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16 REVISTA DE EDUCACIÓN TODA UNA DIDÁCTICA POR HACER. Al plantearnos el problema didáctico del aprendi- zaje de tales nuevas teorías, acaso nos hallemos con la sorpresa de que se adaptan mucho mejor a las inteligencias vírgenes que a las nuestras, deforma- das por defectuosos sistemas de educación. Al menos así parecen pronosticarlo las consecuencias de un fino análisis de Piaget, el conocido psicólogo infantil ginebrino, sobre estructuras mentales, y las nume- rosas y universales experiencias personales del pro- fesor Gattegno, del Instituto de Educación de la Uni- versidad de Londres. Un inmenso problema didáctico queda abierto. Su correcta y objetiva solución nos obligará a profun- dizar en el conocimiento psicológico del niño, de sus intereses, de su inteligencia. Sabemos aún muy poco de ésta, al menos en lo que a la evolución del pensa- miento matemático se refiere, pensamiento que he- mos observado siempre a través de rígidos esquemas conceptuales que la tradición educativa nos dió or- ganizados a su modo. Lo cierto es que cuando pres- cindimos de nuestros prejuicios y ponemos objetiva- mente a prueba la lógica en acción del niño, ante problemas estimulantes aparentemente elevados, nos sorprende la adaptabilidad y multivalencia de su pen- samiento virgen aún de deformaciones. NUESTRA RESPONSABILIDAD Y NUESTRA TAREA. La aversión que hacia la matemática siente la in- mensa mayoría de los educados según la tradición, nos indica bien claramente que todavía está casi todo por hacer en la Pedagogía Matemática Elemental. He aquí nuestra tarea. Tarea urgente como ninguna y de vital alcance nacional; pues si queremos sobre- vivir como nación en un mundo técnico y económicc que con tal vértigo evoluciona, hemos de empezar ampliando las bases de nuestra cultura matemática elemental, no sólo en el sentido social de accesibili- dad a la enseñanza, sino también en el sentido de accesibilidad didáctica y de eficiencia formativa. Sólo ensanchando y consolidando lo más posible los pri- meros estratos del edificio, lograremos la máxima al- tura de las cúspides minoritarias capaces de procu- rarnos en el futuro una técnica avanzada y una eco- nomía próspera y autónoma. Hemos de darnos cuenta, pues, de la enorme res- ponsabilidad que como formadores de nuestra juven- tud tenemos contraída y por tanto del ingente tra- bajo que nos espera.. Ingente, sí; pero tan bello que no cabe premio ni gloria mayor que la de contribuir al bien patrio llevando la alegría de los niños a unos estudios que hasta ahora habían constituido su tor- tura. PEDRO PUIG ADAM. La tarea formativa de los Colegios Mayores universitarios En el amplio campo de la educación se han reali- zado en España, durante los últimos veinte arios, fundamentales transformaciones. Una aspiración de actualizar nuestras instituciones docentes, para si- tuarlas al nivel de los tiempos, ha presidido todas las reformas que el legislador ha introducido en los sis- temas vigentes. Algunas de ellas han encontrado re- sonancia en la sociedad española, que con su critica elogiosa unas veces y censora otras, ha contribuido a perfeccionar las fórmulas legales. Algo de esto ha ocurrido con los Colegios Mayo- res. Restaurados en 1942, son reconocidos por la Ley de Ordenación de la Universidad española, de 29 de julio de 1943, como los "órganos para el ejercicio de la labor educativa y formativa general que incumbe a la Universidad". Desde entonces varias promocio- nes de jóvenes universitarios han pasado por estas instituciones. A la hora de enjuiciar los resultados han sido expuestos muy diversos pareceres. La ma- yor parte de éstos, hay que confesarlo, expresan una opinión muy deficiente acerca de la formación de los Colegios Mayores. Se ha insistido frecuentemente en la necesidad de una reforma del régimen legal de estos Centros. Y tal régimen ha sido modificado para lograr efectivamente el cumplimiento de la impor- tante función que les está confiada. El Decreto de 26 de octubre de 1956, Orgánico de Colegios Mayores, constituye el texto legal vigente. Ha pasado más de un ario desde que esta disposición fué publicada en el "Boletín Oficial del Estado". Su aparición debiera haber sido resaltada ampliamente, ya que el contenido del Decreto encierra materia su- ficiente no sólo para una glosa calurosa, sino para el análisis y estudio de una teoría, bastante completa, acerca de una institución genuinamente española. Sin embargo, no conocemos ninguna aportación que, ofrecida en diarios o revistas de cierta difusión, haya contribuido a difundir la nueva reglamentación. Sin amplias pretensiones, vamos a destacar en este artículo las principales finalidades encomendadas a los Colegios Mayores. Si con ello contribuimos a es- timular las actividades de alguno de ellos y al propio tiempo a un mejor conocimiento en los sectores in- teresados en los problemas de la educación, habre- mos alcanzado el fin que nos proponemos. 1. EDUCACION Y FORMACION RELIGIOSA La misión del Colegio Mayor en esta primordial faceta, no nos parece que deba desarrollarse princi- palmente en el terreno de la instrucción. La adqui- sición de conocimientos debe proporcionarla, y en grado conveniente, la Universidad o la Escuela Es- pecial. Sin duda, que puede completarse con la orga-

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REVISTA DE EDUCACIÓN

TODA UNA DIDÁCTICA POR HACER.

Al plantearnos el problema didáctico del aprendi-zaje de tales nuevas teorías, acaso nos hallemos conla sorpresa de que se adaptan mucho mejor a las

inteligencias vírgenes que a las nuestras, deforma-das por defectuosos sistemas de educación. Al menosasí parecen pronosticarlo las consecuencias de un

fino análisis de Piaget, el conocido psicólogo infantil

ginebrino, sobre estructuras mentales, y las nume-rosas y universales experiencias personales del pro-fesor Gattegno, del Instituto de Educación de la Uni-versidad de Londres.

Un inmenso problema didáctico queda abierto. Sucorrecta y objetiva solución nos obligará a profun-

dizar en el conocimiento psicológico del niño, de sus

intereses, de su inteligencia. Sabemos aún muy pocode ésta, al menos en lo que a la evolución del pensa-miento matemático se refiere, pensamiento que he-mos observado siempre a través de rígidos esquemasconceptuales que la tradición educativa nos dió or-

ganizados a su modo. Lo cierto es que cuando pres-cindimos de nuestros prejuicios y ponemos objetiva-

mente a prueba la lógica en acción del niño, anteproblemas estimulantes aparentemente elevados, nos

sorprende la adaptabilidad y multivalencia de su pen-samiento virgen aún de deformaciones.

NUESTRA RESPONSABILIDAD Y NUESTRA TAREA.

La aversión que hacia la matemática siente la in-mensa mayoría de los educados según la tradición,nos indica bien claramente que todavía está casi todopor hacer en la Pedagogía Matemática Elemental.He aquí nuestra tarea. Tarea urgente como ninguna

y de vital alcance nacional; pues si queremos sobre-vivir como nación en un mundo técnico y económiccque con tal vértigo evoluciona, hemos de empezarampliando las bases de nuestra cultura matemáticaelemental, no sólo en el sentido social de accesibili-dad a la enseñanza, sino también en el sentido deaccesibilidad didáctica y de eficiencia formativa. Sóloensanchando y consolidando lo más posible los pri-meros estratos del edificio, lograremos la máxima al-tura de las cúspides minoritarias capaces de procu-rarnos en el futuro una técnica avanzada y una eco-nomía próspera y autónoma.

Hemos de darnos cuenta, pues, de la enorme res-ponsabilidad que como formadores de nuestra juven-tud tenemos contraída y por tanto del ingente tra-bajo que nos espera.. Ingente, sí; pero tan bello queno cabe premio ni gloria mayor que la de contribuiral bien patrio llevando la alegría de los niños a unosestudios que hasta ahora habían constituido su tor-tura.

PEDRO PUIG ADAM.

La tarea formativa de losColegios Mayores

universitariosEn el amplio campo de la educación se han reali-

zado en España, durante los últimos veinte arios,fundamentales transformaciones. Una aspiración deactualizar nuestras instituciones docentes, para si-tuarlas al nivel de los tiempos, ha presidido todas lasreformas que el legislador ha introducido en los sis-temas vigentes. Algunas de ellas han encontrado re-sonancia en la sociedad española, que con su criticaelogiosa unas veces y censora otras, ha contribuidoa perfeccionar las fórmulas legales.

Algo de esto ha ocurrido con los Colegios Mayo-res. Restaurados en 1942, son reconocidos por la Leyde Ordenación de la Universidad española, de 29 dejulio de 1943, como los "órganos para el ejercicio dela labor educativa y formativa general que incumbea la Universidad". Desde entonces varias promocio-nes de jóvenes universitarios han pasado por estasinstituciones. A la hora de enjuiciar los resultadoshan sido expuestos muy diversos pareceres. La ma-yor parte de éstos, hay que confesarlo, expresan unaopinión muy deficiente acerca de la formación de losColegios Mayores. Se ha insistido frecuentemente enla necesidad de una reforma del régimen legal de

estos Centros. Y tal régimen ha sido modificado para

lograr efectivamente el cumplimiento de la impor-tante función que les está confiada.

El Decreto de 26 de octubre de 1956, Orgánico deColegios Mayores, constituye el texto legal vigente.Ha pasado más de un ario desde que esta disposiciónfué publicada en el "Boletín Oficial del Estado". Suaparición debiera haber sido resaltada ampliamente,ya que el contenido del Decreto encierra materia su-ficiente no sólo para una glosa calurosa, sino para elanálisis y estudio de una teoría, bastante completa,acerca de una institución genuinamente española.Sin embargo, no conocemos ninguna aportación que,ofrecida en diarios o revistas de cierta difusión, hayacontribuido a difundir la nueva reglamentación.

Sin amplias pretensiones, vamos a destacar en esteartículo las principales finalidades encomendadas alos Colegios Mayores. Si con ello contribuimos a es-timular las actividades de alguno de ellos y al propiotiempo a un mejor conocimiento en los sectores in-teresados en los problemas de la educación, habre-mos alcanzado el fin que nos proponemos.

1. EDUCACION Y FORMACION RELIGIOSA

La misión del Colegio Mayor en esta primordial

faceta, no nos parece que deba desarrollarse princi-palmente en el terreno de la instrucción. La adqui-sición de conocimientos debe proporcionarla, y engrado conveniente, la Universidad o la Escuela Es-pecial. Sin duda, que puede completarse con la orga-

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LA TAREA FORMATIVA DE LOS COLEGIOS MAYORES UNIVERSITARIOS 7 797::Nks, 1.

nización de conferencias, cursillos, círculos de estu-

dio, etc. sobre temas de interés especial para la cul-

tura religiosa de los colegiales.Sin embargo, la labor del Colegio, en este orden,

debe referirse a procurar fomentar y desarrollar un

estilo de vida profundamente religiosa, en la que se

adecúe, precisamente, el conocimiento a la realidadvital, dando a la religiosidad personal un carácterplenamente auténtico. De aquí la necesidad de orga-nizar una serie de actividades cotidianas a través delas cuales el colegial tenga la posibilidad de irse im-pregnando del espíritu de la liturgia. La formacióncíe hábitos tiene una especial importancia durantela época en que se desenvuelve la personalidad del

joven.Para que esta labor alcance éxito es imprescindi-

ble una ejemplaridad neta en las personas que diri-gen el Colegio Mayor. Si por parte de éstas se con-cede a las actividades religiosas un lugar secunda-

rio, muy difícilmente podrá conseguirse un verdade-

ro espíritu, y, en último término, una educación re-

ligiosa.

El problema de la educación moral es muy ampliocuando se refiere al hombre joven. A manera de sim-ple enumeración, podríamos decir que abarca temastan interesantes como la educación de la propia res-ponsabilidad en el trabajo intelectual; el cultivo de laamistad; la formación del carácter; el correcto plan-teamiento de las relaciones con el sexo opuesto, etc.Todos ellos requieren una cierta pedagogía peculiarque no es bueno ir improvisando.

Descuidar estos aspectos, y los que les son margi-nales, es, sin duda, dejar mutilada la educación deljoven, que separado de su familia, acaso desde lainiciación de los estudios de enseñanza media, ape-nas ha tenido ocasión de plantearse tales temas consuficiente criterio.

Aunque esta labor religiosa y moral correspondeen primer lugar al Capellán, el Colegio, en su con-junto, debe ser capaz de crear el clima propicio paraque gracias a él germinen las mejores semillas.

2. FORMACION CULTURAL Y PERFECCIONA-MIENTO ACADEMICO

A. ORGANIZACIÓN DE CLASES DE IDIOMAS.

El conocimiento de lenguas extranjeras es de ca-pital importancia en todo tiempo. La posesión de unidioma extraño nos sirve no sólo para adquirir co-nocimientos ajenos, sino también como vinculo desolidaridad y mutua comprensión (1).

El nuevo Decreto, al restablecer estas clases com-plementarias —supuesto que en la enseñanza mediahan debido de ser adquiridos ciertos conocimientosbásicos—, no ha señalado las lenguas que deben es-tudiarse. Es muy probable que las preferencias seorienten hacia aquellas que tienen una mayor difu-sión dentro del marco de nuestra cultura occidental

(1) Este interés fué reconocido por el legislador, cuan-do en el Decreto de ...- de junio de 1935, art. 24, se indicaque los Colegios Mayores deberían tener, como mínimo,lectores de tres idiomas, francés, inglés y alemán.

Hay que indicar que estas clases, organizadas es-pontáneamente en algunos Colegios Mayores con an-terioridad a la fecha de esta disposición, han trope-zado en su desarrollo con la falta de interés de losresidentes. Pese al entusiasmo con que en sus co-mienzos son aceptadas, a medida que el cuso avan-za. decrece el impulso, y los resultados so

Los motivos que, a nuestro juicio, influyen en-det€desinterés son:

1) la carencia de un sentido de aventura en un nu-meroso grupo de estudiantes;

2) la dificultad de los programas escolares en bue-na parte de las Facultades universitarias y, so-bre todo, en la preparación para el ingreso enlas Escuelas Especiales de carácter técnico. Lasrecientes reformas en este tipo de enseñanzaspueden beneficiar en este aspecto a los estu-

diantes;3) la falta de profesores especializados que en tér-

minos presupuestarios hagan conveniente su con-tratación por el Colegio;

4) la ausencia, hasta tiempos muy recientes, de in-centivos que sirvieran para fomentar el estudiode lenguas extranjeras (becas para el extranje-ro, viajes de estudio, intercambios), dado el uti-litarismo que preside, en muchas capas sociales,toda la educación;

5) por último, la escasa exigencia y la falta desanción oficial siempre que se recomienda el es-tudio de los idiomas.

A estas cinco sinrazones, por lo menos, debe ata-carse en el futuro, si se pretende que los universita-rios residentes en los Colegios Mayores dominen al-

gún idioma.

B. ORGANIZACIÓN DE CLASES COMPLEMENTARIAS DE

LAS MATERIAS QUE SE CURSAN EN LAS FACULTADES.

Este tema tiene antecedentes en la legislación an-terior (2). Aunque el Decreto vigente no llega tan

lejos, preceptúa que se organicen tales clases, concarácter complementario, sin concederles valor aca-

démico oficial alguno.En realidad se trata de clases de repaso, "repetito-

rios", que servirán para que los colegiales asimilencon mayor facilidad las asignaturas más difíciles de

la Facultad o Escuela.Podrán ofrecerse gratuitamente o mediante el pago

de una módica cantidad, que sirva de estimulo nosólo para los profesores que hayan de darlas, sinotambién para los alumnos que hayan de recibirlas.

De ello no habla nada el Decreto.Pueden utilizarse para estas clases a los alumnos

de los últimos cursos y a los colegiales graduadosque residan en el Colegio, y también a personal ex-

terno.

(2) El Decreto-ley de 25 de agosto de 1926 ("Gac." del29) señala como obligación de la Junta de Gobierno delos Patronatos universitarios, la de "establecer en losColegios Mayores servicios docentes de repetidores opreparadores, así como cursos superiores de investiga-ción y determinar la cuota que hayan de satisfacer losalumnos por este servicio". Son también muy interesan-tes a este respecto los arts. 4 • 9 y 5.9 de la R. O. de 28 denbril de 1927.

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12 REVISTA DE EDUCACIÓN

Se plantea la posibilidad, al igual que en las res-tantes clases que deben ser organizadas, de que aellas puedan acudir los colegiales adscritos y no otros,o bien todos, colegiales o no, sin distinción, a quienespuedan interesar.

La utilidad de estas clases es máxima en los pri-meros cursos de las carreras, cuando el escolar estádesacostumbrado a estudiar por su cuenta todavía,tras su paso por la enseñanza media, en la que elargumento de autoridad y la coacción están muy cer-canos.

C. ORGANIZACIÓN DE ENSEÑANZAS QUE NO SE ESTUDIEN

EN LOS CENTROS DOCENTES.

Cada Colegio Mayor, previa la autorización delRector de la Universidad, debe proporcionar ense-ñanzas que, no incluidas en los planes docentes de losCentros superiores, completen la formación cientí-fica de los alumnos. El legislador, a nuestra manerade ver, ha querido distinguir la doble condición delescolar, como alumno de una determinada Facultado Escuela y como alumno universitario "in genere".En razón de esta última, debe poseer un sistema deideas generales que, en forma relativamente senci-lla, le permitan conocer campos del saber importan-tes —Física, Biología, Sociología, Economía, Filoso-fía—, sobre los cuales sea capaz de edificar su pro-pia y personal estructura como hombre que vive enun determinado tiempo y lugar. Es la vieja idea delas Aulas de cultura.

La falta de concisión del Decreto puede convertiresta ambiciosa idea en una precaria organización decursillos o conferencias, sin método previo, que sólo,en ínfimo grado, procuren el fin previsto.

3. ORGANIZACION DE BIBLIOTECAS ADECUA-DAS EN CADA COLEGIO MAYOR

Cada Colegio debe de disponer de una buena Bi-blioteca. Su organización no es tarea fácil. El pre-supuesto de la institución no suele tener los ingre-sos suficientes para cumplir, con carácter mínimo,este requisito, en lo que se refiere a la adquisicióndel fondo de libros.

Dada tal escasez de medios económicos, cada Co-legio Mayor procurará atender a las necesidades másurgentes, disponiendo en primer lugar de las másútiles obras de consulta.

Podrían estudiarse los posibles entronques que lasbibliotecas escolares debían tener con la Bibliotecauniversitaria, estableciéndose, además, un centrocoordinador de las mismas con el fin de hacer posi-ble más ampliamente su utilización.

El préstamo de libros podría facilitarse a todoslos colegiales del Distrito Universitario, siempre quese garantice su cuidado uso.

En cuanto a las exigencias materiales de la salade lectura, pueden ser mínimas, ya que tal sala, si notiene otra utilización (conferencias, tertulias litera-rias, etc.) no es necesario sea grande, por el escasonúmero de lectores que a diario han de reunirse en

ella, supuesto que el estudio se realiza, normalmente,en la propia habitación personal.

Para dirigir la organización de la biblioteca debede contarse con un escolar, o graduado mejor, consentido de responsabilidad y con los elementales co-nocimientos técnicos, que sea capaz de llevar rigu-roso control de la entrada y salida de libros. Ungrupo de estudiantes le pueden auxiliar en su labor.

Si no hay otra persona, especialmente encargadade ello (jefe de estudios, decanos, etc.), el bibliote-cario será quien aconseje a los más jóvenes cole-giales sus lecturas. Tiene en este orden un ampliomagisterio, así como en la formación de la biblio-teca personal de cada colegial, porque no es fácil saberelegir lo mejor a los pocos años.

4. LA FORMACION POLITICA, SOCIAL YPUBLICA

En este apartado cabe una amplia disgresiónacerca de lo que la Universidad debiera ofrecer asus alumnos. Son muy numerosos los artículos y con-ferencias que sobre este tema se han escrito y pro-nunciado, con el exclusivo fin de analizar los defec-tos del actual sistema. Evitaremos aludir a ellos.

La reglamentación vigente de los Colegios Mayo-res quiere dar amplio horizonte a esta faceta de lapersonalidad juvenil.

A nuestro juicio, se pretende que el Colegio Ma-yor sea una escuela para la vida. Un Centro de for-mación en el que se arraigue la responsabilidad per-sonal ante el bien común; en el que se facilite lacomprensión de la realidad social; la lealtad ciuda-dana inteligente; la apertura a los problemas so-ciales de la época no sólo nacionales, sino universa-les. El interés por la vida común, por la vida comu-nitaria, debe ser estimulado. En este sentido el Co-legio mismo, si quiere cumplir rectamente este fin,deberá constituirse, él mismo, en comunidad. Y ésta,siempre está ligada por valores, objetivos, frente ala sociedad que lo está por intereses, subjetivos, acep-tando los términos de Tönnies.

La adquisición de estos valores sociales o políti-cos, que por serlo están latentes en la raíz más hon-da del hombre, por naturaleza sociable, es necesaria,desde el punto de vista generacional, para los estu-diantes residentes en un Colegio Mayor. Ninguno deellos cuando realiza su ingreso sabe ya de los es-fuerzos que las generaciones anteriores hubieron derealizar para conquistar su actual presente. Acasoencuentren todo demasiado hecho. Y los jóvenes siem-pre traen inquietud confusa que no quiere sujetarsea canales establecidos. Aspiran a montar su propioescenario, su propia trama, en la farsa de la vida.

Por todo esto, es urgente buscar cauces al torrente.Porque hay una herencia que tienen que adminis-trar juntos los hombres maduros y los hombres jó-venes. Prudencia e ímpetu han de armonizarse me-diante la adecuada e inteligente formación social, enel más amplio sentido, del joven residente.

En concreto, el Colegio Mayor debe ser un cen-tro de formación de minorías. Es un tópico decir queen la Universidad se forma la clase dirigente del

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LA TAREA FORMATIVA DE LOS COLEGIOS MAYORES UNIVERSITARIOS 13

país. En parte es cierto. De ella salen los profesio-nales que ejercen las funciones más altas en la ad-ministración del país. Pero esta clase dirigente sur-ge sin ningún esfuerzo. La estructura de la sociedadha atribuido, por sus leyes y costumbres, funcionesy poderes a un órgano, con independencia de la per-sona que lo represente. Es algo automático donde lapersonalidad humana apenas cuenta.

Es, pues, más importante formar minorías que seimpongan en el futuro por su capacidad y sus obrasde forma espontánea, de hecho, por su mejor pre-paración.

Cuando en el Decreto se señala que los ColegiosMayores han de proponer al Rector de la Universi-dad el plan a seguir cada ario para lograr esta fina-lidad, se deja un amplio margen a la propia y pecu-liar iniciativa de cada Institución. No creemos, aquítampoco, que baste un programa de conferencias máso menos académicas. Será preciso que la vida del Co-legio, en su totalidad, esté animada de un estilo pro-pio en el que se desarrolle de modo permanente estaeducación para la convivencia.

5. LA FORMACION ARTISTICA

Si el Colegio Mayor es un instrumento para laeducación y formación integral del joven estudiante,ha de facilitar a éste, al propio tiempo que el sabercientífico, el saber artístico. Hacerle capaz no sólode aspirar a la Verdad, sino también a la Belleza.

En muy diversos campos ha de desarrollarse estaformación. Y será necesario despertar en cada cole-gial el interés por alguna o algunas de las bellas ar-tes. En ocasiones, la especialización por estudios mo-tivará incluso las preferencias. Así, el Colegio Ma-yor ha de actuar de incitador y, después, de cana-lizador de iniciativas.

Las artes plásticas (arquitectura, pintura, escultu-ra), las artes fonéticas (literatura, música) y las demovimiento (danza, teatro o cine) han de encontrarresonancia en el Colegio, aprovechando siempre lasincipientes aptitudes e inclinaciones personales de losescolares.

No será dificil organizar un seminario o círculode estudios, entre los estudiantes de arquitectura, porejemplo, para estudiar la armonización de la utili-dad y la belleza en ciertos tipos de construcción mo-derna. Ellos mismos podrán ser los organizadores deuna exposición de obras plásticas, propias y ajenas,en el seno del Colegio, y, en colaboración con los es-tudiantes de letras, estimular las visitas a Museosy Exposiciones generales de interés.

Los círculos literarios que surgen espontáneamen-te en el mundo universitario no es difícil tampocohacerlos pedagógicos, si se cuenta con un númeroreducido de graduados o estudiantes interesados. Lanarración y la poesí a pueden estimularse mediantela organización de concursos intracolegiales. Lo mis-mo puede decirse de las lecturas teatrales que enalgunos Colegios Mayores, no sólo de Madrid, sinotambién de provincias, han sido llevadas a cabo conéxito.

Las audiciones musicales comentadas, si se poseen

los instrumentos adecuados, favorecerá en gran medi-da la educación musical de los colegiales.

Por último, hay un extraordinario campo de ac-tuación sobre la personalidad juvenil en lo que ata-ñe al cine. Su influencia, quiérase o no, es decisivay por ello es necesario lograr que tenga signo positi-vo. El pase de películas ejemplares, dentro del Co-legio, fomentará un correcto espíritu crítico en loscolegiales, muy conveniente ante la vulgarizacióncreciente de las cintas que se exhiben en las panta-llas del mercado. En este terreno puede ser un ins-trumento de valiosa ayuda la utilización de películasde corto metraje, documentales, etc., dedicadas, comomedio audio-visual de sumo interés, al aprendizajeen las técnicas de estudio.

6. ORGANIZACION DE TRABAJOS MECANICOS

La vida intelectual, de la que el colegial es un mo-desto aprendiz, se mantiene muy alejada durante laépoca de los estudios universitarios, cuando menos,del ámbito del trabajo manual. Es todavía corrien-te, dentro del vigente sistema de ideas de nuestrasociedad española, profesar el antiguo y pagano des-precio hacia los que se llamaron trabajos serviles,trabajos que se habían de realizar con las manos.

Sin llegar a la exageración del marxismo, es pre-ciso devolver sinceramente la dignidad que le corres-ponde al trabajo manual.

Es dificil que tal aspiración pueda lograrse si elhombre joven que estudia no siente vitalmente la ex-periencia de la angustia creadora, a través de suspropias manos. La vivencia del trabajo manual de-biera ser obligatoria para todos los ciudadanos. Esposible que después de soportar el sudor del esfuer-zo se abrieran más ampliamente las compuertas queseparan a las clases sociales.

No deberá desperdiciarse en el seno de los Cole-gios Mayores esta posibilidad de formación que sevuelve a reglamentar vagamente en el Decreto or-gánico. Si las actividades que se crean son monta-das con acierto, procurando que el trabajo consti-tuya una auténtica "diversión", en el pleno sentidode la palabra, los colegiales habrán de sentirseatraídos.

Es muy amplia la gama de actividades que los Co-legios podrán ensayar en este orden. En primer lu-gar, un cierto autoservicio, hasta donde sea posible,dada la estructura escasamente funcional de las ins-talaciones actuales.

Con él, además, se logra una economía apreciableen el presupuesto del Colegio.

Después, cabe la participación en construccionesdiversas que tengan referencia con instituciones decarácter social: viviendas baratas, sanatorios univer-sitarios, cooperativas de viviendas para universita-rios, carreteras en lugares mal comunicados, repo-blación forestal, campos de trabajo, etc.

Dentro del Colegio, o en talleres cercanos si elloes más económico, pueden iniciarse una serie deaprendizajes que ofrecerán, por otra parte, utilidadpara los escolares. Piénsese, por ejemplo, en la en-cuadernación, conducción de automóviles, elementosde radio, electricidad, carpintería, etc.

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REVISTA DE EDUCACIÓN

En cualquier caso, es primordial que al comenzarlos planes de trabajo se hayan estudiado por la Di-rección cuantos problemas puedan presentarse, yaque una vez iniciados habrán de ser cumplidos contoda exactitud. De otro modo, los efectos serán con-traproducentes.

7. LA EDUCACION FISICA Y DEPORTIVA

Atender a esta misión es una urgente tarea denuestros Colegios. Despertar la atención hacia elcuerpo, desarrollar las energías vitales, cultivar lasvirtudes que brotan de la práctica deportiva son finesque con mucha frecuencia se infravaloran en el mar-co de actividades formativas del Colegio Mayor. Nohay posibilidad de dar aquí normas concretas. Cadainstitución se desenvuelve con unos determinadosmedios, normalmente, muy limitados. Son muchos losColegios que no tienen local especial para realizarejercicios físicos, ni durante el invierno ni en el ve-rano. La lejanía de los campos de deporte constitu-ye asimismo un considerable obstáculo para el cum-plimiento de esta tarea.

Con todo, es necesario otorgar a la educación fí-sica el lugar principal que se le asigna. Es precisoestimular el interés y la preocupación por la cul-tura física y la práctica de los deportes más con-venientes de acuerdo con la edad, el estado de salud,las preferencias personales y, en fin, las posibilida-des de medios con que se cuenten.

8. MISIONES DE CARÁCTER GENERAL

La concepción legal actual de los Colegios Mayo-res es muy amplia. Si la legislación alcanzara la ne-cesaria vigencia, estas Instituciones habrían de cum-plir una serie de finalidades que se articulan en elcapítulo primero del Decreto orgánico que comenta-mos. Constituyen la estructura fundamental sobre laque se ha de edificar toda la compleja arquitecturacolegial.

Para no extendernos demasiado, vamos a glosar so-lamente los dos primeros párrafos del articulo tercero.

A. El sentido de convivencia y la conciencia desolidaridad.

El hombre está confinado a vivir en sociedad. Ellole obliga a un largo aprendizaje que, prácticamente,ha de ejercer durante toda su vida. Desde la infan-cia somos instruidos, casi insensiblemente, en estatécnica de la convivencia. Sin embargo, es en la eta-pa de la adolescencia y en la juventud cuando debenser inculcados, a través de las diversas institucionessociales, los hábitos de la sociabilidad.

Convivir significa vivir consigo mismo y con losdemás. Es tener conciencia de la interdependenciaen la que diariamente nos movemos. Nuestra exis-tencia transcurre y se desarrolla en el mismo marcoespacial y temporal que la de otros. Surge así uncomplejo entresijo de relaciones mutuas que obligan

al hombre a un determinado comportamiento, a uncomportamiento social.

Este especial modo de vivir, que no debe ser im-provisado, exige el cumplimiento, dentro del marcoconcreto de la vida colegial, de una serie de requi-sitos.

Es necesario, en primer lugar, procurar incorpo-rar con una misión específica y personal a todoslos colegiales a la obra común del Colegio. Dentrode ella cada uno ha de saber conservar su propiapersonalidad para no anularse en la comunidad. Esteejercicio permitirá alcanzar una conciencia íntimade miembro solidario y, en consecuencia, de corres-ponsabilidad en los triunfos y fracasos colectivos.Servirá también para medir las propias fuerzas, parasometer nuestra actividad a un ritmo establecido pre-viamente, aceptando alegremente la disciplina quesurge necesariamente de la vida en común.

La intensidad y duración de la vida colegial obli-ga a la guarda y cuidado de las normales reglas decortesía y urbanidad a fin de que la existencia comúnsea más grata para todos y para cada uno. Sin em-bargo, no se debe fomentar el simple formalismovacío de contenido en nuestros colegiales. Más im-portante es que tales reglas sean el fiel reflejo de lapráctica y ejercicio de las más ejemplares virtudesmorales: así será la convivencia más profunda y ver-dadera.

No basta, sin embargo, sentirse insertos plena-mente en la reducida institución colegial. Hay quedesplegar ante el alumno un horizonte más amplio.Engarzarle en la sociedad, en el orden total de laCreación. El Colegio Mayor debe inculcar en sus re-sidentes la posibilidad de una vida social más bella yfecunda, hecha de fe, entusiasmo y esperanza. Hade tener sus ventanas abiertas al mundo y no sóloa la realidad circundante. Es un gravísimo peligroactual, del que ya se ha hablado, el encastillamientode los Colegios Mayores, la falta de contacto con elexterior. La autosuficiencia relativa de que gozan con-tribuyen a aumentarla: salones de conferencias, con-ciertos, capilla, tertulias, bar propios, en muchos ca-sos, son otras tantas incitaciones a vivir enteramen-te en un mundo cerrado, ausente por completo dela realidad social. Puede surgir un egoísmo de gru-po más indeseable aún que el del individuo.

El Colegio Mayor ha de ser palenque en el que sediscutan conceptos, se manejen ideas y se prepare suaplicación. Faena activa ésta en la que la sociedadcircundante será campo de observación y laboratorio.

FINAL

En las líneas anteriores, muy someramente, hemoscomentado los preceptos legales por los que han deregirse los Colegios Mayores en su múltiple funciónformativa. La autonomía de que gozan puede origi-nar un desajuste notable entre lo establecido y lorealizado, entre lo normado y lo realmente vigente,pero este desajuste debe atribuirse a institucionesconcretas en un momento determinado de su des-arrollo.

En todo caso, si nuestros Colegios Mayores, por

Page 6: La tarea formativa de los Colegios Mayores · 2020. 6. 22. · LA TAREA FORMATIVA DE LOS COLEGIOS MAYORES UNIVERSITARIOS 7 797::Nks, 1. nización de conferencias, cursillos, círculos

f2.77-::••zr.z.555,57•377.77z:552-.57, •

LA CAPACITACIÓN AGRICOLA DEL MAESTRO 15

encima de críticas superficiales y juicios demasiadofáciles, logran formar minorías que sean capaces, porrazón de su capacidad y aptitud, de imponerse y ha-cer llegar a buen puerto la nave social, los españo-

les podremos sentirnos compensados del esfuerzo ma-terial realizado para construir y mantener nuestro2Colegios Mayores.

F. LORENZO GEL10ES.

La capacitación agrícoladel maestro

Aunque el maestro sea no tanto la "causa produc-tora" cuanto la "causa actualizadora" de la enseñan-za, y ejerza su causalidad "per accidens" (en el sen-tido de desembarazar los obstáculos que se opongan aella, y de estimular prudencialmente la puesta enmarcha de las potencialidades discentes de los esco-lares), ha de admitirse que las buenas escuelas sonfruto no tanto de las buenas ordenaciones cuanto delos buenos maestros, y que con un buen maestro pue-de hacerse muchísimo. Los métodos pedagógicos tie-nen sus ventajas y sus inconvenientes, y sólo quiensabe aprovecharlas y eludirlos prudencialmente es ca-paz de poner en acción la potencia positiva de cadamétodo particular.

Respecto a la capacitación agrícola concretamente,los experimentos de Hamlin, en Iowa, sobre el influjode la vocación agrícola en las comunidades rurales, lepermitieron llegar a la conclusión de que el maestroes uno de los factores influyentes (1). W. Tyler de-

terminó también experimentalmente la importanciaque tiene el valorar los resultados en la enseñanzaagrícola con tests o pruebas adecuadas a sus princi-pales objetivos (2). Y si los problemas prácticos quese presentan al enseñar agricultura en la escuela pri-maria son siempre casos concretos o varían en compo-sición, aunque estén designados con el mismo nombre,no cabe duda que quien intente resolverlos debe estardebidamente capacitado, pues, incluso admitiendo que"la ciudad y el campo no determinan variables meto-

dológicas substanciales, sino culturales", está claroque "el material idóneo para la enseñanza de la agri-cultura debe responder concretamente a las necesida-des locales" (3). Y el propio campo escolar puede sermedio útil para un maestro experto y apasionado. Ele-mento pernicioso si no sabe utilizarlo (4).

Por otra parte, la legislación escolar vigente, quetienen obligación ineludible de cumplir los maestrosespañoles, deja, dentro de las normas generales, am-plio margen a su iniciativa, a sus procedimientos y asus recursos, asignando a la escuela primaria objeti-

(1) Stimson, Rufus: En Psicología de las Materias deEnseñanza. Ed. U. T. E. H. A. Méjico, 1949; päg. 217.

(2) Afirmación de Stimson, Rufus: En la obra ante-riormente citada, pág. 216.

(3) Nogués, Agustín: Enseñanza Agrícola. Madrid,1918; pág. 51.

(4) Bernasconi, Emilio: Pes ¡'agraria nelle scuola ele-mentare. Milano, 1934.

vos concretos, cual son: la enseñanza de las nocionesagrícolas contenidas en el Cuestionario Oficial de Cien-cias de la Naturaleza (en todas ellas); los relativosal funcionamiento del Coto Escolar de modalidaagrícola (en las que lo tienen implantado); la orien-tación agrícola (en las escuelas especiales que estánbajo el patrocinio del Instituto Nacional de Coloniza-ción), y la iniciación profesional agrícola len las clasesespeciales del mismo nombre). Y, cual si todo fuerapoco, se ha hecho saber a los propios maestros, porautoridades competentes en la materia, que está ensus manos el éxito o fracaso de la campaña de reva-lorización de las profesiones agrícolas, a la par sepretende estimular su labor práctica con el alicientede la recompensa extrínseca (5).

En consecuencia, salta a la vista la necesidad deque el maestro español reciba una capacitación agrí-cola adecuada para cumplir debidamente el cometidoprofesional que tiene asignado y para no defraudar acuantos confían en la trascendencia de su labor enorden a impulsar por rumbos verdaderamente pro-gresivos el agro nacional (6).

EXGENCIAS.

El artículo 56 de la Ley de Educación Primariaconsidera al maestro el "cooperador principal en laeducación de la niñez", y aspira a que sea "un hombrede vocación clara, de ejemplar conducta moral y so-cial" y que posea "la preparación profesional com-petente y el titulo que le acredite ante la sociedad".

Pero, prescindiendo de la base cultural y pedagó-gica necesaria para su formación profesional, el co-metido especial que tiene asignado, con respecto a laAgricultura, postula exigencias propias para su capa-citación agrícola. En este sentido y teniendo presenteslas peculiaridades del trabajo profesional de los cam-pesinos, hace ya unos años, Mallart creía conve-

niente:

1. Q Iniciarles en los conocimientos de Psicologíajuvenil y en la practica de la enseñanza laboral, nosolo con objeto de disponer ésta científicamente, sino

también para descubrir sistemáticamente las tenden-

cias naturales de los alumnos.Imponerles en los principios y aplicaciones de

la Pedagogía del trabajo, en los métodos de aprendi-zaje sistemático, en dispositivos de economía del es-

(5) Así se decía en una circular del Consejo Superiorde las Cámaras Oficiales Agrícolas y del Servicio de Ca-pacitación del Ministerio de Agricultura. Este organismoconcede anualmente varios premios a los maestros quese han distinguido por su labor práctica y nosotros es-tamos orgullosos de haber conseguido uno de esos premiosal dirigir al grupo escolar "Compromiso de Caspe".

(6) En las conclusiones del Primer Congreso Nacionalcelebrado por la Sociedad Española de Pedagogía, reco-giendo las tendencias manifestadas por la Unesco, sealude ya a la necesidad de capacitar mejor al maestroprimario.