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La Prevención de la Delincuencia Juvenil en Canadá: lecciones aprendidas y potenciales buenas prácticas para América Latina desde una perspectiva Psicoeducativa, 50 años después Jacques Dionne, Ph.D.

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La Prevención de la Delincuencia Juvenil en

Canadá: lecciones aprendidas y potenciales buenas prácticas para América Latina desde una perspectiva Psicoeducativa, 50 años después

Jacques Dionne, Ph.D.

En esta ponencia presentaré desde una perspectiva psicoeducativa como hemos enfrentado el tema de la delincuencia juvenil

Trataré de proponer también algunas orientaciones que nos han parecido eficaces a partir de la experiencia de terreno y de la reflexión académica

Esperamos que lo que se desprenda de nuestra práctica de más de 50 años les sea de utilidad para emprender vuestra propia reflexión, y contribuya a mejorar vuestros propios procesos de mejoramiento de sus sistemas de intervención nacionales, en Colombia y en los otros países presentes.

Antes que nada quiero recordarles algunas evidencias esenciales para nuestra reflexión

Las buenas prácticas en delincuencia no se resumen en recetas mágicas. No existe ningún programa que pueda, aisladamente, tener efectos milagrosos. La delincuencia juvenil es un fenómeno altamente complejo y cambiante, que requiere de sistemas de intervención y prevención en constante cuestionamiento y evolución. En consecuencia no habrá solución definitiva a las problemáticas delincuenciales y deberemos siempre reservar recursos para la investigación y la evaluación de los procesos y programas aplicados.

La adolescencia es un período crucial e intensivo del desarrollo cognitivo, moral y afectivo, por lo que es indispensable que el sistema de justicia juvenil sea diferente del sistema adulto y que considere tiempos, medidas y enfoques acordes con esta etapa del desarrollo humano.

El fenómeno delincuencial es en gran parte un constructo social, y su tratamiento está íntimamente ligado a la cultura que lo concibe, por lo que es necesario desarrollar sistemas y estrategias de intervención que se condigan con la evolución social y cultural de cada país.

No se pueden transferir prácticas de un país a otro sin un trabajo minucioso de adaptación y apropiación a todos los niveles del sistema de intervención: justicia, asuntos sociales, investigación y medición, etc.

Es reflexionar con ustedes sobre los criterios básicos de un buen sistema de justicia juvenil, a partir de nuestra experiencia que culmina en una visión psicoeducativa dinámica, aun en desarrollo.

Empezaré presentando una síntesis de nuestro desarrollo para luego extraer lo que nos parecen ser los criterios esenciales de un buen sistema de justicia juvenil

Precisemos antes que nada lo que entendemos por perspectiva psicoeducativa

Brevemente, es una perspectiva que pretende ser una síntesis de principios sicológicos y educativos que demuestren su pertinencia en la práctica cotidiana de la intervención de proximidad

Para explicar mínimamente los inicios de la Psicoeducación tenemos que situarnos en el Quebec de los años 50 … ◦ la Iglesia Católica tenía mucho poder e influencia y

tenía a cargo los servicios de educación y salud. ◦ En delincuencia, el Estado y la Iglesia proponían un

enfoque esencialmente represivo y asistencialista: Los jóvenes infractores eran enviados a reformatorios

o a cárceles para adultos. Los jóvenes abandonados por sus padres o que

presentaban graves dificultades de adaptación eran enviados a orfelinatos masivos, dirigidos por las comunidades religiosas.

Un sacerdote idealista decide implicarse en la prevención de la delincuencia y comienza organizando actividades deportivas en los barrios pobres, rápidamente crea un pequeño centro para jóvenes infractores donde impera el amor y un apoyo cotidiano para los jóvenes, lo que contrasta fuertemente con las prácticas de la época.

Nota: Boscoville era un pequeño proyecto piloto (75 jóvenes, 25 educadores)

Lo que distinguirá esta experiencia particular de muchas otras similares es que ese sacerdote desea contar con educadores laicos, bien formados y preparados a trabajar en la cotidianidad con este tipo de jóvenes, pues ha constatado la inoperancia de los religiosos y de otras personas armadas solo de buena voluntad

La creación de esta pequeña institución llamada Boscoville, es estratégicamente necesaria para demostrar que la reeducación de los infractores de ley es posible.

Paralelamente se desarrolla un programa de formación específica para educadores de contacto directo que se apoyará en lo que se irá explorando en el centro, invitando a todos los que participan a una práctica reflexiva y colectiva.

En Europa la educación especializada, que había sido creada en los años 40 para responder a las necesidades de niños y adolescentes víctimas de la guerra se desarrolla a grandes pasos

En EE.UU. nacían las primeras aplicaciones de la psicología del Yo.

En Quebec, los formadores de los primeros educadores de contacto directo se inspiraron de ambas fuentes teóricas y prácticas y en Boscoville y otros pequiños centros encontraron laboratorios idóneos de experimentación.

Después de varios años de desarrollos prácticos, de co-construcciones en los equipos y con los jóvenes, el modelo de Boscoville fue sintetizado con una primera investigación cualitativa y una concepción teoretica (Guindon, 1969) y un primer libro conceptual y practica (Gendreau, 1978).

Luego vino una primera investigación cuantitativa (LeBlanc, 1983). Los primeros datos empíricos demostraron que el modelo de intervención de Boscoville daba resultados positivos tanto respecto a la reincidencia como respecto al desarrollo de las capacidades de adaptación de los adolescentes que habían participado al programa durante todo un año.

Mas del 65 % de los adolescentes que habían participado al programa durante un año no mostraban ninguna reincidencia un año después de su participación.

Este resultado sigue siendo uno de los más exitosos publicados en la literatura científica.

Es así que se fue precisando un modelo de intervención psicoeducativo y una nueva disciplina profesional, la Psicoeducación.

Esta disciplina tiene hoy su propio colegio profesional. Sus miembros (más de 3000) trabajan en diferentes instituciones ◦ (centros comunitarios, hospitales, escuelas, jardines infantiles,

instituciones públicas para la protección de la infancia, para jóvenes infractores, centros para personas con deficiencia intelectual).

Seis universidades quebequenses ofrecen hoy programas en Psicoeducación de pregrado y post-grado, tres de entre ellas ofrecen el doctorado en la disciplina.

Diecisiete colegios regionales de educación post-secundaria ofrecen una formación técnica en educación especializada

El modelo de intervención psicoeducativo tiene hoy como fundamentos que: ◦ Son las interacciones cotidianas entre el potencial de

adaptación del joven y el potencial de experimentación del medio que permiten readaptar, que le permiten retomar el camino de su desarrollo personal.

◦ Las interacciones más significativas no suceden dentro de un despacho, como en una terapia individual, pero en los momentos estructurados y no estructurados de la vida cotidiana, entre un joven, su grupo de pares y educadores debidamente formados.

◦ Este educador pondrá el acento en las fuerzas de adaptación del joven y en el potencial de experiencias que ofrece un medio bien constituido

<La cualidad de un institución es directamente proporcional a la cualidad de su personal de primera línea que es en contacto directo con los jóvenes>

(Gendreau, 1967)

Los trabajos de investigación pusieron en evidencia que un solo programa no podía ser eficaz con todos los jóvenes infractores

Es necesario distinguir diferentes tipos de jóvenes infractores

Es necesario desarrollar diferentes programas de intervención.

Es necesario definir, a partir de datos empíricos, el programa mas eficaz con cada tipo de infractor

Esta visión teórica y práctica diferencial se experimenta actualmente en numerosos centros para jóvenes en Quebec, algunos privativos de libertad, otros semi-cerrados. También se aplica el enfoque diferencial en programas de libertad vigilada de diferentes intensidades.

Estos programas son parte integrante de visiones renovadas de todo el sistema de intervención.

Las nuevas leyes de protección de la infancia y para infractores de ley conllevan cambios en la organización administrativa y en los enfoques.

Entre estos cambios se destaca una visión de la prevención que apunta tanto a los jóvenes infractores como a los jóvenes de alto riesgo psicosocial, y se extiende a los niños de edad preescolar.

* Tendremos la oportunidad de ver estos cambios en detalle con exposición de la Sra. Michelle Goyette en la jornada de mañana.

El modelo de intervención psicoeducativo de Quebec, reconocido hoy como una de las buenas prácticas en la prevención de la delincuencia juvenil:

Es el resultado de un largo proceso, que sigue y seguirá adaptándose a las realidades del contexto socio-cultural

Dialoga con experiencias de varios países (Francia, Bélgica, Suiza, Estados Unidos y hoy Chile y Brasil), asimiladas de manera crítica y paulatina

Considera las problemáticas de la delincuencia altamente complejas, por lo cual no pretende dar una respuesta global ni definitiva

Reconoce y valoriza el contacto sostenido y de calidad entre los educadores y los jóvenes.

Considera que las interacciones cotidianas con jóvenes infractores deben ser asumidas por un personal altamente calificado.

Considera que las interacciones cotidianas responsables de los procesos de readaptación no son aun plenamente comprendidas y deben ser objeto de investigaciones y evaluaciones

Considera que no existe una sola manera de tratar a todos los jóvenes infractores, por lo que valora los enfoques diferenciales

Esto significa que se debe ajustar el tipo de medida y el tipo de intervención a las características de joven. Para un joven que presenta una delincuencia leve, con bajo

riesgo de reincidencia, se necesita una medida leve, pues de lo contrario se aumenta el riesgo de reincidencia. Quienes han trabajado en contextos de reclusión donde primerizos conviven con delincuentes avezados saben de esto. Por el contrario, para un joven que presenta una delincuencia grave, una medida leve y poco intensiva podría tener como consecuencia la agravación de la conducta (Gendreau, Goggin, Cullen &

Andrews, 2000).

Entre educadores profesionales y la familia (o educadores naturales)

En los equipos profesionales (educadores, trabajadores sociales, psicólogos, psiquiatras, profesores ...)

Entre los equipos de profesionales y los actores del sistema judicial (jueces, defensoría, fiscalía ...)

Con las organizaciones comunitarias

Todos los actores del sistema de justicia juvenil deben tener una formación específica:

Todos los actores del sistema deben dominar las competencias específicas para infractores adolescentes y la habilidad para colaborar con los educadores y personal de primera línea

Por ejemplo, gran parte de los problemas graves que se generan en los establecimientos están directamente relacionados con la falta de competencia de sus administradores. Los cuadros intermedios o superiores que no tienen conocimientos adecuados sobre delincuencia, rehabilitación o gestión de recursos humanos pueden causar tensiones importantes en el personal y entre los jóvenes.

Tanto los abogados como los jueces deberían desarrollar competencias no solo a nivel del sistema judicial, sino también mantenerse actualizados sobre los últimos conocimientos en delincuencia, rehabilitación y reeducación de los jóvenes infractores.

Incorporar en los programas de formación técnica y universitaria los últimos conocimientos acerca de la delincuencia, sus factores de riesgo y protección, y una formación práctica con jóvenes infractores de ley

formación y supervisión continua para los profesionales de las instituciones estatales y de los servicios comunitarios

Esta compleja relación entre la academia y los actores del terreno es posible en la medida que la investigación incluya el actor de terreno en las diferentes etapas de la investigación, y que el actor de terreno participe en la reflexión clínica y científica sobre sus prácticas.

Para planificar intervenciones apropiadas, eficaces y adaptadas a las necesidades del joven es

primordial hacer evaluaciones metódicas de su situación, incluyendo sus capacidades y dificultades personales, abuso de sustancias, problemas de salud mental, recursos en su entorno social y necesidades individuales.

Rigor significa aquí procesos metódicos que integren la utilización de tests reconocidos y validados, así como análisis clínicos exhaustivos de las observaciones cotidianas realizadas por un personal de terreno competente

Una buena ley reconoce que el sistema de justicia para menores debe ser diferente del sistema de justicia adulto, pues los adolescentes están en desarrollo y no pueden ser considerados responsables de sus actos de la misma manera que un adulto (Association des Centres Jeunesse du Québec, 2009).

Lo que no significa que no deben ser considerados responsables de sus actos, sino que la manera de responder por sus actos debe estar adaptada a sus niveles de desarrollo.

Este principio se ve constantemente cuestionado por ideologías que proponen una visión simplista y dicotómica, que plantea que la protección de la sociedad es incompatible con este tipo de consideraciones, sin aportar ninguna prueba válida que reprimiendo duramente a los jóvenes infractores se proteja mejor a la sociedad

“No tenemos tiempo para tener prisa” En nuestro campo, hay que desarrollar una perspectiva a largo plazo,

pues toda solución rápida, mágica, es una pérdida de tiempo y de recursos

“Pensar globalmente y actuar localmente” Nuestra experiencia comenzó en un pequeño centro experimental,

donde la creatividad era la bienvenida, y todos nosotros queríamos demostrar que reeducar era posible. Esta demostración tuvo efectos globales mucho mayores que cualquier medida nacional que ignore las condiciones locales de aplicación, que levante resistencias por venir “de arriba”

“El amor no basta, la terapia individual tampoco, aun menos los talleres semanales”

La formación específica del personal de trato directo los responsabiliza, los valoriza, e instala una dinámica de colaboración y de rigor en todos los momentos de la vida cotidiana, donde realmente se juega la readaptación de los jóvenes.

Dionne, J., Altamirano, C (2012) Los desafíos de un verdadero sistema de justicia juvenil: una visión psicoeducativa. Universitas Psychologica, Vol 11, No 4, Octobre-Diciembre, 1055-1064.

Vizcarra, M. B., Dionne, J. (Editores) (2008). El desafio de la intervención psicosocial en Chile. Aportes desde la psicoeducación. RIL Editores: Santiago, Chile.

¿Qué importancia se le da actualmente en vuestro sistema de justicia juvenil al contacto cotidiano directo con los jóvenes delincuentes, más allá de las “rutinas”?

¿Qué grado de importancia se le da a la preparación de los educadores de trato directo? ¿Qué lugar y reconocimiento tienen en los equipos de intervención? ¿simples ejecutantes o miembros de pleno derecho en los equipos profesionales (psicólogos, trabajadores sociales, siquiatras, docentes, etc. )?

¿Existe una formación específica para el rol del educador? ¿Existen perspectivas diferenciales en vuestros sistemas de

justicia y en los programas de intervención actuales?