos hacien-do es limpiar aquellos obstáculos que bloquean la espontanei-dad y creatividad del ser humano. Sin embargo, el universo deintervención sigue siendo mínimo.

Áreas presentes en la psicoterapia

La concepción de tiempo que tenía Moreno, influida porBergson, se resume en la siguiente frase del segundo autor: «Elpresente es el pasado que será». Si llevamos esto al momentoterapéutico, al aquí y ahora psicodramático implica asumirque en el presente está la historia del sujeto y también a partirde ahí tenemos un pronóstico de su futuro. La intervenciónpsicoterapéutica nos permite la síntesis, la integración y el equi-librio de estos puntos. Al acompañar un acto psicodramático,vemos una historia que se actualiza y un futuro que se proyec-ta. Si intentamos o permitimos que el paciente se quede dete-nido quejándose de un pasado que ya no fue, corremos elriesgo de quedar fijados como estatua de sal. La historia esentonces una justificación, un salvoconducto que perpetúa lamatriz y rigidiza la modalidad vincular. Si nos concentramosen un futuro que no existe, nos angustiamos en un devenir

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que no está realmente en nuestras manos. El evitar esta inte-gración puede constituirse en un acto defensivo, que impidael avance terapéutico. Por ejemplo, un paciente que viene soloa hablar de su pasado y a relatar las penurias que le han ocu-rrido, buscando la compasión o la justificación de su enfer-medad, puede a través de ello resistirse al cambio. Lo mismoque un paciente que nos refiere solo sus aspectos vitales co-yunturales y nos llena el espacio terapéutico de anécdotas co-tidianas, puede estar resistiendo la profundización de conte-nidos, y la emergencia de conflictos latentes. De la mismamanera, un paciente que está excesivamente centrado en susmetas y es incapaz de conectarse con lo que le está ocurriendoen el aquí y ahora, puede estar evitando la profundización yla rematrización.

Otra área propia de la psicoterapia son los espaciosintrasubjetivos e intersubjetivos. Los espacios simbólicos in-ternos y los reales externos7. En otras palabras, el adentro y elafuera. Si un terapeuta sobredimensiona el afuera por sobrelo de adentro, puede promover o acentuar una dinámica devictimización de su paciente, en que las cosas le ocurren ynada pasa por él. Sin embargo, también sobredimensionar lointerno puede llevar a sobrecargar al paciente de responsabili-dades y generar que se autoculpabilice y se sienta omnipoten-te en relación con todo lo que le ocurre. Es también por lotanto una parte importante del propósito terapéutico el man-tener una síntesis de estos dos espacios. La sobrecarga de losobjetos malos internos corresponde con la vivencia de lo de-presivo, la sobrecarga de los objetos amenazantes afuera, co-rresponde con la vivencia de lo paranoide.

Las áreas que más han sido señaladas por los psico-dramatistas, particularmente por Rojas Bermúdez, son las áreasmente, cuerpo y afecto. La integración de esta tríada es las queposibilita la verdadera integración de la experiencia, y por lo

7 Bustos, Dalmiro M., Nuevos rumbos en psicoterapia psicodramática,1991.

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tanto la cura psicodramática. Una sensación corporal puedetraerme a la conciencia una serie de recuerdos pre-verbales queestaban bloqueados, que a su vez desencadenen en vivencias dedolor, rabia y desamparo, pero si no las simbolizo y les doy elnombre adecuado, no tengo la suficiente resignificación. Estoes en realidad el insight dramático. También puede ocurrir eltener sobreintelectualizado un conflicto, pero si no paso por lavivencia corporal y afectiva que esto implica, tampoco puedorealmente resignificar, por lo tanto no se podrá producir elinsigth dramático. También puede existir una sobrehis-trionización de algunos afectos, eso sin profundizar a través dela simbolización y de una vivencia corporal más profunda. Elpsicoterapeuta debe situarse al medio y dependiendo de las ca-racterísticas del paciente, será el área que más estimulará. Enotras palabras la técnica del psicodrama desbloqueará el áreaque está más escindida de la conciencia.

Cabe señalar aquí el papel del método. Obviamente de-trás de un método existe un cuerpo teórico y un paradigma,esto es una concepción del ser humano y de la vida, que nece-sariamente influyen en la manera de llevar a cabo una técnica.El psicodrama no es solo una técnica, si no bastaría con queadiestráramos un procedimiento. Cuando el método está pro-fundamente arraigado en la persona es difícil escindirlo de lapersona, que lo aplica. Pero también puede no ocurrir así,principalmente en las primeras etapas de formación, en quecomo forma natural del proceso de aprendizaje la técnica y lapersona aún no están integradas.

En este sentido, es interesante recordar una reflexión querealizó Salvador Minuchen, referente a que un métodopsicoterapéutico había que leerlo y aprenderlo, para despuésolvidarlo. Dicho pensamiento debiera ser aplicable para cual-quier psicoterapeuta, sea o no psicodramatista. Lo que im-porta es que cuando tenemos el paciente enfrente, debemosconectarnos con su necesidad psicoterapéutica. El psicodramaes entonces solo un instrumento que lo puede o no ayudar. Lomás relevante es el vínculo. Así como lo captó profundamen-

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te Jung, cuando tenía una paciente al frente y… simplementele cantó una canción de cuna…

Técnicas empleadas enpsicoterapia psicodramática individual

Cómo método de diagnóstico me ha resultado bastanteútil el átomo social, ya que permite trabajar el motivo de con-sulta manifiesto y latente, además de construir propósitos te-rapéuticos conjuntamente con el paciente. También como tra-tamiento, el átomo me permite trabajar en distintas sesionessegmentos diferentes de las relaciones interpersonales y pro-fundizar en los conflictos relativos a los vínculos.

Otro método bastante útil como diagnóstico y como tra-tamiento es el biodrama. A través de la acción, poder viajaren conjunto con el paciente a lo largo de su vida, desde lagestación e incluso proyección futura, permite que este vayaexplorando experiencias no verbales y sus matrices, esto es,los modelos vinculares que se repiten, pudiendo rematrizar através de la proyección futura. También el biodrama se puedetrabajar un sinnúmero de sesiones, ya que de hecho desde ahíse articulan también nuevas escenas8.

La técnica del mapa fantasmático, creada y desarrolladapor Elina Matoso y Mario Buchbinder9, es muy útil para ex-plorar e introducir al paciente en zonas de su cuerpo, desdedonde se abren abanicos de experiencias pre-verbales, de sor-prendente precisión, si después las contrastamos con la reali-dad o los hechos. Una vez una paciente dibujó una fisura ensu rodilla izquierda que aparecía como un accidente gráfico dela hoja o del lápiz. Investigando desde su vivencia corporal yentrevistando ella misma a su madre, habría sufrido a los cua-

8 Reyes, Gloria, op. cit., 2005.9 Buchbinder, Mario, y Matoso, Elina, Poética del desenmascaramien-

to, 1993.

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tro años, al entrar al colegio, una fractura de la rodilla izquier-da, que la mantuvo varios meses postrada, sin poder jugar conlos otros niños. Efectivamente asociado con la temática delcolegio, también se le abrió la temática de la separación y due-lo, que era algo que tenía bastante menos consciente y elabora-do de lo que ella misma imaginaba. Otra paciente dibujó demanera que ella misma se sorprendió un pequeño punto enuno de sus ovarios. Extrañada ella misma de esto y sensibiliza-da con el hecho de que la técnica del psicodrama transforma elcuerpo en una caja de pandora, fue esa misma semana al gine-cólogo. Efectivamente le encontraron un pequeño quiste, en elmismo ovario en el que ella había dibujado el punto.

La escena y dramatización clásica, como lo dije, se desa-rrolla solo ocasionalmente en forma completa. Más bien sehacen segmentos, a la manera de la amplificación dramática.Una escena o microescena puede surgir articulada de cualquierade los métodos anteriores o simplemente de la verbalizacióninicial, que constituye el caldeamiento inespecífico y específi-co de la sesión individual psicodramática.

La construcción de personajes es algo que frecuentementese utiliza en las sesiones individuales. Una paciente está hablan-do de su madre y entonces la llamamos a sesión. Comienzaentonces sin darse cuenta a representarla de forma que ella nose hubiera imaginado. Otro paciente me habla de su jaqueca,entonces llamamos a la jaqueca. Se transforma en personaje,con el que se puede dialogar, realizar inversiones de roles y pre-guntarles que está haciendo, para qué le sirve al paciente, etc.

Los objetos intermediarios, que habitualmente se utili-zan, son los cojines y sillas. Para niños, se utilizan títeres,muñecos y juguetes. Algunos psicodramatistas emplean más-caras. Cada uno de estos objetos, aparte de reemplazar al yoauxiliar, representan una forma «intermediaria», «trancisional»de acceder al mundo interno del paciente y expresarlo. Es par-ticularmente útil para personas con un yo muy débil o con unmundo interno percibido como muy amenazante. Por ejem-plo, es más fácil para un niño que un títere le pegue a otro

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títere que represente simbólicamente a una madre, que él mis-mo exprese rabia en forma directa a su madre.

Dentro de los objetos intermediarios están las másca-ras. Para Mario Buchbinder, representan la posibilidad demetaforizar a través del goce estético una conflictiva interna oun área de la personalidad que resulta dolorosa de observar10.

Referente a las técnicas, se emplean las habituales, comolas técnicas verbales. Este tipo de intervenciones pueden ser: co-loquiales, señalamientos, interpretaciones e intervenciones comolas entrevistas y, en caso necesario, confrontaciones. La inter-vención coloquial es cualquier intervención dialogal, informa-ción que se proporciona, el llevar a cabo preguntas y confirma-ciones. Cuando el diálogo es fluido, sentido, y apunta a reflexio-nes profundas, se convierte en la forma de comunicación máscorriente en psicoterapia psicodramática. El señalamiento im-plica tomar una pequeña distancia. Se trata de llamar la aten-ción sobre conductas, un lapsus, una actitud que despierta du-das o enfatizar interrogativamente una frase. La interpretaciónes la más compleja de las intervenciones terapéuticas verbales.Trata de acceder a niveles a los que el paciente no puede llegarpor sí mismo.

Otro tipo de técnicas empleadas en sesión individual sonlos recursos psicodramáticos típicos, tales como el doble, el so-liloquio, el espejo y la inversión de roles11. El doble se utilizacuando es necesario que el paciente reflexione sobre aspectos desu vida. El terapeuta habla o emite sonidos por él, como sifuese una extensión del propio paciente. No es muy recomen-dada, cuando el director está sin yo auxiliar, porque puede per-der la distancia necesaria. El doble siempre es una sugerencia.De alguna manera la acción del doble, igual que la interpreta-ción, también es una hipótesis. El espejo consiste en que el tera-peuta, se coloque físicamente en la posición que en determina-

10 Buchbinder, Mario, y Matoso, Elina, Poética del desenmascaramien-to, 1993.

11 Reyes, Gloria, op. cit., 2005.

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do momento asume el paciente, como si fuese una fotografía.El objetivo es permitir que el paciente, mirándose a sí mismodesde fuera de la escena, reconozca los aspectos presentes en ellay pueda emitir una reacción frente a estos aspectos, con el pro-pósito de favorecer el aumento de la observación del yo. Tam-bién posee las mismas observaciones de la técnica anterior. Lainversión de roles consiste en pedirle al paciente que tome ellugar del otro, o sea, que represente el rol de alguien sobre quiense está hablando. Aquí se suelen usar cojines o sillas. Finalmen-te, el soliloquio consiste en detener un discurso verbal, y pedirleal paciente que exprese lo que no está en ese discurso. Lo que lepermite al terapeuta detectar el momento oportuno para intro-ducir esta técnica, es una fisura del discurso, un titubeo, unaincongruencia entre lo verbal y no verbal, etc.

Otras técnicas empleadas son la interpolación de resis-tencias, la realidad suplementaria, la maximización, la cáma-ra lenta, la focalización, las articulaciones kinestésicas, cenes-tésicas e ideativas y la concretización. Todas estas nos permi-ten también ampliarnos y detenernos en un discurso, un ges-to, una idea reiterada, una queja, etc.

Acerca del tratamientoy las resistencias a dramatizar

En el contexto psicoterapéutico se entiende por resisten-cias a los mecanismos defensivos inconscientes que de algunau otra manera obstaculizan aspectos del encuadre, el vínculoo los propósitos terapéuticos. Suelen manifestarse en formacíclica y esporádica, dentro del proceso psicoterapéutico. Pue-den ser sutiles o manifiestamente burdos y/o agresivos, depen-diendo del nivel de defensas del paciente. Cuando se expresande forma permanente, pueden estancar el proceso psicote-rapéutico. En este último caso, no solo tal vez baste con seña-larlos o interpretarlos, sino que también profundizarlos, yaque puede ser parte del temor a desmontar una matriz, que es

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lo único que le da seguridad al paciente. En este caso hay queacompañarlo hasta llegar al locus desde donde se desencadenaesa matriz y ayudarlo a aceptar y validar que el motivo de sudefensa tuvo un sentido y ese es proteger su integridad psicoló-gica y tal vez en su origen incluso física.

Es relevante que la persona comprenda que ese aspectode la defensa es sano y que surgió en un entorno en donde sejustificó e incluso lo salvó de una amenaza real. Los sistemasdefensivos, en sí no son dañinos sino más bien protectores. Setornan disfuncionales, con la generalización y la rigidización.Entonces el propósito terapéutico está relacionado con acti-var la posibilidad de discriminar cuando usarlos. Es entoncescuando lo que era una defensa disfuncional, que entorpecelos objetivos de crecimiento o curación, se transforma en unaforma de protegerse y de saber cuándo exponerse o no. De locontrario es forzar al paciente a una falacia, que implica quelas defensas no existan o que deben «irse para siempre».

De la misma manera, si un paciente manifiesta en formaexplícita y directa, que existen áreas en las que prefiere espe-rar un tiempo para explorar por qué aún no está preparado,hay que respetarlo y además distinguir esta comunicación comoun proceso consciente, diferente al de la resistencia.

Por lo tanto, en términos generales el psicodrama, si bien esuna técnica con una gran potencia desbloqueadora, valida a lavez los sistemas defensivos. Esa es una de las fundamentacionesde la fase del caldeamiento. Si algo después de un caldeamientono emerge, no hay que forzarlo, ya que después de esa fase a loque se apela es a la profunda sabiduría del ser humano, parasaber organísmicamente para que está preparada la conciencia.

Con respecto a las etapas en que surge la resistencia en elproceso psicoterapéutico, se pueden distinguir las siguientes.En un primer período suele estar relacionada con el vínculoentre terapeuta y paciente. Es un temor a no ser contenido, aser rechazado, abandonado, enjuiciado, tragado, dominado,etc. Tiene además un sentido diagnóstico, en términos de quese transferencian al terapeuta modelos vinculares originales.

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Por esta razón es importante la primera etapa, ya que el papeldel terapeuta es reestablecer, a través del «tele», el vínculo ycorregir los errores de percepción, tranquilizando al paciente.Esta obviamente no es una acción netamente verbal, sino quetambién está plasmada de códigos no verbales.

Cuando la resistencia se produce en medio del procesopsicoterapéutico, está más relacionada con el temor a profun-dizar en algún contenido. En este caso, una manera adecuadade manejarlo psicodramáticamente es incorporar la resisten-cia a la escena psicodramática, concretizándola en un perso-naje, con el que se puede invertir roles. Así como ya se explicóse reivindican los sentidos de las defensas12.

Finalmente, cuando la resistencia se produce en la fasefinal del proceso psicoterapéutico, tiende a estar relacionadacon el temor a la pérdida y separación. Implica aquí el poderacompañar las fases características del duelo, para que el pa-ciente vaya encontrando el sentido de la autonomía.

Condiciones para untratamiento bipersonal psicodramático

Desde el punto de vista del paciente, los aspectos que sonnecesarios revisar tienen que ver con la motivación: qué es loque lo lleva a consultar, cómo llegó a pedir ayuda y el tipo depatología, si es que se presenta alguna.

Cuando me refiero a motivación, me refiero a la fuerzamás profunda que lleva a una persona a solicitar psicoterapia,más allá de la forma en que lo exprese. Ya mencioné en puntosanteriores que existen métodos psicodramáticos que permitenexplorar en conjunto con el paciente este motivo. Cuandoambos nos encontramos con ello, es cuando se produce el ver-dadero contrato terapéutico. Por ejemplo, un adolescente pue-de llegar a consultar por qué sus padres lo obligan o desde el

12 Herranz, Teodoro, Psicoterapia psicodramática individual, 1999.

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colegio se lo exigen. En ese caso, la demanda no está centradadesde sí mismo, sino que desde los otros. No obstante pode-mos explorar igual, que le ocurre a él con ello y por qué igualaccedió. Puede aparecer, su rabia, su necesidad de ser compren-dido y desde ahí buscaremos un motivo para trabajar juntos.

Al plantear la patología, o padecimiento de un dolor,nos estamos situando en el modelo médico. Muchas personasllegan a psicoterapia no por una patología, sino por que quie-ren crecer, optimizar una relación, o transitar una situaciónde vida difícil lo mejor posible. Recordemos que el psicodramatiene una concepción de la psicoterapia, que no está centradasolamente en los conflictos y dificultades, sino que tambiénen los recursos. También nos encontramos con personas queportan rótulos psiquiátricos, que alguna vez escucharon de símismos y que se constituyen en sistemas defensivos de estan-camiento, como si fueran un salvoconducto para no hacersecargo de ellos y seguir enfermos dependiendo de otros. En esteaspecto sanarse puede ser mirar algo doloroso y conflictivo,como también en ocasiones tomar conciencia de algo positi-vo y recursivo que poseemos y que está adormecido porqueno lo hemos visto.

No obstante, con lo anterior, no quiero decir que las pa-tologías no existan. Lo importante es no quedarse en la cate-goría nosográfica, sin mirar la dinámica comprensiva, que estádetrás de los síntomas y a través de la cual podemos acceder alos espacios de intervención terapéutica.

¿Cómo entonces interactuar con lo nosográfico, desde elpsicodrama? Lo nosográfico es parte del contexto, puede sermovible, como una reacción depresiva, o puede ser más estruc-tural o fija como una condición genética que predispone a laesquizofrenia. Conocer ese contexto nos permite localizar me-jor los espacios de intervención terapéutica y aquellos que nolo son. Desde ahí podríamos decir que no existen contraindica-ciones para el psicodrama, solo momentos adecuados para sa-ber cómo y dónde intervenir. Por ejemplo, un momento de en-trada y salida de una depresión profunda no es un momento

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adecuado para una dramatización completa y desbloqueadora;tal vez sí para una breve, resolutiva y estructurante, que tran-quilice a la persona. Existen momentos para escenasdesestructurantes que abren, como hay momentos para escenasmás psicoeducativas que cierren procesos. De la misma mane-ra, nos encontramos con momentos para escuchar con silencio,y otros para recomendar con urgencia. No en todos los mo-mentos de la psicoterapia cabe una escena psicodramática. Porotra parte, no todo el psicodrama es netamente una especie decompulsión a realizar escenas.

Otra cautela la presenta el trabajo con psicóticos, parti-cularmente los que manifiestan síntomas paranoídeos y bajomanejo en el control de impulsos y agresiones. Aquí obvia-mente se trabaja una vez que está producida la compensaciónbajo medicamento, como apoyo a la fase de rehabilitación.Se recomienda mucha utilización de objetos intermediarios,de manera que la identificación y expresión del mundo inter-no, percibida como amenazante, sea gradual y mediada porapoyo y estructuración del yo.

Finalmente, otra observación que puede llegar a ser unacontraindicación corresponde a la existencia de un muy bajocoeficiente intelectual, que dificulte la capacidad de simbo-lización que requiere realizar una conexión entre una imagenplástica o estética y una conflictiva personal.

Referente a las condiciones que debe tener un psicote-rapeuta, para realizar psicodrama individual, creo que hansido mencionadas transversalmente a lo largo de este capítu-lo, de manera que no me detendré mucho en ellas. Solo resu-miré algunas, las más relevantes.

Como requisitos básicos estarían la formación ética, laformación psicodramática, la formación clínica, el proceso derevisión personal cíclico o permanente, el compromiso y lasganas. Como condiciones que facilitan el ser terapeuta esta-rían los años de experiencia clínica, la experiencia de vida y eltalento.

En el Centro de Estudios de Psicodrama de Chile, aparte

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de la formación práctica, experiencial y teórica, desarrolla-mos una serie de trabajos de autoexploración y acompaña-miento, para la formación de la persona del terapeuta.

Síntesis

El psicodrama es un modelo teórico y metodológico, cuyoorigen surge de la empirie grupal, pero cuyos ulteriores desa-rrollos van ampliando su aplicación a diversos ámbitos tera-péuticos.

A pesar de que Moreno, en su origen, contravino la mo-dalidad individual, existen contradicciones en su misma teo-ría y práctica, de la que se pueden abstraer fundamentos parala aplicación individual del psicodrama. En la realidad actualmuchos psicodramatistas argumentan a favor del psicodramaindividual y consecuentemente lo practican.

La presencia de yo auxiliares, si bien es planteada enfáti-camente en los orígenes de la bibliografía como una forma desuplir la ausencia de grupo de la terapia bipersonal, en la rea-lidad pocos psicodramatistas llevan a cabo esta sugerenciametodológica. En reemplazo de esto, la existencia de objetosintermediarios ha sido una muy buena solución, que permiteal paciente desplegar su fantasía interna.

Las fases, instrumentos, contextos, áreas y técnicas delpsicodrama individual son prácticamente las mismas de lasempleadas en el psicodrama grupal, con algunos énfasis y di-ferencias. De la misma manera, el encuadre y las condicionesrequeridas para paciente y terapeuta no presentan diversida-des esenciales, entre las distintas modalidades de psicodramay la atención individual.

Caso clínico

La paciente que presento a continuación la denominaréSofía. Tanto su nombre como muchos de sus datos están

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modificados y mezclados con los de otras pacientes con simi-lares características, con el propósito de evitar posibilidadesde identificación.

Esta paciente es atendida en la consulta particular. Vienea solicitar ayuda por crisis depresiva y angustiosa, desencade-nada en el espacio laboral, la cual se ha ido expandiendo en eltranscurso de un año hacia diversas áreas de su vida. Tienetreinta años, es casada hace cinco, y tiene un hijo de dos años.Con respecto a su familia de origen, su padre y madre estánvivos. Tiene dos hermanos menores de 28 y 25 años, ambosde sexo masculino, que aún viven con sus padres, el mayortrabaja y el menor estudia. Es una abogada exitosa de unaempresa y posee además un estudio particular que está diri-giendo. Su marido es ingeniero, y trabaja como gerente de enun banco, en donde también posee un desempeño exitoso enel ámbito laboral y profesional.

Con relación a su historia, aparece en su relato una vidafamiliar, infancia y adolescencia, relativamente tranquilas, deuna familia de clase acomodada, sin mayores dificultades.Según lo manifestado en la primera entrevista por ella, norecuerda cuándo sus dos hermanos nacieron, ni tampoco ex-periencias familiares traumáticas, declarando que entre los pa-dres la relación era en general buena. Referente a su historiaescolar y universitaria, siempre fue exitosa, estando en los pri-meros lugares en lo académico y siendo líder en lo social. Suactual esposo fue el cuarto novio y comenzó a estar con éldesde la adolescencia. Tampoco refiere conflictos en esa área.

Durante la expresión de su motivo de consulta, manifies-ta estar sufriendo intensas angustias y deseos de llorar con do-lor y opresión en el pecho. Menciona además estar extrañada, eincluso sentirse un poco avergonzada y culpable de sentirse mal,teniendo una vida para ella tranquila y sin problemas que jus-tifiquen consultar a una psicóloga. Se define a sí misma comoalguien poco conflictivo, esforzado, que disfrutaba mucho dela vida familiar y de su trabajo. También plantea tener buenosamigos, para muchos de los cuales ella constituye un apoyo.

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En la segunda sesión llevo a escena un átomo social conella, con el propósito de explorar e identificar cuáles son losprincipales focos de conflicto. Le digo que caminemos por unsector de la sala y que imagine que esa zona es su vida actual.Sobre la base de sugerencias mías va colocando dentro de es-tas zonas cojines, que identifican personas o situaciones queen este momento le llegan como relevantes. Coloca al centrode este espacio a su marido y a su hijo, ella se sitúa más a uncostado, cerca del hijo. Detrás de ella coloca dos cojines, re-presentando a sus padres, estando más cerca el de la madre.Más lejos, a su costado derecho, un cojín que representa eltrabajo. Le preguntó si existe algo más, a lo que me respondedudosa: «Tal vez… no se… creo que no». Le preguntó dondepondría su angustia, a lo que responde que está en todas par-tes. La representa con un cojín que ella misma mueve entretodos los otros cojines de manera acelerada y tensa. Se va po-niendo en el lugar de cada cojín y va hablando desde ahí,haciendo inversión de roles. Van emergiendo, con sorpresa paraella, una serie de contenidos latentes. Dentro de ellos destaca-ría principalmente en relación a los padres una sobreexigenciaagobiante por parte de ambos, además de un distanciamientoafectivo sexual entre ellos, que hace que su interés esté puestosobre los hijos, principalmente en esta hija modelo que lesotorga satisfacciones, orgullo y razón para seguir juntos. Re-ferente a su familia nuclear actual, se aprecia a un hijo quecorporalmente le cuesta mucho salirse de en medio de ambospadres, quien comienza además a sentir ahogo y pocas ganasde jugar. Ella y su marido se aprecian cansados y muy centra-dos en las metas laborales, la interacción entre ellos se expresaalgo fría, casi con un dejo de desdén y resignación.

Luego la hago ponerse en el lugar del cojín que represen-ta la angustia y comienza a desplazarse, manifiesta ahogo –igual que el hijo– grita, dice no dar más, siempre sosteniendosituaciones de otros. No sabe dónde está realmente ella,irrumpe en llanto intenso con profunda pena y sensación deabandono. Se desploma en el suelo llorando. Cuando se cal-

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ma, la hago respirar profundo, y salirse del espacio escénico,que mire desde afuera conmigo, qué ve, qué cree ahora quedebe trabajar. Con ello se le amplía y profundiza el verdaderomotivo de consulta, dice que por primera vez logra darse cuentade que no ha vivido su vida, que siempre ha estado sostenien-do y respondiendo a expectativas de otros.

Durante las etapas siguientes profundizamos fundamen-talmente a través de inversión de roles cada una de las relacio-nes objetales incorporadas en el mapa vincular explorados enel diagnóstico de la segunda sesión. Dentro de ellas destaco unaen que vuelve a aparecer la angustia como protagonista. Lepido que se centre en la zona corporal en que más la siente, queen este caso es el pecho y la boca del estómago. Desde estasensación maximizo e induzco la articulación y construcciónde un personaje. Es un tirano, grande, fuerte, que la viene aordenar y organizar. En esta exploración también hago inver-sión de roles con el personaje, quien además de tirano le diceque la viene a salvar, que la está protegiendo y que le entregaráel poder de ser la reina y no morir. Con mucha pena ella tomaconciencia de que en realidad este personaje fue lo mejor quepudo haber hecho para subsistir al desamor de unos padres conuna dinámica muy narcisística. Se conecta por primera vez conel desamparo, la soledad, la sensación de no ser aceptada talcual ella es. Desde ahí le surgen ganas de darle las gracias a estepersonaje, de decirle que lo aprecia cansado y de pedirle que lasiga cuidando pero de una manera más relajada y confiada. Seemociona, llora de manera tranquila, dulce y profunda. Des-pués de esta sesión, la angustia decrece considerablemente.

Me he topado en varias escenas en las que, en la con-cretización de personajes, aparecen las defensas y que la mejorforma es no lidiar con ellas porque siempre estarán; de lo con-trario uno como psicoterapeuta puede forzar e inducir unaidealización de algo que no es factible e incluso adecuado queocurra. La reconciliación con las defensas es importante. Noson las defensas en sí las malas; por el contrario, siempre tie-nen un sentido protector para la integridad de la psique. Es la

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rigidización y utilización generalizada de ellas, las que impli-can disfuncionalidad.

En las sucesivas sesiones trabajamos la flexibilización yrematrización del personaje. El sentido es el siguiente: ¿cómopodemos proteger a Sofía sin asfixia, agobio y discriminandolos momentos en que ella realmente lo necesite? En esta bús-queda nos encontramos con la siguiente escena. Articulamosdesde un momento y espacio cotidiano con el marido y elhijo, que solo exploramos brevemente y donde de nuevoaparece esta sensación de angustia. Desde ahí la emoción vaevocando una cadena de escenas sucesivas similares, hastallegar a una en que ella tiene tres años y acaba de nacer suhermano. La escena aparece trivial, aunque con un clima deextrema frialdad y tensión. Nada en lo verbal pareciera anun-ciar agresión ni amenaza. Al realizar soliloquio del padre yde la madre, aparece un intenso agobio por la crianza de doshijos chicos y la exigencia autoimpuesta de un crecimientoeconómico rápido y una ascensión social [coincide con mo-mentos previos en Chile, de mucha crisis económica]. Lospadres se aprecian excesivamente centrados en el logro, lastareas y las apariencias. La niña sostiene su sino, la soledad,por lo tanto decide no molestar y ser muy buena y exitosapara sentirse valorada o siquiera mirada. Surge la defensa,por lo tanto el ahogo.

Como evolución durante la psicoterapia, Sofía comien-za a dejar de sentir angustia y ataques de pánico, equilibra demanera más tranquila las áreas de su vida, de manera que dejade estar tan excesivamente centrada en las tareas y en el éxito.Logra tiempos de más intimidad y goce real con su marido ycon su hijo, y mantiene una mayor lejanía con sus padres. Deesta manera moviliza al sistema, ya que posteriormente es sumarido quien comienza una psicoterapia.

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Capítulo 2

Psicoterapia de parejadesde el psicodrama

La psicoterapia de pareja es una intervención asumida porla mayoría de las corrientes psicoterapéuticas. El psicodramatambién trabaja en esta temática. Moreno, su precursor, fueuno de los primeros terapeutas en trabajar las relacionesinterpersonales y dentro de ellas, la de pareja. Este capítulopretende abordar los diversos aspectos más relevantes para en-tender la aplicación de la psicoterapia psicodramática en lapareja. Cabe destacar que, dentro de los autores psicodra-máticos, el que más ha escrito sobre el tema es Dalmiro Bus-tos, quien, además, representa en la actualidad uno de losexponentes más ortodoxos de la mirada moreniana. Otrosautores destacados son Pablo Población y Elisa López Barberá,quienes, siendo psicodramátistas, a diferencia de Bustos, po-seen una marcada influencia de la teoría sistémica.

Definición de pareja

La pareja constituye una configuración binaria comple-ja de roles simétricos. En esta complejidad, existen una seriede variables de carácter social, cultural, familiar ytransgeneracional.

La variable socioeconómica constituye un aspecto prácti-co y metafórico, tanto desde el punto de vista de cómo estánresueltas las distintas necesidades de la pareja, así como tam-bién quién lleva la responsabilidad en este sentido. Ello posee

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implicancias no menores que impactan sobre los aspectos delpoder, la gratificación, el manejo de las emociones y la formacomo se reorganizan las tareas en el interior de este complejovínculo.

Con respecto a lo cultural, los valores, normas, roles so-ciales y definiciones de género, son relevantes e influyen en laorganización de la estructura de la pareja y en su consecuenteorganización implícita y explicita de funciones y tareas. Lamodernización y la globalización han provocado cambios eneste ámbito, que han llevado a crisis que pueden implicar uncrecimiento, una redefinición, así como también una ruptura,congelamiento y/o desplazamientos de conflictos a través dela cristalización de roles, o el surgimiento de síntomas ydisfunciones en las diversas áreas de la pareja.

Las variables familiares se hacen presentes a través delas familias de origen de cada uno de los miembros de la pa-reja, a través de los cuales tienden a actualizarse modelos,valores, roles sociales, temáticas de género, concepciones depareja, organización familiar, etc. En este aspecto elcoinconsciente de la pareja crea a través de la relación unacomplementariedad en donde de una u otra forma se expre-san y se entrelazan los conflictos e historias de cada familiade origen. En este sentido el desafío de cada pareja es crecertomando la parte que le sirve de esta historia, pero recrearsus propios modelos de funcionamiento, que trasciendan losmandatos, se adecuen a los requerimientos de la actualidady generen su propia individuación.

Un aspecto relevante que se debe considerar es lo transge-neracional. Tiene que ver con lo anterior, aunque en un nivel másprofundo e inconsciente. Esto consiste en los mandatos de géne-ro, de familia y de identidad que provienen de ambos miembrosde la pareja, desde la línea matrilineal y patrilineal respectiva-mente. Un ejemplo es el de una pareja que asistió a mi consultaque no había podido concebir un hijo. Analizando la historiatransgeneracional, ambos poseían genogramas plagados de his-torias de muertes asociadas a partos; de alguna manera existía

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una historia bloqueada para la conciencia, que ligaba el parto ynacimiento con la muerte materna. Al tomar conciencia de esto,a través de una escena psicodramática, la pareja pudo asumir sustemores y al poco tiempo ella quedo embarazada.

Componentes de la pareja

La pareja se define en tres áreas fundamentales. La pri-mera es el área afectiva, referida a sentimientos de cariño, afec-to y compañerismo. La segunda es el área sexual, concernien-te al hecho de ser amantes, a los sentimientos y sensaciones deatracción. Finalmente, la tercera es el proyecto común, el cómose visualiza la pareja hacia el futuro, el nivel y profundidad decoincidencia en los valores, en el sentido y propuesta de vida.Cuando las parejas entran en crisis en una o más de estas áreas,existen tres alternativas.

Pueden confrontar la crisis y comunicarse, redefiniéndosey creciendo como individuos y como vínculo. La visión clási-ca de pareja involucra una mirada estática de la relación mis-ma y de los individuos que la componen. Frases clásicas, como«…hasta que la muerte nos separe...» o «ya no eres comoantes…», son indicadores verbales de las dificultades que po-seemos en esta cultura, para comprender los cambios y losprocesos de crecimiento y duelo, como parte constitutiva dela vida. En el mismo contexto, una crisis de pareja, ya seaporque hubo un desfase en el crecimiento de los individuosque la componen o presencia de crisis individuales o de larelación misma, puede constituir una posibilidad de desarro-llo y ser vista como algo positivo y con un sentido vitalindividuativo y de crecimiento.

Otra alternativa es simplemente la separación de la pare-ja, lo que en nuestros tiempos modernos, de vida acelerada,está siendo cada vez más frecuente. Existen escasos momentosy espacios para la comunicación, de manera que las crisis men-cionadas no son conversadas, expresadas ni enfrentadas de

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alguna manera en conjunto por la pareja, ya sea solos o encompañía de algún psicoterapeuta o consejero. Lo anteriormuchas veces lleva a repetir historias posteriores con otraspersonas, debido a que los conflictos subyacentes no son re-sueltos, ni trabajados, sea inminente o no la separación.

Una tercera alternativa es congelar la crisis con un inhe-rente sentimiento de frustración y sofoco. Como consecuen-cia de lo anterior surgen diversos síntomas de trastornos, comoestancamiento, infidelidad, cristalización de roles, violenciaintrafamiliar, disfunciones sexuales, etc.

Por las razones anteriormente expuestas las áreas men-cionadas son relevantes, para explorar en el diagnóstico deuna pareja y en el contexto de la psicoterapia1.

Fases de la Pareja

La pareja atraviesa tres crisis relevantes:Primera crisis: Enamoramiento y desenamoramiento. Lo

anterior involucra la desidealización, el descubrir que no exis-te el príncipe azul, ni la princesa rosa. Es Eva tomando lafruta del árbol del conocimiento, por lo que es expulsada delparaíso, o Psique que se saca la venda de los ojos y al ver a suamado Eros también es expulsada del paraíso. Es descubrir elamor, conocer al otro tal cual es, aceptarlo con las dificultades,renunciar al paraíso, al ideal utópico de la felicidad y conocer-lo tal cual es, sin proyectar en él mis fantasías y deseos.

Segunda crisis: La duda, el asumir la realidad, mirar alotro y reconocer si se quiere estar ahí, lo que involucra unaherida narcisística y una renuncia a la idealización del paraí-so. La duda no asumida puede transformarse en sofoco, enagobio, en infidelidad crónica, como un deseo anclado de re-vivir permanentemente el enamoramiento y la idealización.

1 Bustos, Dalmiro M., Nuevos rumbos en psicoterapia psicodramática,1991.

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Tercera crisis: Un nuevo duelo, el vínculo se afianza comoalgo sólido, se acepta al otro, existe más compañerismo, com-plicidad y solidaridad. Es el retorno, ya no se está centradoademás en los hijos, un mirarse uno a uno, pero sin el encan-dilamiento del comienzo.

La visión psicodramáticaen la psicoterapia de pareja

Los principios de la psicoterapia de pareja son los mis-mos que posee la psicoterapia de grupo, familiar e individual.Los principales aspectos se definen como:

La co-construcción de la problemática, del motivo deconsulta y del objetivo a seguir en la intervención, el cual debeser cuidadosamente dialogado y convenido, luego de una ex-ploración psicodramática, por ambos miembros de la parejay el o los terapeutas2.

Desde el rol del terapeuta se debe intentar ser neutral yfacilitador. Si bien este es un principio transversal a cualquierintervención psicoterapéutica, se torna particularmente com-plejo en el caso de una pareja, ya que el terapeuta puede fácil-mente tomar partido por uno de sus miembros, solidarizarpor la temática de género, compadecerse en el caso de violen-cia activa por el miembro pasivo de esta complementariedad,etc. En este sentido la técnica psicodramática debe ser aplica-da cautelosamente.

El terapeuta debe estar consciente que está frente a tresprotagonistas, el vínculo y los dos miembros de la pareja. Másallá de lo intrapsíquico de cada uno de los miembros de lapareja, los trasciende el vínculo que configuran, en donde eltodo es mayor que la suma de las partes. El terapeuta no debequedar fijado en el conflicto intrapsíquico de uno de los miem-bros de la pareja. Las interpolaciones deben ser consideradas

2 Reyes, Gloria, op. cit., 2005.

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como una dinámica compleja, que forma parte de lacomplementariedad de la díada.

Desde la acción psicodramática se debe tener presente laimportancia de la corporalidad de ambos miembros, de loexpresado más allá de las palabras, los gestos, las incoheren-cias no verbales, etc. También debe estar presente la dinámicaintroyectiva-proyectiva que la pareja tendrá hacia su rol, através del vínculo terapeuta-díada. De ahí se sugieren los be-neficios de actuar en co-terapia, más aún si ésta la realiza unapareja mixta de terapeutas.

También el terapeuta debe tener clara la mirada com-prensiva dramática, que debe de realizar desde el psicodrama.Las dramatizaciones se construyen con ambos miembros de lapareja y tienen un sentido comprensivo profundo de resigni-ficación para los dos polos de la díada.

Roles en la pareja

Uno de los aspectos relevantes en la pareja es que al serun vínculo está constituido por roles. La flexibilización origidización de ellos va a determinar si necesita o no psicote-rapia y el tipo de psicoterapia que requiere.

Algunos aspectos sociales de estos roles, como el del ma-rido proveedor y la mujer dueña de casa, están sufriendo pro-fundas modificaciones, así como también las temáticas degénero están cambiando a una menor polarización de los ro-les. Los aspectos más privados de los roles y cómo estos seintegran en un todo coherente y espontáneo, también son ele-mentos importantes dentro de la psicoterapia de pareja. Porejemplo, es importante tener en consideración las exigenciaspúblicas del rol de esposa, esposo, madre, proveedor y susconsecuentes cargas, que pasan a ser no públicas, obviamente,sino que privadas y muchas veces dolorosas. Aquí se encuen-tra lo que en psicodrama llamamos la integración entre losaspectos sociales y psicodramáticos del rol. En este sentido,

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existe una serie de roles típicos que se dan en nuestra cultura,como el de víctima, victimario, controlador, culpógeno, om-nipotente, simbiótico, seductor, seducido, etc. Cada uno deellos abarca aspectos externos sociales e internos, y posee sucorrespondiente complementario.

Modalidades para el logrode una homeostasis

Las relaciones de pareja asumen diversas formas de me-canismos de equilibrio, para establecer sus vínculos. En su li-bro Peligro. Amor a la vista, Dalmiro Bustos define distintosmodelos a través de los cuales la pareja logra una homeostasis.Siempre hay que tener claro que las alternativas son responsa-bilidad de dos personas, ya que no debemos olvidar, que estevínculo binario es un vínculo simétrico y creo que esto es su-mamente necesario de recordar en todo momento de la inter-vención psicoterapéutica. Muchas veces, sobre todo cuandoexisten tipos de vínculo en donde uno se cristaliza de victimay el otro de victimario, podemos tender a olvidar y sutilmentealiarnos «con el débil» o con «la víctima», nos puede ocurrirlo mismo, con «el más simpático», «el más dominante» o «elmás alegre», y en consecuencia darle la responsabilidad delcambio más a un miembro de la pareja, que al otro3.

Una de las modalidades para la Homeostasis es lacomplementariedad práctica bidireccional. Aquí la comple-mentariedad está dada por una recíproca colaboración, existeflexibilidad, los roles no están cristalizados y esta comple-mentariedad está sustentada en intereses y habilidades de lapareja, pudiendo adecuarse de acuerdo con los requerimien-tos del entorno y de las fases de desarrollo de cada uno. Puededarse el caso de una esposa que, mientras se encuentra reali-zando un postgrado, las necesidades cotidianas con los hijos

3 Bustos, Dalmiro, Peligro. Amor a la vista, 1991.

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sean predominantemente asumidas por el marido y esto des-pués se invierta cuando el marido desee realizar alguna espe-cialización profesional. Se aprecia una elección de tareas libre,dialogada, de acuerdo con lo momentos y con las capacida-des y sentimientos de cada uno.

Una segunda modalidad para la mantención de la home-ostasis es la suplementariedad. En este caso el otro no com-plementa, suple algo que su pareja no enfrenta. Constituyenlas típicas relaciones simbióticas. Ambos esposos estánindiferenciados, no pueden hacer nada separados, lo que hacey siente uno, lo hace y siente el otro, no hay presencia siquierade conflicto, ni crisis de crecimiento alguna. Suelen hablarpoco entre ellos, están tan mimetizados y fusionados el unocon el otro, que ya no necesitan hablar ni confrontar nada.

Un tercer mecanismo es la complementariedad patológi-ca concordante. Esta, a diferencia del primer tipo decomplementariedad, es patológica. Implica transferencia dehistorias vinculares pasadas y no percepción del otro comootro. Se desarrolla, en la relación, un complementario internopatológico. Ejemplos: sumiso-dominante, cariñoso-indiferen-te, dependiente-independiente, pasivo-activo, etc. Aquí los rolesestán cristalizados, no existe flexibilidad. Este vínculo se pue-de dar de distintas maneras. O la persona escoge el comple-mentario patológico interno (ejemplo: un masoquista a unsádico), o hace actuar a la persona este complementario. Meha tocado ver en la consulta pacientes mujeres que han pade-cido de violencia intrafamiliar y se han sorprendido de quedespués de separadas, el ex marido al rehacer sus parejas noreproducen el ciclo de violencia, no existen golpes, es ahí quese preguntan qué tendrán ellas o qué hicieron para queemergiera el aspecto maltratador del otro4.

Esta complementariedad se puede dar a través de distin-tos mecanismos. Puede existir por ejemplo una sobre-

4 Bustos, Dalmiro, op. cit., 1991.

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estimulación de aquellas conductas que el otro emite. Un ejem-plo de esto es que un miembro de la pareja atienda y tratebien al otro, en la medida en que este decida todo lo relativoa ambos. Obviamente esto no es explícito, ya que en otrosmomentos puede quejarse de lo dominante que puede ser supareja, ya que «…no permite que nadie más tome decisio-nes…». Otra manera de perpetuar la complementariedad esla selección del mensaje, mediante lo cual se omiten conduc-tas dirigidas hacia la pareja, que no sea solo en el ámbito delrol complementario cristalizado. Por ejemplo en el caso deuna pareja, que asistió alguna vez a mi consulta: ella solo ledirigía la palabra a su marido cuando este le provocaba celos,actitud de la cual ella se quejaba. Él, por supuesto, manteníade manera activa este juego. También existe la generalizaciónpermanente: «ella nunca me atiende, ni me demuestra afec-to», se queja un esposo, refiriéndose a su mujer, que no loacompaña a los eventos sociales del trabajo, pero desaten-diendo otro tipo de manifestaciones afectivas que ella realizahacia él. Otro mecanismo frecuente es la complementariedadespecular, en que un miembro de la pareja desaparece, en fun-ción de las necesidades de otro. El chantaje y los mensajescontradictorios también se describen dentro de los mecanis-mos habituales que perpetúan las homeostasis de las parejas.

Es importante destacar que los mecanismos descritos soninconscientes, constituyen por lo tanto juegos psicológicos, ala manera descrita por el análisis transaccional, en el cual ellibreto está escrito subliminal y poderosamente. En este senti-do, la labor del terapeuta de pareja es ir paulatinamente ha-ciendo consciente y desmontando estos guiones, sustituyén-dolos por otros elegidos de manera libre y conscientementepor la pareja. Esto implica mucha cautela y acompañar a lapareja a asumir y reconciliarse con los sentidos de esos guio-nes, que suelen ser sanos: lo que realmente los destruye son losmecanismos para obtenerlos.

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Patologías de pareja

En relación con los mecanismos anteriormente descritos,se configuran una serie de patologías de parejas. Estas catego-rías no son rótulos nosográficos estructurales, sino más bienprocesos descritos para momentos diversos de la pareja, quepueden desarrollar mayor o menor grado de cronicidad, o quepueden emerger en un momento de crisis. Es importante re-calcar que, al no ser categorías, no son mutuamenteexcluyentes.

Especular: todo está centrado en uno de los miembros dela pareja y el otro se mueve en función de ello. Puede que estoocurra transitoriamente, mientras uno de lo miembros de lapareja esté pasando por una crisis personal, o esté centrado enalgún proyecto laboral o profesional. Desde el punto de vistapsicodramático, equivaldría a un espejo. En la película deBergman «Escenas de la vida conyugal», aparece este tipo derelación, en que ella está en un comienzo ausente de identidadpersonal y subyugada a los despliegues narcisísticos del mari-do. Inicia esta película con una escena en la que están siendoentrevistados, y él responde una larga, diversa, coherente eintegrada definición de sí mismo y luego ella dice «…bue-no… yo soy la esposa de él...».

Doble: uno de los miembros es la extensión del otro,existe una simbiosis, no hay diferenciación, ni apoyo para laindividuación. No existe presencia de proyectos personales.Es el tipo de pareja simbiótica ya descrita.

Antropofágico: También es un tipo de simbiosis, perocon un sentido de destrucción. Aquí la simbiosis se aprecia enforma subterfugia. Un ejemplo claro aparece en el cine, en lapelícula «La guerra de los Roses», con una creciente escaladade manifestación de un deseo de destrucción hacia el otro.

Desconfianza y celotipia: se define como tal cuando es unaspecto central que se instala en el vínculo, como es en el casode Otelo. Contrario a lo que se suele interpretar, la trian-gularización que requiere este tipo de vínculo es responsabili-

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dad complementaria de ambos. Uno en el polo de Otelo y otroel de Desdemona, pero ambos están realizando alguna acciónevidente o sutil siempre para triangularizar. Lo anterior, en elentendido de que existe una permanencia del vínculo y de estamodalidad de relación en el tiempo. Esto se da sobre la base nosolo del erotismo, también se puede triangularizar con lo hijos,con las amistades, con los suegros, etc.

Conductas impulsivas: se aprecia una fuerte tendencia ala irreflexión, a la descarga, también, por lo tanto, tendenciasal acting. Ejemplos de estos casos son embarazos no deseados,tendencia a endeudarse, consumismo exagerado, dificultadessexuales, violencia, etc.

El dolor como mecanismo: aquí lo tortuoso, el sufrimientoy la culpa están instalados como mecanismos. Suelen despla-zarse de un miembro de la pareja a otro. En este caso, el sufri-miento constituye una forma de capitalización del poder, através de la culpa, y es una forma de mantenerse atados recí-procamente5.

Motivos de consultaen la psicoterapia de pareja

En los puntos anteriores, nos referimos a los mecanismosy tipos de complementariedades que son transversales en cual-quier pareja y cómo estas se pueden configurar en diversas mo-dalidades patológicas. En el punto actual, relacionaremos loanterior con los motivos de consulta frecuentes de las parejas;esto es lo que conscientemente, a uno de los miembros o a amboslo lleva a consultar. Obviamente detrás de estos síntomas pue-de estar cualquiera de las patologías y mecanismos vincularesdescritos en los dos puntos mencionados en este capítulo.

Problemas sexuales: en nuestra cultura es una temática

5 Bustos, Dalmiro M., op. cit., 1991.

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que muy difícilmente sale en la primera entrevista. Puede ir dis-frazado de otro motivo de consulta. Suele obviamente estarasociado a algunos de los mecanismos de homeostasis y catego-rías patológicas descritas en los dos puntos anteriores. Al seruna temática difícil de abordar a través de escenas psicodra-máticas, para el diagnóstico y la intervención se pueden utilizarelementos simbólicos, como ritmos de manos, danzas, etc.

Asimetría en la relación: en que los vínculos se cristalizany rigidizan en una relación padre-hija o madre-hijo. Se puedemanifestar en distintas versiones, autoritarismo-sumisión, pa-sivo dependiente-activo independiente, sobreprotector-desva-lido, sobreprotector-rabioso, etc. Este es un clásico ejemplode complementariedad patológica concordante, descrito enpuntos anteriores.

Relación competitiva: lo que se perpetúa es una dinámi-ca de quién es, hace o tiene «lo mejor». Es una permanentelucha y escalada simétrica por el poder. Suele ocurrir en tornoa lo económico, afectivo –los hijos por ejemplo–. También esmuy frecuente en lo laboral y profesional. Puede estar ocul-tando una antropofagia, por lo tanto, una simbiosis en que lapareja se destruye, o también una complementariedad pato-lógica concordante.

Parejas que viven para los hijos: en donde el eje de fun-cionamiento importante es la crianza, la pareja no se encuen-tra tú a tú o lo hace muy poco. Los hijos, en la mayoría de loscasos, constituyen una forma de evadir conflictivas de pareja.Son los más vulnerables a experimentar el «síndrome de nidovacío». Suelen inhibir y obstaculizar la autonomía de sus hi-jos, ya que esta amenaza con que ellos se vuelvan a enfrentarcomo pareja, a mirar cara a cara. En casos más patológicosuno de los hijos se hace el protagonista de conflictos y enfer-medades, para de esta manera mantener la homeostasis.

Parejas que excluyen a los hijos: en este caso no existeacogida, la pareja constituye un núcleo excluyente, con ten-dencia a expulsar a los hijos, las funciones parentales estáninhibidas o restringidas a lo más básico.

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Idealización: Aquí la pareja vive en un continuo paraíso,existen tendencias a negar los conflictos, «ambos se definensocialmente el uno para el otro». Puede haber infidelidades,mentiras, e incluso violencia y soledad, pero como si esto nofuera computado, ni menos cuestionado. Un ejemplo típicopueden ser algunos casos de abuso sexual intrafamiliar. Lamujer ve a su marido como excelente padre y proveedor yniega, en forma grosera, señales de abuso hacía sus hijos, yaque esto destabilizaría la homeostasis familiar y de la pareja.

Consulta prematrimonial: era habitualmente realizadapor Moreno, quien a través del test de la espontaneidad, eltest de roles y la proyección a futuro, exploraba diversos as-pectos de la pareja6.

Técnicas empleadas en el diagnósticoy en la psicoterapia de pareja

Tanto el diagnóstico como la intervención, en la práctica,constituyen una unidad que a veces es difícil de diferenciar. Unabuena escucha exploratoria tiene en sí un impacto psicote-rapéutico o a veces modifica y resignifica el motivo de consultade la pareja. Como ya se ha planteado en este capítulo, el diag-nóstico de pareja es algo que se realiza en conjunto con la pare-ja misma y posee diversas fases. Los aspectos epistemológicos ymetodológicos del diagnóstico e intervención están descritosexhaustivamente en este libro en el capítulo de psicodrama yfamilia y en mi libro Psicodrama: paradigma, teoría y método,de tal manera que en el presente punto me dedicaré solamentea señalar las técnicas, enfatizando más las etapas y procesos deldiagnóstico e intervención.

Durante la primera entrevista, se realiza una exploraciónverbal, que tiene como propósito establecer contacto y for-

6 Moreno, Jacob Levi, El psicodrama terapia de acción y principios desu práctica, 1995.

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mar un vínculo de confianza con ambos miembros de la pare-ja, además de realizar una contextualización general del mo-tivo explícito y manifiesto, como también del latente. Tam-bién los hitos históricos más relevantes de la pareja. Suele serútil durante esta fase una exploración de la fantasía de cadauno antes de venir a consultar en relación con la psicoterapiao primera consulta y la motivación que los trae7.

En la segunda y tercera entrevistas, se plantean las esce-nas temidas, deseadas, pasadas, presentes, futuras y cotidia-nas. Cada una de estas presenta un valor diagnóstico funda-mental, para el establecimiento de los propósitos terapéuticosy de los núcleos de conflictos a trabajar.

A partir de la cuarta entrevista se trabajan los espaciosinter-escenas, qué existe entre la escena deseada y la escenatemida, entre la fantaseada y la escena cotidiana. Cuál es elintersticio, el proceso mediante el cual la pareja queda atra-pada en un juego de roles que los rigidiza y que de diversasformas los sofoca, incomoda o daña.

Luego en la quinta entrevista se puede explorar la historiadel vínculo, los hitos agradables, desagradables y rutinarios.Una especie de biodrama y biopatografía de la pareja, en don-de se van descubriendo los aspectos difíciles y las fortalezas.

Ya a partir de la sexta sesión se realizan exploracionespsicodramáticas abiertas. En caso de usar una escena, la es-tructura de esta es más compleja que cuando tenemos un soloprotagonista; en este sentido existe una improvisación de am-bos en donde se van conjugando y superponiendo o atrope-llando las subjetividades y fantasías de cada uno. También sepuede realizar microescenas de a uno, mientras el otro obser-va alternadamente. Estas deben realizarse con cautela y luegode estar consolidado el vínculo, ya que incluso para unpsicodramatista con experiencia en parejas ello se puede tor-nar de difícil manejo.

Finalmente el propósito es definir, además de los conflic-

7 Rojas Bermúdez, Jaime, Teoría y técnica del psicodrama, 1997.

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tos a trabajar, si la intervención será focalizada o indefinida ysi ambos miembros están de acuerdo, de manera de hacer unaespecie de convenio y negociación explicita.

Para Rojas Bermúdez, en el período del diagnóstico y tam-bién durante la intervención, se pueden emplear esculturas,paños, territorios, mapas, danzas, ritmos, inversión de roles,soliloquios, dibujos, gráficos, dramas, construcciones de vín-culos, personajes e historias. Moreno utilizaba el test de roles yla proyección de futuro8. Mario Bushbinder y Elina Matosoemplean máscaras en el diagnóstico y tratamiento de pareja9.Cabe aquí mencionar que lo que Rojas Bermúdez y Pablo Po-blación enuncian como esculturas posee influencia de la deno-minación sistémica10. En realidad Moreno desarrolló, antes, latécnica de la escultura y la denominó «concretización de imá-genes». El valor de esta técnica para la construcción diagnósticaes que, al ser una imagen estática, moviliza angustia y genera-ción de conciencia de la situación que vivo y sostengo. Es bue-no que el psicodramatista mantenga esto un momento y noincite al movimiento complaciente, sin antes mirar y elaborar,ya que de lo contrario se está perdiendo una oportunidad deapreciar y, sobre todo, que el otro tome conciencia del conflic-to. Un movimiento rápido desde una concretización de imagenpuede estar representando una resistencia o una elaboraciónmaníaca que evita el insigth dramático11.

La consigna de la concretización de imágenes debe ser lomás abierta posible. En realidad está la posibilidad de quecada miembro de la pareja construya su propia visión del con-flicto en forma alternada o ambos en forma simultánea. En elcaso de una pareja, el psicodramatista no debe ejercer influen-cia sobre quién inicia la concretización de imágenes, en el caso

8 Moreno, Jacob Levy, El psicodrama, terapia de acción y principiosde su práctica, 1995.

9 Tapia, Luis, Las máscaras en terapia de familia y pareja, 2000.10 López Barberá, Elisa, Población Pablo, La escultura y otras técnicas

psicodramáticas aplicadas en psicoterapia, 1997.11 Rojas, Bermúdez Jaime, Teoría y técnica del psicodrama, 1997.

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de que sea alternada. En el caso de que sea simultánea, tam-poco debe proponer que se active el miembro que aparecemás pasivo en la construcción, ya que lo que allí surge tieneun valor diagnóstico y metafórico, que nos entrega una graninformación sobre la pareja: sobre los mecanismos manifies-tos y latentes de tomas de decisiones, roles distribución defunciones y tareas, etc.

El sentido del diagnóstico es tener las reglas claras, abrir yprocesar un diálogo entre la realidad y el «como si», explorarlos congelamientos de las historias y las rigideces de los roles.

La intervención psicodramática de pareja es algo com-plejo, que, como vimos, requiere varias sesiones diagnósticasque ya tienen bastante en sí de intervención psicoterapéuticay, por lo tanto, con la misma modalidad se puede convertir enuna intervención en crisis. Esto es relevante resaltarlo, sobretodo para aquellos psicoterapeutas que trabajan en contextosde salud pública y que por lo tanto los requerimientos de aten-ción son de alta demanda y de pocas sesiones por consulta, yasea individuos o parejas.

Otro aspecto es, como lo he podido corroborar en numero-sas ocasiones, que el psicodrama es de alta efectividad y eficien-cia, lo que implica que impacta sobre objetivos de reducción desíntomas y disfunciones y tiene además potencia en profundizaren aquellos elementos que posibilitan que el síntoma no re-emerjacon posterioridad en futuras situaciones de crisis de pareja o in-dividual. La eficiencia tiene por otro lado la característica queestos objetivos son logrados en poco tiempo. Esto torna a estemodelo en algo muy utilizable dentro del contexto de políticaspúblicas de salud mental. Cabe por tanto hacer la salvedad deque se requieran por lo menos dos años de especialización, ade-más de algunos de experiencia, ya que de lo contrario indiscuti-blemente no solo no posee el mismo impacto, sino que ademáspuede ser de alto riesgo, ya que puedo intervenir en áreas en quela pareja o el individuo no estén capacitados para trabajar.

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Alcances éticosde la psicoterapia de pareja

Es importante ser consecuente y honesto con el tipo depareja que voy a atender. Puedo discrepar en muchos puntosvalóricos con la pareja, pero es relevante que me sienta cómo-da atendiéndolos. Esto, que es importante con todo tipo depacientes, cobra mayor relevancia en el caso de una pareja.

Aquí existen preguntas relevantes de realizarnos en el mo-mento de atender a ciertos tipos de parejas, relativos a algu-nos temas que muy probablemente emergen en algún mo-mento en la exploración de la conflictiva: como por ejem-plo, dentro de muchos otros tópicos, qué nos ocurre con elaborto, la infidelidad, la homosexualidad, distintas prácti-cas sexuales, etc.

Los alcances éticos de la psicoterapia de pareja no pue-den ser disociados del tratamiento, sino que son parte consti-tutiva de ello. Allí también se entrelaza nuestra historia, nues-tra ideología, nuestros valores, nuestros dolores. Es mejor, porlo tanto, estar consciente y saber cómo me manejo con ello.

Un caso de complementariedad patológica

Presento un caso atendido en un consultorio de la ciu-dad de Santiago de Chile. Los nombres y algunos otros datosestán cambiados para evitar las identificaciones de las perso-nas. Fue una pareja atendida durante el transcurso de un añoy solo expongo algunos antecedentes relevantes y extractoscon razones didácticas e ilustrativas a propósito de las técni-cas diagnósticas y psicoterapéuticas para parejas, desarrolla-das en este capítulo.

Angélica y Enrique constituyen un caso de violenciaintrafamiliar. En la historia de esta pareja existen anteceden-tes de violencia verbal y física por parte del marido hacia laesposa. La violencia verbal es más frecuente, la violencia físi-

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ca ocurre en forma cíclica unas dos veces anuales. Existen tresepisodios de infidelidad. Angélica tiene cuarenta y un años yEnrique cincuenta. Llevan veinte años de casados y tienen treshijas mujeres de dieciocho, dieciséis y trece años. Han perma-necido siempre juntos.

Pertenecen a un nivel socioeconómico medio-bajo y asis-ten a un consultorio de las redes del Ministerio de Salud. Elnivel educacional de él es técnico superior y el de ella enseñan-za secundaria completa. Él trabaja como auxiliar de enferme-ría en un servicio de urgencia y ella siempre ha sido dueña decasa. Pertenecen a una subcultura proveniente del sector ru-ral, en donde las polarizaciones del rol de hombre proveedordominante, y mujer pasiva sumisa están acentuadas. La his-toria de ambos miembros de la pareja está plagada de antece-dentes inmediatos y transgeneracionales de violencia por par-te del hombre hacia la mujer.

Comienzan a asistir a psicoterapia producto de que ellaconsulta, ya que este último tiempo ha tenido muchas crisis deúlcera estomacal y el doctor les dijo a ambos que era «nervioso».Él es convocado y asiste «solo para ayudarla», ya que tiene sustode que se enferme más. Después de numerosas sesionesdiagnósticas en que se va generando además un clima de con-fianza y se va co-construyendo un motivo de consulta sostenidopor una necesidad de ambos y no solo por ella, se acuerda unapsicoterapia de pareja, en la que trabajo con un yo auxiliar.

Se realizan las primeras sesiones con concretizaciones deimágenes. Les pido que construyan ambos con su cuerpo, enforma simultánea y en base a lo que van sintiendo, una ima-gen estática de cómo sienten que están en este momento comopareja. Surge una imagen en cuya construcción ella es másactiva al principio y él después. En esta concretización de imá-genes, ella mira hacia el suelo cabizbaja y resignada, sostieneun cojín de manera tensa y desagarradora. Surge la imagenpara mí y para el yo auxiliar de «una mujer sosteniendo-rete-niendo y siendo sostenida por un bebé». Él mira hacia el otroextremo, como al infinito, está más distante, más frío, surge

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para nosotras, como terapeutas, la sensación de «buscandohorizonte». Realizamos inversión de roles, que implica que elyo auxiliar reemplaza por un breve momento a cada miem-bro de la pareja, para que cada uno pueda mirar esto desdeafuera, saliéndose de la concretización de imágenes. Luegovuelven a sus lugares, les pido soliloquios –que expresen en vozalta desde la imagen lo que están sintiendo–, el yo auxiliar hacealgunos dobles –se transforma en la extensión de cada uno yhabla por ellos–. Aparecen en ella sentimientos de pena, mucharabia, y de estar sometida por un destino. También aparece laresistencia de no querer cambiar de posición, pues desde ahíigual tiene control y poder. En él aparece la pena, la soledad y elcansancio, el tener que sostener, cargar y además hacer de «elmalo de la película». En un segundo momento les pedimos queinviertan roles entre ellos y aparece el contrarrol interno, que escaracterístico de la complementariedad interna patológica. Estoimplica que deposito y hago responsable al otro de algo que esmío. Ella instala en él la rabia y el rol de agresor y él en ella lapena y rol de víctima. En un tercer momento, les pido queambos construyan una imagen de lo que quisieran cambiar,cómo quisieran ver la relación de pareja en el futuro. Apareceuna concretización en la que ambos se miran, ambos lloranintensamente, se abrazan, se acogen. Notoriamente a ella lecuesta más que a él. En un cuarto momento nos sentamos aconversar, primero les preguntamos a ellos qué les paso, luegoles decimos nosotros.

Esto es lo que se plantea como el constructivismo desdeel psicodrama. Construimos junto con los pacientes nuestramirada y nuestro propósito psicoterapéutico. Emerge muchainformación como elaboración secundaria de las concre-tizaciones de imágenes. Destaco el tema de la etapa que estánviviendo por estar creciendo las hijas y tener que empezar amirarse de otra manera entre ellos. Aparece también la sole-dad, y la dificultad para ponerse en el lugar del otro. Emergetambién, como temática, que dentro de los componentes dela pareja la sexualidad era un tema que hace años estaba sien-

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do postergado por ambos y que ello estaba relacionado conque ella se situara en el rol de madre y esposa abnegada, diso-ciando su sexualidad y él en el rol de proveedor agobiado,desplazando la sexualidad hacia otros espacios, mediante lainfidelidad como mecanismo. Las otras dos áreas inherentespara la pareja, el proyecto vital y la afectividad, también esta-ban dañadas.

Se apreciaba una modalidad vincular complementariapatológica concordante, en la cual los roles estaban rígida-mente cristalizados, en víctima, pasiva-dependiente y culpógenaversus victimario activo-agresor. Las dinámicas afectivas deri-vadas de estos roles fortalecían y perpetuaban además queella no expresara adecuadamente las rabias contingentes e his-tóricas –de ahí sus crisis de úlcera–. También por otra parte semanifiesta la soledad, la pena y el cansancio de Enrique. In-mediatamente después de esta sesión él comienza a expresarmás pena y ella más rabia, según lo que ambos reportan en lassiguientes consultas.

En sesiones posteriores realizamos un biodrama; este esun método también muy útil para el diagnóstico. Consiste enllevar la línea de la historia de la pareja a un espacio escénico.Este espacio escénico es recorrido por ellos, corporalmente conmovimientos, desde el momento en que se conocen, atrave-sando las distintas etapas del proceso, pudiendo abarcar has-ta los momentos actuales y la proyección futura. También sepuede apreciar la gestación de los conflictos específicos.

Este viaje es realizado por la pareja, tal como ellos losienten, representándolo con su cuerpo y acompañado muyde cerca por mí y por el yo auxiliar. Desarrollé mucho movi-miento en cámara lenta, movimiento expresivo, maximi-zaciones de sensaciones, soliloquios de emociones con pala-bras y sonidos, dependiendo lo que el momento iba requi-riendo. Cada cierto tiempo, los iba sacando de a uno del es-pacio escénico, para que tomaran distancia y observaran prin-cipalmente las matrices que se reiteraban en cada uno y en elvínculo. Esta última parte, me permitió ver y fortalecer la ca-

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pacidad yoica y defensas de la pareja, lo que era capaz demirar y procesar. También los hacía interactuar, con lo que yoiba viendo y sintiendo desde afuera. El rol del yo auxiliar fuehacer dobles y en ocasiones inversión de roles.

Lo que resaltó de esta línea biográfica de la pareja, parasorpresa de ambos miembros, era que a lo largo de ella, serepetían ciertos ciclos, como en tres fases que se daban a lolargo de años, que ellos mismos denominaron, como «la bombaatómica», «la reconciliación» y «la angustia». Muy emocio-nados y angustiados reconocieron que era como tener un li-breto escrito, pero sin saberlo; estarán representando persona-jes y ahora lo sabían. Les pregunto si se les ocurre quiénespodían haber colaborado en la escritura de ese guión y apare-cen bisabuelos y tatarabuelos de ambos, que constituyen man-datos transgeneracionales. Los llamamos a escena. Aquí es im-portante el rol del yo auxiliar, para representar estos persona-jes a partir de la construcción de las fantasías de la mismapareja. Pudieron ellos tener una conversación con estos perso-najes, en donde les dijeron que deseaban re-escribir su propioguión. Les conversamos en esa ocasión a ellos lo que se descri-be como clásicamente dentro de los ciclos de violencia en lasparejas, que es la agresión, la luna de miel y la acumulaciónde tensiones, información que los conmueve.

Lo que siguió con esta pareja fue alrededor de ocho me-ses de psicoterapia en donde pudieron realizar escenas abier-tas y re-escribir sus propios destinos, con mayor libertad, eindividuación para ambos. Cesaron los ciclos de violencia ycon posterioridad fueron derivados ambos a psicoterapia in-dividual con distintos psicoterapeutas.

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Capítulo 3

Psicoterapia de familiadesde el psicodrama

Característica del grupo familiar

La familia es un grupo natural, que comparte objetivos ytareas comunes. Estos propósitos están relacionados con la sub-sistencia y la satisfacción de necesidades básicas, afectivas, deprotección y de crecimiento. Las familias, en nuestra cultura,suelen además compartir el mismo techo. Según Barudy, la fi-nalidad biológica de una familia es ser la matriz grupal quepermite procrear, cuidar, mantener, proteger y reproducir la vidahumana1. Por tanto, toda la materia, la energía y los recursosfamiliares están destinados a mantener la organización vivientede todos los miembros que la componen. Es necesario conside-rar a la familia como un todo orgánico, es decir, como un siste-ma relacional, que supera y articula entre sí los diversos com-ponentes individuales. Vincularse y permanecer vinculados, apesar de los acontecimientos y el paso del tiempo, es lo quecaracteriza al comportamiento familiar. Parte importante de laenergía vital, los aportes de la cultura familiar y las interaccionesde los miembros de la familia están destinados a mantener launidad familiar. Esta cohesión es fundamental para asegurarlos cuidados y la protección de todos.

El modelo clásico de familia ha variado a lo largo de losaños. Familia no solo es una madre, un padre y los hijos. La

1 Giadalah, Carolina, Quiñones, Javiera. Psicodrama y duelo familiar,Tesis para optar al título de psicólogo, Universidad Diego Portales,Santiago, Chile, 2002.

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familia nuclear puede estar constituida por una madre solteray un hijo o un padre soltero y sus hijos, dentro de varias alter-nativas. La posibilidad de matrimonios homosexuales en al-gunos países y la oportunidad de ellos de adoptar o concebirhijos, también los incluye dentro del concepto por lo tanto defamilia nuclear. Puede incluir vínculos consanguíneos o no,como es el caso de la adopción o de los matrimonios que serealizan con hijos anteriores de ambos o de uno de los miem-bros de la pareja.

La familia está asociada a lo que Moreno denominaba lamatriz de identidad. Esta es el conjunto de vivencias básicasperinatales y postnatales, que obviamente están relacionadascon el entorno de la madre, del padre y, dependiendo del caso,del cuidador primario. Matriz de identidad es por lo tanto looriginario, con lo que se constituye el ser en el momento degestación, nacimiento y en los primeros meses de vida. Morenose refería a ella como la placenta social2.

Este grupo esta constituido por roles, estructuras, fun-ciones y tareas, así como también por modalidades y dinámi-cas vinculares. Se inserta dentro de una red social mayor, queabarca las configuraciones sociales e institucionales de la so-ciedad y la cultura. En este contexto, la familia posee distin-tas opciones comunicacionales y de resolución o de enfrenta-miento de conflictos. Desde el lenguaje psicodramático, poseeun libreto, un entramado, un entrecruzamiento de escenas.

Desde el punto de vista de su estructura, la familia es unconjunto de miembros que se organiza en subsistemas. Asípodemos distinguir los subsistemas parental, conyugal, fra-ternal, etc. Los subsistemas son formas de organización de lossistemas familiares, que surgen de la necesidad de establecerrelaciones complementarias –por sexo, generación, intereses ola función de sus miembros–, que determinarán las funcioneso exigencias de estos. Cada miembro de la familia pertenece aun subsistema en el cual posee distintos roles y niveles de po-

2 Bustos, Dalmiro M., El psicodrama, aplicaciones de la técnica, 1992.

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der, lo que permitirá desarrollar un proceso de diferenciaciónde cada sujeto perteneciente a un sistema familiar3.

Cuando la familia cumple sus funciones de manera me-dianamente sana existe un equilibrio entre cercanía e indivi-duación. Los sujetos poseen la dependencia afectiva y a la vezla autonomía, concordante con su etapa evolutiva.

Por otra parte, cuando la homeostasis de la familia espatológica, existe una indiferenciación y aglutinamiento, endonde sus miembros no crecen, ni se individúan adecuada-mente. Las necesidades y emociones se amalgaman en un todoconfuso, en el cual no es posible hacerse cargo de los propiosproyectos. O, por el contrario, puede ocurrir un distancia-miento y soledad en que las necesidades afectivas y de recono-cimiento no son satisfechas. Cada miembro de la familia viveen su propia trama, sin que haya un mirarse. En este últimocaso, la familia no está cumpliendo sus funciones de protec-ción y afecto. Una tercera gran alternativa es cuando la fami-lia posee mecanismos de violencia y abuso en que los otros nosolo no son considerados, sino que maltratados, violentadosy/o abusados, ya sea física o psicológicamente.

Influencias de diversas escuelasen la psicoterapia de familia

Una de las orientaciones relevantes en la psicoterapia defamilia es la afectivo-experiencial, cuya precursora es VirginiaSátir. Su foco de intervención es dentro de la familia y planteauna modalidad de psicoterapia continua.

Otra de las grandes orientaciones es la psicoanalítica, te-niendo como uno de sus representantes a Ackerman. Tambiénposee su objeto de intervención en el interior del núcleo fami-liar y una forma de trabajo psicoterapéutico, que es continua.

3 Giadalah, Carolina, Quiñones, Javiera, Psicodrama y duelo fami-liar, Tesis para optar al título de psicólogo, Universidad Diego Porta-les, Santiago, Chile, 2002.

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Por otra parte, la corriente estructural sistémica desarro-llada por Minuchen formula un foco de intervención que estáplantado dentro y fuera del núcleo familiar, en el contexto dered social en el cual está inserto. También sugiere un trabajode forma continua.

Referente a la corriente estratégica, uno de sus represen-tante es Haly J. Esta interviene fuera del núcleo familiar yrealiza una psicoterapia discontinua. Lo mismo ocurre con laescuela de Milán, de Selvini y Cecchin.

Finalmente, el psicodrama representa una corriente queinterviene dentro de la dinámica familiar, pero que, igual queen la mirada sistémica, se aprecia el contexto y contempla laposibilidad de intervención continua y también focalizadadiscontinua, dependiendo de lo que el caso requiera. Lospsicodramatistas más importantes que han trabajado estetema, aparte de Moreno que es el creador del psicodrama, sonPablo Población y Elisa López Barberá. Ellos además de serpsicodramatistas poseen una mirada integradora, que tieneelementos sistémicos y vinculares4.

Podemos apreciar que son múltiples las corrientes quehan trabajado el tema de la psicoterapia de familia desde loteórico y desde lo empírico. Particularmente, pienso que ho-mologar el concepto de psicoterapia de familia a los teóricossistémicos es una injusticia e irrealidad cometida tanto hacialos sistémicos, como para la psicoterapia de familia. En pri-mer lugar, como ya ha sido expuesto, son diversas las escuelasque se han preocupado del tema y en segundo lugar la inter-vención sistémica no sólo supone una dirección a la familia,sino que también una mirada sistémica al individuo.

4 Espina, José Antonio, Psicodrama nacimiento y desarrollo, 1995.

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Etiopatogenia familiar desde el psicodrama

Existe una herida primigenia, la cual va asociada a un mito.Existen además rituales vinculares que tienden a la perpetuaciónde ese mito. Estos rituales están destinados, por ejemplo, a aco-ger, proteger y cuidar a sus miembros, así como mantener lacolaboración y cohabitación entre ellos. Otros son producidospara asegurar zonas de intimidad y de diferencia. Estos últimosafirman una jerarquía en la estructura familiar, garantizando ladiferenciación de los roles y las fronteras entre las generaciones.

Cuando estos rituales están alterados, no cumplen su sen-tido, se aprecia una confusión en el manejo de amor y recha-zo, de poder y sumisión, además de tendencias a evadir losnúcleos de los conflictos, con respuestas desadaptativas parael conjunto de la familia y particularmente empobrecedoras,a veces para uno de los miembros de ella, que constituye elchivo emisario o expiatorio de la conflictiva familiar.

Se aprecia también falta de claridad, confusión y rigidez.Desde el punto de vista psicodramático, ocurre lo que deno-minamos como una alteración de la sociometría familiar, con-sistente en falta de espontaneidad y «tele». En las interaccionesinternas, no existe reconocimiento ni contención de emocio-nes. Los roles y las matrices vinculares están alterados.

Minuchin plantea que un funcionamiento familiar ade-cuado debe tener límites claros o definidos en sus subsistemas,lo que permitirá que cada uno pueda cumplir con sus funcio-nes. Sin embargo, también se debe permitir el contacto entresus propios miembros y con los pertenecientes a otros subsis-temas. En este sentido, se deben tener líneas de responsabili-dad y autoridad definidas5.

Cuando los límites son difusos, la diferenciación del siste-ma familiar se hace difícil y las familias se encuentran

5 Giadalah, Carolina, Quiñones, Javiera, Psicodrama y duelo familiar,Tesis para optar al título de psicólogo, Universidad Diego Portales,Santiago, Chile, 2002.

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aglutinadas. Esto implica un alto intercambio de informacióny de preocupación entre sus miembros, estableciéndose pocadistancia entre ellos. El tipo de patrón implícito, creado y man-tenido por la familia, da lugar a un estilo interaccional o a unaestructura familiar indiferenciada. En el sistema familiar coneste tipo de estructura, existe un exaltado sentido de pertenen-cia y de abandono de la autonomía. Esto genera una carenciade diferenciación, alejando a los miembros de un desarrollonormal, ya que muchas veces se los apoya pero se les sobreprotegetambién, lo que dificulta su proceso de autonomía.

En subsistemas con límites rígidos, es difícil la comuni-cación entre los miembros, ya que estos funcionan en formaindependiente, por lo que carecen de sentimientos de lealtad,de pertenencia y de capacidad de interdependencia. Cuandolas interacciones se estabilizan y se regulan según estos patro-nes de interacción, se da lugar a una estructura familiar desli-gada, es decir, donde no hay preocupación entre sus miem-bros y no hay sentido de pertenencia familiar.

Diagnóstico familiar desde el psicodrama

Los planteamientos epistemológicos para enfrentar la mi-rada diagnóstica de familia son los mismos para el trabajodiagnóstico general desde el psicodrama6. Uno de los aspectosrelevantes planteados por el psicodrama se podría definir comouna concepción constructivista de la realidad ínter e intra-psíquica. Esto implica que la familia como grupo de indivi-duos, es activa en la construcción de su propia realidad, otor-gándole significados propios en la elaboración e interpreta-ción de la información, subrayando los aspectos subjetivos yno observables de la conducta humana. En este sentido, porejemplo, las escenas dolorosas de la familia, los lugares y es-pacios psicodramáticos en donde ocurre la gestación de la

6 Reyes, Gloria, op. cit., 2005.

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patología es tal, en cuanto su valor subjetivo y su poder derevelación para la conciencia y las significaciones que los miem-bros del grupo construyen.

En el anterior contexto, el propósito del diagnóstico esla exploración conjunta y bi-direccional de lo que está ocu-rriendo; tanto terapeuta como grupo familiar construyen esarealidad. El diagnóstico, por lo tanto, no es un decreto queestablece el terapeuta y que la familia acata, sino que es elconocimiento, la revelación de realidades latentes frente a laconciencia, que, de no ser digeribles por el grupo familiar, pier-den además utilidad para la terapia. Por lo tanto, el terapeutaes solo un facilitador. Es necesario recordar que en este proce-so ambos tienen roles diferenciados y asimétricos, ambos ade-más poseen conocimientos complementarios y recíprocamen-te necesitados de aspectos de la realidad. El terapeuta poseeconocimientos teóricos y metodológicos además de la capaci-dad «télica»7, el paciente posee sus vivencias, en última ins-tancia es solo él quien sabe el sentido de su vida.

Un aspecto que se complementa con lo anterior es la con-cepción teleológica y finalista del dinamismo humano, encontraposición con lo etiológico. Los síntomas, fenómenos,sistemas defensivos, trastornos de la familia no son «porque»sino que son «para». Todo posee un sentido, que en el casodel ser humano –para Moreno– estará siempre conectado conla búsqueda de la integración de un crecimiento, de una crea-ción, finalmente de la espontaneidad. Lo que puede serdisfuncional, destructivo, poco económico y a veces simple-mente inútil, es la forma, la manera, el mecanismo mediantela cual el grupo familiar persigue dicho sentido.

Por lo tanto, el diagnóstico no es algo lineal y unilateral.Cualquier elemento de la realidad de un ser humano dependede muchos factores, que se agrupan en forma de espiral enmovimiento. Por ello, una realidad e identidad no «es» sinoque «va siendo», son procesos circulares; no están determina-

7 Tele significa el generar un proceso de empatía recíproca.

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dos por un solo factor, sino que por múltiples factores, que semueven en una dinámica de importancia relativa y cambiantede un momento a otro y de un contexto y situación vinculara otra. Por ejemplo, una persona puede ser fóbica en un con-texto espacio temporal y no en otro.

También en el mismo sentido, los trastornos son en fun-ción de un contexto cultural. No es lo mismo una disfunciónfamiliar en un contexto de guerra o migración, que unadisfunción, incluso con una misma «sintomatología», en unasociedad estable. La situación histórica y social, en este caso,le dará una interpretación y un sentido muy diferente al mis-mo «síntoma» familiar.

Por el mismo motivo, los aspectos sintomatológicos ocaracterísticas particulares de algunas patologías familiaresconstituyen emergentes sociales. Por ejemplo, los temas delalcoholismo, la violencia intrafamiliar, el abuso sexual, im-plican muchas veces heridas propias de una cultura patriarcal.Otro tipo de emergentes clave para un diagnóstico familiarson los culturales. Es importante, para comprender algunasalteraciones familiares, conocer los códigos culturales yvalóricos en donde se inserta la familia que los posee, que eslo relevante para su cultura, los mitos y ritos, etc. De la mis-ma manera, los mandatos familiares y transgeneracionales sonformas de emergentes grupales importantes e inconscientes,que muchas veces complementan y profundizan la compren-sión de un cuadro, la metáfora y sentido específico de unamanifestación sintomática.

Otro aspecto relevante, en la forma de exploración de lasituación familiar, es la noción de que la realidad no es taxativani única sino que se manifiesta en forma de movimiento, ex-presa matices dentro de muchas polaridades. Una de estaspolaridades es lo estructural, versus lo procesal y psicodi-námico. El énfasis puesto por el psicodrama se encuentra enlo procesal, en el movimiento, en lo que va siendo, no en loque es; lo que se mueve puede ser el foco de intervención. Noobstante, no desconoce que existen elementos estructurales

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que son parte del análisis de contexto. En este aspecto, notodas las angustias, posen el mismo sentido en el interior de lafamilia. Es diferente el síntoma de angustia de una familiaasociada con un duelo no resuelto, que la angustia que movi-liza el alcoholismo de un padre. Por ejemplo, es importantereconocer que en el interior de una familia puede existir undiagnóstico nosográfico de esquizofrenia, aunque la interven-ción psicoterapéutica esté dirigida a los mecanismos queinteractúan con esta realidad y que tal vez la perpetúan.

En base a lo anterior, es que el psicodrama privilegia undiagnóstico comprensivo, profundo y dinámico, que permite ex-plorar los caminos para que la familia se conecte con la creativi-dad y la espontaneidad. Lo relevante, en el diagnóstico, es lodescriptivo fenomenológico, los acontecimientos tal cual se pre-sentan ante nuestra existencia, tal cual se dan en el proceso vin-cular. En este momento se suspende el juicio, tanto valórico comoclínico, lo que da el espacio y la contención para que emerja lolatente, aquello que está detrás de la fisura de lo verbal, de lasseparaciones entre el discurso verbal y no verbal, o en una inte-rrupción del movimiento o en un enlentecimiento de la acción.Es entonces, después de esta recepción en cierto sentido abierta eingenua, que puedo acceder a una realidad más profunda y co-nocer junto a la familia, lo que está más allá de la conciencia.

Otra polaridad, presente es la dificultad versus el re-curso. En este aspecto, un buen diagnóstico desde el psico-drama no solo se centra en las dificultades y los conflictos dela familia, sino también en presentar los recursos potencialesy latentes de este grupo, ya que muchas veces ellos los desco-nocen.

En el marco anterior, entonces, realizar un diagnósticofamiliar implica una escucha activa centrada en el aquí y aho-ra, focalizada en el proceso más que en el contenido, detec-tando lo matricial de roles y escenas, aspectos y contenidos delas familias de origen, el entrecruce de las historias individua-les, familiares y transgeneracionales. También se observan lasescenas cotidianas, las escenas temidas y deseadas, las escenas

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pasadas, presentes y futuras de la familia. Finalmente, contodo lo anterior, el análisis de los vínculos y los roles.

Psicoterapia familiar desde el psicodrama

En la intervención psicoterapéutica familiar desde elpsicodrama, se actúa en la unidad dinámica interaccional. Estopuede ser en el conjunto de la familia o desde la parcialidadde ellos. El terapeuta modifica la red sociométrica y el juegorelacional del sistema. Se focaliza por lo tanto sobre los vín-culos, los roles, las matrices, las estructuras, las dinámicas, lasfunciones y las tareas.

El peligro de focalizar la intervención en un protagonis-ta es fortalecer la estigmatización del chivo expiatorio, afian-zar el rótulo del enfermo, mecanismo mediante el cual la fa-milia deposita en un solo miembro los conflictos, evadiendoy negando la posibilidad de enfrentarlos como conjunto. Porlo tanto, en la sesión psicodramática familiar, no hay un pro-tagonista, sino temáticas emergentes, que a veces se mediatizanen un miembro, pero son transversales al grupo.

La intervención está en el cuerpo, en la acción. Sin em-bargo debe ser mediatizada, en forma cautelosa y paulatina,de manera de impactar los niveles matriciales, pero sin des-montar en forma brusca las defensas y movilizar un montoque más bien bloquee e intensifique las resistencias. Se debede esta manera acceder al drama preverbal, desritualizando através del sistema dramático familiar.

La función del psicodramatista es poder ver a la familiamás allá del espacio de consulta, haciendo un análisis de con-texto. También debe tener claro que no todo lo que ve essusceptible de ser intervenido.

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Técnicas empleadas en psicodrama de familia

Las técnicas empleadas tanto para el diagnóstico comopara la psicoterapia son las siguientes:

Concretización de imágenes: es solicitar al grupo o a par-cialidades de la familia, mientras los otros miran, que mol-deen con su cuerpo y expresen en una postura física no verballo que les está ocurriendo. El psicodramatista debe sosteneresta imagen, ya que las incomodidades y cansancio que ellasinvolucran en ocasiones son movilizador de angustia y guar-dan muchas veces aspectos del conflicto latente, como rela-ciones de poder-sumisión, cansancios, dolores, rabias, etc. Tie-nen por lo tanto un valor diagnóstico para el terapeuta y decambio para la familia. El generar un movimiento rápido yautocomplaciente a una postura corporal más cómoda puedeser una resistencia maníaca o evasiva a evitar el enfrentar unarealidad. Solo se hace una vez que se ha tomado concienciadel conflicto y como una búsqueda de recursos y caminos deresolución y cambio a la situación que se está viviendo. Po-blación y López Barberá se refieren a esta técnica con el nom-bre de «escultura»8.

Álbum y foto familiar: se realiza un psicodrama internoa través del cual se va haciendo viajar a la familia por distintasfotos reales e imaginarias de su historia, construyendo un ál-bum. Se le pide a cada miembro que escoja una foto que emerjaen forma espontánea y como asociación libre, luego entre to-dos escogen una o la construyen a partir del contenido decada uno. A partir de lo anterior realizan una concretizaciónde imagen, con expresión de sonidos, emociones, etc.

Escena familiar: se les pide que en forma libre y espontá-nea construyan una escena de la que todos participen. Se puedehacer, como ya se mencionó en este capítulo, sobre la base defantasías, temores, deseos, pasado, presente, futuro, lo cotidia-

8 López Barberá, Elisa, Población, Pablo, La escultura y otras técnicaspsicodramáticas, 1997.

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no, algún conflicto emergente, etc. A través de esta técnica, seexplora y profundiza el conflicto y también se exploran las víasde resolución, si al director de psicodrama le parece oportuno.

Átomo familiar: en general la representación del átomoes sobre un espacio escénico en donde las personas se sitúanrepresentando su posición relativa y su forma de vincularsecon el resto de la familia. Se puede realizar de dos formas:todos los miembros de la familia lo llevan a cabo en formasimultánea hasta que se configure el átomo familiar, o cadauno lo va llevando a cabo en forma alternada con el resto,configurando la propia percepción de sus vínculos. La segun-da forma posee la ventaja de clarificar más el diagnóstico ylos vínculos familiares, si las percepciones son recíprocas omuy desiguales y no existe mutualidad, lo que desde el puntode vista psicodramático sería evaluar el «tele» en la familia.

Test sociométrico familiar: se construye en conjunto conla familia una pregunta significativa y tolerable para el gru-po. Por ejemplo: ¿quién escucha más? ¿quién es más agresi-vo?, o temas relativos al motivo de consulta, al conflicto emer-gente, etc. Todos responden sobre la base de tres alternativas:la persona que es más significativa en relación con la temáticaescogida, el que es menos y el que resulta indiferente. Sirvepara evaluar en conjunto la configuración sociométrica vin-cular de la familia. Al ser este un test que moviliza ansiedadesy fantasías regresivas, es importante que exista una fase desensibilización y preparación –lo que en psicodrama denomi-namos caldeamiento–. También por la misma razón debe exis-tir mucha contención por parte del terapeuta. Tiene prepon-derantemente un propósito más diagnóstico; sin embargo des-de las mismas emociones que moviliza el test, se puedenintencionar cambios hacia una configuración sociométrica mássana. Esto implicaría percepciones adecuadas recíprocas, másdisponibilidad de empatía, menos díadas enquistadas, menospirámides de poder y menos miembros de la familia aislados.La configuración resultante del test sociométrico óptima es laque genera circularidad.

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Biodrama familiar: es un método también muy útil parael diagnóstico. Consiste en llevar la línea de la vida a unespacio escénico. Este espacio escénico es recorrido por elgrupo familiar, corporalmente, con movimientos, desde elmomento en que se gestan como familia –la pareja se cono-ce, etc.– , atravesando las distintas etapas de la vida familiar,pudiendo abarcar hasta el momento actual de la familia oproyección futura. También se puede acotar a la gestaciónde un conflicto familiar específico. Se desarrolla muchomovimiento expresivo en cámara lenta, maximización, es-cultura, soliloquio, expresión de emociones con palabras ysonidos, dependiendo lo que el caso requiera. Es relevanteestar muy «télicamente»9 en sintonía con el grupo familiar.Cada cierto tiempo, se puede ir sacando fuera de la línea delbiodrama a los diversos miembros de la familia en formaalternada, para que vean lo que ocurre desde afuera. Estaúltima parte permite evaluar la capacidad yoica y defensas,lo que se es capaz de mirar y procesar; también hacerlosinteractuar con lo que el terapeuta está viendo y sintiendodesde afuera.

Genodrama: en el espacio escénico se desarrolla una lí-nea imaginaria matrilineal y patrilineal, desde donde los per-sonajes de la familia van retrocediendo a buscar a sus antepa-sados. Es particularmente útil, para explorar mandatos o mi-tos familiares transgeneracionales, develar historias ocultasbloqueadas y relevantes en la psicogénesis de la patología fa-miliar y desbloquear emociones que comprimen las dinámi-cas familiares. Los mandatos transgeneracionales son muy re-levantes en la etiopatogenie familiar, y muchas veces explicanpresencia de patologías con biografía aparentemente sin gran-des heridas y dolores.

Investigación de roles: se realiza a modo del test de rolesde Moreno. En el espacio escénico se da la consigna de actuara la familia en los distintos roles, de madre, padre, hijos, abue-

9 Reyes, Gloria, op. cit., 2005.

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lo, etc. Van pasando de a uno y el resto de la familia va reso-nando lo que ve.

Técnicas verbales: se emplean las técnicas verbales clási-cas del psicodrama, entrevistas, diálogos coloquiales,señalamientos, confrontaciones e interpretaciones. Estas sedirigen al conjunto familiar, aunque el que la explicite sea unmiembro. De lo contrario, se corre el riesgo de quedarse cen-trado en un protagonista. Puede haber un momento de diálo-go con un miembro de la familia, por ejemplo un niño, peroparalelamente se va preguntando qué le ocurre al resto con loque se está verbalizando.

Técnicas no verbales: se emplea la maximización paraexplorar los elementos expresivos de la comunicación. Otratécnica es la cámara lenta que, al igual que la maximización,amplifica una acción, un gesto o una intensidad, aquí tam-bién se realiza lo mismo, pero mediante la lentificación de unmovimiento importante. También se emplea la focalización,que es aumentar la conciencia de una sensación corporal osentimiento. Nuevamente el sentido es amplificar la concien-cia en este caso corporal. La articulación kinestésica y laconcretización son técnicas que, desde el movimiento, permi-ten que las sensaciones e imágenes se transformen en un vehí-culo para llegar a la escena nuclear o generar una catarsis.

Recursos Psicodramáticos: son recursos clásicos utiliza-dos dentro de las escenas o de las concretizaciones de imáge-nes. Uno de ellos es el espejo. Consiste en que un yo auxiliar,se coloque físicamente en la posición que en determinadomomento asume un miembro de la familia. El objetivo espermitir que todos los miembros, en forma sucesiva, se pue-dan salir de la escena o escultura, mirándose a sí mismos y suposición relativa desde fuera. Otro recurso es la inversión deroles. Consiste en pedirles a dos miembros de la familia que secambien de papel y, desde allí, continúen interactuando. Per-mite, además de vivenciar el rol del otro, descubrir aspectosdel propio rol que quedan en evidencia por la distancia. Porotro lado, se recomienda un cambio de roles, cuando se desea

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investigar con más profundidad una relación que sea impor-tante para la familia. También aparece como recurso el solilo-quio, que consiste en pedirle a los miembros del grupo fami-liar que «piensen en voz alta» y expresen las emociones queno están presentes en el discurso. Es apropiado utilizarlo cuan-do algún miembro de la familia se presenta inquieto o damuestras de estar actuando conductas socialmente esperadaso estereotipadas. Esto implica una sensibilidad del terapeutao director de escena en relación con titubeos, fisuras en el dis-curso, etc. El doble es otro recurso característico delpsicodrama, en que se habla o expresa por otro sobre los con-tenidos latentes. Se utiliza poco en terapia de familia, solocuando es necesario, y a través de un yo auxiliar, que no es elterapeuta, ya que este se puede sobreinvolucrar en el procesoafectivo y perder la distancia necesaria para acompañar y mi-rar a la familia. El doble siempre es una sugerencia, es bueno aveces avisar a la familia que alguien será una especie de exten-sión de su conciencia y hablará o actuará por ella, que despuésnos pueden decir si le resuena o no lo que el doble está diciendoo haciendo. De alguna manera la acción del doble, igual que lainterpretación, también es una hipótesis. Otro recurso habi-tualmente empleado es la interpolación de resistencias. Implicaque durante el proceso de inversión de roles el director le puedepedir al yo auxiliar que realice algo extremadamente opuesto alo esperado por el otro rol. Sirve para explorar los complemen-tarios internos patológicos de la familia, es decir, cuánto estánponiendo de cada uno para que esa interacción que les provocatanto conflicto y dolor se manifieste tal cual es. Es particular-mente útil para escenas de violencia intrafamiliar, ya que posi-bilita la desvictimización del rol de la persona golpeada10.

Realidad suplementaria: en el desarrollo de la escena, seexploran diversas situaciones y personajes, que son constitutivosde las fantasías de la familia, que nos hablan también de susrecursos. En este marco y en el transcurso de la escena familiar, se

10 Reyes, Gloria, op. cit., 2005.

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aprecia lo «que hay» y «lo que no hay», las posibilidades realesde los roles familiares. Una vez que la familia toma concienciade esto, discrimina fantasía de realidad y se acude a una realidadsuplementaria. La realidad suplementaria busca recursos fueradel contexto familiar que la escena simplemente… no los tenía.Es relevante, antes de llegar a la realidad suplementaria, pasarpor las carencias y ausencias de la escena, de lo contrario se pue-de transformar en una idealización a la manera de final feliz.

Rol playing pedagógico: dramatización breve con carác-ter demostrativo, que tiene un propósito no de exploración niprofundización de conflictos, sino que más bien centrarse en elrol para el entrenamiento de situaciones nuevas para la familia.Se emplean por ejemplo cuando las familias van a adoptar a unhijo, o enfrentar una situación de cambio, etc11.

Utilización de máscaras: la función de las máscaras esmetaforizar los mitos y desenmascarar. Se habla de la mitopoyesis,que es la transformación que surge entre la distancia de lo di-cho, lo enunciable y lo no expresable con palabras. Este autor,que trabaja con esta técnica, estimula a la familia que se pruebedistintas máscaras, o construya máscaras, tanto de los miem-bros por separado y de la familia en su conjunto. Luego los haceexplorar el intercambio, relacionando esto con la flexibilidadde los roles. Explora los discursos verbales y corporales, planteael entrecruzamiento de escenas simultáneas. Buchbinder estudialos roles y los vínculos a través de las máscaras y la fantasmáticaque es el inconsciente de la familia, según lo expresado por él12.

Una casuística familiarexplorando una familia interna

El caso presentado a continuación muestra solo algunossegmentos de una historia clínica y tiene como propósito dar a

11 López Barberá, Elisa, Población, Pablo, Introducción al rol playingpedagógico, 2000.

12 Buchbinder, Mario y Matoso, Elina, op. cit., 1993.

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conocer los aspectos internos familiares y transgeneracionales quecondicionan en buena medida los componentes psicote-rapéuticosde una paciente que asiste a mi consulta. En el anterior marco, seseleccionan aquellos elementos más relevantes, para ilustrar lomencionado, y la forma de intervenir psicodramáticamente.

Lilian tiene dos hermanas menores, Beatriz y Soledad. Elhermano, único varón de la familia, falleció abruptamente enun accidente automovilístico, cuando entraba en edad adultahace unos veinte años. Las tres hermanas están casadas, conhijos y sus familias nucleares respectivas. Pertenecen a un nivelsocioeconómico medio, en donde el valor del esfuerzo y la per-severancia son relevantes. A nivel de la subcultura familiar emergecomo temática importante un cambio en relación con el rol degénero, asociado a que la mujer debe formarse profesionalmentey salir adelante en lo laboral, dejando al varón, en un planomás pasivo de espera e inseguridad. En este contexto, madres yabuelas se «sacrifican desde su rol de dueñas de casa», exigién-doles a sus hijas que estudien y progresen laboralmente. Esteaspecto, que pareciera atravesar nuestra cultura latinoamerica-na, aparece particularmente intensificado en esta familia.

Lilian, 48 años, tiene dos hijas mujeres de 14 y 15 años,ambas con buenos antecedentes escolares, emocionalmente es-tables, con una adolescencia normal y un hijo varón muertode cáncer durante la adolescencia, hace tres años. Ella, al mo-mento de la primera consulta, aún estaba con depresión, sinpoderla superar. Su marido es alcohólico, lo que se agravadespués de la muerte del hijo.

Beatriz, la segunda hermana, de 47 años, tiene dos hijos,un hombre y una mujer; el hombre de 16 años, con trastornosescolares y conductuales de larga data. La mujer, de 13 años,una chica alegre, sana y adecuada. El marido de Beatriz esalcohólico.

Soledad, la tercera hermana, de 42 años, tiene un hijo de20 años con consumo de droga y una hija de 16 años sindificultades manifiestas, descrita por la propia paciente comofuerte, sana y alegre. No tiene problemas con su esposo.

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El padre y los abuelos maternos y paternos de Lilian,Beatriz y Soledad poseen antecedentes de alcoholismo, diabe-tes y cáncer. La madre y las abuelas materna y paterna sonmujeres con una vida de mucho esfuerzo y perseverancia.Dueñas de casa, trabajadoras y en general sanas y fuertes.

Esta es una escena de la familia interna de Lilian, que esmi paciente. Los personajes enunciados surgen en un geno-drama13 en el contexto de psicoterapia individual, que cursadesde hace dos meses en relación al momento que estoy des-cribiendo. Comienza en una sesión refiriendo lo difícil que hasido para ella el aceptar la muerte del hijo. Las últimas sesio-nes hemos estado trabajando ese tema y se han realizado esce-nas, en donde con mucho dolor ella se ha estado despidiendodel hijo, aceptando que habrá una pena que la acompañará,tal vez menos perturbadoramente, pero siempre. No obstantelo anterior, ella siente que hay «cosas» que no logra identifi-car y que no la dejan despedirse de modo definitivo.

Le digo que se sitúe en las sensaciones corporales asocia-das a los impedimentos para que se despida del hijo. Nos po-nemos de pie y en un espacio escénico vamos concretizandocon cojines que van simbolizando aquellos elementos queobstaculizan la partida del hijo y que ella va colocando en elsuelo. Aparece en primer lugar la culpa que ella siente, comosi hubiese podido evitar la muerte de su hijo; en segundo lu-gar la rabia que siente hacia él, con relación a por qué noluchó más por quedarse. Le pregunto si existen personajes queactivan la culpa y la rabia. Detrás de la culpa, aparecen perso-najes masculinos de su familia, clamando por ser mirados nue-vamente. Cuando se invierten roles con estos personajes,emergen el temor y el dolor ante una familia de matriarcasque los aplasta e inutiliza. Casi todos estos personajes mues-tran incapacidad de enfrentar el mundo y romper la barrerade lo materno, muy atrapados en conflictos inherentes en el

13 Ver este mismo capítulo, el punto de técnicas para el diagnóstico y laintervención.

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cluster 1 de dependencia y no emergiendo al cluster 2 de auto-nomía14. Durante una primera instancia estos personajesculpabilizan a las figuras maternas, luego se encuentran con supropio miedo y con la temática de la muerte. Recordemos quetransgeneracionalmente los varones de esta familia han padeci-do diversas enfermedades y situaciones que los relacionan conese tema, como la diabetes, el cáncer, el alcoholismo, los acci-dentes, etc. Logran separarse durante estas inversiones de rolesaspectos como lo materno, con la gestación de la muerte. Seasume, por otro lado, la responsabilidad de los miedos comopropios. La paciente experimenta alivio con esto, ya que ade-más, luego de esta inversión de roles, puede volver a tener undiálogo con su hijo, en el cual le puede decir lo importante quees mirarlo de nuevo y creer en él dejándolo, y soltándolo sinrepetir la historia de las mujeres de la familia de dejar a loshombres en situación de ineptos. También puede devolver laresponsabilidad a su hijo de trascender sus miedos.

Por otra parte, detrás de la rabia aparecen los personajesfemeninos y matriarcas de la familia, repitiendo que la conde-na de la mujer es estar sola, ya que los hombres son cobardese ineptos. Frente a estos personajes, también se realiza inver-sión de roles. La paciente llora desconsoladamente, muchomás que cuando se despedía del hijo.

Luego conversamos, toma conciencia y me narra de todolo que se ha dado cuenta. Menciona que es más fácil deposi-tar los propios miedos en los otros y no dejarlos crecer y decómo han influido en ella los mandatos trasgeneracionales delas abuelas y de la madre. Surge también el temor al abando-no del hombre. Una forma de evitar este abandono es cas-trándolo, haciéndose así cómplice del miedo del otro. Para elhombre, la única manera de «escapar» de este destino es laenfermedad y la muerte, pero lo que en realidad ocurre es quese perpetúa la creencia de debilidad masculina. Vemos las di-ficultades de las figuras masculinas de la familia, su hermano,

14 Reyes, Gloria, op. cit., 2005.

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sus sobrinos varones, su hijo, etc. Finalmente ella se da muybien cuenta de la coresponsabilidad de esta situación, sintien-do cada vez menos culpa por ello. Llama la atención el con-traste con relación al inicio de la psicoterapia, ya que cuandonarra por primera vez en sesión la situación de los varonesversus la de las mujeres, se aprecia una evidente disociaciónentre la debilidad-enfermedad-muerte, de las cuales son por-tadoras los hombres y la fortaleza-salud-éxito, que son asu-midas por las mujeres, no siendo esto percibido por la pacien-te. Cuando se hace señalamiento en relación con esta situa-ción, ella misma después se sorprende.

De esta manera comienza a elaborarse en forma más pro-funda el duelo del hijo, pero también a enfrentar la relacióncon su marido de manera diferente. Ella capta que la soledades algo a lo que se autocondena. Se aleja en todos los sentidosdel marido; él con ello aumenta la conducta alcohólica y vice-versa. Tiene claro que el alcoholismo de su marido no es suresponsabilidad, pero sí que se activan en complementariedadespatológicas de ambos, obedeciendo los mandatos transge-neracionales mencionados.

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Capítulo 4

Psicoterapia de grupodesde el psicodrama

Antecedentes de Jacob Levy Moreno

Jacob Levy Moreno es el creador de la psicoterapia de gru-po. El papel del teatro en la vida de este autor y, por lo tanto,en el desarrollo del método grupal fue fundamental, ya queaquí descubre tres aspectos importantes. El primero dice rela-ción con la función social del grupo y su poder catártico, co-lectivo y de curación; el segundo, con el elemento metafórico-simbólico, que a través de la representación de un guión, otorgala posibilidad de identificación y búsqueda colectiva de pre-guntas y respuestas, y el tercero es que la acción teatral estáplasmada de iniciadores físicos, que activan la relación men-te-cuerpo tanto en el protagonista como en el grupo. Posibili-ta entonces una integración entre la acción, la emoción y lareflexión, y de ahí su función curativa. Por lo tanto, el grupo,en el psicodrama, es un espacio transicional, un área interme-diaria que permite el paso del mundo real a la representaciónde las imágenes del mundo interno, concretizadas en persona-jes físicos presentes en la semirrealidad para pasar nuevamen-te a la realidad externa.

De esta manera, es difícil desvincular la historia de lapsicoterapia de grupo, con la historia de la evolución del tea-tro: desde el modo clásico en el escenario con el auditoriogrupal, a la del teatro espontáneo. Surge entonces un sistemade comunicación y comprensión intermediaria, en la que tan-to el auditorio, como los protagonistas despliegan su incons-

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ciente, su pensamiento onírico, su mundo psicótico, su dramaexistencial y expresivo.

La búsqueda de lo social, el goce, el juego, así como lageneración de una respuesta in situ, esto es, en el lugar de losacontecimientos, fueron los elementos impulsados por More-no. De todo lo anterior es que se desarrolla la orientacióngrupal, como un modelo teórico y un método de investiga-ción social. Los conceptos de espontaneidad, creatividad, ac-ción, y aquí y ahora de fuerte influencia existencial, tomanuna relevancia metodológica en el trabajo de grupos de Mo-reno. Se generan las condiciones espaciales para el encuentro yel diagnóstico en base a la estructura y síndrome grupal1.

Se desprende también una concepción de la salud mentalmás democrática, en la cual el terapeuta es una persona que esparte de la unidad no autoritaria de grupo, en contraposicióncon la postura verticalista del modelo médico. Moreno conci-be un grupo como la magnitud mínima de tres personas.

Antecedentes de otraspsicoterapias grupales

Kurt Lewin, sociólogo, se basa en la teoría del conflicto.Evaluaba la homeostasis de los grupos, los mecanismos de frus-tración y la agresividad. Realiza en los períodos de posguerragrupos de entrenamiento laboral y capacitación. Los grupos losclasificaba en base a escalas sociales, prevalencia de enfermeda-des, colaboración de obras colectivas, construcciones de pro-yectos, etc. Por otra parte, Gregorio Barenblit desarrolla un mo-delo de clasificación grupal, en base a categorías psicosémicas,socioantropológicas, artísticas, naturales y formales.

Posteriormente Fritz Pearls desarrolla el método psicote-rapéutico basado en la guestalt. Propone un método sustenta-do en la honestidad. Para muchos, en las primeras etapas plan-

1 Moreno, J.L., El Psicodrama de grupo y psicodrama, 1987.

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teado como violento. Incluso a los terapeutas gestálticos se losrefería como a los «terapeutas del garrote». La crítica que seplantea a la aplicación de este método se relaciona con la gene-ración de intensas catarsis desestructurantes, para las cualesmuchas veces las personas no estaban preparadas, y no genera-ban por lo mismo el consecuente procesamiento y por lo tantoel impacto terapéutico necesario.

Carl Rogers desarrolla en Estados Unidos los grupos deencuentro, aplicados para el ámbito terapéutico y para el tra-bajo educacional. Están basados en el reflejo y en la acepta-ción incondicional. Sustenta la interacción terapéutica, no soloen base a apreciaciones clínicas sobre el paciente, sino lo quele ocurre y por lo tanto refleja el terapeuta2.

Se desarrollan además las técnicas corporales, comorolfing, eutonía, feldenkreis, biosíntesis y bioenergética. To-das ellas sustentadas en una postura más biologicista de losproblemas psíquicos, integrando algunos con una mirada másespiritual, como es al caso de la biosíntesis. Se encuentranademás los métodos de musicoterapia, danzaterapia y arte-terapia, como una forma de enfrentar terapéuticamente losgrupos. De todas estas modalidades descritas, tal vez un co-mún denominador con lo planteado por el psicodrama es to-mar el «texto grupal», más allá de las palabras.

Otra corriente relevante dentro de las grupalistas es la psi-coanalista, que la desarrollaremos más adelante en este mismocapítulo. Dos de sus representantes más relevantes son Bion yFoulkes. También dentro de esta línea se encuentranPichónRivière, que desarrolla el método de grupo operativo y el con-cepto de ECRO. A través de lo anterior establece como propósi-to el esclarecimiento de las tareas y operaciones que se realizanen un grupo. Desde el empirismo caótico e indiferenciado yprincipio de la confusión, hasta lo centrado en la tarea específi-ca y clara. El ECRO está sustentado en la empirie didáctica de latarea, según Bleger, Liberman y Pichón.

2 Espina, B.J., Psicodrama, nacimiento y desarrollo, 1995.

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Finalmente, el planteamiento de Moreno refiere los con-ceptos de tele y de espontaneidad, sustentados en el encuentroyo-tú de Buber. Aquí el lenguaje expresivo y el silencio desempe-ñan un papel relevante en el encuentro. Fue el precursor de lospsicoterapeutas de grupo, aunque no siempre se lo reconoce.

Definición de psicoterapia de grupo

La psicoterapia de grupo es un método clínico científicodesarrollado consciente y sistemáticamente. Consiste en el tra-tamiento de los problemas psíquicos y sociales de los miem-bros del grupo. Emprende la intervención al conjunto de in-dividuos y no a miembros aislados. Es un método fundado enel marco de investigaciones empíricas.

El método interactivo implica percepción, energía, agru-pación y objetivo común. El objetivo de la psicoterapia de gru-po es favorecer la integración del individuo frente a las fuerzasde la dinámica grupal, promoviendo la integración sana delgrupo, con la interacción libre con los otros y el terapeuta. As-pira investigar e intencionar las relaciones más favorables y re-agrupar dinámicamente a los miembros de un grupo.

La diferencia entre psicoterapia de grupo y otro tipo deterapias es que la primera comparte un objetivo relacionadocon la dinámica de los conflictos intrapsíquicos; en cambio,el segundo tipo de intervención pueden ser intencionado yemprendido a un grupo con otros propósitos.

La herramienta fundamental de la psicoterapia grupalpsicodramática es el encuentro, la interacción y la transferen-cia. Como método científico de intervención, se contrapone ala psicoterapia individual. El grupo es una unidad, en que latotalidad es mayor que la suma de individuos. Por lo tanto lapsicoterapia de grupo es un proceso curativo, que no es pro-movido solo por las habilidades de un terapeuta, sino quetambién por las fuerzas del grupo mismo. Las acciones noestán dirigidas a los individuos aislados, sino a las fuerzas vi-

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vas del conjunto de sus miembros. Se acerca a la dinámicanatural de la gente y por lo tanto resuelve desde lo grupal, nodesde lo individual.

Bases y principios de la psicoterapiade grupo

La psicoterapia de grupo demoró en instalarse y hacersepopular, ya que la influencia del modelo médico y científicoclásico, para el enfrentamiento de todo tipo de patologías yconflictos del ser humano, era muy preponderante. De allítambién se desprendía el trabajo frente al individuo, más queal grupo o a un conjunto institucional o social. En contrapo-sición con la medicina occidental, se comenzó a trabajar nosolo la parte, sino el todo.

Moreno desarrolló numerosas intervenciones, dirigidashacia grupos laborales, y comunitarios. Es así como tambiénes famoso su trabajo con prostitutas. Posee influencias impor-tantes de la religiosidad jasídica. Cree en la existencia de co-rrientes de energía que circulan en el grupo. De esta manera,Moreno plantea la comunicación de los inconscientes perso-nales en el conjunto grupal y con ello el desarrollo del co-inconsciente. Antes de Moreno, Freud se refería a la psicolo-gía de las masas. Tenía en ese entonces una concepción degrupo, como un conjunto de sujetos que tendían a la regre-sión y a la indiferenciación, asociándolo con el primitivismo.Por otra parte, Jung planteó el concepto de inconsciente co-lectivo, que a diferencia del coinconsciente de Moreno, estáreferido a memorias de símbolos y arquetipos, que se transmi-ten transgeneracionalmente, sin que medie contacto, ni cul-turización.

El método grupal de Moreno, se sustenta en que a travésde la capacidad de goce y creación la realidad interna y losprocesos del ser humano se liberan más allá de lo manifiesto.Así, tanto el grupo como el terapeuta resuenan, contienen y

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dinamizan el proceso. A partir de lo anterior surge una teoríay una praxis en que los conceptos de catarsis de integración,espontaneidad, creatividad, tele, transferencia y sociometríason muy importantes3.

En el mismo marco, el fundamento de la psicoterapiade grupo es la doctrina de la interacción terapéutica. Morenose centra también en las bases de las terapias tribales. En ellael grupo desempeña un rol curativo en la patología individualy viceversa. También la acción más allá del verbo, los ritosmás allá de los mitos tribales cumplen un rol en el desentrañarlos conflictos de la psique. Allí comienza la vida vincular, ladinámica inter e intra; la construcción y la sanación del vín-culo es recíproca. Tanto actor como observador se dinamizanen una interacción, en donde los roles se complementan a ve-ces de manera sana y a veces patológicamente, involucrandoen el vínculo lo perceptivo, lo afectivo, lo cognoscitivo y locorporal. El tele se produce cuando existe reciprocidad y con-ciencia en la construcción del vínculo. Transferencia, por elcontrario, es cuando se produce la distorsión de la percepciónrecíproca, existiendo interferencia de la historia.

De alguna manera el «tele» es la dirección que asume laexpansión del yo, para tomar conciencia de un otro. Permitela relación entre un sí mismo centrípeto y un yo centrífugo.Posibilita el encuentro social sin la negación del individuo.

La espontaneidad y la creatividad derivan también de lovincular, están centrados en lo interactivo, en la comunica-ción con un otro. De alguna manera, lo que diferencia, laespontaneidad, con la impulsividad, es la función de adecua-ción a un otro. La espontaneidad está centrada en lo interac-tivo, no es lo mismo que la conserva cultural, que tiende abloquear e inhibir la expresión del sí mismo. El fundamentodel psicodrama es el principio de la espontaneidad creadora.La piedra angular de la psicoterapia de grupo es la acción

3 Moreno, J.L., op. cit., 1987.

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espontánea. La participación libre de todos los miembros delgrupo es la producción dramática y la catarsis reactiva. Elauditorio contiene, recibe, crea.

Aunque algunos pasajes de Moreno y de algunos autorespsicodramatistas aparecen algo confusos en relación con el con-cepto de espontaneidad, creo necesario aclarar algunos puntosaquí en relación con ello. El primero es que la espontaneidadno funciona en base a los principios de energía, como lo haríanlas pulsiones, por lo que no debería ser acumulable, nicuantificable, sino que más bien es un catalizador, un profun-do estado de conciencia organísmica, que mueve al sujeto a laacción y a la creación, pudiendo por lo tanto movilizar energíay pulsiones, pero no es reducible a impulso. Sería un error, porlo tanto, hablar de exceso o escasez de espontaneidad, ya quesimplemente está o no presente. Segundo, que al ser una res-puesta adecuada, es interaccional y vincular. En este sentidouna de las grandes confusiones es oponer la espontaneidad a laconserva cultural. Esta, en sí misma, no es bloqueadora, ya quede hecho, para que el sujeto desarrolle la espontaneidad, nece-sita la cultura con sus conservas. Lo que realmente ocurre esque si la espontaneidad se bloquea, una de las manifestacionespuede ser la estereotipia de las conservas culturales a través dela rigidización de roles en el sujeto.

Tanto el «tele» como la espontaneidad, son elementos deevaluación de grupos terapéuticos y de intervención, ya queestán relacionados con el encuentro, para valorar y replantearnecesidades y tareas. Cuando existe patología, y la espontanei-dad está obstruida, puede existir o mucha impulsividad o inhi-bición de la creatividad y de la dinamización de los vínculos.

Sociometría

Las bases de la sociometría, nuclear en la teoría psicodra-mática, están en la socionomía, que es parte de la ciencia queestudia las leyes sociales y que centra la temática de los con-

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flictos humanos, lejos de la postura individualista del mode-lo médico. La socionomía, a su vez, está constituida por lasociogenética, la sociodinámica, la sociatría y finalmente lasociometría.

La sociogenética estudia la evolución de las constitu-ciones grupales a lo largo de la vida del individuo. Vemos, deesta manera, cómo los niños en su primera etapa poseen elec-ciones sociales más azarosas, para cada vez más ir evolucio-nando hacia selecciones sociales más complejas. Se realiza-ron investigaciones que fueron afinando los modos de elec-ción de los sujetos en base a diversos criterios, a lo largo delas distintas etapas de la vida. A nivel de psicoterapia, el gru-po es un catalizador, que nos permite evaluar criterios finosconscientes e inconscientes de, por ejemplo, elección de pare-ja, amigos y en general de la postura sociodramática de lavida de un sujeto.

La sociodinámica es el estudio de las leyes, por mediodel cual se evalúa la asociación de los individuos y sus in-fluencias bipartitas, la estructuración de los grupos socialesaislados y las asociaciones de los grupos. Cada individuo dejahuellas en un grupo y cada grupo a la vez activa un modelovincular particular de un individuo. Un grupo tiene un me-canismo de equilibrio establecido, que tiende a la conserva-ción. La incorporación de un nuevo miembro tiende a rom-per esta homeostasis, lo que evidencia las tendencias conser-vadoras de los grupos. Se generan, por tanto, mecanismospara compensar este equilibrio.

La sociatría es la ciencia que estudia los mecanismos decuración de sistemas sociales y de reestablecimiento de equi-librios.

Finalmente, nos detendremos con más detalle en lasociometría, por ser el núcleo de la teoría grupal de Moreno.La sociometría es la ciencia que mide las relaciones inter-personales e intergrupales. Es un método para explorar lasrelaciones entre las personas. Se describe también como unaforma de investigar la espontaneidad y el «tele». La cohe-

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sión de grupo se define como una función del tele, que seestructura a partir de una ley de gravitación social, ley de atrac-ción y rechazo individual versus grupal. Se realiza un análisisde las elecciones realizadas y de las que se es objeto y de estamanera se ve la relación entre la estructura y el proceso deltele. Se habla por lo tanto de la tele estructura y del tele pro-ceso. La tele estructura es el cálculo actual presente de eleccio-nes no al azar. El tele proceso son cambios por acciones queinducen a la corrección de la percepción. Moreno realizó unexperimento con la asociación libre de diván, en donde en-contró posibilidades de aplicaciones individuales en un con-texto grupal, pero observó que los inconscientes individualesno se juntaban necesariamente. El experimento sociométricogrupal es entonces intencionar el tele a través de la observa-ción y el interés corporal y espiritual. Se puede hacer que elmonólogo pase a diálogo y que los inconscientes convergan.El inconsciente común y la comunicación medial, por lo tan-to, se van desarrollando con el tiempo y se van actualizando.Estas son las bases sociométricas de la psicoterapia.

Los conceptos que están a la base de la sociometría sonlos criterios, las valencias, el tele y las configuraciones vincu-lares. Los criterios se refieren a los motivos para los cuales unser humano elige a otro. Por supuesto que es distinto el criteriode elección de pareja, al de amigo, consejero, etc. La valenciaestá relacionada con la atracción, rechazo o indiferencia, con laque está cargada una elección. De esta forma existe una valenciapositiva, una negativa y una neutra respectivamente. El tele serefiere a si existe reciprocidad o mutualidad en la elección entremiembros de un grupo, o si existe discordancia, tanto desde elpunto de vista de los criterios y las valencias descritas. Final-mente las configuraciones vinculares son las figuras relacionalesque se estructuran en un grupo, como resultado del tipo deelecciones descritas. Es así como existen círculos, estrellas, pirá-mides, triángulos, díadas y aislados. Esto da lugar a un diag-nóstico que apunta a describir a un grupo como sano o patoló-gico, dependiendo de las características de estas formas, de su

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adecuación en relación con la tarea del grupo, de su coherenciacon el contexto institucional-social en donde este se inserte, ytambién a su rigidez y dinamismo.

El método de aplicación puede ser gráfico o de acción.El método gráfico implica fórmulas matemáticas. Consiste enrealizar un test en el cual se le pregunta a un grupo en base acriterios de interés, a quién elegirían –atracción–, a quién noelegirían por ningún motivo –rechazo– y quién les es indife-rente –neutral–, para por ejemplo contarle un secreto, invitar-lo a su casa, ser su jefe, etc. –que serían los criterios–. El resul-tado de las elecciones se lleva a una tabla y luego a un gráfico,que expresa las configuraciones mencionadas en el párrafoanterior. En este caso la percepción integra pensamiento y sen-timiento. Mediante un análisis de las elecciones realizadas yde las que se es objeto, se obtiene el diagnóstico de un grupo.Por ejemplo si existe tele –mutualidad–, si existen muchasdíadas, una estructura muy piramidal, no acorde con la tareagrupal, etc. Las formas de aplicación del test pueden ser va-riadas. Un ejemplo es pedirle al grupo que se imagine que esuna olla de agua en ebullición, luego que se junten de a parejay se cuenten una experiencia íntima, vuelven a ser la olla deagua para mezclarse y luego poner todos la mano en el hom-bro del que desean que hoy sea el protagonista. Este es unmétodo particularmente útil para psicoterapia de grupo. Otraforma de aplicar el método, menos tradicional, es que cadamiembro del grupo escriba cuatro adjetivos respecto del restode sus compañeros. Se colocan estas hojas en el suelo y losmiembros del grupo van rotando, para visualizarlas todas. Seda la consigna de que cada uno memorice dos adjetivos posi-tivos y dos negativos sobre sí mismo, que más le haya llama-do la atención y quién lo escribió, y lo memorice o apunte4.

Moreno desarrolló la sociometría en los campos de pró-fugos de Mittendorf. El test sociométrico se aplica para medirlas organizaciones de los grupos y estudiar las estructuras so-

4 Bustos, D., El test sociométrico, 1980.

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ciales. También puede ser particularmente útil en grupospsicoterapéuticos, para evaluar la espontaneidad y el tele. Delanálisis de las elecciones resultan los aceptados, rechazados,aislados y los periféricos5.

Otra forma de sociometría es el test perceptual. Consisteen un test sociométrico que se realiza en la mente del pacientey no en la realidad social. Es como un sociograma introverti-do, en contraposición con el sociograma extrovertido, en dondela dinámica principal es la elección y no la percepción.

También se desarrolla la sociometría de la dinámica de losroles o el test de los roles. Se realiza un diagrama de roles clásicos,por ejemplo a elegir en una escena, tales como papá, mamá,pareja, etc. Cada miembro elige a su preferido en cada rol ytambién en qué rol le gusta ser escogido. Esta forma del testsociométrico es particularmente útil en psicoterapia psicodra-mática, en donde la elección de papeles para la dramatización deescenas es permanente. Permite evaluar el tele, el grado de satis-facción de sus miembros para las elecciones de la que son o nosujetos y la percepción que los demás tienen de cada uno.

Finalmente el átomo social es un concepto que se insertadentro de la teoría sociométrica. Equivale por lo tanto a unasociometría individual, e implica el conjunto de vínculos sig-nificativos que posee un sujeto. Desde el punto de vistametodológico, se puede desplegar como una técnica de entre-vista psicodramática que posibilita apreciar el mapeo vincu-lar de una persona, como se encuentra desde el punto de vistade sus relaciones con objetos externos e internos, detectandoademás en conjunto con la persona los núcleos de conflictosmás relevantes. Como «objetos» se entienden las personas ylas situaciones. Además las significaciones que la persona leasigna a cada vínculo. Después de una delimitación del espa-cio escénico, se le plantea al paciente que vivencie este espa-cio, como su propio espacio vital y que disponga en él cojines,que lo representen a sí mismo y a lo más significativo de su

5 Marineau, R., Jacob Levy Moreno. Su biografía, 1974.

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vida, que representarán el átomo social actual. Se le pide quevaya desplazándose por cada uno, explorando y expresandosentimientos, sensaciones, fantasías, conflictos y recursos pre-sentes en cada vínculo. Desde ahí que vaya hablándole al co-jín que lo representa a sí mismo. Aquí se realiza, con cadauno, una inversión de roles. En una segunda instancia se lepide al paciente que vuelva al espacio escénico e introduzcalos cambios que encuentre necesarios. Es también una manerade co-construir el objetivo de psicoterapia, involucrando ycomprometiendo al paciente con la terapia de manera que else haga cargo de sus procesos. El átomo social se aplica tantopara individuos como para familia6.

Estructura de grupo

Cuando hablamos de estructura, hablamos de algo fijo,estable, en cierta forma inamovible. El paradigma psicodra-mático cree y se centra más en el movimiento, en el proceso,en lo que cambia, en lo que es susceptible de intervenirpsicoterapéuticamente. Por esta razón, al referirnos a estruc-tura, nos estamos refiriendo a ciertas formas fijas de relación,dentro de las cuales se dinamizan procesos. Por esto mismo,cuando hablamos de estructura, no ponemos el énfasis en lofijo o rígido, sino más bien en un corte transversal, que reflejaun continente más o menos estable, sobre la base de lo cual semueven contenidos más dinámicos. Es tal vez un tema de tiem-pos, la estructura es más lenta, el proceso es más veloz y existeindudablemente una interacción entre ambos. De esta mane-ra, al movilizar un proceso también voy paulatinamente mo-vilizando una estructura.

En términos de psicoterapia de grupo psicodramática, alhablar de estructura podemos prácticamente referirnos a cua-tro aspectos:

6 Reyes, Gloria, op. cit., 2005.

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El primero de ellos está ya mencionado en el punto ante-rior, y se refiere a la tele-estructura, que es el modo fijo deelecciones realizadas por un grupo sociométricamente hablan-do, antes de ser intervenidas. Nos establece la forma de orga-nización de sus miembros, los líderes, los tipos de interacción,la cohesión, la identidad, etc.

El segundo aspecto nos lleva a estructuras culturales, so-ciales, institucionales, familiares y también arquetípicas, quetienden a repetirse en las formas de relaciones grupales, sobrelas que podemos profundizar en la investigación psicotera-péutica a través del tele y la transferencia. Un ejemplo de elloestá en el formato familiar y se puede expresar en el mito deEdipo, Iocasta, Layo y Antígona. Se reproduce, contiene a lafamilia, pero también la trasciende. En otras palabras, el gru-po es una sociedad en miniatura en que todos los miembrosson aceptados y todos tienen la posibilidad de expresarse abier-tamente, actualizando roles. En este sentido es importante ver,¿cuáles son las figuras terapéuticas autoritarias, maternas ofiliales? ¿Cuáles son aliadas, enemigas o rivales del terapeuta?

Un tercer aspecto, que podemos asociar con estructuraespecífica de la psicoterapia de grupo psicodramática, se sos-tiene sobre cuatro elementos clave: el sujeto participante oprotagonista de la escena, el auditorio que resuena la escena yse identifica con ella de diversas maneras, el o los terapeutas ylos yo auxiliares que pueden ser miembros del grupo o agen-tes terapéuticos profesionalizados que co-ayudan al directoro terapeuta.

Un cuarto aspecto estructural de la psicoterapia de gru-po psicodramática son los agentes o fuerzas actuantes comotele y espontaneidad y los mediums, que son los medios através de los cuales se influencia en el grupo. Estos últimospueden ser danza, música, etc.

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Procesos de grupo

Los componentes de la técnica están referidos a elementosconstituyentes en la psicoterapia de grupo psicodramática. Es-tos son el público, el escenario, la escena, el director, el protago-nista y los yo auxiliares. El público está constituido por los inte-grantes del grupo, cuyo proceso de observación activa de la dra-matización sitúa por un lado un espacio de contención yfacilitación para el protagonista, y por otro, también es porta-dor de diversos aspectos de lo que ocurre en la dramatización.En este caso, puede identificarse, empatizar, verlo como algo le-jano, etc. Sin embargo, independientemente de cómo vivencie ladramatización, también tiene que ver con aspectos individualesy grupales, que se van entrelazando. Esto fue denominado porMoreno como «co-inconsciente». El escenario es un espacio físi-co en donde ocurre la escena, representa el locus, y se representacomo un momento, un tiempo, objetos, personajes y una red devínculos, tal cual el paciente los significa. El protagonista es unmiembro elegido por el grupo, quien representa su propia esce-na, pero que a la vez está actualizando el conflicto y la accióndramática esencial del grupo, en ese momento. La escena se re-fiere al conjunto de elementos, conformados por personajes, pro-tagonistas, objetos animados y/o inanimados y sensaciones aso-ciadas. El director o terapeuta debe conducir la escena de mane-ra que esta se reproduzca de acuerdo con la actualización espon-tánea de la fantasía del protagonista o de la creación colectiva;esto porque a veces el protagonista es el grupo o una parte de él.También debe cautelar la integración de las tres áreas de la expe-riencia y, por otra parte, le corresponde estar atento a lo queocurre en el grupo. Los yo auxiliares pueden ser co-terapeutasadiestrados. También a veces pueden ser miembros del grupo,que participan en la recreación de la fantasía y/o del recuerdosignificado por el o los protagonistas, colaborando con el direc-tor en el desempeño de sus funciones y diversas técnicas7.

7 Reyes, Gloria, op. cit., 2005.

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El proceso de psicoterapia tiene como eje un objetivo.Este se relaciona directamente con el locus y la matriz. Lamatriz está definida como el campo de operaciones terapéuti-cas y el locus como el conjunto de situaciones originarias quelas desencadena. El propósito de la psicoterapia grupalpsicodramática es, ya sea a través de un protagonista, unsubgrupo protagonista o el grupo completo, generar condi-ciones para investigar la matriz de los individuos y la matrizgrupal y desarrollar, con ello, la búsqueda de la rematrización.Esto se realiza fundamentalmente en la dramatización, a tra-vés de la catarsis de integración y el insight dramático. Loscambios perdurables se van dando a través de una elabora-ción posterior. La catarsis de integración es un proceso deabreacción emocional, con profunda resignificación cog-noscitiva y toma de conciencia, que involucra el cuerpo y losafectos. Se da a nivel individual en el protagonista de la esce-na –catarsis primaria– y a nivel del grupo, que observa, acom-paña y contiene –catarsis secundaria–. Se produce una libera-ción de la realidad para la producción y el análisis. La prime-ra, la catarsis de la dramatización que es primaria, es produc-to de la acción. La catarsis secundaria, en cambio, es una ca-tarsis de grupo, es vivida por la interacción entre todos losmiembros del grupo, a partir fundamentalmente de la obser-vación de la escena, aunque se puede dar en distintas fases delproceso. Resulta de las acciones espontáneas de uno o variosmiembros del grupo, pudiendo ser o no estructurada.

Los métodos más empleados en las sesiones grupales sonlos descritos clásicamente dentro del psicodrama. En la etapade preparación, se emplean muchos iniciadores físicos, corpo-rales, sensoriales, el juego y la interacción; el actuar espontá-neo, el contacto corporal, la comunicación motora y táctil.Algunas veces se ha intervenido con psicofármacos. Durantelas dramatizaciones, las técnicas más tradicionalmente emplea-das son el soliloquio, el doble, el espejo y la inversión de roles.

Los sistemas de comunicación apuntan a develar la rela-ción entre contenido manifiesto y latente, generándose una

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comprensión intermediaria. Existe un sexto sentido en la co-acción que es proporcional a la espontaneidad. En otras pala-bras, se busca la relación entre el inconsciente y el consciente.El inconsciente de Moreno es distinto al inconsciente indivi-dual de Freud y al colectivo de Jung, ya que son producto delvínculo y la interacción en el grupo, sobre la base del princi-pio del encuentro.

Otro aspecto relevante para el terapeuta, durante el pro-ceso grupal, es el manejo de la resistencia. Esta puede tomartanto forma de bloqueo de la acción, como forma de actingen la dramatización. Se puede dar a nivel individual o grupal.Puede ser de carácter agresivo, erótico, sobrerrepresentacionaly de interrupción. Existen diversas maneras de enfrentar lasresistencias para un terapeuta en el contexto grupal. Una pri-mera forma es generar un ambiente permisivo para que esta sepresente e incluso se magnifique. Aquí el humor puede des-empeñar un papel de facilitación y contención. Una segundaforma de manejar la resistencia puede ser mediante concreti-zaciones. Esto implica llamar al espacio escénico a aquellosmiedos o factores que bloquean la representación de conteni-dos más profundos y realizar inversión de roles. Se puede lle-var a cabo esto con yo auxiliares o con cojines u objetos inter-mediarios. Una tercera forma, que es la que clásicamente em-plean los psicoanalistas, es la interpretación de la resistencia.En el contexto psicodramático, recordemos que la interpreta-ción se realiza a manera de hipótesis, constructivistamenteentre director y protagonista de la escena.

El manejo de la transferencia también es un elementoimportante en el proceso de psicoterapia. Dada la concepciónde transferencia que posee Moreno, es difícil disociarla con eltele, que es su contrapartida. En psicodrama la transferenciaes vista como un proceso bilateral, ya que no se consideraconceptualmente la contratransferencia. La transferencia ad-quiere además del rol temporal clásico, el rol espacial, ya quese produce en forma simultánea y complementaria en diver-sos miembros en el espacio grupal. Esta puede ser manejada

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en psicodrama, llevándola a escenas y en algunas ocasionestambién interpretándola. En el caso de que la transferenciasea intensa, involucre a gran parte del grupo, es bueno másbien llevarlo a escena, que solo quedarse en la interpretación.

Durante el transcurso del desarrollo grupal, se interpre-tan los mecanismos de defensas clásicos, como identificacio-nes, proyecciones, negaciones y desplazamientos. Como ya semencionó, la interpretación se maneja hipotéticamente y cons-truyéndola con el protagonista de la escena. Se relaciona conafectos y relaciones interpersonales. La interpretación es des-de la vivencia, se hace en forma verbal y por modificación deactitud. Se puede interpretar antes, durante y después.

Finalmente, un elemento relevante del proceso grupalpsicodramático es obviamente la dramatización. Ella está cons-tituida por personas, personajes, roles y concretizaciones. Eldiálogo en las dramatizaciones es a través del lenguaje, la co-municación y la simbolización. También durante la dramatiza-ción, se observa el rol importante que juegan el espacio y eltiempo, que permite el revivir la experiencia desde una dimen-sión diferente de la bidimensionalidad plana del relato verbal.Esto, al igual que los iniciadores corporales y emocionales, des-empeña una función desbloqueadota relevante durante la re-presentación.

La dramatización puede ser de carácter explorador, des-criptivo, expresivo, elaborativo, defensivo y demostrativo, de-pendiendo el énfasis y la necesidad de los protagonistas y delgrupo en su conjunto. Lo ideal de una dramatización, paralograr mayor profundidad, es que esté presente todo lo ante-rior.

Recordemos que en el grupo se interviene no solo en losindividuos, sino que el propósito es el grupo en su conjunto.De esta forma, cuando se está profundizando una escena in-dividual, lo que se está explorando en ella son las resonanciasgrupales. Entendemos por ello las identificaciones, y lo que leocurre a cada uno con la profundización de una escena, queno es lo mismo que la homogeneización de contenidos y vi-

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vencias. Una misma escena logra identificar a todo el grupo,pero puede ser desde la diversidad de emociones, a uno le darabia, a otro pena, a otro indiferencia. Lo relevante es que atodos les ocurre algo con la dramatización. Constituye por lotanto esta un vehículo catalizador de un emergente grupal.De ahí la habilidad del terapeuta en cautelar las formas grupalesde elección de la escena, la lectura de lo latente y el entretejidogrupal, tanto desde la transverzalización de contenidos, comodesde la diversificación de ellos. Desde el caos y la confusión,a la claridad y diferenciación.

Fases de la psicoterapia de grupo

El concepto de fase, a diferencia del concepto de etapa, serelaciona con que cada período se puede sobreponer con el otro,no hay una demarcación rígida, ni claramente delimitada en lafinalización de una fase y el inicio de la otra. Se va generandopor lo tanto un proceso, que comienza en un acto preparato-rio, continúa en la aparición de un tema o conflicto, sigue conla exploración, profundización, y a veces con la resolución deeste, para finalizar con un re-mirar, re-pensar y re-significar. Loimportante de cada fase no es tanto el método o la forma, yaque lo que define su esencia tiene que ver con el propósito osentido que dicha fase tiene. Lo que se desarrolla a continua-ción son entonces principalmente los propósitos de cada mo-mento de la sesión grupal del psicodrama.

La primera gran fase de la sesión grupal dice relación conla preparación o caldeamiento. Este, a su vez, se divide en ines-pecífico, que es el proceso inicial, mediante el cual se generauna sensibilización del cuerpo, de los afectos y de la cohesiónde los participantes, de manera de facilitar la emergencia deldiagnóstico y del conflicto grupal. El caldeamiento se puederealizar en función del trabajo con el cuerpo, música, danza, otambién mediante la emergencia de contenidos verbales espon-táneos del grupo. Esto implica, que es un proceso que también

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puede darse en el plano de las ideas y de la conversacióndiscursiva, en la que se genera un encuentro. El caldeamientoinespecífico está fundamentalmente destinado al espacio grupal.Por otra parte, un segundo periodo de esta fase de preparaciónes el caldeamiento específico. Consiste en la dinámica median-te la cual surgen las vivencias y los conflictos individuales, delas que emerge el conflicto grupal. En esta etapa, por lo gene-ral, el grupo además elige participativamente la escena y por lotanto el protagonista que la desarrollará. También el caldea-miento específico es cuando se prepara al protagonista para eldesenvolvimiento de la escena, la preparación del espacio físi-co, los personajes, etc. Se considera también, como parte delcaldeamiento específico, la escenificación. Aquí, se construye ydelimita el espacio escénico, con los espacios tridimensionales,los objetos y las relaciones. También es considerada como partedel caldeamiento específico. Es recomendable traer a la memo-ria, lo más vívidos posible, recuerdos de diferentes sensaciones,olores, iluminación, hora del día, ruidos alrededor, etc. Laescenificación la va construyendo el protagonista; no obstantees función del director guiarla de tal manera que vaya involu-crando al grupo en este proceso, introduciéndose en el espaciotiempo, características físicas, personajes, etc.

La segunda gran fase de la sesión grupal de psicodramaes el despliegue de la escena. Consiste en la dramatización, larealización de la acción que involucra al protagonista y a losroles complementarios, y que tiene como propósito vivenciary tomar conciencia del conflicto, intentando integrar en laexperiencia elementos ideativos, afectivos y corporales. Cons-tituye un dispositivo terapéutico, que permite el despliegue dela fantasía interna. Aquí el director debe tener la capacidadvincular-tele terapéutico, para que la escena fluya, y detenerlae intervenirla en los momentos necesarios, para la profundi-zación y exploración de lo latente. El protagonista de estaescena puede ser un miembro del grupo o un subgrupo, de-pendiendo cómo y quién haya elegido el grupo como emer-gente. En el primer caso estamos hablando de psicodrama y

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en el segundo caso de sociodrama. Toda dramatización debecontemplar la carga afectiva asociada, que es la que general-mente se desbloquea durante la acción. Consiste en la abre-acción emocional, que implica simultáneamente despejar ytomar conciencia de algo por primera vez. La catarsis de inte-gración esta ligada al insight dramático que consiste en el pro-ceso de darse cuenta de manera integral y en forma espontá-nea. Esto implica tomar conciencia del locus, de la matriz yde la relación dinámica que existe entre ambos. Se produce unproceso de resignificación, que trasciende lo intelectual. Tan-to la catarsis de integración como el insight dramático, se en-trelazan para que realmente posea sentido terapéutico. De locontrario, una catarsis puede tener solo un efecto de descargatensional, pero no un cambio o una revaloración. La catarsisde integración es un componente corporal afectivo con cargapulsional, no a la manera impulsiva de un acting. Por otraparte el insight dramático tiene un componente más de pen-samiento, más de proceso secundario y elaborativo. Mencio-no esta separación didácticamente, ya que en la realidad prác-tica es un acto único y espontáneo en el sentido moreniano dela palabra espontáneo. Esto último implica un sentido deadecuación y un sentido vincular, ya que este proceso solo seda en el caso de que hay un alguien que lo acoja y contenga. Apartir del proceso anterior, la resignificación vivencial e inte-lectual permite la apertura a nuevas posibilidades de relación,de espontaneidad y de creatividad con la realidad interna yexterna. Sobre la base de la espontaneidad y la plena libertaddel grupo de expresar su mundo interno, se sustenta la verda-dera capacidad de adaptación, sin que ello involucre la nega-ción de aspectos de sí mismo.

La fase expresiva del psicodrama puede cursar de acuer-do al manejo de la escena clásica de psicodrama, pero tam-bién se puede dar a través de concretizaciones de imágenes devivencias de un grupo, presentaciones no verbales de conteni-dos de un subgrupo, o relato de leyendas. Está última posee laventaja del manejo de los contenidos a nivel simbólico, que

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permite no adherirse a contenidos específicos percibidos comoamenazantes, para un individuo o para el grupo. Esto es espe-cialmente útil en algunas fases del desarrollo de la psicotera-pia de grupo.

La tercera y última fase de la sesión grupal es el sharing.Consiste en el cierre del proceso de intervención psicotera-péutica. Aquí nuevamente tienen espacio el pensamiento y lapalabra. Se posibilita lo elaborativo posterior a la escena y laprofundización simbólica del conflicto, la que es construidaentre terapeuta y grupo. Se comparten las vivencias persona-les, generadas por la dramatización. En este período es rele-vante acoger y devolver, tanto lo transversal, como lo hetero-géneo. El director no debe solo detenerse en lo transversal, nimenos aún forzar la homogeneización de los conflictos, sinoque también respetar la diversidad. Las temáticas emergentesconfiguran el proceso de identificación secundaria. En estesentido, el sharing no solo aúna sino que también diversificacaminos, no solo cierra sino que abre preguntas, no solo faci-lita el proceso de cohesión grupal, sino que también dentro deella promueve el proceso de individualización. En otras pala-bras un grupo que tiende a lo sano, a lo espontáneo, es ungrupo que se cohesiona en una tarea, pero que contiene indi-viduos con diversidad. Esta etapa es crucial, sobre todo en lamodalidad grupal, ya que es aquí donde se constata que laelección de la escena se relaciona, con la emergencia de unconflicto que ya no es del protagonista que realizó la drama-tización, sino que este fue sólo un agente catalizador del con-flicto grupal. El sharing cumple en cierto sentido con dos pro-pósitos: el primero dice relación con la verbalización, que po-sibilita una resignificación cognitiva y afectiva del re-aprendi-zaje, y el segundo la vuelta al contexto grupal, desde la escenaindividual o subgrupal. Yo, en términos prácticos, lo dividoen dos partes. La primera es asociación libre, divergente, máscercana al proceso primario y a una ruptura lógica, que per-mite la profundización de los contenidos emergentes incons-cientes del protagonista y del grupo, lo planteo como un jue-

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go de asociaciones laxas de ideas, disparadas por la escena.Esto tiende a enfatizar más el hecho de que el sharing no debeestar centrado en un proceso de «interpretaciones y consejos»dirigidos al protagonista. La segunda, más secundaria,elaborativa y convergente, que tiende a estructurar más el pro-ceso y a diferenciar lo que es del grupo, del protagonista y decada miembro, en la medida de lo posible. El predominio dela primera y segunda partes depende del nivel de profundidady desarrollo en los que esté el grupo. Obviamente, a mayorprofundidad de contenidos, tiempo transcurrido de la psico-terapia grupal y consolidado esté el vínculo, más se puedeexplorar la etapa divergente, ilógica y de asociación libre. Enlas psicoterapias focalizadas de tiempo definido, es mejor unsharing más estructurante y psicoeducativo.

Otra forma de enfocar el desarrollo de los grupos es ladescripción de sus fases de desarrollo a lo largo de un periodo,no de una sesión, como se acaba de plantear. El grupo cursafases de ciclo espiral evolutivo, que han sido desarrolladas pordiversos autores.

Foulkes se refiere a una fase de grupo inicial indiferen-ciada y mágica, una fase intermedia de diferenciación y hos-tilidad y una fase terminal en que el grupo experimenta lafutilidad de la vida y la muerte inexorable. De manera simi-lar, otro autor, King, describe cuatro fases. Una primera caó-tica, primaria y fragmentada, una más organizada en la quesurgen líderes, cohesión grupal y claridad en la tarea, parapasar a un enfrentamiento experimental y llegar a un proce-so de adaptación y cambio. Bennis habla de dependencia,huida y posteriormente de interdependencia. Por otra parte,Shutz se refiere a inclusión, control del poder y liderazgo,para concluir en una fase de más comunicación y afecto.Bach describe procesos de prueba, dependencia, regresión,compañerismo, fantasía y juego, conciencia de grupo y gru-po de trabajo. Finalmente, Pablo Población y Elisa LópezBarbera describen cuatro fases. La primera, denominadacomo caótica, en la que se da dependencia y temor. La se-

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gunda, llamada fundacional, en la que se expresan amor yodio. Una tercera fase está descrita como una fase de repro-ducción de los mitos familiares, hasta una cuarta y final enque se estructura socialmente el grupo, en base a agenciartareas8.

Lo que he observado en lo años de trabajo grupal, tantopsicoterapéutico como de formación, son alrededor de cuatrofases, que aproximadamente coinciden con las descritas porlos autores señalados.

La primera es una fase de cautela, resistencia y temor. Esun período de conocimiento del grupo y de los terapeutas,además de una adaptación y reconocimiento del encuadre.Aquí se activan una serie de ansiedades paranoides y miedos,relacionados fundamentalmente con la sobreexposición, lapérdida de la individualidad y autonomía, así como el sustode caer en estereotipias en la relación grupal. El primer ele-mento que desde el coordinador ayuda a transitar en formaadecuada esta fase, dice relación con el facilitar y promoverespacios en que estos temores se expresen abiertamente en elgrupo sin ser juzgados, sino que, por el contrario, valoradoscomo defensas sanas. Muchas veces los psicólogos caemos enla deformación profesional de interpretar resistencias, cuandolo que hay es cautela o temores absolutamente válidos. Estosse pueden transformar en resistencias si se cronifican, porqueno tienen espacios de liberación, bloqueando la emergenciade la verdadera espontaneidad, que no tiene que ver con lasobreexposición antes de tiempo. Un segundo elemento tieneque ver con la sensibilidad télica del coordinador, que se co-necte con el timing del grupo y en consecuencia seleccione enconjunto con ellos actividades de caldeamiento que permitanel acercamiento paulatino en función de las necesidades desus miembros. Un tercer elemento tiene que ver con el statusnascendi y locus de la gestación del grupo, que se produce enlas primeras sesiones y en las cuales el encuadre, en términos

8 Espina, B.J., Psicodrama, nacimiento y desarrollo, 1995.

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de los propósitos y reglas del juego, debe quedar extremada-mente claro y acordado. El momento de conformación delgrupo, en este sentido, es crucial. El coordinador de grupo,debe preguntar, en la primera sesión, si están todos cómodos,o se encontraron con alguien que puede hacer incompatiblesu funcionamiento en el grupo. Me ha tocado enfrentarme alhecho de que miembros del grupo se han encontrado con suex terapeuta o en otra ocasión con su ex pareja. Eso se conver-sa y se busca la forma de resolución, que puede llegar a la noinclusión de un miembro, como medida precautoria de élmismo y por supuesto del grupo. Durante esta primera fasedel grupo, suelo hacer más énfasis en los emergentes grupalesque a los personales, para que los sujetos no se sientan indivi-dualmente expuestos.

Una segunda fase dice relación con la indiferenciación,idealización, enamoramiento y manía. Durante esta fase, yahan pasado los temores iniciales, el grupo se ha cohesionado yexperimenta esta cohesión en forma uterina, regresiva y mági-ca. Tienden a homogeneizarse, a homologar conflictos y a negardiferencias. El grupo y el espacio grupal tienden a ser visua-lizados como una especie de paraíso en donde cesa el munda-nal ruido y en donde mágicamente se satisfacen todas las ne-cesidades. En general es una fase maníaca similar a la del ena-moramiento de las parejas, en que idealizo al otro, negandosus dificultades. El grupo y su terapeuta representan un espa-cio imaginario de gratificación de necesidades. Esta fase ob-viamente se desarrolla si el grupo logra transitar la primeradescrita. Frente a ella no queda otra que vivirla. En términode catexis energética grupal, es necesaria y disfrutable, perono debe prolongarse más del tiempo necesario. En este senti-do, el rol del terapeuta debe ser el ir señalando y confrontadoal grupo, los elementos que tienden a la negación de dificul-tades y a la idealización e ir enunciado el paso de una etapade mayor reconocimiento del otro.

Una tercera fase, que se desprende en este caso inevitable-mente de la anterior, es la de la desidealización, desilusión, dese-

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namoramiento. Este tránsito es inexorable. Existen manifesta-ciones de frustración y agresión, hacia el grupo y/o hacia elcoordinador. Es como el desenamoramiento, como sentirse es-tafado. La diferenciación con el resto de los compañeros es ex-perimentada con sentimientos propios del duelo, como tristezay rabia. Para el tránsito adecuado de esta fase es sumamenteimportante que el coordinador no se haya quedado detenidosobre la base de alguna necesidad narcisística, alimentando laomnipotencia e idealización de la fase anterior y haya ido acom-pañando el duelo a este tránsito doloroso en forma paulatina.

Una cuarta fase se plantea como de diferenciación, acep-tación del duelo y capacidad de centrarse en la tarea de creci-miento y en el propósito grupal. La llegada satisfactoria aesta fase, depende de varios factores, relacionados con las ca-racterísticas del coordinador y también del grupo. Por ejem-plo un grupo con características más regresivas, con un coor-dinador de grupo más omnipotente y narcisista, es una com-binación peligrosa.

Cada una de las fases anteriormente descritas tiene suforma concomitante de organización grupal, emergencia deestructuras familiares primarias, líderes, etc.

Encuadre de la psicoterapia de grupo

El encuadre constituye un elemento crucial, para garan-tizar un desarrollo adecuado de cualquier psicoterapia de gru-po. Este se realiza durante los primeros momentos, y permitecalmar la ansiedad inherente del comienzo. Es un rito de ini-ciación, que constituye un contrato emocional que da la par-tida al viaje y facilita el salto al vacío. Si bien se lleva a cabo alcomienzo, he observado la necesidad de efectuar un repasoperiódico del encuadre, dependiendo de las necesidades delgrupo. Durante la primera sesión es muy útil realizar socio-metría espontánea, para ir reconociendo características gene-rales del grupo, los miedos y las expectativas. También es bue-

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no investigar fantasías antes y después de haber asistido altaller. Por ejemplo, imagino que está primera sesión terminó,voy camino a casa, qué voy sintiendo, qué pienso, etc. Dar lalibertad para que cada uno se mueva como quiere y vaya re-conociendo, apropiándose e identificado el espacio.

Lo primero que planteo son las reglas del juego. Estoincluye las características del grupo, el tamaño, si este serácerrado, semicerrado o abierto y los mecanismos de ingreso yselección. Reviso acá también, como ya dije, la conformaciónespecífica en términos de si existen algunos miembros que seestén reconociendo en ese momento y cuyas historias haganincompatible la incorporación de uno de ellos, en tanto seasentido incómodo para ellos y para el grupo. Las reglas deljuego involucran la asistencia y puntualidad, el día y horario,lugar de funcionamiento, la forma de pago de los honorariosy la equidad en lo mencionado para todos. Si ocasionalmenteexiste un acuerdo específico con alguien diferente, que en rea-lidad se trata de evitar, es transparentado en el grupo. Existentres reglas que son discutidas, que son la aceptación, respeto ydiscreción. La aceptación implica que no se obliga a nadie ahacer lo que no quiera, el respeto involucra el tender al nojuicio valórico, ni clínico –este último, común entre psicólo-gos–. La discreción dice relación con tratar lo que emerja enla situación grupal, en ese contexto y no afuera, lo que tieneque ver con la confidencialidad.

Otro aspecto importante de destacar en los momentosiniciales es el objetivo, que debe estar claro. Qué nos convocay lo relevante de no pervertir un contrato. Por ejemplo, sueleocurrir con los grupos de formación, que tienden a desviarse aespacios terapéuticos. Ahí es importante establecer la diferen-ciación. El coordinador debe dirigir una escena didáctica conel mismo respeto y cautela que si lo hiciera a un paciente. Sinembargo debe estar claro el objetivo didáctico tanto para elprotagonista, para el grupo, como para el director. Los objeti-vos de psicoterapia pueden ser diversos. Generalmente, los gru-pos psicoterapéuticos funcionan con temáticas libres no

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estructuradas. También puede darse el contrato de una temá-tica específica, solicitada por una institución, o conversadode comienzo con el mismo grupo. Cualquiera sea el caso y laforma de establecimiento del objetivo, debe ser planteado conextrema claridad y mutuo acuerdo.

Particularmente no soy partidaria de señalar nada delmétodo a un grupo, en sus inicios, porque se corre el riesgo deincurrir en una clase y provocar preguntas muy intelectua-lizadoras, pero sí señalo consignas generales y básicas sobre lasformas de elección de los temas y de los protagonistas y sobre elhecho de que todas las formas de participación son igualmenteválidas, activas, necesarias y útiles. Un miembro del grupo pue-de no realizar una escena en mucho tiempo y estar profunda-mente activo y comprometido en el proceso o incluso más quealguien que participa en muchas escenas. El aclarar esto mu-chas veces posibilita la disminución de ansiedades iniciales, frenteal mito de que para participar en sesiones psicodramáticas serequieren habilidades histriónicas.

Las consignas claras, tanto para el encuadre general de lapsicoterapia grupal como para enmarcar algunas actividadeso secuencias de las sesiones, son muy relevantes en la disminu-ción de las ansiedades y fantasías anticipatorias. Existen con-signas más estructuradas, cerradas y más instruccionales y con-signas en general más abiertas. Sin embargo, ambos tipos de-ben ser claros y no ambiguos.

Los roles deben ser expuestos de manera explícita y clara,para no dar curso a la influencia del pensamiento mágico ymítico. Los talleres están centrados en el grupo y el individuo,existiendo una cocreación y bidireccionalidad en la determina-ción de muchos aspectos. No obstante, tanto el grupo como elcoordinador deben tener presente la asimetría de los roles. Exis-ten ciertas responsabilidades y ciertas capacidades de decisióndel coordinador o del equipo de coordinadores, que no poseeel grupo. Esto es importante, ya que muchas veces se confundela conducción democrática con una anarquía, lo que generaangustia, confusión y agresividad en el grupo. Si existen yo

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auxiliares profesionalizados, también debe explicitarse en for-ma clara su rol, ya que están en una posición intermedia, quepuede confundir al grupo. Por ejemplo, que participe de algu-nos caldeamientos, pero no de escenas.

Las características para definir un grupo son variables, Mo-reno hablaba de grupo ya con tres personas. Particularmentecreo que el tamaño ideal para una psicoterapia grupal es de seisa diez personas. El grupo puede ser semicerrado, con el permisopara incorporar personas. Es importante que en el interior delgrupo todos los miembros posean el mismo rango y estatus.

El rango de tiempo puede ir de hora y media a dos horas ymedia. Lo relevante en esto último es intencionar la puntuali-dad del comienzo y del final, puesto que son características sim-bólicas temporales, así como existen las espaciales que facilitanla sensación de contención y confianza. El rango de tiempopuede ser de dos meses, dos años o indefinido. El estilo de fun-cionamiento de Moreno era intervenir en sesiones únicas, demanera que no se hablaba de proceso terapéutico en el tiempo.

El espacio debe ser cerrado e íntimo. Idealmente bientemplado y ventilado. Más importante que las estructurasmorfológicas propuestas por Moreno, similares a la de un tea-tro, es que el espacio sea percibido en ese tiempo de funciona-miento como propio por el grupo. En este sentido, es impor-tante delimitar en conjunto, al interior de la sala, los espaciosdel «como si» de la escena y de la emergencia del inconscientey los espacios elaborativos. Muchos autores, y dentro de ellosel mismo Moreno, plantearon argumentos, que fundamentanque la delimitación de estos espacios fueran estables. En miexperiencia los he rotado de sesión a sesión, definiendo estaelección con el protagonista de la escena, y ha resultado muybien. Existen diversas opciones entre los diferentespsicodramatistas para el empleo de objetos intermediarios ono. Mario Buchbinder, cuyo trabajo integra bastantes elemen-tos del teatro espontáneo, utiliza muchos objetos intermedia-rios, como máscaras, disfraces, géneros y utilería de teatro.Bustos, en cambio, prefiere que sea invocado en escena el mun-

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do interno y el objeto imaginario del protagonista.En psicodrama, pueden ser trabajadas casi todas las te-

máticas y motivos de consulta. Existen sí algunas contraindi-caciones en trastornos compulsivos severos, síndromesparanoides graves, cuadros maníaco depresivos y coeficientesintelectuales muy bajos. Si se trabaja con psicóticos o cuadrosmuy impulsivos debe ser alguien con experiencia y los pacien-tes deben estar medicamentados. También yo realizaría obser-vaciones para la realización de escenas en cuadros depresivosmayores o en ciertos períodos de la depresión.

Finalmente, como consideración, los pacientes puedenestar en forma paralela en psicoterapia individual y grupal,siendo a veces incluso conveniente. Creo que no es recomen-dable que sea el mismo terapeuta, ya que esto puede despertaransiedades de exclusión y celos en el resto del grupo. Lo que síse hace ocasionalmente es algo que se puede acordar con to-dos los miembros del grupo, y es que tengan la posibilidad enforma rotatoria, de tener alguna sesión individual con el tera-peuta de grupo, frente a situaciones de crisis para las cualesno alcance el tiempo grupal.

Ética de la psicoterapia de grupo

La ética es un aspecto básico a considerar en todo proce-so de curación, médica y psicoterapéutica. Así lo fundamentael juramento hipocrático. Se puede traducir en reglas claras yen transparentar la relación terapeuta-paciente, o terapeuta-grupo. Pero lo más relevante es tener clara la concepciónvalórica que se posee como terapeuta y ser honesto, en el sen-tido de cuándo se puede enfrentar o no una tarea. En la praxisde la psicoterapia de grupo, la aplicación de la ética tiene as-pectos que hacen más dificultosa su aplicación y resguardo.

La confidencialidad es un tema siempre presente al referir-nos a lo ético. En este sentido, siempre el terapeuta debe man-tener el secreto profesional, ya que es parte del código ético de

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su rol y por lo tanto debe aplicarla con relación a la totalidadde los miembros del grupo. Si existe alguna información que elterapeuta exponga afuera de la situación grupal, será solo porrazones profesionales, para supervisión, reuniones clínicas y conel único objeto de optimizar el funcionamiento, ya sea del diag-nóstico o de la intervención psicoterapéutica, favoreciendo lospropósitos que convocan a las personas y manteniendo el ano-nimato de los miembros. También, en el caso de utilizar partede la información para publicación o investigación, creo rele-vante solicitar autorización.

Estos mismos aspectos de confidencialidad, aplicados alcontexto grupal, se tornan más difíciles. Existe una regla rea-lizada en el encuadre inicial, en el que se le solicita al grupono llevar los contenidos principalmente más íntimos a otroespacio que no sea el grupal. La transgresión de esta regla porparte de alguno de sus miembros, si eventualmente ocurre, esconversada en el mismo espacio grupal. No obstante, cabe des-tacar que la responsabilidad recae más fuertemente en el tera-peuta o coordinador de grupo, recordando la asimetría del rol.

Referente a lo legal, pueden darse situaciones altamentecomplejas, que son las mismas a las que nos exponemos enpsicoterapia individual. Por ejemplo, qué ocurre en el caso deque uno de los miembros del grupo exponga una situación demaltrato, abuso o violencia, principalmente hacia menores opersonas más desprotegidas. Este tema, complejo de tratar,nos pone en una situación difícil desde el punto de vista éticoy legal. Qué ocurre con la confidencialidad, cuando esta pue-de involucrar la vida o la salud de los otros. Obviamente, sino denunciamos en caso de riesgos vitales, nos trasformamosen cómplices. ¿Cómo manejar este tema con el grupo y con elpropio paciente? ¿Cómo no desencadenar riesgos reales o an-siedades paranoideas en el grupo?

Es importante que todos los miembros del grupo poseanla libertad para expresar lo que necesiten, pero en un contextode aceptación y respeto. Cuando acepto al otro es que puedoestar en desacuerdo, pero no lo presiono ni obligo a llevar a

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cabo algo que no desee o a tener una actitud distinta. Cuandorespeto, es que le digo al otro lo que me pasa con él, pero asu-miéndolo como algo mío, sin que medien juicios de valores oclínicos, a lo menos exentos o concomitantes con una autorre-flexión, de lo que a mí me pasa con ello, sobre todo si es algoque me molesta. De lo contrario, la libertad de expresión sepuede transformar en algo que Dalmiro Bustos denominasincerocidio y puede ser altamente tóxico para los grupos.

Por ser una experiencia grupal, la corresponsabilidad delo que ocurre en el grupo debe estar consciente para todos,pero también el terapeuta debe tener presente que la asimetríade su rol involucra ciertas responsabilidades de funciones, queson de él y no de los miembros del grupo.

Al constituirse un grupo, el coordinador debe constatarque no existan incompatibilidades históricas y rólicas entre susmiembros. Posteriormente, si el grupo es semicerrado debentransparentarse las razones de ingreso y egreso, así como con-sultar al grupo cada vez que se incorpore un nuevo miembro.

Con relación al cobro de honorarios, cada vez hemos idoconstatando la relevancia de que tanto el monto del cobro,como la modalidad de este, deben ser equitativos para todoslos miembros. Las excepciones tienden a generar conflictos.En caso de extrema necesidad estas deben ser transparentadasfrente a la totalidad del grupo.

Rol del terapeuta de grupo

La función del tele, como empatía recíproca y como ele-mento que permite revisar lo que le ocurre al terapeuta, escrucial en psicoterapia grupal. De la misma manera la transfe-rencia cumple un rol relevante, ya que la distorsión que estaimplica es parte del propósito terapéutico, que desde el rol delcoordinador grupal se debe corregir a través del vínculo. De loanterior, depende la estabilidad del grupo y la productividadterapéutica.

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En nuestra cultura el rol del curador o sanador suele sersituado en una postura vertical, que asocia el papel mencio-nado con el de salvador, mesías, profeta o heroe. Esto generaen la situación grupal una transferencia y una sensibilidadpor parte de los pacientes que se debe cautelar. Las dificulta-des transferenciales no siempre son parte de la neurosis delpaciente, sino que muchas veces surgen de la incapacidad delterapeuta de advertir este tipo de relaciones y sobrerrespondera estas demandas mesiánicas y en ocasiones no poner límites.

El terapeuta debe manejar la transferencia y lo que lospsicoanalistas denominan la contratansferencia, que es el con-junto de sensaciones y emociones que el terapeuta siente haciael grupo. Debe por lo tanto coordinar el grupo, revisando enforma permanente el tema vincular. En este mismo marco, esque se hace necesario establecer cíclicamente, como lo men-cionaba en puntos anteriores, un encuadre claro.

El rol del terapeuta debe mantener un equilibrio entrelas funciones de escucha, contención y silencio, con las de se-ñalamiento, confrontación e interpretación. Mantener un equi-librio entre el principio del placer y el principio de realidad.En otras palabras un equilibrio entre el cluster uno ligado a lafunción materna de sostener y recibir, y el cluster dos ligado ala función paterna de autonomía y control. Dentro de la mi-rada psicodramática debe ser capaz también en ocasiones derelacionarse desde el compartir, que corresponde al cluster tres.

Ligado al sentido anterior debe ser capaz de discriminarlas funciones psicoterapéuticas del rol de contención y profun-dización, a las de rol playing y psicodeducativas, dependien-do de los requerimientos de la dramatización, del paciente ydel grupo en general. En este sentido, si bien el rol playing esmás propio del grupo en formación y lo psicoeducativo esalgo que se aplica más para el grupo de autoayuda, tambiénson funciones que a veces deben estar presentes en el procesopsicoterapéutico. Lo importante es que el psicoterapeuta debetener claro que el grupo es un objeto transicional, y en estesentido ser capaz de identificar las necesidades que a partir de

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este espacio surgen y son susceptibles de trabajar. Sin embar-go, en el sentido más psicoterapéutico, la función del coordi-nador es develar el conflicto latente, a través de lo manifiesto,siendo el campo de intervención para esto la acción de la dra-matización y la interpretación.

Esferas de aplicaciones

En general se distingue psicoterapia de grupo de la terapiagrupal, en que la primera se relaciona con procesos de trabajode psicoterapia y desarrollo, en donde el objeto de intervenciónes el grupo y no sus miembros aislados; en cambio la terapia serefiere al mismo ámbito de intervención, pero con propósitosmás amplios y otro tipo de tareas, tales como el trabajo comu-nitario, trabajo de redes, de clubes, educativos, institucionales,biblioterapia, terapia educacional, etc. Por ser el objetivo deeste capítulo la psicoterapia grupal psicodramática, no nos de-tendremos en estos últimos trabajos, ya que además se desa-rrollarán en la segunda parte de este libro.

Las esferas de aplicación de la psicoterapia de grupopsicodramática son diversas. Desde el punto de vista etáreo,se trabaja con niños adolescentes, adultos y adultos mayores.Los grupos de niños son altamente efectivos para trabajospsicoterapéuticos. Los niños son psicodramatistas espontáneosy tienden con mucha naturalidad a identificar el juego, la dra-matización y el grupo, como espacio transicional para laexpresión y reparación de conflictos. De la misma manera, losadolescentes son muy proclives a las técnicas dramáticas yexpresivas, además de que el compartir conflictos con el gru-po de pares favorece un espacio de sustitución familiar, debúsqueda de identidad y proyecto, inherente a sus necesida-des evolutivas. Hemos realizado numerosas experiencias conadolescentes de hogares de menores, de alto riesgo, y hemosido observando que el espacio grupal y el psicodrama les otor-gan una posibilidad de identificación y expresión de necesi-

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dades, que en términos prácticos incide en una disminuciónde fugas desde el hogar y en una baja de conductas agresivasentre ellos. Por otra parte, los adultos comprenden un rangoamplio y en este sentido creo que no es bueno sectorizar mu-cho la edad, ya que la heterogeneidad dentro del margen quecorresponde a la adultez enriquece al grupo y otorga mayorposibilidad de complementariedad de roles. Finalmente, entérminos etáreos, los adultos mayores encuentran en los gru-pos la posibilidad de compartir las vicisitudes propias de suedad, tanto desde el punto de vista biológico, psicológico yespiritual-individuativo. El grupo adquiere en ellos, un valorespecial, en una cultura, que los tiende a marginar, discrimi-nar y confinar a la soledad. En el Centro de Estudios dePsicodrama de Chile, se han llevado a cabo de manera parti-cular algunas investigaciones con adolescentes y ancianos contrabajo psicodramático, interesantes de revisar.

Referente al ámbito clínico, la psicoterapia grupalpsicodramática es de múltiple aplicación. Existen autores quehan trabajado con grupos de psicóticos, como Kononovich y elmismo Moreno. Guié una tesis para optar al grado de licencia-do en Psicología, que realizó una experiencia muy interesanteen que se desarrolló una psicoterapia grupal para psicóticos enproceso de rehabilitación y reinserción social, en el HospitalPsiquiátrico de Santiago de Chile. Los resultados de dicha in-vestigación demuestran grandes aportes en el proceso de reha-bilitación vincular y social desde el psicodrama grupal, que fa-vorece las habilidades de los psicóticos para la adaptación a lavida cotidiana. Otra experiencia realizada, por parte de una denuestras alumnas de postítulo, en un centro de internas psicóticascrónicas del Hogar de Cristo de Santiago de Chile, mostró quea través de la experiencia de psicodrama grupal, las pacienteslograban tener un mejor control de impulsos, mayor adecua-ción y autoestima con su cuerpo y una mejor relación entreellas y con la institución. Con respecto a limítrofes y neuróticoses donde más se acumula la experiencia grupal de psicodrama.Creo que es importante resaltar, que no es bueno mezclar estas

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categorías, ya que, por ejemplo, un paciente de personalidadlimítrofe en un grupo de neuróticos sobrepasa las posibilidadesde contención del grupo y del terapeuta. O se puede sentir ais-lado o sobredemandar tiempos y esfuerzos, haciendo que elgrupo se sienta agobiado, abandonado y regresivo.

Los motivos de consulta frente a los cuales son útiles lasintervenciones grupales psicodramáticas son múltiples. Heencontrado particulares resultados positivos en casos de fobiasocial, trastornos psicosomáticos y casos de violencia intra-familiar. He visto, en este último tema, que la escena psicodra-mática en el contexto grupal sirve de manera especial paraque la mujer golpeada se desvictimice, saliendo de su rol habi-tual. También en el caso de enfermedades psicosomáticas, elespacio psicodramático sirve de lugar para develar la metáfo-ra del síntoma y encontrar espacios y mecanismos sustitutosde expresión del conflicto latente, que hace que la enferme-dad sea cada vez menos necesaria.

En otro punto de este capítulo, me referí a las contraindi-caciones. Estas se presentan en síndromes paranoideos, precarie-dad en el control de impulsos, ciertas fases de los cuadros depre-sivos, psicosis en fases agudas emergentes sin medicación, algu-nos cuadros orgánicos y coeficientes intelectuales muy bajos. Noobstante el psicodrama es una herramienta de trabajo poderosay dúctil. Cabe mencionar no obstante que la efectividad y efi-ciencia de su aplicación depende mucho más del entrenamientodel terapeuta y de la experiencia clínica de este, más que inclusodel tipo de caso con el que se esté trabajando.

Categorías de los grupos

Los grupos se pueden categorizar desde diversos criterios.Desde su morfología pueden ser amorfos o estructurados.

Esto significa con rasgos claros predefinidos en lo que concierneal perfil sociodemográfico, o abiertos y sin rasgos predefinidos,como por ejemplo un grupo comunitario. Los grupos a la vez

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pueden ser homogéneos o heterogéneos. Los grupos pueden serprimarios, como la familia, una tribu; o secundarios, como unequipo de trabajo, un club deportivo, que se congrega en rela-ción con una tarea. Por otra parte está la muchedumbre, que esuna agrupación de gente que comparte un espacio, pero que nose reúne, ni posee una estructura orgánica en torno a una tarea.

Desde el lugar en donde se convoca el grupo, puede ser insitu que es desde donde naturalmente funciona, como un gru-po de jóvenes de la calle, un grupo étnico, etc. O un grupo enun lugar artificial, como lo sería convocado para una investi-gación o una intervención, etc. Moreno se caracterizaba portrabajar mucho con grupos in situ.

En relación con el grupo psicoterapéutico, puede ser abier-to o cerrado, de un número de sesiones predefinidas, uno odos años o indefinido. En este último tema Moreno, no erapartidario de predefinir el número de sesiones. Puede estarcentrado como propósito en una sintomatología, como fo-bia, alexitimia, o no definido desde su objetivo clínico.

Desde el punto de vista del tipo de conducción psicotera-péutica, un modelo de trabajo puede ser en base a un liderazgoautoritario o democrático, siendo este último al tipo que corres-ponde el trabajo psicodramático. Los tipos de influjos y mediospueden ser en conserva, es decir actividades previamente diseña-das, estructuradas y ensayadas, o que se crean en el momento.Ambos son válidos desde la perspectiva del psicodrama. No sedebe confundir espontaneidad con improvisación. De esta ma-nera por muy o poco prediseñada que esté una sesión en fun-ción de un propósito, lo relevante es flexibilizar su forma deacuerdo con las necesidades del grupo en el momento.

Los modos de trabajo grupal tradicional y psicoanalíti-co suelen estar centrados en la verbalización, mientras que lospsicodramáticos y de terapias corporales favorecen la acción yla catarsis, información orgánica, espontaneidad y tele. Tantoel grupo psicoanalítico como psicodramático pueden estarcentrados en aspectos psicodinámicos personales, o más en lasociodinámica interpersonal. El modelo de trabajo psicodra-

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mático contempla etapas para ambos procesos, estando elcaldeamiento y el sharing más centrados en la sociodinámicainterpersonal y la dramatización en la psicodinámica inter-personal.

Algunas técnicas grupales psicoterapéuticas están centra-das más en los procesos conscientes y manifiestos, mientrasque la psicodramática, al igual que la psicoanalítica, está cen-trada en desenterrar el inconsciente y los contenidos latentes,tanto individuales como grupales. En relación con las técni-cas empleadas, pueden estar vinculadas con asociación libre,coloquios grupales, producción psicodramática y estar rela-cionadas con los procesos vinculares como transferencia, teley espontaneidad. El tipo de comunicación puede ser semánti-ca, auditiva, visual, táctil y motora. El lenguaje, sintético, ex-presivo o existencial.

Relaciones entre el psicoanálisisy psicodrama: aspectos centrales

Moreno fue contemporáneo de Freud. Sin embargo, con36 años de diferencia, su relación hacia él puede tal vez ser com-parada con la de un adolescente hacia un padre, con laambivalencia propia de un hijo lleno de admiración y envidia,y con muchas más influencias de Freud de las reconocidas por élmismo. A pesar de que el método freudiano está centrado en ladinámica intrapsíquica, que fue lo que más le criticó Moreno,la mirada que posee el psicoanálisis del ser humano surge en uncontexto eminentemente social. El concepto original que Freudposee de grupo, está asociado a la psicología de las masas, queasocia la agrupación humana a lo primitivo e indiferenciado.Moreno, por otra parte, como ya lo hemos planteado en estecapítulo, crea y desarrolla la sociometría y la concepciónsociodramática del ser humano. Esta postura plantea que gru-po e individuo interactúan, pero desde su praxis existe una mayordiferenciación entre uno y otro. Es así como la teoría y la técni-

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ca de Moreno se centran mucho más en la dinámica inter-accional9.

De esta forma, las diferencias planteadas por Moreno eneste sentido se ocupan fundamentalmente de un método deacción interactivo, que además busca el desbloqueo y la dis-minución de las resistencias a través de activar la motilidad yla corporalidad, y con ello la abreacción de las emociones.

El psicoanálisis, por otra parte, en su núcleo teórico, con-templa el conflicto y el drama. En este sentido, la escena no esajena al psicoanálisis, sino que más bien es concebida comoun objeto transicional, como lo plantea Freud en la escena deDora, la escena de Edipo y la escena original. Es, entonces, elinconsciente el campo de la intervención a través de la inter-pretación de estos conflictos.

Otro aspecto relevante es el concepto de trauma, que sepodría asemejar al concepto de locus de Moreno. Aunque noson sinónimos, pueden ser homologables, en el sentido de queambos aluden a un lugar y un momento en donde ocurrenacontecimientos o cadenas de acontecimientos, que desenca-denan un conflicto intrapsíquico y que son significados dolo-rosamente y equívocamente por el sujeto. Aunque si bien locusposee un énfasis marcadamente más centrado en la subjetivi-dad y en la fantasía interna del sujeto, que en el aconteci-miento externo, como ocurre con el trauma.

Dentro de los elementos centrales y fundantes que mar-can algunas diferencias entre psicodrama y psicoanálisis, estála mirada del conflicto y del síntoma asociado a este, que enel caso de Moreno es más circular, contextual y teleológico,mientras que en el caso de Freud es más lineal y etiológico. Enotras palabras, para Moreno el síntoma «es para», tiene unsentido y es por lo tanto finalista, mientras que, para Freud,el síntoma «es porque» y tiene una causa desencadenante quesurge en algún momento de la historia del individuo.

9 Losso, R., Psicoanálisis y psicodrama, 1992.

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Influencias y aportes desde el psicoanálisis

Uno de los autores psicoanalistas posteriores a Freud, másreconocido en relación con su desarrollo frente a la temáticagrupal, es Bion. El aporte más relevante de este autor es laconcepción de grupo. Bion plantea la noción de cuerpo grupal,en la que la expresión de un miembro es la expresión del cuer-po completo. Otro aporte de Bion, que se vincula con el apor-te de Melanie Klein, es la concepción de patología grupal. Lamirada de patología individual puede ser aplicada a la con-cepción grupal, según estos autores. Es así como las fasesesquizo-paranoides y la temática de envidia y gratitud, descri-tas por Melanie Klein, pueden ser aplicadas al grupo.

En el marco anterior, el psicoanálisis aplica más la pato-logía individual a lo grupal, a diferencia de Moreno que apli-ca más la patología del grupo a la temática individual, quesería en definitiva la sociometría, la postura sociodramáticay, en un nivel más micro, la transferencia.

Autores franceses, han desarrollado trabajos psicoanalí-ticos que intentan aportar al trabajo psicodramático. Deleuzeplantea la noción de intersubjetividad. Levovici el tema edípicocomo temática central de la dramatización. Anzieu ha desa-rrollado un amplio trabajo en la temática de trabajo de juegoinfantil. Finalmente, los hermanos Lemoine han realizado unesfuerzo en sus trabajos relacionados con el jugar y el gozar, yen la integración entre los planteamientos de Lacan con elmétodo psicodramático10.

Luego se encuentran los relevantes desarrollos conceptua-les de los teóricos del vínculo, como Bowly y Winnicott, quesiendo históricamente posteriores a Moreno, plantean una pro-puesta teórica muy similar a la psicodramática, en términos delas relaciones objetales y de las concepciones de objeto internoy externo. Se precisa, en este núcleo teórico, al igual que lo haceMoreno en su teoría de roles y de desarrollo evolutivo, la dife-

10 Lemoine, G. y P., Teoría del psicodrama, 1996

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renciación yo-no yo, la discriminación de objeto total, objetoparcial de Bowly, que son en definitiva las descripciones deluniverso uno, dos y tres, descritos por Moreno.

Otro autor psicoanalista que ha desarrollado un amplioaporte teórico y además en este caso metodológico al trabajogrupal, es el argentino Pichón Rivière. Las influencias de Pi-chón se refieren a los grupos operativos centrados en una ta-rea, y a los contenidos grupales como emergentes que surgenen un individuo, pero que representan un conflicto de carác-ter institucional y también macrosocial. Si bien la propuestametodológica de Pichón no contempla el desbloqueo corpo-ral, sino que sigue centrada en la cognición y el lenguaje, con-firma igual que Moreno que la dinámica socioafectiva del gru-po es constituyente importante de la patología individual yviceversa, la patología individual es un síntoma del conflictosocial. De esta manera, este autor, sin citar a Moreno, actuali-za uno de los aspectos centrales de su mirada epistemológica,que sitúa la salud mental en los procesos sociales y vinculares.En este sentido, para Pichón, la institución es un disparadordel imaginario grupal11.

El proceso de psicoterapia grupaldesde el psicoanálisis

Uno de los primeros aspectos a destacar en el psicoanálisisgrupal es el de vínculo, y en este contexto la mirada y aplica-ción práctica de los conceptos de transferencia y contratrans-ferencia. Se emplea aquí, con más énfasis, la interpretación deestos fenómenos de manera más similar a lo que se realiza en eldiván, sin considerar el método propio de la «escenapsicodramática», en que los elementos transferenciales se des-pejan en función de la emergencia del encuentro, el tele y laespontaneidad y no producto de la imposición de una interpre-

11 Pichón R., El proceso grupal, 1999.

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tación unilateral, por parte del terapeuta. También podríamosmencionar que en la aplicación práctica de estos conceptos porparte de algunos psiconalistas psicodramatistas, no está presen-te de manera explícita, clara y coherente, uno de los elementosfundantes del psicodrama, como es la mirada de Buber, quetanto influyó en este sentido en Moreno y que termina siendoun aspecto críptico entre la aplicación psicoanalítica con rela-ción al psicodrama. En este sentido, el planteamiento de Buberlo podríamos resumir en que un yo no puede contemplar a untú sin ser conmovido, y de esa manera impactar sobre la reali-dad que está mirando, asumiendo con esto que la posibilidadde la mirada científica neutral es una falacia. Contrario a loanterior, nos encontramos con una cita de Anzieu, aplicada por«psicodramatistas psicoanalistas», a la escena psicodramática,que es la siguiente…: «Mantener la neutralidad, la abstinenciacomponen un espejo, que ofrece al sujeto la menor traba posi-ble, para proyectar sobre él tan solo su propia realidad…». Seplantea entonces, a diferencia de Buber, el ideal psicoanalíticode la neutralidad y la abstinencia del terapeuta.

Continuando en el marco de lo vincular, así como en elpárrafo anterior mencioné cierta dificultad epistemológicaentre el psiconálisis y el psicodrama, en el este punto me refe-riré a un aporte y profundización al trabajo grupal psicodra-mático psiconalítico realizado por Kesselman. Me refiero a larelación entre subjetividad e inter-subjetividad. Si bien More-no enfatizó y fue un precursor de la grupalidad y el trabajorelacional, también es cierto que en su metodología de dra-matización de un protagonista, se puede quedar entrampadoen la individualidad intra-psíquica y correr con ello el riesgode transformarse en una psicoterapia individual, realizada enel contexto de un grupo, sin considerar necesariamente el en-trecruzamiento de los contenidos de esta escena, con los con-tenidos grupales, quedando esto supeditado después solo aun buen manejo del sharing. En este marco, el aporte deKesselman es el capturar la escena individual, como parte cons-tituyente y emergente también del conflicto grupal. Desarro-

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lla este autor el método de multiplicación dramática, a travésdel cual la identificación grupal con la escena individual se damediante la síntesis como la divergencia, de la homogenei-dad, como de la heterogeneidad. Es vista, por lo tanto, lamultiplicación dramática, como una forma de debate y deacción grupal interpretativa, a través de la cual se profundi-zan los contenidos individuales y grupales. En términos prác-ticos, la multiplicación dramática, es la producción dramáti-ca grupal, mediante técnicas de asociación libre, laxa e im-provisada de micro-dramatizaciones, una vez terminada laescena del protagonista, y siendo esta el disparador principalde la producción grupal descrita. A mi modo de ver, cabe sídestacar que en este «robo» de la escena individual por partedel grupo, en esta renuncia al narcisismo por parte del prota-gonista, se debe cautelar el delicado juego de ser individuo enel grupo12.

Otro aspecto relevante de considerar en el proceso depsicoterapia grupal psicodramática psicoanalítica es el manejode la resistencia. Pavlovsky plantea que la resistencia se puedemanifestar durante las distintas fases de la dramatización dediversas maneras. Una de ellas puede ser el bloqueo de la ac-ción, y otra el actig out, que es una acción impulsiva, que pue-de llevar a la sobreactuación, a actitudes agresivas o de caráctererótico, y que tienden a buscar la evasión de la profundizaciónde la escena. La manera de manejar la resistencia mediante elpsicoanálisis es fundamentalmente la interpretación. Bustos tra-baja la resistencia mediante la concretización de imágenes, queimplica traer a escena aquellos miedos o elementos que obsta-culizan la profundización de los contenidos y mediante la in-versión de roles y el diálogo con estos personajes, que el prota-gonista tome conciencia y acepte sus miedos. Personalmentecreo que es importante discriminar la resistencia al miedo ycautela consciente. La primera es una defensa inconsciente a laemergencia de contenidos latentes que son parte del proceso

12 Kesselman, Las escenas temidas del coordinador de grupos, 1996.

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gradual de adquisición de confianza intra-grupal y con el tera-peuta. He visto, en mi experiencia de trabajo con grupos, laresistencia en tres fases del proceso psicoterapeutico: al princi-pio está relacionada con el vínculo y con el temor a la exposi-ción y pérdida de la individualidad y a ser tragado; por el gru-po, cuando es al medio del proceso se relaciona con el temorinconsciente a la profundización de contenidos rechazados porla conciencia y, en la fase final del grupo, tiende a darse por eltemor a la pérdida, separación y duelo.

La técnica de la interpretación, en el psicodrama psicoa-nalítico, se realiza sobre contenidos emergentes grupales, másque solamente adheridos a contenidos del protagonista. En elmismo marco, el protagonista es visualizado como portavozemisario o chivo expiatorio del grupo. La concepción de emer-gente es el nudo representacional de mecanismos de defensadel grupo, existiendo una mayor tendencia a la lectura de con-tenido verbal que lo que realiza el psicodrama más puro. Ade-más, en la práctica psicoanalítica la técnica de la interpreta-ción suele ser planteada menos constructivamente con el pa-ciente de lo que plantea el psicodrama moreniano.

En el proceso psicoanalítico grupal, el concepto incons-ciente es obviamente relevante. El psicodrama aporta a travésde su técnica en la exploración del inconsciente, a través deljuego, el goce, lo plástico, la creatividad y la corporalidad. Eldespliegue anacrónico del tiempo en las escenas, la tridimen-sionalidad del espacio, permiten develar metáforas, fantasíasy conflictos. Luego un espacio de verbalización, para com-prender, concluir, sintetizar, discrepar y debatir. El inconscien-te también permite explorar las dinámicas entre el grupo y susmiembros, develar los símbolos y el mito específico del grupo.De la misma manera que para Moreno, el proceso inconscien-te es la escena psicodramática misma.

En el contexto de lo anteriormente planteado, autorespsicoanalistas y psicodramatistas como Mario Buchbinder,destacan dentro del método psicodramático el papel del gocey de lo estético, para develar el inconsciente, disminuir las

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resistencias y hacer más resistible el dolor. Mario Buchbindery Elina Matoso profundizan conceptualmente y metodoló-gicamente en el goce estético, como parte del arte de curar.Aportan también estos autores en la temática del cuerpo y lafantasmática corporal, que no es otra cosa que el inconscientedel cuerpo. Desarrollaron un método que trabaja la metáforaestética dentro de la escena a través de las máscaras y del mapafantasmático.

Entonces, la técnica de la dramatización es una miradareflexiva de la acción. Para los psicodramatistas psicoanalis-tas, el escenario, el espacio o la sala de representaciónpsicodramática poseen similares características simbólicas a ladel diván psicoanalítico individual. La asociación libre de ideascon ruptura lógica equivale a la asociación libre de escenas,planteada en el método de multiplicación dramática deKesselman. De la misma manera, la secuencia de acciones du-rante una dramatización está desarrollada desde el mismo prin-cipio, en que la lógica del tiempo, del espacio y del pensa-miento se quiebra y da lugar al desbloqueo de cadenas desecuencias entrelazadas de sensaciones, emociones, fantasías ypersonajes que pueblan el inconsciente. Se requiere, por lo tan-to, posteriormente, la elaboración primaria y la elaboraciónsecundaria de la dramatización.

Uno de los aportes al método psicodramático desde elpsicoanálisis dice relación con la concepción del cierre de laescena. En este sentido, para Pavlovsky y Kesselman, la escenano siempre hay que cerrarla y dejarla redondeada, sino quemuchas veces existen procesos que es útil dejar abiertos. Ce-rrar en forma ficticia una escena, generando un final feliz,que no corresponde a la realidad, puede propiciar una elabo-ración maníaca por parte del grupo y no facilitar que estemire y enfrente una realidad. El sentido terapéutico es ver «loque hay». La realidad suplementaria de la escena psicodra-mática solo es convocada como recurso interno reparatoriodel grupo o del paciente, pero no antes de observar los recur-sos reales. El permitir que los procesos afectivos permanezcan

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movilizados más allá de la sesión puede generar la egodistoníanecesaria con el síntoma desadaptativo y posibilitar el desa-rrollo de la rematrización «in situ». Por otra parte, en el cierrede la sesión grupal se deben considerar los contenidos conver-gentes y divergentes del grupo, así como también los transver-sales y longitudinales de este.

En síntesis, como ya fue planteado en el punto anterior,en el proceso psicodramático psicoanalítico la escena es to-mada como emergente grupal. Se trabaja con el inconscientedel grupo, a través de la interpretación. Se suele interpretar latransferencia, la regresión y la resistencia. La transferencia tie-ne que ver con el proceso vincular entre el terapeuta y el gru-po, la regresión con demandas infantiles y la resistencia con elbloqueo o la sobreactuación de la dramatización. Tambiénpodemos referirnos a que la diferenciación entre grupo e indi-viduo es menor que la desarrollada por Moreno en los oríge-nes del psicodrama, que si bien plantea que el sujeto es esen-cialmente grupal, rescata la individualidad y particularidadde cada sujeto en el grupo, a través de la espontaneidad y lacreatividad.

Aspectos prácticos del trabajo grupalen psicodrama psicoanalítico

El psicodrama psicoanalítico trabaja en contextos gru-pales de psicoterapia de individuos y de familias. Por las even-tuales depositaciones de fantasías y proyecciones en el rol delterapeuta y el manejo de lo denominado por los psicoanalis-tas como contratransferencia, recomiendan la coterapia, in-cluso idealmente mixta.

Una forma de trabajar de los psicodramatistas psicoana-listas es a partir de un caldeamiento verbal, en el que se dejaque surja la temática emergente en la conversación inicial es-pontánea del grupo o también todos cuentan una escena, paraluego elegir y dramatizar. A lo largo de todo este proceso está

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fuertemente presente la técnica de la interpretación por partede los psicoterapeutas13.

Otra forma es la multiplicación dramática, como modali-dad interpretativa. Aquí la multiplicación, según Kesselman,busca la profundidad a través de la divergencia grupal, másque a través de lo lineal e histórico. Se busca y se elige unaescena, como portavoz grupal, luego se dramatiza y después semultiplica, como una forma de intervenirla y profundizarla.

Algunos psicodramatistas más apegados al pensamientoMoreniano sostienen más críticamente el intento de integra-ción entre psicoanálisis y psicodrama. Sustentan sus críticas enalgunas divergencias epistemológicas y metodológicas. Una pre-gunta que queda abierta a la discusión y que no pretendo resol-ver en este libro se puede explicitar de la siguiere manera: ¿esposible integrar el psicodrama con el psicoanálisis o simple-mente lo que ha ocurrido es que existen psiconalistas que en suquehacer práctico han incorporado algunas técnicas de acción?

Reflexiones y actualizaciones

La historia de la psicoterapia de grupo, como modelo deintervención hacia la salud mental, comienza con Moreno.Este autor no solo tiene una mirada vincular y social sobre latemática de los trastornos mentales, sino que además ve en elgrupo una posibilidad de recreación de las situaciones queoriginaron el conflicto y con ello la posibilidad de curación.Posteriormente, otros modelos como el psicoanalítico, el hu-manista y el transpersonal desarrollaron propuestas de traba-jo grupal, basados en la línea de las técnicas verbales, expe-rienciales y/o corporales.

El psicodrama es entonces el precursor de la psicoterapiade grupo, planteando así tres situaciones revolucionarias, en loque concierne a las estrategias de tratamiento. La primera dice

13 Keselman, Clínica grupal 2, 1991.

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relación con el énfasis ya mencionado en lo interaccional, nocentrándose exclusivamente en la dinámica intra-psíquica. Lasegunda se refiere a trabajar los conflictos y recursos, desde unmétodo que trascienda la palabra y lo meramente cognoscitivo,abordando lo corporal y afectivo, que también está presente enel grupo. Finalmente, la tercera situación planteada por la psi-coterapia de grupo psicodramática es la democratización de larelación terapeuta-paciente, ya que confía en las propias diná-micas grupales y en los miembros que la componen, para laabreacción y resolución de conflictos. Deja con esto de lado laomnisapiencia y omnipotencia del terapeuta.

La psicoterapia de grupo plantea una serie de ventajas en laactualidad. Yo enfatizaría como una de las más importantes, laoptimización de recursos profesionales, frente a realidadesasistenciales de salud mental que en nuestros países poseen escasadisponibilidad de horas de atención. En los consultorios públi-cos de Chile, las horas y el tiempo requerido por sesión son irri-sorios, desde el punto de vista de las necesidades de una psicote-rapia en base a cualquier paradigma. Otra ventaja de la psicote-rapia de grupo es que potencia y agiliza el diagnóstico individualy la exploración del modelo vincular de un paciente, al ponerseen acción aspectos de sí mismo que no ocurren en una sesiónindividual. También podríamos señalar como ventaja del traba-jo grupal, que así como el diagnóstico se potencia, ocurre lomismo con la eficiencia del proceso relacionado con el motivode consulta. Al ser el grupo una especie de laboratorio experi-mental magnificado y ágil para la reproducción de los conflic-tos, también lo es para la reparación y rematrización de ellos.

Sus eventuales desventajas están más bien asociadas conlas contraindicaciones para algunos casos clínicos ya mencio-nados en este capítulo y frente a la posibilidad de profundizaciónde algunas temáticas personales, que permite la psicoterapiaindividual. Por esta razón, muchas veces se recomienda la in-clusión en ambas para algunos pacientes. En cierto sentido,estamos alternando agilidad con mayor profundidad y dedica-ción de tiempo a algunos conflictos que lo requieran.

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Caso clínico

El caso que presento a continuación es parte de un pro-ceso de psicoterapia grupal psicodramática de un año de du-ración, llevado a cabo en un consultorio de salud mental deuna universidad. La atención dirigida está focalizada a secto-res de clase socioeconómica media baja, pobre y extrema po-breza, de la ciudad de Santiago de Chile. Muchos de los datosestán distorsionados y mezclados con otros procesos grupales,de tal manera de evitar identificaciones. De esta forma, pre-tendo solo cumplir con el propósito de ejemplificar algunosde los puntos señalados en este capítulo.

El grupo mencionado corresponde a ocho mujeres de entretreinta y cincuenta años. Ingresan por diversas sintomatologíade carácter afectivo, como trastornos depresivos y ansiosos,además de disfunciones familiares asociadas con hijos y cón-yuges. Alguna de ellas presentan, además, asociado a lo an-sioso y/o depresivo, dificultades psicosomáticas. Respecto desu nivel educacional, todas terminaron la licencia secundariay tres de ellas poseen educación universitaria incompleta. Elpromedio intelectual de este grupo es bueno, poseyendo unadecuado nivel de simbolización. Viven en diversos sectoresde clase media de Santiago. Todas, casadas y con hijos.

El grupo es semicerrado y se reúne semanalmente, en se-siones regulares de dos horas cada una. Describo a continua-ción una sesión del primer mes de iniciada la psicoterapia grupaly luego planteo las diversas fases por las que pasó el grupomencionado.

Durante las cuatro primeras semanas, habíamos estadocentrándonos fundamentalmente en el proceso de cohesióngrupal, generando un clima de confianza y respeto, que posi-bilitara la abreacción y contención de conflictos de las inte-grantes y el sondeo de algunas temáticas tomadas solo comoemergentes grupales. Esta es una forma en que yo abordo latemática personal, de manera que es el grupo el que sostieneen un inicio la conflictiva, para no sentir de esta manera la

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amenaza de la exposición personal. El grupo ya estaba dismi-nuyendo el miedo al contacto, estaban marcadamente másconfiadas y entregadas al espacio, asociándolo cada vez máscon un lugar y tiempo gratificante de encuentro y escucha,que según ellas no poseían en otro lugar.

Como caldeamiento, en esa sesión les pido que caminenpor el espacio, vayan conectándose con el cuerpo y vayan de auna, a través del caminar y el movimiento, expresándoles alas demás que pasó durante la semana. Mientras cada una vapresentándose, les pido a las otras que la sigan y la espejen, demanera que vayan ejercitando una empatía y un encuentrocon las otras. Esto posibilita el estar centrada en su corpora-lidad, y también un encuentro con el grupo. Luego les pidoque se detengan, cierren sus ojos, realicen un viaje por el inte-rior de su cuerpo y se detengan en la sensación que más lesllama la atención en este momento, pudiendo ser placentera odisplacentera. Les pido un soliloquio; luego les digo quelaxamente asocien esta sensación con una emoción, y les vuel-vo a pedir un soliloquio. Desde ahí, del territorio escénicocorporal, van construyendo un personaje que va surgiendosin dirección lógica ni mental. Surgen personajes pensantes,danzantes, depredadores y depredados, juguetones y angus-tiados, personajes de cómics, de epopeyas, mitológicos, coti-dianos o famosos. Cada uno de ellos va resonando en la pro-pia historia y simbología mía como terapeuta, lo que dejoque venga libremente, pero también lo suelto, lo suspendo,para escuchar la significación que para cada uno tenga el per-sonaje, el sentido y las características que vayan siendo acti-vadas por el grupo y entonces exploro junto con ellos. Lespido que investiguen este personaje kinestésica, sensorial,emocionalmente y a través de la interacción con los otros per-sonajes.

Van surgiendo escenas, van cristalizándose roles y mode-los vinculares, hago soliloquios, las dejo. El clima emocional escada vez más intenso. Aparecen en escena deseos y miedos, lamadre que devora, el erotismo, la relación de pareja, el querer y

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no querer profundizar en las emociones, aparecen además lasrespuestas defensivas a estas fantasías, como la seducción, elsobrepensamiento, el superficializar los conflictos, el aislamien-to, la sobreactuación, los dolores del cuerpo, etc. Se va expre-sando esto, nos detenemos y elegimos una escena.

La escena se denomina «la mujer pulpo». Aparece en laprotagonista, a través de una asociación con el personaje, unaescena con el marido. En esta escena ella se queja de tener quehacer todo sola, atender los niños, el colegio, los quehaceresdomésticos, el pago de las cuentas y además el esfuerzo porsustentar el vínculo. Aparece en el rol complementario, que esel marido en escena con mucha pasividad, aparentemente in-conmovible y lejano. Al explorar esto aparece más profunda-mente rabia y temor a ser sofocado, «como siempre sofocanlas mujeres». En la protagonista, al explorar su demanda,aparece en primera instancia rabia e impotencia, más profun-damente desamparo y temor al abandono. El intentar tenertantos brazos como los pulpos es un mecanismo defensivo decontrol, para evitar en su fantasía el abandono. Lo que real-mente provoca, como suele ocurrir en los complementariosinternos patológicos, es exactamente lo temido y es que elotro retrocede, y en cierto sentido abandona y no acompaña.Se aprecia en los personajes complementarios de la pareja elcruce de historias, el enganche que favorece la perpetuaciónde los mitos individuales. Durante la dramatización se utili-zan fundamentalmente soliloquios, espejos, concretizacionesde imágenes en relación con el miedo al abandono e inversiónde roles. La catarsis de integración es de intensa rabia primeroy pena después, provocando un profundo insight en la prota-gonista, en el que se da cuenta de cómo ella activa el aleja-miento del marido y provoca lo temido.

Al realizar el sharing, que es la tercera y última etapa dela psicoterapia psicodramática grupal, el grupo comparte susvivencias y resonancias. Durante este último tiempo, he esta-do enfatizando cada vez más en la consigna de que vean lasresonancias, contenidos, evocaciones y afectos que les dispa-

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ran internamente las escenas tanto a nivel individual, comogrupal. Esto evita que el sharing esté muy centrado en el pro-tagonista, lo que ocurre a veces como defensa a la miradainterna. Protejo además, con ello, que el protagonista se trans-forme en una pantalla de proyección y sustente solo los con-flictos de los demás. Se le agradece haber prestado su escena,haber profundizado y ser un portavoz de los emergentesgrupales. Invito en un primer momento a que realicemos aso-ciaciones libres laxas e inconexas, que permitan profundizaralgunas temáticas de las escenas. Posteriormente pasamos aun proceso más secundario, en que separamos lo individualde cada miembro, lo del protagonista y sobre todo la lecturagrupal. En este caso en particular, apareció el miedo al víncu-lo, ya que en la medida en que habían pasado los temoresiniciales más conscientes, la relación grupal se estaba profun-dizando, los vínculos consolidando y como consecuencia delo anterior, aparecía el miedo al abandono.

Estamos describiendo un grupo que en la sesión mencio-nada se encuentra en tránsito desde la primera fase, consisten-te en el temor inicial a la autoexposición, y a ser devorado otragado por el grupo, hacia una etapa de encuentro y de reco-nocimiento de los aspectos transversales, que los hacía sentir-se pertenecientes y parecidos. Posterior a la sesión descrita, elgrupo fue manifestando un creciente apego e idealización delespacio, en lo que estaba relacionado con la terapeuta, conlos miembros y con el momento de reunión. Los días juevesen la tarde eran esperados con ansias y eran visualizados comouno de los pocos momentos en donde se sentían escuchadas yse reconocían a sí mismas. También eran reconocidos los cam-bios que se producían en la calidad de las relaciones fuera delgrupo. Era un espacio de gratificación que representaba lasustitución de la familia, vista en este caso como idílica.

Producto de la profundización de las escenas y las proble-máticas y recursos que cada una traía, se fueron diferenciando,aparecieron las particularidades, las diferencias, las divergen-cias, los conflictos, con la inherente desilusión y duelo. Esta

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fase fue vivida por el grupo con rabia y frustración, dirigidas aveces hacia la terapeuta y a veces hacia ellas mismas. Luego deotra escena en que se vuelve a trabajar el duelo y el temor a lapérdida y al abandono, el grupo logra pasar esta etapa asu-miendo las diferencias como parte del crecimiento y la necesa-ria individuación. Con ello limpian los aspectos transferencialescon la terapeuta y son capaces de centrarse en la tarea.

Creo necesario que el terapeuta esté consciente de queen los grupos terapéuticos de mayor duración, estas fases seproducen y debe estar atento para ir manejando los aspectostransferenciales suscitados allí. En el trabajo terapéutico gru-pal, el abanico de posibilidades de intervención se multiplica.El grupo es en sí un espacio de reproducción de las historiasvinculares de cada uno, en donde el tema del duelo y la pérdi-da siempre están presentes. El grupo plantea, además, la dico-tomía entre la individuación o integración, que para muchoses vivida como la soledad versus la negación del ser y lamasificación. Ambos polos pueden ser vividos con angustia ydolor, si escindo la otra parte. En este sentido, más allá de lossíntomas o motivos de consulta que los miembros del grupotraigan, el gran desafío del terapeuta de grupo, es facilitar lasuperación de esta dicotomía. De esta forma, los síntomas ylos trastornos son un vehículo para la individuación y la con-solidación de la propia identidad y la vez una posibilidad deintegración y encuentro. El grupo terapéutico es entonces unespacio en donde de reeditan y eventualmente se rematrizanestas temáticas vinculares.

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Aplicaciones desde elpsicodrama

Parte II:Psicodrama social

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Capítulo 5

Psicodrama comunitario

Convergencias entre psicodramae intervención comunitaria

El psicodrama y la intervención comunitaria coinciden endiversos puntos. En primer lugar, se desarrollan sobre la basede la democratización de la temática de trabajo en salud men-tal, comparativamente con la forma de trabajo imperante enel modelo médico tradicional. Se le da, en este sentido, unespacio no solo a los conflictos y/o dificultades, sino que a lasposibilidades de desarrollo y recursos activos para la resolu-ción de ellos. Existe oposición a un criterio de salud mentaladaptacionista de la realidad. La salud mental tiene que vercon capacidad de cambio y adaptación activa y creativa en laque el sujeto modifica también la realidad. En este sentido, elsujeto intervenido, ya sea individuo o grupo, no es un entepasivo o enfermo, que espera que alguien mejore su estado.

Lo anterior nos lleva a un segundo punto de convergencia,que es la co-construcción. Esto implica una relación dialécticaentre el que interviene y el intervenido, ya que en ambas se inte-gran nuevas dimensiones de análisis y acción que intentan supe-rar y ampliar las miradas, focalizándose en los procesosinteraccionales y activos en desmedro de procesos pasivos y uni-laterales. De esta manera, los criterios utilizados desde elconstructivismo y el psicodrama incluyen la noción de compleji-dad, es decir, su mirada integra flexibilidad para utilizar pensa-mientos complejos, tolerancia a las contradicciones y polarida-des de las vivencias. También implica abordaje práctico desderecursos complejos, y a veces conflictivos entre sí1. Nuevamente

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surge en esta dimensión la democratización de las relaciones en-tre profesional y sujeto intervenido. Si bien la relación continúasiendo asimétrica, no es solo el profesional el que tiene que deciralgo sobre el diagnóstico y la acción terapéutica, sino tambiénlos sujetos intervenidos van participando en forma activa en ladefinición y solución de sus conflictos, como también en la acti-vación de sus recursos. Surge así, en la intervención comunitaria,el rol profesional, como una acción fundamentalmentefacilitadora y catalizadora del proceso descrito.

Un tercer punto de convergencia se refiere a que la comu-nidad no solo implica un conjunto de personas que compartemás o menos una realidad sociocultural y tal vez económica,sino que también un territorio físico y un espacio geográfico.Cuando pensamos y realizamos una intervención comunita-ria lo hacemos habitualmente en su espacio natural. De lamisma manera, cuando Jacob Levi Moreno crea y desarrollael método psicodramático, enfatiza la intervención «in situ»,en el lugar de los hechos, en donde ocurren naturalmente lascosas, en el barrio, en las casas, en las esquinas, en los espaciospúblicos. ¿Qué es lo que significamos como espacios públi-cos?2 En cierta forma, Moreno mira con desdén la acción delconsultorio y la recreación de espacios artificiales para la ac-ción terapéutica. Muchas veces ha sido citado el diálogo ima-ginario en el que Moreno interpela a Freud, manifestándolesu trabajo psicoanalítico en el consultorio, en contraposicióncon el realizado por el mismo Moreno, que era más «en elsitio», donde la gente vive. Consecuente con ello, lo psicodra-mático y lo comunitario poseen un método, cuyos principiossurgen de lo empírico más que de lo teórico.

1 Burin y Meller, 2000, citado en tesina del Postítulo de Psicodrama,para optar a la Acreditación como Psicoterapeuta, Exploración a lavivencia subjetiva femenina, Ilabaca, Carmen Paz, y Moraga, Carola,2004.

2 Cheng L. Kentyi. Nuestras memorias dérmicas, El acto de habitarlos espacios públicos, Tesis para optar al título de Psicólogo, Univer-sidad Diego Portales, Santiago de Chile, 2000.

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Un cuarto aspecto que aúna la mirada comunitaria con lapsicodramática es la importancia que otorgan ambas al rol delo grupal y colectivo en el proceso de movilización y cambioresolutivo. El grupo, como sostén del psiquismo, puede consti-tuirse en un espacio de encuentro o desencuentro, en un espa-cio de alineación o de cambio, en un obstáculo o un facilitadordel crecimiento humano. Al intervenir un colectivo, estoyintencionando un diálogo movilizador entre conserva culturaly realidad interna, entre lo público y lo íntimo, entre loadaptacionista e individuativo. En este aspecto la facilitacióndebe de conducir a un equilibrio entre el ser y el colectivo. Ni elgrupo debe masificar y tragar al ser, ni el individualismo impe-dir el espacio al grupo. Es el grupo por lo tanto un espacio derecreación y transferencia de modalidades vinculares, que cons-tituyen conservas culturales, y por lo mismo también conllevala posibilidad de recreación y cambio. Moreno plantea el gru-po como el espacio de crecimiento más adecuado para el serhumano. En gran medida la posibilidad de generar vínculo estádada por el establecimiento de los grupos sociales –como loson los pares, la familia, el equipo de trabajo–. Al considerarestos distintos ámbitos sociales en que se mueve el sujeto, losgrupos adquieren importancia para comprender la esencia dela vida humana. Es así, como nace la preocupación por lo grupaldentro de las ciencias sociales. «Kurt Lewin y Moreno abrieronun campo de investigación y de experiencias con prácticas ten-dientes a estudiar a la sociedad y a transformarla»3 .

Un quinto punto que conecta el trabajo comunitario y elpsicodramático es el diálogo que ambos permiten entre lo ín-timo y lo público. Ninguna intervención comunitaria es efec-tiva, por masiva que sea, si en cierto sentido no logra impactaren el plano de las vivencias personales. De la misma formaninguna vivencia personal sostiene un cambio profundo en eltiempo, si no logra de cierta manera impactar en las redessociales que rodean a la persona.

3 Sánchez, María Elena, El yo, el nosotros, 2000.

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Un sexto tema que vincula lo comunitario con elpsicodrama y transforma al método psicodramático en es-pecialmente útil para ser aplicado en contextos colectivos,dice relación con el centrar los propósitos de la intervenciónno solo en los contenidos, sino también en los procesos. Estoimplica, por ejemplo, si estoy haciendo un trabajo de pre-vención comunitaria dirigido a la violencia, la narrativa, elcontendido anecdótico es más bien un instrumento para en-tender el proceso que hay detrás y no un objetivo en si mis-mo. Esto es facilitado por el método psicodramático, ya quepermite manejarse en el plano simbólico e identificatorio,protegiendo de la exposición a los sujetos frente a conteni-dos y narrativas que pueden ser muy amenazantes para ellosy a veces realmente riesgosas para plantearlas hacia un pú-blico amplio y abierto.

Finalmente un séptimo aspecto, a través del cual conver-gen el psicodrama y la intervención comunitaria, dice relacióncon el papel que ambos otorgan a la crisis, al cambio y a lasubjetividad. La crisis propende y es parte necesaria para el cam-bio y crecimiento, tanto colectivo como individual. En ese pro-ceso el papel de la subjetividad es esencial, ya que en ella seencarna la fantasmática social y el imaginario grupal. Pavlovskyplantea, en este sentido, que a través de los procesos subjetivosgrupales se actualiza la ideología y política contemporánea. Larecreación de las crisis conlleva un cuestionamiento a los mo-delos vigentes de familia, instituciones, cultura y sociedad. Eneste sentido, el grupo y el texto dramático, para este autor, sepueden transformar en personajes subversivos, movilizadoresal cambio de lo establecido. Frente al mismo tema, los aportesde Fidel Moccio apuntan a la influencia de la intersubjetividad,en los procesos de conexión con el inconsciente e integraciónde la conciencia, lo que activa el proceso creativo. El colectivoimpulsa la creación del proceso inconsciente.4

4 Fabris, Fernando, Conversaciones con Fidel Moccio sobre creativi-dad, 2000.

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El método en el psicodrama comunitario

El sentido y propósito de la acción comunitaria está en elcolectivo. El sentido y propósito de la acción psicodramática esla generación de la espontaneidad y la creatividad. Ello conlle-va el equilibrio entre sujeto y colectivo, entre adaptación ymodificación de un entorno o realidad que rodea al sujeto.

En la activación de la espontaneidad y creatividad, puedendesempeñar un papel muy facilitador el goce, la estética, la plás-tica y la música. La estética, que trasciende las formas tradicio-nales, que solo se representa a sí misma sin estar al servicio deningún gran mensaje, ni conserva cultural. El goce y lo estéticorescatan el valor de la propia subjetividad, invitando a una aso-ciación libre, laxa e incoherente que desbloquea lo inconsciente.

Otro aspecto importante del método psicodramático encomunidad está relacionado con el rol del cuerpo, la afectivi-dad y la cognición El psicodrama y las técnicas corporalesconciben al ser humano como un ser integral, a cuya expe-riencia no sólo deben asistir aspectos intelectuales, sino quetambién información proveniente del cuerpo y los afectos,induciendo de esta manera una ampliación y modificación dela perspectiva con la que habitualmente percibimos nuestra vida,que no siempre suele ser la más funcional. En contraposicióncon muchas metodologías educativas tradicionales, el lenguajeque emplean estas técnicas no es de intelecto a intelecto, sinoque es también una comunicación a través del cuerpo y las emo-ciones. Esto le otorga efectividad, en el sentido de que produceun impacto más integrador en la experiencia y la toma de con-ciencia. La idea es buscar entonces el conocimiento de sí mismomediante la sensibilización del área corporal y afectiva.

Los métodos clásicos que dentro del psicodrama se em-plean dentro del contexto comunitario, son cuatro.

El primero es el sociodrama. El sociodrama como méto-do posee muchas características similares a la técnica psicodra-mática desde el punto de vista de las etapas, los instrumentos,los contextos y las técnicas utilizadas. Solo que el foco de

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atención está puesto en el proceso grupal. Es importante queen un sociodrama se tengan claros los objetivos a lo largo detodas las fases. El caldeamiento está mucho más dirigido a latemática vincular y de cohesión grupal, que a activar procesospersonales intrapsíquicos. Por lo mismo la fase expresiva dedramatización tiene como protagonista al grupo o a subgrupos.En términos prácticos se pueden llevar a cabo escenas sub-grupales, improvisaciones colectivas de movimientos con so-nidos, esculturas o concretizaciones de imágenes grupales. Dela misma forma, el sharing, está mucho más concentrado enlos procesos grupales, que individuales.

El segundo método es el rol playing pedagógico, que con-siste en una técnica creada y desarrollada por Moreno, comouna forma de adaptar la escena psicodramática con propósitosmenos psicoterapéuticos y más psicopedagógicos. De esta ma-nera el campo de operaciones de intervención del rol playingpedagógico y su objetivo de acción, no es la profundidad delalma humana, sino los roles. Pretende por lo tanto trabajarsobre el entrenamiento y mejoramiento de resultados de estosroles y se centra en un modelo más directivo e inductivo de loque se lleva a cabo en la escena psicodramática.

El tercer método, que es más bien otra forma desociodrama, es el denominado juego grupal psicodramático5.Al igual que el sociodrama, está centrado en activar y focalizaren los procesos grupales, más que individuales. Sin embargo enellos no están necesariamente dividas las fases de caldeamiento,dramatización y sharing, como ocurre clásicamente con elpsicodrama. Existen innumerables dinámicas que están basa-das en juegos grupales y bipersonales, en donde la interacción,el goce y la estética, desempeñan un papel muy importantecomo catalizadores de la espontaneidad y creación colectiva.Existen libros y manuales interesantes que proponen estos jue-gos. Sin embargo, más que las actividades, lo importante es elentrenamiento, la experiencia y el manejo del coordinador de

5 Moccio, Fidel, Creatividad, 2003.

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grupo, para poner estas actividades al servicio de potenciar el«tele», lo espontáneo, lo creativo y la escucha del texto grupal.

Una cuarta expresión del método psicodramático es elteatro espontáneo. Fue el método por excelencia que desarro-lló Moreno en sus orígenes y a partir del cual surgió después elpsicodrama. Aquí existe generación, narración y puesta enescena de temas individuales, pero la travesía de su construc-ción es colectiva6. A diferencia del psicodrama y del sociodramaexiste un énfasis puesto en la producción de la estética. Tantoel narrador, el director, los actores, como los espectadores es-tán en un perpetuo cambio, sujetos a infinitas variables que searticulan complejamente, que implican por lo tanto una per-manente transformación del lenguaje dramático. La accióndramática, al ser espontánea, no es panfletaria, no intencionauna interpretación específica de la realidad, sino que quedaabierto a la subjetividad del observador. Aquí existe una pro-puesta de libertad de opinión, y valoración de la subjetividadde cada espectador. La subjetividad está determinada por lahistoria, biografía, experiencia cotidiana, pensamientos y afec-tos. Todo esto determina la forma en que impacta la escena ytiene el valor de provocar con ello reflexión e incluso discu-sión abierta. Los grandes exponentes del teatro espontáneoen la actualidad se encuentran en Argentina y en Brasil, desta-cándose dentro de ellos Marilén Garavelli y Moisés Aguiar.Ambos han además iniciado e impulsado un proceso de gene-ración y activación del teatro espontáneo en Santiago de Chi-le, a través de grupos como «El Colectivo» y «Trashuman-tes». El teatro espontáneo es de un valor incalculable tanto enlo estético, como para trabajos de salud comunitaria. Adquiereun valor adicional, además, en sociedades en donde los presu-puestos destinados para la problemática de salud mental sonescasos y se hace necesaria la optimización de los recursos pro-fesionales.

Finalmente, un método no clásico como la multiplica-

6 Garavelli, Marilén, Odisea en la escena, 2002.

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ción dramática, creada y desarrollada por Hernán Kesselmany Eduardo Pavlovsky, en el contexto de grupos de forma-ción, pienso que puede ser de mucha utilidad, para em-plearlas en algunos contextos no terapéuticos, como formade exploración abierta del inconsciente de un colectivo ycomo forma de incentivar la creatividad grupal. La multi-plicación dramática abre la escena desde un espacio en dondese captura una fisura. Promueve la activación del hemisfe-rio cerebral derecho, el proceso primario, no lógico, la aso-ciación libre, incoherente, ideo fugal. Rompe con el esque-ma cultural más enfatizado en lo secundario y cognitivo,probando en estado consciente ritmos, balbuceos, tartamu-deos, titubeos más incoherentes, más oníricos y desordena-dos desde el punto de vista de la estructura lógica. He vistoque el proceso de creación que desde ahí se genera a nivelcolectivo es interesante y sorpresivo. Constituiría un apor-te probarlo y emplearlo en procesos psicoeducativos, paraactivar la creatividad en niños y adolescentes. Creo que ten-dría el mismo efecto si le entregáramos por ejemplo másimportancia a lo onírico en nuestra cultura.

El trabajo de redesen la acción comunitaria

Cuando hablamos de una red, nos referimos a un con-junto de interacciones sociales, establecidas tanto en un nivelinter-institucional e intergrupal, que se enmarcan dentro dediversas reglas explícitas y/o implícitas, y de cuyas caracterís-ticas dependerá su eficacia como red y el grado de satisfacciónde sus miembros. Un aspecto esencial e ineludible de los sereshumanos es que de cualquier manera, nos encontramos inser-tos en un contexto social e interactuamos con este. De mane-ra más o menos consciente o inconsciente, nos socializamossobre la base de una red de vínculos.

En la medida, que concibamos a la red como un posible

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espacio continente de propuestas renovadoras, esta se consti-tuye tanto en un instrumento metodológico como en un ob-jetivo en sí mismo, ya que implica, además, una propuesta enlas relaciones humanas, y de salud mental, en donde las es-tructuras y las dinámicas involucradas sean mecanismos delos que participen de distintas manera todos sus miembros.En donde se sostengan procesos adecuados de enfrentamien-to, negociación y resolución de conflictos y toma de decisio-nes participativas7.

Al asumir un trabajo de redes como una metodología deintervención psicosocial, la estamos entendiendo como la acti-vación de espacios sociales y al fortalecimiento de relaciones fa-vorecedoras de la acción conjunta en alguna temática específicaque concite el interés de un conjunto de actores, desde sus dis-tintas posiciones al interior de la comunidad. Dichos conteni-dos y formas metodológicas se enmarcan en una línea dentro dela que se destaca el desarrollo comunitario en su dimensión co-lectiva y personal, que tiene en sus bases el supuesto de la posibi-lidad válida de participación de sus miembros, en las definicio-nes diagnósticas, propositivas, programáticas y de acciones es-pecíficas en torno a la resolución de un conflicto o satisfacciónde necesidades. En el proceso de consolidación de una tarea nosvemos involucrados integralmente como personas y, en este sen-tido, la red puede tener un espacio contenedor y dinamizador delas dificultades o frustraciones, así como también de laoptimización de los recursos humanos y metodológicos.

Vemos, por tanto, cómo una intervención en redes puedeser una intersección entre lo comunitario individual y social, enla medida en que la esencia del planteamiento comunitario selocaliza en el supuesto de que la comunidad y sus distintos acto-res deben y son capaces de asumir gradualmente mayor grado deautonomía y capacidad de resolución, siendo el rol de los profe-sionales catalizar este proceso, el que la comunidad mire y asu-ma sus realidades y en función de esto se oriente a sus objetivos.

7 Reyes, Gloria, Metodología de redes, 2000.

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Las aplicacionesen el psicodrama comunitario

Entendemos por comunidad un conjunto de personas,familias, instituciones, grupos formales e informales, que dealguna manera comparten entre sí cultura, normas y valoressociales. Suelen además compartir un territorio geográfico, al-gunas problemáticas y recursos. La red puede interactuar enfunción de una tarea común, que puede estar relacionada conla activación de sus recursos o la satisfacción de sus necesida-des, de manera más o menos clara o más o menos eficiente.Cuando me refiero a intervención comunitaria, me refiero aintervenir este modelo de relaciones intergrupales e interinsti-tucionales. Ese es el foco de acción.

El propósito de esta intervención dice relación conintencionar a través de un método de relaciones intergrupal eintragrupal la optimización de los mecanismos de organiza-ción y comunicación, de manera de obtener más participa-ción y eficiencia en una tarea o propósito. Esto implica incre-mentar los dispositivos grupales para la escucha y toma deconciencia de recursos y dificultades, así como la aceptaciónde diversidad y reconocimiento de transversalidades. Tambiénconlleva la capacidad de ponerse de acuerdo en una tarea encomún y organizarse adecuada y creativamente para ello.

A la base de estos propósitos están los principios de parti-cipación activa, autonomía, flexibilidad en los modos de orga-nización, liderazgo y la capacidad de jerarquizar tareas y obje-tivos. Otro eje que está a la base es la consecución del difícilequilibrio en nuestra sociedad actual, entre lo público y lo pri-vado, la compleja tensión entre lo individual y lo colectivo.

El método psicodramático, en sus versiones descritas enel punto anterior, provee de herramientas poderosas para tra-bajar los propósitos y principios mencionados, por muchasrazones, pero fundamentalmente las destacaría en este puntoen que el impacto grupal, social o institucional, pasa por loíntimo. El psicodrama provee, por lo tanto, un método, que

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puede ser movilizador de un cambio social e institucional,desde lo personal intra e interpsíquico, potenciando lainteracción dialéctica entre subjetividad y cambio social.

Las temáticas se traducen en objetivos y contenidos quepueden ser múltiples, dependiendo de los requerimientos delmomento en el grupo o comunidad, tales como consumo abu-sivo de drogas, violencia intrafamiliar, delincuencia, soledad,proyecto de vida, etc. Puede ser también abierto, sin definirtemáticas, a modo de escucha y exploración.

Partí conociendo la utilidad del psicodrama, trabajando encomunidades. Desde el año 1990, comencé a realizar trabajospsicodramáticos con grupos comunitarios, en relación con te-mas como consumo abusivo de drogas, adolescencia, género, vio-lencia, depresión entre otros. Me he sorprendido sinceramentede sus resultados. Me impresionó el psicodrama desde lo empíri-co, nunca me deja de sorprender. El buscar y organizar su teoríavino después y creo que ello es algo que aún está en proceso.

Los niveles en los que se puede intervenir en la comuni-dad son variados y se entrecruzan. Tenemos en primer lugar lapromoción de salud mental. Significa llevar a cabo activida-des grupales generando dispositivos inespecíficos, relaciona-dos más que con temas o problemas focalizados, con modosde funcionamiento que faciliten la escucha, la comunicación,el autoconocimiento, el manejo de las emociones, etc.

La prevención está más dirigida a dificultades específi-cas. A través de la prevención se focaliza la actividad haciamiembros de la comunidad que, no presentando enfermedad,son sujetos de riesgo. El clásico ejemplo es realizar talleres encolegios a jóvenes que no consumen drogas, pero que se en-cuentran insertos en lugares o barrios en donde existe muchaoferta y narcotráfico. Otra forma de enfocar la prevención,más que focalizando el riesgo, es a través de fortalecer los fac-tores protectores de la salud. Por ejemplo, llevar a cabo talle-res para parejas jóvenes podría prevenir la emergencia de vio-lencia intrafamiliar.

El tratamiento o prevención secundaria, se refiere a accio-

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nes dirigidas a personas que presentan enfermedades agudas,susceptibles de ser «curadas». El ejercicio psicodramático tieneaquí por objeto la psicoterapia, a cuyas formas me he referidoen forma extensa en la primera parte de este libro. Podría com-partir en este punto, que cuando se realiza psicoterapia en elcontexto comunitario, lo clínico asume características distintasa las del consultorio particular y puede ser muy bien articuladocon el trabajo de redes y de promoción o prevención. He teni-do muy buenas experiencias, en que mujeres dadas de alta depsicoterapia de grupo, han ejercido después el rol de monitorasy han realizado trabajos de promoción de salud mental, demanera muy efectiva. El que una persona de una comunidadhaya pasado por un proceso psicoterapéutico la habilita en fun-ciones de escucha y apertura a otros; de acuerdo con mi expe-riencia en ocasiones ostensiblemente mejores, que de algunospracticantes de psicología o incluso psicólogos titulados.

Respecto del nivel de rehabilitación, significa dirigir activi-dades a personas con enfermedades crónicas que no tienen posi-bilidades de «cura». La idea es desarrollar hacia este grupo ac-ciones tendientes a aminorar los efectos de la cronicidad de suenfermedad y posibilitar su reinserción social, en el ámbito fa-miliar, escolar, laboral, civil, dependiendo del caso. Puede ser,por ejemplo, un alcohólico, un adicto a estupefacientes o unesquizofrénico. Quisiera citar aquí una tesis que guié, realizadapor una psicóloga psicodramatista que llevó a cabo un taller depsicodrama con psicóticos crónicos en fase de reinserción social.El propósito del taller era apoyar el proceso de reinserción albarrio y a la familia de un grupo de psicóticos del Hospital Psi-quiátrico de Santiago. Se insertó en un plan piloto, para apoyode la reforma de salud y la generación de un nuevo reglamentopara los enfermos psiquiátricos. Sus resultados pueden ser con-sultados en la Universidad Diego Portales de Santiago de Chile8.

8 Moraga, Carola, Tesis para optar al título de psicólogo, Los Apor-tes del psicodrama en el proceso de reinserción social de un grupo depsicóticos del Hospital Psiquiátrico de Santiago de Chile, Universi-dad Diego Portales, 2004.

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El psicodrama comunitario en Latinoamérica

La epidemia de crack en Estados Unidos llega al genocidio…La intención primaria de doscientos años de esclavitud fue

romper el espíritu y la cultura de nuestro pueblo… Ahora, enlos 90, veo semejanzas sustanciales entre la epidemia de cocaí-

na y la esclavitud… Nosotros no la pedimos…

Thomas Szasz9

Al parecer, las condiciones políticas, sociales y económi-cas asociadas con surgimiento y caída de numerosa dictadu-ras políticas, inicialmente generan condiciones de aislamientosocial, individualismo y soledad, que posteriormente derivanen la necesidad de grupalidad y sentido de pertenencia, losque son anhelados con nostalgia. No pretendo acá realizar unanálisis global de lo que ocurre en Latinoamérica, pero es pro-bable que lo anteriormente mencionado tenga que ver conque el psicodrama ha tenido un mayor repunte en esta región,comparativamente con otros lugares del mundo. Otro temaparticularmente sensible en Latinoamérica es que a la luz delos cambios políticos, la temática de la dominación y el poderha atravesado en forma de cuestionamiento y crisis las distin-tas instancias, como por ejemplo el ámbito académico, el deprogramas sociales y clínicos, que son los que fundamental-mente nos competen en el presente libro. En este marco, in-cluso las rotulaciones psiquiátricas pueden ser visualizadascomo mecanismos de dominación.

De la misma manera que Thomas Szasz, Guillermo Borja10,un psiquiatra mexicano, plantea que la denotación nosográficade las enfermedades psiquiátricas es una forma de reproducir latemática del poder social, de lo que hasta los años ochenta fueel capitalismo y en la actualidad es el neoliberalismo. El incre-

9 Szasz, Thomas, Nuestro derecho a las drogas, 2002.10 Borja, Guillermo, Lo cura la locura, 1998.

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mento de la temática del consumo de drogas en jóvenes y adul-tos en los últimos años es una muestra más de ello. Más dramá-tico es el tema si observamos el desplazamiento desde las dro-gas más blandas a las drogas duras más adictivas. Otro hecho adestacar es que al parecer las «enfermedades o adicciones» queson más publicitariamente destacadas, son aquellas asociadascon sectores de la población que son más bien una molestia ouna denuncia del mal funcionamiento del sistema neoliberal.De esta forma, los «jóvenes drogadictos» son aquellos margi-nales, cesantes, que se detienen en las esquinas. No son conno-tadas como drogadictas la gran cantidad de mujeres dueñas decasa que, en forma silenciosa, consumen benzodiazepinas ador-meciéndose y desconectándose de los sentidos. Tampoco sondesignados como drogadictos, la gran cantidad de ejecutivosjóvenes que, de cuello y corbata, consumen la «diosa blanca»,buscando un mejor rendimiento laboral. La diferencia de estosúltimos grupos, es que al parecer a través del adormecimientode la dueña de casa y de la activación del ejecutivo buscan sermás funcionales al sistema, en comparación con los jóvenes delas esquinas.

Clásicamente el quehacer del técnico, ha puesto énfasisen el trastorno y la comunidad espera respuestas a problemasde salud mental o a conflictos sociales. Muchas veces atenderun trastorno significa entregarle un tiempo y una energía, queimplica recursos no siempre disponibles en el medio. Asimis-mo, esto implica la existencia de procesos que magnifican elproblema y asocian a quien lo padece con un estigma del cuales difícil liberarse, favoreciendo así su perpetuación y la legiti-mación del sistema que lo sustenta. Esta situación no permitereconocer la potencialidad que el sujeto, la familia y la comu-nidad poseen y desconocen el participar responsable y activa-mente en la definición y resolución de sus dificultades.

Las enfermedades no pueden ser consideradas una enti-dad clínica descontextualizada de la persona y su entorno,sino como una alteración que está relacionada con una multi-plicidad de variables individuales, familiares y sociales. Lo

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anterior descansa también en la presencia de un equipo coor-dinado con las distintas instancias de la comunidad. Estoimplica empezar un proceso de redefinición en los ámbitos deoperación profesional tradicional, no solo para realizar unaacción más eficiente en el área de consumo abusivo de drogas,sino también para generar una búsqueda de respuestas en losespacios preventivos. Lo central de este enfoque es la horizon-talización de las relaciones entre el equipo que interviene y losusuarios, posibilitando la optimización de recursos y la des-centralización de la temática del poder.

¿Por qué de participación comunitaria? Porque es un apren-dizaje, dónde no solo interviene la palabra o la demanda. Hayimplicancia de reflexión, acción, de emociones, de valoracio-nes de las miradas dadas desde la comunidad, desde espaciosgeográficos sectoriales, y locales de estas dinámicas personalesy colectivas para enfrentar una problemática que nos afecta11.

En el mismo marco, como respuesta a lo anterior, lademocratización de las relaciones tanto en el plano de la sa-lud, de la educación y el desarrollo social se han ido desarro-llando con más o menos efectividad en algunas políticas pú-blicas, diseños programáticos y gestiones específicas. La mira-da de la enfermedad y de la problemática social esta en ciertaforma siendo replanteada, con distintos grados de éxito.

En síntesis, entonces, el psicodrama nos plantea dos co-sas, en primer lugar lo colectivo, lo grupal, lo intersubjetivo.En segundo lugar, la participación activa y espontánea de lacreación de propuestas, que nos saca de la identidad tradicio-nal de seres pasivos-sujetos de intervención, que simplemente,en tanto estamos enfermos o carentes recibimos «beneficios»,de otro, llámese Estado, Equipo Profesional o Programa.

En el año 2002 se realizó un psicodrama público múltipleen diversas ciudades de Latinoamérica, liderado por María Car-men Bello. Las consignas convocantes fueron: «De la protestaa la propuesta», «para que otra América sea posible», «de la

11 Reyes, Gloria, Procap: Programa de prevención, 1994.

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indiferencia al compromiso», «de la pasividad a la participa-ción» y «del pesimismo a la esperanza». Participaron en formasimultánea el, día 12 de octubre, los siguientes países: Brasil,Chile, Ecuador, Uruguay, Venezuela, Cuba, Costa Rica, Méxi-co, Colombia, Bolivia y El Salvador. No existen conclusiones,ya que según María Carmen Bello aún es algo que está en pro-ceso y no concluye. Sin embargo, hay que destacar esta expe-riencia como la apertura del psicodrama a no solo una miradaclínica, sino que una búsqueda social de una respuesta, queaún no está pero de la que podemos participar todos.

Algunas de las experienciasde psicodrama comunitario en Chile

Los nombres y algunos datos están alterados y modifica-dos, con el fin de que los involucrados no sean reconocidos.

• Caso 1: «…de la delincuencia a los grupos de encuentro…»Se llamaba Santiago, le decían «el carne amarga». Cuan-

do trabajabamos en un Centro Comunitario, destinado a jó-venes de alto riesgo, todos los pacientes, llegaban hablandode él con una especie de temor y admiración. Tenía en su pron-tuario asaltos a mano armada varios robos con intimidación.Sus ingresos a la cárcel eran reiterados pero breves, lo que enChile se denomina «puerta giratoria». Su hermano era uno delos delincuentes internacionales más connotados de la épocay él era menor de edad. Descendiente de mapuches, como de-cía Alonso de Ercilla, «soberbio, gallardo y belicoso», era unimportante líder entre los jóvenes de la comunidad.

Llevábamos varios meses y solo habíamos escuchado ha-blar de él. Hasta que un día irrumpe, tal cual lo habían descri-to, violento, amenazante, desafiante. Llegaba, se paseaba,rompía algún objeto, insultaba a alguien y se iba. Pasaronvarias ocasiones hasta que se fue aquietando. De a poco em-

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pezó a conversar con nosotros, a conocernos, a preguntar porel Programa, a entender, a suavizarse, incluso a ser amable.

Después de mucho, un día sorpresivo llega y dice: «ya,ahora sí estoy listo, quiero eso que ustedes le llaman psicote-rapia… quiero saber si sirve para algo». Comenzó entoncesuna psicoterapia bastante «sui generis». Iba casi todos los días,y la «psicoterapia» era jugando ping pong, o en la cancha defútbol de la esquina o cualquier cosa. Pasa el tiempo, Santia-go comienza a mostrar cada vez más atisbos de ternura.

Continúa pasando el tiempo, se forman los grupos deencuentro, que es simplemente recibir a los niños de la calle ySantiago nos ayuda. Se trabaja con los niños más pequeñosneopreneros y nuevamente Santiago nos ayuda. Comienzan aorganizar cruzadas ecológicas, a arreglar plazas, a hacer murgasy fiestas en las calles. Los niños y las señoras comentan que ellegendario Santiago es otro, ya no es el delincuente de antes.Bueno… »en realidad a veces se mete a algunas de las casasdel barrio alto y roba»… Pero ya es menos «y qué importa»,si está ayudando a rehabilitar a los niños chicos que inhalansolventes volátiles.

En resumen Santiago, brillante, tierno y gallardo. Des-pués de tres años es parte de nuestro equipo, nos ayuda mu-cho. Continúa en «psicoterapia». «Esa cosa rara que hacenustedes los psicólogos». Me ayuda en dos ocasiones a confor-mar grupos de psicodrama con jóvenes. Estamos en los añosnoventa, eran los tiempos de la marihuana. El programa dedesarma. Nos vamos.

Hace un tiempo iba pasando por el sector y lo fui a visi-tar. Pregunto por él, no está. Son los tiempos de la «diosablanca», su derivado más tóxico, versión para los pobres, lapasta base. Solo supe de él que estaba consumido por estadroga. Fin de la historia.

• Caso 2: «…los grupos de escucha…»Libertad es una mujer de 52 años, proveniente de la zona

del Norte de Chile, esposa de un minero. Tiene conflictos con-

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yugales, infidelidad de su marido, violencia, distanciamiento.Es sumisa frente a él y a sus cinco hijos varones. Vive todo eldía en función de atenderlos a ellos. Llega al Consultorio asolicitar atención por depresión. Comienza psicoterapia grupalpsicodramática y psicoterapia individual en forma paralela.

Cuando llega es una mujer silenciosa, pasiva. Habla pocoy no se atreve a opinar, menos si discrepa con sus compañerosde grupo. De una posición periférica, comienza de a poco apasar a una protagónica. A lo largo del tiempo, empieza aaparecer una persona con identidad, con opinión, con postu-ras físicas más posicionadas.

Al pasar del tiempo, después de tres años, muchas perso-nas rotan por el grupo, mientras Libertad permanece. Asumeademás un rol de yo auxiliar autodidacta. Empieza a tener enforma cada vez más frecuente un liderazgo afectivo. Modificasu posición sociodramática. Es marcadamente valorada porlos demás. Desde ahí cambia también su posición sociodra-mática en su casa. Su marido y sus hijos han ido modificandoen forma paulatina su actitud hacia ella, estando cada vezmás respetuosos y afectuosos.

Hay cada vez más demanda en el grupo de mujeres, nohay más espacio. Muchas están en condiciones de ser dadas dealta, para dar lugar a otras. Sin embargo no quieren, sientenque necesitan el espacio. Muchas viven en un entorno de gran-des dificultades, para el cual el equilibrio y manejo logradopuede ser frágil.

Dentro del mismo grupo, se nos ocurre una idea, Liber-tad la lidera. Crear los «grupos de escucha». Para las mujeresque hayan sido dadas de alta y que quieran reunirse a conti-nuar entrenando y experimentando la escucha. Libertad esta-rá a cargo de la coordinación. El grupo funciona tres añosdespués, hasta cuando termina el Programa. Desde ahí surgie-ron otras iniciativas, como un invernadero para los jóvenes yuna bolsa de empleos. Libertad termina a cargo de unamicroempresa, que postula y consigue financiamiento estatal.

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• Caso 3: «…las señoras de los viernes…»Es un grupo impulsado para trabajar psicodramática-

mente la violencia en la pareja. Pertenecen a una poblaciónbastante emblemática, desde el punto de vista de su lucha porla dictadura. Se autodenominan con posterioridad… «lasmujeres del psicodrama».

Durante la primera etapa, es un grupo de difícil consti-tución y convocatoria. No están muy claras de para qué pue-da servirles juntarse. Se sienten todas maltratadas por una cul-tura represiva y por el machismo. Existe mucho resentimientoy cristalización en el rol de víctimas. Para muchos, las secuelasdel maltrato constituyen incluso un salvoconducto para se-guir ancladas y dependientes de un destino, del cual no quie-ren hacerse cargo. Tal vez entonces tiene sentido juntarse paraintercambiar quejas y compasiones. Eso es entonces lo quesimplemente ocurre las primeras sesiones. En la medida queempiezan a trabajar con el psicodrama, comienzan a extra-ñarse al principio y sorprenderse después. Algo distinto em-pieza a surgir. Aparece la desvictimización muy lentamente.Se trabaja el temor a desprenderse de esta matriz.

Comienza a aparecer más fluidez, creatividad, juego yhumor. Aparece también la sensualidad. Entonces algo muyinteresante y hermoso comienza a pasar. Las mujeres que alprincipio llegaban desarregladas, desgreñadas, algunas hastadesaseadas, comienzan a llegar vestidas con sus mejores galas.Desfilan hacia el grupo atractivas, con sombreros, con faldascon tajos, mujeres del año veinte, treinta, cuarenta. Es extra-ño, casi surrealista, como si quisieran dignificar y reivindicara las mujeres de distintas épocas. Esto simplemente ocurre,casi sin que nadie hable de ello. Comienza entonces a simboli-zarse, a hablarse, a ponerle palabras. Se crea el movimiento delas «mujeres de todos los tiempos». Forman una microempresa,una tienda de ropas y disfraces.

Me encontré con una de ellas la otra vez en la calle. Laempresa aún continúa. Crearon además, después, un jardíninfantil para las que no tenían con quién dejar a los hijos.

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• Caso 4: «…de tránsito…»La experiencia que relato ahora es uno de los trabajos

comunitarios que continúo en la actualidad. Es con un grupode estudiantes de psicología que, después de recibir unas se-siones de entrenamiento de caldeamientos y juegos psicodra-máticos, efectúan talleres de desarrollo y prevención a algu-nos Centros de Rehabilitación de Jóvenes de la Red deSENAME12.

Los estudiantes de psicología efectúan seis sesiones detaller de juegos psicodramáticos, destinadas a mejorar cohe-sión grupal, autoestima, autoconocimiento, relaciones interper-sonales y manejo de las emociones e impulsos.

Es una actividad práctica para los estudiantes de psico-logía, que tiene distintas etapas. La primera es participar deun taller formativo teórico experiencial, en donde se entrenanalgunos juegos psicodramáticos. La segunda es una ejercitaciónentre ellos mismos, para asesorarlos en las actividades grupalesdentro del taller. La tercera etapa es la visita a la institución yconocimiento de la realidad como pre caldeamiento. Luegoexiste una cuarta etapa en donde llevan a cabo un diseño delos talleres que dirigirán a los jóvenes de los hogares. La quin-ta etapa consiste en la realización del trabajo grupal con ase-soría y retroalimentación.

En algunos hogares de menores, que no son de tránsito ydiagnóstico, se ha efectuado una sexta etapa, que consiste enun espacio construido por los jóvenes marginales, en funciónde la satisfacción de algunas de las necesidades detectadas,con la asesoría periódica por parte de los alumnos.

El Dr. Kononovich13 se refiere a algunas experiencias co-munitarias psicodramáticas con psicóticos. Se plantea la in-serción de este tipo de enfermos en la comunidad. Particular-

12 SENAME: Servicio Nacional de Menores, dependiente del Ministeriode Justicia del Gobierno de Chile, destinadoa trabajar con menoresvulnerados en sus derechos e infractores de ley.

13 Kononovich, Bernardo, Psicodrama comunitario en psicóticos, 1995.

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mente pienso que para que una intervención se defina comocomunitaria, no solo tiene que estar inserta en la comunidad,ni pretender insertar a un grupo de personas en ella, sino queademás la acción debe estar dirigida al conjunto, a la formade interactuar de los sujetos.

Las tres primeras experiencias anteriormente citadas co-rresponden a una época en que realicé mucho trabajo comu-nitario. Diversas razones me llevaron después a la actividadacadémica y a la clínica. A muchas de estas experiencias no seles hizo un seguimiento, creo que realmente muchas de ellasaún no se han terminado de escribir. Corresponden histórica-mente al tránsito, en Chile, desde la dictadura militar a lademocracia. Espacios desde donde se develan las secuelas dela violencia social, pero también las posibilidades que surgendesde las heridas públicas e íntimas. Dentro de ello, el papeldel psicodrama puede ser simplemente abrir caminos.

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Capítulo 6

Psicodrama en la educación

Definiciones del psicodrama en la educacióny distinciones con lo comunitario

En el capítulo anterior, definimos como instancias co-munitarias a todas aquellas agrupaciones formales e informa-les que comparten un territorio, una cierta realidad sociocul-tural y en muchas ocasiones un objetivo común. En este sen-tido, cualquier institución educacional cumple con estos re-quisitos y podría ser considerada como una instancia comu-nitaria.

Sin embargo, con el propósito de distinguirlo de una in-tervención comunitaria, definiremos en este capítulo comopsicodrama educacional a todas aquellas intervenciones quetienen como propósito utilizar el psicodrama como métodopara facilitar cualquier proceso de aprendizaje y socialización.Las instancias formales a través de las cuales se intencionanlos procesos educacionales pueden ser desde pre-escolares, es-colares, pregrado y posgrado académico. También considerosituaciones de aprendizaje formal los procesos de supervisiónde roles profesionales.

Por lo tanto, nos encontraremos con muchas situaciones,en que, en términos prácticos, será difícil la distinción entre loinstitucional, comunitario y educacional, en vista de que mu-chas veces se sobreponen. Lo relevante entonces, para definirla,es adónde está puesto el foco y el propósito de la intervención.

También, muchas veces, lo educacional asume formas deco-ayuda previa, alternante, paralela o posterior a un procesode psicoterapia y/o rehabilitación. Allí el psicodrama también

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puede desempeñar un rol relevante, que facilita el re-aprendi-zaje de roles sociales.

El psicodrama y la educación, reflexionesepistemológicas

La educación depende fundamentalmente de aspectosideológicos predominantes en la cultura y, por lo tanto, arrai-gados en los sistemas institucionales. Por esta razón, en el pro-ceso de educación formal no solo convergen los problemasinherentes de la cultura imperante, sino también la educaciónlos puede generar y/o perpetuar. Un ejemplo de ello lo vemosen la influencia de la globalización y modernidad, a través delcual el modelo educativo se introduce en parámetros elitistas,efectistas y tareístas, altamente exigentes. También la televi-sión y la cibernética producen un aislamiento y una nuevaforma de representación del mundo.

Como consecuencia de todo lo anterior, un número cre-ciente de la población escolar chilena padece depresión y unaserie de trastornos psicológicos. Tal vez debiéramos preguntar-nos si estos trastornos más, que mera disfunción individual,sean además emergentes sociales denunciantes referentes a quela educación se está perfeccionando en contenidos ytecnologización, pero no está respondiendo a las necesidadesprofundas del ser humano. Cristina Grilló1 se refiere a los niñosdel tercer milenio como niños cada vez más especiales, cada vezmás sensibles e intuitivos, con serias dificultades para adaptarsea los espacios formales de educación que exigen y estimulan lalógica formal, dejando de lado los procesos de creación afectivay sensitiva. Al parecer, los niños y jóvenes están poniendo unavoz de alarma a nuestros procesos educacionales y culturales.

Planteamos entonces que las características de los sistemaseducacionales están condicionadas por los valores e ideologías

1 Grilló, María Cristina, Los niños del tercer milenio, 2003.

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imperantes de la cultura y que están presentes en todas las ins-tancias y etapas de la vida. Sin embargo, los esfuerzos de per-feccionamiento han centrado su atención multidisciplinaria enlas primeras etapas del desarrollo evolutivo, o sea en la etapapre-escolar y escolar, por las características fundantes y condicio-nantes que ella tiene para el resto de la vida.

La educación institucional pre-escolar y escolar ha in-tentado y experimentado muchas reformas en varios países.Uno de los ejes centrales de estos cambios apunta no solo a laactualización de contenidos, a la tecnologización de sus me-canismos, sino también al perfeccionamiento de los métodos,en el sentido de intentar hacer cada vez más partícipes delproceso de aprendizaje a los niños y jóvenes.

Entonces, una reforma educacional implica también untema ideológico y una resignificación de la concepción del serhumano. ¿Cuál es la visión de educar coherente desde elpsicodrama? ¿Cuál es la visión del hombre y del desarrolloevolutivo, que asiste al aprendizaje? Entonces ¿qué activa yfacilita el proceso de aprendizaje? y ¿qué entendemos poraprendizaje?

Al respecto, etimológicamente la palabra educación pro-viene del latín educare y exducere, que significa meter, ali-mentar, construir, conducir, guiar, orientar. Si analizamos lassignificaciones de esta diversidad de palabras, en conjunto conlo que históricamente se han traducido las prácticas de la edu-cación, nos encontramos con un proceso dirigido al ser hu-mano cuyos movimientos e implicancias van desde afuerahacia adentro. Por otra parte, la espontaneidad, concepto cen-tral del método psicodramático, etimológicamente viene desua esponte, que significa desde adentro hacia afuera. De loanteriormente mencionado podemos derivar uno de los prin-cipales y potenciales aportes del método psicodramático en laeducación, en el sentido de intervenir mediante técnicas quefaciliten la participación y la apropiación de los distintos as-pectos involucrados, facilitando e intencionando que sea unproceso bilateral y vincular, cuyos movimientos no vayan ex-

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clusivamente de afuera hacia adentro, sino que también desdeadentro hacia fuera. Que el sujeto sea autor de sus propiasreflexiones, significaciones e interpretaciones.

El psicodrama implica una concepción holística, que asu-me el desarrollo de un ser humano abarcando lo afectivo, locognitivo, lo corporal y el pensamiento lógico e intuitivo. Con-secuente con ello, los procesos de aprendizaje deben estimularlos dos hemisferios, el del pensamiento formal y lógico y el de lacreación e intuición. Lamentablemente no es eso lo que ocurre,sino por el contrario. Los procesos de aprendizaje son diseñadosy ejecutados para estimular una lógica racional, desde las prime-ras etapas, hasta la gran academia, tendiendo a existir una des-preocupación, de los aspectos del desarrollo afectivo e intuitivo.La intención de la preocupación por el cuerpo, entra tambiéndentro de la dinámica del deporte competitivo y la gimnasia derendimiento, en que nuevamente esta el tema exitista y tareístay no la educación para ocuparse y tomar conciencia del cuerpo.

Relativo a la educación de la escucha, lo interesante escomo introducir a través del espacio y de juegos psicodramáticos,el poder registrar el entorno y aprender a escuchar. Escuchar esmás que oír, ya que involucra todos los sentidos2. Existe unaincapacidad de nuestra cultura de estar calmos, de aceptar loque está, lo que pasa, lo que existe, contrario a poder escuchar.

Referente a posibilitar una integración de los procesosperceptivos, la vivencia y el pensamiento, las disociacionesfomentadas en la cultura, tienden a generar polarizacionesdel afuera y el adentro, del cuerpo y la mente, de la vida yla escuela, de lo bueno y lo malo, de lo feo y lo bonito, dela vida y la muerte, de la reflexión y el impulso, del decir yel hacer3. .Estas polaridades, existen, no obstante nuestraeducación tiende a rotularlas fijándolas en estancos, impi-diendo la sensibilidad a los matices y a la unificación de lasvivencias.

2 Grilló María Cristina, Los niños del Tercer Milenio, 2003.3 Fornasari Lilia, Fornasari Lilia, Reflexiones para educadores, 2002.

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Otro aspecto importante es lograr percibir el aprendizajecomo un proceso de búsqueda, de transformación y adapta-ción activa a un entorno, que también es siempre cambiante ydinámico. En este sentido, cuando intentamos resolver un pro-blema, el polarizar y dilematizar lo estanca y congela, versusmovilizar y hacer participar, que crea y transforma la realidad.

También el psicodrama le da un espacio a la alegría enfacilitar el aprendizaje. El aprender puede ser un acto gozosocon un fin en sí mismo. La alegría, y de forma parecida el hu-mor, potencian el aprendizaje, promueven y relativizan las re-flexiones, impidiendo los rótulos y el congelamiento de la ex-periencia. Esto se contrapone fuertemente con los esquemas tra-dicionales de la educación, relacionada con la disciplina, la gra-vedad, el rigor y con visiones tales como «la letra con sangreentra».

La incorporación del juego en los espacios de aprendiza-je, sociales y curriculares formales, acelera y fija los conteni-dos aprendidos, haciendo que el sujeto se apropie de las re-flexiones, los recuerdos, las conclusiones y las vivencias. Exis-te, por lo tanto, una estrecha relación entre los espacios dejuego, la creación y el aprender.

Finalmente, el ocio desempeña un rol en el proceso decreatividad y esta a su vez en el aprendizaje. No obstante,suena casi inconcebible que el proceso formal de la educaciónincluya espacios de ocio, desde donde el inconsciente divaguey se vaya desarrollando una estimulación de conexiones dis-tintas con la realidad y con el conocimiento.

Ámbitos de aplicacióndel psicodrama en la educación

El medio escolar institucional dirigido a adolescentes yniños es el espacio formal en donde se imparte gran parte dela enseñanza en nuestra cultura occidental. Este medio ha su-frido una serie de modificaciones producto de la modernidad

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y de la globalización. Dentro de ello es un espacio progresiva-mente más crítico, en donde principalmente los adolescentesse están haciendo escuchar cada vez con más fuerza y desarro-llando nuevas propuestas. Algo está ocurriendo: están sintiendoque el sistema escolar no responde a sus requerimientos. En elaño 2006, hubo en nuestro país una movilización estudiantil,de origen pacifista y muy masiva a nivel nacional. Su gradode organización, fuerza y la madurez de sus requerimientossorprendió a la opinión pública y fue la envidia de políticosavezados. Sus planteamientos eran muchos y muy coherentes,todos igualmente importantes y muy bien fundamentados.Uno me llamó la atención y es en el que me detendré a señalarde acuerdo con los propósitos de este capítulo: «El mejora-miento de la calidad de la educación no pasa por un aumentocuantitativo de horas y contenidos, sino por la calidad de losmétodos y de los espacios de participación que se les otorgana los estudiantes».

Por otra parte, la formación universitaria ha tendido mása envasarse y a atomizarse. Los contenidos curriculares de pre-grado están siendo conducidos a una mercantilización queresta reflexión, crítica y profundidad a la formación de rolesprofesionales.

Como sustituto de lo anterior, se han ampliado y diversi-ficado las formaciones de post-grado. Están, además, lospostítulos, cuyas características se dirigen a la especializaciónde herramientas concretas de trabajo, a diferencia de un post-grado que califica a sus alumnos más en aspectos teóricos re-lacionados con la academia y la investigación.

Todos los niveles anteriormente mencionados pueden serperfeccionados en su metodología de enseñanza, a través delpsicodrama y aplicados a ejes transversales de desarrollo, quepasan por lo socioafectivo, lo curricular, y también por elaprendizaje y supervisión de los roles profesionales.

La enseñanza es un proceso que está presente en otrosámbitos, como por ejemplo en la prevención, tratamiento yrehabilitación de cualquier tipo de enfermedad, como aprendi-

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zaje de algunas habilidades sociales de grupos de trabajo, sindi-catos e instituciones en general. Nuevamente en estos casos elpsicodrama puede ser una herramienta facilitadora para estetipo de propósitos.

Métodos empleadosen psicodrama y educación

En consecuencia, el método psicodramático posee unaserie de aportes en los niveles de la visión y la acción de lasprácticas educativas. Desde ahí, las técnicas que se puedenemplear son variadas.

El psicodrama pedagógico consiste en aplicar las técni-cas educativas en aprendizaje de contenidos y temáticascurriculares específicas, como matemática, biología, química,etc. De esta forma, en un espacio escénico un conjunto deniños pueden representar psicodramáticamente la recta nu-mérica, el cuerpo humano, la fusión de elementos químicos,etc. Por ejemplo, no es lo mismo aprender la anatomía y fisio-logía del corazón, que representarlo en un espacio escénico. Sime relatas algo, tal vez se me olvide, si me lo muestras es másprobable que lo recuerde; si lo experimento lo comprenderé.

La escena psicodramática, aplicada en el ámbito de laenseñanza, se utiliza de la misma manera, desde el punto devista de los componentes y etapas clásicas4. Sin embargo, eneste caso la escena está centrada en el contenido grupal. Unaescena del Quijote escogida por ejemplo por un grupo de ado-lescentes específicos, puede constituirse en un emergente grupaldel idealismo.

También el teatro espontáneo, el sociodrama y los jue-gos psicodramáticos, como lo mencioné en el capítulo ante-rior, son muy útiles para trabajo socio y psicoeducativo, en elcual no se pretende ahondar en la conflictiva individual, sino

4 Reyes, Gloria, Psicodrama, paradigma, teoría y método, 2005.

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realizar el aprendizaje y profundización de las temáticas a tra-vés de un trabajo colectivo. Mediante de estas técnicas desa-rrollamos el acto y el arte de vernos y crearnos. Aquí el espa-cio dramático se representa como una metáfora... como unbarco, un canasto, una tienda mágica, una isla, un álbum defotos, un museo de esculturas, etc. Todas ellas pueden repre-sentar aspectos de los contenidos aprendidos, ya sea de histo-ria, literatura, castellano, etc. Necesariamente detrás de estemétodo está el involucramiento y compromiso de la subjeti-vidad en las temáticas aprendidas.

En términos generales, otras técnicas expresivas, como ladanza, la música, el diario mural, las artes plásticas, puedencumplir funciones de co-ayuda para desinhibir, desbloquear yestimular la creatividad, durante el proceso de aprendizaje.

Otras de las técnicas psicodramáticas, que puede ser em-pleada en grupos de enseñanza, es el test sociométrico, cuyautilidad es aplicable para diagnosticar e intencionar configu-raciones sociométricas, que faciliten los hábitos de colabora-ción de manera efectiva y flexible, para la consecución de ac-tividades vinculadas con la enseñanza, que sean autónomasdel profesor y de esta forma impulsar redes de auto ayudapara el reforzamiento escolar en habilidades e intereses com-plementarios de grupos de alumnos.

Sociodrama educativo en los vínculos,afectos, corporalidad y cognición

Un aspecto relevante del sociodrama y psicodrama es suutilización para propósitos psico y socioeducativos dirigidoshacia la comunidad, para la formación y recuperación de suidentidad y para la mejoría y optimización de sus prácticassociales.

Como ya ha sido mencionado en los puntos anteriores,uno de los aportes específicos del psicodrama en el método deaprendizaje y su aplicación es la mirada holística del ser huma-

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no. En este sentido los aspectos a integrar dicen relación con elvínculo, los afectos, la corporalidad y las funciones cognitivas.

La importancia del vínculo en la educación se traduce enel hecho de que es en la escuela donde fundamentalmente elniño puede aprender a vincularse con el resto del mundo ex-tra familiar. Aquí, el aprender se puede transformar en unademanda o recepción pasiva, o en un proceso de participa-ción activo y democrático. El papel del educador desde elpsicodrama es el de facilitar y permitir que emerja la repeti-ción y desde esa conciencia se desarrolle lo nuevo. Para que sedé esta experiencia, es importante el inter-subjetivo entre edu-cador y educando; es desde ahí donde surge lo nuevo. Todo loaprendido se influye y condiciona entonces desde el vínculo.El psicodrama es el espacio entre fantasía y la realidad, entrepensamiento y pulsión, entre deseo y acción, entre adentro yafuera. Favorece la desinhibición entre espacio subjetivo sim-bólico y objetivo y lógico. Por otra parte, el psicodrama gene-ra una conciencia y disposición al mundo relacional, en don-de el vínculo no está dirigido solamente al inter, sino tambiénen el intra, lo que implica además la vincularidad consigomismo y con el entorno y un énfasis en el proceso educativocomo parte del mundo interno y del enseñar a buscar ahí5.

El papel del afecto en la educación radica en que activay agiliza todos los procesos de aprendizaje. Tenemos, porejemplo, que un niño con depresión disminuye su motiva-ción y concentración y por lo tanto su rendimiento en losprocesos de aprendizaje. Cuando hablamos de afecto, nosreferimos tanto a aquel que está presente en el vínculo entreeducador y educando, como a la catexis y energía motiva-cional dirigida al objeto aprendido, como al goce en sí delproceso de aprender. También cuando hablamos de afecto,estamos aludiendo a los diversos sentimientos involucradosa los contenidos aprendidos. De esta última idea se despren-de la necesidad de desinhibición y desbloqueo de emociones

5 Fornasari, Lilia, Aportes para educadores, 2002.

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tales como el miedo y la vergüenza, para facilitar el procesode aprendizaje y creatividad.

La corporalidad es uno de los elementos esenciales de latécnica psicodramática, el movimiento corporal y la acción,en su sentido expresivo y exploratorio, poseen funcionesdesbloqueadoras de cadenas de significados e integradoras yvivificadoras de contenidos a ser recordados. Los iniciadorescorporales pueden ser cenestésicos, interoceptivos, extero-ceptivos y kinestésicos. Desencadenan engramas de sensacio-nes y recuerdos reprimidos o latentes del pasado y ademásgeneración de nuevas vivencias, que se integran a un relato noverbal haciendo su recuerdo más evocable.

Finalmente en el proceso de sociodrama educativo lasfunciones cognitivas también poseen un papel relevante. Eneste aspecto el método psicodramático propende a que el su-jeto se haga autor de sus propias reflexiones, pensamientos yconclusiones, reorganizando sus secuencias lógicas y resigni-ficando sus resultados. De la misma manera, la resignificaciónpermite el recuerdo, que es la apropiación y reorganización deun contenido experimentado. A diferencia de la memoria, quees la evocación de un acontecimiento tal cual ocurrió, lo cuales mucho más difícil de retener.

El psicodrama en el proceso de aprendizaje

Pero realmente ¿cómo puede impactar el métodopsicodramático en el proceso de aprendizaje? ¿Cuáles son losmecanismos mediante los cuales realmente facilita la enseñan-za, en cualquier nivel? ¿En que foco o aspecto especifico seintroduce y activa la creatividad? En relación a esto, analiza-remos algunas funciones relacionadas con el proceso de apren-dizaje y como el psicodrama se relaciona con ellas y las puedeactivar.

Una de las funciones, más clásicamente mencionada es elpensamiento. La pedagogía a través del psicodrama contribu-

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ye a una integración del pensamiento con el cuerpo, laspulsiones y las emociones, lo que le da a la reflexión mayorviveza y reorganización de secuencias y sentidos. De esta ma-nera el pensamiento resignifica, de tal forma que la persona seapropia de una comprensión particular del fenómeno. Al re-organizarse las secuencias y las partes constituyentes del co-nocimiento, se tienden a superar las dicotomías.

Otra función clásicamente asociada con el proceso deaprendizaje es la memoria. Para comprender un fenómeno,no solo hay que memorizarlo sino que en cierta forma experi-mentarlo; de esa manera no se memoriza pasivamente un con-tenido, sino que además se lo recuerda. La diferencia entrememoria y recuerdo es que la memoria retiene tal cual; encambio el recuerdo se activa con otras funciones como el pen-samiento, que le da un sentido a lo recordado, entonces seinterviene y resignifica el contenido. No solo hay que memo-rizar el agua, sino experimentarla. Es distinto el contenidoaprendido cuando es parte de un relato verbal plano yunidireccional, a cuando es parte de una acción. En este as-pecto, la acción hace carne viva el personaje, de manera queno solo se aprende el Quijote, sino que activa el Quijote queexiste en cada uno. El ser, además, el arquitecto del espacioque habito, me hace experimentar los roles de otra forma yser autor de lo aprendido.

Ya mencioné la importancia del vínculo y la emociónpara el aprendizaje. ¿Cuál es el vínculo y el grado emocionalcompatible con el aprendizaje?6 Surgen ciertos principios, ta-les como la importancia de un buen vínculo que favorezca laconfianza y la espontaneidad. Desde ahí, todos los afectospueden ser incorporados en la escena. Lo central es no perderel foco en el propósito de aprendizaje y no centrarse en laapertura de conflictivas individuales. Entonces, la escena sepuede introducir en el aula, empleando todas las técnicas. Elfoco es intervenir entre la demanda y el propósito de aprendi-

6 Noseda, Elena, Supervisión docente en psicodrama pedagógico, 1981.

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zaje o trabajo. El juego, el humor, el goce, la acción, facilitanlas puertas del verdadero conocimiento.

El psicodrama en los trastornosde aprendizaje

El trastorno de aprendizaje, definido en el DSM IV, con-templa una serie de dificultades en la adquisición de habilida-des académicas, particularmente lectura, cálculo y expresiónescrita. Las deficiencias evolutivas en la adquisición o ejecu-ción de habilidades específicas se suelen hacer evidentes en laniñez, pero con frecuencia tienen consecuencias importantesen el funcionamiento posterior. Estos trastornos suelen ocu-rrir en combinación, y con frecuencia co-mórbidamente conotros tipos de patologías psiquiátricas tanto en el individuocomo en las familias, de manera que en la práctica son descu-biertos de forma secundaria. Como grupo, estos trastornosestán ampliamente extendidos, englobando del diez a quincepor ciento de la población en edad escolar.

En el mismo marco anterior, podemos deducir que talvez el trastorno de aprendizaje es un síntoma más de un con-junto de alteraciones de fondo que se traducen en la interaccióncon el entorno. En ese sentido múltiples aspectos se puedenver afectados. Uno de ellos es la falta de autonomía en larelación y el goce por el pensar, reflexionar y descubrir el mun-do. Son niños que deben ser altamente estimulados para des-pertarles el interés y la inquietud en el proceso de conocer ycomprender, situación que no se activa en forma espontánea.En este sentido el psicopedagogo puede utilizar el espaciopsicodramático, para permitir re-organizar y re-significar larealidad, recuperando la propia autoría del pensamiento, lalógica y el sentido de la reflexión. Si no soy capaz de resignificarla inteligencia, se atrapa7. Por otra parte, esta dependencia,

7 Fernández, Alicia, Psicopedagogía en psicodrama, 2000.

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está presente también en el vínculo, lo cual consiste en que unsujeto que aprende está marcadamente dependiente de unoque enseña, lo que se relaciona con aburrimiento y depresión.

Se señala también dentro de los trastornos de aprendiza-je el papel de la escritura. La escritura permite fijar y objetivaralgo subjetivo. Una escritura, un trazo, un dibujo, puedenconstituirse en una descarga, en una catarsis, en este caso lahoja en blanco es el espacio escénico. En el trastorno de apren-dizaje, se produce un bloqueo, una interrupción, entre el ju-gar, dramatizar y escribir. En este sentido, la escenapsicodramática permite volver a conectar estos eslabones deuna misma cadena. Didier Anzieu hablaba de los iniciadorescorporales para evolucionar, ocupando los mismos principiosde la bioenergía.

Otro aspecto relacionado con el trastorno de aprendiza-je, que puede ser positivamente afectado por el psicodrama,es la emocionalidad depresiva. En las dificultades del apren-dizaje, está suspendida la alegría por aprender sobre la vida,por manejar el entorno. Al no haber conexión con la alegría ygoce de aprender, tampoco existe conexión con el dolor, de talforma entonces explicamos la dificultad para tolerar la frus-tración, característicamente asociada a estos trastornos. Laalegría es entonces un criterio de salud en el aprendizaje. Des-de esta perspectiva, el trastorno de aprendizaje es un actoautodestructivo y con una fuerte tendencia depresiva.

El proceso de aprendizaje implica un desbloqueo, una ac-tivación de la espontaneidad y la creatividad, finalmente unatransformación. Para ello, hay que permitir al niño la destruc-ción para que luego re-construya. El sentirse vitalizado, conec-tarse con la espontaneidad, ensoñar, jugar e imaginar es unaasociación permanente que posibilita el aprender. Cualquierade estos aspectos que esté bloqueado puede alterar el procesode aprendizaje. Por esta razón la actividad artística es concebi-da como indispensable dentro de la terapia de aprendizaje.

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La creatividad como proceso de aprendizaje

La creatividad es un proceso básico del ser humano, queestá estrechamente relacionado con el aprendizaje. Consisteen un poder innovador que posibilita el desarrollo de áreasartísticas, científicas y psicológicas. El proceso creador, paraHéctor Fiorini, puede ser abordado desde diversas discipli-nas8. Una de las características de los procesos creativos es rea-lizar la síntesis de elementos antagónicos, divergentes y con-tradictorios, así el proceso secundario es la construcción de loreal, de la acomodación y asimilación descrita por Piaget. En-tonces, el proceso terciario es a partir de la desintegración delpensamiento lo que genera la creación. La creatividad no esun producto elitista relacionado con talento artístico, sinoque es un proceso simbólico de desintegración y síntesis. Lacreatividad surge desde la ilógica del caos.

Para Klein y Freud, la creatividad es la superación de losimpulsos agresivos, instintivos que se fusionaron con lo eróti-co. Winicott la relaciona con procesos vinculares y afectivos,ya que conecta el origen del proceso creativo con la sensaciónde que la vida vale la pena. Es la superación del estado esquizoideen que el bebé no se satisface del vínculo9, por lo tanto hayalguien realmente bueno que me hace sentir eso. Refiere por lotanto representaciones, transformaciones y superaciones esta faseesquizoide, además del narcisismo, en el sentido de introver-sión, aislamiento y bloqueo de la creatividad.

Respecto de la creatividad y la dinámica del inconscien-te, Freud plantea, en base a la teoría psicoanalítica, el mito ylos complejos primitivos, como el de Edipo. Esto implica unproceso de integración en que haya mayor proximidad entreconsciente e inconsciente, entre razón y sentimiento. La clavees desbloquear la percepción y activar el proceso primario,inconsciente. Al conectarse con lo inconsciente, la creatividad

8 Fiorini, Héctor, El psiquismo creador, 1995.9 Winicott, Donald, Realidad y juego, 2003.

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también se relaciona con el espacio y tiempo, de la manera enque lo hacen el inconsciente y el espacio psicodramático. Ahíestá presente en forma sincrética el pasado, el presente y elfuturo. La creatividad, entonces, es también la relación entrelo nuevo y lo viejo, entre el afuera y el adentro, entre futuro yfantasía. El proceso terciario implica la superación de una obra,el objeto creado es transtemporal.

La importancia de la infancia para Fidel Moccio, se rela-ciona con el desbloqueo, la expresión de las imágenes, el cuer-po en movimiento y la liberación del temor. Define como es-tado creativo las conexiones fundantes y productivas, quecomponen al individuo10. En la creatividad el arte es una po-sibilidad de expresión, catarsis y objetivación.

El psicodrama en la formación y supervisiónde psicoterapeutas y educadores

Como ya he dicho, otro de los ámbitos educacionales endonde se puede aplicar el psicodrama educacional es en el apren-dizaje del rol profesional. Esto se puede llevar a cabo en laenseñanza curricular de contenidos de pre-grado y post-gradoen las que se realizan dramatizaciones con propósitos didácticos,psicodrama interno, rol playing pedagógico, exploración y en-trenamiento de diversos aspectos involucrados en los roles, comola escucha, la intervención, la transferencia, la empatía, etc.

Se plantea el tema de la ética, en la aplicación del psico-drama con objetivos didácticos para el rol del terapeuta y parala enseñanza del psicodrama mismo, ya que en este caso debeestar desde el origen del encuadre contractualmente claro, quela oferta, elección y el desarrollo de una escena es sobre la basede objetivos de aprendizaje y no terapéuticos. De lo contrariose pervierte el contrato entre grupo de alumnos y coordinadorque enseña. En este sentido, se llega a un equilibrio télico, en

10 Moccio, Fidel, Creatividad, 1997.

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donde el grupo, el protagonista y el director cuidan las distan-cias, las intimidades, la confianza y espacios de profundización.Yo no pienso que en una escena psicodramática con objetivosdidácticos no se pueda necesariamente profundizar, por el con-trario. ¿Cómo enseño a profundizar con psicodrama, sino esprecisamente haciéndolo? El punto entonces está en que debeestar claro el objetivo y el tele del grupo, para saber entonces enfunción de ello hasta dónde llegar. En este tipo de grupos, seagrega una etapa a las clásicamente definidas por el métodopsicodramático. Esta es la de procesamiento a través de la cualse discuten y aplican conceptos y elementos metodológicos re-lativos a lo ocurrido en sesión. En esta etapa hay que evitarpsicologismos facilistas e interpretaciones de la vida personaldel protagonista. El foco está en los aspectos técnicos y los con-tenidos personales puestos al servicio de lo ellos. Cuando losprocesos de formación son más largos, se suele llegar a altosniveles de profundidad. Ahí se recomienda paralelamente unapsicoterapia. Cabe aquí mencionar el método de la escena te-mida del coordinador de grupo, que es excelente para propósi-tos de supervisión de psicoterapeutas11.

En el caso de emplear el método psicodramático para su-pervisión dirigida a docentes y su rol profesional, se supervisarespecto de cómo enseñar, el entorno que los influye y cuál hasido su modelo de educación12. La supervisión sobre todo eneste caso debe tener un sentido más que evaluativo o fiscalizadorvertical, una co-visión de los diversos aspectos del funciona-miento del rol y del vínculo. Se facilita una revisión en los pro-fesores de su propia experiencia de aprendizaje, para desde ahíproducir cambios. En este sentido, el psicodrama despliega lasescenas desde donde se matrizó el modelo educativo. Lo quesuele ocurrir con la formación clásica de los docentes es quetienden a la verticalización, autoritarismo y visión de los meca-

11 Kesselman, Hernán, La multiplicación dramática, 2000.12 Noseda, Elena, Taller de bioética clínica y psicodrama pedagógico,

1999.

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nismos de evaluación, como algo amenazante y descalificador.Por esta razón se debe evitar el vínculo poco democrático quesuele implicar la interpretación no co-construida, en los gruposde formación y supervisión, ya que esto es la repetición de losmismos aspectos que se discuten referentes a la disfuncionalidadde los modelos educacionales clásicos, y es la generación dejuicios éticos o clínicos y el ser impositivo. Por el contrario, latransformación se da a partir de un espacio contenedor en quese mira lo viejo, se observa, de ahí, qué me sirve y qué no, paraque a partir de ello se pueda desarrollar algo nuevo. Solo desdeallí adquiere sentido una reflexión.

Las técnicas efectuadas con profesores pueden ser esce-nas, sociodramas, juegos psicodramáticos, teatro espontáneoy teatro debate. Es interesante ver el proceso de transforma-ción que experimentan los profesores cuando se sienten aco-gidos, escuchados y con permiso para equivocarse y compar-tir estas equivocaciones, cuando pueden trascender la conser-va cultural de su rol, que es particularmente de mucho peso,de mucho «deber ser», de «dar el ejemplo», etc.

En relación con lo mismo, recuerdo un ejemplo, en queuna Fundación que dirigía establecimientos educacionales mesolicitó que realizará un taller de psicodrama para los docen-tes, con el propósito de ayudarlos a integrarse a lo que en esemomento era la instalación de la reforma educacional desdeel Ministerio a los colegios. Durante un momento del caldea-miento inicial les pregunté qué significaba para ellos la refor-ma. Muchos responden frases tales como…: «un gran desa-fío»… ,«un interesante cambio»… ,«una importante y revo-lucionaria propuesta»… ,«la renovación para el futuro»… etc.Les digo que cierren los ojos, que respiren profundo y quevayan a preguntarle lo mismo a su corazón y a su estómago.¿Qué dicen ahora sobre la reforma? Aparecen entonces frasescomo estas...: «no entiendo nada»… ,«me agobia»… ,«es unestorbo»… ,«no estoy ni ahí»… ,«es un cacho»… ,«pura pa-labrería y demagogia»… ,«más pega por la misma plata»... ,«Uf»… ,«Puaj», etc. Desde ahí en adelante empezamos a tra-

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bajar. Es el momento en que comienza producirse el tele grupalnecesario, para entonces profundizar y buscar resignificacionesy resoluciones.

Un ejemplo de sociodrama educativo

Esta es una experiencia que consistió en un sociodramaeducativo en el marco de un programa de prevención del con-sumo abusivo de drogas, dirigido a profesores de escuelas mu-nicipalizadas de una Comuna de Santiago de Chile, efectuadocon la Universidad Diego Portales, durante el año 199413. Que-dó como precedente para ser aplicable en situaciones similares,con las adaptaciones pertinentes. De hecho, posteriormente fueevaluado por una tesis de la Universidad Santo Tomas de San-tiago de Chile14 y publicado el año 2002, en la revista Momen-to del Instituto J.L. Moreno de Buenos Aires.

El paradigma que sustentó este trabajo se relaciona conla necesidad del desarrollo adecuado de un conjunto de facto-res psicosociales protectores que pueden estar presentes en losdiversos espacios de interacción inherentes al proceso evoluti-vo del adolescente y del joven.

Consecuente con esta visión, se destaca la importancia decentrar la atención, no en el consumo de drogas en sí como unsíntoma aislado, sino principalmente en la relación existenteentre este consumo y el sujeto que lo realiza. De esta manera,cobran especial relevancia dimensiones personales y sociales,que condicionan que la relación con el consumo sea de carácteradictivo-físico y/o psicológico. En este marco los diversos con-textos sociales en que el potencial consumidor se sitúa se cons-

13 Reyes, Gloria, Manual de sociodrama educativo para la prevenciónescolar del consumo abusivo de drogas, 2002.

14 Trigo, Marianela, Evaluación de un sociodrama educativo comométodo para evaluar la prevención del consumo de drogas, Univer-sidad Santo Tomás, Santiago de Chile, 2000.

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tituyen en agentes relevantes que pueden generar condicionesfacilitadoras u obstructoras de la emergencia o expresión decaracterísticas personales protectoras de cualquier alteración desalud mental, en donde el consumo abusivo de drogas puedeser solo un síntoma más. Aquí particularmente el joven puedeser un miembro vulnerable a ser estigmatizado, desempeñandoun rol de chivo emisario de los conflictos de un sistema másglobal, que es el medio en el cual se inserta, sea este la familia,la comunidad, el sistema educativo, etc.

Las estrategias que se desprenden de esta perspectiva di-cen relación con dirigir acciones específicas, no centradas enel fenómeno del consumo de drogas, sino en factores sociales,psicológicos y particularmente aspectos vinculados con el de-sarrollo personal, que se constituyen en factores protectoresde la Salud Mental. Dentro de estos factores, adquiere unaespecial dimensión en el adolescente la consolidación de suprincipal meta evolutiva, que es el logro de la identidad y laconsecuente conformación de su proyecto vital. En el mismosentido, se torna necesario generar espacios afectivos en don-de el joven paulatinamente vaya siendo el protagonista en ladefinición de su problemática y en la búsqueda de resoluciónde los conflictos inherentes a su proceso evolutivo.

En este aspecto, el trabajo educativo desempeña una fun-ción fundamental y el educador se constituye en un agentesocializador clave. Aquí pueden ser aplicables diversas meto-dologías a nivel grupal o colectivo, para los propósitos men-cionados. Dentro de ellas el sociodrama grupal se constituyeen una técnica particularmente eficaz dirigida hacia el seg-mento juvenil, dadas las características y requerimientos pro-pios de este grupo, que se vinculan con la posibilidad de ex-presar y ensayar un conjunto de roles vinculados con los yamencionados procesos de identidad y proyecto vital.

En términos globales, el propósito fue generar un espa-cio en donde la espontaneidad, creatividad y horizontalidaden la relación profesor-alumno jugaran un rol facilitador, paraque el joven observara, acogiera y aceptara las diversas moda-

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lidades de interacción que posee frente a diferentes ámbitosde su vida, visualizando en caso necesario formas másadaptativas para enfrentar los distintos requerimientos inhe-rentes a su desarrollo evolutivo.

El sociodrama y las técnicas corporales conciben al serhumano como un ser integral, a cuya experiencia no solo de-ben asistir aspectos intelectuales, sino también informaciónproveniente del cuerpo y los afectos, induciendo de esta ma-nera una ampliación y modificación de la perspectiva con laque habitualmente percibimos nuestra vida, que no siempresuele ser la más funcional.

En contraposición con muchas metodologías educativastradicionales, el lenguaje que emplean estas técnicas no es deintelecto a intelecto, sino que es también una comunicación através del cuerpo y las emociones. Esto le otorga efectividad,en el sentido de que produce un impacto más integrador en laexperiencia y la toma de conciencia. La idea es buscar enton-ces el conocimiento de sí mismo mediante la sensibilizacióndel área corporal y afectiva.

En el proceso educativo informal que se da entre profesory alumno se pueden desarrollar acciones intencionadas dirigi-das a la prevención del consumo abusivo de drogas y a laestimulación de procesos para el desarrollo de la Salud Mental.Aparece entonces necesaria la entrega de herramientas prácticasque posibiliten una dinamización del modelo de trabajo, másallá de un enfrentamiento clásico que se centra en la entrega deinformación cognitiva asociada a los problemas y a los sínto-mas relacionados con la droga como «enfermedad». El proce-so preventivo, en el contexto del marco educativo, debe esti-mular el potencial de desarrollo que es capaz de actualizar unadolescente en su manera de relacionarse con la vida. En otraspalabras, la prevención eficaz del consumo abusivo de drogascomienza cuando finaliza la preocupación por el síntoma.

El programa está desarrollado sobre la base de un ma-nual que contempla una breve introducción teórica, el desarro-llo de algunos elementos conceptuales básicos relacionados con

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factores de riesgo en el consumo abusivo y tres módulos detrabajo y entrenamiento para prácticas grupales de técnicassociodramáticas y de desarrollo personal, aplicables en el con-texto educativo. Los tres módulos desarrollan tres ejes temáti-cos cada uno: vínculo afectivo, identidad juvenil y diálogo so-bre droga. Cada módulo está referido a un tema específico ycontempla algunos conceptos básicos relacionados con el obje-tivo, además de los ejercicios sociodramáticos, con las posibili-dades de consignas respectivas. Implica además un entrenamientocon los profesores a lo menos de seis meses, para que desarro-llaran estos módulos con juegos psicodramáticos, los que que-dan como herramientas disponibles para el trabajo de los pro-fesores con los alumnos, en el contexto de acciones hacia laprevención. Los módulos están dirigidos para capacitar direc-tamente a profesores motivados, para que estos a su vez pue-dan llevar a cabo talleres con alumnos voluntarios. Cada tallerdebe contemplar un máximo de quince alumnos. La convoca-toria se sugiere como algo amplio, tal como una invitación a«actividades de expresión o teatro, para conversar y hablar dediferentes cosas que nos ocurren y para escuchar a los demás».

Para desarrollar además un trabajo de redes, cada tallertiene alguna creación expresiva, que pueda ser presentada conposterioridad a los cursos de alumnos que no hayan participadodirectamente en el taller de sociodrama con los profesores. Esto,con el propósito de debatir las temáticas emergentes.

A continuación extracto algunos elementos centrales delos módulos, desarrollados con los profesores y posteriormen-te con alumnos. La redacción está planteada en forma pautada,y dirigida a los colegios, debido a que queda como materialescrito a un conjunto de docentes, con niveles heterogéneosreferentes al entrenamiento con psicodrama. Por la misma ra-zón y además por ser dentro de un encuadre psicoeducativo,se plantearon las formas de trabajo más directivas de lo queuna persona con más entrenamiento psicodramático lo haría.

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• Módulo 1: Apoyo afectivoEl proceso de maduración afectiva implica la capacidad

para registrar, identificar cognoscitivamente y por lo tantoexpresar adecuada y oportunamente mis emociones y senti-mientos. Desarrollar un sentido de pertenencia de mis emo-ciones implica también la capacidad para diferenciar las delotro. Por ejemplo es habitual que si no asumo mis sentimien-tos, voy a tender a proyectarlos en otra persona y a confundir-me. Por ejemplo, una madre que no se ha percatado de que sesintió muy desvalida en su infancia, probablemente va a ten-der a sobreproteger a su hijo, viendo en él este sentimiento dedesvalimiento.

Por lo tanto, en el proceso descrito desempeña un rol cua-litativo fundamental, la adquisición de la capacidad de reco-nocer tanto cognitiva como emocionalmente que existen otros,y que esos otros pueden reconocernos, aceptarnos, acogernos ytambién ponernos límites, enseñándonos con ello la diferenciaentre la fantasía y la realidad. Este fundamental procesorelacional es el que nos permite ir desarrollando herramientaspara tolerar las frustraciones inherentes del crecimiento.

En este desarrollo la vinculación con el medio social quenos rodea en la primera etapa de vida, incluyendo la gesta-ción, es fundamental. En un comienzo es la madre o sustitu-ta, a través de la cual el niño se va sintiendo gratificado y/ofrustrado. En la medida que va incrementando y ampliandosus capacidades perceptuales y cognoscitivas, este entorno seva diversificando cada vez más hacia el padre, hermanos, etc.

Durante la etapa de la adolescencia esta diversificación,además de aumentar, sufre un cambio cualitativo, ya que ad-quiere una acentuación la relevancia de las relaciones hacia elmundo extra familiar, especialmente el grupo de pares y el siste-ma educacional, en donde transcurre, gran parte de su vida.

Cuando este proceso se distorsiona, por sobregratificacióny/o sobrefrustración, se tienden a desarrollar mecanismos deidealización y magnificación de las fantasías, que implicandesadaptación y autodestrucción, ya que no dan la posibili-

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dad de enfrentar la realidad. Un ejemplo de ello es el consumoadictivo de drogas.

De lo anteriormente enunciado, y referente al adolescen-te, surge la necesidad crucial de crear espacios afectivos quepermitan fortalecer y reparar modalidades relacionales delsujeto y su medio, potenciando mecanismos o herramientaspersonales que posibiliten una mejor adaptación a la realidady una mejor calidad de vida.

Posibilidades de ejercicios del Módulo 1. Taller: «LaEstatua de Cera»

Apertura:– «Vamos a estar juntos en este espacio, durante dos ho-

ras y media, para realizar algunas actividades expresivas, quenos ayuden a conocernos mejor, a saber más de nosotros ycómo nos ven los demás». Es necesario explicitar que existenotras formas de expresarnos, además de la verbal. Las reglasdel juego son el respeto por el tiempo, el espacio, la acepta-ción de los otros, la discreción. Preguntar si aceptan las reglasy si alguien quiere agregar alguna otra.

Distintas alternativas de caldeamiento:– El grupo se sitúa al medio de la sala en círculo y descal-

zos. Se les pide que cierren los ojos y guarden silencio. «Con-céntrense en el contacto de las plantas de los pies con el suelo,dense cuenta de la sensación del peso corporal, atendamostambién a nuestra respiración, fíjense cómo el aire entra y salede nuestro cuerpo, y en los movimientos del cuerpo al respi-rar». Luego de un breve rato de relajación, el coordinador degrupo los va nombrando de a uno, deben ir al centro del cír-culo y mencionar su nombre con un tono de voz y una ento-nación que le agrade y acompañar esto con un gesto corporalque lo identifique. Al terminar, el grupo debe corear su nom-bre con la misma tonalidad de voz y entonación e imitando elmismo gesto corporal, o sea espejar la presentación no verbal.

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– El grupo se desplaza en silencio por la sala, caminandoen distintas direcciones, mirando su cuerpo y su forma de ca-minar, como si lo estuviera haciendo por primera vez. Dejarun rato que miren sus piernas, sus manos, sus brazos, etc. Co-mienzan a mirar alrededor y descubren a los otros. Indicarque, sin hablar, pueden hacerse gestos, mirarse, y en distintosmomentos saludar a cada uno de los miembros del grupo conalgún gesto que les surja espontáneamente, pero que sea pocotradicional. Se les pide que escojan una pareja y que sin ha-blar jueguen de a dos un rato, tratando de desinhibir al otrolo más posible, saltar, bailar, etc. Cuando el coordinador degrupo indique, cambian de pareja y le dicen algo que les agra-de de esa persona. Primero uno lo dice y el otro lo escucha yluego se turnan. Cuando termine, sigo caminando y elijo aotro, repitiendo varias veces el ejercicio.

– Escogen otra pareja con la que no hayan estado duran-te el ejercicio anterior. Ubican un espacio en la sala y de pie sesitúan uno frente al otro. Se les explica que realizarán un ejer-cicio en que uno será el receptor y el otro el emisor, para luegoturnarse. El receptor debe simplemente cerrar los ojos, respi-rar suave y profundo y soltar su cuerpo de manera que losienta flexible y por lo tanto se deje moldear por el otro. Elemisor debe mirar al otro con atención rodeándolo y girandopor todo el cuerpo. Lo puede mirar desde el suelo, desde atrás,etc. Al observarlo debe tratar de descubrir alguna zona queimagine que esté tensa y que necesita cariño. Debe acariciaresta zona y mover el cuerpo del otro, de manera de intentarrelajarlo. Después debe ponerlo en una postura corporal queél piense que le serviría para expresarse y soltarse. Luego deintercambiarse, cada pareja se sienta y comenta lo ocurrido:¿Qué vi en tu cuerpo? ¿Por qué modelé tu cuerpo de esa ma-nera? ¿Qué sentí con lo que tú hiciste conmigo al moldearme?¿Cuáles son mis necesidades afectivas? ¿Qué cosas mías exis-ten en lo que miré de ti?

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Dramatización:– Ahora, cada pareja sobre la base de lo realizado y con-

versado en algunos de los ejercicios anteriores, deberá imagi-nar una escena que identifique y en la cual participen los dos.El sentido de esta escena es que puedan clarificar las necesida-des afectivas que vieron en ambos y una forma de expresarlas.Se deben imaginar un escenario –ambientación–, los protago-nistas, un desarrollo y un desenlace. Deben luego ponerle unnombre a esta escena. Insistir en que puede ser expresada ver-bal y/o no verbalmente. También pueden escoger realizar unaconcretización de imágenes a modo de escultura o una leyen-da. En este espacio el conductor debe dejarlos lo más libresposible, activando que cada pareja idee en forma espontáneay propia su escena.

– En la dramatización: se sientan en círculo en el suelo,sobre las colchonetas o cojines. Cada pareja enuncia el nom-bre de su escena. Van saliendo todas las parejas que dramati-zan, se sitúan en el escenario y en el lugar opuesto el resto delgrupo, que es el público. En este momento, el conductor pideque cierren los ojos y que se conecten con la situación en queestá cada uno y con el grupo. También se refiere a la necesidadde que el público escuche con atención y respeto.

Compartir:Es importante destacar que todos necesitamos que nos

quieran y nos acepten y lo legítimo que es, pero que no siem-pre lo identificamos o a veces no sabemos cómo decirlo y porlo tanto buscamos maneras que no siempre son adaptativas.Por ejemplo llamar la atención, autoagredirse, etc. Tambiénes bueno referir que los otros necesitan afecto y les puede ocu-rrir lo mismo.

Cierre:– En círculo, de pie, todos abrazados, van pasando de a

uno al medio y por breves segundos el resto lo va meciendo,mientras la persona se suelta y deja acoger.

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Trabajo de redes:– Luego el grupo elige una de las dramatizaciones, para

llevar a cabo en el curso y realizar el foro. Pueden imaginar yseleccionar preguntas factibles de hacer al curso después de laobra.

• Módulo 2: IdentidadLa identidad es el proceso mediante el cual voy desarrollan-

do un conocimiento integrado, realista y coherente de los dife-rentes aspectos de mi personalidad: mis capacidades intelectua-les, físicas y sociales, mis intereses y habilidades, mis sentimien-tos y emociones, la manera en que me relaciono con los demás,mis conflictos, mi cuerpo, mi sexualidad, etc. Implica, por lotanto, un reconocimiento de mi entorno y una consecuente dife-renciación entre lo que es interno y lo que corresponde al otro.

El proyecto vital es el conjunto integrado de ideas, sen-timientos y aspiraciones que voy desarrollando y en funciónde las cuales visualizo mi futuro a mediano y largo plazo. Siestá sustentado en un adecuado conocimiento de mí mismo,y del medio que me rodea, debiera expresarse en actitudes yconductas relacionadas con la consecución de mi proyecto.

Durante el proceso de la adolescencia, se producen múl-tiples cambios en distintos áreas, los que se traducen en unacrisis normal de identidad. Ésta habitualmente se expresa enpreguntas, ansiedades y/o preocupaciones, respecto de ¿quiénsoy?, ¿qué quiero? En un desarrollo evolutivo normal, lo an-terior debiera tener como resultado mi autoconocimiento y laconsolidación realista de mi proyecto de vida.

Posibilidades de ejercicios del Módulo 2. Taller: «El Per-sonaje»

Apertura:– «Vamos a estar juntos en este espacio, durante dos ho-

ras y media, para realizar algunas actividades expresivas, que

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nos ayuden a conocernos mejor, a saber más de nosotros ycómo nos ven los demás». Las mismas reglas del juego expli-citadas para el otro taller.

Distintas alternativas de caldeamiento:– Descalzos, todo el grupo camina en distintas direccio-

nes lentamente y en silencio. Cada uno se centra en su ritmoal caminar, y pone atención en la sensación de la planta de lospies en el suelo. Luego se acelera cada vez más, hasta el límitede no correr y evitando chocar. En este momento, pueden reír-se, gritar, pero no hablar. Aquí el coordinador de grupo, invi-ta a cambiar de dirección al caminar. Mientras el grupo conti-núa caminando, el coordinador de grupo, debe ir nombran-do, cada cierto tiempo, a uno de los miembros del grupo, quedeberá hacer gestos corporales caminando, gateando, etc., queel resto del grupo comienza a espejar. Luego cambia de perso-na. Recuerde que está en un ejercicio lúdico, es importanteque el tono de su voz y su actitud corporal sean consecuentescon esto y además motive. Por ejemplo, indicar los ejerciciosen la medida en que se estén realizando y no a modo de ins-trucciones, si el grupo es inhibido y le cuesta expresar con elcuerpo uno debe iniciar modelando la actividad. Mientras con-tinúan caminando, les pido que busquen en la sala un espaciocómodo, que sea personal y en dónde estén solos y tranquilos.Cuando lo hayan encontrado, se sientan en el suelo, colcho-neta o cojín, buscando una postura corporal relajada. Conlos ojos cerrados, que se concentren en la agitación de su cuer-po, en la respiración, en los latidos cardíacos, en las sensacio-nes de calor y de energía. Que comiencen a imaginar su cuer-po como adolescentes. ¿Qué características tiene? ¿Qué lesgusta de su cuerpo? ¿Existe algo que les desagrade? ¿Qué cam-bios perciben con relación a cuándo eran niños? Cuando ha-blo de sensaciones del cuerpo es importante que facilite el re-gistro de ellas, nombrando las posibilidades, como frío, calor,volumen, fuerza, tensión, soltura, cosquilleo, dolor, pulsación,suavidad, placer, etc. Es relevante reconocer que durante la

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adolescencia existe una intensificación de las pulsaciones sexua-les. Registrando las sensaciones del cuerpo, identificar aquellazona de mayor tensión y concentrarse en ella, tratando inclu-so de magnificar la tensión. Asociar la tensión con algún sen-timiento que me caracterice y que tal vez no me haya dadomucha cuenta o me cueste expresar. Facilitar el registro de lossentimientos, nombrando las posibilidades, tales como mie-do, rabia, pena, angustia, amor, alegría. Una vez identificadala emoción, desde el mismo lugar, y siempre con los ojos ce-rrados se les pide que la mencionen en voz alta en una solapalabra. Luego asocio la emoción con un personaje, que pue-da estar relacionado con la etapa que estoy viviendo. Puedeser alguien famoso o cotidiano en mi vida, real o de ficción.Es importante que este personaje me interprete en mi procesoactual de vida. Se deja un tiempo, para que se intensifique laidentificación con el personaje, a través del movimiento y laactuación espontánea. Dar entonces la siguiente consigna:«Identifícate con ese personaje, hasta el punto de que te sien-tas siendo él, abre los ojos, y en tu espacio empieza a actuar ya moverte, como si fueras este personaje». Detengo y pidoque nuevamente expresen sentimientos. Esta vez ¿qué sienteel personaje? ¿Tiene que ver con algo que me esté ocurriendo amí como adolescente? Se les solicita que se comiencen a des-plazar por la sala actuando como el personaje y que comiencena interactuar con los otros personajes que están alrededor,dejándolos libres un momento.

Dramatización:– Creación grupal: reunir dos grupos y que cada uno por

separado en diferentes extremos de la sala, cree una dramati-zación que involucre los personajes y en el que participen to-dos, cautelando que no se distraigan entre ambos grupos. Sejuntan los grupos nuevamente. Deben decidir dónde ubicanel escenario, el cual debe estar precisado en un lugar específicode la sala, opuesto al público. Ambos grupos presentan suescena.

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Compartir:Que cada uno comente qué significa para ellos su persona-

je, qué sentimiento central posee, comó expresa. También pedirque piensen si los distintos personajes tienen alguna caracterís-tica común. ¿En qué representa la etapa que estamos viviendo?Por ejemplo idealismo, rebeldía, desorientación, etc. La drama-tización debe ser ideada por todo el grupo e imaginar un esce-nario –ambientación– y el desarrollo de una situación. Senta-dos en las colchonetas o cojines, en círculo comentan las obrasy los personajes. El coordinador de grupo dirige la conversaciónsobre la base de preguntas, tales como: ¿Cómo se sintieron ex-presando? ¿Cómo se sintieron escuchando? ¿Qué característicasfísicas tenía el personaje? ¿Cuáles de estas me agradaban y cuá-les me desagradan? ¿Cómo era en general el personaje, su modode vivir, de sentir, de relacionarse, de expresar? ¿En qué se parecea mí todo lo anterior? ¿Cómo relaciono esta característica conel hecho de ser joven? ¿Cómo vio el grupo a cada personaje?Aquí el rol del conductor es clave. Debe de ser acogedor y faci-litador con relación a la toma de conciencia, respecto de cómoel personaje que yo escojo tiene que ver muy probablemente,con una identidad deseada –lo que quiero ser y no expreso– orechazada –lo que no me gusta de mí y no asumo–. Por ejem-plo, elegir un personaje agresivo puede estar significando queyo no vea mi propia agresividad y la reprima. De allí la impor-tancia de conocerla, para aprender a manejarla adaptativamente.

Cierre:En círculo, todos abrazados y con los ojos cerrados, per-

manecen unos segundos en silencio y luego cada uno expresalo que sintió al compartir ese día con el grupo.

Trabajo de redes:Finalmente el grupo debe acordar qué dramatización se

presentará al resto del curso de compañeros, para la realiza-ción del foro. Deben idear y acordar las preguntas a realizar alresto de sus compañeros.

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• Módulo 3: Dialoguemos sobre drogaSi bien, es real la creciente alarma sobre el tema de las

drogas por el aumento de su prevalencia y por la introducciónde sustancias cada vez más adictivas, también no es menosreal que la droga, al parecer, desempeña en la gran mayoría delos jóvenes una función de experimentación y de búsqueda deidentidad con el grupo de pares y que es en general de caráctertransitoria y ocasional.

De lo anterior desprendemos que han surgido definicionesde la problemática que están provistas de mitos estigmatizadoresy que han sobredimensionado la asociación del problema conla etapa juvenil. Al parecer, lo que hace a los jóvenes altamentevulnerables a ser problematizados con relación al fenómeno dela droga, es la fuerte carga de necesidad de identidadgeneracional, que está asociada con el consumo en este períodoevolutivo. Necesidad que no siempre es expresada de manerasexplícitas y frente a la cual el sistema social adulto, no siempregenera espacios de diálogo u oportunidades para que los jóve-nes busquen respuesta a la infinidad de preguntas, cuya resolu-ción se encadena con una adecuada consolidación del proyectovital. Por ello es necesario incorporar en las estrategias preven-tivas diálogos abiertos exentos de amenazas y estigmas, dirigi-dos a la búsqueda de alternativas resolutivas para enfrentar lasdiversas áreas de desarrollo del joven.

En este aspecto, el sentido de este taller es generar la posibi-lidad de que los estudiantes autoevalúen y busquen solucionesde alternativas adaptativas en la construcción de identidad, enuna de las áreas más importantes de su desarrollo, el grupo depares.

Posibilidades de ejercicios del Módulo 3. Taller:«La Fiesta»

Apertura:Para este taller se requieren hojas de papel, lápices, un

equipo de música y CDS bailables, que deberán ser traídos

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por los mismos alumnos. «Compartiremos este espacio du-rante dos horas y media, para realizar algunos ejercicios, quenos permitan obtener algunas reflexiones y conclusiones res-pecto a cómo enfrentamos nuestro tiempo libre y el pasarlobien».Si bien vamos a tratar de construir una dramatizaciónque nos identifique a todos y que podamos compartir tam-bién después, con el resto del curso, es necesario que recorde-mos las reglas del juego, tal como las hemos planteado en lassesiones anteriores: discreción, respeto y aceptación».

Distintas alternativas de caldeamiento:– Ejercicio corporal, caminan rápidamente en distintas

direcciones, emitiendo sonidos con la boca, como risas, gri-tos, pero sin hablar. Se juntan de a parejas y comienzan asaltar frente a frente, en dos etapas: la primera es llevando elpeso del cuerpo lo más arriba posible, estimulándose para ellorecíprocamente; la segunda llevando el peso corporal hacia elsuelo, cayendo en él con la mayor fuerza posible. Se ponemúsica, se separan y cada uno baila a su manera y con los ojoscerrados, sin mirar lo que hace el otro, tratar de seguir real-mente la música con el cuerpo evitando hacer los movimien-tos estereotipados que habitualmente hago al bailar. Luegoabren los ojos y comienzan a bailar de a dos, tratando igualde soltar el cuerpo y bailar de acuerdo con las sensaciones queel cuerpo vaya sugiriendo, coordinándolo con la pareja. Fi-nalmente comenzamos a bailar con todo el grupo, tratandode que todos se coordinen y emerjan en forma espontáneamovimientos grupales.

Dramatización I:– La fiesta I: Detengo el baile, apago la música sin avisar

en un momento en que el grupo esté entusiasmado, les pidosilencio y que cierren los ojos: «Vamos a imaginar que estamosen una fiesta, estamos en una casa lejos de la ciudad, y de difícilacceso, afuera hace mucho frío, de manera que no podemossalir de este lugar. La fiesta está comenzando y ya llegaron to-

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dos los invitados. En ella ocurre lo que típicamente ocurre enlas fiestas de los jóvenes». No dar ninguna consigna más. Si elgrupo no es mixto, tampoco señalar nada al respecto, de ma-nera de dejar espacio a la espontaneidad, para ver cómo resuel-ven y organizan la fiesta. Es importante que el coordinador degrupo no sugiera ni induzca nada más, aunque existan mo-mentos de silencio y aburrimiento. De la misma manera es ne-cesario que el grupo sienta plena confianza y horizontalidadcon el coordinador, de manera que puedan referirse a la posibi-lidad de consumir alcohol, marihuana u otros, sin sentirse san-cionados por la presencia del «profesor». Cuando la fiesta estéen pleno desarrollo, y observe que estén compenetrados en ella,detenga la escena y pida que expresen algo que estén sintiendoy pensando y que no se han atrevido a decir.

Compartiendo:– Conversando, les pido que se junten en grupos de a cua-

tro y conversen sobre preguntas tales como: ¿Cómo encuentrola fiesta? ¿Cómo me siento? ¿Me di cuenta de algún problema?¿Cómo reaccioné frente a él? Por ejemplo: ¿qué hago cuandome aburro? ¿Qué hago para entretenerme? ¿Lo que hago paraentretenerme es siempre bueno para mí? ¿Si es que no es bueno,se me ocurre otra alternativa? Cautelar que todos participen.

– Sobre la base de esta síntesis el grupo construirá unasegunda alternativa de fiesta, en la que aparezcan los senti-mientos no expresados en la escena anterior, los problemasdetectados y alternativas de solución, que sean útiles parapasarlo bien en la fiesta. Se junta nuevamente todo el grupoen círculo y cada relator lee la síntesis, mientras los demásescuchan. Cada relator refiere solamente el nombre de la esce-na construida por ellos, sin agregar nada más. Con estos ante-cedentes, el grupo total deberá elegir que escena dramatiza-rán. Deberán además escoger un director de escena, dar pape-les y una trama que refiera lo qué la escena elegida representa.Luego la dramatizarán en un espacio escénico.

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Dramatización II:– La fiesta II. Posteriormente les pido que vuelvan a la

fiesta y traten de buscar alguna expresión y/o solución de loque están sintiendo con lo que la pasen bien. Se ubican en losroles acordados y realicen la segunda escena entre todos. Cuan-do estén compenetrados en la escena detener y pedir que cadauno exprese lo que está sintiendo. Nuevamente se juntan engrupos de a cuatro pero con distintas personas.

Compartiendo:Con la misma modalidad anterior, les pido que discutan

en base a ¿cómo me sentí ahora? ¿Logré tener una conductadiferente para enfrentar el problema? ¿Que cosas creo que mefaltan por desarrollar? El grupo hace una síntesis.

Cierre:– Todos juntos, en círculo, cierran los ojos, recorren las

sesiones, como si fueran en un viaje. Qué me llevo de esteviaje y lo menciono en voz alta.

Trabajo de redes:– Se prepara el foro. Nuevamente se juntan de a cuatro,

está vez intercambiándose. La tarea de cada grupo es que sobrela base de la experiencia dramatizada y lo conversado previa-mente, imaginen una escena, que pudiera ser útil al grupo cur-so. Se le pone un nombre. Luego se reúne el grupo completo yse les pide que una vez que cada relator haya mencionado elnombre de la escena respectiva, deben votar por la que más losidentifique. Recordar que puedo votar no necesariamente porla escena de mi grupo. Finalmente deben distribuir roles y po-nerse de acuerdo para algún día ensayar la escena y presentarlaal grupo a modo de expresión dramática y debate.

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Capítulo 7

Psicodrama institucional

Definiciones del psicodrama institucional

Una institución, en el sentido de nuestro propósito deintervención, es una organización formal que agrupa un nú-mero de personas que poseen un objetivo, tareas y una formade organizarse, asociadas con dicho objetivo. Puede ser unaempresa con o sin fines de lucro, que posee un marco admi-nistrativo, jurídico y legal definido. En este sentido el psico-drama institucional es aquella intervención que con el méto-do psicodramático pretende influir sobre la estructura y el fun-cionamiento de las personas que forman parte de una institu-ción.

Se distingue por lo tanto de lo comunitario, por su focode intervención, ya que es más específico y con una definiciónmás formal, con un objetivo dirigido a la institución y con unmarco de acción delimitado. Se diferencia de lo educacionaltambién en el foco de intervención, ya que si bien el psicodramainstitucional puede emplear métodos psico-educativos, estosse despliegan no con el propósito de agilizar o facilitar unproceso de aprendizaje, sino que de intervenir en la institu-ción en sí misma.

Intervenir en una institución, pasa obviamente por laacción sobre las personas que la constituyen. Impactar en laspersonas y roles que ellas desempeñan en el marco institucionalno puede estar disociado del plano íntimo y personal de losmiembros de la institución. Es por esta razón que, al igualque los otros tipos de intervenciones sociales descritas en estelibro, el psicodrama institucional tiene matices de psicodramaclínico, aunque no esté puesto allí su énfasis.

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Aspectos éticos del psicodrama institucional

Los valores y normas imperantes de la sociedad actualatraviesan por una crisis creciente marcada por cambios his-tóricos vertiginosos, que fragmentan las identidades persona-les y grupales, potencian la violencia activa y simbólica y pro-fundizan los conflictos asociados con el poder. También po-demos apreciar que la expresión de la individualidad estátensionada por la hegemonía del control público, lamasificación y la globalización y por la diversidad de ofertasexportadas por un sistema moderno de comunicaciones. Es-tamos además en un momento histórico, en que se exacerba anivel cultural el exitismo, el activismo y el tareísmo, en quetienden a perderse los sentidos de la acción y a olvidarse laganancia de los trabajos colectivos.

En el marco anterior, la ética profesional del coordina-dor de grupos se mantiene en el difícil equilibrio de posibili-tar la adecuación de los roles personales y profesionales a lasconservas culturales, versus la facilitación de la expresión delas identidades personales. En otras palabras la reflexión per-manente de la ética se asocia a no polarizar en prácticas ex-clusivamente adaptacionistas, ni tampoco favorecer el aisla-miento y la muerte psíquica y social de un individuo. Conse-cuente con lo anterior, la intervención en la organización pue-de estar no solo en el resultado, sino también en la persona,no siendo necesariamente incompatibles.

Desde el psicodrama se desprende una ética, que cohe-rentemente con lo anterior, posee una concepción del ser hu-mano eminentemente social. En este sentido no es posible,que emerja una identidad e individuación, si no existe un gru-po, una institución y una sociedad en la cual el individuo estéinserto. Recordemos que el concepto de espontaneidad, esen-cial en el psicodrama, supone una capacidad de novedad, crea-tividad y unicidad, en un contexto de adecuación social.

Desde la perspectiva institucional, la ética presupone ge-nerar condiciones de agrupación, organización, tareas y obje-

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tivos claros, consensuados y aceptados. En este contexto, nue-vamente la intervención en la organización puede estar nosolo en el resultado, la eficiencia y la eficacia para la obten-ción de los objetivos de una empresa, sino también que ellosea en cierta forma compatible con la persona.

Sería ingenuo cerrar aquí está reflexión sin plantear la pre-gunta de ¿cómo es posible mantener estos equilibrios en unasociedad que contiene instituciones, en su mayoría, que cum-plen con las características esbozadas en el primer párrafo de estepunto? Solamente quiero dejar abierta una pregunta sin respues-ta, ya que sería deshonesto y presumido intentar responder algode lo que no tengo la menor idea. Solo sé que es importantetener clara la duda y la inquietud al momento de definir el en-cuadre y los propósitos de una intervención institucional.

En el marco anterior, lo que pretendo describir y contri-buir en este capítulo son los aportes que puede realizar elpsicodrama para el trabajo humano e institucional, con las vi-cisitudes, dudas, inquietudes no resueltas y dolores inherentes ala sociedad actual. Obviamente, un aspecto importante estáplanteado en las tensiones y luchas que conflictúan los distin-tos niveles en que se despliega la existencia del ser humano, eldispositivo social, institucional, grupal e individual.

Aportes conceptuales para el desarrollodel psicodrama institucional

El psicodrama ha sido aplicado y difundido fundamen-talmente en el ámbito clínico. Sin embargo, Moreno en ellocus del psicodrama, experimenta y desarrolla su método en elámbito esencialmente público, llevando a cabo sesiones grupalescon sindicatos, grupos de prostitutas, jóvenes, niños, etc. Porlo tanto la visión de la clínica que allí se gesta y evoluciona esesencialmente social. Crea primero el teatro espontáneo. A par-tir de la experiencia de Bárbara, una actriz que trabaja con él,percibe los cambios terapéuticos que se generan en ella, al desa-

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rrollar roles en las escenas de teatro, distintos a los realizados ensu vida cotidiana. Formula entonces el teatro espontáneo y,luego, la escena psicodramática como dispositivo psicote-rapéutico y, luego el sociodrama como una forma de enfrentarlos conflictos grupales. La evolución del método creado porMoreno desde el teatro espontáneo al psicodrama, y desde elpsicodrama al sociodrama, les da tanto énfasis a las dinámicasindividuales, grupales, como al conflicto social e institucionalque es la placenta desde donde estas dinámicas emergen. Es asícomo en el psicodrama y sociodrama convergen los tres niveles.El método específico solo me permite detenerme y profundizaren la exploración de alguno de los niveles, según sea el caso ylas necesidades del grupo.

Por otra parte, la visión de lo freudiano centra su prácti-ca exclusivamente en la clínica tradicional, focalizándose através de la interpretación en las dinámicas intrapsíquicas yestableciendo una homologación entre individuo y psiquismo.Sin embargo, si revisamos algunos pasajes teóricos de este au-tor, aparece una conceptualización del individuo en los gru-pos. Para Freud, el líder representa la versión del ideal delgrupo, los conflictos grupales se desarrollan a partir de loedípico, que no solo se repite desde la familia, sino tambiénen la historia de la humanidad1.

Posteriormente el psicoanálisis realiza aportes desde lasrelaciones objetales internas, aplicándolas a la psicología so-cial. Representantes de estas visiones son fundamentalmenteBion y Pichón Rivière.

En este aspecto, la práctica grupal institucional posee in-fluencias que se tensionan en poner los esfuerzos de las inter-venciones en el adentro y en el afuera, siendo en este sentidoel psicodrama por lo tanto un punto de equilibrio entre estasposturas y métodos. Consecuente con ello sería erróneo plan-tear que una institución está enferma, por que posee en suinterior individuos enfermos. Los individuos se enferman o

1 Kononovich, Bernardo, El cuerpo en la clínica institucional, 1995.

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muestran sus aspectos más complejos y regresivos, cuando lasinstituciones se pervierten en sus estructuras y modalidadesorganizacionales. También sería un error pensar que solo bas-ta hacer una intervención organizacional, que no pase por laintimidad de los individuos que la constituyen. La enferme-dad y la cura de una institución transversaliza lo institucional,lo grupal y lo individual.

El método psicodramático en la institución

La evolución del método de Moreno es entonces funda-mentalmente empírica, ya que es a partir de experiencias, comola de Bárbara, que él va comprobando, creando y perfeccio-nando su técnica y su teoría. Como ya vimos en el puntoanterior, existen diversas formas de aplicación del método,según sean las características del grupo y por lo tanto los pro-pósitos de la intervención. No obstante lo central como dis-positivo y concepto, es la escena que puede ser manifiesta y/olatente. Posteriormente otros autores han empleado diversostérminos para lo mismo, tales como escena subyacente, con-sonante y nuclear. Este concepto, que está detrás del método,también se aplica a la empresa o institución2.

De esta manera, cuando se interviene en la empresa, exis-te una demanda explícita y manifiesta y otra demanda laten-te y subyacente. Por esta razón durante la definición de laprimera entrevista cuando se conversa la demanda inicial ydurante la primera sesión grupal, debe quedar develada y trans-parentada la verdadera demanda, de manera de poder nego-ciar, acordar y co-construir los propósitos de la intervenciónentre los diferentes actores. El encuadre debe ser marcadamenteclaro, de en qué podemos ayudar y en qué no, y cuánto tiem-po tenemos para ello.

2 Bello, María Carmen, y Campuzano, Mario. La psicoterapia de gru-po en las instituciones, 2004.

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Los tipos de demandas pueden ser clasificados en términosgenerales en dos ámbitos. En el primero, la demanda no surge deun conflicto evidente, sino que más bien está referida a la pre-vención y autocuidado, dado el tipo de tareas que posee la insti-tución. Por ejemplo, los trabajadores de la salud mental en insti-tuciones públicas se ven enfrentados con una serie de demandasrelativas, por una parte, a las necesidades de la comunidad y, porotra, a aspectos institucionales y tensiones inherentes al trabajode equipo, aspectos que se movilizan en el quehacer con otraspersonas, particularmente cuando se trabaja con el dolor físico ypsicológico. Lo último tiene, además de relevancia técnica, unaimportancia de carácter ético. Por todo lo anterior, algunas insti-tuciones están tomando conciencia de generar espacios más omenos sistemáticos de cuidado y protección, a nivel individual,del rol profesional, del equipo de trabajo e institucional.

El segundo tipo de demanda se plantea en el contexto deuna crisis en la empresa, que por lo tanto presenta trastornosy dificultades evidentes. Lo anterior puede manifestarse endiversos síntomas que se expresan en tres niveles: elinstitucional, como por ejemplo falta de claridad en los obje-tivos, mecanismos difusos o ambivalentes de comunicación,ambigüedad en la definición de cargos y falencias en generalreferidas a la modalidad organizacional y dirección de la ins-titución. En el ámbito grupal, también se pueden observaralteraciones a nivel de equipo, como disfunciones en la comu-nicación, retardo y falta de claridad en los mecanismos detoma de decisiones, escaso sentimiento de pertenencia y ca-rencia de identificación grupal con las misiones de trabajo,desorganización y desmembramiento de actividades y de losequipos, agresión, rumores, etc. A nivel individual, puede exis-tir desmedro del rendimiento laboral, carencia en el compro-miso con la institución, baja motivación y bienestar personal.Puede, además, desencadenar en trastornos de salud mentalenfermedades psicosomáticas y en la privación de algo funda-mental, a lo que todo ser humano tiene derecho, que es sim-plemente la alegría, y la realización personal de un trabajo

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creativo, expresivo de las potencialidades personales, labora-les y profesionales. Un ejemplo de demanda de este tipo deintervención se plantea en una institución que ha sufrido unaserie de crisis y cambios, una serie de difusiones yreprogramaciones de identidad institucional, así como tam-bién crisis de proyectos, metas y misiones. Solicitan una inter-vención ad portas de un nuevo cambio, de un nuevo cierre deciclo, de sensaciones de pre-duelo, de incertidumbres de diver-so orden: ¿me quedo?, ¿me voy? Y si me quedo ¿qué cambioshabrá? Esto genera una serie de sensaciones corporales, afec-tos y fantasías inquietantes, tales como tensión, angustia, pena,rabia, miedo e inseguridades. Cada una de las situaciones an-teriormente mencionadas constituyen emergentes que tienencomponentes de dolor individual, tensión grupal e institu-cional y por supuesto también social.

Dónde se interviene o cuál es entonces el campo de ope-raciones específicas del psicodrama institucional. En empre-sas, se asume una modalidad grupal, con un encuadre similara la de un grupo terapéutico, en donde se despliegan los con-tenidos institucionales, de carácter público y privado. El tra-bajo se focaliza en el emergente institucional, grupal y de ro-les. Los emergentes que surgen pueden ser de dos tipos. Losprimeros son estructurales, tales como falta de claridad en mi-sión y objetivos, confusión en definición de cargos y tareas,flujo de comunicaciones poco expedito. Los segundos pue-den ser funcionales, tales como el liderazgo, la competenciapor el poder, la interacción intra en intergrupal, los mecanis-mos de comunicación, las formas de negociación, de toma dedecisiones, y de resolución de conflictos.

El método general, que alude al cómo se interviene, estácentrado en la integración de la reflexión, el cuerpo, la afecti-vidad y los sentidos del quehacer en la institución. Los cal-deamientos apuntan por lo tanto a ello. Tal como señalé en elencuadre, es esencial que plantee en qué puedo ayudar y enqué no, ya que si bien las dinámicas tienden a la toma deconciencia grupal del adentro y del afuera, suele al inicio de

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este tipo de intervenciones existir un predominio de queja ydemanda regresiva e infantil, hacia una institución «madre»,que es la que debe resolver los problemas. El propósito, desdeeste nivel, es rematrizar este tipo de vincularidad infantilinterinstitucional, transformando la queja en un registro rea-lista de lo interno y de lo externo.

Un taller, entonces, explícitamente facilita la activaciónde recursos internos personales y grupales, para ver qué puedohacer yo por esto y cómo puedo o podemos enfrentar la difi-cultad externa. De lo contrario, se puede transferir este mode-lo de relación al taller y al coordinador del grupo. Entoncesme tienen que resolver problemas de sueldos, horarios, etc.,expectativas que obviamente serán frustradas, al menos desdeeste espacio que tiene otro propósito. Frases típicas puedenser…: «Si no me resuelven el problema de sueldos, qué sacocon relajarme, jugar y pasarlo bien»… Otro aspecto relevantees la diferenciación de la parte con el todo, ya que cuandoexisten estas tendencias regresivas infantiles, se tiende a unproceso perceptivo en que se confunde la parte con el todo.Esto implica que un problema particular y específico es consi-derado como la totalidad de la institución, tendiendo en esemomento a no identificar los aspectos positivos que ella pue-da tener. De hecho, he podido percibir que las empresas queestán muy enfermas no solicitan este tipo de intervenciones,de manera que siempre existe un recurso en el adentro y en elafuera, desde donde se puede intencionar un cambio; el senti-do entonces de la intervención es abrirlo y facilitarlo.

La integración de la reflexión institucional, es entoncesla facilitación de recursos yoicos del grupo y de las personaspara el reconocimiento de lo anterior. La integración del cuer-po y las emociones posibilitan la identificación de la realidadinterna. El cuerpo y los afectos están presentes en la escenainstitucional, nos referimos al cuerpo y afectos personales einstitucionales, como afecciones recíprocas que conforman untodo, un co-inconsciente grupal e institucional. El sufrimien-to corporal y emocional, con sus diversas manifestaciones, surge

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como una exploración de los conflictos que van desde el afue-ra al adentro y luego del adentro al afuera. La escena inicialque es externalizada en la institución tiene una resonanciainterna de la cual el sujeto se apropia. Posteriormente, el tra-bajo consiste en cómo aquella escena que se internaliza la puedoponer al servicio del cambio y del afuera y cuáles son los lími-tes para tal tarea. Por lo tanto si bien este trabajo no espsicoterapéutico, tiene bastante de clínica institucional, dehecho también se habla de psicología y psiquiatría insti-tucional.

Tipos de técnicas aplicadasal psicodrama institucional

En términos generales, las técnicas empleadas tienen re-lación con la búsqueda y resolución de la escena institucional.Las formas de operar para ello pueden ser las mismas descritasen el capítulo sobre psicodrama comunitario.

El rol playing es un método pedagógico, como ya se dijo,y surge como parte del método de acción de Moreno, orienta-do a labores más psicoeducativas, que de exploración yprofundización psicoterapéutica3. Útil, por lo tanto, en el en-trenamiento de líderes, cargos, funciones y tareas dentro deuna empresa. Se orientan más a la educación y adecuación delrol profesional. Y como herramienta para trabajo grupal. Esinteresante realizar un trabajo tipo viñetas, en donde se expo-nen conflictos, luego se distribuyen en la sala sociométri-camente, para elegir los personajes que son representantes deuna díada o tríada de un conflicto. Debaten y luego se juntande a dos, de a tres y dramatizan el juego de roles. A veces esbueno que haya un tercer o cuarto observador. Moreno crea eljuego de roles junto con el psicodrama, como una forma de

3 López Barberá, Elisa, Población, Pablo. Introducción al rol playingpedagógico, 2000.

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manejar la escena psicodramática en donde el campo de ope-raciones es más el rol que la persona4.

El sociodrama es una forma de orientación y creaciónmás grupal del conflicto, de la misma forma que el teatroespontáneo. Ambas técnicas ya han sido descritas en el capí-tulo de psicodrama comunitario. De la misma manera los jue-gos psicodramáticos sirven para impulsar climas de confian-za, respeto y desinhibición, así como trabajar temáticas espe-cíficas a reflexionar.

Una forma interesante en que María Carmen Bello ma-neja la escena institucional, como diagnóstico e intervención,es que solicita tres escenas que les gustaría resolver y tres esce-nas que no les gustaría que ocurrieran5.

Referente a las técnicas específicas, se sugieren diversosejercicios como la ronda viva, que consiste en una variante dela inversión de roles llevada a cabo a nivel grupal, creada porRojas Bermúdez. En ella se está debatiendo sobre un temadeterminado, las personas están en círculo y el coordinadordel grupo solicita que roten un puesto a la izquierda, desdeese momento tomarán la opinión y el personaje del compañe-ro que estaba a la izquierda. La idea es pasar por la mayorcantidad de compañeros posibles y el propósito de este ejerci-cio es promover la empatía grupal.

Otro ejercicio que se puede utilizar es el biodrama. Porejemplo, aquí se fija en un espacio escénico una línea de vidade la historia del grupo, en donde se van deteniendo medianteconcretización de imágenes, soliloquios, dobles con yo auxi-liares externos, etc. Para realizar espejo en momentos clave, sepuede ir sacando de a un miembro, para que vean la esculturao concretización de imágenes desde afuera.

4 Celsi Oriella Tasso. Diseño de un manual para la aplicación del jue-go de roles moreniano en la organización. Tesis para optar al títulode psicólogo de la Universidad Católica de Chile, 1992.

5 Bello, María Carmen, y Campuzano, Mario. La psicoterapia de gru-po en las instituciones, 2004.

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Para la exploración de escenas nucleares y latentes, sepuede hacer un túnel del tiempo, que es mediante articulacio-nes de ideas y sensaciones, a partir de soliloquios del mismogrupo. Se van nombrando escenas clave, tipo asociación libreo a manera de multiplicación dramática.

Los cojines y sillas son muy útiles, como objetos inter-mediarios, ya que pueden servir para agrupar conflictos,externalizarlos y a veces ordenarlos, en el adentro y el afuera,en las dificultades y los recursos. También se realiza el álbumde fotos, la proyección de futuro, etc.

Un ejemplo de intervención institucionalcon psicodrama

El ejemplo que aparece a continuación fue solicitadodesde un servicio de salud de una región del norte de Chile,específicamente un consultorio de salud mental que atendíadepresiones y jóvenes adictos a estupefacientes. Estaban pre-sentando una serie de dificultades al nivel del equipo y unnúmero considerables de licencias médicas. Habían cambiadoen numerosas ocasiones de jefatura y las conflictivas seguían.Los detalles del lugar no los especifico, así como también cam-bié y mezclé alguna características con otras intervencionesque he realizado. De esta forma no es posible la identificacióny preservo la confidencialidad.

El encuadre y objetivos de la intervención son conver-sados con las autoridades del servicio y el grupo a intervenir.De esta manera quedaron claros para todos los actoresinvolucrados en la decisión de la intervención los sentidosde ella. Posterior a esto, realizo una serie de diez talleres depsicodrama, en donde las técnicas más relevantes son elsociodrama y la sociometría. Consiste en un trabajo simul-táneo de diagnóstico y autocuidado en donde se exploraronuna serie de temáticas, conflictos y recursos emergentes a ni-vel individual, grupal e institucional. Las características de

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este método permitieron que surgieran aspectos inconscien-tes y latentes más allá de los contenidos manifiestos expresa-dos por los participantes del taller.

Cada taller se llevó a cabo en base a las cinco etapas clási-cas del psicodrama. La primera corresponde a un encuadre deaceptación, respeto y confidencialidad en términos de identifi-cación de nombres y conflictivas de carácter personal de lo ver-tido en el taller mismo. La segunda es un caldeamiento, queimplica preparación de un clima de confianza y cohesión grupal.Una tercera consistió en una fase expresiva, en la cual se realiza-ban mediante técnicas gráficas y/o corporales una exploraciónabierta y de asociación libre personal, para posteriormente rea-lizar una construcción colectiva de los contenidos emergentesmanifiestos y latentes. El desarrollo de metáforas y la presenciade técnicas corporales permitieron la exteriorización y desblo-queo de conflictos, sin que fuera sentido como amenazante, nirevelador de temáticas personales para los participantes. Unacuarta fase fue el sharing, en donde se compartía a nivel simbó-lico otorgándole valor al lenguaje verbal, de manera de permi-tir la elaboración secundaria de los aspectos primarios expresa-dos en la fase anterior. Finalmente, se llevaba a cabo un cierre,en el cual cada miembro del grupo reflexionaba y expresaba, loque obtenía de ese taller en concreto y cómo podía transfor-marse en un recurso interno y luego grupal.

Síntomas laborales

Se observaba una gestión deficiente, poco compromisocon los objetivos. Según la apreciación de las autoridades, seenjuiciaba como escasa calidad humana y profesional en ge-neral en el equipo.

Si bien existían profesionales jóvenes altamente motiva-dos, vocacionalmente se observaba que en este lugar específi-co de trabajo las motivaciones decrecían y consecuentementecon ello el trabajo y el impacto en la misión institucional. La

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función de la dirección estaba más centrada en el cumplimientode disciplina y en mecanismos de control que en el compartirlineamientos técnicos. Tampoco se apreciaban líderes o con-ductores técnicos en el interior del equipo.

El gremializar los conflictos,como un síntoma

Existían conflictos transversales e históricos, que estabanpresentes en las asociaciones gremiales de salud, como los sala-rios y los sistemas de turnos, dentro de otros. Sin embargo, enel Consultorio en que se realizó la presente intervención esteconflicto se encontraba agudizado, existiendo una hipertrofiadel poder sindical debido a una falencia del sistema de autori-dad específico de la institución. Lo anterior, fue generando unaserie de mecanismos altamente perversos, tales como utiliza-ción de sumarios, anotaciones de deméritos, y acusaciones cru-zadas entre las distintas asociaciones gremiales, como formasde venganza, rivalidad y lucha de poder. También se daba unabuso de las facultades gremiales, como ausentarse en formareiterada de las funciones y el desempeño de cargos, utilizandolos poderes sindicales con propósitos de atenuar o anular san-ciones. Cabe mencionar acá que durante el taller no se habló deesto en forma directa. Se trabajó una escena que surgió desdeellos, que constituye una metáfora y a la vez un autodiagnósticode lo mismo. Para ellos es una escena que les habla de la faltade unión y solidaridad. En ella van todos en un ómnibus, noquieren dar el asiento a los más desvalidos, se pelean por losespacios, no se escuchan. Todos reparan en que el chofer nointerviene y tampoco mira para dónde va manejando… «deesa manera se pueden matar»... Cuando se les refleja esto lesresuena profundamente... «Es como los niños»… dice alguien…«cuando uno no los dirige, se van para cualquier parte»…, «osale la peor parte de nosotros». Refiere otro integrante del ta-ller… «Cuando la mamá no está los hermanos pelean».

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Después de la escena anterior, cuando confronto que noson niños, les pregunto entonces que respuesta alternativapueden generar. Se observaba que el grupo tenía una adecua-da capacidad de reflexión, insight y respuesta a la autocrítica,generando después de ello una salida creativa en un recursointerno. Aspecto que no lograban realizar al principio del ta-ller. Un auxiliar de enfermería menciona muy emocionado…«Tal vez necesitamos que nos reconozcan para valorar quepodemos hacer cosas por nosotros mismos, tal vez tenemosque crecer»… Existe silencio y fuerte carga emotiva.

Podemos interpretar acá que la tendencia a sindicalizar losconflictos es una respuesta infantil a una falta de dirección ytambién, por otra parte, adolescente a luchar con una autoridadpoco clara, que oscila entre el «dejar ser» y «el autoritarismo».

Los emergentes institucionales

El último aspecto citado en el punto anterior tal vez esreflejado también desde las autoridades, en que se plantea lainquietud de la centralización del poder y el abandono de lasregiones. Existen, al parecer, algunos funcionarios «que se sal-tan las autoridades intermedias».

Menciono esto por que tal vez lo anterior es simplemen-te un emergente institucional que agudiza un conflicto, la fal-ta de autoridad y reglas claras a nivel regional y un excesivoautoritarismo a nivel central, generan durante la gestión unasensación de caos, ambivalencia y doble vínculo.

Consecuente con la anterior, la dirección del Consultorioes percibida por los funcionarios como doble, pasivo-agresi-va, fría, autoritaria, poco reforzadora hacia su equipo de tra-bajo. No logra generar productos a mediano y largo plazo, nicrear soluciones compatibles con la misión institucional. Noda lineamientos técnicos. Continuando con la metáfora de laescena, como decía uno de los integrantes del taller, «no sesabe para dónde va este ómnibus».

Otra interesante escena que subraya lo mencionado fue

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creada colectivamente y denominada por el grupo como…«¿quién se salva?»… En ella van todos en una canoa en un ríomuy correntoso, algunos se caen, deben seguir sustentado lacanoa, si no se hunden, no saben para dónde van. Nueva-mente cuando el grupo es interpelado a buscar soluciones, lastienden a crear con sus propios recursos, contrariamente alautoconcepto presente al inicio del taller. Cuando se les mues-tra esto, se conmueven. Nuevamente plantean la necesidad deun espacio para mirarse ellos, no pueden seguir esperando quevenga algo desde afuera.

Los emergentes organizacionales

Con relación a los cargos y tareas del equipo, no estabanclaramente explicitados desde la autoridad. Si bien el tipo detrabajo de carácter comunitario que ellos realizan implica unacierta flexibilidad en el rol, se aprecia confusión y desmoti-vación reactiva. A lo anterior se le suma la existencia de car-gos diseñados para funciones en que las personas estabansubcalificadas. Se apreciaba además una baja valoración y pocoaprecio por el trabajo de parte de las autoridades.

No existía cohesión de equipo, ni la sensación de estartodos comprometidos por un mismo objetivo. Consecuentecon lo anterior, cuando ha existido rotación de cargos y seintegraban profesionales nuevos, tampoco eran incorporados,sumándose a la misma dinámica. Existían conflictos y rivali-dad entre los distintos estamentos de trabajo. Respecto de loscoordinadores cumplían con lo formal, pero no se constituíanen líderes de funciones.

Referente a la organización del tiempo, el equipo se veíasobrepasado en sus funciones, debiendo trabajar en la elabora-ción de informes diagnósticos, mermándose la posibilidad deltrabajo de intervención psicosocial. Las exigencias hacia ellosdesde las otras instancias institucionales eran elevadas. En elmismo marco el equipo administrativo era subvalorado por elequipo más técnico y percibido como aliado con la dirección.

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En relación con la sensación que existía en el equipo apa-reció una leyenda, que ellos mismos crearon, denominada «losgnomos interplanetarios». En ella comienzan a llegar seres ex-traños que no se miran entre sí, comienzan a depredar la comida,se quitan entre ellos el alimento. En este momento, se conectancon la carencia y la soledad… nuevamente expresaban la faltade conducción. Estos gnomos no se sabe de dónde vienen, care-cen de identidad y definición. Tampoco se sabía a dónde iban,carecían de sentido. Se veían cansados, tristes y deprimidos.Nuevamente, cuando vieron esta escena de afuera, se les pre-guntó qué desearían cambiar y apareció el recurso interno.

En forma reiterada, en la escena manifiesta aparecía elemergente institucional, sin embargo cuando profundizabany trascendían lo institucional aparecía la escena y el conflictointerno, luego el recurso, como individuo y como grupo.

Con respecto a los mecanismos de comunicación, al pa-recer existían escasos canales explícitos y formales de comuni-cación desde la dirección hacia el equipo. Al parecer, la ten-dencia era realizar reuniones de a uno, cuyos objetivos eranmás que con propósitos de entregar lineamientos técnicos, labúsqueda del control, ya sea intimidando o buscando alian-zas secretas. Esto generaba como sustitución una marcada ten-dencia a la cultura del rumor, que es un notable síntoma dealteraciones organizacionales.

Una expresión colectiva que sirvió de metáfora al meca-nismo de comunicación consistió en que el grupo representóen una escena una máquina similar a un teléfono, se habla-ban muchas cosas, surgían incoherencias en todas las direc-ciones, todos hablaban, nadie escuchaba… «Falta la mesacentral», dice alguien. Esto estaba nuevamente referido a lacarencia de conducción.

Referente al enfrentamiento y estilos de resolución de con-flictos, se podían distinguir los siguientes. En primer lugar latendencia a externalizar la responsabilidad de los conflictos ypor lo tanto la búsqueda de soluciones también era esperadapasivamente desde afuera. Esto como un mecanismo regresi-

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vo e infantil, que involucraba la dificultad para distinguir eladentro del afuera, proyectar los propios conflictos en los otrosy a la vez introyectar con facilidad los conflictos institucionales.Un ejemplo de ello era culpabilizar de todo lo que les ocurríaa la institución.

En segundo lugar existía una tendencia también regresi-va infantil a generalizar los problemas. Esto implicaba que apartir de una dificultad tendían a ver todo malo y a mostrarcierta incapacidad para reconocer los aspectos positivos deuna realidad. Un ejemplo de ello se manifestaba en la dificul-tad que presentaban como equipo para reflexionar y buscarsoluciones frente a un problema puntual, ya que al entrar encontacto con ello, les invadía una sensación de agobio que losinhabilitaba para ver el todo.

En tercer lugar estaba el mecanismo de escisión. En estecaso, estaba fuertemente reforzado desde la dirección. Existenlos «buenos», los «malos «, «los sindicalistas», «los no sindi-calistas», los que «están a favor de la dirección», los que es-tán en «contra de la dirección». Existía la dificultad para in-tegrar los distintos aspectos de la realidad en sus diversos ma-tices, con ello bloqueaba la dificultad para la búsqueda deproblemas y soluciones, así como también generaba una alte-ración en las modalidades vinculares del grupo, tendiendo acristalizar y a estancar los conflictos. En función de lo mismose constituían díadas, triángulos, relaciones piramidales gre-mializadas de poder, alianzas secretas y relaciones de paren-tesco empleadas como formas de territorializar los mecanis-mos de tomas de decisiones, que disgregaban al grupo.

En cuarto lugar, se tendía también a dar un mecanismode identificación con los pacientes, ya que la forma de luchacontra el poder de los gremios es marcadamente una crisis deadolescencia hacia la autoridad, que a veces busca más el pro-bar fuerzas, que la consecución del objetivo en sí. Finalmente,se apreciaba una cierta tendencia a la evasión, a la idealiza-ción, a la búsqueda de gratificaciones inmediatas y a latriangularización.

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Una escena que reflejó estos mecanismos fue denomina-da «Viva la revolución…. ¿y para qué?». Aparece un grupo degente con los ojos vendados, moviendo banderas de formadesordenada, los movimientos entre ellos son desorganizados.Cuando se les congeló dentro de la escena y se les preguntóqué cambiarían, se sacaron las vendas en forma espontánea ysimultánea todos, se miraron y se abrazaron. Se apreció emo-ción. Incluso existían miembros de distintas asociaciones gre-miales, tradicionalmente en conflictos.

Quiero destacar acá que estos mecanismos defensivos des-critos, no son por lo tanto interpretables como disfunciona-lidades de las personas. Las direcciones que están conforma-das y dirigidas perversamente tienden a activar los aspectos onúcleos perversos que todos los seres humanos poseen. La prue-ba de ello es que al solicitar cambio en las escenas que mues-tran el conflicto y una vez tomada conciencia de la responsa-bilidad personal y grupal en él, la tendencia es a buscar unasolución más sana y adaptativa.

Los emergentes de la historia del grupo

El Consultorio se inauguró hace ocho años. Había exis-tido la presencia de siete direcciones. Sin embargo, el conflic-to nunca se enfrentó, más bien se fue agudizando. La selec-ción de su recurso humano fue conducida por un personajepolítico reconocido como conflictivo en la región. Al mencio-nar esto, muchos reflejaban en el tono de voz y gesto algo nomuy grato. Es como que desde ahí «estuviéramos marcados yrotulados como los conflictivos… si hasta hemos salido en laprensa»… «estamos más estigmatizados que los jóvenes adic-tos a quienes atendemos», refiere un profesional, aludiendo aesta variable histórica. Se planteaba, con frecuencia, el pesode estar marcado por la prensa y por la opinión pública. Otromencionó…: «primera vez que sentimos que nos vienen a mirarmás allá de nuestra mala fama y que nos sentimos reconocidos».

En resumen, volviendo a la metáfora de la escena del

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ómnibus, este viaje parte con una serie de anomalías que mar-can al equipo con muchas incertidumbres, duelos no resuel-tos, transgresiones, estigmas públicos, sinsentidos, preguntascomo: ¿por qué estoy acá?, ¿para que sirvo?, ¿quién dirige?,¿cuáles son las reglas?, ¿se cumplen?, ¿qué es bueno, qué esmalo? Es un período descrito en que ocurren muchas infideli-dades y complicaciones amorosas, que agravan el conflicto.Esto aparece metafóricamente en dos escenas: una denomina-da «Sodoma y Gomorra» y la otra «la Viuda Alegre».

Síntesis de la crónica de los talleres:

Cualquier expresión en un taller grupal tiene un elemen-to manifiesto y otro latente y simbólico que refleja las necesi-dades de las personas, los grupos y las instituciones. De lamisma forma cualquier colectivo tiene aspectos en los queconverge la dimensión individual, el grupo o equipo de traba-jo y la institución. Pichón Rivière6 plantea que las enfermeda-des son emergentes institucionales. De la misma manera, OttoKenberg7 refiere que las instituciones que desarrollan modelosde comunicación perversos catalizan los aspectos perversos quetodos los seres humanos poseemos.

Al sintetizar la crónica de los talleres, los emergentesinstitucionales que más frecuentemente aparecieron fueron es-cenas que aludían a la falta de conducción, a la dificultad dellíder a superar barreras o dificultades como la muerte y lacatástrofe, la carencia de reglas claras y el escaso reconoci-miento. Esto implica la expresión de la necesidad de unliderazgo claro y además cercano.

Con relación a los emergentes más grupales del equipode trabajo en este caso específico, surgieron temáticas como launión, la solidaridad, la escucha, la aceptación de la diversi-dad, de la minoría, la aceptación del más desvalido.

6 Enrique Pichón Rivière, Teoría del vínculo, 1999.7 Otto Kenberg, Administración en psiquiatría, 2000.

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Referente a los emergentes individuales, las temáticas quese presentaron fueron la soledad, la angustia, el desgaste, elcansancio, la desesperanza y también la esperanza.

En síntesis, la acentuación de los conflictos en un equipode trabajo, como el mencionado en el presente ejemplo, se pue-de relacionar con variables de la génesis histórica y la posteriorfalta de conducción adecuada. Esto transforma a un grupo es-pecífico en ser más vulnerable de cumplir un rol de «chivo ex-piatorio»; en este sentido, es portavoz de temáticas institu-cionales más generales y transversales a resolver en el mediano ylargo plazo. En el mismo sentido, es necesario destacar que esteequipo durante los talleres mostró susceptibilidad al cambio ya la motivación en pos de un propósito relacionado con losjóvenes y los pacientes en general; sin embargo requerían deconducción.

En función de lo anterior se plantearon ciertas sugeren-cias, relacionadas con lo macro y con lo micro institucional.Las macro fueron relativas a los sistemas generales de regula-ción, conducción y comunicación. En relación con lo mismo,se planteó la necesidad de mantener sistemas de participaciónen algunas áreas de decisión, de manera de posibilitar las ne-gociaciones con modelos más adultos, menos regresivos y apo-derarse de la misión institucional.

A nivel de equipo, se planteó el potenciar un nuevo esti-lo de liderazgo claro, rotatorio, con reglas consistentes y reco-nocimiento afectivo. Se propuso, desde ellos mismos, diseñary desarrollar un sistema de incentivos, ya sea mediante sim-plemente el reconocimiento, capacitación, etc. Se planteó tam-bién la necesidad de implementar y sistematizar reuniones deequipo en donde se entregaran y reforzaran en forma perma-nente lineamientos técnicos, en relación con la misión y lasmetas.

Finalmente, los sociodramas realizados tuvieron fasesdiagnósticas y resolutivas, de las cuales se obtuvieron los resulta-dos relatados. Sin embargo se planteó que era necesario manteneren forma sistemática un sistema de autocuidado en los equipos.

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