la problemática de los géneros-charaudeau

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La Problemática de Los Géneros-Charaudeau

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La problemtica de los gneros.De la situacin a la construccin textual*The genre problems. Form situation to text constructionPatrick CharaudeauUniversidad de Pars XIII, FranciaDireccin para Correspondencia

RESUMENSi nos referimos a los escritos que tratan la cuestin de los gneros, y si nos apartamos de la tradicin literaria, percibimos que esta problemtica se aborda de diversas maneras dando origen a mltiples descripciones, definiciones y tipologas, segn: las caractersticas formales de los textos, las actividades lingsticas puestas en marcha, la naturaleza comunicativa en la cual se inscriben los textos o el anclaje social manifestado. De hecho, estos diferentes aspectos estn ligados entre s, pero es preciso reunirlos en torno a una problemtica comn. Este es el propsito de este artculo. Por ello, se revisan brevemente diferentes aproximaciones acerca del gnero y se propone un enfoque semio-discursivo. Este se apoya en una teora de la situacin de comunicacin como un lugar en que se establecen las restricciones que definen las reglas del juego del acto de lenguaje y determinan al mismo tiempo el marco de la escenificacin del discurso. La situacin de comunicacin en donde se elaboran lasinstrucciones de sentidopara esta escenificacin se transforman, por tanto, en uncontrato, factor fundante del gnero. As, el gnero se construye a travs del filtro de los diferentes niveles de estructuracin del acto de lenguaje: el nivelsituacionalde las restricciones, el nivel de laorganizacin discursiva, determinadapor las instrucciones situacionales y el nivel de lasmarcas formales, ms o menos recurrentes, necesarias paraconfigurar lingsticamente la organizacin discursiva.Palabras Clave:contrato de comunicacin, objetivo discursivo, texto, tipologa, discurso .

ABSTRACTWhen reviewing existing work on genre from a point of view different from that of literary tradition, it is possible to perceive that this issue is addressed in various forms, originating different descriptions, definitions and typologies, depending on the formal characteristics of the texts, the linguistic activities started, the communication concept in which the texts are inscribed or the social basis of the text. In actual fact, all these aspects are correlated, but it is important to organise them around a common problem area. That is the purpose of this article. Different approaches to genre are briefly reviewed and a semio-discursive approach is suggested, supported on a theory that proposes communicational situation as the area where the restrictions defining language rules are established, at the same time determining the scenario for discourse. The communicational situation wheresense instructionsare elaborated for this scenification becomes thecontract, genres founder factor. Consequently, genre is built through the filter of the different structure levels present in the linguistic act: thesituationallevel of restrictions, the level ofdiscursive organisationdetermined by situational instructions and the level of more or less recurrentformal marks(or markers), necessary to give linguistic configuration to discursive organisation.Keywords:comunication contract, discursive object, text, typology, discourse.

Una manera de plantear los problemasEn Charaudeau (1997), en un artculo de la revistaRseaux, titulado "Las condiciones para una tipologade los gneros televisivos de informacin", se presentabanlos problemas que plantea la nocin de gnero.Me apoyaba, en esa ocasin, en las diferentescategoras que nos ha entregado la tradicin literariapara poner en evidencia la diversidad de los criteriosa los cuales esta recurra y, finalmente, para cuestionarsu pertinencia cuando se trata de clasificar textosno literarios. Me percato ahora que realic en esemomento el ejercicio clsico de escribir un artculoque consiste en hacer "una revisin crtica de la cuestin" ms que plantear mi propio punto de vista. Perolo que es sintomtico, en este caso, es haberme referidocomo otros a la tradicin literaria como si el problemade los gneros no pudiera ser tratado sino porreferencia a aquello. Evidentemente, somos herederosde esta tradicin, pero ahora me parece un errorque se debe enmendar y que es preferible replantearel problema desde otra ptica. Por otra parte, si nosremontamos a la Antigedad, nos damos cuenta quedesde esa poca han coexistido dos problemticas.Una, procedente de la posicin del poeta de la Greciapre-arcaica, la cual, inspirada en los dioses, tena asu cargo exaltar a los hroes (gneros pico yepidctico) y resolver los enigmas (los mitos), lo queha derivado en codificar la poesa en un cierto nmerode gneros, tales como el pico, el lrico y el dramtico.Otra, generada en la necesidad de administrarla vida de la ciudad y los conflictos comerciales ypolticos, que se origin en la Grecia clsica y tuvo suapogeo en la Roma ciceroniana, haciendo del discursopblico un instrumento de deliberacin y de persuasinpoltica. Es, pues, en esta segunda pticadonde me inscribir y retomar ciertos intentos dedefinicin de los gneros no literarios para de una uotra manera plantear los problemas e intentar hacermis propuestas.Se puede considerar, evidentemente, en forma simplificada que el problema de los gneros no literarios ha sido o es abordado de diversas maneras: a) determinando "lugares de habla" lugares sociales, decan los clsicos que resultan de la manera en que una sociedad estructura, institucionalmente, la prctica social en grandes sectores de actividad: lo poltico, lo religioso, lo jurdico, lo cientfico, lo educativo, etc.; b) basndose en las grandes "funciones" de la actividad comunicativa, segn el polo del acto de comunicacin hacia las cuales estn orientadas. Son las ya conocidas funciones de Jakobson (1963) (emotiva, conativa, ftica, potica, referencial y metalingstica) o de Halliday (1973,1974) (instrumental, interaccional, personal, heurstica, imaginativa, ideacional, interpersonal, etc.); c) fundndose en la "naturaleza comunicacional" del intercambio verbal que es, como lo propone Bajtn (1984), "natural", espontneo (gneros primarios), o "construidos", institucionalizados (gneros secundarios); o como lo proponen otros, textos dialgicos o monolgicos, orales o escritos; d) apoyndose en el "aparato formal de la enunciacin", como lo ha propuesto Benveniste(1969) con la oposicin "discurso/relato", y otros queen esta lnea o en aquella de los trabajos de Culioli,elaboran clasificaciones en funcin de las marcasenunciativas; intentando definir "tipos de actividadescomunicativas", que tienen un valor ms o menosprototpico, tales como narrativo, argumentativo, explicativo,descriptivo, etc.; e) describiendo las caractersticasformales de los textos y uniendo las marcasms recurrentes para concluir en la determinacin deun gnero textual1. f) finalmente, buscando determinarun campo de produccin del discurso segn textosfundantes, cuya finalidad es determinar los valoresde un cierto mbito de produccin discursiva, comopueden ser el discurso filosfico, el discurso cientfico,el discurso religioso, el discurso literario, etc. (cfr.Maingeneau & Cossuta, 1995)2. Esta rpida revisinde las maneras de abordar la nocin de gnero no pretende ser exhaustiva. Se trata de recordar brevemente, por si fuera necesario, la complejidad de la problemtica, mostrando que lo que se ha tomado en cuenta para definir esta nocin se relaciona tanto con elanclaje socialdel discurso, con sunaturalezacomunicacional, con lasactividades comunicativaspuestas en prctica, como con lascaractersticas formalesde los textos producidos. Ahora bien, uno puede preguntarse si estos diferentes aspectos no estn ligados. Los retomar, pues, aqu para poner en evidencia los problemas que plantean cuando se los considera separadamente y proponer un modo dearticularlos.En primer lugar, el aspecto del anclaje social quefunda los gneros, relacionndolos con las diferentesprcticas sociales que se instauran en una sociedad.Estas pueden representar, para los actorescomunicativos, un rol emprico de punto de referenciasin el cual, como lo dice Bajtn (1984), "el intercambioverbal sera imposible", pero se puede llegara considerarlos como un campo estructurado (en elsentido de Bourdieu), donde se instauran relacionesde fuerzas simblicas entre los actores, relaciones defuerzas ms o menos jerarquizadas e institucionalizadas segn un campo determinado. Estos camposque yo prefiero llamar "campos de la prcticadiscursiva", porque esta denominacin remite ms ala experiencia comunicativa determinan de antemanola identidad de los actores que all se encuentran,los roles que deben asumir, lo que hace que los significadosde los discursos que all circulan sean fuertementedependientes de la posicin de susenunciadores. Radicalizando este punto de vista, sepodra decir que el estatus del actor y el rol que estedesempea son determinantes para juzgar la adecuacinde un discurso a un contexto en el cual se produce.As, todo discurso estara marcado por el sello deuna cierta "performatividad", ya que el actor social,que est en el origen enunciativo, sera reconocidoen su estatus: no es ya lo que se dice lo que cuenta,sino el origen enunciativo externo de lo que se dice.Lo que es, sin embargo, discutible (de all, loscondicionales) es hacer depender el significado delos discursos del estatus del actor, productor del actode habla, de su posicin de legitimidad ms que desu rol de sujeto enunciador; esto querra decir quecualquiera sea la manera de hablar, se producira undiscurso tpico del mbito en el cual se inserta. Portanto, el sacerdote que bautiza podra decir tanto "Yote condecoro" como "Yo te bautizo", lo que quiere decirque no existiran caractersticas discursivas propiasa un mbito3. Pertenecera al gnero poltico todo discursoproducido en el mbito de la prctica poltica,al gnero meditico todo discurso producido en elmbito de la prctica de los medios masivos de comunicacin,al gnero cientfico todo discurso producidoen el mbito de la prctica de las ciencias, etc.Ahora bien, se puede plantear razonablemente lahiptesis que todo mbito de la prctica social tiendea regular los intercambios, y consecuentemente, ainstaurar regularidades discursivas, incluso, como loha mostrado la etnometodologa, rituales lingsticos,de los cuales se podra hasta decir que constituyenmarcas (en el sentido en que se marca un territorio)del mbito4. Falta decir que es preciso encontrar elmodo de articular este mbito de prctica social conla actividad discursiva. La dificultad proviene del hechode que estos mbitos de prctica son demasiadoextensivos y englobantes para que puedan extraerseregularidades discursivas. La propuesta siguienteconsiste precisamente en estructurar el mbito de laprctica social en un mbito de la comunicacin, loque constituye una respuesta posible a esta cuestin.A la espera de esto, se tomar en cuenta que, si sequieren estudiar los discursos que se despliegan ycirculan en los lugares sociales, no se puede prescindirde una categorizacin de estos.En lo que respecta a los tipos de actividad lingstica,el problema que se plantea es saber a qu correspondendesde el punto de vista de la produccinlingstica: corresponden a operaciones mentales oson modos de organizacin textual? Al leer los trabajosacerca de esta problemtica, dos tendencias parecendesprenderse.Una, que se denomina cognitiva, en la medida en que se relaciona con una teora cognitiva general acerca del lenguaje. Esta tendencia consiste en describir las operaciones del pensamiento que se encontraran en correspondencia con tal o cual organizacin textual. Esta posicin postula que existiran en la mente esquemas abstractos ordenados (scripts) que desempearan el rol de prototipos originales a partir de los cuales se ordenara un mecanismo de proyeccin en el discurso (down), cuando se trata de dar cuenta del proceso de produccin de textos o hacia los cuales se ordenara un mecanismo de reconstruccin del esquema (up), cuando se trata de dar cuenta del proceso de comprensin. Por ello, los psicolingistas se apoyan para sus descripciones o experimentos en marcas formales ("marcaje morfolgico"), pero que aqu solo cumplen la funcin de rasgos reveladores de estas operaciones (verCaron, 1989).La otra tendencia, que se podra llamar semiodiscursiva, consiste en considerar que, siendo todo texto heterogneo, no es este el que puede ser clasificado sino aquel que, en un nivel ms abstracto, constituye su estructura. Por tanto, se puede considerar que los esquemas, aunque dependen de operaciones mentales, no son procesos de generacin/ comprensin del texto sino el reflejo de su "arquitectura", como lo dice Adam (1992). Para este autor, las categoras prototpicas homogneas que constituyen esta estructura son "secuencias autnomas" (relato, descripcin, explicacin, argumentacin y dilogo) cuya configuracin se descubre por los haces de regularidades que se encuentran en el texto. Para otros, se trata aqu de un conjunto de procedimientos, lo que yo mismo he llamado "modos de organizacin del discurso" (narrativo, descriptivo, argumentativo) (Charaudeau, 1992), que deben ser considerados como mecanismos de construccin del discurso de los cuales dispondra el sujeto hablante para organizar su intencin discursiva, y no como el esquema del texto.Esto no impide que estas dos tendencias planteen la cuestin de lo que sera un nivel de organizacin del discurso que no sea aquel de la configuracin formal, estando ambas ligadas a las marcas formales de los textos, pero sin ser completamente dependientes. Al respecto, se puede sealar la interesante propuesta de Bronckart (1994) que distingue "tipo" de "gnero", "en ce que [le type] constitue un segment de texte, et dautre part en ce quil implique une possibilit didentification sur la base de ses proprits linguistiques". En efecto, se sabe, por una parte, que un procedimiento de organizacin o de esquematizacin (argumentativa, por ejemplo) puede ser configurado de diversas maneras incluso bajo una apariencia narrativa y, por otra parte, que cualquier tipo de texto (por ejemplo, el publicitario) puede mezclar varios de estos procedimientos. Adems, parece que este nivel de organizacin del discurso no est ligado a un mbito de la prctica social. Se ver que la propuesta que sigue consiste en asumir en este nivel la funcin de articulacin entre el lugar de las rcticas sociales y aquel de la configuracin textual.Intentar clasificar los textos a partir de la ocurrenciade las marcas formales plantea otro tipo de problemas.Si tomamos un texto, podemos encontrar regularidadessignificativas (el empleo de expresionesimpersonales, conectores, formas temporales, pronombres,etc.); luego, si tomamos otros textos queparecen pertenecer al mismo gnero (no se plantearaqu la cuestin del punto de vista.); se constataque de un texto a otro ciertas formas son diferentes yotras semejantes. Se concluir a partir de esto queeste conjunto de textos se caracteriza por ciertas ocurrenciasformales, lo que permitir conformar una clase,un tipo o un gnero. Pero, entonces, aparecendos problemas.El primero, relacionado con el sentido en que estas formas pueden ser significativas. Esto se conoce como el fenmeno de la polisemia de las formas tanto lxicas como gramaticales que hace que no se est seguro de que una misma forma que se encuentra en varios textos tenga el mismo significado. La "interrogacin" puede corresponder a una categora desolicitudde deciro desolicitud de hacer,de demandaoconminacin, desolicitud de informacino desolicitudde validacin. Las "formas impersonales" y las"nominalizaciones" pueden tener una funcin dedistanciacin con fines de neutralizacin de la subjetividaddel sujeto hablante (como en los textos administrativoso cientficos), o la puesta en marcha depresupuestos de evidencia(como en los textos polticoso los ttulos de los perodicos). Esta poli-pertenenciade las formas a categoras diferentes constituyeun primer obstculo ciertamente, no insuperable de una clasificacin de los textos a partir de susocurrencias formales.El segundo problema, correlativo con el precedente, reside en el hecho de que no se sabe si estas ocurrencias garantizan su relacin con un tipo de texto. Lo que est en cuestionamiento aqu es saber si las ocurrencias formales son exclusivas o solamente especficas de un tipo de texto. Si son exclusivas, se contar con una base para determinar un gnero textual, pero a condicin de probar la exclusividad mediante un trabajo de comparacin sistemtica con otros tipos de textos. Si son especficas es decir, propias de un tipo de texto, pero no exclusivas de ste, entonces, hay muchas posibilidades de que los textos que se reagrupan en torno a esta especificidad constituyan una clase heterognea con respecto a la situacin. Por ejemplo, podramos reagrupar en una misma clase un texto llamado administrativo, un texto didctico, un texto cientfico o un texto periodstico, por el hecho de que tendran en comn las mismas caractersticas formales (nominalizaciones, expresiones impersonales, presencia de se, construccin apositiva de las frases, etc.). Evidentemente, se podra responder que esto no impide considerar que cada uno de estos tipos de textos se caracterice por estas regularidades formales a las cuales se agregan otras y que es esta suma la que constituye la especificidad del gnero. S, pero esto remite al mismo tiempo a una ltima pregunta: A qu criterios se recurre para decir que un texto sea administrativo, poltico, didctico o cientfico? se da por adquirido lo que debe ser demostrado? Se presupone que est relacionado con un texto administrativo y luego se dan las caractersticas formales que le son especficas y no exclusivas. Ahora bien, precisamente, la pregunta se plantea para determinar en qu aspectos este texto puede ser llamado administrativo. Y henos aqu de vuelta a la casilla de partida, es decir, a la cuestin del mbito de la prctica social. Las caractersticas formales no seran sino rasgos caracterizadores que aportaran a los textos propiedadesespecficas, y no rasgos definitorios que aportaran a los textos propiedadesconstitutivas.Al plantear el problema de los gneros textuales, oponiendo lo que sucede ms all de la produccin lingstica las condiciones de produccin aportadas por los mbitos de la prctica a lo que sucede en la superficie las caractersticas formales de los textos, interrogndose de paso acerca del lugar que ocupan las actividades lingsticas, parece que la cuestin de fondo que se plantea es aquella de las coacciones y de la libertad de que dispone el sujeto hablante. Aceptar que existen gneros, es reconocer que la produccin lingstica est sometida a limitaciones. Pero en qu nivel intervienen estas limitaciones? Si actan en la superficie, en el nivel de las caractersticas formales, el sujeto, entonces, ya no tiene libertad. Estara obligado, para hacer reconocer el gnero en el cual se expresa, a meterse de antemano en el molde de las formas codificadas, a expresarse de manera perfectamente conforme a estas imposiciones y a desaparecer, pues, como sujeto. Hablar, escribir, expresarse, seran muestras de una actividad derecitacin, como es el caso cada vez que se dice una oracin litrgica o que se repite un texto sagrado. Si, por el contrario, las limitaciones actan desde arriba, esto querra decir que el sujeto estara completamente determinado por el lugar que le da el dispositivo del mbito de la prctica social, y que importara poco su manera de hablar, estando todo ya representado de antemano. La propuesta siguiente intenta responder a este dilema.Una propuestaDiremos, primero, a la manera de Bajtn (1984), queel sujeto hablante necesita pistas para poder inscribirseen el mundo de los signos, para significar susintenciones y comunicar. Esto resulta del proceso desocializacin del sujeto mediante el lenguaje y del lenguajemediante el sujeto, ser individual y colectivo.Estos se construyen conjuntamente, por el uso, lanormalizacin de los comportamientos, el sentido ylas formas que el sujeto registra en su memoria. Estopermite plantear la hiptesis de que existen en el sujetotres memorias que testimonian el modo en quese constituyen las comunidades.Una "memoria de los discursos" que se construyea partir de los saberes del conocimiento y de lascreencias5sobre el mundo. Estos discursos circulanen la sociedad, se instituyen como representaciones6alrededor de las que se construyen identidades colectivasque fragmentan, as, la sociedad en "comunidadesdiscursivas"7. Es sobre esta memoria de losdiscursos que acta la publicidad a travs de suseslganes, tal como: "Obernai, la primera gran cervezacon menos de un tercio de caloras", que apelaa las representaciones compartidas en torno al efectode las caloras, de la esbeltez del cuerpo comovalor del mundo moderno, por el hecho de que sonms bien los hombres los que beben cerveza, y quelas mujeres podran tambin ser consumidoras deesta bebida. As, las comunidades discursivas renenvirtualmente sujetos que comparten la misma posicin,los mismos sistemas de valores, ya sea de opinionespolticas, de juicios morales, de doctrinas, deideologas, etc.Una "memoria de las situaciones de comunicacin"como dispositivos que norman los intercambioslingsticos y que se definen mediante un conjuntode condiciones psicosociales de realizacin, de maneraque los participantes puedan ponerse de acuerdosobre lo que est en juego en el intercambio, puedanestablecer un contrato de reconocimiento, condicinde la construccin recproca y diferenciada delsentido. As se constituyen las "comunidadescomunicativas". Es esta memoria comunicacional laque permite hacer la diferencia entre una representacinde la muerte cuando es tratada por los mediosmasivos de informacin y cuando es tratada por lapublicidad comercial, de aceptar la primera y rechazarla ltima8. Ya no se trata aqu de la representacin del contenido, de lo que se ha mostrado, sino del lugar situacional en el cual se ha mostrado. Las comunidades comunicativas renen, esta vez fsicamente,9sujetos que comparten la misma visin (representaciones)de lo que deben ser las constantes delas situaciones de comunicacin. Por ejemplo, considerarque los discursos polticos se deben interpretaren forma diferente segn se trate de unmeeting, unamanifestacin, un coloquio, un debate, una conversacin amistosa, etc.Una "memoria de las formas de los signos" que sirven para intercambiar (sean estos verbales, icnicos, gestuales), no como sistemas sino la manera como se emplean, es decir, a travs de su uso.Estos signos se organizan enmanerasde decir mso menos rutinarias, como si lo que importara del lenguajeno fuera lo que se dice sino su ejecucin. As,se constituyen comunidades del "saber decir", otrosdiran de "estilo", alrededor de maneras de hablar,razn por la cual se puede hablar aqu de "comunidadessemiolgicas"10. Es esta memoria semiolgica laque hace posible que los individuos puedan emitir juiciosde orden esttico, tico, pragmtico u otro sobrela manera de comportarse y de hablar segn las normassociales que se suponen compartidas. La comunidadsemiolgica es, pues, igualmente una comunidadvirtual de sujetos que se reconocen a travs dela "rutinizacin" de las formas de comportamiento ydel lenguaje.Dada la relacin de "consubstancialidad" quemantiene la situacin, sentido y formas, es razonableformular la hiptesis, correlativa con la precedente,que se establece una articulacin estrecha entre estostres tipos de memorias, y, mucho ms, entre lasituacin de comunicacin, que es un elemento deestructuracin de la prctica social y la normalizacincodificacinde las prcticas lingsticas. Se puede,pues, sostener la idea de que el sujeto social se dotade gneros empricos y que, a travs de las representacionesque tiene por su aprendizaje y su experiencia,las erige en normas de conformidad lingsticay las relaciona con lugares de prctica social mso menos institucionalizados.Diremos, a continuacin, que un anlisis de los gneros debe apoyarse en una teora del hecho lingstico, dicho de otra forma, en una teora del discurso de la cual se pueda conocer losprincipiosgenerales sobre los cuales se fundan los mecanismos que lo ponen en marcha. Toda teora del discurso implica, pues, la determinacin de diferentes niveles de organizacin del hecho lingstico. Ya he expuesto aqu y en otras partes los aspectos de una teora psicosocio-comunicativa (que llamo "semiodiscursiva")en la cual me inscribo. Retendr aqu,pues, solo los aspectos que me parecen ms pertinentespara explicar mi posicin acerca de la cuestinde los gneros.En el nivel de los principios generales, que tienenpor funcin fundar la actividad lingstica11, retendrms particularmente el "principio de influencia" queest en el origen de ciertosobjetivos(ver ms adelante),los cuales determinan la orientacin del actode lenguaje como un acto de comunicacin en funcinde la relacin que el sujeto hablante quiere instaurarfrente a su destinatario.El nivel de los mecanismos de la puesta en marcha es doble. Comprende, por una parte, el que estructura el mbito de la prctica en mbito de la comunicacin, a saber, un conjunto desituaciones decomunicacin, y por otra, el que ordena lapuesta en discurso, a saber, un conjunto de procedimientos semio-discursivos.La situacin de comunicacin es el lugar donde se instituyen las restricciones que se ponen en juego en el intercambio; estas restricciones que provienen a la vez de laidentidadde los participantes y del lugar que ocupan en el intercambio, de lafinalidadque los une en trminos del objetivo, delpropsito, que puede ser invocado y de lascircunstanciasmateriales en las cuales se realiza. Cuando un conjunto de situaciones comparten las mismas caractersticas, aunque algunas sean diferentes, esto quiere decir que se encuentran en un mismo mbito de comunicacin (por ejemplo, las situaciones de unmeeting, de unadeclaracin televisada, de un programa electoral formanparte del mbito de la comunicacin poltica).De estos componentes, retendr ms particularmenteaqu aquel de lafinalidad, porque es esta la que,seleccionando un tipo de objetivo, determina la orientacindiscursiva de la comunicacin. Es evidente, sinembargo, que no se puede disociar estos componentesy que concurren conjuntamente para definir lo queest en juego en la comunicacin. Este nivel esmetodolgicamente aquel por el cual debe comenzarel anlisis de los discursos.La puesta en discurso es el lugar donde se instituyen, bajo el efecto de las restricciones de la situacin, las diferentes "maneras de decir" ms o menos codificadas. Este lugar es, pues, tambin un lugar de restricciones, pero es preciso distinguir aqu lasrestriccionesdiscursivasde lasrestricciones formales.Esta distincin se hace necesaria para resolver el problemasealado ms arriba, producto del hecho deque varios textos pueden dar la impresin de pertenecera una misma clase de textos, aun cuando algunasde sus formas sean distintas. Lo que se desprendede las restricciones discursivas dice relacin conlas actividades de planificacin del discurso (los modosdiscursivos), sin que pueda ser determinada demanera automtica la forma exacta del producto final.Lo que se desprende de las restricciones formales,por el contrario, corresponde a un empleo obligatoriode las maneras de decir que se encuentran necesariamenteen todo texto que pertenece a la mismasituacin.Para ilustrar inmediatamente el valor explicativo de estos tres niveles y antes de precisar su funcin, citaremos el caso de los ttulos en la prensa. Estos se inscriben en una situacin de comunicacin periodstica que se inscribe, a su vez, en el mbito de la comunicacin meditica por su finalidad que selecciona un objetivo deinformacin. Estas circunstancias situacionales apelan a una restriccin discursiva deanunciode las noticias que apelan, a su vez, a la restriccin formal detitulaje. Se ve as que se podra hablar de gneros en cada uno de estos diferentes niveles: el gnero deinformacindeterminado por el mbito meditico, el gnero periodstico determinado por la situacin, el gneroanunciodeterminado por la restriccin discursiva, el gnerotitularesdeterminado por la restriccin formal.De los objetivos a las restricciones situacionalesLos objetivos corresponden a una intencionalidadpsicosocio-discursiva que determina la postura delsujeto hablante en el acto de lenguaje y que parte delintercambio lingstico mismo. Los objetivos debenser considerados desde el punto de vista de la instanciade produccin que tiene en perspectiva un sujetodestinatario ideal, pero evidentemente deben serreconocidos como tales por la instancia de recepcin12; es preciso que el locutor y el interlocutor puedan apelar a ellos. Corresponden, pues, a actitudes enunciativas de base que se encontraran en un corpus amplio de actos comunicativos agrupados en funcin de su orientacin pragmtica, pero ms all de su anclaje situacional. Los tipos de objetivos son definidos por un doble criterio: la intencin pragmtica delyoen relacin con la posicin que ocupa como enunciador en la relacin de fuerza que lo une alt;la posicin que al mismo tiempotdebe13ocupar.Sin entrar en detalles, se describirn aqu seis de losprincipales objetivos:- el objetivo de "prescripcin": yo quiere "hacer hacer",y tiene la autoridad de poder sancionar; t seencuentra, pues, en posicin de "deber hacer".- el objetivo de "solicitacin": yo quiere "saber", y est,pues, en posicin de inferioridad de saber frente alt, pero legitimado en su solicitud; t est en posicinde "deber responder" a la solicitacin.- el objetivo de "incitacin": yo quiere "hacer hacer",pero al no estar en posicin de autoridad, no puedesino incitar a hacer; debe, entonces, "hacer creer"(por persuasin o por seduccin) al t que ser elbeneficiario de su propio acto; t est, pues, enposicin de "deber creer" que si acta es por subien.- el objetivo de "informacin": yo quiere "hacer saber",y est legitimado en su posicin de saber; tse encuentra en la posicin de "deber saber"14algosobre la existencia de los hechos, o sobre el porqu o el cmo de su surgimiento.- el objetivo de "instruccin": yo quiere "hacer saberhacer"y se encuentra a la vez en posicin de autoridadde saber y de legitimacin para transmitir saber;t est en posicin de "deber saber hacer" segnun modelo (o modo de empleo) que es propuestopor yo.- el objetivo de "demostracin": yo quiere "establecerla verdad y dar pruebas" segn una cierta posicinde autoridad de saber (erudito, especialista,experto); t est en posicin de tener que recibir y"tener que evaluar" una verdad y tener, pues, la capacidadde hacerlo.Para evitar cualquier malentendido, conviene precisaraqu lo que no son estos objetivos. No constituyenesquemas abstractos de un texto, puesto que sesitan por encima de ste en la conceptualizacin deuna intencin discursiva que no prejuzga lo que debeser la organizacin textual. No corresponden a "actosde habla"15, en el sentido de la pragmtica, aunque comparten con estos el hecho de que se trata de una co-enunciacin intencional que est marcada por el efecto que ella es susceptible de producir. Los actos de habla son unidades ms finas que se sitan en un nivel ms comprometido en la realizacin discursiva, es decir, el enunciado. En efecto, un acto como aquel de "prometer", segn el contexto, podr corresponder a un objetivo de prescripcin, de incitacin o de informacin. Estos objetivos no corresponden tampoco a las "funciones del lenguaje" tal como fueron definidas por Jakobson (1963), puesto que aunque hubiesen afinidades entre algunas de estas funciones y los objetivos, estos son, en esta ocasin, muy distintos a aquellas. La funcin conativa, por ejemplo, puede insertarse en un objetivo prescriptivo, solicitativo o incitativo. Adems, las funciones referencial, metalingstica o potica seran consideradas ms bien funciones internas del lenguaje que objetivos comunicativos intencionales. Finalmente, estos objetivos no pueden constituir un principio de tipologizacin de los textos, puesto que se encuentran ms all de la configuracin textual y no permiten prejuzgar lo que ser dicha configuracin. Reunir todos los textos que corresponden a un objetivo de informacin llevara a constituir un conjunto heterogneo desde el punto de vista de su situacin de empleo. Sin embargo, estos objetivos son necesarios para definir estas situaciones, como lo vamos a ver ahora.Cada situacin de comunicacin selecciona paradefinir su finalidad uno o varios objetivos de los cuales,generalmente, uno o varios (a veces, dos) entreellos es dominante16. As, la situacin de comunicacinmeditica puede invocar objetivos: de instruccin(en sus secciones de asesoramiento), de incitacin(en sus ttulos conmovedores), de demostracin(cuando se da la palabra a expertos). Pero lo hacebajo el objetivo dominante de informacin (es decir,de aquel que determina las reglas del juego del contratode comunicacin). Ms exactamente, lo hace,como lo muestra el anlisis, con un objetivo dominantedoble: de informacin, para responder a la exigenciademocrtica de hacer que la opinin pblica seailustrada acerca de los acontecimientos que se producen en el espacio pblico; de incitacin, para responder a la exigencia de la competencia comercial que desea que este discurso se dirija a un grupo ms grande y busca, pues, captarlo (verCharaudeau,1997). Por el contrario, la situacin de comunicacinpublicitaria tiene solo un objetivo de informacin y sejustifica a travs de un objetivo de incitacin. No hay,pues, correspondencia biunvoca entre objetivodiscursivo y situacin de comunicacin, una mismasituacin invoca varios objetivos o un mismo objetivopuede encontrarse en diferentes situaciones. Porejemplo, el objetivo de prescripcin en situaciones quedeben hacer conocer: las reglas de la conduccinautomovilstica (cdigo del trnsito), las leyes quenorman la conducta cvica (cdigo civil), las reglasque regulan la vida de la empresa (reglamento interno);el objetivo de incitacin en situaciones donde sebusca orientar la conducta de los individuos (fijacinde anuncios publicitarios, reuniones electorales, campaasde prevencin); el objetivo de informacin ensituaciones donde se busca guiar al ciudadano o alusuario (peridicos, centros de acogida, boletines ycirculares, fijacin de anuncios pblicos).Como se ha dicho, la finalidad y el objetivo queesta selecciona, no conforma el todo de la situacinde comunicacin. Pero, ella es uno de los elementosesenciales que se combina con las caractersticas delos otros componentes: la identidad de los participantes(por ejemplo, para la comunicacin meditica, lainstancia informativa, por un lado, y la instancia ciudadana,por otro; para la comunicacin publicitaria,la instancia publicitaria, por un lado, la instanciaconsumista, por otro); el objeto del discurso y suestructuracin temtica (por ejemplo, para los mediosmasivos de comunicacin, los acontecimientos delespacio pblico; para la publicidad, el sueo de bienestardel individuo); y las circunstancias que precisanlas condiciones materiales de la comunicacin (la radio,la prensa, la televisin, para los medios de comunicacinmasivos; la fijacin de anuncios en la calle,los spots televisados, los insertos en las revistas,para la publicidad).La situacin de comunicacin es, pues, lo quedetermina a travs de las caractersticas de sus componenteslas condiciones de produccin y de reconocimientode los actos de comunicacin, condicionesde enunciacin bajo su aspecto externo. En consecuencia,estructura el mbito de la prctica que essociolgicamente vasto en el mbito de la comunicacin.Este ltimo, al ser en cierta manera el resultantede todas las situaciones de comunicacin, es almismo tiempo y por efecto de retorno el lugardonde se encuentran las condiciones generales quedeben satisfacer los componentes de las diferentessituaciones de comunicacin de las que forman parte.Esto quiere decir que cada situacin de comunicacinparticular, inscribe, a la vez, en el nivel de suscomponentes, los datos generales que informan almbito de lo que pasa y aporta especificaciones quele son propias. Por ejemplo, el mbito de la comunicacinpoltica hace saber un cierto objetivo (incitacin),una cierta identidad de los interlocutores (responsablepoltico/ciudadano/adversario), un ciertoobjeto del discurso (el ideal del bienestar social), componentesque se encuentran en cualquier situacinparticular, ya sea en un meeting, en un libelo, en unadeclaracin radiofnica, etc. Lo mismo vale para losmbitos de la comunicacin meditica o publicitaria,cuyas condiciones generales se encuentran ms arribaevocadas, en cualquier situacin particular (prensa,radio o televisin). Por ello, se puede hablar de"contrato de comunicacin": todo mbito de comunicacinpropone a sus interlocutores un cierto nmerode condiciones que definen las reglas del juego delintercambio comunicativo, cuyo reconocimiento permitirala intercomprensin. Las situaciones particularesse consideraran, en tal caso, como variantes (osubcontratos) de un contrato global.Esta nocin de contrato permite reunir los textosque participan de estas mismas condicionessituacionales. As, se pueden construir corpus, ya seaen torno al contrato global de comunicacin (corpusde textos publicitarios, corpus de textos de informacinmeditica, corpus de textos polticos), ya sea entorno a variantes ms especficas (corpus de spotspublicitarios, distinto de un corpus de afiches pblicos;corpus de crnicas polticas, distinto de un corpusde crnicas radiofnicas; etc.). Dicha tipologa noes, evidentemente, el nico principio de clasificacinde los textos. No permite, por ejemplo, distinguir, alinterior de la clase de textos periodsticos, las diferenciasque existen entre diferentes tipos de crnicaso de artculos. Es preciso, pues, tratar ahora de revisarun poco ms de cerca lo que sucede en el nivelde la construccin discursiva.Del contrato a las restricciones discursivasLas restricciones situacionales del acto de comunicacindeben ser consideradas como datos externos,pero ellas solo tienen razn de ser cuando se tienepor finalidad construir discurso; responden a la pregunta"se est all para decir qu?", y, al hacer esto,generan instrucciones que deben encontrar su correspondenciaen un "decir cmo?". El lazo entre losdatos externos y la construccin discursiva es decausalidad, pero esta no se establece en una correspondenciauno a uno. Dichas restricciones determinanlo que debe ser el marco del procesamiento lingsticoen el cual van a ordenarse. As, se observarque las circunstancias de la finalidad, a travs de susobjetivos, determinan una cierta eleccin de los modosenuncivos (descriptivo, narrativo, argumentativo)17que debe emplear el sujeto hablante; los datos de laidentidad de los interlocutores determinan ciertosmodos enunciativos (alocutivo, elocutivo, delocutivo)con los cuales el mismo sujeto debe comprometerse;los datos del objeto del discurso determinan ciertosmodos de tematizacin, es decir, la organizacin delos temas y subtemas por tratar ; los datos de las circunstanciasmateriales determinan ciertos modos desemiologizacin, es decir, la organizacin de laescenificacin material (verbal y/o visual) del acto decomunicacin. Las limitaciones discursivas no correspondena una imposicin de uso de tal o cual formatextual, sino a un conjunto de comportamientosdiscursivos posibles entre los cuales el sujeto comunicanteelige aquellos que son susceptibles de satisfacerlas condiciones de los datos externos.Para ilustrar el orden de las limitaciones discursivas, retomar, simplificando, aquellas que ya he descrito a propsito del contrato meditico(Charaudeau, 1997). Los objetivos de informacin yde incitacin que las caracterizan determinan un marcode tratamiento en el cual la instancia meditica tieneque: dar cuenta del evento para transformarlo ennoticia ("evento informado"), utilizando procedimientosdescriptivos y narrativos, a veces objetivados (credibilidad),a veces dramatizados (captacin); explicarel evento ("anlisis y comentario"), utilizando procedimientosargumentativos; producir un acontecimiento("acontecimiento provocado"), utilizando procedimientosde puesta en interaccin (debates, conversaciones,entrevistas). La importancia atribuida a losinterlocutores de este contrato (la identidad) determinaun marco de tratamiento enunciativo en el cual lainstancia meditica debe construirse una imagen deenunciador neutro, no implicado y distante, y debeconstruir una imagen de la instancia destinatario quedebe ser referida (en nombre de la ciudadana), quetiene afectos (en nombre de la naturaleza humana) yque intenta comprender (en nombre del espritu de lasimplicidad). El tema determina una racionalizacindel tratamiento temtico en torno a los acontecimientosseleccionados en funcin de su potencial de "actualidad",de "proximidad" y de "desorden social".Como se ha dicho anteriormente, se puede considerarel lugar de las restricciones discursivas comoun lugar intermedio entre los datos de las restriccionessituacionales y la configuracin textual. Permiteresolver el problema evocado ms arriba de las variantesde formas al interior de una misma situacinde comunicacin. Si la situacin de comunicacinmeditica diera directamente instrucciones de forma,todos los peridicos, o algo semejante, se pareceran.Si son diferentes, es en virtud de la eleccin delas formas (al mismo tiempo, reveladoras de ciertosposicionamientos). Pero si son reconocidos al mismotiempo como peridicos de informacin, es porquerespetan lo esencial de las restricciones discursivasde la descripcin y del comentario del acontecimientomediante la aplicacin de procedimientos de ordennarrativo, descriptivo y argumentativo adecuados. Porlo que se ve, estos procedimientos no son tampocotipos discursivos; son lo que significa el trmino procedimiento:una herramienta al servicio de la realizacinde las restricciones discursivas.De las restricciones discursivas a lasrestricciones formalesEl aprendizaje del lenguaje no puede hacerse sinopor la apropiacin progresiva de las formas de uso,formas repetitivas que llegan a ser rutinarias y se fijancomo "maneras de decir". Pero como estas manerasde decir dependen de la situacin de comunicacines la hiptesis de partida, la "rutinizacin"en cuestin se configura en formas que se hacen ecode las exigencias de las restricciones situacionales atravs de las restricciones discursivas. En este nivel,no se trata de considerar que el ordenamiento de estasformas obedece a reglas, sino ms bien a normasde uso ms o menos codificadas, cuyas formas quelas expresan pueden ser objeto de variantes. As, sitodo discurso publicitario, por sus restriccionessituacionales o discursivas, debe presentar las cualidadesdel producto como un eslogan (o de un lema),y que ese eslogan debe ser enunciado en forma breve,no impide que las construcciones frsticas conlas cuales se enuncian sean muy variables. Si el discursode informacin, por sus restriccionessituacionales y discursivas, debe ser objeto, en laprensa, de un anuncio de una noticia con ttulos relativamentecortos, no impide la comparacin de estoslo muestra que estos aparezcan en construccionesfrsticas diversas, sin, incluso, decir que laconstruccin nominalizada sea predominante, puesto que esto depende de los peridicos y del tipo denoticia anunciada.Todos los componentes de la situacin de comunicacin condicionan las formas, a travs de las restricciones discursivas, pero las circunstancias materiales son quizs aquellas que influyen ms directamente sobre las formas, lo que se explica porque estas inducen "dispositivos materiales". Esto comienza por la exigencia de formas de oralidad o de escritura segn si el dispositivo pone a los interlocutores del intercambio en co-presencia fsica en una situacin interlocutiva o monolocutiva, lo cual justificar el canal de transmisin, ya sea fnico o escritural. Si se est, por ejemplo, en una situacin de interlocucin, esto se logra por los roles que son atribuidos a los diferentes interlocutores del intercambio, roles que harn que los turnos de habla y las actitudes enunciativas no sean las mismas, por ejemplo, en una conversacin, una entrevista o un debate (ver Charaudeau,1986,1992). Por el contrario, si se est en una situacin monolocutiva, sin co-presencia fsica de los interlocutores, sern an los trminos del dispositivo los que harn que la forma de presentacin de un mensaje no sea la misma, ya sea la comunicacin ediante una carta escrita, correo electrnico o telegrama. Es a partir de estas circunstancias que he podido proponer, en mi trabajo de anlisis del discurso de la informacin meditica, una tipologa fundada, en primer lugar, en el "dispositivo como materialidad de la escenificacin" (lo que permite decir que la radio es esencialmente un dispositivo de contacto, la televisin un dispositivo de espectculo y la prensa un dispositivo de legibilidad); y, luego, en los diferentes procedimientos que son utilizados para construir diversos "dispositivos escnicos" (entrevistas, reportajes, titulaje, etc.) (Charaudeau,1986,1992,1997).Es, pues, en este nivel donde se construye el texto,si se entiende por texto, el resultado de un acto delenguaje producido por un sujeto dado en una situacinde intercambio social dado. Por el hecho de quees un acto de lenguaje, se caracteriza por las propiedadesgenerales de todo hecho lingstico, a saber,su materialidad significante (oral, escritural, mimogestual)y sus condiciones de construccin lingstica(morfolgica, sintctica). Por el hecho de que esproducido en una situacin contractual, depende parasu significacin de lo que caracteriza una situacin(finalidad e intencin enunciativa, identidad de losinterlocutores, problema temtico y circunstanciasmateriales particulares). Por el hecho de que tiene suorigen en un sujeto, este texto se presenta, a la vez,con las propiedades de la situacin que lo determinaen parte, y con propiedades singulares por el hechode la intervencin individualizada de aquel. Es por elloque se puede decir que todo texto es singular, a menosque no sea la simple copia de otro. Todo texto seinscribe, pues, en un continuun que est delimitadopor una apertura y un cierre que le dan las condicionessituacionales y discursivas, y se caracterizapor una coherencia interna que le da una estructura,dispuesta para una existencia ms o menos autnoma.Pero si se trata de clasificar textos, es precisoconsiderar sus puntos comunes y no sus diferencias.Sus puntos comunes se deben encontrar en tres niveles:en los componentes del contrato situacional,en las categoras de las restricciones discursivas yen los diferentes aspectos de la organizacin formaldel texto. En este ltimo nivel, se trata de extraer lasocurrencias formales en los siguientes mbitos: aquelde la realizacin textual, a saber, la disposicin delparatexto, por ejemplo, la composicin de las pginasde un peridico en secciones, rbricas ysubrbricas (Genette, 1982); aquel de la composicintextual interna, a saber, su organizacin en partes, laarticulacin entre ellas y los juegos de estas y los juegosde reanudaciones y remisiones de una a la otra(por ejemplo, la composicin de una tesis variablesegn de la disciplina en sus diferentes partes)18;aquel de la fraseologa, a saber, el empleo recurrentede las locuciones, frmulas breves y otros giros19;aquel, finalmente, de la construccin gramatical, asaber, la recurrencia de los tipos de construccin (activa,pasiva, nominalizada, impersonal), de las marcaslgicas (los conectores), de la pronominalizacin,de la anaforizacin, de la modalidad y de todo lo queconcierne al aparato formal de la enunciacin. Seranecesario, quizs, agregar aquel de las recurrenciaslxicas, pero este aspecto de las caractersticas formaleses aleatorio, pues la repeticin y la isotopalxicas son muy dependientes de la temtica, y sonslo recuperables en textos fuertemente marcados20.Veamos algunos casos que muestran que la relacinde incidencia que se establece entre estos tresniveles de restricciones es variable.Un caso en que la incidencia es fuerte de un nivela otro: la comunicacin publicitaria (verCharaudeau,1994). En el nivel situacional, el objetivo de incitacinexige que el producto sea ponderado a travs de suscualidades singulares y excepcionales, de manera queprovoque el afecto del supuesto destinatario, y desencadeneen l un deseo de apropiacin del producto,identificndose con el beneficiario ideal que sepone en escena. En el nivel de las restriccionesdiscursivas, aparecen para responder a estas circunstancias:un discurso epifnico (anuncio de la singularaparicin del producto); un discurso de valorizacinextrema del producto tanto en sus cualidades intrnsecas(es lo mejor!), como en los resultados benficosque produce su utilizacin ("usted ser la msbella"), lo que lleva a este discurso a amalgamar loscontrarios (lo ms excepcional y lo ms accesible);un discurso que debe hacer funcionar la imaginacin,tener el cariz de evidencia, y pueda ser fcilmenterepetido, como prueba de su memorizacin. Por esto,aparecer, en el nivel formal, eslganes de frasescortas, que obedecen a un cierto ritmo y juegan conlas palabras para fabricar metforas, algunas realistas,otras extravagantes.Un caso donde la incidencia es an fuerte, perosolamente puntual en el nivel de las formas del texto:la crnica cinematogrfica (Charaudeau, 1988). Enel nivel situacional, el doble objetivo del discurso de informacin meditica hace que la crnica cinematogrfica deba hablar de un film que acaba de aparecer (criterio de actualidad), identificndolo, describindolo temticamente y evalundolo. En el nivel de las restricciones discursivas, surgen, pues, un discurso de identificacin (ttulo del film, autor, actores, gnero, etc.), un resumen de la historia y un discurso de apreciacin que celebra o critica al autor y a los actores. En el nivel formal, aparece una recurrencia de citaciones (puesta en perspectiva biogrfica del film), de trminos ms o menos tcnicos (hablar de la direccin), de adjetivos apreciativos y de frases exclamativas de entusiasmo o de indignacin.Un caso donde las restricciones situacionales ydiscursivas tienen una incidencia en el nivel de la composicintextual interna: el relato periodstico de sucesos.Las restricciones situacionales (informar acercade los dramas y tragedias de la vida diaria / incitara interesarse en aquello) hacen que, en el niveldiscursivo, el relato parezca un relato fantstico conun cuestionamiento acerca del destino humano. Poresto, la composicin textual se caracteriza por: unaapertura que presenta el resultado dramtico del suceso;un ascenso hacia las causas sin poder jamsproponer una que sea cierta, dejando as al lector ensuspenso; un cierre (la cada) que se interroga sobrelas desgracias en este mundo y la miseria humana.Un caso donde las restricciones influyen en elcomportamiento lingstico del sujeto, como en losdebates televisados. La circunstancia situacional quelleva al animador reuna a invitados que tienen opinionescontrarias o puntos de vista diferentes (objetivode informacin), impulsndolos a revelar intencionesocultas y a dar explicaciones sinceras y claras, haceque deba librarse, discursivamente, a un cierto juegode distribucin de los turnos de habla y de preguntas(objetivo de incitacin). De aqu que el comportamientolingstico del animador est constituido por turnosde habla que presentan a los invitados y los interrogacon la ayuda de preguntas, en las que algunas sonde informacin, otras de validacin y otras, incluso,de provocacin.Un caso, finalmente, donde, al contrario de los precedentes, la incidencia sobre la organizacin textual es dbil. El caso del prefacio de una obra, donde los datos situacionales se limitan a: a) que el autor del mismo tenga la mayor notoriedad posible, con la esperanza de que el valor de la obra se detecte; b) que ese autor trate el mismo tema pero inscribindolo en una problemtica ms amplia para mostrar su importancia; c) que el mismo autor intente articular su propsito con lo que se dice en la obra, subrayando los aspectos que le parecen ms importantes. Pero como el autor del prefacio debe al mismo tiempo justificar su propia notoriedad, buscar hacer gala de singularidad y la composicin de su texto podr ser diferente de otros prefacios. Lo que hace que se reconozca un prefacio reside menos en las recurrencias textuales que en el hecho de que se encuentre al inicio del libro, bajo el ttulo de "Prefacio" y firmado por lo que se llama una personalidad, es decir, por los indicadores que remiten directamente al contrato, lo que combina curiosamente objetivo de incitacin y objetivo de demostracin. Asimismo, en el caso de loque Maingueneau y Cossutta (1995) llaman los "discursosconstituyentes", la incidencia en las formas esdbil. Esto es muy normal, puesto que la finalidad deestos discursos es la de establecer valores, lo queexplica que estn ms orientados hacia el contenidoque hacia la forma. Y cuando los autores de este trabajoidentifican caractersticas del "cdigo lingstico"y del "ethos", podemos ver, por una parte, questas estn asociadas a la definicin de los valoresproclamados, y, por otra, preguntarnos si estas caractersticasno remiten ms a las concepciones deescritura de la poca que al gnero mismo. Sea loque fuere, siguiendo el modelo aqu expuesto, un discursoconstituyente, como el discurso filosfico, deberaser clasificado como si se inscribiera en una situacincon un objetivo demostrativo, que tiene restriccionesdiscursivas que conducen a definir (mododescriptivo), explicar (modo explicativo), probar (mododemostrativo), valorizar (modalizacin apreciativa), ycuyas marcas formales son variables segn el mbito de la prctica social (el planteamiento temtico), elcontexto de los sistemas de pensamiento y la poca.Respuestas a algunos problemasTerminar retomando los problemas expuestos al comienzo,para destacar en qu medida esta propuestaaporta respuestas.En cuanto a la cuestin fundamental de la articulacinentre el lugar de anclaje social de los discursosy las ocurrencias formales de los textos producidosen ese lugar, vemos, por una parte, que esta articulacines ms o menos estrecha, y, por otra, quesolo es posible con la condicin que este lugar seaen s mismo estructurado en mbitos y situacionesde comunicacin. Con esta condicin, el lugar de anclajesocial puede ser considerado como un lugarcontractual que determina, a travs de las caractersticasde sus componentes, un cierto nmero de datossituacionales, los cuales dan, a su vez, instruccionespara la disposicin discursiva. Son, pues, datossituacionales que inducen regularidades discursivasy estas, las formas textuales. Estas ltimas estn allsolo como indicadores semiolgicos que remiten adichos datos y permiten as al receptor reconocer elgnero-contrato con el cual est en relacin.Si, en lugar de interrogarse acerca de los datos situacionales, se revisan, por el contrario, las caractersticas de los textos, nos damos cuenta, por una parte, que algunas de ellas son ms o menos fuertemente recurrentes, y, por otra, que podemos encontrar esas mismas marcas en otros tipos de textos. Qu podemos decir, entonces, del estatus de aquellas ocurrencias que no son exclusivas de un tipo de texto? Seguir aqu la explicacin de Sonia Branca- Rossof (2004ayb) quien, al estudiar cartas de reclamo, extrae un cierto nmero de locuciones particularmente recurrentes (por ejemplo, las locuciones prepositivas "en respuesta a ", "teniendo en cuenta que", etc.), y observa al mismo tiempo que esas mismas locuciones se encuentran en otros textos (Branca-Rossof, en prensa). Propone explicar este fenmeno por el hecho de que el uso transporta esas locuciones de un mbito de prctica a otro y que se crea al mismo tiempo una suerte de "lenguas segundas". Se podra, pues, concebir que estas formas circulan de un grupo a otro, de una situacin a otra, siguiendo el esquema: rutinizacin de las maneras dedecir en una situacin de comunicacin -> uso difusofuera de la situacin de origen21-> creacin de unasegunda lengua -> reinversin de esta segunda lenguaen otras situaciones. Se producira una especiede "reciclaje" del uso lingstico como lo vemos en elfrancs llamado argtico, luego popular y ms tardecorriente. Conviene, pues, desconfiar de la aparenteocurrencia de las formas si se quiere concluir la existenciade un gnero, lo que no excluye que puedanfuncionar como indicadores de gnero.En cuanto a la cuestin de la transgresin de los gneros, es decir, el hecho de que se perciban los indicadores de reconocimiento de un tipo de texto, pero que al mismo tiempo se descubran formas que no se esperan, se puede aportar la explicacin siguiente. Si se habla de no respeto de un gnero, se plantea la cuestin de saber lo que no es respetado: son las formas, las restricciones discursivas o los datos situacionales? Esto depende. Sonia Branca observa en su estudio que ciertas cartas de reclamo respetan las caractersticas de apertura y cierre de las cartas, pero estn marcadas por una enunciacin emotiva, incluso ofensiva, a veces sin frmula de cortesa. La autora explica estas transgresiones por el ethos, concepto de la retrica que toma siguiendo la redefinicinque propone Maingueneau (1984). Si el ethos es "unvocablo fundamental" que debe ser relacionado con"un origen enunciativo, una voz que atestigua lo quese dice", se puede considerar que el ethos puede ligarsecon dos tipos de sujeto: aquel que est inscritoen el contrato de comunicacin, formando parte delas restricciones situacionales, y aquel que se vinculacon el sujeto en su esfuerzo de individualizacin. As,se dir que un ethos de "cortesa y distanciacin" estinscrito en el gnero de la carta de reclamo, como entoda carta administrativa o escrita que tiene un carcteroficial: sujeto marcado por su posicin de inferioridad(el administrado) frente a una administracin,entidad colectiva ciega, que tiene el poder de ejecucin.En consecuencia, la transgresin que se expresapor una ausencia de cortesa y de insultos debeser considerada en relacin con el ethos de un individuoparticular22. Pero destacaremos que esta transgresinno cambia en nada el contrato global y, portanto, el gnero, si es que las otras restricciones sonrespetadas, a saber: "descripcin de una situacincuyo sujeto es actor", "evaluacin negativa de la situacinpor el sujeto que es la vctima", "solicitud dereparacin dirigida por la vctima a la instancia quetiene poder de reparacin". Si este no es el caso, estamosfrente a otra situacin, otro gnero: la "cartade insulto".Pero existen otros tipos de transgresiones. Porejemplo, la de las campaas publicitarias de Benetton,las que, aunque dan a los afiches el indicador esencial del mbito de la comunicacin publicitaria (el nombrede la marca), tratan asuntos que no se prevnpara el contrato publicitario23. Este, en efecto, excluyeque se traten sucesos que se producen en el espaciopblico o que ponen en cuestionamiento la moralsocial. Ahora bien, es lo que han hecho las campaasBenetton. El problema planteado por estas no esque hayan tratado la guerra en Bosnia, ni el Sida, niel racismo, sino que lo hayan hecho en el marco deuna publicidad comercial. En otras palabras, lo quese les puede reprochar a estas campaas es haberengaado en los contratos. Se presentan como unacampaa humanitaria que responde a un contrato decomunicacin cvico: "informar para hacer actuar demanera solidaria", en tanto que su finalidad respondea una campaa comercial, cuyo contrato es de consumo:"seducir para hacer comprar". Se trata, pues,de una transgresin que se apoya en uno de los componentesdel contrato de comunicacin publicitaria,el objetivo del discurso: en lugar de ponderar el mritode un bien de consumo, aparece una informacinque remite a la vida pblica, social y poltica. Si estetipo de transgresin se generalizara e invadiera todala produccin publicitaria, se podra concluir, entonces,el cambio de las condiciones del contrato publicitario.As, surge la posibilidad para los gneros deevolucionar y ser diferentes de una sociedad a otra,segn un juego de influencias recprocas entre contrato1 -> individualizacin -> transgresin o variante-> contrato 2. Fue el caso de los ttulos de prensa bajo la influencia de la iniciativa tomada por el peridico Libration, en los aos ochenta, iniciativa que ha sido considerada como una transgresin parcial, despus como una variante y, finalmente, se ha generalizado. Fue igualmente el caso de los debates televisados despus de las emisiones de Michel Polac, del tipoDroit de rponse(Derecho a respuesta), las quesin ser reproducidas literalmente han cambiado lascircunstancias situacionales y discursivas de este gnero.En lo que concierne a las variantes, conviene primeroprecisar que estas no deben ser confundidascon las transgresiones. Lo que caracteriza la variantede un gnero, es que respeta lo esencial de las caractersticasdel gnero, proponiendo otra caracterstica recurrente que viene, no a modificar, sino a especificar uno de estos aspectos. Dicho en los trminos de la propuesta aqu defendida, el asunto es ms fcil de comprender: una variante no cambia en absoluto las circunstancias situacionales de base del contrato, pero especifica algunos de sus componentes. Por ejemplo, en el contrato de informacin meditica se constituyen subcontratos especificados ya sea en el nivel de las circunstancias materiales (escripturalidad de la prensa, oralidad de la radio, audiovisualidad de la televisin), ya sea en el nivel de las restricciones discursivas (relatar el suceso, comentar el suceso), ya sea en el nivel de la organizacin formal (anunciar la noticia por los titulares, distribuir las noticias por rbricas). Por ejemplo, en el contrato del debate televisado (que es en s mismo un subconjunto del contrato de informacin meditica), se encuentran las variantes: eltalk show(tipo Cielmon mardi!), el debate cultural (tipo Apostrophes), eldebate poltico (tipo cara a cara electoral). As, sepodr distinguir, en el interior de la situacin de comunicacinpoltica, subcontratos: meetings, panfletosde programas electorales, declaraciones televisadas,intervenciones en el Congreso Nacional, escritostericos y profesiones de fe. Se considerarnal igual que la entrevista y la conversacinradiofnicas, dos variantes de interaccin, la posicinde los interlocutores que son diferentes en cada unode estos casos: no-jerarquizada en la conversacin,jerarquizada en la entrevista.Adems, en esta cuestin se encuentran las variantesrelacionadas con el entrecruzamiento de loscontratos: los contratos de lo poltico que seentrecruzan con lo meditico, ya sea en el debate, enla entrevista o en la alocucin televisada. Aqu, la dificultadconsiste en saber cul es el contrato quesuperordena a los otros: el debate poltico subsumetodas las formas del debate (incluido el meditico)?es el debate meditico el que se especifica en debatepoltico? o el debate en general, de acuerdo auna idea que se tiene en una sociedad determinada,est por sobre los otros?En cuanto al problema de la clasificacin de lostextos en funcin de los modos discursivos, cuestinque plantea tremendos problemas, parece que estemodelo aporta una respuesta. Una receta de cocinadepende de un modo explicativo, argumentativo odescriptivo? Si un manual escolar se sirve igualmentede un modo explicativo puede ser clasificado enel mismo gnero que la receta de cocina? Es lo mismopara los instructivos administrativos?Si se sigue este modelo, conviene primero preguntarsecul es el objetivo del contrato situacionalen el cual aparecen estos diferentes textos. Se observar,por tanto, que la receta de cocina pertenecea una situacin cuyo objetivo es de instruccin, el yo,considerado con la autoridad de "saber-hacer", procuraque el t "sepa hacer" siguiendo el modelo del"hacer". Por el contrario, un folleto de una empresa,un prospecto de un organismo pblico, un catlogode un museo o una gua turstica pertenecen a unasituacin cuyo objetivo es de informacin, el yo esconsiderado como una autoridad e intenta que el t"sepa". Por otra parte, los instructivos administrativospertenecen a una situacin cuyo objetivo es de prescripcin,el yo est en la posicin de poder, para "hacerhacer" (o no hacer) y procura que el t "haga". Eneste nivel de distincin, ya se puede constatar que eluso corriente confunde las pistas de la clasificacinempleando un mismo trmino, "instrucciones", paratextos que pertenecen a situaciones diferentes: "instructivosadministrativos" ( prescripcin), "instruccionesde instalacin de su ordenador" ( instruccin). La otradificultad reside en el hecho de que en una mismaobra pueden encontrarse textos que tienen diferentesobjetivos. Por ejemplo, en un manual para el ordenadoralgunos textos tienen el objetivo de informacin(la descripcin de los componentes bsicos delaparato); otros, un objetivo de instruccin (explicacinde las posibles maniobras).Si ahora se revisa lo que pasa en el nivel de losmodos discursivos, se constatar que: las recetas decocina se presentan como una sucesin de accionesque se deben cumplir, utilizando un modo descriptivo(descripcin de acciones) y no un modo narrativo; lasguas y los catlogos identifican y describen lugares,objetos y personas, utilizando igualmente un mododescriptivo; los manuales de instrucciones exponenobjetivos o problemas y las maneras de resolverlos,utilizando un modo explicativo; los instructivos administrativosdescriben pasos que son rdenes, de "deberhacer", y utilizan para esto un modo descriptivo(estas instrucciones son una suerte de imposicionesque no se explican).Finalmente, si nos situamos en el nivel de la configuracintextual, se puede constatar, como ya se dijo,regularidades ms o menos marcadas y sistemticas,en funcin de las restricciones discursivas. Por ejemplo,al modo descriptivo de un objetivo de instruccinle corresponden marcas de designacin que sirvenpara identificar objetos y lugares, marcas de calificacinms o menos objetiva, todo bajo forma de listado,en una organizacin ms o menos jerarquizadade sucesin de acciones por cumplir, con unamodalizacin alocutiva ("tome") o delocutiva ("tomar").Al modo explicativo de un objetivo de instruccin o deinformacin, le corresponde una fraseologa logicista,cuya base es siempre un "si, entonces"), bajo unamodalizacin unas veces alocutiva ("si usted deseaentonces"), otras veces delocutiva de obligacin("se debe, es preciso, basta con, conviene").En cuanto al lxico, este ser ms o menos recurrentesegn el mbito temtico tratado: a veces, constituidopor un verdadero campo lxico como en las recetasde cocina o en los manuales tcnicos; muchomenos marcado en otros casos.Volviendo a la cuestin planteada al comienzo,vemos que un modo discursivo no puede por s soloconstituir un principio de clasificacin. La explicacin,por ejemplo, puede encontrarse en un texto cientfico,en un manual de instrucciones, en un artculo periodstico,aun cuando cada uno pertenezca a una situacinde comunicacin que tiene un objetivo diferente(de demostracin, de instruccin o de informacin).Lo que propone este modelo es considerar elresultado de la combinacin entre estos diferentesniveles, evitando plantear el problema de los gnerosa partir de uno de estos niveles24. En la combinacinsituacin con un objetivo de instruccin+ mododescriptivo+ marcas del hacer (listado y lxico especializado),se relacionan los textos del tipo "receta decocina", "instrucciones de instalacin", "prospectosfarmacuticos (posologa)", etc. ; en la combinacinobjetivo de instruccin+ modo explicativo+ marcas gramaticales(conectores lgicos), se vinculan los"manuales y las guas de instrucciones"; en la combinacinobjetivo de prescripcin+ modo descriptivo+marcas de impersonalizacin y de obligacin (pronombrese, expresiones impersonales, verbos de modalidad),se relacionan los textos del tipo "leyes", "cdigos","instructivos administrativos", etc. Evidentemente,este modo de clasificacin recalca la complejidadde algunos casos, pero tiene al menos el mrito demostrar el por qu de este juego de combinaciones.CONCLUSIONAl trmino de esta exposicin, no sabra decir en formaacabada lo que deberamos entender por gnero:las constantes del contrato situacional?, pero dndeest la marcacin formal; las constantes de laorganizacin discursiva?, pero qu podemos decir desu variacin; las constantes formales?, pero qupodemos decir de su circulacin a travs de los diferentesgneros.Por mi parte, me atengo a esta terminologa quetiene el mrito de la claridad: el contrato global delmbito de la comunicacin con sus variantes, por loque remite a las circunstancias situacionales; la organizacindiscursiva y sus modos, por lo que remitea las restricciones especficas emanadas de las circunstancias situacionales; las formas textuales, porlo que remite a las ocurrencias formales que dan cuentade las regularidades, incluso rutinas, de la configuracintextual. Se podra, pues, con respecto a estascategoras, hablar de "gnero situacional" para referirsea las condiciones del contrato25, hablar de"subgneros" cuando se habla de "subcontratos" queson muchas variantes insertas en un contrato global.Por tanto, lo narrativo, lo descriptivo, lo explicativo ylo argumentativo no seran, en esta perspectiva, gneros,porque cada una de estas categoras de laactividad discursiva reuniran textos que pertenecena situaciones diferentes y, por este hecho, no podraconstituir un criterio de clasificacin que correspondaa mbitos de la prctica comunicativa. Asimismo, unaocurrencia de marcas formales, por muy fuerte quesea, no puede ser por s sola reveladora de un tipo detexto debido a la circulacin de estas marcas entrediversos textos. Estas marcas se considerarn comopistas de lo que imponen las restricciones discursivasy situacionales.En suma, se puede decir que cuando se trata deniveles diferentes de produccin-interpretacin deldiscurso, cada uno de estos aporta un principio declasificacin que le es propio: el nivel situacional quepermite reunir textos en torno a caractersticas delmbito de comunicacin; el nivel de las restriccionesdiscursivas que debe ser considerado como el conjuntode procedimientos exigidos por las instruccionessituacionales para especificar la organizacindiscursiva; el nivel de la configuracin textual cuyasocurrencias formales son demasiado voltiles paratipificar definitivamente un texto, pero que constituyensus indicios. Cada uno de estos principios de clasificacines legtimo y puede ser til segn el objetivode anlisis que uno se proponga seguir. La posicinaqu defendida es que una definicin de los gnerosdel discurso pasa por la articulacin entre estostres niveles y por la puesta en correlacin (y no enimplicacin sucesiva) de los elementos que cada unode estos niveles propone. En esta perspectiva, es difcildefinir el gnero como un prototipo o como unesquema abstracto, puesto que hay muchos componentesde orden diferente que intervienen para sucomposicin, a menos que se llegue algn da a construirun modelo cognitivo que logre integrarlos yaxiomatizarlos.Queda una ltima cuestin, aquella de las"tipologas". Si es posible establecer clasificacionessegn los niveles y los criterios que se acaban dedefinir, es posible establecer tipologas. Pero cules la utilidad de construir tipologas?, por quin ypara quin son establecidas? Estas preguntas merecenser planteadas puesto que se encuentran en elcentro de todo anlisis de los discursos: toda clasificacinpresupone la existencia de categoras, peroen materia de discurso las categoras no tienen (nodeberan tener) fundamento ontolgico; solamente, unvalor operacional para dar cuenta de otra cosa msque de s mismas. Se podra decir categoraslingsticas, pero estas se apoyan al menos en unimaginario de sistematicidad que les da un carcterestable. Si una tipologa debe ser estable, convienepreguntarse: a) si clasifica discursos (y en qu sentidode este trmino) o textos; b) si est destinada adar cuenta de un fenmeno socio-comunicativo empricoy, en este caso, la tipologa no es ms queuna grilla de lectura inestable que sirve de punto dereferencia (segn la expresin de Bajtn), o si se dacomo un principio de clasificacin absoluto,categorizando y naturalizando los textos de maneradefinitiva (quin no ha soado con dicha taxonoma!)a fin de construir una mquina de producir un texto(proyecto de la inteligencia artificial); o bien, si ellatiene una finalidad de aplicacin para, por ejemplo,proponer a los aprendientes de lengua materna o delengua extranjera modelos de "cmo escribir, cmohablar". Queda abierta, entonces, una gran tarea.NOTAS1 Ver los apuntes del Cediscor n 1. Un lieu dinscription de la didacticit, Presses de la Sorbonne Nouvelle, 1992.2 Lo que Maingueneau & Cossuta (1995) llaman los "discursos constituyentes".3 Es, finalmente, llevar al extremo la propuesta de Bourdieu (1982) que dice: "Le pouvoir des paroles nest autre chose que le pouvoir dlgu du porteparole" por el hecho de que el poder no se encuentra en las palabras sino en las "condiciones sociales de utilizacin de las palabras".4 Los clsicos haban formulado la hiptesis de una manera quizs demasiado radical en la medida en que para ellos solo se poda ser reconocido y legitimado en un "lugar social" si coincidan el rol lingstico que se ocupaba y la forma lingstica que se produca. Lo que explica que la forma legitimada poda ser categorizada (Aristteles). Branca-Rossof (1997) recuerda, citando los trabajos de Collinot, Mazire y Douay- Soublin, que este es el modelo que los jesuitas mantuvieron para las clases de retrica hasta el siglo XVIII.5 Para esta distincin ver nuestro Discours dinformation mdiatique, Ina-Nathan, Paris, 1997, chapitre 2.6 Se trata de "representaciones socio-discursivas".7 Esta nocin, tal como est definida aqu, est en un sentido ms restrictivo que aquella propuesta por Maingueneau y Cosutta (1995). Para estos autores, la "comunidad discursiva" incluye los discursos producidos por los diversos tipos de actores de un mbito institucional dado, su posicionamiento y los modos de vida, normas, etc." que comparten. De hecho, esta definicin correspondera al conjunto de las comunidades aqu definidas.8 La alusin que se hace aqu a la publicidad de Benetton corresponde a una camiseta agujereada por las balas y manchada con la sangre de un bosnio, imagen casi banal en la televisin y transgresora en una publicidad (ver ms adelante).9 Incluso si los individuos reunidos no se conocen, no se tocan, ni se encuentran juntos en el mismo momento.10 "Semiolgico" est tomado aqu en sentido restringido, refirindose a la parte formal del signo.11 Los principios de alteridad, de influencia, de regulacin, de pertinencia son definidos en Charaudeau (1995).12 Para que haya intercomprensin, el "sujeto interpretante" que se encuentra en la instancia de recepcin debe al menos reconocer el objetivo.13 "Debe " no tiene el valor de una norma moral. Seala un "horizonte de espera", el lugar (posicin y accin) que se atribuye de antemano al t si quiere entrar en la colaboracin del acto comunicativo.14 Es decir, que no puede no querer saber, "deber saber " que est a menudo justificado a posteriori.15 A veces, se dice "acto de lenguaje", pero yo mismo empleo esta expresin en un sentido amplio de acto comunicativo; prefiero hablar de "acto de habla" cuando se trata del sentido que le da la pragmtica16 Se toma aqu la idea de dominancia sugerida por Jakobson (1963) a propsito de las funciones del lenguaje.17 El modo descriptivo sirve para describir un estado de los seres y del mundo; el modo narrativo sirve para describir las acciones humanas, o consideradas como tales, que se originan de un proyecto de bsqueda; el modo argumentativo sirve para describir los razonamientos que se descomponen en "explicativos" cuando la verdad est ya establecida y que es preciso explicar el cmo de los fenmenos, y en "demostrativos" cuando se trata de establecer y probar la verdad. Esta ltima categora no confundirla con el objetivo, incluso si es objeto de una misma definicin. Aqu se trata de un procedimiento, en tanto que el objetivo es una intencin pragmtica.18 Esto es objeto a menudo de instrucciones ms o menos precisas como en los consejos que se prodigan en las escuelas, en las escuelas de periodismo y en numerosos manuales modernos sobre cmo escribir, redactar, etc.19 Por ejemplo, las expresiones del estilo administrativo, como "visto que..." "considerando que...", o las frmulas que, en los textos periodsticos, preceden las citaciones, como "segn...", "de fuente bien informada...", "si se le cree...",etc.20 En las recetas de cocina, crnicas gastronmicas, prospectos tcnicos, farmacuticos, etc.21 Si es cierto que se puede estar seguro de que existe una situacin de origen.22 Esta trasgresin corre el peligro de ser fatal para el individuo en su bsqueda de reclamacin por el hecho de que se pueda construir una imagen de "grun".23 Se trata de la publicidad de un producto comercial y no de la publicidad de servicios ni de campaas de prevencin.24 Por ejemplo, la receta de cocina pertenece a un gnero narrativo, descriptivo o explicativo. No hay una respuesta nica a tal pregunta, porque se podra justificar la presencia de estos tres modos discursivos. Por el contrario, una respuesta posible es la combinacin de los diferentes niveles.25 O de "gnero textual", si se refiere al conjunto de textos reunidos en cuanto a su pertenencia a un mismo contrato.REFERENCIASAdam, J.M. (1992).Les textes: types et prototypes. Rcit,description, argumentation, explication et dialogue. Paris: Nathan Universit.[Links]Bakhtine, M. (1984).Esthtique de la cration verbale. Paris: Gallimard.[Links]Benveniste, E. (1969).Problmes de linguistique gnrale. Paris: Gallimard.[Links]Bourdieu, P. (1982).Ce que parler veut dire. Paris: Fayard.[Links]Branca-Rossof, S. (1997). Les lettres de rclamation adresses au service de la redevance. Langage et socit, 81.[Links]Branca-Rossof, S. (2004a) Des innovations et des fonctionnements de langue rapports des genres. Langage et Socit, 87. [En prensa].[Links]Branca-Rossof, S. (2004b). Types, modes et genres.Langage et Socit, 87. [En prensa].[Links]Bronckart, J.P. (1994). 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Jean-Baptiste Clment, 93430 Villetaneuse, Paris, Francia.Traducido del francs por la Dra. Juana Marinkovich.Recibido:8 de marzo de 2004Aceptado:14 de junio de 2004*Este artculo se enmarca en el Proyecto ECOS/CONICYT CO2 HO2.