la presencia de rené guenon en mircea eliade y carl schmitt - francisco garcía bazán

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LA PRESENCIA DE RENÉ GUÉNON EN MIRCEA ELIADE Y CARL SCHMITT por Francisco García Bazán (Universidad A.J.F. Kennedy-CONICET) Al final de mi libro en colaboración René Guénon y la tradición viviente (1985), apuntaba algunos rasgos sobre la influencia de René Guénon en una diversidad de estudiosos contemporáneos. Alli escribí: «El mundo de habla española, por su parte, se abre velozmente en los últimos decenios a la gravitación guenoniana. Hemos de reconocer que la Argentina, en este sentido, no sólo ha jugado un papel preponderante, sino que incluso fue oportunamente una verdadera precursora de este florecimiento del pensamiento de Guénon [en la geografía hispana]. Ya en 1945 se publicó en Buenos Aires la Introducción general al estudio de las doctrinas hindúes y la crítica periodística porteña recibió favorablemente la novedad de [la presencia] de un credo de inspiración tradicionalista [en la cultura francesa]. A esta traducción siguieron en años sucesivos: El teosofismo (1954), con varias ediciones, La crisis del mundo moderno (1967), Símbolos fundamentales de la ciencia sagrada (1969 y El esoterismo de Dante (1976). Mucho más reciente, [por el contrario], es el interés de los españoles por nuestro autor. Pero aunque la traducción de la primera de las obras citadas es de la década del 40, la evidencia de una lectura y conocimiento del autor francés ya se reflejó con anterioridad en individuos y grupos de intelectuales argentinos. Los primeros que demostraron interés por el pensamiento de R. Guénon en nuestro país fueron pensadores del campo católico, hondamente preocupados por la esencia y el futuro de la nación. Se agruparon en Buenos Aires y Córdoba, en torno a las revistas Número y Sol y Luna, y Arx y Arkhé, respectivamente. Entre estos [escritores] por la influencia y uso que hicieron de las obras de Guénon sobresalen: César Pico, José María de Estrada

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LA PRESENCIA DE REN GUNON EN MIRCEA ELIADE Y CARL SCHMITT

por Francisco Garca Bazn(Universidad A.J.F. Kennedy-CONICET)

Al final de mi libro en colaboracinRen Gunon y la tradicin viviente(1985), apuntaba algunos rasgos sobre la influencia de Ren Gunon en una diversidad de estudiosos contemporneos. Alli escrib:El mundo de habla espaola, por su parte, se abre velozmente en los ltimos decenios a la gravitacin guenoniana. Hemos de reconocer que la Argentina, en este sentido, no slo ha jugado un papel preponderante, sino que incluso fue oportunamente una verdadera precursora de este florecimiento del pensamiento de Gunon [en la geografa hispana]. Ya en 1945 se public en Buenos Aires laIntroduccin general al estudio de las doctrinas hindesy la crtica periodstica portea recibi favorablemente la novedad de [la presencia] de un credo de inspiracin tradicionalista [en la cultura francesa]. A esta traduccin siguieron en aos sucesivos:El teosofismo(1954), con varias ediciones,La crisis del mundo moderno(1967),Smbolos fundamentales de la ciencia sagrada(1969 yEl esoterismo de Dante(1976). Mucho ms reciente, [por el contrario], es el inters de los espaoles por nuestro autor. Pero aunque la traduccin de la primera de las obras citadas es de la dcada del 40, la evidencia de una lectura y conocimiento del autor francs ya se reflej con anterioridad en individuos y grupos de intelectuales argentinos. Los primeros que demostraron inters por el pensamiento de R. Gunon en nuestro pas fueron pensadores del campo catlico, hondamente preocupados por la esencia y el futuro de la nacin. Se agruparon en Buenos Aires y Crdoba, en torno a las revistasNmeroySol y Luna, yArxyArkh, respectivamente. Entre estos [escritores] por la influencia y uso que hicieron de las obras de Gunon sobresalen: Csar Pico, Jos Mara de Estrada y, muy probablemente, el poeta Leopoldo Marechal todos ellos en Buenos Aires y vinculados a los Cursos de Cultura Catlica-. En la Provincia mediterrnea, Fray Mario Pinto y Rodolfo Martnez Espinosa, autor [este ltimo] del primer artculo escrito en la Argentina sobre nuestro pensador [tradicional] y su corresponsal [con un intercambio de correspondencia entre los aos 1929 y 1934], cuando Gunon resida en El Cairo. [Las dos cartas del autor franco-egipcio son del 24 de agosto de 1930 y del 23 de febrero de 1934. La ltima es una larga misiva de ocho carillas, en la que a las dudas expuestas por Martnez Espinosa responde Gunon condensando en ella la doctrina tradicional y anticipando incluso soluciones sobre los diversas vas espirituales, que posteriormente har pblicas. Estas cartas fueron primeramente publicadas por m traducidas al castellano el domingo 13 de julio de 1980 en el Suplemento Literario de La Nacin, cuando era dirigido por Jorge Emilio Gallardo, posteriormente fueron publicadas en edicin bilinge en el libro al que nos estamos refiriendo y poco despus aparecieron en Francia enLes Dossier HRen Gunon, dirigido por Pierre-Marie Sigaud, editado por LAge dHomme, Lausana, 1984, 286-289, gracias al contacto del que tom la iniciativa Andr Coyn]...El ilustre filsofo de la ciencia, Armando Asti Vera, ofreci al pblico hispanohablante en 1969 una elegante y correcta primicia sobre la vida, obra y filosofa de Gunon de amplsima difusin. La casi totalidad de su obra escrita y de direccin docente llevan el sello indeleble del pensamiento guenoniano que frecuentaba desde su madura juventud (pp. 171-172 y notas). Lo dicho se refiere a nuestro pas y medio cultural, pero en ese mismo libro pginas ms adelante, haciamos referencia a la influencia de Ren Gunon en investigadores franceses, judos e indios, sobre todo en el gran especialista en Shankara, T.M.P. Mahadevan, en cuya tesis sobreGaudapda. A Study in Early Advaita(University of Madras, 1975), el tradicionalista nacido en Blois est a menudo citado y es altamente reconocido por su profunda comprensin delVednta advaitao no dual. En esa ocasin, sin embargo, apenas nos habamos referido a Mircea Eliade. Pero, posteriormente, y despus de haber ledo el artculo del profesor rumano, Some Notes on Theosophia perennis publicado en la revista de la Universidad de ChicagoHistory of Religions(1979), pp. 167-176, nuestra opinin cambi y admitimos la influencia de Gunon en su obra como historiador de las religiones. Posteriormente hemos comprobado que un investigador particularmente calificado en el conocimiento de la vida y obra de Gunon, como lo es Jean-Pierre Laurant, de L cole Pratique des Hautes tudes. Section Sciences des Religions, escribe en elDiccionario Crtico del Esoterismo, dirigido por Jean Servier, publicado en 1998 por P.U.F. y recientemente traducido por la Ed. AKAL al castellano, en la entrada correspondiente a Ren Gunon, que firma: Tambin desempe [Gunon] un papel muy importante [lo subrayamos]en la formacin del pensamientode Mircea Eliade e influy sobre el conjunto de la renovacin de la historia de las religiones, hasta tal punto que Gatan Picn lo integra dentro de suPanorama des ides contemporaines(1954). Su influjo [en esta direccin] se prolonga, hasta nuestros das, a travs de una renovada reflexin sobre el simbolismo, la Tradicin y las tradiciones en los trabajos de J. Borella en Francia, R. Martnez Espinosa y F. Garca Bazn en Argentina o, en Estados Unidos, en los de Joseph E. Brown sobre los indios ( Vol. I, p. 754). [Permtaseme hacer la aclaracin en paralelo que respecto del cultivo de los estudios sobre Gunon en nuestro medio y la recepcin de su pensamiento, tambin Piero Di Vona, profesor de la Universidad de Npoles y autor de un respetable libro sobreEvola e Gunon. Tradizione e civilt(1985), en su ponencia sobre Ren Gunon e il pensiero de destra, presentada en la Universit degli Studi di Urbino, a fines de los 80, ya reconoca asimismo en confrontacin con el desarrollo de la teologa de la liberacin sudamericana, que frente a ella: Tutte queste osservazioni rivestono almeno per noi una grande importanza perch nellattuale cultura sudamericana Gunon oggetto di attento studio in ambienti qualificati. (Rimandiamo al libro di F. Garca Bazn,Ren Gunon y la tradicin viviente, etc.)]. Pero ms recientemente todava y con motivo de la publicacin consecutiva de lasMemoriasde Eliade, la perspectiva sobre la irradiacin guenoniana se ha ampliado y as hemos tenido la oportunidad de leer un erudito artculo del estudioso italiano Cristiano Grottanelli, bajo el acpite de Mircea Eliade, Carl Schmitt, Ren Gunon, 1942, en laRevue de lHistoire des ReligionsTome 219, fascculo 3, julio-septiembre 2002, pp. 325-356, que arroja nuevas luces y sombras sobre la cuestin claramente anticipada en el ttulo y que amplia el panorama con la mencin del gran jurista y experto en derecho internacional, Carl Schmitt, tan apreciado en los comienzos de los aos 30 por el rgimen nacionalsocialista, como posteriormente repudiado tanto por la SS. y el nazismo que representaban, como por sus vencedores aliados. El perodo ms difcil de determinar en la vida de Eliade es el que va de los aos 1934, cuando ya ha residido tres aos en la India (1929-1931) dirigido por el eminente profesor de filosofa hind Surendranath Dasgupta, y ha cumplido prcticas de Yoga en Rishikesh, en el Himalaya, en Svargashram con Swami Shivananda. Vuelto a Bucarest ha publicado la novelaMaitreyide gran xito de ventas (1934) y ha presentado hacia fines de ao su tesis de doctorado sobre la filosofa y prcticas de liberacin yguicas como una perspectiva dentro del pensamiento indio, siendo nombrado asistente de Na Ionesco, profesor de Lgica y Metafsica en la Universidad de Bucarest. Desde esa fecha hasta fines de 1944 en que fallece su esposa Nina Mares y en que al ao siguiente (1945) establece relaciones culturales y espordicamente docentes en Pars como exiliado con el apoyo de la colonia rumana y colegas y amigos como Georges Dumzil, su biografa es bastante movida y es tambin durante ese perodo en el que apoyado en su formacin de indlogo incipiente, se ciment asimismo su mtodo e ideas como terico de las religiones. Despus que obtiene la adjunta de ctedra a travs de su titular Ionesco traba relacin estrecha con los cuadros de la Legin del Arcngel San Miguel o Guardia de Hierro, formacin poltica de extrema derecha y de ideologa nacionalista, agrega sus actividades de escritor a sus responsabilidades universitarias regulares con el dictado de seminarios: Sobre el problema del mal en la filosofa india, Sobre laDocta ignoranciade Nicols de Cusa, Sobre el libro X de laMetafsicade Aristteles, Las Upanishads y el budismo, etc.; publica el libroYoga. Ensayo sobre los orgenes de la mstica india, con pie de imprenta Pars-Bucarest, por lo editores Paul Geuthner/Fundacin Real Carol I y aparecen tres nmeros de la revista de historia de las religiones con colaboradores internacionales y de muy buen nivel que dirige,Zalmoxis. En l940 es nombrado agregado cultural de la Embajada Real de Rumania en Londres y al ao siguiente Consejero de la Embajada Real de Rumania en Lisboa, aqu reside hasta 1945, cuando concluida la segunda guerra europea, le sobreviene la condicin de exiliado. Durante este perodo que estamos teniendo en cuenta de gran fecundidad intelectual y de estabilidad poltico-laboral, se da el acontecimiento que registra el autor en el II volumen de las Memorias,Las promesas del soltiscio:Nos detuvimos durante dos das en Berln. Uno de los agregados de prensa, Goruneanu, me llev hasta Dahlem, a la casa de Carl Schmitt. ste acababa de concluir en ese tiempo su librito sobre laTierra y el mary quera hacerme algunas preguntas sobre Portugal y las civilizaciones martimas. Le habl de Camoens y en particular del simbolismo acutico Goruneanu le haba ofrecido el volumen segundo deZalmoxisen donde haban aparecido las Notas sobre el simbolismo acutico-. En la perspectiva de Carl Schmitt,Moby Dickconstitua la mayor creacin del espritu martimo despus de laOdisea. No pareca entusiasmado porLos Lusiadas, que haba ledo en una traduccin alemana. Conversamos durante tres horas. Nos acompa hasta el subterrneo y, mientras caminbamos, nos explic por qu consideraba la aviacin como un smbolo terrestre..... El encuentro tuvo lugar en julio de 1942, segn precisa Mac Linscott Rioketts en su extensa y bien documentada biografa de Eliade. Ahora bien, Ernst Jnger, gran amigo de Schmitt, que por esas fechas era oficial del Ejrcito alemn, estaba en Berln con permiso y fue llamado a Pars para hacerse cargo de sus obligaciones militares. El 12 de noviembre fue a visitar a Dahlem a su amigo Schmitt a modo de despedida, estando con l del 12 al 17. El 15 estaba Jnger en casa del amigo y escribe lo siguiente en su Diario:Lectura de la revistaZalmoxis, cuyo ttulo procede de un Hrcules escita citado por Herdoto. He ledo dos ensayos de ella, uno dedicado a los ritos de la extraccin y uso de la mandrgora y el otro trataba delSimbolismo acutico, y de las relaciones entre la luna, las mujeres y el mar. Ambos de Mircea Eliade, el director de la revista. C.S. me proporcion informaciones detalladas sobre l y sobre su maestro Ren Gunon. Las relaciones etimolgicas entre las conchas marinas y el rgano genital de la mujer son particularmente significativas, como se ve en la palabra latinaconc[h]ay en la danesaKudefisk, en dondekudetiene el mismo sentido que vulva. La mentalidad que se dibuja en esta revista es muy prometedora; en lugar de una escritura lgica, se trata de una escritura figurada. Son estas las cosas que me hacen el efecto del caviar, de las huevas de peces, se siente la fecundidad en cada frase. En vsperas de Navidad del mismo ao Eliade recibiTierra y marde parte de Schmitt, y Goruneanu le informa que el nmero 3 deZalmoxisque haba enviado a Schmitt lo acompaaba a Jnger en su mochila. Y esta triple relacin de personas, directa, en un caso, e indirecta en el otro - por medio de la revistaZalmoxis-, se repite en 1944 y posteriormente. El primer caso se concret por un nuevo encuentro de Schmitt -quien consideraba a Gunon: El hombre ms interesante de su tiempo segn seala Eliade enFragmentos de Diario- con ste en Lisboa. En la visita de 1942, conjetura Grottanelli, de acuerdo con los testimonios de una simpata recproca de ambos personajes sobre Gunon, conversaran sobre l posiblemente no slo como maestro sino tambin como terico de la Tradicin. El segundo encuentro a que nos hemos referido de Jrgen y Eliade y que nos interesa menos en este trabajo, llev a que un tiempo despus Jnger y Eliade dirigieran la revistaAntaios. Pues bien, de la mutua admiracin que Schmitt y Eliade confesaban a mediados del ao 1942, en plena guerra europea, por Gunon, el caso de C. Schmitt es documentalmente ms accesible y claro, puesto que ste en un notable y bien conocido libro de 1938,Der Leviathan in der Staatslehre des Thomas Hobbes. Sinn und Fehlschlag eines politisches Symbols(El Leviatn en la teora del estado de Thomas Hobbes. Sentido y fracaso de un smbolo poltico), entenda la componente esotrica como central en su composicin, ya que Hobbes, exaltado por l dos aos antes como el gran inventor de la poca moderna, apareca ahora en una nueva dimensin como quien haba utilizado por error un smbolo en su tesis de poltica, el del monstruo marino de ascendencia religioso-cultural juda, que lo superaba en sus intenciones y se le impona por su misma fuerza simblica interna, ponindolo bajo su control y manejndolo como un aprendiz de brujo. Y ah mismo en el libro, en la nota 28, Schmitt recordaba a Ren Gunon, quien en laCrisis del mundo modernode 1927, afirmaba la nocin paralela y clave para la interpretacin simblica de que: La rapidez con la que toda la civilizacin medieval sucumbi al ataque del siglo XVII es inconcebible sin la hiptesis de una misteriosa voluntad directriz que queda en la sombra y de una idea preconcebida. La ambivalencia del smbolo que tanto seala a la permanencia oculta de la Tradicin como a los ataques aparentemente invisibles que asimismo recibe de la antitradicn y de la contratradicin, y que puede aplicarse como un modo de justificacin de la teora poltica del complot o la conjuracin poltico-social basada en la metafsica de la historia, es lo que le interesaba hacer notar a Schmitt, quien haba sufrido dos aos antes siendo Presidente de la Asociacin de Juristas Alemanes y Consejero de Estado un ataque contra l en la revista de los SSDas Schwarze Korps, vindose obligado a renunciar a todas sus funciones pblicas. El empleo de la capacidad velada del smbolo para mostrar y ocultar por su poder esotrico de comunicacin, es lo que vea Schmitt en Leviatn, serpiente marina guardiana del tesoro a veces para la enseanza semtica y en otros momentos monstruo destructivo que proviene del mar, en el caso concreto aplicado su dimensin oscura y demoledora a la civilizacin cristiana y occidental ms que milenaria. En este sentido igualmente el personaje que el libro encubra como destructor era Himmler y no Hitler. Pero resultaba que si en este momento el libro de Gunon citado esLa crisis del mundo moderno, Schmitt conoca mucho ms del autor francs lo que explica el entusiasmo por l, segn registra Eliade, pues en correspondencia entrecruzada unos aos despus con Armin Moler quien prepara su tesis sobre el jurista, al que le enva una carta el 19 de octubre de 1948 y que es respondida por Schmitt el 4 de diciembre. En las cartas cruzadas tenemos los siguientes datos:A la noche, despus de haber trabajado en la tesis, siempre leo sus escritos, incluso los que an no conozco. Os lo he referido ya que despus de la visita que le hecho en Plettemberg, todo me parece ms claro, con la sola excepcin delLeviatn. Esta obra me sigue desorientando, y no slo all en donde, como al final del segundo captulo, se hace alusin a un tema absolutamente nuevo [...]. La aparicin de Gunon me ha sorprendido. Conoce usted los escritos de este hombre singular? Siegfried Lang, uno de nuestros poetas ms inspirados, me ha introducido hace algn tiempo en el estudio de su pensamiento. Y esta es la contestacin de C. Schmitt:Respecto delLeviatn, ya le he dicho que se trata de una obra totalmente esotrica; recuerde la nota del autor y las consideraciones del final del Prefacio, incluso si se trata de frmulas evasivas. He ledo mucho de Gunon, pero no la totalidad [de lo que ha escrito], lamentablemente. Nunca le he encontrado personalmente, pero he conocido a dos de sus amigos. Os interesar saber que el barn Julius Evola ha sido uno de sus fieles discpulos, pero no s si Gunon vive todava; segn las ltimas noticias que he recibido, pero que son de algunos aos, viva en el Cairo, con amigos musulmanes (ver Grottanelli, 739). Se advierte, por lo tanto, ms all del respeto intelectual y estimulante para la comprensin de los hechos histrico-polticos que Gunon inspiraba al jurista y filsofo poltico alemn, el uso aplicado que hacia del esoterismo, basado en el esoterismo riguroso de Gunon y Evola. Est llegando el momento de dejar a C. Schmitt, porque estas jornadas estn ms centradas en Eliade y Gunon, pero para terminar con l, en confirmacin de lo dicho vienen otras manifestaciones del autor, que la traduccin espaola de la Ed. Trotta deTierra y Marha incluido en una Nota Final debida a Franco Volpi. En ella se escribe, por medio de Nicols Sombart, el hijo del famoso socilogo e historiador de la economa, en referencia a Schmitt, que l se autoperciba como el guardin de un misterio, como un iniciado, al punto de quearcanumera una de las palabras que ms repeta. As Sombart cuenta esta ancdota en su relacin con C. Schmitt, que:Un da [el mismo] Nicolaus preparaba una ponencia sobre la crtica teatral hebrea... Y consultado el profesor Schmitt, ste le repuso, no sabes en dnde te ests metiendo Conoces la cuestin juda de C. Marx?, Y a Disraeli?: Ni siquiera conoces a Disraeli y pretendes ocuparte de los judos...As puso en sus manos su novelaTancredo o la nueva cruzada, final de la triloga que Benjamn Disraeli haba publicado en 1847. All el gran poltico ingls, como buen esotrico, haba encerrado en una obra literaria sus convicciones polticas ms profundas. De este modo, en un pasaje borrado en la segunda edicin deTierra y marlo llama Schmitt: un iniciado, un sabio de Sin y en Dahlen no tena el jurista colgado un retrato de Hitler, sino de Disraeli. Y Schmitt asimismo le apunta a Nicolaus cual es la frase decisiva del libro, la que dice que: El cristianismo es judasmo para el pueblo. Es la frase que da vuelta a dos mil aos de historia. El conflicto entre judasmo y catolicismo sobre la interpretacin del sentido de la historia obsesionaba a Schmitt y la Modernidad era el campo de batalla del enfrentamiento...Los grandes pensadores hebreos del siglo XIX haban entendido que para llegar a la victoria en el plano de la historia universal necesitaban romper con el antiguo orden cristiano del mundo y acelerar la secularizacin y la disgregacin de ese orden. El ms temible terico habra sido Disraeli, pues segn su frase el cristianismo sera la estrategia urdida por los judos para conquistar el sentido de la historia universal...La escatologa estaba a punto de imponerse sobre el mesianismo...un orden universal en el que la Nueva Jerusaln colocada en el ms ac es buscada por la lite juda...La Revolucin Francesa aceler el camino y la visin juda de dominio universal y la potencia martima inglesa se fundieron en una simbiosis como un inmenso proyecto para la humanidad...El concepto de retencin (katkhon) del cristianismo es ineficaz para poder guiar a la humanidad. Todo ello, remarca Schmitt, porque los judos manejan el arte secreto de tratar con el Leviatn, saben domesticarlo para en el momento oportuno descuartizarlo. Era necesario descubrir las tcnicas ocultas para penetrar en losarcana imperiiy salir sin daos definitivos de la lucha, una lucha por el simbolismo y su tradicin, frente a los intentos destructivos de sus dominadores profanos e inmanentes. Resulta transparente que de esta conviccin y familiaridad con los diversos niveles de sentido del smbolo y del contacto con el fondo subyacente que circula ocultamente en el tiempo histrico, haba extraido Schmitt confianza y serenidad para profundizar la comprensin terica y sobrellevar la existencia prctica. As lo demostr al haber aceptado voluntariamente ser juzgado por el Tribunal de Nremberg, denunciado por un ex colega de la Universidad de Berln docente ahora en una universidad estadounidense, Karl Loewenstein ylegal adviserdel Jurado. La defensa personal que llev a cabo Schmitt le exige trazar una sutil, pero precisa frontera, entre su pensamiento y la ideologa nacionalsocialista y de este modo afirma que de ninguna manera podra haber influido en la poltica de los grandes espacios del IIIReich, ni a preparar la guerra de agresin con sus consecuencias criminales, ni a gravitar en cualquier tipo de decisiones de los funcionarios de alto rango. Por ejemplo, defendi que su concepto deGrossraum(gran espacio) se basaba en el derecho internacional y no en el sentido nacionalista que le di el rgimen. A la categora moderna de estado, vlida desde Hobbes a Hegel, l contrapone la de gran espacio, que no es simplemente espacio terrestre, sino tambin espacio imperial. Aqu es en donde se juega el nuevo ordenamiento poltico-jurdico del planeta. Esta categora no depende de la concepcin biolgico-racista del espacio vital (Lebensraum) ni de la categora nacionalista (vlkisch) nacionalsocialistas, para entender su concepcin del gran espacio; sino que mejor, este ltimo concepto se aproxima ms a la doctrina Monroe norteamericana del principio de no ingerencia de una potencia extranjera en un gran espacio terrestre ajeno, organizado segn un orden jurdico-poltico propio. Un gran espacio imperial se forma cuando un estado desarrolla una potencia que excede sus propios lmites y tiende a agregar en torno a s a otros estados y es esta conveniencia de formar grandes bloques continentales la que puede generar un nuevo escenario de organizacin internacional, rompiendo la impotencia de las Naciones Unidas de Ginebra y conteniendo el ascenso de una superpotencia individual. Justamente el pequeo libroTierra y marsi de entrada pareca aportarle complicaciones, explicado en su doctrina, le trajo la definitiva absolucin en mayo de 1947, con curiosos dilogos durante el interrogatorio como el siguiente: En aquel tiempo me senta superior. Quera dar un sentido propio a la palabra nacionalsocialismo. Por tanto, Hitler tena un nacionalsocialismo y usted otro distinto?. Yo me senta superior. Superior a Hitler? Desde el punto de vista intelectual, infinitamente. Mircea Eliade, sin embargo, ms joven y perteneciente a un pas de cultura minoritaria, Rumania, si bien padeci el exilio y los severos obstculos de un intelectual emigrado en Pars, no tuvo que enfrentarse con tan grandes dificultades. Las bases guenonianas de la organizacin de sus ideas, aunque menos conocidas por estar escritas en rumano y hechas conocer en publicaciones locales y muy poco difundidas, igualmente est registrada. Escribe as por primera vez M. Eliade en la revistaAzien abril de 1932, refirindose a Gunon, en una cita que se refiere alTeosofismo: historia de una falsa religin:Remito al lector al libro de Gunon, quien es un ocultista muy importante y muy bien informado, con una mentalidad slida y que, al menos, sabe de lo que habla [a diferencia de Elena Blavatsky] (Grottanelli, p. 346). En 1937 escribe un artculo sobre Ananda Coomaraswamy en laRevista Fundaitilior Regale, republicado en 1943, y all expresa que es de lamentar que los escritos de Gunon, comoOriente y Occidente(1924) yLa crisis del mundo moderno(1927), no hayan tenido sino una difusin limitada, ya que ellos mostraban que el tradicionalismo religioso no tena nada que temer en Europa a la influencia de la metafsica oriental, contrariamente a lo que pensaban algunos escritores catlicos (Grottanelli, 346). Es razonable deducir, sin embargo, pese a las lamentaciones de Eliade y si se piensa en Schmitt y Evola, que el libro de GunonLa crisis del mundo modernohaba tenido al menos repercusin propia en la derecha europea, como tambin lo tuvo en la Argentina, como hemos dicho, poco despus de ser publicado. En otro artculo aparecido enVremeael l de mayo de 1938, nuevamente Eliade se queja de la falta de difusin de la obra de Gunon y que sea tan poco conocida como la de Evola y Coomaraswamy . Hace igualmente aqu un curioso elogio de la personalidad de Ren Gunon como testigo de la tradicin, que era capaz de mostrar un desprecio absoluto y olmpico por el mundo moderno en su conjunto. Un menosprecio sin clera, sin irritacin y sin melancola. Un desdn que alejaba a este pensador de los hombres de su tiempo y de su obsesin por la historia. Una actitud heroica, comparable, aunque preferible, a aquella de que hablaba Andr Malraux en su libroLe temps du mpris, que era el tema del ensayo de Eliade (Grottanelli, 347). Eliade en estos tiempos en los inicios de sus treinta aos, cuando est forjando su personalidad de terico e investigador considera a Gunon como un autntico maestro en el campo de las ideas tradicionales, lo que incluso ratifica a su juicio la serena posicin de desapego ante las corrientes de ideas modernas, aunque no emite el mismo juicio favorable en el campo de la investigacin, como tambin lo ha expresado en el artculo dedicado a Coomaraswamy. A ste s lo considera lingstica y filolgicamente competente, mientras que para Gunon y Evola, en este campo, se le escapa la baja calificacin de dilettantes. La evaluacin en este ltimo caso de M. Eliade es compleja, porque incluye aproximacin y simpata respecto de las ideas de fondo, pero alejamiento en el mtodo de llegar a ellas, un fenmeno que vamos enseguida a comentar, pero antes debemos facilitar tambin otra ratificacin que es de la misma poca, y que se contiene en el libroComentarii la legenda Mesterului Manole, que se refiere a las leyendas rumanas y balcnicas de los sacrificios de nios durante la construccin de edificios, en particular de monasterios y de puentes, que es publicado en Lisboa siete aos despus, en marzo de 1943, y en donde el autor confirma en el prefacio:Esta obra se publica con una demora de al menos seis aos. En uno de los cursos de historia y de filosofa de las religiones que habamos profesado en la Facultad de Letras de Bucarest (1936-1937, en reemplazo del curso de metafsica del Prof. Nae Ionescu), tuvimos la oportunidad de exponer en sus grandes lneas, el contenido y los resultados de este libro. Una versin tcnica de estas lecciones, provista de todo el aparato cientfico necesario, se prepar hace ya bastante tiempo bajo el ttulo deManole et les rites de cosntruction para la revistaZalmoxis. Pero las circunstancias, y sobre todo la larga residencia del editor en el extranjero, han impedido la aparicin regular deZalmoxis, de modo que antes de publicar la versin tcnica, hemos considerado que no estara desprovisto de inters publicar los presentesComentarios. Y prosigue el prlogo aportando esclarecimientos crticos y justificativos del mayor inters:Evidentemente es indispensable reunir, clasificar e interpretar los documentos etnogrficos, pero esto no puede revelar mucho sobre la espiritualidad arcaica. Es necesario ante todo un conocimiento satisfactorio de la historia de las religiones y de la teora metafsica implcita en los ritos, los smbolos, las cosmogonas y los mitos. La mayor parte de la bibliografa internacional que trata del folclore y de la etnografa es valiosa en la medida en que presenta el material autntico de la espiritualidad popular, pero deja mucho que desear cuando trata deexplicareste material, por medio de leyes al uso, a la moda del tiempo de Taylor, Mannhardt o Frazer. No es este el lugar de entablar un examen crtico de los diferentes mtodos de interpretacin de los documentos de la espiritualidad arcaica. Cada uno de estos mtodos ha tenido, en su tiempo, determinados mritos. Pero casi todos se han ajustado a lahistoria(correcta o incorrectamente comprendida) de este o aquel documento folclrico o etnogrfico, con preferencia a tratar de descubrir el sentido espiritual que ha tenido y restaurar su consistencia ntima. La reaccin contra estos mtodos positivistas no ha tardado en hacerse sentir y es especialmente expresada por un Olivier Leroy, entre los etnlogos, por un Ren Gunon y un Julius Evola, entre los filsofos, por un Ananda Coomaraswamy entre los arquelogos, etctera. Ella ha ido tan lejos que a veces ha negado la evidencia de lahistoriae ignorado en su totalidad los hechos recogidos por los investigadores (Grottanelli, 350-351). Nuevamente en este texto transparente estn reunidas por Eliade las dos puntas de su posicin de aceptacin y crtica en relacin con Gunon y otros autores vecinos por las ideas: simbolismo e ideas tradicionales garantizadores de la universalidad de las creencias sagradas como fondo organizador, pero a partir de la investigacin cientfica. El reunir y avecinar documentos no es erudicin positivista ni vaca, sino que en el allegamiento surgen ante la mente sensible y perspicaz a los fenmenos aproximadamente las ideas y principios transcendentes que subyacen. Las hierofanas, como manifestaciones de lo sagrado, revelan uniones o integraciones mediadoras que ligan a los contrarios lo profano y lo sagrado- con equilibrio, lo organizan en sistemas estructurales en el lenguaje del smbolo y del mito, y permiten al alma religiosa arcaica y actual ascender a los orgenes constitutivos. No hay una diferencia insalvable acerca del reconocimiento del fondo espiritual entre Eliade y Gunon, s lo hay en cuanto al mtodo de acceso. Firmeza de la tradicin y de la iniciacin en cuanto a Gunon, ingreso por el reconocimiento de los fenmenos sagrados reflejados en la conciencia que cada vez exigen mayor comprensin, para Mircea Eliade. Gunon aspira a romper con lo profano para tener acceso no reflejo, sino directo a lo sagrado; Eliade, se sumerge en la dialctica de lo sagrado y lo profano que acompaa a la vida del cosmos y la sociedad. Lo primero da una existencia digna de iniciados; lo segundo, de hombres en el mundo vitalmente sacro, que eligen diferentes destinos. Esta diferencia de posiciones explica las relaciones entre ambos autores, que parecen incluir fuertes contrastes. Gunon desde 1940 en adelante comenta libros y artculos de Mircea Eliade en la revistatudes Traditionelle, reconociendo sus aciertos de exposicin e interpretacin por momentos, as como desautorizndole agriamente en otras, abrogndose la postura de seor indiscutido del campo tradicional que le compete (Tcnicas del Yoga, el tomo II deZalmoxis, Le dieu lieur et le symbolisme des noeuds -RHR y referencia positiva en Ligaduras y nudos.T., marzo 1950-,Le mythe de lternel retour, y otros escritos incluidos enCompte Rendus), una especie de rictus del tradicionalista francs que tambin ha dado origen a lo que podemos considerar lo ms alejado de su magisterio, la ideologa guenoniana. Mircea Eliade, por su parte, cuando comienza a publicar su difundida obra de especialista enHistoria de la religionesa partir delTratado de historia de las religionesque le publica Payot en l947, en donde recoge materiales anteriormente redactados y otros nuevos, apenas tiene en cuenta en la bibliografa del ltimo captulo sobre La estructura de los smbolos, un escrito de Gunon,Le symbolisme de la croix. Ni siquiera aparece el magisterioexpressis verbisdel maestro Gunon en los captulos V (Las aguas y el simbolismo acutico) del Tratado y el IV deImgenes y smbolos(1955), que reedita el primitivo artculo del nmero 2 deZalmoxisque tanto le haba interesado a Ernst Jnger. Sin embargo, enLe Voile dIsis(Octubre de 1931) hay un artculo sobre Shet con una referencia a Behemot -en plural- delLibro de Job, como una designacin general para todos los grandes cuadrpedos, lo que es ampliado en el nmero de agosto-septiembre de 1938 entudes Traditionnelleen una colaboracin sobre Los misterios de la letra nun (ambos artculos estn recogidos ms tarde por Michel Valsan otro rumano- enSmbolos fundamentales de la ciencia sagrada) en donde Gunon se refiere al aspecto benfico y malfico de la ballena, con su doble significado de muerte y resurreccin, y su vinculacin con el Leviatn hebreo y Behemot, como los hijos de la ballena. Este trabajo est dentro de la lnea de smbolos desarrollados por C. Schmitt enTierra y marBehemot, Leviatn, Grifo- y puede haber sido conocido por el autor alemn. Mircea Eliade, sin embargo, en su fecunda y subsiguiente produccin hace silencio sobre Gunon. Recin en escritos de la dcada del setenta, el artculo que hemos citado antes sobre la Theosophia oculta se refiere a l con elogios y enOcultismo, brujera y modas culturales, publicado por la Universidad de Chicago en la segunda mitad de los 70, le dedica dos referencias elogiosas a su postura intransigente y bien fundada frente al ocultismo acrtico y optimista de la segunda mitad del siglo XX y algo ms de tres pginas para presentarlo como el renovador del esoterismo contemporneo. Por otra parte, su interpretacin de la doctrina cclica del autor como pesimista y catastrfica en esas pginas demuestra no haber comprendido la concepcin guenoniana de los ciclos csmicos fundada en el Vednta no dualista de Shankara que incluye ciclos internos espiralados contenidos en el ciclo mayor de unkalpao da de Brahman, con sus manvantaras y yugas, identificando esta visin hind con la mtico-greca de los pueblos arcaicos, una ligereza de interpretacin que el mismo Gunon le haba reprochado en la resea que le dedic alMito del eterno retorno. Los silencios y lagunas de comprensin de Eliade sobre R. Gunon, al que reconoca como maestro y orientador en su juventud son sospechosos y el haberlo acantonado a ser el representante ms prominente del esoterismo moderno sin rastros de su influencia docente sobre l mismo, tal vez despunte una solucin en la opinin enseguida proferida en el escrito al que nos estamos refiriendo: Durante su vida Gunon fue ms bien un autor impopular. Tuvo admiradores fanticos, pero muy pocos. Slo despus de su muerte, y en especial en los diez o doce aos ltimos, sus libros fueron reeditados y traducidos, difundiendo ampliamente sus ideas (p. 107). Casi contemporneamente en los dilogos sostenidos con Claude-Henri Rocquet y que se han publicado en espaol bajo el ttulo deLa prueba del laberinto(1980) respondiendo a una pregunta del entrevistador, torna a hacer Eliade declaraciones sobre Gunon, pero en este caso resultan incluso ms desconcertantes para el lector, por ser contradictorias con lo que hasta ahora se ha podido demostrar. Porque afirma primero el estudioso rumano: Le a Ren Gunon muy tarde y algunos de sus libros me han interesado mucho, concretamenteLHomme et son devenir selon le Vedanta, que me ha parecido bellsimo, inteligente y profundo. A continuacin vienen expresadas algunas reservas del autor acerca de lo que no le agrada del escritor francs: su lado exageradamente polmico, un cierto tic de superioridad y un balance de repulsa de toda la cultura occidental -incluida la universitaria- y el respaldo persistente en un concepto complejo y carente de univocidad como es el que pretende sostener sobre la tradicin. Este ltimo anlisis es bastante discutible, porque Eliade no demuestra poder facilitar un concepto rigurosamente difano de tradicin, pero sobre todo, creemos que hay que llamar la atencin sobre la aclaracin de que ley a Ren Gunon muy tarde, puesto que los datos recopilados de su historia de juventud confirman lo contrario. Parece ser que el libro que era el estandarte de la cruzada en la que participaba con otros jvenes intelectuales en los aos treinta en Bucarest,La crisis del mundo moderno, era un obstculo difcil de salvar para un exitoso profesor que se mova con facilidad en el ambiente universitario estadounidense.

CONCLUSIONES SOBRE REN GUNON Y SU INFLUENCIA SOBRE ELIADE Y SCHMITT.

La atmsfera cultural de la posguerra en Pars en la que un estudioso rumano de las religiones prximo a los cuarenta aos o ya entrados en ellos, hubo de abrirse camino en la Sorbona y los crculos de investigacin que la rodeaban, debieron gravitar pesadamente sobre el refugiado poltico Mircea Eliade. Se sabe de los problemas que tuvo Gunon para que le fuera admitida como tesis universitaria laIntroduccin general a las doctrinas hindes, la que finalmente le fue rechazada, y su reaccin de abandono del medio universitario. Si el refugiado Eliade, no obstante el apoyo que le prodigaron especialistas franceses como H.Ch. Puech, G. Dumzil, M. Masson-Oursel, L. Renou y otros, tuvo muy serias dificultades para insertarse en el entorno universitario parisino e incluso que en ciertos momentos las dificultades provinieron de la presin poltica con que lo asediaba el aparato de la inteligencia policial de su pas de origen, el silenciar los contactos doctrinales con Gunon cuando era integrante de la Guardia de Hierro durante parte de los aos 30 y los primeros del cuarenta, miembro activo de sus avatares polticos y publicaba en sus rganos de prensa y, adems, la previsin de no irritar a sus benefactores parisinos inmediatos rompiendo la conspiracin del silencio que pesaba sobre Gunon en los grupos universitarios oficiales franceses, era cuestin de vida o muerte en aquella etapa para la existencia acadmica y de investigacin del notable universitario que lleg a ser el exiliado rumano. Posteriormente insertado slidamente en el contexto de la vida universitaria de occidente, el prejuicio lo persigui como un fantasma. En el fondo, del entramado terico de sus trabajos quedaba, sin embargo, la influencia terica subyacente con la que gracias al estmulo doctrinal de Gunon organiz sus aspiraciones de transcendencia al definir la naturaleza religiosa, simblica y mtica del hombre arcaico y de su desarrollo csmico. El caso de Carl Schmitt, sin embargo, fue diverso y transparente, puesto que cuando tiene casi concluidoTierra y mary est obsesionado por su contenido y recibe a un joven funcionario de Embajada rumano -el que haba llevado un mensaje privado a Antunesco, el hombre fuerte del rgimen militar de Bucarest del par portugus Salazar-, tiene 54 aos. Alemania est en plena guerra europea y el jurista prestigioso se encuentra enfrentado con parte del entorno nacionalsocialista. Las lecturas que haba realizado de Gunon estimulaban sus creencias catlicas firmes y le permitan utilizar el simbolismo para la interpretacin transcendente y velada de los acontecimientos histrico-polticos. Ningn riesgo de fondo corra, al contrario, con este tipo de incursiones culturales profundas, segn su mejor inclinacin, le era posible ampliar su figura de gran jurista del derecho internacional y afirmarse como filsofo e intrprete poltico-jurdico del difcil momento del proceso blico alemn. El tiempo transcurrido desde entonces hasta hoy parece darnos la razn. Y al ver confluir las tres poderosas personalidades sobre un mismo tema, el de la interpretacin de los fenmenos visibles y prximos de la religin, la poltica y la historia, permite dar asimismo una pincelada de profundidad a lo que hoy da se est mostrando incontrolable y difcil de silenciar en la esfera de la poltica prctica y de la teora poltica: que no es posible pensar en los hechos actuales si no nos liberamos de ellos elevndonos al plano de la metapoltica, bien sea desde la teologa o desde la metafsica. La teologa poltica de Jacobo Taubes y de Jian Assmann as lo estn reclamando en los centros de estudio internacionales, pero las dos figuras que hemos tratado inspiradas por Ren Gunon, confirman que la necesidad de implantar el llamado modelo dualista, que no es ni simplemente teocrtico ni representativo individualista, ofrece matices y recursos para que el ciudadano de los comienzos del siglo XXI se ponga a pensar seriamente que la marcha de los pueblos y sus ordenamientos polticos, jurdicos y econmicos son inseparables de algn modo de trascendencia sagrada y tradicional. BIBLIOGRAFA

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