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145 LA RECUPERACIÓN DE LAS ANTIGUAS REDES DE COMUNICACIÓN COMO FACTOR DE DESARROLLO TERRITORIAL Y REVALORIZACIÓN PAISAJÍSTICA: EL CASO DE LA VERTIENTE MERIDIONAL DE TENERIFE. JOSÉ JUAN CANO DELGADO Geógrafo. Universidad de La Laguna. [email protected] 1. INTRODUCCIÓN La Geografía es la ciencia que estudia las variaciones de las distribuciones de los fenómenos de la supercie terrestre (abióticos, bióticos y culturales), así como las relaciones del medio natural con el hombre y de la individualización y análisis de las regiones de la supercie terrestre (ESTÉBANEZ ÁLVAREZ, 1992) Bajo esta premisa y desde un punto de vista geográco en el territorio objeto de este trabajo, el análisis y estudio de las redes camineras como factor de desarrollo territorial y revalorización paisajística, debe servir para explicar las relaciones e im- pronta que han marcado estas arterias de comunicación a lo largo de la historia local y cómo éstas pueden proporcionar nuevos recursos socioeconómicos y culturales, que en la actualidad no se están implementando en una verdadera estrategia de desarrollo territorial y de integración paisajística. A lo largo de la historia del ser humano, las redes camineras han supuesto un factor de desarrollo territorial y han provocado transformaciones en el paisaje circun- dante. Como ejemplo, las antiguas redes de comunicación en el viejo continente, cu- brieron durante el Imperio Romano 8.500 kilómetros y durante muchos siglos sus vías fueron las principales arterias de la vida económica y cultural de España (MENÉN- DEZ-PIDAL, 1992), uniendo todos los territorios a la Roma imperial y desarrollando una red caminera sin parangón en la historia de Europa. Como por ejemplo, señala (ESTRABÓN, libros III-IV): “Esta vía se acerca a veces al mar y a veces se aleja, sobre todo en sus tramos occidentales3 . Ya en el siglo XIX: “las carreteras principales que en todas direcciones cruzaban la Francia, y muchísimas de las travesías particulares de pueblo a pueblo, se encuen- tran en un estado excelente, debido a la conguración particular del suelo, mucho

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LA RECUPERACIÓN DE LAS ANTIGUAS REDES DECOMUNICACIÓN COMO FACTOR DE DESARROLLOTERRITORIAL Y REVALORIZACIÓN PAISAJÍSTICA:

EL CASO DE LA VERTIENTE MERIDIONAL DE TENERIFE.

JOSÉ JUAN CANO DELGADOGeógrafo. Universidad de La Laguna.

[email protected]

1. INTRODUCCIÓN

La Geografía es la ciencia que estudia las variaciones de las distribuciones de los fenómenos de la superfi cie terrestre (abióticos, bióticos y culturales), así como las relaciones del medio natural con el hombre y de la individualización y análisis de las regiones de la superfi cie terrestre (ESTÉBANEZ ÁLVAREZ, 1992)

Bajo esta premisa y desde un punto de vista geográfi co en el territorio objeto de este trabajo, el análisis y estudio de las redes camineras como factor de desarrollo territorial y revalorización paisajística, debe servir para explicar las relaciones e im-pronta que han marcado estas arterias de comunicación a lo largo de la historia local y cómo éstas pueden proporcionar nuevos recursos socioeconómicos y culturales, que en la actualidad no se están implementando en una verdadera estrategia de desarrollo territorial y de integración paisajística.

A lo largo de la historia del ser humano, las redes camineras han supuesto un factor de desarrollo territorial y han provocado transformaciones en el paisaje circun-dante.

Como ejemplo, las antiguas redes de comunicación en el viejo continente, cu-brieron durante el Imperio Romano 8.500 kilómetros y durante muchos siglos sus vías fueron las principales arterias de la vida económica y cultural de España (MENÉN-DEZ-PIDAL, 1992), uniendo todos los territorios a la Roma imperial y desarrollando una red caminera sin parangón en la historia de Europa. Como por ejemplo, señala (ESTRABÓN, libros III-IV): “Esta vía se acerca a veces al mar y a veces se aleja, sobre todo en sus tramos occidentales” 3.

Ya en el siglo XIX: “las carreteras principales que en todas direcciones cruzaban la Francia, y muchísimas de las travesías particulares de pueblo a pueblo, se encuen-tran en un estado excelente, debido a la confi guración particular del suelo, mucho

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más llano en general que el de España, a la sólida y bien entendida construcción de la calzada, y al crecido presupuesto destinado a su constante entretenimiento” (MESO-NERO ROMANOS, 1841).

En este sentido, en las Islas Canarias en las últimas décadas como consecuencia de la decadencia de la ganadería y la agricultura, la aparición de medios de transporte alternativos y la profunda modifi cación de los usos y costumbres tradicionales del entorno, fueron y siguen siendo factores determinantes del progresivo abandono de estas arterias tradicionales de comunicación.

Como resalta el avance del Plan Territorial Especial de Ordenación del Paisaje de Tenerife 2008 (PTEOP): “el abandono de los cultivos es por desgracia una práctica generalizada en todo el territorio insular. Durante las últimas décadas, este hecho ha estado ligado a la mejora económica general y a la pérdida de rentabilidad de estos cultivos, pero asimismo al fenómeno de la urbanización y la construcción periurbana y rural (…) Así, tenemos que en al menos el 90% de la superfi cie insular el hombre ha tenido participación activa, mayor o menor, en la construcción del paisaje”

Asimismo, el desconocimiento general existente actualmente en la isla de Tene-rife sobre los llamados caminos tradicionales es consecuencia de la falta de valoración y conservación que se advierte para estas redes camineras.

Estas antiguas vías, son elementos que conforman el patrimonio cultural del te-rritorio insular, siendo conveniente conocer la defi nición del concepto de patrimonio cultural.

La Ley de Patrimonio Histórico Español considera a éste como un bien social y lo defi ne en su artículo primero como el conjunto de “los inmuebles y objetos muebles de

Como paradigma de un conjunto de elementos característicos del patrimonio natural y cultural, podemos señalar el territorio objeto de estudio (FIGURA 1). Un recurso importantísimo, tanto desde el punto de vista económico como cultural, que se enmarca en un sistema agrario muy característico, único y singular denominado: paisaje de los jables del Sur4 de Tenerife.

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FIGURA 1: Mapa de situación de la vertiente meridional de Tenerife.(Municipios pertenecientes a la denominada comarca de Chasna (topónimo

aborigen)) Fuente: Elaboración propia.

“Un paisaje único en el mundo donde se han combinado simbióticamente ele-mentos naturales y las actividades humanas, creando un espacio de gran belleza plás-tica” (MARTÍN MARTÍN, 1999).

2. EL MARCO LEGAL DE LA RED CAMINERA ESPAÑOLA Y SUS DIFE-RENTES TIPOLOGÍAS.

Los caminos públicos en el ámbito objeto de estudio corresponden a la escala local y, por tanto, son los Ayuntamientos los que con la legislación actual deben ser los garantes de su conservación, mantenimiento y vigilancia.

Siendo la Comarca de Chasna un territorio que cuenta con varias corporaciones municipales es de vital importancia conocer y hacer cumplir las leyes sobre esta ma-teria.

Los ayuntamientos están obligados, según el artículo 17 de la Ley 7.1985, Re-guladora de Bases del Régimen Local, a contar con inventarios de todos sus bienes y derechos, y tratándose de vías publicas, en el inventario deberán constar los datos necesarios para su individualización, con especial referencia a los límites, longitud y anchura de estas redes viarias.

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2.1 Tipología según la funcionalidad de los caminos tradicionales (Moreno Medina, 1997):

- Caminos de carro o carreteros: vías de comunicación que permitían el paso de un carro o carreta. Fueron los más importantes, los más transitados y unían las mayores poblaciones, además de buscar los espacios agrícolas más fértiles. Morfológicamente se caracterizaban por presentar un empedrado continuo y uniforme, para evitar el deterioro del fi rme por el tráfi co frecuente o por la ac-ción de las aguas, una pendiente moderada, inferior a ocho grados, y un ancho de tres a cinco metros a lo largo de todo el recorrido.

- Caminos de herradura: caminos arreglados para el paso de un animal de carga. Unían los principales enclaves agrícolas con los núcleos de población secun-darios. Formaban una gran red de comunicaciones, sobre todo en el sector de medianías de toda la isla y su origen estuvo muy condicionado por la abrup-ta orografía. Solían estar empedrados y contar con canalizaciones y zonas de descanso (cruces, fuentes, etcétera). Su ancho medio variaba de dos a cuatro metros en aquellos que unían entidades de cierta importancia, y entre uno y dos metros los que comunicaban asentamientos menores.

- Sendas o veredas: senderos trazados para el paso de la gente, con pocas o nin-guna obra de acondicionamiento. Se encuentran representados en todos los sec-tores de la isla, ya que eran pequeñas vías de penetración o paso por lugares que no tenían una importancia vital en cuanto a comunicaciones entre núcleos o en relación a la disponibilidad de recursos.

2.2 Tipología según la titularidad y propiedad de los caminos tradicionales (moreno medina, 1997):

Públicos- Caminos reales: el término camino real, en la actualidad aplicado genéricamen-

te a los caminos tradicionales, debe limitarse exclusivamente a aquellos cami-nos de propiedad real que unían los grandes núcleos de población. Su origen se remonta al reinado de los Reyes Católicos, momento en el cual el hecho de que el centro de la monarquía no se encontrara nunca en una capital fi ja, sino en las propias personas de los reyes, es un dato fundamental. Los reyes procuraban administrar justicia de forma directa, y la pacifi cación en el interior la lograron a fuerza de multiplicar su presencia a lo largo y ancho de todo el territorio.

- Caminos vecinales: coincidían en la mayor parte de los casos con los caminos de carros, sobre todo en la costa, y con los caminos de herradura del interior. Estuvieron bajo la titularidad de los Ayuntamientos, que eran los que se encar-gaban de su construcción y conservación, bien con ingresos propios o con la prestación personal de los vecinos. Tenían un ancho que variaba entre los tres y cinco metros.

- Serventías: la servidumbre de paso era un camino que discurría por una fi nca particular utilizado por los habitantes de otras fi ncas, por lo que su distribución fue muy amplia y vinculada también a la extracción de recursos. También en

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algunos sectores de medianías se denominaba pasada, a los tramos en los que se atravesaba un cauce de barranco cercano a propiedades o fi ncas entre parti-culares.

PrivadosLos caminos de titularidad privada eran aquellos construidos por particulares pa-

ra su servicio o el de sus propiedades. La acción privada es la que, por ejemplo, abrió los numerosos caminos forestales necesarios para el transporte de maderas, brea, car-bón, pinocha, etcétera, mediante licencia del Concejo de la isla en los años posteriores a la Conquista.

3. LAS VÍAS DE COMUNICACIÓN TRADICIONALES EN LA VERTIENTE MERIDIONAL DE TENERIFE. APORTACIONES.

En el caso particular de la vertiente meridional de Tenerife, se debe destacar la red caminera que desde la época prehispánica hasta nuestros días se entrelaza a modo de trama de miles de kilómetros de disposición horizontal, vertical y diagonal.

Como sucede hoy con la red de carreteras, el entramado de arterias de comuni-cación que existía era muy heterogéneo en su funcionalidad y fi sonomía. Su papel era el de conectar los principales caseríos y centros de los pueblos principales con las tierras de producción y con los puertos de mar. Su estructura, por tanto, se encontraba adaptada a las necesidades periódicas de la sociedad y a lo abrupto del relieve. Que comenzó a forjarse ya en la época previa a la conquista de la Isla, en el siglo XV, por medio de rutas de pastoreo comunales en las cuales la sociedad aborigen fue creando una malla comunicacional que se disponían por toda la isla de Tenerife, en rutas y ve-redas verticales, diagonales y horizontales, y que se pueden aún reconocer (FIGURA 2) existiendo un total de 20 rutas de pastoreo.

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FIGURA 2: Rutas de pastoreo de la época aborigen en la vertiente meridional de Tenerife.

Fuente: DELGADO, J.F., (1999) El Menceyato de Abona y elaboración propia.

Hasta la segunda mitad del siglo XVI, solo existía una vía principal que arti-culaba la antigua capital insular (San Cristóbal de La Laguna) con cada uno de los principales nodos de población y se comienza, de esta manera, a construir un camino real que uniría estas poblaciones entre sí.

A lo largo de las últimas décadas, como habíamos indicado, por el progresivo abandono del campo en las medianías del territorio objeto de estudio, debido al cam-bio en el régimen económico, estas redes de comunicación se han visto confi nadas a un segundo plano y, en la actualidad, han desaparecido o presentan un estado de abandono importante.

No obstante, en los últimos años se observa un paulatino interés por la conserva-ción del patrimonio arquitectónico así como el desarrollo de actividades turísticas en regiones con menor masifi cación turística que otros sectores de la Isla y la promoción del turismo rural.

Según (DOWER, 1998): “en muchas partes de Europa se ha producido una im-portante ruptura entre la tradición y la técnica, lo que ha provocado el abandono del patrimonio arquitectónico y la desaparición de algunas peculiaridades paisajísticas (cercados, muros de piedra seca, etc.). Pero de modo igualmente rápido, estas discor-

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dancias y errores han provocado una reacción a favor de la rehabilitación del patri-monio, el redescubrimiento de su autenticidad y un nuevo respeto por el pasado”.

De esta manera, la práctica de deportes y el desarrollo de acciones vinculadas con el disfrute directo en la naturaleza, y el paulatino interés creciente de la población local, junto al turismo vinculado a la revalorización de los elementos patrimoniales de las medianías, deben constituir el soporte idóneo para un desarrollo turístico alternati-vo, y un factor de desarrollo territorial fundamental para las poblaciones locales de la vertiente meridional de Tenerife, es decir, un punto fuerte en el desarrollo local.

La salvaguarda de la red caminera pasa necesariamente por la reutilización y revalorización de la misma, mediante la defi nición de nuevos usos compatibles con la legalidad vigente y que encajen dentro de las actuales tendencias de la sociedad: ocupación del ocio, turismo cultural, educación ambiental, entre otros.

3.1. CLASIFICACIÓN DE CAMINOS EN TENERIFE: EL ORÍGEN DEL DESARROLLO TERRITORIAL.

El sistema de caminos tradicionales de Tenerife, lo podemos caracterizar según su trazado, según su funcionalidad, según su propiedad y titularidad presentando una tipología única y original según algunos autores en comparación con las demás Islas Canarias, siendo la clasifi cación de dichas vías la siguiente, basándonos en el traza-do:

- Caminos de costa a cumbre: son aquellas vías de comunicación que transcurren desde la costa de los diferentes municipios del Sur de Tenerife hacia la cumbre, por ejemplo, el Camino del Hermano Pedro, entre los municipios de Vilafl or de Chasna y Granadilla de Abona. Atravesando los núcleos de población más importantes de las medianías y siendo, en este caso, caminos que eran usados en su mayoría por personas ligadas a la ganadería, el transporte de mercancías y productos de la tierra y vecinos de la zona.

“Así, en el conjunto de la isla podemos diferenciar franjas horizontales según niveles de altitud, que forman parte de la identidad de la isla, coinciden con las lí-neas de las grandes canalizaciones y además forman parte del sistema de referencia tradicional de la población. Estas franjas forman parte del imaginario colectivo de la isla desde la cumbre y el sistema de Las Cañadas del Teide, hasta el mar, con las tradicionales denominaciones de monte, medianías y costa” (PTEOP, 2008).

- Caminos reales: son aquellos que unían la antigua ciudad capital de la Isla, San Cristóbal de La Laguna, con los diferentes centros municipales admi-nistrativos que en la actualidad son, en su mayoría, los cascos urbanos de los diferentes municipios de la vertiente meridional de Tenerife. En la zona ámbito de estudio, el Camino Real del Sur llegaba hasta lo que hoy conoce-mos como Santiago del Teide, siendo el más importante por su número de usuarios. En el Norte de Tenerife, el Camino Real del Norte, en cambio, no siempre atraviesa zonas de medianías sino que varía en función de la orogra-fía y los asentamientos humanos.

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- Caminos dorsales: eran aquellos que atravesaban las dorsales de la isla de Tenerife, como ejemplo podemos nombrar el caso del camino de Las Lagu-netas, en la actual carretera dorsal en las cumbres de Tenerife.

- Caminos de banda a banda (Figura 3): son vías de comunicación que unen las dos vertientes o bandas de la isla de Tenerife, esto es, la vertiente Sur y la vertiente Norte. Estos caminos cruzan el centro de la Isla, atravesando el Parque Nacional de Las Cañadas del Teide. Como paradigma más importan-te, “el camino de Chasna ha sido una de las principales rutas históricas de Tenerife” (CODECH, e ISIDRO, 2001)

FIGURA 3: Camino de Vilafl or de Chasna al caserío histórico de Las Vegas, año 2006. (Fotografía del autor)

El estado de las vías terrestres a lo largo de los siglos, fue bastante deplorable. En este sentido, cabe destacar el comentario que se realiza en el siglo XIX sobre los caminos reales: “horrorosos senderos, decorados con el nombre un poco pretencioso de caminos reales” (VERNEAU, reedición 1981).

“Los caminos públicos que no estuviesen comprendidos en la clase de carreteras nacionales y provinciales, según el Real Decreto de 1848, se denominarían caminos vecinales de primer y segundo orden” (PÉREZ BARRIOS, 2004)

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“Los de primer orden eran los que por diferentes motivos interesaban a varios pueblos, teniendo un tránsito activo y frecuente, por el contrario, los de segundo orden, pese a que interesaban a uno o más pueblos, eran poco transitados” (PÉREZ BARRIOS, 2004)

4. LA PUESTA EN VALOR DEL PAISAJE A TRAVÉS DE LAS ACTIVIDADES SENDERISTAS Y LA RECUPERACIÓN DEL PATRIMONIO.

“Por paisaje se entiende cualquier parte del territorio tal y como lo percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos. La protección de los paisajes implica la toma de acciones encaminadas a conservar y mantener los aspectos signifi cativos o característicos de un paisaje, justifi cados por su valor patrimonial derivado de su confi guración natural y/o acción del hombre” (CONVENIO EUROPEO DEL PAISAJE, 2000)

Asimismo, “se defi ne senderismo como la actividad deportiva no competitiva, que se realiza sobre caminos balizados, preferentemente tradicionales, ubicados en el medio natural; busca acercar el persona al medio natural y al conocimiento del país a través de los elementos patrimoniales y etnográfi cos que caracterizan las sociedades preindustriales, recuperando el sistema de vías de comunicación”. (FEDME, 1997)

Asimismo, el senderismo es aquel que se realiza por grandes urbes y que tiene por fi n realzar los elementos del medio natural y de la cultura tradicional que perviven en ella.

En este caso, las vías tradicionales en la isla de Tenerife nunca fueron califi cadas con el término de sendero, pero se ha generalizado su uso en los últimos años y en el marco de la homologación a nivel europeo: sistema de señalización de la Normativa ERA (European Ramblers Association).

Basándonos en el marco legal establecido en España para la señalización, ho-mologación y autorización de senderos en un territorio determinado: “se consideran senderos, aquellos itinerarios señalizados que localizándose durante la mayor parte de su recorrido en el medio natural y siguiendo en lo posible sendas, caminos, vías pecuarias, pistas forestales y otros viales, sean homologados y autorizados de acuer-do con la normativa prevista en el presente Decreto” (FEDME, 2001)

Además, el senderismo tiene por objetivo la mejora de las condiciones físicas y psíquicas de los individuos, a través del ejercicio de una actividad deportiva adapta-ble a la escala del practicante; busca también recuperar el paisaje para la persona y reencontrarlo con el sistema de vida tradicional, devolviendo al camino el concepto de lugar de encuentro, de intercambio, de superación de particularismos, que ha tenido a lo largo de la historia; todo desde un respeto escrupuloso al medio natural por el que discurre. “Como medio para conseguir los objetivos, se plantea necesariamente la recuperación del patrimonio viario enriqueciéndolo generando elementos que apare-cen como propios del senderismo: señales, guías, refugios, etc” (FEDME, 1997)

El concepto de turismo cultural ha evolucionado considerablemente en los úl-timos años, al igual que los productos turísticos demandados por los visitantes y las

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actividades relacionadas con el senderismo que cada vez practican más vecinos de la vertiente meridional de Tenerife.

Inicialmente se consideraba al turismo cultural, como la actividad económica relacionada con recorridos o visitas a sitios históricos, o bien, visitas a museos, asis-tencia a espectáculos de alto nivel como la opera. Por lo general, este tipo de turismo en Tenerife era complementario al heliotrópico, comúnmente conocido como turismo de masas, de sol y playa tradicionales, en los sectores de costa.

Es básico entender que el turismo rural (aquel relacionado con el mundo agrario, en el caso de la Comarca de Chasna) tenga en su desarrollo, un contenido importante, o cuando menos algunos aspectos de turismo cultural, ligado necesariamente a lo que en términos generales se considera como Patrimonio Cultural. “Los elementos que constituyen el patrimonio histórico-cultural son testigos de la forma en que una sociedad o cultura se relacionan con su ambiente” (CASASOLA, 1990).

En este caso, el territorio objeto de estudio muestra un conjunto de elementos relacionados con la red caminera siendo “el paisaje agrario de las medianías el más representativo, esto es, prevalece un patrimonio cultural (costumbres, tradiciones y fi estas) y arquitectónico-rural adaptado a las condiciones medio ambientales (casa tradicional, viviendas en cuevas, cuevas para aperos, y conservación de las produc-ciones agrícolas, canteras de pómez, hornos, paciles, muros de bancales, cortavien-tos, etc)” (MARTÍN MARTÍN, 1999).

Por lo tanto, el desarrollo de iniciativas donde el turismo cultural utilize el recur-so paisaje requiere de la acción de todos los agentes involucrados en este tipo de ac-ciones y muestra: “...un tipo de actividad económica que satisfaga las necesidades de los turistas actuales y de las regiones receptoras de hoy día, pero que también proteja y mejore las oportunidades del turismo futuro. El turismo sostenible no puede fun-cionar únicamente a base de imposiciones de la administración pública; es preciso, además, que el sector turístico privado acepte ese concepto y coopere en su ejecución, así como que las comunidades locales y los turistas mismos presten su colaboración al proceso” (O.M.T., 1993).

En el marco de los nuevos productos relacionados con el turismo cultural cabe destacar, cada vez con más importancia, que en los últimos años en Canarias se ha ido consolidando un producto único y singular en el desarrollo de iniciativas, proyectos y actividades como son el senderismo y el redescubrimiento del patrimonio natural y cultural.

5. LA IMPORTANCIA DEL RECURSO PAISAJE EN EL DESARROLLOTERRITORIAL.

Según (MARTÍN MATEO, 1997): “el paisaje se encuentra compuesto de dos elementos fundamentales, uno natural y otro cultural, mismos que se pueden encon-trar separados, o bien yuxtapuestos en un mismo espacio físico. Por paisaje natural se entiende un conjunto estable de componentes naturales socialmente percibido como relevante y jurídicamente tutelado”.

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Cabría preguntarse, consiguientemente, la siguiente cuestión ¿cómo dar respues-ta a este planteamiento preliminar del paisaje (natural y cultural) como recurso en el marco de un desarrollo territorial efectivo?

Si entendemos el paisaje como el conjunto de elementos del patrimonio natural y cultural de un determinado lugar y, a su vez, un recurso a potenciar en la oferta tu-rística complementaria del Sur como destino de turismo tradicional (heliotrópico) en la isla de Tenerife, se debería apostar por un paisaje de calidad, es decir, implementar una serie de iniciativas en el marco de una estrategia a corto, medio y largo plazo y de esta manera, en un futuro próximo el paisaje de la vertiente meridional de Tenerife se podría relacionar con un territorio en consonancia con el principio del desarrollo territorial efectivo.

La relevancia y potencialidad económica del paisaje se deriva de la relación de este recurso con el turismo, las actividades recreativas y deportivas, el uso residencial y la creciente preferencia de las empresas a favor de localizaciones que oferten un buen nivel de calidad ambiental. De este modo, el paisaje es capaz de contribuir de modo indirecto y directo a la creación de empleo.

Asimismo, a través de su interpretación en la música, literatura, poesía y pintura forman parte de los símbolos de la memoria colectiva local.

Por ello, si el paisaje debe ser también en el futuro uno de los más importantes recursos en el contexto del desarrollo local, es necesario que se le preste la atención debida a través de una conciencia de cuidado.

El paisaje es un recurso básico para el desarrollo de determinados usos y activi-dades en el territorio y, por tanto, se convierte en un factor capaz de crear economías de escala.

6. LAS ACTIVIDADES TURÍSTICAS DE CARÁCTER CULTURAL Y EL ES-PACIO GEOGRÁFICO COMO SOPORTE.

En el territorio objeto de estudio, el análisis del espacio geográfi co como soporte del desarrollo, a través de la ciencia geográfi ca nos permite obtener un conocimiento integral y de las repercusiones territoriales del turismo, por la convergencia de las ver-tientes sociales y ecológicas de otras disciplinas, permitiendo así alcanzar una visión integrada de la actividad turística y su implantación en el territorio.

Para la actividad turística el espacio geográfi co es, a su vez, soporte y recurso (patrimonio natural y cultural) y, al mismo tiempo, es factor de desarrollo y de orga-nización y ordenación territorial.

“El turismo aparece como un instrumento capaz de generar nuevos espacios de crecimiento y desarrollo territorial” (GUZMAN RAMOS, 2002)

Por lo tanto, “es primordial estudiar las relaciones que se establecen en un mar-co espacial concreto y las combinaciones particulares de elementos que individua-lizan las distintas áreas de la superfi cie terrestre. Así como, elaborar una síntesis de los fenómenos que entran en la combinación regional” (CAPEL H. y URTEAGA, 1991)

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Esta valoración de lo natural y lo rural posibilita que el turismo se convierta en un instrumento de desarrollo de las áreas deprimidas. Este tipo de turismo se basa principalmente en una conciencia de cuidado que demanda una mejora en la calidad de vida de las comunidades que residan en su entorno.

7. EL CAMINO DEL HERMANO PEDRO, UNA INICIATIVA PARTICIPA-TIVA DE RECUPERACIÓN PATRIMONIAL Y REVALORIZACIÓN DEL PAISAJE.

El Camino del Hermano Pedro, es una vía tradicional localizada en la vertiente Sur de Tenerife que tiene 17 kilómetros de longitud, aproximadamente, y que se ex-tiende entre los municipios de Vilafl or y Granadilla de Abona. Se trata de una de tantas rutas que el Hermano Pedro (primer santo de Canarias, creador de la orden Bethlemita en Guatemala, y fundador de escuelas y hospitales en la ciudad de Antigua-Guatema-la-en el siglo XVII) como los demás cabreros de su época, recorrió para trasladarse con su rebaño a lo largo de la Comarca de Chasna hace ya más de 350 años.

“La propuesta del Camino del Hermano Pedro, en la isla de Tenerife trata de re-cuperar, conservar y rehabilitar una red de comunicaciones que une los núcleos de la Comarca de Chasna. Este camino de peregrinación se realiza de manera espontánea por parte de los vecinos desde hace décadas y, gracias a numerosas personas, se ha logrado mantener en la memoria colectiva” (DELGADO GÓMEZ, 2009)

Se trata de un corredor ambiental que comienza a unos 1.500 metros sobre el nivel del mar y que muestra al caminante entre otros elementos del patrimonio natural y cultural: bancales, nateros y huertos de frutales; además de una fl ora singular con matorral de cumbre, pinar, tabaibal-cardonal y matorral de costa; y a su vez una fauna de gran interés que puede observarse a lo largo de todo el recorrido.

Cabrían destacar para comprender el espíritu de esta propuesta varios conceptos: el primero, interés histórico, por el protagonista en el que se fundamenta esta iniciati-va; el segundo, conservación, por tratarse de una iniciativa que propone entre otras la recuperación y conservación de esta vía y aquellas que aún en la actualidad existen; y el tercero, admiración, por mostrarse a lo largo de este camino un conjunto de paisajes de gran belleza para propios y extraños.

Por todo ello, desde el año 2005, en que comenzó el estudio del Camino del Hermano Pedro, se han desarrollado un conjunto de actuaciones: 1. Involucrar a la población local y a los ayuntamientos respectivos en la recuperación de este verda-dero símbolo de la memoria colectiva; 2. Iniciar el análisis y diagnóstico de la red de caminos de la Comarca de Chasna; 3. Recuperar varios kilómetros de este camino histórico; 4. Crear puestos de trabajo en su recuperación, rehabilitación e interpreta-ción; 5. Coordinar un curso de formación, una escuela-taller, varias conferencias y un taller de empleo; 6. Desarrollar varias rutas guiadas por el trazado original del camino: cuatro ediciones hasta 2009 con más de 4.000 participantes; 7. Estudiar la posibilidad de incluir al Camino del Hermano Pedro, siguiendo el modelo de la isla de La Palma o el Camino de Santiago, en una red municipal de senderos; 8. Lograr que la red de

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caminos y los diferentes paisajes representativos de la vertiente meridional de Teneri-fe sean cada vez más conocidos y valorados por vecinos y visitantes.

8. CONCLUSIONES

Como se ha señalado a lo largo de este trabajo, la población local que reside en la vertiente meridional de Tenerife en general, y en la Comarca de Chasna en particular, advierte cómo, paulatinamente, un mayor número de visitantes recorre los caminos tradicionales que antaño fueron cordones umbilicales entre los núcleos de este sector de la Isla.

Estos caminos tradicionales: caminos reales, caminos de herradura y caminos ve-cinales, entre otros, han sido hasta fechas recientes, un recurso patrimonial, turístico y económico, desatendido y en algunos casos, un recurso desaparecido o destruido.

El Camino de Chasna, el Camino del Hermano Pedro (FIGURA 4) y el Camino Real del Sur, verdaderas cicatrices, huellas del pasado y brechas en la piel del terri-torio, podrían suponer un factor de desarrollo territorial si las autoridades locales, los empresarios, las administraciones y, sobre todo, la población local, los revaloriza y conserva para implementar con todos los actores participantes, aquellas acciones que creen vínculos entre los pueblos de este sector de la Isla y que, de esta manera, supon-gan un activo socioeconómico complementario, a las actividades más características de las medianías y cumbres del Sur de Tenerife.

FIGURA 4: Tramo en reconstrucción del Camino del Hermano Pedro, por par-te de trabajadoras en el taller de empleo “Santa Lucía”, año 2008.

(Fotografía del autor)

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Estas propuestas requieren de herramientas y métodos interdisciplinares, a di-ferencia de los temas exclusivamente de mejora del paisaje urbano, a los que corres-ponden instrumentos y métodos de otra naturaleza. En conclusión, la puesta en valor del patrimonio en el marco de un desarrollo territorial en relación al binomio turismo cultural-comunidades locales, requiere un trabajo participativo que involucre a la so-ciedad en la búsqueda de las imágenes representativas (los símbolos de la memoria colectiva) y la alternativa del patrimonio como producto turístico siempre en benefi -cio de los recursos, de la sociedad y del territorio. Todo ello para que a corto, mediano y largo plazo se avance hacia un turismo de cuidado que contribuya a un verdadero desarrollo territorial y a la recuperación del viario tradicional y revalorización del paisaje cultural de la vertiente Sur de Tenerife.

NOTAS:

1. En el territorio objeto de estudio se trata de la franja entre los 250 y 600 metros de altitud aproximadamente, que se diferencia de la franja costera y de cumbre desde el punto de vista climático, de disponibilidad de aguas, edafológico, geológico y de pisos de vegetación, entre otros aspectos.Fuente: elaboración propia.

2. Ocupa una superfi cie total de 566,44 km², dividiéndose administrativamente en seis municipios: Arona, San Miguel de Abona, Vilafl or de Chasna, Gra-nadilla de Abona, Arico y Fasnia, extendiéndose desde las paredes del Cir-co de Las Cañadas, en el Parque Nacional de El Teide, hasta el litoral. Fuente: Instituto de Estadísticas de Canarias (ISTAC) 2008 y elaboración pro-pia.

3. La calzada romana que describe es la Vía Augusta o Hercúlea, la vía más im-portante y antigua de Hispania.

Fuente: ESTRABÓN, Libros III-IV. Interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfi co, científi co

o técnicos”, señalando que “también forman parte del mismo, el patrimonio documental y bibliográfi co, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitios naturales, jardines y parques, que tengan valor artístico, histórico o antropológico” (Ley 16/1985 de 25 de Junio).

4. En las medianías del Sur de Tenerife, la escasez de suelos aptos para el cultivo se solventó en parte gracias a la gran abundancia de dichos depósitos, dando lugar al paisaje agrario de los enarenados artifi ciales de los «jables», que es el nombre local con el que se conoce a los piroclastos ácidos.

Inicialmente, sobre todo con anterioridad a los alumbramientos de agua de las décadas de los treinta y cuarenta, se produjo un aprovechamiento directo sobre una amplia superfi cie de terreno en la que básicamente las tierras de cultivo sorribadas fueron pumitas más o menos edafi zadas o mezcladas con los escasos suelos disponibles. En las medianías altas (entre los 700 y 900 m) se desarro-lló este cultivo directo sobre pumitas que originó un paisaje agrario de secano constituido por miles de pequeños canteros de colores blanquecinos que se dis-

La recuperación de las antiguas redes de comunicación como factor de desarrollo territorial y revalorización paisajística: El caso de la vetiente meridional de Tenerife

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tribuían por los interfl uvios alomados de la vertiente de sotavento de la Isla. Fuente: MARTÍN MARTÍN, V., 1999

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ANEXO – LEGISLATIVO

o Convenio Europeo del Paisaje (2000), Consejo de Europa, Florencia.o Ley de Patrimonio Histórico Español, 16/1985 de 25 de Junio.o Plan Territorial Especial de Ordenación del Paisaje de Tenerife (avance)

(2008), Cabildo de Tenerife.