la proto-relación méxico taiwán y la importancia …...la proto-relación méxico – taiwán y...
TRANSCRIPT
淡江大學美洲研究所亞太研究數位學習碩士在職專班
碩士論文
指導教授:陳小雀 博士
初探台墨關係-從十六、十七世紀
新西班牙對中國的重要性談起
La Proto-relación México – Taiwán y la Importancia de la
Nueva España en la China de los Siglos XVI y XVII
研究生:裴煥伊 撰
中華民國 106 年 6 月
Dedicatoria
Esta tesis está dedicada a la Dra Lucía Chen quien, con su esfuerzo, diariamente
construye un nuevo puente entre Taiwán y México; sin ella, esta tesis que aporta
elementos sobre el Taiwán mexicano, no hubiera sido posible.
Agradecimientos
A los profesores del programa del Máster Ejecutivo de Estudios Asiáticos:
Lucía Chen
Elisa Wang
Francisco L. Pérez E.
Gregorio Huang
Emilio Kung
A mi amigo:
Luis Carlos Urzúa
También a:
Lizette Clavel Sánchez
Luis Alberto García Mendieta
Ricardo Zeferino Pérez Jiménez
i
論文名稱:初探台墨關係-從十六、十七世紀新西班牙對中國的重要性談起 頁數:111
校系(所)組別:淡江大學 美洲研究所亞太研究數位學習碩士在職專班
畢業時間及提要別:105 學年度第 2 學期 碩士 學位論文提要
研究生:裴煥伊 指導教授:陳小雀 博士
論文提要內容:
本論文的時間與空間均座落於新西班牙總督區、菲律賓特別自治區和台灣島上定居之間關係
的特質,以及其總督任期和中國明清時期間的關係,包含安德烈斯·德·烏達內塔航行時期以及
十九世紀最後一艘往菲律賓的西班牙船艦所走的阿卡普爾科航線。
關於新西班牙在台灣的存在,透過總督時期及西班牙王國時期的檔案證明,在墨西哥資料中
有同樣的記載;這存在於台灣淡水與基隆的軍事國防建設。尤其提出不容置疑的歷史資料來
證明十七世紀在台灣來自墨西哥的新西班牙存在,從中散發出來自美麗的島嶼-台灣其居民繁
衍後裔的能力。
ii
關鍵字:新西班牙人,在台墨西哥人,在台道明會傳教士,在台方濟各會傳教士,殖民時期
馬尼拉,殖民時期菲律賓,新西班牙時期的台灣,新西班牙
*依本校個人資料管理規範,本表單各項個人資料僅作為業務處理使用,並於保存期限屆滿後,逕行銷毀。
表單編號:ATRX-Q03-001-FM030-03
iii
Title of Thesis: The Proto-relationship between Mexico and
Taiwan and the Importance of New Spain in
the Chinese of the16th and 17th Centuries
Total pages:111
Key word: Novohispanos, Mexico in Taiwan, Formosa Dominicans
Missionaries, Franciscans Missionaries in Formosa, Colonial
Manila, Philippines in the Colony, Taiwan Novohispano, New Spain
Name of Institute: E-Learning Executive Master’s Program in Asia-Pacific Studies
Graduate date: June, 2017 Degree conferred: Master
Name of student: Juan Iván Peña Neder Advisor: Lucia Hsiao-Chuan Chen
裴煥伊 陳小雀 博士
Abstract:
In the present work is located, in time and space, the nature of the relationship between the
Viceroyalty of new Spain, the Captaincy General of the Philippines and the settlements on
the island of Formosa, as well as (in a wider context), the relationship between the same
Viceroyalty and the China of the Ming and Qing in the period between, the journey of Andrés
de Urdaneta and the last Spanish ship that carried out the route to the Philippines in the 19th
century, trough Acapulco.
The colonial new spaniards presence at the island of Formosa, is described with information
that Mexico had through the records at the Viceroyalty File, or at the own Kingdom of Spain
File; this, during the existence of the military fortifications of Tamsui and San Salvador, in
Taiwan. On this issue in particular, data of unquestionable historical sources about the
presence of people born in Mexico or newspaniards at Taiwan, is provided in the 17th
century, which suggests the consequent possibility of procreation and descendants of this
original population on the island of Formosa: La hisla Hermosa.
According to “TKU Personal Information Management Policy Declaration“, the personal information collected on this form is limited to this application only. This form will be destroyed directly over the deadline of reservations.
表單編號:ATRX-Q03-001-FM031-02
iv
Título de tesis: La Proto-relacion México – Taiwán y la
Importancia de la Nueva España en la
China de los Siglos XVI y XVII
Páginas totales:111
Palabras claves: Novohispanos, Mexicanos en Taiwán, Dominicos en Formosa,
Franciscanos en Formosa, Manila Colonial, Filipinas en la
Colonia, Taiwán Novohispano, Nueva España
Nombre del instituto: Programa de Maestría Ejecutiva de Estudios de Asia-Pacífico a
Distancia
Fecha de titulación: Junio, 2017 Título otorgado: Máster
Nombre del alumno: Juan Iván Peña Neder Asesor: Lucia Hsiao-Chuan Chen
裴煥伊 陳小雀 博士
Resumen:
En el presente trabajo se ubica en el tiempo y el espacio, la naturaleza de la relación entre
el virreinato de la Nueva España, la Capitanía General de Filipinas y los asentamientos
en la isla de Formosa, así como (en un contexto más amplio), la relación entre el propio
virreinato y la China de los Ming y Qing en el periodo abarcado entre el viaje de Andrés
de Urdaneta, y el último navío español que realizó la ruta a Filipinas en el siglo XIX, vía
Acapulco.
En lo relativo a la presencia novohispana en la isla de Formosa, se describe con la
información que en México se tenía de la misma, a través de las constancias de archivo
del virreinato o del propio Reino de España; esto, durante la existencia de las
fortificaciones militares de Tamsui y San Salvador, en Taiwán. Sobre este asunto en
particular, se aportan datos de fuentes históricas incuestionables sobre la presencia de
novohispanos de origen mexicano en La isla Hermosa (Taiwán) en el siglo XVII, de los
que se desprende una consecuente posibilidad de procreación y descendencia de esta
población originaria en la isla de Formosa: La isla Hermosa.
v
ÍNDICE
CAPÍTULO 1 MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL ..................... 1
CAPÍTULO 2 NUEVA ESPAÑA ....................................................... 9
2.1. Contexto europeo del siglo XV y XVI - Carlos de Habsburgo,
Rey de España y Sacro Emperador de Alemania. ....................... 9
2.2. Hernán Cortés mira al Pacífico ............................................... 11
2.3. Martín Cortés II y la posible independencia de México en el
siglo XVI ............................................................................... 21
CAPÍTULO 3 EL PACÍFICO O MAR DEL SUR ........................... 27
3.1. Empresa novohispana ............................................................. 27
3.2. Rodrigo de Vivero como muestra de la inicitaiva novohispana en
Asia ....................................................................................... 29
3.3. Elementos para sostener la autonomía del Reino de la Nueva
España frente al gobierno español de El Escorial .................... 39
3.4. La plata mexicana, factor de crisis en ambos hemisferios ........ 41
CAPÍTULO 4 Filipinas: Una capitanía general de la Nueva España ..
................................................................................. 45
4.1. Limahong y la defensa novohispana de las Filipinas ................ 53
4.2. El imperio español en la colonia novohispana de Filipinas ....... 55
4.3. Novohispanos en Filipinas ...................................................... 57
4.4. El sistema Forzado, el Situado Novohispano y el Socorro. Gente,
dinero y cosas de México a Filipinas ...................................... 61
CAPÍTULO 5 ISLA HERMOSA ..................................................... 66
5.1. Hispania versus Batavia ......................................................... 66
5.1.1. ¡Contra España! ............................................................................. 66
5.1.2. La VOC, Compañía holandesa de las islas orientales .................. 69
5.2. El Taiwán novohispano, un frente de batalla más contra Holanda
y sus empresas ....................................................................... 70
5.3. Dominicos y El proceso de evangelización en Taiwán (1582-
1673) ..................................................................................... 78
5.4. El fin de la colonia novohispana en La isla Hermosa (Taiwán) . 90
CONCLUSIÓN GENERAL ............................................................... 96
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................. 104
vi
TABLA DE GRÁFICOS
Gráfico 1 Extensión del Reino de la Nuvea España hasta 1821 ......................... 12
Gráfico 2 Extensión del imperio de Carlos V, previo la conquista de las
Américas .............................................................................................. 12
Gráfico 3 Mapa de Filipinas de 1744 hecho por Pedro Murillo de Velarde de la
Compañia de Jesús .............................................................................. 13
Gráfico 4 Envío de plata por concepto de situados a provincias dependientes de
la Nueva España .................................................................................. 64
Gráfico 5 Ingresos y gastos de la Capitanía General de Filipinas en 1611 ......... 65
1
CAPÍTULO 1 MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL
La concepción histórica tradicional ha atribuido a razones específicas las
decisiones que fueron tomadas por las autoridades novohispanas en Filipinas para
desahuciar su colonia en La isla Hermosa (Taiwán) y, por lo corto del periodo de
duración, la investigación histórica en torno al fenómeno adolece muchas de las
veces, de los elementos heurísticos que pudieran insertarla en un plano mayor y
relacionarla con los grandes fenómenos cuyas consecuencias habrán de sentirse,
tanto en los imperios europeos, como asiáticos.
Hablar de historia en términos de metodología implica primero ubicarla en el
campo de las ciencias sociales. Handey White ha señalado que la historia debe
entenderse como mitad arte y mitad ciencia. Fue hasta el siglo XIX que en
Alemania hubo un acercamiento de la historia hacia el método científico;
Wallerstein se pronuncia en el sentido de que la historia se consolida con
intenciones ideográficas, entendido lo anterior como que los propósitos son más
explicativos en torno a los acontecimientos pasados, y que no es la prioridad
establecer historias, leyes o teorías. (Wallerstein, 1998, pág. 249)
Así pues, la historia busca la verdad en el pasado, pero no establece criterios
rígidos en torno a la búsqueda.
La definición de Lucien Febvre, fundador de la escuela de Los Annales dice: “la
historia es el estudio científicamente elaborado de las diversas actividades y de
las diversas creaciones de los hombres de otros tiempos, captadas en su fecha, en
el marco de sociedades extremadamente variadas y, sin embargo, comparables
unas a otras, actividades y creaciones con las que cubrieron la superficie de la
2
tierra y la sucesión de las edades” (Cantera M., 2012, pág. 252). Si adoptamos
este postulado, podemos afirmar que la naturaleza científica del trabajo histórico
es cercana a un método de investigación y, por tanto, surge de un problema
investigativo, por lo que es imprescindible la construcción de una hipótesis de la
cual partir.
Febvre identificaría este núcleo como “la historia problema”, el que vincula a un
principio de investigación que se denominará interdisciplinariedad, principio éste
que la historia comparte con otras ciencias sociales.
Desde su inicio, el estudio de la historia ha generado su propia lógica, la que tiene
por objeto comparar hipótesis relativas con las relaciones de causación histórica,
sobre lo anterior, Edward H. Carr ha sostenido que estudiar la historia es estudiar
las causas (Carr, 1987, pág. 22). Ante esta perspectiva metodológica, el
investigador requiere indispensablemente un trabajo previo para poder definir
categorías entre fuentes; esto es, el investigador en materia histórica identifica un
marco sobre el que habrá de elaborar su trabajo por lo que, requiere de elaborar la
hipótesis y esto hace que el historiador necesariamente se tope con elementos que
lo condujeron a la fuente, así que no llega a ellas en un ambiente propio de
laboratorio, sino a través de los matices que le permitieron descubrirlas. De esta
manera, el investigador se ve obligado a contrastar la hipótesis contra los datos;
en consecuencia, el equilibrio entre ambos trae por resultante una herramienta
metodológica, encontrándonos que, si la hipótesis ha surgido de una
problematización, las interpretaciones de esta y sus contextos son creados por el
historiador para luego, ser corroboradas por los hechos verificados. Volviendo a
Carr diremos que el historiador y los hechos son mutuamente necesarios.
3
La identificación del problema implica la creación de la herramienta, lo que hace
que haya una dosis de arbitrariedad en tanto la formulación de preguntas que la
hipótesis habrá de resolver; por tanto, la resultante de cualquier investigación
histórica puede ser reargüida por cualquier otro. Cada investigador podrá siempre
hacer una batería distinta de preguntas a los mismos hechos.
Las fuentes son el problema originario tras la creación de la hipótesis; éstas, per
se, no constituyen historia, pero pueden comprender todos los documentos,
testimonios u objetos que nos transmitan una información significativa referentes
a lo que ha acontecido. El historiador trabaja con las fuentes, contrastándolas e
interrogándolas. Típicamente las fuentes serán de dos tipos: primarias y
secundarias. Las fuentes primarias serán las que son elaboradas durante el tiempo
del hecho narrado y llegan al historiador sin modificación; las fuentes secundarias
o historiográficas son las que surgen a partir de las primarias. En este sentido,
deben ser sometidas a una crítica constante para conocer y entender sus elementos,
así como para comprobar su veracidad.
A partir de estas fuentes, es necesario organizar los hechos cronológica y
geográficamente para que la hipótesis pueda materializarse en su propio sentido
descriptivo. Si la historia es una disciplina sobre la propia descripción de los
hechos históricos, y los análisis para explicarlos se han definido como
historiología, podemos continuar en esa lógica y adoptar los postulados de Jared
Diamond 1 basados en el materialismo cultural de Marvin Harris. Diamond
concluye que el grado de avance de determinadas sociedades está definido por
1 Diamond, Jared Mason. Geógrafo y escritor, Doctor en Filosofía por la Universidad de Cambridge, profesor
de Geografía en la UCLA. Ganó el premio Pulitzer con “Armas, gérmenes y acero”. Otra de sus obras es : “Por
qué unas sociedades perduran y otras desaparecen”.
4
condiciones del contexto originario de los pueblos que les permitieron formas y
modelos adaptativos que luego utilizaron en una lógica de prevalencia frente a
otros, trayendo por consecuencia, ventajas tecnológicas o de conocimiento
acumulado que definieron las realidades sociales en los diversos periodos de la
historia humana (Diamond, 2011, pág. VIII y IX).
El cuerpo principal o enfoque con el que se abarca la construcción de esta tesis,
se encuentra fundamentalmente en lo que denomina Guerra como la escuela
francesa de los Annales o historia económica, y el enfoque la nueva historia o
historia social de principios del siglo XX en Argentina. (Guerra, 2017)
La perspectiva historiográfica de la escuela francesa de los Annales construye la
historia a partir de las diferentes dimensiones que un hecho histórico puede tener,
escapando del reduccionismo político de los hechos y centrando a los grupos
sociales como los actores de la historia. Esta escuela se gesta durante el periodo
entre la primera y la segunda guerras mundiales y sus principales exponentes
fueron: Marc Bloch y Lucian Febvre. Este enfoque analiza los hechos históricos
desde múltiples dimensiones, principalmente la económica y cultural, recurriendo
a fuentes oficiales para delimitar el alcance de los hechos y matizando la historia
con documentos complementarios y estudios periféricos al tema. Guerra, con base
en esta escuela reconoce que: “se debe realizar un análisis de las coyunturas
sociales, los ciclos económicos, y las formas institucionales y culturales”, para
lograr una pintura completa de un proceso histórico. (Guerra, 2017, pág. 9)
El enfoque de la nueva historia social empleado por historiadores argentinos,
según Campione, aspirará a un enfoque liberal y a la democratización de las
fuentes históricas en un ánimo:
5
De rigurosidad
De la investigación histórica
Revisionismo de las interpretaciones respecto a los hechos históricos
Incluir en la narración de la historia la dimensión económica, social y
cultural
Estudiar procesos y casos específicos (Campione, 2002)
Apoyado en estos enfoques, se aborda el desarrollo temprano de la relación de la
Nueva España, la Capitanía General de las Filipinas, y las fortificaciones en
Taiwán durante los siglos XVI y XVII bajo una estricta revisión de la historia
conjunta.
Para esta investigación se emplearon dos protocolos de manejo de la información
documental, el primero, para el manejo general de la información de fuentes
indirectas; el segundo, para el manejo de fuentes históricas directas.
Por medio de información de otros autores y documentos históricos
complementarios, se esboza la historia de la relación entre el Reino de la Nueva
España,2 la capitanía de las Filipinas y la historia de los asentamientos en La isla
Hermosa (Taiwán), bajo un escrutinio detallado de las fuentes, fechas históricas y
sucesos en esta relación tripartita; a la par, se validan y contrastan autores con el
fin de integrar una visión completa del desarrollo de la relación.
La presente tesis recoloca los hechos en torno a la Colonia novohispana en La isla
2 En el texto intencionalmente nos referimos al Reino de la Nueva España lo que a algunos disonara, pues la
costumbre ha generalizado el termino “Virreinato de la Nueva España”, cosa esta que solo puede referirse a las
acciones administrativas del Virrey, ya que para todo efecto la entidad como Estado Nacional denominada Reino
de la Nueva España era gobernada directamente por el rey y, por tanto, su denominación territorial era un reino,
la figura del Virrey solo era un delegado que no poseía territorio alguno.
6
Hermosa (Taiwán) como elementos consecuentes de fenómenos económicos y
políticos de la más alta importancia y permite redimensionar la importancia
relativa de la base Formosa para efectos del contacto entre el imperio español y la
china de los Ming.
Así mismo, concreta el andamiaje de los grandes acontecimientos históricos como
la sobreproducción de plata en las minas novohispanas del siglo XVI y las
dramáticas consecuencias, tanto para el imperio español, en su configuración
interna respecto a Portugal y las provincias unidas, como en la influencia que
tuvieron respecto al imperio de los Ming y el ascenso de la dinastía Manchú justo
en aquel periodo.
Para la demostración de hechos históricos de fuentes directas, se consultaron los
archivos virreinales de la Nueva España en México y España para dar fe de los
hechos sucedidos. Como fuente directa se consideran los documentos históricos
con autor o autoridad identificada en las relaciones la Nueva España, Filipinas y
Taiwán, durante los siglos XVI y XVII. Con base en las fuentes directas se
corroboran las dimensiones y términos bajo los cuales se llevaba a acabo la
relación.
Es por tanto, una historia de ciclo que encuentra un elemento común en la nueva
España y una demostración en los hechos relativos a la colonia hispánica en
Taiwán; dicho de otro modo, la presente tesis aporta elementos para entender por
qué en la visión novohispana de los siglos XVI y XVII existía un propósito
expansionista que llegó a asumir la posibilidad de conquistar China y luego, cómo
la propia riqueza mineral de México desestabilizó la economía imperial,
originando que las contradicciones en la constitución del imperio español se
7
precipitaran durante los reinados de Felipe III y IV trayendo aparejada la
sublevación holandesa y la separación portuguesa, siendo éstos actores
precisamente, los que cobrarán relevancia en el Pacífico y por tanto, afectarán de
forma directa las decisiones en torno al eje de colonización de Taiwán por parte
de la colonia novohispana de Filipinas.
8
9
CAPÍTULO 2 NUEVA ESPAÑA
2.1. Contexto europeo del siglo XV y XVI - Carlos de Habsburgo, Rey de
España y Sacro Emperador de Alemania.
Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, Rey de Nápoles,
Sicilia, Cerdeña, Duque de Borgoña y Archiduque de Austria, nació en la
provincia de Gante, en Flandes oriental en la región flamenca. La pequeña ciudad
estaba ubicada en la confluencia del río Lys y del Escalda. Gante, palabra de
origen celta, significa convergencia; sin duda, esto marcaría la vida del joven
monarca. La torre del campanario allí ubicado fue construida en 1313 y es el
símbolo del poder de los gremios mediavales. El pequeño príncipe fue bautizado
en la catedral de San Bavon que combina los estilos románico, gótico y barroco.
San Bavon, patrono de la catedral, fue uno de los primeros francos conversos.
Cristiano de la era merovingia y emparentado con la mayordomía de las casas de
Austrasia y Neustria, Bavon era el representante mas fidedigno del reino de los
francos cuya casa carolingia, representada por Carlos I, sería la primer casa
europea que ostentaría el poderosísimo título de Sacro Emperador Romano
Germánico, título que 700 años después obtendría el propio Carlos (esta vez, el
número V de los emperadores germánicos). El Emperador nació durante la
celebración de un baile en honor a su madre, la mismísima princesa de Castilla,
Doña Juana (que el mundo conocería como La loca); su padre, Felipe El Hermoso,
ordenó que el nombre de su hijo fuera Carlos, en honor a Carlos El Temerario,
que muere en ese año de 1477 combatiendo contra René II, Duque de Lorena. En
su bautizo estuvo Margarita de York, viuda de dicho Carlos y fue su padrino
Carlos Decroy, príncipe de Chimay, acompañado del señor de Vergas. El recién
10
nacido antes de su 1er año fue nombrado Duque de Luxemburgo y se le otorgó la
insigne Orden el Toisón de oro. Ese mismo año, sus padres juraron como
sucesores de Isabel y Fernando, reyes de España (1501). Su abuelo, Fernado El
Católico, rey de Aragón, comisionó a Luis Cabeza de Vaca como maestro del
joven principe (quien después sería obispo de Canarias y Salamanca), que era un
discípulo de Erasmo de Rotterdam, miembro de la rama erasmista española y por
tanto, defensor a ultranza de la unidad religiosa del imperio, opuesto a la
multireligiosidad y, por supuesto, al protentantismo de Lutero.
La Reina de Castilla, Doña Isabel, muere en Medina del campo en 1504, el Papa
Alejandro VI, nacido como Rodrigo de Borgia, en su bula Si convenit de 1496 le
había dado el título de La Católica. Esto hizo que Felipe El Hermoso y Juana (aún
no La Loca), partieran a España a reclamar la corona; entonces Felipe murió y su
joven princesa enloqueció de amor. El Padre de ésta, Fernando de Aragón, encerró
a Juana en el convento de Tordesillas y asumió la regencia. En tanto, Maximiliano
I de Habsburgo en el nombre de su nieto Carlos de 6 años de edad, gobernó los
Países Bajos.
En 1509, Adriano de Utrecht, de la muy católica Universidad de Lovaina, fue
designado por el Emperador como maestro de Carlos. Este más tarde llegaría a
ser, en 1522, Adriano VI, Papa de la Iglesia Católica.
En 1515 Carlos es declarado mayor de edad y nombrado por los Estados
Generales: Señor de los Países Bajos; el futuro Papa, en su calidad de Adriano
Cardenal Utrecht, se trasladó a los dominios de Fernando para garantizar la
herencia española de Carlos, cosa que logró pues, el 22 de enero de 1516, en su
última voluntad, su católica Majestad, el Rey Fernando II de Aragón, designó a
11
su nieto gobernador y admnistrador de los reinos de Castilla y de León en
suplencia de su madre radicada en Tordesillas; y, cosa curiosa, su propia corona
la dejó a su hija loca, nombrándola Reina de Aragón, pero haciendo recaer en
Carlos la gubernatura general. El 21 de marzo de aquél 1516, el rey deliberó con
su Consejo y el 13 de abril se proclamó que:
“Doña Juana y Don Carlos, su hijo, Reina y Rey de Castilla, León, Aragón, las dos Sicilias,
Jerusalém, Navarra, Granada, Toledo, Valencia, Galicia, Mallorca, Sevilla, Cerdeña, Córdoba,
Córcega, Murcia, Jaen, Los Algarves, Algecida, Gibraltar, Islas Canarias, Indias y Tierra
Firme del Mar Océano, Condes de Barcelona, Señores de Vizcaya y Molina, Duques de
Atenas y Neopatria, Condes de Rosellón, Marqueses de Oristan y Gosiano, Archiduques de
Austria, Duques de Borgoña y de Bravante, Condes de Flandes y El Tirol, proclaman a sus
súbditos su Majestad” (Salgado F., 2016, pág. 74).
Los estamentos del reino de Navarra juraron fidelidad a Carlos su Rey y Señor, a
mediados de ese mismo año Carlos fue reconocido como Rey por el Papa León
X, sucesor de Julio II, quien decidió el que Carlos fuera electo Emperador sobre
Francisco I de Francia, debemos recordar que León X era hijo de Lorenzo El
Magnífico de la casa Medici de la República de Florencia. Es en este contexto en
el que Don Hernán Cortés inicia la conquista de América continental y el Pacífico.
2.2. Hernán Cortés mira al Pacífico
En el año de 1485, en Castilleja de la Cuesta en Medellín (en el reino de Castilla),
7 años antes de la derrota definitiva del último reino musulmán en territorio
ibérico (Granada), nacería Hernán Cortés Monroy Pizarro Altamirano; este
personaje sería de la mayor trascendencia en la historia de las relaciones entre
oriente y occidente.
Con un grupo que nunca superó los 2,000 europeos, y sin autorización expresa de
12
las autoridades españolas en Cuba, Hernán Cortés, tras haber sido alcalde en dicha
isla de la ciudad de Santiago, lideró la 3ª expedición a tierra firme que en el último
momento fue cancelada por Diego Velázquez (en aquel momento gobernador de
Cuba). Desobedeciendo las órdenes, desembarca en el territorio del Anáhuac, hoy
México, y lidera así, la más importante epopeya del siglo XVI, conquistando para
España un territorio de 3 millones de km2; superficie 6 veces mayor que la que
poseía en 1492 el Sacro Imperio Romano Germánico. Pero más aún, Hernán
Cortés generó la base para que España abordara el Pacífico.
Gráfico 1 Extensión del Reino de la Nuvea España hasta 1821
Fuente: Adaptado de Enriqueta García de Miranda y Zaida de Falcon de Gyves en Nuevo Atlas
Porrúa de la República Mexicana, Porrúa S. A. C.V. 1992
Gráfico 2 Extensión del imperio de Carlos V, previo la conquista de las Américas
13
Fuente: Anónimo, Rescatado de, Electronic Cultural Atlas Initiative Atlas, Ibero-Mundo
Gráfico 3 Mapa de Filipinas de 1744 hecho por Pedro Murillo de Velarde de la
Compañia de Jesús
Fuente: Tomado de Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Literatura filipina en español.
Introducción temática, sitio web, Madrid (2017)
Gráfico 4 Mapa de La Isla Hermosa incluído en una carta enviada por el Procurador de
las Filipinas al Rey de España, con fecha en Manila a 27 de junio de 1597
14
Fuente: La Nao Va. Una invitación para conocer la historia del Galeón de Manila, su cultura y su impacto en
Filipinas y América. http://lanaova.blogspot.tw/2015/06/
En la Historia de la Nueva España, escrita por su esclarecido conquistador Hernán
Cortés, y aumentada con otros documentos y notas por el ilustrísimo señor, Don
Francisco Antonio Delorenzana, a página 13 se puede leer:
“Primer virrey. El excelentísimo. Señor. De. Antonio de Mendoza, hermano del marqués de
Mondéjar, camarero del rey, hizo fu entrada pública en efta ciudad año 1535. Vivía aun
Hernán Cortés, que no fue electo virrey por prudentifsimas y fuertes razones de
Eftado…gobernó por efpacio de diecisiete. Años, con a cierto y efpiritu militar, pues falio en
perfona a hacer guerra a los indios de la Nueva Galicia, o Xalifco y los venfio y pafifico: año
de 1542. embio a Juan Rodríguez Cabrillo, con Navíos a la cofta de Californias, que defcubrio
y a Ruy Lopez de Villalobos a Filipinas”. (Cortés & Lorenzana, 1770)
Fue la expedición de Magallanes concluida por Juan Sebastián Elcano que,
partiendo el 20 de septiembre de 1519 del puerto de San Lucar de Barrameda, la
15
que reclamó para España la posesión de la islas Filipinas, pero es el conquistador
de México, Hernán Cortés, el que formalmente inicia los preparativos de la
conquista del territorio, encomendando a su primo Álvaro de Saavedra Cerón una
expedición en 1527 con tres navíos de los que sólo uno llego a Filipinas. (Cortés,
1871)
En su grandiosa obra México a través de los siglos, Don Vicente Riva Palacio, en
el tomo II a hoja 254 dice:
“En 1525 Carlos V escribió a Cortés encargándole que las nuevas naves que tenía ya
preparadas en Zacatula salieran con dirección a las Molucas en busca de la Nao Trinidad que
era una de las Hernándo de Magallanes y de las escuadras del Comendador García Jofre de
Loaysa y de Sebastian Caboto procurando fijar al mismo tiempo la navegación entre la nueva
España y las islas Molucas”. (Riva P., 1884, pág. 254).
“Que se vaya para Zacatula y se haga acompañar de carpinteros y obreros y, que
lleve todo lo necesario para construir tres barcos con capacidad de cruzar el gran
océano” (Riva P., 1884), así ordenó Cortés la construcción de los barcos en
territorio mexicano y, bajo su directo mando, organiza la expedición. En Zacatula
se prepara un astillero, construyéndose luego 3 navíos que eran: Nao La Florida
(la nave capitana), Nao La Santiago y Nao Espíritu Santo. Estas son enviadas
luego en un viaje de prueba y llegan hasta Manzanillo, para después volver a
Zihuatanejo y preparar la expedición a Las Molucas.
En su famoso libro Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Don
Bernal Díaz del Castillo (uno de los conquistadores de México) nos narra:
“La armada del capitán de mar e tierra Álvaro Saavedra Cerón compuesta por tres navíos, ya
mencionados y tras encomendarse a Dios y oír la misa, zarpa de la bahía de Sahuataneo, con
rumbo a Las Molucas, o islas de las Especias en la víspera del día de muertos de 1527, con
16
el encargo de socorrer si fuera necesario a la armada de Fray Jofre García de Loaysa y
Sebastián Caboto y conocer cuál fue el destino, de la Nao La Trinidad, nave capitana de
Magallanes, y desde luego por el descubrimiento e conquista de nuevas tierras. Y para
solventar los gastos del largo viaje había que regresar con las bodegas de las Naos repletas
de especias”. (Díaz, C., 2017)
La armada de Saavedra, según el escribano de abordo Vicencio de Napoli, parte
el 31 de octubre de 1527 con la siguiente tripulación:
Nao La Florida – 50 hombres
Nao La Santiago – 45 hombres
Nao Espíritu Santo – 15 hombres (Leon-Portilla, 2001, pág. 47)
De estas tres, sólo La Florida llega a la isla de Tidore 145 días después, el 27 de
marzo de 1528. Cuando arriban a la isla de las Especias, encontraron semihundida
a la Nao La Trinidad, que fue abandonada por Elcano en 1521 pues estaba en
malas condiciones para navegar y no había personal para su tripulación. Tras ver
abandonada a La Trinidad, contacta a algunos miembros de la expedición Loaysa,
después La Florida (nave capitana) es reparada y se prepara su regreso a México,
llenándose las bodegas de especias, según la instrucción de Cortés: pimienta,
clavo, orégano, ajonjolí, canela, azafrán, comino, tomillo, eneldo, anís y
tamarindo, entre otras, serán cargadas al navío.
La Florida zarpa el 14 de junio de 1528 por la misma ruta que había ya recorrido,
pero los vientos adversos le impiden avanzar; tras múltiples intentos de retornar,
Álvaro de Saavedra muere el 8 de diciembre de 1529. La Florida regresará a
Tidore sin que se haya sabido más de la expedición. Actualmente, el puerto de
partida de la expedición de Saavedra en México es conocido como Puerto Lázaro
17
Cárdenas.
En la carta de relación que Hernán Cortés envió a Carlos V el 11 de septiembre
de 1526, Cortés defiende frente al Emperador sus logros y conquistas, incluyendo
el descubrimiento de las islas del mar del Sur, a las que luego llegará Loaysa. El
texto dice:
“Mucho ha que hice saber a vuestra majestad cómo hacía ciertos navíos en la mar del Sur
para descubrir; y aunque aquello es cosa muy importante, por otras ocupaciones y cosas que
se me han ofrecido, ha cesado hasta ahora que los navíos están ya a punto. Envío por capitán
a una persona bien cuerda y experimentada, que es Diego de Ordaz, el cual ha estado en esta
corte de vuestra majestad por procurador de esta tierra: plega a Dios lo encamine; creo se
hará a la vela en todo el mes de ... Asimismo envío una relación que un Juan de Arizaga,
clérigo, natural de Guipúzcoa, me dio del viaje que el dicho Loaysa hizo después que salió
de la Coruña hasta que emVó y desembocó el estrecho de Magallanes, porque desde que
desembocaron, el navío Santiago donde él venía, perdió la flota, y arribó a esta costa, que yo
tengo descubierta de la mar del Sur. Creo que holgará vuestra majestad de lo saber,
especialmente si el navío en que iba por capitán don Rodrigo de Acuña y el navío Nunciada,
que creen éstos que no quisieron seguir a Loaysa, no han aportado a esos reinos”. (Cortés,
1871, pág. 112)
Las cartas de relación son escritas en un buen estilo universitario porque Cortés
estudió leyes y gramática en la Universidad de Salamanca, aunque finalmente no
se graduó. (Salvadorini, 1963) Respecto a esto, Don Vittorio Salvadorini apunta
que:
“Hijo de padres creyentes y religiosos, Cortés fue a estudiar a Salamanca a la edad de catorce
años, en 1499, y allí permaneció durante dos años estudiando gramática, al cabo de los cuales
volvió a Medellín, harto arrepentido de estudiar, o quizá falto de dineros. Sólo en 1504, a los
diez y nueve años, Cortéz fue a las Indias después de haber transcurrido dos años a la flor del
berro. También Bernal Díaz del Castillo narra que: “Cortés era latino, y oí decir que era
bachiller en leyes, y cuando hablaba con letrados y hombres latinos respondía a lo que decían
18
en latín". (Salvadorini, 1963, pág. 80)
Don Hernán Cortés fue el tercer comandante de las expediciones a la Tierra Firme
del Mar Océano, mandadas por el Válido de Don Diego Colón, Diego Velázquez.
Cortés es precedido por Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva. En
el contexto de esta expedición se encuentra la intención de Diego Velázquez,
gobernador de Cuba, de lograr asentarse en tierra firme para romper con la
potestad capitular de Don Diego Colón, hijo del gran almirante, a quien la casa de
Trastamara había otorgado control hereditario de sus descubrimientos (Thomas,
2003, pág. 295). Pero esta intención de Diego Velázquez fue aprovechada por
Cortés para deslindarse, no tan sólo del propio Colón, sino también de Velázquez,
el que era también su concuño3 y lo había nombrado alcalde de Santiago en Cuba.
Como estudiante de leyes, Cortés encontró los recovecos en las capitulaciones que
firmó el 23 de octubre de 1518 con Velázquez, quien las firmó como lugarteniente
del almirante Diego Colón y Monis Perestrello, hijo del gran Cristóbal Colón.
Cortés zarpó de Santiago de Cuba el 18 de noviembre de 1518 y para él era
indispensable generar legitimidad y por tanto, autonomía. El enorme éxito militar
de Cortés, y las ganancias que dio a la corona, le permitieron cierto nivel de
legalidad. Debido a esto, las cartas de relación escritas desde 1519 hasta 1534,
son documentos que tienen básicamente una línea: justificar las acciones de
Cortés ante el Emperador.
Lo primero que Don Hernándo hace es fundar el cabildo de la Villa Rica de la
Vera Cruz y del cabildo por él fundado, obtiene el nombramiento de Capitán
3 Hernán Cortés se casó con Catalina Juárez Marcaida, hermana de Maria de Cuéllar quien fue esposa de Diego
Velazquez Cuéllar, por tanto Hernán Cortés es concuño de Velázquez.
19
General y Justicia Mayor. Lo segundo que hace Cortés, es separar la quinta parte
de todo el botín para enviarlo al rey. En esta primera remesa de cosas americanas
se envían los libros mayas que integran el códice de Madrid; así, Cortés rebasa la
autoridad de Colón y de Velázquez para, posteriormente, solicitar al cabildo de
Veracruz, ya autónomo, el no otorgamiento de cargo alguno a Velázquez sobre las
tierras por él descubiertas.
Otro hecho narrado, pero esta vez en la segunda carta de relación, es cómo el
conquistador, quema los navíos (Naos) para evitar la deserción de sus hombres,
obligándose así a vencer o morir. Lo extraordinario de la narrativa es cómo, a lo
largo de ésta se reflejan dos papeles diferenciados y aparenetemente contrapuestos:
por un lado, se nota la iniciativa de Cortés que con su talento, tenía para conquistar
el Anáhuac con oposición de las autoridades españolas en Cuba y por otro lado,
el desmedido afán por ganar la confianza del rey a pesar de no necesitarlo en los
hechos.
Esto debe ser entendido en el contexto de los acontecimientos posteriores pues,
Hernán Cortés ensancha el mundo hispánico, pero no se le concede la autoridad
virreinal, aunque sí cargos y autonomía por lo importante de sus aportaciones
económicas al imperio y lo amplio de sus habilidades militares, las que generaban
temor en la corona española, así como resentimiento en la pléyade de
conquistadores que acompañaron a Cortés tan llenos de autonomía y arrojo por
no haberle otorgado el título de virrey. Cortés y sus hombres asumen siempre la
independencia bajo el supuesto de no necesitar de la metrópoli para sus proezas,
esto hace que el Reino de la Nueva España, por ellos fundado, aunque no
gobernado, sea siempre considerado no solamente como un apéndice colonial por
20
los Habsburgo, sino mas bien como un muy respetado aliado, más o menos
subordinado.4 Este espíritu se plasma en la ley y el Reino de Nueva España será
siempre igual a los otros de la corona hispánica.
Esta visión es determinante para la presente tesis pues España pretende atribuirse
para sí la conquista de Filipinas y la presencia española en Taiwán lo cual, no fue
así. Para ilustrar el por qué, citamos la siguiente anécdota del mexicano, Don José
Fuentes Mares, autor de una reconocida biografía sobre Cortés que, durante la
presentación de su obra en la ciudad de Madrid en la década de 1980, fue
interpelado por una joven española que afirmó que: ¡nosotros los hijos de los
conquistadores creamos el imperio español de América!; lo que Fuentes Mares
contradice puntualmente señalando: “se equivoca usted, pues los hijos de los
conquistadores somos los mexicanos dado que sus ancestros carecieron del arrojo
para conquistar América y se quedaron en España a cuidar rebaños”.5
Los conquistadores originales crearon el imperio del Pacífico y alcanzaron las
Indias y las Filipinas para de ahí llegar a La isla Hermosa (Taiwán), por lo que la
relación entre México y Taiwán es directa e histórica.
Para cerrar con esta introducción respecto al gran consquistador de México y dejar
establecido su afán por la conquista asiática, citamos una última carta de relación
en la que Cortés se autopropone para conquistar China:
“Mis navíos de la mar del Sur están, como a vuestra majestad he dicho, muy a punto para
4 Según la Sociedad Patriótica de la Habana, en su obra Memorias, indica que los españoles oficiales nombrados
por Hernán Cortés fueron Francisco de Orozco, Anton de Alaminos, Alonso Hernandez Portocarreño, Alonso de
Avila, Diego de Ordás, Francisco de Montejo, Francisco de Moria, Francisco de Saucedo, Juan de Escalante, Juan
Velazquez Leon, Cristóbal de Olid y Pedro de Alvarado. A estos se les fue asiganada una compañía y un navío
para convertirse en capitanes de mar y tierra para Cortés. (Sociedad Patriotica de la Habana, 1840) 5 Es el mismo Fuentes Mares quien, en el año 1984; me narró este anécdota en una conferencia dada en el Centro
Cultural de la ciudad de Chihuahua.
21
hacer su camino, porque luego como llegué a esta ciudad comencé a dar prisa en su despacho
y ya fueran partidos, sino por esperar a ciertas armas, artillería y munición que me trajeron
de esos reinos, para ponerlo en los dichos navíos, porque vayan a mejor recaudo y yo espero
en Nuestro Señor que en ventura de vuestra majestad tengo de hacer en este viaje un muy
gran servicio, porque ya que no se descubra estrecho, yo pienso dar por aquí camino para la
Especería, que en cada un año vuestra majestad sepa lo que en toda aquella tierra se hiciera.
Y si vuestra majestad fuere servido de mandarme conceder las mercedes que en cierta
capitulación envié a suplicar se me hiciesen cerca de este descubrimiento, yo me ofrezco a
descubrir por aquí toda la Especiería y otras islas, si hubiere arca de Maluco y Malaca y la
China y aun de dar tal orden, que vuestra majestad no haya la Especiería por vía de rescate,
como la ha el rey de Portugal, sino que la tenga por cosa propia y los naturales de aquellas
islas le reconozcan y sirvan como a su rey y señor y señor natural. Porque yo me ofrezco,
como el dicho aditamento, de enviar a ellas tal armada, o ir yo con mi persona, por manera
que las sojuzgue y pueble y haga de ellas fortalezas y las bastezca de pertrechos y artillería
de tal manera, que a todos los príncipes de aquellas partes y aun a otros, se puedan defender.
Y si vuestra majestad fuere servido que yo entienda en esta negociación, concediéndome lo
que pido, creo será de ello muy servido y ofrezco que si como he dicho no fuere, vuestra
majestad me mande castigar como a quien a su rey no dice verdad. También después que vine
he provisto enviar por tierra y por la mar a poblar el río de Tabasco, que es el que dicen de
Grijalva y conquistar muchas provincias que están en sus comarcas, de que Dios Nuestro
Señor y vuestra majestad serán muy servidos y los navíos que van y vienen a estas partes
reciben mucho provecho en poblarse aquel puerto y apaciguarse aquella costa, porque allí
han dado muchos navíos al través y por estar la gente indómita, han muerto todos los
españoles que iban en los navíos”. (Cortés, 1871)
2.3. Martín Cortés II y la posible independencia de México en el siglo XVI
Este casi logrado intento de independencia temprana de México, es la llamada
“Conspiración del Marqués del Valle”. Las pesquisas de la Real Audiencia
llevaron a demostrar que la dirigía Martín Cortés II quien, tras servir al emperador,
había regresado a la Nueva España en 1563 como segundo marqués del Valle de
Oaxaca, señor de Cuilapan, Mexicapa, Cuernavaca, Coyoacán , Charo, Toluca,
22
Tuxtla y otras villas; reclamando para sí, el vasallaje de los indios asignados a su
padre, lo que fue concedido por el rey, con enorme desagrado del virrey, dadas las
implicaciones políticas que generaba en el contexto novohispano pues, una de las
llamadas Leyes Nuevas prohibía la conformación de nuevos repartimientos o
encomiendas, consistentes en tierras y grupos de indios asignados a soldados y
capitanes de Hernán Cortés, y abolía las existentes a la muerte del encomendero
original sin que pudieran ser heredados, en cuyo caso, disponía que volvieran al
dominio de la corona (Carmona, 2017). Lógicamente, la medida provocó el
disgusto de los hijos de los conquistadores que “darían la vida antes de perder lo
que sus padres habían ganado para ellos, y dejar a sus propios hijos en la pobreza”
(Crespo, 2013). Así surgió la idea de quitar al rey lo que habían ganado Cortés y
sus padres mediante un movimiento de independencia, encabezado por Martín
Cortés II, con el propósito de conservar sus legítimos privilegios. Fue tal el arrojo
de Cortés y sus hombres, que lograron el casi imposible reto de conquistar un
territorio de cientos de miles de kilómetros cuadrados, con apenas mas de 1,500
españoles, lo que nos permite entender la importancia de las alianzas con los
aborígenes y la poca o nula necesidad que de España se tenía para gobernar
aquellas tierras y luego, la necesidad de desvalijar de sus derechos a esta nueva
“nobleza”, mucha de ella mestiza como Martín Cortés I, nobleza ésta colonial,
pero más avesada y capaz que la ya atemperada nobleza imperial de la península.
Así pues, el hijo del gran conquistador debía levantarse en armas con el plan de
apoderarse del palacio virreinal, matar a los oidores de la Audiencia, a los hijos
del virrey y a cuantos se opusieran a su legítima reclamación, proclamarse rey de
México, devolver las tierras ya decomisadas a sus legítimos dueños y establecer
23
la nobleza nacional y otras concesiones. Vicente Rivapalacio, en El Libro Rojo,
escribe:
“El plan no podía estar mejor combinado, pero en casos semejantes el más acertado proyecto
no vale nada si faltan la resolución, el valor y la audacia para la ejecución de lo convenido,
que son la dote del atrevimiento la más privilegiada inteligencia sirve poco al hombre que se
aventura en empresas semejantes. El marqués no tenía el temerario arrojo de su padre el
conquistador; cada día con un nuevo pretexto, con una nueva excusa, detenía el ímpetu de
sus partidarios… Débil hasta el extremo, el marqués del Valle, tenía miedo de sus amigos y
del compromiso contraído con ellos… al mismo tiempo, acariciaba la idea de ser el monarca
de la Nueva España… Ya la Audiencia había tenido noticias de la conspiración, pero si alguna
duda abrigaba quedó desvanecida el 5 de abril de 1566 en que por escrito y bajo su firma
presentaron formal denuncia de ella don Luís de Velasco y Alonso y Agustín de Villanueva…”
(Riva P., 2015, pág. 455)
El plan falló por exceso de precauciones. Descubierto, Martín Cortés II fue el
primer aprehendido, luego sus hermanos, Luís y el otro Martín Cortés I, hijo de
Malinche;6 después los hermanos Ávila, Oñate, Victoria, los Quesada y a otros
conjurados.
Por ser tan importante en y para España Martín Cortés II, los oidores encargados
de caso no sabían qué hacer y se le permitió ir a España a rendir pleitesía al rey
Felipe II de cuya amistad disfrutaba. Al otro Martín Cortés se le atormentó; Luis
Cortés el clérigo, fue sentenciado a muerte, pero el rey Felipe revocó la pena.
6 La Malinche o Mlinalli fue una doncella ofrecida a Cortés como tributo durante su 1ª expedición a México. Ella
sirvió a Cortés como interprete de los idiomas náhuatl y maya. Marina (como la bautizarían posterioremente) sería
madre de Martín Cortés I. (México Desconocido, 2017)
24
Alonso y Gil González Ávila, hijos de conquistador y miembros ambos de una de
las principales familias del virreinato,7 fueron algunos de los detenidos por la
conjura descubierta el 16 de julio de 1566; su proceso fue rápido y sumario.
El 3 de agosto son llevados a la Plaza Mayor, lugar de suplicio, ubicado frente a
las Casas de Cabildo, y decapitados:
“… a las siete de la noche fueron sacados de la prisión al patíbulo, caballeros en sendas mulas,
los dos hermanos, Alonso de Ávila vestía traje negro, turca parda, gorra de terciopelo con
pluma negra y una cadena de oro al cuello; su hermano Gil González llevaba un traje de color
pardo. Frente a las casas del ayuntamiento, que en México llaman diputación, levantábase el
cadalso cubierto de paños negros, iluminado por la roja y trémula luz de algunas hechas de
viento; los dos hermanos subieron las escaleras del patíbulo ayudados por algunos religiosos
que les acompañaban y rezaban por ellos; allí, en pie sobre el cadalso, Alonso de Ávila
confesó ser cierto el delito de que le habían acusado; y en seguida el verdugo derribó las
cabezas de los dos hermanos… las cabezas fueron puestas en las picotas…” (Riva P., 2015,
pág. 457)
Otros conspiradores serán decapitados o descuartizados y condenados al suplicio,
al destierro y a las galeras. Todos sufrirán la incautación de sus bienes. El
escarmiento impuesto por la Audiencia será tan feroz, que en muchos años nadie
conspirará ni hablará de independencia. A raíz de esta represión, comenzarán las
diferencias, los rencores y los odios entre los criollos y los peninsulares que, al
reprimir a los conquistadores y su prole mestiza (De la Serna H., 2005, pág. 258
y 259), generaron una presión lógica sobre el gobierno virreinal siempre sujeto al
temperamento de los hijos de los conquistadores, despojados en parte de sus
riquezas, pero siempre poderosos por ser descendientes de quienes eran, sobre
7 Alonso y Gil Ávila Alvarado y Gil González de Ávila son hijos de Alonso de Ávila, conquistador que acompañó
a Cortés en la campaña de Tenochtitlan y, participó con Francisco de Montejo en la conquista de Yucatán. (Romero
G., 2017)
25
todo, porque Cortés había tenido también una hija de Moctezuma Xocoyotzin,
último Huei Tlatoani de los mexicas, misma que tuvo luego múltiple descendencia
de alta nobleza que aún sobrevive con diversos títulos en España. (La Jornada,
2017)
México y su conquista no pueden entenderse seriamente sin la personalidad y
genio de Cortés, el que decidió otorgar a España el gozo de su labor, pero la nueva
nación que se conformó a partir de condiciones mayoritariamente autónomas, no
podía regirse por las limitadas concepciones medievales de El Escorial sin que se
concedieran obligadamente grandes márgenes a la realidad mexicana, en ese
contexto, Filipinas fue la consecuencia de la visión Novohispana y su peculiar
afán expansivo, y por tanto, la presencia hispánica en el Pacífico no existiría sin
esta particular verdad; en resumen, es a México, si se quiere en el concierto
hispánico, mas no a España, a quien evidentemente se debe la presencia en
Filipinas y consecuentemente en La isla Hermosa (Taiwán).
26
27
CAPÍTULO 3 EL PACÍFICO O MAR DEL SUR
3.1. Empresa novohispana
Los reinos eran las entidades que eran gobernadas directamente por el monarca
español. Se trataba de un conjunto de municipios que constituían un reino y éste
era el nivel más alto dentro del sistema imperial español estando por supuesto
dinásticamente ligado a la corona de Castilla; así pues, jurídicamente, la Nueva
España era un reino porque lo gobernaba directamente el emperador hispánico.8
La capitanía general de Filipinas era una entidad autónoma del Reino de la Nueva
España, las islas del archipiélago obtuvieron primero el estatus de gobernación y
más tarde, de capitanía general dependiente del Reino de la Nueva España.
En su texto La Nueva España y las Filipinas, Luis Romero señala:
“Destaca, sobre todo, la relación de dependencia que las islas Filipinas tenía respecto al virrey
de la Nueva España, hasta el punto de ser más dependientes para los efectos políticos,
económicos, administrativos y religiosos, que las provincias internas de México. Toda
provisión real era remitida desde México a las Filipinas, y las relaciones sociales comerciales
o diplomáticas de las Filipinas con China, Japón y países del oriente asiático eran reguladas
desde México. Ninguna gestión realizada por el gobernador de las Filipinas era transmitida
para conocimiento y resolución al Real Consejo de Indias sin llevar el visto bueno del virrey
de la Nueva España. Son muchos los testimonios los que se guardan en el archivo histórico
de México acerca de este punto”. (Romero S., 2016)
La anterior afirmación debe ser entendida como un hecho en un contexto mayor
pues la evidencia histórica señala que el Reino de la Nueva España, además de
8 Según Bradley Benedict: “Dos décadas después de la caída del imperio azteca ya se habían creado más de una
docena de municipios que sustituyeron a la antigua organización prehispánica….a su vez, los municipios fueron
agrupados en cuatro provincias…..de la misma manera en que el Reino de Castilla centralizó a los reinos iberos,
el reino de la Nueva España, por haber sido fundado primero y por ser el mejor situado, se constituyó en la capital.”
En: http//: codex.colmex.mx:8991/exlibris/…/S6TQELQ928VIRGHBXLD2QU1VJVU57L.pdf
28
ser territorialmente el más importante del siglo XVI, gozaba de una enorme
autonomía. Es preciso entender que Hernán Cortés, sin ningún apoyo peninsular
y sustentado en alianzas con los indios américanos, conquistó el entorno azteca;
pero también liberó a muchos otros pueblos que gozaban del estatus de aliados.
El propio Cortés, siendo un personaje de la dimensión histórica que era, en
principio gobernó las tierras por él conquistadas y luego le fue enviado un virrey
que, al principio, era su amigo, pero después fue alejándose, por lo que los
equilibrios entre El Escorial y México, eran sumamente delicados.
Hemos establecido ya que la conquista de Filipinas fue una iniciativa y una
operación novohispanas; la recopilación de las Leyes de Reinos de las Indias, ley
vigente en el imperio español, en su índice general, a página 16, señala en el título
denominado navegación y comercio con Filipinas que:
“De ninguna parte de las indias se pueda tratar en Filipinas sino fuere de Nueva España… La
gente de mar puede llevar de Nueva España a Filipinas sus sueldos en dinero fuera de
permisión... Por la india oriental no vengan a España pasajeros ni religiosos de Filipinas…
No pase de Nueva España a Filipinas hombre casado sin su mujer o con su licencia y fianza…
Del repartimiento de las toneladas que se hiciere en Filipinas, se envié relación al virrey de
la Nueva España para el que ha de hacer… Los fletes y derechos de las Naos se remitan a
Nueva España y tanto menos vaya de México y se envié relación cada año al consejo… La
ropa de china que se trajere de Nueva España se consuma en ella… Que el virrey de la Nueva
España provea alcalde Acapulco… Que el Perú ejecute la prohibición de la ropa de China y
nombre un oidor por nombre de juez… Los navíos del Callao y Guayaquil y otros del Perú,
no pasen al puerto de Acapulco… Prohíbase el comercio y tráfico entre Perú y Nueva
España…” (Tribunal Supremo de Justicia de Indias, 1841)
Estas disposiciones no dejan lugar a duda de la jetatura novohispana sobre
Filipinas, ni de la exclusividad que el virreinato tenía sobre las islas.
29
3.2. Rodrigo de Vivero como muestra de la inicitaiva novohispana en Asia
Múltiples naufragios acontecieron entre Filipinas y Japón durante la segunda
mitad del siglo XVI y la parte primera del XVII. La mayoría terminaron en
tragedia con la desaparición de embarcaciones y tripulaciones, mientras que otros
fueron causa de incidentes y confrontaciones entre españoles y nipones.
Sin duda, el más conocido en México fue el que implicó en 1596 a Felipe de Jesús
y a 24 frailes franciscanos, la mayoría japoneses, convertidos a la fe cristiana. El
fraile mexicano y sus acompañantes habían partido de Manila con rumbo a Nueva
España, pero un tifón los llevaría a las costas japonesas en un momento en que
Toyotomi Hideyoshi 9 había adoptado una actitud intolerante contra el
cristianismo. El resultado fue la confiscación de la carga del buque en que
viajaban y, ante las protestas a que diera lugar la pérdida de la carga, Hideyoshi
ordenó la crucifixión en Nagasaki de los 24 frailes, trayendo este hecho aparejada
la canonización del primer santo mexicano San Felipe de Jesús.10
Tras la muerte de Hideyoshi, ocurrida en 1598, y el arribo en 1600 del nuevo
shogún, Tokugawa Ieyasu, quien al principio mostró una mayor apertura con
cristianos e interés en el comercio y las comunicaciones directas con Nueva
España, se restableció la comunicación entre el shogunato y los gobernadores en
las Filipinas y floreció el comercio entre Manila y Japón. En ese tiempo ocurrió,
en septiembre de 1609, el naufragio del galeón San Francisco frente a las costas
japonesas. Destacadamente, en él viajaba Rodrigo de Vivero y Aberruza, Conde
del Valle de Orizaba tras el naufragio los pobladores locales salvaron la vida a 317
9 Shogun del Japón 10 El fraile franciscano San Felipe de Jesus fue crucifcado en Nagasaki, Japón a la edad de 25 años. Es el primer
santo de origen mexicano. (Vila V., 2015)
30
de los 373 náufragos.
Rodrigo de Vivero había sido nombrado gobernador interino en las Filipinas en
abril de 1608 por el virrey Luis de Velasco, a la sazón, su tío. Lo sucedió Juan de
De Silva en el cargo de gobernador; entonces, Vivero salió de Manila con rumbo
a México el 25 de julio de 1609 a pesar de ser temporada de tifones. Ocurrió asi
el naufragio y a los sobrevivientes unos pescadores de Onjuku los ayudaron a
llegar hasta la playa. Por órdenes del Daimyō local fueron instalados en Otaki,
una población cercana, donde los naufragos permanecieron varias semanas hasta
que el shogún dio instrucciones de que fueran trasladados a Edo, hoy Tokio.
Después de presentarse ante Tokugawa Hiedata en Edo, Vivero prosiguió su viaje
a Shizuoka para entrevistarse con el padre de aquél, Tokugawa Ieyasu,
formalmente retirado, pero quien tenía enorme influencia. Según su propia
narración, desde ese primer encuentro Vivero planteó al shogún los temas que
para él eran de mayor interés: libertad de prédica para todas las órdenes religiosas
cristianas y la expulsión de los rebeldes de las Provincias Unidas (Holanda), del
Japón. (Sola, 1999)
Los siguientes meses Vivero recorrió gran parte de Japón, estableciendo contacto
con las misiones franciscanas en Edo, Kioto y Osaka.
Sin contar con permiso de la Corona española, o al menos del virrey de la Nueva
España, y sin poderes formales, pues su visita era accidental, Vivero negoció con
el shogún, ya que habían intercambiado antes correspondencia y se conocián por
referencia; se llegó a un acuerdo por el cual, entre otras cosas, se establecerían
relaciones diplomáticas entre ambos imperios y se iniciarían relaciones marítimas
31
y comerciales con la Nueva España. Lamentablemente este convenio no sería
ratificado por la corona española ni por el virrey que podría haberlo suscrito. En
diversos archivos mexicanos existen cartas, informes y memoriales, incluídas las
comunicaciones entre Vivero y el rey, como prueba de estos hechos; uno de los
testimoniales es la obra México a través de los siglos de Vicente Riva Palacio.
Para efectos de nuestra tesis, lo destacable es que Rodrigo de Vivero y Aberruza
fue un criollo nacido en México en 1564. Su familia contaba con grandes
propiedades; citando a Luis González Obregón diremos que:
“Su padre fue Rodrigo de Vivero y Velasco, noble español emigrado a la Nueva España en
1550 de la mano de su tío, el segundo virrey de la Nueva España, Luis de Velasco, el viejo.
En 1563, Rodrigo de Vivero y Velasco se casó con Melchora de Aberruza, una joven que
recientemente había enviudado de Alonso Valiente, uno de los conquistadores originales que
acompañaron a Hernán Cortés en la conquista de México en 1521 y que recibió de este, como
pago a sus servicios, la encomienda de Tecamachalco, una de las más ricas y extensas de la
Nueva España”. (Ruiz-Cabañas I., 2017)
A los doce años, Rodrigo de Vivero fue enviado a España, donde fungió como
paje en la Corte de la reina Ana, cuarta esposa de Felipe II. Muy joven tuvo
experiencias militares durante la campaña de Portugal bajo el mando del duque
de Alba. Regresó a la Nueva España en 1584 para administrar la encomienda
familiar en Tecamachalco (hoy estado mexicano de Puebla). Más adelante,
nombrado por su tío el virrey Luis de Velasco, ingresó al gobierno de la Nueva
España, donde desempeñaría cargos de gran responsabilidad.
Sobre las capacidades de Vivero, Miguel Ruiz-Cabañas apunta que:
“Tenía ya una amplia experiencia militar, administrativa y política y antes de ser enviado a
las Filipinas en 1608 ante la repentina muerte, muy probablemente por envenenamiento, del
32
entonces gobernador de esas islas, Pedro de Acuña. A los 44 años de edad, la vida y el virrey
lo sorprenden con esa misión. Asumió el cargo de gobernador interino en las Filipinas cuando
llegó a Manila en agosto de 1608. Casi de inmediato tuvo sus primeros contactos por
correspondencia con el shogún ya que, antes de su arribo se habían registrado algunos
desmanes y revueltas de la población Japónesa residente en Manila, calculada entonces en
alrededor de mil quinientas almas. Practicando su mejor diplomacia, Vivero liberó e hizo
devolverse a su país a doscientos de esos japoneses y, al mismo tiempo, encarceló a otros que
estaban claramente involucrados en actividades de piratería en aguas filipinas. La
comunicación oficial que estableció con Tokugawa Ieyasu le serviría un año después, cuando
llegó a Japón en calidad de náufrago. Fue un católico ferviente, especialmente cercano a los
franciscanos, convencido de que el Imperio español, con su soberano a la cabeza, tenía la
sagrada misión histórica de resistir la reforma protestante y expandir la versión católica del
cristianismo por todo el orbe: consideraba que esta era la más importante y el fin último de
todas las conquistas españolas. Incluso, al visitar un templo budista en Nara le viene a la
mente el santuario dedicado a Nuestra Señora de Guadalupe en México”. (Ruiz-Cabañas I.,
2011)
El mexicano tenía clara la imposibilidad, para aquel momento, de la conquista de
China por parte de los españoles ya en decadencia, y en el marco del gobierno de
Felipe III: periodo próximo a la firma de Paz en Westfalia.11
En 1620, Vivero fue designado por Felipe III como gobernador de Panamá, una
colonia de importancia estratégica para todo el imperio español por su ubicación
geográfica ya que, la producción de oro y plata de las minas de Bolivia y Perú se
enviaba a España cruzando dicho territorio. Ahí, de nuevo se enfrentaría a los
piratas holandeses, a los que ahora se les habían sumado otros ingleses y franceses.
Permaneció en ese lugar como gobernador y presidente de la Audiencia por un
11 La Paz de Westfalia son una serie de tratados de paz firmados entre varias naciones europeas. (Instituto de
Investigaciones Jurídicas, 2013). Para nuestra investigación importa que el Imperio Español, las Provincias Unidas
y el Sacro Imperio Romano Germánico signaron dichos acuerdos en 1648, con el objetivo de poner fin a las guerras
internas.
33
largo periodo.
Ruiz-Cabañas rescata un apunte de Vivero que haría sobre la Nueva España, ya
en su retiro:
“Bien podrían recusarme por parte en lo que toca a este capítulo, pues se me ofrece tratar de
las Indias, de donde soy natural. Alabanzas suyas muchos autores las han escrito, lo ameno
de sus valles, la fertilidad de sus plantas, su primavera perpetua, sin que el rigor del invierno
se la haya atrevido ni otra inclemencia de las que martirizan otros reinos con mucho perjuicio
de la salud y gusto que por estas calidades tan sin igual se pudiera buscar la Nueva España”.
(Ruiz-Cabañas I., 2011)
Este novohispano vió la oportunidad de asestar un golpe al predominio holandés
en su relación con Japón y aprovechar la buena disposición del shogún hacia lo
extranjero; por lo que, en su idea política, era viable pactar términos como socios
en el extremo oriente. Este modo de pensar era lógico para un mexicano
descendiente de conquistadores y comprometido con la posibilidad de expander a
nuevos mercados los productos novohispanos; pero la visión de los comerciantes
de Acapulco no sería la misma. Tras su gira al interior de Japón, y al percatarse
del nivel de organización y capacidades de ese pueblo, y además informado por
los franciscanos de detalles que fortalecieron su criterio, Vivero se reúne de nuevo
con el shogún y propone los siguientes puntos, como base de un posible acuerdo
con El Escorial:
La expulsión de los holandeses del territorio Japónés por considerarlos
enemigos del Imperio español.
La apertura de los puertos japoneses y condiciones seguras a todos los
buques de la Nueva España y Filipinas para operar durante el tiempo que
durara su estancia en Japón.
34
El otorgamiento de permisos para construir buques en Japón, con la
garantía de que se les proveería de todos los materiales necesarios a precios
locales.
La libertad de culto para los españoles, y permiso para llevar sacerdotes
católicos a Japón para que los atendieran.
La seguridad de que los embajadores que el rey de España pudiera nombrar
en el futuro, serían adecuadamente recibidos en Japón, tomando en
consideración que serían representantes de un gran rey.
También pidió la jurisdicción de estos embajadores sobre todos los
españoles viviendo en Japón.
Un acuerdo sobre la explotación minera que el shogún había previamente
planteado y que se negoció sobre base paritaria de utilidades, si el imperio
hispánico proveía mineros y tecnología para explotar metales preciosos y
otros.
Lo importante del asunto es que el shogún aceptó las condiciones planteadas con
dos excepciones:
La fórmula de distribución de los eventuales beneficios de la explotación
de la plata,
Expulsar a los holandeses del territorio japonés.
Es evidente que Japón no aceptaría una propuesta tan poco equitativa de
distribución de potenciales beneficios de la explotación de las minas. Por otro lado,
el shogún siempre se había opuesto a la sugerencia de que los holandeses fueran
expulsados, hecha ya antes por los jesuitas portugueses y otros daimyōs, pues los
consideraba leales socios comerciales y equilibrio indispensable frente a otras
35
potencias europeas como Portugal, asentado en Macao, y la propia España. De
hecho, al cerrarse el shogunato a cualquier contacto con los países occidentales,
la única excepción fueron los holandeses; dando pie incluso a la rangaku o,
estudio de lo holandés, como base del contacto con lo occidental.12
Pero aceptó el líder del gobierno nipon las demás propuestas de Vivero pidiendo
que Felipe III ratificara aquel primer acuerdo comercial transpacífico. Para ello,
designó al fraile franciscano Alonso de Muñoz como su enviado ante el virrey en
la Nueva España y al monarca Habsburgo. Incluso otorgó a Vivero un préstamo
de cuatro mil ducados y una embarcación para que pudiera regresar a la Nueva
España.
Muñoz se embarcó con Vivero en el viaje a Acapulco junto con veintiún
comerciantes de Kioto y Osaka interesados en la explotación de la plata. Este
barco, fue construído por William Adams, un ex marino inglés que había trabajado
para la marina holandesa (personaje que da pie a la hermosa novela de James
Clavell “Shogun” de 1975, y quien se había convertido en un cercano consejero
de Tokugawa). El “San Buenaventura” Fue el primer barco construido en Japón
que cruzara el océano Pacífico. Partió de Urawa, al sur de Tokio, el 1º de agosto
de 1610; arribando a San Blas, en el estado de Nayarit, el 27 de octubre del mismo
año, y a Acapulco el 13 de noviembre, inaugurando la navegación transpacífica
de Japón a México como antecedente imborrable en las historias de ambos
continentes y naciones.
12 La etimología de la palabra Rangaku no es clara, sin embargo De Bary ubica su uso en 1770. De Bary señala
que Rnagaku era usada como palabra para referirise al estudio bajo el sistema de educación holandés de finales
del siglo XVIII, pero al aprenderse todo tipo de técnicas directamente de la lengua holandesa, se comenzó a
emplear como vocablo especial para el estudio de occidente. (De Bary, 2006, pág. 290)
36
La University of California in Los Angeles (UCLA), hizo un estudio que
denominó: The earliest historical relations between México and Japan from
original documents preserved in Spain and Japan, cuya autora Zelia Nuttall,
escribiera en 1906, consagrando estos datos.
El mismo día que el San Buenaventura arribó a costas nayaritas, Vivero escribió
una carta a Felipe III en la que subrayaba las principales partes de su acuerdo con
el shogún:
I. La expansión del cristianismo en Japón, “el bien espiritual de tantas almas,
que sin iglesias ni religiosos podrían faltar a la fe”. (Nuttall, 1906, pág. 9)
II. El beneficio de la monarquía española, “el bien de V.M. i sus reinos. En el
Japón no puede intentarse conquista por la multitud de gente belicosa, i por
la fortaleza de los sitios, algunos inexpugnables: pero podrá reducirse con
las armas espirituales”. (Ruiz-Cabañas I., 2011)
III. Evitar que los holandeses se asentaran definitivamente en Japón, haciendo
más segura la navegación de las naves españolas en el océano Pacífico, y
el sostenimiento de la presencia española en las Molucas. (Nuttall, 1906,
pág. 9)
IV. La posibilidad de que las naos de la Nueva España y Filipinas tomaran
puerto en Japón e incluso poblaran alguno de ellos, haciendo más factibles
desde ahí, nuevas exploraciones y descubrimientos. (Nuttall, 1906, pág. 9)
V. La construcción de naos y galeras en Japón “que no sé parte del mundo
donde mejor se pueda hacer ni a menos costo”. (Ruiz-Cabañas I., 2011)
37
VI. El establecimiento de un comercio directo con la Nueva España, muy
atractivo por la supuesta abundancia de minas de plata y oro en Japón, y la
existencia de “paño, grana, añil, cueros, fieltros, fresadas y otros géneros
de que gustan y tienen necesidad, tan copiosos en España y en las Indias
que será harto provecho sacarlos de ellas”. (Ruiz-Cabañas I., 2011, pág. 21)
Vivero era partidario de abrir la comunicación por mar y el comercio directo con
Japón, sostuvo incluso que, si la Corona tuviera que decidir entre mantener la Nao
de Manila o establecer esta nueva Nao con Japón, sería más provechosa esta
última.
Sin embargo, tan pronto como él y sus acompañantes llegaron a Acapulco, las
autoridades y los comerciantes de Filipinas y del puerto, presentaron al rey sus
quejas y alegatos entre ellas que los japoneses aprenderían a construir barcos
capaces de navegar largas distancias y eso aumentaría significativamente el riesgo
de una invasión japonesa a Filipinas; además, que la apertura del comercio directo
de la Nueva España con Japón ocasionaría la pérdida para las Filipinas de todo el
comercio asiático, siendo que la Nueva España “no tenía nada que venderle” a
Japón, en donde los bienes eran de mejor calidad y más baratos.
Atrás de esta conspiración, estaban también el interés de los jesuitas y su control
de Nagasaki, que se vería afectado por la presencia novohispana en territorio de
Cipango. (Nuttall, 1906, pág. 28)
El virrey designó a Sebastián Vizcaíno, con base en sus propias facultades, para
que avanzara en el acuerdo mientras la misión continuaba al Escorial, pero éste,
enviado por sus instrucciones de corte militar, al tratar de visitar los puertos
38
nipones creó desconfianza en el gobierno japonés y este desestimó el acuerdo.
El tracto narrativo de estos hechos, deja claras las intenciones novohispanas de
crecer hacia el Pacífico y de las facultades plenas del virrey sobre aquella zona.
Sebastian Vizcaíno (enviado del rey), escribió desde Urangava al Emperador del
Japón:
“Serenísimo emperador de los reinos y provincias del Japón: – Sebastian Viscaino, general
del Rey embajador las Españas, Don Felipe III, su señor, y del Marqués de Salinas, virey de
la Nueva España, y su lugarteniente, y el P. Fr. Pedro Bautista, de la orden de el Padre San
Francisco, hacemos saber a V.M. como hoy, sábado 10 del mes de junio de 1611, llegamos a
este puerto de Urangava en un navio, en el cual partimos de la Nueva España, del puerto de
Acapulco, a los 22 dias del mes de marzo deste año, recta via, a este reino a solo traer a V.M.
razón de cómo el dicho Marqués recibió las chapas y embajada que el P. Fr. Alonso Muñoz
en nombre de V.M. le llevó; y ansí mesmo a traer a este reino a Josquendono y los demás
japones vasallos de V.M. que el año pasado fueron desde este al de la Nueva España con D.
Rodrigo de Vivero, y el retorno de la plata que por mandato de V.M. se le prestó al dicho
Rodrigo y el valor del navio S. Buenaventura, que el dicho Marqués, en nombre de mi Rey y
señor compró, aunque no fue a propósito para volver con él a este reino, por las causas que
el dicho Josquendono y los demás japones informaran a V.M., como del buen pasaje que, a
ida y estada en la Nueva España y venida a estos reinos, se les ha hecho de parte del dicho
Marqués y mia, respetándolos, honrándolos, y regalándolos como criados y vasallos de V.M.
Y aunque el dicho marques pudo despachallos por via de las islas de Luzón, no lo hizo,
considerando ser largo el viaje y peligroso, ansí de la navegación, como por andar cerca de
dichas islas cantidad de navios holandeses, corsarios que andan robando, y alzados contra mi
Rey y señor, por no ponellos en riesgo, ni el retorno de la dicha plata y el valor del navio y
los demás que traemos del dicho Marqués en nombre de mi Rey y señor. Teniendo que
comunicar con V.M., pedimos humildemente licencia para besar a V.M. las manos y a difirir
lo que V.M. fure servido en razón de lo comenzado y de la paz y buena correspondencia que
se ha de tener con V.M. y sus reinos, cuya vida nuestro señor aumente con mas reinos y
estados”. (Riva P., 1884, pág. 551)
39
3.3. Elementos para sostener la autonomía del Reino de la Nueva España
frente al gobierno español de El Escorial
En 1631 se emite el bando de prohibición definitiva de comercio entre Nueva
España y Perú, trayendo por consecuencia el contrabando a gran escala, paralelo
a la aparición de los holandeses en el Pacífico (cosa que abundaremos más
adelante). Esta situación trajo por consecuencia la construcción del fuerte de San
Diego en Acapulco.
Felipe IV dio por terminada la tregua con los países bajos. La estrategia de su
poderosísimo válido, el Conde Duque de Olivares,13 fue la de aglutinar todo el
poder del imperio español, lo que implicó un proceso de fiscalización en la
Nueva España. El Conde Duque envió a Pedro de Quiroga al puerto de
Acapulco, que llegó allá en 1635 para poner orden en las prácticas de comercio
Acapulco-Manila-Callao. Este hecho graficará el grado de crisis y autonomía de
los mexicanos frente a España. (Sales-Colín K., 2008, pág. 33).
Según el Dr. Pérez Herrero, de la Universidad Complutense, durante el siglo XVII
España: “había venido realizando un proceso paulatino de autonomía económica,
unido a una gran relajación de sus vínculos con la provincia (México) que había
llegado a su punto más alto a finales de la misma centuria” (Peréz H., 1992, pág.
137) Esto implicó también una distancia política entre El Escorial y Nueva
España, iniciándose un periodo que distintos autores denominan Autonomía
Política Colonial Américana. (Sales-Colín K., 2008)
13 Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar, Conde de Olivares y Duque de Sanlucar la Mayor,
fue primer ministro de Felipe IV de 1621 a 1643. Su gobierno se caracterizó por un proceso de evaluación y
fiscalización de las colonias de imperio español y sus virreinatos. El conde-duque fue responsable de admnistrar
la decadencia económica de la corona española del siglo XVII. (J. H., 1986)
40
El Conde-Duque de Olivares había comisionado al Marqués de Gelves para poner
orden fiscal y combatir la corrupción con instrucciones específicas de reducir la
fuerza de las oligarquías criollas. Tal era la fuerza de los nativos de México, que
el enviado del poderosísimo ministro fue expulsado por la Real Audiencia de la
Ciudad de México, tras haberse producido un motín el 15 de enero de 1624 contra
el Palacio Virreinal.
Hechos como este fueron permanentemente narrados en la historia del Reino de
la Nueva España, había ocurrido algo parecido en 1607 y volvió a ocurrir en 1692;
algunos estudiosos denominan a este periodo como la Crisis del siglo XVII
(Trevor-Roper, 2009, pág. 59). En este contexto es que se intensifica el tráfico de
plata sin quintar, además, en el que el punto minero de Hidalgo del Parral, centro
platero de la Nueva España, vió su surgimiento. Así pues, es precisamente en este
periodo cuando la presencia del gobierno de la ciudad de México parece más
autónomo frente a Madrid; lo cual, matizará la relación con Filipinas y La isla
Hermosa (Taiwán), controlados desde México.
En 1639, el Dr. Nicolás Rodríguez y Paredes estima que la carga del tornaviaje
de Maníla a Acapulco suponía al menos 8 o 10 millones de escudos (Cano B.,
2016, pág. 102); por otro lado, las estimaciones de Serrano Mangas, muestran
importaciones de 1,700,000 y 2,000,000 de pesos, a los que hay que restar el 25%
al virreinato del Perú. Otro dato destacable es que los derechos de comerciantes
filipinos satisfacían la 6ª parte del valor total de las mercaderías. El promedio del
tonelaje era entre 1,200 y 1,500 toneladas, un capitán ganaba, por viaje, 40,000
pesos, un almirante 20,000 y un contramaestre 10,000. (Serrano M., 1989)
Por lo que la utilidad económica de esta ruta queda demostrada ampliamente y
41
permite entender la importancia para México de mantener este tráfico marítimo
que le era exclusivo, aun con el costo político que pudiera acarrear con la
administración metropolitana en Madrid.
3.4. La plata mexicana, factor de crisis en ambos hemisferios
La corona española encontró en América un sistema basado en el
aprovechamiento del trabajo de los indios y la explotación de los recursos
minerales en beneficio del imperio (oro y plata). Lo que buscaban era establecer
un flujo regular del excedente en metal para con ello, financiar la política del
Emperador Hispanico. Para este efecto se crearon los monopolios y esto hizo que,
una vez localizados los yacimientos en la América española en el siglo XVI, el
objeto de la adminstracion de los virreiantos fuera una alta recaudación fiscal,
buscándose que los excedentes fueran llevados a la península ibérica. Por tanto,
la principal ocupación del gobierno virreinal era garantizar el funcionamiento de
la minería.
En las décadas que mediaron entre finales del siglo XV y finales del siglo XVI,
España se convirtió, gracias a la minería americana, en el país más poderoso y
rico de Europa y quizá, del mundo; cosa que duraría hasta 1660. Comprometidos
con la expansión del catolisismo, mantuvieron un gasto militar para sostener este
ideal pero, durante el reinado de Felipe IV, España cedería en favor de Francia el
primer lugar como potencia militar y económica en Europa.
Muchos autores han encontrado elementos que demuestran que la plata americana
fue causante, tanto del auge, como de la decadencia española pues, el exceso de
su producción generaría la paulatina devaluación del metal. La facilidad para
obtener el dinero, condujo a la España continental a no generar elementos para la
42
construcción de capital en el continente europeo pues recibía enormes cantidades
de plata de sus reinos americanos.
En este contexto es que surge la Capitanía General de Filipinas, y con ella, un
incesante comercio con China que empezó a requerir de la plata mexicana como
moneda de uso corriente.
El indisoluble vínculo entre China y el imperio español, pasaba necesariamente
por la plata mexicana ya que, el 50% de la plata americana iba a China. En 1570,
la dinastía Ming emitío un decreto que exigía impuestos con pago de plata. Pero,
para mediados del siglo XVII, la sobreproducción de plata en Perú y la Nueva
España, trajo la devaluación del metal tanto en Europa y América, como en Asia.
La solución fue reducir la producción para mantener el precio. Este hecho sucedió
en el año de 1630 y la consecuencia fue que el ingreso recibido por la aplicación
del impuesto del Quinto Real (que al reducirse su extracción, se reducía), impactó
en la capacidad financiera del imperio español. Para China lo importante fue la
reducción en la circulación de plata; esta quiebra derivada de la reducción de
importaciones de plata española, influyó en la caída de la dinastía Ming.14
Pero esto no sólo afectó a América y Europa porque la dinastía Ming poseía
enormes reservas de plata calculadas para esa fecha en 2.3 millones de taels, lo
que impactó el poder adquisitivo imperial.15 De suerte que, mientras el imperio
14 Respecto a esto, Martínez señala que:”En cualquier caso, lo importante para China fue la transitoria reducción
de la circulación de la plata, producida, por una parte, por el hundimiento de las exportaciones japonesas y, por
otra, por la severa contracción del mercado de Manila, después de la sublevación de los sangleyes en 1639-1640
y de la retirada de los portugueses de la capital de las Filipinas… esta quiebra de las importaciones chinas de plata
pudo haber tenido una decisiva influencia en la caída de la dinastía Ming y en la instauración de la dinastía Qing
en el Imperio del Medio”. (Martínez S., 2017, pág. 15) 15 El intercambio de moneda española estaba tan implantado en la China del siglo XVI, que existía una
equivalencia que consistía en que, un Real de a Ocho equivalía a 1,000 cash de bronce o 7 maces, y 2 candarines
de plata o 1 tael. (García, J., 2016)
43
español decaía por la firma del tratado de Westfalia que en 1648 hiciera Felipe IV,
la dinastía Ming cedía, en favor de la Qing de origen Manchú, su poder imperial.
Es justo en este contexto, en que se da la colonia hispánica en La isla Hermosa
(Taiwán), por lo que deberá entenderse que, para este momento, Filipinas fue una
colonia dependiente de la Nueva España; su superviviencia económica dependía
totalmente de la plata transportada por el Galeón de Manila que le permitía
intercambiar plata mexicana por diversas mercancías, y así mantener su operación
insular importando una muy buena cantidad de productos básicos.
44
45
CAPÍTULO 4 Filipinas: Una capitanía general de la Nueva España
En 1964, el presidente de México, Adolfo López Mateos, visita las Filipinas. A
raíz de tal hecho diplomático, Carlos Quirino, director de la Biblioteca Nacional
de Manila, escribe un artículo denominado El primer mexicano en Filipinas, del
que haremos una cita pues vale la pena confirmar, desde la óptica Filipina, el
hecho que sostenemos en esta tesis sobre la relación del Reino de la Nueva España
y la Capitanía General de Manila:
“Cuando se les dijo a los filipinos, durante la visita que hiciera a Manila el Presidente Adolfo
López Mateos hace dos años, que las Islas Filipinas fueron en realidad, una Colónia de
México más bien que de España, quedaron sorprendidos y no pudieron creerlo hasta en tanto
se les informó que durante los primeros doscientos cincuenta de los trescientos veinte años
que duró la dominación española, las Islas fueron gobernadas desde México y que se
establecieron en ellas más mexicanos que españoles peninsulares . La proclamación del Año
de la Amistad Filipino-Mexicana, hecha por los presidentes de los dos países es, por lo tanto,
una renovación de esos lazos de parentesco y amistad que han existido entre México y
Filipinas, porque durante este año estamos redescubriendo todos aquellos aspectos de
semejanza, de relaciones comerciales y afinidades, raciales que nos unieran durante dos
siglos y medio. La herencia mexicana en las Filipinas se ha obscurecido debido a dos factores:
las siete décadas finales del régimen español, cuando los filipinos fueron puestos
directamente bajo la administración y el control oficial del Gobierno de Madrid; y por el
medio siglo de ocupación norteamericana”. (Quirino, 1964)
Sales-Colín abunda, en su artículo Las actividades médicas en las Filipinas
durante la primera mitad del siglo XVII:
“La hipótesis de que Filipinas ha sido mucho más colonia de la Nueva España que de la
metrópoli, especialmente por las peticiones que anualmente hacía el gobernador general de
Filipinas al virrey de la Nueva España, cuestión absolutamente importante en las relaciones
España Nueva España-Filipinas. Pero, aún deben anotarse dos más: en los comienzos del
diecisetesco, Filipinas llevaba la delantera con respecto a otras colonias europeas en cuanto
46
al aprovisionamiento de “drogas y boticas” para enfermos, individuos inválidos y atención
para los soldados al servicio de su majestad el rey, pues era muy cierto que la latitud de las
islas, el clima extremadamente caluroso y tropical así como las constantes lluvias incidieran
negativamente para la población de origen peninsular o novohispano a fin de aclimatarse al
archipiélago”. (Sales-Colín, 2005)
Una vez que España renunció a las islas Molucas o de las Especias, la exploración
del océano Pacífico por naos españolas se movió dentro planteamientos nuevos.
Primero, ninguna expedición con destino al Mar del Sur volvió a partir desde
España; todas lo harían a partir de entonces, desde la costa pacífica del continente
Americano, bien desde Nueva España (México), o bien desde el Perú. En segundo
lugar, los esfuerzos se concentrarían en el grupo de islas que Fernando de
Magallanes había bautizado como San Lázaro y que más tarde serían llamadas
Filipinas. La más alta y última prioridad de esta etapa, era develar la ruta del
tornaviaje.
Tras la muerte del expedicionario Pedro de Alvarado, quien en el siglo XVI
contaba con el visto bueno de la corona española para realizar exploraciones en
las costas del sureste de la Nueva España, el Virrey Antonio de Mendoza asumió
el control de esta tarea y envió a Juan Rodríguez Cabrillo, un portugués que había
peleado en las guerras contra los nativos, a explorar el Mar del Sur al mando de
dos navíos que pertenecían a Alvarado. En una clara muestra del interés de la
Nueva España por descubrir nuevos territorios en la zona Asia-Pacífico, la flota
designada se introdujo en el mar de Cortés y luego rodeó por la costa de California
para, por último, retornar a la isla de San Miguel sin mayor éxito. A la muerte de
Rodríguez Cabrillo, Bartolomé Ferrelo retomó la exploración del mar del Sur,
pero su intento fue fallido y en 1543 regresó al Puerto de Navidad.
47
Es en 1542 que el Virrey de Mendoza instruye al General Ruy López de Villalobos
la conquista del mar del sur, y dispone de navíos, recursos y hombres para la tarea.
Junto con Juan Rodríguez de Cabrillo, el General López parte un 1ro de
noviembre de 1542 de la Bahía de Navidad en Jalisco, con poco más de 350
hombres con rumbo hacia el norte de California. Previo al descubrimiento de lo
que hoy se conoce como Filipinas, la flota encabezada por López de Villalobos se
cruzó en el camino con las islas de Santo Tomás y la Nublada, el Archipielago del
Coral, el Grupo de los Jardines y las islas de Matalotes, los Arrecifes y la
nombrada isla de Cesárea Caroli. (Riva P., 1884, pág. 354)
La expedición iniciada en 1542 derivaría en uno de los acontecimientos más
trascendentales para la historia de la expansión de España en Asia-Pacífico pues,
los registros históricos señalan que, el nacido en Málaga, llegó el 2 de febrero de
1543 a la actual isla de Mindanao y a una serie de atolones menores, a los que
decidió llamar Filipinas en honor del monarca Felipe II. (Ortuño S., 2005)
Por supuesto que un descubrimiento de esta naturaleza no podía estar exento de
controversias y fatalidades. La instrucción del Virrey Mendoza incluía que,
cualquier descubrimiento debía ser reportado de inmediato a la Nueva España
para con ello, garantizar una ruta segura y de control hacia la zona. Sin embargo,
dos intentos fallidos de navíos enviados por Ruy de López enmarcaron el
descubrimiento. El primero de ellos fue el de la nao San Juan de Letrán, que envió
Ruy de López con destino a la Nueva España para dar informe sobre el
descubrimiento, una tarea que sin embargo, no pudo concretarse debido a que el
navío no ubicó la ruta de retorno. El segundo envío tuvo el mismo destino.
Luego del reconocimiento de las primeras islas de la región, la expedición de
48
López de Villalobos continuó sus avances hacia la tierra conocida como Ternate,
en donde se desató un conflicto con los portugueses, quienes reclamaban el
control de la zona bajo el argumento de que esos territorios pertenecían al Rey de
Portugal, el que pronto sería el mismo, tanto de España como de Portugal, pues la
corona lusitana recaería en Felipe II. Sin embargo, la respuesta del Virrey de
Mendoza fue inmediata pues aseguraba que los nuevos territorios se encontraban
en los mares de España y por tanto, pertenecían a la Corona Española. Lo anterior
derivó en el control de las islas y en consecuencia, de una de las rutas marítimas
más importantes de los siglos XVI y XVII.
Durante su estancia en Ternate y en Tidore, el General Ruy López tuvo noticias
del primer contacto de un español con islas del actual Japón. Por informes del
portugués Diego de Freitas, se supo de las islas Ryukyu;16 sobre un español de
Galicia que había retornado a España en un barco japonés luego de zarpar en 1544
cuando había comenzado una exploración con rumbo a la China. Lo anterior es,
en sí, un reconocimiento de la conexión que comenzaban a hacer, de manera
simultánea, los exploradores españoles con los territorios de Asia; por un lado,
con las rutas marítimas del sur y, por otro lado, con las rutas que llevaban más
hacia el norte.
Paralelo a las expediciones de Ruy de López, el español Andrés de Urdaneta
emprendió sus expediciones en 1525 sin un rumbo fijo, pero con la firme
intención de expandir el dominio de la Corona Española más allá del Continente
Américano. En el año de 1526, según señalan algunos escritos, la embarcación
salida de España arribó a la isla de Mindanao y más adelante, la nao Santa María
16 En el archipiélago de Taiwán.
49
de la Victoria, llegaría a las Molucas tras un viaje por demás desastroso en medio
del Pacífico. En su libro “Urdaneta y el tornaviaje de Filipinas a Nueva España”
(Mira T., 1968). Antonio Mira Toscano señala que Urdaneta permaneció por más
de 9 años en la isla, sin posibilidad de auxilio por parte de España y de la Nueva
España, por lo que se vio obligado a desarrollar capacidades y aprender los
comportamientos de los nativos.
De los 105 sobrevivientes de la flota que salió en 1525, Andrés de Urdaneta
destacó entre los indígenas de la región y entre los portugueses que ya tenían
presencia en la zona marítima. Más adelante aprovechó sus conocimientos sobre
matemáticas y sobre geografía para, junto con navegantes chinos, plantear su
retorno a las tierras españolas. Fue hasta 1536 que el joven Urdaneta partió del
archipiélago con destino a las Indias, acompañado del piloto Macías del Poyo y
tras una larga travesía, su embarcación llegó por fin a Lisboa luego de once años
de haber partido de la península española. Este primer retorno sería la antesala del
interés de la Corona Española por conquistar la ruta Asia-Pacífico; por lo que, en
1538, se destinó una nueva flota con destino al Pacífico en la que también
participaría el mencionado Pedro de Alvarado quien, vale la pena resaltar, cayó
en serias diferencias con el Virrey de la Nueva España, Antonio de Mendoza.
Son estas diferencias, las que llevan al joven Urdaneta a quedarse en la Nueva
España durante dos décadas, lapso en que desempeña puestos clave en las
insurrecciones de los indígenas y en la administración de los recursos. Sin
embargo, señala el mismo Antonio Mira Toscano, que Urdaneta se mantiene
siempre al tanto de las expediciones hacia las Filipinas como la de Hernando
Grijalva (1535), y la de Ruy López de Villalobos (1542), que no pudieron
50
completar el tornaviaje a la Nueva España y que evidenciaron a la Corona
Española que la empresa de conquistar la ruta de las islas del Poniente no sería
una tarea sencilla. Sería hasta dos décadas después, en 1559, que se completaría
un viaje exitoso de retorno a la Nueva España durante el periodo del Virrey Luis
de Velasco quien, por instrucciones de Felipe II, envía una nueva expedición hacia
las Filipinas con el firme objetivo de cuidar una ruta de retorno que permitiera el
control de la zona marítima.
Cinco expediciones fallidas obligaban a conformar una expedición preparada y
con hombres de experiencia como el propio Urdaneta. De esta forma, el 24 de
septiembre de 1559, Andrés de Urdaneta fue nombrado Director Técnico de la
expedición que zarparía de inmediato con rumbo a las islas del Poniente. Pero no
es, sino hasta 1561, cuando se decide que la flota sería capitaneada por Miguel
López de Legazpi para zarpar hasta noviembre de 1564 con el rumbo que habría
tomado veinte años antes el mismo Ruy de López. Fue, de acuerdo con diversos
documentos históricos, el 13 de febrero de 1565, cuando la exploración llegó a las
Filipinas y se inició de inmediato un proceso de conquista que incluyó, a
diferencia de otras expediciones, una labor de evangelización. Se fundó, en mayo
de ese mismo año, la ciudad de San Miguel de Cebú, primera colonia española en
Filipinas y una vez alcanzada la estabilidad, dio inicio la tarea principal: alcanzar
la ruta de retorno.
Urdaneta zarpó en la nao San Pedro con rumbo a la Nueva España el 1 de junio
de 1565 junto con una tripulación de 200 hombres. Tras recorrer 1892 leguas, el
navío llegó a la isla californiana de La Deseada en septiembre de ese mismo año.
Con ello, se cerraba por fin una de las hazañas más importantes de la historia naval
51
de la Nueva España y de la conquista de la ruta marítima Asia-Pacífico.
Para efectos de nuestra hipótesis, entramos a la primera etapa probatoria relativa
al hecho de que, la colonia novohispana en Filipinas estuvo integrada, desde el
principio, por novohispanos (mexicanos) que fueron constantemente trasladados
a Manila y otras posiciones en Filipinas y, finalmente, destacados en La isla
Hermosa (Taiwán).
El galeón San Pedro volvió a Acapulco en octubre de 1565 transportando a Don
Andrés de Urdaneta y con este arribo venían las comunicaciones enviadas por
Legazpi y otros funcionarios del Rey, al que solicitaban hombres y material para
fortalecer la colonia de Cebú. Como respuesta a esta solicitud, la Real Audiencia
de México envió la nao San Jerónimo, comandada por Pedro Sánchez Pericón,
quien partió en mayo de 1566 llegando a Filipinas a mediados de octubre de aquel
año. Tras enormes peripecias, llegaron a la colonia con tan solo 50 soldados,
mismos que fueron repartidos entre las capitanías ya instaladas.
Una segunda expedición de abril de 1567, esta vez integrada por dos barcos, se
componía de 300 hombres bajo el mando del nieto de Legazpi, el mexicano Juan
de Salcedo; estaban divididos en dos compañías que tenían por capitanes al
Capitán Artieda y al Capitán Aguirre, aunque este último estaba subordinado a
Andrés de Ibarra. Alcanzaron la costa de Filipinas el 20 de agosto de 1567.
No hay noticia de la fecha de nacimiento de Juan de Salcedo (aunque algunas
fuentes la ubican hacia 1549); Juan, era hermano de Felipe de Salcedo y, junto
con Martin de Goiti, fue uno de los principales conquistadores de Filipinas; de
hecho se le considera el conquistador de Manila. Se dice que, oyendo de la
52
existencia de Manila, la ciudad más importante hacia norte de Luzón, los
hispanomexicanos pusieron proa rumbo a Batangas que estaba ubicado sobre el
río Pansipit, y en donde Salcedo fue herido con flecha envenenada;
posteriormente, alcanzaron el lago de Taal (afluente del Pansipit); allí encontraron
una gran población y tierra cultivable. Tras enfrentar alguna hostilidad, pudo
Salcedo acercarse a los habitantes de Balayan, yendo luego hacia Manila, en
donde encontró resistencia del Rajah Sulayman, e iniciándose una batalla el 6 de
mayo de 1570 capturando los hispanomexicanos la empalizada de Manila en la
boca del río Pasig, donde incendiaron la fortaleza. Tras infringir esta derrota al
enemigo, se replegaron a la costa de Batangas, llegando luego a la isla de Panay
en julio de 1570.
Miguel Lopez de Legazpi, tras recibir informe de la infraestructura y ubicación
de Manila por parte del novohispano Goiti, decide trasladar el asentamiento
principal hacia ahí, escogieron ahí un viejo fuerte malayo para instalar la capital
de Filipinas. Días después, Legazpi distribuyó tierras entre sus expedicionarios;
todavía el Rajah de Tondo, de nombre Lakandula, se resistió a los conquistadores,
pero fue derrotado en una batalla naval. Tras este hecho de armas, Legazpi dio el
título de ciudad a Manila el 3 de junio de 1571. Goiti fue enviado por Legazpi
para conquistar Bulacan, Papamga y Pangazinan y, envió a su nieto Salcedo al
oeste con dirección a Zanbales con la encomienda de encontrar una ruta hacia
México. En Bolinao, éste derrotó a un junco chino y liberó a los naturales presos
en él, ganándose su amistad.
Lopez de Legazpi murió de un ataque al corazón en Manila en 1572, mientras
Juan de Salcedo se encontraba al frente de una expedición punitiva hacia el sur de
53
Manila. Según nos dice Carlos Quirino, el día de la asunción Salcedo se embarcó
en una galera con 100 soldados hispanomexicanos, tres piezas de artillería pesada
y un buen número de hombres en agosto, y partió hacia las Visayas y las islas del
Sur. Esta afirmación documenta la importancia del contingente mexicano, desde
muy temprano, en la misión de la Capitanía de las Filipinas.
Sobre este particular abundaremos mas delante, dados los detalles de la defensa
que tras la muerte de Legazpi, el mexicano Salcedo haría de la Filipinas frente a
la amenaza de la muy sofistícada y bien financiada piratería china, mucha de ella
proveniente del estrecho de Taiwán.
4.1. Limahong y la defensa novohispana de las Filipinas
La más importante de las aventuras militares de estos primeros novohispanos en
Filipinas, radica en que vinculan históricamente a México con Taiwán por primera
vez.
El pirata Limahong, también conocido como Li Tao-kien, nació en Raoping
prefectura de Chaozhou, provincia de Cantón. Inició su vida “bandida” a muy
temprana edad y sus actividades incluían el robo, contrabando y otras actividades
criminales en el mar; tras conocer al viejo pirata chino Tial-lao se convirtió en su
protegido y a la muerte de éste, tomó el cargo mayor de la flota bajo cuya bandera
se encontraban 2,000 piratas.
Permanentemente atacaba con sus barcos los puertos del sur de China, por lo cual,
la dinastía Ming puso precio a su cabeza; para defenderse, Limahong incrementó
su flota de 40 a 95 barcos e incorporó a sus filas al jefe de piratas Bin To-quiang.
54
En 1573, al mando de una banda de 3,000 piratas, arribó a la isla de Luzón
pretendiendo establecer un reino y combatió al asentamiento español.
A principios de 1574 en Ilocos se confrontó con Don Juan de Salcedo. El pirata
chino tenía la intención de convertir a Manila en la capital de su reino; la atacó
con 64 barcos pero no tuvo éxito, sin embargo, en estos ataques moriría Martín de
Goiti. Al resistir el ataque, los novohispanos llevaron refuerzos procedentes de
Vigan y Cebú que colocaron bajo el mando Juan de Salcedo quien logró retomar
las poblaciones. Limahong juntó sus fuerzas y las retiró hacia la región del
Pangasinan, donde fue alcanzado por Salcedo en 1575, ahí fue derrotado
Limahong y sus naves fueron quemadas. Algunas fuentes señalan que el famoso
pirata huyó a Taiwán y que desde joven operaba en su estrecho.
Este acontecimiento es fundamental en la historia hispánica del Pacífico, pues si
Limahong hubiera vencido, el imperio español no se hubiera asentado y
prosperado. Así a un mexicano se debe este gesto no solo la fundación de Maníla,
sino su mantenimiento dentro del ámbito español. Fue tan importante en la historia
este hecho de armas, que se siguió celebrando por el ayuntamiento de Manila
hasta bien entrado el siglo XIX como fiesta principal. El boletín de Manila de
1856 señala:
“Una de las fiestas más solemnes que se celebran en nuestra capital es sin duda la que decía
anualmente el Excmo. Ayuntamiento a San Andrés, en conmemoración del glorioso hecho
de armas que libertó a estas islas en 1574 de la esclavitud y la barbarie. Un pirata chino,
llamado Limaong, seguido de numerosas hordas, logró penetrar de noche en la bahía, y
sorprendiendo y atacando alevosamente nuestra población descuidada, entra por sus puertas
difundiendo por todas partes la consternación y el espanto. Empero la Divina Providencia
reservada a un puñado de españoles la gloriosa empresa de conservar estas islas bajo el
amparo de la cristiandad y la civilización, y reuniéndose todos denodadamente en el campo
55
llamado de la fuerza, rechazan con valor al pirata, que, destrozado completamente, tiene que
abandonar con el resto de sus andas la capital y sus costas. Este es el hecho que se solemniza
anualmente, y cuyo aniversario tuvo lugar en la mañana del día treinta, y su víspera por la
tarde”. (University of Santo Tomas, 2017)17
4.2. El imperio español en la colonia novohispana de Filipinas
El primer interés del imperio español en Filipinas fue el comercio de las especias,
esto pues las nuevas posesiones requerirían de una enorme inversión para ser
colonizadas. La manera obvia de reducir el déficit, era establecer el comercio
transpacífico, lo que implicaba la necesidad de poblar el archipiélago. Lo cierto
es que no hubo utilidades de este tráfico sino hasta el siglo XVII, surgiendo una
competencia entre la ruta atlántica y la ruta pacífica denominada “La carrera de
indias”. La rivalidad se daba porque los comerciantes de la ruta atlántica,
radicados en España, se inconformaban constantemente por los intercambios
practicados en el Pacífico. Así pues, en 1573, los comerciantes mexicanos
iniciaron su intervención en el tramo transpacífico. (Sales-Colín K., 2008, pág. 47)
Es claro que, en el siglo XVII, España requiere de sus colonias para sostener los
gastos de la guerra europea y para financiar paralelamente su consolidación en el
océano Pacífico. Así pues, en el año de 1573 con la elección de Acapulco como
la cede del tráfico hacia Filipinas y el posterior establecimiento del “Barco de
aviso” de 1594, se consolida la relación de México con Asia. Para contextualizar,
diremos que en los siglos XVI y XVII, España estuvo bajo la casa imperial de
Austria, sometida al fenómeno del auge luterano en Alemania, de la tensión y
17 El territorio de las Filipinas fue gobernado por el Virreinato de Nueva España desde 1565, hasta la
independencia de México en 1821. Hasta entonces las islas eran administradas desde la Ciudad de México y
controladas a través del puerto de Acapulco sobre la costa Novohispana del Pacífico.
56
competencia con Francia y de la permanente presión otomana sobre los Balcanes
y la zona del mediterráneo.
El hijo de Carlos V, Felipe II, gobernaría un largo periodo iniciado en 1556 y
concluído en 1598. Lo hizo sobre España, Portugal, una buena parte de Italia, los
Países Bajos y América y desde 1565, con el viaje de Urdaneta, hasta Filipinas.
Felipe II era un católico ferviente y militante y, un año después del viaje de
Urdaneta, hubo de enfrentar las revueltas de Holanda entre católicos y calvinistas
caracterizadas por el odio holandés hacia los españoles. En ese mismo momento,
enfrentaba una guerra contra la Sublime Puerta (en referencia al imperio
Otomano), a la que finalmente derrotó en la famosa batalla de Lepanto en 1571;
sin embargo, la guerra librada en Flandes se trasladaría a los océanos, arrojando a
los holandeses a una lucha sin cuartel contra los españoles y todas sus colonias.
En 1578 se dividirían los Países Bajos entre católicos y protestantes, cosa que
concluyó con la consolidación de las provincias unidas en 1588, año en el que
Mauricio de Nassau reconquistó todo el territorio flamenco; cosa reconocida por
España en la firma de la paz de Westfalia, 60 años después en 1648.
Más complejo aún era el hecho de que la excuñada de Felipe II18, Isabel de la casa
Tudor (hija de la protestante Ana Bolena), accediera a la corona de Inglaterra a
pesar de la excomunión de San Pio V producida en 1570. Esto porque Inglaterra
pasaría, de aliada a enemiga cuando Isabel I autorizó la piratería (encabezada por
Sir Francis Drake y Sir Thomas Cavendish) que azotaría los puertos españoles en
el Pacífico, en el Atlántico y, con especial atención, en el Caribe.
18 Quien estuvó casado con la hermana mayor de Isabel, María Tudor, la que retornó por un breve periodo
Inglaterra al catolicismo romano a un alto costo de sangre, fue apodada por ello “Bloody Mary”.
57
Así las cosas, el rey de Portugal fallece en 1580 y su corona es heredada al propio
Felipe II. Las capacidades marítimas de la armada de Portugal se suman a las de
España, pero esto no es bien aceptado por los portugueses. Don Alonso Gutiérrez,
en 1602, señalaba que: “los lusitanos muestran su descontento y deseo de tener
rey propio, cualquiera que sea, y desasirse de la corona de Castilla” (Sales-Colín
K., 2008, pág. 30). Lo anterior tomaba real importancia en el Pacífico pues, los
intereses de Manila y Macao, naturalmente se oponían.
En este contexto debemos acercarnos a la influencia novohispana en Filipinas
durante el reinado de Felipe II para entender la importancia relativa de México en
el área del Pacífico.
4.3. Novohispanos en Filipinas
En 1573, el virrey Martin Enríquez informaba a Felipe II que cada año partían
rumbo a Filipinas, desde México, dos navíos con hombres y municiones;
informaba también que, a pesar de este hecho, la población hispánica en Filipinas
disminuía por las condiciones de la colonia. Es lógico suponer la necesidad de
tropas en una colonia recién conquistada, así pues, la labor de reclutamiento dejó
evidencia en un documento relativo al viaje de Don Francisco de Sande oidor de
la Audiencia de México, y que fue designado gobernador de las islas en el lugar
de Guido Delavezaris que había sustituido a Legazpi.
En el documento titulado Nomina de la reseña e pagas de los soldados que se hizo
por mandado del exe señor don martin enrrique visorey gouernador ecapn general
por su magt en esta nuegua España para yr en su rreal seruicio a las yslas del
poniente en los nauios sant.juan e san.tiago que al presente sestan despachando
del puerto de acapulco con el gouernador doctor francisco desande e socorro
58
que se enuian al campo de su majestad (Muro, 1970), se consigna la fecha de
pago de los soldados que prestaron juramento para servir al rey, como 25 de marzo
de 1575; se cita en el cuerpo del mismo al Alferez, Pedro Menéndez Carvallo, que
era el encargado, por orden del virrey, y llevaba a cargo la bandera; es citado
también el sargento mayor, Juan de Morones, encargado de reclutar y poner bajo
bandera a los soldados. Este Morones había sido integrante de la expedición de
Legazpi, y se encontraba en México remitido desde Filipinas por acusársele de
ciertos delitos que el virrey juzgó que no eran muy graves. El periodo de
reclutamiento fue amplio, desde mediados de octubre de 1574, hasta el 10 de
marzo de 1575, haciendo un total de 146 días y, el método de reclutamiento
consistía en que, mientras el tambor era tocado por Hernándo de Montoya y el
pífano por Felipe de Martín (indio natural del barrio de San Sebastián en la ciudad
de México), se reunían los interesados. Para el día de la ceremonia de paga,
juramento, pleito y homenaje, se había logrado convocar a 178 hombres que
partieron con rumbo a Acapulco. Salieron de este puerto del Pacífico el 6 de abril,
llegando a costa Filipina el 25 de agosto. La nómina registra 180 partidas, no
incluyendo al tambor y al pífano, que no viajaron a Filipinas. La paga consistió
en 100 pesos de oro común de soldada, más quince pesos para gastos por el viaje
a Acapulco que incluía el mantenimiento del caballo para aquellos que se
inscribieron con él y los cuales fueron 13; sólo uno de los inscritos viajó como
meritorio, o sea, sin paga. El total de lo pagado por el rey fue de 26,665 pesos de
oro.
Es destacable que, en ese mismo documento, donde hay alguna anotación como
soldados, 9 son nacidos en España y 2 son de México pero, de los 180 anotados,
140 son españoles y 38 americanos bajo la siguiente lista:
59
Peninsulares 140 hombres
o Andalucía 69 hombres
o Extremadura 19 hombres
o Canarias 14 hombres
o León 11 hombres
o Castilla La vieja 9 hombres
o Castilla La nueva 6 hombres
o Vascongadas 5 hombres
o Asturias 3 hombres
o Aragón 1 hombre
o Galicia 1 hombre
o Navarra 1 hombre
o Valencia 1 hombre
Americanos 38 hombres
o Nueva España 36 hombres
o Perú 1 hombre
o Santo Domingo 1 hombre
De los oriundos de la Nueva España la división era la siguiente:
o Ciudad de México 32 hombres
o Culiacán 1 hombre
o Puebla 1 hombre
o Taxco 1 hombre
o Zacatecas 1 hombre
60
Entre los novohispanos, el menor tenía 17 años y el mayor 35 años; el registro
también señala parentescos, y da pormenores de las cicatrices de cada uno de los
enlistados. También señala el estado de las dentaduras y de los defectos visuales;
de estos últimos se señala a 3: uno de ellos como algo bizco, otro con una nube y
otro con el ojo derecho rezmellado; se describen los lunares, las marcas de viruela,
y los labios y el color de las barbas.
El primer mexicano que aparece en la lista, con el numero 151, es Alonso
Salamanca, nacido en México; de padre Gonzalo Ogregorio y de madre Ana de
Salamanca. Del 156, Juan Sánchez, nacido en Taxco, se dice que: “tiene 20 años
de edad, cuerpo bien dispuesto, rostro moreno y cicatriz en la frente en forma de
cruz”. (Ibid.)
Este documento, es lo que en las ciencias del derecho se considera prueba plena
de que, desde muy temprano, los naturales de México eran enviados como tropas
a las Filipinas; cosa ésta, que fortalece nuestra tesis con respecto a que las tropas
destacadas en La isla Hermosa (Taiwán) en los fuertes españoles un siglo después,
eran en un alto porcentaje de origen mexicano, pues para la época de la
colonización de La isla Hermosa (Taiwán) la población hispánica (criolla y
mestiza) en México era ya la mas importante, y por lo mismo fácil de transportar
a Filipinas. Más aún, si asumimos que para esa época, como hemos demostrado,
la autonomía del Reino de la Nueva España era tál, que impidió que el enviado
del ministro del rey auditara los asuntos de Acapulco, base única de contacto con
las Filipinas y La isla Hermosa (Taiwán), según hemos establecido.
61
4.4. El sistema Forzado, el Situado Novohispano y el Socorro. Gente, dinero
y cosas de México a Filipinas
En el volumen 73 de la Revista de Indias, número 259 (2013), Stephanie Mawson
escribe un artículo denominado Los plebeyos rebeldes y el sistema forzado - el
transporte de convictos entre la Nueva España y las Filipinas durante el siglo XVII,
entre otras cosas, narra que indubitablemente, como castigo regular contra
determinados crímenes en contra de la moral o la corona española, eran destinados
al servicio militar en Filipinas novohispanos de origen humilde, los que se
destinaban al servicio activo en las guarniciones novohispanas en Filipinas.
Respecto a esto Mawson apunta que, El sistema forzado trabajó conjuntamente
con el sistema regular de levas para trasladar plebeyos desobedientes y criminales,
lo que permitía confiscar también diversos materiales y enviarlos de Nueva
España a Filipinas, este sistema era conocido como El Socorro. Sin embargo, el
sistema forzado estaba separado administrativamente del proceso ordinario de
leva, aunque frecuentemente incorporaba sus propios métodos para la coerción
sistemática. El sistema forzado era de justicia criminal y era dirigido para
determinados criminales específicamente excluidos de otras formas de
reclutamiento, particularmente para aquellos perdonados a cambio de enlistarse
durante el periodo de leva; se señalaba a los falsos testimonios, blasfemos,
ladrones, falsificadores de moneda, a los que resistían la justicia y a los marineros
y soldados que hayan recibido paga previa bajo bandera o armada; estos
criminales caían dentro de la jurisdicción del sistema forzado y su servicio era
considerado como castigo criminal…. Una comisión especial del virreinato19
19 Aquí si, procede el término Virreinato pues se refiere a una delegación de la administración, no implica que
dicho Virreinato sea un territorio.
62
encabezada por Juan Martin Galardo en diciembre de 1644, estaba instruida para
buscar fuera y dentro de la diócesis de México a desertores, soldados, artilleros y
marinos que estuvieran en el país sin licencia de sus capitanes o superiores,
ampliándose a vagabundos (solteros) y mal entretenidos (jugadores y parranderos)
de los que no se tuviera noticia de su trabajo; típicamente, a aquellos que
habitaban en las cercanías de la ciudad de México y de Puebla. Así mismo, las
autoridades locales adicionalmente recibían órdenes del virrey para ordenar la
aprehensión de un número específico de criminales para la leva Filipina. Como
quedó demostrado en la instrucción de febrero de 1645 de Amateo Deaedo y Peña
comisario jefe de las minas de Tlalpuhagua, Tajimaroa y Maravatío [en el actual
Michoacán] a quien, específicamente ordenaron la captura de cuatro criminales
de casos sonados que puedan servir a su majestad en las islas Filipinas. 20
(Mawson, 2013)
Así pues, es señalable que fue la rivalidad de Holanda con el imperio español la
que impidió el crecimiento del territorio Pacífico de la colonia novohispana en la
Filipinas, reduciéndola sólo al espacio de las isla Bisayas y Luzón. Una vez que
Koxinga21 derrotó a los holandeses en Formosa, se preparó para asaltar a las
Filipinas, razón por la cual la Audiencia de Manila concentró infantería en los
presidios de Ternate, Zamboanga y Iligan, reduciendo el número de presidios a
cerca de la mitad. Para 1608, los funcionarios eclesiásticos y civiles en las
Filipinas plantearon la necesidad de que soldados hispánicos arribaran desde
México, pues ellos habían ya reforzado las defensas reclutando a los nativos y
20 Interpretación propia del artículo de Mawson. 21 Koxinga nació en 1624 en Hirado, Japón, fue un noble de la dinastía Ming cuyo padre fue un pirata y que venció
al General Coyett, comandante holandés en Formosa. Constiuyo el reino de Tungning, primer reino de la etnia
Han en Taiwán en 1662.
63
mulatos que pudieran sumarse contra la inminente rebelión de los chinos en
Filipinas y la invasión de Koxinga; señalaban también que el dinero enviado sólo
había soportado la mitad de los gastos diarios, al tiempo que reconocían el
descenso de las operaciones comerciales con China, lo que atribuían a la guerra
que los Ming sostenían contra los Manchúes, cosa que impedía el tráfico regular
de los champanes. (ibid.)
El situado novohispano
El situado novohispano consistía en una partida de dinero que debía proporcionar
el virrery de la Nueva España para el mantenimiento de los presidios militares
bajo el dominio de su potestad.
El sistema del situado permitió la manutención de la colonia filipina,
principalmente, durante la segunda mitad del siglo XVI. El situado generó una
dependencia crónica, que llevó a los gobernadores Miguel López de Legazpi y
Francisco de Sande, a solicitar de manera regular abastecimiento o El Socorro de
la Nueva España, debido al entorno de incertidumbre en el transporte de
mercancías.
Según Sales Colín, en su artículo Intentos de fortalecimiento español allende
Filipinas: Moluco, Matheo e isla del Norte, 1605-1653, dice a pie de pagina que:
“La palabra situado, desde un punto de vista de la contabilidad mantenida entre Nueva
España con su entorno americano y asiático, era una remisión de dinero más que transferencia
desde las cajas mexicanas con un superávit a otra de déficit fiscal. En conjunto, se enviaban
situados novohispanos compuestos de plata americana, naturalmente, de origen novohispano
y peruano, a Cuba, la capitanía general de Yucatán, al norte chichimeca y a la capitanía
general de Filipinas. Remisión, precisa la llegada de dinero que no se destinaba a la inversión
64
para obtener una ganancia sino para gastarlo en las necesidades inmediatas consideradas
como acuciantes. De acuerdo con el vocabulario de la época estudiada, y para ser más exactos,
la remisión alude a diferentes partidas tales como situado, ayuda de Nueva España, gastos de
factoría, guerra, misiones, sueldos y presidios. En suma, es el costo de la empresa filipina
mantenida desde el virreinato mexicano, pues era gastada en bienes y servicios, guerras y
misiones. La sección contaduría del AGI arroja información importante. La consulta que he
realizado durante varios años en la sección Archivo Histórico de Hacienda del Archivo
General de la Nación, México, en su parte relativa a efectos y víveres para poniente también
aporta, al igual que el ramo General de Parte, informaciones complementarias y alternativas
que pueden llevar a una revisión de todo el asunto, si es que se estudia a Filipinas en su justa
dimensión, es decir, como una provincia más del virreinato mexicano, o como colonia de la
colonia”. (Sales-Colín K., 2015, pág. 366)
Gráfico 4 Envío de plata por concepto de situados a provincias dependientes de la Nueva
España
Fuente: Recatado de (Reicchert, 2010) y Alonso A. Luis, La ayuda mexicana en el Pacífico:
socorros y situados a Filipinas, 1565-1816; en el Secreto de las finanza del imperio español: los
situados coloniales en el siglo XVIII, Marichal, Carlos. México, El Colegio de México e Instituto
Mora
65
Gráfico 5 Ingresos y gastos de la Capitanía General de Filipinas en 1611
Fuente: Anónimo, El situado o Socorro (Controversias – Parte II), sitio web, Filipinas: entre el
Galeón de Manila y el Sol naciente.
Felipe III, quien había tenido que reducir los frentes de guerra del imperio, buscó
por todos los medios a su alcance, la reducción del déficit público, logrando la
paz con Inglaterra tras la muerte de Isabel Tudor.
Felipe III había buscado también el fin de la guerra con las provincias unidas
holandesas sin alcanzarlo. Durante 1606, lanzó una importante ofensiva en
Flandes, misma que no alcanzó éxito suficiente. Precisamente debido a la falta de
dinero, se generó la propia rebelión de las fuerzas españolas. Afortunadamente
66
para España, los holandeses aceptaron una tregua en 1609. Esta nueva condición
económica, permitió reorientar la expansión hacia el Pacífico. Para mantener este
despliegue militar se utilizaba el sistema del Situado o Los Situados. Esta época
es la que nos ocupa de la colonia novohispana en La isla Hermosa (Taiwán)
durante el reinado de Felipe IV; la corona española estaba involucrada en una
guerra con Francia y otra con Portugal (por su independencia); a esto, estaba
sumada la piratería inglesa y holandesa que castigaba los puertos del Pacífico. En
este largo periodo bajo la corona hispánica de Felipe IV es que se fundara la
colonia novohispana en La isla Hermosa (Taiwán), misma que, por las distintas
consideraciones presupuestales en Madrid y El Escorial, se contendrán las
intenciones de la Audiencia de Maníla (en buena parte integrada por mexicanos)
de apoyar el sostenimiento de la isla Hermosa como colonia novohispana, dicha
colonia tenia ya miles de conversos al catolicismo, por lo que las órdenes
religiosas de los Dominícos y Franciscanos también querían preservarla.
CAPÍTULO 5 ISLA HERMOSA
5.1. Hispania versus Batavia22
5.1.1. ¡Contra España!
En el año de 1560, los Países Bajos cayeron bajo el dominio dinástico de
Margarita de Parma, hija del Emperador Carlos V, hermana de Felipe II. Algunos
marinos y comerciantes holandeses buscaron a su regenta para peticionarle que
22 Se referiere a los nombres dados por el imperio romano a las provincias de Hispania (España) y Batavia
(Holanda). (Maestre M, 2002, pág. 1513 y 1514)
67
no los discriminaran más en el imperio español, a lo que ella responde
calificándolos como “limosneros”, lo que en buen castellano significa mendigo.
A partir de este hecho, y con gran odio hacia la corona Habsburgo, ellos se dejarán
conocer como los Mendigos del Mar.
Jehan Cauvin, que sería conocido como Giovanni Calvinus (en latín), o Juan
Calvino (en español), fue un teólogo protestante que estableció los llamados 5
puntos del Calvinismo. Había estudiado en el mismo colegio que San Ignacio de
Loyola y Erasmo de Rotterdam. Se decía que había sido castigado cuando era un
joven sacerdote por sodomía, grabándosele a hierro vivo una flor de Liz, a Calvino
se le atribuye la autoría del famoso discurso del rector de la Sorbona, Nicola Cop
que enfrenta a este académico con la Curia Romana.
En 1536 Calvino presentó una confesión de fe en Ginebra, compuesta de 21
artículos que fueron adoptados en muy buena medida en los Países Bajos de habla
flamenca.
Entre los holandeses calvinistas del siglo XVI, encontramos a Guillermo de
Orange, El Taciturno, quien, como magistrado de los Países Bajos, encabeza la
insurgencia en contra de los Habsburgo. En 1568 se inicia la rebelión de
Netherland (Holanda) contra el Imperio Español que durará 80 años. En aquel
mismo año, la excuñada de Felipe II, Isabel de Inglaterra, ordena la captura de
una parte de la flota Hispana que, por una tormenta, se había desviado hacia South
Hampton; luego, por si esto fuera poco, los Hugonotes, que eran calvinistas
franceses, forman una armada en el puerto de La Rochelle integrada por 70 navíos
para capturar a los mercaderes españoles del golfo de Vizcaya.
68
El himno de Holanda, oficial desde 1932, exclama: “¡Oh noble pueblo fiel! me
ofendo viendo cómo te afrenta el español cruel”, lo que grafica el sentimiento
holandés hacia el dominio español. (Gobierno de Holanda, 207)23
En la segunda mitad del siglo XVI, esta rivalidad haría que ambos bloques se
confrontaran en el Pacífico. Las provincias holandesas consolidadas en torno a la
uníon de Utrecht, realizan expediciones a América con objeto de atacar a los
españoles y abrir colonias. La república de Holanda había otorgado concesiones
a empresa privadas con facultades militares y navales bajo el concepto del Mare
Liberum o Mar Abierto. Por tanto, las expediciones holandesas en el Pacífico sur,
contaban con patentes de corso que volvían legal su piratería en contra de las
naves novohispanas, españolas y portuguesas mientras instalaban su imperio
asiático.
España contestó con embargos en contra de las naves con bandera holandesa,
típicamente reteniéndoles la sal. Los españoles tenían la idea, según lo expresó el
rey Felipe III al Archiduque Alfredo, de que: “Holanda se rendiría por falta de
sal”. (Dávila P., 2015, pág. 48)
A este periodo de crecimiento comercial de Holanda que se da entre 1570 y 1670,
se le denominará Expansión sin Imperio.
Holanda impulsa la creación de la Compañía de las Indias Occidentales (WIC) y
la Compañía de las Indias Orientales (VOC). Ambas se financían con dinero
robado al imperio español. La idea holandesa de los puertos-fábrica, fue copiada
de los portugueses, pero perfeccionada con un sistema de defensa como en el
23 Traduccion libre hecha con Google Traductor.
69
puerto de Surinam. Los holandeses pretendían controlar el mercado de especias y
azúcar que tenía su origen en América y Asia.
Las también llamadas Provincias Unidas atacaron todo el sistema y rutas marinas
españolas, adueñándose de buena parte del tráfico de esclavos. Hacia 1580, los
hispanoportugueses eran muy pocos en Asia, además de que tenían dos áreas
comerciales separadas Macao y Filipinas. Para principios del siglo XVII, la VOC
tenía por objeto destruir las relaciones comerciales entre la metrópoli española y
sus colonias americanas y asiáticas. Inclusive, intentaron llegar por vía fluvial
desde Surinam, hasta el Perú, portando siempre, los Kapper Brieven, osea, sus
patentes de corso que les autorizaban la piratería contra el imperio español.
El primer viaje holandés de Cornelius de Hautman fue en 1595, y la ruta de viaje
fue de Perú hacia las Filipinas, pasando por las islas Salomón y las Marquesas.
5.1.2. La VOC, Compañía holandesa de las islas orientales
Para cuando esta empresa se funda en 1602, la experiencia de la república
holandesa en el Pacífico era muy amplia. Uno de los principales obetivos de la
misma era vincular Nueva Guinea al Pacífico y localizar una ruta para Australia.
En 1605, los holandeses fundaron la colonia de Batavia en Jakarta. Habían llegado
ya en 1602 a Ceylán (Sri Lanka); en 1609 llegaron a Dejima24 (Japón) y, en 1624,
llegaron a Formosa (hoy Taiwán), que les sería arrebatada por Koxinga en 1641.
En ese mismo año, tomaron Malaca en la costa oeste malaya.
En esta desaforada competencia entre España y Holanda, es que se dará el
24 La isla artificial de Dejima en el puerto Nagasaki, fue la única colonia extranjera que se autorizó después del
cierre del país durante el Shogunato Tokugawa.
70
gobierno colonial holandés en Formosa a través de la VOC con objeto de
mantener el comercio con China y Japón, mismo que será definitivamente
destruido en 1662 por las fuerzas de Koxinga, partiendo el contingente holandés
el 17 de febrero de aquel año.
Sin embargo, la VOC intentataría recuperar Formosa en alianza con los Qing,
alcanzando (por un tiempo) el control de Jilong, pero la tropa de Koxinga fue
superior; con esta última tentativa acabaron los esfuerzos holandeses por volver a
La isla Hermosa (Taiwán), estableciéndose así el reino de Tungning que duraría
hasta 1683. (G. Potet, 2016, pág. 75)
5.2. El Taiwán novohispano, un frente de batalla más contra Holanda y sus
empresas
El reinado de Felipe IV traerá consigo una nueva serie de visiones y posiciones
trascendentes para la monarquía hispánica y su imperio. En aquel tiempo, la
administración real solía delegarse en los llamados Válidos, el primero de Felipe
IV será el muy poderoso Conde Duque de Olivares el que elaborará un amplio
diagnostico de la situación del imperio, e informará al rey el 25 de diciembre de
1624 mediante un documento secreto conocido como El Gran Memorial; dicho
documento describía tanto el estado de las cosas, como proponía un nuevo modelo
fiscal y organizacional que incluía la “unión de armas”. En aquel tiempo, solo los
reinos de Castilla, incluido el de Nueva España estaban sujetos a altos impuestos,
que pudieron pagar por el excedente de plata americana. El documento del Conde
Duque incluía dos medidas principales: la primera, ampliar el monto del impuesto
en otros reinos, incluidos Portugal y Cataluña; y la segunda, fijar una aportación
específica por cada reino en tropas. Esto provoco gran tensión trayendo la
71
independencia de Portugal y el deterioro de España, que culminaría en la Paz de
Westfalia de 1648.
La decisión novohispana de establecerse en Taiwán, tanto en México como en
Manila, había partido de entender la importancia de la isla de Formosa para un
doble efecto: primero, el de consolidar una colonia con vocación militar y
comercial que pudiera ser más importante que Manila pues, la isla Hermosa era
punto ya de comercio con China continental y con Japón; y el segundo, era el
propiamente eclesiástico, que veía en Formosa una base de operaciones ideal para
formar a los nuevos misioneros (chinos, japoneses y coreanos) que pudieran
expandir la fe, lo que de hecho comenzó a hacerse en Kimauri.
Por lo tanto, y a pesar de los enormes costos de las guerras que en todo el mundo
libraba el imperio español, se decidió la aventura de la isla Hermosa y el ímpetu
de los novohispanos seguramente habría alcanzado su objetivo si los controles
impuestos desde El Escorial no hubieran antepuesto criterios burocráticos y
meramente financieros a la empresa. Lo anterior es decir, el ímpetu novohispano
(mexicano) fácilmente entendible en función de que desde 1521, el Reino de la
Nueva España se extendió desde el Norte de California hasta el Mar de Honduras
y, desde el puerto de Veracruz, hasta la isla del Luzón. Todo lo anterior por medio
de expediciones encabezadas por los conquistadores de Tenochtitlan
personalmente, asi como por sus descendientes; sin dejar de señalar que estos
mismos conquistadores trajeron al imperio otros vastos territorios, como el
virreinato del Perú que se debe al primo de Hernán Cortés: Francisco Pizarro. En
este contexto de conquista de miles de kilómetros cuadrados por año, sumando
millones, la conquista de Formosa era un esfuerzo relativamente sencillo si no se
72
hubiera visto contenida por el cambio de la política de Felipe IV inspirado en El
Gran Memorial que proponía la llamada unión de armas, medida que implicaba
mayores contingentes aportados por los reinos al ejercito imperial español.
En 1621 se consolidó la llamada Confederación entre Inglaterra y Holanda,
conocida también como Alianza Defensiva. En ese momento en que las naves de
las dos potencias europeas desplegaban sus operaciones en el Pacífico, Don
Alonso Fajardo de Tenza, gobernador de las Filipinas, fue enterado por algunos
vecinos de Nagasaki, sobre la presencia de una armada combinada de ingleses y
holandeses; los nipones le informaron al gobernador Fajardo, que dicha nao tenía
44 cañones grandes.
La noticia obligó a éste a preparar la defensa de Manila. No tenía en aquel
momento la capacidad defensiva en el mar pues, en el astillero de Cavite tenía
sólo dos naves: la Capitana y la Almiranta. Entonces, el gobernador levantó una
trinchera para que el enemigo no pudiera ver los barcos completos y supusiera
que, aquellos que estaban en reparación, más bien se encontraban en posición y
orden de combate.
El 2 de febrero llegaron efectivamente 4 naves inglesas y 5 holandesas con 1,200
hombres de guerra, los que duplicaban a los españoles defensores. Pero la
artimaña de Fajardo funcionó y los protestantes se retiraron. Días después,
regresaron los navíos, pero no trabaron combate. En quejosa carta, el gobernador
informaba al rey que carecía de tropas, y que había tenido que reclutar a 70
vagabundos de Manila para incrementar su contingente.
Lo cierto es que, más que temor a la defensa española, los angloholandeses se
73
enteraron de que el barco de Acapulco llegaba meses después. Entrado 1622, ocho
ingleses desertores informaron a Fajardo que 12 navíos habían partido para robar
en las costas chinas y 10 más, para atacar en Filipinas y que ahora sí se
encontraban prestos para atacar al galeón de Acapulco.
Las cañoneras angloholandesas, sin mayor resistencia, entraron al astillero de
Cavite, pero sólo exigieron que les devolviera a los flamencos (holandeses
prisioneros). Poco tiempo después, estos mismos barcos capturaron la nao que
transportaba El Socorro25 y a un bajel de origen portugués.
La presencia holandesa era un riesgo permanente y el gobernador escribía que,
desde su llegada, había perdido 6 galeones a manos de los angloholandeses y se
habían apostado en San Bernardino para esperar al Galeón de Acapulco.
Un año después, el gobernador Fajardo escribía al rey que: “Ni aún con El Socorro
de la Nueva España, Manila quedaría con la estrechez de dineros que tanto la
caracterizaba” (Pérez R., 2009, pág. 164). De nuevo, en junio de 1623, informa
de otro ataque holandés.
Durante el gobierno de Fernando Da Silva en Manila, el 7 de junio de 1625, éste
pidió un préstamo a los vecinos ricos en tanto se recuperaba al año siguiente con
la llegada del Galeón de la Nueva España. La deuda ascendía a 110,000 pesos,
que eran usados en la construcción de barcos, su remozamiento, pago de sueldos
25 Aunque el concepto de El Socorro se entiende por todo tipo de ayuda a la misiones hispánicas del siglo XVI,
el Dr. Reichert apunta que éste tiene que ver con las erogaciones hechas bajo el concepto de gastos militares.
Reichert señala que: “Bajo la denominación de gastos militares se engloban todos los envíos monetarios que realizó
la Nueva España para socorrer o situar fortificaciones, soldados, oficiales, municiones, galeras, fundición de
artillería, e incluso pertrechos y víveres remitidos a los presidios de San Agustín de la Florida, La Habana, Santo
Domingo y San Juan de Puerto Rico, los cuales, según José Antonio Calderón Quijano, fueron algunos de los
puntos estratégicos más importantes para la defensa del circun-caribe, al conformar el antemural de Las Indias
españolas, o las llaves del Nuevo Mundo”. (Reichert, 2010)
74
a las tropas destacadas, compra de artillería, entre otras cosas. Esto demuestra la
dependencia de Filipinas de la Nueva España justo en el momento del
establecimiento de la colonia en La isla Hermosa (Taiwán) pues, si no llegaba el
situado, el gobernador no tenía más remedio que pedir prestado, asi se prueba que
es con dinero mexicano que la colonia en Formosa es financiada.
Cuando llegó Juan Niño de Tavora en 1626 como nuevo gobernador a Manila, la
administración de la capitanía general tenía ya por prioridad el formal
establecimiento de la colonia filipino–novohispana en Taiwán. (Borao M. J. E.,
2002, pág. 145)
29 años antes, en 1597, Hernando de los Ríos Coronel manifestaba la urgente
necesidad de tomar control de la Isla Hermosa; sobre todo, por su cercanía con
China, lo que hacía de la isla, paso obligado de quienes viajaban del continente a
Filipinas, así como de los japoneses en ruta similar. Su idea era tomar Jilong con
300 hombres y defenderlo con algunas piezas de artillería al tiempo que observaba
la utilidad mercantil del punto, como una escala para los champanes que quisieran
comerciar con Filipinas. Desde tiempos de la gubernatura de Luis Pérez
Dasmariñaz, siempre temeroso de un ataque japonés, se veía como una posesión
estratégica importante el control de la isla Hermosa. Así pues, la creación de un
eje comercial Filipinas–isla Hermosa–China era natural pues, a la isla Hermosa
(en algunos textos Formosa, o isla Norte) llegaba constantemente mercancía con
objeto de incluirla en el Galeón de Manila.
Para aquel momento, el control de la base de Formosa por parte de los holandeses
costaba mucho a Manila, pues éstos impedían que buena parte de las mercancías
llegaran de Formosa a Filipinas, y de ahí a Acapulco.
75
Según Oswald Sales Colín, en su documento La Real Audiencia de Manila contra
el gobernador general de Filipinas: Dos intereses irrereconciliables durante la
primera mitad del diecietesco señala que:
“La llegada de Juan Niño de Tavora de 1626 a 1632, como nuevo gobernador de las islas se
caracteriza porque se va a reducir, pero no desaparecer, las rivalidades entre la Real
Audiencia y el poder central, ya que esta querella lograra matizarse hacia el año 1630” (Sales-
Colín, La llegada de Juan Niño de Tavora de 1626 a 1632 General de Filipinas: dos intereses
irreconciliables durante la primera mitad del diecisetesco, 2005, pág. 429).
Por tanto, para la época de la colonización en La isla Hermosa (Taiwán), el nivel
de intervención de la Audiencia de Manila sobre las acciones del Gobernador, era
importante; cosa no menor en los asuntos relacionados con la ocupación y
explotación de Formosa.
El conflicto entre el Gobernador y la Real Audiencia cobra relevenacia en función
de que ésta estaba compuesta, por un lado, por antiguos colonos hispánicos y, por
otro, por experimentados funcionarios mexicanos en Filipinas, quienes servían,
según el Gobernador Fajardo, como una suerte de equilibrio en tan importante
consejo. El gobernador Fajardo, en una carta dirigida al rey con fecha de 20 de
agosto de 1622 establece que:
“No de quien se venga a probar aquí (Filipinas) pues cuanto tanto mas lejos esta la fuente del
remedio que es vuestra majestad y su Real Consejo (de Indias), tantos más se deben prevenir
los inconvenientes, siendo cierto que para estas plazas las vengan a servir personales cuales
convedría bien que tuviesen por tal e indubitable la salida breve de este fin del mundo para
algún descanso”. (Sales-Colín, La llegada de Juan Niño de Tavora de 1626 a 1632 General
de Filipinas: dos intereses irreconciliables durante la primera mitad del diecisetesco, 2005,
pág. 436)
En esa carta, se infieren una serie de ventajas relativas a la presencia de los oidores
76
mexicanos: primero, la llegada de personas con amplia experiencia en asuntos de
guerra, hacienda y justicia para la Real Hacienda de Manila a fin de trabajar
colegiadamente con el gobernador general, emanando disposiciones resolutorias
bien meditadas y evitando, la perentiocidad; segundo, la lejanía con respecto a la
metrópoli, a su juicio y que, en la práctica, incidían negativamente en el buen
despacho de los oficios de la Real Audiencia de Manila, robusteciéndose el
“inconveniente” de la confederación, es decir, el monopolio de los cargos entre
las mismas personas consolidadando el amiguismo clientelista; por lo tanto, con
los oidores mexicanos, aparentemente se reduciría tal práctica; y tercero, es una
verdad evidente, que el archipiélago de poniente siempre fue visto como una tierra
poco promisoria, en donde difícilmente podría amasarse una jugosa fortuna,
comparado con las posibilidades del Reino de la Nueva España en territorio
mexicano, lo que significaba que los mexicanos que ahí residían, lo hacían por
convicción, dado que lo enorme del territorio continental de Nueva España les
hubiera permitido mejores oportunidades sobre todo en Aridoamerica.
Por tanto, la Real Audiencia que autorizó la colonización de la isla Hermosa, tenía
un importante ingrediente de mexicanos que entendían la decisión estratégica de
este hecho. En esta investigación probaremos que uno de estos oidores, Marcos
Zapata de Gálvez, no solo era mexicano, sino que, como lo sostiene Aduarte en
su texto De la Entrada Que Desde la Isla Hermosa Hizieron Dos Padres de Santo
Domingo en el Gran Reyno de La China (Aduarte & Gonzalez, 1693), era el fiscal
de la isla Hermosa y su padre, escribano mayor del cabildo de Puebla de los
Ángeles de la Nueva España, siendo esta la primera investigación académica que
prueba este hecho a través de la concatenación de documentos por nosotros
cotejados y que citaremos mas adelante.
77
En este sentido, el gobierno de Manila y su Audiencia consideraban que era
preciso que se contruyeran presidios españoles en Formosa que permitieran la
explotación de las minas de oro, plata y azufre que había en la región. A esta
decisión respondió la fundación de los puestos militares en San Salvador y Santo
Domingo.
La instalación de los destacamentos en Formosa permitirían que la mercancía
proveniente de México, con reducidos costos de defensa, fuera más barata que la
mercancía portuguesa con su base en Macao para los chinos y japoneses.
Empezó así la competencia por el dominio de Formosa y las gestiones del
Gobernador Niño de Tavora pues, el rey autorizará el libre intercambio mercantil
entre Manila y la isla de Formosa. Lo que hizo que, en noviembre de 1630, el
soporte económico para Formosa se aumentara; acción que se acompañó con el
envío de una comisión a China para buscar al último Emperador Ming: Chuang-
Lie-Ti, enviándosele un hermoso regalo consistente en una vajilla de plata labrada,
la que no pudo ser entregada porque a su llegada, el emperador había muerto.
En aquel momento se decidió la cristianización de la isla norte, misma que
iniciaría en 1626, con el antecedente de 1619, del padre dominico, Gaspar de
Núñez. (Aduarte & Gonzalez, 1693)
En resumen, la intención era que la isla Hermosa fuera un importante centro
comercial, religiososo y politico, una base de intercambio importante con China
y Japón, a la vez que una colonia novohispana floreciente.
Fernado De Silva (1625 – 1626) y Juan Niño de Tavora (1626 – 1632) fueron
gobernadores de Filipinas que tenían un alto interés por el establecimiento de la
78
circulación comercial China-Formosa-Nueva España y eventualmente Japón.
Diego Chou en su libro Los primeros albores de China y España a través de
Filipinas, señala que grupos de comerciantes japoneses traficaban ilegalemente
sedas chinas a Formosa, lo que demostraba el nodo comercial con Japón. En este
mismo contexto, el 30 de julio de 1626, en una carta sobre los asuntos del gobierno
de Manila, el gobernador Fernando De Silva da una serie de particulares
instrucciones, entre ellas, la construcción de un pueblo en la isla de Formosa de
1,500 casas, misma que el gobernador asume que no tendrá problema para su
abasto, dado la existencia de multiple población en la isla, ya con asentamientos
significativos, a los que podrán comprárseles víveres y otros insumos. (Chou,
1998)
Probamos con esto:
1. Que los mexicanos en la Real Audiencia de Manila promueven y entienden
la importancia estratégica de Formosa.
2. Que mediante el Socorro y el Situado, a pesar de lo complejo de la relación
con Madrid, siguen apoyando a sus colonias de Filipinas y La isla Hermosa
(Taiwán) (recordemos la expulsión de Acapulco del Auditor Real).
3. Que intentan acreditar frente a la dinastía Ming su base comercial
(mediante un regalo al Emperador).
4. Que muchos de los altos funcionarios destinados a la isla Hermosa eran de
origen mexicano (Marcos Zapata de Galvez, oidor de Maníla y fiscal de
Formosa).
5.3. Dominicos y El proceso de evangelización en Taiwán (1582-1673)
El proceso de evangelización de España en la llamada isla Hermosa, no podría
79
entenderse sin la fundación de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario de
Filipinas, que impulsó la iglesia católica y la orden dominicana en América para
extender su influencia en toda Asia.
Desde 1510, los dominicos iniciaron un proceso de evangelización en las colonias
de la Nueva España, extendiendo su penetración hacia América Central y del Sur.
Si bien hubo una intención de llevar el catolicismo desde México hasta Filipinas,
durante cuarenta años, la labor de religiosos como Domingo de Betanzos (1540-
1545), Fernando de la Paz (1570) y Domingo de Salazar (1579-1581), no
rindieron los frutos esperados.
Es por ello que la fundación de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario de
Filipinas, que tuvo lugar en 1587, fue la plataforma que llevó a 15 religiosos
procedentes de España, a China. Sin embargo, en la obra Los Dominicos y el
Nuevo Mundo. Siglos XIX-XX, se refiere que:
“Los pasos decisivos de esa fundación, que supuso números y difíciles gestiones en España
y Roma, comenzaron a darse cuando fue desde México a España el P. Juan Crisóstomo,
veterano misionero de México, que no cejó en el empeño hasta lograrlo, superando con
paciencia, valor y destreza, cuantas dificultades se le pusieron enfrente”. (Barrado B. &
Rodriguez, 1995, pág. 87)
Los dominicos encargados de la titánica labor evangelizadora hacia el Oriente,
llegaron en 1587 a Filipinas. En ellas se incluían religiosos de México (Nueva
España), aunque la mayoría provenían de España. Los viajes eran realizados en
dos etapas: de España a México y de México hacia Filipinas. El mismo texto
señala que:
“En México se detenían generalmente unos meses, hasta la salida de Acapulco del Galeón de
80
Manila, que los transportaría a Filipinas. En México, especialmente durante los primeros 25
años, eran huéspedes de la Provincia de México, una generosa y fraternal hospitalidad a los
nuevos misioneros que se dirigían hacia Filipinas”. (Barrado B. & Rodriguez, 1995, pág. 87)
Y, para los años posteriores, los dominicos extendieron su actividad hacia regiones
vecinas: Japón en 1602, la Formosa (Taiwán) en 1626, China en 1632 y Vietnam
en 1674.
Existen, por otro lado, distintos indicios de la interacción que tuvo lugar en el
siglo XVI entre los navegantes españoles y portugueses con la entonces llamada
isla Formosa, hoy Taiwán. Dado que la primera misa católica que se celebró en
esas tierras, fue alrededor del año de 1582, cuando un Galeón portugués de Macao,
naufragó en su trayecto hacia Japón y sus tripulantes llegaron a la isla Formosa.
En esta embarcación viajaban algunos jesuitas además de unos trescientos
tripulantes, por lo que se considera que en medio de esta tragedia, se llevaron a
cabo los primeros rituales religiosos de Occidente en la isla oriental. (Borao, 2009)
El misionero dominico Juan Cobo, es considerado como uno de los primeros
evangelizadores españoles que ejerció influencia en La isla Hermosa (Taiwán), ya
que fue el primero en traducir un libro chino a un idioma occidental, el Mingxin
baojian, bajo el título de Espejo rico claro del corazón. Además, publicó y tradujo
al chino el texto Apología de la Verdadera Religión, para acercar la visión
occidental en una región hasta entonces no conquistada. Sin embargo, el proceso
de evangelización formal en la isla de Formosa tuvo su origen con la llegada de
seis dominicos a la isla encabezados por el Padre Bartolomé Martínez quien, en
1619, estuvo en La isla Hermosa (Taiwán) y realizó extensas investigaciones que
luego usaría para convencer al Gobernador de las Filipinas, Don Fernando de
81
Silva, para enviar una flota a la región.
Es así que, para 1626, el Virrey de la Nueva España decide mandar una flota
compuesta por 14 embarcaciones y, a su llegada, los dominicos se establecen en
la región conocida como Siaryo, isla cercana a la bahía de Jilong. Para ese mismo
año se conformaron Misiones en regiones como Jilong, Tamsui y Fulong, todas
protegidas por la Corona Española. Hacia 1629, en el trayecto militar de
expansión, los dominicos llevaron la evangelización hasta la zona de Tamchuy
(Tamsui), logrando convertir a poco más de 4,500 nativos al catolicismo. Con ello
se logró ampliar el área de evangelización desde Manila hasta La isla Hermosa
(Taiwán), lo que más adelante, sería el puente de entrada de los misioneros a China,
sin la necesidad de usar la ruta de Macao, colonia portuguesa. Los misioneros eran
pues, una pieza clave dentro del proceso de conquista de los nuevos territorios y,
en la isla Hermosa, no fueron la excepción.
En su libro Restauración de las misiones católicas en Taiwán-Formosa (2010),
Yao Sung Hsiao refiere que los primeros pasos de evangelización, que tuvieron
lugar en mayo de 1626 en la zona llamada como Santiago, fueron impulsados por
el Padre Bartolomé Martínez y tuvieron que ser llevados a cabo con la ayuda de
un intérprete. Posteriormente, hacia 1630, Jacinto Esquivel fue un promotor
importante de la conversión al catolicismo durante los siguientes años. A él se
atribuyen las obras Vocabulario de la lengua de los indios tanchui en la Isla
Hermosa y Doctrina cristina en la lengua de los indios tanchui en la Isla Hermosa.
(Sung H., 2010, pág. 478)
Sin embargo, el proceso de evangelización en La isla Hermosa (Taiwán) se vería
interrumpido, por varias décadas, por la expulsión de los españoles del norte de
82
la isla en 1642, para ser retomado hasta 1694. En medio de esto, en 1673, la
provincia del Santísimo Rosario de Filipinas, enviaría nuevamente a sacerdotes
dominicos a la isla, pero la resistencia de los herederos chinos les impediría llevar
a cabo sus prácticas religiosas. Veinte años después, el Consejo de Provincia de
los Dominicos nombraría a los padres Pedro Muñoz y Juan Astudillo para
restaurar la misión en Formosa, pero ésta tampoco tendría éxito. Fue pues, hasta
más de siglo y medio después, en 1859, que el padre Fernando Sáinz comenzó
nuevamente una misión en La isla Hermosa (Taiwán) en Saika de Takao; y es a
él, a quien se atribuye la restauración del proceso de evangelización en la isla,
cuya génesis reside en la expansión española.
El primer Templo católico en la isla Hermosa fue la denominada Iglesia de Todos
los Santos; poco después, los comerciantes chino-cristianos edificaron una iglesia
más, que fue destruida por un tifón en el año de 1630. Fue entonces el avance
hacia Tamsui y la construcción del Castillo de Santo Domingo.
Tras el ataque holandés de 1629, se construyó la iglesia de San Juan y la residencia
de los Padres Dominicos; De esta época también son las obras de Jacinto Esquivel,
La teoría de Cristo en el Lenguaje de Tansui (tomo I y II). La misión alcanzó los
600 bautizos. En una carta de Niño de Tavora al rey se señala: “Los sacerdotes
que llegaron a Formosa desde hace 3 años, son los que están evangelizando en los
alrededores del puerto de Santísima Trinidad donde hav mas de 300 aborígenes
bautizados, aparte de los enfermos y los niños”. (Cheng-Ling, 1994)
Para 1628, varios sacerdotes se trasladaron desde Jilong hacia Tamsui, que era
controlada por españoles, mismos que habían ahuyentado a los aborígenes; por lo
que la labor evangélica tenía que realizarse en las costas. La labor de los prelados
83
hizo que paulatinamente, la población natural regresara porque los sacerdotes los
trataban bien y los protegían. El templo de la Virgen del Rosario se estableció en
1632 y tuvo por propio párroco a Esquivel. El comandante de las fuerzas
españolas en Tamsui, Luis de Guzmán, organizó una procesión para trasladar la
imagen de la virgen María desde su campamento, hasta la nueva parroquia, según
se narra en el Libro Primero de la Historia de la Provincia del Santo Rosario de
la Orden de Predicadores en Filipinas, Japón y China, de Diego de Aduarte.
Diego de Aduarte, en su libro De la Entrada Que Desde la Isla Hermosa Hizieron
Dos Padres de Santo Domingo en el Gran Reyno de La China, de 1693 y relativo
a hechos en la isla Hermosa, señala que en 1630, el viscanio gobernador Alcarazo
decide enviar una emabajada a Fujian para facilitar el comercio entre Formosa y
la provincia. En una pequeña embarcación, envía a 2 sacerdotes y a 3 padres legos,
mismos que sufrirán martirio a manos de un capitán chino que ofrece llevarlos en
una nave más grande y señala concretamente que:
“…fin mas hiftorias, Vno de los que mataron con el Padre Fr. Tomas fe llamava Nicolas
Muñoz, natural de México, soldado que era en la Isla Hermofa, pero tan fuera de las
coftumbres de los soldados, que todo fu trato era con los Religiofos, y en la Iglefia con
Dios,quando fus obligaciones le daban lugar: falia algunas noches con uva Cruz en la mano,
gritandoque no ofendieffen a Dios, porque avia Iuizo, Infierno, y Gloria, de que fe reian
algunos Soldados, como de cofa, defufada entre ellos. Acompañava a los Padres para China;
con animo de fervirles alla en Habito de Frayle Lego para lo qual ya iba recibido, pero falteole
la muerte, y facole con tiempo de cuidados”. (Aduarte & Gonzalez, 1693, pág. 622)
Esta evidencia de la presencia mexicana en Formosa (Taiwán), si bien no es cosa
extraña pues, evidentemente, el entorno filipino estaba imbuído del espíritu del
Reino de la Nueva España, prueba la presencia activa de mexicanos durante el
periodo de colonización y cristianización en Formosa por parte de los hispánicos;
84
estableciendo que, lo propiamente mexicano, es un elemento fundamental en
dicho proceso ya que apoya la información de éste estudio, de que La isla
Hermosa (Taiwán) no sólo nominalmente pertencía al Reino de la Nueva España
sino que, materialmente fue poblada por mexicanos. Es natural pues, que la
mayoría de los altos religiosos y los funcionarios civiles tuvieran origen
peninsular, pero es muy razonable que, buena parte de la población, fuera nativa
de la Nueva España.
Guillaume Gaudin en su artículo Filipinas en el recorrido vital y profesional de
los magistrados de la Monarquía católica (siglo XVII): pistas para un proyecto
de investigación; a página 3249, apunta sobre la naturalidad de ciertos oidores de
la Audiencia de Manila; texto en el que establece:
“En lo que se refiere a los orígenes sociales [de los oidores] estamos todavía frente a una
ausencia casi completa de datos, fuera de casos excepcionales de personajes conocidos como
Antonio de Morga, hijo de un banquero sevillano arruinado, Antonio Rodríguez Villegas,
hijo de un oidor de México, Juan de Saavedra Valderrama, hijo de un oidor de Lima o Marcos
Zapata de Gálvez, nacido en Puebla del escribano mayor del cabildo, Marcos Rodríguez
Zapata”. (Gaudin, 2013, pág. 3249)
Este Marcos Zapata de Gálvez, es mencionado en la obra de Aduerte de 1693,
señalándose:
“Tanto que afirma el Licenciado Marcos Zapata de Calvez [Galvez] que es Oidor de efta Real
Audiencia, quando fe tratava de hazer jornada a Isla Hermosa era fifcal de ella, que como
talquifo vezes, poner embargos en nombre de fu Mageftad a la dicha jornada, porque fe hazia
defacertdamente fin fuerzas, nivafos, ni pertrechos, y acordándole que el Padre Fr. Bartolome
avia inftado en que fe hizielle, iba en ella perfona, lo dexava de hazer, pareciéndole”, que
feria cierta donde el iba, la ayuda de Dios, que vale mas, que todo lo demás. (Aduarte &
Gonzalez, 1693, pág. 599)
85
Es pues, esta mención, el segundo de los ejemplos que la obra nos aporta sobre
esta historia jamás contada y que fue común para México y Taiwán en el siglo
XVII. Aunque Aduarte no dice de Zapata, que sea novohispano, y Gaudin no
señala su estadía en Taiwán, sin embargo, el cotejo y la concatenación de ambos
documentos prueban que el mencionado fiscal, Carlos Zapata Gálvez era oidor en
Manila en tiempos de Tavora y fiscal de la isla Hermosa, según lo establece
Aduarte.
Para rastrear el origen novohispano de Carlos Zapata Gálvez, debemos mencionar
que éste era hijo del contador Marcos Rodríguez Zapata del ayuntamiento de
Puebla como lo señala Gaudin. Miguel de Zerón ubica a Marcos Rodríguez Zapata
como acalde con tres mandatos: los primeros dos entre 1616 y 1619, y el tercero
en 1623. (Zerón Z., 1945, pág. 68)
En 1633, se reúne el Capítulo Provincial de la orden de Santo Domingo, y ahí se
deja constancia de las 4 casas fundadas por ellos en la isla Hermosa; cada una con
su propia parroquia: en Kimauri la de San Luis Beltran; en Tanchuy (Tamsui), la
de Nuestra Señora del Rosario; en San Salvador, la de Todos los Santos y la de
Taparri.
En este contexto se da una diferencia entre el gobernador Juan Niño de Tavora y
el capítulo dominico pues, la misión de la orden era, utilizar Formosa como cabeza
de playa en el ambicioso plan de catequizar toda China. Pero Niño de Tavora
estaba cierto de que, lo más importante en principio, era garantizar la presencia
cristiana en La isla Hermosa (Taiwán). Niño de Tavora escribió en aquellos días:
“Hasta que isla Hermosa estuviese muy por nosotros, y muy arraigada la fe en ella y el trato
de China muy comunicable con aquella isla y, aun entonces, por el natural que conozco en
86
los chinos y pos su modo de gobierno en sus reinos, tengo por sin duda que no lo consentirán
jamas”. (Sales-Colín K., 2015, pág. 378)
La anterior cita se encuentra en el legajo 8, en el Archivo General de Indias en
Sevilla sobre Filipinas en el expediente 1, a página 2, bajo el rubro: Carta de Juan
Niño de Tavora sobre GaLeón de Camboya y fiesta de Manila, Manila, 12 de
agosto de 1632.
Por ello, el gobernador se centra en reforzar la presencia de población civil
hispánica en Formosa y es, con ocasión de esto que, en 1629, el gobernador decide
enviar a Formosa a las mujeres disolutas; cosa que acuerda con el Arzobispo de
Manila, que sería el excelentísimo Don Miguel García Serrano, quien le dará los
nombres de las dichas candidatas a expatriar. De aquí surgió una organizada
resistencia haciendo que las “mujeres fáciles, se pusieran difíciles”, mismas que
fueron a ver al mismo Arzobispo y quien las cobijó hasta que el barco a Formosa
partió. En Historia de la Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús
de Filipinas, Rodríguez señala que: “Quedaron ellas riendo de la justicia; y las
demás de su oficio sin el castigo ejemplar” (Sales-Colín K., 2015, pág. 379). Este
hecho de relativa tolerancia a la prostitución, se inserta en un contexto mayor.
Para demostrarlo, citamos a Josefina Muriel en su ensayo De la familia
novohipana del siglo XVI a la mexicana de XIX, en el que Muriel expresa:
“La disgregación de la familia indígena ya por una serie de motivos de los cuales señalaremos,
entre los varones, el traslado temporal o perpetuo a centros de trabajo lejanos a sus lugares
de origen, tales como obra pública, ingenios azucareros, minas, etc., o bien por su
incorporación a labores de conquista y descubrimiento y, entre las mujeres el alejamiento de
sus hogares con abandono de los maridos y aún de los hijos por un forzado servicio doméstico
a los encomenderos o por encerrárseles en los talleres donde hilaban y tejían
ininterrumpidamente para cobrar de ellas los altos tributos que se exigían a los maridos, o
87
bien por obligárseles a ir de compañeras o servidoras de los españoles en expediciones de
conquista… Ordenaron el fiel cumplimiento de ellas [reales cédulas], con el determinado
castigo a sus infracciones, a las autoridades mayores y menores, así como a la casa de
contratación de Sevilla, que tenía el control migratorio entre España, Amrica y Filipinas.
Como ejemplo de estas disposiciones tenemos la que exigío a los españoles volver al lugar
donde residían sus esposas, ya fuese en Nueva España, Perú, España o Filipinas, que los
viajes en los que esperaban ellas no rebasasen los 3 años; que los españoles casados en las
Indias no pudiesen regresar a la península dejando abandonadas a sus mujeres e hijos, y
también se ordenó que al salir de viaje les dejasen lo suficiente para sustento de la familia.
Para asegurar esto se llegó a exigir fianza, como aquella que en el siglo XVII debían dejar
los que iban a las Filipinas. Mas aún, se permitió y aún protegió la fundación de casas públicas
de mansebía, en razón de que se les considera un mal menor en la lucha contr la
desintregracion familiar”. (Muriel, 2010, pág. 116)
Tomando la iniciativa en sentido contrario, el gobernador Niño de Tavora,
convencido de la necesidad de hispanizar Taiwán, impulsa el traslado a la isla de
buenas mujeres para que ahí lleven: “vida ejemplar… con esperanza que haya de
ser aquello de lo bueno o lo mejor que aca hay”. Esto lo dice Niño de Tavora en
su carta de 4 de julio de 1630, Sobre el comercio con oriente.
Hacia 1633, Don Pedro de Arce, Obizpo de Cebu, autorizó a los hermanos de la
mesa de la misericordia, asentados en Jilong, la fundación de un colegio para
niños chinos y japoneses. Pedro de Arce pidió que se incluyese a niños coreanos
para recogerlos y criarlos en santas costumbres. La idea fue que aprendieran,
además de religión, la lengua latina, el español, teología y canto pues, deseaba el
gobernador eclesiástico de Manila (otro título que ostentaba Arce), que éstos
pudieran ser miembros de la orden de los predicadores a la fe y lograran atraer a
sus pueblos al catolicismo.
Se encomendaba a franciscanos y dominincos a tal responsabilidad, y fueron
88
adelantados 2000 pesos para financiar el proyecto. Se trataba pues, de que
Formosa se pareciese a Manila (con su mercado del parián incluído).
Hurtado de Corcuera, el enemigo de la isla Hermosa
Don Sebastian Hurtado de Corcuera llegó al gobierno de Filipinas en 1635;
juzgaba que la colonia de Formosa debía pasar a una 2ª prioridad. Corcuera
convenció a la Real Audiencia de Manila de abandonar Formosa pues, sostenía
que la colonia de la isla Hermosa no serviría en la guerra de España con Holanda,
misma que solamente drenaba recursos; no solamente dinero y soldados, sino que,
además, insumos básicos como arroz y carne, sostenía que era un punto más
conveniente fortalecer Macao y no Formosa, para garantizar la ruta China–
Filipinas, muy de acuerdo a los lineamientos del Gran Memorial del conde-duque
de Olivares.
Sostenía que la evangelización había fracasado, que la mayoría de los nativos eran
adversos al cristianismo y que a los conversos se les trasladara a Filipinas,
asignándoles tierra para que la trabajaran. De los 20 pares miembros de la
audiencia, mayoritariamente militares, 13 opinaron en favor de Corcuera,
señalando el enorme costo de la colonia en Formosa; por el contrario, 4
manifestaron su desacuerdo, arguyendo que las fuerzas españolas debían
permanecer en Formosa para proteger a la frágil comunidad cristiana. Con
indpendencia de su posición, todos los oidores acordaron que el rey debía ser
avisado antes de tomar cualquier acción.
Solo días después, Corcuera ordenó al gobernador de Formosa enviar fuerzas para
castigar a los nativos que habían atacado Tamsui dos años antes, con estrictas
89
instrucciones de no perdonar mujeres ni niños. Cuando esto sucedió, los
aborígenes abandonaron Tamsui; por tanto, el gobernador tuvo que desmantelar
el fuerte, concentrándolo todo en Jilong y luego, concentró todo en Manila,
dejando en Jilong a sólo 125 soldados hipanos con algunos nativos de Filipinas.
El gobernador de Jilong recelaba de las órdenes de Corcuera porque se acababa
de reconstruir la fortaleza de Tamsui en piedra cuando, típicamente, estos fuertes
eran de madera y sabía que la represión contra los aborígenes alejaría a los
españoles del elemento nativo, arrojándolo así a los brazos de los holandeses.
Los archivos jesuitas señalan que el 24 de octubre de 1637, un barco procedente
de Isla Hermosa llegó a Manila, trayendo de regreso a la mayoría de los habitantes
de Formosa y señalando que los dominicos y franciscanos se habían ido a China
con excepción de uno que permanecío en la Isla Hermosa. Sin embargo, Corcuera
no se sintió obedecido y reclamó acremente al gobernador de la Isla Hermosa,
reordenándole que desmantelara Tamsui, concentrando las tropas en Jilong.
Debido a esta desobedencia, Corcuera lo desterró a Ternate. Otra medida que tomó
fue la reducción de las expediciones de Manila a Formosa ordenando que fueran
anuales y no semestrales, con esta decisión, la presencia hispana en la isla
Hermosa colapsó.
Con el abandono de la presencia española en Tamsui empezaron a llegar
mercaderes chinos, pero no encontraron españoles que pudieran comprar sus
mercancías. Los misioneros que quedaron en la isla, pedían el envío de más frailes,
pero Corcuera no aceptó. Fray Diego de Aduarte y Corcuera entraron en conflicto
pues, Aduarte creía que la colonia era un puente fundamental para China. Pero
Corcuera sólo lo consideraba un lugar de destierro para sus enemigos. A resultas
90
de esto, y como símbolo de oposición a las órdenes del gobernador, algunos
dominicos y franciscanos, empezaron a construir un edificio de piedra en Kimauri.
Corcuera sostenía que dicho edificio sería ocupado por los enemigos de los
españoles; ante su incapacidad para someter a los frailes, el gobernador de
Filipinas sostuvo: “he tenido muchos problemas con estos curas, pues ellos me
han dicho que he estado frustrando su misión sagrada y por ello esta empezando
a crecer una secta luterana”. Uno de los misioneros llegó más lejos y declaró que
el gobernador estaba excomulgado.
Si consideramos esta confrontación, deberemos asumir dos posiciones claras
sobre el Taiwán español hacia 1642. La primera, la del gobernador de Maníla
Hurtado de Corcuera, quién pretende “cerrar” la colonia en aras de concentrar
recursos y consulta a los oidores. La segunda posición será precisamente la de
estos, los que mayoritariamente le dan la razón, pero le piden se “consulte al rey”,
recurso este, muy usado en las Audiencias para generar una suerte de veto sin
oponerse al funcionario, pués las consultas tardaban años en ser resueltas; Hurtado
de Corcuera no obedece a la Audiencia y no realiza la consulta. Asi pues, la actitud
de la Audiencia debe ser entendida, como la de mantener la colonia de La isla
Hermosa (Taiwán). Esto se demostrará cuando por su ilegal decisión Corcuera sea
arrestado por 5 años, mientras la Audiencia lo procese en Maníla; como dijimos
la Audiencia estaba integrada en buena medida por mexicanos.
5.4. El fin de la colonia novohispana en La isla Hermosa (Taiwán)
El 10 de junio de 1642, Juan de Palafox y Mendoza a los 42 años de edad, y
habiendo sido Obispo de Puebla de los Ángeles, es electo virrey de la Nueva
España. Durará en el cargo hasta el 23 de noviembre de aquel año. Lo importante
91
del caso es que el Obispo Palafox, quien será beatificado por distintos milagros
en el año 2011, era un verdadero experto en los temas orientales. A él se debe la
obra, Historia de la conquista China por el Tartaro, que escribe en México y que
sin duda, demuestra el interés que la Nueva España tuvo sobre los acontecimientos
en torno a la dinastía Ming. Qué mejor prueba que este libro escrito por el más
alto funcionario del virreinato sobre un tema que, sin duda, se asumía como
trascendente.26 Era pues Palafox Virrey de la Nueva España cuando La isla
Hermosa (Taiwán) fue abandonada por Corcuera, Palafox no será consultado,
pero no deja de ser interesante que se tratara de un erudito en tema Asia – Pacífico.
Al enterarse los holandeses por los habitantes de origen chino que los españoles
estaban abandonando la isla Hermosa, el interés del gobierno de las provincias
unidas en la isla fue en incremento. Sobre todo, porque poseían informes de que
en la región española de la isla había minas de oro. La VOC encontró mucha
información obtenida a través de los chinos en La isla Hermosa (Taiwán) sobre la
situación en el norte. A instancia de los holandeses, en abril de 1641, cierto
mercader mandó dos juncos a la bahía de Tamsui para comprar sulfuro, en dichos
juncos había oficiales y soldados holandeses con la misión de hacer contacto con
la población aborigen de Tamsui. Simultáneamente, un grupo de soldados
holandeses realizaba un reconocimiento de la costa este, llegando a unos cuantos
kilómetros de la bahía de Jilong.
En agosto de aquel año, colonos de Holanda en La isla Hermosa (Taiwán)
26 Juan de Palalafox y Mendoza en esta obra se adelanta a su tiempo. Las observaciones que los misioneros le
relatan, dan cuenta del cambio político y religioso que estaba sucediendo en la China, consecuencia de las acciones
del virreinato de la Nueva España y la corona española. Para conocer esta obra en breve, recomendamos el texto
de Cuahutémoc de Villamar, Juan de Palafox y China; en Estudios de historia novohispana no.52 ene/jun (2014),
México, Instituto de Investigaciones Históricas.
92
navegaron a la costa cercana a la fortaleza de San Salvador para hacer el
reconocimiento sobre la situación española, calculando las posibilidades para la
captura de la misma. Avisados por los aborígenes, los españoles esperaron el
ataque. Las tropas de la VOC desembarcaron al otro lado de la isla que estaba
prácticamente vacía pues la población había huido a las montañas. Los holandeses
habían aventajado con sus negociaciones tempranas con los aborígenes,
volviéndolos sus aliados. Un grupo de unos 100 de éstos los acompañó, cuando,
sin oposición, entraron a la región de Kimauri, molestos aún y con razón, por la
refriega que Hurtado de Corcuera ordenó en contra de ellos.
Fue entonces que algunos naturales del lugar aceptaron hacer llegar al gobernador
español, Gonzalo Portillo, una carta de parte del gobernador holandés, Paulus
Traudenius, en la que se le requería entregar de inmediato la fortaleza. La
respuesta fue una misiva que decía entre otras cosas que: “tenía cañones para
usarlos contra los holandeses y contra quien fuera, que si le seguía enviando cartas
estaría preparado para defenderse… y que, como español cristiano, tenía a Dios
como protector”. (Andrade, 2005, pág. 7)
Los soldados hispanos que eran 125 seguramente muchos mexicanos, quedan
impactados por el número de sus enemigos, observaron cómo los holandeses se
retiraban. Se trataba de unos 200 holandeses y una importante fuerza de
aborígenes aliados, los que, antes de retirarse por completo, quemaron Kimauri e
hicieron un acuerdo con los aborígenes, prometiéndoles que los protegerían de los
hispanos; poco tiempo después, nativos de Tamsui mandaron emisarios a Tayuan,
para tener un acuerdo más general. Así pues, la situación en la isla Hermosa había
cambiado pues no quedaba, a la fuerza novohispana (el apoyo de Manila), más
93
que esperar el inminente ataque de sus enemigos.
El gobernador de Formosa, Gonzalo Portillo, escribía al gobernador Corcuera,
que no tenían apoyo de los aborígenes pues los habían abandonado. Lo anterior
era una suerte de reclamo pues había tenido que obedecer a Corcuera
reprimiéndolos, lo que le había costado la amistad de los nativos que ahora le era
tan necesaria.
En este mismo despacho solicitó refuerzos; Cocuera envió 12 marineros y 20
soldados escribiéndole: “Es todo lo que tengo” (Andrade, 2005, pág. 8). Así pues,
el jefe español se preparó para el inminente ataque holandés. Se replegó a un punto
fortificado que había construido contra las instrucciones de Corcuera, y mandó
ocupar el punto más alto de la isla de Jilong con 16 hombres que no podrían
esperar refuerzos.
Así las cosas, para agosto de 1642, un informante de origen chino avisó a los
españoles que se preparaba un enorme ataque contra ellos y que el enemigo
vendría con una fuerza mucho más grande que el año anterior. Los españoles se
prepararon para el sitio; no mucho tiempo después, llegaron 369 soldados
holandeses. En un primer encuentro, 12 hispanos, 8 filpinos y unos 40 arqueros,
lanzaron una ofensiva en contra del avance holandés, causándoles algún daño.
Los holandeses mantuvieron su disciplinado avance haciendo que la ofensiva
retrocediera, capturando la posición alta denominada La Mira. Fernández escribe
sobre lo sucedido:
“Los españoles montaron su cañon en la retirada, la posición que habían retirado, pero tenían
poco abastecimiento, pero lucharon con valor sabiendo que si perdían ese último reducto, su
causa estaba terminada. Por cada bala española, los holandese poseían 10, en una carta
94
española se lee: tenían 200 hombres mas que nosotros”. (Fernández D., Historia de la armada
española desde la unión de los reinos de Castilla y de Aragón. XXI Islas Filipinas, 1895)
Finalmente tras 4 días de tiroteo los holandeses tiraron la muralla y asaltaron la
colina. Voltearon el cañon contra la fortaleza principal y enviaron una carta en
latin exigiendo la rendición. Los españoles sabían que estaban perdidos y el
gobernador ofreció su rendición; 6 días después del inicio del ataque con el sonido
de los batientes tambores y las banderas en alto los holandeses confiscaron las
armas y banderas españolas, capturando a los soldados y enviándolos a Tayuan y
luego a Yakarta. Posteriormente volvieron a Manila dejando a sus esposas
originarias de la isla y a sus hijos solos allá (Borao M. J. E., 2001).27 Sobre lo
mismo, Fernández señala:
“Los holandeses, que no dejaban de pensar en aquel padrastro, hicieron primera acometida
en Septiembre de 1641, siendo rechazados con mucha pérdida, la repitieron en Agosto del
año siguiente con mayor fuerza: cinco navíos de guerra, cuatro transportes, embarcaciones
menores apropiadas al desembarco de 500 soldados europeos, un cuerpo numeroso de
malayos. En el puerto, donde reinaba la confianza española pasados casi veinte años en calma,
se previnieron, situando dos piezas de artillería en un cubo torreón de fábrica que dominaba
la entrada, otras dos en una altura dominante, que dirigió el capitán Valentín de Arechaga con
mucho acierto, de modo que el enemigo desistió del ataque de frente aun de la entrada por la
boca chica, que está al Oriente, fondeando lejos, fuera del alcance del cañón, para hacer
desembarco”. (Fernández D., Historia de la armada española desde la unión de los reinos de
Castilla y de Aragón. XXI Islas Filipinas, 1895)
Corcuera fue perseguido por la derrota y la traición y, por 5 años, estuvo detenido
en Manila mientras se le juzgaba por la destrucción del fuerte de Tamsui; aunque
después fue gobernador de Canarias, la derrota en Formosa lo marcó y siguió de
por vida.
27 Dato este de la mayor trascendencia, pues demuestra que descendientes de novohispanos quedaron en la isla y
que se trataba de mestizos procreados con taiwanesas: dato radicado en una fuente oficial de la armada española.
Véase. AGI, Escribanía 409B, 159–67 en Borao Mateo, Spaniards in Taiwan, pag. 482–563.
95
Con esta derrota se puso fin a la posibilidad de una potencia comercial que hubiera
sido punto de enlace con China y Japón. No mucho después Koxinga, un noble
corasario leal a los Ming, invadió La isla Hermosa (Taiwán) e instaló ahí su reino,
derrotando a la VOC y a las fuerzas de las Provincias Unidas, que tuvieron que
entregar su fuerte de Tayuan en forma humillante.
96
CONCLUSIÓN GENERAL
La posibilidad de generar un eje comercial transpacífico novohispano en La isla
Hermosa (Taiwán) tuvo, durante los siglos XVI y XVII, un periodo de posible
concresión. En ese contexto, los actores principales fueron, el imperio chino de
los Ming, el imperio japonés, y el imperio español. Bajo estas circunstancias, la
importancia relativa de la Nueva España y sus colonias, Filipinas y La isla
Hermosa (Taiwán), cobró materia. Lamentablemente, la geografía y tecnología
que pudieran haber favorecido esta tendencia, se toparon con los hechos de la
política. Así pues, el tardío siglo XVI, y el temprano siglo XVII, son estudiados
en este sentido, como el espacio temporal en el cual, se dieron condiciones
evidentes de un primer gran acuerdo de comercio (con toda su carga cultural) entre
el llamado lejano oriente y occidente a través de México.
En un segundo nivel de reflexión y análisis, el modo en que cobra materia esta
intencionalidad se analiza desde una perspectiva específica, en la que la plata
novohispana jugó un rol determinante pues, la sobreproducción de la misma trajo
consecuencias que contribuyeron, de modo directo e inequívoco, a las crisis
imperiales de España y China y, por tanto, a un cambio de modelo y de ritmo. La
isla Hermosa (Taiwán) bajo esta lógica, graficó el cambio de impulso en la
expansión de España; lo que ahí aconteció antes y después del mismo, desde este
punto de vista, demuestra la redifinicion histórica que pasa, de tener una visión
expansiva en el imperio español, misma que privilegió personalidades como la de
Cortés y López de Legazpi, a tener controles que dieron cabida a decisiones
restrictivas como las de Corcuera, impulsadas por el conde-duque de Olivares.
Entre tanto, la propia inflación en China permitío la consecuente caída de la
97
dinastía Han en los Ming para dar paso a la última etapa del imperio bajo la
dinastía Manchu de los Qing.
En el escenario japonés, la apertura preconizada por Tokugawa Ieysu no podrá
consolidarse, precisamente, en función de la crisis europea pues, el
reordenamiento del imperio español frente a los reinos que antes poseía de
Portugal y Holanda, serán la semilla de la desconfianza de los extranjeros por
parte de un gobierno japonés que, claramente, mostró una intención aperturista,
que se vio afectada por el mal manejo diplomático derivado del cambio de la
visión expansiva, a la visión restrictiva que el virrey en México operó a través de
su embajador.
Así pues, las decisiones serán vistas por este doble rasero: las que podemos
inscribir en el eje expansivo aperturista, o las que podemos inscribir en el eje
restrictivo excluyente.
Pasamos pues, a las siguientes seis conclusiones de esta tesis:
1ª Conclusión
Hernán Cortés, durante el reinado de Carlos V, patentiza el espíritu castellano-
novohispano por la expansión que no se circunscribe ya, a límites religiosos o
geográficos; sino por el contrario, justifica la evangelización como base para la
aspiración imperial española. Trayendo lo anterior, por directa consecuencia, las
distintas expediciones transpacíficas que concluirán durante el reinado de Felipe
II con el tornaviaje de Urdaneta y la instalación de la Capitanía General de
Filipinas, con su afán militar y comercial que aspiró incluso, al posible dominio
de China oriental. La instalación y manutención de la colonia Filipina fue posible,
98
gracias al sistema del situado novohispano que garantizaba la posibilidad del
sostenimiento de una Capitanía General y de una ruta comercial que era, en
términos económicos, más simbólica que práctica y sólo posible debido a la plata
mexicana.
2ª Conclusión
El inicio de la decadencia de la hegemonía española, durante el reinado de Felipe
III, es también el de una gran corrupción, que dió origen a una galopante inflación
en 1627, misma que, paulatinamente, implicará un cambio de actitud en la
burocracia imperial española. Es, en esta coyuntura, en la que se instrumenta y
opera la expansión de la Capitanía de Filipinas hacia la Isla Hermosa la que por
un lado impulsan los oidores mexicanos con Tavora y, por otro, retrotrae Corcuera,
siguiendo el espíritu del válido de Felipe IV, el Conde Duque de Olivares en su
Gran Memorial.
3ª Conclusión
La administración de Felipe IV implicará una serie de medidas establecidas por
el Conde Duque de Olivares, tendientes a limitar la iniciativa de los reinos
subordinados al imperio hispánico, constituido entonces, por la corona de Castilla
y su imperio de Indias, por el reino de Portugal, por el principado de Cataluña,
por el reino de Nápoles, por los territorios flamencos, por el Reino de Aragón, por
el ducado de Milán, por el reino de Valencia, por el reino de Sicilia y por el reino
de Mallorca y Cerdeña. El largo periodo de gobierno de Felipe IV (1621 – 1665)
será el periodo en que se dé la colonia española en La isla Hermosa (Taiwán) y,
justo a dos años de que ésta iniciara en 1624, el válido del rey, el Conde Duque
de Olivares, redacta su Gran Memorial, en el que propone que, el principio
99
jurídico aeque principaliter, que implicaba la autonomía de los reinos bajo la
misma corona, fuera sustituído por el principio multa regna, sed una lex, que
signfica: múltiples reinos bajo una ley. Mismo que trata, en principio, de quitar la
carga fiscal a Castilla derivada del famoso impuesto de los millones de Felipe II,
que era un impuesto indirecto contra los alimentos y, que fue financiado por la
plata americana provocando el estatus diferenciado entre los reinos de la corona
hispánica pues, la facilidad fiscal en Castilla, generó un estatus de confort que
había desequilibrado al gobierno del imperio. Estas medidas fiscales y políticas
tardíamente aplicadas, precipitaron las independencias de Portugal y Holanda,
provocando el inicio de nuevos periodos de guerra, incluyendo las operaciones
del Pacífico que afectaron la colonia hispánica en la Isla Hermosa.
Para nosotros, la consecuencia del Gran Memorial deriva, directamente, en la
actitud de Corcuera de abandonar la colonia en la Isla Hermosa pues, los
argumentos que da a los oidores para su abandono son precisamente financieros,
abandonando la visión imperial y novohispana que implicaba haber sostenido la
isla Hermosa.
4ª Conclusión
El excedente de la plata novohispana que era usada como moneda corriente en
China, trajo consecuencias similares en el imperio de los Ming y, por tanto, devino
en la caída de esta dinastía; dando pie a una consecuencia política en la isla
Hermosa (Taiwán) pues, derivada de la crisis de legitimidad de la nueva disnastía
y proclamando su lealtad a los Ming, es que Koxinga captura la isla de los
holandeses, volviéndola, para todo efecto, un territorio totalmente integrado a la
inercia cultural China, separándolo así de su posibilidad como colonia
100
novohispana y dotándola de un carácter autonómico y propio.
5ª Conclusión
Si las condiciones hubieran sido ligeramente distintas, existe la posibilidad,
amplia y cierta, de que La isla Hermosa (Taiwán), gracias a la iniciativa
novohispana, estuviera integrado en el eje de influencia español en el Pacífico; así
mismo, al igual que Filipinas, hubiera corrido la suerte de la administración del
imperio español tardío y el posterior control norteamericano. Por tanto, ambas
posibilidades pasan precisamente por una vertiente novohispana: por un lado, la
de los conquistadores del siglo XVI que querían cristianizar al mundo, y por otro,
las consecuencias de la sobreproducción de plata en las minas mexicanas, son sin
duda, una de las causas del cambio de estatus europeo fijado en la Paz de Westfalia
de 1648.
El enemigo de Corcuera, Diego de Aduarte, dejará constancia en su obra de la
presencia mexicana en La isla Hermosa (Taiwán) que, para nosotros, es sólo el
instrumento de comprobacíon de una tesis que sostenemos como cierta y que es,
que la historia de La isla Hermosa (Taiwán) y México es una sola, dado que las
decisiones que influyeron en su devenir histórico las tomaron, los mismos actores,
en los mismos contextos, incluyendo la ocupación de Koxinga de la islas, que no
podría entenderse, sin el elemento mexicano ya expresado (sin crisis económica
la dinastía Ming hubiera resistido de mejor manera).
Esta línea de pensamiento nos reinserta en un mismo devenir pues, ambas
naciones son bañadas por las mismas aguas del Pacífico y, frente a este nuevo
cambio de hegemonías en la zona, rescatar este pasado nos permitirá tomar
consciencia de la necesidad de un futuro común.
101
México y La isla Hermosa (Taiwán) son extremos que, por su ubicación y
vocación, debieron haber constituido el cierre del círculo virtuoso del comercio y
el enriquecimiento de cultura. Cincuenta años más de fortaleza de los Ming y los
Habsburgo, lo hubieran permitido. Cuando México se independizó, Don Agustin
de Iturbide, primer emperador de México, valoró la posibilidad de mantener la
colonia de Filipinas y, algunos historiadores, mencionan que este hecho
desencadenó la conspiración del embajador americano J. R. Poinsett, para evitar
la consolidación de su imperio transpacífico pues, el siguiente gran momento de
historia en el Pacífico, sería protagonizado por Estados Unidos a través de los
antiguos puertos mexicanos en California.. El Emperador Iturbide valoró un
proyecto impulsado por Juan Francisco Azcárate y Lezama que proponía la
anexión de varias provincias de América, el Caribe, el Pacífico e incluyendo a
Filipinas, que habían sido gobernadas por el Reino de la Nueva España. (Flores
D., 1972)
Conclusión Final
Los doce años que duró la provincia hispánica en la isla Hermosa, contienen un
importante simbolismo pues, es obvio que dicha posición estratégica era parte del
territorio que México asumía como propio y que había sido alcanzado por el arrojo
de los fundadores de la nación. Pareciera que éste hecho tan significativo nunca
sucedió y, toca a esta generacíon, profundizar su estudio pues, esta comunión de
hechos históricos entre México y La isla Hermosa (Taiwán), no se limita a la
anécdota, sino que se inscribe en un derrotero de unidad de destino que en este
siglo XXI, vuelve a cobrar condiciones para alcanzar materia.
Los mexicanos Juan y Felipe de Salcedo, fundadores y defensores de Manila;
102
Rodrigo de Vivero, gobernador de Filipinas y negociador el primer tratado
transpacifico con Japón; Marcos Zapata de Gálvez, oidor de la Real Audiencia de
Manila y fiscal de la isla Hermosa; Nicolás Muñoz, soldado y fraile que muere
mártir en Formosa, son ejemplos de esta historia, del La isla Hermosa (Taiwán)
mexicano que nunca ha sido bien contada y que inició en el siglo XVI y aún está
por concluir.
103
104
BIBLIOGRAFÍA
Aduarte, D., & Gonzalez, D. (1693). Tomo primero de la historia de la provincia
del Santo Rosario de Filipinas, Japón y China de la sagrada orden de
predicadores. Zaragoza: Real Convento de la Orden de Predicadores.
Andrade, T. (16 de junio de 2005). How Taiwan became chinese. Obtenido de
The Fall of Spanish Taiwan: http://www.gutenberg-e.org/andrade/pdfs/
Chapter5.pdf
Barrado B., J., & Rodriguez, S. (1995). Los Dominicos y el Nuevo Mundo. Siglos
XIX-XX. Salamanca: San Esteban.
Bonialian, M. (2011). México, epicentro semi informal del comercio
hispanoamericano (1680–1740). América Latina en la historia económica,
7-28.
Borao M., J. E. (2002). Spaniards in Taiwan. Taipei: SMC Publishing.
Borao, J. E. (2009). Dominicos Españoles en Taiwán. Primer Siglo de la Historia
de la Iglesia Católica en la isla (1859-1960). Encuentros en Catay, 1-46.
Campione, D. (2002). Argentina. La escritura de su historia. Buenos Aires:
Centro Cultural de la Cooperación.
Cano B., P. D. (2016). La moneda circulante en la Capitanía General de Filipinas
(siglos xvi al xviii). México y la Cuenca del Pacífico, 97-123.
Cantera M., E. (2012). Tendencias historiográficas actuales - Historia medieval,
moderna y contemporánea. Madrid: Centro de estudios Ramón Areces.
Carmona, D. (30 de abril de 2017). Memoria Política de México. Obtenido de El
emperador Carlos V expide las Leyes Nuevas: http://www.
memoriapoliticademexico.org/Efemerides/11/20111542.html
Carr, E. H. (1987). What is History? New York: Penguin Books.
105
Cheng-Ling, L. (1994). Los primeros pasos Dominicos en Taiwán del siglo XVII.
Journal of the College of Liberal Arts, 61-71.
Chou, D. (1998). Los primeros albores entre China y España a través de Filipinas.
Amerística. La Ciencia del Nuevo Mundo, 23-44.
Cortés, H. (28 de mayo de 1871). Escritos sueltos de Hernán Cortés. Imprenta de
I. Escalante. Obtenido de XVI. Instrucción a Álvaro de Saavedra Cerón
para el viaje que había de hacer con el Armada a las Islas de Maluco.:
http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080017597/1080017597_08.pdf
Cortés, H., & Lorenzana, F. (1770). Historia de Nueva España. Ciudad de
México.
Crespo, J. A. (2013). Contra la historia oficial: Episodios de la vida nacional:
desde la Conquista hasa la Revolución. Ciudad de México: Debate.
Dávila P., R. (2015). La sal: objetivo codiciado por Holanda en las provincias de
Nueva Andalucía y Venezuela durante el Siglo XVII. Espacio y Tiempo,
45-71.
De Bary, T. (2006). Sources of Japanese Tradition - Part 1: 1600 to 1868.
Washington: Columbia University.
De la Serna H., J. M. (2005). Pautas de convivencia étnica en la América Latina
colonial. Guanajuato: Universidad Nacional Autónoma de México.
Diamond, J. (2011). Collapse: How Societies Choose to Fail or Succeed: Revised
Edition. New York: Penguin Books.
Díaz, C., B. (2017). Historia verdadera de la conquista de la Nueva España.
Barcelona.
Fernández D., C. (1895). Historia de la armada española desde la unión de los
reinos de Castilla y de Aragón. XXI Islas Filipinas. Madrid: Instituto de
Historial y Cultura Naval.
106
Flores D., J. (1972). Apuntes para una historia de la diplomacia mexicana.
Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, 9-62.
G. Potet, J.-P. (2016). Koxinga of Taiwan. Lulu Press.
García, J., F. (2016). Eso no estaba en mi libro de Historia de España. Madrid:
Almuzara.
Gaudin, G. (2013). Filipinas en el recorrido vital y profesional de los magistrados
de la Monarquía católica (siglo XVII): pistas para un proyecto de
investigación. Berlín: Freie Universität.
Gobierno de Holanda. (21 de febrero de 207). Het Koninlijk Huis. Obtenido de
Himno Nacional de Holanda: https://www.koninklijkhuis.nl/onderwerpen/
volkslied/inhoud/tekst-van-het-wilhelmus
Guerra, C. E. (29 de marzo de 2017). Universidad Nacional de Lujan - Didáctica
de la historia. Obtenido de Modelos epistemológicos y metodológicos en
el desarrollo de la historia: http://www.
didacticadelahistoria.unlu.edu.ar/sites/www.didacticadelahistoria.unlu.edu
.ar/files/site/MODELOS%20EPISTEMOL%C3%93GICOS%20Y%20M
ETODOL%C3%93GICOS%20EN%20EL%20DESARROLLO%20DE%
20LA%20HISTORIA.pdf
Instituto de Investigaciones Jurídicas. (2013). La Paz de Westfalia y su contexto
histórico. Homenaje a Gisela von Wobeser, 5-30.
J. H., E. (1986). The Count-Duke of Olivares - The Statesman in an Age of
Decline. New Haven: Yale University.
La Jornada. (5 de abril de 2017). La Jornada en Linea. Obtenido de Investigación
ubicó descendientes de Moctezuma y Cortés en Europa:
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/04/05/investigacion-ubico-
descendientes-de-moctezuma-y-cortes-en-europa
Leon-Portilla, L. (2001). Cartografía y crónicas de la antigua California. Ciudad
de México: Universidad Autónoma de México.
107
Maestre M, J. M. (2002). Humanismo y pervivencia del mundo clásico : homenaje
al profesor Antonio Fontán. Madrid: El Laberinto.
Martínez M., M. D. (25 de octubre de 2016). E-Spania, revue interdisciplinarie
de e'tudes hispaniques médiévales et modernes. Obtenido de De
Tenochtitlan a las Hibueras: la Quinta carta de relación de Hernán Cortés:
https://e-spania.revues.org/26346
Martínez S., C. (29 de enero de 2017). National Taiwan University. Obtenido de
Manila, Epicentro de la primera Globalizacion: http://club.ntu.edu.tw/~
luisachang/20141223Forum/downloads/carlos_epicentro.pdf
Mawson, S. (2013). Unruly Plebeians and the Forzado System: Convict
Transportation between New Spain and the Philippines during the
Seventeenth Century. Revista de Indias, 693-730.
México Desconocido. (18 de marzo de 2017). Obtenido de ¿Quién fue la
Malinche?:https://www.mexicodesconocido.com.mx/malinche-o-
malinalli. html
Mira T., A. (1968). Andrés de Urdaneta y el tornaviaje de Filipinas a Nueva
España. Mercurio Peruano, 107-122.
Muriel, J. (2010). Los recogimientos de mujeres. Ciudad de México: Instituto de
investigaciones históricas - UNAM.
Muro, L. (1970). Soldados de Nueva España a Filipinas (1575). Historia
Mexicana, 466-491.
Nuttall, Z. (1906). The earliest historical relations between México and Japan
from original documents preserved in Spain and Japan. Los Angeles:
University of California Los Angeles.
Ortuño S., J. M. (2005). La expedición de Ruy López de Villalobos a las islas del
mar del Sur y del Poniente. P. 249: Universidad de Murcia.
Peréz H., P. (1992). Comercio y Mercados en América Latina Colonial. Madrid:
Mapfre.
108
Pérez R., L. (2009). Memorias e historias compartidas. Intercambios culturales,
relaciones comerciales y diplomáticas entre México y los Países Bajos,
siglos XVI-XX. Ciudad de México: Universidad Iberoamericana.
Quirino, C. (1964). El primer mexicano en Filipinas. Historia Mexicana, 250-260.
Radio y Televisión Española. (9 de julio de 2010). Radio y Televisión Española.
Obtenido de Holanda canta su derrota contra el 'tirano' español:
http://www.rtve.es/deportes/20100709/holanda-canta-su-derrota-contra-
tirano-espanol/339120.shtml
Reicchert, R. (2010). El situado novohispano para la manutención de los presidios
españoles en la región del Golfo de México y el Caribe durante el siglo
XVII. Estudios de historia novohispana, 47-81.
Reichert, R. (2010). Financiamiento novohispano para los presidios gran
caribeños durante el reinado de Felipe III. Península, 15-35.
Riva P., V. (1884). México a traves de los siglos. Ciudad de México: Espasa y
Compañia.
Riva P., V. (2015). La conjura de Martín Cortés. En E. De la Torre, V., Lecturas
historicas mexicanas, Tomo II (pág. 747). Ciudad de México: Instituto de
investigaciones históricas - UNAM.
Romero G., J. R. (1 de mayo de 2017). Revista electrónica Imagenes. Obtenido
de Los Ávila y el marqués del Valle: una prefiguración de la
Independencia:http://www.esteticas.unam.mx/revista_imagenes/dearchivo
s/dearch_romero01.html
Romero S., L. (2016). La Nueva España y Las Filipinas. Historia Mexicana, El
Colegio de México, 420-431.
Ruiz-Cabañas I., M. (1 de mayo de 2011). Letras Libres. Obtenido de El
novohispano que negoció con el shogún: http://www.letraslibres.com/
mexico/el-novohispano-que-negocio-el-shogun
109
Ruiz-Cabañas I., M. (2 de abril de 2017). Biblioteca Digital Mexicana. Obtenido
de Testamento de don Rodrigo de Vivero, gobernador y capitán general de
la ciudad de Manila y sus Yslas, s. f.: http://bdmx.mx/ detalle/?id_cod=55
Sales-Colín K., O. (2008). El protagonismo de Nueva España en la relación con
Filipinas, 1587-1648. Ciudad de México: Plaza y Valdes.
Sales-Colín K., O. (2015). Intentos de fortalecimiento español allende Filipinas:
Moluco, Matheo e isla del Norte, 1605-1653. Estudios de Asia y África,
355-394.
Sales-Colín, O. (2005). La llegada de Juan Niño de Tavora de 1626 a 1632
General de Filipinas: dos intereses irreconciliables durante la primera mitad
del diecisetesco. Alegatos, 419-450.
Sales-Colín, O. (2005). Las actividades médicas en las Filipinas durante la
primera mitad del siglo XVII. Perspectivas Latinoamericanas, 167-195.
Salgado F., C. J. (2016). La evolución de la identidad regional en los territorios
del antiguo Reino de Léon (Salamanca, Zamora, León). Salamanca:
Universidad de Salamanca.
Salvadorini, V. (1963). Las relaciones de Hernán Cortés. Thesaurus, 77-97.
Serrano M., F. (1989). Armadas y flotas de la Plata : (1620-1648). Madrid: Banco
de España.
Sociedad Patriotica de la Habana. (1840). Memorias. La Habana.
Sola, E. (1999). Historia de un desencuentro. España y Japón, 1580-1614.
Madrid: Fugaz.
Sola, E. (1999). Historia de un desencuentro. España y Japón, 1580-1614.
Madrid: Fugaz.
Sung H., Y. ( 2010). Restauración de las misiones católicas en Taiwán (Formosa).
Actas XLV, 473-481.
110
Thomas, H. (2003). El Imperio Español, De Colón a Magallanes. Barcelona:
Planeta.
Trevor-Roper, H. (2009). La crisis del siglo XVII - Religión, Reforma y cambio
social. Montevideo: Katz.
Tribunal Supremo de Justicia de Indias. (1841). Recopilación de leyes de los
reinos de Indias : mandadas imprimir y publicar por la Magestad Católica
Don Carlos II. Tomo 3. Madrid.
University of Santo Tomas. (1 de marzo de 2017). Miguel de Benavides Library
and Archives. Obtenido de Boletín Oficial de Filipinas ; numero 1542
(October 15, 1856): http://digitallibrary.ust.edu.ph/cdm/compoundobject
/collection/kalayaan/id/5259/rec/3
Vila V., E. (2015). San Felipe de Jesús, el primer santo criollo. De la historia
económica a la historia social y cultural. Homenaje a Gisela von Wobeser,
277-292.
Villamar, C. (2014). Juan de Palafox y China. Estudios de Historia Novohispana,
51-67.
Wallerstein, I. (1998). Impensar las ciencias sociales: límites de los paradigmas
decimonónicos. Ciudad de México: Siglo XXI.
Zerón Z., M. (1945). La Puebla de los Angeles en el siglo XVII. Ciudad de
México: Patria.