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27/1/2016 La suerte del reloj - Le debemos tanto a la gente de mar- Cambio de Michoacan

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La suerte del reloj

Le debemos tanto a la gente de mar

Mircoles 27 de Enero de 2016Gonzalo Trinidad Valtierra

Hay un poema anglosajn del siglo XI que habla de un navegante, un poema sobre un hombre en desgracia. Dequ ms puede tratar la poesa si no de las vicisitudes de los seres humanos? Ahora, qu podra saberremotamente un hombre de tierra sobre la vida en los mares? Tenemos pelculas y documentales, antes se tenanlas novelas y los cuentos y mucho antes slo haba poemas. Pues este del que hablo, El navegante, es uno deesos poemas que podan transmitirle a un campesino o una cortesana la experiencia de vivir en el mar.

Los autores poco importan, o poco deberan importarnos lo esencial es la obra. Pues bien, el poema del quehablo tiene varias versiones, una de ellas de Ezra Pound y una en espaol, publicada por la Universidad de Chile,a cargo de Armando Roa Vial. Siempre hay una forma de acercarse lo ms posible al original.

Para quienes estamos en tierra el mar puede parecer una aventura anticuada, a lo mucho un pasatiempo

veraniego, un motivo para escapar de nuestra vida cotidiana pero es mucho ms que eso y por fortuna existe Elnavegante.

En las novelas de Conrad el mar es un personaje (el ms importante de todos) que muchas veces pasadesapercibido, quiz porque Conrad fue marinero y los lectores poco o nada sabemos de las olas, las corrientes,las estrellas y la navegacin, pero si nos ponemos en el lugar de esos personajes tal vez podamos percibir quehay algo sagrado en el mar, algo que nos atrae irremediablemente a su vientre.

Tambin estn las vidas de los piratas y corsarios que trazaron Rafael Bernal y Martn Luis Guzmn. Por qu losescritores sienten atraccin por el ocano?, se deber, quiero pensar, a la paz interior que el mar en calma puedetransmitir. Como sea, pocas cosas emocionan a un lector como una buena historia en altamar, me refiero a esaclase de lectores que busca los escenarios ms extraos donde las posibilidades del hombre se desplieguen,donde la podredumbre se desparrame a gusto y donde se pueda ver claramente la colisin de una vida con otra.El otro ambiente ideal sera el desierto.

En un momento del poema el autor de El navegante escribi: Ningn protector / puede brindar consuelo a unhombre desolado. Una sentencia que cada hombre debera examinar. Cierto o no, El navegante es un poemaque no debera pasar desapercibido. Han pasado siglos pero en este momento puede haber un hombre en el marsintiendo exactamente eso.

Que una cosa quede clara: el poema es slo una manera de alcanzar las profundidades de las humanasentraas. No es el mar ni es la vida como tal de un navegante en desgracia, el mar es una potencia inescrutableno hemos, hasta donde tengo entendido, alcanzado el abismo ocenico, como tampoco hemos descubierto lo quesubsiste en el fondo de la vida humana. Le hemos dado nombre: alma, espritu, conciencia. El poema es otrafuerza a escala humana y por esa razn es que no renunciamos a la poesa. Otro tanto hacen las narraciones paraconmovernos pero el mar y la literatura son cosas muy distintas. Qu los une entonces? El hombre.

Le debemos tanto a la gente de mar que sera imposible ser justos y retribuirle a esa estirpe todo lo que nos hadado. Yo esperara que tener en cuenta el trabajo de esos hombres fuera suficiente pero no lo es es sta una deesas deudas impagables, cada hombre la adquiere desde su nacimiento. Por eso, mientras estemos vivos, esrecomendable acercarnos a este poema para que as tengamos una idea, aunque sea muy tenue, de lo que es serun navegante.

Impreso el Mircoles 27 de Enero de 2016 desde dsl-189-233-253-140-dyn.prod-infinitum.com.mxConsulte esta informacin en lnea en: http://www.cambiodemichoacan.com.mx/editorial.php?id=12676

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