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La superación del capitalismo de la barbarie1 como condición para la vida
César Daniel Diego Chimal
Cuando luchamos por el medio ambiente
el primer elemento del medio ambiente se llama:
la felicidad humana
José Mújica
Cumbre Río +20
Introducción
La humanidad se enfrenta a una catástrofe civilizatoria nunca antes vista en la historia
moderna. Resultado del voraz y desastroso modo de acumulación capitalista, el punto de
quiebre entre la contradicción, acumulación infinita frente a recursos finitos, pone en riesgo
la capacidad de reproducción material de la vida humana en la Tierra, y al mismo tiempo, la
de la biota global en su conjunto. Por ello se hace inminente la necesidad de buscar soluciones
creativas, que no sólo sirvan para paliar la contradicción y perpetuar las relaciones de
dominación capitalistas, sino para posibilitar la bifurcación sistémica en la construcción de
otros mundos posibles.
Es por tal, que el presente ensayo busca en primera instancia comprender que dicha
dominación tiene como sustento material la racionalidad instrumental capitalista, la cual se
inserta como un proceso que vive y se reproduce por la humanidad, al insertar la explotación
y objetivación de la naturaleza como un bien mercantilizado por el capital, cuyo único valor
es adquirido al ser explotado por el hombre2. Después, se contextualizará el Colapso
Climático Antropogénico en curso, como un síntoma ocasionado por la crisis del sistema de
acumulación dominante, y en paralelo, por la élite que lo controla. Una contrariedad que
aunque busca con ahínco ser democratizada3 para argüir que se debe a la actividad humana,
1 Se retoma de Naomi Klein la idea de un capitalismo voraz y salvaje, expuesto en su libro Esto lo cambia todo,
El capitalismo contra el clima, donde muestra contundentemente las múltiples formas en que el capitalismo y
su irracionalidad ha erosionado y destruido el medio ambiente, y que pese a las diversas manifestaciones de la
catástrofe en curso, éste y las clases que lo comandan han intensificado el proceso de aniquilación ante la crisis
sistémica poniendo en riesgo la existencia de la vida sobre la Tierra. Cfr. Naomi Klein, Esto lo cambio todo, El
capitalismo contra el clima, Ediciones Paidos, 2015, pp. 704. 2 Con el propósito de visibilizar las relaciones de dominación existentes en el capitalismo, es necesario pensar
que la transversalidad de ellas se sustenta con la división entre clase, sexo y raza como un sentido de
superioridad. Así la propia dominación de la naturaleza es al mismo tiempo la dominación de éstas formas, pues
quien la lleva a cabo es el hombre, blanco, rico, cuya dominación del entorno natural posibilita la acumulación
capitalista. Así se entiende que para acumulación capitalista sólo algunas poseen la capacidad de explotación a
la naturaleza para continuar acumulando capital. 3 Ramón Grossfoguel plantea que el capitalismo ha trazado desde el inicio de su proyecto de dominación la
condicionalidad de dualidad, fundamentada en el pensamiento cartesiano del siglo XVII —ego cogito—. Para
concretar fases de extermino/epistemicidio desde el proceso de evangelización, civilización, desarrollo y
democratización de la sociedades. Así hoy la democratización transformada desde la óptica procedimental y de
representatividad es usada sólo en beneficio de las clases dominantes al generalizar problemas tan particulares
como las deudas, las crisis económicas y en este caso la catástrofe ambiental como si se tratase de problemas
comunes por los que las sociedades en su conjunto deben ser responsables. Cfr. Ramón Grosfoguel,
debe ser analizada como resultado del daño causado por la acción de las clases dominantes
en la búsqueda de sus propios intereses. En este punto, y con base en estudios científicos, se
identificará a los responsables de la debacle medioambiental en curso, y con ello, se
caracterizará la disyuntiva como una situación fundamentalmente de clase. Finalmente, el
trabajo busca retratar algunas propuestas embrionarias y en curso como posibles alternativas
para superar no sólo la crisis medioambiental en particular, sino al capitalismo y sus formas
de dominación en general.
Se enfatiza que la propuesta recoge de diversos campos de conocimiento la
explicación y contextualización de la problemática, pues para entender la crisis civilizatoria4
en curso, no basta comprenderla desde una sola arista, sino desde una perspectiva
multidimensional y de transversalidad, donde confluyan el diálogo entre saberes y
conocimientos científicos y sociales. Además de visualizar que las propuestas no pretenden
ser únicas y homogéneas, sino capaces de generar diálogos en torno a ellas. Así ante la
urgencia de pensar en nuevas construcciones económicas, políticas, sociales, psicológicas y
afectivas, que superen la línea abismal5 que ha trazado como muro el capitalismo, la
humanidad, por lo tanto, debe tomar partida entre el camino de la vida o la muerte. En este
sentido, es necesario partir sobre cómo la racionalidad capitalista ha sumergido a la
naturaleza en una lógica de sobreexplotación.
Subsunción6 de la naturaleza y racionalidad ambiental
Como punto de partida, hay que considerar que desde la existencia primitiva de los seres
humanos en la faz de la Tierra, la naturaleza ha sido utilizada y transformada en beneficio y
como ayuda para facilitar la vida. No obstante, la naturaleza y la humanidad convivían en
ciclos biosistémicos de reproducción y regeneración. Los primeros humanos no se percibían
como ajenos a ese medio, podían cazar y ser cazados, comer y ser comidos, y su participación
era como la de cualquier otra especie. Sin embargo, una vez colocados como especie
dominante la condición de existencia se ha transformado, pero ahora no en un sentido general
Racismo/sexismoepistémico, universidades occidentalizadas y los cuatro genocidios/epistemicidios del largo
siglo XVI, Bogotá. Colombia, Tabula Rasa, 2013, pp. 31-58. 4 Armando Bartra describe la crisis civilizatoria de la siguiente manera; “El mundo atraviesa por una crisis
múltiple y unitaria cuyas sucesivas, paralelas o entreveradas manifestaciones configuran un periodo histórico
de inédita turbulencia. Lo nuevo de la Gran crisis radica en la pluralidad de dimensiones que la conforman;
emergencias globales mayores que devienen críticas precisamente por su origen común y convergencia: Crisis
medioambiental, crisis energética, crisis alimentaria, crisis migratoria, crisis bélica y crisis económica.” en
Armando Bartra, “La Gran Crisis”, Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, 2009, vol. 15, No. 2,
mayo-agosto. 5 Cfr. Boaventura de Souza Santos, Descolonizar el saber, reinventar el poder, Uruguay, Ediciones Trilce,
2010, pp. 29-62. 6 El concepto de subsunción real es retomado del marxismo para explicar el proceso que sufre el trabajo a lógica
de acumulación del capital. De allí se extrapola para considerar que la naturaleza y lo que se contiene en ella
sigue un mismo camino bajo una lógica de depredación y acumulación infinita, que subyuga lo natural al capital.
“la naturaleza es cosificada, desnaturalizada de su complejidad ecológica y convertida en materia prima de un
proceso económico; los recursos naturales se vuelven simples objetos para la explotación del capital”, Enrique
Leff, “La geopolítica de la diversidad y el desarrollo sustentable”, Revista del Observatorio Social de América
Latina, No. 17, Buenos Aires, p. 264, en Ignacio Sabbatella, Crisis ecológica y subsunción real de la naturaleza
al capital, Buenos Aires, Instituto Gino Germani, 2009, p. 74.
sino a partir de relaciones de poder. En efecto, existen cosmovisiones que entienden a la
naturaleza no como un bien sino como sustento material de la vida, mientras el pensamiento
capitalista de dominación y colonial ha buscado fragmentar y separar dicha significación. El
modo de reproducción actual ha subordinado a la naturaleza al proceso de acumulación,
dictada por las élites dominantes que se perciben fueran de los ciclos naturales.
Aunque no puede negarse que existe un valor de uso para lo existente en su estado
natural, lo que se busca demostrar es que con el capitalismo y su desarrollo histórico ha
realizado un proceso de subsunción a la materialidad, incluyendo a la naturaleza. Dicha
perspectiva ha logrado acaparar los términos del actual debate, generalizando la poca
capacidad analítica que parte de conceptos construidos bajo una lógica de mercado, al
categorizar el estado existente de las cosas. Llamar recurso natural7 o capital natural a los
ríos, bosques, lagos, o a cualquier bien, es modificar de inmediato su sentido como algo más
que sólo un recurso para la acumulación capitalista. Por ello, el primer paso es transgredir
dicha separación de la humanidad y la naturaleza, como si se tratase de ciclos diferenciados
y cuya relación no es otra que la explotación.
Dicha separación parte de la lógica cartesiana sujeto-objeto, que impide observar a la
humanidad como parte de los ciclos biosistémicos, y que la ubica en la punta piramidal de
todas las especies, determinando que las vidas ajenas sólo valen en función de la existencia
humana. Empero, ello es atravesado por las lógicas de dominación capitalista, pues no es
toda la humanidad la que se coloca como capaz de explotar los bienes naturales, sino el
pequeño grupo que controla el proceso de acumulación, y que a través del tiempo ha
transformado las formas pero no así los objetivos. Desde el mercantilismo al neoliberalismo,
la lógica dominante divide a quiénes pueden explotar entre quiénes pueden ser explotados.
Pasando por designios divinos hasta la capacidad tecnológica, las clases dominantes han
construido una estructura que los ubica como los poseedores de lo natural, y que naturaliza
esa relación de poder, sustentados en una racionalidad instrumental.
Así, por ejemplo, la conquista y exterminio de las tierras del norte del continente
americano por los protestantes ingleses evidencia lo anterior. John Cotton, ministro de la
Nueva Inglaterra profesaba;
Donde hay un lugar vacío, existe la libertad para los hijos de Adán y de Noé de llegar y
habitarlo, aunque no lo compren ni pidan permiso para ello […] Desde luego, ninguna
nación tiene el derecho de expulsar otra, sino es por un designio especial del Cielo […] a
menos que los nativos obraran injustamente con ella […] En ese caso tendrán derecho a
entablar legalmente una guerra con ellos y a someterlos a ella.8
Como se observa, dicha visión contiene una gran cantidad de elementos que permiten
entender la lógica de dominación y acumulación. Las clases dominantes se han propuesto
sobrepasar los “obstáculos” que se lo impidan, los pueblos que yacen ahí, la tierra que aún
no es explotada. Para ello, cualquier medio es justificado si el fin permite seguir acumulando,
7 Claude Raffestin, Por una geografía del poder, México, El Colegio de Michoacán, 2011, pp. 158-167. 8 John Cotton, “El “Derecho Divino” a ocupar la tierra (1630)”, en EUA, Documentos de su historia política I,
México, Instituto Mora, 1988, pp. 31-32.
ningún sacrificio humano o natural es suficiente para impedir que la locomotora de la historia,
como expresó Walter Benjamín, continúe su vertiginoso trayecto9. Así la subsunción de la
naturaleza ocurre en cada espacio en que ésta adquiere un fin estratégico para la reproducción
capitalista. Su sentido no es otro que permitir se continúe acumulando, el precio se fija en
función de la importancia que adquiere para el capital, no sólo el bien, sino todo el proceso
que lo rodea.
Con base en los anterior, la naturaleza es la base material que permite la reproducción
sistémica, sus recursos son la sangre por lo que la extracción es una sangría en el cuerpo
metabólico, sin sangre ¿qué permitirá la acumulación? Sin embargo, la lógica dominante ha
logrado incluso financiarizar y mercantilizar la posible escases, pero no así, los efectos de
ella. Los cuales son catalogados por la clase dominante como externalidades negativas pero
que en realidad muestran la sintomatológica de la grave enfermedad de la crisis sistémica.
Ante la subsunción de la naturaleza por el capital, es necesario anteponer y partir de
una racionalidad ambiental, que complete el ciclo de reproducción de la vida, donde se
contemple que el humano no es más que otra especie, y que el exterminio, pone en
predicamento su propia existencia. Por tal razón, es fundamental entender que dentro de la
lógica de acumulación capitalista el cambio de racionalidad y de usufructo de la naturaleza
no puede darse. Es el actual modo de producción el que ha subsumido el estado natural de
las cosas, recrudecido las prácticas extractivas y exterminado a cualquier sentido, saber,
conocimiento o cosmovisión que se oponga a su trayecto plagado de esquelas. Jorge
Beinstein menciona que “las elites imperiales y sus lumpenburguesías satélites "necesitan"
superexplotar hasta el exterminio recursos naturales y mercados periféricos para sostener las
tasas de ganancia de su decadente sistema productivo-financiero.10”
La conversión de la naturaleza en objetos de trabajo y de sus productos en mercancías y el
intercambio generalizado entre estos productos en función de su valor –del tiempo de
trabajo socialmente necesario- no es un simple presupuesto filosófico materialista, ni es el
resultado de una dialéctica del proceso laboral de la historia humana en general. […] la
unificación del mundo se produce, no como la unidad ontológica entre lo natural y lo social,
sino como el efecto de la articulación de los procesos naturales en el proceso de producción
de valor y plusvalor.11
Si la muerte es inherente al sistema hegemónico a través de procesos como la guerra, el
ecocidio es un rasgo fundamental de las relaciones de dominación, matando la vida y lo que
vive en la búsqueda de la ganancia. Para superar la debacle medioambiental, es urgente
pensar en estructuras fuera del capitalismo e incorporar una racionalidad ambiental que
permita entender que el problema es provocado por la voracidad de acumulación infinita y
9 Antoni Jesús Aguiló, Walter Benjamín: ¿abismo a revolución?, Rebelión, 2012, Dirección URL;
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=146411 10 Jorge Beinstein, América Latina en la dinámica de la guerra global, Rebelión, 2015, Dirección URL;
http://www.rebelion.org/noticias/2015/3/196633.pdf 11 Enrique Leff, Ecología y capital, Racionalidad ambiental, democracia participativa y desarrollo sustentable,
México, Siglo XXI Editores, 1986, p. 133.
no por la actividad humana en general, y que retrate la magnitud del problema a través de sus
graves afectaciones.
Colapso Climático Antropogénico. El estado antinatural de las cosas
Los riesgos a la continuidad de la existencia humana son cada vez más palpables para todo
el mundo, la creciente y aparente “concientización” discutida cada vez más en foros
multilaterales demuestra la disyuntiva entre perpetuar la acumulación y perpetuar la vida.
Pese a ello, parece que la primera sigue sobreponiéndose a la segunda. Es por ello, que el
primer objetivo es demostrar la peligrosidad de la debacle en curso, no como un problema
más del que el capitalismo encontrará solución dentro de sus propios márgenes, sino como
una condición del fin del mismo. Se busca romper con el cerco de información que pretende
no difundirse entre los afectados, y que posibilitaría la toma de conciencia ante una
problemática que puede terminar con todo. Posteriormente, se sustentará que dicha situación
no es provocada por la humanidad en general, como busca extrapolarse, y que tiene como
objetivo culpabilizar y responsabilizar el problema como un bien común, sino que se trata
profundamente de un sentido de clase. El colapso en curso, es el momento idóneo para la
unidad global de las clases subalternas anticapitalistas y antiimperialistas, que de no
intervenir habrán de ser aniquiladas por aquellas que controlan la reproducción sistémica.
Es por tal que desde la conceptualización se debe referir como Colapso Climático
Antropogénico (CCA) y no como “cambio climático” al problema, pues como se ha
referenciado antes la correcta utilización de conceptos que denoten la gravedad de la
situación es primordial para sobrepasar las lógicas argumentativas desde las instituciones de
poder. John Saxe Fernández menciona que “sólo desde un enfoque interdisciplinario, […] en
diálogo entre las ciencias naturales, las humanidades y las ciencias sociales, es posible lograr
la precisión necesaria para determinar ¿qué hacer? Ese es un enfoque necesario en lo
atmosférico, geofísico y biológico y en lo que atañe a la historia, la economía política y la
sociología.12” Tal y como diversos estudios científicos basados en modelos computarizados
en múltiples ámbitos demuestran, los efectos provocados por el creciente aumento en la
temperatura media global, y cuyas afectaciones son una amenaza real a la vida denotan las
condiciones que podrían existir en la Tierra de no hacerse nada para contrarrestar dicha
disyuntiva.
Se afirma que el colapso en curso está evidenciado por los innumerables efectos
visibles de la catástrofe. No puede negarse que los cambios que ocurren en la actualidad no
son producto de modificaciones naturales del ambiente, sino resultado de la huella y actividad
humana. Noami Oreskes menciona que; “El consenso científico podría, por supuesto, estar
equivocado. Si la historia de la ciencia enseña algo, es humildad, y nadie puede ser culpado
por no actuar sobre lo desconocido. Pero nuestros nietos seguramente nos culparán si
12 John Saxe Fernández, “Hacia un colapso climático antropogénico I”, en La Jornada, México, Opinión, 3 de
septiembre de 2015, Dirección URL; http://www.jornada.unam.mx/2015/09/03/opinion/028a1eco
descubren que entendimos la realidad del cambio climático antropogénico y no hicimos nada
al respecto.13”
A continuación se mostrarán cuatro de las más graves realidades en curso, el
incremento de la temperatura media global, el deshielo de los casquetes polares en el Ártico,
el incremento en el nivel medio de los océanos, y la extinción masiva de especies. Los cuales
muestran la incapacidad de reproducción material de la vida en un sistema altamente
destructivo.
a) Incremento de la temperatura media global
El incremento de la temperatura es ocasionado por la alta emisión de Gases de Efecto
Invernadero (GEI) a la atmósfera, punto clave para contextualizar el problema como
inherente al capitalismo. Desde la intensificación de la producción en masa cuyo punto de
partida es la Revolución Industrial, y la creciente explotación de recursos –particularmente
fósiles– la emisión de GEI se ha disparado, y la concentración de partículas por millón de
CO2 (ppm)14 ha superado el límite estipulado como “seguro” (400 ppm) ocasionando que sus
efectos se hayan generalizado a todos los rincones del mundo. Aun cuando algunas voces del
discurso hegemónico –con intereses de clase– llaman a que los cambios atmosféricos son
normales como un proceso de reajuste biocéntrico de la Tierra, los datos duros refutan que
las condiciones previas se hayan modificado en lapsos tan cortos de tiempo si se contempla
la long durée de las eras geológicas.
13 Noami Oreskes, The Scientific Consensus on Climate Change, Unites States, Science, 2004, Dirección URL;
http://science.sciencemag.org/content/306/5702/1686.full 14 “El dióxido de carbono es uno de los gases más comunes e importantes en el sistema atmósfera-océano-
Tierra, es el más importante GEI asociado a actividades humanas y el segundo gas más importante en el
calentamiento global después del vapor de agua. Este gas tiene fuentes antropogénicas y naturales. Dentro del
ciclo natural del carbono, el CO2 juega un rol principal en un gran número de procesos biológicos. En relación
a las actividades humanas el CO2 se emite principalmente, por el consumo de combustibles fósiles (carbón,
petróleo, gas natural y sus derivados) así como leña para generar energía, por la tala y la quema de bosques.”
Henry Oswaldo Benavides, Gloria Esperanza León, Información técnica sobre Gases de Efecto Invernadero y
el Cambio Climático, IDEAM, 2007, p. 36.
Gráfica 1
PPM de CO2 en la atmósfera durante las eras geológicas
Fuente: Laurie J. Schmidt, Satellite data confirm annual carbon dioxide minimum above 400 ppm, United
States, NASA’s Jet Propulsion Laboratory, 2017, Dirección URL;
https://climate.nasa.gov/news/2535/satellite-data-confirm-annual-carbon-dioxide-minimum-above-400-ppm/
Lo único cierto es que los efectos son de alcance global, pues aunque los mayores emisores
de GEI pueden identificarse con base en sus industrias –como se verá más adelante– los
efectos sobrepasan las fronteras. Afectando en mayor grado a quiénes poseen menor
capacidad para hacer frente a ellos. El siguiente mapa mostrará la concentración de ppm de
CO2 a escala global. Prácticamente el mundo se encuentra saturado, pero no por ello, el
mundo es responsable de la catástrofe. Invisibilizar a los culpables es parte de la lógica de
acumulación del capitalismo.
Mapa 1
Concentración de CO2 a escala global
Fuente: NASA, Carbon Dioxide, United States, Atmospheric Infrared Sounder, 2017, Dirección URL;
https://climate.nasa.gov/interactives/climate-time-machine
Desde el año de 1880 hasta el 2016 –el cuál fue catalogado como el más caluroso de la
historia– la temperatura media global ha aumentado en 0.8°C. La siguiente gráfica muestra
dicha elevación a un ritmo cada vez más preocupante. A partir de 1950 la tasa promedio de
incremento se ha acelerado, de acuerdo con el Panel Intergubernamental de Cambio
Climático (IPCC) la tasa promedio de aumento de temperatura en los últimos 50 años fue de
0.128°C (0.026°C por decenio) lo que representa casi el doble de la tasa promedio de los 100
años anteriores (1850–1950) de 0.074°C.15
Gráfica 2
Incremento de la temperatura media global 1880-2016
Fuente: James Hansen, Makiko Sato, A better graph, United States, Earth Institute, 2016, Dirección URL;
http://csas.ei.columbia.edu/2016/09/26/a-better-graph/
El aumento de la temperatura dinamitará una secuela de efectos cada vez más palpables, y
limitará cualquier capacidad de reacción a largo plazo. El IPCC contempló que el límite para
no poner en riesgo los ciclos naturales es de 1.5° C respecto a los niveles preindustriales, lo
que se materializó en el laxo y flojo Acuerdo de París, y que sin embargo, no está ni cerca de
la ruta que siguen actualmente las emisiones de GEI. James Hansen presentó ante la Corte
del distrito de Oregón, en apoyo a un juicio por jóvenes y niños preocupados por su futuro,
la siguiente analogía;
15 IPCC–ONU, Temperaturas promedio mundiales [en línea], IPCC, 2007, Dirección URL;
https://www.ipcc.ch/publications_and_data/ar4/wg1/es/tssts–3–1–1.html
El desequilibrio de energía de la Tierra ahora promedia alrededor de 0.6 Watts/m2
promediados sobre el todo el planeta, pero no estoy seguro si esto transmite a la Corte la
escala de lo que está sucediendo. Yo puedo notar que el excedente de energía total es de
300 billones [trillones en la cita original] de joules por segundo, pero ese gran número puede
seguir siendo insuficientemente evocador. En consecuencia, puede ser más útil observar, y
con igualdad validez, que el desequilibrio de energía de la Tierra es equivalente a explotar
más de 400,000 bombas atómicas como la de Hiroshima cada día, por 365 días por año. Esa
es la cantidad de energía extra que la Tierra está ganando ahora cada día debido a nuestro
uso de la atmósfera como basurero de nuestra contaminación de carbono.16
La cifra y comparación no tiene otro calificativo que catastrófico, pero para posibilitar la
reacción es necesario comprender la magnitud de lo que ocurre.
b) Deshielo de los casquetes polares en el Ártico
Consecuencia del incremento en la temperatura media global, el deshielo de los casquetes
polares ha ocurrido también de forma acelerada. No se trata sólo de la pérdida de dicho
recurso y del ecosistema que alberga, sino de la compleja relación que tiene éste en muchas
de las funciones vitales del planeta. En primer lugar, se puede mencionar el llamado efecto
albedo, que consiste en la capacidad de reflexión de la luz solar por el hielo del Ártico, sin
hielo, existe una mayor cantidad de energía –como la descrita por Hansen– difuminada en la
Tierra. Además se provocarían cambios en los patrones de circulación atmosférica, que
pueden alterar los ciclos meteorológicos favoreciendo las condiciones para agudizar
fenómenos, que cada vez son menos naturales, como huracanes, ciclones o tormentas
tropicales.
Esto ha provocado que el espesor del hielo en el Ártico disminuyera hasta en un 65%
entre 1975 y 2012 alcanzando mínimos históricos. Tan sólo en Groenlandia se perdió un
promedio de 375,000 millones de toneladas de hielo por año entre 2011 y 2014, una tasa de
casi el doble de lo ocurrido entre 2003 y 2008. Ello ha llevado a proyectar por parte de la
organización Snow, Water, Ice, Permafrost in the Arctic (SWIPA) que para el año 2040 la
zona estará libre de hielo marino durante el verano17. El siguiente mapa muestra gráficamente
lo ocurrido en el Ártico.
16 James Hansen, Declaration of Dr. James E. Hansen, United States, Columbia University, 2015, Dirección
URL;
http://www.columbia.edu/~jeh1/mailings/2015/20150812_FINAL_HANSEN_DEC_FOR_US_DISTRICT_O
REGON_9pm.pdf 17 S/A, The thawing Arctic threatens an environmental catastrophe, Kirkenes, The Economist, 2017, Dirección
URL; https://www.economist.com/news/briefing/21721364-commercial-opportunities-are-vastly-outweighed-
damage-climate-thawing-arctic
Mapa 2
Deshielo del Ártico
Fuente: S/A, The thawing Arctic threatens an environmental catastrophe, Kirkenes, The Economist, 2017,
Dirección URL; https://www.economist.com/news/briefing/21721364-commercial-opportunities-are-vastly-
outweighed-damage-climate-thawing-arctic
Por último y de mayor gravedad los datos científicos muestran el posible deshielo del
permafrost18 cuyos efectos serían de una índole mucho mayor. Esto provocaría un incremento
hasta en un 20% del óxido nitroso (N2O), GEI cuya equivalencia es de 310 veces más efectivo
que el CO2 en la absorción de calor. Si consideramos que en la actualidad este gas representa
apenas el 6% de los GEI arrojados a la atmósfera, su incremento exponencial recrudecería
los niveles antes descritos.
Pese al infinito daño, el capitalismo ha mostrado su cara más agresiva, que demuestra
que la lucha no es por reformar las legislaciones y acuerdos sobre la emisión de GEI sino una
verdadera batalla por la vida. Ante la gravedad, las clases dominantes, hacedoras y
responsables de lo descrito, han lanzado una nueva ofensiva ante los recursos que serán
expuestos por el deshielo –principalmente fósiles– y por el control de las nuevas rutas
18 Por permafrost se refiere a una capa u horizonte de suelo permanentemente congelado por dos o más años
consecutivos, con agua insuficiente como para formar cristales de hielo fácilmente visibles, un espesor de 5 cm
o más (hasta 1.5 km) y normalmente situada bajo la capa del suelo visible. No es hielo, es suelo congelado.
Andrés Rodríguez, ¿Por qué el permafrost puede ser la gran amenaza del cambio climático en los próximos
años?, Xataka, 2017, Dirección URL; https://www.xataka.com/ecologia-y-naturaleza/por-que-el-permafrost-
puede-ser-la-gran-amenaza-del-cambio-climatico-en-los-proximos-anos
comerciales que les abaratarán los costos de transportación en la búsqueda del mantenimiento
de la tasa de ganancia y la acumulación.
c) Incremento en el nivel medio de los océanos
Como efecto natural de los factores anteriores, el incremento en el nivel medio de los océanos
ha sufrido el mismo resultado. La subida del nivel de los mares no es un problema menor, ya
que pone en riesgo a una gran cantidad de población que vive cerca de litorales, en lugares
con poca altitud respecto del nivel del mar, y en especial, a los Estados insulares ya que los
efectos pueden provocar incluso su desaparición. Los mares sufren un doble proceso de
aniquilación, pues la sociedad de alto consumo se ha encargado de sobreexplotarlos y
contaminarlos indiscriminadamente. Los GEI que se disipan sobre la superficie marina han
modificado la salinidad y la acidificación de ellos –los mares absorben hasta el 90% del calor
disipado sobre la Tierra– ocasionando la modificación en las corrientes marinas y afectando,
en última instancia, a las miles de especies que viven ahí. El planeta azul cada vez se torna
más gris ante la actividad capitalista.
De acuerdo con la Union of concerned scientists de 1880 al 2009 el nivel medio del
mar se ha incrementado hasta en 8 centímetros. Lo más preocupante es el acelerado ritmo en
recientes años, entre 1993 y 2008 el incremento en la tasa de elevación ha sido de entre 65%
y 90% más rápido que lo ocurrido durante todo el siglo XX19. La Agency National of
Aeronautic and Space (NASA) con base en la medición de sus satélites confirma que desde
1993 el incremento ocurre a un ritmo de 3.4 milímetros por año20. La siguiente gráfica
muestra el ritmo sostenido de incremento desde que los primeros GEI emitidos durante la
Revolución Industrial comenzaron a repercutir sobre el ecosistema marino y la temperatura
terrestre.
Gráfica 3
19 Union of Concerned Scientist, Causes of sea level rise: What the science tells us (2013), United States, Union
of Concerned, 2013, Dirección URL; http://www.ucsusa.org/global-warming/science-and-
impacts/impacts/causes-of-sea-level-rise.html#.WiYc30ribIU 20 NASA, Sea level, United States, NASA, 2017, Dirección URL; https://climate.nasa.gov/vital-signs/sea-level/
Incremento del nivel de los océanos desde 1880
Fuente: Rebecca Lindsey, Climate Change: Global sea level, Unites States, Climate.gob, 2017, Dirección
URL; https://www.climate.gov/news-features/understanding-climate/climate-change-global-sea-level
La intensificación de fenómenos naturales como huracanes, ciclones o tormentas que tienen
efectos catastróficos para la población que los padece, aunque no así para el capital que los
provoca y se beneficia de ellos, es un llamado de atención sobre la inviabilidad de continuar
con las lógicas de acumulación imperantes. Tratar de disipar la atención de este tipo de
fenómenos no oculta su gravedad para las sociedades que son víctimas de ellos. Naomi Klein,
tomando como referencia el Huracán Harvey, que afectó al estado de Texas en la unión
americana dijo;
Ahora es el momento de hablar sobre el cambio climático y todas las demás injusticias
sistémicas –desde realizar detenciones e interrogatorios basados en el perfil racial hasta la
austeridad económica– que transforman desastres como Harvey en catástrofes humanas.
[…] oirán muy poco […] acerca de porqué estos eventos climáticos sin precedentes
históricos ocurren con tanta regularidad, que decir histórico ya se volvió un cliché
meteorológico. […] esto, nos dicen, es porque se busca no politizar una tragedia humana
que todavía está en desarrollo, lo cual es comprensible, pero aquí está el detalle: cada vez
que hacemos como que un suceso meteorológico nos llega de la nada, como alguna acción
de Dios que nadie pudo predecir, los reporteros toman una decisión extremadamente
política. Es la determinación de no herir sentimientos y evitar la controversia, a costa de la
verdad, por más difícil que sea.21
21 Noami Klein, Harvey no salió de la nada, México, La Jornada, 2017, [Traducción de Tania Molina Ramírez],
Dirección URL; http://www.jornada.unam.mx/2017/09/02/opinion/032a1soc
El cerco informático de los medios hegemónicos del capital sobre un tema de tal gravedad
tiene como finalidad impedir la organización social, que ataque de fondo y no sólo de forma
el problema. Las proyecciones no son nada favorables. Al ritmo actual del derretimiento de
los hielos en Groenlandia se ocasionaría el incremento hasta en 3 metros de las superficies
marinas, y si estos llegaran a desvanecerse por completo, el incremento sería de entre 5 y 7
metros22. Ello provocaría la desaparición completa de zonas que se encuentran pobladas en
diversos Estados. James Hansen mostró en su investigación, con base en la altitud media y
el incremento de 6 metros de dicho escenario, una proyección para América del Norte,
Europa, Asia Central y Asia del Este de lo que ocurriría.
Mapa 3
Territorios amenazados por el incremento de los océanos
Fuente: Climate Science, Awareness, and Solutions, Earth Institute, Columbia University 2015, James Hansen,
Declaration of Dr. James E. Hansen in Support of Plaintiffs’ Complaint for Declaratory and Injunctive Relief,
2015, Dirección URL;
https://static1.squarespace.com/static/571d109b04426270152febe0/t/575add184c2f8523de7287dd/146557265
0594/15.08.12.HansenExpertDecSupportingYouth.pdf
Finalmente en adición a los anterior, cada año en Estados Unidos ocurren en promedio 26
inundaciones graves, fruto del incremento en el nivel medio de precipitación o por el paso de
22 Center for Remote Sensing of Ice Sheets, en NASA, Sea level, United States, NASA, Dirección URL;
https://climate.nasa.gov/interactives/climate-time-machine
los fenómenos antes mencionados. Se calcula que para el año 2035 cerca de 170 comunidades
tendrán este problema, para el año 2060 podrían llegar a ser 270 comunidades, y para el 2100
serían 490. Aun cuando se implementara el Acuerdo de París de forma inmediata, sus nulos
alcances darían una cifra de 380 comunidades afectadas durante el siglo XXI23: De igual
magnitud sería la catástrofe en el resto del mundo, cuyos habitantes con menor capacidad
para hacer frente a este problema verían degradada su forma de vida considerablemente.
d) Extinción masiva de especies
La especie humana, y en particular quienes explotan la naturaleza, se están encargando de
destruirse y aniquilar a otras especies que habitan la Tierra. Aquí se pone de manifiesto la
existencia ética que debería tener cualquier presencia, no se puede poner en predicamento la
reproducción de la vida en general por el beneficio particular. El desequilibrio provocado por
el afán de sobreexplotación es una actividad irracional, que conduce a una catástrofe sin
retorno. Pensar en una sexta extinción masiva en curso es ubicar la realidad, que ya ocurre
en la materialidad de la biota global y que muestra nuevamente que el afán capitalista no
detendrá su camino de muerte en la búsqueda de su ganancia relativa. Diversos estudios
confirman lo anterior, Richard Leaky y Roger Lewin señalan que;
“El Homo sapiens no es, evidentemente, la primera criatura viva que produce un impacto
espectacular en la biota de la Tierra. […] Pero el cambio no lo forjó una sola especie sensible
que conscientemente fuera en pos de sus objetivos materiales, sino incontables especies
insensibles que, colectiva e inconscientemente, abrían nuevos senderos metabólicos. […]
Succionamos nuestro sostén y nuestro mantenimiento del resto de la naturaleza de un modo
sin parangón en la historia del mundo, reduciendo sus dones mientras aumentan los
nuestros. Somos, como ha dicho Edward Wilson, «una anormalidad ambiental». Las
anormalidades no duran eternamente; al final desaparecen.24”
Los autores de la citada investigación remarcan que existen tres grandes formas en que la
humanidad pone en peligro la existencia de otras especies. La primera es la caza intensiva,
que ya ha ocasionado la desaparición de algunas de ellas. La segunda, es la introducción de
especies foráneas a ecosistemas nuevos, que provoca un desajuste y puede conducir al mismo
punto. Ambas muestran, aunque con un sentido menor de destrucción, que el rastro
antropogénico es la característica del fenómeno descrito. Sin embargo, la última dará luz a
que además se trata de un proceso íntimamente ligado a una concepción de racionalidad
económica y de explotación capitalista. “La tercera y más importante forma de poner en
peligro otras especies es destruir y fragmentar hábitats.25” Ahí no sólo interfiere la humanidad
en lo abstracto sino el capital y sus proyectos extractivos en lo concreto.
23 Union of Concerned of Scientisit, When Rising Seas Hit Home: Hard Choices Ahead for Hundreds of US
Coastal Communities, United States, Union of Concerned of Scientist, 2017, Dirección URL;
http://www.ucsusa.org/global-warming/global-warming-impacts/when-rising-seas-hit-home-chronic-
inundation-from-sea-level-rise#.WiYcl0ribIU 24 Richard Leakey, Roger Lewin, La sexta extinción. El futuro de la vida y de la humanidad, España, Metatemas,
1997, p. 153. 25 Ibídem, p. 154.
Por su parte un estudio realizado por diversos especialistas en la materia como
Gerardo Ceballos, Paul R. Ehrlich, Anthony D. Barnosky, Andrés García, Robert M. Pringle
y Todd M. Palmer, tomó como base una estimación que determinaba había 2 extinciones de
mamíferos por cada 10,000 especies cada 100 años (2E/MSY) y utilizándola como tasa de
fondo se comparó con el creciente ritmo de extinción de especies. Los resultados son
abrumantes.
Entre los taxones de vertebrados evaluados por la Unión Internacional de Conservación de
la Naturaleza (UICN), se han documentado 338 extinciones desde 1500 [como] "extinto"
(EX). Otras 279 especies se han convertido en "extintas en la naturaleza" (EW por su siglas
en inglés) o en una lista como "posiblemente extinguidas" (PE), totalizando 617 especies
de vertebrados sumadas en las tres categorías. La mayoría de las extinciones se han
producido en los últimos 114 años (es decir desde 1900). Nuestro estimado "altamente
conservador" (es decir, usando datos para especies EX solamente) y "conservador" (es decir,
incluyendo EX, EW y PE) [muestran que] las tasas de extinción modernas para vertebrados
variaron entre 8 y 100 veces más que la tasa de fondo. Esto significa, por ejemplo, que bajo
la tasa de fondo, se habrían esperado 9 extinciones de vertebrados desde 1900; sin embargo,
bajo la tasa conservadora, 468 vertebrados más se han extinguido de los que se tendrían si
la tasa de fondo hubiera persistido durante ese período. Específicamente, estas 468 especies
incluyen 69 especies de mamíferos, 80 especies de aves, 24 reptiles, 146 anfibios y 158
peces.
De forma gráfica se observa la siguiente tendencia. La tasa de fondo, que se muestra con la
línea punteada –background– confirma la gravedad al mostrar el incremento exponencial.
Gráfica 4
Extinción masiva de especies
A: Tasa altamente conservadora / B: Tasa conservadora
Fuente: Gerardo Ceballos, Et. Al., Accelerated modern human–induced species losses: Entering the sixth mass
extinction, United States, Science Advances, 2015, Dirección URL:
http://advances.sciencemag.org/content/1/5/e1400253.full
Todo ello lleva a afirmar que ya está en marcha una sexta extinción masiva de especies, de
enorme peligrosidad y que ocurre de forma “silenciosa”. No se trata de una simple
desaparición que conducirá a dejar de ver algunas de ellas como intenta minimizarse, sino de
la alteración completa en la biota global y en un sinfín de ecosistemas que ya presentan sus
primeros signos de decaimiento. Tal como ocurre con la extinción masiva de abejas26,
primordiales para el proceso de polinización y que podría pasar con microorganismos como
el fitoplancton esencial para la vida marina27.
Tomar conciencia de los efectos es la única forma de hacer frente a ellos, pero al
mismo tiempo es fundamental entender las relaciones que los provocan, pues ello no transita
en vacíos de poder y fuera de las lógicas imperantes. El estado antinatural de las cosas no es
fortuito, el desorden es producto de la acumulación capitalista, y los síntomas de la
enfermedad no podrán sanearse con los mismos tratamientos. Nombrar responsables dota de
la capacidad para enfrentarlos en sus propios medios, enfocar la atención conduce al
encausamiento de la resistencia social ante la barbarie. Por ello, a continuación se busca
detallar que los efectos son responsabilidad de un grupo que aumenta la brecha de la
desigualdad, no sólo en los ingresos sino en la capacidad de reproducción de la vida.
Capitalismo de la barbarie ¿quién conduce hacia el abismo?
Como se ha podido comprobar la situación no es sencilla, los múltiples efectos del CCA dan
muestra de la gravedad. No obstante, las soluciones parecen postergarse, beneficiando a los
intereses de las élites que conducen el capitalismo global. Ello ocurre gracias a una simbiosis
que conjunta los intereses empresariales con las políticas estatales, y que mantiene el camino
hacia el abismo. Esos conductores han acelerado la maquinaria capitalista, que consume una
mayor cantidad de energía proveniente de recursos fósiles y demanda la extracción
indiscriminada de minerales, y que a su paso depreda, extingue y aniquila a la vida. Esas
élites tienen que ser nombradas y esas políticas deben ser denunciadas para así combatirlas
y parar su actividad y no sólo pensar en resistirlas.
Si los GEI son la fuente que conduce a los efectos descritos, el primer punto a
considerar es ¿quién o quiénes son los mayores emisores de este tipo de contaminantes
atmosféricos? y al mismo tiempo ¿cuáles son las actividades que los generan? Así se podrá
enmarcar la problemática como una situación que desprende del modo de acumulación
capitalista y no sólo como producto de la actividad humana. Si tomamos en cuenta el lapso
de aceleración de los efectos antes mencionados, se percibe que es durante el siglo XX
cuando estos muestran cambios exorbitantes y acelerados. Ante tal escenario se presenta la
siguiente gráfica, que demuestra el incremento de las emisiones de CO2 provenientes de las
actividades de explotación y producción de combustibles fósiles –carbón, petróleo y gas– así
como de la producción de cemento.
Gráficas 5 y 6
Incremento de las emisiones de CO2 por fuente
26 Cfr. Sandra M. Rehan , Remko Leys, Michael P. Schwarz, First Evidence for a Massive Extinction Event
Affecting Bees Close to the K-T Boundary, United States, PlosOne, 2013, Dirección URL;
http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0076683 27 Cfr. Markus Becker, Phytoplankton's Dramatic DeclineA Food Chain Crisis in the World's Oceans,
Germany, Spiegel Online, 2010, Dirección URL; http://www.spiegel.de/international/world/phytoplankton-s-
dramatic-decline-a-food-chain-crisis-in-the-world-s-oceans-a-709135.html
Fuente: James Hansen, Et. Al., Assessing ‘‘Dangerous Climate Change’’: Required Reduction of Carbon
Emissions to Protect Young People, Future Generations and Nature, United States, Plos One, 2013, p. 2.
Como se puede observar claramente el incremento en la demanda de este tipo de recursos
tiene una relación directa con los efectos del CCA. La problemática no es menor, pues aun
cuando algunos economistas y directivos de grandes firmas –vinculadas a los intereses de
clase– se empeñan en demostrar que los cambios son naturales y paulatinos por los reajustes
ambientales, la ecuación causa-efecto lo refuta. Son las actividades de explotación las que
erosionan el medio ambiente, y son ellas, en las que las clases dominantes del capitalismo
global en este sector utilizan para asegurar y reproducir su riqueza. Es ahí donde el problema
no sólo se politiza, sino donde revela el verdadero sentido y objetivo de los intereses
capitalistas, pues no es la humanidad quién explota y demanda el uso intensivo de los bienes
naturales, sino los centros capitalistas y sus sociedades de alto consumo quienes hacen
“necesario” este círculo vicioso.
Basta señalar el caso de la sociedad estadounidense, que históricamente ha depredado
el medio ambiente con niveles de demanda descomunales. Atilio Borón, señala que;
[C]ada estadounidense que nace consumirá a lo largo de su vida 1,315,000 kilogramos de
minerales, metales y combustibles: 415 kilogramos de cobre, 544 de zinc, 14,530 de mineral
de hierro, 5.93 millones de pies cúbicos de gas, 272,597 litros de petróleo, 244,335
kilogramos de carbón, y así sucesivamente. […] Estos datos ilustran con elocuencia el
enorme peso que ejerce sobre el planeta Tierra el sostenimiento del patrón de consumo
establecido por el capitalismo norteamericano tan sólo en Estados Unidos.28
En efecto, si bien es cierto que en el marco de una problemática global las clases dominantes
transnacionalizan sus propios intereses, y con ello, los territorios a explotar, lo cierto es que
aún es posible identificar la raíz de la situación, con base en las industrias y los capitales más
contaminantes del planeta. En este sentido, son los Estados Unidos el país que ha emitido la
mayor cantidad de GEI en la historia, y son sus empresas, estrechamente vinculadas al poder
duro del Estado quienes más han contribuido a la situación descrita. Es su gobierno quien ha
utilizado todos los medios legales e “ilegales” para perpetuar la desigualdad ambiental, para
28 Atilio Borón, América Latina en la geopolítica del imperialismo, Buenos Aires, Luxemburg, 2012, p. 93-
94.
impedir acuerdos vinculantes y para alentar a sus clases capitalistas a continuar con su
proyecto de acumulación y ganancia que genera una degradación planetaria. Son las clases
dominantes quienes controlan al Estado homogéneo las principales responsables de la
situación generada y es el capitalismo de la barbarie el proyecto que las conduce.
Aunque en recientes años los datos muestran a China como el país con mayores
emisiones de toneladas de CO2 a la atmósfera por su proceso de industrialización, y a otros
Estados como Emiratos Árabes Unidos o Kuwait en la misma situación por la extracción de
petróleo. En el acumulado histórico se confirma que Estados Unidos ha contribuido con el
26% al total de las emisiones contabilizadas desde 1751 a 201229. Es decir, ¼ de la
responsabilidad debería ser adquirida por ese Estado, los graves problemas que enfrenta la
comunidad global tienen como origen el proceso de internacionalización de los capitales
estadounidenses para convertirse en el principal motor del capitalismo global.
Gráfica 7 y 8
Emisiones de toneladas de CO2 a la atmósfera
A: Emisiones en 2012 / B: Acumulado histórico 1751-2012
Fuente: James Hansen, Et. Al., Assessing ‘‘Dangerous Climate Change’’: Required Reduction of Carbon
Emissions to Protect Young People, Future Generations and Nature, United States, Plos One, 2013, p. 17.
Las gráficas muestran la evidente desigualdad que existen con respecto a las emisiones de
GEI. Pese a ello, en foros multilaterales sigue primando un discurso que aboga por el llamado
principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas, y que si bien acepta en el
fondo tal desigualdad, sigue anteponiendo la cooperación estatal como forma para hacer
frente al colapso en curso. Oxfam internacional ha destacado que tan sólo el 10% más rico
de la población mundial arroja el 50% de las emisiones de GEI globales30. No existe
29 James Hansen, Assessing ‘‘Dangerous Climate Change’’: Required Reduction of Carbon Emissions to
Protect Young People, Future Generations and Nature, Óp. Cit., p. 17. 30 Oxfam Internacional, La desigualdad extrema en las emisiones de carbono, Oxfam Internacional, 2015,
Dirección URL; https://www.oxfam.org/es/informes/la-desigualdad-extrema-de-las-emisiones-de-carbono
correspondencia alguna entre las soluciones que buscan no transgredir la formas de
acumulación capitalista y perpetuar las sociedades de alto consumo, ni son las sociedades de
los Estados más pobres quienes podrán detener con cambios internos los graves efectos
mostrados, y menos puede dejarse la solución en manos de aquellos que por décadas han
guiado al catastrófico panorama que hoy se antepone. Es necesario un cambio de ruta para
salvar la vida,
Con la finalidad de completar el espectro de responsabilidad es necesario evidenciar
a las empresas del país más contaminante del mundo, cuyas emisiones de GEI son los
culpables de la grave problemática en curso. A continuación, se muestra el nivel de toneladas
emitidas por tan sólo 90 grandes corporaciones respecto a la emisión total global.
Gráfica 9
Comparación de emisiones de CO2. Total global vs mayores emisores
Fuente: Richard Heede, Tracing anthropogenic carbon dioxide and methane emissions to fossil fuel and cement
producers, 1854–2010, United States, Climatic Change, 2013, Dirección URL;
https://link.springer.com/article/10.1007/s10584-013-0986-y
Con ello, a partir de la gráfica anterior, Richard Heede, explica que;
Se estableció un umbral de ≥8 millones de toneladas de carbono por año (MtC/a) para la
producción de combustibles fósiles. Esto resultó en la identificación de 90 entidades: 50 de
las cuales son empresas propiedad de inversionistas, 31 son empresas estatales y 9 son
Estados actuales o antiguos de planificación centralizada. De estas 90 entidades, 56 son
productores de crudo y gas natural, 37 son extractores de carbón (incluidas las subsidiarias
de compañías de petróleo y gas) y 7 son productores de cemento. Con sede en 43 países,
estas entidades extraen recursos de todas las provincias de petróleo, gas natural y carbón en
el mundo, y procesan los combustibles en productos comercializables que se venden a los
consumidores en todas las naciones de la Tierra.31
Sólo es necesario matizar que aunque en la lista se albergan empresas de países periféricos
como México, Venezuela o Brasil –dedicadas a la extracción de petróleo– su producción en
diversas ocasiones tiene una funcionalidad extravertida en favor de los mismos intereses de
las élites trasnacionales. Para profundizar en dicha situación, se presenta una gráfica de las
empresas con un porcentaje mayor de emisiones de GEI (dióxido de carbono y metano),
donde destacan casos como Chevrón, Exxon Mobil, Saudi Aramco o British Petroleum,
como las mayores entidades contaminantes de planeta. Mientras en la práctica se confirma la
relación con el Estado, al grado de tener un antiguo ex gerente general de Exxon Mobil como
Secretario de Estado en los Estados Unidos bajo la figura de Rex Tillerson.
Gráfica 10
Porcentaje de emisiones de GEI por empresa
Fuente: Peter C. Frumhoff, Richard Heede, Naomi Oreskes, The climate responsibilities of industrial carbon
producers, United States, Climatic Change, 2015, Dirección URL;
https://link.springer.com/article/10.1007/s10584-015-1472-5
Por último, es necesario considerar el consumo per cápita que ocurre en estos centros del
capitalismo, y que demuestra que las sociedades de alto consumo también guardan la relación
intrínseca entre sobreexplotación y degradación ambiental global. Se muestra que en lugares
como Estados Unidos, Alemania, Japón o Reino Unido el consumo per cápita de CO2 es
mayor que el de regiones enteras como Centroamérica o Asia Pacífico y de continentes
completos como África.
Gráfica 11 y 12
31 Richard Heede, Tracing anthropogenic carbon dioxide and methane emissions to fossil fuel and cement
producers, 1854–2010, United States, Climatic Change, 2013, Dirección URL;
https://link.springer.com/article/10.1007/s10584-013-0986-y
Emisión per cápita de toneladas de carbono
A: Emisiones per cápita en 2012
B: Acumulado de emisiones per cápita 1751-2012
Fuente: James Hansen, Et. Al., Assessing ‘‘Dangerous Climate Change’’: Required Reduction of Carbon
Emissions to Protect Young People, Future Generations and Nature, United States, Plos One, 2013, p. 17.
En suma, lo anterior representa objetivamente una estrategia global de corte imperialista, al
saquear los recursos naturales, explotar la capacidad de contaminación global y focalizarla
en unos pocos, obstaculizar cualquier intento para frenar la catástrofe, y en particular, para
controlar la reproducción de la materialidad de la vida y asignar los beneficios a las clases
dominantes transnacionales. Es un imperialismo climático que recrudece el actual
capitalismo de la barbarie y que se encuentra cerca de puntos de no retorno ante el abismo al
que conduce.
Pensar fuera del capitalismo y dentro de la Tierra, alternativas para la vida
Los factores y hechos anteriores ejemplifican el grave panorama al que las sociedades del
mundo deben hacer frente. Se trata de una sintomatología que demuestra que el capitalismo
es una enfermedad terminal, y que por lo tanto, las soluciones no pueden provenir del mismo,
pues históricamente sólo ha buscado paliar, disfrazar y perpetuar las relaciones de extrema
desigualdad ya sean sociales, económicas y políticas a escala mundial, y en particular, por
haber producido y acelerado el colapso climático en curso. Aunque las actuales estrategias
del capital tratan a toda costa de resolver la actual crisis sistémica y civilizatoria, resulta
innegable que en el proceso del capitalismo de la barbarie, la gran mayoría de la humanidad
será sacrificable y exterminable en pro de la irracionalidad económica. Frente a ese escenario,
lo urgente es crear alternativas por el bien común, no sólo atacando una parte o factor sino
toda la complejidad del mismo, entendiendo cabalmente que la vida sólo es posible fuera del
actual sistema económico, productivo y depredador imperialista.
En este sentido, es importante subrayar que las alternativas propuestas por el propio
sistema como la geoingeniería32 o la tecnología destinada al proceso de adaptación a los
efectos mostrados, no son en realidad soluciones que ataquen de raíz la situación que los
padece. Por el contrario, en ellas se sustenta la idea de modificación dentro de las estrategias
32 La geoingeniería es diseñada con tecno-estructuras planetarias para la reducción y la remoción de Gases de
Efecto Invernadero; o es llevado hacia un sistema energético abierto mediante la “administración de la
radiación” (Radiation Managements), a través del reflejo y la sombra protectora del sol en la atmósfera superior,
en Elmar Altvater, El capital y el capitaloceno, México, Revista Mundo Siglo XXI, 2014, Dirección URL;
http://www.mundosigloxxi.ipn.mx/pdf/v09/33/01.pdf
y prácticas de sobreexplotación y acumulación infinita, por lo que su implementación no es
más que el analgésico de las graves afectaciones. Por ello las propuestas deben ser
transversales a todas las formas de dominación existentes y que permitan entablar un diálogo
y construcción efectivo entre las diversas fuerzas anticapitalistas y antiimperialistas que hoy
buscan frenar la irracionalidad capitalista.
De tal forma, existen dos grandes vertientes que pueden presentar una alternativa, y
que pueden derivar en propuestas y proyectos para la bifurcación sistémica33. La primera es
el cambio del patrón energético, para transitar de los combustibles fósiles a las energías
limpias, y en particular a la energía solar. Y la segunda, de mayor dificultad pero con alcances
más profundos, es la transformación de la racionalidad económica por una ecocéntrica, que
contemple que la humanidad no es la única especie en peligro y que no puede seguirse
sobreexplotando la naturaleza como se ha hecho hasta ahora.
Energía solar
Elmar Altvater ha subrayado que si los combustibles fósiles son el motor del capitalismo una
forma para sobrepasarlo es transitar hacia nuevos patrones energéticos34. En ese sentido, la
energía solar podría significar una gran alternativa para poner fin a la hegemonía fósil como
patrón energético mundial. Es necesario remarcar que la generación de energía debe
responder a la interrogante ¿en qué se consume? y no sólo ¿de dónde se obtiene? Ya que de
no contemplar que la demanda indiscriminada de ella es uno de los factores que intensifica
el problema, cambiar el patrón energético no significará romper con el capitalismo per se.
Tal como lo demuestra la producción de energía solar en países como China, Alemania o
Canadá que, de ninguna manera, rompen con la producción desmesurada.
Frente a tal escenario es urgente contemplar que en la actualidad existen proyectos
planteados desde los grandes capitales, los cuales buscan adueñarse de este tipo de recursos
basados en su amplio predominio en el ámbito científico-tecnológico. De esta forma, se ha
diseñado la construcción de satélites que permitan captar la energía solar antes de que ésta
sea reflectada en la superficie terrestre, y con ello continuar con la brecha que mantiene el
status quo entre quienes podrían ser los mayores productores de energía solar35. No obstante,
es fundamental visualizar que en un recurso de este tipo es imposible plantear la entera
privatización del mismo y que la destrucción del monopolio de la energía será un grave revés
para las clases dominantes. Cada población posee en mayor o menor medida, respecto a las
horas aprovechables de energía solar en su territorio, la capacidad para utilizar este bien
natural. En la lucha por la vida, todos los espacios constituyen un terreno fértil de disputa
frente al capital y permitirle a éste que se adueñe de los bienes inconmensurables es eternizar
sus mecanismos de dominación.
33 Cfr. Jaime Osorio, El sistema-mundo de Wallerstein y su transformación. Una lectura crítica, México, UAM-
Xochimilco, 2015, Dirección URL; http://www.scielo.org.mx/pdf/argu/v28n77/v28n77a7.pdf 34 Elmar Altvater, El fin del capitalismo tal y como lo conocemos, El viejo topo, 2011, pp. 308. 35 Yaiza Martínez, Desarrollan un sistema de captación de energía solar desde el espacio, Tendencias21, 2012,
Dirección URL; https://www.tendencias21.net/Desarrollan-un-sistema-de-captacion-de-energia-solar-desde-
el-espacio_a11691.html
A través de la energía solar sería posible alimentar no sólo al consumo doméstico sino
a la industria y al transporte, que son actividades que emiten una enorme cantidad de GEI.
La energía solar es más barata en comparación con la producción de energía proveniente de
recursos como carbón o petróleo, de acuerdo con la International Energy Agency (IEA) un
KW/h de energía solar cuesta $0.125 dólares, mientras que generar la misma cantidad de
energía mediante carbón costaría $0.314 dólares y por petróleo $0.10 dólares –por lo enormes
subsidios directos e indirectos que recibe esta industria–. Si además se considera que la
tendencia decreciente en las reservas mundiales de hidrocarburos se ve mermada año con
año, la energía solar podría significar una alternativa a esta disyuntiva.
En síntesis, la energía solar presenta la oportunidad para romper con la
monopolización de los energéticos. Cada sociedad tendría la plena capacidad para convertirse
en autosuficiente, reconociendo que su consumo debe ser acorde a sus necesidades, y que
éstas no pueden sobrepasar los límites naturales de aprovechamiento. La energía solar podría
significar la independencia de los grandes consorcios fósiles del capital. Constituyendo un
paso en la edificación de nuevas relaciones sociales, donde se pugne por una actitud de
racionalidad ambiental, donde la energía no se concentre sino se redistribuya. No hay
garantías para pensar que la energía solar será un bien común, y su utilización no debe ser la
única transformación que debe ocurrir para romper con el sistema dominante, sin embargo,
ante la urgencia de acciones la energía solar es un primer escalón para sobrepasar el muro de
contención capitalista.
Racionalidad ecocéntrica
Pensar en una nueva racionalidad que cuestione la forma en que se consume, y por lo tanto,
como se explotan los bienes naturales es fundamental para modificar las estructuras
imperantes. No se pueden construir nuevas formas de interacción y aprovechamiento en
sociedades con prácticas de alto consumo capitalistas. Y éste es un esfuerzo imperante para
trazar una ruta que garantice la vida. “Estamos en un punto de quiebre climático y sistémico.
[…] O se frena la acumulación capitalista o será irreversible el colapso del pilar biológico y
ambiental/atmosférico imprescindible para vivir y hacer historia.”36
Por tal, el primer espacio a visualizar es el sentido de pertenencia de la humanidad en
los ciclos biosistémicos de la Tierra, como especie dominante la responsabilidad ética por no
destruir a otras especies tiene que ser central en una nueva racionalidad. No sólo el no
comprometer el futuro de las próximas generaciones, sino el no transgredir el actual modo
de vida de las que ya existen, tanto humanas como no humanas.
El giro ecoterritorial como lo denomina Maristella Svampa37, debe pugnar por la vida
y por el territorio donde ésta tiene lugar. Se debe contemplar que la idea central de las
alternativas deben en última instancia poner en jaque a las relaciones dominantes y cualquier
36 John Saxe Fernández, Torrente imperialista III: punto de quiebre, México, La Jornada, 12 de octubre de
2017, Dirección URL; http://www.jornada.unam.mx/2017/10/12/opinion/023a1eco 37 Maristella Svampa, “Consenso de los commodities, giro ecoterritorial y pensamiento crítico en América
Latina”, en Movimientos socioambientales en América Latina, OSAL, 2012, pp. 15-38.
cuestionamiento debe ser transversal a ellas. Así el ecocentrismo es el entrecruzamiento de
saberes,
El saber pensar, el saber comunicarse, el saber en la alimentación. Es la visión de un
desarrollo más austero enfocado en las personas y no en el desarrollo económico. Pero no
implica renunciar a la agricultura, ganadería o cualquier otra actividad insertada en el
ecosistema ni mucho menos un pacto que llevaría al empobrecimiento de la sociedad, pero,
sí indica que serán necesarios cambios sustanciales en los estilos de vida.38
Por su parte, Ana Esther Ceceña señala;
Algunas de las más relevantes experiencias de potencial bifurcación pueden percibirse en
los procesos de transformación en curso en América Latina, con un amplio espectro de
propuestas y posibilidades. El movimiento zapatista, apuntando a la reconstrucción de la
politicidad social, postula el “mundo en el que caben todos los mundos”; el Suma Qamaña
y el Sumak Kawsay desarrollados en Bolivia y Ecuador, reconceptualizan las relaciones
sociales y biológicas, entendiendo todos la totalidad como un complejo integrado en el que
los humanos no son superiores sino una pieza más del concierto general. En estas
propuestas, el concepto central es complementariedad.39
Lo señalado por la autora recoge el postulado central del presente ensayo, y enfoca la atención
en pensar que no hay soluciones únicas sino un entretejido de propuestas que buscan superar
al capitalismo.
Para concluir, no puede ignorarse el gran legado que el líder de la Revolución Cubana
hizo al mundo, y cuyo discurso pronunciado en la Cumbre de Río en 1992 sintetizó de forma
magistral a los responsables, los retos y las alternativas de un problema que ya se percibía y
que hoy es más vigente que nunca. Aunque podría utilizarse el discurso en extenso como
ejemplo de la gran visión de Fidel Castro sobre la situación, es conveniente citar el siguiente
fragmento.
Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva
liquidación de sus condiciones naturales de vida: [la humanidad] […] Si se quiere salvar a
la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías
disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que
haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más transferencias al
Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente.
Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo.
Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese
la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre. […] Cesen
los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el
38 María Eugenia Coppedé, Ecocentrismo: Una de los tipologías del pensamiento ambientalista, Argentina,
UBA-Dipi Diario, 2014, Dirección URL; https://dpicuantico.com/sitio/wp-
content/uploads/2014/06/doctrina19.6.14.pdf 39 Ana Esther Ceceña, “La ecología y la geografía del capitalismo”, en Immanuel Wallerstein, El mundo está
desencajado, México, Siglo XXI Editores, 2016, pp. 15-34, Dirección URL;
http://geopolitica.iiec.unam.mx/sites/default/files/2017-08/Wallerstein-
Elmundoestadesencajado_cecena_ecologia.pdf
engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho
tiempo.40
Quienes dirigen el modo de acumulación dominante han puesto en peligro la vida sobre la
faz de la Tierra. La única posibilidad para los subalternos, es que una especie, esa especie en
peligro recupere y destruya ese sistema hegemónico, y que construya y permita transitar
hacia el camino por la vida digna y en armonía con la naturaleza. Es momento de tomar
acción, de enfrentar y agrietar el muro capitalista, es momento de unirnos y consolidar nuevas
formas de interacción, hoy no sólo está en juego cómo será nuestra vida en el futuro, sino si
la habrá más adelante.
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