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La Revista Agraria (no. 114 ene 2010) Titulo CEPES, Centro Peruano de Estudios Sociales - Compilador/a o Editor/a; Autor(es) Lima Lugar CEPES, Centro Peruano de Estudios Sociales Editorial/Editor 2010 Fecha Colección Cultivos transgénicos ; Cambio climático; Agroindustria; Agua; Desarrollo rural; Sector agropecuario; Desarrollo agrario; Conflictos sociales; Seguridad alimentaria; Perú; Temas Revista Tipo de documento http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Peru/cepes/20110503104758/http1.pdf URL Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Genérica http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es Licencia Segui buscando en la Red de Bibliotecas Virtuales de CLACSO http://biblioteca.clacso.edu.ar Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) Conselho Latino-americano de Ciências Sociais (CLACSO) Latin American Council of Social Sciences (CLACSO) www.clacso.edu.ar

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La Revista Agraria (no. 114 ene 2010) Titulo

CEPES, Centro Peruano de Estudios Sociales - Compilador/a o Editor/a; Autor(es)

Lima Lugar

CEPES, Centro Peruano de Estudios Sociales Editorial/Editor

2010 Fecha

Colección

Cultivos transgénicos ; Cambio climático; Agroindustria; Agua; Desarrollo rural; Sector

agropecuario; Desarrollo agrario; Conflictos sociales; Seguridad alimentaria; Perú;

Temas

Revista Tipo de documento

http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Peru/cepes/20110503104758/http1.pdf URL

Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Genérica

http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es

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AÑO 10 N° 114ENERO de 2010

LA REVISTA AGRARIA SE DISTRIBUYE GRATUITAMENTE CON LA REPÚBLICA EL ÚLTIMO MIÉRCOLES DE CADA MES.PRÓXIMO NÚMERO: MIÉRCOLES 24 DE FEBRERO.

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2 LA REVISTA AGRARIA / 114

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El renacimiento de la quinuaHacia mediados del siglo pasado producíamos más de 40mil toneladas de quinua al año. Desde ese momento, y porlos siguientes cuarenta años, la producción de quinua em-pieza un pronunciado declive, que toca fondo hacia 1990,cuando se sitúa por debajo de las 5 mil toneladas anuales.

Desde entonces, sin embargo, la quinua ha experimentadoun sorprendente proceso de recuperación que la ha llevado aaproximarse a los altos niveles de producción registrados enlos años cincuenta. A fines de 2009, su producción alcanzabalas 39 mil toneladas, que se sembraban en 34 mil hectáreas,aproximadamente. Respecto a las cifras de 1990, la produc-ción se ha multiplicado diez veces, mientras que la superficiesembrada lo ha hecho en cuatro veces1.

¿A qué se debe el descenso y el ascenso de la quinua?El descenso que ocurrió entre principios de la década

de 1950 y principios de la década de 1990 puede atribuir-se fundamentalmente al desarrollo de una industria alimen-taria nacional que, alentada por subsidios y otras herra-mientas de política económica, discriminó al agro nacional—situación que, por cierto, continúa hasta hoy—. Así por ejem-plo, las importaciones de trigo (para la producción de fideos,entre otros alimentos) pasaron de 200 mil toneladas, a ini-cios de los años cincuenta, a cerca de millón y medio detoneladas en la actualidad.

El espectacular crecimiento de la producción de quinua delos últimos veinte años no se explica por ningún cambio enla relación industria alimentaria-agro nacional, sino por elincremento de la demanda de consumo directo, tanto inter-na como externa.

En la dimensión nacional, el aumento de la producción de1994 a 2009 fue de 136% y llegó a 166% en la primera re-gión productora de quinua del país: Puno. Este crecimientoha respondido al aumento de su precio, que hoy es, en Puno,de S/.55 a S/.60 la arroba, frente a los S/.15 que recibían losproductores en promedio entre 2000 y 2007.

El despegue de las exportaciones se inicia en 2005, cuan-do se destinan al exterior 562 toneladas. Cinco años des-pués, las exportaciones anuales (hasta noviembre de 2009)alcanzan las dos mil 350 toneladas (un incremento de 318%),por un monto de US$6 millones 400 mil. Nuestro principalmercado es EE.UU., con 48%. Cabe señalar que las expor-taciones representan solo el 6% de la producción nacionalde quinua.

La quinua se desarrolla principalmente en las zonas al-toandinas del sur, las que concentran el 92% de la produc-ción nacional, en especial Puno (79% del total nacional).Mucho más atrás siguen Cusco (5%), Ayacucho (4.5%), Junín(4%) y Apurímac (2%).

Estas zonas se encuentran entre las más pobres del país.Así, la promoción del consumo y cultivo de este grano andi-no, de gran valor nutricional y potencial exportador, no soloredundaría en beneficio de la seguridad alimentaria de los

agroDATAAGROdata Quinua

Fuente: Minag-OEEE. Elaboración: AgroData-CEPES. *Estimado

Nota1 Debido a que los rendimientos promedios también mejoraron, obteniéndose actualmente un promedio de 1,156 kilogramos por hectárea.

peruanos —alguna vez la quinua fue parte importante de ladieta nacional—, sino también en beneficio de las empobre-cidas familias campesinas de las punas del sur.

Fuente: Aduanas. Elaboración: AgroData-CEPES. * Hasta nov. 2009

Fuente: Minag-OEEE. Elaboración: AgroData-CEPES. *Estimado

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ENERO de 2010 3

editorial

S

Publicación del Centro Peruanode Estudios Sociales

Av. Salaverry 818Jesús María, Lima 11/ Perú

Telf. (511) 4336610 / Fax (511) 4331744Email: [email protected]

Web: www.cepes.org.pe/revista/agraria.htm

Directora fundadoraBertha Consiglieri

DirectorFernando Eguren

Comité editorialJavier Alvarado, Laureano Del Castillo,Juan Carlos Moreyra, Juan Rheineck,Carlos Rivadeneyra, David Gonzales,

Oscar Franco, Katia Suárez

Corrección/DiagramaciónAntonio Luya / José Rodríguez

Distribución gratuita con La República

egún declaraciones de Adolfo de Córdova —ministro de Agricultura1—, secontinuará con las obras de irrigación de Chavimochic en La Libertad. Lacuarta etapa demandará una inversión de US$300 millones (S/.855 millones),con lo que se ganarán 40 mil hectáreas destinadas a cultivos de

agroexportación.En etapas anteriores, dicho macroproyecto de irrigación incorporó, en los

alrededores del valle de Virú, una cantidad similar de hectáreas que hoy estánen manos de apenas una decena de grandes empresas agroexportadoras2. Dadaslas condiciones establecidas por el Estado para la venta de las nuevas tierras,solo podrán acceder a ellas, una vez más, un puñado de grandes inversionistas.

El ministro De Córdova también declaró que se han aprobado S/.70 millonespara la implementación de 322 proyectos en «zonas de extrema pobreza rural»de todo el país, a través de los núcleos ejecutores.

El contraste salta a la vista: S/.855 millones de recursos públicos para unpuñado de inversionistas, S/.70 millones para decenas de miles de familias en«extrema pobreza».

Se objetará que mientras que el dinero invertido en las obras de irrigaciónserá recuperado —pues las tierras serán vendidas y luego, cuando estén enproducción, el Estado recabará impuestos—, el dinero gastado en los pobresnunca se recobrará.

Este argumento no se sostiene. Los recursos públicos tienen como propósitoprimordial lograr el bien común, no promover la generación de ganancias de losgrandes inversionistas —una evidente minoría—. Estos tienen medios de losque la mayoría de la población carece, incluyendo el acceso privilegiado a serviciosy bienes públicos. La experiencia enseña, además, que el Estado no lograrárecuperar lo que invierte en las irrigaciones, pues siempre hay un subsidio, abiertou oculto.

Por otro lado, apoyar «zonas de extrema pobreza rural» no es un gasto,sino, si está bien concebido y ejecutado, una inversión que es tanto social comoeconómica, cultural y ambientalmente rentable.

Aun los convencidos de que ganar nuevas tierras cultivables es el mejormedio para lograr el desarrollo rural, deben considerar que hay otros escenariosposibles. Por ejemplo, que en lugar de que las 40 mil hectáreas sean repartidasentre diez o veinte grandes empresas, sean distribuidas entre, digamos, 400empresas que manejen, cada una, 100 hectáreas, u 800 que manejen, cadauna, 50 hectáreas, o en miles de empresas familiares. Lo más probable es queel tipo de sociedad y economía que se construiría en la nueva zona irrigada,sobre la base de medianas y pequeñas empresas, sería mucho más equitativa,con un mayor y más denso tejido social, estimularía mucho más actividadeseconómicas diversificadas —pequeña manufactura, servicios, comercio—,consumiría más productos nacionales y sería más incluyente y más encuadradacon las necesidades de alcanzar la seguridad/ soberanía alimentaria3. ¡Qué dudacabe!, sería también más adecuada a un Estado descentralizado, con gobiernoslocales democráticos, que el modelo neolatifundista que los gobiernos promuevenen el Perú desde los años noventa.

En pocas palabras, una propuesta que promoviese empresas medianas ypequeñas generaría desarrollo rural incluyente, y no enclaves excluyentes.

1 El Peruano, 6 de enero de 2010.2 Ver La Revista Agraria 107, mayo 2009, en www.cepes.org.pe.3 Ver argumentos similares en reciente publicación del Banco Mundial, que cuestiona la

superioridad de la gran empresa agraria y las ventajas de la agricultura familiar. Hans P.Binswanger-Mkhize, Camille Bourguignon y Rogier van den Brink (editores), AgriculturalLand Redistribution. Banco Mundial, Washington D.C., 2009.

contenidocontenidocontenidocontenido Gran empresa agraria o agricultura familiar:

¿hacia dónde deben orientarse los recursos públicos?

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El algodón toca fondoAtacado por múltiples males,el algodón peruano estáreducido a su mínima expre-sión.

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¿Sirve o no sirve?Vista en contexto, la Ley29482, que otorga beneficiostributarios en los altos Andes,parece aportar al desarrollorural de la sierra.

9Especial Agro 2010Once especialistas comen-tan el año que pasó y elque comienza.

La disputa por el aguade CarhuanchoLos comuneros deHuancavelica y los agri-cultores de Ica empiezan aentenderse sobre las aguasdel alto Pampas.

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Atrás quedaron los tiempos de gloria delalgodón peruano, otrora uno de los pi-lares de la agricultura peruana y produc-to de exportación de primera línea.

«A donde íbamos, nos recibían comoreyes», recuerda Federico León, actualpresidente de la Asociación Nacional deProductores de Algodón (Anpal).«Como emisario de los productores dealgodón peruano, no había país que vi-sitara sin que fueran a recibirme al aero-puerto dos o tres compradores. Una vez,en Suiza, fueron catorce hilanderos aesperarnos al aeropuerto: todos queríanque les diéramos la máxima asignaciónposible de nuestro algodón».

Los recuerdos de León pertenecen afinales de la década de los ochenta, peroa la vuelta de veinte años, la situaciónno puede haber dado un giro más dra-mático.

Si en 1963 llegamos a cosechar 256 milhectáreas de algodón, este año la cifra—según estimados de la Anpal— nopasará de las 32 mil hectáreas. Cifra si-milar maneja el Minag. Javier Cillóniz,presidente del Instituto Peruano del Al-godón (IPA), estima una cifra inclusomás pequeña: 21,300 hectáreas. Sea cualfuere el caso, se trata del área sembradamás reducida de todos los tiempos. Lacaída en la producción, también es im-portante (ver gráficos).

El veredicto emitido meses atrás porHugo Cárdenas, el especialista contra-tado por el gobierno para evaluar la si-tuación del cultivo, fue contundente: losproductores de algodón enfrentan supeor crisis.

Desmejoramiento genéticoEs tan compleja la problemática del al-

godón y son tantas las causas de su de-bacle, que resulta difícil escoger por quéaspecto empezar.

Quizá debamos empezar por las razo-nes del éxito y el prestigio del que goza-ba antes de la caída. ¿Por qué era tanapreciado el algodón peruano en el mun-do?

El algodón toca fondoTras una prolongada caída, el algodón peruano parece estar en los últimos momentos de su

agonía. Sin embargo, la reciente creación de un consejo nacional que velaría por elfuncionamiento en toda la cadena —desde el productor hasta el confeccionista— permite

vislumbrar una salida a la crisis.

En 2009 se sembró el área de algodón más reducida en la historia del Perú.

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A diferencia de la producción de otrospaíses, la nuestra se ha caracterizado his-tóricamente por estar dominada por va-riedades de alta calidad. El tangüis, peroen particular el pima, son algodones defibra fina (larga y extralarga, respectiva-mente), uno de los rasgos más aprecia-dos por la industria hilandera y caracte-rística que ha hecho de nuestro algodónuno de los más cotizados en el mercadomundial (ver recuadro).

La pérdida de calidad de la fibra denuestros algodones es, precisamente,una de las razones a las que se atribuyela crisis que enfrenta el algodón.

Hasta la década de los sesenta habíaen la costa peruana varias estaciones deinvestigación y mejoramiento genético,tanto del tangüis como del pima. Peroesta estructura, controlada y financiadaen gran medida por los hacendados, sedesmoronó con la reforma agraria.

El golpe de gracia lo dio el gobiernode Fujimori, a través de su ministro deEconomía, Carlos Boloña, quien, a ini-cios de los noventa, eliminó los auto-gravámenes con que los gremios agra-rios sostenían sus gastos. En el caso delgremio algodonero, esto significó tenerque abandonar los últimos esfuerzos quetodavía se hacían en investigación ge-nética de este cultivo en el país.

Y así, mientras nuestras variedades sefueron rezagando, otras siguieron evolu-cionando. El pima americano, por ejemplo,disminuyó su periodo de desarrollo, mejo-ró su productividad y la calidad de su fibra,y se adaptó mejor a la cosecha mecánica.

Hoy en día, en comparación con esasvariedades mejoradas, el periodo vege-tativo del pima y el tangüis es demasia-do largo, y su rendimiento, pobre. Así,mientras las otras variedades importan-tes en el mercado mundial se cosechanen cinco o seis meses, el tangüis puededemorar hasta ocho meses, lo que no lepermite al agricultor emplear la tierra para

una segunda cosecha anual, lo que afec-ta sus ingresos.

Particularmente importante en la evo-lución de los algodones modernos es sucapacidad para responder a las necesi-dades de la industria textil. En ese senti-do, de acuerdo con Javier Lazo, espe-cialista del IPA, las hilanderías hoy endía requieren fibras más resistentes quelas que el pima o el tangüis pueden pro-porcionar —y es esa una de las razones

clave por las que nuestro algodón ya notiene la demanda de la que gozaba nomucho tiempo atrás en el mercado mun-dial.

El control de las desmotadorasOtro fenómeno que ha contribuido a

generar la condición en que se encuen-tra el algodón ha sido el control de lasdesmotadoras sobre el productor.

Las empresas desmotadoras —llama-das así porque «desmotan» el algodónen rama, es decir, separan la fibra de lapepa— conforman el segundo eslabónen la cadena, siendo los productores elprimero.

Desde los setenta, su poder ha sidocada vez mayor, en especial en el casodel pima, que se siembra sólo en Piura,en donde dos empresas controlan elmercado (ver LRA 106, especial «Oligop-sonios»).

Como consecuencia de su dominio demercado, las desmotadoras imponen pre-cios bajos, desmotivando e impidiendoque los productores inviertan en suscultivos. Un estudio de 20021 encontróevidencias de abuso de poder de merca-do en el algodón y concluyó que estasituación ocasionó la baja de los pre-cios y la disminución de las unidades deproducción algodoneras. El estudio se-ñalaba que, de acuerdo con los produc-tores, el precio que las empresas les pa-gan por sus cultivos no les permite cu-brir sus costos de producción, y quecarecen del poder de negociación paracambiar la situación.

Y así, mientras nuestras varieda-des se fueron rezagando por faltade investigación, otras siguieronevolucionando. Hoy en día, en com-paración con esas variedades me-joradas, el periodo vegetativo delpima y el tangüis resulta demasia-do largo, y su rendimiento, pobre.

Los algodones del Perú. Las varieda-des que tradicionalmente han formado la base dela agricultura algodonera del Perú son dos: el pimaperuano y el tangüis. El primero es uno de los al-godones más finos del mundo, de fibra extralarga,y solo se da en Piura, en donde encuentra condi-ciones óptimas de crecimiento. El tangüis es unalgodón menos fino, de fibra larga, desarrollada aprincipios de siglo en el país por Fermín Tangüis;su rusticidad le permite crecer en muchas partesde la costa. Una tercera variedad, también con pre-sencia histórica, pero mucho menos abundante, esla Cerro, de fibra corta y la más rústica de todas.En la foto, el profesor Abel Basurto, jefe del Pro-grama de Algodón - Unalm, en donde se llevan acabo trabajos de mejoramiento genético con dife-rentes variedades de algodón.

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6 LA REVISTA AGRARIA / 114

Línea de tiempo del algodón en el Perú1910

Fermín Tangüis ob-tiene una nueva va-riedad de algodón —mediante hibrida-ción— que luegollevaría su nombre.

1922El pima americanoingresa al Perú, va-riedad que serviríade base para lacreación del pimaperuano.

1950Las exportacionesde algodón repre-sentan el 35% delas exportacionestotales del Perú.

1963Se cosechan256,800 hectáreasde algodón, la su-perficie más exten-sa que se haya de-dicado a este culti-vo en nuestra histo-ria.

1969Ley de ReformaAgraria. Se abando-nan las estacionesdedicadas al mejo-ramiento genéticodel tangüis y elpima. Se inician lasentregas de tierrasa los campesinos.

1969-75Entrega de tierras alos campesinos porla reforma agraria.

1971Monopolización: 7firmas controlan el99,1% del desmota-do de algodón. Estasituación se agudi-zaría en las déca-das siguientes.

1972El Gobierno militardisuelve la CámaraAlgodonera del Perúy se inicia un pro-ceso de desorgani-zación en el comer-cio de algodón.

SubsidiosAl problema interno de las desmota-

doras, el productor debe enfrentar el pro-blema externo que supone la forma conque otros países subsidian su produc-ción de algodón.

Productores mundiales, de la impor-tancia de la India y Egipto, tienen me-canismos de subsidio desde la fibra delalgodón hasta la confección. El gobier-no indio fija un precio alto para el algo-dón y se lo traslada a los industriales aun precio mucho más bajo, amén de en-tregar gratuitamente el 50% de los ferti-lizantes empleados. En Brasil, una par-te importante del IGV se destina a fi-nanciar la investigación y desarrollo.EE.UU. llega al extremo de brindar unsubsidio directo al importador del paísextranjero que compre algodón estado-unidense.

Más allá de razones particulares, unhecho que motiva a tantos Estados asubsidiar su producción algodonera esla cantidad de puestos de trabajo quegenera, no solo en el campo, sino a lolargo de toda la cadena, que involucra ahilanderías, textileras y confeccionistas.

«No existe país del mundo que desa-rrolle su industria algodonera sin sub-sidios. Perú es el único», asegura Cilló-niz. «Si nadie subsidiara, no habría pro-blema, pero en las actuales condicio-nes del mercado mundial, el algodón pe-

ruano está en cla-ra desventaja fren-te al algodón im-portado y no pue-de competir».

En su opinión,lo mínimo que sepuede hacer es es-tablecer un subsi-dio para el sector,que cubra el 12%de arancel que sequitó, un par deaños atrás, a lasimportaciones dealgodón.

Aranceles, TLC y crisisEl arancel al que Cillóniz hace referen-

cia fue el que el actual gobierno le retiróal algodón a principios de 2008, justoantes de que el TLC con EE.UU. entraraen vigencia.

«El TLC entraba recién en abril del año2008, pero en marzo pusieron los aran-celes en cero», recuerda Miguel Caillaux,mediano productor algodonero. «Hicie-ron eso porque la ley que habían sacadosobre las compensaciones al algodónpor el TLC, decía que se les iba a com-pensar a los productores la reducciónde aranceles generada por el TLC. Asíque se adelantaron un mes, y así ya nohabía nada que compensar».

Desde entonces la situación se haagravado aun más, producto de la re-cesión de EE.UU., principal destino delas confecciones peruanas (70%). Elefecto ha sido indirecto: a fin de ha-cer frente a la depresión de los pre-cios en EE.UU., los confeccionistas

En la década de los 60, el Perú exportaba dos millones de quintales anuales. Hoy no abastece ni al20% de su propia industria textilera. ¿Qué pasó?

Fuente de 1916 a 1979, F. Eguren, J. Fernandez-Baca, F. Tume. De 1980 a 2008 Minag-DGIA.Elaboración: AgroData-CEPES.

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1975-79Frente a la hegemo-nía monopolista delos grandes tradersalgodoneros, el Es-tado asume la co-mercialización inter-na y externa del al-godón. Los rendi-mientos y la produc-ción se estancan.

1980Las exportacionesde algodón repre-sentan el 1,8% delas exportacionestotales. Se siembran147,999 hectáreasde algodón.

1990Superficie cultivada:138,330 hectáreas.

1992Se disuelve la Jun-ta Nacional del Al-godón.

1997Se crea el InstitutoPeruano del Algo-dón (IPA) como unaentidad privada quereúne a represen-tantes de toda la ca-dena productiva delalgodón.

2000Superficie cultivada:93,557 hectáreas.

2008Un mes antes de laentrada en vigenciadel TLC, el gobier-no elimina el 12% dearanceles que que-daba para el algo-dón.Superficie cultivada:70,507 hectáreas.

2009Superficie cultivada:32,000 hectáreas.

incrementaron sus importaciones dehilado de la India, que, desde luego,es más barato, afectando esta vez nosolo a los productores, sino tambiéna la industria hilandera.

Evidenciando la mala situación queatraviesa el algodón y el empobrecimien-to de los productores, el año pasado, el50% de las hectáreas sembradas de al-godón tangüis fue «soca», como se lla-ma al sembrío cuando el agricultor sólopoda la planta, pero no la retira, ahorrán-dose así el comprar semillas y arar la tie-

rra, entre otros gastos. Otro 30% utilizóla pepa para sembrar su algodón. Enambos casos, los impactos en la canti-dad y calidad son negativos.

Las alternativas de escape,sin embargo, no son muchas

«El arroz ya está congestionado, y elagricultor no tiene capacidad de créditopara sembrar paltas, uvas o espárragos.Todo eso está entrampado porque no hayun programa alternativo de gobierno decambio de cultivo», sostiene AlbertoMassaro, presidente de la Asociación de

Promoción Agraria. «Cofide debe prestarfinanciamiento, pero cobra más interesesque un banco privado: 14% para armarun cultivo de palto, una tasa de interésque es casi imposible de pagar, sobre todopara una persona de pocos recursos».

¿Por qué salvar al algodón?Estando en una situación tan calamito-

sa, cabe preguntarse: ¿qué sentido tienesalvar al algodón? Hay muchas razones.

El algodón es un cultivo de larga tra-dición histórica en el Perú, que se re-

monta hasta lostiempos prehispá-nicos. Hay una tra-dición textilera querepresenta unaventaja comparati-va para el Perú,que, como país,tiene ganado unbuen prestigio en elámbito internacio-nal.

Además, a dife-rencia de otrosproductos que,como los metales,se exportan sin va-lor agregado y nogeneran ninguna

cadena productiva, el algodón generauna cadena productiva completa, cuyoexponente más conocido es Gamarra.Aunque, stricto sensu, Gamarra no nece-sita del algodón peruano para producirsus prendas, dicha producción vivirásiempre bajo la amenaza de que la provi-sión de algodón importado se corte. Esaes, precisamente, una de las razones quellevan a países como la India a subsidiarsu producción algodonera: asegurar el su-ministro de su industria textilera.

Otro punto a favor es que no requie-re producción a gran escala para ser

rentable. A diferencia del azúcar, porejemplo, medianos y pequeños agricul-tores pueden cultivar algodón y vivirde ello.

Por último, el algodón es una plantaperfectamente adaptada a las condicio-nes áridas y semiáridas de la costa pe-ruana —una cualidad que, de cara al cam-bio climático y la creciente escasez delagua, no es poca cosa, sobre todo to-mando en cuenta que quienes compitencon él por las tierras de la costa son plan-tas muy demandantes de agua, como elespárrago y el arroz.

¿Futuro diferente?Entonces, ¿qué hacer? Hay mucho por

hacer. Desde investigación y mejora-miento genético, hasta transparentar elmercado.

En cuanto al tema estrictamente ge-nético, la mayoría de expertos coincideen que la única opción para el algodo-nero peruano es la siembra de fibras dealta calidad —fibras extralargas—, dealto valor comercial.

Es verdad que el Perú tiene, todavía,algodón pima de calidad excelente, pero

Un hecho que motiva a tantos Es-tados a subsidiar su producción al-godonera es la cantidad de pues-tos de trabajo que genera, no soloen el campo, sino a lo largo de todala cadena, que involucra a hilande-rías, textileras y confeccionistas.

Fuente de 1916 a 1979, F. Eguren, J. Fernandez-Baca, F.Tume. De 1980 a 2008 Minag-DGIA.Elaboración: AgroData-CEPES. *No se cuenta con informacion oficial para pima y tangüis

para los años de 1929 y 1930.

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A fin de hacer frente a la depre-sión de los precios en EE.UU., losconfeccionistas incrementaron susimportaciones de hilado de la In-dia, que, al ser subsidiado, es másbarato, afectando esta vez no soloa productores, sino también a laindustria hilandera.

su baja productividad y su periodo ve-getativo relativamente largo desanimansu cultivo, y sus áreas sembradas se vie-nen reduciendo.

«Nosotros hicimos un diagnóstico enel IPA, y la conclusión fue que las varie-dades tradicionales peruanas necesita-ban una mayor precocidad y mejorar sufibra, para responder a las exigencias dela industria textil interna y externa, peroconservando la rusticidad y adaptabili-dad que tienen las variedades tradicio-nales», sostiene Lazo. «Por eso creamosel IPA 59, variedad que busca combinarlas cualidades del tangüis y el pima ame-ricano» (de EE.UU.).

De acuerdo con Lazo, en 2008 se hansembrado alrededor de mil hectáreas conIPA 59, y este año se piensa llegar a las1,200 hectáreas en la costa central y Piura.

Pero quizá la mejor noticia del año pa-sado fue la reciente Resolución Supre-ma 050-2009-AG, del 30 de diciembre de2009, que crea el Consejo Nacional de laCadena Productiva Algodón, Textil yConfecciones. Por sus funciones, la crea-ción del consejo representa, en la prác-tica, resucitar a la antigua Junta Nacio-nal del Algodón, disuelta en 1992. Entreellas estarían promover la investigación,la transparencia de precios, generar me-canismos de regulación de la importa-ción de algodón, etc. «Se trata de unamedida de la mayor trascendencia», opi-na Federico León, de Anpal. «A travésdel consejo podemos lograr cosas nota-bles, como obtener la denominación deorigen para nuestro algodón y evitar asíque una prenda que tiene una etiquetaque dice «Algodón 100% peruano» esté

hecha de mezclas de fibras de algodónde diferente procedencia».

De funcionar el consejo como debe-ría, la historia no tendría por qué repetir-se. Pues resulta paradójico que mientrasla siembra del algodón en el Perú ha des-cendido —con sus 32,000 hectáreas pro-yectadas para este año— a sus mínimoshistóricos, el consumo total de la indus-tria textilera del país –en forma de fibras,hilados, tejidos y confecciones— equi-vale a la producción de 200 mil hectá-reas de algodón.

Sobra decir que hoy esta demanda es,en su mayor parte, abastecida con im-

portaciones; 81% para ser exactos. Nues-tra exigua producción solo alcanza paraabastecer el 19% del consumo internototal —agudo contraste con los más dedos millones de quintales que exporta-mos anualmente entre 1959 y 1966.

Ojalá la oportunidad no se desperdi-cie y todos en la cadena entiendan quela solidez de los otros componentes estambién la suya.

Nota1 Mathey, Lissete y Zoila Chocano, Análisis del fun-cionamiento del mercado de algodón pima rama enPiura y la existencia de un abuso de poder de merca-do de los compradores en el año 2001.

La reciente creación del Consejo Nacional de la Cadena Productiva Algodón, Textil y Confeccioneses un hecho trascendente que permite vislumbrar una salida a la crisis actual.

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Especial

Agro 2010

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Sin duda, la mayor preocupación queexiste en el país con respecto al tra-tado de libre comercio con EE.UU.(TLC-EE.UU.) es el impacto negati-vo que podría generar sobre los de-nominados productos agropecuariossensibles: algodón, arroz, papa, maízamarillo duro, trigo, azúcar y palma.Tal preocupación resulta plenamen-te atendible si se considera que enla actualidad se dedican alrededorde un mil lón 200 mil hectáreas alcultivo de estos productos (en com-paración, alrededor de 100 mil hec-táreas se destinan a los cultivos deexportación no tradicionales), por unvalor de producción cercano a losUS$1,350 millones (similar al valorde producción de la exportación notradicional —espárrago, mango, al-cachofa, páprika y cítricos)1.

Si a lo señalado se añade que dece-nas de miles de productores familia-res viven del cultivo de productos sen-sibles, se termina por configurar un es-cenario de enorme impacto potencialsobre los niveles de pobreza y des-igualdad en el ámbito nacional, comoconsecuencia de la aplicación del TLCcon EE.UU.

El impacto paulatinoA pesar de lo señalado, a un año de

su entrada en vigencia, el impacto delTLC sobre los productores de cultivossensibles aún no se evidencia en sutotalidad. Ello se debe a varios facto-res.

En primer lugar, para gran parte delos productos sensibles se definieron

plazos ded e s g r a v a -ción que vande 5 a 17años. Pore j e m p l o ,para la fructuosa de maíz se estable-ció un plazo de desgravación de 5años, y para la leche en polvo, de 17.

En segundo lugar, las cuotas deimportación libres de aranceles quese han fijado son relativamente ba-jas en c ier tos cu l t ivos sensib les.Para el arroz, la carne bovina y la car-ne de ave, por ejemplo, son del 5.6%,7% y 4% de la producción nacional,respectivamente2. Mientras que paraotros cultivos, las cuotas de impor-tación libres de aranceles son másaltas. Por ejemplo, para el maíz esdel 40% de la producción nacional.Tomando este cultivo como ejemplo,a raíz de la entrada en vigencia delTLC, en 2009 ingresaron al país, li-bres de aranceles, 500 mil tonela-das de maíz (el equivalente, como seha indicado, del 40% de la produc-c ión nac iona l ) p roceden tes deEE.UU.

La producción nacional de maíz aúnse mantiene protegida por el aranceldel 9%. Pero a medida que las cuo-tas de importación aumenten (en elcaso de este cultivo, la cuota crece aun ritmo de 6% anual) y el arancel de-crezca (siguiendo con el maíz: parael año 2016 el arancel tope habrá ba-jado del 25% actual a 8.33%, y seráde 0% en 2020), los efectos del TLCirán siendo más profundos.

especial Agro 2010

TLC y sector agrarioUn impacto cada vez más fuerteA un año de su entrada en vigencia, el impacto del TLC sobre losproductores de cultivos sensibles aún no se evidencia en su totalidad—pero la sustitución de productos nacionales por estadounidenses yaempezó—. Sin una intervención decidida del gobierno, este año los im-pactos se sentirán con mayor fuerza.

Por Hernán Navarro, economista, investigador de CEPES

con

ten

ido • TLC y sector agrario

• Energía y desarrollorural

• Recursos hídricos

• Descentralización enel sector agrario

• Cultivos transgénicos

• Derechos laborales enla agroindustria

• Agricultura y cambioclimático

• Conflictos sociales enzonas rurales

• Seguridad alimentaria

• Sector forestal

• Drogas, coca ycocaleros

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especialAgrAgrAgro 2010o 2010o 2010

La sustitución ya empezóCabe señalar que la importación de

productos sensibles también tiene unimpacto hacia abajo enel precio de los produc-tos nacionales —porende, en los ingresosde los productores na-cionales—, pues, a di-ferencia de los produc-tos estadounidenses,los nuestros no estánsubsidiados.

S i has ta ahora e le fec to prec io de laimportac ión de pro-ductos sensib les noha sido el que se es-peraba, ello se debe aque en el último añolas cotizaciones inter-nacionales de los prin-cipales productos agrí-colas se han manteni-

A pesar de que los efec-tos del TLC aún son in-completos, las importa-ciones norteamericanasse han incrementadonotablemente en el últi-mo año, por lo que es depreverse que en el me-diano plazo sustituyancada vez más a los pro-ductos nacionales. Esto,a su vez, generará ma-yores niveles de pobrezay desigualdad en el país.

el dato

do altas por razones exógenas, comola sobredemanda de productos agrí-colas utilizados para producir biocom-

bust ib le , y la c r is iseconómica en EE.UU.,principalmente.

Pero a pesar de quelos efectos cantidad yprecio aún son incom-pletos, las importacio-nes norteamericanasse han incrementadonotablemente en el úl-t imo año, por lo quees de preverse que enel mediano plazo co-miencen a sustituir alos productos nacio-nales, lo que genera-rá mayores niveles depobreza y desigualdaden el país.

En suma, aún no seobserva un impacto

importante del TLC sobre los produc-tores nacionales, pero es claro queya se inició un proceso de sustituciónde los productos sensibles naciona-les por las importaciones provenien-tes de EE.UU. —una tendencia quese profundizará en los años que vie-nen.

Por todo lo señalado, resulta urgen-te no solo tomar medidas de compen-sación para los productores peruanosque compiten en desigualdad de con-diciones, sino, sobre todo, formularmecanismos viables que les permitanhacer frente a la amenaza inminenteque representa el TLC.

Notas1 Los datos del valor de producción de

los productos sensibles y de expor-tación no tradicional se han obtenidodel Reporte de Estadística AgrariaMensual - Minag 2008.

2 CISEPA - PUCP, 2006.

A medida que las cuotas de importación aumenten, el impacto negativo del TLC sobre productos agropecuarios sensibles como el arroz (en lafoto) se irá sintiendo cada vez más.

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especial Agro 2010

Basándonosen las ten-dencias yhechos más

relevantes de 2009, en materia deenergía y desarrollo rural, intentare-mos esbozar algunas perspectivaspara 2010 o, al menos, identificar loselementos más importantes de laagenda pendiente.

El crecimiento de la inversión esta-tal ha destacado, sobre todo, en elec-trificación rural. El presupuesto conrespecto a 2006 se ha duplicado, y elcoeficiente de electrificación rural seha incrementado en ±27% de 2006 a±42% en 2009.

Pero, a pesar de los avances, lomás difícil es lo que viene por delan-te: de los ±70 mil pueblos que hay enel país, faltan electrificar ±50 mil, pre-cisamente los más pequeños y aisla-dos, aquellos en que los costos deextensión de la red eléctrica desani-man cualquier invers ión pr ivada.¿Será necesar io apl icar pol í t icasde reconcentración de la población—como lo ha sugerido el propio pre-sidente— o tiene más sentido buscaralternativas tecnológicas para llevarenergía a estos pueblos?

¿Conviene sembrar cultivos parabiocombustibles?

Todo indica que la presión del sec-tor privado por agua y suelo, para pro-yectos de exportación de biocombus-tibles, seguirá incrementándose.

En ese sentido, la flamante Comi-sión Multisectorial sobre Bioenergía

Energía y desarrollo ruralEl año de las alternativasLos avances en electrificación y la creciente presencia de biocombus-tibles han marcado el panorama energético en las áreas rurales en los

últimos años. En 2010, ambos procesos podríantropezar con sus límites —remarcándose lanecesidad de buscar alternativas.

Por Javier Coello Guevara, Soluciones Prácticas - ITDG

—integrada por los sectores Agricul-tura, Energía, Ambiente y Producción—deberá absolver lasdudas respecto a ladisponibilidad real deagua de riego, tantopara los megaproyec-tos de caña de azúcarpara etanol en la cos-ta norte, como de tie-rras degradadas parael establecimiento degrandes extensionesde monocultivo de pal-ma aceitera para bio-diésel en la selva.

Un estudio recientede la Universidad Ca-tól ica reveló que elbiodiésel provenientede aceite de palma opiñón de la selva ge-neraría un mayor im-pacto ambiental queel uso del d iésel 2convencional. Desti-nar tierras a este bio-combustible —según el estudio— re-sultaría justificable solo en caso dehacerse en tierras degradadas. Peropara ello se necesita, de manera ur-gente, contar con un catastro de zo-nas deforestadas en la Amazonía.

No obstante, al margen de si el usocon f ines energéticos de la palmaaceitera justifica o no su siembra, esnecesario analizar si es convenientepara la Amazonía cifrar las expectati-vas de su desarrollo agrícola en estecultivo. Más aún, en un contexto en el

cual el 66% de las emisiones de ga-ses de efecto invernadero del paísprovienen del sector agrario, sea pordeforestación de la Amazonía para elestablecimiento de cultivos, sea porel uso de combustibles fósiles en fer-tilizantes y maquinaria agrícola.

Por estas mismas razones, tam-bién se hace necesario clarificar si de-dicar grandes extensiones en la costapara la siembra de biocombustibleses hídricamente sostenible. Precisa-mente, en los próximos meses debecompletarse un estudio sobre la cañade azúcar y el sorgo azucarero paraetanol, que incluye un análisis de los

recursos hídricos invo-lucrados.

En ambos casos esprobable que un análi-sis hecho a contraluzde las ú l t imas reco-mendac iones de laFAO y el Banco Mundial—más aún, en el con-texto mundia l actualposcrisis financiera, decambio climático y ago-tamiento del petróleo—concluya que resul taprioritario para el paíspromover enfoques al-ternativos que incorpo-ren principios agroeco-lógicos y de seguridadalimentaria.

Hogares sin humoFinalmente, también

es importante resaltarel lanzamiento, el año

pasado, de la campaña «Medio millónde cocinas mejoradas por un Perú sinhumo», que busca evitar los humoscontaminantes en el ±22% de las vi-viendas rurales que aún cocinan conleña, bosta o estiércol, sin chimeneas,ocasionando enfermedades cardio-vasculares y respiratorias en miles demujeres y niños del campo. El reto dedicha campaña, para este año, con-siste en articular eficientemente, bajola coordinación de la PCM, la comple-ja red de actores involucrados en ella.

A pesar de los avances,lo más difícil es lo queviene por delante: de los±70 mil pueblos que hayen el país, faltan electri-ficar ±50 mil, precisa-mente los más peque-ños y aislados, aquellosen que los costos de ex-tensión de la red eléctri-ca desaniman cualquierinversión privada. ¿Notendría más sentido bus-car fuentes alternativaspara llevar energía a es-tos pueblos?

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especialespecialespecialAgrAgrAgrAgrAgro 2010o 2010o 2010o 2010o 2010

La promulgación, en marzo de 2009,de la Ley de Recursos Hídricos, Ley29338, plantea un escenario muy in-quietante para el tema del agua en2010. Sobre todo s i tomamos encuenta que dicha norma —la cual, envarios sentidos, representa un avan-ce importante— ha dejado muchosaspectos vagamente definidos, y queserá el reglamento –aún no conclui-do, luego de más denueve meses de pro-mulgada la ley— elencargado de ac la-rar los o encaminar-los en una direcciónu otra.

Hay muchos temaspotencialmente con-tenciosos. Por ejem-plo, la definición delos conse jos decuenca (cuyo nombreoficial es «consejosde recursos hídricosde cuenca»): quiénesserán los represen-tan tes / i n teg ran tesen cada caso, qué fa-cultades tendrán, conqué recursos podráncontar, cuál será sugrado de ( in)depen-dencia con respecto ala Autoridad Nacional del Agua (ANA),etc. O también: el diseño y la imple-mentación de una nueva metodolo-gía para fijar las retribuciones eco-nómicas al Estado y las tarifas deagua que podrán cobrar los opera-

Recursos hídricosUn año crucial para el futuro del aguaen el PerúLa Ley de Recursos Hídricos, promulgada en 2009, dejó muchos as-pectos clave por definir. Este año, su reglamentación decidirá cómose llenan esos vacíos —una tarea nada fácil,por cierto.

Por Jan Hendriks, consultor en gestión de recursos hídricos

dores, las cuales —de aplicarse losprincipios de la ley— se verán fuer-temente incrementadas.

En general, los borradores del re-glamento que han circulado tiendena un enfoque algo burocrático, ade-más de hacer formulaciones no ne-cesariamente claras o coherentes.Es de esperar que estas falenciasse superen, pues, de no ser así, la

aplicación de la normageneraría muchas di-f icultades para aque-llas personas natura-les y jurídicas que nocuenten con e l suf i -ciente conocimiento od inero para rea l i za r—léase, asesorarse—los trámites.

Este costo burocrá-tico podría acentuar ladesigualdad de factoque existe en el acce-so al agua productiva(es decir, aquella paracuyo emp leo se re -quiere tener l icencia,pe rmiso u au to r i za -ción de uso), particu-larmente para secto-res de escasos recur-sos, en relación consec to res que t ienen

mucha más capacidad para «trami-tar» su derecho.

Por ejemplo, ¿cómo podría hacerel enorme universo de campesinospobres —y no estamos hablandoúnicamente de los comuneros— de

la sierra pe-ruana paraf o r m a l i z a rsus de re -chos indiv i -dua les , demodo tal que se sientan seguros desus recursos y puedan defender le-galmente las aguas que siempre hanusado? ¿Con la ayuda de quiénespodrían hacer esto, si ellos mismosno cuentan con los recursos econó-micos para ello?

Otro tema clave que acabará de de-linearse en el reglamento de la nue-va ley es la transparencia y el acce-so público a la información respec-to a derechos otorgados sobre elagua.

En 2007 se creó el RADA —Regis-tro Administrativo de Derechos deAgua (D.S. 021-2007-AG)—, pero estaherramienta aún no tiene el alcanceque debería tener, y poco se conocesobre su funcionamiento. Para suadecuación, debería considerarseque la Ley de Recursos Hídricos es-tablece que «la Autoridad Nacionaldispone la difusión de la informaciónen materia de recursos hídricos a finde asegurar el aprovechamiento efi-ciente de dichos recursos y su inclu-sión en el Sistema Nacional de In-formación Ambiental» (artículo 18).

En el Perú podríamos aprendermucho del e jemplo de México encuanto a transparencia de informa-ción sobre los derechos de agua quese otorguen. Tal como se consignaen la página web de la autoridad na-

Entre los temas máscontenciosos que debe-rá resolver el reglamen-to de la Ley de RecursosHídricos está la defini-ción de los consejos decuenca (en particular,cuál será su grado deindependencia con res-pecto a la Autoridad Na-cional del Agua, ANA) yel acceso público a la in-formación respecto aderechos otorgados so-bre el agua.

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especial Agro 2010cional mexicana del agua, la Cona-gua, toda persona tiene «derecho aque se le muestren los asientos re-gistrales» del Repda —Registro Pú-blico de Derechos de Agua—, el cual«pone a disposición de los usuariosen general in formación sobre lasconcesiones, permisos o autoriza-ciones otorgados, especificando lostitulares de aquellos»1.

¡Ojalá logremos en el Perú que elRADA se convierta en una especie deRepda lo antes posible!

Pero el reglamento también tienesus límites, y hay temas sobre losque la Ley de Recursos Hídricos yase ha pronunciado, pero dejando du-das en muchos de los involucradoscon el tema.

Una de las contradicciones dentrode la ley es que mientras en sus prin-cipios (artículo III) proclama la des-centralización de la gestión públicadel agua, a la vez estipula una es-

tructura desconcentrada (lo que im-plica una dependencia jerárquica delgobierno central). Incluso, los con-sejos de cuenca al interior del paísse consideran como integrantes dela Autoridad Única (artículo 24). Elpr incipio de la autoridad única esbueno, pero esto no debería impli-car que toda instancia consultiva ode participación pública esté absor-bida en ella.

La estructura de las AutoridadesAdministrativas de Agua —AAA— (14a nivel nacional) y las Administracio-nes Loca les de Agua —ALA—(aproximadamente 68) se va imple-mentando y consolidando paulatina-mente bajo el mando directo de laANA. Queda por ver cómo esta es-tructura jerárquica se relacionará conlos otros niveles de autoridad y degobierno (regional, provincial, distri-tal), así como con instituciones, em-presas y organizaciones de carácterprivado.

Por otra parte, no parece adecua-do que en la norma se dé a un soloministerio (el Minag) la potestad decambiar unilateralmente al jefe deuna entidad multisectorial como la

Autoridad Nacional del Agua (ANA).La Junta Nacional de Usuarios de losDistritos de Riego del Perú (Jnudrp)tiene razón cuando pide la modifica-ción del artículo 21 de la ley, el queactualmente estipula que «la Jefatu-ra de la Autoridad Nacional está acargo de un funcionario designadomediante resolución suprema refren-dada por el Ministro de Agricultura».

Considero, en ese sentido, que laLey no resguarda lo suf iciente unmanejo técnico de la gestión de agua—mucho menos, un manejo mult i-sectorial— desde las insti tucionespúblicas encargadas. Ahora que, gra-cias a la Ley de Recursos Hídricos,el tema del agua ha escalado a unnivel más alto en la jerarquía políti-ca, ese es precisamente uno de losmayores riesgos de cara al futuro: laposibilidad de que se haga un ma-nejo más político y menos técnico enmateria de agua.

Nota1 Para más in fo rmac ión , v i s i ta r

www.conagua.gob.mx y escr ib i rRepda en el buscador de la pági-na.

Inminente aprobacióndel reglamento de la

Ley de Recursos Hídricos

A principios de la semana pasada tras-cendió que la Autoridad Nacional delAgua (ANA) ya tendría lista la ver-sión final de reglamento de la Ley deRecursos Hídricos, y el martes 19 deenero el propio jefe de la ANA, Fran-cisco Palomino, anunció que el ante-proyecto de reglamento sería envia-do por el Ministerio de Agriculturapara su aprobación por el Consejo deMinistros. Al cierre de esta edición,dicha aprobación todavía no se pro-duce, pero se estima que es inminen-te. Cabe señalar que al momento enque se escribían estas líneas, dichaversión del reglamento no era de co-nocimiento público, pues en la pági-na web de la ANA solo aparecía pu-blicado el borrador de agosto de 2009.Es de esperar que el reglamento quese apruebe incorpore las diversas su-gerencias enviadas por distintas per-sonas e instituciones, en particular,por la Junta Nacional de Usuarios delos Distritos de Riego del Perú.

En materia de agua, uno de los mayores riesgos de cara al futuro es que se haga un manejo máspolítico y menos técnico.

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especialespecialespecialAgrAgrAgrAgrAgro 2010o 2010o 2010o 2010o 2010

El año 2010 no promete ser buenopara la descentralización; ni en el sec-tor agrario, ni en ningún otro sector dela administración del Estado.

El retroceso que ha impuesto el go-bierno al proceso de descentralizaciónes visible en muchos aspectos. La se-ñal más significativa y plena de con-secuencias para el país es la formacomo se distribuye el Presupuesto dela República para 2010: el gobiernonacional concentra el 72% de los re-cursos, los gobiernos regionales el16%, y los gobiernos locales solamen-te el 12%. Estos últimos son los másperjudicados, pues su presupuestototal se reduce en 20% y su gasto decapital en 40%.

En el sector público agrario, espe-cialmente en el Ministerio de Agricul-tura, los temas de descentralizaciónque han quedado sin resolver compro-meten directamente la voluntad políti-ca del gobierno. Son muchos los te-mas pendientes, pero hay dos querevisten especial interés para los go-biernos regionales: la distribución decompetencias y funciones entre el Mi-nag y los gobiernos regionales y loca-les, y la transferencia de Agrorural.

El primer tema tiene que ver con lapregunta: ¿qué le corresponde hacera cada nivel de gobierno en materiaagraria? De acuerdo con el D.Leg.997, Ley de Organización y Funcionesdel Minag, este ministerio estaba obli-gado a elaborar una propuesta decómo debía hacerse esa distribuciónde competencias, y a plasmarla en unamatriz. Para ello, debía coordinar conlos gobiernos regionales y locales;pero, en lugar de proceder así, ha ela-

Descentralización en el sector agrarioCaminando como el cangrejoLa propuesta descentralizadora del ministro Leyton ha sido ignorada por elnuevo ministro del sector, Adolfo de Córdova. Todo indica que 2010 tampocoverá cumplirse los mandatos legales de descentrali-zación del sector.

Por Francisco Santa Cruz, consultor en descentralización ydesarrollo regional. Miembro de la Secretaría Técnica de la

Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR)

borado lamatriz uni-l a t e r a l -mente y laha publica-do como un hecho consumado.

El centralismo de AgroruralLa transferencia de Agrorural a los

gobiernos regionales, también es otrotema pendiente y de enorme impor-tancia.

Su creación, mediante la fusión dediversos organismosy proyectos del Minag,ha signif icado dejaren suspenso la des-centralización de Pro-namachcs, el organis-mo que forma la basede Agrorural y que, deacuerdo con la Ley deBases de Descentra-lización, debió habersido transferido, des-de 2003, una parte alos gobiernos regio-nales y otra a los go-biernos locales.

Durante la gestióndel ministro Leyton,las autor idades delMinag comprendieronel carácter racional y necesario de esatransferencia y propusieron a la Asam-blea Nacional de Gobiernos Regiona-les una fórmula para trasladar gra-dualmente Agrorural a las regiones.

La propuesta del Minag distinguíados etapas. En la primera, que abar-caba parte de 2009 y 2010, los gobier-nos regionales debían ejecutar, por

encargo, proyectos de desarrollo agra-rio y rural del Minag por un monto glo-bal de aproximadamente S/.700 millo-nes; también debían transferirse cin-co agencias de Agrorural a los gobier-nos regionales. Para la segunda eta-pa, a ejecutarse en 2011, se preveíala transferencia de todas las demásagencias de Agrorural. Ello significa-ba que las funciones de ejecución deproyectos se transferían a las regio-nes, y el Minag conservaba una uni-dad central encargada de intermediarel financiamiento externo, formular es-trategias y políticas de desarrollo ru-ral, y sistematizar experiencias.

De Córdova oel cambio irresponsable

Esta propuesta descentralizadoradel ministro Leyton —que en su mo-mento mereció el apoyo de los gobier-nos regionales— ha sido ignorada porel nuevo ministro, Adolfo de Córdova.Y, en un contexto marcado por la cer-canía de los procesos electorales re-

g ional y munic ipal ,cabe presumir que lavoluntad del gobierno—y del Minag en parti-cular—, de mantenercentralizado el controlde Agrorural, respondea un propósito de ma-nipulación clientelistade los proyectos locali-zados en las regionesy las localidades.

Por lo señalado, laexigencia de descentra-lizar Agrorural y de defi-nir de manera coordi-nada y transparente lamatriz de distribuciónde competencias entreel Minag y los gobiernosregionales y locales,

mantiene plena vigencia. Más aún sise toma en cuenta que el manejo des-centralizado de recursos, así como laejecución de proyectos de desarrolloen zonas rurales, es una condición fun-damental para enfrentar con éxito losgrandes retos que plantean el cambioclimático y la inseguridad alimentaria.

En un contexto marcadopor la cercanía de los pro-cesos electorales regionaly municipal, cabe presu-mir que la voluntad del go-bierno de mantener cen-tralizado el control deAgrorural responde a unpropósito de manipula-ción clientelista de los pro-yectos localizados en lasregiones y las localidades.

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especial Agro 2010

Cual videntes, auguramos un año confuertes presiones para el sector guber-namental en lo que a transgénicos serefiere. El meollo del problema radica enque cada día se producen más organis-mos transgénicos, tanto de la primerageneración como de las nuevas genera-ciones que van saliendo de los laborato-rios —razón por la cual las compañíasque los producen necesitan ampliar per-manentemente sus mercados.

Al Perú ingresan en la actualidad —sinque las autoridades competentes se denpor enteradas— semillas transgénicas devarios cultivos: maíz, soya y pepa de algo-dón, entre otros. En 2010, la situación po-

dría verse em-peorada por laposibilidad devernos invadi-dos, ya no solopor el maíz y lasoya transgéni-cos, sino tam-bién por espe-cies animalestransgénicas,como el sal-món, la trucha yel camarón.Como ya suce-de en muchosotros lugares,su introducciónvendrá precedi-

da de promesas mesiánicas de alivio a lapobreza, combate al cambio climático ygeneración de ingresos.

En un país megadiverso como el nues-tro, la situación descrita podría tener efec-tos devastadores no solo en la flora yfauna, sino también en las actividades

Cultivos transgénicosMomento de tomar decisionesAl Perú ya ingresan, en forma ilegal, semillas trans-génicas de varios cultivos. En 2010, la situación po-dría empeorar con el ingreso de especies animalestransgénicas.

Por Antonietta Gutiérrez Rosati, profesora principalen la Facultad de Ciencias de la Universidad

Nacional Agraria La Molina

e c o n ó m i -cas relacio-nadas conellas, como la gastronomía, productosorgánicos, ecoturismo, etc. Si el gobier-no peruano no adopta políticas de con-trol adecuadas, la invasión descontrola-da de organismos vivos modificados(OVM) —como también se llama a lostransgénicos— puede ser irreversible.

Debate mundialEn el ámbito internacional, el año tam-

bién podría ser muy importante. El temade los transgénicos ha puesto en debatela importancia de la bioseguridad. Al res-pecto, en febrero se esperan culminar, enMalasia, los acuerdos con relación al ins-trumento legal internacional que regularálos mecanismos de responsabilidad y re-paraciones por los daños que se pudie-En 2010 podrían in-

gresar al Perú espe-cies animales trans-génicas, como el sal-món, la trucha y elcamarón. En un paísmegadiverso como elnuestro, esto podríatener efectos devasta-dores e irreversiblesen la flora y la fauna.

el dato

ran producir en la biodiversidad y la saludhumana debido al uso de transgénicos.

Vale la pena precisar que los gobier-nos que protegen a sus industrias pro-ductoras de transgénicos están rechazan-do la idea de tener un régimen interna-cional en esta materia. El Perú, al no te-ner una industria nacional en transgéni-cos, debiera inclinarse por proteger a subiodiversidad (parte importante de la cuales su agrodiversidad), sus negocios lim-pios y a las poblaciones que dependende ella. Esperamos que no se incline aproteger el negocio ajeno, como ya ocu-rrió en el pasado.

Por otra parte, en octubre de 2010 sellevará a cabo en Japón la quinta reuniónde las partes del Protocolo de Cartagenasobre Bioseguridad (que se realizará enforma paralela a la décima conferenciade las partes del Convenio sobre Diver-sidad Biológica). En esta reunión deberátomarse la decisión final respecto a si elmundo contará con un régimen de res-ponsabilidad y reparaciones en caso dedaños a la biodiversidad o a la salud hu-mana, que se produzcan por el uso deOVM. Esta decisión ya fue postergada enuna ocasión anterior (en Bonn, en 2008).Esperamos que en 2010 los Estados norehúyan a su responsabilidad de prote-ger, a las diversas formas de vida quehay sobre el planeta, del peligro que re-presentan los transgénicos.

La rica agrodiversidad del Perú ya se ve amenazada por la presencia de cultivos transgénicos.

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especialespecialespecialAgrAgrAgrAgrAgro 2010o 2010o 2010o 2010o 2010

La agroexportación no tradicional nos hatenido acostumbrados a cerrar cada añocon un nuevo récord en los valores desu producción anual. En ese sentido,2009 fue la excepción, pues el valor delas exportaciones resultó menor que elaño anterior (aunque la caída no fue tandramática: los niveles de exportacióncontinúan siendo muy superiores a losde 2007)1. En lo que 2009 no resultó serninguna excepción fue en las condicio-nes en que laboran los trabajadores ytrabajadoras del sector agroexportador,pues, con o sin crisis, el balance de cadaaño siempre es deficitario en materia dederechos laborales.

En un país donde los derechos labo-rales son vistos, no solo por el sectorempresarial, sino también por los sec-tores políticos conservadores, como uncosto que hay que disminuir al máximo,la vulneración de los derechos de lostrabajadores y trabajadoras se ha con-vertido en una práctica constante y sis-temática de un elevado porcentaje deempresas agroexportadoras.

Así, estas buscan «ahorrar» mantenien-do malas condiciones de trabajo: violen-tando las medidas de seguridad y saluden el trabajo, dejando sin sanción el hos-tigamiento sexual por parte de superiores,despidiendo a mujeres embarazadas y, engeneral, abusando de la legislación, ya fle-xibilizada al extremo en la década de 1990.Por otra parte, los contratos temporales(de 3 o 6 meses) generan mucha incerti-dumbre entre los trabajadores, pues nohay manera de saber quiénes conserva-rán el empleo al final del contrato. Los in-crementos en la productividad de las em-presas —de los que estas se enorgulle-cen tanto— se basan en gran medida en

Derechos laborales en la agroindustriaEl reto de cambiar la realidadLos últimos años han visto el surgimiento de los primeros sindicatos enel sector agroindustrial —pero las condiciones laborales no mejoran—.Este año, los sindicatos tienen el reto de lograr el cambio significativoque tanto anhelan trabajadoras y trabajadores.

Por Celia Mansilla, coordinadora en La Libertad, y Miguel Calisaya, coordinador enIca, de la Asociación Aurora Vivar y la Alianza por los Derechos Laborales en la

Agroindustria (ADLA)

el constante incremento de los topes mí-nimos de producción que cada trabajadordebe cumplir. De esta manera, la jornadade trabajo de ocho horas, en la práctica,ha dejado de existir, pues la jornada sedefine con base en metas que cada traba-jador debe cumplir y no sobre la base deltiempo empleado: si alguien se toma docehoras en cumplir con su meta, ese es suproblema; se le remunerará como si hu-biera trabajado ocho.

Así, a despecho delas tan publicitadas po-líticas de responsabili-dad empresarial, el tra-bajo decente2 brilla porsu ausencia en el sec-tor agroexportador. Ynada hace presagiarque las políticas labo-rales en las empresascambien en el año queacaba de empezar.

Sindicatos: sonpocos, pero son

La actividad agroex-portadora no tradicionaltiene más de 30 años enel país; sin embargo, esrecién desde 2007 quelos trabajadores han lo-grado constituir sindica-tos. A la fecha, tres sindi-catos en La Libertad (queafilian a obreros y obre-ras de las empresasCamposol, SociedadAgrícola Virú S.A. y Talsa),uno en Piura (que afilia atrabajadores de diferentes productores debanano orgánico) y otro en Ica (constituido

por trabajadores de la empresa Agroka-sa) han logrado resistir las estrategias an-tisindicales de las empresas, las cualeshicieron abortar procesos de sindicaliza-ción anteriores. Los trabajadores de la em-presa Coexa no tuvieron la misma suerte:no lograron obtener el registro de su sin-dicato y continúan un proceso judicial pornulidad de despido.

Como ayer, hoy los sindicatos conti-núan sufriendo los embates de las me-

didas antisindicales delos empleadores: des-pidos encubiertos comodescansos temporales;finalización del contratoo simplemente francosdespidos de trabajado-res (hombres y muje-res); hostigamiento alas trabajadoras y lostrabajadores sindicali-zados, y a sus dirigen-tes, en abierta violacióna la libertad sindical. Lasempresas se resisten ala creación de organiza-ciones sindicales, po-nen numerosos obstá-culos a la negociacióncolectiva y llegan, inclu-so, a despedir a los in-tegrantes de las comi-siones negociadoras.

Así, el año pasado, tra-bajadores de Green PerúS.A. denunciaron el des-pido de más de 300 deellos a fin de impedir laformación de un sindica-

to en la empresa3. Y, mientras escribimosestas líneas, el Sindicato de Trabajado-

Apenas iniciado 2010, elsindicato de SociedadAgrícola Virú denunciaque la empresa, en ple-na negociación colecti-va y desacatando la le-gislación laboral, hadespedido a dos dirigen-tes —uno de ellos, inte-grante de la ComisiónNegociadora del Pliegode Reclamos— y a 200trabajadores con másde cinco años de servi-cio; de ellos, 120 perte-necen al sindicato. Es lamisma arremetida quehan experimentado losotros sindicatos desdesu fundación.

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especial Agro 2010

res de la Empresa Sociedad Agrícola VirúS.A. (Sitesav) denuncia que la empresa,en plena negociación colectiva y desaca-tando la legislación laboral, ha despedidoa dos dirigentes —uno de ellos integrantede la Comisión Negociadora del Pliegode Reclamos— y a 200 trabajadores conmás de cinco años de servicio; de ellos,120 pertenecen al sindicato. Es la mismaarremetida que han experimentado losotros sindicatos desde su fundación.

Los retos de 2010Con tal inicio, es de esperar que

2010 sea un escenario duro para lospocos sindicatos que existen en el sec-tor. Pero también es cierto que elloscuentan cada vez con mayor experien-cia y estrategias de organización y de-fensa más refinadas y articuladas conla sociedad civil nacional y global. En2010, la Alianza por Derechos Labora-les en la Agroindustria (ADLA) se haplanteado, como desafío, articular unproceso nacional e internacional parala promoción y defensa de los dere-chos laborales en la agroexportaciónde productos no tradicionales.

La modificación del régimen laboral delas exportaciones no tradicionales (quedata de 1978 y establece la contrataciónde personal temporal indefinida e indis-criminadamente) y del régimen laboral

agrario (que desde 2000 establece me-nos derechos para las trabajadoras y lostrabajadores agrarios, en comparacióncon los urbanos) son demandas que losdirigentes laborales del sector han expre-sado en numerosas oportunidades.

Las demandas de modificación deambos regímenes laborales ya han ad-quirido forma de sendos proyectos deley desde hace algunos años. Pero elCongreso se hace de los oídos sor-dos. Esta situación plantea un reto im-portante para los sindicatos en el añoque empieza: la movilización social delos afectados, pues, tal como están lascosas, solo así se podrá lograr un cam-bio significativo. ¿Podrán los sindica-tos dar este importante paso en 2010?

Notas1 Asociación Aurora Vivar. Condiciones

de trabajo y derechos laborales de lasy los trabajadores(as) de la agroindus-tria en Ica. Lima, diciembre de 2009.Documento de trabajo.

2 Término acuñado por la Organiza-ción Internacional del Trabajo (OIT)para describir el trabajo que se reali-za en condiciones de libertad, igual-dad, seguridad y dignidad humana.

3 Denuncia efectuada por la Federaciónde Trabajadores de la Agroexportaciónde La Libertad.

Desde hace varios años, la agriculturaperuana viene sintiendo los efectos delcambio climático. Por ejemplo, el retro-ceso de los glaciares está perfectamen-te documentado y resulta evidente a lolargo de los Andes tropicales; y las llu-vias, por otro lado, son cada vez más errá-ticas.

Todo ello está creando dificultadespara el funcionamiento de los sistemastradicionales de agricultura de secano(aquella que vive solo del agua de lluvia)en sierra y selva, afectando a cientos demiles de familias campesinas. Pero tam-bién quienes dependen del agua de rie-go vienen teniendo problemas, desde lospequeños agricultores familiares hastala agricultura de exportación en la costa,sea que utilice agua superficial o aguasubterránea.

Por ello, es preciso que la inversiónprivada se involucre activamente en pro-mover una mejor gestión del agua entoda la cuenca, de arriba a abajo, contri-buyendo al desarrollo de las zonas altasque, siendo las más pobres, son tam-bién las que aseguran el agua que luegobajará de los Andes.

Si no se hacen mayores esfuerzos paramanejar adecuadamente cuencas y te-rritorios —además de mejorar la eficien-cia de uso de agua, que es bajísima—,podría haber consecuencias potencial-mente devastadoras en términos deabastecimiento de agua de riego en elfuturo cercano.

La vulneración de los derechos laborales es una práctica común en la agroexportación.

El retroceso de los glaciares afecta el cau-dal de los ríos en los meses sin lluvia.

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especialespecialespecialAgrAgrAgrAgrAgro 2010o 2010o 2010o 2010o 2010

Agricultura responsableEntre los más afectados por el cam-

bio climático están los menos culpablesde producir gases con efecto invernade-ro: los agricultores más pobres en laszonas del país con mayores limitacio-nes para la producción agropecuaria.

Pero otros actores del agro nacionalcontribuyen en forma importante a lasemisiones de efecto invernadero que seoriginan en el Perú. Por eso, es esen-cial promover formas de hacer agricul-tura que reduzcan nuestras emisionesde dióxido de carbono (que se producea través de la deforestación para am-pliar la frontera agrícola y ganadera),óxido nitroso (producido por el uso defertilizantes sintéticos como la urea) ymetano (producto de la digestión delganado rumiante), entre otros gases.

La agricultura orgánica o ecológicacombina diferentes aspectos que redu-cen la generación de estos gases y au-menta la capacidad de los sistemas

Agricultura y cambio climáticoAdaptarse o morirCon los impactos del cambio climático sintiéndose ya en todo el país, urgetomar medidas que, por ejemplo, mejoren la gestión del agua. De lo contrario,todo el espectro agrario —desde comuneros hasta agroexportadores— sufrirásus efectos, potencialmente devastadores.

Por Roberto Ugás, investigador del Programa de Hortalizas dela Universidad Nacional Agraria La Molina

agr íco lasde adap-tarse alc a m b i oclimático.

Las prin-cipales medidas para lograr una agri-cultura con un menor impacto climáticoson1:

• Aumentar el carbono en el suelo, conun mejor uso de los estiércoles y otrasfuentes de materia or-gánica, minimizandola mecanización,manteniendo los sue-los cubiertos, contro-lando la erosión y re-duciendo el uso defertilizantes sintéticos.

• Diversificar la produc-ción agrícola, aumen-tando la importanciade especies peren-nes, como árboles ypastos, a través de laagroforestería, loscultivos múltiples; va-riaciones en las die-tas de los animales(hacerlas menos de-pendientes del ali-mento producido concultivos anuales), etc.

• Criar una ganadería más amigablecon el clima, ya que en la actualidadlas cadenas productivas ganaderas—del campo hasta la mesa— estánentre las principales responsablesde las emisiones totales de gasesde efecto invernadero. Entre las op-ciones existentes están rotar las pas-turas, evitar la destrucción de bos-

ques para dar paso a más ganado,hacer un mejor manejo de estiércol yorines, usar biogás e introducir cam-bios en las dietas para reducir la pro-ducción de metano.

• Proteger la vegetación, sea de am-bientes silvestres o manejados parala producción agropecuaria. Bosquesy pasturas retiran carbono de la at-mósfera, y los agricultores requierenincentivos como pagos por serviciosambientales, asegurando la propie-dad sobre la tierra, el manejo comu-nitario de recursos naturales localesy la coordinación con otras activida-des productivas rurales.

• Recuperar las áreas degradadas,promoviendo la reforestación y la co-bertura vegetal, lo que a su vez ten-dría efecto en la conservación del aguay la calidad de vida de la gente.

Las medidas recomendadas requie-ren de un esfuerzo concertado entre

las autoridades, a todonivel, y las comunida-des rurales, quienesdeben trabajar en forta-lecer los sistemas loca-les de gestión del co-nocimiento y de innova-ción, recuperar las tra-dic iones, desarrol larnuevas tecnologías ypromover la asociativi-dad, en un país dondelos pequeños agricul-tores famil iares sonmayoría.

Por úl t imo, nadacambiará si los consu-midores no se involu-cran y, con su opción decompra, empiezan a fa-vorecer un consumomás responsable con

el planeta, prefiriendo los productos deuna mejor agricultura.

Nota1 Mitigating climate change through food

and land use (Worldwatch Institute,2009); High sequestration, low emis-sion, food secure farming (IFOAM,2009).

El retroceso de los gla-ciares y el patrón cadavez más errático de laslluvias están dificultandoel funcionamiento de lossistemas tradicionalesde agricultura de seca-no (aquella que usa úni-camente agua de lluvia),pero también de quienesdependen del agua deriego, como los agroex-portadores de la costa.

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especial Agro 2010

Con un 2009 tanconflictivo en el pa-sado inmediato,las perspectivasde conflictos en

las zonas rurales del Perú en 2010 sonpositivas, ¡pero en el sentido de que ha-brá más!

Las razones para hacer un pronósticode esa naturaleza son dos: en primer lu-gar, las causas estructurales de los con-flictos no se han modificado; y en se-gundo lugar, el año que comienza traeelementos propios que podrían agudi-zar los conflictos. Veamos.

Los altos niveles de conflictividad quese aprecian en las áreas rurales en losúltimos años, reflejan una serie de facto-res y tendencias estructurales: la concen-tración secular de la pobreza en los sec-tores rurales, especialmente de la sierray la selva; la baja prioridad del agro en laagenda del gobierno nacional, claramenteexpresada en términos de programas ypresupuesto; el modelo económico pre-dominante, basado en la explotación delos recursos naturales, en especial mi-nerales, petróleo, gas y madera —todoslos cuales se encuentran mayormente enlas zonas altoandinas y amazónicas—; yla competencia creciente entre los acto-res rurales por el acceso a los recursosde tierra y de agua, en un contexto en elque esta última empieza a escasear porefecto del cambio climático.

A estos factores se suma la falta deuna normatividad adecuada para asig-nar equitativa y eficientemente los recur-sos naturales y de otra índole entre losactores económicos; los mecanismosdefectuosos para procesar y resolver losconflictos, cuando estos ocurren; y la de-bilidad del Estado como instrumentopara gobernar con eficacia y justicia.

Conflictos sociales en zonas ruralesLa tendencia es al crecimientoElecciones, condiciones estructurales sin modificar, incremento en los precios

de los metales: todo contribuye a pensar que 2010 seráun año donde los conflictos sociales en zonas rurales seincrementarán.

Por Martin Scurrah, investigador de CEPES

Año electoralDesde el segundo semestre de 2009

el Estado ha hecho esfuerzos especialespor fortalecer sus capacidades, creandounidades especializadas en conflictos adistintos niveles y en distintos sectores.La Defensoría del Pueblo también ha he-cho esfuerzos de capacitación y orienta-ción sobre el tema. Estas acciones sonloables y se espera que en el transcursode 2010 rindan frutos, mejorando la capa-cidad del Estado para gestionar y resolverlos conflictos, en vez degenerarlos y agudizarlos,como ha sucedido en elpasado.

Pero, más allá de ello,puede decirse que en2009 las tendencias es-tructurales que han con-tribuido a la agudizaciónde los conflictos socia-les en el país se hanmantenido e inclusoacentuado. Y a principiosde 2010 se puede pre-ver que estas tenden-cias se agudizarán aunmás, en vista de la ex-pansión de los proyec-tos de exploración y ex-plotación minera que seestán generando comoconsecuencia del incre-mento de la demanda yel alza de los precios, asícomo por el hecho de que no hay ningu-na indicación de que habrá cambios sig-nificativos en un marco normativo que re-sulta favorable a la industria minera.

A lo anterior hay que añadir que, sien-do 2010 un año electoral en los ámbitoslocal y regional, y preelectoral en el nacio-nal, se puede anticipar la «politización»

de muchos conflictos debido a los inten-tos de las distintas fuerzas políticas desacar provecho político de ellos, compli-cando aun más su gestión y resolución.

Conflictos por regionesTratando de ver qué sucederá en las

distintas regiones, se puede esperar lacontinuación de los conflictos minerosen el Alto Piura y en Cajamarca, habidacuenta de la expansión de proyectosmineros mencionada líneas arriba.

En la sierra sur —en Moquegua y Tac-na, particularmente— se puede esperarla continuación de los conflictos actua-les y el surgimiento de nuevos, tratándo-se de una zona que resulta atractiva parala industria minera, pero en donde lacompetencia por el agua es cada díamás aguda.

Si las actividades agroexportadoras enla costa norte y el sur medio recuperansus niveles anteriores, se pueden es-

perar mayores conflic-tos por el agua entre lasierra y la costa.

En cuanto a la selva,en el caso particular deMadre de Dios, si el go-bierno persiste con susesfuerzos para contro-lar y reglamentar la mi-nería informal e ilegal,se pueden esperar con-flictos agudos, sobretodo si el precio del orose mantiene o aumen-ta. En otras zonas de laselva, a medida que lasempresas petrolerasque han ganado las lici-taciones de las conce-siones vayan poniendoen marcha sus activida-des de exploración y ex-plotación, es muy proba-ble que se generen con-

flictos con las organizaciones indígenas.Salvo, claro está, que se logre un acuer-do y entendimiento marco entre el go-bierno y las organizaciones indígenassobre el desarrollo de la Amazonía enlas negociaciones después de Bagua—algo que, a estas alturas, parece pocoprobable.

Es probable que en2010, el número de con-flictos sociales se incre-mente con respecto a2009, en vista de la ex-pansión de los proyectosmineros (consecuenciadel rebote en los preciosde los metales), la au-sencia de cambios en elmarco normativo y la«politización» de losconflictos por la proximi-dad de las eleccioneslocales, regionales y na-cionales.

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especialespecialespecialAgrAgrAgrAgrAgro 2010o 2010o 2010o 2010o 2010Apenas dos años atrás, en 2008, la pobla-ción de muchos países alrededor del glo-bo entró en pánico a causa de la elevacióndesmedida de los precios de varios pro-ductos alimenticios básicos. En un lapsomuy corto, el número de desnutridos en elmundo aumentó en alrededor de 300 mi-llones de personas; es decir, pasó —se-gún datos de la FAO— de algo más de800 millones a 1100 millones.

En el Perú no se han hecho medicionesexhaustivas sobre el impacto del alza deprecios, pero un reciente estudio encon-tró que hubo un deterioro en el consumocalórico de las familias peruanas1, y lasituación —a la que se suma la crisis eco-nómica que se desató posteriormente—ciertamente debe haber afectado a cien-tos de miles de indigentes (los «pobresextremos» del lenguaje oficial).

Puestos ante estas circunstancias, lapregunta se hace más urgente que nun-ca: ¿cuenta el Perú con una política deseguridad alimentaria?

Es verdad que existen algunos progra-mas sociales orientados a poblacionesen riesgo, pero una política de seguridadalimentaria propiamente dicha no existe2.Lo más cercano que tenemos a una polí-tica nacional de seguridad alimentaria esla propuesta elaborada por el Centro Na-cional de PlaneamientoEstratégico (Ceplan)2.

Utilizando datos de2002, el Ceplan nos infor-ma que más de la terceraparte de los hogares pe-ruanos sufre de déficit ca-lórico, proporción que lle-ga al 47.7% en los hoga-res rurales; que, a pesardel déficit en el consumode proteínas, solo el 7%del total de recursos pes-queros extraídos son con-sumidos por la poblaciónperuana; que la inseguri-dad alimentaria se agra-va por la inequitativa dis-tribución del ingreso, queafecta sobre todo a los po-bres extremos; y que es-tamos importando cadavez más los alimentosque necesitamos, ahon-

Seguridad alimentariaUn futuro de creciente inseguridadCada vez más tierras cultivables se dedican a la agroexportación y a los insu-mos para agrocombustibles. Ante esta tendencia —y la incapacidad del Esta-do para generar políticas adecuadas—, lo más pro-bable es que en 2010 y los años siguientes se incre-mente la inseguridad alimentaria en el país.

Por Fernando Eguren, director de La Revista Agraria

dando nuestra dependencia alimentaria.Un reciente estudio, basado en informa-ción de 2007, señala que el 16.4% de lasfamilias urbanas y el 42% de las familiasrurales estarían en situación de vulnerabili-dad alimentaria3.

Enfrentados a esta dolorosa situación,¿qué medidas propone el Ceplan? Garan-tizar el acceso de toda la población a ali-mentos apropiados; promover la produc-ción diversificada de alimentos; promoverpatrones de consumo regionales; promo-ver el consumo de alimentos marinos; yamortiguar los efectos de emergencias na-turales sobre la seguridad alimentaria4.

Si bien los lineamientos propuestos sonbastante razonables, el problema de la pro-puesta del Ceplan radica en la débil volun-tad política para atacar el problema que re-

velan sus metas: alcan-zar para 2021 una tasa dedesnutrición crónica in-fantil del 14.1% (unos 400mil niños para ese año). Anosotros nos parece quela cifra es, sencillamente,demasiado alta para seruna meta aceptable de loque el país debe y puedehacer por reducir la inse-guridad alimentaria, másaún cuando las perspec-tivas macroeconómicasdel Perú siguen siendo —según las propias fuentesoficiales— bastante hala-güeñas.

Es de lamentar, perolo más probable es queen 2010 y los años si-guientes la inseguridadalimentaria se incre-mente y afecte a un por-

centaje cadavez más altode la pobla-ción. ¿Por quép e n s a m o sasí? Porque la tendencia es a dedicarcada vez más tierras cultivables a la pro-ducción de alimentos «boutique» para laexportación (cuyo ejemplo más notorio esel espárrago), y de insumos para agro-combustibles (caña de azúcar para eta-nol, palma aceitera para diésel). Todo ello,además, promovido desde el Estado.

Si a esto le sumamos que la compe-tencia por el agua se intensifica, siendolos agricultores más débiles —justoaquellos que producen alimentos para elmercado interno— quienes suelen per-der, y que el cambio climático introduceun grado de incertidumbre cada vez ma-yor en la producción agraria, vemos en-tonces que, al menos en el campo de laseguridad alimentaria, no tenemos moti-vos para ver el futuro con optimismo.

Notas1 Eduardo Zegarra y Jorge Tuesta. Schock

de precios y vulneralibidad alimentaria.Grade. Lima, 2009.

2 La definición oficial de la FAO es que hayseguridad alimentaria «cuando todas laspersonas tienen en todo momento acce-so físico, social y económico a los alimen-tos suficientes, inocuos y nutritivos quesatisfagan sus necesidades energéticasdiarias y preferencias alimentarias parallevar una vida sana y activa».

3 Zegarra, op. cit.4 Centro Nacional de Planeamiento Es-

tratégico (Ceplan). Lineamientos estra-tégicos para el desarrollo nacional2010-2021, págs. 37-38.

5 Ibíd., pág. 101.

El Ceplan propone al-canzar, para 2021, unatasa de desnutrición cró-nica infantil del 14.1%. Anosotros nos parece quela cifra es, sencillamen-te, demasiado alta paraser una meta aceptablede lo que el país debe ypuede hacer por reducirla inseguridad alimenta-ria —más aún cuandolas perspectivas ma-croeconómicas del Perúsiguen siendo, según laspropias fuentes oficiales,bastante halagüeñas.

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especial Agro 2010

El año que acaba fue un año complica-do para el sector forestal. Al iniciarse 2009no existían, ni en la estructura ni en elpresupuesto de la Dirección General Fo-restal y de Fauna Silvestre (DGFFS), losórganos desconcentrados requeridospara administrar el sector en tanto seculmina la transferencia a los gobiernosregionales. La situación se complicó, lue-go, por las marchas y contramarchas enla aprobación de las normas que rigenel sector, asunto que tuvo mucho que vercon las protestas indígenas. Además, alo largo del año, tres directores pasaronpor la DGFFS —el que más duró estuvo,apenas, en funciones seis meses y me-dio—. Para rematar el cuadro anual, lacrisis económica global contrajo las ex-portaciones. Todo ello sin contar las ha-bituales denuncias de actividades ilega-les y de corrupción.

Sector forestalPronóstico reservadoEn 2010, el sector forestal no puede darse el lujo derepetir el año de marchas y contramarchas que fue2009. Entre otras razones, porque a mediados deaño se vence el plazo para cumplir los compromisosen materia forestal del TLC con EE.UU.

Por Gustavo Suárez de Freitas, consultor forestal

En este lapso quetranscurrió en forma tanaccidentada se cumplie-ron casi 12 de los 18meses que nuestro paístiene de plazo para cum-plir los compromisos enmateria forestal del TLCPerú-EE.UU.

Pero no todo fue malo.La DGFFS se involucródecididamente en elproceso de diálogo pos-terior a Bagua, brindan-do, incluso, recursoseconómicos propiospara atender los viajes,estadía y operación delas mesas de trabajocon los representantesindígenas. Dicho sea de

paso, es la única depen-dencia pública que lo hahecho. Y, gracias en par-te a la dedicación detiempo de su personal ysus colaboradores, asícomo al enfoque cons-tructivo desarrollado, lamesa ha producido undocumento de consen-so que esperamos con-tribuya a que contemos,en un breve plazo, conuna mejor Ley Forestal.

También se avanzó enla cooperación con elServicio Forestal deEE.UU. Se espera unacooperación no reem-bolsable importante y setiene muy avanzado eldiseño de un proyectopara un endeudamien-to de US$30 millones(con US$20 millones decontrapartida) para el

desarrollo forestal sostenible, inclusivoy competitivo. También se ha iniciado —aunque con cierta lentitud, es cierto— elproceso de revisión participativa y des-centralizada de la Ley Forestal, y se vie-ne consolidando, desde el Minam, elplanteamiento de políticas para asegu-rar el mantenimiento como bosque (convarios usos) de más de 54 millones dehectáreas.

Se vence el plazoPero si 2009 fue un año de marchas y

contramarchas, en 2010 no nos pode-mos dar el lujo de avanzar a medias. Asílo demandan los sectores sociales y eco-

Si todo marcha bien,temprano en el año de-bemos estar contandocon una Política Fores-tal Nacional y una LeyForestal y de Fauna Sil-vestre. Dado que, histó-ricamente, el talón deAquiles del sector hasido una pésima gober-nanza, se espera que laconstrucción de un con-texto legal e institucionalcon enfoque participati-vo y transparente contri-buirá a generar el profun-do cambio que el sectorrequiere.

el dato

Es preciso crear un Servicio Nacional Forestal descentralizado.

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ENERO de 2010 23

especialespecialespecialAgrAgrAgrAgrAgro 2010o 2010o 2010o 2010o 2010Drogas, coca y cocalerosSin novedad en el frenteLa continuación de una política prohibicionista y re-presiva, en línea con la política estadounidense, hacepresagiar un año con más de lo mismo: incrementode la presencia militar, fracaso de los «cultivos alter-nativos» y fortalecimiento de Sendero en las zonascocaleras.

Por Hugo Cabieses, economista, coordinador del ProgramaDRIS/ZA-MANU

En 2010, no cabe esperar grandes cam-bios en el panorama político y social vin-culado a la economía de la coca y lasdrogas en el Perú, sino más bien la con-tinuación de las tendencias que carac-terizaron 2009 y los años anteriores. Enese sentido, planteamos el análisis delo que se viene, este año, desde cuatroejes clave: la política de EE.UU. sobrelas drogas, la política del gobierno pe-ruano, el estado de los movimientos so-ciales y el desarrollo de Sendero Lumi-noso en las zonas cocaleras.

El continuismo de ObamaPara 2010, no debemos esperar cam-

bios sustanciales en la política norte-americana sobre drogas y, por lo tanto,sobre el cultivo de coca. Barack Obamaya tiene un año ocupando la presidenciay ello no ha significado ningún cambiode política en el tema.

Es decir, continúan el prohibicionis-mo, la «guerra contra las drogas», elcontrol militarizado de la oferta, la erra-dicación/ fumigación de cultivos y la cri-minalización de los movimientos socia-les asociados a estos cultivos y a susactividades conexas. Y ello a pesar deque, como resultado de seguir con es-tas políticas, todos los indicadores anivel del planeta señalan que se hanincrementado la producción, el consu-mo y el tráfico de drogas, así como laviolencia, la corrupción y la ingoberna-bilidad ligada a todo ello.

Lo que sucede en Afganistán y Colom-bia —el apoyo norteamericano con tro-pas, equipos y recursos financieros paracontinuar esta guerra fracasada— es un

indicador de que no existe ninguna vo-luntad de cambio.

El calco y copia dela política peruana

El gobierno peruano, a través de Devi-da, Ofecod, Dirandro y demás organis-mos generados, ha continuado copian-do estas políti-cas, erradicandocultivos en el AltoHuallaga y Aguay-tía —más de10,000 hectá-reas en 2009—,militarizando laprincipal zonaproductora (el va-lle de los ríosApurímac y Ene,VRAE), criminali-zando al conjun-to de los agricul-tores cocaleros yp r e t e n d i e n d ocontrolar el con-sumo interno dedrogas, sin lo-grarlo.

Del mismomodo, tambiénse ha continua-do fracasandoen el l lamado«desarrollo alter-nativo», salvo al-gunas pocas excepciones en el Alto Hua-llaga y Aguaytía, que confirman la regla,pero no tienen la debida extensión encuanto a número de productores, ni tam-

Su estrecha rela-ción con el narco-tráfico, y el cambiooperado en su dis-curso y accionaranteriores, le hanpermitido a Sende-ro fortalecerse en elVRAE y el Alto Hua-llaga. Mientras tan-to, el gobierno con-tinúa fracasando enel llamado «desa-rrollo alternativo»,salvo algunas po-cas e insosteniblesexcepciones enAguaytía y el AltoHuallaga.

el dato

nómicos vinculados y lo requieren diver-sos compromisos internacionales, pero,sobre todo, es una deuda que tenemoscon las futuras generaciones.

Por ello, este año debe significar uncambio profundo y positivo para el sec-tor. Si los procesos mencionados líneasarriba continúan bien conducidos —esdecir, si no caen en la desidia política oen las minucias de la burocracia «profe-sional»—, debemos poder contar tem-prano, en el año, con dos elementos cla-ve para la gobernanza del sector: una Po-lítica Forestal Nacional, adoptada por elEjecutivo, y una Ley Forestal y de FaunaSilvestre, ambas ampliamente consen-suadas, que den oportunidades a todoslos actores, aseguren la perpetuidad delos ecosistemas forestales y su provi-sión permanente de bienes y servicios—cada vez más importantes de cara alcambio climático y la escasez de agua—,y generen riqueza en forma sosteniblepara las poblaciones rurales más pobresdel Perú.

Ahora, para aplicar estas políticas ynormas legales es preciso concretar lacreación de un Servicio Nacional Fores-tal. Esto debe hacerse acorde con el pro-ceso de descentralización en curso, conun enfoque de gestión ecosistémica ymoderna del sector forestal, buscandoel apoyo de los programas de coopera-ción internacional y coordinando con losgobiernos regionales —con los cualesdeberá concluirse la transferencia defunciones.

Dado que el principal problema delsector ha sido, históricamente, una go-bernanza muy inadecuada, se esperaque centrarse en construir un contextolegal e institucional con enfoque partici-pativo y transparente deberá contribuir agenerar el profundo cambio que dichosector requiere. De no lograrse este ob-jetivo, llegará agosto de 2010 y correre-mos el riesgo de no haber cumplido conlos mandatos del TLC. Las consecuen-cias son potencialmente graves, no solopara el sector forestal, sino para todo elpaís, especialmente para quienes másse benefician del tratado.

Para resumir: si bien hay buenas pers-pectivas para el sector forestal en 2010,el pronóstico es reservado.

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especial Agro 2010poco sostenibilidad ambiental, ni en eltiempo.

Nada hace presagiar que en 2010 elgobierno decida cambiar las políticas yacciones que ha venido aplicando hastala fecha. Más aún, ni siquiera hay ele-mentos que permitan prever una apertu-ra para debatir las políticas públicas so-bre el tema.

La tendencia en América Latina es acuestionar el prohibicionismo en curso,tal como lo vienen haciendo varios go-biernos latinoamericanos —Argentina,Uruguay, Bolivia, Brasil y Venezuela—,pero, en el Perú, la política de drogas ycultivos de coca con fines ilícitos —o, in-cluso, lícitos—, sencillamente, no se dis-cute públicamente.

A principios de 2009, un intento del al-calde aprista de Surquillo, que cuestio-nó la prohibición del uso de la marihua-na, fue rápidamente aplastado con lla-madas al orden por parte del embajadornorteamericano. Ahora, las airadas re-acciones en contra que ha desatado unreciente artículo de Vargas Llosa1, endonde el escritor sostiene que el temano es policial, sino económico, y que lallamada guerra contra las drogas es unenorme fracaso («no se declaran gue-rras que no se pueden ganar»), llevan apensar que en 2010 se continuará estapolítica de no discutir oficialmente lasestrategias en curso y de aplastar consatanizaciones cualquier intento de plan-tear alternativas.

Un movimiento social divididoLos movimientos sociales ligados al

cultivo de coca se han dividido aun másen 2009. En la actualidad existen por lomenos cuatro sectores diferentes yagriamente enfrentados: a) la CentralNacional de Campesinos Productoresde Coca del Perú (Cenacop), en el valledel Monzón y una parte del Alto Hualla-ga (Aucayacu); b) la Confederación Na-cional de Productores Agropecuarios delas Cuencas Cocaleras del Perú(Conpaccp), en el Alto Huallaga, unaparte del VRAE, Aguaytía, Sandia yKcosñipata; c) la Federación Provincialde Campesinos de La Convención, Ya-natile y Lares (Fepcacyl), en Cusco; y d)la Federación Campesina del Valle del

Río Apurímac y Ene (Fepavrae), entreCusco y Ayacucho.

Los agricultores de coca de estas cua-tro zonas siguen sin articular sus luchasa las de otros sectores sociales del cam-po. Sus líderes están enfrentados y noresuelven sus contradicciones, y su re-presentación parlamentara —NancyObregón y Elsa Malpartida— muestra li-mitaciones serias en su accionar. Ade-más, carecen de propuestas comunescontra las políticas de erradicación y «de-sarrollo alternativo»; buscan interlocu-ción con el gobierno, aislados de los pro-ductores de otras zonas; y no se pronun-cian sobre las reivindicaciones de lospueblos indígenas. Como movimiento,están cada vez más aislados y faltos derepresentatividad.

De cara al 2010, no parece haber indi-cadores de que esta situación será su-perada, sino que más bien se agravará,debido a la competencia electoral paragobiernos locales, regionales y repre-sentación parlamentaria.

La coca y los dos SenderosEn medio de las circunstancias des-

critas, el terrorismo de los dos Sende-ros realmente existentes —el del VRAEy el del Alto Huallaga— se ha rearticula-do durante 2009 y ha realizado accionesarmadas de envergadura contra las

FF.AA. y policiales en ambos frentes, unproceso que venía desarrollándose des-de mediados de la década.

Ambos sectores subversivos se hanfortalecido mucho en sus respectivasáreas. Ambos han consolidado su rela-ción con el «narcotráfico», convirtiéndo-se en protectores de sus actividades, yhan logrado armarse con equipos deguerra y comunicaciones tomados delas fuerzas represivas. Además, hanconstruido una red de inteligencia localmás eficiente que la de las FF.AA., y enambas zonas Sendero ha logrado unapoyo cada vez mayor de las poblacio-nes locales al cambiar su anterior dis-curso y accionar autoritario y tanático, loque les ha permitido incrementar el nú-mero de sus integrantes.

Si durante 2010 el gobierno y lasFF.AA. no cambian la estrategia equivo-cada que están impulsando, las fuer-zas senderistas seguirán creciendo y«derramándose» hacia otras zonas, talcomo lo están haciendo desde 2008hacia Huancavelica, Junín y Cusco, enla sierra y la selva central y sur, o Ucaya-li, Pasco y La Libertad, en la selva y lasierra norte.

Notas1 Publicado el 10 de enero en El Comer-

cio y en El País (España).

En 2009, los movimientos sociales ligados al cultivo de coca se dividieron aun más.

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La reciente publicación en el diario oficial,el 19 de diciembre pasado, de la Ley dePromoción para el Desarrollo de Activida-des Productivas en Zonas Altoandinas,Ley 29482, ha sido calificada, por algunos,de inútil para el desarrollo de la economíaandina.

Los argumentos que se han esgrimidoen contra de la ley han provenido de todoslos ángulos.

Se ha dicho que la norma no tiene nin-gún sentido en una región del país en quela mayor parte de la economía es informal.En esa misma línea, se ha señalado quehay suficientes experiencias interesantesdesarrolladas por el propio Estado, quehabría que replicar (caso Marenass, corre-dor Puno-Cusco, etc.), antes que inventarnuevas propuestas. También se ha argu-mentado que los regímenes de excepciónno funcionan, como ya se habría demos-trado con el caso de la selva. Finalmente,hay quienes cuestionan la falta de criteriotécnico para fijar en 2,500 m.s.n.m. la vallapara recibir beneficios. ¿Por qué 2,500 y no2,450 o 2,495 m.s.n.m.?

La norma en contextoEn relación con lo anterior, hay que se-

ñalar que, en efecto, aisladamente, no pa-rece que la norma vaya a causar un impac-to muy significativo.

El propio Alan García ha reconocido quelos ingresos tributarios por encima de los2,500 metros son muy bajos, lo que signifi-ca que la mayor parte de las personas natu-rales y empresas son informales y no paganni el impuesto a la renta ni el IGV. La presen-cia de la Sunat es casi nula. Considerandoesto, ¿qué incentivos tendrían, para forma-

lizarse, las personas naturales o empresascomprendidas en los alcances de la ley?

No obstante, su aporte adquiere otradimensión si vemos a la Ley 29482 comoparte de un paquete de normas de similarpropósito (fomentar el desarrollo de la pro-ducción agraria en la sierra y en el país)que se han venido promulgando en los úl-timos años (y no solo en este gobierno) ycon las que puede resultar complementa-ria (ver cuadro).

Es bastante probable que las normas alas que nos referimos no respondan a unplan de desarrollo predefinido, ni a una vi-sión coherente de futuro para los Andes.Sin embargo, podrían empezar a configu-rar, en conjunto, lenta e imperfectamente,un marco legal para generar desarrollo pro-ductivo en las zonas rurales, entre ellas lasserranas.

Como parte de este paquete de normasorientadas a fomentar la asociatividad, laformación de cadenas productivas, el finan-ciamiento de bienes de capital, etc., la políti-

ca de beneficios tributarios que promuevela Ley 29482 viene a resultar, no una solu-ción, pero sí un complemento y un aporteque contribuye a fortalecer la competitivi-dad de la pequeña y mediana agricultura dela sierra, en su búsqueda de articulacióncomercial local, nacional e internacional.

Con respecto a experiencias exitosas comoMarenass, la norma también puede ser com-

¿Sirve o no sirve?La Ley 29482, que otorga beneficios tributarios a las

actividades económicas en los altos Andes, ha sido malrecibida por varios sectores de la opinión pública. En esta

nota buscamos mostrar cómo —vista como parte de unpaquete de normas previas— la ley podría aportar al

desarrollo rural de la sierra.

Si vemos a la Ley 29482 comoparte de un paquete de normasde similar propósito (fomentar eldesarrollo de la producción agrariaen la sierra y en el país), su aporteadquiere otra dimensión

¿Qué dice la Ley 29482?La Ley 29482, Ley de Promociónpara el Desarrollo de ActividadesProductivas en Zonas Altoandinas,beneficia con exoneraciones tribu-tarias a aquellos agricultores, coo-perativas, empresas comunales ymicro o pequeñas empresas que,encontrándose ya operativas enzonas ubicadas por encima de los2,500 m.s.n.m., se instalen por en-cima de los 3,200 m.s.n.m. por unplazo mínimo de diez años. Las ca-pitales de departamento que seencuentren en estas zonas estánexcluidas.

La Ley 29482 puede ser vista como un complemento y un aporte que contribuye a fortalecer lacompetitividad de la pequeña y mediana agricultura.

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plementaria y contribuir a potenciarlas. En elpeor de los casos, no son excluyentes.

Tarea de todosPor todo lo señalado, creemos que los

interesados en el desarrollo rural de losAndes deberían hacer un análisis exhaus-tivo de la Ley 29482 y proponer qué aspec-tos deben mejorarse.

Un aspecto que discutir, por ejemplo, po-dría ser la conveniencia o no de incorporar el

IGV a los impuestos exonerados. Además,debería precisarse la forma en que las exone-raciones a las importaciones de bienes decapital beneficiarán realmente a los produc-tores altoandinos, que no suelen tener capa-cidad para importar en forma directa. La vallade los 2,500 m.s.n.m. también podría flexibili-zarse según las circunstancias.

Hecho este análisis, deberían buscarselas sinergias entre esta y otras leyes, comolas mencionadas en esta nota, y, sobre esta

base, construir una matriz que revele losvacíos que es preciso llenar para que el todoresulte operativo y coherente, sugiriendotambién cómo llenar dichos vacíos. La pro-puesta resultante debería ser debatida en-tre todos los actores con interés en el tema—gremios agrarios, Minag, ONG—, para,por último, iniciar una campaña a fin de quela propuesta, así construida, sea incluida enla agenda política y, eventualmente, incor-porada en nuestro cuerpo normativo.

Norma

D.Leg. 1020, para la promo-ción de la organización de losproductores agrarios y la con-solidación de la propiedad ru-ral para el crédito rural

D.Leg. 1077, que crea el Pro-grama de Compensacionespara la Competitividad

Ley 27360, que aprueba lasNormas de Promoción delSector Agrario

Ley 29482, de promoción parael desarrollo de actividadesproductivas en zonas altoan-dinas

Ley 28846, para el fortaleci-miento de las cadenas produc-tivas y conglomerados

Ley 28890, que crea el Pro-grama Sierra Exportadora

D.S. 004-2009-MIMDES, quecrea el Proyecto Especial deDesarrollo de Capacidades dela Familia Rural, «Mi ChacraProductiva»

Beneficiario

Pequeño produc-tor agrario*, EAA

OPA

Personas natura-les y jurídicas,agroindustrias

Personas natura-les, empresas,asociaciones

Organizacionesde pequeños ymedianos produc-tores

Productores, in-dustrias

Hogar rural

Beneficio

Facilitar la constitución de entidades asociativas agrarias (EAA)con la sola muestra del contrato que acredite la voluntad deasociación de los productores. En la celebración de contratosde financiamiento, las EAA están garantizadas por un fideico-miso del gobierno regional de hasta S/.5 millones.

Determina la entrega de hasta media UIT para financiar laconstitución de una organización de productores agrarios (OPA),además de fondos para cubrir parcialmente la retribución de sugerente por un plazo de tres años, y un tope de 300 UIT parala adopción de tecnología.

Permite la recuperación anticipada del IGV pagado por lasadquisiciones de bienes de capital, insumos, servicios y con-tratos de construcción, durante la etapa preproductiva de lainversión, y la exoneración del impuesto extraordinario desolidaridad a las remuneraciones de los trabajadores.

Exoneración del impuesto a la renta de tercera categoría, delas tasas arancelarias e IGV a las importaciones de bienes decapital con fines de uso productivo.

Ofrece cofinanciamiento estatal para planes de negocio, concarácter no reembolsable, por un monto de tres (3) UIT porcada productor agrario integrante de la organización, hasta unmáximo de 200 UIT.

Brindar asistencia técnica, directa e integral a los productoresen las distintas fases del proceso productivo.

Implantar tecnología que potencie la capacidad productiva defamilias rurales en extrema pobreza, con un aporte estatal demil cien soles (S/.1,100), por una sola vez, en recursos,insumos y materiales asociados a las tecnologías transferi-das, y un programa de asistencia técnica y acompañamien-to durante nueve (9) meses.

Rubro/producto-beneficiado

Todos

Todos

Todos, salvo indus-tria forestal, trigo, ta-baco, semillas olea-ginosas, aceites ycerveza

Los priorizados porla norma

Todos

Todos

Alcance

Nacional

Nacional

N a c i o n a l ,salvo las pro-vincias deLima y Callao

Zonas altoan-dinas, salvocapitales dedepartamento

Nacional

Sierra

Nacional

Vigencia

Indefinida

2013

2021

2019

Indefinida

Indefinida

Indefinida

* Pequeño productor agrario: aquel cuyas ventas brutas anuales no superan las 100 UIT.

Cuadro 1. Normas que benefician a las poblaciones rurales por encima de los 2,500 m.s.n.m.

En los últimos años se han dado varias normas que buscanpromover el desarrollo económico de las zonas rurales andinas.

Unas promueven la asociatividad de pequeños agricultores;otras incentivan las cadenas productivas; otras más, financianplanes de negocio, etc. Algunas han sido dictadas para todo elterritorio nacional, y otras solo tienen validez en la sierra.

En conjunto, estas normas van configurando un paquete nor-mativo que promueve el desarrollo rural en distintas zonas delpaís, y también en la sierra.

Visto en este contexto, creemos que la reciente Ley 29482 sícontribuye a lograr su objetivo: el desarrollo rural de los altosAndes.

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Carhuancho o la disputapor el agua de las punas

El proyecto para derivar aguas de las planicies altoandinas de Huancavelica al valle de Icaha generado desde hace años un conflicto en el que el gobierno peruano, como decostumbre, ha privilegiado al contendiente más poderoso. La intervención de una

instancia internacional, sin embargo, parece estar cambiando el rumbo de la resolucióndel conflicto.

Por Ivonne Pacheco, abogada de CEPES-Huancavelica

Muchas veces, las noticias pintan un fu-turo apocalíptico en el que «la guerra serápor el agua», sin reparar en que ese futuroya está aquí.

En el caso que nos ocupa, el conflictoha surgido entre dos localidades con acti-vidades económicas distintas que pugnanpor tener la prioridad en el uso del recurso:las comunidades campesinas de Carhuan-cho, Choclococha y otras aledañas queocupan las punas de la cuenca alta del ríoPampas, en Huancavelica, y se dedican ala crianza de llamas y alpacas; y el valle deIca, con su pujante agricultura conforma-da por pequeños y medianos agricultoresy las grandes empresas agroexportadoras,necesitada, cada vez, de más agua paraampliar su frontera agrícola y dotar de aguapotable a sus ciudades.

Conflicto de larga dataLa competencia por las aguas de la cuen-

ca alta del Pampas se remonta a 1950, cuan-do se inició la construcción del ProyectoHidroenergético Choclococha con el fin de

solucionar el problema —ya agudo porentonces— de la escasez de agua en elvalle de Ica.

La infraestructura hidráulica del pro-yecto —todavía en pleno funcionamien-to en nuestros días— recolecta las aguasde dos de las principales lagunas de lazona, Orccochocha y Ccaraccocha, y las

depositan en una tercera, Choclococha,para luego trasvasarlas a otra cuenca, ladel río Ica, mediante un canal de deriva-ción de 53 kilómetros de largo. De estamanera, aguas que anteriormente acaba-ban vertiéndose en el Atlántico, vía elAmazonas, hoy acaban dirigiéndose alocéano Pacífico.

Durante los años de su construcción yfuncionamiento, el Proyecto Hidroenergé-tico Choclococha ha causado fuertes im-pactos sociales, económicos y ecológicosa los pobladores de las planicies altoandi-nas en que se ubican estas lagunas, valedecir, a los comuneros de Choclococha,Santa Inés y Carhuancho —impactos porlos que jamás fueron indemnizados.

Como ejemplo, baste mencionar que elantiguo pueblo de Choclococha fue inun-dado al elevarse el nivel de las aguas de lalaguna del mismo nombre, luego de su re-presamiento. Los pobladores de la comuni-dad de Carhuancho (anexo de Huaracco)también han sido afectados por el proyec-to, pues el canal de derivación intercuencas

La construcción del canal colectorIngahuasi, rodeando el Cerro Pa-lomo, impediría que el agua discu-rra hacia los valles altoandinos quelo circundan, y secaría miles dehectáreas de bofedales en dondepastan 35 mil camélidos.

Canal de derivación de las aguas del Alto Pampas al río Ica

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sirve también como colector de aguas, y haalterado los caudales usuales de los riachue-los, lo que ha producido una paulatina dis-minución de los bofedales, secado los pas-tizales y generado un proceso de desertifi-cación en estas punas. A la fecha, esta si-tuación ha perjudicado seriamente la crian-za de alpacas —actividad económica tradi-cional de la zona—, forzando a los pobla-dores a migrar o a trabajar en las minas, en-tre otras actividades no deseadas.

En 2003 —rematando medio siglo deabuso e indiferencia gubernamental—, elProyecto Especial Tambo Ccaraccocha (Pe-tacc)1, que administra y mantiene la infra-estructura hidráulica del Proyecto Hidroe-nergético Choclococha, fue transferido alGobierno Regional de Ica (GORE-Ica)2, sinsiquiera consultar con el Gobierno Regio-nal de Huancavelica y contraviniendo lasleyes de descentralización, pues la mayorparte de la infraestructura y el canal dederivación se encuentran ubicados enHuancavelica.

El conflicto se actualizaEl actual conflicto entre las comunida-

des altoandinas del río Pampas y los agri-cultores de Ica surgió en 2006, cuando elgobierno central anunció su intención deampliar el área de recolección de aguas delProyecto Hidroenergético Choclococha víala ejecución del Proyecto Canal ColectorIngahuasi (también conocido como Pro-yecto Choclococha Desarrollado).

Esta intención fue legalizada ese mismoaño mediante el D.S. 039–2006–AG, que,en efecto, amplió la jurisdicción de la Agen-cia Técnica de Riego de Ica (ATDR-Ica)hasta abarcar la subcuenca del río Carhuan-cho, afluente del río Pampas e íntegramen-te ubicada en territorio de Huancavelica.

El nuevo proyecto pretende colectar lasaguas de las más de veinte subcuencas yseis lagunas que nacen en el complejomontañoso conocido como Cerro Palomo—ubicado en territorio de la Comunidadde Carhuancho—, derivarlas hasta la la-guna represada de Choclococha y, final-mente, trasvasarlas vía la construcción deun nuevo canal de 73 kilómetros, hacia elvalle de Ica.

La construcción de este canal, rodeandoel Cerro Palomo, impediría que el agua dis-curra hacia los valles altoandinos que lo cir-cundan, y secaría las miles de hectáreas debofedales y humedales en donde ahora pas-tan alrededor de 35 mil camélidos.

En busca de encontrar una alternativaque no los perjudique, pero que tambiénbeneficie a los agricultores del valle de Ica,la comunidad ha propuesto que las aguasse recolecten y trasvasen directamente delrío Carhuancho (hacia donde discurren fi-nalmente todas las aguas del Cerro Palo-mo), aguas abajo de la altiplanicie. Hasta elmomento, sin embargo, la propuesta ha sidorechazada por considerarse muy costosa.

La Comunidad de Choclococha tambiénse vería afectada, pues el proyecto consi-dera elevar en más de 12 metros de altura eldique principal de la laguna de Chocloco-cha, con el fin de aumentar su capacidadde 190 a 300 metros cúbicos. Esto elevaría

el espejo de agua, lo que dejaría inunda-das grandes extensiones de pastos y hu-medales de la comunidad, con el perjuicioeconómico consiguiente.

En ambos casos, los perjuicios ambien-tales sufridos por las comunidades mediosiglo atrás, se repetirían con prodigiosa si-militud, beneficiando al boom agroexporta-dor de Ica, que se basa en cultivos muydemandantes de agua (en especial, el espá-rrago), a costa de las necesidades de aguapara consumo humano, agricultura y gana-dería de las poblaciones de la cuenca alta ymedia del río Pampas, en Huancavelica.

En vista de los graves perjuicios señala-dos se generó una férrea oposición entre

La elevacióndel dique prin-cipal de lalaguna de Cho-clococha –quecontempla elproyecto– ele-varía el espejode agua, y conello se inunda-rían grandesextensiones depastos y hume-dales de lacomunidad deChoclococha.

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las comunidades del Alto Pampas para laejecución de este proyecto, pero en juliode 2007, el presidente Alan García anuncióque el Estado peruano construiría dichoproyecto «sí o sí», por ser de «interés na-cional».

Ayuda de afuera y de adentroAgotadas las gestiones ante diferentes

autoridades nacionales, sin resultado favo-rable, la Comunidad de Carhuancho deci-dió acudir a una instancia internacional: elTribunal Latinoamericano del Agua (TLA).

Para presentar su denuncia, la comuni-dad solicitó la asesoría legal de CEPES-Huan-cavelica y el apoyo técnico de la Mesa de

Gestión del Agua de Huancavelica (Meg-ah), la Coordinadora de Derechos Huma-nos de Ica (Codeh-Ica), el Centro Bartolo-mé de las Casas y el Proyecto Concerta-ción, instituciones todas que hicieron posi-ble —con su apoyo técnico, legal y econó-mico— que la comunidad pudiera exponersu caso en la ciudad de Guadalajara, Méxi-co, en la audiencia del 8 de octubre de 2007.

El fallo emitido por el TLA fue favorablea la Comunidad de Carhuancho y resolvió:«1. Responsabilizar al Proyecto EspecialTambo Ccaraccocha por la destrucción delsistema hídrico natural y de un ecosistemafundamental para la subsistencia de lascomunidades. 2. Censurar a las autorida-

des gubernamentales del Perú, de Ica y delProyecto Especial Tambo Ccaraccocha porla falta de compromiso en el cumplimientode sus obligaciones nacionales e interna-cionales y por sus acciones y omisionesen perjuicio de la vida, la salud y la natura-leza».

Asimismo, el fallo recomendó variasmedidas, siendo las más importantes: pa-ralizar de inmediato la obra de construc-ción del canal colector de Ingahuasi; cum-plir con lo estipulado en las normas inter-nacionales y nacionales en materia de con-sulta de comunidades indígenas; crearmecanismos de indemnización por los da-ños sufridos, y de retribución por los ser-vicios ambientales prestados; realizar unestudio de impacto ambiental con la parti-cipación de las comunidades afectadas;ejecutar medidas de mitigación de los efec-tos negativos causados sobre los ecosis-temas; revisar los decretos supremos 021-2003-VIVIENDA y 039-2006-AG con el finde adecuarlos a los compromisos interna-cionales suscritos por el Estado peruano;y elaborar e implementar el plan de gestiónintegral de la cuenca.

Pese a que los veredictos del TLA noson vinculantes para el Estado peruano, laparticipación de dicho tribunal en el con-flicto ha sido fundamental para iniciar unproceso de diálogo entre las regiones deIca y Huancavelica, pues el hecho de queun organismo internacional reconocieselos derechos de las comunidades campe-sinas a sus recursos naturales y a la con-sulta previa, llevó a las autoridades ique-ñas a cambiar de actitud.

Como producto de las reuniones entrelos miembros de las comisiones técnicasde Ica y Huancavelica para tratar de en-contrar soluciones armoniosas al conflic-to, el Proyecto Especial Tambo Ccaracco-cha (Petacc) se ha comprometido, en acuer-do firmado el 5 de junio de 2009, a formularel Programa de Adecuación y Manejo Am-biental (PAMA) del ámbito de la cuencadel río Ica-Alto Pampas para identificar ymitigar los impactos producidos por el Pro-yecto Hidroenergético Choclococha du-rante los años de su ejecución. En esteaspecto, constituye una de las primerasexperiencias de su tipo en el Perú.

Notas1 El río Ica se conoce como río Tambo en laparte alta de su cuenca.2 Mediante el D. S. 021-2003 VIVIENDA.

El Proyecto Hidroenergé-tico Choclococha ha cau-sado fuertes impactos so-ciales y ambientales,como la inundacion delantiguo pueblo de Choclo-cocha, que se aprecia a laespalda de los comuneros-de la foto, luego del retro-ceso de las aguas.

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Perú entre 1969 y 1975 fue un proceso complejo y que afectóen forma diferente las relaciones sociales y económicas enmuchos lugares del país. En este libro el autor busca dar unavisión viva de lo acontecido en aquellos años que cambiaronla historia de la agricultura nacional. En ese sentido, el libroreúne 50 entrevistas con personas que vivieron la reformaagraria desde distintas posiciones en la sociedad peruana:ideólogos, funcionarios, empresarios, agricultores, entre otros.

EMPLEO ALTERNATIVO EN EL PERÚ RURAL: UNCAMINO HACIA EL DESARROLLO. Pascale Phélinas.Instituto de Estudios Peruanos (IEP)/ Institut de re-cherche pour le développe-ment (IRD). Lima, octubre2009, 236 págs.El objetivo de este estudio es anali-zar el empleo en las áreas rurales.La temática se articula en torno a cin-co grandes cuestiones: la capacidadde la agricultura y la ganadería paraabsorber mano de obra; la existen-cia y la calidad de las oportunidadesde empleo alternativo; los factoresque explican el acceso preferencialde ciertos individuos o grupos de in-dividuos a los empleos más atracti-vos; la capacidad de las fuentes deingreso alternativas para mejorar el nivel de vida de las pobla-ciones más pobres; y la orientación deseable de las políticasde empleo para el área rural.

BOOM AGRÍCOLA Y PERSIS-TENCIA DE LA POBREZARURAL. ESTUDIO DE OCHOCASOS. Edit. José Grazianoda Silva, Sergio Gómez, Ro-drigo Castañeda. FAO. Italia,2009, 344 págs.La idea de realizar este trabajosurgió al observar cómo en losúltimos años se verificaba un cre-cimiento de la producción agro-pecuaria en la mayoría de paísesde la región («boom agrícola»),mientras que a la par se registra-ba una persistencia de la pobreza en las áreas rurales. Elestudio convoca a revalorizar el rol de la agricultura familiarcomo un sistema que otorga pro-tección a los campesinos más vul-nerables —en especial, en tiemposde crisis—, y destaca la importan-cia de una reconstrucción de lasinstituciones dedicadas a la inves-tigación y el desarrollo de la agri-cultura.

LA REFORMA AGRARIA PE-RUANA. Hernando GuerraGarcía Cueva. Lima, setiem-bre 2009, 352 págs.La reforma agraria que se dio en el

ionespublicacionespublicacionespublicacionespublicacionespublicaciones

AgriculturaCon la R.Jef. 963-2009-ANA (30 de dic.)la Autoridad Nacional del Agua dicta dis-posiciones relativas al pago de retribu-ciones económicas por el uso de aguasuperficial con fines agrarios y no agra-rios para el año 2010.

Mediante las RR.DD. 67 y 68-2009-AG-SENASA-AV (30 de dic.) se declaran comoáreas erradicadas de la mosca de la fru-ta a áreas agrícolas ubicadas en las re-giones Lambayeque, Arequipa e Ica.

A través de la R.Jef. 014-2010-ANA (16de ene.) la Autoridad Nacional del Aguaestablece el valor de la retribución eco-nómica por vertimiento de agua residualtratada para el año 2010.

La R.M. 078-2010-IN/1101 (17 de ene.)aprueba el Plan Anual de Reducción delEspacio Cocalero Ilegal en el Perú,2010.

AmbienteLa Resolución 211-2009-OS/CD (30 denov.) aprueba la tipificación de infraccio-

nes y la escala de multas y sancionespara las actividades de exploración y ex-plotación minera que no cuenten conestudios de impacto ambiental y autori-zaciones.

Mediante el D.S. 300-2009-EF (17 dedic.) se declara concluido el proceso detransferencia de funciones sectorialesen materia ambiental y de ordenamien-to territorial con 21 gobiernos regiona-les, y se aprueba una transferencia departidas.

El D.S. 023-2009-MINAM (17 de dic.)aprueba disposiciones para la imple-mentación de los estándares naciona-les de calidad ambiental (ECA) para elagua.

CongresoLa Ley 29453 (24 de nov.) autoriza al Mi-nisterio de Agricultura a financiar y eje-cutar proyectos de inversión y manteni-miento de infraestructura bajo la moda-lidad de núcleos ejecutores.

Se aprueba la Ley 29482 (19 de dic.),

Visite: www.cepes.org.pe/revista/agraria.htm

Normas legales Normas legales Normas legales Normas legalesLey de Promoción para el Desarrollo deActividades Productivas en Zonas Altoan-dinas.

La Ley 29483 (20 de dic.) declara denecesidad pública e interés nacional laejecución del Proyecto de Irrigación dela Margen Derecha del Río Tumbes.

La Ley 29453 (3 de ene.) autoriza alMinisterio de Agricultura a financiar y eje-cutar proyectos de inversión y manteni-miento de infraestructura bajo la moda-lidad de núcleos ejecutores.

Gobiernos regionalesLa Ordenanza 024-2009-REGIÓN ÁN-CASH/CR (28 de nov.) aprueba el PlanRegional de Desarrollo Forestal 2008-2021.

MineríaLa R.M. 009-2010-MEM/DM (13 de ene.)modifica la R.M. 304-2008-MEM/DM, queaprobó las normas que regulan el pro-ceso de participación ciudadana en elsubsector minero.

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ENERO de 2010 31

Agenda Interna para el TLC con la UEAnte el inminente cierre de las negociaciones del TLC con la UniónEuropea, Conveagro pidió al gobierno implementar, de manera in-mediata, la Agenda Interna Agraria y la definición de mecanismosque posibiliten lograr competitividad y rentabilidad en el campo.

Conveagro reconoce que el mercado europeo es el más importantepara la agroexportación peruana (42%), y señala que la sensibilidaddel proceso, a pesar de las cuotas y desgravación de aranceles acor-dados, puede causar impacto negativo en lácteos, aceite de oliva ycafé, por lo que estos productos deben tener atención prioritaria.

Señala que se deben adoptar medidas que destraben las exigen-cias sanitarias externas para que productos altoandinos y amazónicos,como el maíz gigante, el maíz morado, la quinua, los hongos, lasalcachofas, el yacón, el camu camu, el palmito, etc., puedan llegarcon ventaja al gran mercado europeo.

Europa permitirá el ingreso, desde Perú, de arroz, azúcar, bananoorgánico, frutas tropicales, lácteos, café, cacao, frejoles, alcachofas,espárragos, páprika, paltas, mangos, pimientos, mandarinas, acei-tunas y otras hortalizas, además de productos procesados.

Fuerza a regiones y gremiosEl fortalecimiento de los Conveagro regionales y de los gremios agra-rios, como actores principales en la búsqueda de alianzas con losgobiernos regionales y locales, así como la colocación en la agendaregional del tema agrario, es una de las tareas más importantes deConveagro.

El consejo directivo presidido por Federico León y León aprobó elplan de actividades 2010, que busca la promoción y difusión de pro-puestas y demandas técnicas y políticas para el agro. En ese sentido,el impulso a la mesa de diálogo con el gobierno para trabajar laAgenda Interna, así como la actualización de la Plataforma Agrariade Consenso, son tareas fundamentales.

Mistura 2010Productores agrarios del interior serán protagonistas de la feria degastronomía Mistura 2010, programada para setiembre próximo.Conveagro, en alianza con la Sociedad Peruana de Gastronomía y laAsociación de Productores Ecológicos, tienen la misión de organizar yconvocar, en coor-dinación con losgobiernos regio-nales, a lo mejor ymás representati-vo de la produc-ción regional.

Por lo pronto,se ha definido quela «estrella» delgran mercado serála papa, por lo que los gremios de productores de este tubérculonacional tienen un enorme reto. Conveagro viene trabajando con losgremios y gobiernos regionales a fin de garantizar la participaciónexitosa del agro en Mistura.

Estudio biodiéselCon el apoyo de Conveagro y Agriterra, la estudiante holandesaBaukje Bruinsma acaba de culminar el estudio «Producción debiodiésel de palma aceitera y jatropha en la Amazonía del Perú y el

impacto para la sostenibilidad»,una investigación para la Facultadde Ciencias Naturales y deMedioambiente de la OpenUniversiteit Nederland.

Baukje estuvo en el Perú duran-te cuatro meses del año pasado, ytrabajó en Ucayali y San Martín,donde recibió el apoyo de losConveagro regionales. El informese encuentra en la página web:www.conveagro.org.pe

Exoneraciones andinasUn análisis de la Ley 29482, realizado por el equipo técnico deCepes y Conveagro, norma que, vía exoneraciones tributarias, bus-ca promover el desarrollo agroindustrial en las zonas altoandinas,señala que es un gesto político del gobierno, que evidencia la situa-ción de abandono que caracteriza a gran parte de la sierra.

A pesar de advertir los riesgos del impacto de la norma —quebeneficiaría indirectamente a otros actores (comerciantes y tes-taferros) y no precisamente a los productores—, el análisissostiene que no solo se debe incentivar la agroindustria, sinotambién generar los mecanismos que hagan rentable y soste-nible esta actividad, a través de la infraestructura necesariaen carreteras, electricidad, agua y otras condiciones que ge-neran pequeñas y medianas inversiones. No se debe pensarque solo las grandes inversiones necesitan infraestructura.

El estudio señala que si el interés del gobierno es promo-ver la asociatividad para lograr la competitividad en el agro,es hora de prestar atención al Proyecto REPA de Conveagro,que promueve la asociatividad y la formalización.

Alianza Cocineros-Productores en feria Mistura.

Reynaldo Trinidad y Augusto Cornejo, de Conveagro, y César Romero, del Minag,revisaron con estudiantes de doctorado y maestría de la Universidad Agraria, LaMolina, las implicancias de los tratados comerciales en materia agropecuaria. Unbuen acercamiento.

César Dávila Veliz, presidente de la Asocia-ción de productores de Trigo, integra, en re-presentación de los gremios agrarios, la co-misión de evaluación de los proyectos delprograma Fondos Concursables del Minag.

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Observatorio: Tierra y DerechosUn sitio web que busca ser el ojo vigilante de todo lo que suceda

con las tierras rurales en el Perú

Desde hace ya dos décadas, en el Perúse han emitido decretos y leyes que pau-latinamente han permitido la desprotec-ción de las tierras comunales (Ver LRA107, especial «Concentración de tie-rras»). Y en los últimos dos años, el Eje-cutivo promulgó varios decretos legis-lativos que debilitaron aun más los de-rechos de las comunidades campesinasy pueblos nativos sobre sus tierras, sus-citando reacciones tan fuertes, que elCongreso se vio obligado a introducirmodificaciones en unos y derogar otros.

Todos estos cambios legales se danen el marco de un nuevo proceso de con-centración de la propiedad que está al-terando la faz del mundo rural y que seda a través de diversos mecanismoscomo el mercado de tierras, la conver-sión de las cooperativas agrarias azuca-reras en empresas privadas, los denun-cios y concesiones a las industrias ex-tractivas y la producción de biocombus-tibles, entre otros.

Cogidos de sorpresa y desinformados,los habitantes de comunidades campe-sinas y nativas ven violentar sus dere-chos casi en forma permanente, pues noes raro el caso, por ejemplo, en que lasconcesiones dadas a tal o cual empresade alguna industria extractiva se super-pongan a los derechos sobre territoriosde poblaciones nativas que los ocupanancestralmente. La exploración y explo-tación resultantes, muchas veces, son

realizadas sin consulta alguna y afectannegativamente la calidad de vida de lospobladores.

Precisamente, para tener un ojo vigi-lante en medio de un mundo que se havuelto tan cambiante, surge el observa-torio Tierra y Derechos, un sitio web(http://www.observatoriotierras.info/)

que busca constituirse en una herra-mienta útil para todos los interesadosen la problemática de los derechos so-bre la tierra de pequeños agricultores, yen especial para los perjudicados —ac-tuales o potenciales— en sus derechosde propiedad.

El sitio web, impulsado por Cepes, laInternational Land Coalition (ILC) y apo-yado por Oxfam-Intermon, forma partede un proyecto más amplio, que consis-te en realizar un seguimiento de los de-rechos sobre la tierra, particularmente,de las comunidades campesinas y pue-blos amazónicos, y diseñar y ejecutar ac-ciones de incidencia orientadas al res-peto a dichos derechos y a denunciarcuando son violados.

Así, el observatorio Tierra y Derechospone a disposición del interesado unabase de datos —actualizada diariamen-te— de normas y proyectos de ley, consus respectivos comentarios, informa-ción periodística —nacional y provin-cial— y documentos relacionados conlos derechos sobre la tierra en el Perú.

Por otra parte, a fin de facilitar la ubica-ción de información específica, la páginacuenta con buscadores organizados, in-cluso simultáneamente, por diversos ítems;así como con distintos enlaces web de or-ganizaciones nacionales e internacionalesdedicadas a la investigación o gestión delos derechos sobre la tierra.

Por último, el observatorio ofrecerá bre-ves artículos sobre los temas relevantesdel día, publicados en medios de comuni-cación, el boletín de normas del diario ElPeruano o la página web del Congreso; y,al finalizar cada mes, se promete un artícu-lo sesudo sobre el asunto de mayor tras-cendencia publicado en dicho periodo.

El sitio web forma parte de un pro-yecto más amplio, que busca ha-cer un seguimiento de los derechossobre la tierra y diseñar y ejecutaracciones de incidencia orientadasal respeto de dichos derechos y adenunciar sus violaciones.