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UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Trabajo Fin de Grado
LA PRIMAVERA ÁRABE: EL DESPERTAR DE LOS PUEBLOS SOMETIDOS
Alumno/a: Ortiz Aranda, María Teresa Tutor/a: Prof. Dña. Gómez Fernández, Ana Belén Dpto.: Antropología, Geografía e Historia
Junio, 2016
1
ÍNDICE
I. RESUMEN .......................................................................................................................... 3
II. INTRODUCCIÓN, JUSTIFICACIÓN Y METODOLOGÍA .......................................................... 4
III. DEMOCRACIA Y EL MUNDO ÁRABE ................................................................................. 10
IV. INTRODUCCIÓN A LAS REVUELTAS ................................................................................. 19
V. LA REVOLUCIÓN DE LA DIGNIDAD: TÚNEZ ...................................................................... 30
VI. EL DÍA DE LA IRA: EGIPTO ................................................................................................ 45
VII. LIBIA. UN FUTURO INCIERTO ........................................................................................... 56
VIII. CONCLUSIONES ............................................................................................................... 70
IX. BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................. 76
X. ANEXO. CRONOLOGÍA GENERAL SOBRE LAS REVUELTAS ÁRABES ................................. 80
2
« En la primera línea de batalla, algunos jóvenes, conscientes de que se jugaban
la vida, gritaron “Yo muero hoy”, no porque desearan la muerte o el martirio, sino
porque en su balanza de preferencias pudieron más la dignidad, la certeza de que no
había marcha atrás, el deseo del cambio, que el miedo ».
Olga Rodríguez.
3
I. RESUMEN
Las revueltas árabes que comenzaron a finales de 2010 y se desarrollaron,
profundamente, desde principios de 2011 fueron el resultado de largos años de sumisión
de la población árabe, la cual, despojándose del miedo, abrió los ojos y comenzó una
lucha contra los tiranos que los oprimían.
De esta forma, se produjo un efecto contagio y, comenzando por Túnez, las
revueltas se fueron expandiendo rápidamente hacía los demás países árabes. Mediante
estas protestas, se llevó a cabo el desmantelamiento de regímenes políticos que
gobernaban desde hacía más de cuarenta años, como Ben Ali en Túnez, Mubarak en
Egipto y Gadafi en Libia.
Así, se inició la apertura a la democratización de sus sistemas políticos, tratándose
de un proceso de transición hacia la democracia que nos permite hablar de una cuarta ola
de democratización y que, evidentemente, no dará sus frutos a corto plazo.
Palabras clave: Mundo árabe, Primavera Árabe, Regímenes autoritarios,
Democratización.
ABSTRAC
The Arab riots which took place at the end of 2010 and developed, deeply, from
beginnings of 2011 were the result of many years of submission of the Arab population,
who getting rid of their fears, opened their eyes and began a fight against tyrants that
oppressed them.
In this way, the riots that started in Tunisia were quickly spread to the rest of Arabic
countries. It was thanks to these demonstrations that the political regimes, which had been
governing for 40 years, were forced from power, for instance: Ben Ali in Tunisia,
Mubarak in Egypt and Gadafi in Libya.
Thus, the democratization of their political systems began, being a transition process
towards democracy that allow us to talk about a fourth wave of democratization and
which, obviously, will not yield results in a short-term.
Key words: Arab world, Arab Spring, Authoritarian regimes, Democratization.
4
II. INTRODUCCIÓN, JUSTIFICACIÓN Y METODOLOGÍA
El presente trabajo pretende realizar un estudio acerca de los acontecimientos que se
han llevado a cabo en el transcurrir de las revoluciones que dieron lugar a lo que se ha
denominado “Primavera Árabe”, así como del proceso de democratización que se
desencadenó con las mismas.
Con dicho estudio, hemos pretendido resaltar, apoyándonos en diferentes fuentes
bibliográficas, la importancia que dichos acontecimientos han tenido en esta parte del
mundo, en lo referente al avance democrático y al relativo triunfo de la consecución de
derechos humanos y, en definitiva, extraer una serie de consecuencias políticas,
económicas y sociales -positivas o negativas- de esta serie de aconteceres.
Igualmente, hemos pretendido llamar la atención sobre una cuestión de vital
importancia como es la posibilidad de establecer la democracia en el mundo árabe, tema
muy debatido en la actualidad, como tendremos la oportunidad de analizar más adelante.
Además, hemos tratado de perseguir la idea de demostrar cómo, a pesar de haberse
llevado a cabo cambios significativos en las estructuras económicas, sociales y políticas
de los países partícipes de las revoluciones árabes, aún queda mucho camino por recorrer,
camino que no goza de ser fácil debido a las malas condiciones de vida, el desempleo, la
falta de oportunidades, la corrupción, la represión, u otros problemas a los que se
enfrentan estos países como el yihadismo o las milicias armadas.
El objeto de estudio para la realización de este Trabajo de Fin de Grado responde a
motivaciones personales, relacionadas estas con mis estudios académicos. El motivo que
aviva mi inquietud surge a partir de cursar diversas asignaturas en donde se ha tratado el
devenir contemporáneo y actual del mundo árabe. Desde mi punto de vista, el mundo
árabe, tan cercano, geográficamente hablando, resulta en ocasiones, ser muy desconocido,
desconocimiento que puede derivar en un sentimiento de desconfianza o miedo hacia todo
aquello relacionado con el mundo árabe. Por otro lado, resulta muy interesante estudiar
la importancia que estas oleadas revolucionarias han tenido y ver como las tensiones, que
venían de lejos, acabaron por romper una estructura muy rígida que se autosostenía a
través de cualquier medio, ya fuese represivo o incluso, por así decirlo, criminal. En otras
palabras, lo que realmente me llama la atención es como la población árabe, tras perder
el miedo, desencadenaron un efecto contagio en aquellas zonas del mundo donde más
rígidos eran los sistemas de contención de las protestas, desembocando todo esto en el
5
derrocamiento de los autócratas en un período de tiempo realmente corto. Como expone
Olga Rodríguez, se trató de una “toma de conciencia de sí mismo como ciudadano y no
como súbdito”1, un buen punto de partida.
Los objetivos principales que nos hemos planteado en esta propuesta temática han
sido exponer, de la forma más asequible posible, los sucesivos acontecimientos que
tuvieron lugar, desde el inicio de las revueltas a finales de diciembre de 2010 hasta el
derrocamiento de los tiranos a principios de 2011, en diversas regiones del mundo árabe,
de la forma más ordenada posible y atendiendo sobre todo a los aspectos políticos para
exponer el desmantelamiento de los regímenes arraigados desde antaño y su cambio, en
un proceso dificultoso, hacia regímenes más próximos a la democracia.
Igualmente, añadir que a lo largo de este trabajo se ha hecho referencia al “mundo
árabe” en numerosas ocasiones. Habitualmente, con este término, se alude al grupo de
países cuya lengua es el árabe. Sin embargo, podemos considerar que esta concepción cae
en una simplificación que puede ser resuelta con la siguiente definición de “mundo
árabe”: “conjunto de países cuya lengua principal es el árabe, su tradición, historia y
cultura deriva de la influencia árabe islámica, la mayoría de sus habitantes profesan la
fe musulmana, y una gran parte de su población, es de etnia árabe o de origen semita,
excepción hecha, por su especificidad, de los bereberes del norte de África que, a pesar
de conservar su identidad y tradiciones, han recibido una fuerte influencia árabe, los
egipcios, que no pueden considerarse semitas pero, cuya historia, desde la aparición del
Islam, ha estado intrínsecamente vinculada a ellos y los kurdos, de origen indoeuropeo,
que, a pesar de ser musulmanes, han mantenido una identidad, idioma, cultura y
tradición propias muy diferenciadas pero habitan en partes de su territorio sin haber
logrado el reconocimiento a su individualidad”.2
En términos geográficos, “el mundo árabe se extiende desde el Sahara Occidental,
en el oeste, hasta Omán, en su punto más oriental, abarcando por tanto, la franja Norte
de África con el desierto del Sahara como límite meridional y toda la Península Arábiga
hasta Anatolia o Turquía en su límite más septentrional. Dicho de otro modo, el mundo
árabe englobaría el Magreb o poniente, y el Mashreq o levante”.3
1 Rodríguez, Olga. Yo muero hoy. Las revueltas en el mundo árabe. Barcelona: Debate, 2012, p. 14. 2 Shawki, Yashmina. El despertar árabe, ¿sueño o pesadilla?: claves históricas, ideológicas y sociales. Santiago de Compostela (La Coruña): Universidad Santiago de Compostela, 2013, p. 34-35. 3 Ídem, p. 35.
6
Ilustración 1 MAPA DE PAÍSES INTEGRANTES DEL MUNDO ÁRABE
Oriente próximo o Mashreq
Egipto
Magreb o Norte de África
Fuente mapa: Time-Rime: http://timerime.com/es/linea_de_tiempo/748291/Revoltes+als+pasos+rabs/
Fuente leyenda: Shawki, El despertar árabe…, op. cit., p. 36.
Por otro lado, añadir que sería un error por nuestra parte, vincular a los árabes con
la fe musulmana o viceversa. Por lo tanto, hemos intentado excluir para dicho trabajo la
denominación de “mundo islámico”, debido a que hay importantes comunidades árabes
que no profesan la fe musulmana y no todos los musulmanes son árabes. Así,
consideramos que es preciso apoyarnos teóricamente en una definición de dicho
concepto: “lo correcto sería pues, definir, al mundo islámico como el conjunto de países
en los que la religión musulmana es la fe de la mayoría de la población, sea o no de
origen semita”.4
4 Ídem, p. 37.
7
Ilustración 2 MAPA DE EXTENSIÓN DEL MUNDO ISLÁMICO
Fuente mapa: http://en.wikipedia.org/wiki/File:Islam_by_country.svg Fuente leyenda: Shawki, El despertar árabe…, op. cit., p. 37.
Para elaborar este trabajo, hemos decidido centrarnos en los casos en los que se
ha llevado a cabo el descabezamiento del régimen autoritario, comenzando por Túnez, en
donde la autoinmolación pública de Tareq al Tayid Mohamed Bouazizi actuó de
catalizador para que las poblaciones magrebíes y árabes se enfrentasen al sistema que los
mantenía atados a la sumisión. Posteriormente, hacemos un recorrido por los
acontecimientos acaecidos en Egipto, donde las revueltas tuvieron una influencia directa
de las ya desarrolladas en Túnez, caracterizadas por una rápida expansión y una gran
intensidad. Seguidamente, nos centramos en el caso de Libia, donde Gadafi inició una
guerra como alternativa ante el miedo de verse derrocado al igual que sus vecinos. Añadir
que en ningún momento hemos pretendido minimizar la importancia de los demás países
cooperadores en este proceso, ya que para nosotros, todos y cada uno de ellos, de una
manera u otra, han tenido el mismo peso.
Así, a lo largo de este trabajo veremos los cambios políticos, económicos y
sociales que han conocido las diversas áreas estudiadas y que han sido clave para el inicio
de un proceso democratizador, aun partiendo de la situación más difícil y desestructurada
Sunnitas
Chiítas
Ibadíes
8
posible, la cual reside en la existencia de una privatización extrema de derechos y
libertades fundamentales, corrupción, desigualdades económicas y, en general, unas
condiciones de vida muy duras que acabaron por vencer todo temor existente ante la lucha
social de estas poblaciones, en la cual, la juventud y las nuevas tecnologías han jugado
un papel muy significativo.
Para este estudio, nos hemos fundamentado en el análisis bibliográfico de
informes, artículos científicos, libros, revistas científicas y publicaciones en prensa, que
demuestran la importancia de esta temática, método que ha asentado teóricamente dicho
estudio.
Para ello, hemos utilizado diferentes buscadores como Dialnet o google
académico, y hemos usado el catálogo de la biblioteca de la Universidad de Jaén. Sin
embargo, al no poseer suficiente bibliografía acerca de la temática elegida,
frecuentemente hemos tenido que recurrir al catálogo colectivo del préstamo CBUA.
Resaltar, en cuanto a la bibliografía más utilizada Informe sobre las revueltas árabes:
Túnez, Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria, de Ignacio Gutiérrez de Terán e Ignacio
Álvarez-Ossorio, siendo utilizados los capítulos dedicados a Túnez, Egipto y Libia,
fundamentalmente, así como una cronología que nos ha servido de base para la
realización del anexo que se adjunta en este trabajo. Igualmente, me gustaría resaltar El
año de la revolución. Cómo los árabes están derrocando a sus tiranos, de Lluís Bassets,
el cual, a parte de ayudarnos a comprender el proceso revolucionario tunecino, egipcio y
libio, nos ha servido para apoyarnos en sus fundamentos a la hora de establecer unas
conclusiones. En cuanto a prensa, hemos utilizado tanto publicaciones internacionales,
como Le Mondé Diplomatique, y nacionales, como El País. En cuanto a revistas
científicas podemos destacar El Viejo Topo, Revista CIDOB d’afers internacionals o la
Revista de Estudios Políticos, entre otras.
El presente trabajo se estructura en siete apartados sin incluir resumen,
introducción, justificación, metodología y bibliografía. Por un lado, hemos querido
realizar una introducción denominada “democracia y el mundo árabe” para tratar la
cuestión de la democratización en esta parte del mundo, así como para mostrar las
propiedades símiles y disímiles entre los objetos que comparamos: países occidentales y
países árabes. Por otro lado, en el apartado “introducción a las revueltas” hemos
pretendido llevar a cabo un análisis sobre los aspectos generales y comunes que esta
oleada de revueltas presenta en los diferentes países: causas, exigencias de la población,
9
el papel de las nuevas tecnologías, etc., para pasar directamente a tratar los casos de
Túnez, Egipto y Libia, y poner fin con unas conclusiones del tema desarrollado. Por
último se adjunta un anexo sobre una cronología básica del proceso revolucionario.
10
III. DEMOCRACIA Y EL MUNDO ÁRABE
A lo largo de los últimos siglos se han dado diversos momentos en los que se ha
debatido constantemente el significado o el proceder de la democracia, momentos en los
que los gobiernos llevan a cabo reformas políticas, económicas y sociales con el fin de
satisfacer las exigencias democráticas reclamadas por los movimientos sociales. Cuando
esto sucede de forma simultánea en diversos países, en forma de contagio o cadena,
asistimos a una oleada democrática. Como veremos, con los levantamientos populares
que dieron lugar a lo que conocemos como Primavera Árabe se abre el debate de si nos
enfrentamos o no a una cuarta ola de democratización y de si las sociedades árabes son
compatibles con los sistemas democráticos occidentales.5
Para tratar de entender estos procesos hacia la democracia en el mundo árabe
consideramos que es preciso tratar de definir algunos conceptos básicos como
democracia, democratización o liberalización. Para ello, y antes de nada, decir que, el uso
moderno del concepto “democracia” procede de las revueltas revolucionarias de la
sociedad occidental a finales del siglo XVIII. Ya a mediados del siglo XX van naciendo
significados generales del debate que gira en torno al significado de dicho concepto.6
Apoyándonos en Joseph Schumpeter, tal y como lo hace Huntington7, podemos
considerar que un sistema político es democrático cuando la mayoría de los que toman
las decisiones colectivas del poder son seleccionados a través de limpias, honestas y
periódicas elecciones, en la que los candidatos compiten libremente por los votos y en las
que toda la población adulta tiene derecho a votar.
Por lo tanto, la democracia abarcaría dos dimensiones: competencia y participación,
lo que explica la existencia de libertades civiles y políticas (libertad de expresión8,
5 Markoff, John. Olas de democracia: movimientos sociales y cambio político. Madrid: Tecnos, D.L. 1998. p. 11-12. 6 Huntington, Samuel P. La Tercera Ola. La democratización a finales del siglo XX. Barcelona: Paidós, 2002. p. 10. 7 Huntington alude al estudio de Joseph Schumpeter en Capitalism, Socialism and Democracy (1942), donde el autor procede a resolver las deficiencias de lo que se conoce como la “teoría clásica de la democracia”, la cual define la democracia en términos de “la voluntad del pueblo y el bien común”. Schumpeter así establece lo que él denomina “otra teoría de la democracia”, la cual fundamenta que el “método democrático es el acuerdo institucional para llegar a las decisiones políticas, en el que los individuos ejercitan el poder de decidir por medio de una lucha competitiva mediante el voto del pueblo”. Ídem, p. 20. 8 La libertad de expresión es la capacidad de manifestar la opinión sobre cualquier tema y es considerada como una de las libertades más importantes por su carácter instrumental ya que es el vehículo que permite ejercer otras libertades, determinando los diferentes regímenes políticos. Pérez B, Carmelo; García M,
11
libertad de prensa, libertad de reunión o asociación, etc.).9 Es importante tener siempre
presente que la democracia está ligada a la libertad individual y colectiva siendo esta
considerada como un componente o virtud esencial de la democracia. Por ejemplo, un
rasgo característico de esta supuesta libertad es el hecho de que las democracias también
proporcionan canales de expresión aceptados para la libertad de discrepancia y de la
oposición dentro del sistema.10 Añadir que, las libertades públicas son mutables,
considerando el momento histórico y las características de la sociedad en cuestión. Por lo
tanto, se conciben además como la traducción del orden jurídico debido a que cada cultura
estima los derechos individuales y colectivos de una manera u otra, resultando diversas
concepciones del significado de libertad.11 La democracia es una virtud pública, no
solamente la única, y la relación entre la democracia y las demás virtudes puede ser
comprendida solamente si se distingue claramente de las otras características de los
sistemas políticos. 12
En resumen, una democracia es un sistema político que garantiza a los ciudadanos un
cierto grado de derechos y libertades, tanto civiles como políticas.13
Además, podemos incorporar el concepto de estabilidad o institucionalización a la
definición de democracia, aludiendo al grado en el que se puede esperar que perdure un
sistema político y, generalmente, la democracia contribuye a ello debido, en cierto modo,
a que en un sistema democrático en donde un gobierno ha llegado al poder mediante unas
elecciones la resistencia a las oleadas revolucionarias es más fuerte que en los regímenes
autoritarios. 14
Así, podemos establecer que: “Una ola de democratización es un conjunto de
transiciones de un régimen no democrático a otro democrático, que ocurren en un
determinado período de tiempo y que superan significativamente a las transiciones en
dirección opuesta durante ese mismo período. Una ola también implica habitualmente la
Javier. “Las libertades públicas en Túnez tras las revueltas de 2011”. Revista CIDOB d’afers Internacionals, Nº. 109, 2015. p. 70. 9 Huntington, La tercera ola…, op. cit., p. 20. 10 Ídem p. 38-39. 11 Pérez B; García M, “Las libertades públicas…” op. cit., p. 70. 12 Huntington, La tercera ola…, op. cit., p. 23. 13 Pérez B; García M, “Las libertades públicas…” op. cit., p. 70. 14 Huntington, La tercera ola…, op. cit., p. 23/39.
12
liberalización o la democratización parcial en sistemas políticos que no se convierten
por completo en democráticos”. 15
Podemos decir que una ola de transición democrática se trata de una serie de
complejos procesos políticos donde se ven implicados una gran variedad de grupos que
luchan por el poder y por el establecimiento de sistemas democráticos, además de por
otros objetivos.16 Los países realizan sus transiciones hacia la democracia de diferentes
maneras pero, a pesar de todas las diferencias existentes, las olas de transformaciones y
reemplazos comparten una serie de características. Por ejemplo, las democracias surgidas
de la tercera ola de democratización17 se hicieron por medio de negociaciones,
compromisos, acuerdos, manifestaciones, campañas y elecciones, ya que las democracias
operan mediante elecciones y estas también son una forma de poner punto y final a los
regímenes autoritarios. Las elecciones son, por lo tanto, un vehículo de
democratización.18
Cuando aludimos al proceso electoral como motor hacia la democracia tenemos
que añadir que en el mundo árabe no se reconoce a la persona como individuo, sino que
solo se reconoce al clan, tribu o familia. Por consiguiente, el reconocimiento del individuo
como persona que tiene derecho de reivindicación no se entiende como tal. Por lo tanto,
la base de la democracia, a partir del desarrollo de unas elecciones libres y limpias donde
el pueblo elige a un representante para que gobierne durante un período de tiempo
determinado, puede ponerse en cuestión.19 Además cabe resaltar que “la transparencia y
la rendición de cuentas por parte de los responsables políticos serán cuestiones de
especial importancia en el proceso de transición y consolidación de regímenes
democráticos”.20
15 Ídem, p. 26 16 Ídem, p. 117 17Huntington expone que la primera ola de democratización tiene sus raíces en las revoluciones norteamericanas y francesa en el siglo XIX y que la primera contraola se establece, en este caso, con el retorno de formas tradicionales de gobiernos autoritarios o el surgimiento de totalitarismos, estableciendo la fecha en 1922. La segunda ola de democratización abarca el período que va de 1943 a 1962 y coincide con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, con la instauración de instituciones democráticas en países como Alemania o Italia, alcanzando a varios países de América Latina. Esta segunda ola se vio interrumpida por la segunda contraola, marcada por los golpes de estado y revoluciones en países del Tercer Mundo de 1958 a 1975. La tercera ola tiene lugar tras la dictadura portuguesa en 1974, en donde diversos países europeos, asiáticos y latinoamericanos dieron paso a sistemas democráticos. Ídem, p. 27-36. 18 Ídem, p. 153-154. 19 Ben J, Tahar. La primavera árabe: el despertar de la dignidad. Madrid: Alianza Editorial, 2011, p. 38. 20 Szmolka, Inmaculada. “Factores desencadenantes y procesos de cambio político en el mundo árabe”. Documentos CIDOB. Mediterráneo y Oriente Medio, nº 19, 2012, p. 6.
13
Por otro lado, sería preciso aludir al concepto de democratización, ya que
adentrándonos en este proceso centramos nuestra atención en el cambio de régimen que
se produce y no a la existencia del régimen que había establecido. Por lo tanto, podemos
decir que la democratización implica avanzar desde el final del régimen no democrático21
al establecimiento de un sistema democrático y posteriormente la consolidación del
mismo22. De esta manera se procede a una progresiva liberalización que consiste en la
apertura parcial de un sistema autoritario sin que se elijan líderes gubernamentales a
través de unas elecciones libremente competitivas. Liberalizar un régimen autoritario
puede consistir en liberar presos políticos, atenuar la censura, permitir elecciones para
puestos que tiene escaso poder, permitir alguna expresión de la sociedad civil, etc., es
decir, establecer una serie de pautas que faciliten el camino a la democracia.23
Los países, en el desarrollo y consolidación de sus nuevos sistemas políticos
democráticos, se enfrentan a tres tipos de problemas24:
1) Problemas de transición. Derivados directamente del fenómeno del cambio de
régimen autoritario al democrático. Los problemas se basan en el establecimiento
de nuevos sistemas constitucionales y electorales, deshacerse de aquellos
miembros partícipes del sistema no democrático del que formaban parte y su
reemplazo por otros afines al ideal democrático, abolir o cambiar de manera
radical instituciones propias del anterior gobierno, etc.
2) Problemas contextuales. Se derivan de la naturaleza de la sociedad, su economía,
su cultura y su historia, y, en cierto sentido, son endémicos del país, cualquiera
que sea su forma de gobierno. Estos problemas, mayoritariamente económicos,
son difíciles de paliar y, por lo tanto, no son resueltos por los gobernantes
autoritarios ni por los gobernantes democráticos, como por ejemplo las
desigualdades socioeconómicas, la pobreza, la deuda externa, los bajos niveles de
crecimiento económico, etc.
21 Para los países árabes en cuestión hablaríamos de regímenes autoritarios, cuya caracterización puede ser la “existencia de un único líder o un pequeño grupo de líderes, ningún partido o un partido débil, ninguna movilización de masas, no posee una ideología clara, gobierno limitado, pluralismo limitado y no responsable”. Huntington, La tercera ola…, op. cit., p. 44. 22 Ídem. 23 Ídem p. 22. 24 Ídem p. 190-192
14
3) Problemas sistémicos. Los encontramos cuando las democracias se consolidan y
derivan del funcionamiento del sistema democrático. Los sistemas políticos
autoritarios sufren problemas derivados de su propia naturaleza, como una
excesiva concentración del poder de decisión. Otros problemas son por ejemplo
que el sistema democrático llegue a un punto muerto en donde encuentre una
imposibilidad de tomar decisiones, la debilidad ante la demagogia, el control por
parte de intereses económicos parciales, etc.
En 1990, aproximadamente dos tercios de los países del mundo no tenían regímenes
democráticos. Entre estos países, que se dividen en cuatro categorías geoculturales25
encontramos a los países islámicos, que se extienden desde Marruecos hasta Indonesia,
los cuales, a excepción de Turquía y Paquistán, tuvieron regímenes no democráticos,
aunque unos pocos parecieron liberalizarse en 1990. De hecho, antes de las revueltas
árabes que tuvieron comienzo en diciembre de 2010 en diversos países islámicos, nos
encontramos con claros regímenes autoritarios que, atendiendo a la clasificación de
regímenes árabes que lleva a cabo Inmaculada Szmolka26, podemos diferenciar los
siguientes:
1) Democracias defectivas iliberales. Líbano e Irak son dos claros ejemplos,
considerados democráticos solo en el plano formal-institucional. Poseen un
elevado grado de pluralismo y competencia política que ha llevado a la existencia
de oposición. Todo esto es debido a la celebración de elecciones, separación de
poderes y gracias al diseño de un sistema político acorde al carácter multiétnico.
Sin embargo, el nivel de gobernabilidad y gobernanza y el grado de derechos y
libertades han dejado que desear.
2) Regímenes de autoritarismo pluralista cuasicompetitivo y cuasilibre. En esta
tipología Marruecos y Kuwait ocupan el papel central. Ambos experimentaron ya
desde 1990 cierto grado de liberalización, sin embargo, el régimen impone una
serie de límites y el ejercicio de derecho y libertades tampoco ha alcanzado, como
en el caso anterior, niveles que puedan considerarse como democráticos.
25 Las características geoculturales que se establecen son los regímenes marxistas-leninistas, países africanos del sub-Sahara, países islámicos y países de Asia oriental. Ídem, p. 263-280. 26 Szmolka, “Factores desencadenantes…,”op. cit., p. 4-5.
15
3) Regímenes de autoritarismo hegemónico restrictivo. Encontramos países como
Egipto, Túnez, Argelia, Mauritania, Jordania, Bahréin o Yemen, en donde la
liberalización tampoco ha dado su fruto y en donde se da la existencia de una
limitada competencia y el uso de elecciones para la formación de mayorías
parlamentarias que den su apoyo al Gobierno, dándose una restricción de los
derechos civiles.
4) Regímenes de autoritarismo cerrado: Son característicos países como Libia o
Siria, donde no se da la existencia de ningún rasgo democrático. Es decir, no son
partícipes del pluralismo, de elecciones, ni de llevar a cabo el ejercicio de derechos
y libertades.
A todo esto podemos añadir que, en el mundo árabe, los presidentes apoyan su
comportamiento de monarcas absolutos en la fuerza, la corrupción y el chantaje. Actúan
a modo de dictadores imponiéndose en el país, con o sin el consentimiento popular,
instaurando una especie de “democracia formal”27 de cara al mundo occidental.
En estos países, tanto los obstáculos como las fuerzas favorables a la democratización
pueden dividirse en tres amplias categorías:
1) Ámbito político. Un obstáculo muy significativo es la ausencia de experiencia
democrática. Tenemos que tener en cuenta que ningún líder islámico ha tenido
reputación como defensor de la democracia mientras estuvo en el poder, algo en
lo que haremos hincapié en el aspecto cultural.
2) Ámbito económico. Las relaciones entre los fenómenos sociales, económicos y
políticos son más fuertes que aquellas entre niveles de desarrollo económico y la
existencia de políticas democráticas. La pobreza es uno de los principales
obstáculos del desarrollo democrático y, por lo tanto, el futuro de la democracia
depende del futuro del desarrollo económico.
3) Ámbito cultural. Existe el argumento según el cual las grandes tradiciones
histórico-culturales del mundo cambian significativamente en la medida en que
sus actitudes, valores, creencias y modelos de conducta relacionadas con ellas
27 Ben J, La primavera árabe: el despertar…, op. cit., p. 39.
16
conduzcan al desarrollo de la democracia. En consecuencia, una cultura
propiamente antidemocrática impedirá la expansión en la sociedad de las normas
democráticas.
Una vez llegados a este punto, consideramos preciso hacer un inciso para centrarnos
en el Islam -entendido éste en sentido más amplio al estrictamente religioso, es decir,
como una forma de organización social y código de conducta- ya que el Islam rechaza la
distinción entre la comunidad religiosa y la comunidad política, lo que le lleva a estar en
contra de la democracia occidental debido a que sustrae el gobierno a Dios para dárselo
a los hombres, y esto significa estar en contra del pluralismo de partidos políticos.
Sin embargo, no podemos caer en el error de generalizar ya que la opinión de los
propios musulmanes oscila entre esta faceta en contra de la democracia y entre aquella
faceta defensores de la misma. Lo que sí que es cierto es que la mayoría de ellos rechazan
el pluripartidismo y se inclinan por la shura, basada en la costumbre tribal, y la majli al
shura, asamblea consultiva. Tan sólo una minoría de reformistas apoya directamente el
concepto de democracia occidental.28 Incluso son escasos los autores islámicos que creen
en la necesidad de la democracia en el mundo árabe.
El fundamentalismo islámico exige que en un país musulmán los gobernantes
políticos sean musulmanes practicantes, la Sharía29 debería ser la ley fundamental y el
ulama tendría gran peso en la articulación de la política del gobierno. Pero tenemos que
tener en cuenta que en la actualidad los gobiernos de los países árabes e islámicos que no
son fundamentalistas tampoco son democráticos en la mayoría de los casos y el
integrismo está erosionando. Por lo tanto, la doctrina islámica contiene elementos que
podrían ser favorables y desfavorables a la democracia.30
En la práctica, con la excepción de Turquía, ningún país islámico ha mantenido un
sistema político completamente democrático durante algún tiempo. Esta experiencia turca
con la democracia no ha sido la única ya que otros ejemplos son Paquistán, que intentó
asumir la democracia en tres ocasiones aunque ninguna favorablemente y Líbano, que
28 Menéndez del Valle, Emilio. Islam y democracia en el mundo que viene. Madrid: Instituto Universitario de Desarrollo y cooperación, 1997. p. 125. 29 La Sharía o Ley Islámica, no obligatoria, se trata de una línea de conducta, basada en el Corán y en las palabras del Profeta. Para algunos musulmanes es un marco jurídico que indica cuales son las acciones correctas o incorrectas, encuadradas en un sistema que estipula las penas correctas para quien incumple estas leyes, tratándose de un sistema legal y moral. Ben J, Tahar. El islam explicado a nuestros hijos. Barcelona: RBA, 2002. p. 83. 30 Menéndez, Islam y democracia…, op. cit., p. 126.
17
mantuvo una democracia durante un período significativo. Así vemos como en teoría
Islam y democracia pueden ser compatibles, en la práctica no han marchado juntos. Sin
embargo, tenemos que tener claro que cualquier cultura importante tiene elementos que
son compatibles con la democracia y elementos que son claramente antidemocráticos,
como por ejemplo el protestantismo y el catolicismo.31
Generalmente, la democracia no ha funcionado en ningún país árabe y, atendiendo a
las condiciones socioeconómicas, podemos decir que el grado de democracia, si la
hubiese, no podría ser estable, lo que no significa que estas condiciones no se puedan
conseguir en un futuro.32 Tal como expone Menéndez del Valle: “Las especificidades
culturales y de civilización del mundo árabe-islámico, unidas a las dificilísima coyuntura
(y ésta no será breve) por la que está atravesando y en la que el resurgir islamista es sin
duda uno de los principales actores políticos, hará largo y pleno de obstáculos el camino
hacia la democracia”.33 A pesar de esto, este autor hace hincapié en las reorientaciones
ideológicas, afirmando lo siguiente: “A quienes argumentan que el Islam y la democracia
son inherentemente antitéticos se puede replicar que la historia ha demostrado que las
naciones y las tradiciones religiosas son capaces de tener múltiples y grandes
interpretaciones o reorientaciones ideológicas”, aludiendo a la tradición judeo-cristiana
y su paso del absolutismo al ideal democrático.34
Como hemos visto, ha existido a lo largo del tiempo una tendencia de llevar a cabo
experimentos democráticos en forma de olas o contagio, es decir, mediante un efecto en
cadena, en donde se van llevando a cabo procesos de democratización en aquellas
regiones en donde se presentan condiciones parecidas a las de aquellos países que han
dado comienzo su proceso democratizador. Por diversos aspectos por los que hemos
hecho un pequeño recorrido –culturales, políticos o económicos, entre otros- el mundo
árabe ha sido un área que quedó al margen de la ola de transición política iniciada en la
década de los noventa. Si es cierto que algunos países árabes experimentaron un proceso
de liberalización y se adentraron en un inicio democrático35, sin embargo, en otros países
se produjo un efecto inverso y se llevaron a cabo retrocesos democráticos.
31 Huntington, La tercera ola…, op. cit., p. 227. 32 Menéndez, Islam y democracia…, op. cit., p. 142. 33 Ídem, p. 145. 34 Ídem, p. 146. 35 Podemos denominar a estos regímenes que presentan la incorporación de elementos democráticos en sus sistemas políticos como “regímenes políticos híbridos”, ya que mantienen ciertas prácticas autoritarias. Szmolka, Inmaculada. “Los regímenes políticos híbridos: democracias y autoritarismos con adjetivos. Su
18
Vemos como el hecho de que las pasadas oleadas democratizadoras no irrumpiesen
en el mundo islámico ha creado un ideal que impide relacionar los términos Islam y
democracia.36 Sin embargo, los sucesos iniciados a finales de 2010, han hecho volver a
la idea de que los regímenes autoritarios no son sostenibles a largo plazo, siendo
considerados como fases temporales hasta llegar a la democracia.37 A pesar de que la
democratización no ha llegado a implantarse, el mundo árabe está conociendo diferentes
procesos políticos tras las revoluciones que ponen en cuestión el ascenso o no de una
cuarta ola de democratización, con los derrocamientos de los regímenes de Ben Ali,
Mubarak y Gadafi.38 Se trata de verificar que el Estado musulmán es capaz de sentar las
bases de una democracia y que la religión islámica no es incompatible con los valores y
los principios democráticos.39
conceptualización, categorización y operacionalización dentro de la tipología de regímenes políticos”. Revista de Estudios Políticos, 147, enero-marzo, 2010, p. 105 36 Tickner, Arlene. “La cuarta ola”. El Espectador, 22 de febrero, 2011. 37 Pérez B; García M, “Las libertades…” op. cit., p. 72. 38 Gil C, Enrique. “La cuarta ola democratizadora”. El País, 11 de marzo, 2011. 39 Bassets, Lluís. El año de la revolución. Cómo los árabes están derrocando a sus tiranos. Madrid: Santillana Ediciones Generales, 2012, p. 393.
19
IV. INTRODUCCIÓN A LAS REVUELTAS
Antes del estallido de la denominada Primavera Árabe, los pueblos árabes habían
permanecido condenados a la sumisión por diversos factores como el imperialismo, la
dictadura o el islamismo yihadista. Ante esta situación de miseria, se llevó a cabo, en esta
parte del mundo, un levantamiento popular sin precedentes, movido más por lo que Tahar
Ben Jelloun considera aspiraciones éticas y morales40 que por aspiraciones ideológicas,
aspecto con el que coincide la periodista Olga Rodríguez: “Las revoluciones árabes han
sido un estado de ánimo, una actitud dominada por un optimismo adoptado no desde la
ingenuidad o la ignorancia, sino desde una elección consciente de sus riesgos. Solo desde
la certeza de que el cambio es posible se puede protestar, luchar e incluso arriesgar la
vida”.41
Cuando analizamos algunos elementos comunes en los procesos de desarrollo de la
Primavera Árabe tenemos que tener presente en todo momento que el mundo árabe no
conforma un todo monolítico y por lo tanto, apartándonos de los elementos culturales y
religiosos que caracteriza a estos países, las trayectorias políticas, sociales y económicas
son diferentes en unos u otros casos. Es decir, cada Estado goza de singularidad y esto es
lo que, en cierto modo, explica el hecho de que los resultados sean distintos para cada
país.42
Ante el hecho de que cada país tiene sus particularidades, sería un error generalizar
en los factores que explican las revueltas, sin embargo, podemos hacer una división entre
diversos aspectos que son claves para entender esta oleada revolucionaria, atendiendo a
la clasificación temática que expone Ignacio Ramonet en Le Mondé Diplomatique.43
1) Aspectos históricos. Con la disolución del Imperio Otomano tras la Primera
Guerra Mundial, las potencias occidentales han tenido dos principales intereses
en el mundo árabe: el control energético y la creación de un hogar judío conocido
como el Estado de Israel. Este último cometido, creado en 1948, derivó en el
protagonismo de varias fuerzas antisionistas en varios Estados árabes que se
40 Ben J, La primavera árabe: el despertar…, op. cit., p. 39. 41 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 14. 42 Algora W, Mª Dolores. “Las transiciones de la “Primavera Árabe” en Marruecos, Argelia y Jordania” . Cuadernos de estrategia, Nº 168, 2014, p. 215. 43 Ramonet, Ignacio. “Cinco causas de la insurrección árabe”. Le Monde Diplomatique, n. º 185, marzo de 2011.
20
habían liberado del colonialismo, dando lugar a lo que se conoce como conflicto
árabe-israelí. Tras diversas guerras de este conflicto, Egipto y Jordania firmaron
tratados de paz con el Estado judío y se alinearon con Estados Unidos. Así,
Washington y sus aliados occidentales mantuvieron sus dos objetivos básicos de
los que hemos hablado a cambio de proteger los regímenes autoritarios que
dirigían estas regiones del mundo árabe, aniquilando cualquier tipo de posible
aspiración democrática.
2) Aspectos políticos. En los Estados del perseguido “socialismo árabe” se fueron
estableciendo dictaduras de partido único que garantizaban el aprovisionamiento
de hidrocarburos por parte de las potencias occidentales. Así, mientras que en el
resto del mundo, como hemos visto, se iban sucediendo olas de democratización,
en el mundo árabe permaneció un autoritarismo feroz, creando sobre los
ciudadanos árabes un sentimiento de temor y sometimiento.
Ante la represión de las disidencias44, fue en las mezquitas donde se llevaron a
cabo reuniones que derivaban en planes de protestas, fortaleciéndose poco a poco
los islamismos, surgiendo de este modo grupos extremistas de tipo integrista que
apoyaban acciones de tipo terrorista, con el objetivo de conquistar el poder por la
violencia y llevar a cabo la Guerra Santa. Este islamismo fue utilizado por las
potencias occidentales para tener bajo control a la población árabe, mediante su
propaganda de temor hacia el islamismo, agregando más sometimiento y
represión a un ideal que había surgido como consecuencia de esta carencia de
libertad.
3) Aspectos económicos. La crisis global iniciada en 2008 dejó sentir sus síntomas
en varios Estados árabes. Esto tuvo graves consecuencias, pudiendo destacar la
imposición, por parte del Fondo Monetario Internacional hacia Túnez, Egipto y
Libia, de programas de privatización de servicios públicos, reducciones en los
presupuestos del Estado, disminuciones en el número de funcionarios, etc., que
llevaron al empeoramiento de las condiciones de vida de la población árabe.
Además, los mercados se habían liberalizado años atrás, se había impulsado una
44 La represión ante todo tipo de disidencia junto con la humillación y el favoritismo son causas comunes en este levantamiento del pueblo árabe en las que coinciden autores como Olga Rodríguez, Tahar Ben Jelloun, Ignacio Álvarez-Ossorio o Ignacio Gutiérrez de Terán.
21
política de apoyo a la privatización de empresas públicas y se había reducido las
ayudas sociales, dándose un aumento de la inflación y de la deflación salarial.
Añadir que el Estado benefactor es incapaz de hacer frente a las crecientes
necesidades de la población en aspectos de vivienda, educación y sanidad, al igual
que es incapaz de favorecer la incorporación al mercado laboral de los hijos del
baby boom.45
Igualmente, sería preciso hacer hincapié en el tema de la corrupción como otro
factor que llevó a este levantamiento popular, ya que es uno de los aspectos en los
que más incidencia se ha hecho en la explicación de estas protestas. La falta de
responsabilidad pública es una de la característica compartida por el conjunto de
los países árabes. La corrupción está relacionada con el modelo de gobierno y se
encuentra enraizada en la infraestructura política del Estado y la infraestructura
institucional del sector público. Sin embargo, los países con índices más bajos de
corrupción son aquellos países más autoritarios mientras que, países que podemos
considerar más democráticos se caracterizan por un elevado índice de
corrupción.46
4) Aspectos climáticos. Además, entre los elementos causantes de las revueltas
encontramos el aumento del precio de los productos básicos como el pan, iniciado
claramente en 2008 y provocado, entre otras razones, por la especulación de los
mercados internacionales. Los países árabes han conocido históricamente diversas
olas de revueltas relacionadas con la inflación y la inaccesibilidad de las clases
populares a los alimentos. Estas revueltas han sido denominadas las revueltas del
pan, en las que se da una combinación entre la represión para frenarlas y el reparto
de este alimento47. En este contexto se produjo una ola de calor e incendios en
Rusia en donde un tercio de su cosecha de trigo fue destruida, suspendiéndose las
exportaciones y aumentando el precio del cereal. Este aumento, que repercutió
directamente en los alimentos, provocó a partir de diciembre de 2010 el mayor
incremento de precios alimentarios desde 1990.
45Gutiérrez de Terán, Ignacio (Ed.); Álvarez-Ossorio Ignacio (Ed.). Informe sobre las revueltas árabes: Túnez, Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria. Guadarrama (Madrid): Ediciones del Oriente y Mediterráneo, 2011, p. 12. 46 Szmolka, “ Factores desencadenantes…”, op. cit., p. 6. 47 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 235.
22
5) Aspectos sociales. Donde cabe destacar el alto porcentaje de población joven48, el
escaso nivel de alfabetización y los altos índices de paro. Para ello, podemos hacer
referencia al análisis que lleva a cabo Luís Bassets sobre los elementos que
Emmanuel Todd considera claves para la explicación de estas revoluciones49.
Según Emmanuel Todd, las tasas de alfabetización junto con la caída de la
fecundidad juegan un papel principal en este proceso de cambio, a lo que añade
la caída en la tasa de matrimonios endogámicos. Estas pautas, se traducen por lo
tanto en un aumento de población que conlleva a un aumento en la necesidad de
alimentos y servicios básicos, así como en el aumento de la demanda de empleo.
Otro aspecto social a mencionar es la imposibilidad de emigrar debido al control
fronterizo de Europa, donde se pactaron acuerdos para que las autocracias árabes
se encarguen de contener a los inmigrantes clandestinos.
Para terminar con esta clasificación temática, consideramos imprescindible aludir
a la inmolación de Mohamed Bouazizi en Túnez, de la que, en concreto,
hablaremos posteriormente.50 Este tipo de actuaciones51 han sido frecuentes en los
años previos a las revueltas en todos los países árabes y están relacionados con la
falta de ocupación laboral y las malas condiciones de vida de las familias. Según
Lluís Bassets, se puede deducir dos objetivos en esta oleada de suicidios, por un
lado, “su directa vinculación con unos deseos totalmente frustrados de
integración en la modernidad global a la que estos mismos jóvenes tienen acceso
a través de los medios de comunicación”, por otro lado, “ su radical
desvinculación del terrorismo suicida, hasta el punto de aparecer como símbolo
y demostración de un cambio de época, que lleva a que los jóvenes musulmanes
desesperados ya no se sientan atraídos por las doctrinas del yihadismo nihilista
48 Según Bassets, “Un tercio de los árabes tienen menos de 15 años, otro tercio entre 15 y 25 y el tercio restante más de 25. La media de edad de la población es de 29 años en Túnez y 24 en Egipto, mientras que en España es de 40 o en Alemania de 44”. Ídem, p. 332. 49Ídem. 50 Como veremos en el apartado dedicado a la revolución tunecina, es posible considerar el suicidio de Mohamed Bouazizi como detonante del movimiento de protestas debido a que se desencadenó una protesta local, en un primer momento, que desembocó en la proliferación de protestas en todo el país. 51Un aspecto que nos ha resultado interesante es que en la bibliografía utilizada para llevar a cabo este estudio, destaca la figura de Mohamed Bouazizi en cuanto a los actos sociales relacionados con el suicidio. Sin embargo, en pocas fuentes sobre las que nos hemos apoyado hemos podido comprobar que, poco después de un mes de la inmolación de este tunecino, se produjo otro acto suicida en esta misma localidad: Houssine Ben Faleh Falhi, de veintidós años, se suicida por electrocución frente a la Delegación de la ciudad.
23
que les proponía la autoinmolación con el objetivo de producir el mayor número
de víctimas posibles en el campo supuestamente enemigo”. 52
Finalmente, cabe resaltar el papel que jugó las nuevas tecnologías a la hora de
movilizar a la población civil y favorecer una cierta libertad de expresión, aunque
cabe recordar que el acceso a internet es todavía reducido en el mundo árabe y
que ha empezado a crecer exponencialmente en las ciudades árabes en época muy
reciente. En relación a esto hay que tener en cuenta tres factores:
1) En primer lugar, la existencia de la televisión global, ya que se produce el cambio
en el panorama mediático árabe y por lo tanto en la propia opinión pública, con la
presencia del canal satélite Al Jazeera (Qatar) y otras cadenas como Al-Arabiya
(Arabia Saudí).
2) Por otro lado el papel jugado por internet y las redes sociales ya que “parece
evidente una correlación entre el incremento en el uso de la nueva tecnología y
el estallido de las revueltas”.53 Estas sirvieron fundamentalmente en el
llamamiento de las poblaciones y la organización de las revueltas, al igual que
mostraron al exterior la dimensión de los sucesos mediante publicaciones de
videos en YouTube, Facebook, Twitter, etc.
3) Por último, la irrupción de las filtraciones de WikiLeaks54, con la publicación de
los documentos secretos o reservados del Departamento de Estado el 29 de
noviembre de 2010 a través del diario libanés El Akhbar y de la web tunecina
TuniLeaks, en donde se descubría la realidad sobre el sistema mafioso que había
establecido el clan de Ben Alí-Trabelsí.55
Llegados a este punto, podemos añadir algunas de las demandas comunes de estos
países árabes que se resumen en más derechos y libertades y, con ello, más dignidad y
52 Ídem, p. 16-17. 53 Ídem, p. 344. 54 Tras las insurrecciones árabes se prestó atención a los cables diplomáticos de WikiLeaks como medio en la investigación contra la corrupción. Sin embargo, esta situación de corrupción era conocida por la ciudadanía, especialmente en Túnez, siendo una de las causas de las revueltas de estos países árabes. Szmolka, “Factores desencadenantes…”, op. cit., p. 6. 55 Se refiere al núcleo dirigente formado por Ben Ali y Leila Trabelsi; el hermano de esta, Belhacen, ocupa el segundo puesto en el escalafón, aunque quizás sea el primero en cuanto a la importancia de sus negocios y a la proyección de las perspectivas del clan. Naïr, Samir. La lección tunecina: cómo la revolución de la dignidad ha derrocado al poder mafioso. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2011, p. 265.
24
respeto, ya que todos ellos han conocido la represión ante todo tipo de disidencia y la falta
de libertad, así como la inexistencia de los derechos humanos. Se trató de una lucha que
reivindicaba el rechazo indiscutible hacia el autoritarismo, la gerontocracia y la
corrupción y, por lo tanto, el desmantelamiento del Estado autoritario, la separación de
poderes, la enmienda de las Constituciones o la celebración de elecciones libres y
transparentes.
Generalmente, casi todos los regímenes han reaccionado llevando a cabo medidas
destinadas a mejorar la situación, como por ejemplo proporcionando ayudas directas a las
familias, rebajando impuestos y tarifas, etc. Tenemos que tener en cuenta que los países
árabes importan más del 50% de los alimentos que consumen, por lo que aumenta la
vulnerabilidad hacia la dependencia exterior y son muy sensibles a las variaciones de
productividad y de precios de los mercados internacionales. Los efectos de esta situación
podemos comprenderlos si atendemos a los altos niveles de pobreza que hay en algunos
de estos países, como por ejemplo Yemen, con un 60% de la población por debajo del
umbral de la pobreza.56
Como podemos prever, en muchos casos estas políticas únicamente beneficiaron a las
élites dirigentes y supusieron golpes muy duros para la población civil, dándose un
aumento del desempleo, de la pobreza y de las desigualdades. Por ejemplo, en cuanto a
la distribución de la riqueza, en los últimos años se ha registrado un fuerte crecimiento
que sólo ha beneficiado a aquellos grupos relacionados con el poder, mientras que las
condiciones de vida de la población civil se han visto agravadas, aumentando este
malestar debido a la crisis económica global.57
Así, millones de árabes llenaron las calles para exigir justicia política, social y
económica. Consideramos preciso destacar que los protagonistas de esta revolución son
56 Se puede comprobar una correlación directa entre el auge de las protestas y el incremento de precios de los alimentos que registra el índice mensual elaborado por la FAO con los precios de 55 productos ponderados en función del volumen comercial. Los tres últimos meses de 2010 y el primero de 2011 son de una escalada del índice, desde la cifra 205, ya por encima del pico histórico de 200 alcanzado en 2008, que va incrementándose a 213 en noviembre, 223 en diciembre, 231 en enero y 238 en febrero, el nuevo record histórico, en términos reales y nominales, desde que la FAO realiza esta medición y que coincide prácticamente con los derrocamientos de Ben Ali y Mubarak. Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 336. 57 Por ejemplo, de los ochenta millones de egipcios la mitad vive bajo el umbral de la pobreza, al igual que un tercio de los veintidós millones de sirios. Tampoco se libran de esta estremecedora situación aquellos países árabes que son productores de petróleo como por ejemplo Libia, que sufría un paro de más del 20% poco antes del levantamiento popular, al igual que Arabia Saudí, meca de los hidrocarburos, en donde se encuentran altos niveles de pobreza y desigualdades sociales. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op cit., p. 13.
25
jóvenes laicos. Sin embargo, que sean jóvenes laicos y no corrientes islamistas no
significa que estas corrientes no hayan obtenido, de una manera u otra, gran beneficio de
este suceso en el mundo árabe, como comprobamos si atendemos al gran protagonismo y
respaldo social que han adquirido diversos partidos islamistas como es el caso de
Hermanos Musulmanes.58
Aunque diversos autores consideren el carácter espontáneo de estas oleadas
revolucionarias, como es el caso del escritor marroquí Tahar Ben Jelloun59, otros autores
como Lluís Bassets60 y Olga Rodríguez61, sugieren que detrás de ellas jugó un gran papel
la actuación del activismo clandestino, el sindicalismo, los movimientos obreros y las
asociaciones que luchan desde hace tiempo por la defensa de los derechos humanos y la
justicia social. Esta constancia llevó a sentar los cimientos del descontento popular y así
se fue gestando la sensación de malestar y hartazgo que llevó al desarrollo de los
levantamientos. En realidad, estas protestas no tuvieron líderes ni protagonistas, sino que
se tratan del resultado de un proyecto colectivo que precisaba de la acción conjunta de
cada uno de sus partícipes.
Además, señalar como factor imprescindible de las revueltas el carácter no violento
por el que apostaron los manifestantes desde los inicios de las mismas, entendida esta
actitud por las sociedades árabes como transporte hacia el asentamiento de la
democracia.62
Otro punto a considerar es que la agitación popular que se llevó a cabo en el proceso
de la Primavera Árabe generó un sentimiento de solidaridad y empatía que había quedado
ensombrecido desde después de los tiempos del panarabismo. “Cada manifestación […]
y cada revuelta que consigue, al menos, el primer objetivo de derrocar al máximo
dirigente ejerce un poder de atracción e impulso tal que acrecienta el efecto contagio y
permite que la chispa prenda, o que el fuego se avive, en otros lugares”.63
En este estudio la atención se centra en los tres países claves en este proceso
revolucionario en donde se ha conseguido descabezar a los regímenes autoritarios, como
son Túnez, Egipto y Libia, lo que no significa que el derrocamiento de sus dirigentes haya
58 Ídem, p. 18. 59 Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 40. 60 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 225. 61 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 13. 62 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 15. 63 Ídem, p. 16.
26
supuesto la caída de los regímenes que los sustentaban, sino que incluso de esta situación
de desesperación que ha mostrado el pueblo árabe han sabido aprovecharse y hacer
florecer sus propios intereses, lo que ha derivado en nuevas protestas sociales, en la
ralentización del proceso de transición o incluso en guerra civil.64
Sin embargo, el resto de países participantes en esta oleada revolucionaria no quedan
ensombrecidos por los países elegidos para dicho estudio. Así, podemos hacer un breve
recorrido por los distintos países que jugaron un papel activo en estas reivindicaciones
mostrando una especial atención respecto a Siria por ser el escenario de un choque de
intereses internacionales.
Este recorrido nos permite referirnos a las tres grandes clasificaciones que establecen
Ignacio Gutiérrez De Terán e Ignacio Álvarez-Ossorio en Informe sobre las revueltas
árabes65, pudiendo diferenciar entre:
1) Los regímenes reformistas. Encontramos en esta categoría a aquellos países en
donde ha existido una tendencia a introducir reformas constitucionales, se ha dado
paso al diálogo con la oposición y las fuerzas sociales para neutralizar el
surgimiento de otras corrientes revolucionarias. Marruecos y Jordania vienen a
ejemplificar esta categoría.
Por un lado, en Marruecos, las manifestaciones iniciadas el 20 de febrero pedían
la conversión del régimen en una monarquía constitucional. Así, el rey Mohamed
VI, que ocupó el trono en 1999 tras el fallecimiento de su padre Hassan II, ordenó
el diseño de un proyecto de reformas constitucionales, finalmente aprobado en
julio de 2011. Además, se celebraron elecciones el 25 de noviembre de 2011 y se
colocó en la jefatura del Gobierno a Abdelilá Benkirán, político islamista
secretario general del Partido de la Justicia y el Desarrollo. Con esto se dio paso
a un aumento en materia de libertad de expresión y participación política. Sin
embargo, aunque estas enmiendas reforzaban las competencias del primer
ministro y el Parlamento, seguían consagrando las prerrogativas máximas del
monarca y, entre la población marroquí, prevalece la sensación de que los cambios
no son tan profundos como deberían.
64 Ídem, p. 25. 65 Ídem, p. 21-24.
27
Por su parte, Jordania, supone un caso más complejo debido al delicado contexto
regional del reino de Abdulá, en el centro del conflicto árabe-israelí. Aquí, se ha
asumido y permitido las movilizaciones populares y se ha hablado de un proceso
democratizador que, sin embargo, parece ir encaminado a contener las
reivindicaciones sociales.
2) Los regímenes acomodaticios. Aquellos en los que se trata de evitar cualquier
ascenso de las protestas populares mediante políticas de concesiones económicas
y fiscales. En esta categoría se incluyen generalmente aquellas monarquías y
emiratos del Golfo, en donde, excepto en Bahréin, las manifestaciones han sido
limitadas pero no por ello menos importantes. Por ejemplo, en Omán, Qatar,
Kuwait o Arabia Saudí, se llevaron a cabo medidas económicas destinadas a
mejorar las condiciones de vida de la población -como por ejemplo el acceso de
los jóvenes a la vivienda, nuevos empleos y aumentos salariales- que han sido
consideradas por los sectores de la oposición como estrategias de compra en
cuanto a la voluntad popular se refiere.
3) Los regímenes disfuncionales. Encontramos aquellos Estados que se encuentran
sumidos en un clima de enfrentamiento bélico o de tensiones sociales, regionales
y confesionales, lo que lleva a una distorsión de la acción popular en pro de un
reformismo político e institucional. Aquí se sitúan países como Sudán, Irak,
Líbano o Argelia.
En cuanto a Siria, podemos decir que es el mejor ejemplo para mostrar la continuidad
de las tres fuerzas de las que se ha hablado al principio, las cuales han condenado al
silencio a los pueblos árabes -dictadura, imperialismo e islamismo yihadista- algo que las
revoluciones árabes interrumpieron en su momento.
En esta región de Oriente Medio, situada a orillas del Mediterráneo y que comparte
fronteras con cinco Estados -por el Norte limita con Turquía, con Irak por el Este, por el
Sur con Israel y Cisjordania y por el Oeste con Líbano- una parte del pueblo se levantó
pacíficamente contra la dictadura hereditaria de la familia Assad, instaurada en 1972.
Las primeras manifestaciones, que se llevaron a cabo inicialmente en Damasco,
jadeadas por Al-Jazeera, y que se fueron extendiendo a Deraa y posteriormente a Latakia,
fueron reprimidas duramente y, tras cinco meses de matanzas por parte del régimen, se
28
creó el Ejercito Libre Sirio (ELS) cuyo objetivo era defender a la población civil, la cual
estaba organizada en torno a las Coordinadoras Locales.
Sin embargo, tras varios años de combate que han llevado consigo grandes pérdidas
humanas y materiales y ha agravado el problema de los refugiados y desplazados,
debemos buscar aquellos factores que permiten la continuidad de este régimen dictatorial.
De este modo sería preciso diferenciar entre razones internas y externas.66
En cuanto a las razones internas, tenemos que considerar que en el régimen de los
Assad, al ser un Estado patrimonial, el aparato del Estado y el ejército nacional son
inseparables de la familia de los gobernantes, lo que explica que una parte de las fuerzas
armadas hayan permanecido leales al régimen. Otro motivo que explica la permanencia
del régimen, y que es típico de los regímenes dictatoriales, es la represión sin concesiones
que se lleva a cabo por parte del poder, acompañada con anuncios de reformas, como el
levantamiento de las leyes de excepción, la liberación de presos políticos el
reconocimiento del pluripartidismo. Por último, el apoyo al régimen de algunos sectores
urbanos, identificados por sus intereses de clase y sus ideales religiosos, sobre todo aluitas
y cristianos, es otro factor que permite la continuidad del poder de este clan de
gobernantes.
En cuanto a las razones externas cabe destacar el asesoramiento, sobre todo en el
ámbito militar, de los aliados de B. Al-Assad, como por ejemplo el llamado eje chií del
que forma parte Siria (Irak, Hizulah e Irán), al que más tarde se sumó Rusia. Por otro
lado, destacar la falta de apoyo por parte de Occidente hacia el Ejército Libre Sirio, así
como la intervención de las monarquías del Golfo y de Turquía en cuanto a financiación
del yihadismo se refiere, lo que ha derivado en el debilitamiento democrático y en la
justificación de la existencia del régimen asadiano.
Otra diferencia que encontramos respecto a las demás protestas árabes es que en Siria,
al comienzo de las reivindicaciones, la dictadura prohibió la presencia de medios de
comunicación extranjeros y usó las redes sociales a su favor, estando sometidas a un
estricto control y al bloqueo por parte del régimen a un nivel superior que el que se dio
en los demás países estudiados. Por lo tanto, en este caso las redes sociales no pueden
66 Alba R, Santiago. (2015). “Siria y el retorno de los zombis. ¿De la primavera árabe al invierno islamista?” . Nueva sociedad, nº 257, 2015, p. 48-50.
29
considerarse útiles para la convocatoria de manifestaciones, sino que éstas se han
organizado en mezquitas.67
Pero además, en este escenario entran en juego factores de tipo internacional, como
por ejemplo la decadencia de la hegemonía estadounidense y europea, así como la
incapacidad de las potencias emergentes para establecer alternativas en lo referente a la
resolución de conflictos.
Sin embargo, lo que realmente ha facilitado el avance de los acontecimientos en Siria
ha sido el fracaso de las revoluciones árabes y el surgimiento del Estado Islámico entre
los restos del Irak ocupado y destruido por EE.UU y, finalmente, su extensión a Siria,
bajo poder de Assad.
Podemos afirmar que la revolución en Siria posee muchas dimensiones
geoestratégicas en la región, debido a su situación privilegiada ya que constituye la puerta
de entrada a Oriente Medio y debido a los diversos intereses que las potencias
occidentales tienen en esta región. Por lo tanto el cambio en Siria ha estado relacionado
desde el primer momento con los acontecimientos procedentes del exterior, por lo que el
origen de la trágica situación en esta región ha llevado a algunos autores a afirmar que el
problema sirio responde, fundamentalmente, a la intervención internacional, y tiene poco
o nada que ver con la denominada Primavera Árabe.68
67 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 317. 68 Luque, Eduardo. “Siria, la gran impostura. ¿Fin de la partida?”. El viejo topo nº 292, 2012, p. 16.
30
V. LA REVOLUCIÓN DE LA DIGNIDAD. TÚNEZ
La revolución tunecina, también denominada Revolución de los Jazmines o
Revolución de la Dignidad, dio comienzo por un cúmulo de condiciones estructurales de
la vida política y económica tunecina. Aunque muchos de estos factores sean coincidentes
–en menor o mayor intensidad- en los diversos países en donde se llevaron a cabo
similares actos revolucionarios, cabe destacar las siguientes condiciones:
Por un lado, podemos destacar algunos factores de naturaleza socioeconómica como
el aumento de los precios de los alimentos y los recursos energéticos, el aumento del
desempleo juvenil, la falta de expectativas y oportunidades para aquella población con
estudios universitarios y la desigualdad existente en cuanto a la distribución de la riqueza
se refiere.69
Por otro lado, otras condiciones son de carácter político, como el modelo dictatorial
del régimen, la corrupción gubernamental y la preservación del orden social mediante un
Estado policial.70
Diversos autores, como Olga Rodríguez71, Sami Naïr72 o Lluís Bassets73, coinciden
en que la primavera árabe en Túnez tiene su precedente en las huelgas que tuvieron lugar
en 200874 en la cuenca minera de Gafsa75, allí donde estallaron en 1984 las denominadas
revueltas del pan.76
Esta consideración se debe a que a partir de esta situación precaria, en 2008
empezaron a crearse asociaciones destinadas a luchar contra el desempleo y la miseria,
como por ejemplo el Comité Regional para la defensa de los Diplomados en paro, cuya
69 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 27. 70 Ídem. 71 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit. 72 Naïr, La lección tunecina…, op. cit. 73 Bassets, El año de la revolución…, op. cit. 74 Las revueltas en Gafsa en 2008 tienen lugar debido al alto porcentaje de desempleo y escasez de buena parte de la población, en donde se incluye aquella población con estudios universitarios, lo que resulta sorprendente si tenemos en cuenta que ya en la década de los noventa los precios del fosfato extraído de la mina se dispararon y que tan solo de 2005 a 2007 el precio del mercado internacional del fosfato tunecino aumentó considerablemente. A finales de 2007, la Compañía de la cuenca minera de Gafsa lleva a cabo un sistema de contratación de empleados extranjeros, lo que hace aún empeorar más las cosas. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 209. 75 El área de Gafsa está situada cerca de la frontera con Argelia y es una de las zonas más abandonadas y desfavorecidas de Túnez, en donde el porcentaje y la pobreza duplican la media nacional. Ídem. 76 En 1984, miles de tunecinos de la localidad de Redeyef salieron a la calle para protestar en contra de las condiciones de vida que sufrían y exigir una vida digna. Ídem.
31
creadora fue Afef Bennaceur. Así, la lucha sindical iniciada desde entonces ha sido
considerada como el prólogo de las revueltas que estallaron en diciembre de 2010.
Ya en 2010, en Túnez, la población seguía viviendo siendo testigos de las grandes
desigualdades económicas, la falta de libertades, la corrupción, los abusos, la impunidad
de las autoridades y el clientelismo, lo que dio lugar al inicio de nuevas oleadas
revolucionarias en este país que dieron comienzo a lo que conocemos como Primavera
Árabe.
Si todo el panorama tunecino estaba ya preparado para el estallido de protestas, el
detonante lo encontramos el 17 de diciembre de 2010 cuando Tariq Tayyib Mohamed
Bouazizi77 tomó la decisión de inmolarse públicamente como forma de protesta contra el
sistema, siendo este suceso lo que se convirtió en el gran despertar del mundo árabe en el
siglo XXI.
Esta inmolación, que no fue la primera ni sería la última, causó un estado de
solidaridad en el resto de la población que, la misma tarde del 17 de diciembre de 2010,
salió a las calles de Sidi Buzid78, cuna de la primavera árabe, para manifestarse frente a
las oficinas del gobierno. La protesta, que terminó por reunir a miles de personas, fue
reprimida duramente por el régimen y los miembros del partido en el poder, la Agrupación
Constitucional Democrática, se mostraron perplejos.
En este contexto sería importante añadir que gracias a Facebook y la cadena de
televisión por satélite Al Jazeera este suceso pudo ser conocido por todo el mundo árabe
mediante los vídeos que los propios manifestantes consiguieron subir a internet, debido a
que en Sidi Buzid no había medios de comunicación internacionales y los nacionales
estaban censurados y altamente controlados por el régimen. Por lo tanto, podemos añadir
que el acceso a internet, aunque era reducido, desempeñó en las revueltas tunecinas un
papel importante ya que fue una de las herramientas empleadas para convocar protestas
77 Mohamed Bouazizi era un vendedor ambulante de 28 años de edad de la ciudad de Sidi Buzid. Este tunecino se quemó a lo bonzo públicamente para hacer presión ante las condiciones económicas y el trato recibido por la policía, ya que esta confiscó todas las mercancías de las que Bouazizi disponía para comerciar, es decir, su medio de subsistencia, además de ser humillado mediante acciones violentas de la mano de la policía tunecina. Ídem, p. 219. 78 Se trata de una localidad bastante anodina, en mitad de la nada, con un paro enorme, donde el autoritarismo del poder está excesivamente desarrollado. Una localidad basada en una economía sumergida, con un alto porcentaje de corrupción. Una ciudad no demasiado alejada de la frontera argelina donde el contrabando proporciona el sustento a centenares de familias y donde el Estado ejerce una gran represión. Naïr, La lección tunecina…, op. cit., p. 23.
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y para la difusión de información.79 Esto es un dato importante debido a que con el uso
de internet aparece la “fuerza de la globalización” 80 llevándose a cabo un activismo social
a nivel internacional, es decir, ningún tunecino de cualquier parte del mundo permaneció
ajeno al transcurrir de la revolución. En palabras de Sami Naïr, “Twitter, Facebook y los
blogs de algunos activistas muestran al mundo entero una ciudad donde se está librando
de nuevo la inmemorial batalla de la libertad contra la opresión […] Los medios
oficiales, fieles a sí mismos, juegan al vacío informativo: no sucede nada”.81
Llegados a este punto, consideramos preciso proceder a exponer la evolución de la
revolución tunecina, apoyándonos para ello en la división por etapas que se lleva a cabo
en Informe sobre las revueltas árabes: Túnez, Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria82, en
donde se reconocen tres etapas sucesivas: etapa benalista, etapa posbenalista y la etapa
posrevolucionaria.
En cuanto a la etapa benalista83 del proceso revolucionario, destacar que Ben Ali84 en
numerosas ocasiones había hecho hincapié públicamente en la importancia del nivel de
formación de la población joven para el propio desarrollo del país. Para ello, en 2009
llevó a cabo una serie de actos en donde se involucraba en gran medida con este colectivo,
recurriendo a una serie de propuestas destinadas a mejorar la situación y mostrando su
interés con este sector de la población85. Sin embargo, esta fachada se fue disolviendo en
las dos últimas semanas de 2010 y las dos primeras de 2011.
79 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 220. 80 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 256. 81 Naïr, La lección tunecina…, op. cit., p. 27. 82 Ídem, p. 29-55. 83 Ídem, p. 29-41. 84 Todo el mundo apoyó la llegada al poder de Ben Ali a finales de los años ochenta. En un primer momento, Ben Ali había sido nombrado por Habib Burguiba ministro del Interior y luego primer ministro. Sin embargo, la confianza que Burguiba había tenido en Ben Ali se rompió el 7 de noviembre de 1987 cuando este lo destituyó de su cargo y se puso al mando del país en una especie de golpe de Estado. En los primeros tiempos, Ben Ali continuó las reformas de Burguiba, sobre todo en el ámbito de la educación. Además luchó contra los islamistas integristas, siendo esta una de sus mayores obsesiones y llevando a cabo una especie de caza de brujas y ejerció el poder de un modo cada vez más dictatorial, eliminando cualquier tipo de derecho social. Hay que considerar que “la llegada al poder de Zine El Abidine Ben Ali inauguró una corta etapa, de no más de tres años, determinada por el denominado <<Pacto nacional>>, durante la cual se llevaron a cabo ciertas reformas que incidían positivamente en las libertades públicas y los derechos humanos […] Sin embargo, esta incipiente tendencia democrática desaparece muy pronto de la escena política tunecina y será sustituida por un férreo autoritarismo político y por una enorme represión de las libertades públicas”. Pérez B; García M, “Las libertades…” op. cit., p. 75. 85 En 2009 Ben Ali reservó un número de propuestas del programa electoral para este sector, una cuota en las listas del Reagrupamiento Constitucional Democrático para las elecciones a la Cámara de los Diputados y parte de su discurso a la nación del 7 de noviembre. Además, en 2010 hizo coincidir la celebración de sus 23 años como presidente en Túnez con los actos del Año Internacional de la Juventud. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revuletas…, op. cit., p. 25.
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En un primer momento, Ben Ali mostró una especie de solidaridad ante el suicidio de
Mohamed Bouazizi de tipo “paternalista-populista”86, mediante una visita publicitaria
al hospital en donde se encontraba ingresado Bouazizi el 28 de diciembre y la creación
de un Ministerio de la Juventud. Sin embargo, posteriormente, ordenó la intervención
policial en las manifestaciones iniciadas a partir de este trágico suceso, por lo que llevó a
cabo acciones contradictorias.
La acción individual que llevó a cabo Mohamed Bouazizi dio paso a la pérdida del
miedo colectivo. Así, se inicia una fase de transformación del carácter inicial de las
protestas, pasándose del carácter solidario a un proceder crítico ante las condiciones
económicas y sociales de la población; y de un carácter pacífico a una disposición violenta
cuando las fuerzas de seguridad emplearon métodos de represión muy violentos, cargando
contra ellos mediante munición real. Además, la localización de las revueltas fue
extendiéndose por todo el país y las mismas empezaron a conocer un cierto patrón
organizativo, en donde jugó un papel muy importante la participación de múltiples actores
como ciudadanos no organizados políticamente, organizaciones sindicales, partidos de la
oposición, ejército, etc.87
Ante estas transformaciones, la respuesta oficial fue doble y presentó un carácter
discordante. Por un lado, Mohamed Nouri Jouini, ministro de Desarrollo, anunció un
programa de inversiones en empleo. Por otro lado, las medidas represivas por parte de la
policía se endurecieron, dando como resultado decenas de heridos, cientos de detenidos
y la primera víctima88.
El alcance de la revuelta a la capital del país coincidió con el anuncio del estado de
crisis por el partido Ettajdid89. Esto llevó a que Ben Ali, ante el temor de que la oposición
se hiciese fuerte, realizase una intervención mediática con su discurso a la nación el 28
de diciembre. En este momento, Ben Ali no anuncia cambios para adoptar nuevas
medidas que saciaran las revueltas sino que se mostró duro con los manifestantes
empleando términos calificativos con cierto tono de desprecio. Además, llevó a cabo la
aplicación de una dura vigilancia y severas medidas represivas contra las revueltas,
86 Ídem, p.30. 87 Ídem, p.28. 88 El 24 de diciembre de 2010 fallece el primer manifestante víctima de un disparo en Menzel Bouzaiene. Ídem, p. 31 89 Ettajdid se trataba de un partido parlamentario minoritario, miembro de la coalición Alianza por la Igualdad y la Ciudadanía creada en junio de 2010. Ídem.
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procediendo para ello a una reforma parcial de su gobierno. Todas estas medidas tomadas
por el régimen no consiguieron otra cosa que aumentar el malestar general y la
proliferación de manifestaciones.
Tras la muerte de Mohamed Buazizi90 el 4 de enero de 2011, los manifestantes
reivindicaron medidas y cambios políticos e institucionales mucho más amplios. Por
ejemplo, un Parlamento libremente elegido y representativo; justicia independiente; una
administración libre de corrupción; eliminación de la ciberpolicía; medios de
comunicación sin censuras;91 una nueva policía fiscal y de inversión; y una renovación
del poder político regional.92 La respuesta a todo esto fue el rastreo y la censura de los
sitios web y redes sociales por parte de la Agencia Tributaria de Internet en colaboración
con la ciberpolicía. Además, se llevó a cabo el encarcelamiento de periodistas, blogueros
y ciberactivistas.
El 8 de enero, las ciudades de Thala, Kasserina, Meknassi, Feriana y Reguab, fueron
víctimas de la gran represión ejercida por el régimen contra los manifestantes, dando
como resultado numerosas víctimas y detenciones. Esta situación caótica dio pie a que
entrasen en escena diversos partidos93 tanto legales como ilegales exigiendo al régimen
el cese del uso de las armas contra los manifestantes, la liberación de los detenidos, la
garantía de libertades civiles y la investigación de los asesinatos.94
Individualmente, el partido laico ilegal, Conferencia por la República, planteó una
ruptura total y definitiva con el régimen a nivel nacional e internacional.95 Por su parte,
el Partido Comunista Obrero de Túnez exigió igualmente el abandono de Ben Ali de la
jefatura del Estado y del Gobierno. Además, propuso la formación de un gobierno
nacional provisional sobre el que recaería la preparación de la celebración de elecciones
90 El entierro de Mohamed Bouazizi se celebró el 5 de enero de 2011. El lema que se escuchó durante el mismo fue: “No te olvidaremos nunca, Mohamed Bouazizi. Haremos llorar a quienes te han hecho llorar”. Naïr, La lección tunecina…, op. cit., p. 25. 91 Con respecto a la manipulación mediática ejercida por el régimen cabe destacar la convocación de una huelga general y una manifestación por parte del Sindicato Nacional de Periodistas de Túnez (SNJT) para el 11 de enero de 2011. El seguimiento de esta iniciativa resultó muy visible en el centro, suroeste y norte del país. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 37. 92 Ídem, p.33. 93 Los partidos que llevaron a cabo la declaración conjunta en contra de las actuaciones del régimen fueron: el partido legal extra-parlamentario Partido Democrático Progresista (PDP), los partidos laicos ilegales Partido Comunista Obrero de Túnez (PCOT), Túnez Verde (TV) y Conferencia por la República (CPR), los islamistas de El-Nahda y un grupo de asociaciones tunecinas. Ídem, p. 34. 94 Ídem. 95 El CPR en su comunicado invitó a las fuerzas policiales a la desobediencia, demandó la destitución del presidente de la República y solicitó la condena de la dictadura tunecina. Ídem.
35
libres a una Asamblea Constituyente, la cual debía elaborar una nueva Constitución, lo
que provocó el encarcelamiento de su líder, Hamma Hammami. Igualmente, Ettajdid
reivindicó la necesidad de diagnosticar las causas de crisis y el estudio de una
negociación, presentando una propuesta más moderada.
Todos estos planteamientos rupturistas se expandieron y fueron asumidos a nivel
nacional e internacional96 lo que dio como resultado la aparición en escena de Ben Ali
aceptando las reivindicaciones laborales97 pero oponiéndose a las demandas de
transformación política.
Por su parte, no fue hasta el 14 de enero cuando la Comisión Administrativa de la
UGTT –sindicato mayoritario- anunció la convocatoria extraordinaria de huelgas
regionales y sectoriales. Igualmente, tomó parte en el asunto la Confederación Sindical
Internacional, proclamando diversas movilizaciones de protesta ante las prácticas
represivas.
Como hemos visto hasta ahora, el régimen tunecino había perdido apoyo político y
credibilidad, hecho que le llevó a reconocer el carácter político de la revolución entre el
11 y el 13 de enero de 2011, llevándose a cabo las siguientes medidas: liberación de los
detenidos, destitución del primer ministro del Interior Rafik Belhaj Kacem, creación de
un comité de investigación sobre la corrupción y la bajada de los precios de los productos
básicos.98
Por otro lado, el 13 de enero Ben Ali presenta un triple compromiso político en su
tercer discurso a la nación: el diálogo con la oposición, el impulso de reformas políticas
democratizadoras y la no revalidación de su candidatura en las elecciones, en principio
previstas para 2014 pero adelantadas para 2011.99 Sin embargo, estas medidas anunciadas
96 Catherine Ashton recordó que las relaciones entre Túnez y la Unión Europea estaban condicionadas al respeto a los derechos humanos. Además, llamó a la liberación de los detenidos, al cese de la violencia por parte del régimen y la búsqueda de soluciones para satisfacer las demandas de los manifestantes. Igualmente, el Secretario General de la ONU hizo pública su inquietud sobre el curso de los acontecimientos y llamó al cese de la represión. Francia también actuó denunciando la escalada de violencia el 11 de enero de 2011 mediante un comunicado de radio. Por su parte, Hillary Clinton manifestó en una entrevista la preocupación por parte de Estados Unidos ante el progresivo aumento de la violencia que se estaba produciendo en Túnez, sin embargo anunció que no tomaría partido en el proceso. Ídem, p. 36. 97 Ben Ali en su discurso anunció la adopción de medidas concretas en materia laboral, prometiendo la creación de trescientos mil puestos de trabajo entre 2011 y 2012. Ídem. 98 Ídem, p.38. 99 Ídem.
36
por el presidente tunecino no recibieron la credibilidad de diversas organizaciones100, las
cuales demandaron a la Unión Europea la paralización de las negociaciones sobre la
concesión del Estatuto Avanzado de Asociación a Túnez y solicitaron a Naciones Unidas
la supervisión del cumplimiento de tales promesas.
Mientras todo esto ocurría, en Túnez la situación dramática no mejoraba y se procedió
a la declaración del toque de queda y el despliegue del ejército, lo que no supuso un
motivo para el cese de las manifestaciones.
La confianza de Ben Ali se vino abajo cuando el ejército101 se rebeló ante la
destitución del jefe del Estado Mayor, Rachid Ammar102, lo que llevó al abandono del
país por parte de Ben Ali, sin dimitir de su cargo, en un avión privado exiliándose a Arabia
Saudí. Ante esta situación, el panorama internacional presentó su apoyo indiscutible con
el pueblo tunecino, con la excepción del dirigente libio, Muammar Gadafi, que apoyó a
Ben Ali.
Con la huida de Ben Ali a territorio Saudí, se da comienzo a una etapa denominada
posbenalista103, en donde Ben Ali, debido a su intención de regresar a Túnez, comunica
su apoyo en el artículo 56 de la Constitución, alegando incapacidad temporal para
gobernar y delegando las tareas de la presidencia a su primer ministro, Mohamed
Ghannouchi, de manera provisional. Sin embargo, el Consejo Constitucional de Túnez
declaró de inmediato el carácter definitivo y permanente de la incapacidad de Ben Ali,
recurriendo al artículo 57 de la Constitución para resolver el vacío de poder. De este
modo, Fued Mebaza104, de 78 años, presidente de la Cámara de los Diputados, se presentó
como presidente interino de Túnez el 15 de enero. Mebaza mantuvo a Ghannouchi como
jefe del Gobierno y asumió la preparación para la celebración de elecciones
presidenciales.105
100 Las organizaciones que enviaron este comunicado conjunto fueron: la Red Euromediterránea de Derechos Humanos, la Federación Internacional de las Ligas de Derechos Humanos, la Organización Mundial Contra la Tortura, el Instituto de El Cairo para el Estudio de los Derechos Humanos y Reporteros sin Fronteras. Ídem, p. 39. 101 El ejército tunecino es considerado como el gran vencedor de la revolución tunecina, al negarse a participar en los actos represivos ordenados por el régimen. Naïr, La lección tunecina…, op. cit., p. 131. 102 El general Rachid Ammar fue destituido de su cargo por contravenir la orden presidencial de cargar contra las concentraciones organizadas en las principales calles de la capital. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 39. 103 Ídem, p.41-52. 104 Fued Mebaza se trató del presidente del Parlamento y destacado dirigente del partido presidencial, el Rassemblement Constitutionel Démocratique. Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 256. 105 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 41.
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Mebaza presentó sus primeros decretos con diversos objetivos. Por una parte,
estableció el toque de queda y el estado de emergencia en todo el país por un mes. Por
otra parte, inició un proceso de legalización de formaciones políticas que habían sido
ilegalizadas durante la etapa benalista. Posteriormente, llevó a cabo la formación de un
gobierno de unidad nacional106 anunciado el 29 de enero, el cual se disolvió en pocos días
debido a la desigualdad en cuanto a la distribución de carteras ministeriales en beneficio
del RCD y el rechazo de la población a un gobierno formado por miembros afines al
régimen de Ben Ali. Ante este recelo contra el RCD Mebaza bloqueó la influencia del
partido en la gestión del proceso revolucionario, llevando a cabo diversas medidas como
la contención de los movimientos del aparato organizativo de dicho partido, suspendiendo
temporalmente su actividad y solicitando su disolución al Tribunal de Primera Instancia
de Túnez, además de bloquear el margen de maniobra parlamentario del RCD.
En este contexto se produjo la fractura de las movilizaciones ciudadanas en Túnez en
tres campos sociopolíticos, pudiendo diferenciar las siguientes aspiraciones: aquellos que
querían continuar la revolución, los que esperaban boicotearla y los que llamaban a
conceder un voto de confianza al gobierno interino para restaurar el orden social y
proceder a reactivar la economía y la vida laboral tunecina.
A pesar de estas medidas, Túnez seguía siendo testigo de una gran inestabilidad
política, lo que llevó a Mebaza a realizar nuevos cambios a mediados de febrero, como
por ejemplo la creación de la Instancia Superior para la Realización de los Objetivos de
la Revolución, de la Reforma Política y de la Transición Democrática; creación de dos
comisiones nacionales destinadas a la investigación de la corrupción y de los abusos;
decretó la amnistía para los presos políticos; incluyó a Túnez en el Pacto Internacional de
los derechos civiles y políticos y puso fin al toque de queda en el territorio nacional.
Sin embargo, las protestas no cesaron y se exigió la dimisión de todos los integrantes
del Ejecutivo provisional que llevó a la dimisión del primer ministro, Ghannouchi, el 27
de febrero y al ascenso como sucesor de este de Béji Caïd Essebsi107.
106 El gobierno de unidad nacional estaba formado por doce ministros benalistas y ocho representantes de UGTT y los partidos de la oposición crítica Ettajdid, PDP y Foro Democrático para las Libertades y el Trabajo. Ídem, p. 42. 107 Beji Caid Essebsi, abogado de 85 años, exministro con Burguiba y presidente dela Cámara de los Diputados en los primeros años de Ben Ali hasta su distanciamiento con dicho régimen. Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 257
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Para marzo, Mebaza anunció los nuevos principios que regirían la gestión de la
revolución tunecina, algunos de los cuales eran el respeto al artículo 57 de la Constitución,
la protección y estabilización del Estado, la fidelidad a la memoria de los mártires caídos,
etc., principios que se concretaron mediante diversas actuaciones, como la renovación
extensa de la composición del gobierno provisional, la creación de una Instancia Nacional
Independiente para la reforma del sector de la información y la comunicación o la
regulación de los poderes del Estado.108 Además, anunció su intención de permanecer al
frente de la jefatura del Estado hasta la celebración de elecciones Constituyentes previstas
para el 24 de julio.
En este contexto, el Parlamento Europeo declaró la debilidad de los mecanismos de
cooperación entre la Unión Europea y Túnez, y se dio paso a la apertura de un debate
sobre el futuro de la política de la Unión Europea hacia los países del sur del
Mediterráneo, llevándose a cabo la creación de la Asociación para la Democracia y la
Prosperidad Compartida con el Sur del Mediterráneo. Este programa estipulaba que la
Unión Europea colaboraría con aquellos países que se mostrasen más avanzados en el
proceso de democratización, para lo cual era muy relevante la celebración de elecciones
libres, justas y abiertas a observación internacional. Ante esta oportunidad, el gobierno
de Mebaza anunció su negativa a controlar el sistema electoral, sancionando el 18 de abril
el decreto-ley de creación de la Instancia Superior Independiente para las Elecciones y,
el 10 de mayo, un nuevo decreto-ley resolvió las negociaciones para la realización de los
objetivos de la Revolución en materia de reforma electoral.109
Con este nuevo decreto-ley, Mebaza impuso sus propias normas del juego electoral,
entre las cuales cabe resaltar dos: una composición paritaria de las listas electorales a la
Asamblea Constituyente y la denegación del derecho de sufragio pasivo a los
responsables del RCD y de los gobiernos de Ben Ali. Además, Mebaza llevó a cabo el
aplazamiento de las elecciones hasta el 23 de octubre.
Mientras que las huelgas y manifestaciones continuaron de manera más controlada y
localizada, Mebaza llevó a cabo una actividad diplomática en el extranjero denominada
108 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 45. 109 Ídem, p.47.
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el Plan Jazmin110, mediante el cual llegaron grandes cantidades de ayudas económicas
para la recuperación y desarrollo de Túnez.
Con todo esto, Túnez se encontró con diversas amenazas en lo concerniente a la
celebración de elecciones constituyentes temiéndose el estallido de un proceso
contrarrevolucionario.111 Como consecuencia, los partidos políticos miembros de la Alta
Instancia para la Realización de los Objetivos de la Revolución llevaron a cabo dos
pactos:
Por un lado, el Pacto Republicano, el 30 de junio de 2011, que estipulaba la naturaleza
árabe-musulmana del país, la separación de poderes, elecciones democráticas, igualdad
de todos los ciudadanos ante la ley o la solidaridad con el pueblo palestino entre otras
medidas.
La Declaración de la Transición Democrática, acordado el 15 de septiembre del
mismo año, en donde se acordaba el respeto ante la ley electoral y se llevaba a cabo la
promesa de un comportamiento digno durante la campaña. Además, sus signatarios se
comprometían a elegir a un presidente de la Asamblea o designar al presidente de la
República.
Las elecciones tunecinas han sido las primeras auténticamente libres y democráticas
del mundo árabe. Como veremos, y como expone Anthony Billingsley, en Túnez, “el voto
reflejó un compromiso genuino con la democracia, los derechos humanos y la protección
de las minorías”112.
Con la celebración de elecciones el 23 de octubre damos paso a la etapa
posrevolucionaria, en donde se aprecia un auténtico ejercicio de libertad que pasa por la
110 El Plan Jazmín se trató de una búsqueda de patrocinadores extranjeros para su programa de recuperación y desarrollo económico en donde Túnez recibió diversas ayudas económicas, entre las cuales podemos destacar que el Banco Mundial destinó mil quinientos millones de dólares para apoyar iniciativas de acceso a la información, educación, desempleo, etc. Por su parte, El Banco Europeo de Inversiones destinó ochocientos millones de euros para incentivar la pequeña y mediana empresa del país y crear empleo. El Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo también colaboró en Túnez a finales de año. Igualmente, el presidente de Estados Unidos propuso destinar veinte millones de dólares a Túnez para la promoción de la pequeña y mediana empresa. Ídem, p. 48. 111 Esto se debe a que la preparación de las elecciones afrontó diversas amenazas como por ejemplo un golpe de Estado en caso de que el partido El-Nahda obtuviese la victoria y atentados contra la libertad de expresión y reunión de dicho partido, actuaciones violentas de grupos salafíes contra los manifestantes, incursiones en territorio tunecino de miembros asociados a Al Qaeda, acusaciones entre partidos en temas de corrupción, etc. Ídem, p. 50. 112 Lluís Bassets, en su obra El año de la revolución. Cómo los árabes están derrocando a sus tiranos, 2012, p. 262, alude a Anthony Billingsley en su publicación el 30 de noviembre de 2011 en Foreign Affairs.
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decisión del gobierno interino de trasladar su organización a una Instancia para la
Transición en vez de al Ministerio del Interior. Los desafíos que llevaba consigo la
transición tunecina fueron unas elecciones para una Asamblea Constituyente, la elección
de presidente interino, distribución de representantes y trabajos en comisiones,
nominación del jefe de Estado y constitución de un ejecutivo provisional.
Como vemos, Túnez ya ha llevado a cabo una completa ruptura con el régimen de
Ben Ali y ha dado paso a una fase constitucional, por lo que Túnez puede ser considerado
como una excepción en relación a otros países árabes que han experimentado un proceso
revolucionario similar.113
Haciendo un recorrido por los primeros comicios democráticos creemos conveniente
destacar la elevada tasa de participación, que se refleja en el desarrollo de una Asamblea
plural de casi treinta grupos políticos en donde encontramos islamistas y laicistas,
partidos novedosos y partidos viejos o miembros afines al régimen de Ben Ali y miembros
que se mostraron contrarios al mismo. Esta cantidad de partidos presentaron 11.686
candidatos para 33 circunscripciones, quedando en cabeza el partido islamista moderado
En-Nahda114 con el 37% de los votos, obteniendo 90 escaños de los 217 en disputa.
Mohamed Hachmi Haamdi, con su Arida sha´abiya o Petición Popular obtuvo 19 escaños,
sin embargo, debido a su vinculación con el régimen anterior perdió 9 escaños. Por lo
tanto, seguido de En-Nahda se posicionó el Congreso de la República de Moncef
Marzouki, con 29 escaños y el 8,9% de los votos, siendo posteriormente elegido
presidente interino.115 En tercera posición se asentó el Foro Democrático por el Trabajo
y las Libertades.116
El resultado de estas elecciones fue una Constitución provisional aprobada por la
Asamblea Constituyente el 11 de diciembre de 2011 hasta la llegada al año siguiente de
una Constitución definitiva. Esta Constitución provisional daba amplios poderes
presidenciales, establecía la independencia del poder judicial, mantenía en manos del
113 Fuentes C, Ignacio. “Libia y Túnez: dos transiciones contrapuestas”. Cuadernos de estrategia, Nº. 168, 2014, p. 193. 114 En-Nahda se define como un partido islamista moderado con objetivos religiosos explícitos. Inspirado en los Hermanos Musulmanes, busca islamizar la sociedad mediante la predicación de su doctrina. Oficialmente, este partido fue legalizado el 1 de marzo de 2011, siendo su papel en la primavera árabe muy restringido. Tras la victoria electoral del 23 de octubre, En-Nahda tomó un gran control de las riendas del Gobierno y colocó a sus líderes como ministros formando un gobierno de coalición junto con CPR y FDTL, que se conoce como la Troika. Ídem, p. 208. 115 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 261. 116 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 53.
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Ministerio del Interior la organización de las elecciones y recaía sobre el presidente el
nombramiento del jefe del ejecutivo117 entre la fuerza política vencedora en las
elecciones.
En la trayectoria tunecina, al igual que en otros países árabes, el islamismo político118
ha tenido que llevar a cabo acuerdos con otras fuerzas políticas debido a la escasez de
escaños obtenidos, sin embargo, sí que ha tenido y tendrá gran peso en la elaboración de
una Constitución. Sin embargo, creemos conveniente considerar que la victoria de En-
Nahda no ha supuesto una mejora en las condiciones de vida de la población y en la
situación política de Túnez, siendo tres problemas los que se presentan en el transcurrir
del proceso de transformación social, económico y político de Túnez. Para ello, nos
apoyamos en la clasificación de desafíos que lleva a cabo Ignacio Fuentes Cobo119,
problemas con los que coincide Sami Naïr120, pudiendo hacer una diferenciación entre
tres tipos de problemas:
1) Desafíos económicos.121
Según Ignacio Fuentes Cobo, tres son las principales causas que explican la dramática
situación económica122 de este país y a las cuales el gobierno debe enfrentarse. Por un
lado, la corrupción que, finalizada la revolución, continúa mediante redes clientelares
mantenidas por los poderes locales. “Si en el pasado el partido en el poder (RCD)
sostenía a la administración apoyando sus políticas públicas, su desaparición ha
supuesto la desestabilización de unas relaciones de poder local que, aunque corruptas,
eran estables, las cuales han sido recompuestas en los últimos tiempos sobre unas bases
mucho más anárquicas.” 123
117 Sobre el jefe del ejecutivo recaía el poder propiamente dicho, la presidencia del Consejo de Ministros, los nombramientos de los ministros, atribuciones y competencias, y todos los otros nombramientos de las instituciones del Estado a excepción de los jefes y oficiales de las Fuerzas Armadas y del muftí, autoridad religiosa oficial, cargos de nombramiento presidencial que requieren sin embargo la concertación del primer ministro. Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 261. 118 El Islamismo político es la utilización de la religión como ideología de combate en el marco ciudadano. Se manifiesta en diversas versiones y cabe destacar el partido tunecino En-Nahda o Hermanos Musulmanes en Egipto como ejemplos de esta corriente. Naïr, La lección tunecina…, op. cit., p. 289. 119 Fuentes, “Libia y Túnez…” op. cit., p. 193-209. 120 Naïr, La lección tunecina…, op. cit., p. 58-62. 121 Fuentes, “Libia y Túnez…” op. cit., p. 194-197. 122 Hay que tener en cuenta que la crisis de 2007 afectó enormemente a Túnez debido a su dependencia con Europa disminuyendo los ingresos turísticos e incrementándose la tasa de paro. Ídem, p. 194. 123 Ídem, p.195.
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Por otro lado se encuentran las desigualdades regionales124 en cuanto a la distribución
de la riqueza, lo que suscita un sentimiento de injusticia entre la población tunecina que
habita las regiones más desfavorecidas.
Por último, como ya hemos comentado anteriormente, el paro masivo de los jóvenes
entre los 18 y 29 años de edad se sitúa en un 30%, siendo de un 50% para los diplomados,
lo que suscita un gran malestar popular y evidencia el fracaso del papel del estado en
cuanto a la generación de empleo.
2) Inestabilidad en el control de las fronteras125
La inestabilidad en el control de las fronteras, delimitadas por el Ejército francés y el
Imperio Otomano en la Convención de Trípoli de 1910, se explica debido al vacío de
seguridad que surge como consecuencia de la caída del régimen de Ben Ali. Esto ha
supuesto el incremento de la incursión de grupos yihadistas126 y el incremento del
contrabando transfronterizo, pudiéndose tratar de recursos energéticos, tráfico de armas
o drogas.127
3) Islamismo salafista128
Túnez tiene que afrontarse al desafío salafista, ya que esta corriente resulta una salida
fácil para la juventud marginada. Además, En-Nahda presenta una falta de definición
ideológica, en donde encontramos la ley Sharía, como principal objeto de debate y, por
último, nos encontramos con una creciente amenaza yihadista.
La presencia del salafismo en la sociedad tunecina lleva consigo el incremento de la
presencia de militantes salafistas en los barrios más desfavorecidos, como consecuencia
del vacío de poder. Además, supone una expansión en las formas más extremas del islam
militante, considerado por En-Nahda como resultado de la frustración y represión
conocida por la población civil. Por último, este salafismo supone la existencia de grupos
armados cuyo objetivo es la desestabilización del país.
124 Tradicionalmente, las regiones de la parte oeste de Túnez ha visto su nivel de vida estancado mientras que, la parte este, debido a las regiones costeras y la influencia de la capital, ha sido la que posé las mejores condiciones económicas. Ídem, p. 196. 125 Ídem, p. 197-204. 126 Túnez se está convirtiendo en un centro de operaciones para el yihadismo violento por ser considerado como un área de influencia estratégica y un centro de reclutamiento regional. Ídem, p. 199. 127 Los grupos contrabandistas que anteriormente estaban controlados por el poder estatal ahora han dado paso a nuevos actores incrementándose el tráfico de mercancías. Ídem. 128 Ídem, p. 204-209.
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En cuanto a esta corriente en Túnez, podemos diferenciar entre el salafismo
académico129 y el yihadismo130. Por su parte, los salafistas académicos se han encargado
de desarrollar asociaciones religiosas y ganar influencia política, mientras que los
yihadistas, creen en la lucha armada en nombre de Alá fuera de Túnez, ya que esta región
es considerada como una tierra para la predicación y no para la yihad. Ambas corrientes,
tras la revolución de 2010-2011 y a pesar de la victoria del partido islámico moderado de
Ghanouchi, han aumentado su influencia ideológica, social y económica, ganando terreno
por medio de asociaciones islámicas en el caso del salafismo académico, surgiendo
nuevos partidos como por ejemplo Rahma y Asala131 o Ansar Sharía.132
Un caso particular lo encontramos con el partido vencedor En-Nahda. Poco después
de su victoria, En-Nahda comenzó a toparse con diversas dificultades en su asentamiento
en el nuevo clima político de Túnez mucho más abierto y pluralista, debido a la
ambigüedad que rodea las posiciones políticas y religiosas de dicho partido, en lo que
respecta a su identidad religiosa y a la forma de combatir la amenaza yihadista.
Por lo tanto, podemos considerar que Túnez cuenta con buenas condiciones para salir
adelante, sobre todo en lo referente al terreno económico133. Sin embargo, es necesario
que el desarrollo regional reduzca las diferencias entre las zonas costeras y el interior de
esta región, así como la mejora en las condiciones de trabajo de los jóvenes.134
129 El salafismo es una versión del islam que pretende el regreso a los fundamentos, a la esencia de la religión, rechazando la adaptación religiosa al mundo moderno. Se divide en dos grandes corrientes: la que aspira a tal objetivo mediante la educación y la persuasión, y la que opta por el recurso de las armas. De ahí deriva la distinción entre el salafismo cultural y el salafismo político, oscilando esta última entre ambas versiones. Así, el salafismo académico se trata de una forma de islam más pacífica y más apegada literalmente a las escrituras. Es una forma de islamismo suní que promueve la inmersión en los libros sagrados y es más próxima a los regímenes de poder. Naïr, La lección tunecina…, op. cit., p. 289. 130 El yihadismo salafista apoya la resistencia armada hacia los no musulmanes y hacia las fuerzas militares y policiales que son considerados como opresores de los creyentes. Fuentes, “Libia y Túnez…” op. cit., p. 206. 131 Combinan el salafismo con las preocupaciones sociales. Ídem, p. 207. 132 Movimiento salafista yihadista estrechamente ligado al yihadismo internacionalista. Plantea propuestas políticas y económicas para las diversas instituciones del país. Además, rechaza la violencia en suelo tunecino pero la apoya fuera de las fronteras de Túnez. Ídem. 133 Túnez cuenta con grandes activos en materia económica. Es el primer país de África en cuanto a competitividad y posee una economía diversificada, fundamentada en una agricultura competitiva, una minería próspera, suficientes recursos energéticos para cubrir las necesidades de este país, grandes posibilidades de turismo y una diversificada industria, por lo que su economía no solo se basa en la explotación de hidrocarburos. Además, el país presenta altos niveles de escolarización y de calidad de enseñanza y está situado en una posición estratégica geográficamente hablando, convirtiéndose en un buen intermediario entre el mercado europeo, el asiático y las economías del Golfo. Ídem, p. 197. 134 Ídem, p. 212.
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Concluir añadiendo que dicho país debe emplearse en combatir los problemas
económicos, donde se incluye la marginación de la juventud, lo que lleva consigo el
surgimiento de un sentimiento de frustración que puede derivar en una inclinación hacia
el salafismo más radical. Igualmente, Túnez tiene que luchar por que se reduzca la
inestabilidad de sus fronteras que, como hemos visto, da lugar al desarrollo progresivo
del contrabando y al auge del reclutamiento de combatientes islamistas destinados a
países como Siria o Malí. Por otro lado, Túnez tiene que dar una respuesta ante la falta
de organización ideológica que presenta el partido dominante de En-Nahda.
Por lo general, las revueltas acaecidas en este país han derivado en la adopción de una
serie de instrumentos legales que garantizan una serie de libertades públicas, como por
ejemplo la libertad de expresión, asociación, prensa, etc. Se tratan, además, de medidas
que garantizan una mayor autonomía respecto a los poderes ministeriales, especialmente
del Ministerio del Interior.135
Así, podemos considerar que el proceso de democratización en Túnez está suponiendo
una mayor liberalización, más visible desde 2011, y, por consiguiente, un retroceso de los
sistemas autoritarios presentes hasta entonces. 136
Como veremos, del destino de la revolución tunecina dependen en buena medida el
destino de las demás revoluciones en el mundo árabe, ya que Túnez abre y marca el
camino para las demás revoluciones en el mundo árabe actual. Se trata de una referencia
que, incluso si fracasase este impulso democrático, servirá de ejemplo.137
135 Pérez; García, “Las libertades…” op. cit., p. 86. 136 Ídem. 137 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 263.
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VI. EL DÍA DE LA IRA. EGIPTO
El 25 de enero de 2011 tuvo lugar en Egipto la celebración del Día de la Policía, que
se convirtió en lo que se ha denominado como el Día de la Ira, dándose el inicio de la
revolución egipcia. La movilización, inspirada por la revolución tunecina, se originó en
la ciudad de Mahalla, donde en la plaza de Tahrir los manifestantes exigían la derogación
del estado de excepción138, la dimisión de Hosni Mubarak139 y el fin del régimen
autoritario egipcio.140 Este estallido revolucionario se caracterizó por su gran intensidad
y rápida expansión141, al igual que por sus positivos efectos políticos, ya que consiguió
derrotar al régimen en tan solo tres semanas, régimen que, como veremos posteriormente,
estaba ya en plena decadencia hegemónica.
La población protagonista de la revolución egipcia de 2011 fue muy variada,
tratándose de población de todas las edades, hombres y mujeres, coptos y musulmanes o
seculares y religiosos142. Sin embargo, cabe destacar el papel emprendido por la población
joven, ya que fue el sector que más se movilizó debido a diversos factores como el gran
peso de la juventud en el conjunto de la población143, el alto porcentaje de desempleo144
entre este sector y la exclusión política145.
138 El estado de excepción estaba vigente en Egipto desde 1967 y solo fue levantado temporalmente por el presidente Anuar al-Sadat entre mayo de 1980 y octubre de 1981. La existencia del estado de excepción es la causa de que el pueblo egipcio haya sido considerado como un pueblo dócil, debido a que ha estado durante décadas privado de plena libertad política y personal. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revuletas…, op. cit., p. 59/61. “La declaración del estado de emergencia permite la supresión de las libertades individuales y derechos civiles de los ciudadanos como consecuencia de una situación extraordinaria de peligro o alerta nacional”. Shawki, El despertar árabe…, op. cit., p. 208. 139 En octubre de 1981, Hosni Mubarak se convirtió en el presidente de la República de Egipto tras el asesinato de su jefe, Anuar el Sadat por parte de los islamistas durante un desfile militar. Al igual que sus sucesores, se apoyó en el aparato militar para mantenerse en el poder, fundó el Partido Nacional Democrático, creó una policía omnipresente empleada en la defensa del régimen, llevó a cabo un sistema de corrupción que lo enriqueció y llevó a la población egipcia a la pobreza. Además, decretó el estado de excepción, fabricó un Parlamento a su medida, colocó a sus hombres en los puestos estratégicos de los medios de comunicación y empleó el miedo al islamismo como justificación hacia las prácticas represivas empleadas por dicho régimen. Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 19-21. 140 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 59. 141 En tan solo dos días las protestas se extendieron sobre siete de las veintinueve provincias más urbanizadas y pobladas de Egipto. Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 280. 142 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 21. 143 Según los datos de la Agencia Egipcia Central de Movilización Pública y Estadísticas de 2007, un tercio de la población egipcia tenía entre quince y veintinueve años. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 72. 144 A pesar de que en la última década las cifras de desempleo se redujeron, el paro entre los jóvenes (especialmente entre los licenciados) aumentó el 9,7% en 1998 al 14,4% en 2006. Ídem, p. 70. 145 Los partidos políticos legalizados se caracterizaban por su desconexión de la base y por estar dirigidos por una gerontocracia alejada de la juventud. En 2000, el 67% de los jóvenes ni siquiera disponía de una tarjeta electoral. Ídem.
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Así, la necesidad de la población egipcia de hacerse escuchar y reivindicarse
libremente derivó en movimientos de protestas o en grupos de oposición progresivamente
mejor organizados, creados generalmente al margen de los partidos y movimientos
existentes, tratándose de movimientos no ideológicos, como por ejemplo la Coalición de
la Juventud de la Revolución, representada por diversos grupos como el Movimiento de
oposición 6 de abril146 o el Grupo Khaled Said.147
Las medidas exigidas en el transcurso de la revolución egipcia podemos dividirlas en
tres tipos atendiendo a los aspectos económicos, políticos148 y sociales149: Por un lado,
nos encontramos con las demandas políticas, como por ejemplo el fin del autoritarismo,
la gerontocracia, el clientelismo, la corrupción y la represión. Por lo que se refiere a las
demandas económicas, la población reclamaba la mejora de sus condiciones de vida150
mediante el descenso del desempleo, el aumento de los salarios151, el aumento de los
recursos básicos y el descenso de los precios de los alimentos152 y de las desigualdades
económicas. En cuanto a los reproches sociales, la población egipcia exigía el fin de las
humillaciones y aspectos como la libertad y la dignidad.
Todo este malestar se debe a que la liberalización de la economía había aumentado
las malas condiciones de la población, situación que se vio agravada por la privatización
de los sectores públicos. Así, la última década está caracterizada por el aumento de los
precios de los alimentos, llevándose a cabo una subida de la inflación en un 23,6% en
agosto de 2008, y la reducción de los salarios. Todos estos acontecimientos impactaron
en lo que conocemos como Estado del bienestar, llevándose a cabo reducciones
presupuestarias en el terreno educativo y en la sanidad.153
146 El movimiento de oposición 6 de Abril, cuya cofundadora es Israa Abdel Fattah, joven militante de los derechos civiles, fue creado en 2008. Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 83. 147 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 73. 148 Ídem, p. 68. 149 Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 24. 150 Las condiciones de vida en Egipto son de extrema dureza, con una pobreza creciente y una gran corrupción que alimentan enfermedades psicológicas. El 30% de los egipcios viven en suburbios carentes de servicios más básicos, en cobertizos en las azoteas de las viviendas, en sus propios lugares de trabajo, en asentamientos de chabolas o en refugios. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 20. 151 “El sueldo medio de un trabajador de una fábrica estatal es de setenta dólares, y el de un médico de un hospital público con años de experiencia, de ciento cincuenta”. Ídem. 152 Según el Programa Mundial de Alimentos, el coste de la vida creció el 75% entre 1995 y 2005 en Egipto. Ídem. 153 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 68.
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El precedente de esta revolución egipcia debemos de buscarlo en la creación del
Comité Popular Egipcio de Solidaridad con la Intifada Palestina154 y en la proliferación
de diferentes plataformas a partir de 2005 que iban en contra del régimen de Mubarak,
como puede ser el caso de Kifaya.155 Fue la actuación de los sectores de la población más
perjudicados junto a obreros y la clase media urbana quienes llevaron a cabo estas
protestas que dieron fuerza a las revueltas de enero y febrero de 2011.156 Por lo tanto,
como en el caso anterior de Túnez y el activismo surgido a partir de las protestas de Gafsa,
en Egipto fue este activismo político el que facilitó el camino hacia el activismo
sindical.157
En el caso de Egipto, al igual que en la mayoría de los países árabes protagonistas de
la denominada primavera árabe, el uso de las nuevas tecnologías jugó un papel muy
significativo en el proceder revolucionario ya que permitió a la población el acceso a toda
información que no hubiese sido censurada por el régimen.158 En este país, el uso de las
nuevas tecnologías, teléfonos y redes sociales estaban limitados a una minoría joven y
urbana159, siendo la televisión crucial en dicho proceso, teniendo una importancia mayor
que los nuevos medios de comunicación y prensa. De hecho, el 26 de enero160 el régimen
cortó el acceso a internet y, cuatro días más tarde, el ministerio de Información cerró las
oficinas de Al-Jazeera en todo Egipto, abolió las acreditaciones a los periodistas y llevó
a la empresa propietaria del satélite Nilesat a romper los acuerdos con la emisora catarí,
teniendo esta que utilizar otros satélites que no estuviesen bajo control egipcio.161
154 La Segunda Intifada palestina despertó la rabia de miles de jóvenes egipcios, siendo la causa palestina uno de los principales factores que ha llevado a miles de egipcios a formar parte del activismo. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 22. 155 Kifaya, que se traduce como “Basta ya”, se trata de una asociación de la sociedad civil creada en julio de 2004 en El Cairo. Se trata de un movimiento laico, demócrata y en defensa de los derechos humanos. Kifaya lucha también contra la política israelí de ocupación y las agresiones mortales contra los palestinos. Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 81-82. 156 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 21. 157 Hay que tener en cuenta que las protestas políticas que se llevaron a cabo en 2005 en contra del régimen experimentó un retroceso debido a diversas cuestiones como puede ser la escasa organización de las movilizaciones populares o la rivalidad entre los componentes de Kifaya. A pesar de esto, las protestas laborales no pararon de aumentar, registrándose una cifra de 3000 protestas en todo Egipto entre 2004 y 2010, a pesar de que en este país las manifestaciones estaban estrictamente prohibidas. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 63. 158 Barreda, Javier. “ Origen, evolución y caída del régimen de Mubarak”. Sociología Histórica, Nº. 1, 2012, p. 134. 159 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 285. 160 Una de las medidas que llevó a cabo el régimen de Mubarak durante las protestas de 2011 fue un apagón de las comunicaciones telefónicas e Internet de cinco días con el objetivo de obstaculizar las protestas, sin embargo, este acto no impidió que las protestas siguiesen su curso. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 64. 161 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 279.
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Ante estas movilizaciones, Mubarak, como respuesta, empleó una intensa represión
mediante las fuerzas de seguridad (asesinatos, secuestros, detenciones, violencia, “test de
virginidad”162, etc.) y realizó diversas promesas sin éxito, como por ejemplo la
introducción de reformas, la abolición del estado de excepción, el aumento de los salarios
o la bajada en los precios de los productos básicos. Además, remodeló el gobierno,
incidiendo en la dimisión de algunos cargos sospechosos de participar en casos de
corrupción y congelando algunas reformas económicas.163
Debido a la ineficiencia de la represión ejercida para frenar las revueltas, Mubarak
llevó a cabo tres intervenciones televisivas cuyo objetivo consistía en reconducir las
protestas. Dichas intervenciones estaban empleadas en esgrimir el temor hacia el
islamismo, hacer pública su intención de renunciar a su próxima candidatura como
presidente así como la de su hijo, y en la delegación de su autoridad presidencial en el
presidente Omar Suleiman, director de los servicios secretos desde 1993, de manera
temporal. Sin embargo, no anunciaba su total dimisión a la presidencia hasta el 11 de
febrero, cuando Suleiman comunica de manera oficial la dimisión de Mubarak164 como
presidente del gobierno egipcio, siendo el 12 de febrero cuando Hosni Mubarak huyó,
junto con su mujer e hijos, a la ciudad egipcia de Sharm el-Sheij165, recayendo ahora su
mandato en el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, encargado de la administración
del país.166
Tras la caída de Mubarak, la emprendedora ola revolucionaria que había comenzado
en Egipto dio claros indicios de retroceso aunque sin desaparecer, siguiéndose las
protestas a lo largo de febrero y marzo de 2011 en muchos países pero sin fructuosos
resultados.167 Se puede destacar el Movimiento Jóvenes de la Revolución 25 de Enero,
formado para mantener activa la oleada revolucionaria tras la caída del régimen y cuyos
integrantes formaban parte del Movimiento de oposición 6 de Abril, la Campaña por el
162 Los denominados “test de virginidad” estaban entre las medidas empleadas por el régimen de Mubarak para reprimir las manifestaciones, tratándose de abusos sexuales, torturas y humillaciones hacia la mujer. Podemos destacar el suceso que tuvo lugar durante la celebración el 9 de marzo del día de la mujer trabajadora, cuatro días después de la toma de los cuarteles de la policía estatal. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 137. 163 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas árabes…, op. cit., p. 60. 164 El 3 de agosto de 2011 comenzó el juicio contra Hosni Mubarak, acusado de asesinato premeditado e intento de homicidio contra los más de ochocientos manifestantes que murieron durante los dieciocho días de la revolución. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 162. 165 Ídem, p. 131. 166 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 279. 167 Ídem, p. 280.
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Cambio, Kifaya, las agrupaciones de izquierda y también ciudadanos ajenos a tales
organizaciones. Entre las exigencias de este movimiento encontramos la salida del poder
de todas las personas vinculadas al régimen, la creación de una Asamblea popular y de
consejos locales, la formación de un gobierno civil de transición hasta la celebración de
elecciones o un comité para la redacción de una Constitución, siendo esta última
exigencia la única aceptada por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.168
Sin embargo, la caída del régimen autoritario de Mubarak no se debió exclusivamente
a la movilización de la población, sino que el poder de dicho régimen se encontraba ya
muy dividido por diversas causas169. Como ya hemos dicho, el régimen de Mubarak
controlaba el Estado, los aparatos de coerción y los medios de comunicación. Además,
disfrutaba de un gran apoyo político, económico y militar por parte de la Administración
norteamericana170, algo indispensable para la estabilidad del régimen en las últimas
décadas, y su poder económico estaba asegurado por un rígido sistema clientelista.
Durante su mandato, Mubarak encabezó a un grupo compuesto por burócratas,
magnates económicos y altos oficiales del Ejército. Sin embargo, debido a su avanzada
edad y sus problemas de salud, se puso en cuestión la sucesión presidencial, lo que hizo
aumentar la competición por el poder dentro de los componentes del régimen. Así, en
2000 se produjo la división del régimen en dos grupos: por un lado, la vieja guardia,
encabezada por Omar Suleimán y compuesta por burócratas y oficiales; por otro lado, la
nueva guardia, controlada por Gamal Mubarak y en la que se encontraban los principales
actores económicos.171 Esta división aumentó aún más con el paso del tiempo y la
convocatoria de elecciones presidenciales de 2010, donde cabe destacar por un lado la
“alianza de los beneficios”172, y por otro, el intento de Hosni Mubarak de nombrar como
sucesor a Gamal Mubarak, lo que perjudicaba los intereses de la vieja guardia. Por lo
168 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 131-132. 169 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 65-67. 170 Esta ayuda, cifrada en sesenta mil millones de dólares está íntimamente ligada a los intereses norteamericanos en la región, lo que viene siendo garantizar la existencia de un polo árabe moderado hacia Israel y permitir el control de las principales reservas energéticas del mundo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la mitad de la ayuda está destinada a la compra de armamento norteamericano. Ídem, p. 74-77. 171 Ídem, p. 66. 172 La denominada “alianza de los beneficios” apostaba por un proceso de liberalización económica a través de reformas estructurales, compatible con las recetas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que aumentarían el poder del sector privado y, por lo tanto, de la nueva guardia. Ídem, p. 67.
50
tanto, como vemos, en el éxito de la revolución egipcia tomó un papel relevante la pérdida
de cohesión del poder hegemónico del régimen.
Por otro lado, la escasa representatividad de las formaciones políticas tradicionales se
vio agravada por el sentimiento de desconfianza ante las relaciones clientelistas que
llevaba a cabo el régimen y las rivalidades internas de las que hablábamos anteriormente,
En este contexto, surgieron nuevas formas de movilización popular que atrajeron a los
descontentos de los partidos tradicionalistas, como por ejemplo la Coalición Nacional por
el Cambio173.
Una vez tomada la iniciativa por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, el cual
consideró la revolución como un golpe de Estado174, podemos hablar ya del inicio del
proceso de transición, en donde entran en juego tres fuerzas significativas. Por un lado,
el Ejército, considerada como la fuerza dominante por su influencia en el poder, siendo
la institución más poderosa y respetada del país, caracterizada por llevar a cabo una
continuidad de las prácticas represivas ejercida por el antiguo régimen aunque de menor
intensidad. Por otro lado, Los Hermanos Musulmanes, con gran influjo entre la población
egipcia y electoralmente ascendente, y, por último, la oposición laica y liberal de la plaza
Tahrir, minoritaria y sin una clara ideología.175
En este proceso de transición hacia la democracia que vivió Egipto durante 2011 sería
relevante añadir que existió un débil equilibrio de poder, donde se han ido sucediendo
cuatro jefes de Gobierno distintos que fueron derrotados progresivamente debido a las
revueltas o la desconfianza del Ejército. Semanas antes de abandonar su poder, el 29 de
enero, Mubarak destituyó a Ahmed Nazif, quién había sido su primer ministro desde 2004
y quién meses después sería arrestado y acusado de diversos delitos de corrupción y
malversación de fondos176, para intentar apaciguar a los manifestantes, siendo este
sustituido por Ahmed Shafiq hasta el 3 de marzo cuando fue destituido por el Consejo
Superior de las Fuerzas Armadas por su íntima relación con Mubarak. Como primer jefe
de Gobierno, identificado con la revolución, miembro de la oposición y exministro de
Mubarak, destaca Essam Sharaf, hasta el 21 de noviembre, día en el que dimite presionado
por el Ejército y por la población revolucionaria. Posteriormente, Essam Sharaf fue
173 Ídem, p. 69. 174 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 281. 175 Ídem. 176 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 148.
51
sustituido por Kamal Ganzouri, exministro tecnócrata de Mubarak en 1990 y partidario
de su dictadura hasta el día de la caída del régimen.177
Como vemos, el año de la transición egipcia ha tenido diversos momentos críticos, en
donde cabe destacar la toma de la embajada israelí,178 el 9 de septiembre de 2011 o la
“matanza de Maspero”179, el 9 de octubre del mismo año, acto que demostró que la
represión de las manifestaciones registradas desde la caída de Mubarak evidencia la
escasa receptividad del Consejo Superior de las Fuerzas Armadas ante las demandas de
la población y su incapacidad para proteger a los ciudadanos egipcios.180
Esta transición de la que hablamos llevó a una primera reforma constitucional
impuesta por los militares y apoyada por las dos ramas del islamismo político. Esta
reforma se planteó como una especie de elección entre estabilidad-continuidad o
inestabilidad-ruptura con el viejo régimen de Mubarak. Así, se celebró un referéndum el
19 de marzo, con una obtención del 77% de votos a favor de la vía reformista. Este voto
favorable fue defendido por los Hermanos Musulmanes y el Partido Nacional
Democrático y respaldado por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, quién se
encargó de nombrar a aquellos integrantes que llevarían a cabo la redacción de las
enmiendas constitucionales.
El 19 de marzo de 2011 se celebró un referéndum para llevar a cabo una reforma
constitucional181 que no se llegó a plantear de tal modo, sino que fue una especie de
177 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 282. 178 Se producen las primeras manifestaciones antiisraelíes, que terminan con el asalto de la Embajada del país vecino y la salida de urgencia del personal diplomático protegido por el Ejército. Ídem. 179 La matanza de Maspero, último de los incidentes en donde se ha visto involucrado el ejército, se trató de una manifestación pacífica de los cristianos coptos convocada como protesta ante la destrucción de varias iglesias frente al edificio de la televisión oficial conocido como Maspero, que le da el nombre a dicho suceso. Este acontecimiento se saldó con la muerte de 24 cristianos coptos y trescientos heridos, casi todos por disparos o arrollados por los blindados militares. Un dato importante es que los coptos se hallan cada vez más perseguidos por los seguidores de la corriente del salafismo, encontrándose cada vez más exentos de libertades de expresión, haciendo temer la victoria electoral islamista y el peso del salafismo en el Parlamento el futuro de esta comunidad, que representa el 10% de la población egipcia y que es parte de la identidad histórica de Egipto. Ídem, p. 283. 180 En abril de 2011 las fuerzas de seguridad dispararon en un intento de dispersar a los manifestantes pacíficos que habían pasado la noche en la plaza de Tahrir, dejando dos muertos y decenas de heridos. Decenas de miles de personas se habían reunido para mostrar su repulsa por las prácticas de los militares, entre las que se incluyen la tortura, los exámenes de virginidad hacia las mujeres partícipes en las manifestaciones y la detención administrativa de miles de personas que han sido juzgadas por tribunales militares. Dos meses más tarde, el 29 de junio, una protesta de familiares fallecidos durante la revolución acabó con más de mil heridos. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 81 181 La reforma incluía once modificaciones en nueve artículos de la Carta Magna, a través de las cuales se abría el acceso a la candidatura presidencial, que hasta entonces había sido muy limitado, y se establecía un máximo de dos mandatos de cuatro años cada uno al futuro jefe de Estado. Rodríguez, op. cit., p. 140.
52
elección entre estabilidad-continuidad o inestabilidad-ruptura con el viejo régimen. El
resultado fue un 77% de los votantes a favor de la vía reformista. Este voto favorable fue
defendido por los Hermanos Musulmanes y el Partido Nacional Democrático y contó con
el respaldo del Consejo Supremo, quien se encargó de nombrar a aquellos integrantes que
llevarían a cabo la redacción de las enmiendas constitucionales. Así, en julio la Junta
Militar anunció la nueva ley electoral para la celebración de las elecciones, que se llevaron
a cabo en tres jornadas entre el 28 de noviembre de 2011 hasta el 11 de enero de 2012,
siendo la Comisión Constitucional de 100 miembros la encargada de redactar la
Constitución definitiva a la democracia.182
Hasta junio de 2012, fecha destinada a la celebración de elecciones presidenciales, el
Consejo Superior de las Fuerzas Armadas fue quién tomó las riendas del país.183 Esta
Junta Militar, dirigida por un triunvirato184, está formada por Hussein Tantaui, presidente
del Consejo Superior de las Fuerzas Armadas y el equivalente al presidente del país hasta
la celebración de elecciones presidenciales en junio de 2012, Sami Hafez Anan y Reda
Mahmoud Mohamed Hafez, todos integrantes de la vieja guardia del régimen. Por su
parte, la nueva guardia, con Gamal Mubarak a la cabeza fueron derrotados y la mayoría
de sus responsables encarcelados. Omar Suleimán, que fue nombrado vicepresidente
horas después de la caída de Mubarak, también vio peligrar su poder.185
Desde la dimisión de Mubarak, estos militares representan la máxima autoridad en
Egipto, dirigiendo la transición hacia una especie de caos político que les permitiesen
permanecer en el poder. Esta Junta dispone del poder administrativo, legislativo y
ejecutivo. Además, entre sus acometidos está la elección de altos cargos y la
determinación y control del presupuesto militar.186
Sin embargo, esta posición que presentó el consejo Supremo de las Fuerzas Armadas
suponía grandes dificultades para llevar a cabo de forma rígida el proceso de transición
democrática. Esto se debe a que la Jefatura del Estado confía la administración del país a
182 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 283. 183 En un primer momento, el Consejo Supremo tenía como objetivo controlar el país durante un período de transición que abarcaría seis meses, para dar estabilidad y seguridad. Sin embargo, el resultado fue su perduración y la falta de voluntad de delegar el poder en las autoridades civiles. 183 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 78. 184 Ídem. 185 Ídem. 186 El 1 de noviembre, antes de las elecciones, se llevó a cabo la realización de un borrador de Declaración de Principios Fundamentales para el Nuevo Estado Egipcio en donde se plasmaban estas ideas y que fue objeto de nuevas protestas. Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 283.
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dicho organismo militar y a la supremacía existente del poder civil sobre el poder militar,
supremacía que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas quiere evitar inscribiéndose
en la nueva Constitución como un poder apartado que esquiva el poder democrático, lo
que presenta una gran dificultad para que el Consejo Supremo se legitime
democráticamente y ceda sus poderes, sometiéndose así al control parlamentario y al
poder civil.187
En cuanto a las elecciones democráticas, cuyo comienzo fue el 28 de noviembre de
2011, están caracterizadas por el afán de participación de todos los ciudadanos. Según
Lluís Bassets, “El sistema establecido por los militares es de una gran complejidad para
elegir a los 498 diputados y a los 270 miembros de la cámara alta, quienes a su vez
elegirán a los cien parlamentarios que conformarán la Asamblea Constituyente. Dos
tercios de los diputados son elegidos por sistema proporcional en listas cerradas y el
tercio restante por el sistema uninominal mayoritario”. 188
Este tipo de elección favorece la concentración del voto islamista y la fragmentación
del voto progresista y laico. Así, la amplia mayoría islamista está representada por el
Partido de la Libertad y Justicia surgido de los Hermanos Musulmanes, con casi un 50%
de escaños y, en segundo lugar, el salafista An-Nour con una cuarta parte.189
Haciendo referencia al islamismo político en Egipto, hacer hincapié en los Hermanos
Musulmanes, considerada la organización islamista más grande y antigua del mundo
árabe190. Dicha hermandad no es un partido político en sí, sino una organización religiosa
con vocación política. Además, goza de una amplia implantación en la sociedad egipcia
y se ha propagado progresivamente en la mayoría de los países árabes en donde se ha
dejado ver su influencia ideológica, sobre todo en Siria y Jordania191.
187 Ídem, p. 284. 188 Ídem, p. 285-286. 189 Ídem, p. 286. 190 Fue fundada por Hassan al-Banna en 1928, tras la caída del Imperio Otomano. En sus inicios fue un movimiento no violento que en torno a 1950 ya disponía de dos millones de miembros y se había extendido a otros países como Siria, Palestina y Jordania. En el año 2008 se estimaba que el número de miembros de la organización que pagaban contribuciones oscilaba entre el millón y los cuatro millones. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 70. 191 Lampridi K, Athina. “Los Hermanos Musulmanes: ¿Una fuerza centrífuga o centrípeta?”. Revista CIDOB d’afers internacionals, Nº. 93-94, 2011, p. 112.
54
Su ideología se fundamenta en la no violencia192, el apoyo al renacimiento del islam
y lucha contra el colonialismo y la influencia del mundo occidental.193 Además, esta
organización ganó un gran dinamismo al participar en los movimientos de protesta que
se estaban dando en Egipto en la última década, sin embargo, el abandono de ellos tuvo
gran relación con el declive de la hermandad y su pérdida de capacidad movilizadora. Los
Hermanos Musulmanes, mediante el Partido Libertad y Justicia, pueden estar interesados
en un escenario continuista siempre que obtengan una representación acorde a su
implantación en el país y puedan tomar parte del gobierno. Sin embargo, esto puede ser
costoso debido a que en los últimos años, las divisiones internas de la Hermandad han
dado lugar a una progresiva pérdida de popularidad, credibilidad y apoyo.194 Además,
como vemos con estas oleadas revolucionarias en donde la juventud árabe ha sido muy
influyente y, como indica el sociólogo Patrick Haenni, el islamismo estricto está siendo
superado por un islamismo “light” que no apoyo la ley Sharía ni es defensor de un Estado
Islámico.195
Por otro lado, resulta importante señalar la consideración de algunos autores, como
Athina Lampridi, de la utilización de la hermandad por el régimen de Mubarak para
impedir la creación de un partido político legal que discutiese los poderes recaídos sobre
dicho régimen, al presentarse los Hermanos Musulmanes como única fuerza de oposición,
facilitando así al gobierno egipcio su statu quo.196
A modo de conclusión, añadir que desde el inicio de la revuelta la economía egipcia
no ha dejado de retroceder, debilitándose la inversión extranjera debido a las
incertidumbres políticas, así como los ingresos por turismo. Igualmente, la debilidad
económica mundial ha hecho reducir el flujo de comercio a través del Canal de Suez,
principal fuente de ingresos de Egipto junto con el turismo y las remesas. Además, el
desempleo ha aumentado debido a que la guerra civil libia ha obligado a multitud de
egipcios a retornar a su país. Por su parte, las medidas del Consejo Supremo de las Fuerzas
Armadas para solventar esta coyuntura económica ha sido recuperar los subsidios a los
192 Aunque la doctrina oficial de los Hermanos Musulmanes sea la no violencia, Ayman al-Zawahiri, miembro de Al Qaeda, formó parte de este movimiento antes de exiliarse y convertirse en uno de los líderes del terrorismo internacional. Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 87. 193 Ídem, p. 86. 194 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 83-84. 195 Tahar Ben Jelloun, en su obra “La primavera árabe: el despertar de la dignidad”, alude a una entrevista de Patrick Haenni publicada en Libération el 8 de febrero de 2011, en donde se trata sobre el futuro del poder de los Hermanos Musulmanes. Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 88-89. 196 Lampridi, “Los Hermanos Musulmanes…” op. cit., p. 112/ 124-126.
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alimentos de la cesta básica, aumentar el salario de los funcionarios, lo que a su vez ha
llevado al incremento del gasto público.197 Igualmente, la ayuda norteamericana, que no
se ha interrumpido, ha garantizado una relativa estabilidad en la zona, aunque no es
suficiente por si sola para satisfacer las necesidades de los egipcios ni está garantizada en
un futuro.198
En el caso de Egipto, tras la caída de Mubarak no se ha llegado al final del
autoritarismo, sino que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas ha llevado a cabo
una especie de continuidad y de resistencia al cambio respecto a las directrices del antiguo
régimen, manteniendo el estado de excepción. Sin embargo, las fuerzas democráticas
egipcias no abandonan su afán de hacer de Egipto un lugar verdaderamente democrático,
dándose el surgimiento de nuevos partidos políticos y asociaciones profesionales y
celebrándose las primeras elecciones verdaderamente libres en consejos universitarios y
sindicatos profesionales.199 Sin embargo, la posición hegemónica de los militares egipcios
y los intereses internacionales en la región hacen difícil creer en un Egipto democrático a
corto plazo, y la fachada democrática que el régimen de Mubarak mantenía es utilizada
por las fuerzas conservadoras200 que persiguen mantener el statu quo. De tal modo, la
democracia en Egipto es considerada como un reto y la elección de un nuevo presidente
no contribuyó a la mejora sustancial de la región.
197 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…op. cit., p. 80. 198 Ídem p. 81 199 Ídem p. 82. 200 Los militares egipcios, el oficialista PND y los líderes de los Hermanos Musulmanes. Ídem, p. 83.
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VII. LIBIA. UN FUTURO INCIERTO
Al igual que en la mayoría de los países árabes, en enero de 2011 se dio paso a una
serie de protestas en Libia que no tuvieron mucha entidad. Ante esta situación, Muammar
Gadafi201 empezó a realizar una falsa para agudizar las protestas y anunció una serie de
medidas preventivas como liberar a presos políticos, llevar a cabo planes de gasto social
o bloquear los accesos a redes sociales. Además, intentó convencer a la comunidad
internacional sobre un plan de reformas políticas. Sin embargo, Gadafi, deseoso de no
caer como Ben Ali en Túnez o Mubarak en Egipto, consideró que la única alternativa era
la guerra, apoyándose para ello en las bandas mercenarias que estaban a merced del
dictador. Así, la revuelta libia se caracteriza por la rapidez con la que toma fuerza y
amplitud territorial y la brutalidad de la represión empleada por el régimen.202
El 15 de febrero de 2011 se da paso a la oleada de revueltas de mayor trascendencia
en Libia, estallando en Bengasi203 y desembocando en la caída de Trípoli a finales de
agosto y en el derrocamiento del régimen de Muammar Gadafi en octubre tras su muerte,
la de su hijo Mutasim y varios de sus colaboradores.204
Las causas del levantamiento popular en Libia son similares a las de los demás países
comentados, siendo la represión205 hacia todo tipo de disidencia ideológica, la
omnipresencia de los órganos de inteligencia y seguridad, la ausencia de libertades
individuales y colectivas, o el autoritarismo extremo206 las motivaciones más destacadas.
201 Gadafi, capitán autoproclamado coronel dio un golpe de estado, depuso al rey Idris Senusi en 1969, haciéndose con el poder. Muy pronto, inventó una república, lo que se conoce como Yamahiriya y se fue apropiado de Libia, manteniendo el país bajo su yugo. Además, sustituyó el Corán por el Libro Verde, el cual es a la vez la Constitución y la Biblia, siendo la referencia suprema del país. El sistema dictatorial de Gadafi es una forma de Estado basado en un conjunto de tribus y clanes, en donde no existe gobierno, partidos políticos ni Parlamento, solo Gadafi es el garante de la unidad de Libia. Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 126/129/134. 202 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 264. 203 Bengasi, situada en la región de Cirenaica, la más descuidada por el Estado en cuanto a inversiones, representó siempre el bastión de la oposición al régimen de Gadafi. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 241. 204 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 145. 205 Al igual que en otros países árabes, en Libia, el régimen de Gadafi justificó la represión ejercida como método contra el terrorismo. “El presidente Gadafi afirmó que los manifestantes eran «jóvenes a los que Al-Qaeda ha drogado echándoles píldoras alucinógenas en el Nescafé»”. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 246. 206 Muammar Gadafi, coronel y comandante supremo de las Fuerzas Armadas, fue quien dirigió libia durante cuarenta y dos años. Debido a su variante programa ideológico llevó a cabo grandes cambios de rumbo en el terreno económico, político y social, derivando de ello un exceso de autoritarismo que se ejemplifica en la tradición de hechos y dichos del Profeta Mahoma, supresión de la sunna o la prohibición de instrumentos musicales en espacios públicos, cines o teatros, vestimentas occidentales o la enseñanza de idiomas “imperialistas”. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 157-158.
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Además, encontramos igualmente causas económicas, como la degradación de los
servicios públicos y las privatizaciones impulsadas en los últimos años por el gobierno,
los efectos de la crisis financiera mundial y la negligencia estatal, que se tradujo en el
aumento de los precios de los productos básicos, aumento del desempleo207, inflación,
falta de expectativas laborales entre el sector más joven de la población y la corrupción
crónica. Además, el descontento popular se vio agravado por la agitada política exterior208
y el crítico programa ideológico del régimen de Gadafi.209
En el caso de Libia, el detonante lo encontramos en la detención de Fathi Terbil210
por cinco oficiales de la Agencia de Seguridad Interna, lo que causó un gran resentimiento
entre la población, llevando a esta a concentrarse frente a los cuarteles de la Agencia de
Seguridad en Bengasi para exigir la puesta en libertad de este individuo, manifestación
que recibió una gran represión policial. Tras el estallido de protestas el 15 de febrero, el
desarrollo del conflicto podemos desmembrarlo en tres fases, atendiendo a la división
establecida por Ignacio Gutiérrez de Terán e Ignacio Álvarez-Ossorio.211
Una primera etapa212 abarca el período desde el 17 de febrero213 al 18 de marzo, en
donde las protestas fueron extendiéndose rápidamente a las ciudades más cercanas a la
capital, como Bayda, Darna, Zintán214, Tayurá, Sebrata o Zuara, siendo el principal
obstáculo para el régimen la caída de las ciudades de Zawiya, recuperada después tras un
asedio, y Misurata, entre Trípoli y Sirte, en manos de los rebeldes.215
Con la expansión de las revueltas la represión se fue incrementando, mediante el uso
de las armas de fuego a cargo de las fuerzas a pie, en un primer momento, y
207 En 2010 Libia disfrutaba del mayor índice de desarrollo humano de África, con una gran riqueza petrolífera, sin embargo el desempleo superaba el 20% ya en 2009 y un 16% de las familias carecían de ingresos. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 237. 208 Los vaivenes de la política exterior del régimen de Gadafi pueden consultarse en Gutiérrez; Álvarez Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 162-166. 209 Ídem, p. 153. 210 Fathi Terbil, es un abogado y activista de los derechos humanos, conocido por sus gestiones en defensa del esclarecimiento de la matanza de la cárcel de Abu Selim, en 1996 en donde Gadafi llevó a cabo una ejecución masiva que como resultado tuvo 1200 víctimas. Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 264. 211 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 151-153. 212 Ídem, p. 151. 213 El 17 de febrero, activistas de diversas regiones del mundo árabe convocaron el “Día de la Ira”, inspirado en la revuelta tunecina. Tanto esta concentración como las que le siguieron en el mes de febrero fueron duramente reprimidas por órdenes del régimen. Ídem, p. 148. 214 En Zintán, al sur de Trípoli, cientos de personas marcharon por las calles y se instalaron en varias tiendas de campaña. Tanto allí como en la ciudad de Beida, al este de Bengasi, prendieron fuego a varios cuarteles de la policía. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 245. 215 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 149.
58
posteriormente desde vehículos artillados, helicópteros y cazas de guerra, algo que no
había ocurrido en ninguno de los dos países ya comentados.216
El 18 de febrero, el régimen cortó el acceso a todas las redes sociales de internet, con
la intención de impedir la proliferación de material audiovisual adquirido por los propios
manifestantes en los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.217
A pesar de la violencia extrema, a los pocos días del comienzo de las revueltas, Gadafi
ya había perdido el control de Bengasi, la capital de la Cirenaica, la cual ya nunca volvió
a recuperar. Además, surgió la división del país en dos bloques, por un lado la
Tripolitania, dominada por Gadafi y, por otro lado, la Cirenaica, en manos de los
rebeldes.218
Así, a partir de la primera semana de marzo el régimen reaccionó de forma diligente
aplastando los focos de resistencia en la Tripolitania y frenó el avance de los rebeldes
desde Bengasi mediante una contraofensiva,219 convirtiéndose desde este momento en un
escenario de guerra.220 De este modo, se desencadenó un conflicto armado, con un claro
desequilibrio en cuanto a poder militar entre los dos bandos, actuando los rebeldes bajo
el mando de Consejo Nacional de Transición (CNT).221 El régimen aseguró las plazas
estratégicas de Raas Lanuf y Brega, para fortalecer el control de los enclaves energéticos
y asegurar la estabilidad de Trípoli, dirigiéndose entonces las tropas gubernamentales
hacia Bengasi para el ataque final y fracasando la intención del CNT de ocupar los
principales yacimientos y los centros de procesamiento y distribución de petróleo. Así,
vemos como el interés del régimen era convertir la capital y sus comunicaciones vitales -
desde la frontera tunecina en el oeste hasta Sirte y Briga en el este- en una especie de
cercado con la intención de recuperar la Cirenaica.222
Además, a pesar de la resistencia de algunos países, en la noche del 17 al 18 de marzo
de 2011, gracias a Francia, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó la
resolución 1973, la cual tenía como fin salvar a la población de las amenazas de Gadafi y
216 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 265. 217 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 245. 218 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 265. 219 La contraofensiva contó con la superioridad aérea, el apoyo de las fuerzas del ejército mejor entrenadas, las Brigadas de Gadafi y miles de mercenarios mayoritariamente africanos. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 151. 220 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 245. 221 Ídem, p. 247. 222 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 148.
59
su régimen. Sin embargo, hay que tener en cuenta que dicha resolución no fue suficiente
para poner fin al conflicto en libia que continuó agravado hasta la muerte del dictador.223
Durante la segunda etapa224, del 18 de marzo al 15 de julio, destaca la ofensiva
conocida como “Amanecer de la Odisea”,225 en la que aviones franceses, británicos y
estadounidenses,226 en apoyo a los rebeldes, bombardearon el frente del régimen en torno
a Bengasi y las líneas de abastecimiento y enclaves estratégicos del ejército, siendo
anulada la superioridad aérea del régimen, retirándose sus fuerzas de los alrededores de
Bengasi y concentrándose en la defensa de Raas Lanuf y Brega y el dominio de las
localidades levantisca en el oeste, especialmente Misurata, a la que se impone un cerco
total. La zona sur de la región, con ciudades como Sebha, permanecieron fieles al
régimen.
De este modo, se inicia una guerra de ofensivas y contraofensivas, en donde se hace
evidente el necesario apoyo de las fuerzas occidentales por parte de los rebeldes en su
lucha. Por su parte, el ejército y las brigadas de mercenarios del régimen se ven retraídos
por la dilatación de sus líneas de abastecimiento y las labores de control y represión en la
retaguardia. Un giro en los acontecimientos lo encontramos en el triunfo de los
sublevados en Misurata, los cuales consiguieron el control de la ciudad y abrieron el
puerto a la conexión con Bengasi y el sur de Europa. El 24 de marzo, la OTAN227 asumió
el liderazgo militar de la ofensiva y llevó a cabo una intervención militar denominada
“Operación Protector Unificado” desde el 1 de abril hasta el 31 de octubre228, en donde
los bombardeos en algunos casos mataron a civiles, hombres, mujeres y niños.229 Por otro
lado, la presión internacional impidió la llegada de armamento y mercenarios a Trípoli
223Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 139. 224 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 151-152. 225 La intervención militar Amanecer de la Odisea abarcó el período desde el 19 al 31 de marzo, dirigida por Estados Unidos, Reino Unido y Francia primero –y en la que participaron otros países como España-, y por la OTAN después, evitó un ataque mayor en Bengasi pero abrió el camino para un enfrentamiento extranjero. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 253. 226 Estados Unidos y algunos aliados europeos como Francia y Gran Bretaña apoyaron desde un primer momento la revuelta libia, pidiendo el abandono del país por parte de Gadafi tras la pérdida de legitimidad de su régimen. Añadir que, el apoyo occidental a la revuelta derivó en numerosas conjeturas sobre las verdaderas intenciones de estos países, llegándose a hablar de conspiraciones en pro de beneficiarse del petróleo libio. Esta hipótesis parece verificada cuando, tras ser derrocado Gadafi, comienzan los desembarcos de multinacionales occidentales. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 170. 227Ya en agosto, intelectuales africanos, profesores universitarios, artistas y escritores formaron un comunicado en el cual se juzgaba la actuación de la OTAN como un intento de recolonizar el continente africano. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 255. 228 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 270. 229 Los ataques de la OTAN pueden consultarse en: Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 256-259.
60
desde los Estados vecinos, siendo el régimen aislado del principal puesto fronterizo con
Túnez cuando este es tomado por los rebeldes.
En la tercera y última fase230, desde el 15 de julio al 23 de octubre, tras todos los
acontecimientos anteriores, la capacidad operática el régimen de Gadafi se encuentra ya
muy debilitada. Ahora la contienda se revitalizó en el Yabal al-Garbi, al oeste. A finales
de agosto, las milicias procedentes de Zintán y otras localidades occidentales confluyen
en Trípoli con las procedentes de Misurata y Bengasi, cayendo la capital en pocos días.
La resistencia del régimen se concentró en Sirte, refugio de Gadafi y de sus colaboradores.
El 20 de octubre, Muammar Gadafi, su hijo Mutasim y Abu Bakr Yunis, ministro de
defensa, mueren a manos de los rebeldes en Sirte. Así, el 23 de dicho mes, el presidente
del CNT, Mustafá Abdel Yalil, anunció la liberación total de Libia y el fin del régimen
dictatorial de Gadafi, así como la celebración de elecciones para una Asamblea
Constitucional en el plazo de ocho meses, a las que sucederán nuevas elecciones
parlamentarias y presidenciales en un año.
En cuanto a la muerte del dictador libio existen diversas teorías que deben ser
expuestas. Por un lado, una versión indica que Muammar Gadafi viajaba en un convoy
que fue detectado e interceptado por la OTAN, siendo un caza francés Mirage 2000 el
que disparó contra él y tropas rebeldes las que, tras esto, atacaron al grupo con el que
viajaba. Posteriormente, un funcionario estadounidense de Defensa indicó que tras el
ataque francés un avión estadounidense lanzó otro ataque. Así, tanto Estados Unidos
como Francia se repartieron los honores. Otra versión indicó que Gadafi se encontraba en
un agujero debajo de una vivienda en Sirte. Días después de su muerte, salieron a la luz
varios videos en los que se ve el momento de la captura y las torturas que se emplearon
contra él. La muerte de Gadafi fue tachada de asesinato extrajudicial y Naciones Unidas,
Human Righs Watch y Amnistía Internacional reclamaron la investigación de su derrota.
Durante cinco días el cadáver de Gadafi permaneció en una cámara frigorífica expuesto
al público, convirtiéndose el lugar en un auténtico centro de peregrinación de miles de
libios que habían deseado durante mucho tiempo su fracaso.231
Haciendo referencia a los grupos de oposición al sistema dictatorial del coronel
Gadafi aludir en primer lugar al Consejo Nacional de Transición, máximo órgano de la
230 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 152-153. 231 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 258-259.
61
oposición. Ya en el mes de febrero se produjeron deserciones en el plano político, en
donde incluso ministros de Gadafi se pasaron a la oposición, como por ejemplo Mohamed
Abdul Jalil que se convirtió en el primer presidente del CNT, o Mahmud Jibril, quién
también formó parte del CNT. Por su parte, Abdul Fatah Yunes, ministro del Interior de
Gadafi, se declaró comandante en jefe de las fuerzas armadas de los rebeldes. Otros
cargos destacados del CNT fueron Ali Issawi, ex ministro de Economía y, posteriormente,
embajador de Libia en la India, hasta que se unió a la rebelión, y Omar al-Hariri, que
había participado en el golpe de Estado que llevó a Gadafi al poder. De los treinta y un
integrantes iniciales del CNT libio, al menos veinte habían sido fieles a Gadafi. El CNT,
conforme se iban liberando las localidades por parte de los rebeldes, se fue convirtiendo
en el máximo órgano de gobierno en las mismas. Sin embargo, con el paso del tiempo, se
produjeron divisiones internas en el consejo, pudiendo destacar el asesinato en junio de
2011 de Abdel Fattah Yunes, por su anterior vinculación al régimen gadafista.232
Por otro lado, distintos grupos de la oposición se fueron forjando ya en 1970,
pudiendo dividirse en dos grandes corrientes: el Frente Nacional de Salvación de Libia233
y las Formaciones islamistas234. El Frente Nacional de Salvación de Libia, durante el
alzamiento popular de 2011 se mostró partidario de la intervención extranjera pero
mantuvo diferencias de peso con el grupo de tecnócratas comandados por Mustafa Yibril,
primer ministro del CNT. Por su parte, las Formaciones islamistas, siendo Ansar al-Sharía
la más representativa y de la que hablaremos posteriormente, se convirtieron muy pronto
en una gran amenaza para la estabilidad del régimen, dando su apoyo a las revueltas
iniciadas en febrero. La experiencia militar de los combatientes islamistas favoreció su
predominio militar en las filas rebeldes. De hecho, la propaganda oficial describió el
movimiento del 17 de febrero como una sublevación islamista.235 Podemos destacar el
Grupo Islámico Combatiente Libio, calificado de terrorista por Estados Unidos tras los
atentados del 11-S y acusado de tener vínculos con Al-Qaeda.236 Este grupo, en marzo de
232 Ídem, p. 249-250. 233 El Frente Nacional de Salvación Libia fue fundado por un ex colaborador de Gadafi, Yusuf al-Mugharif, en 1981, en el Sudán de Yaafar al-Numeiri. Como actos declarados contra la persona de Gadafi podemos destacar el fallido atentado en Trípoli en 1984. En 1985, tras la caída de Numeiri, la formación crea el Ejército Nacional Libio, aunque con posterioridad se fue desligando de la lucha armada. El FNSL llevó a cabo un intento de instaurar un sistema democrático en Libia mediante una reunión en 2005 en Londres con varios grupos opositores que no dio sus frutos. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 168-169. 234 El sector islamista está encabezado por los Hermanos Musulmanes, cuya rama libia se fundó en 1950 en Trípoli y Bengasi. Ídem, p. 169. 235 Ídem, p. 168-170. 236 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 250.
62
2011, se puso bajo el mando del CNT y pasó a llamarse Movimiento Islámico de Libia,
convirtiéndose en agosto su líder, Abbdelhakim Beljaj, en el máximo líder de las brigadas
rebeldes de Trípoli. Entre otros veteranos vinculados a corrientes islamistas que habían
dado su apoyo a los rebeldes destaca la figura de Abdul Hakim al-Hasidi que, en 2011,
se convirtió en el líder de los rebeldes en Derna.237
En cuanto a la transición en Libia podemos calificarla de incierta debido a la
inexistencia de formaciones políticas sólidas y la falta de una cultura democrática tras un
largo período dictatorial. En esta transición, los líderes religiosos y las tribus han tenido
un protagonismo determinante. Los primeros, por el prestigio y la imagen de integridad
que han mostrado durante el periodo de dictadura. Los segundos, debido a que conforman
un recurso de organización colectiva y solidaridad social con la población civil.238
Igualmente, los secularistas y los islamistas han tenido un gran protagonismo,
dándose entre ambos continuas disputas derivadas del reparto de funciones en el gobierno
durante el período de transición. Según los islamistas, los secularistas se estaban
aprovechando de la revolución para asegurarse puestos de influencia y fijar las líneas
maestras de la “Libia libre”. Muchos de ellos habían sido colaboradores de Gadafi antes
de formar parte de la oposición y fueron tachados de oportunistas. Otra de las cuestiones
discutidas entre ambas corrientes rondaba en pro de la intervención occidental, aceptando
los islamistas la implicación de la OTAN debido a la superioridad del bando oficialista.239
Por otro lado, las intenciones que presentaron los rebeldes antes de la caída de Gadafi
mediante un borrador constitucional –prohibición de la discriminación por raza, religión,
y opinión política y garantías hacia la mujer en cuanto a su participación en la vida
política, social y económica- no se hicieron realidad y, cuando controlaron el país, dejaron
claro desde el primer momento que Libia se regiría por una Constitución apoyada en la
Sharía.240
Como vemos, la caída del régimen dictatorial de Muammar Gadafi tras su
fallecimiento cerró el periodo dictatorial en Libia, sin embargo, se abrió un nuevo período
de transición repleto de incertidumbres, en donde la “nueva Libia” no ha conseguido crear
las condiciones de seguridad necesarias para iniciar su transición hacia un Estado
237 Ídem, p. 252. 238 Ídem, p. 174. 239 Ídem, p. 174-178. 240Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 275.
63
democrático, creándose una situación de caos. Por otro lado, las fuerzas políticas que
moldean el futuro recaen en un islamismo moderado, vinculado a los Hermanos
Musulmanes, y otro radical y fundamentalista, vinculado a los salafistas, respectivamente
protegidos y financiados por Catar y por Arabia Saudí, y en donde ningún partido laicista
o algún polo de poder militar establecido tendrán cavidad. En el plano político, se mostró
la dependencia que los libios tenían del Estado. Por su parte, el gobierno de transición ha
tenido como principal reto crear un ejército con un liderazgo fuerte y centralizado, capaz
de integrar a las diversas milicias armadas del país, ya que la guerra había dejado gran
cantidad de armamento sin control.241
Así, la inquietante situación actual ha llevado a que algunos autores consideren el
futuro del país de no tener solución242, recayendo la preocupación del futuro de Libia en
la superación del tribalismo, la única estructura real con que cuenta el país, y la
construcción de una democracia viable capaz de gestionar racionalmente los recursos
petrolíferos en provecho de los libios, sin que se extienda la corrupción. 243
Atendiendo a los problemas en el devenir del país que establece Ignacio Fuentes
Cobo244 podemos considerar los siguientes:
1) Proliferación de milicias armadas.245
Los ataques terroristas y las guerrillas descontroladas se han convertido en
acontecimientos habituales en la región. Las milicias más poderosas surgieron de los
primeros levantamientos contra el régimen de Gadafi, cuando cientos de disidentes se
unieron a los rebeldes. A estos, además, se unieron los jóvenes de las regiones del este de
Libia, descendientes de los sectores más deprimidos de la sociedad. Así, progresivamente,
las milicias se fueron reforzando con nuevos voluntarios, apareciendo nuevos grupos
armados autodenominados “Brigadas” o “Compañías”.
241A finales de 2011 se crearon comités locales cuyo objetivo era el control de las armas que la población había poseído durante el conflicto y que, en febrero de 2012, aún conservaban. Rodríguez, op. cit., p. 262-263. 242Fuentes, “Libia y Túnez…” op. cit., p. 175. 243Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 275. 244Fuentes, “Libia y Túnez…” op. cit., p. 176-193. 245 Ídem, p. 176-180.
64
Con el paso del tiempo, la mayoría de las milicias empezaron a depender del
Ministerio de Defensa y muchas se unieron a las Fuerzas del Escudo Libio246, al Servicio
Preventivo de Seguridad247 o al Comité de Seguridad Supremo248.
Por otro lado, el Gobierno libio utilizó a las milicias para combatir la lucha tribal y
étnica aunque los resultados fueron opuestos y esto sólo sirvió para aumentar las tensiones
étnicas. Por su parte, ciertas unidades del Ejército libio, encabezadas por el general Jalifa
Hafter, intentaron un golpe de Estado el 17 de mayo de 2014 para acabar con el poder de
las milicias islamistas. Sin embargo, la ausencia de un Gobierno eficaz y la falta de cultura
política benefician a las milicias que son capaces de impedir que las instituciones
funcionen y provean de servicios públicos básicos a la población.
La solución que se ha estimado es que sean los países de la OTAN los que entrenen
al Ejército y a las fuerzas de seguridad libias fuera del país para que, posteriormente, el
Gobierno libio pueda contar con un aparato de seguridad fuerte. Por su parte, la
comunidad internacional también ha llevado a cabo una serie de iniciativas, con el intento
de relanzar un proceso de desarme en donde están incluidas las milicias. Francia y
Alemania, dispuestas a colaborar, han afirmado asegurar los depósitos de armas,
comprometidas a mejorar la formación de la Policía. Igualmente, Washington, Londres,
Roma y Ankara, se han mostrado dispuestos a formar, en coordinación, unos 15.000
soldados libios en el extranjero. Así, el futuro del Gobierno central podrá contar con un
contingente de tropas para hacer frente a las milicias armadas.
Sin embargo, este proceso no es fácil y de hecho puede resultar contraproducente si
las milicias lo consideran como una amenaza en contra de su statu quo, por lo tanto y, en
palabras de Ignacio Fuentes Cobo, “resultaría mucho más provechoso sacar a las
milicias de las ciudades de Trípoli, Bengasi, Misurata y Zintán, quizás convenciéndolas
a participar en una conferencia nacional de desarme que pudiera ser patrocinada por la
Unión Europea, o las Naciones Unidas”249
246 La función de las denominadas Fuerzas del Escudo Libio, creadas por los comandantes de milicias locales más poderosas, era rellenar la inexistencia de un verdadero Ejército nacional libio, con la finalidad de que sus brigadas fueran incorporadas forzosamente al Ejército regular libio. Ídem, p. 177-178. 247 El Servicio Preventivo de Seguridad se trata de una agencia de información y contrainteligencia que surgió en los primeros días de la revolución para contrarrestar el aparato de inteligencia de Gadafi. Ídem, p. 177. 248 El Comité de Seguridad Supremo depende del Ministerio del Interior y su base se encuentra en Trípoli. Ídem. 249Ídem, p. 179-180.
65
2) Tensiones territoriales.250
Otro de los problemas al que se enfrentan las autoridades libias es a las tensiones
regionales entre Bengasi y Trípoli (este-oeste), así como las existentes entre las regiones
mediterráneas y las de Fezzán (norte-sur).
Estas regiones permanecieron independientes hasta la época de la colonización
italiana a principios del siglo XX. En 1927, el territorio denominado como África del
norte italiana fue dividido en dos colonias: la Cirenaica italiana y la Tripolitania italiana,
las cuales se unificaron en 1934 bajo el nombre de Libia. En 1950, se estableció un
régimen federal bajo la Constitución de 1951 que dividía Libia en tres regiones:
Cirenaica, Tripolitana y Fezzán, las cuales gozaban de una cierta autonomía, siendo la
Cirenaica la región más rebelde durante todo el período colonial, interino británico,
monarquía idrissiana e incluso durante el régimen dictatorial de Gadafi, siendo en esta
región como hemos visto donde comenzaron las revueltas libias de 2011.
El problema que todo esto plantea es que el poder político reside en la capital Trípoli,
situada en la Tripolitania, mientras que buena parte de los recursos energéticos, de los
que hablaremos posteriormente, se encuentran en la Cirenaica. La falta de acuerdo en lo
referente al reparto de las rentas producidas por las ventas de petróleo ha originado que
el tema de la partición de Libia suponga motivos justificados para el surgimiento de
nuevas oleadas revolucionarias o incluso la generación de un conflicto civil.
En la actualidad, la Cirenaica está sometida a dos estructuras políticas: el Consejo de
Transición de la Cirenaica y la Oficina Política de la Cirenaica que, aunque enfrentadas,
comparten una visión federalista del Estado libio. La rivalidad de ambas facciones ha
sumido a las ciudades de Bengasi, Derna y Sirte en una “guerra terrorista”, así calificado
por las autoridades libias.251
Por otro lado, la región de Fezzán, en donde el régimen de Gadafi contó con más
apoyo y fue la principal fuente de reclutamiento de las fuerzas de seguridad y de sus
servicios de inteligencia, presenta otro problema derivado de la existencia de grupos
armados y redes de contrabando transnacionales que están empujando al sur del país hacia
una mayor integración en la región sahelo-sahariana, a la vez que debilitando los lazos
250 Ídem, p. 180- 185. 251Ídem, p. 181.
66
con el Gobierno central. De hecho, los grupos que dominaron el aparato de seguridad de
Gadafi y que constituyeron el núcleo duro del régimen dominan hoy en día actividades
ilegales como el tráfico de armas.
Haciendo referencia a esta región de Fezzán, tras la caída del régimen, se produjeron
divisiones étnicas entre los grupos que habían apoyado a Gadafi que desembocaron en un
conflicto entre los mismos. Así, surgieron nuevos grupos armados por toda la región,
siendo la frontera sur dominio de las distintas facciones tubu y la frontera con Argelia
dominio de los grupos Zintani. Las malas relaciones entre estos supusieron una ruptura
del statu quo inicial que derivó en violentos enfrentamientos en ciudades como Sabha.
Igualmente entran en juego las repercusiones regionales producidas por las tensiones
internas debido a que todo el territorio se encuentra dividido en esferas de influencia,
algunas bajo dominio de una determinada facción, mientras que otras, generalmente las
fronteras, rutas de contrabando, campos petrolíferos, etc., están sometidas a la pugna de
los diversos grupos, “cuyos intereses particulares constituyen un obstáculo para el
restablecimiento de la autoridad estatal y refuerzan las demandas de autonomía, sobre
la base de las rivalidades por el control territorial”. 252 Así, el federalismo se identifica
con el control de un determinado territorio por un grupo determinado, a lo que las demás
facciones se oponen.
De esta forma, aunque los políticos libios y los líderes internacionales centren su
atención en la transición en Trípoli, el sur de Libia seguirá siendo una región inestable y
el hecho de que los movimientos separatistas no se conformen con la autonomía y
reclamen la independencia absoluta seguirá constituyendo un problema.
3) El papel de los recursos energéticos. 253
Libia es uno de los países del continente africano que cuenta con la mayor cantidad
de reservas de petróleo y gas, siendo uno de los principales suministradores mundiales de
petróleos ligeros y dulces que se exportan principalmente a Europa. Esto supone que el
control de los recursos energéticos sea uno de los grandes problemas, quizás el principal,
252 Ídem, p. 184. 253 Ídem, p. 185-190.
67
a los que tiene que hacer frente el Gobierno, siendo el 98% de los ingresos fiscales fruto
de la explotación de estos recursos.
Antes de la revolución, Libia tenía ambiciosos planes respecto al aumento de la
producción petrolera y la apertura de nuevos yacimientos, ambición que, tras el inicio de
las revueltas y a consecuencia del deterioro de la situación de la seguridad, se vieron
truncados. A consecuencia de la inestabilidad política en la región, las exportaciones se
vieron muy afectadas, quedando la producción petrolera reducida al consumo doméstico,
lo que derivó en un colapso económico y una caída del producto nacional bruto anual
muy relevante. A partir de 2012, la situación se fue recuperando progresivamente aunque
se vio interrumpida debido a las protestas laborales que se fueron sucediendo en los
campos e instalaciones portuarias que, a mediados de agosto de 2013, derivaron en la
paralización casi completa de los principales puertos de carga de Sidra y Ras Lanuf, en
las regiones centrales y orientales. En la región occidental, la milicia Zintán cortó durante
dos meses los principales oleoductos254, ocasionando la paralización de la producción.
El flujo gasístico y el gas natural licuefactado igualmente quedaron interrumpidos
durante la guerra, comenzando su recuperación en 2012 aunque sin llegar nunca a los
niveles previos al conflicto.
La importancia de los hidrocarburos como herramienta política ha sido utilizada por
las diferentes milicias, siendo bloqueados por las mismas los campos de producción y
puertos exportadores tanto del este como del oeste de la región desde el verano del 2013
como modo de demandar la inversión de recursos financieros procedentes de estos
recursos en sus regiones, llegando incluso a la venta directa por estas milicias en los
mercados internacionales. Por lo tanto, el mayor peligro que corren las autoridades
centrales libias es la alianza entre las milicias del este y del oeste, lo que supondría la
paralización completa de la producción, al igual que la necesidad del gobierno central de
llevar a cabo un enfrentamiento entre ambas.
En definitiva, el bloqueo impuesto en el este del país sobre los recursos energéticos
ha supuesto un factor contribuyente al fracaso del Gobierno libio. La solución recae en
favorecer aquellas regiones más desfavorecidas, lo que incluye la implantación de un
254 Los principales oleoductos de la región occidental conectaban los campos de El Saharara y el Feel a las terminales de exportación de Zawillah y Mellitah. Ídem, p. 187.
68
sistema federal que recupere las tres entidades históricas de Libia y llevar a cabo un
sistema de reparto de los beneficios obtenidos del petróleo.
4) Yihadismo. El papel de Ansar al-Sharia.255
Como hemos comentado anteriormente, el islamismo radical se ha convertido, desde
el comienzo de la revolución, en una de las principales influencias políticas e ideológicas
en Libia. Hoy en día, numerosos combatientes islámicos son enviados a Siria por parte
de redes yihadistas que operan desde Libia y la influencia de esta corriente se extiende
más allá de sus fronteras.
El islamismo radical y el yihadismo en Libia son fenómenos fuertemente arraigados
en la sociedad, siendo Ansar al-Sharía uno de sus exponentes, pero no el único. Esta
organización se formó a finales del verano de 2011 a partir de varias milicias que habían
participado en el levantamiento, especialmente las brigadas Abu Obayda Bin Al Jarah, la
brigada Malik y la brigada 17 de febrero.256 Este grupo constituye la principal
organización yihadista en Libia, la cual se ha beneficiado de la inestabilidad de la zona
para establecer lazos comunales con la población y las tribus locales, presentándose como
una alternativa al estado y extendiendo su influencia más allá de Trípoli, hasta alcanzar
las ciudades de Sirte, Derna o Ajdabiya.
Entre los objetivos principales de Ansar al-Sharia cabe destacar el intento de evitar la
democratización del país, ya que son profundamente anti-occidentales, llevando a cabo
una lucha para la implantación de la Ley Islámica. Otro objetivo es ganarse el apoyo de
la población y socializar a los jóvenes simpatizantes en el islamismo radical mediante
acciones de carácter benéfico-social.
A mediados de mayo de 2014 el General Haftar lanzó la denominada “Operación
Dignidad”, una ofensiva contra las milicias islamistas del país que ha agravado la
situación dando paso a una guerra abierta entre las autoridades y los islamistas. Así, los
yihadistas, aprovechando la situación de Estado fallido en lo que se ha convertido la Libia
pos-Gadafi tratan de eliminar por completo al Estado libio y declarar emiratos
255 Ídem, p. 190-193. 256 Jordán E, Javier. “Ansar al-Sharia y la inquietante evolución del yihadismo en Libia”, Documento de Opinión del Instituto Español de Estudios Estratégicos, Nº. 145, 2014, p. 4.
69
independientes (como en el caso fallido de Bengasi) o integrados en el Califato Islámico
(como el caso de Derna).257
Concluyendo, Libia tras la muerte de Gadafi se ha convertido en un país sin Gobierno
así como en una nación sin Estado. Durante los últimos años ha reinado el caos y el país
se ha visto integrado en una profunda crisis. Las elecciones del Congreso Nacional
General en julio de 2012 no impidieron el desgobierno y no llevaron a una mejora de la
situación. Además, las milicias armadas actúan a su antojo y el yihadismo se ha ido
fortaleciendo y expandiendo por toda la región. Así, el Gobierno se ha mostrado incapaz
de garantizar un mínimo de seguridad en la región al no ser capaz de controlar a las
milicias ni al saber asumir sus responsabilidades políticas en cuanto al funcionamiento
del Estado. Igualmente, el Parlamento libio no se ha puesto de acuerdo para llevar a cabo
la redacción de la Constitución, formar un Ejército o crear un cuerpo policial empleado
en el control de la región.
Ante esta situación, Libia se enfrenta a unos retos como pueden ser el desbloqueo de
la producción y el transporte de los recursos energéticos así como el restablecimiento de
las exportaciones. Llevar a cabo todos los esfuerzos posibles porque esta región salga del
caos e impedir que el mismo derive en una guerra civil o se imponga algún adversario.
Según Ignacio Fuentes Cobo, “Al final, los libios tendrán que optar entre el diálogo entre
todas las partes que permita la reconciliación nacional y encamine al país hacia un
Estado viable de corte federal, o la guerra civil que mantenga al país en la anarquía,
desestabilice la región y provoque al final la intervención internacional”. 258
257 Ídem, p. 14. 258 Fuentes, “Libia y Túnez…” op. cit., p. 211-212.
70
VIII. CONCLUSIONES
En el trabajo que hemos planteado hemos pretendido analizar cómo, a través de una
serie de acontecimientos en el transcurrir de la denominada Primavera Árabe, la mayoría
de los países partícipes han podido ser testigos de una serie de cambios en el terreno
político, económico y social que han dado paso a un proceso de democratización con el
cambio de las estructuras antaño arraigadas mediante la transformación de las mismas en
unas más cercanas a la democracia. Como plantea Edgar Morin, “El movimiento para
expulsar a los déspotas, irresistible en Túnez y al final victorioso en Egipto, la potente
ola que ha recorrido el mundo árabe […] ha constituido un espléndido amanecer”.259
Como hemos visto, este “amanecer” ha roto, en parte, las trabas en Europa y en buena
parte del mundo, de la reiterada condena que relaciona al mundo árabe con los regímenes
autoritarios.
Los levantamientos que se han ido produciendo en forma de contagio o cadena en el
mundo árabe, desde sus inicios en Túnez, han desembocado, de una manera u otra, en la
democratización de estos países, con las dificultades que dicho proceso conlleva. Esta
democratización de la que hablamos no tiene, ni debe seguir, el modelo occidental, debido
a que la mentalidad, la cultura y los antecedentes religiosos, son muy diferentes.
Igualmente, esta gigantesca ola no debe nada a las democracias occidentales, las cuales,
al contrario, apoyaron los derrocados regímenes autoritarios a los que deseaban perpetuar
en el poder.
Como hemos visto, las sociedades de las regiones árabes parten de una situación muy
difícil y no se enfrentan a un proceso que pueda considerarse fácil debido a que han vivido
sometidas largas décadas, siendo testigos de la privación de los derechos y libertades bajo
todo tipo de argumentos ideológicos y/o religiosos, y de una cruel corrupción que ha
agravado aún más la desigualdad de la distribución de la riqueza. Aun así, el ansia de
libertad y de justicia, igualdad, respeto y cambio político y social es un buen comienzo
para lograr la deseada evolución hacia una sociedad más justa.260
La población árabe partícipe de estas revueltas han demostrado como la desesperación
y la lucha por la dignidad y la libertad está por encima de cualquier tipo de represión. Así,
259 Morin, Edgar. “Nubarrones sobre la Primavera Árabe”. Cuadernos del Mediterráneo, Nº. 20-21, 2014, p. 158. 260 Shawki, El despertar árabe…, op. cit., p. 337-339.
71
las revueltas árabes han hecho caer a cuatro dictadores, han derivado en cambios de
gobierno y de ministros, han impulsado reformas políticas y cambios constitucionales,
han favorecido las políticas sociales, los aumentos salariales y los subsidios al consumo
de alimentos y energía,261 quedando, tras las revueltas, los dictadores, los servicios de
seguridad, los servicios de información, los islamistas, etc., desamparados, siendo testigos
de cómo de fuerte es el pueblo árabe unido. 262
Hemos visto como los jóvenes han jugado un papel más que imprescindible a lo largo
de las revueltas, jóvenes que comparten las mismas exigencias o urgencias, mediante un
movimiento de reclamación y activismo popular que ha jugado con la comunicación, el
intercambio de ideas y proyectos y con el uso de las nuevas tecnologías, haciendo que en
este proceso toda persona, tanto del exterior como del interior de la región en cuestión,
tenga acceso a participar en la revolución. No ha sido fácil. Frente a los regímenes
dictatoriales y frente a los poderes represores la población ha conseguido abrirse paso y,
toda una generación de jóvenes, ha podido asistir a una experiencia única que solo se
produce en momentos muy puntuales de la historia, una experiencia democratizadora.
Además, las poblaciones árabes han dado una lección a aquellas potencias
occidentales que defendían el mantenimiento de las dictaduras para preservar sus
intereses en la región, agitando el espectro del terrorismo y, como hemos visto, la excusa
de que islam y democracia no son compatibles.263 De esta lucha se ha hecho más que
evidente que no hay nada en las sociedades islámicas que las haga incompatibles con la
democracia, los derechos humanos, la justicia social o la gestión pacífica de los
conflictos.264
El cambio que empezó en Túnez, Egipto y Libia no ha terminado únicamente con
regímenes dictatoriales sino que está produciendo efectos demoledores sobre las ideas
recibidas acerca de los árabes y del islam. Las sublevaciones populares han demostrado,
mediante sus exigencias democráticas, que no todos los musulmanes siguen la corriente
islamista radical sino que hay islamistas demócratas, árabes que no practican la religión
musulmana, como por ejemplo árabes cristianos, musulmanes que desean estados laicos,
261 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 323. 262 Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 143-144. 263 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 16. 264 Gutiérrez; Álvarez Ossorio, Informe sobre las revueltas árabes…, op. cit., p. 15.
72
musulmanas feministas, árabes ateos y, sobre todo, un afán de progreso por parte de la
población. 265
Así, han cambiado las relaciones del mundo entero con los países árabes y de los
países árabes entre sí, abriéndose un mapa geopolítico renovado. Debe de interpretarse
esta oleada revolucionaria como una manifestación del desplazamiento del poder global
y de la emergencia de nuevos poderes en el mundo en detrimento de los poderes clásicos.
Todos los países de la zona tienen un largo recorrido que hacer en lo referente a sus
recursos naturales, su capacidad de integración económica y comercial y al desarrollo de
su potencial humano que hasta ahora ha estado ahogado en el paro, la corrupción, la
marginación y la pobreza.266 Por lo tanto, la primavera árabe sería la reacción sistémica
al desplazamiento de poder mundial por parte de un bloque de países que habían quedado
al margen de la globalización gracias a sus regímenes bloqueados y a sus alianzas con
Estados Unidos y Europa. Nada predetermina que los árabes consigan convertirse en una
fuerza efectivamente emergente, sino que, en palabras de Lluís Bassets “son sus clases
medias en el sentido más amplio, en todo caso, las que pugnan con las clases medias del
resto del planeta, pero sobre todo con las europeas y americanas, por compartir la
riqueza, el consumo, los sistemas de bienestar y también las formas de gobierno
democráticas que hasta ahora les habían sido hurtadas”267
Hemos visto como en Túnez, en donde más se ha avanzado, las demandas
revolucionarias fueron desapareciendo de la escena pública tras la celebración de
elecciones. En Egipto, la junta militar ha mantenido la represión, la violencia y la censura.
Libia, por su parte, ha sufrido una guerra civil en la que entran en escena actores
internacionales y presenta un futuro incierto. En otros países árabes, los dirigentes han
adoptado medidas o, por el contrario, han reforzado la vía del control policial.268
Por lo general, los regímenes que se han visto sacudidos por grandes movilizaciones
han tratado de manipular las contradicciones confesionales, étnicas, tribales o regionales
para fomentar un clima en el que justificar su propia supervivencia, amparándose en la
necesidad de preservar la estabilidad y evitar el caos. No procede hablar, por el momento,
del fin del autoritarismo en el mundo árabe, puesto que en la mayor parte de estos países
265 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 16. 266 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 324. 267 Ídem, p. 356. 268 Gutiérrez; Álvarez Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 12.
73
sigue presente. Pero de lo que no cabe duda es que los movimientos sociales han mostrado
ser capaces de desafiar al aparato represivo y al régimen dictatorial.269 Las dificultades
de las transiciones árabes no permiten establecer con certeza que la salida final sea el
establecimiento de gobiernos democráticos. Lo que aún no ha cambiado en esta región
puede cambiar si las transiciones se encarrilan realmente hacia Estados fiables, prósperos
y democráticos. Aunque el ritmo de estos acontecimientos es más lento y se encuentra
con más dificultades que la caída de los primeros dictadores árabes. 270
No se nos puede olvidar el número de hombres y mujeres que han muerto en las
revueltas árabes, sea el país que sea, por dar vida a unos valores en unas sociedades que
durante mucho tiempo han sido marginadas de la libertad y la justicia. Al igual que sus
padres y abuelos lucharon por la independencia y contra el colonialismo, los hombres y
mujeres de hoy en día no dudan en salir a la calle a reivindicar sus derechos. 271
Por otro lado, la Primavera Árabe ha revelado importantes deficiencias económicas272
ya que a pesar de la mejora de algunos indicadores de pobreza y desigualdad o de algún
avance en materia de reformas estructurales, lo que sigue en pie es un alto desempleo,
malas condiciones de vida, falta de oportunidades económicas, que han derivado en un
sentimiento de decepción en la mayor parte de la población.
La Primavera Árabe dejó en claro que el sistema económico y las instituciones de
países como Túnez, Egipto o Libia necesitaban un cambio. Aunque ha habido un cierto
progreso debemos atender a una serie de dificultades y debilidades fundamentales de la
economía en estas regiones.
Por un lado, nos encontramos con un aislamiento relativo de la economía mundial y
su fragmentación como región debido a las altas barreras al comercio y a los mercados
monopólicos.273 Esto se ha traducido en una lenta modernización económica, una limitada
transferencia de tecnología y baja competitividad y productividad, siendo el desempleo
de estos países uno de los más altos del mundo, particularmente para las mujeres y los
269 Ídem, p. 25. 270 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 327. 271 Ben J, Tahar. “ Primavera árabe: un balance desigual”. Cuadernos del Mediterráneo, Nº. 20-21, 2014, p. 161. 272 Mazarei, Adnan; Mirzoev, Tokhir. “ Cuatro años después de la primavera” . Finanzas y desarrollo: Vol. 52, Nº. 2, (junio), 2015, p. 55-57. 273 Esta región concentra menos del 1% del mercado mundial de las exportaciones de productos distintos de los combustibles y menos de una décima parte de las exportaciones están destinadas a permanecer en la región. Ídem, p. 55.
74
jóvenes, al mismo tiempo que el acceso al financiamiento es uno de los más bajos a nivel
mundial.
Hay que tener en cuenta que esa oleada de protesta se inició cuando el mundo no se
había recuperado aún de la crisis financiera mundial. Este contexto externo junto con los
trastornos de la economía interna, tensiones sociales, etc., ha frenado el desempeño
económico, reducido el comercio y la inversión y ha aumentado la vulnerabilidad.
También hay que tener en cuenta que estos países han evitado caer en graves crisis
económicas y mantener un crecimiento económico relativamente positivo mediante un
doble proceso. Por un lado, vaciando las reservas de divisas y acumulando deuda pública
al aumentar el déficit, como por ejemplo Egipto. Por otro lado, gracias a una mayor
estabilidad interna y a la ayuda externa la mayoría de los países han sido capaces de
reconstruir gradualmente sus reservas externas y comenzaron así a reducir su déficit
presupuestario.
Además se han llevado a cabo progresos como comentábamos anteriormente, por
ejemplo la reducción de los subsidios a la energía, liberando recursos para destinarlos a
una protección social. Igualmente, medidas para mejorar el clima de negocios, como la
competencia, el régimen de quiebra y las normas relativas a la inversión, así como
fortalecer la política y administración tributaria e implementar una reforma del sector
financiero. También se han llevado a cabo planes para estimular la creación de empleo y
reducir el desajuste entre oferta y demanda de competencias en el mercado laboral.
Sin embargo, su dependencia del sector público es todavía elevada, y el sector privado
es reacio a intervenir y crear empleo. Además, no se han creado redes de protección social
adecuadamente focalizadas y el acceso a los servicios básicos sigue siendo insuficiente.
En consecuencia, los resultados económicos a nivel de los hogares no han mejorado, y en
algunos casos incluso han empeorado desde 2011.
El desempleo creció en la mayoría de los países, alimentado por un crecimiento
económico todavía insuficiente. Este desempleo es más preocupante entre los jóvenes y
las mujeres, siendo por ejemplo en Túnez de un 37%. Por su parte, el ingreso medio per
cápita no varió en países como Egipto o Jordania y creció solo levemente en Túnez y
Marruecos. De tal modo, el bienestar individual siguió siendo bajo, creándose un
sentimiento de frustración y descontento social entre la mayor parte de la población.
75
Es evidente que los países deben adoptar ambiciosas reformas relativas a la
gobernabilidad, construir un entorno favorable en lo referente al tema de los negocios,
implementar reformas laborales y educativas, formar redes eficientes de protección
social, para lo que hace falta voluntad política, determinación y apoyo de la comunidad
internacional.
Poniendo fin a este estudio decir que, una vez liberados los países de sus gobiernos
dictatoriales y llegados a la celebración de elecciones democráticas los países árabes han
asistido a la tarea más difícil, consistente en el desmantelamiento de las estructuras del
antiguo régimen, crear nuevas instituciones y acabar con la corrupción y la represión. Esta
tarea, en la que el funcionamiento normal se mezcla con los cambios, supone que las
transformaciones no sean visibles a corto plazo, lo que no significa que no las haya.274
274 Shawki, El despertar árabe…, op. cit., p. 346.
76
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80
X. ANEXO. CRONOLOGÍA GENERAL SOBRE LAS REVUELTAS ÁRABES 275
� 17 de diciembre de 2010: se produce la inmolación de Mohamed Bouazizi en
Túnez, iniciándose así las denominadas revueltas árabes.
� 24 de diciembre de 2010: se produce la primera víctima durante la represión
policial en Menzel Bouzaiene.
� 27 de diciembre de 2010: la revuelta alcanza la capital tunecina.
� 4 de enero de 2011: muere Mohamed Bouazizi.
� 8 de enero de 2011: aumentan las revueltas y las víctimas. Las revueltas se
extienden por todo el centro y el oeste del país.
� 9 de enero de 2011: en Túnez, los partidos de la oposición exigen la dimisión de
Ben Ali.
� 14 de enero de 2011: Ben Ali huye de Túnez hacia Arabia Saudí.
� 15 de enero de 2011: Inicio de las protestas en Yemen. En Túnez, Fued Mebaza
es nombrado presidente interino.
� 20 de enero de 2011: en Yemen se produce la primera manifestación que cuenta
con los partidos de la oposición.
� 21 de enero de 2011: en Argelia se crea la Coordinadora Nacional para el Cambio
y la Democracia, comenzando las manifestaciones.
� 25 de enero de 2011: se da comienzo a la revolución en Egipto, que coincide con
el “Día de la Policía”. Se produce el arresto de más de quinientos egipcios y tres
víctimas en Suez.
� 27 de enero de 2011: en Egipto se llevan a cabo corte en internet y presiones a las
empresas de telefonía móvil con el objetivo de restringir los servicios de
mensajería. Sin embargo, se lleva a cabo la convocatoria de más manifestaciones
mediante folletos que se distribuyen en los alrededores de El Cairo.
275 Esta cronología abarca el período desde el 17 de diciembre de 2010 hasta el 1 de noviembre de 2011. Para establecer esta cronología nos apoyamos en la cronología básica que presentan Ignacio Gutiérrez de Terán e Ignacio Álvarez Ossorio en Informe sobre las revueltas árabes: Túnez, Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria. Guadarrama (Madrid): Ediciones del Oriente y Mediterráneo, 2011, págs. 211-222.
81
� 28 de enero de 2011: Aumento de la represión en las manifestaciones y, por
consiguiente, del número de víctimas. Implantación del toque de queda. La sede
del partido gubernamental es incendiada.
En Túnez se lleva a cabo el nombramiento de un gobierno de unidad nacional.
� 1 de febrero de 2011: en Egipto se reúnen aproximadamente un millón de personas
en la plaza Tahrir. Mubarak se compromete a abandonar el poder en septiembre y
no inmediatamente, lo que despierta aún más la ira de los manifestantes.
En Palestina, Hamás impide que en Gaza se celebren manifestaciones solidarias
con Egipto.
� 2 de febrero de 2011: en El Cairo se restablecen los servicios de internet de manera
parcial, tras un apagón de cinco días. Los manifestantes de la plaza Tahrir son
atacados por matones pro Mubarak.
En Palestina siguen disolviéndose las manifestaciones solidarias en apoyo al
pueblo egipcio.
� 4 y 5 de febrero de 2011: en Siria fracasa lo que se conoce como “Día de la Ira
Siria”.
� 6 de febrero de 2011: en Egipto se lleva a cabo un homenaje hacia las víctimas.
Los Hermanos Musulmanes aseguran actuar a favor de los manifestantes,
mediando con el gobierno para que se lleven a cabo reformas.
En Túnez, se suspende la actividad del RCD.
� 8 de febrero de 2011: en Egipto se anuncia reformas constitucionales y legislativas
con el objetivo de terminar con las revueltas.
� 10 de febrero de 2011: en Egipto, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas se
reúne sin la presencia de Mubarak. Mubarak mantiene su negativa de abandonar
la presidencia.
En Palestina, miles de palestinos se reúnen en la plaza de Manara en Ramallah.
� 11 de febrero 2011: Mubarak renuncia a la presidencia y el poder es transferido al
Consejo Militar de las Fuerzas Armadas, el cual gobernará Egipto en un período
de transición.
� 12-19 de febrero de 2011: en Argelia se impiden las concentraciones en las vías
públicas.
� 13 de febrero de 2011: la Autoridad Palestina anuncia nuevas elecciones para
tratar de frenar las protestas en la calle.
82
� 14 de febrero de 2011: se da inicio a las protestas populares en Bahréin, dándose
una fuerte represión que causa las primeras víctimas y heridos.
� 16 de febrero de 2011: en Irak/Kurdistán, se llevan a cabo manifestaciones y
marchas en diversas ciudades kurdas.
� 17 de febrero de 2011: en Siria, los comerciantes llevan a cabo una manifestación
en el zoco de Damasco contra los abusos policiales.
En Egipto, el ejército declara que no presentará candidatos a las elecciones
presidenciales y se lleva a cabo la detención de importantes figuras del antiguo
régimen, como por ejemplo el ex ministro del Interior, Habib el-Adly.
En Libia, tras una serie de manifestaciones en Bengazi y otras localidades, estalla
la revolución. Se llevan a cabo diversas dimisiones y, en tan solo cinco días, se
establece la cifra de víctimas en doscientas.
� 18 de febrero de 2011: en Túnez, se lleva a cabo el Decreto-ley de creación de la
Instancia Superior para la realización de los objetivos de la revolución, la reforma
política y la transición democrática.
En Palestina, los manifestantes reclaman el fin de la división política entre Fatah
y Hamás.
� 19 de febrero de 2011: en Bahréin, las fuerzas de seguridad abandonan la Plaza
de la Perla, estableciéndose en la plaza manifestantes diversamente organizados.
� 20 de febrero de 2011: en Yemen, el movimiento de los huziín, enfrentado al
gobierno central, se une a los grupos de activistas antigubernamentales.
En Marruecos, nace el movimiento 20 de febrero, dándose manifestaciones
pacíficas en todo el país a excepción de Alhucemas, donde se establecen cinco
víctimas.
� 21 de febrero de 2011: en Libia se lleva a cabo la primera reacción oficial al
levantamiento popular, a cargo de Sayf al-Islam, hijo de Gadafi.
En Marruecos, se lleva a cabo la primera inmolación contra el sistema en frente
del ayuntamiento.
� 23 de febrero de 2011: en Argelia se levanta el estado de excepción, vigente desde
1992.
� 25 de febrero de 2011: en Libia se forma el Consejo Nacional Transitorio en
Bengasi. Los rebeldes controlan toda la región oriental.
En Irak, da comienzo una campaña de concentraciones pacíficas en Bagdad que
se sucede cada viernes como forma de protesta.
83
� 26 de febrero de 2011: en Libia, se lleva a cabo el embargo de armas y
confiscación de bienes en el extranjero de la familia Gadafi. Se prohíbe la entrada
a los Estados Miembros de los principales dirigentes y responsables de los
servicios policiales y militares del régimen de Gadafi.
� 27 de febrero de 2011: en Omán, se registran movilizaciones populares que
empujan al sultán Qabús a anunciar una serie de reformas políticas e incentivos
económicos.
En Túnez, Béji Caïd Essebsi releva a Mohamed Ghannouchi como primer
ministro.
� 6 de marzo de 2011: se lleva a cabo una serie de manifestaciones en Libano para
impedir el fin del sistema confesional.
� 7 de marzo de 2011: en Omán, el sultán Qabús anuncia la creación de una
comisión para estudiar el modo de aumentar y reforzar las competencias del
Parlamento, formado por dos cámaras.
� 13 de marzo de 2011: tropas del Escudo de la Península Arábiga entran en Bahréin
para poner fin al desorden.
� 15 de marzo de 2011: en Siria se lleva a cabo un llamamiento para manifestarse
contra la Ley de Emergencia y contra la tiranía. Esta fecha está considerada como
punto de partida de la revuelta siria.
En Bahréin se declara el estado de emergencia, se reprimen las manifestaciones y
manifestantes y miembros de la oposición son encarcelados.
� 16 de marzo de 2011: en Siria, opositores y familiares de los presos políticos
llevan a cabo una manifestación pacífica frente al Ministerio del Interior, en donde
se llevan a cabo arrestos.
� 17 de marzo de 2011: en Libia, se decreta una zona de exclusión aérea y Naciones
Unidas establece una resolución que permite llevar a cabo cualquier tipo de
medida para la defensa de la población civil.
� 18 de marzo de 2011: en Bahréin la monarquía derriba el monumento de la Perla,
símbolo de las manifestaciones.
En Siria prosiguen las manifestaciones, esta vez en contra del arresto de quince
niños.
En Yemen se establece el estado de emergencia.
� 19 de marzo de 2011: en Libia, las fuerzas aéreas de la OTAN bombardean a las
tropas de Gadafi que se disponían a atacar Bengazi.
84
En Egipto, un referéndum establece modificaciones en la nueva Constitución que
es aprobado por un 77,27% de los votos.
� 20 de marzo de 2011: primeras movilizaciones en Arabia Saudí.
� 21 de marzo de 2011: en Yemen se suceden deserciones militares y dimisiones de
representantes políticos.
� 25 de marzo de 2011: en Jordania, un ataque organizado por bandas armadas
partidarias de la corona provocan un muerto en Amán. Además, las autoridades
anuncian reformas políticas.
� 26 de marzo de 2011: en Siria, la ciudad costera de Lataquia es rodeada por los
tanques del ejército sirio. La jornada de manifestaciones se salda con varias
víctimas.
� 29 de marzo de 2011: En Siria, el presidente disuelve el gobierno.
� 30 de marzo de 2011: Aumentan las manifestaciones en Siria cuando una minoría
de manifestantes son acusados por el régimen de sembrar el caos.
� 7 de abril de 2011: Se anuncia en Siria un decreto presidencial que concede la
nacionalidad siria a decenas de miles de kurdos.
� 18 de abril de 2011: en Túnez se crea la Instancia Superior Independiente para las
Elecciones para garantizar el carácter democrático, pluralista y transparente de las
mismas.
En Siria, se lleva a cabo una masacre en Homs, en donde las fuerzas de seguridad
reprimen con gran violencia una protesta en el centro de la ciudad.
En Irak/Kurdistán, 81 heridos entre manifestantes y policías en Suleimaniya.
� 19 de abril de 2011: en Siria, el Consejo de Ministros aprueba el levantamiento
de la Ley de Emergencia. Se reconoce el derecho a manifestarse de manera
pacífica.
� 20 de abril de 2011: se inicia en Sáhara una campaña de sentadas y
concentraciones de ciudadanos.
� 22 de abril de 2011: en Bahréin, la oposición denuncia la demolición por parte del
gobierno de más de treinta mezquitas chiíes.
� 25 de abril de 2011: en Siria, tanques del ejército penetran en la ciudad meridional
de Daraa.
� 10 de mayo de 2011: en Túnez, un decreto-ley regula el procedimiento de elección
de la Asamblea Constituyente y se aplaza la fecha de elecciones al 23 de octubre.
85
� 14 de mayo de 2011: en Libia se da inicio al declive definitivo del bando
gubernamental.
� 1 de junio de 2011: se declara el final del estado de emergencia en Bahréin.
� 3 de junio de 2011: en Yemen se lleva a cabo un atentado en la mezquita del
palacio residencial en donde el presidente Saleh sufre graves heridas que le llevan
al abandono del país para ingresar en un hospital saudí.
� 7 de junio de 2011: en Marruecos, Mohamed VI anuncia una propuesta de reforma
constitucional que, aunque refuerzan las competencias del presidente del gobierno
y el Parlamento, en esencia, consagran la preponderancia del rey como máximo
gobernante del país.
� 10 de junio de 2011: en Irak, la policía carga contra una manifestación pacífica en
Bagdad.
� 20 de junio de 2011: Bashar al-Asad denuncia un complot contra sitia y anuncia
nuevas reformas.
� 29 de junio de 2011: en Bahréin se crea la Comisión de Investigación
Independiente encabezada por el jurista Mahmoud Cherif Bassiouni.
� 16 de julio de 2011: se anuncian los resultados del referéndum sobre las reformas
constitucionales anunciadas en marzo. Un 97% de los que asistieron a las urnas
dan su visto bueno.
� 29 de julio de 2011: creación del ejército de la Siria Libre que, en cuestión de
meses, llega a contar con 10.000 efectivos.
� 3 de agosto de 2011: en Egipto comienza el juicio contra Mubarak por corrupción
y por llevar a cabo actos represivos en contra de las manifestaciones populares.
� 21 de agosto de 2011: en Libia, los rebeldes entran en Trípoli y cercan a las tropas
gubernamentales en los alrededores de la Plaza Verde y el cuartel general de
Gadafi.
� 1 de septiembre de 2011: en Libia, se da comienzo al cerco de Sirte, fracasando
los intentos de negociación.
� 9 de septiembre de 2011: manifestaciones egipcias atacan la embajada israelí de
El Cairo y el embajador huye del país.
� 16 de septiembre de 2011: en Kuwait se celebra la primera manifestación 100%
popular sin presencia de miembros del Parlamento.
� 18 al 24 de septiembre de 2011: cientos de muertos en Yemen en la Plaza del
Cambio de Sanaa.
86
� 21 de septiembre de 2011: Las manifestaciones continúan en Kuwait en donde se
exige la dimisión del primer ministro, miembro de la familia real.
� 23 de septiembre de 2011: en Yemen, el presidente Saleh regresa a Sanaa.
� 24 de septiembre de 2011: En Arabia Saudí, el rey Abdullah concede el derecho
a voto y a presentarse como candidatas a las mujeres para las elecciones
municipales de 2015. Se anuncia que el Consejo Consultivo (Shura) podrá contar
con miembros femeninos.
� 2 de octubre de 2011: se lleva a cabo la formación en Estambul del Consejo
Nacional Sirio, que promueve la instauración de un sistema democrático en Siria.
� 9 de octubre de 2011: en Egipto se produce lo que se conoce como el “Domingo
sangriento”, en El Cairo. Una de las peores jornadas desde la caída de Mubarak
en donde mueren cuatro personas y trescientas veintinueve resultan heridas.
� 10 de octubre de 2011: el Consejo Nacional Transitorio Libio reconoce al Consejo
Nacional Sirio y ordena el cierre de la embajada siria en Trípoli. Libia es el primer
Estado del mundo en tomar esta decisión.
� 15 de octubre de 2011: en Jordania crece la tensión en diversas regiones del país
entre opositores y el gobierno.
� 19 de octubre de 2011: en Kuwait tiene lugar la mayor manifestación hasta
entonces, con 10.000 participantes.
� 20 de octubre de 2011: en Libia, Gadafi y su hijo mueren a manos de los
milicianos en Sirte en extrañas circunstancias. Los indicios apuntan a que ambos
fueron ejecutados mientras estaban retenidos. Tres días después, el
� 23 de octubre de 2011: en Túnez, se lleva a cabo la Celebración de elecciones a
la Asamblea Constituyente, las primeras en uno de los países partícipes de las
revueltas y en las que se dieron elevados índices de participación.
� 31 de octubre de 2011: Los resultados de las elecciones en Túnez confirman el
triunfo de los islamistas de En-Nahda. Se lleva a cabo negociaciones para un
gobierno de coalición.
� 1 de noviembre de 2011: en Libia, el Consejo Nacional Transitorio nombra primer
ministro a Abderrahman Keb y le encarga formar gabinete. Este se compromete
en trabajar en pro de un Estado respetuoso con los derechos humanos, el desarme
de las milicias y la celebración de elecciones en un año.